Procesos de La Reforma Constitucional
Procesos de La Reforma Constitucional
Procesos de La Reforma Constitucional
La reforma de la constitución ha sido un tema recurrente en el Perú durante los últimos años, la
transición a la democracia obligada a buscar cambios estructurales a fin de eliminar los remanentes
autoritarios del sistema jurídico y de las instituciones en el país. En esa perspectiva hubo algunos
progresos, pero lamentablemente los procesos están paralizados y avanza solo de manera
coyuntural.
PROCESOS DE LA REFORMA CONSTITUCIONAL
BREVE HISTORIA DE LAS GARANTIAS EN EL PERU DENTRO DEL CONTEXTO
CONSTITUCIONAL
La vida constitucional peruana ya había dado paso al Habeas Corpus que aparece en nuestro
firmamento a finales del siglo XIX, y que haya presencia tanto en los textos de 1919 y 1933. En este
último, esa garantía que sirvió históricamente para la defensa de la libertad individual, fue ampliada
en el texto para servir también a la protección de todos los derechos constitucionales, tanto los
individuales, como los sociales. En la práctica, por la situación constitucional del país y por su
escaso desarrollo constitucional, el Habeas Corpus no se desarrolló como sí lo hizo en otros países.
La Constitución, de 1979 recogió esa inquietud e individualizó el amparo, dejando para la defensa de
los derechos estrictamente individuales al Habeas Corpus, y reservándole al amparo la protección
de los demás derechos fundamentales. En concordancia con lo exigido en ese texto fundamental, la
ley 23506 desarrolló ambos institutos y marcó las diferencias entre ambas.
La jurisprudencia fue afirmando y perfilando, entre 1983 y la fecha del golpe perpetrado por Fujimori
en abril de 1992, ambas figuras. Se fue definiendo, aunque señaló en alguna oportunidad que ese
texto era 80% bueno, el 80% que era copia de la Constitución de 1979. El otro 20% se dedicó a
reforzar el rol del Presidente y a marcar rasgos autoritarios y, en algunos artículos que nunca
cumplieron, a incorporar figuras que nunca permitieron se llevaran a la práctica. El Hábeas Data y el
Referéndum están dentro de estas modalidades.
Por otra parte, la actitud de los tribunales fue variada en esta materia. Mientras en unos pocos casos
los magistrados, en especial titulares, supieron exigir su cumplimiento. En efecto, las leyes dictadas
por el régimen dictatorial limitaron la presentación de estas acciones a los denominados "juzgados
de derecho público".
1.-como lo señaló la Comisión de Juristas designada por Valentín Paniagua, desconocido en la
práctica, entender que había que agotar las vías previas o entender lo que eran las vías paralelas
cuyo tránsito hacía imposible el recurso al amparo.
Cuando hablamos de Constitución, hablamos de la norma superior del ordenamiento jurídico, la que
se encuentra en la cúspide jerárquica. En ella encontramos reflejados los valores, principios,
instituciones y derechos que configuran a un Estado Como fuente del Derecho, incorpora al
ordenamiento jurídico aquellas normas y disposiciones que resultan esenciales para estructurar el
sistema político y jurídico de una nación, además de otorgarles legitimidad, éste es el sentido
material de la Norma Fundamental, dirigir la producción normativa. BALAGUER CALLEJÓN (1992),
apunta dos elementos que resultan clave para entender la posición en el ordenamiento que posee la
Constitución en nuestro país:
es inevitable considerar la idea de que tiene que avanzar en paralelo a los cambios sociales que se
producen a lo largo del tiempo, es de nuevo, BALAGUER CALLEJÓN (1992), quien señala “ en
Una reforma constitucional es la modificación de la Constitución de un Estado. Tiene por objeto una
revisión parcial de una Constitución y la sustitución de una o varias de sus normas que no
modifiquen la estructura y principios fundamentales del texto constitucional.
desde 1979 quedó claro que la persona humana debía ser entendida como el fin supremo de la
sociedad y del Estado y que, en tal virtud, todo el ordenamiento constitucional tenía que interpretarse
y desarrollarse sobre esta piedra angular.
Recordemos que la propia Constitución, en el artículo 206°, establece dos mecanismos de reforma
constitucional:
a) Toda reforma constitucional debe ser aprobada por el Congreso con mayoría absoluta del número
legal de sus miembros (es decir, 66 votos), y ratificada mediante referéndum.
b) Puede omitirse el referéndum cuando el acuerdo del Congreso se obtiene en dos legislaturas
ordinarias sucesivas con una votación favorable, en cada caso, superior a los dos tercios del número
legal de congresistas (es decir, 87 votos).
Asimismo, el referido artículo 206° constitucional establece que la Ley de Reforma Constitucional no
puede ser observada por el presidente de la República. Y también que la iniciativa de reforma
constitucional corresponde al presidente de la República, con aprobación del consejo de ministros; a
los congresistas; y a un número de ciudadanos equivalente al cero punto tres por ciento (0.3%) de la
población electoral, con firmas comprobadas por la autoridad electoral (es decir, 75 mil ciudadanos,
aproximadamente).
Del mismo modo, corresponde señalar que el artículo 32° de la Constitución señala que pueden ser
sometidas a referéndum:
Además, el mencionado artículo 32° constitucional estipula que no pueden someterse a referéndum
la supresión o la disminución de los derechos fundamentales de la persona, ni las normas de
carácter tributario y presupuestal, ni los tratados internacionales en vigor.
Ahora bien, con respecto al proceso de reforma constitucional, el Tribunal Constitucional (STC
Expediente N° 000014-2002-PI/TC) ha señalado que el mismo presenta límites formales y
materiales, que tanto el poder constituido (el Congreso en sus legislaturas) como el poder
constituyente (el pueblo en un referéndum) deben respetar. Estos son:
I.-Los límites formales se encuentran referidos a todos y cada uno de los requisitos objetivamente
reconocidos por la Constitución para que la reforma prospere. En el caso del Perú, como de la
mayoría de países, este órgano es, en principio:
II.- Los límites materiales se encuentran constituidos por aquellos principios supremos del
ordenamiento constitucional que no pueden ser tocados por la obra del poder reformador de la
Constitución. Éstos, a su vez, pueden ser de dos clases:
1) Límites materiales expresos, llamados también cláusulas pétreas, son aquéllos en los que la
propia Constitución, expresamente, determina que ciertos contenidos o principios nucleares del
ordenamiento constitucional están exceptuados de cualquier intento de reforma. Caso, por
ejemplo, del artículo 183° de nuestra Constitución de 1839, y el artículo 142° de la Constitución
de 1933.
corresponde señalar que también el propio Tribunal Constitucional, sobre la posibilidad de reformar
total o parcialmente la Constitución, ha señalado expresamente que el Parlamento es uno de los
órganos que puede efectuar la reforma parcial de la Constitución, y tal competencia está regulada
como ya lo señalamos en el artículo 206° de la Carta. Evidentemente, la competencia para reformar
parcialmente la Constitución no puede entenderse como la constitucionalización de un poder
constituyente originario, sino como la condición de un poder constituyente derivado y, en esa
medida, como un poder constituido, sujeto por lo tanto a los límites formales y materiales aludidos.
Sin embargo, precisa el Tribunal Constitucional, una cosa es que el Congreso, en cuanto poder
constituido, no pueda ejercer la función constituyente y, por lo tanto, se encuentre impedido de
aprobar por ser una nueva Constitución, sustituyendo a la que le atribuye sus propias competencias;
y otra cosa muy distinta es que, en cuanto órgano de representación de la voluntad general, pueda
proponer un “Proyecto de Nueva Constitución”, para que sea el poder constituyente quien decida, en
cuanto fuente originaria del poder, si la acepta o rechaza. De allí que la elaboración del “Proyecto de
Nueva Constitución” en sede parlamentaria, “necesaria e inexorablemente deba concluir con su
sometimiento a referéndum.
Asimismo, corresponde señalar que el Tribunal Constitucional ha resaltado que el segundo párrafo
del artículo 32° de la Constitución, en la parte que prevé que no se puede suprimir o disminuir
derechos fundamentales, establece un verdadero límite material, de carácter expreso, a la Reforma
Parcial de la Constitución, que no alude al procedimiento o a los requisitos formales que deben
observarse cada vez que se intente una Reforma Constitucional, sino al contenido mismo de la
reforma, esto es, a la materia que ella pretenda incidir, que, como recuerda el tantas veces referido
segundo párrafo del artículo 32°, no puede suponer ni disminución ni supresión de los derechos
fundamentales”. De hecho, todo cambio en los derechos fundamentales debe ubicarse dentro de
una tendencia evolutiva orientada a fortalecer, ampliar y mejorar la esfera de autodeterminación y
desarrollo en sociedad del individuo. Este principio implica que los derechos fundamentales
únicamente pueden reformarse para mejorar su situación preexistente, no para suprimirlos o
menoscabarlos.
En suma, si desea reformar totalmente la Constitución, además de obtener 66 votos (como mínimo),
para aprobar la propuesta en primera votación, deberá buscar ratificarla mediante referéndum (es
decir, convencer a la mayoría de electores), respetando, previamente, los límites formales y
materiales que el Tribunal Constitucional considera aplicables al proceso de reforma constitucional.
1.-ANTECEDENTES.
Por esa razón desde que se constituyó, en noviembre del año 2000, el gobierno de transición de
Valentín Paniagua tuvo entre sus principales objetivos la reestructuración del estado de derecho, la
recuperación y fortalecimiento de las instituciones políticas destruidas por el gobierno dictatorial de
Alberto Fujimori, porque no era posible asumir la transición sin una reforma que abarcase el texto
constitucional. no obstante, dado el breve tiempo asignado al gobierno de transición y que el
principal encargo recibido era garantizar las elecciones generales, se abstuvo de convocar a una
asamblea constituyente con un buen tino opto si por sentar las bases de una reforma constitucional
posterior, una vez instalado el gobierno elegido por el pueblo.
Mediante el decreto supremo n: 018-2001 –jus, el 26 de mayo del 2001, se creó la comisión de
estudio de las bases de la reforma constitucional a fin de proponer:
CONCLUSIONES
Cualquier Norma Fundamental se crea con una expectativa de perdurabilidad, pero siempre
condicionada a que su contenido sea acorde a la coyuntura social existente, el que siga cumpliendo
con su función fundamental de forma eficaz depende de ello, y es por esto por lo que se articulan
métodos para, hablando en términos sencillos, mantenerla al día, sin permitir con ello, que la
voluntad de una posible mayoría parlamentaria comprometa su contenido.
Las actuales Constituciones contienen un procedimiento flexible y otro más rígido en función de la
materia a revisar, así como límites materiales y temporales, no obstante, y pese a ello hemos podido
examinar la excepcionalidad de su uso y como la función interpretativa de los Tribunales
competentes en materia constitucional cobraba fuerza como garante de la correcta aplicación de los
preceptos constitucionales. En nuestro ordenamiento jurídico, el Tribunal Constitucional se ha
encargado de ello y así ha quedado expuesto en sus Declaraciones de 1992 y 2004.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ile:///C:/Users/User/Downloads/los-procesos-constitucionales-reforma-
constitucional%20(3).pdf
Balagur Callejón, Francisco (1992),” Fuentes del Derecho II”, Editorial Tecnos,1992
C:/Users/User/Downloads/30251-27335-1-PB.pdf
https://laley.pe/art/8742/la-reforma-constitucional-en-el-peru