La Iglesia Adventista Frente Al Movimiento Carismatico (De Oliveira) PDF
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Iglesia
la
Adventista
frente al movimiento
Enoch de Oliveira
IMPRESO EN LA ARGENTINA
Printed in Argentina
Tercera edición
MMXI-1,5M
ISBN 978-987-567-814-9
Oltveíra, Enoch de
La Iglesia Adventista frente al movimiento carismático - 3 a ed. - Florida:
Asociación Casa Editora Sudamericana, 2011.
-104632-
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Tabla de Contenido
Introducción 4
2. Tres peculiaridades
del movimiento pentecostal 12
4. La respuesta adventista ; 24
Referencias 28
Bibliografía 30
3
Introducción
El presente trabajo trata acerca del fenómeno actual de la glosolalia y
la posición de la Iglesia Adventista frente a ella.
Mi propósito es presentar un estudio objetivo del problema en el con-
texto de la realidad que se vive en Sudamérica, territorio en el que resido
y trabajo:
La figura de un hombre que duerme tranquilamente, cubierta su cabeza
con un gran sombrero mejicano, se emplea frecuentemente para describir
a los latinoamericanos como gente libre de cuidados. Pero esta imagen
amodorrada ya no revela correctamente la realidad iberoamericana.
Sudamérica está atravesando una etapa deviolentos cambios sociales,
como resultado de una sorprendente y repentina revolución industrial y tec-
nológica. Estos cambios han precipitado la aparición febril y tumultuosa de
doctrinas políticas, sociales, económicas y religiosas. Vivimos en la época
de una gran guerra ideológica. Los modernos y multiformes "ismos" salen
a la lucha para conquistar a las masas. En las instituciones de enseñanza
superior los estudiantes reciben la influencia del humanismo, el existencia-
lismo, el freudismo y el transformismo. En los sindicatos se adoctrina a los
obreros en la filosofía del marxismo y en la dialéctica emparentada con él.
En el campo de la religión, presenciamos una vigorosa campaña prose-
litista enla cual están empeñados grupos religiosos heterogéneos. Las mis-
mas iglesias que en otros países están dando cada vez menos importancia
a la obra misionera, aquí son muy activas en hacer discípulos.
En este agitado conflicto de ideas, merecen especial análisis los grandes
logros alcanzados por el movimiento carismático, sus métodos, su teología,
y la respuesta adventista a sus pretensiones.
* Nota del editor: La presente obra fue publicada originalmente en el año 1976, cuando el
autorvivía y trabajaba enSudamérica. Actualmente descansa enel Señor, aguardando la bendita
esperanza de la resurrección.
4
Capitulo 1
5
históricas. En lugar de permanecer como un grupo religioso separado, lo
hallamos implicado en el "ecumenismo", asociado con estas denominacio-
nes. Al comentar estafase, John A. MacKay afirmó:
6
su poder seductor; allíse manifestará lo que se considerará
como un gran interés por lo religioso. Multitudes se alegra-
rán de que Dios esté obrando maravillosamente en su favor,
cuando, en realidad, la obra provendrá de otro espíritu. Bajo
un disfraz religioso, Satanás tratará deextender su influencia
sobre el mundo cristiano"."
Satanás "a algunos los engaña de una manera; y a otros,
deotra. Tiene diferentes seducciones preparadas para afee-
tar diferentes mentalidades. Algunos consideran con horror
un engaño, mientras que reciben otro confacilidad. Satanás
seduce a algunos con el espiritismo. También viene como
ángel de luz y difunde su influencia sobre la tierra por medio
defalsas reformas. Las iglesias sealegran, y consideran que
Dios está obrando en su favor de una manera maravillosa,
cuando setrata de losefectos de otro espíritu. La excitación
se apagará y dejará al mundo y a laiglesia en peorcondición
que antes".'
Avances asombrosos
En los últimos años, como hemos visto un crecimiento fenomenal
del movimiento carismático en Sudamérica. Su magnitud sobrepasa a
la de todo otro movimiento religioso de la historia de la iglesia desde la
Reforma del siglo XVI.8 Se calcula que los seguidores de este movimiento
constituyen entre el 80% y el 85% de las fuerzas protestantes en l.ati-
noamérica. Naturalmente, no incluimos en este porcentaje a los millares
que permanecen dentro de las iglesias establecidas, pero que creen en
el fenómeno carismático y tratan de poner en armonía los ideales de este
con su propia fe y sus creencias tradicionales.
Aunque el movimiento ha estado en existencia durante alrededor de un
siglo, solamente en las últimas décadas comenzó la"explosión pentecostal".
Alan Walker, conocido en todo el mundo como notable evangelista, dice en
su libro Breakthrough -Rediscovery of the Holy Spirit:
7
"La Iglesia Pentecostal en Sudamérica se ha convertido
en la iglesia de crecimiento más rápido en todo el mundo
[...]. En Chile, desde 1930el pentecostalismo ha doblado su
feligresía cada diez años".?
8
"Había una pequeña ciudad con cinco iglesias. Cuatro de
ellas eran de las así llamadas iglesias históricas. Pero la más
pequeña, lamás pobre, era pentecostal. Las iglesias históricas
tenían hermosos edificios, congregaciones respetables y degen-
te acaudalada, y pastores que ostentaban títulos académicos.
"La Iglesia Pentecostal reclutaba a sus miembros entre
el elemento más pobre de la ciudad; el pastor no era muy
instruido y su templo era una casa vieja. Los servicios de
cultode las otrasiglesias eran formales, solemnes, rituales,
elegantes, ortodoxos y fuera del alcance de toda crítica en
su forma. La mejor gente de la ciudad asistía a ellos.
"Las reuniones de la Iglesia Pentecostal eran ruidosas,
tumultuosas, desordenadas y demasiado largas. Asistía a
ellas la gente más pobre.
"A pesar de todo, los cinco pastores colaboraban en-
tre si y se reunían regularmente para celebrar reuniones de
oración. En esas reuniones el pastor pentecostal siempre
era el 'hermano pobre'. Sencillamente vestido, tímido, muy
humilde, sequedaba deslumbrado porlaconversación desus
compañeros de ministerio que usaban palabras que éljamás
podría entender: 'deontología', 'apologética', 'escatología',
'demitologización', 'hagiógrafos' y muchas más.
"Se desquitaba hablando en lenguas, que losotrospodían
comprender menos aún.
"Cierto día llegó a laciudad un ingeniero católico muy rico
que acababa de sufrir una gran tragedia familiar.
"Cada ministro trató de ganarlo para su iglesia, usando
las mejores técnicas ecuménicas que conocía. Hubo 'diálogos
de alto nivel', 'conciertos conferencias' (lecture concerts),
'charlas sobre ética sexual', 'comentarios conciliares y pos-
conciliares', 'problemas de laiglesia en América', 'la discrimi-
nación racial en Rodesia y elevangelio', 'la guerra en Vietnam'
y muchos otros temas, todos ellos de escasa importancia
real. El ingeniero asistía a todas las reuniones, asentía con
la cabeza y saludaba a todos muy cortésmente.
"Finalmente el ministro pentecostal juntó valor para invi-
tarlo a su tumultuosa iglesia. Los otros cuatro ministros se
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tomaban la cabeza horrorizados. ¿Cómo podría ir allíel inge-
niero? ¿Qué pensaría de los evangélicos? ¡Él, un intelectual,
graduado en la Universidad de Milán, un hombre de mundo,
un millonario!
"¿Lo creerían? Sucedió. El ingeniero llegó a ser pente-
costal. Y plenamente convertido también, con lágrimas de
gozo y gritos. Ninguno de los otros, con todas sus buenas
intenciones, pudo hacer lo que hizo ese pobre pastorcon la
oración ferviente y una fe tremenda, gigantesca, monumental.
"Ahora elingeniero esmiembro deesa pequeña iglesia. Su
diezmo es tan grande que el ministro se ha podido comprar
una camioneta. Mientras tanto, los otros ministros siguen
hablando acerca de 'Jesús enel movimiento obrero', o 'hacia
una mejor comprensión entre León X y Lutero"."
10
muchos de ellos encuentran a Dios. En la reunión siguiente
están con nosotros para dar su testimonio"."
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Capítulo 11
12
La exuberancia de este culto concuerda con el temperamento latino
propio de un pueblo ardiente en su fe y emotivo para expresarla. Aquí halla-
mos otra razón del éxito de los movimientos carismáticos en Sudamérica.
"Cada uno debe sentir que tiene una parte que desem-
peñar para hacer interesantes las reuniones del sábado. No
hemos de reunimos simplemente por formalismo, sino para
un intercambio de pensamientos, para relatar nuestra expe-
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riencia diaria, para expresar agradecimiento y nuestro sincero
deseo de ser iluminados divinamente, para que conozcamos
a Dios y a Jesucristo al cual él envió",20
Y añade:
14
pasmódico trata de expresar su gozo místico, pero sus palabras salen en
torrentes, tumultuosos y desordenados, sin lógica ni sentido.
Estas extravagancias emotivas evidentemente no son manifestaciones
delEspíritu Santo, y aquel que seencuentra bajo la influencia de este poder
está equivocado cuando declara que no es responsable de su conducta
porque estaba bajo el control del Espíritu de Dios.
El Espíritu Santo obra en el hombre plenamente integrado: cuerpo, alma
y espíritu. Pero cuando las emociones asumen el control de la persona y
las actividades mentales y la voluntad llegan a quedar en estado latente,
como frecuentemente ocurre en el culto pentecostal, las manifestaciones
sobrenaturales no pueden considerarse como obra del Espíritu Santo. Ale-
jandro R. Hay escribió:
15
Las emociones, y nuestra manera de evangelizar
16
permanente en Cristo"." Por otro lado, la pluma inspirada nos exhorta en
contra de la predicación completamente intelectual, incapaz de inspirar las
emociones y de despertar los sentimientos más íntimos del alma.
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Tristes han sido los resultados de esta obra. Ha dejado en pos de sí
legiones de personas desesperadas y chasqueadas, que han descubierto
que la mejoría física obrada por la excitación emocional no es duradera.
Estos sanadores por medio de la fe usan los mismos recursos psicoló-
gicosy el poder de sugestión de los curanderos para realizar sus milagros.
Generalmente, las enfermedades que el curandero es incapaz de curar
son las mismas que el sanador por la fe no puede sanar. Fernando Chaij, al
escribir acerca de este tema, afirmó:
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Silacuración denuestra enfermedad concuerda con sus propósitos, Dios
nos sanará; pero si la continuación de la enfermedad sirve para crear en no-
sotros una imagen más clara deCristo, entonces Dios en su amor y sabiduría
se negará a darnos la curación esperada. Esa fue la experiencia de Pablo:
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De acuerdo con las palabras de las Escrituras, la genuina fe sanadora
debe ser precedida por la contrición, la confesión y el abandono de los
pecados, y también por la disposición del enfermo de abandonar todos los
hábitos y prácticas que debilitan el vigor físico. Por ejemplo, sería incon-
secuente rogar a Dios por la curación de un enfermo de cirrosis hepática
que sigue siendo esclavo del alcohol, como hacen los sanadores por la fe
pentecostales.
Además, en armonía con elejemplo deCristo en el Getsemaní, la oración
por el enfermo debe ser de naturaleza intercesora. En campañas a las que
dan gran publicidad, lossanadores por lafe, con sus oraciones imperativas,
se olvidan del modelo: "No se haga mi voluntad, sino la tuya".
A las fanáticas pretensiones de los pentecostales sanadores por la fe,
nosotros losadventistas respondemos con elesplendor denuestro mensaje,
el mensaje del tercer ángel, en su triple aplicación para el alma, la mente
y el cuerpo.
20
Capítulo III
Zl
parte"." Debemos recordar que aun la menor evidencia de superioridad o
de orgullo denominacional es suficiente para eliminar la posibilidad de un
diálogo exitoso.
3. Al acercarnos a ellos debiéramos tener en consideración que cada
individuo tiene sus características peculiares que influyen en sus reacciones
personales. Un inescrutable japonés jamás será tanemotivo como un africa-
noo tan extrovertido como un latino; ni el austero calvinista podrá apreciar
la belleza de la liturgia anglicana. ¡Cuán variada es la naturaleza humana!
4. Debemos acercarnos a ellos con un corazón lleno de simpatía, rebo-
sante de amor. "Los obreros de Dios, en cualquier ramo de servicio en que
estén empeñados, han de colocar en sus esfuerzos la bondad, la benevo-
lencia y el amorde Cristo"."
5. Nodebiéramos atacar las herejías desu sistema doctrinal. Pablo felicitó
a los ultrapoliteístas de Atenas, diciendo: "En todo observo que sois muy
religiosos"." Desde esa base comenzó a hablarles acerca delDios verdadero
que en su ignorancia estaban tratando de adorar. Como Pablo, debiéramos
alabarlos porlasinceridad y elintenso fervor con que viven y comparten su fe.
6. Debiéramos evitar las discusiones doctrinales. Fulton J. Sheen, que
ha ganado a muchas personas de influencia para la Iglesia Católica, dice:
"Ganar una discusión es perder un alma". Dale Carnegie escribió: "La mejor
manera de ganar una discusión es evitarla".
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Felipe, cuando evangelizaba personalmente al etíope, "comenzando
desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús"." Mediante el uso
de la Biblia debemos dejar en ellos la profunda impresión de que nodamos
el mensaje simplemente con "palabras [...1 de humana sabidurfa?" sino
según la Palabra de Dios.
8. Debiéramos exaltar a Cristo. En nuestro diálogo con ellos debiéramos
presentar un evangelio completo: Cristo y nada menos. Un evangelio sencillo:
Cristo y nada más. Un evangelio puro: Cristo y ninguna otra cosa.
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Capítulo IV
La respuesta adventista
La falsificación de los dones del Espíritu en algunas de sus manifesta-
ciones ha sidola gran obra maestra de Satanás en estos últimos días. Hay
quienes pretenden usar losdones decuración en forma peculiar. Al hacerlo,
niegan laexistencia del dolor y delaenfermedad y pretenden sanar todas las
dolencias con la oración. Aun cuando creemos en los infinitos recursos de
la oración, nos negamos a aceptar lo que ellos consideran como "ciencia".
Otros pretenden haber recibido una revelación profética especial, escri-
ta con caracteres misteriosos sobre planchas de oro. Están aquellos que
representan una falsificación del don delainterpretación profética. Crearon
una teoría dispensacionalista en la cual aplicaron arbitrariamente los siete
tiempos de Nabucodonosor (Daniel 4) a la historia del hombre. Finalmente
están aquellos que pretenden haber recibido el bautismo del Espíritu Santo
que los capacita para hablar en lenguas desconocidas.
Estas son algunas de las falsificaciones más conocidas de los dones
del Espíritu Santo.
Atodas estas imposturas debiéramos aplicarles las dos pruebas bíblicas:
"iA la leyy altestimonio! Sino dijeren conforme a esto, es porque no lesha
amanecido"." "Por sus frutos los conoceréís"."
No podemos aceptar como legítimo un don de lenguas que produce
escenas de desorden y misticismo histérico. "Pues Dios no es Dios de
confusión"." Tampoco podemos aceptar que un sanador por medio de la
fe esté dirigido por el Espíritu Santo, cuando en sus enseñanzas proclama
la salvación mediante la gracia y anuncia que ha caducado la leyde Dios.
Sin embargo, estas imposturas y falsificaciones del poder y delapalabra
del Espíritu Santo han hallado gran aceptación en nuestros días y han pertur-
bado aun a miembros denuestra iglesia. Deploramos lainterpretación espuria
de losdones del Espíritu Santo presentada por losheraldos del movimiento
carismático. Pero también deploramos la indiferencia de muchos cristianos
frente a las promesas del derramamiento del Espíritu deDios, indiferencia que
resulta en lasustitución del fuego delfanatismo pentecostal por laausencia
del fuego, hecho que a veces caracteriza a algunas de nuestras iglesias.
Debiéramos hablar más del Espíritu Santo, de su naturaleza y de su
obra en favor del hombre. Cierto miembro de iglesia dijo una vez: "Para
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mí el Espíritu Santo es algo muy nebuloso". Si se les preguntara, muchos
creyentes deberían confesar que el Espíritu Santo es para ellos algo vago,
sutil e impersonal. Conocen a Dios como el Padre y a Dios como el Hijo, pero
Dios el Espíritu Santo es para ellos un poder abstracto, una mera energía
sobrenatural. De hecho, para muchos el Espíritu Santo es el más desco-
nocido y olvidado miembro de la Santa Trinidad. Según Samuel Chadwick:
25
Respuesta a la objeción pentecostal
26
impartido. ¿Y qué siguió? La espada delEspíritu, recién afilada
con el poder del cielo y bañada en sus rayos, se abrió paso
a través dela incredulidad. Miles seconvirtieron en un día".'?
27
Referencias
1 Ignacio Vergara, El protestantismo en Chile, p. 110.
2 John A. Mackay, "Toward an Evangelical Renaissance", Christianity To-
day, t. 16, n° 9 (4 de febrero de 1972), p. 6.
3 Alan Walker, Breakthrough-'-Rediscovery of the Holy Spirit, p. 58.
4 John P. Kildahl, The Psychology of Speaking in Tongues, p. 68.
5 Mateo 24:24.
6 Elena de White, El conflicto de los siglos, p. 517.
7 Elena de White, Primeros escritos, p. 261.
8 William R. Read, Avance evangélico en la América Latina, p. 289.
9 Alan Walker, ibíd., p. 60.
10 Ibíd., p. 61.
11 R. Kenneth Strachan, "La tarea de mañana en la América Latina", El
Predicador Evangélico (abril-junio de 1959), p. 283.
12 Waldo A. César, Protestantismo e Imperialismo na America Latina, p. 105.
13 Epaminondas Talero, "Las cartas impublicables", Pensamiento Cristiano,
t.19, n° 73 (marzo de 1972), p. 30.
14 William H. Read, Ibíd., p. 293.
15 Ismael E. Arnaya, "Me seréis testigos", Pensamiento Cristiano, t. 18, n°
19 (marzo de 1971), p. 32.
16 Guillermo K. Anderson, Espíritu y mensaje delprotestantismo, p. 225.
17 Efesios 4:30, 31.
18 1 Reyes 18:27, 28.
19 1 Corintios 14:33, 40.
20 Elena de White, Joyas de los testimonios, t. 3, p. 28.
21 John A. Mackay, "El encuentro con Dios y la idolatría del sentimiento",
Pensamiento Cristiano, t. 17, n° 66 (junio de 1970), p. 84.
22 Alejandro R. Hay, Falsificación del don de lenguas, p. 76.
23 1 Corintios 14:15.
24 Elena de White, El evangelismo, p. 215.
25 Ibíd., p. 366.
26 Elena de White, Joyas de los testimonios, t. 1, p. 229.
27 Elena de White, La maravillosa gracia de Dios, p. 175.
28 John S. Bonnell, "Healing by Faith, Fraud, or Reality?", El Predicador
Evangélico (julio de 1957), p. 13.
29 lbíd.
28
30 Fernando Chaij, Fuerzas misteriosas que actúan en la vida humana, pp.
251,252.
31 Elena de White, Joyas de los testimonios, t. 1, p. 101.
32 2 Corintios 12:7-10.
33 Elena de White, Mensajes selectos, t. 2, p. 399.
34 La expresión Pneupasmia (espasmo con el Espíritu) ha sido usada por
escritores pentecostales para indicar el gozo místico del creyente des-
pués de haber experimentado el extraño sentimiento religioso que pro-
cede del fenómeno de la glosolalia.
35 1 Corintios 13:12.
36 Elena de White, El evangelismo, p. 456.
37 Hechos 17:22.
38 Elena de White, Obreros evangélicos, pp. 392, 393.
39 Hechos 8:35.
40 1 Corintios 2:4.
41 Elena de White, Obreros evangélicos, pp. 166, 167.
42 Isaías 8:20.
43 Mateo 7:16.
44 1 Corintios 14:33.
45 Samuel Chadwick, The Way to Pentecost, p. 9.
46 Citado por Arturo G. Daniells, en Christ OurRighteousness, p. 48.
47 Zacarías 10:1.
48 Bari'shon, "en el principio". La NewKing James Version, como también
varias versiones portuguesas y castellanas, añade "mes". Pero en la
Septuaginta y la Siríaca se lee Jari'shou, que probablemente sea la ex-
presión correcta: "como antes" o "anteriormente".
49 Elena de White, Los hechos de los apóstoles, p. 31.
50 Elena de White, Testimonios selectos, t. 2, p. 12. (Énfasis añadido.)
51 Hechos 5:32.
52 Ezequiel 36:27.
53 Apocalipsis 14:12.
54 Apocalipsis 6:2.
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Bibliografía
Libros
Anderson, Guillermo K. Espíritu y mensaje del protestantismo. Buenos
Aires: Editorial La Aurora, 1946.
30
_ _ _セN El evangelismo. Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sud-
americana, 1978.
Revistas
Amaya, Ismael E. "Me seréis testigos", Pensamiento Cristiano, tomo 18, W
19, marzo de 1971.
Mackay, John A. "El encuentro con Dios y la idolatría del sentimiento", Pen-
samiento Cristiano, tomo 17, W 66, junio de 1970.
31
____,. "Toward an Evangelical Renaissance", Christianity Today, tomo
16, W 9, 4 de febrero de 1972.
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