Pensamiento de San Agusin de Hipona

SAN AGUSTIN DE HIPONA
BREVE BIOGRAFÍA
San Agustín de Hipona (354-430) vivió en una época de gran inestabilidad social y política: la crisis y derrumbamiento del
Imperio Romano. El mismo año que Agustín fue nombrado obispo de Hipona, Teodosio dividía en Imperio entre sus hijos
Honorio (Occidente) y Arcadio (Oriente) y a la muerte del filósofo, los vándalos invadían Tagaste.
Filósofo o teólogo, el máximo exponente de la Patrística, Agustín de Hipona, utilizó el platonismo para fijar el dogma
cristiano y combatir las herejías, contribuyendo inintencionadamente, a la difusión de la cultura griega en la Edad Media o
greco romana.
PENSAMIENTO DE SAN AGUSTIN DE HIPONA
 Su pensamiento se basó en buscar la VERDAD a través de la razón y para ello el hombre debía desvincularse del
conocimiento sensible y las apariencias exteriores, volviéndose a la búsqueda interior.
 Para San Agustín el único obstáculo para alcanzar la fe y lograr la felicidad era a través de la razón.
 Así como Platón identificó la verdad con el Ser y a éste con el mundo de las ideas, Agustín hizo lo mismo a partir
de un planteamiento cristiano en el que la verdad se reconoce en el Ser y este es en última instancia, DIOS.
 En la búsqueda de la certeza, el hombre deberá buscar dentro de sí (Su alma) su claridad y pureza, su fuente
misma, es ahí donde el “Yo” se convierte en el lugar propio de la certeza y así se anula el escepticismo.
 En el pensamiento Agustiniano, opera un constante movimiento de lo exterior a lo interior y de este a lo Superior

(DIOS)
DIOS
Su vida siempre estuvo entre el paganismo y el cristianismo, lo que lo llevó a estudiar a profundizar diferentes corrientes
filosóficas como el maniqueísmo, escepticismo y materialismo), identificándose finalmente con el neoplatonismo y fueron
las lecturas del neoplatónico Plotino lo que hicieron que San Agustín se convirtiera al cristianismo y el punto de partida de
su filosofía fue un cristianismo fuertemente platonizado y el problema de la verdad.
A diferencia del Platonismo, San Agustín niega que el camino a la verdad se produzca a través de los “recuerdos del
Alma” sino que dice que el Alma descubre las ideas dentro de ella como esa Luz que no emana de sí misma sino de DIOS
como “verdades eternas”. De ahí concluyó que el acceso a la verdad se produce por ILUMINACION, es decir, mediante
una intuición intelectual que el alma descubre en su interior y que la lleva a trascender.
Teología
Si Dios es el lugar propio de lo inteligible (verdad) y el fundamento de todo lo real, es evidente que Dios existe (argumento
gnoseológico).
El dualismo platónico (bien máximo) también resalta el pensamiento Agustiniano en el que pueden diferenciarse dos
esferas heterogéneas de ser:
1) Dios y los seres creados, donde Dios es el ser subsistente, la Summa essentia y como tal es inmutable y eterno y
los demás seres son por participación (méthexis), es decir: necesitan del ser de Dios para existir, estando por ello
sujetos al puro devenir, a la temporalidad.
2) El creacionismo explica la existencia del mundo, del Universo como creación libre y voluntaria de Dios a partir de
la nada (ex nihilo), lo que implica la no eternidad del mundo, su temporalidad y contingencia. No hay un antes de
la creación, pues el tiempo mismo nació con el mundo, siendo ambos simultáneos. “el tiempo mismo es
creatura” (De Gen. Litt. Opus imp. III, 8).
Antropología –CONCEPCIÓN AGUSTINIANA DEL HOMBRE-
La concepción dual de la realidad se deja sentir también en la concepción agustiniana del HOMBRE. Éste es un ser
compuesto de dos substancias radicalmente distintas: el alma y el cuerpo, siendo el hombre propiamente su alma,
entendida cristianamente como imago Dei, imagen de Dios.
Al estar estrechamente unida al cuerpo, el hombre, como alma, se halla en una condición oscilante y ambigua entre la luz
(Dios, el bien) y la oscuridad (el mal, el pecado). Pero Agustín no responsabiliza a Dios del mal que hay en el mundo.
El mal no es ser, no es creación, sino defecto o ausencia de ser y de bien: todo lo creado es bueno por su origen,
pero malo y defectuoso por naturaleza.
El mal físico depende de la mutabilidad y carencia de ser que hay en las cosas creadas, siendo inherente a toda
“creatura”. El mal moral, sin embargo, depende del uso que hagan los hombres de su propia libertad.
Agustín diferencia el libre albedrío (liberum arbitrium) de la verdadera libertad.
El libre albedrío es la posibilidad de elegir voluntariamente el bien o el mal, opción que tiende siempre hacia el polo
negativo. Como consecuencia del pecado original y por estar el hombre sujeto al dominio del cuerpo, es difícil que elija
dejar de pecar. Por ello, sólo la libertad, entendida como una gracia divina que nos empuja a hacer exclusivamente el
bien (posse non peccare), puede redimirlo de su condición y hacerlo merecedor y capaz de buenas obras.
La fe misma es también producto de la gracia divina y no depende del libre albedrío.

Ahora bien, la posibilidad de elección no es, para Agustín un asunto exclusivo de la voluntad. También el amor impulsa a
la virtud y a acatar el orden divino y es el origen de toda una concepción lineal de la historia.
SUS OBRAS
Una de las más importantes obras de San Agustín fue “La Ciudad de Dios” (De Civitate Dei) escrita en los años 413 y 426,
donde toma el amor como punto de partida de una interpretación cristiana de la historia que tuvo repercusiones en la
historia venidera.
San Agustín indicó que el acontecer histórico está determinado por el designio de Dios, que ordenó el curso de los
tiempos y que se desarrolla en una lucha entre los dos géneros distintos de SOCIEDAD, ROMA Y JERUSALEN, como
símbolos del bien, de los que viven según el espíritu, cristianos y amantes de Dios (Cristianos) y los que viven según la
carne y son amantes de sí mismos (paganismo).
En su obra concluye que la historia tiene una dirección lineal y no circular y un sentido: el juicio final entendido como la
llegada y realización de la ciudad de los justos, la Ciudad de Dios.
FUENTE: http://cibernous.com/autores/agustindehipona/teoria/biografia.html

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 En el pensamiento Agustiniano, opera un constante movimiento de lo exterior a lo interior y de este a lo Superior

La fe misma es también producto de la gracia divina y no depende del libre albedrío.

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