Villavicencio (Meta), 22 de abril de 2020.

Señor
JUEZ PENAL DEL CIRCUITO (Reparto)
Ciudad.

REF. ACCIÓN DE TUTELA

EDWIN JAVIER MURILLO SUÁREZ y JESÚS ANTONIO PINEDA

BOCANEGRA, actuando en nuestra condición de Procuradores 87 y 180
Judiciales II Penal de Villavicencio, respectivamente, en forma respetuosa, nos
permitimos instaurar acción de tutela contra el INSTITUTO NACIONAL
PENITENCIARIO Y CARCELARIO, MINISTERIO DE JUSTICIA, UNIDAD DE
SERVICIOS PENITENCIARIO Y CARCELARIO, ESTABLECIMIENTO
PENITENCIARIO Y CARCELARIO DE VILLAVICENCIO, DEPARTAMENTO
DEL META y MUNICIPIO DE VILLAVICENCIO, porque en defensa de los
derechos fundamentales de los señores AGUIAR GUSTAVO AMERICO,
ALARCON VARGAS ROBERTULIO, ALVAREZ MORALES JAIRO ENRIQUE,
AMAYA CRUZ IVAN RICARDO, ARARAT GALINDO JAIRO, ARDILA
MARTINEZ PEDRO NEL, ARIZA MARCO FIDEL, BAUTISTA CARLOS JULIO,
BENAVIDES SANCHEZ JAIR, BERNAL RIVERA ISRAEL ANTONIO,
CARDENAS REINALDO, CLAVIJO GUEVARA EVANGELISTA, DUQUE
RESTREPO NELSON, FLOREZ BURGOS JOSE ALBERTO, GALVIS LOAIZA
DIUBER, GARZON LUIS EDUARDO, HERNANDEZ JARAMILLO RODRIGO,
HERNANDEZ RINCON HUGO HUMBERTO, HUERFANO NARANJO
GREGORIO, HURTADO APARICIO LAZARO, LESMES LEGUIZAMON
JORGE HUGO, LINARES CEIJAS EDGAR, LOAIZA NARANJO JORGE
ERMIDES, LONDOÑO HOYOS OMAR DE JESUS, LONDOÑO PLAZAS JOSE
EVER, LONDOÑO SIATAMA LUIS ENRIQUE, LOPEZ CARDONA JAMES,
LOPEZ ROSELINO, LOZANO ARAGON JAIRO, MEJIA JESUS ALBERTO,
MINDIOLA VEGA AMILKAR, MONTERO LEON JOSE ISMAEL, MORA
SANDOVAL JOSE JESUS, MORERA GOMEZ PABLO EMILIO, OCHOA LUIS
HERNAN, ORTEGON LOPEZ RUBEN DARIO, ORTIZ ROMERO NILSON,
PARRA ALFREDO, PIRAQUIVE RICAURTE IVAN, POSADA TOBON JAIRO
ENRIQUE, REDONDO ECCEHOMO, REINA LOPEZ ENRIQUE, REYES
CORRALES HERNANDO, RODRIGUEZ RODRIGUEZ WILIAM, RUDA
CORREA JOSE HORACIO, RUIZ GOMEZ SAUL, SEPULVEDA GOMEZ
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Procuraduría 87 Judicial II Penal- Calle 38 N° 30 A-64 piso 12 Edificio Davivienda Piso 12.
Tel.018000940808 EXT. 85101. Correo institucional [email protected].







PEDRO ELISEO, TABARES OSSA LUIS CARLOS, TORRES CASTRO
VICTOR MANUEL, TORRES NIETO PEDRO ANTONIO, VALENCIA
NARANJO OLMEDO, CAÑON RAMOS ARGEMIRO, CASTAÑEDA
GONZALEZ JOSE RAUL, DIAZ TORRES ISIDORO, DIAZ VELASQUEZ
URIEL, GARCIA SALGADO HECTOR ELIAS, GONGORA PEREA HUGO
ALBERTO, HERERA BERRIO RAFAEL EMIRO, MARTINEZ LOPEZ
NOLBERTO, MENDOZA MANRIQUE ALBERTO EMILIO, NIÑO OJEDA JAIME
ENRIQUE, OTALVORA GUILLERMO, PALACIO FERNANDEZ CARLOS
ALFREDO, QUICENO JARAMILLO CARLOS ALBERTO, REY REY VIRGILIO,
REYES BULLA OMAR, RIVERA OLAYA MAXIMILIANO, RODRIGUEZ JOSE
ANTONIO, ROZO SABOGAL JESUS MANUEL, SAAVEDRA SANCHEZ
HERNANDO ANTONIO y SANTAMARIA ALVARO, quienes se encuentran
privados de su libertad en el Establecimiento Penitenciario y Carcelario de esta
ciudad, dichas autoridades no han adoptado verdaderas medidas para evitar
que puedan contagiarse de la pandemia denominada COVID-19 que
particularmente, encuentra azotando la humanidad entera.

1. HECHOS

1. La Organización Mundial de la Salud mediante misiva del 11 de marzo

de este año, catalogó al COVID-19 como una pandemia, esto es, como
un virus agresivo contra la salud y vida humana que se ha propagado
velozmente por varios países, cuyo comportamiento es similar a los
coronavirus del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS) y del
Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS), en los cuales se ha
identificado que los mecanismos de transmisión son: gotas respiratorias
al toser y estornudar, ii) contacto indirecto por superficies inanimadas, y
iii) aerosoles por microgotas, y se ha establecido que tiene una mayor
velocidad de contagio.

2. Mediante Decreto Legislativo No. 417 Ejecutivo declaró el estado de

excepción denominado emergencia social y ecológica como respuesta
para conjurar la grave calamidad pública causada por el COVID-19. Para
este efecto, se han adoptado de serias medidas como el confinamiento
sanitario a efectos de contener su contagio humano al igual que otras
decisiones que han tenido implicación en la economía del país ora en el
campo laboral e inclusive, en la administración de justicia.

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3. El Ministerio de Salud y Protección Social mediante Resolución No 464

del 18 de marzo de 2020, decretó la medida sanitaria obligatoria de
aislamiento preventivo para personas mayores de 70 años, “teniendo en
cuenta que se trata del grupo más vulnerable frente a la covid-19”.

4. Según se advierte del Decreto Legislativo 531 de 2020, el Ministerio de

Salud y Protección Social le informa al Ejecutivo que a la fecha no
existen medidas farmacológicas, como vacuna y/o medicamentos
antivirales que permitan combatir con efectividad el Coronavirus COVID-
19, por lo que se requiere adoptar medidas no farmacológicas que
tengan un impacto importante en la disminución del riesgo en
transmisión dentro de las cuales se encuentra la higiene respiratoria y el
distanciamiento social, medida que además ha sido recomendada por la
Organización Mundial de la Salud -OMS-.

5. Mediante Boletín No 126 del 04 de abril de 2020, el Ministerio de Salud y

Protección Social, acatando las recomendaciones de la OMS, determinó
como población en riesgo no solamente a los mayores de 70 años, sino
personas con enfermedades cardiovasculares, dislipidemias, obesidad
enfermedades que comprometan el sistema inmunológico (diabetes),
cáncer, VIH, gestantes y enfermedades respiratorias crónicas, por cuato
presentan un mayor riesgo de letalidad frente al padecimiento del
coronavirus y en consecuencia deben permanecer en su casa.

6. Como consecuencia de la gravedad del COVID-19, mediante Resolución

1144 de 22 de marzo del año en curso, expedida por el Director General
del INPEC declaró el estado de emergencia carcelario, para lo cual se
abrogó de las facultades a las que hace referencia el artículo 168 de la
Ley 65 de 1993, modificado 92 de la Ley 1709 de 2014, a efectos de
tomar medidas tendientes a evitar su propagación al interior del sistema
penitenciario y carcelario.

7. A pesar de los esfuerzos del Gobierno por impedir que esa pandemia
afecte a la población carcelaria, infortunadamente, ello no ha sido un
éxito, pues como hecho notorio, se sabe del contagio al interior del

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Establecimiento Penitenciario y Carcelario de esta ciudad, lo cual ha
traído como resultado trágico, el fallecimiento de algunas personas.

8. En la actualidad, los señores AGUIAR GUSTAVO AMERICO, ALARCON

VARGAS ROBERTULIO, ALVAREZ MORALES JAIRO ENRIQUE,
AMAYA CRUZ IVAN RICARDO, ARARAT GALINDO JAIRO, ARDILA
MARTINEZ PEDRO NEL, ARIZA MARCO FIDEL, BAUTISTA CARLOS
JULIO, BENAVIDES SANCHEZ JAIR, BERNAL RIVERA ISRAEL
ANTONIO, CARDENAS REINALDO, CLAVIJO GUEVARA
EVANGELISTA, DUQUE RESTREPO NELSON, FLOREZ BURGOS
JOSE ALBERTO, GALVIS LOAIZA DIUBER, GARZON LUIS
EDUARDO, HERNANDEZ JARAMILLO RODRIGO, HERNANDEZ
RINCON HUGO HUMBERTO, HUERFANO NARANJO GREGORIO,
HURTADO APARICIO LAZARO, LESMES LEGUIZAMON JORGE
HUGO, LINARES CEIJAS EDGAR, LOAIZA NARANJO JORGE
ERMIDES, LONDOÑO HOYOS OMAR DE JESUS, LONDOÑO PLAZAS
JOSE EVER, LONDOÑO SIATAMA LUIS ENRIQUE, LOPEZ CARDONA
JAMES, LOPEZ ROSELINO, LOZANO ARAGON JAIRO, MEJIA JESUS
ALBERTO, MINDIOLA VEGA AMILKAR, MONTERO LEON JOSE
ISMAEL, MORA SANDOVAL JOSE JESUS, MORERA GOMEZ PABLO
EMILIO, OCHOA LUIS HERNAN, ORTEGON LOPEZ RUBEN DARIO,
ORTIZ ROMERO NILSON, PARRA ALFREDO, PIRAQUIVE RICAURTE
IVAN, POSADA TOBON JAIRO ENRIQUE, REDONDO ECCEHOMO,
REINA LOPEZ ENRIQUE, REYES CORRALES HERNANDO,
RODRIGUEZ RODRIGUEZ WILIAM, RUDA CORREA JOSE HORACIO,
RUIZ GOMEZ SAUL, SEPULVEDA GOMEZ PEDRO ELISEO,
TABARES OSSA LUIS CARLOS, TORRES CASTRO VICTOR
MANUEL, TORRES NIETO PEDRO ANTONIO, VALENCIA NARANJO
OLMEDO, CAÑON RAMOS ARGEMIRO, CASTAÑEDA GONZALEZ
JOSE RAUL, DIAZ TORRES ISIDORO, DIAZ VELASQUEZ URIEL,
GARCIA SALGADO HECTOR ELIAS, GONGORA PEREA HUGO
ALBERTO, HERERA BERRIO RAFAEL EMIRO, MARTINEZ LOPEZ
NOLBERTO, MENDOZA MANRIQUE ALBERTO EMILIO, NIÑO OJEDA
JAIME ENRIQUE, OTALVORA GUILLERMO, PALACIO FERNANDEZ
CARLOS ALFREDO, QUICENO JARAMILLO CARLOS ALBERTO, REY
REY VIRGILIO, REYES BULLA OMAR, RIVERA OLAYA MAXIMILIANO,
RODRIGUEZ JOSE ANTONIO, ROZO SABOGAL JESUS MANUEL,
SAAVEDRA SANCHEZ HERNANDO ANTONIO y SANTAMARIA
ALVARO tienen una edad igual o superior a los 60 años, quienes como
población extremadamente vulnerable, se encuentran privados de su
libertad en el Establecimiento Penitenciario y Carcelario de Villavicencio,
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encontrándose en una serie exposición ante el COVID-19, lo cual podría
conllevar a que su vida corra peligro, pues lo sabido es que solamente
se han aislado a la población reclusa que al parecer tuvieron contacto
con las primeras víctimas de esta pandemia al interior de mismo
establecimiento que registra aproximadamente un hacinamiento
equivalente al 102%.

9. El día 20 de los cursantes dio a conocer en alocución presidencial que la

medida de cuarentena se extendía hasta el 11 de mayo de 2020, dando
a entender que a la fecha no se ha podido detener el contagio por
COVID, lo cual se evidencia con las cifras estadísticas que a ese día
corresponde 3977 casos confirmados entre ellos 57 en el Departamento
del Meta y en su gran mayoría provenientes del Establecimiento
Penitenciario de esta ciudad, refiriendo tristemente en nuestro país 189
fallecimientos y en los cuales nuestro Departamento alimenta ese
registro.

10. Los Procuradores Judiciales de esta ciudad, a través de coordinación

obtuvimos del ESTABLECIMIENTO PENITENCIARIO Y CARCELARIO
DE VILLAVICENCIO, las cartillas biográficas de la población reclusa
mayor a 60 años, depurándose los que tienen base patológica.

2. DE LA LEGITIMACIÓN EN LA CAUSA PARA INTERPONER LA

PRESENTE ACCIÓN DE TUTELA

El artículo 277 de nuestra Carta Política ha definido las funciones que tiene el
señor Procurador General de la Nación como sus delegados, entre las que se
encuentra de intervenir en los procesos judiciales para defender el orden
jurídico, los derechos de la sociedad, el interés general como el patrimonio
público, resaltando que tiene a su alcance las acciones que requiera para el
cumplimiento de dichos cometidos.

Como puede entonces apreciarse, la misma Constitución Política permite que

los funcionarios de la Procuraduría General de la Nación pueda hacer uso de
las acciones necesarias para salvaguardar sus funciones, entre ellas, a la
acción de tutela, ya que de una manera clara y como se ha advertido, se
pretende proteger el derecho fundamental de la salud de las personas privadas
de su libertad ya referidas por su condición especial de vulnerabilidad dada su

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avanzada edad ante la debilidad de las entidades públicas por adoptar
verdaderas medidas que impidan que puedan contagiarse del COVID.

De esta manera, queda en evidencia la legitimación en la causa para promover

la presente acción de tutela, pues lo que se busca es que se respete el orden
jurídico, entendido en sentido dual como expresión de reconocimiento de
nuestros derechos y libertades e igualmente como patrón de exigencia para
las autoridades y la misma sociedad. Para este efecto, me permito traer a
colación algunos apartes de la sentencia T-293 de 2013, donde edifica la tesis
relativa a que los funcionarios del ministerio público puedan presentar
acciones de tutela a efectos de cumplir con sus funciones constitucionales:

“…En el asunto en revisión, la interposición de la acción de tutela por los agentes del
Ministerio Público que intervinieron en un proceso penal en curso para proteger los
derechos al debido proceso y el acceso a un recurso judicial efectivo, plantea un problema
inicial, ¿los derechos de quién en particular son los que supuestamente fueron vulnerados
durante dicho proceso penal: los de los agentes del Ministerio Público o los de las
víctimas?

De conformidad con el artículo 10 del Decreto 2591 de 1991,

La acción de tutela podrá ser ejercida, en todo momento y lugar, por cualquier
persona vulnerada o amenazada en uno de sus derechos fundamentales,
quien actuará por sí misma o a través de representante. Los poderes se
presumirán auténticos.

También se pueden agenciar derechos ajenos cuando el titular de los mismos
no esté en condiciones de promover su propia defensa.

También podrán ejercerla el Defensor del Pueblo y los personeros municipales.

De la descripción de los hechos que dieron lugar a la interposición de la presente acción y
de los escritos presentados dentro del proceso de tutela, es claro que la intervención de
los agentes del Ministerio Público está orientada a solicitar la protección de los derechos
fundamentales de terceras personas, no de sus propios derechos. Sin embargo, esa
intervención no la hacen ni como agentes oficiosos ni como apoderados de la entidad
pública directamente constituida como parte civil en el proceso penal.

La categoría “víctimas” en este evento incluye una víctima concreta que es una entidad de
derecho público, el Instituto de Desarrollo Urbano – IDU y una víctima colectiva abstracta
–los habitantes de Bogotá - afectados por la corrupción en la contratación de obras
públicas de la ciudad, que tienen interés en la verdad, la justicia y la reparación dentro del
proceso penal cuestionado, como quiera que las conductas punibles cuya sanción se busca
han afectado un interés público, el patrimonio público, el orden jurídico y los derechos
fundamentales de la ciudadanía.
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Respecto de la entidad de derecho público, no podría aceptarse que la Procuraduría
General represente los derechos del IDU, dado que esta entidad tiene su propio
apoderado para interponer las acciones que considere necesarias para proteger sus
derechos e intereses. Tampoco puede decirse que la Procuraduría actúa como agente
oficioso, como quiera que el Instituto de Desarrollo Urbano – IDU no es un sujeto que se
encuentre en incapacidad de acudir directamente a la acción de tutela para solicitar la
protección de sus derechos.

Dado que la intervención de los agentes del Ministerio Público está fundada en las
competencias constitucionales de la Procuraduría General de la Nación, la interposición de
la acción de tutela para la protección del debido proceso y del acceso a un recurso judicial
efectivo sólo cabría frente a la víctima colectiva abstracta.

Si bien el artículo 10 del Decreto 2591 de 1991, no menciona expresamente la posibilidad
de que la Procuraduría General de la Nación, interponga acciones de tutela para proteger
derechos ajenos abstractos, el artículo 277 de la Carta sí le otorga al Ministerio Público
una amplia competencia para intervenir en cualquier proceso, con el fin de cumplir sus
funciones constitucionales. En efecto, el artículo 277 Superior establece,

ARTICULO 277. El Procurador General de la Nación, por sí o por medio de sus
delegados y agentes, tendrá las siguientes funciones:
1. Vigilar el cumplimiento de la Constitución, las leyes, las decisiones judiciales
y los actos administrativos.
2. Proteger los derechos humanos y asegurar su efectividad, con el auxilio
del Defensor del Pueblo.
3. Defender los intereses de la sociedad.
4. Defender los intereses colectivos, en especial el ambiente.
5. Velar por el ejercicio diligente y eficiente de las funciones administrativas.
6. Ejercer vigilancia superior de la conducta oficial de quienes desempeñen
funciones públicas, inclusive las de elección popular; ejercer preferentemente
el poder disciplinario; adelantar las investigaciones correspondientes, e
imponer las respectivas sanciones conforme a la Ley.
7. Intervenir en los procesos y ante las autoridades judiciales o
administrativas, cuando sea necesario en defensa del orden jurídico, del
patrimonio público, o de los derechos y garantías fundamentales.
8. Rendir anualmente informe de su gestión al Congreso.
9. Exigir a los funcionarios públicos y a los particulares la información que
considere necesaria.
10. Las demás que determine la ley.
Para el cumplimiento de sus funciones la Procuraduría tendrá atribuciones
de policía judicial, y podrá interponer las acciones que considere necesarias.

De la norma constitucional transcrita surge con claridad que la Constitución no sólo otorgó
a la Procuraduría General de la Nación un amplísimo conjunto de competencias, sino
también la posibilidad de ejercerlas a través de la interposición de las acciones que
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considere necesarias. Por lo tanto, si desde el punto de vista del debido proceso
constitucional, el Procurador o sus agentes pueden interponer las acciones judiciales que
consideren necesarias para proteger los derechos ajenos o el interés público, no existe
razón constitucional para que no pueda hacerlo a través de la acción de tutela…”.

3. PROCEDENCIA DE LA ACCIÓN DE TUTELA

De acuerdo con la consolidada línea jurisprudencial de nuestra Corte

Constitucional, la procedencia de la acción de tutela se edifica en que
realmente se esté ante la protección de un derecho fundamental de carácter
individual por encontrarse agredido o seriamente amenazado al igual que se
esté en consonancia con los principios de subsidiariedad e inmediatez.

Para el caso que nos ocupa, nótese señor(a) Juez que los suscritos agentes
del Ministerio Público estamos refiriendo que la presente acción de tutela deja
en evidencia una seria amenaza al derecho fundamental de la salud de los hoy
actores, pues resulta inobjetable, por ser un hecho ya conocido que al interior
del Establecimiento Penitenciario y Carcelario de esta ciudad, se presenta un
significativo contagio de población reclusa como servidores del INPEC por
COVID-19, lo cual ha incrementado las cifras estadísticas no sólo en el
Departamento del Meta sino en nuestro país al ser el primer referente de
ataque de la pandemia a la población confinada judicialmente.

Si al interior del Establecimiento Penitenciario y Carcelario de la capital

metense, se presentaran circunstancias endógenas que permitiera impedir el
contagio, no haría problema alguno. Sin embargo, la realidad derivada del alto
índice de hacinamiento –equivalente al 102%- hace imposible que puedan
adoptar una solución efectiva para que no se propague dentro de esa
organización penitenciaria, pues para nadie es un secreto que en una misma
celda deban superar el cupo de alojamiento lo cual es una grave indicante que
esas medidas sanitarias preventivas de aislamiento particular sean imposible
de aplicar.

Parafraseando con lo anterior, la realidad que tristemente azota a la población

carcelaria ha sido documentado por nuestra Corte Constitucional cuando en su
sentencia T- 388 de 2013 declaró al Sistema Penitenciario y Carcelario bajo un
estado de cosas inconstitucional al determinar que los derechos
constitucionales de las personas privadas de la libertad son violados de
manera masiva y generalizada, que las obligaciones de respeto, protección y

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garantía, derivadas de tales derechos, han sido incumplidas de forma
prolongada y que el sistema ha institucionalizado prácticas lejanas a lo
profesado por nuestra Carta Política.

En este contexto, surge entonces esa grave amenaza al derecho fundamental

de la salud de población reclusa mayor de 60 años, es decir, de adultos
mayores que por su alta longevidad son verdaderamente expuesto a que
puedan ser contagiados por COVID y lo peor, que su existencia corra peligro,
máxime cuando las condiciones de aislamiento adoptadas por el Gobierno para
conjurar la propagación de pandemia, se itera, resultan imposibles de aplicar.

Es por esa razón y no otra que se acude a la acción de tutela como ese marco
constitucional para proteger el derecho fundamental de la salud de los privados
de la libertad ya referidos ante la debilidad de la organización penitenciaria
(ESTABLECIMIENTO PENITENCIARIO Y CARCELARIO –INPEC-, UNIDAD
DE SERVICIOS PENITENCIARIOS Y CARCELARIOS –USPEC- y el
ESTABLECIMIENTO PENITENCIARIO Y CARCELARIO DE VILLAVICENCIO
como del mismo Gobierno Nacional en cabeza de MINISTERIO DE JUSTICIA
y los entes territoriales DEPARTAMENTO DEL META como MUNICIPIO DE
VILLAVICENCIO en implementar acciones positivas y eficaces tendiente a que
esas personas sean ubicadas en un sitio ajeno al ESTABLECIMIENTO
PENITENCIARIO Y CARCELARIO DE VILLAVICENCIO con miras de
salvaguardar su existencia.

Por otra parte y de cara con el principio de inmediatez, no cabe la menor duda
que la acción de tutela se torna como procedente, pues en la actualidad
seguimos a la merced del COVID-19 al punto de que el propio señor
Presidente de la República que la medida de confinamiento sanitario se
extiende hasta el 11 de mayo, es decir, que a pesar de las medidas que se han
adoptado para impedir su contagio, se siguen presentando mayor cantidad de
personas infectadas por el virus lo cual ha repercutido en el quantum de
lamentables fallecimientos.

Y finalmente, en torno al principio de subsidiariedad, es importante indicar que

el señor Presidente de la República expidió el Decreto 546 del 14 de los
cursantes mediante autoriza la sustitución de la detención preventiva o prisión
carcelaria por domiciliaria a las personas privadas de su libertad en caso de
población igual o mayor a 60 años. Sin embargo, en su artículo 6º impide la
concesión de ese beneficio para quienes estén incursos en determinados
delitos como es el caso que nos ocupa, pues todos los actores están siendo

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judicializados o inclusive, condenados por nomem iuris que aparecen como
excluidos de ese mandato legislativo excepcional.

Ante esa situación, no se cuenta con otro medio de defensa judicial ordinario
eficaz al interior de los procesos judiciales que se les sigue en sus contra, pues
según nuestro estudio, lo que prima es que se tomen medidas inmediatas para
asegurar la salud de los confinados lo cual en el momento, creeríamos no se
supera así acudiendo a los Jueces ordinarios, ya que debería recopilarse
mayor evidencias probatorias a efectos de acreditar enfermedades de base ora
obtención sobre el sitio en donde se pretendiera cumplir la reclusión
domiciliaria, obviamente, si es concedida por la autoridad judicial competente.
Además que tampoco puede pasarse por alto la naturaleza y gravedad en
abstracto de los delitos por los cuales se encuentran recluidos.

Esta es la razón por la cual se torna como procedente la acción de tutela, ya

que el amparo deprecado está encaminado no a que se le sustituya la prisión
carcelaria por domiciliaria sino que sean reubicados en un sitio donde puedan
cumplir con las órdenes judiciales que involucran su privación de libertad en
donde se les garantice su salud y vida.

4. DE LA AMENAZA A LA SALUD DE LOS ACTORES Y SU

PROTECCIÓN POR LA VÍA DE TUTELA

Un punto del cual debe partirse es la posición de garantía que tiene el Estado
hacia la población reclusa frente a la protección en el ejercicio de los derechos
fundamentales que no se limitan así se cobijados por medidas judiciales que
involucren su reclusión, denotándose entre ellos, la salud y vida en condiciones
dignas. En esos mismos términos, lo ha resaltado nuestra Corte Constitucional:

“…La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha manifestado que a partir del
vínculo que nace del interno con el Estado se constituye “una relación jurídica de derecho
público que se encuadra dentro de las categorías ius administrativista”, la cual se reconoce
como relación de sujeción especial, que dispone al Estado como el garante de aquellos
derechos que mantiene el recluso a pesar de la privación de la libertad.1

1
Sentencias T-596 de 1992, C-318 de 1995, T-705 de 1996, T-706 de 1996, T-714 de 1996, T-153 de 1998, T-
136 de 2006, T-077 de 2013, T-266 de 2013, T-815 de 2013, T-857 de 2013, T-588A de 2014 y T-111 de
2015,T - 075 de 2016, T - 276 de 2016 entre muchas otras.

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Producto de dicha relación se crean deberes mutuos, cuyo objeto es ejercer la potestad
punitiva en lo que al cumplimiento de la pena se refiere y simultáneamente garantizar el
respeto por los derechos de la población carcelaria.

La Corte ha clasificado los derechos fundamentales de la población carcelaria en tres
categorías (i) aquellos que pueden ser suspendidos como consecuencia de la pena
impuesta ( la libertad física y la libre locomoción); (ii) los que son restringidos debido al
vínculo de sujeción del recluso para con el Estado (como derechos al trabajo, a la
educación, a la familia, a la intimidad personal); y (iii) los que se mantienen intactos, que
no pueden limitarse ni suspenderse a pesar de que el titular se encuentre privado de la
libertad, en razón a que son inherentes a la naturaleza humana, tales como la vida e
integridad personal, la dignidad, la igualdad, la salud y el derecho de petición, entre otros.

Desde el momento en que la persona queda bajo la estricta supervisión del Estado, emana
la responsabilidad de garantizar plenamente los derechos fundamentales que no han sido
limitados como resultado de sanción impuesta a consecuencia de la conducta penal
cometida…”2. (Subrayado y negrilla fuera de texto).

En vista a esa relación especial de sujeción que se sostiene entre el Estado a

través de su organización penitenciaria y la población reclusa, surgen como
acciones positivas a cargo del primero que se adopten las medidas que
impidan la trasgresión de las garantías fundamentales del segundo y para ello,
se sabe, estarían obligados en suministrarles alimentación como igualmente
preservarles su propia salud frente a eventos calamitosos como el que ocurre
en nuestro país y de consuno, en el mundo entero ante el contagio por COVID-
19 y su represalia en la humanidad.

Para el caso que nos ocupa, lo que se ha sabido es que al interior del
ESTABLECIMIENTO PENITENCIARIO Y CARCELARIO DE VILLAVICENCIO,
existen una gran cantidad de personal recluso contagiado por esa variedad de
coronavirus e inclusive, ha afectado al personal del guardián. Esta situación,
por lo que se ha sabido, ha conducido a que solamente se hayan aislado en el
mismo establecimiento a las personas que tuvieron contacto con los primeros
positivos por la pandemia.

Para los suscritos agentes del Ministerio Público, esta solución resulta ser
ineficaz de cara a la protección de los derechos fundamentales de la población
adulta mayor que se encuentran recluidos en dicho penal, ya que al estar
relativamente cerca de los otros internos, por su alto grado de vulnerabilidad,
están en un latente riesgo de que puedan contagiarse por dicha pandemia y de
consuno, sus vidas puedan correr peligro.

2
Sentencia T-193 de 2017.
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No es posible que la salud de estas personas puedan verse expuesto por el

contagio cuando al interior de ese establecimiento ya hay personas portadoras
del coronavirus y que inclusive, para el día de ayer, el propio Gobernador del
Meta en un comunicado sobre dos casos positivos provenientes del
ESTABLECIMIENTO PENITENCIARIO Y CARCELARIO DE VILLAVICENCIO
y particularmente frente al personal del INPEC. Lo que se ha conocido a través
del portal de la página de internet de la USPEC es que simplemente aislara a
esta clase de población3 como si con ello fuera a superarse la grave crisis que
allí se presenta. De persistir en esa posición, simplemente, conduce a que su
vida sea un calvario mayor, ya que al saber que dicha pandemia ronda a esas
instalaciones de reclusión, tendrán en su siquis una amenaza permanente a su
salud, garantía que se itera debe estar cubierta por parte del Estado como lo
ha indicado nuestra jurisprudencia constitucional:

“…El derecho a la salud en escenarios carcelarios, es como el derecho de petición, una

garantía ius fundamental cuyo ejercicio no puede ser restringido por el Estado 4 , a
personas sindicadas o condenadas por autoridad judicial5.

Así las cosas, en los centros penitenciarios los internos deben poder conservar y
recuperar, según sea el caso, el mayor nivel de salud posible, o “la normalidad orgánica
funcional, tanto física como en el plano de la operatividad mental, y de restablecerse
cuando se presente una perturbación en la estabilidad orgánica y funcional de su ser”6.

El Auto 121 de 2018 precisó sobre el derecho a la salud, que conforme la jurisprudencia:
(i) existe un vínculo entre el derecho a la salud y la resocialización, al ser condición
necesaria para ella; (ii) “la atención médica debe ser proporcionada regularmente”; (iii) las
condiciones de salubridad e higiene indignas son causas permanentes de enfermedades y
complicaciones de salud de los internos; (iv) la provisión oportuna de medicamentos está
directamente relacionado con el principio de dignidad humana y con la ausencia de tratos
o penas crueles o inhumanos; y (v) la continuidad es un elemento definitorio de la salud,
en tanto “la interrupción de un tratamiento médico por razones presupuestales o
administrativas vulnera los derechos fundamentales del paciente pues supedita su
atención al cumplimiento de una serie de trámites burocráticos que obstaculizan su acceso
al servicio”…7”

¿Cómo pensarse que la funcionalidad orgánica y mental de los actores se

encuentra óptima cuando en otro pabellón hay contagiados por coronavirus?.
Aquí es donde juega el papel las entidades accionadas, ya que a esta cruda

3
https://www.uspec.gov.co/?page_id=38302
4
Sentencia T-662 de 2014, T-132 de 2016 y T-020 de 2017 M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
5
Auto 121 de 2018. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.
6
Sentencia T-184 de 2011. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva
7
Corte Constitucional. Sentencia T-044 de 2019.
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Procuraduría 87 Judicial II Penal- Calle 38 N° 30 A-64 piso 12 Edificio Davivienda Piso 12.
Tel.018000940808 EXT. 85101. Correo institucional [email protected].







realidad solamente han advertido esta problemática acorde a su propia
competencia. Basta con sumar a lo comentado por la USPEC, el comunicado
del Ministerio de Justicia del día 21 de abril a través de su cuenta en la red
social twitter donde refiere que realizaran traslados presupuestales con miras a
ejecutar trabajo de desinfección y adquirir carpas medicalizadas8.

De lo anterior se desprende que las actuaciones no son articuladas sino

insulares, pues cada una de las accionadas estarán actuando dentro de su
ámbito lo cual será ineficaz como en efecto está sucediendo, ya que las
garantías fundamentales de estos internos seguirán seriamente amenazadas y
con ello, además de vivir en ese hacinamiento carcelario deberán estar en
constante exposición a que puedan ser contagiados por la pandemia, bien sea
por sus compañeros de reclusión ora por el personal de la guardia o
administrativos.

En procura de evitar ese contagio y con ello, garantizar la salud de esta

población interna, las entidades accionadas deben adecuar un sitio distinto al
ESTABLECIMIENTO PENITENCIARIO Y CARCELARIO DE VILLAVICENCIO
en donde puedan reubicarlos y bajo las medidas del caso y en condiciones
dignas, sigan confinados en el cumplimiento de las decisiones judiciales que
implican la restricción de su libertad.

Este tipo de acciones positivas que deben rodearse mancomunadamente por

parte de las entidades accionadas son las que finalmente propenden por darle
efectividad a la salud de los actores, ya que en la medida de tenerlos
separados de los demás reclusos, bajo una cierta expectativa, impedirá que
sean contagiados por el coronavirus y de consuno, también responderán ante
la administración de justicia.

PRETENSIONES

Respetuosamente, solicitamos que se ampare el derecho fundamental de la

salud de los actores y como consecuencia de lo anterior, se ordene a las
entidades accionadas para que disponga su reubicación a un sitio distinto al
ESTABLECIMIENTO PENITENCIARIO Y CARCELARIO DE VILLAVICENCIO
donde puedan cumplir con las medidas judiciales que pesan en sus contra con

8
https://twitter.com/MinjusticiaCo/status/1252632130410119176

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los debidos protocolos de seguridad y protegiendo con ello su salud en
condiciones dignas.

En el evento de acogerse lo anterior, deberán hacerse los seguimientos del

caso tendientes a establecer si los justiciables se encuentran contagiados o no
por COVID-19.

PRUEBAS

Copia de las cartillas biográficas remitidas por el ESTABLECIMIENTO

PENITENCIARIO Y CARCELARIO DE VILLAVICENCIO.

Copia del reporte de contagios por COVID-19 en Colombia y diferenciado por

Departamentos, así como de fallecimientos correspondiente a los días 20 y 21
de abril de 2020.

Copia del video contentivo del comunicado del señor Gobernador del Meta
emitido el día 21 de los corrientes y en donde reporta los 3 casos positivos
para COVID-19, en los que se menciona al personal del INPEC.

JURAMENTO

Bajo la gravedad del juramento que se encuentra prestada con la firma de este
documento, manifiesto que no he instaurado otra acción de tutela por los
hechos aquí referidos.

NOTIFICACIONES

Los suscritos en las Procuraduría 87 y 180 Judicial II Penal de Villavicencio

(dirección Calle 38 N° 30 A-64 piso 12 Edificio Davivienda Piso 12. Correo
electrónicos [email protected] y [email protected].

Los actores en el ESTABLECIMIENTO PENITENCIARIO Y CARCELARIO DE

VILLAVICENCIO.

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Los accionados así: INPEC a través de los correos electrónicos
[email protected] y [email protected]. USPEC a
través de los correos electrónicos [email protected] y
[email protected]. ESTABLECIMIENTO PENITENCIARIO
Y CARCELARIO DE VILLAVICENCIO a través del correo electrónico
direcció[email protected]. MINISTERIO DE JUSTICIA Y DEL DERECHO
a través del correo electrónico [email protected].
DEPARTAMENTO DEL META a través del correo electrónico
[email protected]. MUNICIPIO DE VILLAVICENCIO a
través del correo electrónico [email protected].

Atentamente,

EDWIN JAVIER MURILLO SUAREZ JESUS ANTONIO PINEDA BOCANEGRA

Procuradores 87 y 180 Judicial Penal II de Villavicencio

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