Derecho Comparado - TEORÍA DE LA LEY PENAL Y EL DELITO
Derecho Comparado - TEORÍA DE LA LEY PENAL Y EL DELITO
Derecho Comparado - TEORÍA DE LA LEY PENAL Y EL DELITO
VENGANZA donde el hombre ante una agresión obtiene satisfacción mediante otro acto violento,
aquí encontramos 4 fases: privada (ley del talión), familiar (un familiar del afectado toma
venganza), divina (el castigo lo imponen los representes de deidades) y pública (ejecución
justiciera de alguien que representa los intereses de la comunidad).
ETAPA HUMANITARIA Esa fase surge como respuesta a la anterior, pretende dar un giro absoluto
y radica en la dureza del castigo, grandes pensadores, filósofos y humanistas, con su obra e ideas,
han influido en el derecho penal y ciencias afines como Cesar Beccaria el cual en su tratado “De
los delitos y de las penas” destaca diversos procedimientos arbitrarios e inhumanos 1764, se
encuentran vigentes igual que los principios emanados de la revolución francesa 1789, con la cual
surge la consideración y tutela de los derechos del hombre.
ETAPA CIENTIFICA. En ella se mantienen los principios de la fase humanitaria, pero se profundiza
científicamente respecto al delincuente, en esta etapa se piensa que el castigo no basta sino que
además se requiere en profundizar en el estudio de la personalidad del sujeto y analizar a la
víctima, es importante conocer el tratamiento para la rehabilitación del sujeto y sobre todo para
prevenir el delito, en esta etapa se estima que el delito y el sujeto son producto de fallas sociales,
con influencia de factores de índole diversa.
Derecho precortesiano
Época colonial.
A la llegada de los españoles las leyes de las indias constituían el principal cuerpo legal de la
colonia, entre otras legislaciones se encuentran, las ordenanzas reales de castilla, la legislación de
Castilla, las ordenanzas reales del Bilboa.
Mención especial tiene el tribunal del santo oficio instaurado por la santa inquisición, algunas de las
penas eran las galeras, cárcel temporal o de por vida, destierro, confiscación, multa azotes,
vergüenza pública, abjuración, infamia, represión y penitencias espirituales.
Época independiente
Al iniciarse la independencia surgió la necesidad de contar con una legislación nueva y propia del
pueblo mexicano.
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La constitución de 1824 adopto el sistema federal. Por lo que se refiere al derecho penal, lo más
sobresaliente fue la expedición de los códigos penales.
Código penal 1931, vigente y aplicable al Distrito federal en materia común, así como en toda la
república en materia federal
La ciencia del derecho penal es el conjunto sistemático de principios relativos al delito, a la pena y
a las medidas de seguridad. Se trata de una sistematización cuyo objeto lo constituyen las normas
que definen los actos seriamente transformadores del orden social y las medidas adecuadas para
su prevención y represión.
En los sistemas de derecho liberal como el nuestro, solo la ley establece delitos y penas. Así lo
manda la constitución federal en el artículo 14. En consecuencia para el penalista la ley es como
un verdadero dogma; debe de tenerse por verdad firme y cierta, base de toda investigación. La
dogmatica jurídico penal es la disciplina cuyo objeto consiste en descubrir, construir y sistematizar
los principios rectores del ordenamiento penal positivo.
Los caracteres del derecho penal son la ciencia cultural normativa, (que asume toda infracción,
destacando la importancia de las normas de cultura, basadas en el concepto de cultura) la
valorativa (está enfocada en la filosofía de los valores que han penetrado profundamente en el
derecho) y finalista (la norma y los bienes jurídicos son nociones esenciales en derecho punitivo,
estos tienen gran importancia para indicar el fin de un determinado precepto y de todo
ordenamiento jurídico).
a) Privada o doctrinal. Es la interpretación que de las leyes realizan los particulares; de ahí su
nombre de privada. Se le denomina doctrinal cuando es hecha por los estudiosos del Derecho, por
los doctos en la materia, ya sea mediante tratados, artículos en revistas y periódicos o en la
cátedra. Esta forma de interpretación es de gran utilidad, frecuentemente sirve de guía a los
juzgadores para normar su criterio, máxime cuando procede de personas cuyos razonamientos
poseen capacidad de convencimiento.
b) Judicial o jurisdiccional. La llevan a cabo los jueces y tribunales en su diaria tarea de impartir
justicia. Para lograrla, generalmente toman en cuenta la interpretación legislativa, si existe, y la
doctrinal, si la hay, así como su propio criterio, resultando una interpretación sui generis.
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c) Auténtica o legislativa. La emite el propio legislador para precisar el sentido de las leyes que
dicta. Puede ser contextual o posterior, según se haga en el mismo texto legal o en otro expedido
después; es decir, a veces formula normas aclaratorias de otras en el mismo cuerpo legal, o bien,
en una ley diferente alusiva a la que se pretende desentrañar.
a) Declarativa. Es declarativa si, a juicio del intérprete, las palabras usadas en el texto significan
exactamente lo que su entendimiento idiomático, o sea cuando descubre que la ley dice
precisamente lo mismo que expresan las palabras empleadas. “Es declarativa –según Villalobos--,
cuando sólo expresa el significado estricto de la disposición” Porte Petit afirma: “La interpretación
es declarativa, estricta o lata, cuando se establece la conformidad de la letra de la ley con la
voluntad de ésta”.
Para Porte Petit “la interpretación es extensiva, cuando se extiende el texto de la ley a la voluntad
de ésta” y niega el criterio de Ruggiere que estima la interpretación extensiva como una verdadera
y propia integración de las normas.
c) Restrictiva. Cuando según el intérprete las palabras, empleadas en la ley expresan más de lo
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que significan, se habla de una interpretación restrictiva (potius dixit quam voluit). “Es restrictiva
cuando se descubre que las palabras tienen mayor vaguedad o amplitud de la que conviene a la
intención o a la mente de la ley y se desecha todo lo que no corresponde a estas últimas, aun
cuando en los términos impropios o descuidados del precepto pudieran caber”
Manuel Pavón Aparicio la define como “aquella que reduce el alcance del precepto legal por
considerar que la letra tiene un significado menor del que aparenta”.
Uno de los juicios más equivocados, aun entre abogados, consiste en creer que la ley penal no se
interpreta. Esta manera de pensar desconoce el problema mismo; interpretar una ley es
entenderla, precisar su contenido, desentrañar su sentido. En las leyes penales, como en otras,
puede ocurrir que el texto no se encuentre expresado con claridad; entonces será preciso limitar y
determinar sus alcances. Aún siendo clara la ley, será urgente entender su contenido para poder
adecuar a ella el caso concreto.
La Constitución tiene el rango de ordenamiento fundamental en la vida del Estado, por ser
expresión de la soberanía del pueblo. Es la ley que rige las leyes y autoriza a las autoridades.
Puede definirse como la ley suprema de un país que establece su forma y organización y fija los
límites del poder público al garantizar ciertos derechos individuales y de grupo. Toda Constitución
comprende dos partes: una dogmática y otra orgánica. En la parte dogmática se reconocen los
derechos fundamentales de los individuos y de ciertos grupos. La parte orgánica tiene por objeto
organizar el poder público.
Nuestra Carta Magna dispone en su artículo 124, que todas aquellas funciones o actividades por
ella misma no conferidas en forma expresa a los poderes federales, se entienden reservadas a los
Estados miembros. El precepto hace el reparto de competencias entre los dos órdenes legislativos:
común y federal; éste es de excepción, mientras aquél lo rige todo y de ahí su denominación de
orden común. Existe, por lo tanto, una dualidad de competencias, la ordinaria o común y la
excepcional o federal. Los poderes federales son mandatarios con facultades limitadas y expresas
de que enumeradamente están dotados; cualquier ejercicio de facultades no conferidas de modo
expreso, entrañan un exceso en el mandato y por ende un acto nulo.
Derecho penal mexicano común y federal. La fracción XXI del artículo 73 de la Constitución de la
República, faculta al Congreso de la Unión para definir los delitos y faltas contra la Federación y
fijar los castigos que por dichas infracciones deban imponerse. En el párrafo último de la citada
fracción se indica que las autoridades federales podrán conocer también de los delitos del fuero
común, cuando éstos tengan conexidad con delitos federales. Por otra parte, las treinta y una
Entidades Federativa, por conducto de su Poder Legislativo local, dictan para su territorio las leyes
pertinentes, tanto en materia penal como en otros órdenes, debiendo respetar siempre los
postulados generales preceptuados por la Constitución Federal.
Como el Distrito (y antes también los Territorios Federales) carecía de Poder Legislativo local
propio, la función legislativa se había encomendado al Congreso de la Unión, según lo establecía
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la fracción VI del artículo 73 constitucional (ahora derogada). Se advierte claramente que, de
hecho, el Congreso de la Unión (Cámara de Diputados y Cámara de Senadores), ejercía una doble
actividad legislativa. Al actuar como organismo local para el Distrito Federal, se equiparaba,
cuando realizaba tales funcione, a la legislatura de cualquiera de los Estados miembros; funge
como Poder Legislativo para toda la República esto es, como auténtico Congreso Federal, cuando
legisla sobre materias reservadas a la Federación.
Competencia penal común y federal. El artículo 1° del Código Penal de 1931 disponía: “Este
Código se aplicará en el Distrito Federal por los delitos de la competencia de los tribunales
comunes; y en toda la República, para los delitos de la competencia de los tribunales federales”.
Por Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación del 18 de mayo de 1999, se modificó
la denominación al Código Penal Federal; el artículo 1° también fue modificado, el nuevo texto
apunta: “Este Código se aplicará en toda la República para los delitos del orden federal”, nótese
que esta reforma limita el ámbito de aplicación material del ordenamiento exclusivamente para los
delitos de ese orden.
Todos los delitos son de la competencia común, excepto los que el Legislativo Federal, al ejercer
las facultades conferidas por la Constitución, ha creído conveniente señalar como federales. En el
artículo 50 frac. I de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación se enumeran los delitos
que afectan esta materia; los demás, se reservan a la competencia de los Estados miembros.
Derecho penal militar. Existe una reglamentación especial para la materia militar, en relación con
los delitos en contra de la disciplina del Ejército. Tales infracciones no pueden considerarse dentro
de la materia común, ni tampoco de la federal en sentido estricto, sino que caen bajo la jurisdicción
militar.
Hay quienes sostienen que la cuestión relativa a la aplicación de la ley castrense, debe
estudiarse dentro de la validez personal de la Ley Penal. Consideramos su ubicación correcta
dentro del tema de validez material, porque bajo el fuero de guerra no caen todos los delitos
realizados por miembros del Instituto Armado, sino sólo cuando resulta directamente afectada con
su comisión la materia militar, o sea la disciplina del Ejército, según se desprende de la redacción
del precepto constitucional transcrito. Sin embargo, nótese que también tiene importancia la calidad
de la persona, pues la ley castrense sólo tiene como destinatarios a miembros del Instituto Armado.
La igualdad ante el Derecho Penal. El principio de la igualdad de los hombres ante la ley es de
aplicación relativamente reciente; a pesar de su igualdad natural, las legislaciones los han
considerado de manera desigual.
A fines del siglo XVIII, al difundir la revolución francesa, por todas partes, las ideas de libertad y
fraternidad humanas, consagró el principio de la igualdad de los hombres ante la ley. En el artículo
1° de la Declaración de los Derechos del Hombre, quedó establecido: “La ley debe ser la misma
para todos, así cuando protege como cuando castiga.” Nuestra Constitución, en los artículos 1°, 12,
13 y otros, consagra la igualdad y la libertad de todos.
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“La igualdad esencial de los hombres, por la cual deben tener las leyes y las jurisdicciones un
carácter general, no impide, por supuesto, tener en consideración las notas diferenciales de cada
delito y de cada delincuente, en cuanto influyen para fijar la responsabilidad y la peligrosidad que
han de individualizar los juicios y los tratamientos bajo el imperio de una ley común”
Inmunidad o fuero; su concepto y la razón de su existencia. Para Felipe Tena Ramírez, la
inmunidad constituye un privilegio del funcionario, consistente en dejarlo exento de la jurisdicción
ordinaria; por eso dicho privilegio recibe el nombre de fuero, evocando aquellos antiguos derechos
que tenían ciertas personas para ser juzgada por los tribunales de su clase u no por la justicia
común. El fuero no existe en materia civil y sólo se da para preservar al funcionario contra la
autoridad por los delitos y faltas que se le atribuyan.
De tales preceptos de deduce que en Derecho positivo mexicano existe absoluta igualdad para
todos; a pesar de ello, la propia Constitución establece algunas excepciones para quienes ocupan
determinados cargos públicos, a fin de hacer posible el desempeño de sus funciones, sin peligro de
ser enjuiciados como resultado de acusaciones que, en muchos casos, serían infundadas y sólo
servirían como medio político de ataque. La misión encomendada a ciertos funcionarios no debe
ser interrumpida bajo ningún concepto.
En recientes reformas al Título Cuarto de nuestra Carta Magna ya no se habla de fuero, sino de
declaración de procedencia; cambió el nombre, pero el efecto es el mismo, pues respecto de
determinados funcionarios sólo es dable su enjuiciamiento penal previa determinación de la
Cámara de Diputados.
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Planteamiento del problema. Normalmente la función represiva del Estado se lleva a cabo dentro
de su territorio; en esa forma los límites de éste son también los del imperio de sus reglas jurídicas.
Pero con frecuencia surgen problemas con respecto a la norma aplicable a situaciones que
tuvieron por escenario el territorio de un país extranjero.
Los principios: territorial, personal, real y universal. Para resolver los problemas sobre
aplicabilidad de las leyes penales, se invocan diversos principios; uno de ellos es el llamado
territorial, según el cual, una ley debe aplicarse únicamente dentro del territorio del Estado que la
expidió, sin importar la nacionalidad de los sujetos a quienes haya de imponerse; de acuerdo con el
principio personal, es aplicable la ley de la nación a la pertenezca el delincuente, con
independencia del lugar de realización del delito; el principio real atiende a los intereses
jurídicamente protegidos y por ello es aplicable la ley adecuada para la protección; conforme al
principio universal, todas las naciones tendrían derecho a sancionar a los autores de determinados
delitos, cometidos en territorio propio o ajeno en tanto estuviera a su alcance el delincuente.
“La sola enunciación de estos principios –dice Villalobos--, permite apreciar que se trata de
proposiciones hechas para resolver el problema, sin que en manera alguna sea fácil admitir su
conciliación o la convivencia de tales fórmulas respecto a las mismas leyes y a la misma clase de
hechos, puesto que sus términos expresan la contradicción. La que se justificara o se hallara
irreprochablemente fundada en la razón, sería la única que pudiera construir un principio…Los
principios son verdades o fundamentos de razón de donde se hacen derivar las conclusiones o
segundas proposiciones de una ciencia o de una técnica; no puede haber verdades
contradictorias…. frente al principio que afirma que las leyes de un Estado sólo pueden tener
efecto en su propio territorio, es ilógico admitir cualquiera fórmula de lo contrario… Si la verdad es
una, habrá que pensar bien los motivos y las razones antes de aceptar un principio; pero aceptado
o establecido, hay que reconocer que sólo puede ser uno en una misma cuestión.
El territorio del Estado. Aun cuando etimológicamente la palabra territorio significa algo relativo a
la tierra, tratándose del Estado, su territorio no está formado únicamente por el suelo, sino también
por el subsuelo, la atmósfera, una faja de mar a lo alargo de las costas y la plataforma continental.
Se llama territorio del Estado a todo el espacio sobre el cual éste ejerce normalmente su poder;
es el campo de imperio del poder del Estado. Conforme al artículo 42 de nuestra Constitución, el
territorio de la República comprende el de las partes integrantes de la Federación y , además, el de
las islas adyacentes en ambos mares, incluyendo los arrecifes y cayos; además, el de las islas de
Guadalupe y las de Revillagigedo, situadas en el Océano Pacífico; la plataforma continental y los
zócalos submarinos de las islas, cayos y arrecifes; las aguas de los mares territoriales en la
extensión y términos que fija el Derecho Internacional, y las marítimas interiores; y, el espacio
situado sobre el territorio nacional, con la extensión y modalidades que especifica el propio
Derecho Internacional.
Iniciación de la vigencia de la ley penal. Racionalmente las normas jurídicas deben obligar a
partir del momento de la iniciación de su vigencia; resultaría inequitativo que el Estado exigiera el
cumplimiento de disposiciones no nacidas propiamente. Por ello la ley se da a conocer a los
individuos que deben cumplirla. Generalmente la iniciación de la vigencia de las leyes queda
supeditada al acto material de su publicación, concediéndose un tiempo necesario para ser
conocidas.
El artículo 4° del Código Civil de 1928 (en esta materia adquiere carácter federal), establece que
la propia ley puede fijar la fecha de iniciación de su obligatoriedad, si su publicación es anterior.
Conforme a los artículos 9 y 10, la ley sólo puede ser abrogada o derogada por otra posterior que
así lo declare, o contenga disposiciones incompatibles con la anterior, y contra su observancia no
puede alegarse desuso, costumbre o práctica en contrario.
El Código Penal del Distrito y Territorio Federales entró en vigor el 17 de septiembre de 1931,
abrogando el de 15 de diciembre de 1929, así como todas las leyes a él opuestas. Dicho Código es
aplicable sólo a partir de su vigencia, salvo los casos que se mencionan.
Nuestra Constitución Federal, en el artículo 14, establece de manera terminante que a ninguna
ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna, el mismo ordenamiento consagra la
garantía de legalidad al disponer que nadie podrá ser privado de la vida, de la libertad o de sus
propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente
establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las
leyes expedidas con anterioridad al hecho.
Una de las instituciones de más interés y utilidad para la aplicación de las normas penales la
constituye el concurso aparente de leyes o normas, también llamado conflicto de leyes o
concurrencia de normas incompatibles entre sí, cuyo estudio y desarrollo es de época reciente,
pues de ordinario se le confundía con el concurso formal o ideal de delitos.
Con relación al concepto, Federico Puig Peña precisa la existencia de un concurso de leyes
cuando una misma acción cae bajo la esfera de dos preceptos legales reguladores, excluyéndose
el uno al otro en su aplicación.
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Cuello Calón se refiere igualmente al concurso de leyes afirmando existe cuando a una y misma
acción son aplicables dos o más preceptos penales que se excluyen entre sí recíprocamente.
Para Celestino Porte Petit, la institución se presenta cuando una materia se encuentra
disciplinada por dos o más normas incompatibles entre sí.
Felipe Grispigni señala que puede arribarse a la solución de la concurrencia de normas mediante
la aplicación de los principios de especialidad, de consunción y de subsidiaridad. Jiménez de Azua
se refiere a los mismos principios, a los cuales agrega el de alternatividad.
Porte Petit señala como ejemplos donde funciona este principio, el delito de parricidio (artículo
323) con relación al homicidio (artículo 302), y al de infanticidio (artículo 325) respecto al propio
homicidio.
Los ejemplos anteriores nos sirven para establecer la diferencia entre la ley general y la ley
especial, pues tal habrá de ser la cuestión a determinar previamente por el observador para los
efectos de la aplicación de la ley. Una norma tiene carácter de especial con relación a otra cuando
contienen todos los elementos de ésta y además otros que le otorgan preferencia en su aplicación.
Jiménez de Azua, reduciendo el ámbito de aplicación del principio a las normas en sentido
restringido o tipos penales, establece el concepto en los siguientes términos: “Se dice que dos
leyes o dos disposiciones legales se hallan en relación de general y especial, cuando los requisitos
del tipo general están todos contenidos en la especial, en el que figuran otras condiciones
calificativas a virtud de las cuales la ley especial tiene preferencia sobre la general en su
aplicación. Las dos disposiciones pueden ser integrantes de la misma ley o de leyes distintas,
pueden haber sido promulgadas al mismo tiempo o en época diversa, y en éste último caso puede
ser posterior tanto la ley general como la especial. Pero es preciso que ambas estén vigentes
contemporáneamente en el instante de su aplicación, porque, en el supuesto contrario, no sería un
caso de concurso, sino que presentaría un problema en orden a la ley penal en el tiempo.
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disposiciones, la especial prevalecerá sobre la general”, se consagra en lo relativo a la
concurrencia de normas incompatible le referido principio de especialidad.
La opinión mayoritaria de la doctrina pretende ver la operancia del principio cuando la situación
regulada en una norma queda comprendida en otra de alcance mayor, de tal manera que esta
excluye la aplicación de aquélla. En esta posición se coloca Jiménez de Azúa: “Este principio
ejerce su imperio cuando el hecho previsto por una ley o una disposición legal esta comprendida
en el tipo descrito en otra, y puesto que ésta es de más amplio alcance, se aplica con exclusión de
la primera.”
Porte Petit abunda en tal opinión al expresar: “Nosotros pensamos que basándonos en los casos
en que pueda presentarse la concurrencia de normas incompatibles entre sí, debe darse al
principio de consunción la amplitud que requiere. Por tanto, existe el principio de consunción o
absorción, cuando la materia o el caso regulado por una norma, quedan subsumidos en otra de
mayor amplitud.”
Dice Mezger “Cuando una ley que conforme a su propio sentido incluye ya para sí el desvalor
delictivo de la otra, no permite por ello la aplicación de esta última y la excluye, el fundamento que
excluye dicha exclusión no lo suministra la relación lógica de ambas leyes entre sí, sino mas bien el
propio sentido de la misma con arreglo a una interpretación valorativa”.
Más claramente, C. Sanpedro Arrubla, precisa que la exclusión de los tipos conforme al principio
de consunción se da “cuando uno contiene el desvalor de otro”, lo cual ocurre con los hechos
posteriores copenados; “cuando alguien se apodera de cosa mueble ajena y posteriormente la
destruye, caso en el cual será hurto, y no concurso entre éste y daño en bien ajeno, o en los
hechos típicos acompañantes, como cuando la ropa de la víctima sufre daños como consecuencia
del disparo propinado por el agente.
Adquiere realidad o funcionamiento este principio cuando la ley o disposición tiene carácter
subsidiario respecto de otra, en cuyo caso ésta excluye la aplicación de aquélla. Tal principio se
expresa así: lex primaria derogat legi subsidiarae.
Enunciado el principio surge el problema de establecer cuándo una norma tiene carácter
subsidiario respecto a otra. Sobre ésta cuestión, Jiménez de Asúa nos ilustra precisando que una
ley tiene tal carácter con relación a la principal “cuando ambas describen grados o estadios
diversos de la violación del mismo bien jurídico, de modo que el descrito por la disposición
subsidiaria, por ser menos grave que el descrito por la principal, queda absorbido por ésta.” Tal es
el caso de una disposición cuya aplicación se condicione a la circunstancia de que el hecho no
constituya un delito sancionado en forma más grave, usando una expresión equivalente.
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De ahí que tanto Soler como Mezger distingan entre subsidiaridad expresa, cuando la ley
dispone la aplicación de una norma condicionándola a la inaplicación de otra, y subsidiaridad tácita,
a la cual se llega mediante el camino de la interpretación.
Para Bacigalupo se da una relación de subsidiaridad “cuando un tipo penal sólo sea aplicable en
tanto no resulte aplicable otro. Tal situación es de apreciar, cuando uno de los tipos penales no
implique sino una ampliación de la protección penal de un bien jurídico a estadios previos respecto
a la lesión del mismo bien jurídico.” El autor pone como ejemplo a las lesiones corporales menos
grave, que son subsidiarias de las más graves, aclarando que “la mayor o menor amplitud con que
se considere la subsidiaridad tiene su contrapartida, por lo general, en la que se acuerde a la
consunción.
Se habla de alternatividad cuando las normas concurrentes protegen el mismo interés jurídico,
aun cuando sus elementos constitutivos no sean idénticos. Dentro de su peculiar forma de precisar
el contenido de los principios regentes del concurso aparente de normas, Sebastián Soler explica
que en ocasiones la alternatividad se produce como consecuencia de la equivalencia de las
valoraciones contenidas en la ley penal, de tal manera que resulta indiferente la aplicación de una
u otra norma. “Los tipos son siempre incompatibles y se excluye toda posibilidad de aplicación
simultánea, porque cualquiera de ellos es suficiente para alcanzar el grado de penalidad y a éste le
es indiferente que además de uno de los tipos, se haya también ejecutado la acción
correspondiente al otro tipo, y claro está, sea ello con un solo hecho o no”.
Dentro del Título relativo a la “aplicación de las sanciones”, en el capítulo I del Código Penal
Federal, se establecían las normas de carácter general, el legislador había recogido, en el artículo
59, el criterio de la “sanción mayor” al declarar: “Cuando un delito pueda ser considerado bajo dos
o más aspectos, y bajo cada uno de ellos merezca una sanción diversa, se impondrá la mayor”.
Ahora bien, a virtud de la reforma al artículo 6º del Código Penal publicada en 1985, se derogó en
forma expresa el artículo 59 mencionado, lo cual reafirmó el criterio interpretativo de que el artículo
6º consagraba el principio de especialidad, el cual comprendió a nuestro entender, de igual
manera, los casos de consunción.
La cuestión que surgió en su momento, con la creación del texto del artículo 6, fue la de
considerar si dentro del concepto de ley especial debía captarse también aquella ley que por su
mayor entidad valorativa, consumía a la de menor alcance, ya que de ser así, como lo
consideramos oportunamente, el principio de especialidad, acogido en la norma penal, comprendía
también la noción de la consunción o absorción. El criterio de pena mayor hubiera podido seguir
siendo válido, apoyado en el de especialidad, cuando las normas en concurrencia hubieran
permitido, mediante dicho principio, la aplicación de la pena más grave. Desde el punto de vista
objetivo, se vino diciendo en el pasado que el criterio de la sanción mayor constituía una limitación
a la regla de estar a lo más beneficioso el acusado, afirmación inadecuada si se considera que el
principio “in dubio pro reo”, opera esencialmente en el ámbito de las normas procesales.
El Código Penal para el Distrito Federal del año 2002, en el capítulo IV del Título Primero de su
Libro Primero, referente a la Ley Penal, se ocupa del “Concurso Aparente de Normas” en su
artículo 13 de la siguiente manera: “Artículo 13 (Principio de especialidad, consunción y
subsidiariedad). Cuando una misma materia aparezca regulada por diversas disposiciones: I. La
especial prevalecerá sobre la general; II. La de mayor protección del bien jurídico absorberá a la de
menor alcance; o III. La principal excluirá a la subsidiaria”.
AUTOEVALUACIÓN
UNIDAD I
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La dogmática jurídico penal es la disciplina cuyo objeto consiste en descubrir, construir y
sistematizar los principios rectores del ordenamiento penal positivo.
La ciencia del derecho penal es el conjunto sistemático de principios relativos al delito, a la pena y
a las medidas de seguridad.
El derecho penal de hoy es un derecho público, porque solo el estado es capaz de crear normas
que definan delitos y que impongan sanciones en holocausto al apotegma liberal, esta
característica excluye la posibilidad de considerar el llamado derecho disciplinario que ejercen las
sociedades privadas y hasta corporaciones publicas un derecho punitivo propiamente dicho.
El derecho penal es un conjunto de normas y disposiciones jurídicas que regulan el ejercicio del
poder sancionador y preventivo del estado, estableciendo el concepto de delito como presupuesto
de la acción estatal, así como la responsabilidad del sujeto activo asociando a la infracción de la
norma una pena finalista o una medida aseguradora
Principalmente la sobrevivencia del hombre, con un equilibrio que de seguridad a los miembros de
una sociedad, mediante el respeto de los bienes jurídicos tutelados por la ley.
6.- Cite algunas ramas del Derecho con las que, en su opinión tiene más relación el Derecho
Penal?
El Derecho Penal es la rama del Derecho Público interno relativa a los delitos, a las penas y a
las medidas de seguridad, que tiene por objetivo inmediato la creación y la conservación del orden
social.
Es una norma emanada del poder público, general, abstracta y permanentemente, provista de
una sanción. Es una regla obligatoria por imponerla el poder del Estado y su observancia se
asegura mediante sanciones.
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9.- ¿Qué se entiende por interpretación de la ley?
Es el criterio que se utiliza para interpretar la ley que va en razón del sujeto, de los medios para
realizarla, y de los resultados a que se llega.
R.- Aplicar la ley consiste en materializar el contenido de una norma jurídica al caso concreto.
APLICACIÓN DE LA LEY PENAL.- Existe confusión entre la interpretación analógica y la aplicación
analógica. Esta última la prohíbe el artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, no así la interpretación analógica, conforme al principio de legalidad.
APLICACIÓN ANALÓGICA.- Aplicar analógicamente una pena consiste en imponer una sanción
por un delito no previsto en la ley simplemente por analogía (semejanza) con otro delito, lo cual es
violatorio de la garantía constitucional de legalidad aludida.
R.- En principio, se sabe que la ignorancia de la ley penal no excusa su cumplimiento; así, será
merecedor de una pena quien incurra en un delito, aún cuando ignorase que existiera. No obstante,
el artículo 52 del Código Penal Federal y el 72 del Código Penal para el Distrito Federal otorgan al
juez la facultad de considerar, entre otras, la educación, la ilustración, los usos y las costumbres
del grupo étnico y otras circunstancias para la correcta aplicación de la pena, la cual podrá imponer
a su criterio, valorando esas circunstancias. Para ello, normalmente tendrá un margen variable
entre un mínimo y un máximo, a fin de aplicar la sanción a cada delito, de una manera más justa y
equitativa.
13.- Precise y explique en cuadro sinóptico cada ámbito de validez de la Ley Penal.
R.- Extradición.- Es la entrega que hace un Estado a otro de un acusado o condenado que se ha
refugiado en aquél. Se clasifica en: activa, pasiva, espontanea, voluntaria y de paso o transito.
Cabe aclarar que la extradición ocurre tanto en el plano interno (nacional) como externo
(internacional). En este último caso se rige por los tratados internacionales en que los Estados son
parte y por las disposiciones de la Ley de Extradición Internacional.
Expulsión.- Consiste en que un Estado puede expulsar a los extranjeros cuya permanencia en
territorio nacional juzgue inconveniente, según preceptúa el artículo 33 Constitucional, primer
párrafo, segunda parte, el cual incluso señala que esta facultad del Ejecutivo no requiere juicio
previo.
R.- En principio, ninguna ley debe aplicarse retroactivamente, o sea, ninguna ley puede aplicarse
respecto de un hecho ocurrido antes del surgimiento de la norma.
Sin embargo, debe entenderse que tal prohibición, según el artículo 14 Constitucional, se
impone siempre que sea “en perjuicio de alguien”. De esta manera, la ley podrá aplicarse
retroactivamente cuando resulte en beneficio del inculpado o sentenciado. Fundamentación de ello
es el artículo 56 del Código Penal Federal, así como los preceptos 9º, 10 y 121 del Código Penal
para el Distrito Federal, los cuales señalan que será aplicable la ley más favorable al inculpado o
sentenciado.
Las etapas que dieron origen a lo que hoy conocemos como Derecho Penal se agrupan en cuatro
períodos, de acuerdo a las tendencias que tienen notas comunes sobre la función represiva de los
distintos pueblos. En cada uno de estos períodos conviven ideas opuestas y aún contrarias.
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Venganza privada. También se le llama venganza de la sangre o época bárbara. “en el primer
período de formación del Derecho Penal fue el impulso de la defensa o de la venganza la ratio
essendi de todas las actividades provocadas por un ataque injusto. La función represiva estaban
manos de los particulares. En ocasiones los vengadores, al ejercitar su acción se excedían
causando males mucho mayores que los recibidos, hubo necesidad de limitar la venganza y así
apareció la fórmula del talión ojo por ojo y diente por diente, para significar que el grupo sólo
reconocía al ofendido el derecho de causar un mal de igual intensidad al sufrido. Mas tarde surgió
el sistema de composiciones en el cual el ofensor podía comprar al ofendido o a su familia el
derecho de venganza.
Venganza divina. Se estima al delito una de las causas del descontento de los dioses; por eso los
jueces y tribunales juzgan en nombre de la divinidad ofendida, pronunciando sus sentencias e
imponiendo las penas para satisfacer su ira, logrando el desistimiento de su justa indignación.
Venganza Pública. A medida que los Estados adquieren una mayor solidez, principia a hacerse la
distinción entre delitos privados y públicos, según el hecho lesione de manera los intereses de los
particulares o el orden público. Es cuando aparece la venganza pública o concepción política; los
tribunales juzgan en nombre de la colectividad. Se imponen penas cada vez más crueles e
inhumanas, nada se respetaba, se desenterraban los cadáveres y se les procesaba- De estos
ilimitados derechos abusaron los déspotas y los tiranos depositarios de la autoridad y el mando.
Este espíritu inspiró al Derecho Penal europeo hasta el siglo XVIII, no en Europa sino también en
Oriente y en América, la humanidad aguzó su ingenio para inventar suplicios, para vengarse con
refinado encarnizamiento; la tortura era una cuestión previa antes de la ejecución, a fin de obtener
revelaciones o confesiones. Algunos de los instrumentos que utilizaban eran la jaula de hierro o
de madera, la hoguera, la decapitación por el hacha, la marca infamante por hierro candente; el
garrote que daba la muerte por estrangulación, etc.
En la obra de Beccaria “Dei delitti e delle pene” (De los delitos y de las penas) destacan los
siguientes puntos:
a) El derecho a castigar se basa en el contrato social y por tanto la justicia humana y la divina son
independientes.
b) Las penas únicamente pueden ser establecidas por las leyes; éstas han de ser generales y
sólo los jueces pueden declarar que han sido violadas.
c) Las penas deben ser públicas, prontas y necesarias, proporcionadas al delito y las mínimas
posibles.
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Al marqués de Beccaria se le puede considerar apóstol del Derecho Penal renovado pues inauguró
la era humanista y romántica, con espíritu más filantrópico que científico.
Hay quienes señalan una quinta etapa correspondiente a la llamada “Científica” por considerar que
presenta perfiles y caracteres propios. Para la existencia de un conocimiento científico basta con
perseguir un fin o una verdad en forma ordenada y sistemática; tal cosa ocurre a partir de la obra
del marqués de Beccaria, es entonces cuando surge el período científico, sin embargo, antes de él
se hicieron algunas sistematizaciones para tratar de resolver, convenientemente, los problemas del
Derecho Penal.
A partir de la lectura del capítulo I, del libro “Lineamientos elementales de Derecho Penal” de
Fernando Castellanos Tena,, deberá redactar un ensayo de 2 cuartillas, que contenga los
siguientes conceptos: denominaciones y fines de Derecho Penal y Ciencia del Derecho Penal, sus
objetos de estudio, características y finalidades.
El derecho tiene como finalidad encauzar la conducta humana para hacer posible la vida gregaria e
intenta proteger intereses que son fundamentales en determinado tiempo y lugar para garantizar la
supervivencia misma del orden social. El Derecho Penal, por su naturaleza, es capaz de crear y
conservar el orden social. Se puede definir como la rama del Derecho Público interno relativa a
los delitos, a las penas y a las medidas de seguridad, que tiene por objetivo inmediato la creación y
la conservación del orden social. El Derecho Penal es público por cuanto sólo el Estado tiene
capacidad para establecer los delitos y señalar las peas, imponer éstas y ejecutarlas.
Su estudio sistemático se escinde en diversos temas, sin embargo se señalan dos partes: la
General y la Especial.
1. Introducción, (que trata las generalidades sobre Derecho Penal y las Ciencias Penales;
evolución de las ideas penales, la Historia del Derecho Penal, y las principales Escuelas Penales).
2. Teoría de la Ley Penal, (fuentes, interpretación de la Ley Penal y sus ámbitos de validez:
material, espacial, temporal y personal)
3. Teoría del Delito (generalidades sobre la definición, concepto, elementos, factores negativos, la
vida del delito, la participación y el concurso) (incluye el estudio del delincuente) y
El Derecho Penal es público por normar relaciones entre el poder y los gobernados. Se le
denomina también Derecho Criminal o Derecho de Defensa Social, aunque para que no se preste
a confusiones es mejor llamarlo Derecho Penal. Este derecho se distingue de otras ramas por la
mayor reacción del poder del Estado; este responde con más energía frente al delito que ante las
violaciones a normas civiles, administrativas o de otra índole.
El Derecho Penal Objetivo para Raúl Carrancá y Trujillo es el conjunto de leyes mediante las
16
cuales el Estado define los delitos, determina las penas imponibles a los delincuentes y regula la
aplicación concreta de las mismas a los casos de incriminación”.
El Derecho Penal Subjetivo se identifica con el ius piniendi: es el derecho a castigar. Consiste en
la facultad del Estado (mediante leyes) de conminar la realización del delito con penas, y en su
caso, imponerlas y ejecutarlas. Para Cuello Calón es el derecho del Estado a determinar, imponer
y ejecutar las penas y demás medidas de lucha contra la criminalidad.
El Derecho Penal Sustantivo lo constituyen las normas relativas al delito, ala pena y a las demás
medidas de lucha contra la criminalidad, también se le conoce como Derecho Penal Material.
El Derecho Penal Adjetivo también conocido como Derecho Penal Instrumental o Derecho Procesal
Penal, es la reglamentación cuyo objeto es señalar el camino a seguir en la imposición del Derecho
material. Suele definirse como el conjunto de normas relativas a la forma de aplicación de las
reglas penales a casos particulares.
Su relación con otras disciplinas jurídicas. El Derecho Constitucional es quien señala al Penal su
órbita de acción.
Para Eugenio Cuello Calón la Ciencia del Derecho Penal es el “conjunto sistemático de principios
relativos al delito, a la pena y a las medidas de seguridad.” Se trata de una sistematización cuyo
objeto lo constituyen las normas que definen los actos seriamente trastornadores del orden social y
las medidas adecuadas para su prevención y represión.
La Ciencia del Derecho Penal es normativa, pero al lado de ella existen otras disciplinas causales
explicativas conocidas con el nombre genérico de Ciencias Penales, que no intentan guiar la
conducta humana, sino explicar causar, estudiar el nexo entre el delito y los factores que influyen
en su producción.
La Criminología se ocupa del estudio del delito considerado como fenómeno biológico y social.
Representa el término de muchas ciencias penales como la Antropología, la Sociología, la
Endocrinología, la Psicología y la Estadística criminales. Existen las ciencias auxiliares del
derecho como la Medicina Legal y la Criminalística.
También la Política Criminal definida como la ciencia conforme a la cual el Estado debe realizar la
prevención y la represión del delito. Esta disciplina es el aprovechamiento práctico, por parte del
Gobierno, de los conocimientos adquiridos por las ciencias penales, a fin de dictar las
disposiciones pertinentes para el logro de la conservación básica del orden social.
UNIDAD 2
EL DELITO
La palabra delito deriva del verbo latino delinquere, que significa abandonar, apartarse del buen
camino, alejarse del sendero señalado por la ley.
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Los autores han tratado en vano de producir una definición del delito con validez universal para
todos los tiempos y lugares, una definición filosófica, esencial. Como el delito está intimidante
ligado a la manera de ser de cada pueblo y a las necesidades de cada época, los hechos que unas
veces han tenido ese carácter, lo han perdido en función de situaciones diversas y, al contrario,
acciones no delictuosas, han sido erigidas en delitos.
Rafael Garófalo, el sabio jurista del positivismo, define el delito natural como la violación de los
sentimientos altruistas de probidad y de piedad, en la medida media indispensable para la
adaptación del individuo a la colectividad.
Concepto Jurídico del Delito.- Para varios autores, la verdadera noción formal del delito la
suministra la ley positiva mediante la amenaza de una pena para la ejecución o la omisión de
ciertos actos, pues formalmente hablando, expresan, el delito se caracteriza por su sanción penal;
sin una ley que sancione una determinada conducta, no es posible hablar del delito.
Para Edmundo Mezger, el delito es una acción punible; esto es, el conjunto de los presupuestos
de la pena.
Los autores que se refieren a los presupuestos, los consideran como las circunstancias jurídicas
o de hecho, cuya existencia debe ser previa a la realización del delito. Clasifican a los
presupuestos en generales y especiales. Son generales cuando necesariamente deben concurrir
para la configuración de cualquier delito, pues su ausencia implica la imposibilidad de integrarlo;
mencionan como tales a la norma penal, al sujeto activo, al pasivo y al bien jurídico. Estiman como
presupuestos especiales a los condicionantes de la existencia de un delito concreto y cuya
ausencia puede originar la no aparición del delito, como la falta de preñez para la comisión del
aborto; o la ausencia de relación de parentesco en el delito tipificado en el artículo 323
(denominado homicidio en razón de parentesco o relación).
Podría decirse que este tema constituye la columna vertebral del derecho penal. El adecuado
manejo de los elementos del delito permitirá entender y comprender en la práctica cada delito de
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los que se estudian en el curso de delito en particular (parte especial), en el cual se analizan los
ilícitos más importantes que contempla la legislación penal mexicana.
En material procesal se habla del cuerpo del delito para referirse al conjunto de elementos que
integran el tipo penal. En el decreto del 8 de marzo de 1999 la CPEUM volvió a incluir la noción de
cuerpo del delito (recuérdese que cuerpo del delito no es el cuerpo de la víctima o el instrumento
con que se cometió el delito).
Los elementos del delito son cada una de las partes que lo integran; dicho de otra manera: el
delito existe en razón de la existencia de los elementos: Conducta, tipicidad, antijuricidad,
imputabilidad, culpabilidad, condicional objetiva y punibilidad.
Los elementos del delito son los aspectos positivos, a cada uno de los cuales corresponde uno
negativo, que constituye la negación de aquél; significa que anula o deja sin existencia al positivo y,
por lo tanto, al delito.
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Reproche penal; grados: Invencible Fracc. VII, CPF y
dolo o intención Eximentes putativas CPDF
y culpa, no intención No exigibilidad de Fracc. IX, CPF y
(imprudencia) otra conducta CPDF
Temor fundado Fracc. X, CPF
(proveniente del
exterior del sujeto)
Caso fortuito
Condicionalidad objetiva Ausencia de En cada tipo
de punibilidad Condicionalidad Previstas en cada tipo
Punibilidad Amenaza objetiva penal
legal de una pena
Excusas absolutorias
Atomizadora o analítica, para los seguidores de esta tendencia, el delito es el resultado de varios
elementos que en su totalidad integran y dan vida al mismo.
De acuerdo con esta corriente, algunos autores estiman que el delito se forma con un número
determinado de elementos; unos consideran que se conforma con dos elementos, otros aseguran
que se requieren tres, y así sucesivamente, hasta llegar a quienes afirman que el delito se integra
con siete elementos. Una definición de delito jurídico-sustancial sería: es la conducta típica,
antijurídica y culpable (Jiménez de Asúa)
Griselda Amuchategui dice: el delito es la conducta típica y antijurídica realizada por alguien
imputable y culpable, que dará por consecuencia la punibilidad.
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2.4 Delito instantáneo, permanente o continuo, eventualmente permanente y continuado.
Nuestra Ley Penal reformada (según Decreto publicado el 13 de enero de 1984), en su artículo 7
sólo alude a tres especies de delitos en función de su duración: instantáneo, permanente o
continuo y continuado.
Continuado. En este delito se dan varias acciones y una sola lesión jurídica. Es continuado en la
conciencia y discontinuo en la ejecución. Con razón para Carrara la continuidad en este delito debe
buscarse en la discontinuidad de la acción. Se dice que el delito continuado consiste: 1° Unidad de
resolución; 2° Pluralidad de acciones (discontinuidad en la ejecución); 3° Unidad de lesión jurídica;
y 4° Unidad de sujeto pasivo. Como ejemplo puede citarse el caso del sujeto que decide robar
veinte botellas de vino, mas para no ser descubierto, diariamente se apodera de una, hasta
completar la cantidad propuesta.
Nuestro Código Penal no hacía referencia al delito continuado, con las reformas de 1984 lo
definió en la fracción III del artículo 7: “Continuado cuando con unidad de propósito delictivo y
pluralidad de conductas se viola el mismo precepto legal” Con la reforma del 13 de mayo de 1996
la fracción se adicionó con la exigencia de que se trate del mismo sujeto pasivo.
Porte petit enumera como elementos del delito permanente: a) una conducta o un hecho; y, b)
una consumación más o menos duradera. A su vez el segundo elemento comprende tres
momentos, a saber: a´) un momento inicial identificado con la compresión del bien jurídico
protegido por la ley; b´) un momento intermedio que va desde la compresión del bien jurídico hasta
antes de la cesación del estado antijurídico; y, c´) un momento final, coincidente con la cesación
del estado compresivo del bien jurídico.
Delito consumado, es la producción del resultado típico y ocurre en el momento preciso de dañar
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o poner en peligro el bien jurídico tutelado; por ejemplo, en el homicidio la consumación surge en el
preciso instante de causar la muerte (por supuesto, es punible)
Delito de tentativa, se constituye por los actos materiales tendientes a ejecutar el delito, de modo
que éste no se produzca por causas ajenas a la voluntad del agente. Puede ocurrir mediante actos
positivos (hacer) o negativos (abstenciones u omisiones).
La tentativa es un grado de ejecución que queda incompleta por causas no propias del agente y,
puesto que denota la intención delictuosa, se castiga. Al respecto, el CPF ha establecido: “Artículo
12. Existe tentativa punible, cuando la resolución de cometer un delito se exterioriza realizando en
parte o totalmente los actos ejecutivos que deberían producir el resultado, u omitiendo los que
deberían evitarlo, si aquél no se consuma por causas ajenas a la voluntad del agente. Para
imponer la pena de la tentativa el juez tomará en cuenta, además de lo previsto en el artículo 52, el
mayor o menor grado de aproximación al momento consumativo del delito.”
En el transcrito precepto se advierte claramente que se captan las dos formas de tentativa, tanto
la acabada como la inacabada. Se alude en forma expresa a la comisión por omisión, al aludir a la
conducta consistente en omitir los actos que deberían evitar el resultado.
A partir de la reforma del artículo 51 del Código Penal, ya no existe el problema respecto al
límite mínimo de la pena en la tentativa, porque expresamente se establece que la aplicable es la
que resulte de la elevación o disminución, según corresponda, de los términos mínimo y máximo
de la prevista para cada delito.
El artículo 63 del ordenamiento penal dice: “Al responsable de tentativa punible se le aplicará, a
juicio del juez y teniendo en consideración las prevenciones de los artículos 12 y 52, hasta las dos
terceras partes de la sanción que se le debiera imponer de haberse consumado el delito que se
quiso realizar, salvo disposición en contrario. En los casos de tentativa en que no fuera posible
determinar el daño que se pretendió causar, cuando éste fuera determinante para la correcta
adecuación típica, se aplicará hasta la mitad de la sanción señalada en el párrafo anterior.
Al igual que en el delito, en el cual se vio que se puede presentar el concurso, respecto de las
personas también ocurre el fenómeno de la concurrencia, esto es, la reunión de dos o más
personas como sujetos activos del delito.
En principio, muchos delitos son cometidos por una sola persona, A veces, dos o más los
cometen, mientras que en otras ocasiones la propia ley exige la concurrencia de dos o más sujetos
para que pueda existir el delito.
Teoría de la accesoriedad. El autor es quien realiza el acto delictivo o conducta típica; así, hay una
conducta principal y otras accesorias que corresponden a los partícipes.
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Teoría de la autonomía. Afirma que cada sujeto realiza una conducta autónoma, por lo cual se
producen varios delitos. Respecto de sus conductas, existe autonomía.
La teoría más adecuada es la de la causalidad, siempre que se haga un análisis profundo de cada
elemento del delito, considerando los objetivos y los subjetivos. En cualquier caso, cada partícipe
debe responder por el daño causado.
Coautoría. En este caso intervienen dos o más sujetos en la comisión del delito.
Complicidad. La producen las personas que de manera indirecta ayudan a otras a cometer un
delito.
Autoría mediata. Existe cuando un sujeto se vale de un inimputable para cometer el delito. El autor
será el sujeto imputable, mientras que el medio o instrumento del que aquél se valió para cometer
el ilícito será el inimputable.
Provocación o determinación. Consiste en utilizar y aprovechar la idea que otra persona tiene,
propiciando el reforzamiento para que cometa el delito.
Mandato. Consiste en ordenar a otros que cometan un delito, con beneficio sólo de quien lo
ordena.
Coacción. Se ordena la comisión de un delito, pero con algún tipo de amenaza hacia el sujeto.
Asociación. Es un convenio que celebran varios sujetos para cometer un delito en beneficio de
todos.
II. Que aquél no sea una consecuencia necesaria o natural de éste, o de los medios concertados
III. Que no haya sabido antes que se iba a cometer el nuevo delito, y
IV. Que no hayan estado presentes en la ejecución del nuevo delito, o que habiendo estado,
hayan hecho cuanto estaba de su parte impedirlo. (Art. 14 del CPF.)
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2.7 Delitos de acción y de omisión; delitos dolosos y culposos.
Según la forma de la conducta del agente, o como dicen algunos autores, según la
manifestación de voluntad, los delitos pueden ser de acción y de omisión.
Los de acción se cometen mediante un comportamiento positivo; en ellos se viola una ley
prohibitiva. Eusebio Gómez afirma que son aquellos en los cuales las condiciones de donde deriva
su resultado, reconocen como causa determinante un hecho positivo del sujeto.
Los delitos de omisión el objeto prohibido es una abstención del agente, consisten en la no
ejecución de algo ordenado por la ley. Para el mismo Eusebio Gómez, en los delitos de omisión,
las condiciones de que derivan su resultado reconocen, como causa determinante, la falta de
observancia por parte del sujeto de un precepto obligatorio. Debe agregarse que los delitos de
omisión violan una ley dispositiva, en tanto los de acción infringen una prohibitiva.
Delito doloso, intencional; cuando el sujeto comete el delito con la intención de realizarlo. Se tiene
la voluntad y el dolo de infringir la ley (arts. 9º. Del CPF y 18, párrafo segundo, del CPDF)
Delito culpos, imprudencial o no intencional. El delito se comete sin la intención de cometerlo;
ocurre debido a negligencia, falta de cuidado, imprevisión, imprudencia, etc.; por ejemplo,
homicidio, lesiones y daño en propiedad ajena con motivo del tránsito de vehículos (arts. 9º,
párrafo segundo, del CPF y no se incluye en el CPDF)
La conducta es el primero de los elementos que el delito requiere para existir. Algunos
estudiosos le llaman acción, hecho, acto o actividad.
La conducta puede realizarse mediante un comportamiento o varios; por ejemplo, para matar a
alguien, el agente desarrolla una conducta a fin de comprar la sustancia letal, con otra prepara la
bebida, con otra más invita a la víctima a su casa y con una última le da a beber el brebaje mortal.
El acto o la acción, stricto sensu, es todo hecho humano voluntario, todo movimiento voluntario
del organismo humano capaz de modificar el mundo exterior o de poner en peligro dicha
modificación. Según Cuello Calón, la acción, en sentido estricto, es el movimiento corporal
voluntario encaminado a la producción de un resultado consistente en la modificación del mundo
exterior o en el peligro de que se produzca. Para Eugenio Florián, la acción es un movimiento del
cuerpo humano que se desarrolla en el mundo exterior y por esto determina una variación, aun
cuando sea ligera o imperceptible.
La omisión consiste en realizar la conducta típica con abstención de actuar, esto es, no hacer o
dejar de hacer. Constituye el modo o forma negativa del comportamiento.
Comisión por omisión. También conocida como comisión impropia, es un no hacer voluntario
culposo, cuya abstención produce un resultado material, y se infringen una norma preceptiva y otra
prohibitiva por ejemplo, abandono de la obligación de alimentar a los hijos, con lo que se puede
causar la muerte de éstos.
Nexo de causalidad, es el ligamen o nexo que une la conducta con el resultado, el cual debe ser
material. Dicho nexo es lo que une la causa con el efecto, sin el cual este último no puede
atribuirse a la causa.
Se insiste en que el nexo causal debe ser material, ya que si es moral, espiritual o psicológico,
será irrelevante para el derecho penal. Quien desea matar debe actuar de manera que el medio o
los medios elegidos para tal propósito sean objetivos y, por tanto, idóneos; se requiere que los
materialice para lograr el resultado típico.
NEXO DE CAUSALIDAD
CAUSA EFECTO
CONDUCTA RESULTADO
Estimamos que las personas jurídicas no pueden ser sujetos activos del delito por carecer de
voluntad propia, independiente de la de sus miembros, razón por la cual faltaría el elemento
conducta, básica para la existencia del delito.
El artículo once del CPDF, establece que cuando algún miembro o representante de una
persona jurídica cometa un delito con los medios para tal efecto proporcionados por la misma
entidad, de modo que resulte cometido a nombre o bajo el amparo de la sociedad o en beneficio de
ella, el juez podrá decretar la suspensión de la agrupación o su disolución si fuera necesario para
la seguridad pública. Del propio precepto se desprende claramente que quien comete el delito es
un miembro o representante, es decir, una persona física y no la moral. Por otra parte, si varios o
todos los socios convienen en ejecutar el delito o intervienen en él en alguna forma, se estará en
presencia de un caso de participación o co-delincuencia de personas reales. Villalobos al respecto
escribe: “Se ha llegado a pretender, con apariencia lógica, que supuesto que la ley autoriza la
imposición de penas a la persona jurídica, es claro que considera a ésta como responsable. La
verdad es que, tomando en conjunto los términos de la disposición y si se admitiera que se impone
la sanción a la sociedad, lo único que resultaría sería un precepto absurdo y anticonstitucional
(Arts. 14, 16, 19 y 20 de la Constitución) pues en resumen se prevendría en él que, cuando delinca
una persona (el miembro o representante de una sociedad) se sancione a otra (la corporación)”
25
Como opinión en contrario puede citarse la del profesor Carlos Franco Sodi, para quien de
conformidad con el artículo 13 del CPF, las sociedades resultan prestando auxilio o cooperación a
sus miembros en la comisión de un delito que, además, a ellas aprovecha y por lo mismo la
responsabilidad penal de las personas morales sin duda existe en nuestro Derecho positivo, pues
de acuerdo con el mencionado precepto, son responsables de los delitos no sólo los autores
materiales e intelectuales, sino quienes prestan auxilio o cooperación de cualquier especie.
Para Francisco González de la Vega, el artículo 11 de CPF apenas contiene una apariencia de
responsabilidad colectiva, pero no contraría la tesis de que únicamente las personas físicas pueden
ser sujetos activos del delito, pues la redacción del mismo precepto indica en forma clara que es
algún miembro o representante de la sociedad quien comete el delito; las sanciones establecidas,
más que de penas, tienen el carácter de medidas de seguridad a simple título preventivo de nuevas
actividades criminales.
Como hemos dicho, compartimos la opinión de que las personas morales no pueden delinquir;
sin embargo, indiscutiblemente constituyen sujetos pasivos del delito como las personas físicas, en
especial tratándose de infracciones penales de tipo patrimonial y contra el honor; también el Estado
puede ser sujeto pasivo del delito y, de hecho, lo es la sociedad misma.
2.8.5 La ausencia de conducta: vis absoluta, vis mayor, movimientos reflejos, sueño,
sonambulismo, actos automáticos y otros.
Vis absoluta consiste en que una fuerza humana exterior e irresistible se ejerce contra la voluntad
de alguien, quien en apariencia comete la conducta delictiva.
Matar por vis absoluta coloca al supuesto sujeto activo en posición de un mero instrumento, del
cual se vale el auténtico sujeto activo.
Ni desde el punto de vista de la lógica ni desde el jurídico puede ser responsable quien es
“usado” como medio para cometer un delito, por ejemplo, presionar la mano de alguien sobre el
gatillo para que dispare el arma y mate a otra persona.
Vis mayor es la fuerza mayor que, a diferencias de la vis absoluta, proviene de la naturaleza.
Cuando un sujeto comete un delito a causa de una fuerza mayor, se presenta el aspecto
negativo de la conducta, o sea, hay ausencia de conducta, pues no existe voluntad por parte del
supuesto “agente”, ni conducta propiamente dicha; de ahí que la ley penal no lo considere
responsable. Un ejemplo sería que en un terremoto alguien, impulsado por un movimiento brusco
de la tierra, lanza al vacío a una persona que tiene cerca.
Actos reflejos Son aquellos que obedecen a excitaciones no percibidas por la conciencia por
transmisión nerviosa a un centro y de éste a un nervio periférico. Como el sujeto está impedido
para controlarlos, se considera que no existe la conducta responsable y voluntaria. En caso de
poder controlarlos a voluntad, habrá delito. Por la acción de un acto reflejo puede cometerse una
lesión o daño en propiedad ajena.
El tipo es la descripción legal de un delito, o bien, la abstracción plasmada en la ley de una figura
delictiva.
Hemos insistido en que para la existencia del delito se requiere una conducta o hechos
humanos; mas no toda conducta o hecho son delictuosos; precisa, además, que sean típicos,
antijurídicos y culpables. La tipicidad es uno de los elementos esenciales del delito cuya ausencia
impide su configuración, habida cuenta de que nuestra Constitución Federal, en su artículo 14,
establece en forma expresa: “En los juicios del orden criminal queda prohibido imponer, por simple
analogía y aun por mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada por una ley exactamente
aplicable al delito de que se trata”, lo cual significa que no existe delito sin tipicidad.
No debe confundirse el tipo con la tipicidad. El tipo es la creación legislativa, la descripción que
el Estado hace de una conducta en los preceptos penales. La tipicidad es la adecuación de la
conducta al tipo, o sea, el encuadramiento de un comportamiento real a la hipótesis legal. Así
habrá tipicidad cuando la conducta de alguien encaje exactamente en la abstracción plasmada en
la ley.
2.9.1 Historia del tipo penal, importancia, función de garantía y el bien jurídico.
La historia de la tipicidad es, consecuentemente, la historia del tipo. El tipo era considerado
antiguamente en Alemania como el conjunto de caracteres integrantes del delito, tanto los objetivos
como los subjetivos; esto es, incluyendo el dolo o la culpa. Era lo que para los antiguos escritores
españoles figura de delito. En 1906 aparece en Alemania la doctrina de Beling; considera el tipo
como mera descripción. Posteriormente Max Ernesto Mayer, en su Tratado de Derecho Penal
(1915) asegura que la tipicidad no es meramente descriptiva, sino indiciaria de la antijuridicidad. en
otras palabras: no toda conducta típica es antijurídica, pero sí toda conducta típica es indiciaria de
antijuridicidad; en toda conducta típica hay un principio, una probabilidad de antijuridicidad. El
concepto se modifica en Edmundo Mezger, para quien el tipo no es simple descripción de una
conducta antijurídica, sino la ratio essendi de la antijuridicidad; es decir, la razón de ser de ella, su
real fundamento. No define al delito como conducta típica, antijurídica y culpable, sino como acción
típicamente antijurídica y culpable. Opinión semejante sustenta en la Argentina Sebastián Soler.
Según Mezger, “el que actúa típicamente actúa también antijurídicamente, en tanto no exista
una causa de exclusión del injusto. El tipo jurídico-penal…es el fundamento real y de validez (“ratio
essendi”) de la antijuridicidad, aunque a reserva, siempre, de que la acción no aparezca justificada
en virtud de una causa especial de exclusión del injusto. Si tal ocurre, la acción no es antijurídica, a
pesar de su tipicidad”.
Coincidimos con Mezger en que la tipicidad es la razón de ser de la antijuricidad; por supuesto,
con referencia al ordenamiento positivo, porque siempre hemos sostenido que, desde el punto de
vista del proceso formativo del Derecho, la antijuricidad, al contrario, es ratio essendi del tipo, pues
el legislador crea las figuras penales por considerar antijurídicos los comportamientos en ellas
27
descritos. En otro giro: La Ley consigna los tipos y conmina con penas las conductas formuladas,
por ser opuestas a los valores que el Estado está obligado a tutelar.
Los elementos que componen la descripción del comportamiento prohibido, es decir el tipo
penal, pueden clasificarse en tres grupos. La distinción tiene importancia con relación a la manera
en que debe efectuarse la comprobación del elemento por parte del juez y la forma en que debe
haber tenido conocimiento de cada clase de elementos el autor del delito.
• Elementos descriptivos (u objetivos): son aquellos que el autor puede conocer a través de los
sentidos. Son objetos del mundo exterior que el autor puede conocer sin hacer una especial
valoración, como la cosa mueble en el delito de hurto (art. 162 del CP). Son elementos puros de la
tipicidad y de ellos se vale la ley para describir las conductas que conducen a la pena.
• Elementos normativos: son aquellos contenidos en una descripción típica que sólo se pueden
captar mediante un acto o juicio de valoración o dan los elementos para formar ese juicio. Pueden
referirse a la significación cultural (cuando el estupro se condiciona a que la mujer deba ser
"honesta") o a la significación jurídica de alguna circunstancia (como el elemento "documento" en
la falsificación). Son propios del tipo, pero no de la acción propiamente dicha, porque el autor del
hecho no las realiza. Son independientes de la conducta delictiva,
• Elementos subjetivos: son aquellos que quedan determinados por la propia conducta del autor.
Pueden distinguirse los siguientes casos:
a) casos en que el tipo requiere un determinado propósito o fin en la acción. El autor se propone
lograr un fin o un resultado que puede estar fuera del tipo, es decir que para configurar un delito es
indiferente que se logre concretarlo o no. Lo típico es la finalidad que acompaña al dolo (el rapto se
configura si hay fines deshonestos).
b) casos en que el fin perseguido tiende a ser alcanzado por la acción típica misma y no existe en
el autor intención de cumplir una actividad posterior (matar a una persona para que no sea testigo).
c) casos en que la acción va acompañada de un ánimo determinado; son los llamados delitos de
tendencia. Una misma acción, según su propósito, puede ser delito o no (tacto médico con fines
científicos o con fines lascivos).
d) casos en los que se considera la situación personal objetiva del autor, que facilita la comisión del
delito (el empleado de correos que viola la correspondencia.
Lesión o daño
Por el resultado Material o de resultado
Instantáneo
Instantáneo con efectos permanentes
Por su duración Continuado
Permanente
Común
Federal
Por la materia Militar
Político
De derecho internacional
Por el número actos Unisubsistente
Plurisubsistente
Simple
Por su estructura Complejo
Doloso o intencional
Contra la vida
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Contra el patrimonio
Por el bien jurídico Contra la nación
tutelado (leal) Contra la libertad sexual
etcétera
Básico o fundamental
Por su ordenación Especial
Metódica Complementado
Autónomo o independiente
Por su autonomía
Dependiente o subordinado
Descriptivo
Por la descripción Normativo
de sus elementos Subjetivo
Tipo de injusto objetivo, está constituido de todos aquellos elementos de naturaleza objetiva que
caracterizan la acción típica, tales como el autor, la acción, medios y formas de comisión,
resultado, objetivo material, etc.
El profesor alemán Hans Welzel señala que “El tipo objetivo es el núcleo real-objetivo de todo
delito. Delito no es solamente mala voluntad, sino mala voluntad que se concreta en un hecho.
Fundamento real de todo delito es la objetivización de la voluntad en un hecho externo. el hecho
externo es por lo tanto, la base de la construcción dogmática del delito.”
Tipo de injusto subjetivo. Se constituye del contenido de la voluntad que rige la acción dirigida a
una finalidad; el tipo de injusto subjetivo se divide a su vez en: a) tipo de injusto del delito doloso,
está constituido por el dolo, entendiéndolo simplemente como consecuencia y voluntad de realizar
el tipo objetivo de un delito; y b) tipo de injusto del delito culposo o imprudente, constituido por la
realización imprudente de los elementos objetivos de un tipo; la imprudencia se fundamenta en la
inobservancia del deber objetivo de cuidado; la diligencia debida, es el punto de partida obligado
del tipo de injusto del delito imprudente.
Es en la culpa, o sea, la realización imprudente de los elementos materiales del delito, donde
encontramos uno de los puntos críticos de la concepción finalista, pues en la acción final no puede
acreditarse la imprudencia, por carecer de actuar dirigido a la obtención del resultado típico; no
podemos hablar de actuar dirigido a un objetivo, pues los efectos secundarios no son el objetivo
planteado.
30
2.9.5 El tipo del delito doloso.
Cuando el sujeto comete el delito con la intención de realizarlo. Se tiene la voluntad y el dolo de
infringir la ley (arts. 9º del CPF y 18, párrafo segundo, del CPDF).
El delito se comete sin la intención de cometerlo; ocurre debido a negligencia, falta de cuidado,
imprevisión, imprudencia, etc.; por ejemplo, homicidio, lesiones y daño en propiedad ajena con
motivo del tránsito de vehículos (arts. 9º párrafo segundo del CPF, y 18 párrafo tercero del
CPDF).
Delitos del tipo de injusto se constituye por el contenido de la voluntad, delitos en sentido amplio
se constituye por el contenido del actuar, el hecho, la acción.
2.9.8 Tipicidad.
Cuando no se integran todos los elementos descritos en el tipo legal, se presenta el aspecto
negativo del delito llamado atipicidad. La atipicidad es la ausencia de adecuación de la conducta al
tipo. Si la conducta no es típica, jamás podrá ser delictuosa.
Como la antijuridicidad es un concepto negativo, un anti, lógicamente existe dificultad para dar
sobre ella una idea positiva; sin embargo, comúnmente se acepta como antijurídico lo contrario al
Derecho. Javier Alba Muñoz escribe: “El contenido último de la antijuridicidad que interesa al jus-
penalista, es, lisa y llanamente, la contradicción objetiva de los valores estatales… en el núcleo de
la antijuridicidad, como en el núcleo mismo de todo fenómeno penal, existe sólo el poder punitivo
del Estado valorando el proceso material de la realización prohibida implícitamente”.
Antijuridicidad formal, es la violación de una norma emanada del Estado. De acuerdo con
Jiménez de Asúa, constituye la tipicidad, mientras que la antijuridicidad material es propiamente la
antijuridicidad, por lo que considera que esta distinción no tiene sentido.
Mezger explica: “El consentimiento del lesionado no excluye el injusto en todos los hechos
punibles. El consentimiento debe ser serio y voluntario y corresponder a la verdadera voluntad del
que consiente.”
Para que el consentimiento sea eficaz se requiere que el titular objeto de la acción y el objeto de
protección sean unimisma persona. También puede darse el consentimiento presunto (enfermos)
Ejercicio de un derecho.
Es una de las causas de justificación de mayor importancia. Para Cuello Calón es legítima
defensa necesaria para rechazar una agresión actual o inminente e injusta, mediante un acto que
lesione bienes jurídicos del agresor. Según Franz Von Liszt, se legitima la defensa necesaria para
repeler una agresión actual y contraria al Derecho mediante una agresión contra el atacante. Para
Jiménez de Asúa la legítima defensa es la repulsa de una agresión antijurídica, actual o inminente,
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por el atacado o tercera persona contra el agresor, sin traspasar la necesidad de la defensa y
dentro de la racional proporcionalidad de los medios.
Es el peligro actual o inmediato para bienes jurídicamente protegidos, que sólo puede evitarse
mediante la lesión de bienes también jurídicamente tutelados, pertenecientes a otra persona
(Cuello Calón). Es una situación de peligro para un bien jurídico, que sólo puede salvarse mediante
la violación de otro bien jurídico (Sebastián Soler).
Ejercer un derecho es causar algún daño cuando se obra de forma legítima, siempre que exista
necesidad racional del medio empleado. En esta eximente, el daño se causa en virtud de ejercer
un derecho derivado de una norma jurídica o de otra situación, como el ejercicio de una profesión,
de una relación familiar, etc.
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
1.- De acuerdo con la lectura del libro de Introducción al Derecho Penal de Luís Jiménez de Asúa,
completa los siguientes cuadros.
Es la conducta que viola la ley promulgada por el Estado, lo cual deriva en una pena o castigo
acorde a la naturaleza del hecho cometido.
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3.- Completa los siguientes esquemas
Generales.- Necesariamente tienen que concurrir para la configuración de cualquier delito pues su
ausencia implica la imposibilidad de integrarlo y son:
Norma penal, sujeto activo, sujeto pasivo, objeto del delito, bien jurídico.
4.- Después de realizar las lecturas del libro Derecho Penal de Irma Griselda Amuchategui
Requena, completa el siguiente cuadro.
Hoja anexa
5.- De la lectura del capitulo 3 del texto Derecho Penal de Irma Griselda Amuchategui Requena,
prepare una carpeta en la que se contengan cinco notas periodísticas de delitos de las cuales
identifique a los sujetos activo y pasivo, así como los objetos material y jurídico, explicando porque
lo son.
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6.- Explica brevemente ¿En que consiste la prelación lógica y la prioridad temporal?
Ideación
Fase Interna Deliberación
Resolución
Manifestación Acabada(delito frustrado)
Tentativa
Inacabada(delito intentado)
Fase externa Preparación
Ejecución
Desistimiento
Delito imposible
Delito putativo (delito imaginario)
Consumación
INTER CRIMINIS
C
O
N
Acción: Hacer,
actividad
D
U
C Formas
T
A
Simple: Violación
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de una norma
preceptiva
Omisión: No hacer,
dejar de hacer
ANEXO 4
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f) por no darse, en su caso, la antijuridicidad especial
AUTOEVALUACIÓN
Es la violación de la Ley por medio de una conducta humana de acción o de omisión por lo
cual se hace merecedor a una pena o castigo
UNIDAD 3
Es imputable quien goza de salud metal, no se encuentra afectado por sustancias que alteren su
comprensión y tiene la edad que la ley señala para considerar a personas con capacidad mental
para ser responsables de delito; en la mayoría de los Estados de la República Mexicana es a partir
de los 18 años.
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Las acciones liberae in causa son aquellas libres en su causa y consisten en que el sujeto, antes
de cometer el delito, realiza actos de manera voluntaria o culposa que lo colocan en un estado en
el cual no es imputable y comete un acto criminal. Por tanto, la ley lo considera responsable del
delito; por ejemplo, quien bebe inmoderadamente y después lesiona o mata, en el momento del
ilícito no es imputable, pero antes sí. Se llaman de este modo porque son acciones libres en cuanto
a su causa, pero determinadas en lo referente a su efecto. A ellas se refiere la segunda parte de la
fracc. VII del articulo 15 el C.P.F. y el 29, fracc. VII, del C.P.D.F.
3.2 LA INIMPUTABILIDAD
C) Miedo grave.- Previsto, antes de la reformas de del 10 de enero de1994, en la fracc. VI del
articulo 15 del Código Penal vigente entonces, el miedo grave es un proceso psicológico mediante
el cual el sujeto cree estar en un mal inminente y grave. Es de naturaleza interna, a diferencia del
temor, que tiene su origen en algo externo; por tanto, el temor fundado es causa de inculpabilidad.
Actualmente se desprende del artículo 29 fracc. VII del C.P.D.F.
D) Minoría de edad.- Se considera que los menores de edad carecen de madurez y, por tanto, de
capacidad para entender y querer. De lo anterior se colige que el menor no comete delitos, sino
infracciones a la ley. El problema es determinar la edad para ser imputable; en la legislación penal
del Distrito Federal esa edad es de 18 años, según lo previsto en el articulo1º de la Ley para el
Tratamiento a Menores Infractores para el Distrito Federal, la cual establece que los menores de 18
años serán enviados al Consejo para Menores. Independientemente de esto, cada entidad
federativa señala la edad que considera adecuada conforme a la libertad y soberanía con que
legislan las localidades; así, en los estados de Quintana Roo, Guanajuato, Zacatecas y Michoacán,
entre otros, la edad es de 16 años.
3.3 LA CULPABILIDAD
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Una conducta será delictuosa no solo cuando sea típica y antijurídica, sino además culpable. Por
otra parte, se considera culpable la conducta, según Cuello Calón, cuando a causa de las
relaciones psíquicas existentes entre ella y su autor, debe serle jurídicamente reprochada. Dice
Jiménez de Asùa, “Al llegar a la culpabilidad, es donde el intérprete ha de externar la finura de sus
armas para que quede lo mas ceñido posible, en el proceso de subsunción, el juicio de reproche
por el acto concreto que el sujeto perpetró. En el mas amplio sentido puede definirse la culpabilidad
como el conjunto de presupuestos que fundamentan la reprochabilidad personal de la conducta
antijurídica”.
Se considera a la culpabilidad como el nexo intelectual y emocional que liga al sujeto con su
acto.
La teoría finalista de la acción señala: “La acción humana es el ejercicio de la actividad finalista.
La acción es, por lo tanto, un acontecimiento “finalista” y no solamente “causal”. La finalidad o
actividad finalista de la acción se basa en que el hombre, sobre la base de su conocimiento causal,
puede prever en determinada escala las consecuencias posibles de una actividad, proponerse
objetivos de distinta índole y dirigir su actividad según un plan tendiente a la obtención de esos
objetivos. Sobre la base de su conocimiento causal previo, está en condiciones de dirigir los
distintos actos de su actividad, de tal forma que dirige al suceder causal exterior al objetivo y lo
sobredetermina así de modo finalista.
La doctrina finalista toma en cuenta el motivo o fin que el agente ha querido obtener, dicho fin
hace que el sujeto realice determinada acción, la cual puede tener un resultado típico, mediando un
nexo causal; el contenido de la voluntad se estudia dentro de la acción típica, lo que denota que
ésta es un actuar dirigido a obtener un fin determinado, en el cual no solo se prevé la acción sino
los `posible resultados secundarios. A nivel de la tipicidad podemos distinguir entre las acciones
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dolosas y culposas; esta distinción se hace en la doctrina tradicional en la esfera de la culpabilidad.
De todo lo dicho en las teorías mencionadas se desprende que tanto el dolo como la culpa, en
cuanto contenidos de la voluntad, deben ser tenidos en cuenta al establecer el tipo de injusto, sin
perjuicio de que otros elementos y matices subjetivos, además del dolo y la culpa, tengan que ser
examinados posteriormente para comprobar si se da la antijuridicidad, o bien, las causas de
justificación, o la culpabilidad.
La culpabilidad, como ya se mencionó, reviste dos formas: el dolo y la culpa, según el agente
dirija su voluntad consciente a la ejecución del hecho tipificado en la ley como delito, o cause igual
resultado por medio de su negligencia o imprudencia. Se puede delinquir mediante una
determinada intención delictuosa (dolo), o por descuidar las precauciones indispensables exigidas
por el Estado para la vida gregaria (culpa). Ahora, en el Código Penal reformado se excluye la
preterintencionalidad como una tercera forma o especie de la culpabilidad, que antes se incluía.
A) DOLO
I.- Elementos: Los elementos del dolo son dos: ético, que consiste en saber que se infringe la
norma, y volitivo, que es la voluntad de realizar la conducta antijurídica.
II.- Clases: Fundamentalmente, el dolo pude ser directo, indirecto o eventual, genérico, específico e
indeterminado.
Directo,. El sujeto activo tiene intención de causar un daño determinado y lo hace, de manera que
existe identidad entre la intención y el resultado típico; por ejemplo, el agente desea violar y lo
hace.
Indirecto o eventual.- El sujeto desea un resultado típico, a sabiendas de que hay posibilidades de
que surjan otros diferentes; por ejemplo, alguien quiere lesionar a un comensal determinado, para
lo cual coloca una sustancia venenosa en la sal de mesa, sabiendo que podrán resultar lesionados
otros sujetos.
Especifico.- Es la intención de causar un daño con una especial voluntad que la propia norma exige
en cada caso, de modo que deberá ser objeto de prueba. Jiménez de Asùa critica esta
denominación y considera mas apropiada la de dolo con intención ulterior.
Indeterminado.- Consiste en la intención de delinquir de manera imprecisa, sin que el agente desee
causar un delito determinado; por ejemplo, colocar una bomba para protestar por alguna situación
e índole política: el sujeto sabe que causará uno o mas daños, pero no tiene intención de infligir
alguno en particular. Cabe insistir en que el dolo es un proceso psicológico, que se traduce en la
intención de querer un resultado típico.
B) CULPA
La culpa es el segundo grado de culpabilidad y ocurre cuando se causa un resultado típico sin
intención de producirlo, pero se ocasiona por imprudencia o falta de cuidado o de precaución,
cuando pudo ser previsible y evitable. La doctrina le llama delito culposo, imprudencial o no
intencional.
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I.- Elementos: Los elementos de la culpa son partes esenciales de que se integra:
Cada elemento de la culpa se explica por si mismo, de modo que no se detallaran por ser
entendibles.
II.- Clases:
Consciente.- También llamada con previsión o con representación, existe cuando el activo prevé
como posible el resultado típico, pero no lo quiere y tiene la esperanza de que no se producirá.
Inconsciente.- Conocida como culpa sin previsión o sin representación, existe cuando el agente no
prevé el resultado típico; así, realiza la conducta sin pensar que puede ocurrir el resultado típico y
sin prever lo previsible y evitable. Dicha culpa puede ser lata, leve y levísima:
III.- Punibilidad en los delitos culposos. Estos artículos se rigen por las reglas previstas en los
artículos 51, 52, 60, 61 y 62 del C.P.F., Y 70, 71, 72, 76 Y 77 del C.P.D.F. Respeto del articulo 76,
el 13 de enero de 2004 fue publicada en la gaceta oficial del D.F. una reforma que modifica la
ultima parte del tercer párrafo de dicho precepto, consiste en cambiar el término “daño al ambiente”
por la expresión “delitos contra el ambiente” y los artículos a que se refiere, que son 345 y 346.
C) PRETERINTENCION
Este tercer grado de culpabilidad, como ya se ha anotado, fue suprimido en las reformas del 10
de enero de 1994 en el D.F. Algunos autores como Jiménez Huerta llaman a la preterintenciòn
también ultraintencion, la cual consiste en producir un resultado de mayor gravedad que el
deseado. Existe la intención de causar un daño menor, pero se produce otro de mayor entidad, por
actuar con imprudencia. El tercer párrafo del articulo 9º del anterior Código Penal establecía: “obra
preterintencionalmente el que causa un resultado típico mayor al querido o aceptado, si aquel se
produce por imprudencia”.
En cada Código Penal local se establece la noción del delito preterintencional, sin embargo, hay
que aclarar que no todas las legislaciones penales estatales lo contemplan.
Intención o dolo.- De causar un resultado típico, de manera que el sujeto solo desea lesionar.
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Imprudencia en la conducta.- Por no prever ni tener cuidado, la acción para lesionar ocasiona un
resultado distinto.
II.- Punibilidad.- La fracc. VI del articulo 60 del anterior Código, ya derogada, señalaba: “en caso de
preterintencionalidad, el juez podrá reducir la pena hasta una cuarta parte de la aplicable, si el
delito fuera intencional”
III.- Justificación de la punibilidad.- Se cuestiona por qué si en los delitos culposos (imprudenciales)
el agente no tiene intención de causar un daño o afectación a un bien jurídico, existe una pena. La
respuesta es que el sujeto deja de tener la cautela o precauciones exigidas para evitar una
consecuencia dañosa a otros.
Con ello, se sanciona al responsable del delito aunque no haya intención delictuosa, pero es
reprochable su falta de previsión y cuidado; por otra parte, se protege a la sociedad, que quedaría
en estado de abandono jurídico si no se castigaran los delitos culposos.
IV.- Delitos que pueden revestir la forma culposa.- Dada la naturaleza de cada delito, solo algunos
de ellos admiten la forma culposa, mientras que otros, por su propia esencia, únicamente son
intencionales.
-Homicidio
-Lesiones
-Daños
-Aborto
-Violación
-Estupro
-Aborto honoris causa (derogado en el C.P.D.F.)
-Robo.
Las causas de la inculpabilidad son las circunstancias que anulan la voluntad o el conocimiento:
b) Eximentes putativas.
e) Caso fortuito
ERROR DE HECHO.- El error recae en condiciones de hecho; así, puede ser de tipo o de
prohibición. El primero es un error respecto de los elementos del tipo; en el segundo, el sujeto cree
que no es antijurídico obrar.
1. ERROR DE TIPO
Existe error de tipo en el caso de que un sujeto, por un falso concepto de la realidad, invencible,
ignora que integra una figura típica (un delito) si el activo no conoce, para circunstancias
invencibles, al cometer el hecho los elementos del tipo legal, esto es, actúa
bajo una causa de inculpabilidad.
2. ERROR DE PROHIBICION
El error de derecho o prohibición ocurre cuando el sujeto tiene una falsa concepción del derecho
objetivo. No puede decirse que es inculpable quien comete un ilícito por error de derecho, ni puede
serlo por ignorar el derecho, pues su desconocimiento no excusa de su cumplimiento. En el error
de derecho no existe causa de inculpabilidad.
ERROR ESENCIAL.- Es un error sobe un elemento de hecho que impide que se del dolo.
b) Error esencial invencible.- Cuando no hay culpabilidad. Este error constituye una causa de
inculpabilidad.
ERROR ACCIDENTAL.- Cuando recae sobre circunstancias accesorias y secundarias del hecho.
a) Aberratio ictus.- Es el error en el golpe. De todas formas se contraría la norma. Por ejemplo:
alguien quiere matar a una persona determinada, pero a quien priva de la vida es a otra, a causa
de imprecisión o falta de puntería en el disparo.
b) Aberratio in persona.- Es el error sobre el pasivo del delito. Igual que en el anterior, se mata,
pero en este caso, por confundir a una persona con otra.
c) Aberratio in delicti.- Es el error en el delito: se produce otro ilícito que no era el querido.
El error de tipo consiste en que el agente obra bajo un error sobre alguno de los elementos del tipo
penal; el error de prohibición se refiere a que el agente cree, erróneamente, que su actuación está
amparada por una causa justificativa.
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EXIMENTES PUTATIVAS
Son los casos en que el agente cree ciertamente (por error esencial de hecho) que está
amparado por una circunstancia justificativa.
A) Legítima defensa putativa.- El sujeto cree obrar en legítima defensa por un error esencial
invencible de hecho. Por ejemplo: en una calle solitaria, alguien se acerca de manera sospechosa
a otra persona y ésta, creyendo que va a ser agredida, le da un golpe severo; después se sabe que
el individuo sospechoso solo quería preguntar la hora.
B) Legitima defensa putativa recíproca.- Dos personas pueden obrar por error esencial invencible
de hecho, ante la creencia de una agresión injusta, y obrar cada una de ellas en legítima defensa
por error.
C) Legitima defensa real contra la legítima defensa putativa.- Puede ocurrir también una conducta
típica resultante de obrar una persona en legítima defensa real contra otra que actúa en legítima
defensa putativa. Habrá dos resultados típicos y dos excluyentes de responsabilidad: al primero le
beneficiará una causa de justificación y al otro, una causa de inculpabilidad.
D) Estado de necesidad putativo.- La comisión de un delito puede existir, cuando el agente, por
error esencial de hecho invencible, cree encontrarse en un estado de necesidad. Para algunos
autores, cuando los bienes jurídicos (el sacrificado y el salvado) son de igual jerarquía, se trata del
estado de necesidad como causa de inculpabilidad.
F) Ejercicio de un deber putativo.- Esta figura será factible si se produce un delito por un error de
la misma naturaleza de los casos anteriores, cuando el sujeto cree que actúa en ejercicio de un
derecho.
Cuando se produce una consecuencia típica, por las circunstancias, condiciones, características,
relaciones, parentesco, etc., de la persona, no puede esperarse y menos exigirse otro
comportamiento (art. 15, fracc. IX, del C.P.F.)
4. EL CASO FORTUITO
Consiste en causar un daño por mero accidente, sin intención ni imprudencia alguna, al realizar
un hecho licito con todas las precauciones debidas. Esta es la noción legal prevista en la fracc. X
del artículo 15 del C.P.F.; el C.P.D.F. no la incluye en la hipótesis de exclusión del artículo 29.
En realidad, para algunos autores el caso fortuito es una causa de inculpabilidad, mientras que
para otros es una excluyente de responsabilidad ajena a la culpa, pues se obra con precaución y al
realizar un hecho licito; así, se produce un resultado por mero accidente, lo cual deja
absolutamente fuera la voluntad del sujeto.
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4.1 Condiciones objetivas de punibilidad
Las condiciones objetivas de punibilidad, generalmente son definidas como aquellas exigencias
ocasionalmente establecidas por el legislador para que la pena tenga aplicación. Las condiciones
objetivas de punibilidad no son elementos esenciales del delito.
Celestino Porte Petit señala “Cuando existe una hipótesis de ausencia de condiciones objetivas de
punibilidad, concurre una conducta o hecho, típicos, antijurídicos, imputables y culpables, pero no
punibles en tanto no se llene la condición objetiva de punibilidad, lo cual confirma que ésta no es
un elemento sino una consecuencia del delito.
La condicionalidad objetiva está constituida por requisitos que la ley señala para que pueda
perseguirse el delito. Algunos autores dicen que son requisitos de procedibilidad y
perseguibilidad, mientras que para otros sólo son circunstancias o hechos adicionales, exigibles, y
para otros constituyen un auténtico elemento del delito.
Jiménez de Asúa, los denomina condiciones objetivas de punibilidad y para él son presupuestos
procesales a los que se subordina la persecución de ciertas figuras del delito.
En realidad las condiciones objetivas de punibilidad son elementos del tipo; a veces tienen que ver
con la intencionalidad del sujeto, otras, con aspectos referentes a la perseguibilidad, etc.
Si las contiene la descripción legal, se tratará de caracteres o partes integrantes del tipo; si faltan
en él, entonces constituirán meros requisitos ocasionales y, por ende, accesorios fortuitos. Basta
la existencia de un solo delito sin estas condiciones, para demostrar que no son elementos de su
esencia. Muy raros delitos tienen penalidad condicionada. Por ejemplo puede señalarse la previa
declaración judicial de quiebra para proceder por el delito de quiebra fraudulenta; éste requisito no
afecta la naturaleza misma del delito.
La punibilidad es la amenaza de una pena que establece la ley, para, en su caso, ser impuesta por
el órgano jurisdiccional, de acreditarse la comisión de un delito. Cuando se habla de punibilidad,
se está dentro de la función legislativa.
La punición consiste en determinar la pena exacta al sujeto que ha resultado responsable por un
delito concreto. Cuando se está ante la punición, se está en la fase judicial. Por ejemplo: cuando
un juez al dictar sentencia condenatoria establece que al procesado se le imponen ocho años de
prisión.
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Pena es el castigo legalmente impuesto por el Estado al delincuente, para conservar el orden
jurídico.
Debe tenerse presente que no se podrá imponer una pena si previamente no existe una ley que la
establezca (nulla poena sine lege)
El artículo 37 del Código Penal del Distrito Federal establece que la sanción pecuniaria comprende
la multa, la reparación del daño y la sanción económica.
Según el artículo 34 del CPDF, la reparación del daño proveniente de delito que deba ser hecha
por el delincuente tiene el carácter de pena pública y se exigirá de oficio por el Ministerio Público.
El ofendido o sus derechohabientes podrán aportar al Ministerio Público o juez en su caso, los
datos y pruebas que tengan para demostrar la procedencia y monto de dicha reparación, en los
términos que prevenga el Código de Procedimientos Penales.
Otras penas que podemos observar aparte de la pena de muerte y la pena corporal, son las
pecuniarias, (confiscación, reparación del daño, multa, decomiso) las centrífugas, (destierro,
deportación, degradación) las laborales, (trabajos forzados, minas, galeras, trabajos públicos) las
mixtas, (combinación de dos o mas penas), las infamantes,(picota, marcas, exposición, mascara,
pintura, rape, amonestación, publicación especial de sentencia) las imaginarias (suplantación,
chivo expiatorio, efigie) y las privativas de la libertad (prisión).
Pena capital, también llamada pena de muerte es considerada como la más grave de cuantas
penas existen, consiste en afectar en bien jurídico de la vida del delincuente. Antiguamente era la
pena por excelencia y la más efectiva, ya que se eliminaba al criminal, evitando con ello problemas
como la reincidencia y el gasto económico para el Estado durante la pena privativa de libertad. Se
consideraba más efectivo, práctico y barato eliminar al sujeto que corregirlo.
Con el transcurso del tiempo, y en distintos países, esta pena ha ido cayendo en desuso, debido,
principalmente, a reflexiones filosóficas en torno de ella, al avance que han tenido los derechos
humanos y al rechazo por parte de criminólogos que aseguran que la pena de muerte no inhibe el
crimen; ellos han demostrado que, en algunos países, al implantarla o reimplantarla aumenta el
índice de delincuencia, por lo que es inexacto que funcione como prevención general.
Mientras las penas llevan consigo la idea de expiación y, en cierta forma, la retribución, las
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medidas de seguridad, sin carácter aflictivo alguno, intentan de modo fundamental la evitación de
nuevos delitos. Propiamente deben considerarse como penas la prisión y la multa, y medidas de
seguridad los demás delitos de que se vale el Estado para sancionar, pues en la actualidad ya han
sido desterradas.
El aspecto negativo de la punibilidad son las excusas absolutorias y éstas constituyen la razón o
fundamento que el legislador consideró para que un delito, a pesar de haberse integrado en su
totalidad, carezca de punibilidad. En la legislación penal mexicana existen casos específicos en
los que se presenta una conducta típica, antijurídica, imputable y culpable; pero, por disposición
legal expresa, no es punible.
Las excusas absolutorias con aquellas causas que dejando subsistente el carácter delictivo de la
conducta o hecho, impiden la aplicación de la pena. El Estado no sanciona determinadas
conductas por razones de justicia o equidad, de acuerdo con una prudente política criminal. En
presencia de una excusa absolutoria, los elementos esenciales del delito (conducta o hecho,
tipicidad, antijuricidad y culpabilidad), permanecen inalterables: sólo se excluye la posibilidad de
punición.
1. Por estado de necesidad. En este caso el sujeto activo se encuentra ante un estado de
necesidad, por ejemplo: robo de famélico (art. 379 del CPF) y aborto terapéutico (arts. 334 del CPF
y 148, fracc. II del CPDF)
2. Excusa en razón de temibilidad mínima. Por la poca peligrosidad que representa el sujeto
activo, ésta excusa puede existir en el robo por arrepentimiento. (art. 375 del CPF)
4. Por culpa o imprudencia. Como ejemplo: en el aborto causado por imprudencia de la mujer
embarazada, o en caso de lesiones y homicidio culposo en agravio de un ascendiente o
descendiente consanguíneo en línea recta, hermano, cónyuge, concubino, adoptante o adoptado.
6. Por ser innecesaria la pena. Como cuando el sujeto activo sufrió consecuencias graves en su
persona, por senibilidad o precario estado de salud, que hacen innecesaria la aplicación de la
pena.
El perdón judicial es aquel que se otorga una vez que el ofendido, tomando en cuenta las
circunstancias en que se cometió el delito, decide, no ejercer acción penal en contra del que
cometió el delito. Un ejemplo lo podemos encontrar en el caso de la maestra que se llevó a varios
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de sus alumnos a festejar su cumpleaños y en el trayecto a su casa, tuvo un accidente y su
camioneta cayó a un río, ahogándose varios de sus alumnos. Los padres de estos niños le
otorgaron el perdón judicial, toda vez que no fue algo que ella hubiera ocasionado a propósito.
Otra forma de extinción es el Perdón del ofendido, sólo opera esta causal tratándose de delitos
perseguidos por querella de parte y si se otorga antes de pronunciarse sentencia en segunda
instancia y si el inculpado no se opone a que produzca sus efectos. Otra forma es la
rehabilitación, ésta no extingue la acción, sólo el derecho de ejecución, el artículo 99 del Código
Penal dice: “la rehabilitación tiene por objeto reintegrar al condenado en los derechos civiles,
políticos o de familia que había perdido en virtud de sentencia dictada en un proceso y en cuyo
ejercicio estuviere suspenso”. Finalmente otra forma de extinción es la Prescripción, que extingue
tanto la pena como la acción penal, opera por el solo correr del tiempo, es la pérdida, por el sólo
transcurso de cierto tiempo, de la atribución del Estado para ejercitar la acción penal contra el
indiciado.
Entendemos por tentativa, los actos ejecutivos (todos o algunos), encaminados a la realización de
un delito, si éste no se consuma por causas ajenas a la voluntad del sujeto.
Existen dos formas de tentativa. Tentativa acabada o delito frustrado es cuando el agente emplea
todos los medios adecuados para cometer el delito y ejecuta todos los medios adecuados para
cometer el delito y ejecuta los actos encaminados directamente a ese fin, pero el resultado no se
produce por causas ajenas a su voluntad. En la Tentativa inacabada o delito intentado, se
verifican los actos tendientes a la producción del resultado, pero por causas extrañas, el sujeto
omite alguno (o varios) y por eso el evento no surge; hay una incompleta ejecución.
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4.4.6 Autores y participes (concepto) y reglas de punibilidad
En la participación existen diversos grados, según la forma y la medida en que participa cada
sujeto: Autoría. Autor es la persona física que realiza la conducta típica, y puede ser material o
intelectual.
Coautoría. En este caso intervienen dos o más sujetos en la comisión del delito.
Complicidad. La producen las personas que de manera indirecta ayudan a otras a cometer un
delito.
Autoría mediata. Existe cuando un sujeto se vale de un inimputable para cometer el delito.
Instigación. Consiste en incitar a otra persona a cometer el delito.
Provocación o determinación. Consiste en utilizar y aprovechar la idea que otra persona tiene,
propiciando el reforzamiento para que cometa el delito.
Mandado. Consiste en ordenar a otros que cometan un delito, con beneficio sólo de quien lo
ordena.
Coacción. Se ordena la comisión de un delito, pero con algún tipo de amenaza hacia el sujeto.
Teoría de la accesoriedad. El autor es quien realiza el acto delictivo o conductas típica, así, hay
una conducta principal y otras accesorias que corresponden a los partícipes.
Teoría de la autonomía. Afirma que cada sujeto realiza una conducta autónoma, por lo cual se
producen varios delitos. Respecto de sus conductas, existe autonomía.
La teoría más adecuada es la de la causalidad, siempre que se haga un análisis profundo de cada
elemento del delito, considerando los objetivos y los subjetivos. En cualquier caso, cada partícipe
debe responder por el daño causado.
El concurso de delitos es el modo en que puede aparecer el delito en relación con la conducta y su
resultado; es la concurrencia o pluralidad de conductas, de resultados típicos o de ambos.
En principio una sola conducta produce un solo resultado, pero hay dos casos en los cuales se
presentan dos figuras que constituyen el concurso de delitos a) IDEAL O FORMAL Y b) REAL O
50
MATERIAL
El concurso ideal o formal se refiere a que con una sola conducta se cometen varios delitos, como
cuando una persona con el sólo hecho de poner una bomba en un lugar se dan una serie de
delitos. (lesiones, homicidios, daños en propiedad ajena, etc). Para sancionar el concurso ideal el
artículo 64 del Código Penal Federal señala: “En caso de concurso ideal, se aplicará la pena
correspondiente al delito que merezca la mayor, que se aumentará hasta una mitad del máximo de
su duración, sin que pueda exceder de las máximas señaladas en el Título Segundo del Libro
Primero”. El art. 79 se refiere a la aplicación de la sanción en caso de concurso ideal.
El concurso real o material se presenta cuando con varias conductas se producen diversos
resultados. En este caso existen pluralidad de conductas y pluralidad de resultados. Este tipo de
concurso se encuentra previsto en los artículos 18 del CPF, segunda parte, y 28, segundo párrafo
del CPDF.
Las siguientes preguntas podrán ser contestadas con base a las lecturas de los libros de JIMENEZ
DE ASUA, CASTELLANOS TENA, ORELLANA WIARCO, AMUCHATEGUI REQUENA y
CARRANCA Y RIVAS.
Es la amenaza de una pena que establece la ley, para, en su caso, ser impuesta por el órgano
jurisdiccional, de acreditarse la comisión de un delito. Al hablar de punibilidad, se está dentro de la
función legislativa. Por ejemplo que el Código Penal establece que a quien cometa el delito de
homicidio simple se le impondrán de 8 a 20 años de prisión. También existe la punición que es
cuando se determina la pena exacta a un caso específico. La pena, es la restricción o privación
de derechos.
El arbitrio judicial, el juez podrá imponer la pena que a su arbitrio considere más adecuada,
tomando en cuenta que ésta tiene una dimensión que va de un mínimo a un máximo.
Las circunstancias atenuantes y privilegiadas. Que son las consideraciones que toma en cuenta el
legislador para que la pena correspondiente a un delito se vea disminuida.
Circunstancias agravantes. Son las consideraciones del legislador contenidas en la ley para
modificar la pena agravándola, por ejemplo homicidio con premeditación, saña, alevosía, ventaja o
traición.
Son aquellas causas que dejando subsistente el carácter delictivo de la conducta o hecho, impiden
la aplicación de la pena. En presencia de una excusa absolutoria, los elementos esenciales del
delito (conducta o hecho, tipicidad, antijuricidad y culpabilidad), permanecen inalterables; sólo se
excluye la posibilidad de punición.
Que el adulterio se dé en el domicilio conyugal o bien, con escándalo. Algunos de los códigos que
prevén el adulterio expresamente establecen que la conducta realizada por los sujetos debe ser “la
cópula”; tal es el caso de las legislaciones penales del Estado de México y del de Hidalgo.
La condicionalidad objetiva no es propiamente parte integrante y necesaria del delito; éste puede
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existir sin aquella. La condicionalidad objetiva está constituida por requisitos que la ley señala
eventualmente para que pueda perseguirse el delito. Algunos autores dicen que son requisitos de
procedibilidad o perseguibilidad, mientras que para otros constituyen un auténtico elemento del
delito.
Las condiciones objetivas son elementos del tipo; a veces tienen que ver con la intencionalidad del
sujeto; otras con aspectos referentes a la perseguibilidad, etc.
Jiménez de Asúa las denomina CONDICIONES OBJETIVAS DE PUNIBILIDAD, y dice que son
presupuestos procesales a los que a menudo se subordina la persecución de ciertas figuras de
delito”.
El artículo 123 del Código Penal del Distrito Federal dice “Al que prive de la vida a otro se le
impondrá de ocho a veinte años de prisión”.
Según el artículo 29 del CPF, La sanción pecuniaria comprende la multa y la reparación del daño.
La multa consiste en el pago de una cantidad de dinero al Estado, que se fijará por días multa, los
cuales no podrán exceder de mil, salvo los casos que la propia ley señale.
La reparación del daño, según el artículo 30 del CPF comprende la restitución de la cosa obtenida
por el delito y si no fuere posible, el pago del precio de la misma.
El daño material consiste en el daño que se causa en el bien jurídico tutelado y el daño moral se
refiere al daño emocional que se causa al cometer el delito.
Sólo en el Código de Justicia Militar vigente hasta antes del 29 de junio de 2005. Por
insubordinación, por matar a un superior y por traición a la patria.
Ya no, a partir de 29 de junio de 2005, ya no se contempla la pena de muerte y los que ya estaban
sentenciados se les cambió la sentencia por 30 años de prisión.
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12. ¿En qué consiste el perdón judicial?
El perdón judicial se otorga a favor de una persona cuya conducta ha quedado tipificada como
delito, que debe ser acreedora de una pena, pero que puede ser perdonada por el juez, en
atención a las circunstancias especiales en las que se dio la comisión del delito.
Según el artículo 12 del CPF, existe tentativa punible, cuando la resolución de cometer un delito se
exterioriza realizando en parte o totalmente los actos ejecutivos que deberían producir el resultado,
u omitiendo los que deberían evitarlo, si aquél no se consuma por causas ajenas a la voluntad del
agente.
Para imponer la pena de la tentativa el juez tomará en cuenta, además de lo previsto en el artículo
52, el mayor o menor grado de aproximación al momento consumativo del delito.
15. ¿En qué consisten el concurso ideal o formal y el real o material? y ¿Cuáles son sus reglas de
punibilidad?
El artículo 18 del CPF menciona que existe concurso ideal, cuando con una sola conducta se
cometen varios delitos. Existe concurso real, cuando con pluralidad de conductas se cometen
varios delitos.
El artículo 19 del mismo CPF dice que no hay concurso cuando las conductas constituyen un
delito continuado.
Asimismo el artículo 108 se refiere a que en los casos de concurso de delitos, las acciones
penales que de ellos resulten, prescribirán cuando prescriba la del delito que merezca pena mayor.
16. Las condiciones objetivas de punibilidad son partes integrantes del delito
Falso. La punibilidad no es un elemento sino una consecuencia del delito. Las condiciones
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objetivas de punibilidad son aquellas exigencias ocasionalmente establecidas por el legislador para
que la pena tenga aplicación. Por ejemplo; suele señalarse la previa declaración judicial de
quiebra para proceder por el delito de quiebra fraudulenta. Este requisito en nada afecta la
naturaleza misma del delito.
Falso. El artículo 375 del Código Penal Federal vigente establece que cuando el valor de lo
robado no pase de diez veces el salario, sea restituido por el infractor espontáneamente y pague
éste todos los daños y perjuicios, antes de que la autoridad tome conocimiento del delito, no se
impondrá sanción alguna, si no se ha ejecutado el robo por medio de la violencia.
Falso. Artículo 22. Quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación, de infamia, la marca,
los azotes, los palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación de bienes
y cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales.
Unidad 5
Sistemas doctrinales relacionados al delito
La Teoría General del Delito en su evolución ha tenido como fundamento diversos métodos, así se
ha fundamentado en el positivismo (causalismo naturalista), la axiología (causalismo valorativo), el
método ontológico (finalismo) y actualmente el funcionalismo.
5.1 El causalismo.
La dogmatica jurídico penal clásica (causalismo) iniciada por Liszt, Binding y Beling, presenta una
particular estructura, basada en un concepto causal macaniscista de la acción humana. La acción
aparece como lo sustantivo, las demás características como simples adjetivaciones.
El delito hunde sus raíces en la vida social, económica, cultural y jurídica de cada pueblo y en cada
siglo. Vista la imposibilidad o infructuosidad de los intenso por dar una definición del delito, los
positivistas elaboraron la noción del delito con base en la distinción entre el delito natural y el delito
artificial (legal). La delincuencia natural ataca a los sentimientos fundamentales de piedad y
probidad, en tanto que la delincuencia artificial (legal) abarca los demás delitos no ofensivos de
estos sentimientos señalados (tales como los contrarios al pudor, honestidad, etc.)
Garofago, Ferri, Colajanni y Tarde señalan como principal característica del delito su oposición a
las fundamentales condiciones de la vida social y su enfrentamiento a la moralidad media. En
realidad, todos estos autores, que frente a la delincuencia natural colocan la artificial, reactualizan
la arcaica distinción entre delitos malos per se (delicta mala in se) y los delitos que lo son por estar
establecidos por la ley positiva (delicta mala quia prihibita) Lo que el delincuente infringe es la
norma, anterior a la ley penal; esta ultima crea el delito, en tanto que la norma cultural (concepto
social, fundamento de la convivencia entre los hombres) crea la antijuridicidad de la acción. En
definitiva, el delito es un fenómeno humano social.
5.3 El finalismo.
Se inicia y constituye con los estudios de Hans Welzel desde 1931, pretendiendo retornar a la
realidad social e inspirándose en la filosofía de Max Scheller y Nikolai Hartmann, así como en la
fenomenología de Husserl sin olvidar algunos principios del existencialismo.
En esta Teoría el número y contenido de los elementos del delito se modifica sustancialmente,
pues se aparta de los principios naturales u objetivos, para asumir una tendencia esencialmente
valorativa.
La ACCION no está desprovista de contenido, sino que tiene como substancia a la finalidad
perseguida por el sujeto, con la que se pretende retomar la naturaleza de toda acción humana
que siempre está encaminada a la prosecución de fines, con ello, la acción en el delito deja de ser
ciega para convertirse en vidente al apoyarse en la capacidad del sujeto de prever. De conocer el
desarrollo causal de sus acciones.
Su presupuesto lo constituye el tipo penal, que en la base a esta teoría se subdivide en objetivo y
subjetivo, el primero, engloba los elementos materiales de la infracción punitiva, el segundo, todos
los elementos subjetivos, incluyendo, conforme a una tendencia, al dolo.
La ANTIJURIDICIDAD esta predeterminada en la tipicidad, siendo su contenido esencialmente
valorativo al considerarse en estrecha relación con los valores éticos-sociales.
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Desarrolla una teoría general del tipo penal a partir de los postulados del finalismo, proponiendo
una redimencionalización de sus elementos fundamentales, reduciendo, por medio del análisis, a la
figura elaborada por el legislador para la defensa de los bienes jurídicos en unidades lógico
jurídicas que pueden agruparse en subconjuntos ordenados y que se pueden clasificar en
descriptivos objetivos (bien jurídico, sujeto activo, su calidad de garante, su calidad específica,
pluralidad específica, sujeto pasivo, su calidad específica, su pluralidad específica, objeto material,
actividad, inactividad, resultado material, medios, referencias temporales, referencias espaciales,
referencias de ocasión lesión del bien jurídico y puesta en peligro del bien jurídico); descriptivos
subjetivos (voluntabilidad, imputabilidad, voluntad dolosa y voluntad culposa), y descriptivo
valorativos (deber jurídico penal y violación del deber jurídico penal).
El avance de los estudios sobre la teoría de la imputación objetiva, motivo el surgimiento del
llamado funcionalismo, debiéndose esta concepción a los estudios desarrollados y el pensamiento
jurídico de Günther Jakobs, así como la concepción sociológica de Niklas Luhmann, el primero
retomando los análisis desarrollados en la imputación objetiva, dándoles una estructura y
sistemática congruente y coherente, en tanto que el segundo, desarrolla su teoría sociológica
partiendo de la idea sistemática o teoría de los sistemas que tiene como doctrinas auxiliares,
precisamente a la teoría sistémica, una teoría de la comunicación, centrando sus estudios bajo la
premisa de que la comunicación ha desplazado a la acción y a la experiencia hasta convertirse en
el único elemento del sistema.
AUTOEVALUACION.
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analizan elementos subjetivos y psíquicos del agente, siendo la imputabilidad el presupuesto de
ésta.
Causalismo Valorativo
Se aparta del formalismo del causalismo clásico tomando como base una perspectiva axiológica. Al
concepto naturalístico de la acción introduce el elemento humano de la voluntad. Postula la
existencia de los elementos normativos y subjetivos del tipo, con lo que se separa de la concepción
netamente objetiva estableciendo la necesidad de analizar en el tipo un contenido de valor o de
intencionalidad. Se concibe a la antijuridicidad ya no sólo como una oposición formal a la norma
jurídica sino además de forma material según el daño que causara a la sociedad, de donde se abre
la posibilidad de graduar el injusto de acuerdo con la gravedad del daño causado y de establecer
nuevas causas de justificación. Por lo que respecta a la culpabilidad se considera como un juicio de
reproche al autor del delito y no solamente desde el punto de vista psicológico.
El funcionalismo moderado reconoce les elementos del delito propuestos por el finalismo
(tipicidad, antijuridicidad, culpabilidad), pero con una orientación político criminal, puesto que los
presupuestos de la punibilidad deben estar orientados por los fines del Derecho Penal, por lo que
estas categorías jurídicas no son sino instrumentos de una valoración político criminal. Sustituye la
categoría lógica de la causalidad por un conjunto de reglas orientado a valoraciones jurídicas; pues
la imputación de un resultado depende de la realización de un peligro dentro del fin de protección
de la norma. La culpabilidad se limita con la necesidad de prevención y juntas originan el nuevo
concepto de responsabilidad, que es la base de la imposición de la pena.
Por otro lado el funcionalismo sociológico considera al Derecho como garante de la identidad
normativa, la constitución y la sociedad, cuyo objeto es resolver los problemas del sistema social.
Al igual que el funcionalismo moderado reconoce como punto de partida al finalismo, sin embargo
en éste ya no están presentes las tendencias de política criminal, pues las categorías que integran
al delito tienen como fin sólo estabilizar al sistema.
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TEORÍA DEL DELITO, TEORÍA DE LAS PENAS, TEORÍA DEL DELINCUENTE, TEORÍA DE LA LEY PENAL, CIENCIA DEL DERECHO PENAL
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