La Voz en Psicoterapia
La Voz en Psicoterapia
La Voz en Psicoterapia
Picó Vila
La voz en psicoterapia
Introducción
relación con los aspectos psicológicos de la persona, quizá una de las cosas que más me ha
sorprendido es lo central que es este tema en nuestras vidas y lo difícil que parece ser
Sí he encontrado a muchas personas que me dicen tener algún tipo de disconformidad con su
voz. Todo el mundo parece estar de acuerdo en que es un tema importante, tanto desde el
punto de vista personal como desde la práctica clínica. Al mismo tiempo, parece resultar
también un tema algo resbaladizo, difícil de precisar. Sabemos que está pero no sabemos muy
que se transmite a través de los aspectos no verbales de la voz (la entonación, el timbre, el
volumen, los sonidos no verbales, etc.), sin embargo es difícil encontrar detalles al respecto.
Abundan más los textos que hablan de los aspectos de la comunicación no verbal que tienen
que ver con la gestualidad, el movimiento corporal o el uso del espacio. En general, nos resulta
muy difícil describir el sonido. Las carreras de Historia del Arte dedican una parte mínima de
sus planes de estudios a la Historia de la Música. En estas carreras solo se estudian, por decir
así, las “artes de las cosas”: las artes plásticas y la arquitectura. No se estudian las “artes de
Música con cierta profundidad en los conservatorios, que ni siquiera pertenecen al sistema
universitario.
En el campo de la psicoterapia también nos resulta más fácil relacionarnos con cosas
que con procesos. Nos es más fácil lo discreto que lo continuo. En la carrera de Psicología el
tema de la voz apenas se trata. Tampoco en las formaciones y en la literatura de terapia gestalt.
Sabemos mucho más sobre los aspectos verbales de la voz (qué decimos paciente y terapeuta,
con qué giros verbales, con qué palabras exactas) que sobre los no verbales (el propio sonido).
Sabemos más de trabajos creativos con mediadores plásticos como la pintura, la arcilla, la
escultura, que con la voz. Cantar, recitar, emitir sonidos, hablar con diferentes tonos, son
recursos que se utilizan a veces en psicoterapia pero suelen tener una presencia marginal. O
están, pero no de forma muy consciente. La información que nos llega del paciente a través de
la calidad de su voz en cada momento forma parte a menudo de lo que “intuimos”: lo sentimos
más que lo podemos pensar. Nuestros tonos de voz como terapeutas ante nuestros pacientes
surgen de nuestra presencia en cada momento, de nuestra actitud y nuestras intenciones. Sin
embargo, solemos ser más conscientes de nuestra posición corporal, nuestra expresión facial o
nuestras sensaciones internas, que del timbre de nuestra voz y sus matices. Sabemos cómo
mostrar una postura erguida o tranquila, pero nos suele costar más modular nuestra voz.
dedicarme a estudiar una ingeniería. Sentía que había algo en mí que impedía mi expresión
artística, que por mucho que estudiara no conseguía disolver. Me sentía un pianista rígido,
internas, que eran potentes pero parecían estar encerradas en mi interior. Curiosamente,
cuando empecé, por otras razones, mi proceso terapéutico, uno de los indicadores más
fidedignos que he tenido de mis cambios ha sido, precisamente, el piano. Era sorprendente
comprobar cómo cada transformación que iba teniendo en mis relaciones personales, en mi
manera de vivirme con los demás, tenía una repercusión inmediata en mi ejecución musical.
Más adelante empecé a estudiar canto en el conservatorio y esto se acentuó. ¡A veces parecía
que mejoraba más como músico con la psicoterapia que con la práctica del instrumento! Nunca
he llegado a ser un gran cantante ni un gran pianista, pero sí he tenido bastante contacto con la
dificultad que supone querer expresar y que tu cuerpo y tu voz no te respondan, o mejor dicho,
que respondan de una forma que no puedes entender, que parece ajena a ti. Desde esta
Este artículo pretende ser una primera aproximación al fenómeno de la voz. Quisiera
transmitir mi curiosidad y abrir nuevas posibilidades. Estoy convencido de que el aporte en este
campo desde la terapia gestalt puede ser muy productivo. Quisiera que este texto fuera una
invitación a la reflexión y a compartir ideas. En las secciones siguientes haré, en primer lugar,
una revisión de algunas dimensiones importantes que se relacionan con la voz y después una
breve descripción de diferentes enfoques terapéuticos que se centran en ella. En la última parte,
intentaré esbozar una mirada al proceso de la voz desde la teoría de la terapia gestalt, y de
Dimensiones de la voz
Lo verbal y lo no verbal
verbal. La parte verbal de la voz incluye la emisión de palabras y frases, y otros aspectos que
contienen información de tipo lingüístico, como por ejemplo la entonación que denota que una
frase es una pregunta. Los aspectos no verbales incluyen todo lo demás: los sonidos no
verbales (resoplidos, gritos, suspiros) y también varios parámetros sonoros que se dan en el
Una misma frase puede ser emitida por diferentes personas en diferentes situaciones y,
aunque la frase sea la misma, la voz que la emite contiene información no verbal que cambia
de una persona a otra y nos informa, no sobre el contenido del que se habla, sino sobre las
características del hablante y del contexto. Podemos llegar a distinguir si quien habla es un
hombre o una mujer, qué edad aproximada tiene, qué origen geográfico y sociocultural, estado
de salud, estado anímico, a quién se dirige cuando habla, cuán convencido está de lo que dice,
si hay algo que se deja por decir, si se siente amenazado, etc. Alguna vez, en talleres de
trabajo sobre la voz, he pedido a los participantes que escuchen el sonido de escenas de
películas sin ver las imágenes. Les he puesto el sonido en lenguas que no puedan entender
(por ejemplo, en chino o danés). Se suelen sorprender de la gran cantidad de información que
son capaces de extraer respecto a lo que está ocurriendo en la escena: qué personas hay, qué
emociones sienten y cómo se relacionan entre ellas, todo esto sin ver las imágenes ni entender
el lenguaje.
La voz y el desarrollo
El sentido del oído es el primer órgano sensorial que se pone en marcha desde los
primeros meses de la vida uterina. El feto es capaz de escuchar su entorno sonoro y, muy
descubrió cómo la voz de la madre influye sobre el desarrollo del futuro recién nacido y
la estimulación auditiva con sonidos filtrados que simulan el llamado “parto sónico”, es decir, el
paso de la audición en el medio acuoso del vientre materno al medio aéreo. Según Tomatis,
esta transición dura varios días tras el parto, mientras los bebés drenan el líquido de sus oídos
y lo sustituyen por aire. Durante estos días la voz de la madre es lo único que el bebé puede
Asimismo, la voz tiene una función primordial en el momento del parto. El primer llanto
del bebé emerge inmediatamente tras su primera inspiración. En el llanto se cierran las cuerdas
1
Tomatis, Alfred. 9 meses en el paraíso. Ed. Biblària, Colección Didascálica. 1990
vocales para emitir la voz. Este cierre aumenta la presión en los pulmones y los pone en
funcionamiento. La voz es el primer acto por el cual el bebé consigue concentrar energía y
lanzarla hacia su entorno. Es su primer intento de alcanzar ese entorno. Al mismo tiempo, el
sonido de su propio llanto le vuelve a través del oído. El bebé se escucha a sí mismo. Su voz le
diferenciación yo/no yo: “Este sonido que coincide con estas sensaciones musculares en los
En el resto de nuestra vida, la voz nos marca también varios hitos del desarrollo. La
emisión de los primeros sonidos vocales que no son llanto coinciden con el aumento en el bebé
de las capacidades de exploración del entorno. Las primeras palabras y el primer “mamá” o
“papá” abren al niño un nuevo mundo de relación con el otro mediante el lenguaje. El cambio
de la voz en la pubertad, sobre todo en los varones, marca la entrada en la vida adulta, y se va
Desde antes del nacimiento hasta la muerte, la voz está presente e indisolublemente unida a
La voz y el cuerpo
La emisión de la voz es un acto que implica prácticamente a todo el cuerpo. Para emitir
un sonido vocal intervienen el suelo pélvico, los músculos abdominales, la caja torácica, el
diafragma, los pulmones, la tráquea, la laringe y las cuerdas vocales, la faringe, la lengua, los
relajación de estas partes del cuerpo influyen directamente en las cualidades y posibilidades de
la voz. Otras partes del cuerpo, aunque no participen directamente en la creación del sonido,
también están conectadas y pueden influir en la emisión. Pienso, por ejemplo, en la tensión de
hombros y músculos del cuello, que puede reducir la capacidad respiratoria y/o estresar la
laringe, o en el estado de congestión del tracto digestivo, que puede dificultar el movimiento de
El canto y la danza son una de las formas más importantes de expresión del grupo. La
voz cantada y la voz recitada aparecen en todas las culturas en actos sociales que refuerzan el
sentimiento de pertenencia al grupo2. Un repaso rápido nos trae multitud de ejemplos: los
cantos tribales, las historias transmitidas por tradición oral, los himnos militares y religiosos, las
canciones infantiles, las canciones que se cantan en los viajes, las consignas que se corean en
los eventos deportivos o en los actos de reivindicación política, la entonación de los discursos
en los mítines, los cantos fúnebres, solemnes, festivos... El poder de la voz en grupo para
Otros aspectos de la voz hablada nos informan también de los vínculos grupales de
cada individuo. El acento, y el uso de algunas palabras y giros, permite a menudo reconocer el
grupo de procedencia de una persona, no solo el país, sino la región concreta y a veces hasta
la población o el barrio. Hay expresiones y tonos de voz que pertenecen a los hablantes de una
observar cómo la manera de entonar las frases ha ido cambiando a lo largo de los años. El
lenguaje de los adolescentes genera expresiones que los distingue del lenguaje infantil, pero
también del adulto. Hay un “hablar adolescente”. Hay tics de pronunciación (como por ejemplo,
en el castellano de España, silbar las eses o nasalizar las vocales) que se reconocen como
signos de pertenencia a una clase social determinada. Las personas que emigran a un país en
el que se habla una lengua diferente de la suya propia, o incluso la misma en otra variedad
dialectal, aprenden el idioma y pierden su acento nativo en función, entre otras cosas, de su
2
Un artículo que trata este tema desde el punto de vista de la terapia gestalt es La canción eres tú, de
Susan Gregory, publicado en inglés originalmente en British Gestalt Journal, 2004, vol. 13, nº1, con el
título The song is you, y disponible en una traducción al castellano en la URL
http://gestaltnet.net/fondo/articulos/la-cancion-eres-tu (lectura del 16/4/2013).
Por otro lado, así como nuestra voz comunica a los demás información relativa a
nuestros grupos de pertenencia, también contiene información que nos identifica como
individuos. La voz de cada persona es única como una huella digital y nuestro sistema auditivo
está especialmente dotado para distinguir los matices tímbricos que diferencian la voz de una
persona de la de otra. Cada persona tiene una voz diferente, pues cada aparato fonador es
diferente (una laringe más ancha o más estrecha, unas cuerdas más largas o más cortas, etc.)
Pero la voz nos transmite también mucha información sobre características psicológicas
de la persona. Una referencia muy citada a este respecto es el trabajo del laringólogo y
psicoanalista Paul J. Moses, reflejado en su único libro The Voice of Neurosis3 (“La voz de la
adolescente que no conocía de nada. Encontró que era posible, únicamente a través del
examen de la voz, deducir un perfil de carácter y un conjunto de rasgos psicológicos que eran
muy parecidos a los que se obtenían con un test de Rorschach. En su libro, Moses describe
parámetros acústicos de la voz, como el rango, el ritmo, la melodía, etc., y los relaciona con
aspectos psicológicos de la persona. Explica, por ejemplo, cómo en el habla de las personas
con esquizofrenia prevalece el ritmo sobre la melodía, o cómo en las personas deprimidas hay
La voz es, como hemos visto, un fenómeno complejo que nos puede abrir varias
puertas a la psique de las personas. Esta complejidad se refleja en una gran cantidad de
enfoques terapéuticos que utilizan explícitamente la voz como vehículo de transformación. Una
3
Paul J. Moses, The Voice of Neurosis, Psychological Corp, 1954.
posible clasificación de estos enfoques podría ser la siguiente: 1) enfoques que intentan
entrenar la voz para conseguir unas cualidades determinadas; 2) enfoques que usan
que hacen uso de los poderes catárticos de la expresión vocal; y 4) enfoques que utilizan la voz
En la primera categoría podemos incluir varias disciplinas que intentan que la persona
"mejorar" la voz, o "corregirla", desde unos ciertos criterios que determinan qué se considera
una voz “óptima”. Ejemplos de este tipo de enfoque los encontramos en la logopedia y la
foniatría, la enseñanza del canto, la oratoria o las técnicas actorales. En estas orientaciones se
ciertos tipos de emisión de voz, en sí mismos, producen efectos curativos. Aquí se incluyen las
meditaciones sonoras (p.e., con la silaba om), el canto armónico o difónico, la recitación de
mantras, y otros acercamientos a la voz que atribuyen diferentes propiedades curativas a las
vocales y consonantes, como por ejemplo el llamado “Arte de la palabra”, una modalidad
considera al cliente/paciente receptor de los efectos curativos del sonido (y del acto de emitirlo).
La tercera categoría de enfoques utiliza la voz como una vía para conseguir algún tipo
de catarsis emocional. Giran alrededor de la idea de que la voz libera emociones retenidas. Se
busca facilitar la expresión intensa y profunda del grito, el llanto o la risa. Aquí encontramos
mediadores plásticos. En estos enfoques la voz, en especial la voz no verbal (el canto, los
sonidos no verbales), es un canal de expresión que se utiliza para que la persona pueda
sugiere, por ejemplo, que explore formas de emitir sonido que el paciente no se permite, como
producir una voz más grave o más aguda, que puede tener resonancias con su relación con su
propia masculinidad/feminidad. También puede apoyar al paciente con su propia voz o algún
instrumento y, por ejemplo, improvisar juntos una nana dedicada a su niño interior. Ejemplos de
estos enfoques pueden ser la Voice Movement Therapy4 de Paul Newham o la psicoterapia
reflexionar sobre el fenómeno de la voz. Aunque ninguna teoría describe la realidad de forma
completa, una teoría nos puede ser útil si nos orienta en esa realidad y nos lleva a algún sitio
que no hubiéramos explorado antes. Mi intención es hacer aquí un intento de contemplar las
cuestiones de la voz desde la base de nuestra teoría, con el propósito de reflexionar sobre qué
maneras de usar la voz en psicoterapia pueden ser coherentes con el método de la terapia
gestalt. No se trata de restar valor a otros métodos terapéuticos, sino de pensar de qué manera
un trabajo con la voz se puede integrar con un trabajo de terapia de corte gestáltico.
La mirada fenomenológica
es”, más que en “lo que debería ser”. Desde esta mirada, el terapeuta intenta poner entre
paréntesis sus interpretaciones e ideas preconcebidas para estar ante su paciente tal cual es,
tanto como sea posible. Un acercamiento a la voz desde este punto de vista nos invita por tanto
4
Paul Newham, Therapeutic Voicework, Jessica Kingsley Publishers, 1998.
5
Diane Austin, The Theory and Practice of Vocal Psychotherapy, Jessica Kingsley Publishers, 2008.
a escuchar la voz del cliente tal cual es, sin interpretarla ni pretender que sea diferente de lo
que es. No es que la voz no pueda cambiar (de hecho, lo hace constantemente), sino que no
hay una voz “correcta” o “auténtica” que debemos buscar, ni una voz “errónea” o “falsa” que
deba ser eliminada. La voz de la persona, tal y como se nos muestra en el aquí y ahora, es una
radiografía de quién es esa persona en ese aquí y ahora. Nuestro objetivo terapéutico no es
modificar esa voz para “mejorarla”, sino desplegar su complejidad y explorar sus matices como
En una sesión de terapia, por ejemplo, un ligero temblor, muy breve, en la voz de una
paciente cuando mencionaba de pasada a un hermano fallecido años atrás, fue un indicador de
que había aspectos de su duelo aún no resueltos. Le hice notar que su voz había cambiado al
nombrar a su hermano. El temblor de la voz se convirtió en llanto y esto dio paso a hablar de
temas de aquella relación que aún estaban presentes para ella. Otra paciente, una joven con
dificultades para contactar con su deseo, estaba dudando entre dos caminos distintos en su
vida. Le solicité que emitiera un sonido no verbal para cada una de las opciones. Ella misma
pudo darse cuenta, al escucharse, de cómo una de las opciones no le producía ninguna
excitación. La otra sí le producía excitación pero rápidamente ella la sofocaba. Esto lo pudimos
escuchar ambos perfectamente: con la segunda opción su voz subió de tono durante un
instante y se hizo aguda, e inmediatamente descendió a un tono más grave y plano. Hacer
notar esto nos abrió al tema de dónde estaba puesto su deseo y cómo era que no podía
permitirse sentirlo.
La voz y el self
La voz tiene las propiedades que definen al self en Terapia Gestalt: Excitación y
crecimiento de la personalidad humana: “El self es espontáneo, en ‘voz media’ [...], y está
comprometido con su situación [...].”6 La voz también. Es espontánea. No podemos emitir voz
de una forma totalmente deliberada. Nunca sabemos qué sonido va a salir hasta que sale, y
una vez estamos emitiendo sonido (sea voz hablada, canto, o sonidos no verbales) entramos
La voz está en modo medio, es simultáneamente activa y pasiva. Cuando emitimos voz
no solo hay una actitud activa muscular. También escuchamos el sonido que producimos, que
se mezcla con el entorno sonoro que nos rodea. Es un mecanismo autorregulado en el que la
emisión activa de la voz es modulada por la percepción del entorno. Surge en el compromiso
con la situación, pues no podemos acceder a la voz de una manera aislada de la experiencia
presente.
Por otro lado, las estructuras del self se reflejan también en la voz. La voz es una puerta
de acceso privilegiada a las funciones del self, personalidad, ello y yo8. La función personalidad
se nos muestra a través de la voz de múltiples formas. Adoptamos tonos de voz de nuestros
padres y de nuestro entorno cultural. Modulamos la voz conforme a nuestra autoimagen. Los
secundaria tienen un reflejo inmediato en la voz. Como ya hemos dicho antes, la voz implica
prácticamente a todo el cuerpo y, por tanto, las tensiones musculares de nuestra “coraza”
tienen un correlato inmediato en nuestra voz. Una voz sistemáticamente chillona, o nasal, o
aterciopelada, que suena así siempre, sin tener en cuenta el contexto, puede ser producto de
un sistema muscular cronificado. Una voz espontánea y natural es capaz de variar según la
demande la situación.
6
Perls, F.S., Hefferline, R.F., Goodman, P.: Terapia Gestalt: Excitación y crecimiento de la personalidad
humana. pp. 193. Los Libros del CTP (1994).
7
Op. cit.
8
Op. cit.
La voz es también una puerta de entrada privilegiada a la función ello. En una sesión de
terapia, por ejemplo, podemos en gran medida rastrear qué es lo que empuja, dónde está
puesto el deseo y la urgencia del paciente, escuchando los tonos de su voz según habla. Si el
cuerpo es una entrada a la función ello, la voz nos ofrece un correlato acústico de cómo está el
cuerpo. Nos hace audibles aspectos del cuerpo que pueden no sernos visibles. A veces es más
fácil detectar una respiración retenida si escuchamos cómo suena la voz que si intentamos
observar los movimientos de la caja torácica. La respuesta muscular que se produce cuando
una persona contacta con un tema que le mueve emocionalmente puede ser más audible a
emergen las emociones, la voz cambia de diferentes maneras: se energetiza, toma dirección,
se hace explosiva. Cuando la persona retiene la emergencia de la emoción, la voz también nos
avisa: una voz retenida, titubeante, falsamente segura. La voz de la toma de contacto, de la
Un ejercicio que propongo a veces en talleres de trabajo con la voz y las emociones es
pedir a los participantes que pronuncien frases neutras con diferentes tonos de voz que
denoten diferentes emociones: miedo, afecto, tristeza, enojo, etc. Un resultado frecuente de
esta experiencia es la toma de consciencia de la dificultad que uno tiene en expresar alguna
emoción en concreto, o darse cuenta de que cuando expresa una cierta emoción los demás
escuchan otra. (Cuando expreso tristeza, los demás se piensan que estoy enfadado).
La voz en el campo
ahora en este artículo, hay un aspecto de la voz sobre el que aún no hemos hecho hincapié y
quizá es el más crucial, al menos desde el punto de vista de la psicoterapia: la voz es algo
fundamentalmente relacional. Hablamos y cantamos no tanto para nosotros como para el otro.
Nuestra voz, simultáneamente activa y pasiva, se regula no solamente con el entorno acústico,
sino, con el entorno relacional. Nuestra forma de hablar depende, sobre todo, de con quién
hablamos y en qué circunstancias. Podríamos decir que nuestra voz ni siquiera nos pertenece
al cien por cien. La podríamos llamar una “intervoz”, de la misma manera que nuestra
subjetividad es, en realidad, una intersubjetividad9. Nuestra emisión de voz no depende solo de
nosotros; depende de con quién estamos, de qué pretendemos en la relación, de cómo nos
sentimos con el entorno, etc. Con nuestro tono de voz enviamos mensajes a los demás sobre
cómo es la relación que tenemos o queremos tener con ellos: ¿Mi voz suena fría y cortante?
¿Hay en mi voz una invitación al acercamiento del otro? ¿Me gustaría que el otro adivinara por
mi tono de voz mis intenciones para no tener que explicitarlas mediante palabras? ¿Puedo
¿Hago mi voz más aguda para parecer un niño? ¿La hago más grave para parecer más
hombre? ¿Le doy un timbre metálico para parecer más peligroso? ¿Cómo cambia mi voz según
Por poner un ejemplo, solicité a un paciente en terapia que me describiera cómo era su
voz, cómo la vivía él. Pudimos entre los dos construir una imagen: su voz era como una cuerda
un poco elástica que le unía con una única persona. Esto nos llevó de forma inmediata a sus
modalidades de relación. Para él, eran más fáciles las relaciones uno a uno, y sentía que tenía
que regular la tensión en la relación para que la cuerda no estuviera muy tensa ni muy floja. Por
otro lado, le resultaba muy difícil hablar para un grupo, ya que, entre otras cosas, no sabía
hacia dónde lanzar su cuerda si había muchas personas. El uso de la voz como metáfora nos
Todas estas cuestiones tienen que ver con el otro. Curiosamente, es algo que no
abunda en los enfoques terapéuticos que usan la voz, que suelen ser más bien individualistas.
A mi entender, ésta una de las vías más interesantes de exploración del trabajo con la voz
atención también en la voz del terapeuta, porque también está afectada por la situación y
también afecta a su paciente. Todas las consideraciones que hemos hecho hasta ahora sobre
la voz también son aplicables a la voz del terapeuta. Cuando uno presencia un trabajo
terapéutico suele ser evidente el gran efecto que el tono de voz del terapeuta puede llegar a
tener en los pacientes. Recuerdo un video de una sesión de terapia de pareja en la que el
terapeuta era Leslie Greenberg. Era llamativo cómo iba ralentizando el ritmo de su voz, cómo
hacía el tono más grave e incluía más aire en la emisión, cómo transmitía una sensación cálida,
casi hipnótica, conforme realizaba intervenciones cada vez más arriesgadas en las que
describía a la pareja sus modos de funcionamiento no sanos. El tono de su voz parecía ser
la relación. En mi trabajo, he comprobado cómo puede ser interesante a veces amplificar con
mi voz sentimientos que el paciente está expresando de forma incipiente: “Cuando te oigo es
como si estuvieras diciendo ¡basta ya!”. Ese “¡basta ya!”, pronunciado con el énfasis adecuado,
puede impactar al paciente y hacerle notar de qué manera quisiera él mismo expresar ese
sentimiento.
Conclusiones
voz desde la teoría de la terapia gestalt y el paradigma de campo es un enfoque que, por lo que
he podido investigar, está poco explorado y puede resultar de gran interés. Mi intención es
continuar profundizando en esta línea. A mi entender, el enfoque gestáltico nos abre varias vías
útiles. Por un lado, nos anima a escuchar la voz sin juzgarla como “buena” o “mala”. Nos insta
más bien a poner nuestra atención en el “cómo”, en qué nos dice una voz respecto a la persona
que la emite y su situación, para desplegar sus matices. El paradigma de campo nos invita a
entender la voz como un fenómeno del campo en el que no pensamos solo en “la voz de una
persona”, sino también en “la voz que la persona lanza a un otro”. Nos hace poner consciencia
asimismo en la voz del terapeuta. Por otro lado, la voz nos proporciona una referencia
importante para un trabajo desde el contacto. Nos ofrece continuas claves de la atmósfera de la
sesión y de lo que se moviliza en cada momento en el paciente. En suma, creo que en la voz y
en su despliegue podemos encontrar una herramienta útil para nuestro trabajo como
psicoterapeutas, aunque es aún un campo poco explorado desde la terapia gestalt. Espero con