Pedagogía

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Introducción

Plantearse el perfil profesional del pedagogo en el ámbito de la formación


profesional y ocupacional no es una tarea fácil ni sencilla, por cuanto en este
campo de actuación profesional proliferan todo un conjunto de profesionales con
funciones y tareas definidas dentro del quehacer pedagógico-organizativo. Es
más, incluso podría hablarse de subperfiles profesionales que, de una u otra
forma, pueden incluir en su seno al pedagogo como profesional y, a la vez,
podrían ser referente tanto para la formación inicial y continua de este profesional.

Aunque no es el momento en una introducción de entrar en la problemática


inherente al estudio de un perfil profesional, baste como botón de muestra de
nuestra anterior alusión al pedagogo en la empresa como el pedagogo para la
empresa. La repercusión en la formación de la misma es obvia por la importancia
que tiene el contexto y, por tanto, su conocimiento en la articulación de cualquier
acción formativa. Desde esta lógica podríamos hasta cuestionarnos el modelo de
formación actual, el diseño curricular puesto en juego, el papel de las prácticas o
practicum, el papel de los formadores de “pedagogos”, etc. pero todo ello escapa a
los propósitos de nuestro trabajo.

Nuestro reto y nuestro objetivo, a la vez, no pasa por incidir en tal problemática,
mas bien queremos analizar a estos profesionales desde las salidas profesionales,
al ubicarnos en un planteamiento de formación inicial y desde la universidad.

De ahí la necesidad, en primer lugar, de aludir mínimamente a los posibles


campos de actuación profesional (salidas profesionales) de nuestros licenciados.
Aunque estamos inmersos en una realidad de formación inicial, no desdeñamos la
formación continua a través de cursos, postgrados o masters, etc. de dichos
profesionales.

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En segundo lugar, queremos centrar nuestro análisis en un ámbito específico de la
actuación profesional cual es la formación, tanto profesional como ocupacional,
acotando funciones y contextos de actuación específicos.

En tercer lugar, centrado el contexto de actuación, se torna necesario plantear


algunas características del perfil profesional desde la asunción de los roles
profesionales de técnicos de formación.

Por último, no podemos dejar de apuntar algunas implicaciones del futuro sobre la
cualificación profesional de nuestros “pedagogos” en este contexto de
intervención.

6. CAMPO DE ACCIÓN DE LA PEDAGOGÍA.

6.1. Características y aptitudes del pedagogo.


Las nuevas exigencias a los sistemas educacionales demandan de procesos
dinámicos y flexibles, para lo que se requieren profesionales capaces de propiciar
aprendizajes que permitan potenciar el desarrollo y calidad de vida de sus
educandos.
El docente de estos tiempos debe reunir una serie de cualidades y características
personales y profesionales muy singulares que lo identifican y distinguen.

Según Blanco (2001) entre las funciones que caracterizan al docente se


encuentran: Función docente metodológica: actividades encaminadas a la
planificación, ejecución, control y evaluación del proceso de enseñanza
aprendizaje. Por su naturaleza incide directamente en el desarrollo exitoso de la
tarea instructiva y de manera concomitante (la cooperación general de la
sociedad, como los medios de difusión, las organizaciones políticas, etc.) favorece
el cumplimiento de la tarea educativa.

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Función investigativa: actividades encaminadas al análisis crítico, la
problematización y la reconstrucción de la teoría y la práctica educacional en los
diferentes contextos de actuación del maestro.
Función orientadora: actividades encaminadas a la ayuda para el auto
conocimiento y el crecimiento personal mediante el diagnóstico y la intervención
psicopedagógica en interés de la formación integral del individuo. Por su
contenido, esta función incide directamente en el cumplimiento de la tarea
educativa, aunque también se manifiesta durante el ejercicio de la instrucción.

Para Zapata (2011) una de las singularidades de los docentes contemporáneos


esla relaciónque establece con sus estudiantes caracterizadas por ser liberadoras
y no de poder o disciplina únicamente, generadas en el proceso de construcción
del conocimientos y de herramientas útiles y trascendentes para la vida, en las
cuales reine un ambiente de cooperación y colaboración siempre en el marco del
respeto mutuo, con el objetivo de transmitir a sus educandos el amor por la
materia que imparte, por la investigación, por el trabajo, por la riqueza de las
relaciones con los demás, por la vida y sobre todo, por el descubrimiento y la
construcción de sí mismo.
Este mismo autor estima que el docente es un ente activo como parte del sistema
educativo y sus acciones se vinculan a tres esferas:
-Consejo técnico escolar, en donde se discuten los contenidos curriculares.

-Pedagogo frente a grupo, lo que se traduce en prácticas didácticas en el salón de


clase.

-Puente y colaborador entre la escuela y los padres de familia para reforzar el


estudio en casa o bien informar de alguna situación especial del estudiante.

Además este docente debe poseer las siguientes cualidades: responsabilidad,


flexibilidad, preocupación, compasión, cooperativismo, creatividad, dedicación,
decisión, empatía y ser cautivador, (Fundación Universia, 2014).

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Responsabilidad. Significa que el docente se atiene a las mismas expectativas y
estándares que exiges a sus alumnos. Debe ser justo e igualitario, las actitudes
deben ser coherentes con el discurso.
Flexibilidad. Implica que ante una situación especial o problema sea capaz de
hacer cambios y modificaciones en las lecciones o actividades en el momento. Si
los alumnos no comprenden un concepto, contenido, ejemplo o ejercicio se debe
encontrar una mejor explicación, método o procedimiento.
Preocupación. El docente debe realizar su mayor esfuerzo para asegurarse que
todos los estudiantes sean exitosos, debes conocer sus personalidades,
potencialidades, ritmo y estilo de aprendizaje, diferencias individuales e intereses.
Compasión. Es fundamental poder reconocer que los estudiantes tienen
problemas personales para poder apoyarlos y ayudarlos a resolverlos y
superarlos.
Cooperativismo. La cooperación es clave para trabajar efectivamente con
administrativos, otros docentes y los padres de los alumnos. Además para poder
crear espacios cooperativos de aprendizaje.
Creatividad. Un buen docente debe ser capaz de crear situaciones de aprendizaje
que motiven, interesen y atraigan la atención de sus alumnos.
Dedicación. La dedicación implica no escatimar en tiempo y esfuerzo en la
preparación de actividades didácticas que beneficien el desarrollo del proceso de
enseñanza-aprendizaje en el logro del objetivo propuesto. Los entornos
cooperativos mediados por las TIC a la vez que posibilitan la construcción del
conocimiento demanda del docente la elaboración de actividades prácticas y
evaluaciones que busquen la aplicacióndelossaberes,para lo que el docente
requiere mayor tiempo de lectura, análisis y reflexión individual (Marí, 2013).
Decisión. Disposición para asegurar el logro de las metas trazadas hacer todo lo
necesario para que los estudiantes reciban la formación que necesitan.
Empatía. Un buen educador debe ponerse en el lugar de sus estudiantes y ver las
cosas desde su perspectiva,suele ser esencial para ayudar al alumno a triunfar.
Ser cautivador. Debe desarrollar la habilidad de atraer la atención delestudiante y
ser capaz de mantenerla por tiempo prolongado, es necesario que el docente cree

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un ambiente agradable que permita una atmósferade aprendizaje dinámica, ágil,
fresca y ausente de estrés, dejarlos motivados a continuar aprendiendo.
En resumen el docente debe ser poseedor y desplegar una adecuada maestría
pedagógica que lo caracterice y defina como un buen docente.
La tarea principal del docente es educar a sus alumnos y su gestión debe estar
centrada en el desafío que conlleva transmitir un cúmulo de conocimientos a cada
alumno, para lo cual tiene que enriquecer su acervo profesional y los fundamentos
de su conocimiento,destrezas, métodos educativos y pedagógicos ya que amayor
educación mayor serán los beneficios en el proceso de desarrollo educativo y
cognitivo de sus educandos. Por lo que la autosuperación y capacitación
constantes ha de ser una de las cualidades más notorias que distinga a un buen
profesor.

Entre las disimiles taxonomías sobre competencias del docente del siglo XXI
Alcaide (2015) propone la siguiente:

Creatividad e innovación
Ser abierto y receptivo a perspectivas nuevas y diversas es incorporar grupo
aportaciones y comentarios en el trabajo.

Ver el fracaso como una oportunidad para aprender.

Entender que la creatividad y la innovación es un recorrido a largo plazo, un


proceso cíclico de errores frecuentes y de pequeños éxitos.

Pensamiento crítico y resolución de problemas


Analizar y evaluar de forma efectiva las evidencias, argumentos, demandas y
creencias

Analizar y evaluar los principales puntos de vista alternativos

Sintetizar y hacer conexiones entre la información y los argumentos

Interpretar la información y extraer conclusiones basadas en el mejor análisis

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Reflexionar críticamente sobre las experiencias de aprendizaje y procesos

Resolver diferentes tipos de problemas no familiares en ambas formas


convencionales e innovadoras

Identificar y hacer preguntas

Acceso y gestión eficaz de la información


Acceder a la información de manera eficiente (tiempo) y eficaz (fuentes)

Evaluar la información crítica y competente

Utilizar la información con precisión y creatividad para el asunto o problema que


nos ocupa

Gestionar el flujo de información de una amplia variedad de fuentes

Comprensión fundamental de las cuestiones éticas / legales en torno a la


adquisición, acceso y uso de la información

Entender cómo y por qué se construyen la comunicación visual y sintética en la


transmisión de conocimiento.

Usar la tecnología como una herramienta para investigar, organizar, evaluar y


comunicar información.

6.1.1. Funciones del pedagogo.

El perfil profesional no sólo como el referente de la formación a realizar, sino


también como la resultante de las necesidades que hay que satisfacer. Desde esta
óptica, partimos de un estudio de necesidades normativas, potenciales y
comparadas establecido por diferentes expertos y documentos existentes al
respecto, aunque no despreciamos las necesidades sentidas o percibidas que
habrá que considerar en el análisis del grupo de incidencia. La consideración del

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perfil será clave en la formulación de los objetivos, así como en la selección y
secuenciación de los contenidos de dicha formación.
Funciones del pedagogo en el ámbito de trabajo profesional:
• Intervención en el centro educativo, llevando a cabo funciones de dirección,
orientación educativa, diagnóstico, elaboración de materiales de instrucción,
diseño de proyectos curriculares e innovación educativa;
• como miembro de los servicios psicopedagógicos;
• en el ámbito de la justicia, en centros de rehabilitación;
• en educación permanente de adultos, diseñando y asesorando el desarrollo de
programas;
• en educación compensatoria y centros de recursos;
• en la formación en la empresa, realizando asesoramiento didáctico, diseño,
orientación de programas formativos;
• en la supervisión del sistema educativo, mediante la evaluación y control de los
diferentes elementos;
• en la docencia universitaria en las materias específicas;
• en tecnología educativa y medios de comunicación, diseñando material
educativo, gestionando centros de recursos;
• en la investigación, renovación e innovación educativa;
• en la animación sociocultural;
• la escuela rural y escuelas unitarias;
• en la formación permanente del profesorado, asumiendo responsabilidades de
diseño, desarrollo y evaluación de programas de formación;
• en el ámbito de la Administración educativa;
• en las escuelas infantiles;
• en educación especial

6.2. Enseñar a enseñar: la formación docente.

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La formación docente en la escuela es sustantiva por su relación estrecha con el
desarrollo y desempeño profesional, así como por la relación que éste último tiene
con los aprendizajes de los estudiantes. La concreción de esta modalidad de
formación docente, su desarrollo y consolidación a nivel organizacional, se
constituye en una de las responsabilidades centrales e indelegables del director de
la institución.

ara avanzar en esta línea, sin caer en situaciones estereotipadas o sin la suficiente
profundidad que terminen en un desaprovechamiento del esfuerzo realizado es
necesario tener en cuenta algunas cuestiones.

El objetivo de llevar adelante actividades sostenidas de formación o desarrollo


profesional en la escuela se fundamenta en la relación directa que esta tiene con
los aprendizajes de los estudiantes. Esto implica que el impacto de las acciones
debe evidenciarse en una genuina mejora de los logros de aprendizaje.

Es necesario desarrollar capacidades para llevarla a cabo. En este sentido se


vuelven valiosas desde las prácticas de reflexión-acción y el análisis clínico hasta
prácticas propias de la investigación.

Es necesario planificar sobre lo que se va a trabajar, y en este sentido, dado el


foco elegido, las problemáticas que se aborden deben ser nudos críticos del
proceso enseñanza aprendizaje, esto es, obstáculos para su progresión oportuna,
y poder abordarlos con un enfoque de mejora, hacia resultados superadores de la
situación actual.

Planificar su proceso de autoevaluación y de evaluación para que la experiencia,


no quede sólo en eso, una experiencia, y se constituya en una fuente de
conocimiento válido para la organización.

Dar espacio a la heterogeneidad de los perfiles docentes. Explícitamente generar


distintos grupos de trabajo con distintos perfiles donde quienes estén en las
mejores condiciones traccionen al resto, y quienes no lo estén sean protagonistas
de esa oportunidad de aprendizaje.
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Es sustancial en todos los casos identificar el origen de ciertos obstáculos del
proceso enseñanza-aprendizaje, el primero, por ejemplo, es el déficit en la
asistencia o presencia sostenida a la escuela por todos y cada uno de los
miembros de la comunidad escolar, desde los estudiantes hasta los directivos. No
se trata de un problema disciplinar o metodológico, sin embargo incide
directamente en la enseñanza y en el aprendizaje, como en la organización y el
clima escolar. Estudiar este problema, sistematizar la información e identificar su
regularidad así como sus causas; plantearse una meta realista a alcanzar, así
como un abanico de acciones concretas a implementar, durante un tiempo
determinado en el que se verificará el impacto logrado en la asistencia y qué
acciones o propiedades de las acciones condujeron a los logros; seleccionar las
acciones más efectivas y concluir el resto, para finalmente compartir resultados y
valorar las mejoras resulta una importante oportunidad de aprendizaje.. Podría
preguntarse, cuál es el aprendizaje que lograrían los docentes en una experiencia
como esta. Pues, aprender a hacer en forma metódica y sistemática, con
información compartida; a evaluar las acciones; e identificar su efectividad.

Conclusión

La figura del maestro está presente desde la Antigüedad, ha transitado por


diversas etapas del desarrollo social adaptando sus funciones al contexto
sociocultural de la época; en las últimas décadas caracterizadas por los adelantos
científico-técnicos su rol ha cambiado pasando de centro a facilitador del proceso
de enseñanza-aprendizaje.
El docente del siglo XXI se caracteriza por su compromiso con: la capacitación y
superación permanentes, con el aprendizaje de sus alumnos y en este empeño es
un investigador en la búsqueda de las soluciones a los problemas pedagógicos; es
un maestro de la vida, que coloca en el centro de su vocación los valores
humanos comprometido con laintegridad académica solo así podrá recobrar el
lugar social que le corresponde.

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Una buena enseñanza necesita de un buen profesor que ostenten cualidades
como: responsabilidad, flexibilidad, preocupación, compasión, cooperativismo,
creatividad, dedicación, decisión, empatía y ser cautivador.
Los novedosos espacios de enseñanza-aprendizaje propiciados por las TIC exigen
nuevos roles del docente, él que debe convertirse en facilitador, enseñar a utilizar
las herramientas informáticas, brindar vías de apropiación de la información, crear
hábitos y destrezas en la gestión de búsqueda, selección y tratamiento de la
información.El principio a seguir en el empleo de los recursos tecnológicos es
adaptar las TIC a la enseñanza, no la enseñanza a las TIC.

Bibliografía

http://www.scielo.br/pdf/rbedu/v22n71/1809-449X-rbedu-22-71-e227166.pdf

https://www.cdlmadrid.org/wp-content/uploads/2016/02/apuntespedagogia10.pdf

http://online.aliat.edu.mx/adistancia/dinamica/lecturas/Lectura2_PERFIL_DEL_DO
CENTE.pdf

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