Isabel I de Inglaterra
Isabel I de Inglaterra
Isabel I de Inglaterra
Una de las primeras medidas que tom� fue establecer una Iglesia protestante
independiente de Roma, que luego evolucionar�a en la actual Iglesia de Inglaterra,
de la que se convirti� en la m�xima autoridad.
Se esperaba que Isabel contrajera matrimonio pero, pese a varias peticiones del
Parlamento, nunca lo hizo.1? Se desconocen las razones para esta decisi�n y han
sido ampliamente debatidas. A medida que Isabel fue envejeciendo, su virginidad la
volvi� famosa y un culto creci� alrededor de ella, celebrado en retratos, desfiles
y literatura de la �poca.
The Miroir or Glasse of the Synneful Soul, librito de poemas traducido del franc�s,
escrito de pu�o y letra por Isabel, a los once a�os, como obsequio para Catalina
Parr en 1544 (n�tese el monograma KP; "Katherine Parr"). El bordado de la
encuadernaci�n tambi�n es obra de Isabel.8?
Cuando su madre muri�, fue dejada al cuidado de Lady Margaret Bryan hasta que su
hermano naci� y despu�s fue educada por Katherine Ashley. Isabel ten�a entonces
tres a�os cuando fue declarada hija ileg�tima, por lo que perdi� su t�tulo de
princesa. Vivi� retirada de la Corte, lejos de su padre y de sus sucesivas esposas,
aunque la �ltima de estas, Catalina Parr, medi� para que padre e hija se
reconciliaran. Isabel, gracias al Acta de Sucesi�n de 1544, recobr� sus derechos en
la l�nea sucesoria detr�s de su hermano el pr�ncipe Eduardo (hijo de Juana Seymour)
y de su hermana Mar�a Tudor (hija de Catalina de Arag�n), quien tambi�n fue
restituida en esa misma Acta de Sucesi�n.
Sin hacer caso de la opini�n p�blica, Mar�a contrajo matrimonio con el pr�ncipe
Felipe de Espa�a, futuro rey de Espa�a bajo el nombre de Felipe II. La
impopularidad de esta uni�n provoc� en Mar�a el miedo a ser derrocada por una
rebeli�n popular que nombrara a Isabel como nueva monarca. Este temor casi se hizo
realidad cuando la rebeli�n de Thomas Wyatt de 1554 intent� evitar su boda. Tras su
fracaso, Isabel fue hecha prisionera en la Torre de Londres, pero su ejecuci�n,
solicitada por algunos miembros del s�quito espa�ol, nunca se materializ� debido a
la resistencia de la corte inglesa a enviar a un miembro de los Tudor al pat�bulo.
La reina intent� entonces apartar a Isabel de la l�nea sucesoria como castigo, pero
el Parlamento se lo impidi�. Tras dos meses de encierro en la Torre, Isabel fue
puesta bajo vigilancia de Sir Henry Bedingfield. A finales de ese a�o, corri� el
falso rumor de que Mar�a se encontraba embarazada. Se permiti� entonces que Isabel
retornara a la corte, ya que Felipe guardaba cierto recelo a que su esposa muriera
durante el parto, en cuyo caso prefer�a que el trono pasara a la recluida. Al
instante en el que se desminti� el hecho, Mar�a, incapaz de evitar que Isabel la
sucediera, intent� convertirla al catolicismo, cosa que esta �ltima fingi� aceptar
pese a que en su interior sigui� siendo fiel a la fe protestante.nota 6?
Adhesi�n
Art�culo principal: Coronaci�n de Isabel I de Inglaterra
Mis se�ores, la ley de la naturaleza me mueve a llorar por mi hermana; la carga que
recae sobre m� me asombra, y sin embargo, considerando que soy una criatura de
Dios, me ordena a obedecer Su nombramiento, me rendir�, deseando desde el fondo de
mi coraz�n que pueda tener asistencia de Su gracia para ser ministro de su voluntad
celestial en este puesto ahora a m� encomendado. Y como yo no soy m�s que un cuerpo
considerado naturalmente, aunque con Su permiso un cuerpo pol�tico para gobernar,
as� desear�a que todos vosotros... se�is mis ayudantes, para que yo con mi gobierno
y vosotros con vuestro servicio podamos rendir una buena cuenta a Dios Todopoderoso
y dejar algo de consuelo a nuestra posteridad en la Tierra. Pretendo dirigir todas
mis acciones con buen asesoramiento y consejo.13?
A su regreso triunfal a Londres en la v�spera de su ceremonia de coronaci�n, fue
bienvenida calurosamente por los ciudadanos y saludada con oraciones y
espect�culos, con fuerte sabor protestante. Las respuestas abiertas y corteses de
Isabel fueron recibidas con alegr�a por la poblaci�n, quien se encontraban
"maravillosamente encantados" por su nueva reina.14? El d�a siguiente, el 15 de
enero de 1559, Isabel fue coronada y ungida por Owen Oglethorpe, obispo cat�lico de
Carlisle, en la abad�a de Westminster. Luego fue presentada para la aceptaci�n de
la gente, en medio de un ruido ensordecedor de �rganos, p�fanos, trompetas,
tambores y campanas.15? Aunque Isabel fue recibida con alegr�a y esperanza, el pa�s
todav�a estaba en un estado de ansiedad por la amenaza percibida de los cat�licos
dentro y en el extranjero, as� como por la elecci�n de con qui�n se casar�a.16?
Isabel I recibiendo embajadores (ing., Queen Elizabeth and the Ambassadors), 1560.
Al comienzo de su reinado, la pol�tica exterior de Isabel se caracteriz� por su
cautelosa relaci�n con la Espa�a de Felipe II, que se hab�a ofrecido a casarse con
ella en 1559,17? y sus problem�ticas relaciones con Escocia y Francia, pa�s este
�ltimo con el que se encontraba en guerra debido a que su hermana Mar�a hab�a
decidido apoyar a su marido Felipe en la guerra casi continua en la que se hallaban
inmersas Espa�a y Francia desde 1522.
Rodeados por la amenaza francesa, Isabel y Felipe se vieron forzados a unir fuerzas
pese a sus diferencias religiosas. Por un lado, y gracias a la mediaci�n de Felipe,
Inglaterra se sum� al tratado de paz de Cateau-Cambr�sis en 1559, en el que Isabel
renunciaba formalmente a la �ltima plaza inglesa en el continente, Calais,
capturada el a�o anterior por Francisco de Guisa, hermano de Mar�a de Guisa; por su
lado, Francia se compromet�a a retirar su apoyo a las pretensiones de Mar�a
Estuardo al trono ingl�s. Durante las celebraciones que acompa�aron a la firma de
este tratado de paz, Francisco II muri�, lo que provoc� que su esposa Mar�a
regresara a Escocia en 1561.
Adem�s, en el mismo a�o (1559), Isabel apoy� la revoluci�n religiosa de John Knox,
l�der protestante escoc�s, que buscaba eliminar la influencia cat�lica en Escocia.
Isabel envi� un ej�rcito a sitiar Leith, donde se concentraban las tropas
francesas, y una armada a bloquear el Fiordo de Forth, donde se esperaba que los
franceses desembarcaran refuerzos para apoyar a los escoceses. Aunque el sitio de
Leith fue un terrible fracaso, la armada logr� impedir el desembarco franc�s y
facilit� la victoria rebelde, logrando, tras la muerte de Mar�a de Guisa en 1560,
que representantes de Mar�a Estuardo firmaran el Tratado de Edimburgo, que elimin�
la influencia francesa en Escocia, aunque Mar�a se neg� siempre a ratificar dicho
tratado.
Desde los primeros a�os de su reinado, Isabel deposit� su confianza en sir William
Cecilnota 7?(Lord Burghley desde 1572), que fue primero Secretario Real y luego
Tesorero real hasta su muerte en 1598, momento en el cual la confianza de la reina
pas� al hijo de este, Robert Cecil.
Sin embargo, Mar�a ten�a sus propios problemas en Escocia, donde una rebeli�n
provocada por su boda con el asesino de su segundo marido (con el que hab�a
concebido a Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia) forz� a que abdicara en este y
huyera a Inglaterra. All� fue muy mal recibida, y debido tanto al peligro que
supon�a para Isabel como heredera del trono como al descubrimiento de unas cartas
donde supuestamente instigaba a los asesinos de su segundo marido a actuar, fue
recluida en el Castillo de Sheffield.
Ese mismo a�o (1569) se producen dos levantamientos: la llamada Rebeli�n del Norte,
liderada por nobles cat�licos de dicha zona, que esperaban contar con el apoyo de
Espa�a contra Isabel, y la primera rebeli�n de Desmond contra el gobierno ingl�s en
Irlanda, acaudillada por James Fitzmaurice Fitzgerald. Sin embargo, tanto el Duque
de Alba como Felipe II eran reacios a intervenir en Inglaterra, dada la complicada
situaci�n en Holanda. Privados sus enemigos de apoyo exterior, Isabel pudo hacer
frente a las rebeliones, aunque fue excomulgada por una bula papal de 1570, que
exacerb� sus problemas con los cat�licos. Un a�o despu�s el banquero florentino
Ridolf� plane� asesinar a la reina y colocar a Mar�a Estuardo en el trono, con
apoyo de Espa�a, para restaurar el catolicismo. El plan fue descubierto por Cecil,
y los conspiradores fueron ejecutados. Entre ellos se encontraba el duque de
Norfolk, primo de Isabel.
La presi�n sobre Isabel para que apoyara a los protestantes holandeses fue
increment�ndose, hasta que en 1577 el consejo real, incluyendo a Cecil, aprob�
un�nimemente el env�o de una fuerza expedicionaria. La reina confiri� el mando de
dicha fuerza a Robert Dudley, conde de Leicester, pero cambi� de opini�n al a�o
siguiente retirando su apoyo por su reticencia a entrar en un conflicto abierto con
Espa�a.
Una nueva conspiraci�n cat�lica contra Isabel otorg� a Felipe la excusa que
buscaba. El rico comerciante londinense Anthony Babington pretend�a asesinar a la
reina y coronar a Mar�a Estuardo. La trama fue descubierta en la primavera de 1586;
se revel� que en la misma hab�a participado la propia Mar�a, por lo que el
Parlamento pidi� su ejecuci�n. Isabel se resisti� todo lo que pudo, pero finalmente
fue incapaz de soportar la presi�n, ordenando la ejecuci�n de Mar�a, que en su
testamento cedi� a Felipe sus derechos al trono ingl�s.[cita requerida]
M�s �xito tuvieron sus intervenciones en favor de los protestantes holandeses (8000
soldados) y en la guerra civil francesa, a favor del tambi�n protestante Enrique IV
de Francia (20 000 soldados), ya que al apoyar a Enrique, Isabel distrajo la
atenci�n de Espa�a, permitiendo a los rebeldes holandeses recuperarse cuando ya
cre�an su derrota casi segura. Aunque la guerra religiosa se decant� del lado
cat�lico, al convertirse Enrique al catolicismo en 1593, Isabel mantuvo la alianza
con Francia debido a la necesidad de proseguir la lucha contra Espa�a. Aunque
retir� sus tropas de Francia en 1596, Isabel volvi� a enviar de nuevo 2000 soldados
tras la captura espa�ola de Calais.
Isabel envi� a�n dos flotas en contra de Espa�a, una en 1596 que fracas� en su
intento de atacar las colonias americanas (y que caus� la muerte de Francis Drake y
John Hawkins), y otra en 1597, que logr� saquear C�diz. Felipe, por su parte, envi�
tambi�n dos expediciones contra Inglaterra, la primera de las cuales logr�
desembarcar en Cornualles y saquear los territorios circundantes, hecho conocido
como batalla de Cornualles, pero la segunda flota naufrag� en Finisterre debido a
un temporal.
Mientras guerreaba contra Espa�a, Isabel se tuvo que enfrentar a una nueva rebeli�n
en Irlanda, la Guerra de los Nueve A�os irlandesa (1594-1603), donde Red Hugh
O'Donnell y Hugh O'Neill se levantaron contra la colonizaci�n inglesa. La reina se
vio forzada a enviar 17 000 soldados al mando de Robert Devereux, conde de Essex,
en 1599 para frenar el alzamiento, pero este fracas�. Charles Blount, VIII bar�n de
Mountjoy, le sucedi� con �xito, lo que provoc� que Espa�a, paralizada desde la
muerte de Felipe II en 1598, interviniera en 1601 a favor de los rebeldes con 3500
soldados que desembarcaron en Kinsale. Cercados por los ingleses, fueron derrotados
junto a sus aliados irlandeses en la batalla de Kinsale que puso fin a la
intervenci�n espa�ola en Irlanda. Hacia 1603 la rebeli�n irlandesa estaba sofocada.
Muerte de la reina
La salud de la reina permaneci� sin sobresaltos hasta el oto�o de 1602, cuando una
serie de muertes dentro de su grupo de amistades la sumi� en una depresi�n severa.
En febrero de 1603, la muerte de la condesa de Nottingham Catalina Howard, que era
sobrina de su prima y amiga Catalina, Lady Knollys, fue un golpe de particular
importancia. En marzo, se describe que la reina est� con malestares y parec�a
deprimida.20? Se instal� en uno de sus palacios favoritos, Richmond, cerca del r�o
T�mesis. Ella misma se neg� a ser examinada y tratada por sus m�dicos, adem�s de
negarse a guardar cama, permaneciendo de pie por varias horas, en silencio. A
medida que su condici�n se deterioraba, sus damas de honor esparc�an cojines por el
suelo, e Isabel finalmente se recostaba en ellos.
Isabel fue enterrada sin hab�rsele practicado la autopsia, por lo que la causa de
su muerte sigue siendo desconocida. Generalmente se atribuye a un envenenamiento de
la sangre, posiblemente causado por el maquillaje blanco, hecho a partir de
albayalde, una mezcla de plomo y vinagre, haciendo este altamente venenoso.
A las pocas horas, Cecil y el consejo llevaron a cabo sus planes y nombraron a
Jacobo como nuevo rey de Inglaterra.21?
Funeral y entierro
Retrato de la reina Isabel I, conocido como Retrato del Arco�ris, c. 1600, una
representaci�n aleg�rica de la reina.
Isabel intent� durante sus primeros a�os una pol�tica de tolerancia hacia los
cat�licos; sin embargo, las rebeliones de 1569 y 1571 y la bula papal de excomuni�n
de 1570 la llevaron a endurecer las medidas contra los cat�licos. Entre 1584 y 1585
se aprob� una ley que condenaba a muerte a aquellos sacerdotes cat�licos que se
hubieran ordenado tras el ascenso de la reina en 1559. Debido en parte a la
persecuci�n, en parte a la identificaci�n de protestantismo y patriotismo durante
la guerra contra Espa�a y al envejecimiento (y posterior deceso) de los sacerdotes
cat�licos, el pa�s se hab�a convertido efectivamente en protestante para cuando la
reina falleci� en 1603.