Bioquimica Tomo II - Completo - Parte2

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26

Capítulo

Replicación del ADN

U
na de las características más sobresalientes de los seres vivos es la repro-
ducción, proceso mediante el cual se originan otros seres vivos esencial-
mente idénticos a sus progenitores. En los organismos monocelulares la
reproducción se realiza directamente por medio de la división celular; en
los pluricelulares el proceso es más complejo, pues depende de la existencia de células
especializadas y de un sistema de órganos reproductivos. El hecho de que un organismo
pertenezca a una especie u otra está determinado por el ADN contenido en sus células, por
tanto, el fundamento molecular de la reproducción consiste en el proceso de replicación
del ADN, de manera que los hijos posean la misma información genética que los padres.
La replicación del ADN es el proceso mediante el cual los organismos vivos du-
plican la información genética. Para ello, a partir de una molécula de ADN los seres
vivos generan dos moléculas que son iguales entre sí y asimismo iguales a la que le dio
origen. El mecanismo químico que sirve de base a este proceso es la polimerización de
desoxinucleótidos, en un orden que está determinado por la molécula original. Se trata
de una tarea colosal, si se tiene en cuenta que el ADN de una célula humana contiene
aproximadamente siete mil millones de pares de bases en el ADN que forma parte de
sus cromosomas.
La replicación del ADN es uno de los mecanismos moleculares más complejos de
la naturaleza viva, pues no solo se trata de la síntesis de moléculas gigantes, sino que
el proceso debe transcurrir con un alto grado de fidelidad, de manera que las moléculas
nuevas sean idénticas a aquella que les dio origen. Varios son los mecanismos implicados
en lograrlo.
Por otra parte, la replicación del ADN debe ocurrir solamente una vez durante la
vida de la célula, pues de lo contrario se producirían fenómenos que pondrían en riesgo
la supervivencia celular. De esto se infiere la existencia de mecanismos reguladores que
aseguren que el proceso tenga lugar una y solo una vez durante el ciclo de vida celular.
Por todo lo anterior, no es de extrañar la participación en el proceso de un número
considerable de proteínas, muchas veces en forma de complejos multimoleculares.
En este capítulo se hará una descripción lo más pormenorizada posible de los
mecanismos moleculares de la replicación, teniendo en cuenta, además, que existen
aspectos que no están totalmente aclarados.
Antecedentes
El comienzo del estudio experimental de la replicación del ADN se puede ubicar
en 1953, cuando, después de publicar su célebre trabajo sobre el modelo molecular del
ADN, James D. Watson y Francis H. Crick plantearon una hipótesis para el proceso de
la replicación, al suponer que durante el proceso se producía la separación de las dos
hebras y cada una de ellas servía como molde para la síntesis de la hebra complemen-
taria, al aplicar el principio del apareamiento obligado de las bases nitrogenadas. Esta
hipótesis brindaba dos posibilidades fundamentales: la conservativa, en la cual una vez
sintetizadas las nuevas cadenas, estas se separaban del molde, se apareaban entre sí y
daban lugar a una nueva molécula de doble banda, y la semiconservativa, en la que las
nuevas moléculas estarían formadas por una cadena del molde y otra recién sintetizada.
En 1957, Mathew S. Meselson y Franklin W. Stahl diseñaron un elegante experimento
para dilucidar cuál de las modalidades era la que realmente ocurría en la naturaleza. Ellos
utilizaron cultivos de Escherichia coli, de los cuales extraían el ADN y lo centrifugaban
en un gradiente de densidad de CsCl, y observaron que dicho ADN se concentraba en
una estrecha banda en el tubo de la centrífuga, donde la densidad de la muestra coincidía
con la del medio de centrifugación; cultivaron entonces las bacterias en un medio cuya
única fuente de nitrógeno era NH4Cl, marcado con 15N; este último no es radiactivo, pero
sí más pesado que el isótopo habitual 14N.
Al extraer el ADN y centrifugarlo, se obtenía igualmente una banda, pero localizada
más hacia el fondo del tubo. Si las células se hacían crecer en un medio ligero (con 14N)
durante un tiempo prolongado, se transferían con posterioridad a un medio pesado
(con 15N) y se dejaban el tiempo necesario para que ocurriera un solo ciclo replicativo;
se extraía el ADN, se centrifugaba y se obtenía de nuevo una sola banda, pero su locali-
zación era intermedia entre las dos anteriores. Estos resultados se interpretan de la forma
siguiente: si la replicación fuera conservativa al pasar al medio pesado, se encontrarían
dos tipos de moléculas: las ligeras que sirvieron de molde y las pesadas, recién formadas.
Al aparecer una sola banda, se comprueba que solo existe una especie molecular y,
como su posición en el tubo de la centrífuga es intermedia entre la pesada y la ligera, se
concluye que está formada por una cadena pesada y otra ligera, o sea, la replicación es
semiconservativa (Fig. 26.1).
Los intentos por llevar a cabo la replicación in vitro comenzaron a tener sus pri-
meros éxitos cuando, en 1955, Arthur Kornberg descubrió una enzima capaz de formar
polidesoxinucleótidos, a la que denominó ADN polimerasa (hoy ADN polimerasa I o pol I).
Luego de múltiples esfuerzos infructuosos por utilizar sistemas de células animales,
se decidió utilizar extractos libres de células de E. coli y, como ADN a replicar, el del
virus φX174; para ello se siguió el procedimiento siguiente: el ADN molde se obtuvo
del φX174 y se marcó con tritio, el isótopo radiactivo del hidrógeno; el tritio serviría
después, continuamente, como señal para identificar el molde. Se añadieron al molde
junto con dATP, dTTP, dCTP y dGTP, la ADN-polimerasa, la ADN-ligasa (descubierta
por aquel entonces) y la NAD+. Uno de los dNTP estaba marcado con fósforo radiactivo
que serviría para identificar el material sintético, al igual que el tritio para el molde.
La interacción entre los reactivos tuvo lugar hasta que el número de unidades nu-
cleotídicas polimerizadas fue exactamente igual al número de nucleótidos del molde, lo
cual podía determinarse mas facil, comparando la radiactividad del tritio en el molde con
la del fósforo en el material sintético. Varios medios físicos, incluidos el microscopio
electrónico, demostraron que la replicación había ocurrido de forma completa. Por esos
trabajos, Kornberg recibió el Premio Nobel de Química en 1959.
La década de los años 60 fue pródiga en descubrimientos y purificaciones de enzimas.
En 1967, en los laboratorios de Gellert, Lehman, Richardson y Hurwitz, se descubrieron

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la ADN ligasas. En 1968, Reiji Okasaki descubrió que durante la replicación se forman
transitoriamente fragmentos de ADN que después se incorporan a moléculas mayores.
Esto evidenció que el ADN se forma de manera discontinua. Hoy, esos fragmentos se
denominan “fragmentos de Okasaki”, en honor a su descubridor. De nuevo, Kornberg
dio un paso trascendental, cuando en 1969 sintetizó in vitro un ADN viral que resultó ser
infectivo cuando se añadió a cultivos de E. coli, con lo cual se demostraba que el ADN
sintetizado era igual al ADN natural del virus en estructura y función.

Fig. 26.1. Experiencia de Messelson y Stalh. Esta experiencia demostró que al menos en la E. coli la replicación tenía un
carácter semiconservativo. (a) Se muestra cómo las bacterias al crecer en un medio con 14N –su ADN– al ser centrifugado
en gradiente de CsCl, se agrupa en una fina banda donde su densidad se corresponde con la del medio de centrifugación.
Si crecen en 15N forman también una banda, pero desplazada hacia el fondo del tubo, pues su densidad es mayor. Si se les
hace crecer primero en 15N y se pasan al medio con 14N, solo se mantienen en ese medio el tiempo necesario para un ciclo
replicativo, aparece una sola banda cuya densidad es intermedia entre las dos anteriores, lo cual significa que todas las
moléculas tienen la misma densidad y esto solo es posible si cada una de ellas contiene una banda con 14N y otra con 15N,
que la replicación es semiconservativa y (b) se observa que el ADN de bacterias que crecieron en 15N y después fueron
transferidas a un medio con nitrógeno ligero, forma una sola banda, pero que al dejarlas crecer después en un medio con
nitrógeno ligero en cada ciclo replicativo, la banda que representa al ADN híbrido se hace cada vez más tenue, en tanto
la del ADN con nitrógeno ligero se hace cada vez más intensa.

Capítulo 26. Replicación del ADN 493


Años después se descubrieron nuevos participantes moleculares del proceso, hasta
que a principio de los 80 se llegó a tener una visión más o menos aceptable del proceso
en procariontes. Estos conocimientos permitieron ir identificando los participantes y los
mecanismos implicados en la replicación del ADN en eucariontes hasta la actualidad,
cuando la visión que existe acerca del problema es bastante completa en cuanto a sus
aspectos generales y mecanismos particulares, aun cuando persisten lagunas sobre
tópicos específicos.
A continuación se presenta una descripción del proceso de la replicación: primero,
una breve visión en procariontes, y luego, algo más detallado en eucariontes superiores,
sobre todo en los seres humanos, con énfasis en los mecanismos moleculares del pro-
ceso y su significación para las células y el organismo.

Aspectos generales
Aun cuando existen variaciones en los mecanismos moleculares empleados por
las diferentes especies, en todas ellas se observan algunas regularidades que serán
expuestas a continuación.
Toda la información genética contenida en el ADN reside en su secuencia de bases,
por tanto, la función primordial de cualquier modo de replicación es duplicar la secuencia
de bases de la molécula progenitora. La especificidad de los apareamientos de bases
–adenina con timina y citosina con guanina– provee el mecanismo básico empleado
por todos los sistemas replicativos.
Otro aspecto común es que los nucleótidos son añadidos uno a uno al extremo
3’-OH de una cadena en crecimiento por enzimas denominadas ADN-polimerasas. La
secuencia de bases de cada una de las cadenas del ADN es copiada en forma comple-
mentaria, así, cuando en la hebra molde aparece una base, en la hebra nueva se coloca
la complementaria.
En los ADN de doble hebra el proceso de replicación se produce cuando se copian
ambas cadenas de manera simultánea, por lo que las moléculas formadas contendrán una
banda que proviene del ADN que sirve de molde o patrón, y una de nueva formación, es
decir, el proceso es semiconservativo. Como la molécula de ADN que se está copiando,
está formada por dos bandas complementarias y cada una de ellas sirve de molde para
la síntesis de una cadena nueva, resultará que gracias a este mecanismo las moléculas
nuevas no solo serán iguales al molde en su secuencia de bases, sino que serán iguales
entre sí (Fig. 26.2).
La reacción básica de la polimerización consiste en la adición de un desoxinu-
cleósido monofosfatado, procedente de un desoxinucleótido trifosfatado, al extremo
3’-OH de un polidesoxinucleótido, con la liberación de pirofosfato, la cual conduce a
la formación del enlace fosfodiéster; esto quiere decir que la cadena se va formando
del extremo 5’-P al 3’-OH, luego el crecimiento de la cadena es unidireccional.
Esta reacción es muy reversible, pero el acoplamiento a la hidrólisis del pirofosfato
favorece el crecimiento de la cadena, esto es, la reacción global de polimerización es
irreversible (Fig. 26.3).
Fig. 26.2. Carácter semiconservativo.
El modelo general de la replicación, de
En el proceso de síntesis, la hebra nueva se forma en dirección 5´→3´, pero toma
acuerdo con la experiencia de Messelson como molde la hebra orientada 3´→5´, lo que significa que el proceso presenta también
y Stahl, consiste en que una molécula un carácter antiparalelo; esto hace que la doble hebra que se va formando, tenga ya
duplohelicoidal de ADN (a) se separa en
sus dos cadenas y cada una de estas sirve una estructura en doble hélice, como las moléculas originales, lo cual le confiere una
de molde para la síntesis de la cadena elevada estabilidad (Fig. 26.4).
complementaria. Cada molécula nueva En resumen, la replicación se produce por complementariedad de bases, añadidas
(b) está formada por una banda parental
(en azul) y una neoformada (en rojo). una a una en forma unidireccional y antiparalela, tiene carácter semiconservativo y
Luego, todas estas son iguales entre sí. está acoplada a la hidrólisis del pirofosfato.

494 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 26.3. Reacción de polimerización.
Todas las ADN polimerasas catalizan
la misma reacción. Tomando como sus-
tratos nucleósidos trifosfatados (NTP),
los unen mediante la formación de un
enlace fosfodiéster. En la figura el fosfato
más interno del dCTP se une al 3-OH
del dATP con liberación de P-P, cuya
hidrólisis impulsa la reacción hacia la
derecha. El ion Mg2+ es imprescindible.

Requerimientos de la replicación
Para que la replicación tenga lugar, es necesario un número considerable de moléculas,
en especial de macromoléculas. Entre estas se encuentran los cuatro tipos de nucleósidos
trifosfatados y los cuatro desoxinucleósidos trifosfatados, así como iones divalentes, es-
pecialmente el Mg2+ que siempre acompaña a los nucleótidos en sus reacciones. El total
de proteínas que participa en la replicación es desconocido, pero se sabe que constituye
un número considerable.
En primer lugar se encuentran las enzimas, de las cuales existen cinco tipos prin-
cipales: las polimerasas, las helicasas, las topoisomerasas, las ligasas y las nucleasas.
Las ADN polimerasas catalizan la unión de un nucleósido trifosfatado al 3´-OH
de otro nucleótido que forme parte de una cadena polinucleotídica. Esto significa que
ninguna de ellas es capaz de iniciar la polimerización, por lo cual se requiere de una
molécula que aporte el 3´-OH, por lo general es un ARN, que por ello recibe el nombre
de ARN iniciador. La adición de los desoxinucleótidos se hace de forma reiterativa, de
manera que la hebra crece de uno en uno. En la replicación del ADN intervienen cuatro
polimerasas (abreviadamente pol): pol-α/iniciadora, que además posee actividad de ARN
polimerasa, pol-ε, pol-δ y pol-γ. Las tres primeras replican el ADN nuclear y la última,
el mitocondrial.

Capítulo 26. Replicación del ADN 495


Fig. 26.4. Carácter antiparalelo. Las
dos hebras del ADN sirven de molde
para la formación de su cadena com-
plementaria, pero en sentido contrario.
En ambos casos la hebra que sirve de
molde tiene dirección 3’ → 5’, en tanto,
la neoformada crece en sentido 5’ → 3’.
En esto consiste el carácter antiparalelo
de la replicación.

Las helicasas son enzimas que desenrollan la doble hélice del ADN y producen zonas
monocatenarias, para lo cual necesitan estar acopladas a la hidrólisis del ATP. Existen
helicasas formadas por una sola unidad y otras por seis subunidades. En la replicación
interviene la helicasa Mcm2-7 que es de tipo hexamérico.
Las topoisomerasas interconvierten los topoisómeros del ADN. Por lo general estas
enzimas introducen superenrollamientos negativos en el ADN, haciendo un corte en el
mismo y haciendo pasar una o las dos hebras por la hendidura creada. Se clasifican en
tipo I o tipo II, según produzcan el corte de una o las dos hebras del ADN, respectiva-
mente. Ambos tipos se requieren en la replicación.
Por último, las ligasas unen dos fragmentos de una hebra de ADN que se encuentren
contiguos, es decir, entre dos nucleótidos sucesivos, siempre que estos fragmentos estén
formando parte de una molécula de ADN de doble hebra.
También se requiere de proteínas que no presentan actividad enzimática, entre ellas
las que marcan sitios en el ADN, las que reclutan otras proteínas, las que incrementan
la actividad o la procesividad de algunas enzimas, etc. Un tipo especial es el de las pro-
teínas de unión al ADN de hebra simple. Durante la replicación las dos hebras del ADN
se separan y, de no existir algún obstáculo, se volverían a unir. La proteína replicativa
A se une al ADN de una hebra e impide su reasociación, lo que permite que las otras
proteínas tengan acceso a las bases nitrogenadas.

Etapas de la replicación
Tradicionalmente, el estudio de la replicación se ha dividido en cinco grandes etapas:
preiniciación, iniciación, elongación, terminación y posterminación.
El conocimiento acerca de lo que ocurre en cada etapa no es uniforme, ya que
la complejidad de cada una es diferente. Esta división se debe fundamentalmente a

496 Bioquímica Médica. Tomo II


los procedimientos empleados para el estudio del proceso. Los métodos más utili-
zados han sido la introducción de inhibidores y el uso de mutantes que carecen de
algunas de las proteínas implicadas en el proceso. Combinando hábilmente estos dos
elementos, el proceso se detiene de manera selectiva y se analiza la composición del
complejo replicativo hasta ese momento. De esta forma se puede establecer el orden
en que intervienen cada uno de los participantes en el proceso y después inferir cómo
se desarrolla el proceso en su totalidad. Es bueno señalar que estas etapas solo tienen
un valor experimental y didáctico, pues en la realidad el proceso ocurre de manera
continua, sin que existan pausas entre una etapa y otra. La preiniciación consiste en
el ensamblaje del sistema replicativo; la iniciación, en la colocación adecuada de los
primeros precursores; la elongación, en el crecimiento de la cadena y la terminación,
en el fin del proceso. La posterminación se refiere a modificaciones que experimenta
la molécula recién formada, hasta ser totalmente funcional. En algunos casos estas
modificaciones ocurren de manera simultánea con la elongación.
Estas mismas etapas, aunque con contenidos diferentes, serán consideradas en los
demás procesos –transcripción y traducción–, relacionados con los mecanismos de
transferencia de la información genética, y se resaltará la similitud formal que existe
entre ellos.

Replicación en procariontes
Como sucede casi siempre en la ciencia, los estudios experimentales sobre la repli-
cación comenzaron por los organismos más sencillos y, a partir de estos, se establecieron
no solo los modelos teóricos, sino también los procedimientos experimentales para los
estudios en organismos más complejos.
Este estudio comenzó por los organismos procariontes. Para ello, primero se estudiaron
los virus que infectan las bacterias, denominados bacteriófagos o simplemente fagos, que
como utilizan una parte considerable del sistema replicativo del hospedero, se pueden
considerar teniendo presente las diferencias de complejidad, como buena aproximación
al estudio del proceso en las células bacterianas.
De todos los sistemas replicativos estudiados, el más conocido es el de la bacteria
E. coli. Un procarionte con una molécula única de ADN circular de doble hebra, apro-
ximadamente de 4 × 106 pb.
En la E. coli la replicación comienza siempre en un punto fijo del ADN, que se conoce
como origen de la replicación (oriC) y termina en otro sitio específico, denominado TerC.
En primer lugar, es necesario obtener el topoisómero del ADN adecuado para el
proceso, lo cual se logra por la acción de la topoisomerasa (Fig. 26.5).
La preiniciación consiste en la separación de las dos cadenas en el oriC, de manera
que las proteínas replicativas puedan acceder a la secuencia de bases del ADN. El sitio
de iniciación es marcado por un grupo de proteínas a las cuales se unen las helicasas que
provocan el desenrollamiento del ADN, lo que da lugar a la formación de dos horquillas
de replicación. Las hebras simples son cubiertas por las proteínas de unión al ADN de
hebra simple, SSB. Esta etapa se resume en la figura 26.6.
Una ARN polimerasa sintetiza un polirribonucleótido que servirá como iniciador
y con posterioridad será alargado por la ADN polimerasa III, una enzima formada por
cerca de 20 subunidades que realiza la copia de las dos hebras simultáneamente. Una de
las subunidades de la enzima tiene forma de anillo que se enrolla alrededor del ADN y
permite a la enzima la polimerización de numerosos nucleótidos, sin abandonar el ADN.
Esta parte del proceso se ilustra en la figura 26.7.

Capítulo 26. Replicación del ADN 497


Fig. 26.5. Acción de la topoisomerasa II. El
ADN circular de la E. coli existe super-
enrollado negativamente y es la topoiso-
merasa II la que se une al ADN y corta
la molécula en sus dos bandas (a); luego
cruza la banda intacta por la abertura y
vuelve a sellar (b), haciendo cada vez
el topoisómero más negativo, que es la
forma que favorece la replicación. En
la figura se representan las dos mitades
de la molécula en distintos colores para
diferenciar su recorrido.

Fig. 26.6. Formación de la horquilla


de replicación. Al sitio de origen se
unen proteínas de reconocimiento que
enrollan al ADN a su alrededor. Luego
se unen las helicasas que provocan la
apertura de la doble hélice. La unión
de las SSB estabiliza las horquillas de
replicación y da acceso a la secuencia
de bases que serán el molde de las
nuevas hebras.

Como las polimerasas sintetizan el ADN en forma unidireccional y cada horquilla


contiene las dos hebras del ADN, una de las hebras se sintetiza de forma continua (hebra
conductora, el movimiento de la polimerasa coincide con el de la horquilla), mientras
que la otra lo hace por fragmentos (hebra conducida, el movimiento de la polimerasa es
contrario al de la horquilla). Esos fragmentos deben ser procesados y unidos para dar la
integridad a la molécula. El procesamiento de los fragmentos se muestra en la figura 26.8.
En la E. coli existen sitios específicos para la terminación, donde proteínas específicas
detienen el movimiento de cada una de las horquillas. Más tarde, bases nitrogenadas que
forman parte de secuencias específicas son metiladas, con lo cual termina el proceso de
la replicación.

Replicación en eucariontes
La replicación en eucariontes es algo más compleja. Esta complejidad deriva de varios
factores. El tamaño de las moléculas a replicar es mucho mayor que en procariontes. Téngase

498 Bioquímica Médica. Tomo II


en cuenta que el cromosoma humano más pequeño contiene una molécula de ADN de
aproximadamente 46 millones de pares de bases, y el mayor, alrededor de 247 millones,
es decir, de 30 a 90 veces el tamaño del ADN de E. coli. El proceso está confinado al
pequeño espacio que representa el núcleo celular. El ADN está asociado con histonas y
otras proteínas que forman la cromatina, cuya unidad estructural es el nucleosoma y estas
estructuras dificultan el avance de la horquilla de replicación. Además, la cromatina no
es homogénea, pues existen zonas más relajadas (eucromatina) y zonas más compactas
(heterocromatina) donde el avance de la horquilla es más difícil aún. Por último, el ADN
humano presenta zonas donde existen secuencias repetidas (microsatélites y minisaté-
lites), como los centrómeros y los telómeros, que por alguna razón, aún desconocida,
representan un obstáculo por el desenvolvimiento normal de las polimerasas. Por todo
lo anterior no es de extrañar que el número de proteínas no enzimáticas que intervienen
en el proceso sea algo mayor que las que lo hacen en E. coli.
Sin embargo, en esencia el contenido de cada fase es similar al de procariontes. Lo
más distintivo es la preiniciación, en la cual se pueden distinguir dos momentos impor-
tantes, diferentes no solo por su contenido, sino por el momento del ciclo celular cuando
se producen, estos son la formación del complejo prerreplicativo y la activación de este
y su conversión en complejo de preiniciación. A continuación se desarrollará el proceso
en todas sus etapas, vinculado con el ciclo celular.

Fig. 26.7. Proceso de polimerización. A


cada una de las hebras se une la ARN
polimerasa (a), que sintetiza un pequeño
fragmento de ARN (en verde) que servirá
como iniciador (b). Al extremo del ARN
iniciador se une la ADN polimerasa III
que alarga cada una de las hebras (c).
Obsérvese que en cada hebra el proceso
transcurre en una sola dirección.

Capítulo 26. Replicación del ADN 499


Fig. 26.8. Procesamiento de los fragmentos de Okasaki. (a) La ADN polimerasa I por su acción de exonucleasa va elimi-
nando los ribonucleótidos que forman parte del ARN iniciador y a la vez va uniendo dNTP al extremo 3’-OH de la cadena
formada por la ADN polimerasa III, de manera que no quedan espacios vacíos; (b) la acción de la polimerasa hace que la
brecha entre los nucleótidos se vaya desplazando a lo largo de la cadena del ADN; (c) cuando todos los ribonucleótidos
se han retirado, la enzima se separa del ADN; (d) utilizando como cofactor el NAD+, la ADN ligasa de la E. coli une
nucleótidos contiguos mediante la formación de un enlace fosfodiéster y (e) con lo cual los fragmentos formados en la
banda conducida se unen unos con otros y se forma una banda continua.

Formación del complejo prerreplicativo


Durante la transición de la metafase a la anafase ocurre la activación del complejo
promotor de la anafase APC (del inglés, anaphase promoting complex) que lleva a la
destrucción proteolítica de las ciclinas A y B, así como a las quinasas mitóticas, lo que
trae como consecuencia la disminución prácticamente a cero de la actividad de qui-
nasas y el aumento relativo de la actividad de fosfoproteínas fosfatasas. Por otra parte,
durante la telofase se produce la descondensación de los cromosomas y la formación
de la cromatina, con lo cual los componentes iniciales del proceso de replicación ganan
acceso al ADN.
El primer paso en la formación del complejo prerreplicativo es la identificación y la
marca de los orígenes de la replicación. No se ha encontrado ninguna característica del
ADN en la zona del origen en eucariontes superiores, salvo que contiene regiones ricas
en pares AT. Esto se realiza cuando el complejo de reconocimiento del origen ORC (del
inglés, origin recognition complex) se une al ADN en miles de sitios de los cromosomas,

500 Bioquímica Médica. Tomo II


de manera que en la transición M→G1 el ORC se ha unido al ADN en los sitios donde
potencialmente puede dar inicio la replicación. El complejo ADN-ORC recluta la proteína
Cdc6 que contribuye a estabilizar la unión del ORC al ADN.
Posiblemente en este momento se definan dos aspectos fundamentales de la repli-
cación: primero, el punto de programación temporal que establece cuando durante la
fase S cada uno de los orígenes será activado; y segundo, el punto de decisión de los
orígenes, que establece cuáles de los orígenes potenciales, marcados por el ORC, serán
activados en la fase S.
Mientras tanto el APC con su cofactor Cdh1 ha marcado con ubiquitina a la gemi-
nina que se mantenía unida a Cdt1 (también conocida como factor de licencia). Al ser
destruida por proteólisis la geminina, la Cdt1 queda libre de su efecto inhibitorio y es
reclutada hacia el complejo ADN-ORC-Cdc6.
Los pasos siguientes son el reclutamiento y el ensamblaje de la helicasa Mcm2-7 en
el origen. Al menos dos hexámeros de Mcm2-7 se montan en el origen de replicación,
en una disposición que se denomina “cabeza con cabeza”. Esta disposición permitirá que
durante la iniciación una helicasa se mueva en un sentido y la otra, en sentido contrario.
De esta forma, a mediados de la fase G1 queda constituido el complejo prerreplicativo.
La formación de este complejo es requisito indispensable para que pueda ocurrir la
replicación, por eso se denomina factor de licencia, pero el hecho de que el ADN tenga
licencia para replicarse, no quiere decir que lo haga. Otros factores son necesarios para
que el proceso se produzca. Las etapas de formación del complejo prerreplicativo se
muestran en la figura 26.9.
En el capítulo 25 se expresó que a mediados de G1 se induce la síntesis de la ciclina D
y se incrementa la transcripción de los genes cuyos productos participan en la replicación
del ADN. En la transición G1→S se forma el complejo Cdk2/E, que tiene como función
la activación del complejo prerreplicativo, y es por eso que este complejo solo se puede
formar durante los primeros momentos de la fase G1.

Activación del complejo prerreplicativo y su transición


a complejo de preiniciación
En la transición de la fase G1 a la S se incrementa la síntesis de la ciclina E que se
une a la Cdk2 y forma el complejo activo Cdk2/E. También se activa la quinasa Ddk,
formada por la subunidad catalítica Cdc7, y la acompañante Dbf4 (del inglés, dumbell
forming activity). El nombre Ddk se asignó por analogía con las Cdk y significa quinasa
dependiente de Dbf4 (en inglés, Dbf4-dependet kinase). Solo se han podido identificar
algunos de los sustratos específicos de esas quinasas.
Entre las proteínas fosforiladas por Ddk se encuentran algunas subunidades del ORC,
la Cdc6, la Cdt1 y al menos la subunidad Mcm4 de la helicasa Mcm2-7. La fosforilación
de Cdc6 y Cdt1 las separa del origen y son marcadas con ubiquitina y degradadas por el
proteasoma. Este mecanismo garantiza que la replicación ocurra solo una vez durante
el ciclo de vida de la célula. El destino de las subunidades que forman el ORC no está
totalmente esclarecido.
Al mismo tiempo se ha formado un complejo integrado por la ADN polimerasa ε
(pol-ε), la helicasa RecQL4 y el complejo GINS. El complejo GINS debe su nombre al
hecho de que en levaduras está formado por las proteínas Sld5, Psf1, Psf2 y Psf3 y fue
descubierto por un japonés que lo nombró go-ichi-na-san, que significa 5-1-2-3. Por otra
parte se encuentra la proteína Cdc45, unida a la treslina.

Capítulo 26. Replicación del ADN 501


Fig. 26.9. Formación del complejo prerreplicativo. Desde la telofase de la mitosis hasta mediados de G1 se
va formando el complejo prerreplicativo por la incorporación al origen de la replicación del complejo de
reconocimiento del origen (ORC), la proteína del ciclo celular Cdc6, la Cdt1 y la helicasa Mcm2-7.

La Cdk2/E fosforila a la treslina y a la RecQL4, y crea, en cada una, un sitio para la


proteína de unión a la topoisomerasa (TopBP) que une a los dos complejos y los lleva
hacia el origen de la replicación. La interacción de Cdc45 con Mcm4 fosforilada provoca
un reordenamiento del complejo que elimina a la treslina, la RecQL4 y la TopBP;
quedan unidos Mcm2-7, Cdc45, GINS y pol-ε y forman el complejo CMG (Cdc45-
GINS-Mcm2-7) con pol-ε que participará en la fase de elongación.

502 Bioquímica Médica. Tomo II


La asociación de estos complejos al origen crea tensiones estructurales que se alivian
con la separación de las dos hebras del ADN, en un pequeño sector. La activación del
complejo prerreplicativo se muestra en la figura 26.10.

Fig. 26.10. Activación del complejo prereplicativo. A la izquierda, la Ddk fosforila algunos componentes del complejo
prereplicativo, especialmente a la helicasa. A la derecha, la Cdk2/E fosforila a proteínas unidas a Cdc45 y al complejo
GINS, que a su vez está unido a la polimerasa ε. La proteína de unión a la topoisomerasa, TopBP, une ambos complejos
y de esta forma son reclutados hacia el origen. Las interacciones entre Cdc45 y Mcm2.7 reorganizan el complejo, liberan
algunas proteínas y forman el complejo CMG, característico de la elongación.

Iniciación de la replicación
Una vez que se separan las hebras, uno de los hexámeros Mcm2-7 se enrolla alrededor
de una de las hebras y el otro en la hebra complementaria, de acuerdo con su polaridad
de traslación, esto es 3´→5´, y comienzan a extender el segmento de hebra simple en
los dos sentidos, a partir del origen. Las hebras simples se van cubriendo por la proteína
replicativa A (RPA) que impide que las hebras se vuelvan a unir. Esta etapa se muestra
en la figura 26.11.

Capítulo 26. Replicación del ADN 503


Fig. 26.11. Estabilización de la horquilla. Una vez que las helicasas incrementan las dimensiones de la horquilla, la
proteína RPA se une a las hebras simples y estabiliza e impide su reasociación.

Es bueno recordar que las ADN polimerasas sintetizan el ADN en la dirección


5´→3´ y para ello utilizan como molde la cadena que tiene sentido 3´→5´. Al separarse
las dos hebras, se forma una estructura similar a un ojal. Al sitio donde permanecen las
dos hebras unidas y que existe uno en cada extremo del ojal, se le denomina horquilla
de replicación. En la medida que se produce el movimiento de cada horquilla, una hebra
se desenrolla en sentido 3´→5´ y la otra en sentido 5´→3´. La hebra simple que se desen-
rolla en sentido 3´→5´ representa el molde adecuado para las polimerasas que pueden
sintetizar la hebra complementaria de forma continua y se le denomina hebra conductora.
La otra hebra se desenrolla en sentido contrario al movimiento de la polimerasa y se le
denomina hebra conducida.
A continuación sucede la incorporación a las dos hebras simples de la ADN poli-
merasa α (pol-α).
Como se estudió anteriormente, esta enzima presenta dos actividades: una de ARN
polimerasa y otra de ADN polimerasa. La pol-α comienza la síntesis de un oligorribo-
nucleótido de aproximadamente 10 ribonucleótidos, así, se origina un cambio de con-
formación de la enzima que mueve el extremo del oligorribonucleótido de la subunidad,
con actividad de ARN polimerasa, hacia el sitio activo de la subunidad, con actividad de
ADN polimerasa. Esta subunidad continúa alargando la hebra hasta alcanzar una longitud
de aproximadamente 20 nucleótidos. Este icosanucleótido se conoce como iniciador o
cebador. Una vez terminada la síntesis del iniciador pol-α se disocia del ADN. Con la
disociación de pol-α del ADN concluye la etapa de iniciación. La acción de la ADN
polimerasa α/iniciadora se muestra en la figura 26.12.

Elongación de la replicación
Al terminar la iniciación, cada una de las hebras del ADN tiene un sector duploheli-
coidal, formado por la hebra molde (del ADN original) y los 20 nucleótidos del iniciador.

504 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 26.12. Etapa de iniciación. A cada una de las hebras se une la ADN polimerasa α/iniciadora que forma primero un
fragmento de ARN de unos 10 ribonucleótidos y después se alarga con aproximadamente otros 10 desoxinucleótidos. Este
iniciador proporciona el extremo 3´-OH, necesario para la actividad de las polimerasas de la elongación.
El extremo 5´ del iniciador presenta un grupo trifosfato, mientras que el otro tiene la
forma de 3´-OH. La función del iniciador es aportar el extremo 3´-OH, indispensable para
la actividad de las ADN polimerasas. Durante la elongación las ADN polimerasas van
añadiendo al extremo 3´-OH uno a uno los desoxinucleótidos que sus bases nitrogenadas
sean complementarias a la de la cadena molde. El centro activo de estas enzimas es tan
angosto que solo permite acomodar los pares de bases complementarios y catalizar la
formación del enlace fosfodiéster.
Las ADN polimerasas tienden a separarse del ADN, lo que hace que la síntesis sea
más demorada. Evolutivamente se ha creado un mecanismo para evitar esa situación.
La proteína replicativa C deposita en el extremo 3´-OH del iniciador a una proteína
en forma de anillo que recibe el nombre de antígeno nuclear de células proliferantes
PCNA (del inglés, proliferating cell nuclear antigen). Al PCNA se asocia la pol-ε, que
a su vez está unida a la helicasa por el complejo CMG (Fig. 26.13).
Una vez activado el sistema, las horquillas de replicación se mueven bidireccio-
nalmente hacia zonas alrededor del origen de la replicación: la Mcm2-7 separando las
hebras y la pol-ε uniendo los desoxinucleótidos, cuyas bases sean complementarias al
molde. Este movimiento va generando superenrollamientos por delante de la horquilla,
que se eliminan gracias a la actividad de la topoisomerasa I (Fig. 26.14).
Teniendo en cuenta que las ADN polimerasas sintetizan el ADN desde el extremo
5´ hacia el extremo 3´ y que las hebras del ADN tienen una disposición antiparalela,
las hebras de cada horquilla se replican de forma diferente. En la hebra conductora las
helicasas y las polimerasas se mueven en el mismo sentido que la horquilla y van sinteti-
zando el ADN de forma continua. Sin embargo, en la hebra conducida el movimiento de
la horquilla es contrario al de la polimerasa. Para su replicación se realizan los mismos
eventos que durante la iniciación, o sea, incorporación de pol-α y síntesis del iniciador
e incorporación del PCNA y su unión a la polimerasa, solo que en este caso en pol-δ y
no pol-ε la que se asocia a PCNA. Esto hace que dicha hebra se duplique mediante la
formación de fragmentos, denominados fragmentos de Okasaki, en honor a su descu-
bridor, el japonés Reiji Okasaki. Esta parte del proceso se representa en la figura 26.15.

Procesamiento de los fragmentos de Okasaki


Los fragmentos que se forman durante la replicación de la hebra conducida están
separados unos de otros y contienen en su extremo 5´ un oligorribonucleótido de 10
unidades. Los nucleosomas representan un obstáculo físico para la formación de esos
fragmentos, de manera que su longitud se estima entre 100 y 200 nucleótidos, que es
aproximadamente el tamaño del ADN asociado a los nucleosomas. El procesamiento
de los fragmentos consiste precisamente en la eliminación del oligorribonucleótido y la
unión de los fragmentos, lo que da lugar a una cadena continua.
El oligonucleótido iniciador es sintetizado por la pol-α que tiene la tendencia a
cometer errores, por lo cual la eliminación del iniciador es un mecanismo que con-
tribuye a la fidelidad del proceso.
La visión actual del proceso es la siguiente: al extremo 5´ del ARN iniciador
se une la protína Dna2 que tiene actividad de helicasa y de endonucleasa, y se des-
plaza sobre el ADN, separando las dos hebras (helicasa) y cortando la hebra que
contiene al iniciador cerca de la doble hebra de ADN (endonucleasa). Entonces la
endonucleasa Fen-1 cataliza la hidrólisis del enlace fosfodiéster que une al segmento
desplazado con el resto del iniciador. También el complejo pol-δ-PCNA puede
desplazar al iniciador en unos pocos nucleótidos y este segmento ser separado por
Fen-1, y mediante ciclos repetidos de acción de estas dos enzimas pueden eliminar
totalmente al iniciador.

506 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 26.13. Etapa de elongación. Al extremo 3´-OH del iniciador se asocia la proteína replicativa C que enrolla al PCNA
alrededor del ADN. Al PCNA se una la polimerasa ε, que a su vez está unida con el complejo CMG. La acción combi-
nada de la helicasa y la polimerasa produce el alargamiento de cada una de las hebras en dirección contraria y según la
secuencia de bases de la hebra que le sirve de molde.
Fig. 26.14. Función de la topoisomerasa I en la elongación. (a) La horquilla de replicación se desplaza hacia la derecha;
(b) el desplazamiento de la horquilla va creando zonas de tensión por delante que dificultan su avance; (c) la topoisomerasa I
se une al ADN por delante de la horquilla; (d) la enzima corta una de las hebras y pasa la otra por la hendidura y (e) esta
acción relaja esas tensiones y facilita el proceso.

La brecha dejada por la acción de la Dna2 y la Fen-1 es rellenada por la acción


del complejo pol-δ-PCNA, hasta que solamente falta el enlace fosfodiéster que una
los dos fragmentos. Esa hendidura es sellada por la acción de la ADN ligasa I en una
reacción dependiente del ATP (Fig. 26.16). En la figura 26.17 se resume el procesa-
miento de los fragmentos de Okasaki.
Las interacciones que se establecen entre los distintos componentes del complejo de
avance de la replicación, parecen indicar que la replicación de la hebra conductora está
coordinada con la de la conducida.

Terminación de la replicación
En la bacteria E. coli la replicación del ADN se realiza en apenas 30 min. El genoma
humano es unas 700 veces mayor que el de E. coli y la velocidad de la horquilla de

508 Bioquímica Médica. Tomo II


replicación es unas 200 veces menor (2-3 kb min-1). A partir de estos datos se podría
suponer que la replicación del ADN en las células humanas tardaría aproximadamente
20 días, si se iniciara en un solo origen por cromosoma. Los primeros trabajos sobre
este tema, realizados por Huberman y Riggs, mostraron que en los mamíferos son
activos entre 30 000 y 50 000 orígenes. Como ya fue expuesto, no todos los orígenes
se activan simultáneamente, pues siguen un estricto programa de activación temporal
durante la fase S.

Fig. 26.15. Replicación de la hebra conducida. El desplazamiento del complejo de elongación por una hebra va dejando al
descubierto la hebra complementaria. A esa hebra se une la ADN polimerasa α/inciadora que forma el iniciador. Después
la proteína replicativa C incorpora al PCNA y a este se una la ADN polimerasa δ, encargada de alargar al iniciador hasta
encontrar un fragmento ya formado.

Capítulo 26. Replicación del ADN 509


Fig. 26.16. Mecanismo de acción de
la ADN ligasa. La reacción ocurre en
varias etapas. La enzima transfiere un
resto de AMP desde al ATP hacia el
extremo 5’-P, con lo cual se facilita la
formación del enlace fosfodiéster. La
ligasa y el AMP se separan del ADN y la
molécula queda formada íntegramente.

Por lo tanto, la separación entre los ORI es solamente de algunas decenas de kilobases.
Cuando dos ORI vecinos se activan de manera eficiente, en cada uno de estos se forman
horquillas de replicación que avanzan una al encuentro de la otra. Llegado un momento,
dos horquillas se fusionan y el proceso de la replicación queda concluido, de lo que se
infiere que cada uno de los complejos de progresión de la elongación solo tiene que
sintetizar segmentos relativamente cortos de ADN y de esta forma se consigue que el
colosal proceso de síntesis del ADN se realice en unas pocas horas (Fig. 26.18).
Es bueno señalar que aunque para su exposición este proceso se ha dividido en varias
etapas y cada una de ellas ha sido tratada con determinada independencia, el proceso
transcurre normalmente sin pausas, a partir de la activación del complejo prerreplicativo.
En otros términos, en la transición entre G1 y S es que ha de tomarse la decisión de replicar
o no el ADN; si ese tránsito ocurre entonces el proceso procederá hasta su culminación.

Posterminación
Una vez que un sector de la molécula de ADN ha sido replicado, se produce la adición
de grupos metilos a bases específicas, así se crea un patrón de metilaciones que es carac-
terístico de cada especie. El patrón de metilación del ADN genómico no está distribuido
al azar. Más bien regiones discretas, incluyendo la mayoría del ADN repetitivo y parásito,
están hipermetiladas, mientras otras regiones como los islotes CpG, a menudo asociadas
con regiones de regulación génica, están hipometiladas. No todos los dinucleótidos CpG
son metilados, por lo tanto debe existir alguna señal que indique cuáles sí y cuáles no.

510 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 26.17. Procesamiento de los fragmentos de Okasaki. El iniciador se separa, debido a la acción de la helicasa de
la Dna2 que también por su actividad de endonucleasa elimina una parte del iniciador. La endonucleasa Fen-1 elimina
el resto del iniciador. La ADN polimerasa δ rellena la brecha que es sellada por la ADN ligasa. Este proceso origina la
integralidad de la hebra conducida.

La metilación es catalizada por una familia de enzimas, denominadas ADN


metil-transferasas DNMT (del inglés, DNA methyl transferase), que tiene tres miembros.
DNMT1, DNMT3A y DNMT3B. De ellas, la DNMT1 es la que interviene en la fase de
posterminación.
La DNMT 1 humana fue aislada en 1992 y su gen se localizó en 19p13.2. La DNMT1
tiene el dominio amino-terminal más largo de todas las DNMT de mamíferos, que
desempeña un rol en la regulación de la actividad del dominio catalítico carboxilo-terminal,
la localización nuclear, la unión de Zn2+ y las interacciones entre proteínas. Al inicio de

Capítulo 26. Replicación del ADN 511


la replicación las dos hebras del ADN están metiladas, pero la hebra recién sintetizada
carece de grupos metilos. La DNMT1 es básicamente una enzima de mantenimiento que
provoca la metilación de CpG en sitios hipometilados que se encuentran fundamental-
mente durante el proceso de replicación. La enzima reconoce el dinucleótido CpG
y si la citosina en una hebra está metilada, entonces transfiere un grupo metilo desde la
S-adenosil metionina hacia la citosina de la otra hebra. Si ninguna de las citosinas está
metilada, entonces la enzima se disocia del ADN.

Fig. 26.18. Etapa de terminación. La replicación en eucariontes se produce con la formación de numerosas horquillas
que al crecer bidireccionalmente se encuentran unas con otras y se fusionan, con lo cual se aumenta considerablemente
la velocidad del proceso.

La metilación del ADN reprime la expresión de genes, debido al reclutamiento de


proteínas con el dominio de unión a metil-CpG, MBD (del inglés, methyl-CpG binding
domain) que reconoce de manera selectiva los CpG metilados. La MeCP2 es una pro-
teína muy conocida, con dominio MBD y un dominio de represión de la transcripción.
El MBD reconoce los dos metilos de CpG específicamente. Se cree que MBD se une a
CpG en los nucleosomas, sin establecer conflictos de espacio con ninguna de las histonas.
Trastornos en los patrones de metilación del ADN son un hallazgo común en algunas
neoplasias. Un resumen del proceso se muestra en la figura 26.19.

Replicación de los telómeros


Los cromosomas lineales plantean un problema de importancia biológica funda-
mental: sus extremos deben ser distinguidos de las roturas cromosómicas para evitar
procesos de reparación que podrían dar como resultado la fusión de cromosomas por
sus extremos. Esta fusión ocasionaría trastornos graves durante la segregación de los
cromosomas en la mitosis.

512 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 26.19. Metilación del ADN. En
determinadas regiones el ADN está
metilado en la citosina del nucleótido
CpG. Al producirse la duplicación, la
metilación aparece solamente en una de
las hebras. La DNMT1 se une al ADN
y metila la hebra nueva, restituyendo el
patrón de metilación. Proteínas como la
MeCP2 se unen a la citosina metilada
y modifican la actividad del ADN en
esas regiones.
Otro problema que presentan los cromosomas lineales es que no pueden ser total-
mente replicados, al menos de acuerdo con los mecanismos de replicación conocidos.
Esto implicaría el acortamiento de los telómeros en cada ciclo de división celular, lo cual
activaría el mecanismo de respuesta al ADN dañado y provocaría, además, la detención
permanente del ciclo celular, fenómeno que se conoce como senescencia. El descubri-
miento de que los telómeros poseen una extensión monofibrilar hizo que el problema
fuera replanteado.
Estructura de los telómeros. Los extremos de los cromosomas lineales de eucariontes,
telómeros, son estructuras altamente especializadas, esenciales para la estabilidad del
genoma.
En los seres humanos y otros vertebrados el ADN telomérico es un gran segmento
de repeticiones en tándem de una unidad de hexanucleótido, cuya secuencia es 5´-TTA-
-GGG-3´/5´-CCCTAA-3´, con un extremo 3´ monofibrilar de la hebra rica en guanina.
La extensión de la doble hebra varía de 2 a 50 kb, mientras la monohebra alcanza de 100
a 250 bases. La zona monofibrilar se puede plegar sobre sí misma e invadir la zona de
doble hebra, originar el lazo telomérico (lazo t) y dar origen a otras estructuras secun-
darias, como se muestra en la figura 26.20.
El ADN telomérico está unido a un grupo especializado de proteínas protectoras
que se denominan colectivamente shelterinas (del inglés shelter, que significa amparo,
protección, abrigo), algunas de las cuales reconoce específicamente al ADN de cadena
simple y otras, al de cadena doble. Este complejo nucleoproteínico protege al extremo
de los cromosomas de ser identificados como una rotura de doble hebra.

Fig. 26.20. Estructura de los telómeros. (a) La estructura de los telómeros con las shelterinas que se unen a la doble
hebra y otras a la hebra simple. Diferentes estructuras secundarias que pueden aparecen en los telómeros; (b) estructura
de cuatro hebras; (c) el lazo “t” y el asa “D”; (d) estructura en horquilla y (e) el apareamiento de cuatro guaninas. Todas
ellas representan obstáculos para la duplicación de los telómeros.

514 Bioquímica Médica. Tomo II


Telomerasa. En 1985, Carol Greider y Elizabeth Blackburn descubrieron una
actividad enzimática en el núcleo de Tetrahymena, capaz de alargar telómeros sintéticos.
Ellas la denominaron telómero terminal transferasa, más tarde acortado a telomerasa.
El tratamiento con ARNasa inactivaba a la enzima, sugiriendo que un ARN aportaba el
molde para la adición de los nucleótidos. En 2010, Greider, Blackbourn y Jack Szostak,
recibieron el Premio Nobel en Fisiología o Medicina, por sus aportes al conocimiento
de la estructura y duplicación de los telómeros.
El gen de la telomerasa humana se localiza en la región cromosómica 5p15.33. Se
trata de una ADN polimerasa especializada, que sintetiza nuevas secuencias teloméricas
en los extremos de los cromosomas. Está formada por dos componentes muy conservados:
la proteína central, TERT (del inglés, telomere reverse transcriptase), que contiene el
dominio de transcriptasa inversa y un ARN esencial, TR (del inglés, telomerasic RNA),
también denominado TERC, que unido a TERT proporciona el molde para la síntesis de
las secuencias teloméricas.
En 1989, cuando aún no se había descubierto la subunidad catalítica de la telome-
rasa, Greider y Blackburn propusieron un modelo que ha resultado ser muy exacto.
Según ellas, la telomerasa utiliza su ARN intrínseco como molde para la adición de los
nucleótidos en los extremos de los cromosomas. La complementariedad entre TR y las
repeticiones teloméricas facilitan alinear las dos moléculas. Después se produce la trans-
cripción inversa y ciclos repetidos de acción originan el alargamiento de los telómeros.
Después de la extensión, la maquinaria de síntesis de la hebra conducida sintetiza la
hebra complementaria.
En resumen, el mecanismo de acción de la telomerasa (Fig. 26.21) se puede resumir
en las etapas siguientes:
−− Unión de la telomerasa al telómero, de manera que el TR quede alineado con el ADN
mediante la formación de pares de bases.
−− La telomerasa alarga el telómero y toma como molde la secuencia de TR, que es
complementaria a la repetición.
−− La telomerasa se disocia del ADN y da inicio a un nuevo ciclo.

Fig. 26.21. Acción de la telomerasa.


La síntesis de los telómeros se lleva a
cabo por la acción de la telomerasa en
un proceso que se puede dividir en tres
etapas: (a) la enzima se une al extremo
del telómero, utilizando el mecanismo
de apareamiento de bases entre su ARN
y el ADN telomérico; (b) utilizando
como molde su ARN, la enzima alarga
el extremo 3’ de la hebra del ADN. Una
vez alargado el telómero (c), la enzima
se separa y vuelve a unirse al nuevo
extremo y (d) comienza un nuevo ciclo
de polimerización.

Capítulo 26. Replicación del ADN 515


Proceso de la replicación de los telómeros. En líneas generales el proceso ocurre de
la manera siguiente: cerca del telómero se activa un origen de replicación y da comienzo a
la síntesis de la hebra conductora. Esta hebra aportará el extremo 3´ de la nueva molécula
de ADN que tendrá los extremos romos, es decir, estarán al mismo nivel el extremo de
la hebra molde y el de la neosintetizada.
Al menos en los seres humanos, una nucleasa asociada a las shelterinas, denominada
Apolo, actúa en la resección de la hebra conductora en los telómeros. Es interesante que
la resección del extremo de la hebra conductora no ocurra inmediatamente después de
completarse la replicación. La hebra monofibrilar aparece en la hebra conductora apro-
ximadamente 1 h después de hacerlo en la hebra conducida.
A medida que este proceso transcurre se va generando la hebra conducida por
fragmentos de Okazaki que deben ser procesados. La síntesis por la pol-α comienza a
una distancia de 70 a 100 nucleótidos del extremo de la hebra. La pol-α sintetiza el ARN
iniciador de unos 10 nucleótidos y después lo alarga con desoxinucleótidos. Esta hebra
puede crecer por la pol-δ, hasta alcanzar el ADN sintetizado por la horquilla vecina. El
procesamiento de este fragmento lleva a la eliminación del ARN y de esta manera queda
formada la hebra monofibrilar.
En células carentes de telomerasa este mecanismo provoca el acortamiento paulatino
de los telómeros en las dos hebras. Sin embargo, en células que tienen esa actividad
enzimática los fragmentos monofibrilares son alargados y la longitud de los telómeros,
propia de la especie, se perpetúa. En la figura 26.22 se muestra este proceso.
De esta forma, el procesamiento completo de los extremos recién replicados, hasta
obtener telómeros maduros, ocurre en varias etapas que se llevan a cabo, primero, en la
hebra conducida y después en la conductora.
Sin embargo, en los seres humanos solamente las células que están en constante
proliferación, como las células madre, pueden recibir el beneficio de la telomerasa. En la
mayoría de los tejidos la actividad de telomerasa es reprimida, lo cual da como resultado
una lenta erosión de los extremos cromosómicos con cada ciclo de división celular. Se ha
asociado la longitud de los telómeros con el número de divisiones que una célula puede
realizar, por lo tanto, el acortamiento progresivo de los telómeros determina un número
cada vez menor de divisiones celulares. Por eso a los telómeros se les considera como “el
reloj mitótico”. Uno de los mecanismos implicados en la transformación cancerosa es la
activación de las telomerasas, con lo cual se incrementa el número de divisiones celulares.
Como la replicación de los telómeros comienza a mediados de la fase S y termina
al final de la misma o incluso en la fase G2, con este proceso culmina la tarea colosal
de sintetizar 46 moléculas de ADN, que en su conjunto contienen siete mil millones de
pares de bases. Asombra que ese proceso se desarrolle en apenas unas horas.

Fidelidad de la replicación
La replicación del ADN ocurre solo una vez durante la vida de las células, por ello
es necesario que las hebras sintetizadas sean exactamente complementarias a las hebras
moldes y por lo tanto las moléculas hijas sean idénticas a las parentales. A la propiedad
del proceso que determina la igualdad de las moléculas nuevas en relación con la original
se le denomina fidelidad. Es asombroso que la colosal tarea de copiar siete mil millones
de parees de bases transcurra con una fidelidad que se ha estimado entre 10-9 y 10-10
(bases mal incorporadas/total de bases incorporadas). Varios son los mecanismos que se
encargan de garantizar esa fidelidad y de cada uno de ellos se hará una breve exposición
en los párrafos siguientes.

516 Bioquímica Médica. Tomo II


El primer factor de fidelidad es la elevada especificidad de los pares de bases, tipos
Watson y Crick. El apareamiento entre citosina y guanina o entre adenina y timina resulta
en un par mucho más estable que cualquier otro, y este factor de estabilidad contribuye
a la fidelidad.
Un segundo factor es la elevada especificidad de las ADN polimerasas. Estas enzimas
limitan el número de errores por la combinación de la selección de los nucleótidos con
la corrección de la lectura. En cada paso de la elongación las polimerasas distinguen el
nucleótido correcto del incorrecto, con un promedio de errores de 10-4 a 10-5 (mala in-
corporación/incorporación correcta). Las diferencias de energía libre entre la formación
de un par de bases correcto y otro incorrecto en solución solo justifican un índice de
errores de 10-2, sin embargo, las polimerasas presentan el centro activo en una especie
de bolsón que limita el acceso del solvente y favorece la selección de la base que forme
un par tipo Watson y Crick con el molde. Algunos datos experimentales sugieren que la
geometría del par de bases influye en el proceso de selección.

Fig. 26.22. Proceso de duplicación de los telómeros. (a) Estructura del ADN telomérico; (b) activación de un origen de
replicación en la vecindad del telómero; (c) la hebra C (en rojo) se duplica de manera continua y forma extremos romos,
mientras la hebra G (en azul) lo hace de forma discontinua y deja un extremo monofibrilar y (d) la hebra C duplicada es
podada por la nucleasa Apolo y forma el extremo monofibrilar. De haber telomerasa, esa hebra puede alargarse; de no
haber, se irá acortando y limitará el número de divisiones celulares.

Capítulo 26. Replicación del ADN 517


Por otra parte, las polimerasas replicativas poseen actividad de exonucleasa 3´→5´,
que le confiere la propiedad de rectificación de lectura. El centro activo de las polime-
rasas es muy angosto y solo permite acomodar pares de bases tipo Watson y Crick. Un
nucleótido mal incorporado dificulta el movimiento de la enzima, lo que provoca una
distorsión de la doble hélice, de tal manera que el nucleótido se desplaza hacia el sitio
activo de la exonucleasa que cataliza la hidrólisis del enlace fosfodiéster y proporciona
el extremo 3´-OH, necesario para la actividad de la polimerasa.
Otro factor de fidelidad es la eliminación del oligonucleótido iniciador. Se sabe que
la pol-α es propensa a cometer errores y no puede rectificarlos, pues carece de actividad
de exonucleasa 3´→5´. Cuando se produce el procesamiento de los fragmentos de Oka-
zaki, la zona sintetizada por pol-α es eliminada y sustituida por la acción de la pol-δ que
realiza su acción con una elevada fidelidad.
Cuando todos estos factores fallan, se pone en marcha el mecanismo de reparación
de bases mal apareadas que ocurre simultáneamente con la replicación.

Rectificación de los errores de la replicación


Durante la replicación del ADN pueden ocurrir errores en la acción de las ADN
polimerasas, el principal es la colocación de nucleótidos diferentes a los dictados por
el molde, creando un sitio donde existe un mal apareamiento de las bases. También en
algunas zonas del ADN se produce el deslizamiento de la polimerasa. Cuando se des-
liza hacia delante, deja de copiar alguna de las bases del molde y origina una deleción;
cuando lo hace hacia atrás, una o más bases pueden ser copiadas dos veces y dar lugar
a una inserción. Si este proceso se repite en varios ciclos de replicación, aparecen los
microsatélites, esto es, secuencias repetidas como [A]n o [CA]n que están presentes en
gran número en nuestro genoma. Estos errores hacen que el segmento añadido o la hebra
molde, cuando existe una deleción, formen una estructura en forma de lazo, conocida
como lazos de inserción o deleción (LID). Estos errores son corregidos por el sistema de
reparación de malos apareamientos, MMR (del inglés mismatch repair) que degrada la
sección de la hebra recién sintetizada que contiene el error y permite que la polimerasa
pueda generar otra hebra libre de errores.
Estos mecanismos fueron dilucidados inicialmente en E. coli, donde el estudio de
una cepa mutadora permitió la identificación de los genes mutS, mutL, mutH y uvrD
[mut, por fenotipo mutador; uvr, por reparación de daños provocados por la luz ultravio-
leta], cuyos productos estaban implicados en el mecanismo. Los seres humanos poseen
cinco homólogos de MutS, MSH (del inglés, MutS homologue) y cinco de MutL, MLH
y PMS (del inglés, MutL homologue y post mitotic segregation), que forman complejos
heterodiméricos. De los cinco MSH, solo tres participan en MMR.
El proceso, en líneas generales, transcurre de la manera siguiente: (a) el recono-
cimiento de la lesión, ya sea un mal apareamiento o un LID; (b) discriminación entre
la hebra molde y la neoformada; (c) eliminación de un segmento de ADN en la hebra
dañada, que incluye el sitio de la lesión, y (d) llenado y sellado de la brecha formada.
El reconocimiento de la lesión se realiza por los complejos MutSα para malos apa-
reamientos y MutSβ para inserciones o deleciones (Fig. 26.23).
En los seres humanos la señal que está implicada en el proceso no es del todo conocida.
Al parecer, una hendidura en la hebra es suficiente para desencadenar el mecanismo.
Estos hallazgos, unidos al hecho de que MMR es más eficiente en la hebra conducida,
sugieren que los extremos de ADN que aparecen como intermediarios normales durante
la replicación, puedan ser suficientes como señal para dirigir la corrección de los errores
de la replicación en las células eucariontes.

518 Bioquímica Médica. Tomo II


Una vez identificada la hebra lesionada se procede a la eliminación de un segmento
de la misma que incluya el mal apareamiento. La eliminación se hace mediante la acción
de exonucleasas que van eliminando uno a uno los nucleótidos de la hebra lesionada y
crean una brecha que puede llegar a alcanzar los 2 000 nucleótidos. La RPA se une al
segmento de hebra que queda sin aparear, debido a la acción de la exonucleasa.
La brecha se rellena utilizando la maquinaria molecular de la replicación del ADN.
Al extremo 3´ de la hebra recién sintetizada se asocia el factor replicativo C, RP-C que
enrolla al PCNA alrededor del ADN. El RP-C es sustituido por la ADN polimerasa δ
que va alargando la hebra y toma como molde la cadena íntegra. Cuando la polimerasa
ha llenado la brecha, solo queda una hendidura equivalente a la formación del enlace
fosfodiéster. Este enlace se forma por la ADN ligasa I. En la figura 26.23 se resume
este proceso.

Fig. 26.23. Rectificación de errores. Cuando existen malos apareamientos, inserciones o deleciones, las proteínas MutS
se unen a la zona alterada. Una exonucleasa es reclutada hacia donde existe una hendidura en el ADN, propia del proceso
de duplicación, y elimina sucesivamente los nucleótidos hasta sobrepasar la zona lesionada. Más tarde la brecha se llena
por la acción combinada de las polimerasas y las ligasas.

Defectos en esta vía son la causa de cánceres de colon no polipósicos hereditarios,


pero también pueden desempeñar una función en el desarrollo del 15 % al 25 % de tu-
mores esporádicos que ocurren en otros tejidos. A partir de la década de los años 90 se ha
encontrado que una elevada proporción de estos cánceres exhiben un fenotipo conocido
como inestabilidad de microsatélites MSI (del inglés, microsatellite instability). El sis-
tema es importante también desde el punto de vista clínico, pues tumores con deficiencias
en este sistema son resistentes a determinadas drogas quimioterapéuticas citotóxicas.

Procesos complementarios a la replicación


Unas veces simultáneo con la replicación y otras con posterioridad, van ocurriendo
eventos que restituyen la estructura normal de la cromatina, tal y como debe aparecen
en las fases posteriores del ciclo celular.

Capítulo 26. Replicación del ADN 519


Durante el avance de la horquilla de replicación los nucleosomas se desarman y
vuelven a formarse por detrás de la horquilla sobre la molécula de ADN. Este proceso
se lleva a cabo gracias a un conjunto de proteínas de la superfamilia de las chaperonas
moleculares. Estas proteínas forman los nucleosomas con las histonas canónicas, o sea,
H2A, H2A, H3 y H4 (Fig. 26.24).
Las dos moléculas que resultan de la replicación son envueltas por un complejo
proteínico denominado cohesinas, que las mantienen unidas. Al proceso que determina
que las moléculas de ADN producidas durante la duplicación se mantengan unidas,
se le denomina cohesión de las cromátidas hermanas. En el centro de este proceso
se encuentran las proteínas de mantenimiento estructural de los cromosomas, SMC
(del inglés, structural maintenance of chromosomes) que junto con otras forman los
complejos de cohesinas.
Las cohesinas están formadas por cuatro proteínas, dos de la familia SMC (SMC1
y SMC3) y dos del tipo Scc (del inglés, sister chromatid cohesion). Los representantes
de estas proteínas en vertebrados son Rad21 (homólogo de Scc1) y SA1 y SA2
(homólogos de Scc3). La proteína Rad21 se une al extremo de SMC1 y SMC2, y forma
una estructura anular. SA1 o SA2 se asocian a Rad21 y fortalecen la unión. Esto
posibilita que al inicio de la mitosis las dos cromátidas que forman cada cromosoma
se encuentren juntas y se pueda producir con determinada facilidad la segregación de
cada una hacia las células hijas. El proceso de cohesión de cromátidas hermanas se
muestra en la figura 26.25.
Una vez concluida la replicación, en algunas zonas del ADN, como los centrómeros y
las regiones de heterocromatina, las histonas canónicas son sustituidas por las variantes
que caracterizan a cada una de estas regiones.
Estos procesos complementarios evidencian el concepto de que en los seres hu-
manos el proceso de replicación se debe entender para la cromatina y no solamente
para el ADN.

Fig. 26.24. Formación de los nucleosomas. El ADN forma parte de los nucleosomas. A medida que la replicación avanza,
los nucleosomas se desarman por delante de la horquilla y se vuelven a armar por detrás, en cada una de las moléculas hijas.

520 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 26.25. Cohesión de cromátidas hermanas. A medida que la duplicación avanza, las moléculas hijas estructuradas
como nucleosomas se mantienen unidas mediante el complejo de cohesinas. En la figura no se representan los nucleo-
somas en aras de la simplicidad.

Control de la replicación
Los mecanismos que controlan la replicación del ADN deben garantizar dos
aspectos: primero, que el proceso transcurra hasta completarse totalmente, y segundo,
que se realice solamente una vez durante la vida de la célula.
En cuanto al primer aspecto, las deficiencias en la replicación llevan a la detención
de la polimerasa durante la elongación. Esta polimerasa detenida es una señal que activa
un mecanismo de respuesta, donde interviene la proteína p53 que, entre otros funciones,
tiene la de inducir la síntesis de p21, que es un inhibidor de las Cdk. De esta manera p53
provoca la detención del ciclo celular y da tiempo a que la deficiencia sea superada y el
proceso se reinicie adecuadamente. De no poder continuar, p53 induce la apoptosis
y provoca la muerte de la célula.
En cuanto al segundo aspecto, es importante que el complejo prerreplicativo se
forme durante la primera mitad de la etapa G1, cuando la actividad de quinasas es muy
baja y antes de que la célula reciba el estímulo para su reproducción. Este complejo se
activa en la fase S, al incrementarse la actividad de quinasas, que se mantendrá elevado
durante el resto del ciclo celular, con lo cual no puede formarse de nuevo el complejo
prerreplicativo. Además, las proteínas Cdc6 y Cdt1 que forman parte del complejo, son
fosforiladas al inicio de la fase S y después marcadas con ubiquitina y degradadas por el
proteasoma. Por lo tanto, el complejo prerreplicativo solamente puede volver a formarse
cuando ocurra la síntesis de estas proteínas, que es en los momentos finales de la mitosis.
Estos son los mecanismos básicos que garantizan la realización total del proceso,
solamente una vez durante la vida celular.

Capítulo 26. Replicación del ADN 521


Inhibidores de la replicación
Las diferencias en el mecanismo de replicación que existe entre las bacterias y
los seres humanos ha permitido el uso de inhibidores del proceso en el tratamiento de
infecciones bacterianas. Estos inhibidores actúan sobre los mecanismos moleculares
específicos de las bacterias, sin influir sobre el proceso en el hospedero. Por otra parte,
su uso con fines experimentales ha permitido avanzar en el conocimiento del proceso.
Atendiendo a su mecanismo de acción se clasifican en dos grupos: los que actúan sobre
el ADN molde y los que actúan sobre las proteínas replicativas.
Al primer grupo pertenecen los colorantes de acridina, la y el etidio, que se intercalan
entre las bases y dificultan la separación de las cadenas; la netropsina y la distamicina A,
que se unen fuertemente a zonas ricas en pares A-T, y la bleomicina y la neocarzinostatina,
que provocan roturas de los enlaces entre los carbonos 3’ y 4’ de la desoxirribosa.
Al segundo grupo pertenece la afidicolina, que inhibe la ADN polimerasa alfa, la
novobiocina y el ácido nalidíxico, que actúan sobre la topoisomerasa II (Fig. 26.26).
Un grupo importante de inhibidores lo constituyen los 2’-3’ didesoxirribonucleó-
sidos trifosfatados que se han empleado para determinar la secuencia de bases de
los ADN. Solo actúan in vitro, ya que los nucleósidos trifosfatados no atraviesan la
membrana celular.

Fig. 26.26. Inhibidores de la replicación.


Se muestra la estructura de la actinomi-
cina D que está compuesta por un anillo
triple de fenoxazona y dos polipéptidos
cíclicos laterales. Al interactuar con el
ADN, el anillo de fenoxazona se inter-
cala entre dos pares de bases (preferi-
blemente GC) y los péptidos interactúan
con las zonas vecinas fortaleciendo la
unión entre las dos bandas. Las proteínas
replicativas, al llegar al sitio donde está
la actinomicina D, no pueden separar las
bandas del ADN y se detiene el movi-
miento de la horquilla. La novobiocina
y el ácido oxonílico, por su parte, son
inhibidores de las topoisomerasas y su
acción dificulta la replicación.

522 Bioquímica Médica. Tomo II


Hasta aquí se han desarrollado los aspectos más sobresalientes de uno de los procesos
más importantes de la materia viva. Como se vio al inicio, se planteaban problemas
importantes para su realización, cuya complejidad hacían prever respuestas complejas
y así ha resultado.
Pero cabría preguntarse ¿por qué resulta tan complejo este proceso? ¿No existen me-
canismos más simples e igualmente probables para un proceso de esta naturaleza? ¿Por
qué se requiere un número tan elevado de enzimas y otras proteínas, con tan elevados
grados de complejidad estructural y funcional?
Por supuesto, que estas respuestas no las tiene nadie. Cuando se analiza un meca-
nismo de este tipo, solo se pueden expresar las ventajas que representa con respecto a
otro alternativo, sin llegar a saber por qué los organismos con estas características se
han seleccionado de manera evolutiva sobre otros; esa es la base del razonamiento que
se expone a continuación.
El primer aspecto a considerar es que los errores que se producen durante la repli-
cación pueden alterar procesos en la célula y el organismo, que pudieran tener graves
consecuencias. Cuando el ADN dañado se transmite a la descendencia, las modificaciones
en el contenido de la información genética podrán alterar las instrucciones para la
formación de un nuevo organismo.
A diferencia de otros procesos, la replicación ocurre solo una vez durante la vida
de la célula, por lo tanto deben existir mecanismos que garanticen este aspecto. Más de
una replicación en la vida de una célula incrementaría la dosis de cada uno de los genes
y crearía serios problemas para la supervivencia de la célula y el organismo.
Por otra parte la replicación es un proceso colosal, pues se trata de replicar siete mil
millones de pares de bases con un elevado grado de fidelidad, tomando como molde o
guía una molécula con una estructura compleja que representa en sí misma un obstáculo
para el proceso. Si a esto se añade la estructura en nucleosomas del material genético,
el grado de complejidad crece sustancialmente. Por lo tanto, no solo son necesarias las
enzimas que unan los desoxinucleótidos, sino, además, las que transformen la estructura
en un molde adecuado para el proceso, que proporcionen el acceso a la secuencia de
bases, que eliminen los obstáculos que el mismo proceso va creando y que retornen el
material genético a su estructural natural.
Por último, se trata de copiar un grupo de moléculas cuya longitud total es cercana
a 1 m y confinada al espacio minúsculo del núcleo celular donde, además, se encuentran
otras estructuras que también son importantes para la realización de otros procesos.
Estas, entre otras, pueden ser las razones más evidentes del elevado grado de com-
plejidad, lo que está apoyado, además, por el hecho de que en la medida que aumenta la
longitud del ADN en las células, son mayores el grado de complejidad del proceso y el
número de factores proteínicos específicos involucrados.
El elevado grado de precisión que requiere la transferencia de información, de ge-
neración en generación, con un elevado grado de fidelidad, obliga a la complejidad del
proceso molecular que constituye su fundamento final.

Resumen
La trasmisión de la información genética de un organismo a sus descendientes
constituye el fenómeno más importante de la materia viva, y aunque adquiere diferentes
formas de acuerdo con el tipo de organismo, su fundamento final es el mecanismo de
replicación del ADN. Toda la información genética está codificada en la secuencia de

Capítulo 26. Replicación del ADN 523


bases nitrogenadas del ADN, y el apareamiento específico de ellas es el mecanismo básico
utilizado en todos los sistemas replicativos. La replicación tiene un carácter reiterativo,
pues los desoxinucleótidos se añaden por el mismo mecanismo al extremo de una cadena
en crecimiento, procede por complementariedad de bases, acoplada a la hidrólisis del
pirofosfato y de forma antiparalela y semiconservativa.
La replicación más sencilla es la de los virus de los procariontes, cuyo estudio ha
permitido esclarecer algunos de los mecanismos moleculares involucrados en el proceso.
La replicación del ADN en la E. coli fue durante mucho tiempo el paradigma de este
proceso, por el grado de detalle del conocimiento del proceso, la caracterización de las
especies moleculares implicadas y la relativa facilidad para su estudio experimental.
Cinco tipos fundamentales de enzimas participan en el proceso: las polimerasas, que
catalizan la formación del enlace fosfodiéster que une los desoxinucleótidos; las helicasas
que producen la apertura de la doble hélice del ADN; las topoisomerasas que alivian
las tensiones creadas por los superenrollamientos; las ligasas que unen fragmentos de
ADN alienados en una doble hélice y las nucleasas que eliminan oligodesoxinucleótidos
durante el procesamiento de los fragmentos de Okasaki.
Durante las últimas décadas se ha producido un notable avance del conocimiento
sobre el proceso en eucariontes, sobre todo en el ser humano. En nuestro organismo la
replicación está vinculada a la progresión del ciclo celular.
Durante la etapa G1 se ensambla el complejo prerreplicativo, formado por las
proteínas del ORC, la Cdc6 y la Cdt1 que reclutan hacia el origen a la helicasa Mcm2-7.
En el paso de G1→S se activa el complejo prerreplicativo y se transforma en el complejo
de preiniciación por la acción de proteínas quinasas específicas. Se forma el complejo de
elongación CMG que trae hacia el origen a la polimerasa ε y que de forma no precisada
provoca la apertura de la doble hélice y crea las horquillas de replicación. A comienzos
de la fase S, al origen se asocia la polimersa α/iniciadora que forma un oligonucleótido
que servirá de iniciador. Una vez que la proteína replicativa C enrolle al PCNA en el
extremo 3´-OH del iniciador, el complejo CMG comienza la elongación, siempre en
sentido 5´-P→3´-OH. La hebra conductora se sintetiza de forma continua, pero la con-
ducida lo hace por fragmentos que son procesados y unidos unos con otros por la acción
de la endonucleasa Fen-1, la polimerasa δ y la ligasa. Cuando dos horquillas vecinas se
encuentran, el proceso termina.
Posteriormente se produce la metilación del ADN, la formación de los nucleosomas,
la unión de las moléculas formadas mediante las cohesinas y la sustitución de las histonas
canónicas por las variantes típicas de sitios específicos.
Todo el proceso presenta una elevada fidelidad de copia que viene dada, entre otros
factores, por la precisión del apareamiento de bases, la especificidad de las polimerasas,
la eliminación del ARN iniciador y el mecanismo de edición. Cuando todos estos fallan,
se produce la rectificación de los errores por el mecanismo de reparación de bases mal
apareadas.
Numerosos son los antibióticos cuya acción específica consiste en actuar como inhi-
bidores de la replicación, los cuales, además del beneficio que han reportado a la lucha
contra las enfermedades infecciosas, han sido de inestimable valor para el estudio del
complejo proceso de la replicación del ADN.
Los resultados obtenidos experimentalmente en diferentes sistemas replicativos
permiten intentar una descripción generalizada del proceso, que tendrá su expresión
particular en cada organismo dado. La replicación comienza en sitios específicos del
ADN, denominados orígenes de replicación, a donde se unen proteínas específicas. La

524 Bioquímica Médica. Tomo II


unión de estas proteínas provoca el desenrollamiento local de la doble hebra del ADN,
que por acción de otras proteínas es agrandado. Un sistema enzimático específico forma
el ARN iniciador que después será alargado por polimerasas específicas. Una de las
hebras se forma de manera continua, en tanto la otra se sintetiza por fragmentos que luego
son unidos por la acción de ADN ligasas. Todo el proceso se caracteriza por la elevada
velocidad de polimerización, la alta procesividad y la extraordinaria fidelidad de copia.

Ejercicios
1. Demuestre que en el proceso de replicación se cumplen los principios siguientes:
a) De los cambios graduales.
b) De acoplamiento.
c) De transferencia de información.
2. Teniendo en cuenta las características de su acción, explique por qué es necesario
que en la preiniciación intervenga la topoisomerasa II y durante la elongación, la
topoisomerasa I.
3. ¿Por qué algunos autores afirman que la replicación es un proceso semidiscontinuo?
4. ¿Cuál es la justificación molecular de la necesidad de formar el ARN iniciador?
5. Para poder aislar con facilidad los fragmentos de Okasaki se prefiere utilizar bacterias
mutantes que son deficientes en la actividad de la ADN ligasa. ¿Por qué cree usted
que sea así?
6. ¿Cuáles son las características del ADN humano que hacen necesaria la participación
de un elevado número de proteínas para su replicación?
7. ¿Por qué el complejo prerreplicativo solamente se puede formar durante la etapa G1
del ciclo celular?
8. En el laboratorio se aísla una célula con mutaciones en el promotor del gen de la
ciclina E que hace que esta proteína se sintetice continuamente durante todo el ciclo
celular. ¿Qué implicaciones tiene esa situación en la replicación del ADN?
9. Si una mutación en uno de los genes que codifican una de las subunidades del com-
plejo GINS impide la formación de ese complejo, ¿podría afectarse el proceso de
duplicación? ¿Por qué?
10. Se ha observado que en muchas células cancerosas existe una elevada actividad
de la enzima telomerasa. ¿Tendrá que ver la elevada actividad de la enzima con el
proceso de transformación cancerosa?
11. Existen varios síndromes debido a deficiencias en la duplicación de los telómeros y
en muchos de ellos los pacientes muestran un envejecimiento precoz. ¿Cómo puede
explicarse esa situación?
12. ¿Qué consecuencias traería para la mitosis la ausencia de alguno de los componentes
del complejo de cohesinas?
13. ¿Qué pasaría si al aparecer un mal apareamiento durante la replicación ese error no
es rectificado?
14. Si durante la elongación se presenta un obstáculo para el avance de la horquilla se
produce la separación de la polimerasa de la helicasa. ¿Qué consecuencias trae ese
fenómeno?
15. ¿Por qué cree usted que se proponga el uso de inhibidores de la telomerasa en el
tratamiento del cáncer?

Capítulo 26. Replicación del ADN 525


27
Capítulo

Transcripción del ADN

E
n el capítulo anterior se estudió cómo la duplicación del ADN es el
fundamento molecular de la transferencia de información de una célula
u organismo a sus descendientes. La información genética es la pro-
piedad del ADN que le permite dirigir la formación de un organismo,
monocelular o pluricelular, y dotarlo de mecanismos de supervivencia en un ambiente
determinado. Por lo tanto, los organismos deben contar con mecanismos por medio de
los cuales se logre la expresión de la información genética; ese mecanismo, en líneas
generales, consiste en sintetizar las moléculas de ARN y de proteínas, cuya estructura
primaria está codificada en la secuencia de bases nitrogenadas del ADN. En un primer
proceso, denominado transcripción, el ADN dirige la síntesis de los ARN y algunos
de ellos cumplen funciones específicas en las células. Para la síntesis de proteínas se
requiere un segundo proceso, denominado traducción, en el cual el ARNm sintetizado
a partir de la información contenida en el ADN, dirige la síntesis de las proteínas en
los ribosomas (Fig. 27.1).
En los procariontes estos dos procesos ocurren de manera continua –en algunos
casos hasta simultáneamente– no así en los eucariontes que realizan la transcripción
en el núcleo y la traducción en el citoplasma. De una forma o de otra la expresión de la
información genética constituye el mecanismo fundamental, mediante el cual el ADN
determina las características estructurales y funcionales de una célula y de un organismo
como un todo; por eso, como se vio anteriormente, no es imprescindible la duplicación
exacta de todos los componentes celulares al producirse la división celular, basta con
la división del ADN y los componentes celulares que intervienen en su expresión para
que las células hijas sean de la misma especie que las parentales.
El nombre de transcripción se fundamenta en el hecho de que durante el proceso Fig. 27.1. Relación transcripción-tra-
ducción. En los procariontes (a) al no
se copia una información escrita en el lenguaje de la secuencia de bases nitrogenadas existir envoltura nuclear la traducción
del ADN, en una molécula de ARN que tiene el mismo lenguaje. comienza generalmente antes de terminar
En este capítulo se hará una descripción lo más pormenorizada posible de los me- la transcripción. En los eucariontes (b)
el ARNm se forma en el núcleo y allí
canismos moleculares de la transcripción del ADN, teniendo en cuenta, además, que se procesa antes de ser transportado al
existen aspectos que no están totalmente aclarados. citoplasma, donde es traducido.
Inicios
El estudio experimental de la transcripción comenzó en 1959, cuando Samuel Weis
y Leonard Gladstone, trabajando con extractos de hígado de ratas, descubrieron una
actividad enzimática capaz de incorporar CMP a partir de CTP marcado en el fosfato α
con 32P. Ellos se percataron de que el mecanismo de la reacción era semejante al descrito
para la síntesis de ADN, más bien que al de la polinucleotidofosforilasa, descubierta
3 años antes por Severo Ochoa.
Con este descubrimiento los autores habían abierto el inmenso campo de la trans-
cripción genética, que es algo fundamental para los procesos biológicos como el creci-
miento celular, la diferenciación y el cáncer. Una actividad similar de síntesis de ARN
fue encontrada unos años después en E. coli, en el laboratorio de J. Hurwith, A. Bresler
y R. Diringer, el de A. Stevens y el de M. Chamberlin y P. Berg.
Por razones prácticas, en la década siguiente se establecieron los mecanismos
generales de la síntesis de ARN con el uso de la ARN polimerasa bacteriana purificada,
de esta manera se pudo conocer la naturaleza de los sustratos, la dirección del proceso
y los conceptos del ADN como molde, de la secuencia de promotor y de la holoenzima.
Sin embargo, aunque estas enzimas compartían la propiedad de transcribir un con-
junto diverso de secuencias de ADN, carecían de la habilidad de reconocer secuencias
específicas para el comienzo de la transcripción en cada gen. La selección de los sitios
de iniciación y terminación fue resuelta esencialmente con el descubrimiento del factor
de iniciación sigma, en 1969, por R. R. Burgess, A. A. Travers, J. J. Dunn y E. K. F.
Bautz; posteriormente, J. Roberts descubrió el factor de terminación rho. En ese mismo
año, Burgess aclaró la composición en subunidades de la enzima bacteriana. La primera
secuencia de promotor, reconocida por la ARN polimerasa bacteriana, fue establecida
en 1974 por T. Sekiya y H. G. Khorana, este hecho constituyó una hazaña técnica en esa
época pregenómica.
No obstante, los primeros intentos de reproducir la transcripción in vitro, utilizando
únicamente Pol II purificada, no podían iniciar la transcripción en un sitio específico. Esta
iniciación selectiva solamente se logró cuando la reacción era suplementada con un
extracto crudo de núcleo, obtenido por cromatografía. Estos experimentos, llevados a cabo
por T. Matsui, J. Segal, P. A. Weil y R. G. Roeder, en 1980, condujeron al descubrimiento
de los factores generales de transcripción, un conjunto de aproximadamente 30
polipéptidos necesarios para la selección adecuada del sitio de iniciación y la formación
del complejo de preiniciación.
El sentimiento general, al final de estas primeras décadas, era que se habían revelado
los principios básicos que determinan la especificidad, la selectividad y la fidelidad de
la transcripción genética. Desde entonces hasta la fecha, se ha ido conociendo con más
profundidad el complejo mecanismo de la transcripción. En este capítulo se presentan
los mecanismos fundamentales, pues un examen exhaustivo del proceso está más allá
del alcance de este texto. En el año 2006 Roger Konrberg recibió el Premio Nobel de
Química, por sus estudios sobre las bases moleculares de la transcripción en eucariontes.

Aspectos generales
La transcripción es el proceso central en el crecimiento y desarrollo de las células,
en la cual los genes que se encuentran en el ADN de los cromosomas son selectivamente
localizados, reconocidos y transcritos. Existe una gran variedad de ARN, entre los que se
destacan los mensajeros (ARNm), ribosomales (ARNr) y de transferencia (ARNt). Pero
en los últimos años se han descubierto numerosos ARN, generalmente pequeños, con

528 Bioquímica Médica. Tomo II


variadas funciones dentro del proceso general de expresión de la información genética.
Entre estos se encuentran el ARN relacionado con los telómeros, TERRA (del inglés,
telomeric repeat RNA), y el que sirve de cofactor a la telomerasa TR (del inglés, telome-
rasic RNA), los que intervienen en el procesamiento de los ARNm, conocidos como ARN
nucleares cortos (ARNnc) y los que procesan los ARNr, denominados ARN nucleolares
cortos (ARNnoc). Los que participan en el procesamiento de proteínas en el citoplasma,
conocidos como ARN cortos citoplasmáticos (ARNcc) y, por último, numerosos ARN
que intervienen en los mecanismos de control de la expresión de la información genética,
por ejemplo, los ARN no codificantes largos (ARNnl), los ARN de interferencia (ARNi)
y los microARN. En estos dos casos se prefiere su abreviatura en inglés, pues se puede
pronunciar como una palabra: miRNA y siRNA.
El notable progreso, en los últimos años, de la genética de numerosos organismos,
incluyendo al hombre, la tecnología del ADN recombinante, la bioquímica-física, etc.,
ha ampliado considerablemente los conocimientos acerca de este proceso. Aun cuando
se puedan presentar diferencias en los mecanismos de transcripción en diferentes orga-
nismos, existen algunas características que les son comunes a todos ellos.
Los precursores de la síntesis de los ARN son los cuatro ribonucleósidos trifosfa-
tados, ATP, GTP, UTP y CTP. En la reacción de polimerización, estos ribonucleótidos son
añadidos uno a uno al extremo de una hebra en crecimiento, por enzimas denominadas
ARN polimerasas dependientes de ADN o simplemente ARN polimerasas.
La secuencia de bases del ARN es complementaria a la hebra de ADN que se está
copiando. Aunque el ADN es en general de doble hebra, en cada sector específico, solo
una de ellas se utiliza como molde o patrón para la síntesis de ARN. En el caso de los
genes que codifican proteínas, la hebra que dirige la síntesis del ARNm se denomina
hebra molde, mientras que su complementaria recibe el nombre de hebra codificante.
Esto se debe a que si en la hebra codificante se sustituye la timina por uracilo, se tiene
la secuencia de bases del ARNm.
La hebra de ARN crece en el sentido 5’→3’, mientras va copiando la hebra del ADN
que está en dirección 3’→5’, luego la síntesis es antiparalela y unidireccional. La reacción
básica de polimerización consiste en la adición de un ribonucleósido monofosfatado a
partir de su forma trifosfatada al extremo 3’OH del nucleótido precedente, con liberación
de pirofosfato, formándose un enlace fosfodiéster. Al igual que en la duplicación, la po-
limerización avanza acoplada a la hidrólisis del pirofosfato. Las ARN polimerasas son
capaces, por sí mismas, de iniciar la síntesis, luego, no existe necesidad de un iniciador.
Como en la transcripción solamente se copia un pequeño segmento de ADN, son
necesarios un sitio de iniciación (SIT) y un sitio de terminación (STT), además del sitio
de unión de la ARN polimerasa, denominado promotor.
En resumen, la transcripción se origina por el mecanismo básico de complementa-
riedad de bases, añadidas en forma gradual, unidireccional y antiparalela, desde el sitio
de iniciación hasta el sitio de terminación, sin necesidad de un iniciador y acoplada a la
hidrólisis del pirofosfato.

Etapas de la transcripción
El estudio de este proceso se ha dividido clásicamente en cinco etapas: la iniciación,
la elongación y la terminación, así como los eventos previos a la iniciación (preiniciación) y
los posteriores a la terminación (posterminación). Aunque en líneas generales el proceso
es muy similar en procariontes y eucariontes, existen diferencias notables en cuanto al
número de proteínas que participan, así como en los mecanismos de etapas específicas
del proceso.

Capítulo 27. Transcripción del ADN 529


La fase más compleja es la preiniciación, en la cual se produce el reconocimiento
del promotor por proteínas accesorias y el reclutamiento de la ARN polimerasa hacia ese
sitio. En la iniciación se produce la apertura del ADN y la enzima coloca los primeros
nucleótidos, después de lo cual pasa al modo de elongación. Esta es la fase más larga y
depende de la longitud del gen que se transcribe; en eucariontes se van originando eventos
simultáneos a la polimerización. La terminación ocurre gracias a la existencia de señales
moleculares y proteínas específicas. En unos casos, simultáneo con la elongación, y en
otros con posterioridad a la terminación, los transcritos primarios son procesados hasta
hacerlos totalmente funcionales. En los eucariontes todo este proceso ocurre en el núcleo
y como en estos organismos muchos de los ARN realizan sus funciones en el citoplasma,
deben ser transportados hacia allá.
En primer lugar se hará una breve reseña del proceso en procariontes, tomando como
modelo la E. coli y más adelante se tratará la transcripción en eucariontes, donde se ha
producido un extraordinario avance en los últimos años.

Transcripción en procariontes
La transcripción en E. coli, que es el organismo procarionte donde el proceso ha sido
más estudiado, es más simple que la duplicación y una sola enzima es suficiente para la
realización de todo el proceso. Se comienza por describir las características estructurales
y funcionales de la enzima para no interrumpir la secuencia de los eventos moleculares.
La enzima ARN polimerasa, dependiente de ADN de la E. coli, presenta una estructura
muy compleja que le permite realizar numerosas funciones. Esta enzima debe realizar múl-
tiples acciones para llevar adelante la transcripción: reconocer el sitio de comienzo de
la cadena de ARN que se debe sintetizar en una doble hebra de ADN, para lo cual debe
identificar una secuencia de bases específica, debido a las irregularidades de la estructura
del ADN en esa zona del genoma; colocar cada nucleótido en su posición correcta, de
acuerdo con la secuencia de bases del ADN; realizar la síntesis total de la molécula de
ARN desde el principio hasta el final; reconocer las señales que indica el lugar apropiado
para la terminación del proceso; además, debe reconocer sitios reguladores tanto en el
ADN como en el ARN transcrito, y poder interactuar con factores proteínicos y pequeñas
moléculas que modulan la actividad de la enzima en su recorrido sobre el ADN.
La ARN polimerasa de E. coli está constituida por cinco subunidades: dos subuni-
dades α; una β; una β’; una ω y una σ, de 70 kD, para un total de más de 450 kD. Es una
de las mayores enzimas conocidas. Cada célula bacteriana contiene aproximadamente
3 000 moléculas de la enzima.
Diversos procedimientos experimentales permiten afirmar que la subunidad β se
relaciona con la unión de los ribonucleótidos sustratos y de los inhibidores de la polimeri-
zación, así como la subunidad β’ en la unión con el ADN. Ambas subunidades contienen
un ion Zn2+ por molécula. La función de la subunidad α se relaciona con el ensamblaje
de la enzima. Ninguna de las subunidades presenta actividad catalítica, ni de unión con
el ADN en ausencia de las otras. La subunidad σ se disocia fácilmente de la holoenzima
y el núcleo queda constituido por el resto de las subunidades.
Recientemente se ha reportado la existencia en la E. coli de, por lo menos, cinco
subunidades σ diferentes. Cada una de estas subunidades participa en la transcripción de
genes o grupos de genes específicos.
La holoenzima presenta una forma más bien alargada, con una longitud máxima de
25 nm, es lo suficientemente grande para entrar en contacto con casi 75 pares de bases
del ADN, sin embargo, el núcleo solo presenta 10 nm de longitud, que le permiten cubrir
aproximadamente 30 pb.

530 Bioquímica Médica. Tomo II


El núcleo de la enzima tiene gran afinidad por el ADN y se une a este fuertemente
en cualquier lugar de la cadena.

Eventos previos a la iniciación (preiniciación)


Los eventos de preiniciación consisten en la localización, por parte de la ARN po-
limerasa, de un sitio específico del ADN y la separación de las dos cadenas, de forma
que la secuencia de bases sea accesible a la enzima.
Por convención se representa la hebra de ADN, que no es copiada, y se designa
como la hebra codificante por ser muy parecida, en su secuencia, al ARN, esta se
debe escribir de izquierda a derecha en el sentido 5’ → 3’. La otra hebra se denomina
molde porque esa es precisamente su función. La primera base que se transcribe, se
toma como referencia y se designa como +1 (SIT). Las escritas a su izquierda llevan
números negativos y las que van hacia la derecha, números positivos –la posición
cero no existe. Por ejemplo:

5’--- G C T A T A A T G T G T G G A G C A T T G---3’
-10 -5 +1 +5

Se tiene presente que si en la secuencia escrita a partir de la adenina +1 se sustituyen


las T por U, se obtiene la secuencia del ARN transcrito primario.
El elemento central en la regulación de la transcripción es el promotor, que se
define como un segmento de ADN donde se produce la unión de la ARN polimerasa
y su posterior activación para iniciar la transcripción. Asimismo, el promotor contiene
en sí o en sus alrededores, otras señales que controlan la unión específica de proteínas
reguladoras. Estas proteínas modulan la efectividad de la unión de la polimerasa con
el promotor. Para designar la efectividad que tiene la transcripción en los diferentes
promotores, se utiliza el concepto de fortaleza del promotor, de donde se derivan los
promotores fuertes (muy efectivos) y débiles (poco efectivos).
Al parecer, el reconocimiento entre la ARN polimerasa y el promotor se debe a
la presencia de un grupo de donantes y aceptores de puentes de hidrógeno, orientados
específicamente, que interactúan con grupos similares en el dominio de unión de la en-
zima; estos determinan la especificidad del reconocimiento. A la estabilidad contribuyen
otras interacciones menos específicas, pero más fuertes, como las interacciones iónicas
entre las cargas negativas de la parte monótona de la estructura del ADN y residuos
básicos del dominio de unión de la proteína, y quizás interacciones hidrofóbicas entre
el metilo de la timina y grupos apolares de la superficie de la enzima.
En este momento es conveniente hacer la distinción entre dos términos que se
utilizarán frecuentemente y se refieren a las secuencias consenso y las conservadas,
ambas derivan del análisis de sectores homólogos del ADN. Las secuencias con-
senso se construyen a partir de las bases que ocupan una determinada posición, en la
mayoría de los casos estudiados, aunque como tal no exista en ninguno de ellos. Las
conservadas son las secuencias que aparecen completas en la mayor parte de los casos
estudiados, luego son reales. Las secuencias consenso en general solo existen como
posibilidad (Fig. 27.2). Fig. 27.2. Secuencias consenso y
En los promotores conocidos se distinguen dos importantes secuencias consenso: conservadas. Las secuencias consenso
(a) se obtienen a partir del análisis de
la primera aparece alrededor de la posición -10 y tiene la estructura TATAATG. La un número de secuencias de sectores
otra secuencia importante aparece alrededor de la posición -35 y contiene típicamente equivalentes del ADN y no siempre
ocho pares de bases, por ejemplo, TGTTGACA, donde existe un predominio de pares existen en la realidad. Las secuencias
conservadas (b) son aquellas que se
AT. La distancia entre las posiciones más conservadas de -10 y -35 es por lo general mantienen casi inalterables en todos
17 (±1). En la figura 27.3 se muestra la estructura primaria de algunos promotores. los organismos analizados.

Capítulo 27. Transcripción del ADN 531


Fig. 27.3. Estructura del promotor. Se
muestra la secuencia del promotor de
tres operones. En azul, la secuencia de
35 que parece estar muy conservada.
En rojo, la región 10 con su secuencia
consenso TATAAT. La letra roja corres-
ponde con el primer nucleótido en ser
transcrito, que generalmente es A.

La fortaleza de los promotores se relaciona con estas características. Si la secuencia


se asemeja más al consenso, la fortaleza del promotor aumenta, y disminuye en la medida
que se hace más diferente. La distancia entre las secuencias que da la mayor fortaleza
es de 17 pb.
La subunidad σ, al unirse al núcleo de la polimerasa, aumenta la afinidad por estas
secuencias, de manera que permite a la enzima unirse a esta zona específica del ADN. Se
cree que la unión se produce primero en la zona de -35 y después en la otra más cercana,
pero ambas son indispensables.
La unión de la polimerasa en el sitio adecuado provoca un desenrollamiento local del
ADN (favorecido por el elevado contenido de pares AT) que incluye aproximadamente
las bases de -10 a +5. Esta estructura es muy estable y se denomina promotor abierto
(Fig. 27.4).
Una vez formado el promotor abierto, la enzima comienza a deslizarse sobre el ADN
hasta arribar a la primera base que va a ser copiada (SIT). En ocasiones, para la unión
de la polimerasa con el sitio adecuado se requieren proteínas adicionales (capítulo 34).
En resumen, los eventos de preiniciación comprenden el reconocimiento de señales
específicas, la unión ADN-enzima formando un promotor cerrado y su transformación
posterior en un promotor abierto, y el desplazamiento de la enzima hasta la posición +1
para dar comienzo al proceso.

Fig. 27.4. Unión de la ARN polimerasa


al promotor. Para realizar la unión al
promotor: (a) la ARN polimerasa rastrea
la señal sobre el ADN, (b) hasta localizar
el promotor al cual se une firmemente y
(c) logra una desnaturalización limitada
que permite el acceso a la secuencia de
bases de la hebra molde.

Iniciación
La iniciación de la transcripción comienza con la unión al complejo, formado por la
polimerasa y el promotor abierto del ribonucleósido trifosfato que formará el extremo
5’P de la cadena naciente de ARN. La unión del segundo nucleótido y la formación del
enlace fosfodiéster también constituyen parte de la iniciación, por tanto, consiste en la
formación de un complejo ternario entre la polimerasa, el ADN y un segmento de ARN,
lo suficientemente largo para que el complejo sea estable y no se disocie.

532 Bioquímica Médica. Tomo II


La ARN polimerasa contiene dos sitios de unión para nucleósidos trifosfatados,
que se denominan sitios de iniciación y de elongación. El primero une frecuentemente
nucleótidos de purina (93 % en una serie estudiada), casi siempre ATP (52 % en la
misma serie); luego, la primera base en ser copiada es casi siempre la timina, que ocupa la
posición +1 en nuestro ejemplo. Una vez formado el par AT se incorpora otro nucleósido
trifosfatado al sitio de elongación; solo se incorporará aquel capaz de formar un par con
la base +2, por ejemplo, la citosina (Fig. 27.5).
Cuando los dos sitios están ocupados, se produce la reacción y se forma el primer
enlace fosfodiéster. Inmediatamente después se produce el movimiento de la polimerasa
hacia el nucleótido siguiente. El final de la iniciación está determinado por la separación
del factor σ y la formación de un complejo ternario estable. Se creía que la separación
de σ ocurría con la formación del primer enlace fosfodiéster, pero estudios posteriores
demostraron que para ello se requiere la incorporación de seis a nueve nucleótidos
(Fig. 27.6).

Fig. 27.5. Iniciación. Una vez formado


el promotor abierto, la polimerasa co-
mienza a unir los nucleótidos, dirigida
por una de las bandas del ADN. Cuando
la cadena contiene de seis a ocho nu-
cleótidos, se separa la subunidad σ y
solo continúa actuando el núcleo de la
polimerasa.

Fig. 27.6. Final de la iniciación. Al


separarse la subunidad σ, se produce un
cambio de conformación en la polime-
rasa que reduce sus dimensiones, lo que
hace que el número de bases cubierto por
la enzima sea mucho menor.

Capítulo 27. Transcripción del ADN 533


Elongación
Una vez liberado el factor σ, la polimerasa adquiere una nueva conformación y se
forma un complejo ternario (polimerasa: ADN: ARN naciente) que es muy estable.
La reacción de elongación comprende los pasos siguientes:
1. Unión a la enzima del nucleósido trifosfato sustrato, es específica tanto para la base
como para la ribosa.
2. Ataque nucleofílico del P(α) al extremo 3' OH de la cadena naciente, con la formación
del enlace fosfodiéster, que genera pirofosfato.
3. Liberación del pirofosfato de la enzima, que es hidrolizado por las pirofosfatasas.
4. Desplazamiento de la polimerasa a lo largo del ADN en un nucleótido, con el
desenrollamiento por delante y el reenrollamiento por detrás.

La zona de elongación tiene una longitud constante de 17 pb, lo que sugiere que
esto se debe a una propiedad de la enzima y no a la secuencia de bases del ADN. La
velocidad promedio de la elongación se encuentra en el rango de 30 a 60 nucleótidos
por segundo (Fig. 27.7).

Fig. 27.7. Elongación. Un nucleósido


trifosfato, cuya base es complemen-
taria a la del molde, es colocado en el
sitio de elongación; se forma el enlace
fosfodiéster con la liberación de PP y
la polimerasa avanza hacia el próximo
nucleótido. Estos eventos se repiten
tantas veces como nucleótidos tenga el
gen que se está transcribiendo.

Un detalle interesante es que el desplazamiento de la polimerasa no se produce a


una velocidad constante; existen zonas en las que el desplazamiento es más rápido que
en otras, incluso, hay pausas donde la enzima se detiene totalmente, estas pausas se
relacionan con las zonas ricas en pares CG.
Durante esta fase, al núcleo de la polimerasa se une la proteína NusA, la que al
parecer evita la terminación prematura de la cadena.
En la elongación se forma un híbrido ADN:ARN, de aproximadamente 12 pares de
bases. En la medida que la polimerasa avanza, el ADN se vuelve a enrollar detrás de ella.
En resumen, la elongación consiste en el aumento gradual de la cadena polirribonu-
cleotídica, por acción fundamentalmente del núcleo de la ARN polimerasa. El complejo
de la ARN polimerasa, al moverse sobre el ADN, se estabiliza por proteínas auxiliares
que impiden la dislocación de la enzima.

Terminación
La terminación de la síntesis del ARN ocurre en sitios de secuencia de bases espe-
cíficas en la molécula del ADN. Se conocen muchas de estas secuencias y todas tienen
las características que se muestran en la figura 27.8.

534 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 27.8. Señal de terminación. Las
características de la secuencia del ADN
en la zona de terminación pueden dar
lugar a una estructura cruciforme (no
representada) en el ADN y a una estruc-
tura en forma de horquilla de pelo (parte
inferior) en el ARN transcrito.

Existen tres regiones importantes:


−− Una secuencia repetida-invertida, con un segmento no repetido central, o sea, la se-
cuencia en una hebra del ADN sería del tipo:
ABCDFG....ZZYYZZ......G’F’E’D’C’B’A’
donde: A y A’, B y B’ y las demás son bases complementarias. De esta manera la se-
cuencia es capaz de formar pares de bases intracatenarios, dando lugar a una estructura
en forma de horquilla de pelo en el ARN y posiblemente también en el ADN.
−− Una secuencia rica en CG muchas veces se localiza dentro de la horquilla, aunque
puede encontrarse parcialmente dentro del asa.
−− Es usual que se presente a continuación una secuencia rica en AT, que sale fuera de la
horquilla y hace que el ARN contenga una adenina, seguida por 4 a 8 uridinas.

Todo parece indicar que la formación de la estructura en forma de horquilla, en la


molécula del ARN, está implicada notablemente en el mecanismo de la terminación. Se
ha comprobado que mientras mayor sea su contenido de pares GC y mayor la longitud
de la cola de poli(U), la terminación será más efectiva.
No se conoce con exactitud cómo se produce la terminación, pero parece estar
relacionada con una pausa en el movimiento de la polimerasa. El proceso incluye: el
cese de la elongación de la cadena de ARN, la liberación del ARN recién formado y la
liberación de la ARN polimerasa del ADN (Fig. 27.9). En el proceso de terminación
intervienen proteínas específicas, cuya acción no está totalmente esclarecida.
Existen dos tipos de mecanismos de terminación: la señalada con anterioridad, que
es reconocida por la propia polimerasa, y la que ocurre por la acción de una proteína

Capítulo 27. Transcripción del ADN 535


específica, denominada rho (ρ); esta es una proteína oligomérica que se une al ARN
y se mueve sobre este utilizando la energía de hidrólisis de nucleósidos trifosfa-
tados. La proteína rho está formada por seis subunidades de 46 kD cada una, cuya agre-
gación se estabiliza por la unión al ARN en presencia de ATP; cada monómero se une a
un segmento de 12 a 14 bases, por lo que en total se unen de 72 a 84 bases (Fig. 27.10).
En resumen, la terminación incluye el detenimiento de la elongación, la liberación
del ARN y de la polimerasa. En ocasiones son necesarias secuencias específicas del ADN
y en otras se requieren proteínas específicas.

Fig. 27.9. Terminación: consta de los


pasos siguientes: cese de la elongación,
separación del ARN neoformado y se-
paración de la ARN polimerasa.

Fig. 27.10. Unión de rho (ρ) al ARN. El


factor rho se une a una secuencia especí-
fica del ARN, lo cual estimula su acción
hidrolítica y provoca la terminación de
la transcripción.

536 Bioquímica Médica. Tomo II


Eventos posterminación
En procariontes los distintos tipos de ARN sufren diferentes grados de modificación,
antes de ser totalmente funcionales. A continuación se tratará de forma somera este pro-
ceso, que se denomina maduración.
Los ARN mensajeros no sufren modificaciones. La estructura típica de un mensa-
jero contiene cuatro sectores funcionalmente diferentes. Una secuencia inicial hacia el
extremo 5’, conocida como secuencia conductora, que contiene una zona rica en purinas
(la secuencia de Shine Dalgarno) y un triplete de bases específico, el AUG, denominado
también codon de iniciación (Fig. 27.11).
Hacia el extremo 3’ contiene también una secuencia de longitud variable, conocida
como secuencia de terminación. Un tercer tipo de sector está constituido por las secuencias
codificadoras, aquellas que contienen la información para la síntesis de polipéptidos
específicos.
La figura 27.12 resume las principales características estructurales de los ARNm de
procariontes.

Fig. 27.11. Extremo 5’ del ARNm de procariontes. Hacia el extremo 5’ del codon de iniciación (en rojo) aparece una
zona rica en purinas, conocida como secuencia de Shine y Dalgarno, y es la que va a permitir la fijación del ARNm al
ribosoma en la posición precisa.

Fig. 27.12. Estructura de un ARNm policistrónico. Los ARNm de procariontes son policistrónicos, contienen la información
para varias cadenas polipeptídicas (G1, G2, G3 y G4), cada una de las cuales presenta su codón de iniciación (AUG) y
de terminación (UAG), separados por secuencias espaciadoras (E1, E2 y E3), la zona conductora hacia el extremo 5’ que
contiene la secuencia de Shine y Dalgarno (SD), así como la zona no traducible del extremo 3’OH.

Los ARN mensajeros de procariontes contienen típicamente información para varias


cadenas polipeptídicas, por lo que reciben el nombre de policistrónicos.
Entre las secuencias codificadoras se encuentran zonas de longitud variable, cono-
cidas como espaciadores. Los ARN policistrónicos tienen una longitud típica de 3 000
a 8 000 bases.
En cuanto a los demás tipos de ARN, su síntesis no difiere de la del mensajero, pero
algunos hechos indican que ni los ARNt ni los ARNr son los transcritos primarios
(productos inmediatos de la transcripción), como son:
−− El extremo 5’ presenta un nucleosidomonofosfato y no un trifosfato, como cabe esperar
de un transcrito primario.
−− Los ARNt y los ARNr son mucho más cortos que los transcritos primarios.
−− Todos los ARNt contienen bases raras que no aparecen en las moléculas recién sin-
tetizadas.

Todos estos cambios se realizan después de la transcripción, en un proceso que se


conoce como modificaciones postranscripcionales o maduración.

Capítulo 27. Transcripción del ADN 537


Maduración de los ARNt
Los ARNt se sintetizan como precursores más largos, que se acortan y se modifican.
El ARNt mejor conocido es el que transfiere tirosina, que está formado por 85 nu-
cleótidos. La E. coli tiene dos genes para este ARNt, que están adyacentes y presentan
dos secuencias idénticas de 350 bases, cada una con un espaciador de 200 nucleótidos.
Los dos genes son transcritos en un solo ARN, que es cortado cuando se ha completado
su síntesis.
En primer lugar ocurre la transformación del extremo 3’ por la eliminación de las
bases en varios pasos enzimáticos, hasta dejar solo dos nucleótidos después del CCA;
luego se eliminan las bases anteriores al extremo 5’, quedando este formado. La enzima
ribonucleasa P (ARNasa P) hidroliza la molécula en el lugar adecuado, ya que reconoce
su estructura tridimensional en esta zona; inmediatamente, la misma enzima elimina los
dos nucleótidos sobrantes del extremo 3’, con lo cual la molécula adquiere su tamaño
definitivo. Por último, se produce la modificación de las bases nitrogenadas en sitios
específicos y se forman la seudouridina, la tiouridina, la metilguanosina y la isopente-
niladenosina (Fig. 27.13).

Fig. 27.13. Maduración del ARNt. Los


pasos que se indican en el esquema se
explican detalladamente en el texto.

538 Bioquímica Médica. Tomo II


Maduración de los ARNr
Los ARN ribosomales se sintetizan como un ácido nucleico único que después es
cortado y modificado hasta obtener cada tipo particular. Los ribosomas bacterianos
contienen tres tipos de ARN, conocidos como ARNr de 5 S, 16 S y 23 S, los cuales con-
tienen 120, 1 541 y 2 904 nucleótidos, respectivamente. Estas moléculas, junto con las de
algunos ARNt, son sintetizadas en un precursor que contiene más de 5 000 nucleótidos.
El transcrito primario se va hidrolizando en la medida que se va formando por
un conjunto de enzimas del tipo de las endonucleasas y exonucleasas.
Las características más sobresalientes de la maduración en procariontes se resumen
en los aspectos siguientes:
1. Todos los ARNt y ARNr son procesados, no así los ARNm.
2. Se requieren cerca de 10 tipos de ARNasa que generan tanto el extremo 3’OH como
el 5’P.
3. Las ARNasas reconocen preferentemente las estructuras tridimensionales, más que
las secuencias de bases.
4. Las bases raras se forman por la transformación enzimática de las comunes.

Transcripción en eucariontes
En el capítulo 24 se estudió la estructura de los genes de eucariontes. Es bueno
recordar que presentan una zona de regulación y una de codificación. La zona esencial
de regulación para proceder a la transcripción es el promotor.
El promotor es la zona que controla la expresión del gen y generalmente se encuentra
adyacente al mismo, hacia el extremo 5’. El promotor consta de varias secuencias de
6 a 8 nucleótidos, que son sitios de unión de las proteínas que intervienen en la fase de
iniciación de la transcripción. Esas proteínas se denominan factores de transcripción.

Características generales
La transcripción en eucariontes se torna compleja, debido a varios factores: primero,
la organización estructural de los genes; segundo, el hecho de que el ADN esté íntima-
mente relacionado con proteínas, formando la cromatina y su unidad estructural, el
nucleosoma; tercero, la especialización de las ARN polimerasas y su compleja estructura;
cuarto, la participación de numerosas proteínas, denominadas factores de transcripción,
que intervienen en diferentes momentos del proceso, especialmente en la transcripción
de los genes que codifican proteínas, y quinto, el proceso se lleva a cabo en el espacio
reducido del núcleo celular. El primer aspecto ya fue tratado en el capítulo 24, por eso,
en este solo se hará referencia a los cuatro restantes.
La estructura de la cromatina constituye un factor decisivo para la transcripción.
En ocasiones, los promotores se encuentran sobre la superficie de los nucleosomas y
no son accesibles a los factores de transcripción. También representan un obstáculo
físico para el avance de las ARN polimerasas durante la fase de elongación. Esto se
resuelve gracias a la participación de estructuras multiproteínicas, denominadas com-
plejos remodeladores de la cromatina (CRC), que al utilizar la energía del ATP pueden
modificar la estructura, la composición o la posición de los nucleosomas, y permitir
el acceso de la maquinaria molecular de la transcripción al ADN. Estas dos variantes
se muestran en la figura 27.14.

Capítulo 27. Transcripción del ADN 539


Fig. 27.14. La cromatina en la transcrip-
ción. La organización de la cromatina
puede traer como consecuencia que un
promotor (P) se encuentre sobre la su-
perficie de un nucleosoma inaccesible a
la maquinaria molecular de la transcrip-
ción o un obstáculo para el avance de la
ARNPII. Los complejos remodeladores
(CRC) de la cromatina pueden desplazar
los nucleosomas y favorecer el proceso.

Los eucariontes contienen tres ARN polimerasas (ARNP) nucleares, denominadas


ARNPI, ARNPII y ARNPIII, que están formadas por 14, 12 y 17 subunidades respecti-
vamente, con una masa molecular de 500 a 700 kDa. Estas subunidades se numeran en
orden decreciente de su masa molecular. Recuérdese que en un inicio las enzimas fueron
nombradas A, B y C, y aunque esa nomenclatura no se conserva, es la que se emplea para
las subunidades. Así, las subunidades mayores de las ARNPI, ARNPII y ARNPIII se
denominarían Rpa1, Rpb1 y Rpc1, respectivamente.
En general, las ARNP tienen una forma de “muela de cangrejo”, consistente en cuatro
módulos grandes y rígidos, el núcleo y los otros tres, que por analogía con su forma se
denominan: el saliente, la abrazadera y la mandíbula, con pequeños dominios como apén-
dices. El núcleo y el saliente constituyen la parte central de las ARNP, entre los cuales
se forman dos canales: primario y secundario. Los módulos de abrazadera y mandíbula
sobresalen del núcleo y el saliente respectivamente, como los brazos de una muela de
cangrejo, y forman parte del canal primario. Mientras el canal primario es mayor y sirve
como sitio de unión del ácido nucleico, el secundario es menor y presumiblemente es el
sitio de entrada de los nucleósidos trifosfatados.
Además, para realizar su función las ARNP necesitan el concurso de numerosas
proteínas durante todo el proceso de la transcripción. En la preiniciación, proteínas de-
nominadas factores de transcripción son necesarias para el reconocimiento del promotor
y el reclutamiento de la enzima. En el caso de ARNPII son dos los tipos de factores de
transcripción: los necesarios para la transcripción de cualquier gen, que por eso se deno-
minan factores generales de transcripción, y los que solo se utilizan en un grupo de genes,
o sea, factores de transcripción génico-específicos. También se requiere el concurso de
proteínas adicionales durante la elongación y la terminación.
El confinamiento del proceso al limitado espacio del núcleo representa una restricción
espacial para su desarrollo.
A continuación se describirá cómo se lleva a cabo el proceso por cada una de las
polimerasas.

Transcripción por la ARN polimerasa I


La ARN polimerasa I transcribe los genes de los ARN ribosomales de 28 S, 5,8 S y 18 S,
que forman parte de la estructura de los ribosomas: los dos primeros de la subunidad
mayor y el tercero de la menor, de ahí que la actividad de la ARN polimerasa I esté
estrechamente vinculada con la biogénesis de los ribosomas. Este proceso se incrementa
cuando la célula está en situaciones de riqueza de nutrientes, mientras que disminuye
cuando estos son escasos. Por su parte, la biogénesis de los ribosomas se relaciona con
el crecimiento celular (ver capítulo 29).
Por todo lo anterior, no es extraño que el proceso de transcripción por la ARN poli-
merasa I esté regulada por las condiciones celulares y su actividad esté coordinada con
las ARNPII y ARNPIII.

540 Bioquímica Médica. Tomo II


La ARNPI sintetiza más del 50 % del ARN celular total en células en crecimiento
activo. Se trata de una enzima compleja, formada por 14 subunidades: cinco de ellas
comunes a las tres polimerasas, dos subunidades compartidas con ARN polimerasa III
y siete subunidades exclusivas.
Las células humanas contienen ~400 copias de repeticiones de ADN ribosomal,
distribuidas en el brazo corto de cinco cromosomas (13, 14, 15, 21 y 22). Cada repetición
es transcrita en el nucléolo por la ARNPI, sintetizándose el ARNr precursor de 45 S
en seres humanos, que es procesado en los ARNr de 18 S, 5,8 S y 28 S maduros (ver
capítulo 29). La transcripción por la ARNPI se ha podido visibilizar mediante el micros-
copio electrónico y se muestra con una silueta similar a un árbol de navidad (Fig. 27.15).
Fig. 27.15. Transcripción de genes orga-
La estructura de la cromatina influye sobre el estado activo o silente de los genes nizados en tándem. La figura simula una
ADNr y solo una porción de ellos es transcrita en cada momento. La mayoría de las microfotografía electrónica. Cuando un
gen se encuentra repetido en el genoma
unidades génicas ribosomales consiste en una unidad de transcripción que contiene las y está organizado en tándem, o sea, uno
secuencias de los ARNr maduros, secuencias espaciadoras internas (ITS) y externas a continuación del otro, al producirse la
transcripción con numerosas polime-
(ETS), separadas por secuencias intergénicas (IGS). rasas, es posible observar una imagen
El promotor de los genes de tipo I se encuentra adyacente a la zona de codificación arborescente.
hacia el extremo 5’ de la unidad de transcripción. Contiene dos elementos de regulación:
un elemento proximal, denominado CP (del inglés core promoter), que se superpone
con el sitio de inicio de la transcripción (SIT), y uno distal, nombrado UCE (del inglés
upstream control element) aproximadamente a 100 pb del SIT.
La iniciación por la ARNPI requiere, al menos, de tres factores de transcripción.
El UBF (upstream binding factor) es una proteína homodimérica que se une al UCE y
va provocando una flexión en el ADN, cercana a los 180º, de manera que se produce
un acercamiento entre los dos módulos del promotor. La formación de esta estructura
favorece la unión del factor SL-1 (del inglés Selective factor) al sitio CP. El SL-1 está
integrado por la proteína TBP (del inglés TATA binding protein) y otros cinco po-
lipéptidos, conocidos como TAFI (TBP associated factors de la polimerasa I). SL-1
recluta a la ARNPI hacia el promotor.
Otra proteína, denominada factor intermediario de iniciación de la transcripción
IA, TIFIA (del inglés transcription iniciation factor) se asocia al SL-1 y a la enzima.
Por último se incorpora el TFIIH (un factor común con la polimerasa II) que contiene
subunidades con actividad de helicasa, necesarias para la apertura de la doble hélice
del ADN y para permitir que la polimerasa tenga acceso a la secuencia de bases que
debe copiar. El TIFIA está asociado a RNAPI, por lo menos hasta que se produzca la
formación del primer enlace fosfodiéster, luego de lo cual abandona a la enzima. Se
discute si los otros factores de transcripción permanecen unidos al promotor, con lo
cual facilitarían una nueva ronda de transcripción.
La elongación transcurre a velocidad variable y al parecer sin requerir factores de
elongación. La enzima sintetiza un ARN de 45 S, que luego es procesado y da lugar a
los tres ARNr. Un resumen de la iniciación de la transcripción por la ARN polimerasa
I se muestra en la figura 27.16.
La ARNPI concluye la síntesis en el terminador principal, que se localiza después
de la secuencia del precursor del ARNr y requiere del reconocimiento del terminador
por factores proteínicos específicos. En los seres humanos el terminador principal
(T1) está constituido por una secuencia de 11 pb y es reconocido por TTF-I humano
(transcription termination factor for ARNPI). Además, los mamíferos requieren un
factor de liberación para la formación de extremo 3’ del ARNr y la disociación de
ARNPI. Este factor ha sido designado PTRF (Pol I and transcript release factor) y se
asocia con la polimerasa y TTF-I.

Capítulo 27. Transcripción del ADN 541


Fig. 27.16. Iniciación por la ARNPI.
Al elemento distal del promotor se une
UBF que provoca la flexión del ADN y
permite la incorporación de SL-1. La
ARNPI es reclutada en unión de TIFIA.
La incorporación de TFIIH con su ac-
tividad de helicasa permite la apertura
del promotor y el deslizamiento de la
ARNPI hacia el SIT.

Durante la elongación al transcrito primario se van asociando proteínas ribosomales


que provocan plegamientos en el ARNr. Estos plegamientos crean estructuras secun-
darias que son reconocidas por endonucleasas que cortan el ARN hasta darle su tamaño
definitivo. El procesamiento de los ARNr y la formación de los ribosomas se estudiarán
en el capítulo 29.
Las partículas ribosomales son transportadas a través del complejo del poro nuclear
hacia el citoplasma donde realizan su función.

542 Bioquímica Médica. Tomo II


El principal mecanismo de regulación de la transcripción por ARNPI es el acceso al
promotor. La célula modifica la estructura de la cromatina, de manera que en momentos
favorables aumenta el número de promotores accesibles y en momentos desfavorables
disminuye.

Transcripción por la ARN polimerasa II


Los genes de tipo II codifican para numerosos tipos de ARN. Aquí solamente se
estudiarán los que codifican proteínas y la transcripción de los mismos da lugar a los
ARNm. Por esta razón se hará un estudio más detallado de este proceso.
La enzima. La ARN polimerasa II (ARNPII) es una enzima compleja, formada, al
menos, por 12 subunidades, y la subunidad mayor (Rpb1) es la catalítica. Esta subunidad
posee un dominio C-terminal (CTD) que presenta características especiales y es único
entre las tres polimerasas.
El CTD está unido flexiblemente al cuerpo de la enzima y consiste en el heptapép-
tido Tir1–Ser2–Pro3–Tre4–Ser5–Pro6–Ser7 (YSPTSPS), que en los seres humanos
está repetido 52 veces. El CTD muestra diferentes patrones de fosforilación durante
la transcripción. La ARNPII es reclutada hacia el promotor en su forma desfosforilada
(ARNPIIA) que es fosforilada intensamente durante la transcripción (ARNPIIO). Al
inicio de la transcripción la fosforilación del CTD permite la liberación del promotor
y el reclutamiento de los factores formadores del casquete (veáse más adelante).
El promotor. Se han identificado, al menos, ocho tipos de promotores para los
genes de tipo II. En este capítulo solamente se estudiará el caracterizado por la secuencia
TATA, por el ser el mejor conocido. La secuencia TATA se localiza aproximadamente
a 35 nucleótidos a la izquierda (posición -35) del sitio de iniciación de la transcripción
y sirve como sitio de unión de los factores generales de transcripción, esto es, un grupo
de proteínas que es necesario para la transcripción por la ARNPII. Además, bastante
alejados del sitio de iniciación se encuentran otras secuencias que sirven de sitio de unión
a factores de transcripción génico-específicos, es decir, que solamente son necesarios
para controlar la transcripción de algunos genes.
En este momento es bueno recordar que la zona de codificación está formada por los
exones y los intrones (capítulo 24).
La etapa más compleja es la iniciación, pues requiere de un conjunto de proteínas
denominadas factores generales de transcripción, que localizan al promotor, reclutan
a la polimerasa y provocan la apertura de la doble hélice del ADN. Estos factores de
transcripción se abrevian con las letras TF (del inglés, transcription factors), seguida
del número dos en romanos (II), que indica que son de la polimerasa II, y una letra que
indica el orden en el cual fueron descubiertos.

Preiniciación
El proceso comienza cuando una de las subunidades del TFIID, conocida como
proteína de unión a TATA, TBP (del inglés TATA-bindign protein) se asocia a la secuencia
TATA. Esta proteína tiene la forma de una silla de montar y se dispone “a horcajadas” sobre
el ADN, lo que provoca una flexión en el mismo. La TBP se separa de esos promotores
por la acción combinada del cofactor negativo 2, NC2 (del inglés, negative cofactor 2)
y el modificador 1 de la transcripción, Mot1 (del inglés, modifier of transcription 1), que
es una ATPasa dependiente de TBP. A continuación se unen TFIIA y TFIIB, este último
determina el sentido de la transcripción.

Capítulo 27. Transcripción del ADN 543


Los factores TFIIA y TFIIB interactúan con TBP, promueven la formación del
complejo de preiniciación (PIC), estabilizan las interacciones entre TBP y el ADN,
y contrarrestan los efectos de NC2 y Mot1. A continuación, a la proteína TBP se
incorporan los TAF (del inglés TBP associted factors), con los cual se completa el
TFIID. Se incorpora el TFIIE y el TFIIF, acompañado por la ARN polimerasa, al que le
sigue el TFIIH que contiene las helicasas. Este proceso se muestra en la figura 27.17.
En la preiniciación también participa el complejo mediador, que está formado
por 30 proteínas, y es importante tanto para la iniciación como para la elongación.
Las evidencias experimentales sugieren que el mediador interviene en la transcripción
dependiente de activadores, donde funciona como un puente molecular entre la
polimerasa II, los factores generales de transcripción y los elementos reguladores
existentes en el ADN. El mediador se presenta en dos formas: una que se une fuer-
temente a la polimerasa II y la otra, al complejo Cdk8/ciclina C. El primero parece
actuar como activador y el segundo, como represor. Para algunos autores el mediador
es parte de la holoenzima.
Juntos, los factores generales de transcripción actúan como un conjunto de proteínas
que reconocen el núcleo del promotor, ensamblan la plataforma iniciadora de la trans-
cripción, reclutan la ARN polimerasa II y facilitan la transición de la polimerasa del
modo de iniciación al de elongación.

Fig. 27.17. Preiniciación por la ARNPII.


La proteína de unión a TATA (TBP)
inicia el reconocimiento del promotor.
Luego se incorporan TFIIA y TFIIB, que
determinan el sentido de la transcrip-
ción. Con posterioridad se asocia TFIIE
y a continuación la ARNPII reclutada
por TFIIF. La incorporación de TFIIH
completa la formación del complejo de
preiniciación.

544 Bioquímica Médica. Tomo II


Iniciación
La iniciación consta, al menos, de tres pasos: la salida del promotor, la formación
de los primeros enlaces fosfodiésteres y la aclaración del promotor. Después de estos, la
polimerasa pasa al estado de elongación.
Una vez formado este complejo multiproteínico se produce la apertura del promotor
en una reacción dependiente de ATP, en la cual participa la subunidad XPB del TFIIH.
Esta reacción provoca cambios conformacionales en el complejo de preiniciación, que
permiten tanto la salida de la ARNPII del promotor como la unión de los primeros
nucleótidos.
La polimerasa comienza a deslizarse sobre el ADN hasta encontrar el sitio de ini-
ciación (SIT). El primer nucleótido en ser copiado es generalmente de adenina. Aunque
desde el punto de vista conceptual este debía ser el final de la iniciación, el mecanismo
inclina a ubicar el fin de esta etapa una vez incorporados de ocho a nueve nucleótidos.
La salida del promotor y la primera fase de la elongación son momentos críticos.
Cuando el transcrito tiene menos de nueve nucleótidos, el complejo es inestable y propenso
a una iniciación abortiva, como consecuencia, en cada adición de nucleótido se establece
una competencia entre la formación del enlace y la disociación de la polimerasa, hasta
que se ha sintetizado un polímero de aproximadamente nueve nucleótidos. Evidencias
recientes sugieren que el TFIIF es necesario para la iniciación y capaz de estimular la
velocidad de la elongación, actuando en los momentos iniciales en la disminución de la
frecuencia de las iniciaciones abortivas, tal vez, simplemente, aumentado la velocidad
de la adición del nucleótido, con lo cual el transcrito crece rápidamente hasta alcanzar
la longitud adecuada para la estabilidad, esto es, nueve nucleótidos.
Una vez que el transcrito ha alcanzado la longitud de nueve nucleótidos, la enzima
hace una pausa. Durante esos primeros momentos el CTD es fosforilado en la serina
5 (S5) por el complejo Cdk7/H que forma parte del TFIIH. Esa fosforilación crea el sitio
de unión del factor de elongación negativo NELF (del inglés, negative elongation factor)
y el factor que induce sensibilidad a DRB (5,6-dicloro-1-β-d-ribofuranosilbenzimidazol),
DSIF (del inglés, DRB sensitivity inducing factor), que determinan una pausa en el movi-
miento de la polimerasa. La pausa es superada y la polimerasa continúa su movimiento,
gracias a la intervención del factor b positivo de la elongación P-TEFb (del inglés,
positive transcription elongation factor b) que provoca la fosforilación de NELF y DSIF,
catalizada por la Cdk9/ciclina T, que son parte P-TEFb. Este factor también fosforila al
CTD en la serina 2 y convierte a la polimerasa en competente para la elongación. Esta
fase del proceso se muestra en la figura 27.18.
Se ha observado que en la mayoría de los genes la polimerasa se encuentra en este
estado de pausa y se ha interpretado como que la transcripción comienza y se detiene
en espera de una señal que indique que debe continuar. No es aventurero imaginar que
esas señales pudieran estar relacionadas con la activación de P-TEFb, mediante meca-
nismos de transferencia de información, y que conducirían a la activación rápida de la
transcripción de genes específicos.
Al comenzar la síntesis del ARNm muchos de los factores de transcripción aban-
donan a la enzima fenómeno, este proceso se conoce como aclaración del promotor. Los
complejos TFIIE y TFIIH actúan juntos para modular la actividad de la pol-II y facilitan
la aclaración del promotor.

Capítulo 27. Transcripción del ADN 545


Fig. 27.18. Iniciación por la ARNPII.
La ARNPII se desplaza sobre el ADN y
une ribonucleótidos. Cuando ha unido
unos 10 nucleótidos, hace una pausa.
Simultáneamente se produce la fosfo-
rilación de S5 en el CTD y la unión
del complejo NELF-DSIF. Solo ante el
estímulo adecuado la ARNPII pasa al
modo de elongación.

Elongación
Una vez sobrepasada la pausa, la enzima continúa uniendo ribonucleótidos cuyas
bases nitrogenadas sean complementarias a la hebra de ADN que le sirve de molde.
Durante su trayectoria se producen pausas que algunas veces son superadas por la
polimerasa y otras veces requieren de la participación de proteínas específicas, conocidas
como factores de elongación.
Aunque la elongación es un evento altamente procesativo, no es continuo, pues du-
rante el mismo la ARNPII se detiene con frecuencia, debido a varios obstáculos como
secuencias reguladoras específicas o errores en la incorporación de nucleótidos. En tales
casos se produce un retroceso de la ARNPII, disociando el extremo 3´-OH del transcrito
del ADN y llevándolo hacia el canal secundario. El retroceso en dos o tres nucleótidos

546 Bioquímica Médica. Tomo II


es reversible y la enzima puede avanzar de nuevo. Sin embargo, cuando hay nucleótidos
mal incorporados la enzima puede reanudar el proceso mediante la hidrólisis del ARN
naciente que se encuentra en el canal secundario.
La actividad hidrolítica es intrínseca de la ARNPII, pero es muy potenciada por el
factor de elongación S (TFIIS), especialmente cuando el segmento a separar es de siete
a nueve nucleótidos, situación en la cual la actividad de la polimerasa es insuficiente.
Esta actividad es importante para la fidelidad del proceso. Otros factores de elongación
que interactúan directamente con la ARNPII y permiten reiniciar el proceso después de
una pausa, son el ELL, el complejo de las elonguinas, formado por las elonguinas A,
B y C, y la proteína deficiente en el síndrome de Cockaine (CSB, del inglés Cockaine
syndrome gene B).
Otros complejos aceleran la transcripción mediante modificaciones en la estructura de
la cromatina. El FACT (del inglés facilitates chromatin transcription) interactúa con los
nucleosomas, específicamente con los dímeros de las histonas H2A y H2B, separándolas
del resto y facilitando así el avance del complejo de elongación. Por su parte el elongador
cataliza la acetilación de residuos específicos de lisina en la histona H3, lo cual debilita
la unión entre la histona y el ADN, y facilita el avance de la polimerasa.
También durante la elongación se producen cambios en el CTD de la subunidad
mayor de la ARNPII. De los siete residuos que forman las repeticiones (YSPTSPS), las
tres serinas, la treonina y la tirosina pueden ser fosforiladas, y las dos prolinas pueden
experimentar reacciones de isomerización cis/trans. Además, las serinas y la treonina
pueden ser glicosiladas. De existir todas las combinaciones posibles, se pudiera afirmar
que en una célula no existen dos ARNPII iguales. Varios estudios indican que modifica-
ciones específicas del CTD están vinculadas a determinadas etapas de la transcripción
y el procesamiento del pre-ARNm, lo cual ha conducido a formular la hipótesis del
“código CTD”, que afirma que las modificaciones realizadas sirven para el reclutamiento
y la interacción de factores con la ARNPII.
El fenómeno más estudiado es el de la fosforilación. El CTD es rico en la fosforilación
de la serina-5 (S5), en las proximidades del promotor, y va perdiendo esa marca en la
medida que la elongación progresa. Esta fosforilación es catalizada por la Cdk7/ciclina
H/Mat que forma parte del TFIIH; dicha enzima también fosforila la S7. Por su parte la
Cdk8/ciclina C que forma parte del mediador también fosforila S5.
Mientras la fosforilación en S5 predomina cerca del promotor, en S2 va predomi-
nando en la medida que avanza la elongación y coincide con la entrada del ARNPII, que
es su modo de elongación. El reclutamiento de las quinasas que fosforilan a S2 depende
de la fosforilación en S5. Se han identificado dos enzimas con esta actividad, la Cdk12
y la Cdk13. El incremento de S2-P hacia el extremo 3´ de la unidad de transcripción
está relacionado con el reclutamiento de los factores que intervienen en el empalme, la
terminación y la exportación hacia el citoplasma del ARNm.
Por su parte la fosforilación en Y1 se mantiene durante toda la elongación, pues
impide el reclutamiento de los factores que intervienen en la terminación. La fosfori-
lación en S7 que aparece desde el inicio de la transcripción, se mantiene estable durante
todo el proceso.
Las marcas en S5 son borradas por las fosfatasas pequeñas del CTD, SCP (del inglés,
small CTD phosphatases) especialmente la Scp1. La fosfatasa Fcp1 viaja junto con la
ARNPII y elimina la marca en S2 cuando se alcanza la señal de terminación. Con posterio-
ridad, la ARNPII defosforilada está lista para un nuevo ciclo catalítico. El estudio del resto
de las modificaciones está más allá del alcance de este capítulo. Todas estas modificaciones
permiten el reclutamiento de factores que intervienen en la formación del casquete y el
empalme del pre-ARNm, que son los procesos que se estudiarán a continuación.

Capítulo 27. Transcripción del ADN 547


Adición del casquete o modificación del extremo 5´
El primer nucleótido transcrito por la ARNPII contiene un grupo trifosfato y es
modificado por la adición de 7-metil-guanosina durante los primeros estados de la trans-
cripción. La adición se realiza mediante la formación de una unión trifosfato 7mG(5´)
ppp(5´)-N1. La estructura así formada se denomina casquete. Esta modificación es única
de los transcritos por la ARNPII y permite que factores que intervienen en su procesa-
miento sean reclutados exclusivamente hacia ellos.
La adición de 7mG necesita de tres actividades enzimáticas: una trifosfatasa, una
guanilato transferasa y una metil transferasa. La primera cataliza la hidrólisis del fosfato
gamma (γ) del primer nucleótido; la segunda transfiere un grupo guanilato (GMP) hacia
el fosfato β del transcrito y la tercera transfiere un grupo metilo desde la S-adenosil-
-metionina hacia el nitrógeno 7 de la guanina. En eucariontes inferiores las tres activi-
dades enzimáticas residen en diferentes polipéptidos, sin embargo, en metazoos las dos
primeras están en un solo polipéptido, mientras que la actividad de metil-transferasa
es un complejo de dos proteínas: una, que es la subunidad catalítica, y otra, que es la
activadora. Las reacciones de formación del casquete se muestran en la figura 27.19.
La 7mG es exclusiva de los transcritos de la ARNPII, por la existencia en la subunidad
mayor de esta enzima del CTD, que cuando está fosforilado en los momentos iniciales
de la transcripción recluta a las enzimas que adicionan el casquete.
El casquete protege a los transcritos de la acción de las exonucleasas e interactúa,
además, con proteínas nucleares y citoplasmáticas que median acciones adicionales.
Las dos proteínas de unión al casquete, mejor caracterizadas, son el complejo de unión al
casquete CBC (cap-binding complex) y el factor de iniciación de la traducción 4E eIF4E
(eukaryotic initiation factor 4E). El eIF4E es la subunidad de unión al casquete del
factor de iniciación de la traducción eIF4F y será estudiado en el capítulo 30, aquí solo
se tratará del CBC.
El CBC es un complejo multifacético, esencial para la expresión de los genes, que
integra la transcripción, el procesamiento y exportación del transcrito y la traducción.
Está formado por dos subunidades de 20 (Cbp20, por cap-binding protein) y 80 kDa
(Cbp80). Cbp20 es inestable en ausencia de Cbp80. Las dos se unen de forma sinérgica
a 7mG, pues ninguna de las subunidades, por separado, presenta afinidad por el casquete.
Sin embargo, Cbp20 es la que se une directamente a 7mG y lo atrapa entre dos tirosinas
(Y20 y Y43), muy conservadas evolutivamente. La unión de Cbp80 provoca un cambio
conformacional en Cbp20, necesario para la unión de alta afinidad a 7mG. La adición
del casquete se muestra en la figura 27.20.
Cbp80 contiene en su extremo N-terminal una secuencia de localización nuclear,
pero Cbp20 no, lo que sugiere que ambas proteínas son transportadas hacia el núcleo en
forma de dímeros.
La eliminación experimental del gen que codifica a Cbp80 en mamíferos resulta
en la desregulación de aproximadamente 400 genes y una reducción significativa de la
proliferación celular. CBC estimula la elongación en mamíferos mediante el recluta-
miento de P-TEFb; también participa en el proceso de empalme y de terminación de la
transcripción. Por último CBC participa en el primer ciclo de traducción del ARNm, en
el cual sustituye al eIF4E, como se verá en el capítulo 30.

Eliminación de los intrones


El proceso de eliminación de los intrones se denomina empalme y consiste en separar
el intrón y unir los extremos de los exones, con lo cual se da continuidad al pre-ARNm.

548 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 27.19. Reacciones químicas de formación del casquete. Una quinasa específica transfiere un grupo7-metil-guanilato
al extremo 5’ del ARNm y se forma un enlace anhídrido fosfórico (1), así queda constituida la estructura del casquete 0.
Una transmetilasa transfiere un grupo metilo de la S-adenosil-metionina (SAM) a la posición 2’ del primer nucleótido
y se origina la estructura casquete 1; una segunda metilación en la posición 2’ del segundo nucleótido da origen al
casquete 2. No todos los ARNm presentan la estructura completa.

Debido a que los genes humanos contienen típicamente múltiples intrones, el proceso
de empalme del pre-ARNm es un paso esencial en la expresión de la mayoría de los
genes. Las reacciones secuenciales de transesterificación, implicadas en el empalme, son
catalizadas por un gran complejo de nucleoproteínas, denominado empalmosoma. Este
complejo contiene más de 300 proteínas principales y cinco ARN nucleares cortos, ARNnc
(U1, U2, U4, U5 y U6) y es el mayor complejo molecular existente en las células. A los
complejos de ARNnc con proteínas se les conoce como partículas de ribonucleoproteínas
(PRN) y se designan por el ARNnc que contienen, por ejemplo, U6-PRN.
Además de estos factores, proteínas reguladoras adicionales participan en el empalme
de pre-ARNm específicos. Estas proteínas pertenecen a dos grandes familias, la SR, por
ser ricas en serina y arginina, y las de las partículas de ARN nuclear heterogéneo (AR-
-Nnh-RNP). A diferencia de la transcripción o la traducción, el empalme se lleva a cabo
mediante un empalmosoma que se forma de nuevo con cada pre-ARNm.

Capítulo 27. Transcripción del ADN 549


Fig. 27.20. Proceso de formación del
casquete. El CTD fosforilado en S5
recluta las enzimas que participan en
la adición del casquete. Primero la
fosfatasa elimina el último fosfato del
primer nucleótido, luego se transfiere
el GMP a partir del GTP y por último
la guanina es metilada en la posición 7.
Todo esto ocurre simultáneamente con
la elongación.

Se piensa que la mayoría de los procesos de empalme ocurren de manera cotrans-


cripcional, con numerosas interacciones entre los factores de empalme y la maquinaria
molecular de la transcripción.
Tres sitios participan en la reacción de empalme: el extremo 5´ del intrón (5´-si),
el extremo 3´del intrón (3´-si) y el sitio de ramificación (SR), y por estar presentes en
todos los intrones se les conoce como señales permanentes de empalme (ver capítulo 24).

550 Bioquímica Médica. Tomo II


Un gen humano típico contiene exones relativamente cortos (de 50 a 250 pb), sepa-
rados por intrones mucho más largos que se encuentran aproximadamente en un rango de
100 a más de 700 000 nucleótidos en el genoma humano y representan, como promedio,
más del 90 % del transcrito primario.
El empalme del pre-ARNm nuclear se realiza mediante un mecanismo químico,
en dos etapas, en el cual ocurren dos reacciones de transesterificación sucesivas, que
conducen a la formación del ARNm maduro y a la eliminación del intrón en forma de
un lazo de vaquero, como productos finales.
Durante la formación del empalmosoma se reconoce primero el extemo 5´-si por
U1-RNP en una reacción que no requiere de ATP. La unión se estabiliza por interacciones
entre el ARNcn U1 y la secuencia del extremo 5´-si, además de la participación de otras
proteínas que juntas se unen al sitio de ramificación. Estas dos proteínas se disocian con
posterioridad y permiten la unión de U2-RNP al sitio de ramificación, en una reacción
acoplada a la hidrólisis del ATP. A estas RNP se une el complejo triple U5-U4/U6-RNP
y da lugar a la formación del complejo precatalítico que contiene el conjunto completo
de RNP, esto es, U1, U2, U4, U5 y U6.
La incorporación de otras proteínas provoca un reordenamiento de los ARNnc. Se
elimina la interacción entre U1-ARNcn y el extremo 5´-si y se disocia U1-ARNcn.
A continuación se separan en U4-ARNcn y U6-ARNcn, que se encontraban unidos
mediante apareamiento de las bases, y dan lugar a un complejo que sigue siendo precata-
lítico. Luego, U6-ARNcn se reordena y establece nuevos apareamientos con U2-ARNcn
y con el extremo 5´-si, mientras que U5 se asocia con el extremo del exón por delante
del 5´-si.
Estos cambios colocan en la posición adecuada el 2´-OH de la adenosina del sitio
de ramificación y el extremo 5´-si. Se produce una transconformación del complejo que
lo lleva a su estado catalítico; se realiza la primera reacción de transesterificación, en la
cual el 2´-OH de la adenina realiza un ataque nucleofílico sobre el fosfato del extremo
5´-si, y el intrón adopta la forma de un lazo de vaquero.
Un nuevo cambio de conformación facilita la segunda reacción de transesterificación,
ahora por el ataque nucleofílico del 3´-OH del exón precedente sobre el fosfato 5´ del
exón siguiente. Al final del proceso, el pre-ARNm se libera del complejo, mientras que
U2, U5 y U6 RNP quedan unidos al intrón y posteriormente se separan, de esta manera
liberan las RNP para un nuevo proceso de empalme. El proceso de empalme se resume
en la figura 27.21.
Para asegurar la formación de proteínas funcionales a partir del ARNm empalmado,
este proceso debe ser muy preciso, con un nivel de resolución de un simple nucleótido,
pues la inclusión o exclusión de un solo nucleótido alteraría el marco de lectura del
ARNm y podría originar proteínas no funcionales. Sin embargo, la escasa información
conservada en el intrón con efectos en cis, que se reduce al dinucleótido GU en el extremo
5´del intrón, la secuencia CURAY en el sitio de ramificación y el dinucleótido AG en
el extremo 3´, representan un formidable inconveniente para realizar el proceso con la
precisión requerida. Esto explicaría por qué el empalmosoma es tan complicado, tal vez
problemas complejos demandan soluciones complejas.
Por su naturaleza y posición en la vía de expresión de los genes, el empalme trans-
forma la información genética guardada en la cromatina, en un ARN cuya secuencia no
se encuentra en el ADN.
Una vez terminado el proceso, cerca del sitio donde se produjo el empalme, se de-
posita un complejo multiproteínico, conocido como complejo de unión de los exones,
EJC (del inglés, exons junction complex) que es necesario para el control de calidad del
transcrito, el transporte hacia el citoplasma y la primera ronda de traducción.

Capítulo 27. Transcripción del ADN 551


Fig. 27.21. Eliminación de los intrones. Pri-
mero U1 marca el extremo 5´del intrón y después
U2, el sitio de ramificación. Cuando todo el
intrón ha salido de la ARNPII, el complejo
U4-U5-U6 sustituye a los anteriores y cataliza
las dos reacciones de transesterificación que
elimina al intrón y une a los exones.
La mayoría de los genes humanos experimentan el empalme alternativo, que consiste
en tomar diferentes exones para formar el ARNm mensajero maduro. De esta manera,
el mismo gen puede dar lugar a diferentes ARNm y, por ende, a diferentes proteínas,
según los exones que se incluyan en cada caso. Este proceso es el fundamento molecular
de las isoformas de proteínas que se sintetizan en diferentes tejidos. Sin embargo, se ha
demostrado que un mismo tipo celular puede, en un momento, formar un mensajero, y
en otro momento formar otro, en dependencia de las condiciones celulares, y que puede
cambiar de uno a otro con extrema rapidez. Los mecanismos moleculares que determinan
y controlan el empalme alterativo constituyen un intenso campo de investigación en la
actualidad.

Terminación
La terminación de la transcripción por ARNPII es una etapa compleja, pues se
encuentra acoplada a la modificación del extremo 3´ del transcrito primario. Como fue
expresado, durante la elongación se originan cambios en el patrón de fosforilación del
CTD, de manera que hacia el extremo 3´del gen predomina la forma con la S2 fosforilada.
La S2 fosforilada ayuda a reclutar o estabilizar los complejos proteínicos que intervienen
en esta fase del proceso.
En los mamíferos, la maquinaria molecular del procesamiento del extremo 3´ del
pre-ARNm consta de más de 14 proteínas, con una masa molecular total de 1 MDa. El pro-
ceso ocurre a unos 10-30 nucleótidos por delante (hacia el extremo 3´) del hexanucleótido
conservado AAUAAA y ~30 nucleótidos por detrás (hacia el extremo 5´) de una región
rica en U o GU, que está menos conservada. El proceso consta de tres etapas: la hidrólisis
o corte del pre-ARNm, la adición de poliadenina y la separación de la ARNPII del ADN.
A partir de células humanas se han purificado dos complejos multiproteínicos que
intervienen en esta fase: el factor de especificidad del corte y la poliadenilación, CPSF
(del inglés, cleavage and polyadenylation specificity factor) y el factor estimulante del
corte, CstF (del inglés, cleavage stimulatory factor). En conjunto, estos complejos re-
conocen el AAUAAA y la región GU, y provocan el corte del transcrito entre ellas dos.
Se ha demostrado que estos complejos reclutan la poliadenina polimerasa (PAP) hacia el
extremo 3´del transcrito. También se ha evidenciado la participación de otras proteínas,
denominadas factores de corte, CF (del inglés, cleavage factors) I y II.
El CPSF está formado por cinco subunidades y reconoce la señal AAUAAA,
mientras que CstF, formado por tres subunidades, se asocia a la región GU. La hidrólisis
del ARNm naciente es catalizada por una de las subunidades de CPSF, al tiempo que otra
de las subunidades recluta a poli(A)-polimerasa, que adiciona uno a uno nucleótidos de
adenina al extremo 3´ del transcrito, hasta alcanzar una cifra de aproximadamente 250.
Una proteína de unión a poli(A) (PABP) se asocia a esta estructura en una proporción
1PABP por cada 10 adeninas y de esta forma protege al ARN de la acción de las exonu-
cleasas, además de contribuir a su transporte hacia el citoplasma.
Mientras tanto, la ARNPII continúa asociada al ADN y forma un ARN, que se denomina
residual, cuyo extremo 5´ presenta un solo grupo fosfato (5´-P). Una de las subunidades
de CstF recluta hacia el 5´-P a una exorribonucleasa (Xrn2) que comienza la degradación
del ARN residual. Mediante un mecanismo que se denomina “de torpedo”, la Xrn2 avanza
hacia la polimerasa que está unida al ADN. Al parecer, existe una secuencia de bases que
determina una pausa en la polimerasa y en ese momento es alcanzada por la Xrn2. De esta
manera la ARNPII se separa del ADN y termina la transcripción. Se desconoce si para la
separación solamente es necesario el encuentro entre las dos proteínas o si requiere de la
presencia de factores adicionales. La etapa de terminación se muestra en la figura 27.22.

Capítulo 27. Transcripción del ADN 553


Fig. 27.22. Terminación de la transcripción
por la ARNPII. (a) El complejo CPSF, que
viaja con el CTD, reconoce la secuencia
AAUAAA; (b) por su parte, CstF reconoce la
zona rica en GU; (c) uno de los componentes
de CPSF cataliza la hidrólisis del ARNm por
detrás de la secuencia AAUAAA; (d) la poliA
polimerasa se une al extremo 3´ del ARN y la
exonucleasa al extremo 5´ del ARN residual;
(e) la poliA polimerasa añade uno a uno nu-
cleótidos de adenina al extremo 3´, mientras la
exonucleasa va degradando al ARN residual
hasta encontrarse con la ARNPII y desplazarla
del ADN.
Una vez terminado el proceso, un complejo denominado TREX (transcription
and export) transporta al ARNm maduro hacia el citoplasma. Este complejo realiza,
además, un control de la calidad del ARN, pues si carece de casquete, de la cola de
poli(A) o se ha producido una unión inadecuada de los exones, el ARN no es trans-
portado y es sustrato de un complejo denominado exosoma, que la degrada. Si esto
fallara, en el citoplasma se realiza un nuevo control de la calidad, como se verá en
el capítulo 30.
Al concluir el proceso de maduración, la estructura final del ARNm desde el
extremo 5’ hasta el 3’ queda de la manera siguiente: el casquete ocupa el extremo 5’,
seguido por una secuencia de nucleótidos de diferente longitud que no es traducible, y
por eso se denomina región 5’-UTR (del inglés untranslated region). A continuación
aparece la señal de iniciación de la traducción que contiene el codón AUG. Sigue toda
la secuencia donde está codificada la proteína que finaliza con uno o varios codones
de terminación. A continuación la región no traducible del extremo 3’ (3’-UTR) y
por último la cola de poli(A). Todos estos elementos estructurales tienen una función
específica durante el proceso de traducción.

Unidades de transcripción
Al segmento de ADN que contiene la secuencia de bases que transcribe la ARN
polimerasa II se le denomina unidad de transcripción. Estas unidades pueden ser
simples, si dan origen a un solo tipo de ARNm, o complejas, si dan lugar a más de
uno. Una unidad simple de transcripción típica contiene la zona del promotor por la
cual se une la polimerasa II y un solo sitio de terminación.
Las unidades complejas son menos regulares y se pueden presentar las situaciones
siguientes:
−− Varios sitios de iniciación y uno de terminación, pero con procesamiento diferente
del transcrito primario.
−− Un sitio de iniciación y varios de terminación, con procesamiento diferente.
−− Varios sitios de iniciación y terminación, pero con igual procesamiento.
−− Un sitio de iniciación y uno de terminación, con diferente procesamiento.

Todas estas variantes amplifican considerablemente las capacidades codifi-


cadoras del genoma, pues a partir de un solo segmento de ADN se puede formar
un número considerable de ARNm y, con ello, una cantidad superior de proteínas
que el número de genes existentes. Las proteínas formadas a partir del mismo gen
pueden ser muy similares, con solo pequeñas diferencias, pero pueden ser muy
diferentes unas de otras. En la figura 27.23 se muestra un resumen de las posibles
unidades complejas de transcripción.
De lo anterior se desprende que la transcripción por la ARNPII es un proceso
de alta complejidad, en el cual participan cientos de proteínas desde el momento de
reconocimiento del promotor hasta la salida del ARNm hacia el citoplasma. Esto
pudiera explicarse por el hecho de que la formación del ARNm es el paso inicial para
la síntesis de las proteínas, que son, por excelencia, las moléculas funcionales que
poseen las células. Errores en la transcripción producirían proteínas defectuosas
que a su vez alterarían funciones celulares específicas y serían una amenaza para la
supervivencia de la célula y, en ocasiones, del organismo.

Capítulo 27. Transcripción del ADN 555


Fig. 27.23. Unidades transcripcionales complejas. (a) El gen de la calcitonina con un solo sitio de iniciación (i) y dos de
poliadenilación (A) y maduración diferente que, según el primer caso, da origen a la calcitonina en la glándula tiroides
y, en el segundo origina un péptido relacionado con la calcitonina, que aparece en el hipotálamo y en otras regiones del
SNC; (b) unidades con varios sitios de iniciación y de poliadenilación, como sucede con el gen de la amilasa de ratón,
que en el primer caso da lugar a la enzima salival y en el segundo, a la pancreática; (c) existe un solo sitio de iniciación
y de poliadenilación, pero el procesamiento es diferente como los genes del gamma fibrinógeno de la rata que origina
el tipo A, en el primer caso, y el tipo B, en el segundo; (d) presencia de varios sitios de iniciación y de poliadenilación,
pero no existen diferencias en la maduración, como se observa en el gen que codifica diferentes formas de la enzima
dihidrofolato reductasa de ratón. Estas diferentes variantes pueden dar lugar a proteínas disímiles que, sin embargo, están
codificadas en el mismo segmento de ADN.

Transcripción por la ARN polimerasa III


La ARN polimerasa III (ARNPIII) transcribe una variedad de genes no codificantes
cortos (100-150 pb), tanto nucleares como citoplasmáticos, se incluyen el ARNr
de 5 S, el ARN pequeño nuclear U6 que forma parte del corpúsculo de empalme, los
ARNt, los ARN que actúan como cofactores de las ARNasa P y MRP, el asociado a
adenovirus (VA) y el 7SK. Sin embargo, los productos más abundantes de la ARNPIII
son los ARNt y el ARNr de 5 S, generalmente codificados por cientos o miles de
unidades de transcripción idénticas.

556 Bioquímica Médica. Tomo II


La ARNPIII es la mayor de las ARN polimerasas, con una masa molecular total de
700 kDa, que está formada por 17 subunidades. Nueve de las subunidades definen el
núcleo estructural, relacionadas evolutivamente con los otras polimerasas y solo cinco
específicas de ARNPIII. La ARNPIII es una polimerasa muy eficiente, no solo debido a
lo corto de las unidades de transcripción, sino también porque se reasocia muy rápido al
promotor de la misma unidad de transcripción. La ARNPIII puede realizar una terminación
eficiente, aparentemente sin el concurso de otros factores. Como se señaló anteriormente,
ella transcribe tres tipos de genes.
Los promotores de los genes de los ARNt constan de dos elementos internos (dentro
de la zona de transcripción), denominados A y B. A estos elementos se une el TFIIIC
y con posterioridad el TFIIIB, que recluta hacia ese sitio a la ARN polimerasa, que da
comienzo a la transcripción. Los elementos A y B, una vez transcritos, representan los
lazos conservados D y T de los ARNt maduros. Solo unos pocos pre-ARNt humanos
presentan intrones, que son procesados de manera diferente a los del pre-ARNm. En la
figura 27.24 se muestra un esquema de la formación de los ARNt.
Por su parte, los genes de los ARNr de 5 S solo contienen tres elementos internos,
que se denominan elementos A, intermedio y C. El elemento C es reconocido por TFIIIA,
mientras que los otros dos interactúan con TFIIIC y TFIIIB, y juntos reclutan a la ARN
polimerasa. En la figura 27.25 se muestra la formación del ARNNr de 5 S.

Fig. 27.24. Formación de los ARNt. El


protomor presenta los elementos A y B
de unión a los factores de transcripción
que reclutan a la ARNPIII. Una vez rea-
lizada la transcripción, el pre-ARNt es
procesado. Obsérvese que los elementos
A y B representan las asas D y T del
ARNt maduro.

Fig. 27.25. Formación de los ARNt. El


protomor presenta los elementos A y B
de unión a los factores de transcripción
que reclutan a la ARNPIII. Una vez rea-
lizada la transcripción, el pre-ARNt es
procesado. Obsérvese que los elementos
A y B representan las asas D y T del
ARNt maduro.

Capítulo 27. Transcripción del ADN 557


Sin embargo, los promotores para los ARN pequeños son más complejos y solo se
han identificado seis genes activos en los seres humanos. Están situados adyacentes al
extremo 5’ del gen y constan de tres elementos: la secuencia TATA (más próxima), luego
el elemento de secuencia proximal PSE (del inglés proximal sequence element)
y más alejado, el elemento distal, DSE (del inglés distal sequence element). A estos dos
últimos se une el complejo SNAPC (por snRNA activating protein complex). A conti-
nuación se une a la secuencia TATA, una forma especial del TFIIIB, y trae hacia ese sitio
a la ARN polimerasa. Todos los transcritos primarios de esta polimerasa son procesados
hasta alcanzar una estructura totalmente funcional. Después son transportados hacia el
citoplasma a través del complejo del poro nuclear. Un resumen de los procesos descritos
se presenta en la figura 27.26.
La transcripción por la ARNPIII termina en una secuencia consenso común simple
en el extremo 3’ de los genes. La mayoría de las señales de terminación de la ARNPIII se
localizan dentro de los primeros 40 pb, con posterioridad al extremo 3’ del ARN maduro.
En mamíferos, un grupo de cuatro T es el terminador más frecuente, y grupos mayores de
cinco son raros. Como consecuencia, aparece una zona de poli(U) al final del transcrito
primario que es eliminada por la acción de exonucleasas.

Fig. 27.26. Formación de los ARNt. El


protomor presenta los elementos A y B
de unión a los factores de transcripción
que reclutan a la ARNPIII. Una vez rea-
lizada la transcripción, el pre-ARNt es
procesado. Obsérvese que los elementos
A y B representan las asas D y T del
ARNt maduro.

Inhibidores de la transcripción
Los inhibidores de la transcripción se emplean en procedimientos experimentales
para el estudio del proceso y algunos sirven como antibióticos en la práctica médica. Las
marcadas diferencias en este proceso entre bacterias y seres humanos proporciona el factor
de selectividad y especificidad, necesarias en el uso de medicamentos antimicrobianos.
Se pudieran considerar dos tipos de inhibidores: los que impiden la separación de
las cadenas del ADN, que por lo general también son inhibidores de la replicación, y
los que actúan de forma directa sobre las polimerasas. Los primeros ya fueron tratados
en el capítulo 26. Entre los segundos se encuentra el antibiótico rifampicina, que actúa
sobre la ARN polimerasa e impide la fase de iniciación. Una sustancia conocida como
α-amanitina inhibe la síntesis de ARN en eucariontes, por actuar sobre la ARN polime-
rasa II (Fig. 27.27).

Resumen
La transcripción es el proceso central en el crecimiento y desarrollo de la célula, en
la cual la información genética contenida en el ADN se copia en un ARN específico. El
desarrollo técnico alcanzado en los últimos años ha permitido obtener una visión com-
prensible, en principio, de este fenómeno. Los precursores de la transcripción son los
nucleósidos trifosfatados que se unen mediante un enlace fosfodiéster 3’→5’, por acción
de la ARN polimerasa, según la secuencia de bases de una hebra del ADN.

558 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 27.27. Inhibidores de la transcrip-
ción. En la figura se muestra la estruc-
tura química de la rifampicina B, uno
de los inhibidores de la transcripción
más empleado en las investigaciones
relacionadas este tema. La α-amanitina
permite diferenciar las tres polimerasas
de eucariontes, ya que la I es resistente
a su acción, la III se inhibe poco, pero
la II es inhibida de manera intensa por
esta sustancia.

En los procariontes –especialmente en la E. coli– una sola enzima es capaz de realizar


todo el proceso. Esta es una proteína oligomérica a la cual se unen otras subunidades en
diferentes fases del evento. Para comenzar la transcripción, la polimerasa se debe unir
íntimamente al promotor y lograr la apertura de la doble hebra del ADN, en este paso
la subunidad σ es fundamental; luego comienza la incorporación de los ribonucleósidos
trifosfatados, cuyas bases son complementarias a las del ADN; la proteína NusA impide
la terminación prematura de la cadena. La terminación se produce gracias a una señal
específica en el ADN, aunque en ocasiones la proteína rho determina el cese de la síntesis,
sin que al parecer existan señales para ello. Cuando termina la síntesis, comienza el
proceso de maduración. Los ARNm no sufren modificaciones, pero los ARNr y ARNt
se sintetizan en forma de precursores de gran tamaño, que deben ser acortados hasta
alcanzar su forma definitiva.
En los eucariontes el proceso es más complejo, debido a la estructura de los genes,
la existencia de la cromatina, la especialización de las polimerasas y por estar limitada
al núcleo celular. Existen tres tipos de ARN polimerasa: la ARNPI es del nucléolo y rea-
liza la síntesis de los ARNr de mayor tamaño; la ARNPII es del nucleoplasma y realiza
la síntesis de varios tipos de ARN, especialmente del ARNm; la ARNPIII, también del
nucleoplasma, lleva a cabo la síntesis de numerosos ARN cortos, entre ellos los ARNt
y el ARNr de 5 S.

Capítulo 27. Transcripción del ADN 559


La transcripción por la ARNPI produce un transcrito primario de 45 S, que es
procesado mediante cortes internos y externos, metilado en bases y ribosas de nucleótidos
específicos, y acortado hasta formar los tres ARNr ribosomales mayores.
Los ARNm se sintetizan por la ARNPII, a partir de una unidad de transcripción, simple
o compleja. El promotor se encuentra fuera del gen y en él existen varias secuencias
necesarias para la transcripción. El proceso de copia incluye tanto los exones como los in-
trones. Todas las etapas del proceso requieren de la participación de proteínas específicas.
La preiniciación utiliza los factores generales de transcripción y los génico-específicos;
la elongación, los factores de elongación. La maduración o procesamiento se hace de
forma simultánea con la elongación. Consiste en la modificación del extremo 5’P por un
nucleótido de guanina metilada (casquete); la transformación del extremo 3’OH, en una
larga cola de adenina –poli(A)– y el corte y empalme de la cadena para la eliminación de
los intrones. Se ha comprobado que una misma unidad de transcripción puede originar
varios tipos de ARNm maduros, por diferencias en la maduración.
La ARNPIII transcribe varios tipos de genes con promotores diferentes. En el caso
del ARNr de 5 S y de los ARNt, la señal que promueve la transcripción es intragénica,
mientras que el del ARNnc U6 es extragénica. Los transcritos primarios suelen ser más
largos que los definitivos y experimentan un procesamiento. Solo algunos ARNt presentan
intrones que se eliminan por un mecanismo diferente al que emplea el ARNm.

Ejercicios
1. Para hacer una experiencia de transcripción in vitro se sintetizan artificialmente tres
polidesoxinucleótidos con la estructura siguiente:
a) TGTTGACA 18 bases AATATTG
b) TGTTGACA 16 bases TTTATAG
c) TGTTGACA 17 bases TATAAAG
¿Puede usted determinar cuál de ellos funcionará como el promotor más fuerte y
cuál como el más débil? Argumente su respuesta.
2. En una experiencia donde se pretendía investigar el proceso de transcripción, se
añadió al sistema rifampicina y se observó que la iniciación quedaba bloqueada. Si
se añadía estreptoligidina ocurría la iniciación, pero quedaba bloqueada la elongación
¿Cuáles serían las conclusiones que este experimento aporta sobre el mecanismo
molecular de la transcripción?
3. En un experimento posterior se comprobó que la rifampicina se unía fuertemente
a la subunidad β’ de la polimerasa y que la estreptoligidina se asociaba con la sub-
unidad β ¿Cuáles serían las conclusiones más importantes de estos experimentos
con respecto al mecanismo de acción de la ARN polimerasa?
4. ¿Qué consecuencias traería para la transcripción una alteración de la proteína NusA
que disminuyera su afinidad por el núcleo de la polimerasa?
5. ¿Cuál es la característica más sobresaliente de la transcripción realizada por la ARN
polimerasa III?
6. La célula hepática sintetiza tres formas de una proteína con actividad de proteína
quinasa: una es nuclear, otra mitocondrial y la tercera del citosol. La nuclear actúa

560 Bioquímica Médica. Tomo II


sobre la región C-terminal de sus sustratos, la citosólica sobre la región central y la
mitocondrial sobre la región N-terminal. Se sabe que esas formas están codificadas
en un gen único. Explique, utilizando un esquema de la transcripción, cómo un gen
puede dar lugar a esas proteínas.
7. Una mutación provoca la alteración de la secuencia de bases en el extremo 5´ del
segundo intrón de un gen. ¿Qué consecuencias pudiera traer esa mutación sobre la
estructura de la proteína codificada?
8. La cordicepina inhibe la acción de la poli(A) polimerasa. ¿Qué consecuencias
pudiera tener su acción sobre las células procariontes y eucariontes? Argumente
su respuesta.

Capítulo 27. Transcripción del ADN 561


28
Capítulo

Código genético

U
no de los problemas centrales de la genética molecular consiste en
conocer cómo la información contenida en el ADN y transcrita en un
ARNm puede dirigir la síntesis de una cadena polipeptídica específica,
o sea, cuál es la relación entre la secuencia de bases del ARNm y la
de los aminoácidos de una proteína; este es el contenido del problema del código
genético.
El código genético surge como una necesidad natural, debido a las diferencias
existentes entre la estructura de las moléculas que conservan la información (ADN) y
aquellas que la expresan en funciones específicas (proteínas). Se acostumbra decir que
esta información está en dos lenguajes diferentes: el primero, en forma de una secuencia
de bases, y el segundo, de aminoácidos. Al pasar la información del ADN al ARNm se
mantiene en el mismo lenguaje, por lo que el proceso se denomina transcripción. Pero
al pasar del ARNm a las proteínas existe un cambio de lenguaje y, por tanto, es una
traducción. Para traducir es necesario poseer la relación de equivalencia que existe
entre los signos utilizados en un lenguaje y los empleados por el otro. En esto consiste
la necesidad del código genético.
En la actualidad, la solución de este problema pudiera parecer muy sencilla, ya que
bastaría con determinar la secuencia de bases de un gen y la de aminoácidos de la pro-
teína por él codificada y correlacionarlas, pero esto no fue posible en los primeros años
de la década de los 60, cuando se enfrentó la solución de este problema. Los métodos de
determinación de la estructura primaria de las proteínas estaban ya establecidos desde el
trabajo de Sanger con la insulina (1956), pero los procedimientos que permitieron hacer
lo mismo con el ADN, con un elevado grado de fidelidad, no aparecieron hasta finales
de la década de los 70, cuando el código ya había sido descifrado.
Este estudio comenzará por un esbozo de los trabajos fundamentales para descifrar
el código genético y después se realizará un análisis y se destacarán sus características
principales. Desde el punto de vista bioquímico el código se define como la relación
de equivalencia entre la secuencia de bases del ARNm y la secuencia de aminoácidos
de la proteína.
Primeros pasos
El problema del código genético fue formulado por primera vez por George
Gamow, en 1953, y en su solución participaron numerosos investigadores, empleando
fundamentalmente métodos químicos y biológicos.
Gamow supuso que la cadena polipeptídica se forma directamente sobre la doble
hélice del ADN, de manera que cada aminoácido se sitúa en un hueco entre cuatro
nucleótidos; este hueco tendría aproximadamente la forma de un rombo. Dos nucleó-
tidos pertenecían a una banda y dos a la otra. El “código de rombos rojos” de Gamow
asegura precisamente las 20 letras, pues como utiliza cuatro bases, da origen a (44)
256 combinaciones; no obstante, esta forma de codificación directa imponía algunas
limitaciones a la secuencia de aminoácidos de la proteína, lo que mostraba que una
vez fijado un aminoácido, el siguiente no podía ser cualquiera de los 20, sino un nú-
mero muy reducido de estos. Sin embargo, las investigaciones demostraron que tal
limitación no existía en las proteínas, cuyas secuencias de aminoácidos eran conocidas.
El descubrimiento de que la síntesis de proteínas se realizaba en una estructura
citoplasmática (los ribosomas) y la existencia de los ARNm, rechazaron definitiva-
mente la hipótesis de Gamow.
Por razonamientos teóricos se estableció la relación de codificación –que se com-
probó después experimentalmente–, o sea, cuántas bases son necesarias para codificar
un aminoácido. Como el lenguaje del ARNm solo tiene cuatro letras (A, U, G y C)
y el de las proteínas 20, la relación no podía ser 1:1, ya que las proteínas constarían
de cuatro aminoácidos; si fueran combinaciones de dos bases, alcanzaría para
(42 = 16) 16 aminoácidos; pero con tres bases (43 = 64), el número de combinaciones
era mayor que el número de aminoácidos, por lo que quedó establecido que a cada
aminoácido en la proteína le correspondían tres bases en el ARNm, y la relación de
codificación es 3:1. Este triplete de bases, por ser la unidad de codificación, recibió
el nombre de codón.
Teniendo en cuenta que son posibles 64 combinaciones de bases y que solo 20
aminoácidos diferentes se incorporan en la síntesis de proteínas, se deduce que al
menos para algunos aminoácidos existe más de un codón, o sea, el código se degenera.
Los codones que se traducen en el mismo aminoácido se denominan sinónimos.
Otra consideración importante se refiere a la forma en que el ARNm es tradu-
cido, si el código es o no superpuesto. Si el código no es superpuesto, cada base
nitrogenada formará parte de un solo codón, mientras que si fuera superpuesto
formaría parte de más de uno:

564 Bioquímica Médica. Tomo II


Esta alternativa se pudo resolver teniendo en cuenta que se conocía la secuencia
de aminoácidos de algunas proteínas. Si el código fuera superpuesto, un cambio en
una base ocasionaría el cambio de más de un aminoácido continuo en la proteína. Sin
embargo, eran conocidas algunas proteínas en las cuales solo se producía el cambio de
un aminoácido por otro, lo que implica que el código no es superpuesto. Por ejemplo,
en la drepanocitosis la cadena β de la hemoglobina muestra un cambio de glutámico
por valina en la posición 6, pero el resto de los aminoácidos no están cambiados.
Por tanto, las tres primeras características del código fueron: que estaba formado
por tripletes (codones), estos no eran superpuestos, y el código tenía carácter dege-
nerado.

Descifrado del código


Los primeros experimentos encaminados a descifrar el código fueron rea-
lizados por Marshall Niremberg y Heinrich Mathei, en 1961. Ellos tuvieron un
éxito inicial al conseguir un extracto celular estable que sintetizaba proteínas
activamente, y lograron dirigir la síntesis de un polipéptido por traducción de un
polirribonucleótido sintético que actuaba como ARNm (Fig. 28.1).
Este sistema fue útil no solo en dilucidar el código genético, sino también para
esclarecer muchos aspectos relacionados con el mecanismo de síntesis de proteínas.

Fig. 28.1. Obtención de extractos celulares,


sintetizadores de proteínas. Las bacterias son
trituradas con alumina, como abrasivo, y se le
añade desoxirribonucleasa que, al hidrolizar el
ADN, evita que en el extracto pueda aparecer
ARNm endógeno. Una primera centrifugación
a baja velocidad elimina la alúmina y los restos
celulares que no están bien homogenizados.
Una segunda centrifugación a 30 000 g (esto
es 30 000 veces el valor de la gravedad) sirve
para eliminar membranas y paredes celulares,
lo que deja un sobrenadante denominado S30
(sobrenadante de 30 000 g), con el que se
realizaron los primeros experimentos. Una
tercera centrifugación a 100 000 g permite
separar los ribosomas y a partir del sobrena-
dante S100 se pueden obtener los ARNt y las
enzimas activadoras. El preparado S100 se
utilizó en experimentos posteriores.

El modelo experimental
Los polinucleótidos se sintetizaron utilizando una enzima –polinucleótido
fosforilasa–, descubierta en 1955 por Marianne Grumberg Manago y Severo Ochoa.
Esta enzima se diferencia notablemente de la ARN polimerasa, ya que utiliza como
sustratos los nucleósidos difosfatados; como no libera pirofosfato, su acción no pro-
gresa acoplada a la hidrólisis de este, y lo más importante es que esta enzima no es
dirigida por un molde de ADN, por lo que la secuencia del polinucleótido es dictada
al azar por la proporción relativa de los diferentes nucleósidos difosfatos, presentes
en la mezcla de reacción.
El procedimiento consistía en preparar un conjunto de tubos de ensayo, de
composición similar, en cada uno de los cuales se añadía un aminoácido diferente,
marcado con 14C.

Capítulo 28. Código genético 565


Composición de los codones
Cuando al sistema se le añadía poliuridina, se obtenía la formación de polifenila-
lanina. Se logró, de esta manera, descifrar la primera palabra del código: el codón UUU
significa fenilalanina (Fen).
Por un procedimiento similar se pudieron asignar otras dos palabras: el CCC para la
prolina (Pro) y el AAA para la lisina (Lis). Los polímeros de poliguanosina no pudieron
emplearse porque forman una compleja estructura tricatenaria que no sirve de matriz
para la traducción.
La etapa siguiente consistió en determinar la composición –no la secuencia– de los
demás tripletes. Si la enzima polinucleótido fosforilasa se incuba con UDP, el resultado,
por supuesto, es el poli U. Si se incuba con UDP y GDP, se obtiene un copolímero que
contiene U y G. La secuencia de bases es azarosa, pero controlando la proporción de
nucleótidos se puede calcular la frecuencia con que deben producirse cada uno de los
codones. La tabla 28.1 muestra los resultados obtenidos en un polinucleótido, preparado
a partir de una mezcla que contenía 76 % de U y 24 % de G.
Si se utiliza este polímero en un sistema como el descrito antes, con 20 tubos de
ensayo que contengan los 20 aminoácidos, pero solo uno de estos marcado con 14C, se
puede medir la frecuencia con que cada aminoácido se incorpora al polipéptido que se
sintetiza (Tabla 28.2).
Tabla 28.1. Frecuencia relativa de tripletes de bases, obtenidas al
controlar la proporción de cada una en la mezcla de reacción

Triplete Probabilidad Frecuencia

UUU 0,76 × 0,76 × 0,76 = 0,439 100


UUG 0,76 × 0,76 × 0,24 = 0,139 31,6
UGU 0,76 × 0,24 × 0,76 = 0,139 31,6
GUU 0,24 × 0,76 × 0,76 = 0,139 31,6
UGG 0,76 × 0,24 × 0,24 = 0,043 10,0
GUG 0,24 × 0,76 × 0,24 = 0,043 10,0
GGU 0,24 × 0,24 × 0,76 = 0,043 10,0
GGG 0,24 × 0,24 × 0,24 = 0,012 3,1

Nota: aparecen cuatro clases de frecuencias para los ocho codones posibles.

Tabla 28.2. Composición de los codones según la frecuencia de


incorporación de los aminoácidos

Aminoácido Cantidad incorporada Composición del codón

Fen 100 3U
Val 37 2U+1G
Leu 36 2U+1G
CyS 35 2U+1G
Trp 14 2G+1U
Gli 12 2G+1U

La comparación de los dos resultados sugiere que los codones correspondientes a


la valina (Val), cisteína (Cis) y leucina (Leu) contienen dos U y una G, mientras que los
del triptófano (Trp) y glicina (Gli) contienen dos G y una U.
Por variaciones en la composición del polímero se lograron otras combinaciones
hasta determinar todos los codones que contenían U, después se procedió de igual forma

566 Bioquímica Médica. Tomo II


para los que contenían C y, por último, los que tenían A. Los de G no se determinaron
por las razones expuestas.
Mediante este procedimiento se pudo conocer la composición (no la secuencia)
aproximadamente de 50 codones.
Otros experimentos de gran relevancia fueron realizados para asignar los codones
que faltaban y comprobar los existentes.

Orden de las bases en los codones


Una nueva línea experimental fue asumida por Niremberg y otros. En 1964 se conocía
que algunos polinucleótidos sintéticos estimulaban la unión de los ARNt con sus amino-
ácidos correspondientes y los ribosomas, este complejo de tres componentes podía ser
identificado por el método de ultracentrifugación, en un gradiente de densidad de sacarosa.
Desafortunadamente, este método de análisis era demasiado laborioso, así, Niremberg
y otros diseñaron una forma ingeniosa y rápida para aislar el aminoacil-ARNt unido al
ribosoma y al ARNm, utilizando un filtro de nitrocelulosa. Los ribosomas quedaban
adheridos al filtro, sin embargo, los aminoacil-ARNt pasaban por el filtro fácilmente,
excepto si se encontraban unidos a los ribosomas. En particular Niremberg y Phillip Leder
(1964) fueron capaces de inducir la unión de FenARNt al ribosoma, utilizando poli U
sin otro homopolímero, el complejo formado fue retenido en el filtro de nitrocelulosa.
La utilización de copolímeros como ARNm sintéticos, traía como resultado la adsorción
de aminoacil-ARNt ribosoma, cuyo aminoácido coincidía con los resultados de los
experimentos realizados en los sistemas libres de células. Estos experimentos también
demostraron la existencia de un complejo formado por aminoacil-ARNt con el ARNm
con el ribosoma, como intermediario durante la síntesis de proteínas.
Aún los trinucleótidos estimulaban la formación del complejo, dando una confir-
mación directa del carácter de tripletes del código genético. Niremberg se dio cuenta que
era más fácil sintetizar trinucleótidos de secuencia conocida, que un ARNm; su trabajo,
que comenzó con el triplete GUU correspondiente a Val, progresó rápidamente y alrededor
de 50 de los 61 codones fueron asignados directa y convincentemente por este método.
Otra línea experimental diferente siguió Har Ghobind Khorana (1966), quien combi-
nando procedimientos enzimáticos y de síntesis orgánica logró la síntesis de polinucleó-
tidos de secuencia conocida, a partir de la polimerización de dinucleótidos; uno de estos
fue el poli (AC) que produce ACACACACAC, el cual puede ser leído en grupos de tres
bases como ACA|CAC|ACA|CAC, de manera que el polipéptido sintetizado, tomando este
polímero como ARNm, constaría de dos aminoácidos alternantes, que fue el siguiente:
TreHisTreHisTreHis
Por los experimentos descritos antes, se sabía que la composición del codón de la
treonina (Tre) era de dos A y una C, y el de His, de dos C y una A, por tanto ACA codifica
para Tre y CAC para His.
La utilización del poli (UG) producía:
CisValCisValCisVal
con lo cual se comprobaba que UGU correspondía a Cis, y se asignó el GUG a Val.
Khorana logró también la polimerización de trinucleótidos, por ejemplo, el poli
(UAC) que puede ser leído de tres formas diferentes:
UAC¦UAC¦UAC¦UAC¦UAC¦UAC¦UAC, que origina politirosina.
ACU¦ACU¦ACU¦ACU¦ACU¦ACU¦ACU, que codifica politreonina.
CUA¦CUA¦CUA¦CUA¦CUA¦CUA¦CUA, que forma polileucina.

Capítulo 28. Código genético 567


Experimentos como estos permitieron no solo determinar la secuencia de muchos de
los codones de composición conocida, sino, además, corroborar los que habían sido asig-
nados por otros métodos. En 1968, Robert W. Holley, Har Gobind Khorana y Marshall W.
Nirenberg, fueron galardonados con el Premio Nobel de Medicina, por su interpretación
del código genético y la función de este en la síntesis de proteínas.

Codones de terminación
El carácter continuo de la secuencia de bases del ARNm y su lectura de tres en tres
bases, es decir, por codones, hace necesario que en el mensajero exista una señal que
indique dónde comenzar y dónde terminar la síntesis de la proteína. Esas señales no
podían ser otras que codones o combinaciones de estos. Para que la síntesis concluya en
un codón determinado, este no puede codificar a ningún aminoácido, lo cual es posible,
pues el número de codones es más de tres veces el número de aminoácidos.
Si se utilizaba el poli (UAUC), la traducción podía comenzar en cuatro sitios dife-
rentes:
1. UAU|CUA|UCU|AUC|UAU|CUA|UCU|AUC|
2. AUC|UAU|CUA|UCU|AUC|UAU|CUA|UCU|
3. UCU|AUC|UAU|CUA|UCU|AUC|UAU|CUA|
4. CUA|UCU|AUC|UAU|CUA|UCU|AUC|UAU|

De esta manera se originan solo cuatro codones diferentes (UAU, AUC, UCU y CUA),
producidos por la secuencia alternante TirLeuSerIle, que puede comenzar con cualquiera
de estos. Esta situación se repetía con muchos polinucleótidos del tipo poli (MNPQ).
Cuando se ensayó el poli (GUAA), se esperaba encontrar un resultado similar, ya
que este debe producir también cuatro codones y, por tanto, un tetrapéptido repetido:
1. GUA|AGU|AAG|UAA|GUA|AGU|AAG|UAA|
2. UAA|GUA|AGU|AAG|UAA|GUA|AGU|AAG|
3. AAG|UAA|GUA|AGU|AAG|UAA|GUA|AGU|
4. AGU|AAG|UAA|GUA|AGU|AAG|UAA|GUA|

Sin embargo, se encontró que no se producían largos polipéptidos, sino que se


formaban solo dos productos: el tripéptido ValSerLis y el dipéptido SerLis. A partir
de los codones ya asignados (Val=GUA, Ser=AGU y Lis=AGG) se pueden alinear los
péptidos con los distintos tipos de secuencia y se obtienen los resultados siguientes:

568 Bioquímica Médica. Tomo II


Los resultados mostraron que la síntesis se detenía en el codón anterior al UAA
y esto indicaba que UAA debía una señal de terminación.
Experimentos similares mostraron que el poli (AUAG) producía solo el tripéptido
IleAspArg y el dipéptido AspArg, probando que UAG era otro codón de terminación.
Por último, con poli (UGA) solo se formaban polimetionina y poliaspártico, lo que llevó
a la conclusión que UGA era también un codón de terminación.
Como resultado de una broma de laboratorio a estos tres codones se les dieron
nombres propios –ámbar para el UAG, ocre al UAA y ópalo al UGA– y estos se utilizan
corrientemente en la literatura científica.

Codón de iniciación
En los sistemas in vitro la síntesis de proteínas comienza en cualquiera de las bases
del polinucleótido sintético utilizado. La síntesis de proteínas in vivo requiere un triplete
específico de bases, conocido como codón de iniciación. Por experimentos in vitro se ha
podido determinar que el más utilizado para ello es el AUG, aunque en muy pocos casos
también el GUG; esto fue corroborado más tarde en numerosos estudios de secuencias de
ADN. Estos codones tienen además la función de codificar aminoácidos específicos –el
AUG metionina y el GUG valina– para incorporarlos dentro de la cadena polipeptídica.
En el capítulo 30 se explicará cómo la célula puede diferenciar una de otra.
Como resultado de todos estos trabajos, a finales de 1966 el código genético había
sido descifrado completamente. El total de codones y su significado se muestra en la
figura 28.2.

Fig. 28.2. Código genético quasiuniversal.


Estructura actual del código genético.
Nótese que en la mitad izquierda
predominan los aminoácidos apolares y
en la derecha, los polares; estas dos mi-
tades difieren en que la segunda base sea
pirimidínica a la izquierda, o purínica a
la derecha. Ocho de las 16 casillas están
ocupadas por el mismo aminoácido,
lo que significa que la tercera base es
redundante. Solo dos aminoácidos están
codificados por un codón cada uno. INI
se refiere al codón de iniciación y TER
a los de terminación.

Aunque el código fue descifrado por experimentos in vitro, la exactitud de la asig-


nación de cada codón ha sido confirmada por análisis genéticos y bioquímicos. La reciente
tecnología de secuenciación del ADN ha dado la confirmación definitiva a este problema,
que parecía un sueño casi imposible, cuando fue postulado en 1953 y que poco más de
10 años después quedaba totalmente resuelto.

Capítulo 28. Código genético 569


Universalidad del código
Otro hecho importante, ocurrido en la década de los 60, fue la demostración del
carácter universal del código genético. En 1967, Marshall y sus colaboradores encontraron
que aminoacil-ARNt procedentes de roedores, anfibios y E. coli eran reconocidos por el
mismo codón. El desciframiento del código y su carácter universal representan dos de
los descubrimientos más importantes en biología y han tenido un efecto profundo en el
desarrollo de la ciencia.
Sin embargo, estudios posteriores mostraron que existían variaciones del código,
tanto en diferentes organismos como en el mismo organismo, entre el genoma nuclear
y el de las mitocondrias.
El codón AUG actúa como iniciador en la traducción y para la incorporación de me-
tionina en el interior de la proteína. Sin embargo, la presencia de AUG no es suficiente
para iniciar la traducción, pues se requiere de proteínas iniciadoras y secuencias de
nucleótidos en la vecindad de AUG. Se han identificado zonas de iniciación en ARNm
de muchos organismos que carecen de AUG. Algunos procariontes como E. coli utilizan,
además, los codones GUG y UUG como iniciadores y curiosamente en todos los casos
el aminoácido incorporado es N-formil-metionina. El mecanismo discriminador que
asegura una iniciación adecuada requiere que el AUG se encuentre formando parte de
una secuencia óptima, que en eucariontes está representada por la secuencia consenso de
Kozak (la secuencia óptima es GCC(A/G)CCAUGG), pero algunas variaciones existen
sin modificar su función.
Las diferencias entre el genoma nuclear y el mitocondrial, en la mayoría de los casos,
solo representan una nueva asignación del significado del codón universal. Por ejemplo,
los codones AAG y AAA que en el código nuclear significan lisina, en el mitocondrial
lo hacen para asparagina.
Estudios más recientes han identificado la selenocisteína y la pirrolisina como los
aminoácidos 21 y 22 presentes en las proteínas. Estos aminoácidos están codificados
por los codones UGA y UAG respectivamente, es decir, por codones de terminación.
La selenocisteína (Sec) se forma a partir del Ser-ARNt. Primero se produce la fosfo-
rilación de la serina y después el fosfato es desplazado por el selenio. La incorporación
de Sec necesita que el codón UGA se encuentre ubicado en una zona en forma de asa y
de proteínas accesorias, incluyendo un factor de elongación específico. La prirrolisina
no se tratará en este capítulo, pues no se han descubierto proteínas en eucariontes con
ese aminoácido.

Estructura del código


La estructura del código genético ha llevado a la solución de muchas incógnitas acerca
de la existencia y la evolución de los seres vivos. Mucho se ha escrito y especulado acerca
de la forma de organización del código, tratando de descubrir cuáles son las leyes que
subyacen en su organización. Aunque este objetivo no parece haberse alcanzado total-
mente, se han podido señalar algunas de sus regularidades más sobresalientes.
El punto central de la atención ha sido el carácter degenerado del código. Para 32,
o sea, la mitad de los codones, se tiene una degeneración completa de la tercera base, el
aminoácido queda codificado totalmente por las dos primeras bases (por ejemplo, UC
codifica Ser); para los demás (con la excepción de las parejas UGA/UGG y AUA/AUG)
la degeneración es casi completa, pues solo requiere el carácter purínico o pirimidínico de
la tercera base. De esta manera los codones del tipo XYU y XYC siempre son sinónimos,
al igual que los del tipo XYA y XYG, con las excepciones mencionadas (Tabla 28.3).

570 Bioquímica Médica. Tomo II


Teniendo esto presente, se pueden agrupar los codones solo por las dos primeras
bases, en dos grupos de ocho cada uno: en el primer grupo los pares XY, que codifican
los aminoácidos con independencia total de Z y, en el segundo, los que varían según Z
sea purínica (Pu) o pirimidínica (Pi).
La columna N indica el número de puentes de hidrógeno que puede formar la pareja
XY al unirse a un par complementario (X’Y’). El valor N pudiera llamarse grado de
complementariedad, que en el primer grupo es 6 y 5 (promedio 5,5) y en el segundo 5 y 4
(promedio 4,5). Se puede pensar que mientras mayor sea N, menor valor tendrá la inter-
acción ZZ’, ya que la unión XYX’Y’ es suficientemente estable. El valor de la tercera
base será discutido nuevamente en el siguiente acápite. Estas características han hecho
suponer que el código primitivo era solo de dos letras y que ha evolucionado hacia su
estado actual de tres letras (Tabla 28.4).

Tabla 28.3. Grupo I de codones, donde las dos primeras bases son
suficientes para la codificación del aminoácido

X Y N Aminoácido

G G 6 Gli
G C 6 Ala
C G 6 Arg
C C 6 Pro
C U 5 Leu
G U 5 Val
A C 5 Tre
U C 5 Ser

Nota: grupo I. Para el codón XYZ. Z = (A, G, C, U).

Tabla 28.4. Grupo II de codones, donde la tercera base tiene una


función determinante

X Y N Aminoácido
Z=Pu Z=Pi

G A 5 Glu Asp
A G 5 Arg Ser
U G 5 Trp/Ter CyS
C A 5 GlN His
A A 4 Lis AsN
A U 4 Ile/Met Ile
U A 4 Ter Tir

U U 4 Leu Fen

Nota: grupo II. Para el codón XYZ.

La secuencia de bases del ARNm codifica solo la secuencia de aminoácidos de la


proteína. Sin embargo, como fue estudiado en la sección de biomoléculas, la estructura
tridimensional de las proteínas está determinada, en gran parte, por la secuencia de ami-
noácidos. A su vez, la estructura tridimensional determina la función de la proteína. Por
lo tanto, alteraciones en la secuencia pueden ocasionar alteraciones de la conformación
y de la función. Recordemos que en la estructura tridimensional o conformación influye

Capítulo 28. Código genético 571


notablemente la polaridad de la cadena R de los aminoácidos, los de carácter apolar son
los determinantes en el plegamiento de la cadena.
Tomando como referencia el código genético (Fig. 28.2) se puede llegar a las
siguientes conclusiones: en general, el movimiento desde arriba hacia abajo, es decir,
cambios en la primera base de los codones, no modifica sensiblemente la característica
de polaridad de los aminoácidos. En la primera columna se agrupan los aminoácidos apo-
lares (fenilalanina, leucina, isoleucina, metionina y valina). La segunda columna es más
heterogénea, pues contiene aminoácidos polares (serina y treonina) y apolares (prolina y
alanina). En la tercera columna todos son polares, iónicos o no, con la excepción de los
dos codones de terminación. En la cuarta predominan los polares, con la única excepción
de la glicina y un codón de terminación. Por lo tanto, los cambios de la primera base en
un codón repercuten en menor medida sobre la estructura de la proteína.
No sucede así con los cambios en la segunda base. Al cambiar la segunda base se
produce un desplazamiento del aminoácido de una columna a otra; anteriormente se vio
que las columnas se distinguen por la polaridad de los aminoácidos que contienen. Así,
por ejemplo, el cambio X-A-Y por X-U-Y resulta en el cambio de un aminoácido polar
iónico por uno apolar. Es el cambio presente en la drepanocitosis, donde uno de los co-
dones GAA o GAG (ácido glutámico) es cambiado por GUA o GUG (valina).
Los cambios menos nocivos son de la tercera base, debido a lo explicado en párrafos
anteriores.
Tomando como referencia la figura 28.3, en esta se muestran todos los cambios
posibles para el codón GUG (valina). Se puede observar que de nueve combinaciones
posibles, solo en un caso, donde se cambia la segunda base, hay una modificación
considerable de la polaridad (GUG=valina por GAG=glutámico) y este podría influir
notablemente en la estructura de la proteína. En codones de otros aminoácidos apolares
esto es menos evidente, pero en general dos de cada tres cambios no provocan alteraciones
en el carácter apolar del residuo de aminoácido.

Fig. 28.3. Importancia del carácter dege-


nerado. A partir del codón GUG se pue-
den obtener nuevos codones, cambiando
una sola base cada vez. Sin embargo, en
tres ocasiones el significado del codón
no cambia y de las nueve posibilidades
solo en un caso se altera el carácter polar
del aminoácido codificado.

No obstante lo expresado anteriormente, en ocasiones existen aminoácidos que son


tan valiosos en la estructura de la proteína, que no admiten ser cambiados por ningún
otro, aunque este sea muy semejante, por ejemplo, un aminoácido cuya cadena R aporte
el grupo catalítico al centro activo de una enzima; la glicina que se encuentra en los giros
no puede ser sustituida por otro aminoácido, por una razón de espacio, pues donde puede
alojarse el átomo de hidrógeno de la cadena R de la glicina no es posible acomodar a
ningún otro aminoácido.

572 Bioquímica Médica. Tomo II


Descodificación
La descodificación de un código consiste en poder pasar del lenguaje codificado a otro
lenguaje. Una vez conocido el código genético, o sea, la relación entre la secuencia de
bases del ARNm y la de aminoácidos de las proteínas, es necesario conocer cómo se
realiza el proceso de descodificación y cómo se logra la conversión de un lenguaje a otro.
Al estudio detallado de los mecanismos de este proceso está dedicado el capítulo 30.
Ahora solo se estudiará brevemente el fundamento del proceso de descodificación.
Para poder descifrar el código hace falta otro tipo de ARN, el de transferencia, cuya
estructura fue estudiada en la sección de biomoléculas. Es necesario recordar que en
estas moléculas existen dos sitios bien definidos que ocupan los extremos de la estructura
de la “L”. En uno de ellos (el extremo 3’OH) se encuentra el triplete 5’CCA3’ a cuyo
3’OH se une un aminoácido específico; en el otro extremo se encuentra el asa anticodón
con su secuencia característica 5’PiUXYZ—Pu (modificada)3’, donde XYZ representa
el anticodón. Este triplete es el que se une al codón del ARNm durante la traducción,
por la formación de pares de bases complementarias. Por ejemplo, si el anticodón tiene
la secuencia 5’ AAA3’, su codón complementario será el UUU. A este tipo de ARNt se
unirá por el extremo 3’OH el aminoácido fenilalanina. Si el anticodón fuera 5’GGG3’,
se complementaría con el codón 5’CCC3’ y el ARNt llevaría en el extremo 3’OH a la
prolina. La reacción de unión del aminoácido al ARNt correspondiente se estudiará con
más detalles en el capítulo 30.
Teniendo en cuenta que existen 61 codones que codifican aminoácidos, cabría suponer
la existencia de 61 tipos de ARNt con sus anticodones correspondientes a cada uno de
los codones del ARNm. Esta idea fue sustentada inicialmente al hallar que cuando se
purificaba ARNt de la leucina (leuARNt) y se examinaba en un sistema artificial de sín-
tesis de proteínas, existía una especie (leuARNtI) que incorporaba el aminoácido cuando
se utilizaba poli (UC), pero no al emplear poli (UG), mientras otra especie (leuARNtII)
lo hacía con el segundo, pero no con el primero, esto significa que el leu ARNtI lee el
codón CUU y el leuARNtII, el GUU.
Sin embargo, la idea de un codón para un ARNt no prosperó mucho tiempo, debido
a los experimentos de Holley, quien logró establecer la secuencia completa de bases del
alaARNt de levadura. Esta molécula lee tres (GCU, GCC y GCA) de los cuatro codones
de la alanina. El examen de la secuencia de las zonas no apareadas mostró que en un solo
sitio había una secuencia 5’ GC3’, por lo que esta pareja debía ser parte del anticodón (se
debe recordar que por convención, las secuencias de los ácidos nucleicos se escriben del
extremo 5’ al 3’ y el apareamiento se realiza en sentido antiparalelo, por lo que el codón
5’ AUC3’ debe tener un anticodón 5’GAU3’).
Esto implicaba que el anticodón fuera la secuencia 5’IGC 3’, en la cual I simboliza
el nucleótido raro de inosina. Como el alaARNt reconoce los tres codones (GCU, GCC
y GCA), entonces la inosina no forma puentes de hidrógeno o puede formarlos con U,
C y A. Si fuera la primera situación, también leería el codón GCC, lo cual no sucedía,
por tanto, I puede formar puentes de hidrógeno, aunque no sea en la forma de los pares
habituales UA y GC (Fig. 28.4).
La presentación de la inosina en el anticodón se debe a que siempre que en la primera
posición aparezca A en el transcrito primario, esta es desaminada enzimáticamente y
produce hipoxantina, que es la base que forma parte de la inosina.
La explicación a este fenómeno fue propuesta por Francis Crick (1965), con la idea
del acoplamiento vacilante (wobble). Hasta ese momento se creía que apareamientos
diferentes de AU, AT y GC no aparecían en los ácidos nucleicos. Esto es cierto en el ADN,
por las características estructurales de la molécula, como se estudió en la sección de biomo-
léculas. Sin embargo, como el apareamiento del codón con el anticodón se produce entre
dos moléculas de ARN, no es necesario conservar la estructura regular de la doble hélice.

Capítulo 28. Código genético 573


Fig. 28.4. La inosina como formadora de
pares de bases. La inosina (I) puede formar
pares de bases con la citosina (arriba),
uracilo (centro) y adenina (abajo), por
lo cual su aparición en el anticodón del
ARNt no impide el apareamiento con
el codón del ARNm. La aparición de
la inosina en la primera posición del
anticodón permite que varios codones
sean leídos por el mismo ARNt.

Crick demostró que pueden existir otros apareamientos en la interacción de codones


y anticodones, pero que esto requería, en primer lugar, que las dos primeras bases
formaran apareamientos típicos, para que se garantizara una estabilidad máxima y, en
segundo lugar, que el tercer par de bases no produjera mucha distorsión, como ocurre
habitualmente entre dos purinas, identificando como posibles los apareamientos que se
muestran en la figura 28.5.
La posibilidad de formar los cuatro pares adicionales de bases (AI, UI, CI y GU)
explica cómo una sola molécula de ARNt se puede aparear con varios codones.
Ahora es comprensible el caso de los alaARNt de levadura. Uno de estos, estudiado
por Holley, que tiene el anticodón IGC, puede formar pares de bases con tres de los
codones (GCU, GCC y GCA), pues la inosina se puede aparear con U, C y A. El otro
–denominado alaARNtII– solo acopla con el codón GCG, para lo cual serían posibles
dos anticodones –el CGC y el UGC–, ya que G puede formar pares de bases con C y U.
Si fuera el UGC, entonces debía leer también GCG y GCA, pero como este no es el caso,
el anticodón es CGC.

574 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 28.5. Modelo de acoplamiento vacilante. Según la hipótesis del acoplamiento vacilante, en la
union del codón con el anticodón pueden aparecer pares de bases que no se encuentran normalmente
en el ADN. En cada caso el anticodón está en rojo y el codón, en azul. La flecha indica la direccion
5’ → 3’. En todos los casos solo se representa la tercera base. Obsérvese que los codones que aparecen
en la misma horizontal siempre son sinónimos.

Aunque en solución los trinucleótidos se aparean mal, pues su tamaño no les permite
estabilizarse por las interacciones de apilamiento de bases, en el proceso de traducción
estas interacciones entre el codón y el anticodón se estabilizan debido a varios factores:
−− Tanto el codón como el anticodón forman parte de moléculas mayores, lo cual permite
que la unión entre estos se pueda estabilizar por apilamiento de bases.
−− Hacia el lado 5’ del anticodón siempre hay una U, lo que sugiere que debe tener alguna
participación en la estabilización de la unión del codón con el anticodón.
−− El apareamiento se produce normalmente cuando ambos (ARNt y ARNm) están unidos
a los ribosomas. Es posible que esa unión haga que el codón y el anticodón adopten
una posición tal que la estabilidad de la unión sea máxima.

La posibilidad de un ARNt de leer varios codones limita el número de estos,


necesarios para la traducción. Si cada ARNt leyera solamente un codón, harían falta
61 ARNt, sin embargo, en los seres humanos solo existen 51 moléculas de este tipo,
una evidencia más de que las células operan según el principio de la máxima economía.

Resumen
Desde el punto de vista bioquímico el código genético es la relación de equivalencia
entre la secuencia de bases nitrogenadas de los ARNm y la secuencia de aminoácidos de
las proteínas. El codón es la unidad de codificación y está formado por tres bases, por
lo que la relación de codificación es 3:1. Cada base nitrogenada del ARNm forma parte
de un solo codón, lo que quiere decir que el código no es superpuesto. Por lo general
cada aminoácido es codificado por más de un codón, lo que significa que el código es
degenerado.
El descifrado del código fue posible gracias a dos grupos de trabajo, principalmente
el de Niremberg y el de Khorana. El primero, mediante un sistema libre de células y
polinucleótidos sintéticos, como inicio, y trinucleótidos de secuencia conocida, después,
logró establecer la estructura de numerosos codones. El segundo, mediante el uso de
polinucleótidos de secuencia conocida, confirmó las asignaciones hechas por Niremberg
y estableció la secuencia de otros codones, entre estos los de terminación. A finales de
1966 el código estaba totalmente descifrado.
En general todas las bacterias, virus, hongos, vegetales y animales, utilizan el mismo
código, aunque existen variaciones entre organismos y dentro del mismo organismo entre

Capítulo 28. Código genético 575


el genoma nuclear y el mitocondrial, por ello en la actualidad se considera que el código
tiene carácter quasiuniversal.
Los análisis de la estructura del código llevan a la idea de que su forma actual es
resultado de un proceso evolutivo, en el cual se ha ido ganando en seguridad. El carácter
degenerado posibilita amplias variaciones en la secuencia de bases del ADN, y, por tanto,
del ARNm, sin modificar esencialmente la estructura primaria de las proteínas.
El proceso de descodificación se lleva a cabo en los ribosomas con la participación
de los ARNt, que contienen el triplete anticodón, que al aparearse con el codón facilitan
que cada aminoácido ocupe una posición precisa en la cadena polipeptídica. El aparea-
miento se produce con mayor fuerza en las dos primeras bases que en la tercera, lo cual
explica que un mismo ARNt pueda leer varios codones.

Ejercicios
1. Como se observa en la figura 28.2 existen seis codones para Leu, Ser y Arg. ¿Cuál
será el número mínimo de LeuARNt, SerARNt y ArgARNt que debe tener una célula
para sintetizar proteínas eficientemente, si todos los codones son utilizados con la
misma frecuencia?
2. El codón UAC codifica Tir y el UAG es un codón de terminación. ¿Podría un tirARNt
aparearse al UAG y provocar que la síntesis de la proteína continuara más allá de su
límite normal?
3. El codón de iniciación preferencial es el AUG, pero se ha comprobado que también
puede emplearse el GUG y en ambos casos se incorpora Met. ¿Pudiera explicarse
esta situación, suponiendo que un mismo ARNt pueda leer los dos codones?
4. Los ácidos aspártico y glutámico ocupan la misma casilla del código, difieren solo
en la tercera base. ¿Cuáles deben ser los anticodones del aspARNt y el gluARNt
para que en la cadena polipeptídica no pueda incorporarse uno de estos en vez del
otro?
5. Un bioquímico afirmó haber establecido la secuencia de bases de un TirARNt, cuyo
anticodón tenía la secuencia 5’ ICA3’, pero este hallazgo se puso en duda por todos
sus colegas ¿Cuáles serían las razones que hicieron poner en duda el hallazgo anun-
ciado?
6. Un ARNm es modificado artificialmente, incluyéndole una G entre los codones 15
y 16, y se observa que el polipéptido sintetizado difiere del original en la secuencia
de aminoácidos, a partir del 16; después se hace una segunda modificación al ARNm
y se observa que ahora la secuencia de aminoácidos del polipéptido solo difiere del
original en los aminoácidos 16, 17 y 18. ¿En qué consistió la segunda modificación?
¿Cómo se pueden explicar los dos resultados obtenidos?

576 Bioquímica Médica. Tomo II


29
Capítulo

Ribosomas

U
na vez esclarecido el aspecto informacional, empleado en el proceso
general de expresión de la información genética, se tratarán los aspectos
estructurales y funcionales de las partículas donde ocurre el fenómeno de
descodificación, cuyo resultado es la síntesis de una molécula de proteína.
Los ribosomas fueron observados por primera vez con la ayuda del microscopio
electrónico, por George Palade, en 1955, de manera que algunos autores aún los siguen
denominando gránulos de Palade. Más tarde, se ha podido demostrar la presencia de
estos en el citoplasma de todas las células animales y vegetales, hongos y bacterias, así
como en algunos organelos citoplasmáticos, especialmente los cloroplastos de las células
vegetales y las mitocondrias.
Los ribosomas son los componentes celulares más abundantes. En una bacteria en
fase de crecimiento activo se pueden encontrar cerca de 20 000 ribosomas, los cuales
contienen aproximadamente 10 % de las proteínas y 80 % de ARN celular. En eucarion-
tes la proporción de proteínas es menor, pero mayor su número absoluto, y contienen la
mayor parte del ARN celular.
Los ribosomas bacterianos se encuentran unidos al ARNm, que a su vez está unido
al ADN. En el citoplasma de los eucariontes los ribosomas están comúnmente asociados
con el citoesqueleto y en ocasiones con membranas del retículo endoplasmático; todo esto
significa que durante la traducción no están libres en las células, sino asociados directa
o indirectamente con alguna de las estructuras celulares.
El interés en el estudio de los ribosomas no radica solo en su participación en la
síntesis de proteínas, sino, además, en el proceso de su propia formación a partir de sus
componentes moleculares. También es de interés la interrelación funcional que se esta-
blece entre sus componentes, que se manifiesta en que estos, por separado, no pueden dar
cuenta de ninguno de los principales eventos que suceden cuando todos están organizados
en la forma adecuada.
Los avances tecnológicos alcanzados entre mediados de la década de los 60 hasta
nuestros días, han permitido comenzar a desentrañar la estructura molecular de los ri-
bosomas, la organización tridimensional y la biogénesis, así como han posibilitado una
primera aproximación a la relación estructura-función de estos organelos.
Este capítulo comenzará por el estudio de los ribosomas bacterianos, especialmente
los de la E. coli, lo que servirá de referencia para la comparación con los de otro origen.
Los aspectos funcionales de estas partículas, sin embargo, solo serán completamente
comprensibles después del estudio del capítulo 30.

Primeros indicios
La historia del conocimiento de los ribosomas se remonta a los primeros años de la
década de los 50. En aquellos momentos se descubrió que la capacidad de diversos tipos
celulares para sintetizar proteínas, se relacionaba con el contenido celular de ARN y que
la mayor proporción de este aparecía en forma de pequeñas partículas (que entonces de-
nominaron microsomas) en el citoplasma celular; esto sugería que las partículas debían
intervenir de alguna forma en la síntesis de proteínas, pero la importancia real de los
ribosomas solo se puso de manifiesto después de algunos años de intensa investigación
bioquímica.
El trabajo principal fue desarrollado por Paul C. Zamecnik y otros, quienes añadían
a homogenatos de hígado de rata, aminoácidos marcados con 14C y ATP como fuente de
energía para lograr detectar la formación de pequeñas cantidades de proteínas. Mediante
un proceso de eliminación llegaron a establecer que varios organitos celulares, entre estos
el núcleo y las mitocondrias, no eran necesarios para la síntesis de proteínas, pero que los
ribosomas eran esenciales. También lograron identificar otros componentes esenciales
para la síntesis de proteínas, entre estos los ARNt y la enzima que une los aminoácidos a
los ARNt correspondientes. Estos sistemas, sin embargo, producían una escasa cantidad
de proteínas. Los avances posteriores se llevaron a cabo con los trabajos presentados por
Marshall W. Niremberg y J. Heinrich Matthaei, acerca de los sistemas libres de células,
descritos en el capítulo 28.
A partir de ese momento se comenzó el estudio intensivo de los ribosomas, la se-
paración y la caracterización de sus componentes, la función de cada uno de estos en
la traducción, el ensamblaje de la partícula y su regulación, que son los aspectos que se
tratan a continuación. Por sus estudios sobre la estructura y la función de los ribosomas,
Venkatraman Ramakrishnan, Thomas A. Steitz y Ada E. Yonath recibieron el Premio
Nobel de Química, en el año 2009.

Composición molecular
Los ribosomas de todos los organismos están formados por varias moléculas de ARN,
de ahí su denominacion ribosomal (ARNr), y numerosas proteínas.

Ribosomas de procariontes
Los ribosomas de la E. coli se han estudiado con mayor intensidad que los de cualquier
otro organismo; al ser analizados en la ultracentrífuga presentan un coeficiente de sedi-
mentación de 70 S, con una masa de partícula de 2 520 kD, y están constituidos por 66 %
de ARN y 34 % de proteínas.
Esta partícula puede ser disociada en dos subunidades de tamaño desigual. La menor
presenta un coeficiente de sedimentación de 30 S, se le conoce como subunidad 30 S, con
una masa de 930 kD; está formada por una molécula de ARN de 16 S que tiene un total
de 1 541 nucleótidos, para una masa molecular de 560 kD, lo que representa 60 % de la
masa de la subunidad; el 40 % restante lo constituyen 21 proteínas, con una masa total
de 370 kD, que se han designado S1 a S21 para indicar que pertenecen a la subunidad
menor (small, pequeño) del ribosoma.

578 Bioquímica Médica. Tomo II


La subunidad mayor presenta un coeficiente de sedimentación de 50 S, se le conoce
como subunidad 50 S, con una masa de partícula de 1 590 kD; está formada por dos
moléculas de ARN, una de 23 S que contiene 2 904 nucleótidos y otra de 5 S que contiene
120 nucleótidos, que en total representan 70 % de la masa de la partícula; el 30 % restante
lo constituyen 31 proteínas, designadas L1 a L34 (large, grande). Aunque se considera
que hubo un error en la asignación inicial de los números a las proteínas, aún se sigue
usando la numeración del 1 al 34. En la tabla 29.1 se resumen los aspectos principales
de la composición de los ribosomas procariontes.

Tabla 29.1. Composición molecular de los ribosomas de procariontes y eucariontes

Propiedad Procariontes Eucariontes

Subunidad menor
Masa de la partícula 0,9 × 106 1,44 × 106
ARN 16 S 18 S
Masa molecular 0,51 × 106 0,7 × 106
Proteínas 21 33
Masa molecular 8 300 - 25 800 11 200 - 41 500
Masa total de proteínas 0,39 × 106 0,74 × 106
Sedimentación 30 S 40 S
Subunidad mayor
Masa molecular 1,8 × 106 2,8 × 106
ARN tipo/masa 5 S/40 000 5 S/39 000
23 S/0,98 × 106 5,8 S/51 000
28 S/1,7 × 106
Masa total de ARN 1,02 × 106 1,79 × 106
Proteínas 32 46
Masa molecular 5 300 - 24 600 11 500 - 41 800
Masa total de proteínas 0,78 × 106 1,05 × 106
Sedimentación 50 S 60 S

Se ha podido establecer tanto la secuencia de bases de los tres ARNr como la de


aminoácidos de las 52 proteínas ribosomales. Por análisis de secuencia de ARNr de dife-
rentes orígenes se han elaborado los modelos correspondientes de estructura secundaria
de cada uno de los ARNr de la E. coli. En general se observa una gran conservación en
la secuencia y la organización consiste en zonas pequeñas apareadas que alternan con
regiones no apareadas (Fig. 29.1).
En cuanto a las proteínas no parecen presentar relación estructural alguna, según su
secuencia de aminoácidos y sus propiedades inmunológicas. Existen dos excepciones: la
S20 es idéntica a la L26 y en 80 % de los casos se aísla asociada con la subunidad menor,
pero en algunos aparece en la mayor, lo que refleja, posiblemente, que se localiza en la
zona de unión entre las dos subunidades. La L7 difiere de la L12 solo por presentar un
grupo acetilo unido al grupo amino terminal. Esta proteína, designada L7/L12, forma
dímeros en solución, por lo que existen dos dímeros por ribosoma. Todas las demás proteínas
están presentes en una copia por ribosoma, lo cual significa que todos los ribosomas de
una bacteria tienen exactamente la misma composición.

Capítulo 29. Ribosomas 579


Fig. 29.1. Estructura secundaria del
ARNr de 5 S, donde se muestra, como
en los demás ARNs, una estructura que
se caracteriza por la alternancia de
zonas cortas de apareamiento y zonas
de no apareamiento, también cortas.

Ribosomas de eucariontes
Los ribosomas del citoplasma de los eucariontes son más complejos que sus similares
de procariontes. Presentan mayor tamaño, con un coeficiente de sedimentación de 80 S
y una masa de partícula de 4 420 kD; están constituidos por 60 % de ARNr y 40 % de
proteínas.
En los seres humanos la subunidad menor presenta un coeficiente de sedimentación
de 40 S, con una masa de 1 400 kD, y está formada por una molécula de ARN de 18 S,
que contiene 1 900 nucleótidos, con una masa total de 700 kD que representa 50 % de
la partícula; 50 % restante corresponde a 33 proteínas, con un peso total de 700 kD,
denominadas RPS (del inglés ribosomal protein of small subunit).
La subunidad mayor –de 60 S y masa de 2 820 kD– presenta en su composición tres
moléculas diferentes de ARNr: una de 28 S, con 4 700 nucleótidos; otra de 5,8 S, con
160 nucleótidos, y la tercera de 5 S, con 120 nucleótidos; estos tres constituyen el 65 %
del peso de la partícula, que incluye, además, 46 proteínas, denominadas RPL (del inglés
ribosomal protein of large subunit). En la tabla 29.1 se muestran los aspectos principales
de la composición molecular de los ribosomas eucariontes.
Además, los eucariontes presentan ribosomas en las mitocondrias, también for-
mados por ARNr y proteínas que presentan un coeficiente de sedimentación de 55 S, con
una masa de partícula de 2,7 MDa y una relación ARN/proteínas de ½. La subunidad
menor o de 28 S contiene un ARNr de 12 S, con 950 nucleótidos más 29 proteínas. La
subunidad mayor o de 39 S está formada por un ARNr de 16 S, con 1 560 nucleótidos
y 50 proteínas. En estos ribosomas se realiza la traducción de los ARNm formados por
transcripción del ADN mitocondrial.

Estructura tridimensional
Los ribosomas presentan una estructura tridimensional compleja, de acuerdo con
la función relevante que realizan. El modelo asimétrico es el más aceptado como con-
formación general del ribosoma, en el cual la subunidad mayor aparece más o menos
redondeada, con un diámetro aproximado de 23 nm.

580 Bioquímica Médica. Tomo II


La subunidad menor es una partícula asimétrica alargada hacia los polos en forma
de letra “Y”, con dimensiones aproximadas de 23 × 11 nm, esta se divide en dos partes
desiguales por una especie de depresión: la menor se denomina cabeza y ocupa el tercio
superior; la mayor se designa como base, de la cual sobresale una pequeña porción de-
nominada plataforma, que está separada de la cabeza por una hendidura. La distribución
del ARN y las proteínas es aproximadamente concéntrica, pero no homogénea, ya que las
proteínas están hacia la periferia, y el ARN, que tiene una disposición en forma de V, está
hacia el centro. Este modelo, que se representa en la figura 29.2 (a), ha sido confirmado
con numerosas pruebas experimentales.
En contraste con la subunidad menor, la mayor se presenta como un bloque
monolítico compacto, de aproximadamente 25 nm de diámetro, con una distribución más
equitativa de su masa. Tiene tres protuberancias que difieren en su forma y tamaño: una
protuberancia central redondeada y dos laterales: una de estas tiene forma de varilla y se
extiende de 8 a 12 nm hacia un lado de la partícula; la protuberancia del lado opuesto es
más bien redondeada. En una proyección perpendicular a la protuberancia aparece una
muesca o depresión en la superficie de la partícula. La distribución de los ARN (hacia
dentro) y las proteínas (hacia afuera) es más homogénea que en la subunidad 30 S; sus
rasgos esenciales se muestran en la figura 29.2 (b).
La cara de la subunidad mayor que entra en contacto con la menor carece de detalles
estructurales destacados, con la excepción de una extensa depresión flanqueada por una
cresta de ARN. Esta cresta está formada por un dominio del ARNr y muestra mucha menos
flexibilidad durante la traducción que la que muestra el ARNr de la subunidad menor. La
depresión es lo suficientemente grande para acomodar el lazo aceptor hacia el extremo
3´-OH de tres ARNt y contiene el sitio activo para la formación del enlace peptídico.
Las posiciones donde se pueden encontrar los tres ARNt definen los tres sitios
funcionales del ribosoma durante la traducción. Estos sitios se forman al unirse las dos
subunidades ribosomales. El sitio P es donde se ubica el ARNt unido a la cadena poli-
peptídica (la denominación P por peptidil) en crecimiento después de la formación del
enlace peptídico. El sitio A ubica al aminoacil-ARNt que entra al ribosoma de acuerdo
con el codón del ARNm (el nombre A por aminoacil). Por último, el sitio E es el lugar
que ocupa el ARNt después que el aminoácido que portaba ha sido incorporado a la
cadena polipeptídica (el nombre E deriva de la palabra inglesa exit, que significa salida).
La subunidad menor está colocada asimétricamente sobre la mayor, lo cual permite
que la plataforma de la menor entre en contacto con la subunidad mayor, ya que la de-
presión entre la cabeza y la base de la subunidad menor queda alineada con la muesca
de la subunidad mayor, como se representa en la figura 29.2 (c).
La forma global de cada subunidad está determinada principalmente por la estructura
de los ARNr, los cuales contribuyen a la mayor parte de la masa del organito. Las proteínas
ribosomales se agrupan a los lados de los ARNr expuestos al solvente y en la periferia
de la interfase entre las dos subunidades. Tanto la interfase entre las subunidades, como
muchos sitios con un significado funcional, parecen estar carentes de proteínas. En la
actualidad, la idea prevaleciente es que la función de las proteínas ribosomales es la de
estabilizar las estructuras altamente compactas de los ARNr. Para eso, las proteínas están
íntimamente entrelazadas con los ARNr, generan extensas interacciones con dominios
de los ARNr, sobre todo en la subunidad mayor que es la más rígida. Muchas proteínas
tienen extensiones largas, estrechas y básicas, que se enrollan alrededor del ARNr
y penetran profundamente en la estructura del ribosoma.
Las proteínas ribosomales también interactúan con numerosas proteínas no riboso-
males durante el proceso de la traducción. Además, algunas experimentan modificaciones
postraduccionales reversibles, lo que hace pensar que están implicadas en mecanismos
de regulación.

Capítulo 29. Ribosomas 581


Fig. 29.2. Modelo asimétrico del ribo-
soma. Se muestra una vista frontal y
otra lateral de la subunidad menor (a);
mayor (b) y el ribosoma funcional (c),
según el modelo asimétrico construido
a partir de numerosos datos experimen-
tales. En el texto se presenta la descrip-
ción detallada del modelo.

Localización de los componentes


Muchas de las proteínas y algunas zonas de los ARNr que componen los ribosomas
han sido localizadas mediante diferentes procedimientos, entre estos, los de mejor re-
sultado han sido los métodos inmunológicos asociados con la microscopia electrónica,
la dispersión neutrónica y la formación de enlaces cruzados. A continuación se expone
una versión simplificada de cada uno de estos, sus especificaciones, así como algunos
de los resultados obtenidos.
Para el primero se procede de la forma siguiente: se obtienen las proteínas riboso-
males, se aíslan y purifican; después cada una de estas, por separado, se utiliza, mediante
métodos de inmunización, para obtener anticuerpos específicos para cada una de las pro-
teínas ribosomales. A una suspensión de ribosomas se le añade un anticuerpo específico
contra una de sus proteínas y después de dejar que la reacción antígeno-anticuerpo se
lleve a cabo, la muestra se prepara para su observación por microscopio electrónico. Las
microfotografías muestran la posición del anticuerpo sobre la superficie del ribosoma,
detectando la posición que en él ocupa la proteína en estudio. La experiencia se repite
utilizando otras proteínas y con los resultados se va creando una especie de mapa de
localización de los componentes ribosomales. Es posible también formar anticuerpos
específicos contra determinadas zonas de los ARNr y ubicarlas de forma parecida a las
proteínas. Con este procedimiento se ha podido determinar la posición de varias proteínas,
tanto en la subunidad menor como en la mayor (Fig. 29.3). Su limitación consiste en que
solo es totalmente fiable cuando el componente a estudiar se localiza sobre la superficie
de la partícula.
El método de dispersión neutrónica permite estudiar la estructura interna del ribosoma.
Si una bacteria se hace crecer en un medio que contenga agua pesada (que contiene deu-
terio, isótopo pesado del hidrógeno y D2O), sus proteínas (las ribosomales) contendrán
el isótopo. Se procede entonces a realizar la reconstrucción del ribosoma, utilizando
proteínas ligeras (que contienen hidrógeno), combinadas con dos proteínas pesadas (que
contienen deuterio). Una vez reconstruidos los ribosomas, se les hace incidir un haz de
neutrones que al atravesar la partícula se dispersa. El ángulo de dispersión es diferente
para el hidrógeno y para el deuterio; si se mide, se puede determinar a qué distancia están
las proteínas pesadas dentro del ribosoma. Repitiendo la experiencia con otras proteínas
se puede ir ubicando la posición relativa de cada una de estas (Fig. 29.4).

582 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 29.3. Localización de proteínas ribo-
somales. Por diferentes procedimientos
se ha podido determinar la posición
que ocupan diferentes proteínas en la
subunidad menor (izquierda) y mayor
(derecha) en el ribosoma de la E. coli. En
los ribosomas eucariontes, las proteínas
homólogas ocupan posiciones similares.

Fig. 29.4. Resultados de la disper-


sión neutrónica. Se muestran los
resultados del método de dispersión
neutrónica, aplicado a la subunidad
30 S del ribosoma de la E. coli.

La formación de enlaces cruzados se realiza tratando los ribosomas con algún reac-
tivo que pueda formar enlaces covalentes entre grupos cercanos (el más empleado es el
2-iminotiolano); más tarde las partículas se disocian en sus componentes y por métodos
electroforéticos se identifican los componentes que resultaron unidos por el agente en-
trecruzador. Este método permite conocer las moléculas que están más próximas unas a
otras. Variando las características del reactivo se puede aumentar la distancia entre las
proteínas que resultan unidas. Por métodos similares se puede conocer la disposición de

Capítulo 29. Ribosomas 583


diferentes sectores de los ARNr; este procedimiento ha sido de suma importancia para
conocer las moléculas que se encuentran ubicadas en la superficie de contacto entre las
dos subunidades (Fig. 29.5).
Mediante el empleo de estos tres procedimientos en el estudio de los ribosomas de
E. coli se ha podido localizar la posición de muchas proteínas en las dos subunidades y,
además, algunos sitios funcionales, así, las proteínas S3, S7, S10, S14 y S19 se encuentran
en la zona de la cabeza; S4, S5, S8 y S12, en la depresión que separa la cabeza de la
base, y S6 y S11, en la plataforma. La protuberancia central contiene la L18 y los dos
extremos del ARN 5 S; las cuatro moléculas de L7/L12 están en la rama de la derecha
y la L1 y L9, en la cresta de la izquierda.
Por procedimientos diferentes se han podido conocer algunas de las zonas de inter-
acción entre los ARNr y las proteínas (Fig. 29.6).

Fig. 29.5. Resultado de los experimentos


de entrecruzamiento. A partir de los
resultados obtenidos con los reactivos
de entrecruzamiento, se ha construido
este esquema de la subunidad mayor
del ribosoma de la E. coli. Nótense las
amplias relaciones estructurales de la
proteína L2 y las escasas de L9 y L25.

Fig. 29.6. Localización de los ARNr. Se


muestran algunos sectores de los ARNr
que se han localizado por diferentes
procedimientos en la subunidad menor
(izquierda) y la mayor (derecha) del
ribosoma de la E. coli. En ribosomas
eucariontes los detalles estructurales de
los ARN ocupan posiciones similares.

Dominios funcionales
Los ribosomas de todos los organismos presentan en general dos regiones funcio-
nales: la traduccional y la de salida o secreción, ubicadas en zonas opuestas. El dominio
traduccional incluye la cabeza y la plataforma de la subunidad menor, así como la pro-
tuberancia central y las laterales de la subunidad mayor; es en este dominio donde han
sido localizados varios sitios funcionales (Fig. 29.7).
Durante la traducción existe una especialización funcional de las dos subunidades,
mientras en la de 30 S se produce el reconocimiento codón-anticodón, en la subunidad

584 Bioquímica Médica. Tomo II


50 S es donde se produce el enlace peptídico que unirá los aminoácidos durante la síntesis
de las proteínas. Para la actividad ribosomal es necesario que las dos subunidades se
encuentren unidas, debido a que dicha unión permite la formación de los sitios funcio-
nales del ribosoma, como el P o peptidil, el A o aminoacil y el E o de salida. La función
de estos sitios en la síntesis de proteínas se estudiará en el capítulo 30.
El sitio de unión de los aminoacil-ARNt se localiza en la zona de la cabeza de la sub-
unidad menor y en esta misma zona es donde se unen otras proteínas que son necesarias
durante el proceso de traducción (capítulo 30), también se encuentran los sitios de unión
a los factores de iniciación y los factores de elongación (Fig. 29.8).

Fig. 29.7. Dominios en el ribosoma.


Los ribosomas presentan dos dominios
distinguibles: el traduccional, que
aparece en la parte superior de la línea
discontinua, y el de salida o secreción,
que aparece en la inferior. Se muestra
la unión al dominio traduccional de los
ARNt y proteínas que intervienen en
la traducción, así como el dominio de
secreción unido a membranas celulares
hacia donde está saliendo el polipéptido
recién sintetizado. Obsérvese la exis-
tencia del túnel que recorre la subunidad
mayor desde el sitio de formación del
enlace peptídico hasta la salida. El
ARNm se representa en rojo.

Fig. 29.8. Localización de interacción


con proteínas no ribosomales. Se re-
presenta la zona de interacción de la
subunidad menor con algunas proteínas
no ribosomales que participan en la
iniciación de la traducción. Para una
explicación más detallada, consultar el
capítulo 30.

Capítulo 29. Ribosomas 585


Diferentes experimentos indican que el reconocimiento codón-anticodón ocurre en
la plataforma que es sitio al cual se asocia el ARNm y el aminoacil-ARNt durante la
síntesis de proteínas. La protuberancia derecha de la subunidad mayor está implicada en
la hidrólisis de GTP, a la cual se encuentra acoplado el proceso de traducción.
La otra función de los ribosomas es la formación del enlace peptídico. La idea de
que los ARNr pudieran ser el principal elemento funcional de los ribosomas no es nueva,
pero ha sido confirmada por el hallazgo de que el sitio de formación del enlace peptídico
está totalmente rodeado por ARN.
Se piensa que una adenina funciona como una base general con su N3 removiendo un
protón del grupo α-amino del aminoacil-ARNt, lo cual facilita su ataque al peptidil-ARNt
y devuelve, con posterioridad, el protón, estabilizando el grupo saliente después de la
transferencia del peptidilo. La catálisis ácido-básica está muy bien establecida como
mecanismo de las enzimas (Fig. 29.9).

Fig. 29.9. Reacción catalizada por el centro de peptidil-transferasa. Una adenina del ARNr de 28 S realiza un ataque
nucleofílico sobre el grupo amino del aminoacil-ARNt. Por corrimiento de electrones se forma un intermediario inestable
que conduce a la transferencia del grupo peptidilo del peptidil-ARNt hacia el grupo amino del aminoacil-ARNt, con
liberación del ARNt que estaba unido al grupo peptidilo.

Si el dominio traduccional está bastante bien conocido, todo lo contrario sucede con
el de salida o secreción. Pocas proteínas han sido localizadas en esta zona, por donde la
cadena polipeptídica recién formada abandona el ribosoma.
En estudios realizados con microscopia electrónica se ha demostrado que en los
ribosomas existe un túnel que sirve para la salida de la proteína. Este túnel tiene 12-10 Å
de diámetro; se extiende desde el centro del lado interno de la subunidad mayor, donde
radica la actividad de peptidil-transferasa, hasta el lado opuesto, alejado unos 80 Å, y
termina en el dominio de salida.
Este túnel se va ensanchando a medida que se aleja del centro de actividad de la
peptidil-transferasa y su extremo es lo suficientemente ancho para permitir la formación
de α-hélices en las proteínas en proceso de síntesis.
En los eucariontes el dominio de salida está muy próximo al dominio de unión a
membranas. De esta manera, cuando los ribosomas se unen al retículo endoplásmico, las
proteínas van saliendo del ribosoma –muy próximas al sitio de unión a la membrana–
y se descargan fácilmente a través de estas, hacia el lumen del retículo.

Biogénesis de los ribosomas


Para la formación de los ribosomas es necesaria la presencia simultánea de todos sus
componentes, tanto los ARNr como las 52 proteínas.

586 Bioquímica Médica. Tomo II


En E. coli los genes que codifican los ARNr se localizan en forma continua y se
transcriben al unísono en un precursor de gran tamaño, que es procesado hasta que cada
uno alcanza su forma definitiva. La E. coli tiene siete copias de estos genes. También los
genes que codifican proteínas ribosomales se encuentran organizados en grupos (operones)
y varias de estas proteínas se transcriben en un solo ARNm policistrónico. Estos grupos
de genes se encuentran localizados en diferentes sitios del cromosoma bacteriano; se han
descrito siete operones que controlan la síntesis de las proteínas ribosomales (Fig. 29.10).

Fig. 29.10. Operones de las proteínas


ribosomales. Las proteínas ribosomales
están codificadas en siete segmentos de
ADN, de longitud variable. Cada uno de
estos se transcribe en un solo ARNm que
se traduce de manera secuencial. A, B
y B’ representan subunidades α, β y β´,
respectivamente, de la ARN polimerasa.
EF-G y EF-Tu representan proteínas no
ribosomales, indispensables para la tra-
ducción. En rojo aparecen las proteínas
que controlan la expresión de cada uno
de los fragmentos (operones).

Las subunidades ribosomales se han podido reconstruir a partir de sus compo-


nentes purificados, con lo cual se pretende conocer el orden exacto en que cada uno de
los componentes es integrado en la formación de la partícula.
Todo el sistema de síntesis de los ribosomas está sometido a un fino y complejo
control que será analizado detenidamente en el capítulo 34.
La formación de los ribosomas en eucariontes requiere de la participación de las tres
ARN polimerasas. Los genes de los ARNr de 28 S, 18 S y 5,8 S forman una unidad de
transcripción que está repetida cientos de veces en los cromosomas 13, 14, 15, 21 y 22
y son transcritos por la ARN polimerasa I. Los genes de las proteínas ribosomales están
dispersos en todo el genoma y son transcritos por la ARN polimerasa II. Mientras tanto,
los genes del ARNr de 5 S se encuentran repetidos en el cromosoma 1 y son transcritos
por la ARN polimerasa III. La formación de las subunidades ribosomales ocurre en el
nucléolo.
Desde el punto de vista evolutivo, la formación de los ribosomas es un proceso
muy conservado. En la mayoría de los organismos, los ARNr maduros se generan por
un proceso postranscripcional de un pre-ARNr policistrónico. Los pasos claves en la
biogénesis de los ribosomas son los siguientes:
−− Transcripción del pre-ARNr.
−− Modificación covalente de regiones del ARNr maduro del pre-ARNr.
−− Procesamiento del pre-ARNr hasta formar el ARNr maduro.
−− Transporte de las proteínas ribosomales desde el citoplasma hasta el núcleo.
−− Asociación de los ARNr con las proteínas.
−− Transporte de las subunidades ribosomales desde el núcleo hasta el citoplasma.

Capítulo 29. Ribosomas 587


El procesamiento del pre-ARNr comienza con la acción sucesiva de endo-
nucleasas; acortamiento del extremo 3´ del transcrito primario; acortamiento
del extremo 5´; separación del pre-ARNr de 18 S y formación de su extremo 3´;
separación del pre-ARNr de 5,8 S. Posteriormente las exonucleasas se encargan
de reducir los productos intermedios hasta obtener la forma madura de los tres
ARNr. Durante este proceso los pre-ARNr también experimentan modificaciones
covalentes extensas.
Durante la transcripción y el procesamiento del pre-ARNr muchas de
las proteínas ribosomales se asocian con zonas pertenecientes a los ARNr
maduros. Un resumen del proceso se muestra en la figura 29.11
En el proceso de maduración, las partículas prerribosomales se liberan
de su asociación con estructuras nucleolares y difunden hacia el complejo
del poro nuclear. El paso hacia el citoplasma parece implicar la separación
de algunas proteínas que se vuelven a unir en el citoplasma, donde concluye
dicho proceso (Fig. 29.12)

Fig. 29.11. Maduración de los ARNr. Al ARNr


transcrito primario se unen proteínas en secuen-
cias que formarán parte de los ARN maduros.
Luego, la acción coordinada de endonucleasas y
exonucleasas corta el ARN hasta darle su tamaño
definitivo. También se producen metilaciones y
la formación de seudouridina, que no se mues-
tran en la figura.

588 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 29.12. Biogénesis de los ribosomas.
Después de la transcripción de los genes que
codifican los ARNr y las proteínas, estos compo-
nentes se asocian en el nucléolo. Las partículas
ribosomales son transportadas a través del
complejo del poro nuclear hacia el citoplasma,
donde se forma el ribosoma funcional de 80 S.

Polirribosomas
En los procariontes varios ribosomas se unen a un mismo ARNm para
formar los polirribosomas o polisomas, estos pueden estar libres en el citoplasma
o unidos a la membrana plasmática.
En los eucariontes la mayoría de los ribosomas se encuentra en forma de
polisomas y solo una pequeña fracción se halla como ribosomas libres. Es
fácil distinguir dos tipos de polisomas: los que aparentemente están libres en
el citoplasma y los que se encuentran unidos a las membranas del retículo en-
doplasmático y en la membrana externa de la envoltura nuclear.
Los polisomas adheridos forman modelos característicos, como asas, rosetas,
círculos, espirales e hileras dobles, en los que participa un número variable de
ribosomas (de 5 a más de 20). En algunos tipos celulares predomina un solo
modelo, por ejemplo, espirales en los plasmocitos e hileras dobles en los fibro-
blastos, mientras que en otros existen mezclas variadas.
Los polisomas libres sintetizan principalmente proteínas para el uso de la
célula, en tanto los adheridos lo hacen para la secreción, membranas u organitos
membranosos, pero no existen diferencias estructurales entre estos. La proporción
de ribosomas libres y adheridos puede variar notablemente durante la vida ce-
lular, una célula exocrina, por ejemplo, comienza su proceso de diferenciación
con una población predominante de polisomas libres, que elaboran las proteínas
necesarias para su crecimiento y reproducción, pero al estar completamente
diferenciada, presenta casi todos sus polisomas adheridos y solo una fracción
muy pequeña en forma libre.

Capítulo 29. Ribosomas 589


Resumen
Los ribosomas son los organitos especializados en la síntesis de las proteínas y
constituyen un componente universal de todos los organismos celulares.
Los ribosomas están formados por dos subunidades de tamaño diferente. En proca-
riontes la menor o de 30 S tiene un ARNr de 16 S y 21 proteínas; su función fundamental
consiste en el reconocimiento codón-anticodón. La mayor o de 50 S presenta dos tipos
de ARNr, el de 23 S y el de 5 S y 31 proteínas, su función específica fundamental es
la formación del enlace peptídico. La partícula funcional o de 70 S es la que funciona
durante la traducción.
Los ribosomas eucariontes son mayores y más complejos. La subunidad menor o de
40 S presenta un ARNr de 18 S y unas 32 proteínas. La mayor o de 60 S tiene tres ARNr
de 28; 5,8 y 5 S, y alrededor de 46 proteínas; juntas forman la partícula funcional de 80 S.
La cantidad de proteínas de cada subunidad varía entre las especies.
Su estructura tridimensional se define a partir del modelo asimétrico. La subunidad
de menor presenta forma de letra “Y” con una cabeza, una base y una plataforma, y la
mayor tiene forma de un cuerpo hemisférico con tres protuberancias y una muesca. Una
depresión en la cara que da hacia la subunidad menor permite la acomodación de los
tres ARNt necesarios para la traducción. En el ribosoma funcional la unión de las dos
subunidades conserva el carácter asimétrico.
Empleando técnicas inmunológicas, asociadas con la microscopia electrónica, la
dispersión neutrónica y la formación de enlaces cruzados, se han podido determinar la
posición de varios componentes ribosomales, así como algunos de sus sitios funcionales.
La mayoría de las localizaciones se han realizado en el dominio traduccional y muy
pocas en el de salida o secretor.
La formación de los ribosomas es un proceso complejo que requiere la participación
simultánea de todos sus componentes, para lo cual es necesaria la síntesis tanto de los
ARNr como de las proteínas. Algo se ha avanzado en los últimos años en la reconstruc-
ción in vitro de los ribosomas.
La estructura de los ribosomas de organitos (mitocondrias y cloroplastos) es mucho
menos conocida.
En las células, los ribosomas se agrupan formando polisomas que pueden estar
aparentemente libres en el citoplasma, o unidos a membranas formando figuras caracte-
rísticas. Los polisomas libres elaboran proteínas citoplasmáticas, en tanto los adheridos
sintetizan proteínas de secreción o de componentes membranosos.

Ejercicios
1. ¿Cómo se evidencia en la estructuración de los ribosomas el principio de organización
de las macromoléculas?
2. ¿Cómo procedería usted para determinar la posición de alguna de las proteínas que
forman parte de los ribosomas?
3. ¿Cuáles son las principales diferencias entre los ribosomas procariontes y los
eucariontes?
4. ¿Existen algunas diferencias entre los polisomas libres y los unidos a membranas
en los eucariontes?
5. En el ciclo celular de los eucariontes existe una etapa en que cesa la biogénesis de
los ribosomas. ¿Puede usted deducir en cuál y por qué?

590 Bioquímica Médica. Tomo II


6. Desde hace tiempo se sabe que la estreptomicina es un inhibidor de la iniciación de
la traducción en procariontes y por eso se emplea en el tratamiento de enferme-
dades bacterianas. Más tarde se demostró que este antibiótico se une fuertemente a
la proteína S12. ¿Cuáles son las posibles conclusiones que pueden derivarse de estos
dos hechos?
7. ¿Cómo es posible que inhibidores de la síntesis de proteínas en bacterias puedan ser
empleados como antibióticos, sin afectar las células humanas?
8. ¿Cómo se puede relacionar la existencia de los polisomas con el principio de máxima
economía?

Capítulo 29. Ribosomas 591


30
Capítulo

Traducción

L
a traducción constituye la etapa crucial en el mecanismo de expresión de
la información genética. En este proceso ocurre la síntesis de la proteína
específica que ha de cumplir una función determinada en la célula o el orga-
nismo, con lo cual la información contenida en los genes quedará totalmente
expresada. En la traducción se realiza el tránsito de genotipo a fenotipo.
La explicación de la biosíntesis de proteínas en términos moleculares constituye un
problema central de la biología molecular. En 1961 se obtuvieron los primeros progresos
significativos en el estudio de este proceso, a partir de extractos bacterianos que sinte-
tizaban proteínas activamente. Estudios más recientes en eucariontes permiten afirmar
que, en general, el proceso ocurre de forma similar en todos los organismos vivos y que
las mayores diferencias radican en sus mecanismos de control.
El estudio de la traducción incluye tres aspectos: el informacional o del código,
estudiado en el capítulo 28; el topográfico o de la estructuración del sistema sintetizador
de proteínas, en el capítulo 29, y el químico, o sea, el problema concreto de la síntesis
de las proteínas, es decir, la iniciación de la síntesis, la unión de los aminoácidos en el
orden correcto, la liberación de la cadena polipeptídica neoformada, la adquisición de su
conformación y, en ocasiones, las modificaciones que ocurren simultáneamente o después
de la síntesis. A este último aspecto está dedicado el contenido del presente capítulo.
Como en capítulos anteriores, se hará una somera descripción del proceso en los
organismos procariontes, para luego hacer un estudio más detallado en los eucariontes.
Antes se tratarán aquellos aspectos que son comunes a ambos tipos de organismos.

Primeros aportes
El descubrimiento de los mecanismos moleculares de la síntesis de proteínas implicó
el esfuerzo de muchos investigadores durante años. A mediados de la década de los 50
Crick propuso la hipótesis de que no existía una interacción directa entre los aminoácidos
y los ácidos nucleicos que los codificaban y que era necesaria una molécula adaptadora,
sin poder precisar nada acerca de esta. Dicha idea fue corroborada pocos años después
cuando en 1957, Hoagland descubrió un tipo de ARN capaz de unirse específicamente
con aminoácidos y que se denominó soluble, pero que más tarde se nombró de transfe-
rencia (ARNt).
Un aspecto interesante del problema fue resuelto en una experiencia realizada por
Howard Dintzis, quien determinó la dirección en la cual se produce la síntesis. Para ello
se utilizaron reticulocitos que sintetizaban hemoglobina de manera activa. Las células
se exponían a aminoácidos marcados con 3H durante diferentes periodos, que siempre
eran menores que el requerido para la síntesis de la proteína. La hemoglobina se extraía
y se separaban las cadenas α y β que eran entonces tratadas con tripsina. A los péptidos
resultantes se les medía la radiactividad y se comprobaba que esta era mayor hacia el
extremo carboxílico. De hecho, había un gradiente de incremento de radiactividad desde
el extremo N terminal hacia el C terminal, por tanto, esa era la dirección de la síntesis.
Los experimentos para dilucidar el código genético ya habían mostrado que el ARNm
se leía en el sentido 5’→3’. A esta relación entre la dirección de lectura del ARNm y la
de síntesis de la cadena polipeptídica se le denomina colinealidad.
Otro hecho sobresaliente fue puesto al descubierto en el laboratorio de Frederick
Sanger, quien dejó establecido que existe un codón específico para la iniciación y que
este es leído por un ARNt específico que difiere estructuralmente del resto de las mo-
léculas del mismo tipo.
Sanger también pudo determinar que este ARNt era cargado con la metionina y que
a esta se unía un grupo formilo, que constituía la formilmetionina, primer aminoácido
que era incorporado a la síntesis de proteínas.
El interés por los mecanismos de síntesis de proteínas es tal, que son muchos los
hombres y los laboratorios que han realizado aportes al esclarecimiento del proceso hasta
el nivel en que se encuentra en la actualidad.

Características generales
La síntesis de proteínas ocurre en los ribosomas, de manera unidireccional, acoplada
a la hidrólisis de nucleósidos trifosfatados y dirigida por la lectura colineal del ARNm. La
traducción ocurre en un organito citoplasmático específico (los ribosomas) y se produce
de forma unidireccional desde el extremo N terminal hacia el C terminal, colinealmente
a la lectura del ARNm (Fig. 30.1). Tiene carácter gradual y repetitivo, ya que los amino-
ácidos se van incorporando uno a uno mediante el mismo mecanismo. También posee
carácter acoplado, pues la energía necesaria para el proceso proviene de la hidrólisis de
nucleósidos trifosfatados, y carácter dirigido, ya que el orden que ocupan los aminoácidos
en la cadena polipeptídica está determinado por el orden de los codones en el ARNm.
Para la realización de la traducción se requieren más de 200 macromoléculas y trans-
curre a una velocidad promedio de 10 aminoácidos incorporados por segundo.
En el estudio de la traducción se considerarán de manera secuencial las mismas etapas
que en los procesos anteriores, o sea, los eventos previos a la iniciación, la iniciación, la
elongación, la terminación y los eventos posteriores a la terminación.

Fig. 30.1. Colinealidad ARNm pro-


teína. A medida que el ARNm se va
leyendo en el sentido 5’→3’, la cadena
polipeptídica se va sintetizando desde el
extremo N terminal hacia el extremo C
terminal; de esta forma la posición de los
aminoácidos en la cadena polipeptídica
queda determinada por la posición de los
codones correspondientes en el ARNm.

594 Bioquímica Médica. Tomo II


Factores de traducción
Además de los ribosomas, en la síntesis de proteínas intervienen numerosas proteínas
no ribosomales, conocidas como factores de traducción. Existen factores de iniciación,
de elongación y de terminación, estos últimos se denominan factores de liberación. Así
FI-1 se refiere al factor de iniciación 1 y FE-1 al factor de elongación 1. Cuando se hace
referencia a un factor de eucariontes, se escribe una letra “e” minúscula delante de la
abreviatura del factor, de manera que eFI-1 es el factor de iniciación 1 de eucariontes.
Varios de los factores de traducción pertenecen a la superfamilia de proteínas G,
denominadas así porque se caracterizan por estar unidas a nucleótidos de guanina. Estas
proteínas presentan dos estados con diferente actividad; son activas cuando están unidas
a GTP e inactivas cuando lo están a GDP. Para pasar de un estado a otro requieren de
proteínas adicionales. Aunque las proteínas G tienen una actividad de GTPasa, es decir,
catalizan la hidrólisis del GTP a GDP y fosfato, esta actividad es muy débil, de apenas
un nucleótido por minuto.
Una proteína activadora de GTPasa, GAP (del inglés, GTPase activating protein)
interactúa con la proteína G unida a GTP (forma activa) y estimula la actividad de GTPasa
en varios órdenes de magnitud. Al producirse la hidrólisis el GDP queda unido a la pro-
teína (forma inactiva), por lo que las GAP actúan como inactivadoras de las proteínas G.
Estas tienen mayor afinidad por el GDP que por el GTP, por lo que permanecen inactivas
mucho tiempo. Otra proteína adicional, denominada intercambiador de nucleótidos,
NEF (del inglés, nucleotide exchange factor) estimula la liberación del GDP. Como la
concentración intracelular de GTP es 10 veces mayor que la de GDP, cuando el sitio
de unión de nucleótidos queda desocupado, el GTP se asocia rápidamente y con ello la
proteína se activa, por lo tanto NEF actúa como un activador. Un resumen de la forma
de actuar de las proteínas G se presenta en la figura 30.2.

Fig. 30.2. Ciclo de acción de las pro-


teínas G. En su forma activa la proteína
G está unida al GTP. Una proteína
activadora de GTPasa (GAP) estimula
la hidrólisis del GTP liberando fosfato y
GDP unido a la proteína que ahora está
inactiva. Un factor intercambiador de
nucleótidos (NEF) propicia la disocia-
ción del GDP. Al quedar vacío el sitio de
unión a nucleótidos este es ocupado por
el GTP y la proteína vuelve a ser activa.

Capítulo 30. Traducción 595


Activación de los aminoácidos
La formación de un enlace peptídico entre el grupo carboxilo de un aminoácido y
el grupo amino de otro es termodinámicamente desfavorable. Además, los aminoácidos
no pueden interactuar directamente con los codones sobre el ARNm y ordenarse en la
forma adecuada, estos dos obstáculos se resuelven mediante la reacción de activación.
La primera enzima que cataliza esta reacción fue aislada por primera vez a finales
de la década de los 50, a partir de extractos de hígado de rata, y ha ido recibiendo di-
ferentes denominaciones hasta la actualidad, en que se conoce con el nombre genérico
de aminoacil-ARNt sintetasa. Desde entonces se han ido descubriendo una tras otra las
enzimas específicas para cada aminoácido, que forman una gran familia de proteínas.
Todos los organismos poseen, al menos, 20 de estas enzimas, las cuales constituyen
hasta 10 % de las proteínas celulares, lo que equivale de 1 000 a 5 000 moléculas por
célula con sus variaciones, de acuerdo con el estado de la actividad celular.
Las aminoacil-ARNt sintetasas constituyen una familia de enzimas que estructural-
mente se pueden clasificar en tres grupos:
−− Tipo I: consiste en enzimas monoméricas formadas por una sola cadena polipeptídica.
−− Tipo II: formadas por dos subunidades idénticas.
−− Tipo III: formadas por cuatro subunidades iguales (dos a dos).

Todas estas catalizan la esterificación de un aminoácido al ARNt correspondiente, lo


cual se conoce generalmente como “cargar” el ARNt. Para simbolizar el ARNt específico
para un aminoácido, por ejemplo para la alanina, se escribe ARNtala y para señalar con
cuál aminoácido está cargado, se escribirá Ala-ARNt, por lo que la escritura completa
sería Ala-ARNtala. El estudiante debe recordar esta notación, ya que en ocasiones se
utilizan con fines experimentales ARNt cargados con un aminoácido diferente al que le
corresponde y la notación ayudará a distinguir de qué se trata en cada caso.
Los estudios sobre el mecanismo de reacción hacen posible su separación en dos
etapas: la primera, llamada de activación, propiamente dicha, y la segunda, de transfe-
rencia, ambas etapas son reversibles (Fig. 30.3).
En la primera etapa la enzima en presencia de iones Mg2+ transfiere el aminoácido
por su grupo carboxilo al fosfato más interno del ATP, formándose un enlace anhídrido
mixto de alta energía, lo cual implica la formación de pirofosfato que abandona la en-
zima y un aminoaciladenilato que permanece unido al centro activo de la sintetasa. La
hidrólisis del pirofosfato favorece la reacción en el sentido de la síntesis.
En la etapa de transferencia el grupo aminoacilo del aminoaciladenilato se transfiere
al resto de ribosa del extremo 3’-OH del ARNt correspondiente, formándose el amino-
acil-ARNt y AMP. Existen dos familias de enzimas que se diferencian en que una de estas
transfiere el aminoácido hacia el 3’-OH y la otra hacia el 2’-OH, lo cual depende de la
forma en que se produce la unión enzima-sustrato. De todas formas el grupo aminoacilo
puede migrar del 3’ al 2’, y viceversa, unas 10 000 veces por segundo. Como ya fue ex-
presado, la reacción general es reversible y presenta una constante de equilibrio que varía
entre 0,3 y 0,7, en dependencia del aminoácido, de lo que se deduce que el enlace éster del
aminoacil-ARNt tiene un contenido energético comparable con el del enlace anhídrido de
ácido del ATP.
Del mecanismo expuesto se infiere que las sintetasas poseen doble especificidad, ya
que por una parte deben reconocer al aminoácido específico y por otra el ARNt que le
corresponde. La traducción correcta del mensaje genético depende en elevado grado de la
especificidad de esta reacción, ya que no se conoce un mecanismo de rectificación como el
de la replicación. De las dos etapas, la de mayor especificidad es la segunda. Este hecho se
pudo comprobar cuando se utilizó la sintetasa específica para la isoleucina, e incubándola

596 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 30.3. Activación de los aminoácidos. Los aminoácidos se unen en una primera etapa al fosfato a del ATP, formando
un aminoacil-AMP que en una segunda etapa reacciona con el ARNt correspondiente, transfiriéndole su grupo aminoacilo;
ambas etapas de la reacción son reversibles y catalizadas por las aminoacil-ARNt sintetasas.

con valina se logró la formación del valil-AMP, pero al añadir el ARNtval en vez de pro-
ducirse la transferencia del grupo valilo al ARNt, se estimuló la hidrólisis del valil-AMP.
Varios estudios encaminados a dilucidar el mecanismo por el cual la enzima reconoce
a su ARNt específico han llevado al descubrimiento del “conjunto de identificación”,
esto es, el grupo de detalles estructurales de los ARNt que determinan el reconocimiento.
Formando parte de este conjunto de identidad se encuentran el nucleótido que ocupa la
posición 73 (N73), el brazo aceptor y el anticodón. También se han observado impor-
tantes interacciones con el brazo variable, el brazo D, el interior de la forma Γ del ARNt
y el eje fosfato ribosa. El reconocimiento no se produce por interacciones aisladas con
estos elementos, sino más bien en una forma cooperativa y secuencial de todos ellos.
En algunas enzimas específicas otros detalles estructurales son de gran significación.
El mecanismo de reconocimiento molecular es tan preciso que estas enzimas tienen un
índice de error de 1 en 10 000.
Casi todos los aminoácidos, una vez unidos a su ARNt correspondiente, están en
condiciones de unirse a los ribosomas para la síntesis de proteínas, no obstante, existe
una notable excepción. Se trata de aquel que va a servir para la iniciación.
Como ya se estudió en el capítulo 28, el codón de iniciación es el AUG (y en algunos
organismos el GUG), que además codifica la metionina. Frederick Sanger descubrió que
existen dos tipos de ARNtMet, uno que se emplea en la iniciación, el ARNtiMet, y otro para
las posiciones interiores –el ARNtmMet.
En procariontes la misma sintetasa cataliza la unión de los dos ARNt a la metionina,
pero el MetARNtiMet es modificado luego por la acción de una transformilasa específica
que utiliza como donante activado de formilo el N10formiltetrahidrofolato (FH4), como se
representa en la figura 30.4. El producto de la reacción se denomina N-formilmetionil-ARNt

Capítulo 30. Traducción 597


(fmet-ARNtiMet). Esta enzima solo reconoce al ARNti y no al ARNtm, lo cual hace suponer
la existencia de diferencias estructurales entre los dos ARNtMet. La adición del formilo
a la metionina en el ARNti es esencial para la iniciación de la síntesis de proteínas. La
traducción de ARNm virales añadidos a extractos bacterianos es bloqueada por la adi-
ción de trimetiprima, un potente inhibidor de la dihidrofolato reductasa, sin embargo, la
inhibición es suprimida por la adición de N10formilFH4 o de fmet-ARNti. En eucariontes
la metionina utilizada en la iniciación no se modifica.

Fig. 30.4. Reacción de formilación del


metionil ARNt iniciador. Una enzima
transformilasa, que utiliza como donante
de formilo al N10formiltetrahidrofolato,
modifica el grupo amino de la metio-
nina unida al ARNti. Esta reacción es
indispensable para la iniciación de la
traducción en procariontes.

Traducción en procariontes
La traducción comienza con la formación de un complejo de iniciación 70 S.
Los componentes que interactúan son las dos subunidades del ribosoma, ARNm,
fmetARNtiMet y GTP. Se requiere, además, la participación de tres proteínas, denominadas
factores de iniciación e identificadas simbólicamente como FI-1, FI-2 y FI-3. A conti-
nuación se describe la secuencia de eventos que llevan a la formación de este complejo.
Para lograr una mejor comprensión se ha dividido en cuatro fases (Fig. 30.5).

Formación del complejo de preiniciación


En las bacterias los ribosomas se encuentran, en parte, asociados como partículas
70 S y disociados en un equilibrio dinámico. En concentraciones fisiológicas de Mg2+ casi
todos los N10-formil-FH4 están asociados. La disociación de los ribosomas sucede por la
acción combinada de FI-1 y FI-3. El FI-1 aumenta la velocidad de disociación de los
ribosomas, con lo cual se incrementa el número de subunidades 30 S libres, a las cuales
se une entonces el FI-3 que impide su reasociación con las subunidades mayores. Como el
complejo 30 S-FI-3 es incapaz de unirse a la 50 S, de hecho desplaza el equilibrio hacia la
disociación, lo que permite la unión de más FI-3. El FI-2 ligado a GTP realiza una unión
altamente estabilizada por FI-1 y FI-3. Por su parte, la unión del FI-1 se estabiliza por
FI-2 y FI-3. En experimentos in vitro se ha comprobado que cada factor, por separado,
puede unirse a la 30 S, pero la presencia de los dos restantes estabiliza la unión.
Los tres factores se unen contiguamente y muy cerca del extremo 3’-OH del ARNr
de 16 S y adyacentes a la zona de unión de la 50 S. A la estructura así formada se le
denomina complejo de preiniciación.

598 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 30.5. Etapa de iniciación. Al diso-
ciarse los ribosomas estimulados por
FI-1, este se une a la subunidad menor
e impide su reasociación con la mayor.
El resto de los factores también quedan
incorporados a la subunidad menor;
entonces puede ocurrir que el IF2:GTP
incorpore al fmet-ARNti o que el FI-3
incorpore al ARNm. El paso siguiente
completa la incorporación de todos los
componentes y la fase se completa al
reincorporarse la subunidad mayor.

Incorporación del fmet-ARNti


La incorporación del fmet-ARNti requiere de su unión con el complejo formado por
el FI-2 unido al GTP, que da lugar al complejo ternario fmet-ARNti-FI-2-GTP. Solo FI-2
es capaz de incorporar al fmet-ARNti como fue comprobado en experiencias in vitro,
donde era el único capaz de lograr la incorporación del ARNti a los ribosomas, utilizando
el trinucleótido AUG como ARNm. El FI-2 es incapaz de unirse a la formilmetionina
libre o unida a polinucleótidos, pero lo hace fuertemente a cualquier ARNt cargado
con metionina que tenga bloqueado el grupo amino. La incorporación del fmet-ARNti
determina la salida del FI-3 del complejo. Este evento puede ocurrir antes o después del
que se describirá a continuación.

Incorporación del ARNm


La incorporación del ARNm se produce por la intervención del FI-3. El ARNm
tiene un sitio de unión al ribosoma, determinado por la secuencia 5’-AGGAGGU3’ o
parecida (secuencia de Shine y Dalgarno) en una posición similar hacia el lado 5’-P del

Capítulo 30. Traducción 599


codón de iniciación; esta se aparea con una zona rica en pirimidinas del extremo 3’OH
del ARNr de 16 S, la 5’GAUCACCUCCUA3’. Dicho apareamiento posiciona el codón
AUG, de forma que pueda aparearse con el anticodón del fmet-ARNti. La zona de unión
al ribosoma está compuesta por las proteínas S7, S1, S11, S12, S18 y S21.
Normalmente la zona del extremo 3’-OH del ARNr de 16 S tiene la forma de una
horquilla, determinada por el apareamiento intracatenario de las bases que no permiten
la unión con el ARNm. La acción combinada del FI-3 y de la proteína S1 logra separar
las bandas de la horquilla y permite la interacción por apareamiento de bases entre el
ARNm y el ARNr de 16 S.

Formación del complejo de iniciación 70 S


La subunidad 50 S se une ahora y provoca la hidrólisis del GTP unido al FI-2, con lo
cual FI-1, FI-2, FI-3, GDP y Pi abandonan el ribosoma y el fmet-ARNti deviene activo
para la formación del enlace peptídico.
El GTP actúa como un modulador alostérico. Si se emplea GDPCP que no es hidro-
lizable (Fig. 30.6) este se une al FI-2 y el complejo FI-2-GDPCP se une al ribosoma,
pero no se separa de él al incorporarse la 50 S. Si previamente se remueve el GDPCP, se
forma una 70 S totalmente funcional, o sea, la hidrólisis del GTP no es imprescindible
para la ubicación del fmet-ARNti, solo para cambiar el efector de GTP a GDP y con ello
variar la conformación del FI-2. Se ha postulado que esto produce a su vez una trans-
conformación del fmet-ARNti que le permite interactuar con la peptidil-transferasa. Este
paso se denomina acomodación.

Fig. 30.6. Estructura del GDPCP. La figura muestra las estructuras del GTP (a) y del GDPCP (b) que presenta cómo,
en este último, el grupo fosfato más externo está unido al resto de la molécula por un grupo metileno, por lo cual este
compuesto no es hidrolizable como el GTP y resulta de gran utilidad como su análogo.

Para liberar al FI-2 se requiere la participación del FI-1, en cuya ausencia la hidrólisis
del GTP no permite la liberación del FI-2, ni la incorporación de la 50 S. Parece ser que
al hidrolizarse el GTP, el FI-2 queda unido al GDP que debe intercambiar con el FI-1
para abandonar el ribosoma.
Las proteínas L11 y L7/L12 están involucradas en la hidrólisis del GTP. El contacto
entre FI-2:GTP y la prominencia L7/L12 produce en esta última una transconformación
que activa la GTPasa unida el ribosoma.
La etapa de iniciación es la más compleja de todas, pero se debe tener presente que
de la adecuada ubicación del codón de iniciación depende que el resto del proceso se
lleve a cabo con la fidelidad requerida.

600 Bioquímica Médica. Tomo II


Elongación
Una vez que se ha formado el complejo de iniciación de 70 S al nivel del codón de
iniciación, comienza un proceso de carácter repetitivo, en el que cada aminoacil-ARNt
se incorpora al sitio A del ribosoma, cuyo sitio P está ocupado por la fmet-ARNti; se pro-
duce la formación del enlace peptídico entre los aminoácidos activados y el movimiento
del ribosoma hacia un nuevo codón del ARNm, con lo cual se vuelve a iniciar el ciclo,
esta es la etapa de elongación. También en la elongación se requiere la participación de
proteínas específicas no ribosomales, que se conocen como factores de elongación y se
simbolizan como FETu, FETs y FE-G. Su estudio se realizará por fases, como en el caso
anterior (Fig. 30.7).

Fig. 30.7. Elongación. Las tres etapas fundamentales de la elongación se repiten de manera continua tantas veces como
aminoácidos tiene la proteína, por eso esta etapa tiene carácter reiterativo. (a) El complejo, como queda al final de la
iniciación; (b) se ha incorporado el aminoacil-ARNt al sitio A del ribosoma, que en el paso siguiente (c) queda unido al
aminoacil que ocupaba el sitio P. Se produce la translocación (d) y comienza un nuevo ciclo de elongación.

Incorporación del aminoacil-ARNt


Los aminoacil-ARNt se incorporan al sitio A del ribosoma por la acción de un factor
de elongación y el GTP. Al producirse el complejo de iniciación de 70 S, un segmento de
aproximadamente 30 nucleótidos del ARNm queda cubierto por el ribosoma, pero solo
dos moléculas de aminoacil-ARNt pueden estar en contacto con el ribosoma al mismo
tiempo, de ahí que en la síntesis de proteínas solo intervienen simultáneamente dos de los
10 codones cubiertos por los ribosomas; cada uno de los aminoacil-ARNt ocupan sitios
diferentes en el ribosoma. El único sitio que puede ser ocupado por el aminoacil-ARNt
entrante es el sitio A (de aminoacil) o de entrada. Previo a la entrada del aminoacil-ARNt,

Capítulo 30. Traducción 601


el sitio expone el codón que corresponde al aminoácido siguiente que debe ser
incorporado a la cadena polipeptídica.
El codón que representa el último aminoácido que ha sido añadido a la cadena
ocupa el sitio P (de peptidil) o donador, donde se localiza el polipéptido que ha sido
sintetizado hasta ese momento, o el fmet-ARNti al inicio del proceso.
El factor que interviene en la incorporación del aminoacil-ARNt al sitio A se
obtuvo originalmente como una fracción única, a partir de extractos de E. coli y se
le denominó factor T, que más tarde fue separado en dos componentes: uno que era
estable al calor y por ello se le llamó FETs (la s por stable) y otro que era inestable
y se nombró FETu (la u por unstable).
El FETu es una proteína G y su forma activa es FETu-GTP y es así como puede
unirse al aminoacil-ARNt y formar un complejo ternario, por lo que es probable
que la función del nucleótido de guanina sea la de garantizar la conformación
adecuada del factor. Como sucede en la iniciación, la hidrólisis del GTP constituye
el mecanismo para variar el efector y con ello su conformación.
La forma activa del FETu puede ser regenerada por FETs, que actúa como
NEF y reacciona con el complejo FETu:GDP y desplaza al GDP, al tiempo que se
forma un complejo entre los dos factores FETu:FETs (este fue el que inicialmente
se denominó factor T); el FETs es a su vez desplazado por el GTP, formándose el
complejo FETu:GTP, que puede unirse a un nuevo aminoacil-ARNt y el FETs que
puede reciclarse (Fig. 30.8).
Las interacciones entre FETu, FETs y GTP son reversibles in vitro, no así la
unión con el aminoacil-ARNt, esto es lo que dirige la reacción en un solo sentido.
La cantidad del FETs es aproximadamente igual al número de ribosomas, lo cual
implica que la mayor parte del FETu se encuentra en forma de complejos binarios
o ternarios.

Fig. 30.8. Ciclo del factor de elongación T.


(a) El FETu (en azul) se une al GTP (en rojo)
y reacciona con el aminoacil-ARNt; (b) el
complejo formado se incorpora al ribosoma;
(c) el GTP es hidrolizado a GDP y el complejo
Tu:GDP abandona el ribosoma; (d) en ese mo-
mento interviene el FETs que se une al FETu y
desplaza al GDP; (e) con posterioridad el GTP
desplaza al FETs, con lo cual el factor queda
en condiciones para recomenzar el ciclo.

602 Bioquímica Médica. Tomo II


En la formación del complejo ternario con el FETu:GTP, la característica estructural
más importante del aminoacil-ARNt parece ser el brazo aceptor, aquel donde se une el
aminoácido. Los cambios en el nucleótido final de adenina impiden el reconocimiento
del aminoacil-ARNt. El único aminoacil-ARNt que no puede ser reconocido por el com-
plejo FETu:GTP es el fmet-ARNti, lo que excluye la posibilidad que la fmet pueda ser
incorporada como respuesta a un codón AUG interno. Una razón de este comportamiento
pudiera ser la estructura del brazo aceptor del ARNti el cual delante del ACC-aminoacil
contiene un C:A no apareado, en vez del par presente en todos los demás ARNt. Otro hecho
sería la presencia del grupo amino bloqueado, ya que se ha comprobado que el bloqueo
del grupo amino en otros aminoacil-ARNt impide su unión con el complejo FETu:GTP.
Estudios con GDPCP han demostrado que la hidrólisis del GTP ocurre después de
la incorporación del complejo aminoacil-ARNt-FETu-GTP al ribosoma, pero antes de
la formación del enlace peptídico. Se produce la hidrólisis de un GTP por cada amino-
acil-ARNt que es incorporado.

Formación del enlace peptídico


El enlace peptídico se forma en una reacción en la cual se transfiere el grupo unido al
ARNt que ocupa el sitio P (sea un péptido o el fmet) hacia el grupo amino del aminoácido
unido al ARNt que ocupa el sitio A, catalizada por una actividad de peptidil-transferasa
presente en la subunidad 50 S del ribosoma. La reacción de formación del enlace peptí-
dico se estudió en el capítulo 29.
Aunque el sitio activo se localiza completamente en la subunidad mayor, la actividad
puede ser detectada solo en el ribosoma completo. La necesidad de la subunidad menor
suele entenderse como un mecanismo de seguridad que evita la unión azarosa de ami-
noacil-ARNt solo por la subunidad mayor.
Uno de los problemas aún no resueltos de la síntesis de proteínas es la explicación
de cómo es posible que dos ARNt ligados a codones contiguos puedan localizar sus
brazos aceptores suficientemente cerca uno de otro para permitir la formación del enlace
peptídico, teniendo en cuenta la estructura tridimensional de los aminoacil-ARNt.

Translocalización
El ciclo de elongación se completa con la translocación, en la cual el ribosoma avanza
tres nucleótidos a lo largo del ARNm. Al formarse el enlace peptídico, el ribosoma porta
un ARNt descargado en el sitio P y un peptidil-ARNt en el sitio A. Como parte de un
mismo mecanismo, en la translocación el ARNt del sitio P se mueve hacia el sitio E y de
manera simultánea el peptidil-ARNt se desplaza del sitio A hacia el sitio P. El ribosoma
presenta un sitio A no ocupado, que permitirá la entrada del siguiente aminoacil-ARNt.
En esta fase interviene el FEG (la G alude a que liga nucleótidos de guanina).
Como en los casos anteriores, se debe formar un complejo FEG-GTP que garantiza
la conformación adecuada para la unión al ribosoma y después la hidrólisis del GTP no
solo proporciona la energía necesaria para el movimiento, sino que, además, cambia la
conformación de la proteína y le permite abandonar el ribosoma.
Los ribosomas no pueden unirse simultáneamente al FETu y al FEG, por lo que
la síntesis de proteínas sigue un ciclo en el cual estos factores son alternativamente
unidos a, o liberados de, los ribosomas.
Este ciclo de elongación se repite tantas veces como aminoácidos sean necesarios
incorporar a las proteínas, por lo cual constituye el periodo de mayor duración de todo
el proceso.

Capítulo 30. Traducción 603


Terminación
La terminación de la síntesis de proteínas implica un fenómeno poco frecuente, ya
que se trata de la interacción de un codón directamente con una proteína.
Se han caracterizado tres proteínas que intervienen en la terminación y se deno-
minan factores de liberación (FL). El FL-1 reconoce los codones UAA y UAG, en tanto
FL-2, UGA y UAA requieren que el peptidil-ARNt se encuentre en el sitio P. Parece
ser que los factores de liberación realizan su acción en el sitio A, ya que algunos ARNt
mutantes, capaces de reconocer codones de terminación, compiten con estos por entrar
al ribosoma. El FL-3 estimula la acción de los dos restantes.
La actividad de los factores de liberación implica la separación de la cadena
polipeptídica neoformada y el desensamblaje de todo el aparato biosintetizador
(Fig. 30.9).

Traducción en eucariontes
En eucariontes el proceso transcurre de forma similar, solamente la etapa de iniciación
muestra grandes diferencias con la misma etapa en procariontes. En esta fase ocurre un
grupo de eventos que pueden ser sucesivos o simultáneos. En la siguiente descripción se

Fig. 30.9. Terminación. Al aparecer en el


sitio A el codón de terminación, el factor
de liberación interacciona directamente
con el ARNm y determina no solo la
separación de la proteína neoformada,
sino, además, la desorganización de todo
el sistema sintetizador.

604 Bioquímica Médica. Tomo II


ha preferido darle un orden lógico, pero sin olvidar que mientras se está describiendo un
paso del proceso puede estar ocurriendo otro que se describirá posteriormente por razones
obvias. En esta fase se considerarán tres aspectos: la preparación del metionil-ARNti, la
preparación del ARNm y la formación del ribosoma funcional de 80 S.
Preparación del metionil-ARNti. Esta fase es similar a lo que ocurre en procariontes.
Una vez formado el met-ARNti, este se une al eFI-2 que es una proteína G y está unida
al GTP. En esta forma es trasladado a la subunidad menor del ribosoma y deja allí al
met-ARNti. Si la unión es adecuada se produce la hidrólisis del GTP a GDP y el eFI-2-GDP
se disocia del ribosoma. En este caso alguna de las proteínas de la subunidad menor
actúa como GAP de eFI-2. El complejo no puede unirse nuevamente al met-ARNti, pues
para ello tiene que estar unido a GTP. El intercambio de nucleótidos es catalizado por
eFI-2B que actúa como NEF y forma el complejo eFI-2:GTP, listo para unirse de nuevo
a met-ARNti (Fig. 30.10).
El factor eFI-2 es específico para met-ARNti que actúa como iniciador de la síntesis
de proteínas. Este factor reconoce algunas características estructurales del ARNti y al
mismo tiempo interactúa con la metionina que está unida a él. Esta especificidad en el
reconocimiento impide que el eFI-2 se una al met-ARNt que participa en la elongación
y debe descargar la metionina en el sitio A y no en el P, como lo hace el eFI-2.

Fig. 30.10. Factor de iniciación eFI-2.


La metionil-ARNti se une al eFI-2-GTP
(a) y así es depositado en el ribosoma
(b) donde se produce la hidrólisis del
GTP y se forma eFI-2-GDP. El eFI-2-GDP
se une a eFI-2A (c) que estimula el in-
tercambio de GDP por GTP (d) y el
eFI-2 queda listo para un nuevo ciclo.

Capítulo 30. Traducción 605


Preparación del ARNm. Para el comienzo de la traducción el eFI-4E hace el
reconocimiento del casquete. Sin embargo, eFI-4E está secuestrado en el citoplasma
por la proteína de unión al eFI-4E (4E-BP) que debe ser fosforilada para separarse y
permitir la acción de eFI-4E. El eFI-4G tiene un sitio de unión para el eFI-4E y se une a
él, pero también posee un sitio de unión a PAB: proteína de unión al poli(A) del ARNm,
y al producirse la unión el ARNm presenta un aspecto circular con los dos extremos
unidos por los eFI mencionados. El carácter circular del ARNm que se logra de esta
manera, tiene un efecto potenciador sobre la traducción, pues permite a los ribosomas
reiniciar el proceso por la transferencia de la subunidad 40 S, directamente desde 3´UTR
hacia el extremo 5´del ARNm. Por otra parte permite explicar cómo proteínas que se
unen a elementos del 3´UTR pueden modular la iniciación de la traducción. Esta fase
se ilustra en la figura 30.11.
Adyacente al eFI-4E se une el eFI-4A, una proteína que tiene actividad de helicasa
del ARN y que con la cooperación de eFI-4B y eFI-4H (esta última solo en mamíferos)
comienza a moverse sobre el ARNm, desenrollando las estructuras secundarias presentes
en la zona 5´-UTR, hasta que alcanza una estructura lineal. De esta forma el ARNm está
listo para dar comienzo a la traducción.
La iniciación de la traducción está fuertemente influida por las características estruc-
turales de la zona 5´-UTR. La iniciación es más eficiente en la medida que 5´-UTR sea
más corta, menor, y menos complejas sean las estructuras secundarias y menor sea en
contenido de pares GC en los tallos de estas estructuras. El codón de iniciación se encuentra
en lo que se puede llamar la señal de iniciación. Esta señal (conocida como secuencia
de Kosack) es más fuerte cuando presenta la secuencia CCRCCAUGG, donde la R en
la posición -3 (la A del AUG es la posición +1) indica una purina. Esta señal se fortalece
con la presencia de una horquilla a 14 nucleótidos hacia 3´ de la G +4.
Formación del ribosoma funcional de 80 S. Los ribosomas se encuentran en el
citoplasma, en un estado de equilibrio entre la forma asociada (80 S) y las subunidades,
donde predomina la forma asociada. La iniciación de la traducción ocurre fundamental-
mente sobre la subunidad menor (40 S), por lo que es necesario desplazar el equilibrio
hacia las formas disociadas. Esa función le corresponde al factor eFI-1A y al complejo
multimérico eFI-3. Al parecer la unión del eFI-3 provoca un cambio conformacional en
la subunidad menor que impide su asociación con la mayor. A esta forma se une el met-
-ARNti-eIF2-GTP y crea el complejo de 43 S (Fig. 30.12).
Este complejo se deposita en el extremo 5´ del ARNm, donde se encuentra el eFI-4E.
El complejo 43 S se desplaza por el ARNm hasta encontrar el codón AUG (generalmente
el primero) y forma parte de una señal de iniciación adecuada, proceso en el cual es
asistido por eFI-1 y eFI-1A. Al producirse el apareamiento correcto entre las bases del
codón de iniciación del ARNm y las del anticodón del met-ARNti, ocurre un cambio de
conformación en eFI-2A que, auxiliado por eFI-5, estimula la actividad GTPasa de
eFI-2A, provoca la hidrólisis del GTP y queda unido al GDP. De esta forma el complejo
eFI-2A-GDP abandona el ribosoma y deja el met-ARNti en el lugar adecuado (denomi-
nado sitio P). También abandonan el ribosoma los otros factores de iniciación, esta etapa
se ilustra en la figura 30.13. Es entonces cuando el eFI-5B cataliza la incorporación de
la subunidad mayor, la cual, a su vez, estimula la actividad de GTPasa de eFI-5B que, al
quedar unido al GDP, se disocia del ribosoma y se forma, de esta manera, el ribosoma
funcional de 80 S, listo para comenzar el ciclo de elongación. El final de la iniciación
se muestra en la figura 30.14.

606 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 30.11. Preparación del ARNm. En
la parte superior se presenta la estructura
del ARNm maduro. El eFI-4E reconoce
al casquete, mientras que eFI-4G forma
un puente entre el eFI-4E y la proteína
de unión a poli(A) (PAB) dándole al
ARNm una estructura circular. La acción
combinada de eFI-4A, eFI-4B y eFI-4H
elimina las estructuras secundarias en
forma de horquilla de la región 5´-UTR
y deja al ARNm listo para comenzar la
traducción.
Fig. 30.12. Preparación de los ribosomas. El
eFI-5B-GTP se une a la subunidad mayor
y eFI-1A y eFI-3 se unen a la menor provo-
cando la separación de las subunidades. A la
subunidad menor se une el complejo ternario
met-ARNti-eFI-2-GTP formando el complejo
de 43 S.

Elongación
La elongación consiste en el alargamiento de la cadena polipeptídica, con la
incorporación uno a uno de los aa-ARNt, de acuerdo con el orden de los codones
en el ARNm. Es un proceso repetitivo cuya duración depende del número total de
aminoácidos que deben ser incorporados a la proteína que se sintetiza.
La elongación de la traducción en eucariontes requiere de un conjunto de
proteínas no ribosomales, denominadas factores de elongación (eFE). Este grupo
incluye eFE-1A y eFE-1B, que están implicados en el reclutamiento de los aa-ARNt
hacia el ribosoma, y eFE-2 que interviene en la translocalización del ribosoma.
En la elongación se describen habitualmente tres pasos fundamentales: la in-
corporación del aa-ARNt, la formación del enlace peptídico y el movimiento del
ribosoma sobre el ARNm hacia el siguiente codón (Fig. 30.15).
Incorporación del aa-ARNt. Los aminoácidos son transportados hacia
el ribosoma, donde forman un complejo ternario con el GTP y el factor de
elongación 1 (eFE-1A) en forma aa-ARNt-GTP-eFE-1A. El ARNt desempeña una
función importante en la ubicación del aminoácido y la descodificación, y poste-
riormente en la formación del enlace peptídico. Esto, a su vez, estimula la actividad
GTPasa de eFE-1A. El eFE-1A-GDP libera el aa-ARNt en el sitio A, en una forma
que permite continuar la elongación, en tanto este abandona el ribosoma.
El eFE-1A-GDP no es capaz de unir un nuevo aa-ARNt, pues para ello debe
estar unido al GTP. El intercambio de nucleótidos es catalizado por eFE-1B.

608 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 30.13. Localización de la señal de
iniciación. El complejo 43 S se asocia
al eFI-4E en el extremo 5´ del ARNm
y comienza a deslizarse hasta que el
anticodón del met-ARNti se aparea con
el codón de iniciación. El eFI-5 activa
la GTPasa de eFI-2 liberando fosfato y
formando eFI-2-GDP que abandona al
ribosoma. Los otros factores también
se disocian con la excepción del eFI-5.
Fig. 30.14. Formación del ribosoma
funcional de 80 S. El eFI-5B-GTP trae
a la subunidad mayor hacia el sitio de la
iniciación. Cuando se ha producido una
unión correcta de las dos subunidades el
eFI-5 estimula la actividad de GTPasa
del eFI-5B que hidroliza al GTP y se
mantiene unido al GDP. De inmediato
tanto eFI-5 como eFI-5B-GDP aban-
donan al ribosoma y forman el complejo
funcional de 80 S.
Fig. 30.15. Elongación. Se incorpora al sitio A el aminoacil-ARNt que se corresponde con el codón (a) unido con eFE1-
-GTP y de ser correcta la unión se hidroliza el GTP (b) y se libera el eFE1-GDP (c). Se forma el enlace peptídico (d) y
el eFE2-GTP (e) mueve el ribosoma hacia el siguiente codón (f) hidrolizando el GTP y disociándose del ribosoma (g).
El sistema está listo para la incorporación del siguiente aminoácido (h).
Formación del enlace peptídico. El centro con actividad de peptidil transferasa se
localiza en la subunidad 60 S del ribosoma y está compuesto solamente por ARNr, sin
proteína alguna dentro de los 15 Å del centro activo. Los tripletes conservados CCA del
extremo 3´del ARNt se orientan de forma tal que el grupo amino del aa-ARNt produce
un ataque nucleofílico sobre el carbono carbonílico del metARNti, lo que da lugar a la
transferencia del residuo de metionina hacia el nuevo aa-ARNt y se forma un dipéptido
unido al ARNt. El resultado de esta reacción es el ARNti desaminoacilado en un estado
híbrido, esto es, con el extremo aceptor en el sitio E (del inglés exit: salida) de la subunidad
mayor y el anticodón en el sitio P de la subunidad menor. También el peptidil-ARNt se
encuentra en un estado híbrido, con el brazo aceptor en el sitio P de la subunidad mayor,
y el anticodón en el sitio A de la subunidad menor. Estos estados híbridos deben ser
eliminados por un movimiento del ribosoma que permita al ARNti ocupar el sitio E de
la subunidad menor, el peptidil-ARNt trasladarse al sitio P y un nuevo codón del ARNm
posicionarse en el sitio A.
Translocalización del ribosoma. El movimiento del ribosoma hacia el siguiente
codón del ARNm es catalizado por eFE-2. Esta proteína tiene un dominio con una
estructura tridimensional, similar a la del brazo anticodón del ARNt, que le permite
ocupar el lugar de este en el ribosoma. Dicho fenómeno se conoce como “mimetismo
molecular”. Por un mecanismo no conocido eFE-2 produce el movimiento del ribosoma
dependiente de la hidrólisis del GTP. La hidrólisis del GTP deja a eFE-2 unido al GDP,
lo que provoca que disminuya su afinidad por el ribosoma y termina por abandonarlo.
No se conoce ninguna proteína con acción NEF sobre el eFE-2.
Debido a la acción de eFE-2, el ARNti ocupa totalmente el sitio E; el peptidil-ARNt
pasa al sitio P y en el sitio A aparece un nuevo codón del ARNm, listo para recibir el
aa-ARNt que le corresponde.
Este ciclo de elongación se repite tantas veces como aminoácidos sean incorporados
a la proteína, lo cual supone un gasto energético de al menos dos enlaces ricos en energía
por cada aminoácido incorporado.

Terminación
La fase de terminación ocurre cuando un codón de terminación ocupa el sitio A del
ribosoma y el peptidil-ARNt se encuentra en el sitio P. Esto trae como resultado la li-
beración de la cadena polipeptídica completa, debido a la hidrólisis del enlace éster entre
el polipéptido y el ARNt que se encuentran en el sitio P. Una proteína conocida como
factor de liberación (eRF), de clase I, descodifica la información del codón de termi-
nación y estimula la hidrólisis que es catalizada por el centro de peptidil transferasa de la
subunidad de 60 S. Otro eRF de clase II, con actividad de GTPasa, estimula la actividad
del eRF de clase I, sin importar a cuál codón de terminación el eRF de clase I esté unido.
Al contrario de los procariontes, los eucariontes solo poseen un factor de liberación
de clase I (eRF-1) que tiene una capacidad de descodificación total y puede promover la
hidrólisis del peptidil-ARNt en presencia de cualquiera de los codones de terminación,
UAA, UAG o UGA, por un mecanismo de mimetismo molecular. Los eucariontes
también poseen solamente un factor de clase II, el eRF-3, que acciona la liberación del
eRF- 1 del ribosoma una vez hidrolizado el peptidil-ARNt. La etapa de terminación se
ilustra en la figura 30.16.
La estructura tridimensional del eRF-1 semeja una letra “Y” y presenta tres dominios:
el dominio 1 ocupa la base de la Y, mientras que los dominios 2 y 3 ocupan los brazos.
Los dominios 1 y 2, en su conjunto, son los que se unen al ribosoma, reconocen el codón
de terminación y activan la hidrólisis del peptidil-ARNt. El dominio 3 sirve para la unión

612 Bioquímica Médica. Tomo II


con el eRF-3, mientras que los tres dominios son necesarios para estimular la actividad
de GTPasa de eRF-3 y, por lo tanto, el eRF1 unido al ribosoma actúa como una GAP. Al
producirse la hidrólisis del GTP los factores abandonan el ribosoma.
De esta forma los dos factores de liberación intervienen en la terminación, reco-
nocen el codón de terminación, estimulan la hidrólisis del peptidil-ARNt y dejan libre
al ribosoma para otro ciclo de traducción.

Fig. 30.16. Terminación. Al aparecer en el ARNm un codón de terminación, se produce la unión del eRF-1 que promueve
la hidrólisis del enlace entre la cadena polipeptídica y el ARNt que está en el sitio P. El eRF-3 provoca la disociación
total del sistema.

Capítulo 30. Traducción 613


Es habitual que los ARNm contengan varios codones de terminación: unos repetidos en
tándem y alguno fuera del marco de lectura, como si se quisiera asegurar que la síntesis
de proteína termine donde debe hacerlo.
La existencia del carácter circular que adquiere el ARNm durante la traducción ha
hecho que surja la idea de que el ribosoma puede pasar del extremo 3´del ARNm hacia
el extremo 5´, con lo cual podría iniciar otro ciclo de traducción, este fenómeno recibe
el nombre de reciclaje. Aunque la hipótesis es muy atractiva, no se ha corroborado ex-
perimentalmente.
De no ser así, el ribosoma se disociaría del ARNm y todo el proceso de traducción
comenzaría desde el principio, como se ha descrito en los párrafos anteriores.
Como se puede inferir, el proceso de la traducción genética o biosíntesis de proteínas
es complejo, en el cual interviene un número considerable de macromoléculas, cuyas
propiedades estructurales y funcionales son decisivas para su éxito. También se implican
problemas relacionados con la transferencia de información molecular y mecanismos de
reacciones químicas que son poco usuales en los laboratorios.

Posterminación
La mayoría de las proteínas no tiene su conformación definitiva y funcional al aban-
donar los ribosomas. La cadena polipeptídica formada en el ribosoma suele experimentar
modificaciones que se pueden producir de manera simultánea a su formación (modifica-
ciones cotraduccionales), o una vez que ha sido liberada del ribosoma (modificaciones
postraduccionales), que dan lugar a la forma definitiva y funcional de la proteína.
En los procariontes el grupo formilo de la formilmetionina es eliminado antes de
terminar la traducción por la acción de una desformilasa específica, y en ocasiones, tanto
en procariontes como en eucariontes, enzimas del tipo de las aminopeptidasas catalizan
la separación de varios aminoácidos a partir del extremo N terminal. La eliminación de
los aminoácidos parece estar influida por los aminoácidos que ocupan las posiciones
siguientes: la metionina permanecerá como primer aminoácido, si el aminoácido que
ocupa el segundo lugar es arginina, asparagina, ácido aspártico, ácido glutámico, isoleu-
cina o lisina; mientras que será separada si los aminoácidos que ocupan el segundo lugar
son alanina, glicina, prolina, treonina o valina. Con frecuencia el grupo aminoterminal
constituido es acetilado por la acción de transacetilasas.
Algunas cadenas laterales de los aminoácidos son modificadas, por ejemplo, durante
la síntesis del colágeno sucede la hidroxilación de los restos de prolina y de lisina; también
son esterificados grupos fosfatos a restos de serina, tirosina y triptófano de numerosas
proteínas.
Los grupos prostéticos son añadidos a las proteínas, como el hemo de la hemoglobina
y los cofactores que se unen de forma covalente a la enzima, como la biotina, el FAD,
etcétera.
Un evento postraduccional importante es la formación de los puentes disulfuro entre
dos cisteínas que contribuyen a la estructura tridimensional de muchas proteínas.
La cadena proteínica puede ser hidrolizada en diferentes puntos, como sucede con
los zimógenos del tubo digestivo, el pepsinógeno, el tripsinógeno, etc., que parecen
ser formas de almacenamiento de la enzima y solo alcanzan su estado funcional en el
momento de su acción.
La proinsulina es hidrolizada con la liberación de un segmento polipeptídico, deno-
minado péptido C, que se encuentra en el centro de la molécula, haciendo que la forma
funcional de la hormona esté constituida por dos cadenas polipeptídicas, cuando se ha
sintetizado como una cadena polipeptídica única. En la hipófisis se forma una proteína que

614 Bioquímica Médica. Tomo II


es procesada mediante proteólisis parcial específica y puede dar lugar a varias hormonas
de acuerdo con la posición de los enlaces peptídicos que son hidrolizados.
El ensamblaje de las proteínas formadas por subunidades también se produce
después de la traducción. Este ensamblaje parece ser más sencillo en procariontes, donde
en muchos casos todas las subunidades de una proteína multimérica se forman a partir
de un solo ARNm policistrónico y, por tanto, se traducen de manera simultánea; en los
eucariontes cada subunidad se forma a partir de ARNm diferentes.

Distribución de proteínas
En los organismos eucariontes tiene una significación especial el proceso de dis-
tribución de las proteínas. Todas las proteínas se forman en los ribosomas, pero deben
realizar sus funciones en diferentes compartimentos celulares y, en ocasiones, deben ser
llevadas hacia el exterior de las células. Las proteínas que permanecen en el citosol, así
como las destinadas a las mitocondrias, los peroxisomas y el núcleo, son sintetizadas por
ribosomas libres; las destinadas a otros compartimentos o hacia el exterior se sintetizan en
ribosomas unidos a las membranas del retículo endoplasmático. A manera de ilustración
se describirá el tránsito de proteínas a través de los sistemas membranosos de la célula,
entre otras cosas por ser el mejor conocido.
Las proteínas que deben ser procesadas en el retículo endoplasmático se forman
en un estado de preproteína, pues contienen hacia su extremo N terminal un pequeño
péptido de 22 a 30 aminoácidos, denominado péptido señal. Cuando este péptido ha
sido traducido es reconocido por un complejo nucleoproteínico conocido como partícula
de reconocimiento de la señal que está formada por un ARN de aproximadamente
300 nucleótidos y seis proteínas de diferentes tamaños. Esta partícula actúa también
sobre el ribosoma, bloquea la traducción y más tarde transporta los ribosomas hacia las
membranas del retículo, transfiriéndolos a una proteína receptora que es parte integral
de la membrana. La unión del ribosoma a su receptor recluta hacia esa zona un grupo de
proteínas que se organizan en forma de canal, denominado aparato translocador, y hacia
el cual es transferido el ribosoma. La unión del ribosoma al aparato translocador se rea-
liza de manera que el dominio de secreción quede en contacto con la luz del canal, y al
continuar la síntesis de la proteína esta es descargada hacia la luz del retículo (Fig. 30.17).
Formando parte del aparato translocador se han identificado, al menos, cuatro pro-
teínas con actividad enzimática. La peptidasa señal separa el péptido señal del resto de
la cadena polipeptídica, en tanto la péptido señal hidrolasa produce la degradación hidro-
lítica del péptido señal hasta sus aminoácidos constituyentes. Las dos enzimas restantes
actúan sobre la cadena polipeptídica en crecimiento. La oligosacaril transferasa cataliza
la transferencia de oligosacáridos hacia residuos específicos de serina o asparagina, en
tanto la tiol disulfuro isomerasa cataliza la formación de los enlaces disulfuros y contri-
buye a la formación de la estructura tridimensional de las proteínas.
Las proteínas que pasan a la luz del retículo contienen pequeñas secuencias ami-
noacídicas que indican su destino. La presencia hacia el extremo C terminal de la se-
cuencia KDEL determina que la proteína permanezca en el retículo, en tanto la señal
KxKx o KKxx u otras con dos lisinas dirigen las proteínas hacia el aparato de Golgi. La
presencia de manosa-6-P en el extremo de los oligosacáridos orienta las proteínas hacia
los lisosomas. Se cree que existe otra señal para las proteínas que forman gránulos de
secreción, pero no ha sido identificada. Estos gránulos de secreción se acumulan por
debajo de la membrana plasmática y son segretados hacia el exterior cuando la célula
recibe un estímulo específico. De igual manera se supone la existencia de señales que
determinan la ubicación de proteínas en la membrana plasmática, en la cual parece ser
determinante un residuo de tirosina. Si ninguna de estas señales está presente, entonces

Capítulo 30. Traducción 615


la proteína es segretada en forma constitutiva, lo cual significa que la ausencia de señal
es también una señal.
Aunque en los últimos años se ha progresado notablemente en el conocimiento de los
mecanismos moleculares que intervienen en el proceso de distribución de las proteínas,
falta mucho por conocer para tener una imagen precisa de este proceso.

Fig. 30.17. Síntesis de las proteínas de secreción. (a) Formación del complejo de iniciación y comienzo de la elongación;
(b) al aparecer el péptido señal este es reconocido por la partícula de reconocimiento que detiene la síntesis de proteínas;
(c) los ribosomas son llevados a una proteína receptora que se encuentra en la membrana del retículo endoplasmático;
(d) la unión del ribosoma a su receptor provoca el reclutamiento hacia ese sitio de un grupo de proteínas que forman un
canal a través de la membrana; (e) la proteína es translocada por el canal hacia la luz del retículo y la síntesis continúa,
y (f) una vez terminada la síntesis, el ribosoma se separa del canal que se desarma y el ciclo comienza de nuevo.

Consideraciones energéticas
El proceso que se acaba de describir representa un gasto energético considerable
para la célula que solo puede justificarse por el elevado valor que tiene el producto que
se obtiene –las proteínas. Aunque se ha señalado que la hidrólisis del GTP tiene
fundamentalmente una función reguladora, es cierto que la energía se libera y, por tanto,
constituye un gasto para la célula, que se pudiera cuantificar si se tiene en cuenta lo que
ocurre en cada una de las etapas.
En los eventos previos a la iniciación tiene lugar la activación de los aminoácidos,
reacción en la cual se libera AMP, por lo que representa un gasto energético equivalente
a dos ATP por cada aminoácido que es activado. En la iniciación un GTP es hidrolizado
cuando el formilmetionil-ARNt o la met-ARNti se incorpora al sitio P. Durante la elon-
gación se requiere un GTP para la incorporación de cada aminoacil-ARNt y otro más
para la translocalización. Como esta etapa tiene carácter repetitivo, representa el mayor
gasto; también en la terminación se consume un GTP.

616 Bioquímica Médica. Tomo II


Para tener una idea real del gasto que el proceso representa, se tomará como ejemplo
la síntesis de la α-globina que como se sabe tiene 141 aminoácidos. La activación de
esos aminoácidos representa un gasto total de 282 ATP. La iniciación y la terminación
consumen un GTP cada una. En la elongación harían falta dos GTP por cada aminoácido,
por tanto el total sería otra vez de 282 ATP. En total serían 566 moléculas de ATP por
cada molécula de la α-globina.

Inhibidores de la traducción
Debido a las diferencias entre los componentes del sistema traduccional en proca-
riontes y eucariontes, los inhibidores del proceso en un tipo de organismo suelen no serlo
en el otro, aunque existen excepciones.
Los principales inhibidores de la traducción son antibióticos que no solo han tenido
valor en el tratamiento de las enfermedades infecciosas, sino también en el esclareci-
miento de muchos de los aspectos relacionados con los mecanismos de la traducción.
La puromicina permitió comprobar la existencia de los dos sitios funcionales del
ribosoma. Este antibiótico actúa como un análogo del aminoacil-ARNt (Fig. 30.18),
pero no del fmet-ARNti lo cual demostró que uno y otro se ubican en sitios diferentes.
La adición de puromicina a un sistema de síntesis de proteínas provoca la terminación
prematura de la cadena y origina pequeños péptidos de diferentes tamaños.

Fig. 30.18. Mecanismo de acción de la


puromicina (a). Existe una gran simi-
litud estructural entre la puromicina y
el aminoacil-ARNt (b), por lo que el
antibiótico se une al sitio A del ribosoma
e impide la entrada del ARNt cargado,
lo que provoca la terminación abortiva
de la síntesis de la proteína.

La estreptomicina se une a la proteína S12 e impide la incorporación del ARNti


cargado o causa errores de lectura del código, si el proceso está en fase de elongación.
El cloranfenicol inhibe la peptidiltransferasa. La eritromicina se une a la subunidad
50 S e impide su reasociación con el complejo de iniciación de 30 S, pero no tiene efecto
sobre la elongación (Fig. 30.19).

Resumen
La traducción constituye la etapa crucial del proceso general de expresión de la in-
formación genética, ya que en esta se producen las proteínas cuyas funciones específicas
determinan un organismo.
Este proceso tiene lugar en los ribosomas y se produce unidireccionalmente del ex-
tremo N terminal al C terminal, colineal a la lectura del ARNm. Tiene carácter gradual y
repetitivo y está acoplada a la hidrólisis de NTP; para su realización se requieren más de
200 macromoléculas específicas. Para su incorporación a las proteínas los aminoácidos
deben ser activados, lo cual se logra con su unión a los ARNt específicos por enzimas
denominadas aminoacil-ARNt sintetasas.

Capítulo 30. Traducción 617


Fig. 30.19. Inhibidores de la traducción. Los
principales inhibidores de la traducción son
antibióticos, algunos de estos solo tienen
acción sobre organismos procariontes (*),
otros solo sobre eucariontes (**) y muy pocos
sobre ambos.

La iniciación consiste en la formación del complejo de iniciación, para lo cual es


necesaria la separación de las subunidades de los ribosomas y la unión específica a
la menor del ARNm y del ARNti cargado con N-formil-metionina en procariontes o
metionina en eucariontes. En esta etapa son necesarias proteínas específicas, llamadas
factores de iniciación, también se requiere la energía de hidrólisis del GTP.
La elongación consiste en la incorporación uno a uno de los aminoacil-ARNt
determinados por los codones que aparecen sucesivamente en el ARNm y para lo
cual se requiere de los factores de elongación y de la hidrólisis del GTP.

618 Bioquímica Médica. Tomo II


Durante la terminación algunas proteínas específicas, conocidas como factores de
liberación, interactúan con el codón de terminación y no solo determinan el final de la
síntesis, sino también el desensamblaje del sistema biosintético. En muchas ocasiones
las proteínas son modificadas durante o después de la traducción hasta ser totalmente
funcionales.
Existen numerosos antibióticos cuyo mecanismo de acción consiste en inhibir alguna
de las fases de la traducción, pero estos han contribuido considerablemente al conoci-
miento del proceso.

Ejercicios
1. Demuestre que en el proceso de la traducción se cumplen los principios siguientes:
a) De los cambios graduales.
b) De acoplamiento.
c) De interrelación.
d) De transferencia de información.
2. ¿Por qué en los experimentos de Niremberg y otros (ver capítulo 28) se podían utilizar,
como ARNm, polinucleótidos que no contenían el codón AUG para la iniciación?
3. ¿Qué significado tienen en cuanto a la fidelidad de copia de la traducción las pro-
piedades de las enzimas aminoacil-ARNt sintetasa?
4. La enzima nucleósidodifosfatoquinasa cataliza la reacción:
ATP + GDP = ADP + GTP
¿Por qué cree usted que la inhibición de esta enzima provoca una inhibición de la
traducción?
5. La cisteína puede perder su grupo sulfihidrilo espontáneamente. En un experimento
con reticulocitos de conejo se observó que en algunas posiciones de la proteína donde
debía aparecer cisteína, aparecía alanina. ¿Cuándo se produjo la pérdida del grupo
sulfihidrilo, antes o después de la reacción de activación?
6. Una cepa de E. coli produce una proteína L12 mutante. Esta cepa es resistente a la
acción de la estreptomicina. ¿Existe alguna relación entre estos dos hechos? Expli-
que su respuesta.
7. Explique por qué la fosforilación del eFI-2α por la proteína quinasa, estimulada por
el interferón, provoca una inhibición de la síntesis de proteínas. ¿Pudiera esta acción
explicar la acción antiviral del interferón?
8. ¿Qué sucedería si por una mutación un ARNt pudiera leer uno de los codones de
terminación?

Capítulo 30. Traducción 619


31
Capítulo

Recombinación genética

L
a recombinación genética es uno de los procesos más importantes en que
participa el ADN celular. Durante su transcurso se produce el intercambio
de grandes segmentos de ADN entre dos moléculas. Sin este proceso, los
cromosomas constituirían una combinación fija de alelos particulares,
sujetos únicamente a los cambios mutacionales; el lugar de los daños provocados por
las mutaciones se agrandaría muchas veces, ya que pasaría del gen al cromosoma; las
mutaciones dañinas se irían acumulando hasta anular funcionalmente al cromosoma. Al
intercambiar los genes de un cromosoma a otro, la recombinación permite la separación
de las mutaciones dañinas de las beneficiosas, haciendo posible la eliminación de las
primeras y la conservación de las segundas. Desde el punto de vista de la evolución,
un cromosoma viene a ser algo así como “un ave de paso”, una asociación temporal de
alelos, cuya existencia particular en los grandes periodos evolutivos sería efímera.
Existen numerosas formas de recombinación genética, teniendo en cuenta el modo en
que sucede el intercambio de los bloques de ADN y de acuerdo con el tipo de organismo
donde se produce. El mecanismo es complejo y no está totalmente esclarecido ni en los
organismos más simples, a pesar del extraordinario avance logrado en su comprensión
durante los últimos años.
En este capítulo, primero se discutirán brevemente los conocimientos actuales acerca
de los mecanismos moleculares de la recombinación genética, tomando como referencia
el sistema mejor conocido –el de la E. coli–, y con posterioridad, los ejemplos más so-
bresalientes del proceso en seres humanos.

Historia del problema


El fenómeno de la recombinación genética fue descubierto en las primeras décadas
del siglo xx por Thomas Hunt Morgan. A pesar de que el gen como unidad del fenómeno
hereditario fue descubierto por Gregor Mendel a mediados del siglo xix, quien además
estableció las leyes que rigen su segregación, este hecho quedó casi en el olvido hasta
principios del siglo xx cuando prácticamente las leyes de Mendel fueron “redescubiertas”.
A partir de ese momento comienza el desarrollo de la genética. Entre los años 1910 y
1925 Thomas Hunt Morgan y sus colaboradores realizaron extensos estudios acerca de
la genética de la mosca del vinagre Drosophila melanogaster; mediante cuidadosas
observaciones visuales detectaron más de 100 anormalidades físicas, debidas a mutaciones
en los genes que se expresaban en variaciones en el color de los ojos, la forma de las alas,
las antenas, etc. Morgan determinó que estos caracteres se segregaban en cuatro grupos
que se correspondían con el número de cromosomas de la Drosophila e introdujo el con-
cepto de ligamiento para aquellos genes que, por estar ubicados en el mismo cromosoma,
con frecuencia se segregan unidos. Sin embargo, en algunos casos se observaba que los
descendientes se apartaban del patrón de ligamiento, esto quiere decir que aparecían
caracteres mezclados; a este fenómeno se le dio el nombre de recombinación.
Para ilustrar el concepto se utilizará un caso hipotético. Suponga que un animal tiene
un gen que determina el color del pelo (llamémosle A) y otro que determina el de los
ojos (que llamaremos B). Cuando el animal tiene la forma silvestre del gen, los ojos y el
pelo son negros. Sin embargo, existen genes mutantes a y b que determinan la existencia
de ojos verdes y pelo gris. Si se cruzan dos líneas puras de estos animales: uno de pelo
y ojos negros y otro de pelo gris y ojos verdes, todos los descendientes son de ojos y
pelo negros, por lo tanto estos son los caracteres dominantes. Si los genes A y B o a y
b se encuentran muy cercanos en el mismo cromosoma, casi siempre segregarán juntos
y los animales con ojos negros siempre tendrán el pelo negro y los de ojos verdes, el
pelo gris. Sin embargo, si se obtiene un animal con ojos verdes y pelo negro o con ojos
negros y pelo gris, significa que los genes han pasado de un cromosoma a otro, esto es,
se ha producido la recombinación genética.
El proceso de la recombinación se puede observar durante el estudio microscópico
de la meiosis de las células germinales, donde los cromosomas homólogos se disponen
uno al lado del otro en una estructura denominada sinapsis, y luego se observa la fusión
de estos en determinados puntos, denominados quiasmas.
Las experiencias de transformación del neumococo realizadas por Fred Griffiths,
en 1928, constituyen también un proceso de recombinación genética, aunque en aquel
momento no se conocía.
Desde entonces el fenómeno de la recombinación se ha observado cada vez con
mayor frecuencia en los estudios experimentales y se han obtenido numerosos datos,
tanto cualitativos como cuantitativos, que han permitido la construcción de mapas gené-
ticos basados en la frecuencia de recombinación. Sin embargo, el mecanismo molecular
continuaba siendo un misterio.
Un paso significativo fue dado en este sentido cuando en 1964 Robin Holliday, a
partir de la interpretación de numerosos resultados experimentales, propuso un modelo
que satisfacía todos los requerimientos y en el cual desempeñaba una función importan-
te un intermediario, en el que dos cromosomas recombinantes se mantenían unidos de
forma covalente, en una región determinada por una conexión entrecruzada, formada
por el intercambio recíproco de dos de las cuatro cadenas de las dos moléculas de ADN
que participan en el proceso. Esta estructura se conoce hoy como “el intermediario de
Holliday”.
Este intermediario tuvo una comprobación física en 1970, cuando pudo ser observado
mediante microscopia electrónica. En los últimos años, estudios con extractos de E. coli
y con productos génicos purificados, que estaban involucrados en la recombinación,
han permitido profundizar en el conocimiento del proceso al nivel enzimático. Al estudio
de la recombinación a este nivel está dedicado el contenido de este capítulo.

Tipos de recombinación genética


La recombinación se expresa en fenómenos diferentes entre los microorganismos
que son generalmente haploides y los organismos diploides. En los haploides siempre

622 Bioquímica Médica. Tomo II


se requiere de la existencia de una molécula extraña de ADN o de un segmento de esta
que se traslada de un lugar a otro. En los diploides el intercambio puede producirse entre
dos moléculas que se encuentran en cromosomas homólogos.
La recombinación genética es el fundamento molecular de varios fenómenos como
la transfección, la transformación, la transducción, la integración y la transposición. La
transfección consiste en la transferencia de ADN de un organismo a otro mediante el uso
de un vector, casi siempre un virus, y tiene un propósito experimental. En el proceso de
transformación una molécula de ADN que aparece en el medio, por haber sido liberada por
otra bacteria, es captada e incorporada al cromosoma bacteriano, determinando cambios
en el fenotipo en la bacteria receptora, como sucedió en el experimento de Griffiths. Por
su parte, la transducción necesita de un virus como vector, el cual asimila un segmento
de ADN de una célula infectada y lo transfiere a otra que lo incorpora a su genoma. Por
último, la conjugación se produce por el traspaso directo entre bacterias de pequeñas
moléculas de ADN circulares denominadas plásmidos. En todos estos casos se requiere la
existencia de grandes zonas de secuencias homólogas entre el ADN donante y el aceptor,
las secuencias deben ser idénticas o casi idénticas. Debido a este requerimiento dichos
procesos pertenecen al tipo llamado recombinación homóloga o general.
Un segundo tipo se presenta cuando un virus infecta una bacteria y el ADN viral ex-
perimenta un proceso de integración al ADN bacteriano, donde no existe homología entre
la secuencia donante y la aceptora, sino que se produce por la presencia de secuencias
específicas que permiten que enzimas determinadas las reconozcan, corten y empaten
con el ADN viral; este tipo se denomina recombinación por sitio específico.
En la transposición un segmento de ADN migra de una parte a otra de la molécula
o de un cromosoma a otro en los organismos diploides, sin que se requiera la existencia
de secuencias homólogas.
En ocasiones se emplea el término de recombinación ilegítima para aquellos casos
que no se ajustan a ninguno de los señalados, cuyos mecanismos y requerimientos son
desconocidos.
En lo que se refiere a organismos superiores se suele hablar de recombinación sexual
para designar aquella que se produce en las células sexuales, y recombinación somática
cuando ocurre en el resto de las células.

Modelo de Holliday
El modelo más aceptado sobre el mecanismo de la recombinación genética fue propuesto
por Robin Holliday, en 1964 (Fig. 31.1). Este comprende dos grandes etapas: iniciación
y maduración.
Iniciación. Dos dobles hélices homólogas se alinean una al lado de la otra (aparea-
miento) y cada una de las bandas es cortada mediante enzimas en un lugar específico,
de esta manera se crea un extremo libre que abandona la hebra complementaria a la cual
estaba unida por puentes de hidrógeno, se asocia con la cadena complementaria de la otra
molécula (invasión de hebra) y se establece una interacción física entre las dos moléculas
a recombinar. Esta estructura se puede estabilizar por la acción de la ADN ligasa que
forma los enlaces fosfodiéster correspondientes en cada hebra. La hebra invasora puede
ir estableciendo cada vez un mayor número de puentes de hidrógeno con la molécula
invadida y desplaza a la cadena original (migración de hebra). La estructura así formada
recibe el nombre de intermediario de Holliday.
Este intermediario no es estático y su posición puede ir variando en un sentido o en
otro por el mecanismo de migración, o puede rotar sobre su eje cilíndrico (isomerización),
lo que hace que adquiera una nueva forma.

Capítulo 31. Recombinación genética 623


Fig. 31.1. Modelo general de Holliday.
El modelo de recombinación propuesto
por Holliday plantea que dos moléculas
de ADN se aparean (a) y se produce un
corte en cada una de las bandas (b). Los
extremos libres invaden la molécula
contraria (c y d) y forman puentes de
hidrógeno con la cadena complemen-
taria. La ADN ligasa sella la brecha (e)
y se produce la migración de la hebra
(f), dando el intermediario de Holliday.
Se observa que en este momento existe
una zona formada por cuatro cadenas
de ADN, enrollada una sobre otra. La
isomerización por rotación (g y h) y el
corte posterior en un sentido vertical u
horizontal (i) dan lugar a dos moléculas
recombinadas (j y k). La zona heteróloga
o heterocigótica se observa cuando en un
sector de la molécula, una de las cadenas
aparece en rojo y la otra en azul.
La construcción de modelos espaciales ha probado, sorpresivamente, que no existen
impedimentos estéricos para la existencia de esa estructura y que casi todas las bases se
encuentran apareadas.
La migración de la hebra puede dar lugar a la formación de zonas heterólogas de
ADN, segmentos donde el apareamiento de las bases está alterado con la formación
de áreas que son genéticamente heterocigóticas; este es uno de los hechos que más ha
apoyado el modelo de Holliday.
Estudios teóricos y prácticos han llevado a la conclusión de que la velocidad de
migración es suficientemente elevada como para permitir la formación de zonas híbridas
en condiciones fisiológicas.
Dada la simetría de la estructura, la maduración puede ocurrir de dos formas y dar
lugar a dos pares de cromosomas recombinantes.
La ruptura de arriba a abajo o de izquierda a derecha libera moléculas de ADN de
igual tamaño, en las cuales pueden existir regiones heterocigóticas, y los genes que están
en los flancos pueden mantenerse en su posición original o con igual probabilidad pudo
haberse realizado una recombinación recíproca.
Este modelo es muy atractivo como mecanismo general de la recombinación por-
que puede dar cuenta de las propiedades genéticas de cromosomas recombinantes que
se producen en las formas más complejas de intercambio de genes que se conoce –la
meiosis de los eucariontes.
Dos hechos importantes se deben recordar:
−− La recombinación ocurre con la conservación neta del material genético: por cada dos
cromosomas que entran al proceso, salen dos cromosomas.
−− Los cromosomas recombinantes se producen en pares recíprocos, no en general entre
la población, sino durante eventos individuales de entrecruzamiento.

Comprobación del modelo


Aun cuando el modelo de Holliday fue propuesto sobre la base de estudios genéticos
en eucariontes, su confirmación se realizó por estudios en procariontes, especialmente
en E. coli.
El genoma de E. coli está constituido por una gran molécula circular de ADN y
en el citoplasma bacteriano se encuentran moléculas independientes de ADN, también
circulares, pero de mucho menor tamaño que reciben el nombre de plásmidos.
Si ocurriera la recombinación entre dos moléculas circulares de ADN se debe formar
una estructura semejante al número ocho, como se muestra en la figura 31.2, o una mo-
lécula doble, dimérica, de acuerdo con el momento en que se observe la estructura. Este
tipo de estructura en forma de 8 fue observado en el microscopio electrónico a partir de
plásmidos extraídos de E. coli.
Aunque la existencia de la estructura en 8 se puede considerar como una evidencia
del mecanismo propuesto, no es suficiente para demostrarlo, ya que se pueden obtener
estructuras similares por la existencia de dos círculos concatenados o por un solo círculo que
se ha torcido sobre sí mismo y da lugar a esta imagen. Para eliminar esas posibilidades,
los extractos fueron tratados con una enzima de restricción que provocaba un solo corte
en cada una de las moléculas; si se tratara de alguno de los casos mencionados debían
obtenerse una o dos moléculas lineales de ADN, según el caso; si fuera el intermediario Fig. 31.2. Recombinación de
moléculas circulares. Cuando las
de Holliday lo que se está visibilizando, el resultado sería una estructura de forma similar dos moléculas recombinantes son
a la letra griega chi (χ) con dos pares de brazos de igual longitud. Esta fue la estructura circulares existe una estructura
intermedia que recuerda la figura
visibilizada (Fig. 31.3), con lo cual quedó demostrada la existencia del intermediario del número 8.
de Holliday.

Capítulo 31. Recombinación genética 625


Fig. 31.3. Moléculas circulares re-
combinadas. Cuando las moléculas
circulares recombinadas se tratan con
una enzima de restricción, que haga solo
un corte en cada una de las moléculas,
se origina una figura similar a la letra
griega chi.

Formación del intermediario de Holliday


Existen tres modelos fundamentales para explicar la formación del intermediario de
Holliday, con el propósito de ajustar el mecanismo propuesto a los datos experimentales,
sobre todo en cuanto al grado de heterología del ADN recombinado.
El modelo descrito en la figura 31.1 supone que cada una de las moléculas de ADN,
una vez apareadas, son cortadas mediante enzimas en un sitio específico. La hebra que
posee el extremo libre invade la otra molécula en zonas de secuencias homólogas y
más tarde el mecanismo de migración aumenta la zona de ADN heterólogo. La brecha
existente es sellada por la acción de la ADN ligasa; de esta forma la zona heteróloga es
similar en ambas moléculas.
Un mecanismo alternativo (Fig. 31.4) plantea que el corte se produce en una sola hebra
de una de las dos moléculas (Fig. 31.3) y esta invade la otra molécula en zonas homólogas.
Se produce entonces la migración de la hebra mientras que la ADN polimerasa I va
llenando el espacio que queda en la otra molécula. En algún momento posterior se
produce la invasión de la otra molécula y con ello aparece el intermediario de Holliday,
cuando las bandas son selladas por la ligasa. En este caso las zonas heterólogas son de
tamaño diferente.
Un tercer modelo se muestra en la figura 31.5, según el cual se produce un determi-
nado grado de desnaturalización del ADN en las cadenas apareadas, lo cual posibilita la
invasión recíproca de las bandas si existen secuencias homólogas. Se produce la migración
en los dos sentidos, para lo cual es necesaria la participación de la topoisomerasa I, origi-
nándose dos zonas de entrecruzamiento que por un solo corte dan lugar al intermediario
de Holliday. Aquí, las zonas heterólogas son iguales en tamaño.

626 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 31.4. Modelo de alternativo de recombinación. En este modelo una de las cadenas invade la otra (a la izquierda) y la
hebra que queda desapareada es rellenada por la ADN polimerasa I (a la derecha). Después es que se produce la invasión
de la hebra contraria y el proceso sigue igual al modelo ya descrito. Se observa que en este caso la zona heteróloga es
diferente en cada una de las moléculas recombinadas.

Fig. 31.5. Modelo de recombinación sin corte. Dos moléculas de ADN se aparean a todo su largo (a). Una desnatura-
lización local permite la invasión recíproca de las dos moléculas (b), que va aumentando en longitud (c y d). El paso
de isomerización por rotación (e y f) y el corte (g) dan lugar al intermediario de Holliday (h) que se madura y da dos
moléculas recombinadas, cuyas zonas heterólogas son de igual longitud.
Enzimología de la recombinación
Por estudios con bacterias mutantes se han podido identificar 12 genes involucrados
en el proceso de la recombinación y son principalmente de las familias rec y ruv. Además,
están los relacionados con las proteínas que participan en el metabolismo general del
ADN, como la ADN polimerasa I, la ADN ligasa, las SSB y las topoisomerasas I y II.
No todos los genes de la familia rec se han podido caracterizar con igual profundidad,
lo cual supone que el proceso no está completamente esclarecido. Sin embargo, el co-
nocimiento actual permite buena aproximación al mecanismo molecular del proceso.
Estudios experimentales han demostrado que mutaciones en el gen recA pueden
reducir hasta 1 000 veces la recombinación genética. La proteína RecA es un polipéptido
de 40 kD, cuya síntesis se incrementa notablemente en situaciones que afectan de forma
negativa el metabolismo del ADN (luz ultravioleta, ácido nalidíxico, bleomicina o mi-
tomicina C), haciendo que pase de su nivel normal de unas 2 000 moléculas por célula
a 50 000 aproximadamente, o sea, 6 % del total de las proteínas celulares.
La primera actividad enzimática conocida de RecA fue su acción proteolítica, cuyo
significado se aclara en el capítulo 33 y no está relacionada con la recombinación.
Con posterioridad se demostró que la interacción con ADN de cadena simple (ADNs)
desarrollaba en esta una fuerte actividad de adenosintrifosfatasa (ATPasa) y le permitía
catalizar la asimilación de esa hebra a una molécula de ADN de doble hebra (ADNd),
donde existieran zonas de secuencias homólogas.
En experimentos de recombinación la cantidad de RecA necesaria es directamente
proporcional a la cantidad de ADNs en el sistema, en forma estequiométrica; un monómero
de 40 kD es necesario por cada tres bases de ADNs. La RecA puede unirse tanto al ADNs
como al ADNd, pero de forma diferente y compleja. Su unión al ADNs es más simple
y no requiere ATP, pues si se añade, este es hidrolizado rápidamente y RecA se une y se
separa de forma alternativa del ADNs. En contraste, en condiciones fisiológicas la unión
de RecA al ADNd requiere ATP y es 100 veces más lenta que su unión al ADNs. El sitio
de unión del ADNs y el ADNd es el mismo o son tan próximos que llegan a superponerse.
El producto de recB es un polipéptido de 140 kD que se asocia con el producto
de recC, un polipéptido de 128 kD y con el de recD de 58 kD, formando una proteína
multimérica conocida como RecBCD. Mutaciones en estos genes disminuyen la recom-
binación al nivel de 1 % del tipo silvestre, muy importante, aunque menos que recA.
Tiene una potente actividad de exonucleasa y endonucleasa. Lo más sobresaliente es una
actividad de endonucleasa de sitio específico como la enzima de restricción que reconoce
la secuencia 5’GCTGGTGG3’, conocida como motivo chi (χ). La enzima corta el ADN
en el cuarto o sexto nucleótido después de 3’. Los productos de los demás genes de la
familia rec son menos conocidos, aunque se sabe que RecF es una proteína de unión al
ADNs, RecJ es una exonucleasa para ADNs y RecQ es una helicasa.
La otra familia génica implicada es ruv. RuvA es una proteína de 22 kD que forma
tetrámeros, los cuales se unen al ADN que presente forma de X. RuvB es una ATPasa
débil de 34 kD que se une al complejo ADN¦RuvA, y RuvC que solo tiene 19 kD es capaz
de resolver los intermediarios de Holliday por rupturas endonucleolíticas.
Cuando RecBCD se incuba con ADNd, ATP y ADNs, su actividad de nucleasa se
suprime y actúa desenrollando el ADNd, como una helicasa, de este modo se expone
ADNs que es cubierto por las SSB. Se ha propuesto un modelo a partir de los estudios
cinéticos de la enzima. En condiciones fisiológicas un extremo de RecBCD se une al
ADNd y comienza a desenrollarlo a una velocidad de 300 nucleótidos por segundo. La
cadena formada es liberada en el otro extremo a una velocidad de 200 nucleótidos por
segundo. La diferencia de velocidades origina un asa de ADNs, que va creciendo en la

628 Bioquímica Médica. Tomo II


medida que la enzima se desplaza sobre el ADNd. Estas bandas simples interaccionan
con las SSB que las cubren totalmente y aparecen cadenas simples que pueden servir de
sustrato a RecA para comenzar la recombinación. Cuando aparece el motivo chi (χ) corta
la hebra y genera el extremo libre necesario para la acción de RecA, que se polimeriza
en forma helicoidal alrededor del ADNs y forma un surco donde se pueden alojar tanto
el ADNs como el ADNd, por lo cual se supone que un ADN trifibrilar actúa como inter-
mediario de la recombinación.
Una vez formado el complejo ADNs:ADNd:RecA se produce la asociación entre
las dos hebras, si existe homología de secuencia; de no ser así se produce la hidrólisis
del ATP y la separación del complejo que vuelve a unirse en otro sitio hasta formarse un
apareamiento estable (Fig. 31.6).

Fig. 31.6. Unión entre el ADN y RecA.


Las moléculas globulares de RecA for-
man un filamento doble que se asocia
con el ADN. La rotación de la molécula
va provocando la migración de la hebra
invasora.

La homología que se requiere no es absoluta, de lo contrario, las zonas heterólogas


no se formarían. En pruebas realizadas se ha demostrado que el ADN con una homo-
logía de 90 % puede ser recombinado, en tanto otros con 70 % no pueden recombinarse;
el límite de máxima tolerancia no es conocido aún. En este primer paso se produce el
apareamiento de 300 a 500 pares de bases, después el ATP es hidrolizado y el complejo
se disocia. Para la migración es necesaria la acción reiterada de RecA que se asocia y
disocia hidrolizando ATP en cada ciclo.
En esta primera etapa intervienen las SSB, aun cuando RecA puede hacer todo el
proceso hasta la formación del intermediario de Holliday, este evento mejora extraor-
dinariamente su eficiencia si al sistema se añade SSB, con lo cual se requiere de menos
cantidad de proteína RecA y de hidrólisis de ATP para lograr un grado igual de recom-
binación en relación con preparaciones que no contienen SSB.
Mientras la hebra invasora no se encuentre unida de forma covalente por la ADN
ligasa, no se presentará ningún problema topológico, ya que existe un extremo libre que
permite la relajación de las tensiones que se van creando en la medida que la migración
avanza. Pero una vez que la brecha ha sido sellada, aparecerán los problemas topológicos,
los cuales pueden ser resueltos con la participación de la topoisomerasa I, que por rup-
tura y formación de enlaces fosfodiéster permite aliviar las tensiones de manera similar
a como ocurre en la replicación.
La enzimología de la maduración es menos conocida. El descubrimiento de las
enzimas codificadas por los genes de la familia ruv ha comenzado a esclarecer esta
etapa final del proceso de recombinación. Sin embargo, aún queda mucho por aclarar.
Se espera que los métodos modernos de análisis genéticos permitan que en los próximos
años todos los mecanismos implicados en el proceso de recombinación genética queden
totalmente esclarecidos.

Recombinación genética en seres humanos


Al igual que en muchos organismos superiores, en los seres humanos tienen lugar
procesos de recombinación. A continuación se ofrecerá una descripción simplificada de
un ejemplo de recombinación somática y otro de recombinación sexual.

Capítulo 31. Recombinación genética 629


Recombinación somática. El ejemplo más sobresaliente de la recombinación
somática en los seres humanos es el reordenamiento de los genes de las inmunoglobu-
linas durante la maduración de los linfocitos B que son los productores de anticuerpos.
Las inmunoglobulinas (Ig) o anticuerpos están formadas por cuatro cadenas polipep-
tídicas iguales dos a dos. Una cadena mayor, denominada H (del inglés heavy: pesada) y
una cadena corta, L (del inglés light: ligero), se aparean a partir del extremo N-terminal
y forman un dímero que se une a un dímero igual mediante puentes disulfuro. Las
características de la cadena H determinan el tipo de inmunoglobulina: IgA, IgG, IgM,
etc. La estructura de las inmunoglobulinas se muestra en la figura 31.7.

Fig. 31.7. Estructura de las inmunoglo-


bulinas. Cada molécula está formada por
dos cadenas ligeras (L) y dos pesadas
(H) unidas por puentes disulfuro. Cada
cadena está formada por un zona varia-
ble (VL y VH) y dos zonas constantes
(CL y CH). Las zonas variables de las
dos cadenas forman el sitio de unión con
el antígeno.

Aproximadamente los 100 primeros aminoácidos de las dos cadenas son diferentes
en todas las inmunoglobulinas del mismo tipo y por eso se le llama zona variable (V);
el resto es igual en las moléculas del mismo tipo y se le llama constante (C). Esta gran
diversidad estructural es resultado de la forma de organización de los genes, pues no están
organizados de forma continua, sino por sectores. Así, el conjunto génico de las cadenas
pesadas tiene varios sectores variables (V), otros que son de unión o J (del inglés, join,
unir) y otros que se denominan D, por incrementar la diversidad (Fig. 31.8).
Durante la maduración de los linfocitos B se produce la reordenación de estos
segmentos génicos que dan lugar a una unidad de transcripción de la cual se origina un
ARNm que al traducirse producirá una molécula única de inmunoglobulina.
Hacia el lado 3´de cada segmento V existe una secuencia señal de recombinación
(SSR), formada por un heptanucleótido y un nonanucleótido, separados por un espaciador
de 12 pb y hacia el extremo 3´de los segmentos D también existe un nonanucleótido y un
heptanucleótido, pero separados por un espaciador de 23 pb. Las proteínas de los genes
RAG1 y RAG2 (del inglés, recombination activating genes) acercan la SSR del extremo
3´de un sector V con la SSR del extremo 5´de un sector D. Estas proteínas catalizan la
hidrólisis del enlace fosfodiéster entre el heptámero y la zona V y D, de manera que en
ambas aparece el extremo 3´-OH que produce un ataque nucleofílico sobre el fosfato
de la hebra complementaria formando una estructura en forma de horquilla y liberando
la zona que une al segmento V con el D. Estos extremos en forma de horquilla generan
una estructura llamada sinapsis que se mantiene por el complejo Rag1/Rag2 que recluta
al complejo Ku (formado por Ku70 y Ku80) hacia ese sitio. Las proteínas Ku son las
subunidades acompañantes de la proteína quinasa dependiente de ADN (ADN-PK); tienen

630 Bioquímica Médica. Tomo II


forma de anillo y se enrollan a los dos extremos del ADN y reclutan hacia ese sitio a la
subunidad catalítica de ADN-PKcs. Esta fosforila y activa a la endonucleasa codificada
por el gen Artemisa y que produce la ruptura de la horquilla. Los extremos de las zonas
codificantes de los segmentos V y D son “podados” por exonucleasas no identificadas y
los segmentos monofibrilares, alargados por ADN polimerasas. Por último, los sectores
codificantes son ligados por la acción combinada de XRCC4 (del inglés, X-ray repair
cross-complementing protein 4), XLF y la ADN ligasa IV. De esta manera queda formado
el segmento génico que codificará la primera parte de la zona N-terminal de la cadena
pesada de la inmunoglobulina.

Fig. 31.8. Recombinación somática. Un sector V y otro D son unidos por el complejo RAD1/RAD2 utilizando las secuencia
señal de recombinación (SSR) y corta las dos moléculas liberando toda la zona de ADN intermedia entre los dos sectores.
Los bordes son procesados por un complejo de proteínas que incluye a la ADN-PK y sellados por XRCC4/XLF/ADN
ligasa IV. Más detalles aparecen en el texto.

Capítulo 31. Recombinación genética 631


Recombinación sexual
En los seres humanos el ejemplo más claro de recombinación sexual se produce
durante la meiosis en el proceso de maduración de los gametos.
Breve recuento de la meiosis. La meiosis es el proceso mediante el cual se pro-
ducen los gametos a partir de células germinales precursoras. Consta de dos divisiones
celulares sucesivas sin que entre estas se produzca la replicación del ADN. Durante el
proceso se produce la reducción a la mitad del número de cromosomas y como resultado
se obtienen cuatro células haploides. En la primera división, especialmente en la profase,
es donde ocurren los procesos fundamentales, mientras que la segunda transcurre como
una mitosis normal.
La meiosis comienza cuando la célula precursora alcanza la etapa G2 después de
haber replicado el ADN. La profase de la primera división en la meiosis (profase I) es un
paso crítico en el ciclo de vida de las células reproductoras en los eucariontes. Durante esa
fase una sucesión de eventos celulares y moleculares coordinados aseguran que los cro-
mosomas homólogos de origen materno y paterno segreguen adecuadamente permitiendo
la eventual formación de los gametos haploides. Uno de esos eventos es el intercambio
de ADN entre cromosomas homólogos mediante la recombinación homóloga, lo cual
conduce a la trasmisión a la progenie de nuevas combinaciones de alelos. En la profase I
es cuando se producen los procesos fundamentales. Comienza la condensación de los
cromosomas que permite la observación de zonas más gruesas en el ADN, llamadas cro-
mómeros, con un patrón característico para par cromosómico. Después los cromosomas
homólogos empiezan a acomodarse por parejas a lo largo de toda su extensión, fenómeno
denominado sinapsis y es muy preciso, de modo que las moléculas de ADN contactan
punto por punto a todo lo largo del par de cromosomas. La unión de los cromosomas se
produce mediante un complejo multiproteínico denominado complejo sinaptonémico.
A continuación se completa la sinapsis y se condensan los cromosomas de manera que
pueden observarse las cromátidas, por lo que a este estado se le denomina tétrada. Al
final el complejo sinaptonémico ha desaparecido, pero los cromosomas homólogos se
mantienen unidos por estructuras denominadas quiasmas que mantienen unida la pareja;
el par de cromosomas alcanza su máxima condensación y de esta forma se localizan en el
plano ecuatorial para dar comienzo a la metafase.
La metafase I comienza con la desaparición de la envoltura nuclear y la formación
del huso acromático, y los cromosomas homólogos se colocan en la placa ecuatorial.
Cada uno de los cromosomas del par se une al huso por el cinetócoro.
En la anafase I cada cromosoma del par migra hacia los polos celulares, esto es, a
diferencia de la mitosis en la cual migra una de las cromátidas, en esta fase de la meiosis
migra un cromosoma completo, de manera que las células hijas tendrán la mitad de los
cromosomas de la célula madre.
En la telofase los cromosomas comienzan a descondensarse, se restablece la envoltura
nuclear y se produce la división celular mediante el proceso de citoquinesis.
La segunda división transcurre como una mitosis normal. Durante la anafase a cada
polo celular migrará solamente una de las cromátidas de cada cromosoma, de manera que
al producirse la citoquinesis cada una de las cuatro células resultantes contiene solamente
una de las cuatro cromátidas de cada par de cromosomas que poseía la célula madre.
Mecanismo de la recombinación. Consiste en el intercambio recíproco entre homó-
logos y es el resultado del intercambio de alelos en largos intervalos cromosómicos.
Un aspecto clave de la regulación de la recombinación meiótica es la coordinación entre
el procesamiento del intermediario de Holliday y los cambios en la organización de los
cromosomas para garantizar el apareamiento de los homólogos y al menos un cruzamiento
por cada par de homólogos.

632 Bioquímica Médica. Tomo II


Cada evento de recombinación meiótica comienza con una rotura de doble hebra
programada (DSB) que es catalizada por la proteína meiótica similar a la topoisomerasa
SPO11. En los cromosomas existen los puntos críticos que abarcan de 1 a 2 kb y se ha
observado que el proceso comienza aproximadamente en el centro de esos sitios. En los
seres humanos se han identificado 25 000 puntos críticos. Solamente los loci a los lados
de los puntos críticos resultan recombinados.
Una función determinante la desempeña la proteína 9 con dominio PR, PRDM9 (del
inglés, PR domain-containing protein 9). Se trata de una enzima con actividad de histona
metil-transferasa que cataliza la trimetilación de la lisina 4 en la histona H3 (H3K4me3).
La PRDM9 contiene un dominio con una estructura digitiforme de Zn2+ que se une a
motivos de secuencias de ADN en el centro de los puntos críticos. Una vez unida al ADN,
la PRDM9 cataliza la formación de H3K4me3 en los nucleosomas vecinos y esa marca
es necesaria para el reclutamiento hacia ese sitio de un complejo que contiene a SPO11.
Dos complejos con SPO11 se unen al sitio marcado con H3K4me3, uno a cada hebra
del ADN. La SPO11 es similar a las toposiomerasas, pues cataliza la transferencia del
fosfato del enlace fosfodiéster hacia un residuo de tirosina de la proteína enzimática, con
lo cual provoca la rotura de las dos hebras. La formación de la doble rotura está altamente
regulada, de manera que solo se forma una en cada par de cromosomas homólogos. Este
proceso dura aproximadamente 4 semanas en los ovocitos y 3 semanas en los espermatocitos.
La aparición de la forma fosforilada de la variante de histona H2AX es uno de los
primeros signos de la formación de la doble rotura, detectados en el leptonemo. Esta
fosforilación es catalizada por la quinasa ATM que activa los mecanismos de reparación
de varios tipos de doble rotura.
La endonucleasa de la recombinación meiótica MRE11 (del inglés, meoitic recom-
bination) cataliza la hidrólisis del ADN varios nucleótidos por delante de SPO11, de
manera que la enzima queda unida covalentemente a un oligonucleótido y así abandona
al ADN. Otras proteínas también participan en esta etapa.
A continuación la hebra que contiene el extremo 3´-OH invade la molécula de ADN
del cromosoma homólogo mediante apareamiento de bases con la hebra complementaria
y formando un lazo D (por desplazamiento) en un proceso dependiente de Rad51 y Dmc1.
Esta hebra es alargada por la acción de una ADN polimerasa. A su vez, el lazo D esta-
blece interacciones con la otra hebra de la misma cromátida y permite su alargamiento,
así se forma el intermediario de Holliday. Este intermediario es resuelto por la acción de
la exonucleasa MUS81 que hidroliza ADN con estructuras específicas. Las cromátidas
recombinadas se mantienen unidas por los chiasmatas hasta el final de la anafase. Un
resumen del proceso se muestra en la figura 31.9.
Al concluir el proceso se ha producido un intercambio de ADN entre cromosomas
homólogos que no necesariamente tienen la misma información genética.

Significado biológico de la recombinación


La recombinación genética es un fenómeno fundamental en los seres vivientes, ya
que constituye uno de los principales mecanismos de intercambio de información gené-
tica entre estos. El hecho de que un organismo pueda captar e incorporar a su genoma
segmentos extensos de ADN provenientes de otras fuentes, como sucede en la transfor-
mación, constituye un factor trascendente en la evolución de los seres vivos, ya que le
permite la adquisición de nuevos caracteres que pueden representar una ventaja selectiva.
Lo mismo sucede con la transducción, cuya diferencia esencial consiste en que el ma-
terial genético es transportado de una célula a otra por la acción de un virus. El virus de
la inmunodeficiencia humana, productor del síndrome de inmunodeficiencia adquirida
(sida), cuando penetra en las células del sistema linfoide forma un ADN que luego se
integra al genoma celular mediante un mecanismo de recombinación por sitio específico.

Capítulo 31. Recombinación genética 633


Fig. 31.9. Recombinación sexual. Las dos
moléculas de ADN de cromosomas homólogos
se aparean. La SPO11 se asocia a cada una de
las hebras de una molécula. La endonucleasa
MRE11 corta al ADN unos nucleótidos por de-
lante del sitio de unión de SPO11 que unida a un
oligonucleótido abandona al ADN. Se produce
la invasión de una hebra y después de la otra.
Las cadenas son alargadas por un polimerasa
formándose el intermediario de Holliday. La
estructura es resuelta por MUS81 originando
dos moléculas recombinadas.
En organismos con reproducción sexual la recombinación genética representa el
mecanismo fundamental –aparte de la mutación– para la creación de nuevos genotipos
por una redistribución de los genes parentales, lo cual en muchos casos puede originar
genotipos ventajosos que representarían una mejoría en la adaptación al medio, aumen-
tando la supervivencia y la reproducción.
Pero la recombinación puede representar también un mecanismo de defensa o de-
puración contra las mutaciones dañinas y una forma de hacer perdurables las beneficiosas.
Si no existiera la recombinación al producirse una mutación dañina sobre un gen, co-
menzaría un proceso irreversible sobre el cromosoma que la porta, lo cual conduciría
inevitablemente a su desaparición funcional; una nueva mutación agravaría el proceso
y así sucesivamente. Los efectos de mutaciones beneficiosas serían opacados por los
daños establecidos. Como ya se ha dicho, la localización de un gen en un cromosoma
solo es temporal, ya que al producirse la recombinación ese gen puede trasladarse a otro
cromosoma y de esta forma dos mutaciones dañinas pueden ser físicamente separadas,
incluso una beneficiosa de otra dañina como se muestra en la figura 31.10.

Fig. 31.10. Separación de genes mu-


tados. En uno de los dos cromosomas
homólogos ha ocurrido una mutación
beneficiosa que se representa en rosado.
Se muestra el proceso de mutación, pero
ahora se trata de una dañina, represen-
tada en azul. El organismo que herede
ese cromosoma heredará los dos genes
mutantes, pero mediante un proceso de
recombinación separa las dos mutaciones
durante la evolución; los organismos
que adquieran la mutación beneficiosa
se podrán adaptar mejor al ambiente,
sin llevar consigo la mutación dañina.

Durante la gametogénesis en la división meiótica ocurre la recombinación de los


cromosomas homólogos, con lo cual pueden aparecer gametos con genotipos diferentes
a los parentales.
La existencia de recombinación entre las células somáticas embrionarias, lo que ha
permitido desarrollar toda una teoría para explicar la formación de la gran diversidad
de inmunoglobulinas por las células linfoides, como se discute con mayor amplitud en
el capítulo 84.
En la mitosis de las células somáticas se han observado entrecruzamientos de cro-
mátides, similares a los de la meiosis, pero no ocurre la recombinación, ya que en este
caso las cromátides que intercambian son hermanas y por tanto iguales.

Capítulo 31. Recombinación genética 635


El proceso de recombinación genética es uno de los principales mecanismos que
intervienen en la producción de la gran variación de los seres vivos, hasta tal punto que
se puede afirmar que en una especie dada no existen dos individuos totalmente iguales.

Resumen
La recombinación genética es uno de los procesos más importantes en que parti-
cipa el ADN celular. En esta etapa se produce el intercambio de grandes bloques entre
dos moléculas de ADN. Existen diferentes tipos de recombinación, de acuerdo con las
características de la molécula donante y la aceptora. La transformación, transducción y
conjugación pertenecen al grupo denominado recombinación general u homóloga, en tanto
la transposición es de tipo heteróloga. Al nivel molecular la recombinación consta de dos
etapas: la iniciación, con la formación del intermediario de Holliday, y la maduración.
Se ha planteado un modelo general para explicar el proceso en términos enzimáticos;
este comienza con la participación de la proteína RecBCD que al moverse sobre el ADN
crea una zona desnaturalizada de varios cientos de bases que se mantiene gracias a la
intervención de las proteínas SSB. Una de estas cadenas invade la otra molécula que
participa en el proceso.
En este momento interviene la proteína RecA que se une a la hebra invasora y forma
un complejo ADN-RecA, que explora la otra molécula hasta encontrar una zona de ho-
mología en la secuencia de bases, para lo cual provoca la desnaturalización parcial de la
molécula receptora. Al encontrar la zona homóloga se produce el apareamiento de bases
entre la hebra invasora y la molécula receptora. A medida que el apareamiento progresa
se crean zonas de tensión en la molécula que pueden ser eliminadas con la participación
de la topoisomerasa I. La rotación de la molécula formada da lugar a la aparición del
intermediario de Holliday.
La ruptura del intermediario produce dos nuevas moléculas recombinadas, pero de
esta etapa es poco lo que se conoce y solo recientemente se ha encontrado una enzima
producida por el fago T4 que reconoce esta estructura como sustrato.
La frecuencia en la recombinación de dos o más genes ha permitido la elaboración
de mapas genéticos en varios organismos.
En los seres humanos existen dos tipos generales de recombinación: la somática y la
sexual. El caso más estudiado de recombinación somática es el proceso de maduración
de los genes de las inmunoglobulinas en los linfocitos B. Estos genes se encuentran
formados por sectores para las zonas variables de la proteína. En el proceso varios
sectores se unen y dan lugar a un gen funcional que codificará una sola molécula de la
inmunoglobulina correspondiente.
La recombinación sexual se produce en la meiosis durante la formación de las células
germinales. El proceso es muy complejo y no está totalmente aclarado, pero durante la
primera profase se produce el intercambio de grandes sectores de ADN entre cromoso-
mas homólogos. De esta forma los descendientes no serán necesariamente iguales a sus
progenitores.
La recombinación genética es el principal mecanismo capaz de explicar la gran diver-
sidad de organismos que componen una especie, de ahí su valor en el proceso evolutivo.
Además, puede significar un mecanismo de protección, ya que permite la separación
de las mutaciones dañinas de las beneficiosas. Se espera que en los próximos años se
produzcan notables avances en nuestro conocimiento sobre los mecanismos moleculares
de la recombinación genética.

636 Bioquímica Médica. Tomo II


Ejercicios
1. ¿Qué significado tuvo en la historia del conocimiento de la recombinación genética
la aparición del modelo de Holliday?
2. Tomando como base el modelo de Holliday ¿puede afirmarse que en todo proceso
de recombinación se obtienen siempre dos moléculas recombinadas?
3. ¿Qué entiende usted por una molécula de ADN heterocigótica? ¿Qué función
desempeña en la recombinación?
4. ¿Cuáles son las principales analogías y diferencias entre los modelos propuestos
para explicar la formación del intermediario de Holliday? ¿En cuál de ellos es
imprescindible la participación de la topoisomerasa I?
5. Los organismos que carecen de la proteína RecA realizan la recombinación con muy
baja frecuencia. ¿Cómo explicaría usted este fenómeno en esos organismos?
6. ¿Por qué puede afirmarse que la recombinación genética ha desempeñado una función
importante en el proceso evolutivo de los seres vivos?

Capítulo 31. Recombinación genética 637


32
Capítulo

Mutaciones

L
os seres vivos se desarrollan en dependencia del medio y si bien de este
obtienen todo lo necesario, también pueden experimentar daños, debido
a la presencia en su ambiente de agentes físicos y químicos, capaces de
interactuar con las biomoléculas y provocar alteraciones en estas. Dicha
situación también se puede originar como resultado de interacciones entre las propias
sustancias componentes de los seres vivos en condiciones especiales.
La actividad del hombre, en ocasiones, puede modificar de forma negativa las
características del medio, ya sea de manera accidental o deliberada, con el propósito de
hacer daño. La contaminación ambiental es, sin dudas, uno de los grandes problemas
actuales, que requiere del concurso internacional para su solución definitiva.
En este capítulo se estudiarán aquellos agentes que pueden alterar el material gené-
tico y, por tanto, provocar la aparición de variaciones fenotípicas en los individuos y en
su descendencia.
Después de aclarar los conceptos fundamentales y la terminología que se debe
emplear, se estudiarán los mecanismos que originan las mutaciones, sus consecuencias
positivas y negativas, analizadas desde diferentes puntos de vista, para terminar con el
análisis de algunas situaciones relacionadas con la práctica médica.

Definiciones y nomenclatura
En este tema se emplea un conjunto de términos que deben ser definidos antes de
comenzar el estudio de los contenidos.

Concepto de mutación
Se denomina mutación a toda alteración permanente que se produce en el material
genético, esto es el ADN, y que se trasmite a los descendientes durante el ciclo replica-
tivo. No todas las alteraciones son trasmitidas a los descendientes, gracias a un sistema de
mantenimiento y reparación del ADN, por esta razón, desde el punto de vista bioquímico
una mutación es el resultado de un daño al ADN que no ha sido reparado. El organismo
que se origina como consecuencia de una mutación y que difiere del organismo original
se denomina mutante. El agente capaz de provocar la aparición de una mutación se
denomina agente mutagénico o mutágeno, el cual puede ser de naturaleza física o química
y puede originarse en el interior o exterior del organismo. Por último, el mecanismo por
el cual un mutágeno origina la mutación se denomina mutagénesis.
Si la E. coli que existe en la naturaleza es capaz de formar leucina a partir de una
fuente carbonada y una nitrogenada, el organismo se nombrará leu+ y se considera que
es el tipo silvestre. Si por la acción de un mutágeno se obtiene un mutante que no es
capaz de crecer en un medio carente de leucina (ha perdido la capacidad de sintetizar
ese aminoácido), entonces se nombra leu˗. En este sistema de nomenclatura el tipo (+)
es siempre el tipo silvestre, aunque no sea el que existe en la naturaleza, y el tipo (-) es
el mutante. Para referirse al genotipo se utilizarán letras minúsculas y para el fenotipo,
las mayúsculas.
En los organismos diploides se mantiene la notación, pero identificando el geno-
tipo del organismo. Si se quiere hacer referencia a situaciones relacionadas con el gen
CDK2, existen tres posibilidades: si los dos genes son de tipo silvestre, cdk2+/+;
uno silvestre y otro mutado, cdk2+/- o los dos mutados cdk2-/-. En ocasiones se hace
referencia al tipo de mutación, por lo general se define el cambio originado en la
proteína, por ejemplo, el gen que codifica el transportador de cloruros, conocido como
CFTR, presenta frecuentemente una mutación en la cual está ausente la fenilalanina,
que ocupa la posición 508, entonces se escribe CFTRΔ508 o también CFTRΔ508. El gen
de la cadena β de la hemoglobina se designa HBB y por eso la mutación que origina la
drepanocitosis se puede escribir HBBE6→V y también HBB E6→V.

Tipos de mutaciones
Las mutaciones se pueden clasificar en función de numerosos criterios, de los cuales
los más utilizados son los que se definen a continuación. De acuerdo con su origen las
mutaciones pueden ser espontáneas o inducidas. Algunas se producen como consecuencia
del funcionamiento normal de la célula, estas reciben el calificativo de espontáneas y
ocurren en una proporción que es característica para cada gen en un organismo deter-
minado. Las mutaciones que se originan como consecuencia de la acción del hombre
sobre determinados organismos reciben la denominación de inducidas. La efectividad
de un mutágeno debe medirse por su capacidad para incrementar la proporción de las
mutaciones en un organismo determinado.
Las mutaciones pueden ser génicas o cromosómicas de acuerdo con el segmento del
ADN que ha sido afectado. Teniendo en consideración el grado de afección que el mutá-
geno origina en el material genético, las mutaciones se pueden clasificar en dos grandes
grupos: aquellas que se pueden visibilizar con el microscopio por afectar un sector grande
del ADN, que reciben el nombre de mutaciones cromosómicas (también denominadas
aberraciones estructurales), y las que afectan solo una o muy pocas bases nitrogenadas, por
lo que tienen un nivel molecular o submicroscópico y se denominan mutaciones génicas.
Las aberraciones cromosómicas estructurales más importantes son: la deleción,
cuando falta una porción del cromosoma; la inserción, cuando aparece un segmento
adicional, y la translocación, cuando un segmento de un cromosoma aparece en otro.
Para su estudio detallado debe consultarse un texto de citogenética.
Mutaciones génicas. Las mutaciones génicas se producen fundamentalmente por
alteraciones en la secuencia de bases del ADN. Estas alteraciones pueden ser consecuencia
del cambio de una base por otra, entonces se les denomina puntuales. Los cambios de
más de una base son fenómenos que aunque probables, resultan muy poco frecuentes.
Otros tipos se producen por la adición (inserción) o sustracción (deleción) de una o más
bases (Fig. 32.1).

640 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 32.1. Principales mutaciones
génicas. Se producen por el cambio de
una base por otra (izquierda), la inserción
de una base (centro) o la deleción de una
base (derecha). Como puede inferirse,
las consecuencias de cada tipo deben
ser diferentes.

Para los cambios de una base por otra existen términos especiales, así, se denomina
transición el cambio de una purina por otra o una pirimidina por otra, en tanto recibe el
nombre de transversión el cambio de una purina por una pirimidina, o viceversa.
Las mutaciones pueden ocurrir en las secuencias de bases que codifican aminoácidos
de la cadena polipeptídica o radicar en secuencias reguladoras (promotores, etc.). Las
que afectan las secuencias codificantes pueden estar localizadas en diferentes partes del
gen y alterar el codón de iniciación, los intermedios o los de terminación, lo cual indica
que las consecuencias de las mutaciones pueden ser muy diversas.
Cuando una mutación se produce en la zona de codificación del gen, puede no alterar
la secuencia de aminoácidos en una proteína y se denomina silente. Existen casos en los
que la mutación provoca el cambio de un aminoácido por otro similar, que no altera la
función de la proteína y entonces se denomina mutación neutra.
Un tipo especial son las mutaciones dinámicas. En este caso se trata de tríos de bases
(tripletes), cuyo número se va incrementando de generación en generación. El mecanismo
de producción de estas mutaciones se desconoce.
Ejemplos de este tipo de mutaciones se encuentran en el origen de la enfermedad
de Huntington (CAG/CTG), el síndrome frágil X (CGG/CCG) y la ataxia de Friedrich
(GAA/TTC). El número de repeticiones se incrementa durante la maduración de las
células germinales, de manera que va creciendo a medida que un individuo se reproduce.
En el caso del síndrome frágil X se ha podido demostrar que hasta 50 repeticiones
el fenotipo es normal. De 50 a 200 se encuentra en estado de premutación, con manifes-
taciones moderadas; y más de 200 es la mutación completa, con manifestaciones más
graves como el retraso mental.
Estas enfermedades se caracterizan por el fenómeno de anticipación, que consiste
en que en cada generación los síntomas se presentan en edades más tempranas. Esto se
puede explicar de la manera siguiente: un individuo con 50 repeticiones pasa a su hijo
ese mismo número de tripletes, pero en las células germinales del hijo ese número au-
menta, por ejemplo, a 150. Ahora el nieto hereda 150 (premutación), pero en sus células
germinales el número crece a 200 (mutación completa), por lo tanto en cada uno de ellos
las manifestaciones clínicas se presentarán cada vez en edades más tempranas, pues van
heredando un número mayor de tripletes.

Mutagénesis
Son numerosos los agentes que pueden dañar el ADN y de no repararse la lesión,
actuar como mutágenos, pero pueden reunirse de acuerdo con el mecanismo por el cual
producen las mutaciones en los grupos que se describen a continuación.

Capítulo 32. Mutaciones 641


Mutágenos análogos de bases
En la naturaleza existen numerosas bases nitrogenadas, pero solo cuatro de
estas forman parte del ADN. Esas bases pueden ingresar al organismo mediante la
alimentación o emplearse como reactivos experimentales. Como tienen un parecido
estructural con las bases del ADN, se denominan análogos de bases, por lo tanto, un
análogo de base es una sustancia que no es ninguna de las bases habituales del ADN
y puede ser incorporada a este durante la replicación por formar pares de bases con
alguna de las bases normales. Pero que por tautomerización (capítulo 8) puede cam-
biar su patrón de apareamiento en el siguiente ciclo replicativo y originar un cambio
de bases en el ADN.
Un ejemplo de este tipo es el bromouracilo que es un análogo de la timina y por
ello se aparea con la adenina en su forma ceto, pero al cambiar a su forma enol forma
par con la guanina (Fig. 32.2) y en el siguiente ciclo replicativo aparecerá un par GC
donde antes existía uno AT.
Para que esto suceda, se requieren dos ciclos replicativos, como se muestra en
la figura 32.3.

Fig. 32.2. Análogos de bases. La parte


superior de la figura muestra la estructura
de la timina y del 5-bromouracilo, donde se
advierte su similitud estructural. En la parte
inferior se muestra cómo en la forma ceto,
el 5-bromouracilo forma pares de bases con
la adenina y actúa como un análogo de la
timina, pero en su forma enol se aparea con
la guanina y sustituye la citosina.

Fig. 32.3. Mutaciones por análogos de


bases. Cuando durante un ciclo replicativo
se incorpora el 5-bromouracilo, en su forma
ceto, formará pares de bases con la adenina,
pero en el ciclo siguiente cambia a su forma
enol y se aparea con la guanina, originando
en el próximo ciclo la aparición de un par
G:C donde existía originalmente un par A:T.

642 Bioquímica Médica. Tomo II


Otro ejemplo es la 2-aminopurina que sustituye la adenina; no tautomeriza, pero
puede aparearse con la timina y la citosina; aunque el apareamiento con la citosina
es muy débil, es suficientemente fuerte para provocar en el siguiente ciclo replicativo
la transición AT > GC.

Mutágenos químicos
Un mutágeno químico es una sustancia que reacciona con alguna de las bases
del ADN y la modifica de forma que cambia su patrón de apareamiento. Los más
poderosos son el ácido nitroso (HNO2), la hidroxilamina, el sulfonato de etilmetano
y la N-metil-N’-nitro-N-nitrosoguanidina (Fig. 32.4).
El ácido nitroso transforma los grupos aminos en cetónicos y, por tanto, transforma
la citosina en uracilo, la adenina en hipoxantina y la guanina en xantina (Fig. 32.5),
que forman los pares UA, HC y XC; esto provoca los cambios GC en AT y AT en GC
cuando la citosina y la adenina son desaminadas. La desaminación de la guanina en
xantina no provoca mutaciones, ya que GC da XC. Por un proceso muy complejo la
hidroxilamina reacciona con la citosina y la modifica, de manera que forma pares con
la adenina, por lo que ocurre un cambio de GC en AT.

Fig. 32.4. Principales mutágenos químicos.


Se muestran las estructuras de los mutágenos
químicos más utilizados: el ácido nitroso (a),
la hidroxilamina (b), el sulfonato de etil-
metano (c) y la N-nitroN’metil N-nitroso-
-guanidina (d).

Fig. 32.5. Efecto de agentes desaminantes.


Los agentes desaminantes, como el ácido
nitroso, actúan sobre las bases nitrogenadas
y al desaminarlas convierten la citosina en
uracilo (arriba), la adenina en hipoxantina
(centro) y la guanina en xantina (abajo). En
algunos casos estos cambios pueden afectar
el patrón de apareamiento.

Capítulo 32. Mutaciones 643


El sulfonato de etilmetano (o de etiletano) es un agente alquilantes provoca la adición
de grupos alquilos (metilo, etilo, etc.) a las bases nitrogenadas del ADN y puede reaccio-
nar con la guanina y en menor grado con la adenina. La adición de un grupo alquilo en
el N-7 de la purina produce dos efectos: el apareamiento de G con T y la labilización del
enlace N-glicosídico del nucleótido que se hidroliza rápida y espontáneamente, creando
un sitio apurínico (ver capítulo 33), que si no es reparado, en el siguiente ciclo replicativo
puede dar origen a la aparición de cualquiera de las bases en la cadena complementaria.
El N-metil-N’-nitro-N-nitrosoguanidina es un poderoso mutágeno que actúa por
alquilación. En una población bacteriana produce cerca de 1 % de mutantes, muchos
de estos múltiples. Las mutaciones se producen en grupos, muy cerca unas de otras. Se
supone que su acción se realiza en la horquilla de replicación.
Otro grupo importante de mutágenos son las especies reactivas del oxígeno que
constituyen un grupo de radicales libres que se forma a partir del oxígeno en diferentes
reacciones redox. Los radicales libres son especies químicas que presentan uno o dos
electrones sin aparear y por lo tanto son muy reactivos, pues rompen enlaces químicos
sustrayendo un electrón que se aparea con el propio, pero dejan a la otra especie química
con un electrón desapareado y generan, de esta forma, una reacción en cadena. Tienen
una vida media muy corta debido a que reaccionan con la sustancia más cercana. En
el organismo existen reacciones que provocan la formación de radicales libres. Si esas
reacciones ocurren en el núcleo celular pueden tener al ADN como un blanco de los ra-
dicales libres y producir en esa molécula daños considerables. También las radiaciones
que provoca la fotolisis del agua son agentes productores de radicales libres y eso explica
los efectos de las radiaciones sobre el ADN.

Sustancias intercalantes
Los agentes intercalantes son moléculas planas de tres ciclos que se introducen entre los
pares de bases y alteran la replicación y la transcripción. A este grupo pertenecen algunos
colorantes como el naranja de acridina, la proflavina y la acroflavina, cuyas dimensiones
son aproximadamente iguales a las de un par de bases. Esto le permite intercalarse entre
dos pares de bases y al ocurrir la replicación generalmente suceden inserciones de una
base (muy pocas veces de dos) y con mucha menor frecuencia deleciones; el mecanismo
se desconoce.
Sustancias de esta naturaleza fueron utilizadas por Crick para descifrar el código
genético.

Radiaciones
La luz ultravioleta, los rayos gamma, los rayos X y otras radiaciones ionizantes son
poderosos agentes mutagénicos. Su mecanismo de acción, así como sus consecuencias,
se estudiarán con más detalles en el capítulo 33.

Consecuencias de las mutaciones


Las consecuencias de las mutaciones dependen del tipo de mutación y de su localización.
Las mutaciones génicas más frecuentes son las puntuales, las cuales se definen como el
cambio de una base por otra. En este caso pueden originarse varias situaciones: en primer
lugar suele producirse una mutación silente, ya que debido al carácter degenerado del
código genético, estudiado en el capítulo 28, los cambios, sobre todo en la tercera base,
pocas veces acarrean cambios en el aminoácido codificado; en segundo lugar puede

644 Bioquímica Médica. Tomo II


originarse una mutación neutra, lo cual significa que, aunque ocurre el cambio de ami-
noácidos, estos son tan similares que no provocan afecciones del producto génico; por
último, puede ocurrir un cambio de aminoácidos que afecte sensiblemente la estructura
y por consiguiente la función de la proteína codificada, modificando el fenotipo, y estos
son los que suelen reconocerse como mutantes (Fig. 32.6).
Otro tipo importante son aquellas que transforman el codón de iniciación, lo cual
puede traer como consecuencia que el ribosoma utilice otro codón AUG más interno y
con ello producirse una proteína de menor tamaño, si el AUG empleado está en fase, es
decir, si está separado del codón de iniciación original por un número de bases múltiplo
de tres, de manera que los codones siguientes al nuevo codón de iniciación codifiquen
los mismos aminoácidos que en la proteína original. De no ser así, puede originarse una
proteína totalmente diferente a la original.
En otros casos están implicados los codones de terminación que suelen dar lugar a
dos situaciones diferentes: que un codón de lectura sea convertido por el mutágeno en
un codón de terminación, con lo cual provoca la terminación prematura de la cadena
polipeptídica; la otra, ocurre cuando un codón de terminación se convierte en un codón
de lectura, lo cual ocasionará el aumento en el número de aminoácidos de la proteína.
Esto puede modificar las propiedades de la proteína (solubilidad, asociación con otras
proteínas, etc.) o eliminar totalmente su función haciéndola inservible. Estas situaciones se
resumen en la figura 32.7.

Fig. 32.6. Consecuencia de las mutaciones puntuales. Al producirse el cambio de una base por otra, las consecuencias
pueden ser diferentes debido al carácter degenerado del código genético. El cambio de A × G da origen a una mutación
silente (derecha), pues se codifica el mismo aminoácido; C × A produce una mutación neutra, ya que cambia la leucina por
la isoleucina que son aminoácidos del mismo tipo (centro); por último, el cambio de T × G, sí debe originar un fenotipo
mutante, ya que la leucina que es un aminoácido apolar se cambia por arginina (izquierda) que es del tipo polar iónico.

Fig. 32.7. Mutaciones que afectan la ter-


minación. En el primer caso (izquierda),
el cambio G x A da origen a la aparición
de un codón de terminación y la ter-
minación anticipada de la síntesis de
proteínas. En el segundo caso (derecha),
el cambio A x C transforma un codón de
terminación en uno de tirosina y con ello
prolonga la cadena polipeptídica más
allá del límite normal.

Capítulo 32. Mutaciones 645


Estas mutaciones pueden afectar también las zonas reguladoras. Las mutaciones
en las zonas reguladoras pueden modificar la cantidad de proteína sintetizada. Se re-
cuerda que, por ejemplo, la fortaleza de un promotor depende, entre otros factores,
de la secuencia consenso TATAAT, por lo que una mutación que aleje la secuencia
real de la de consenso debilitará al promotor, y la que lo acerque, lo hará más fuerte.
Situaciones similares se pueden originar en otras secuencias reguladoras, como se
estudiará en el capítulo 39.
Las inserciones y las deleciones provocan un corrimiento del marco de lectura,
pues como los codones son leídos uno a continuación del otro, la adición de una
base dará lugar a una lectura diferente a partir del punto de inserción. Igual sucede
con las deleciones (Fig. 32.8).

Fig. 32.8. Inserciones y deleciones. La


inserción (izquierda) y la deleción (dere-
cha) de una base alteran la secuencia de
aminoácidos de la proteína, a partir del
punto donde se produjo la mutación. Se
observa que mientras más cercana sea la
mutación al inicio del gen, en mayor grado
alterará la estructura de la proteína que el
gen codifica.

Las consecuencias de inserciones y deleciones son diferentes de acuerdo con


el punto donde se producen, así, tienen mayor connotación aquellas que ocurren en
los codones iniciales, ya que originan un producto totalmente alterado. Este tipo de
mutaciones suele alterar también las secuencias reguladoras, pues en ocasiones
dos secuencias típicas deben estar separadas por un número determinado de
bases para ser efectivas; el aumento o disminución de este número puede alterar
la función reguladora.

Mutaciones mayores
Con una frecuencia muy baja ocurren cambios que afectan secuencias de mu-
chas bases (hasta miles) y que también deben ser consideradas como mutaciones.
Las principales son deleciones, duplicaciones y rearreglos. Las deleciones de 100
hasta 1 000 pb ocurren de manera espontánea, pero pueden ser estimuladas por
agentes de entrecruzamiento; presumiblemente los largos segmentos entrecruzados
se eliminan de alguna forma, quizás con la participación de algún mecanismo de
recombinación.
En una duplicación (o triplicación que también puede ocurrir) una secuencia de
bases se repite y aparece organizada en tándem (Fig. 32.9). La longitud del segmento
duplicado es típicamente tan larga que incluye varios genes. Este mecanismo es
poco frecuente en bacterias, pero se observa en anfibios durante el mecanismo de
amplificación genética y en células de mamíferos, relacionado con los mecanismos
Fig. 32.9. Mutaciones mayores. La dupli-
cación y la inversión de grandes sectores
de resistencia a algunas drogas, como se discute en el capítulo 86.
del ADN constituyen fenómenos que no Parece ser que la duplicación de genes ha desempeñado una función importante
son poco frecuentes y que generalmente en el proceso de la evolución; como un gen duplicado puede mutar independiente-
implican varios genes. Los mecanismos
de producción de estos tipos de mutaciones mente del otro, a partir de un gen único suele producirse una familia de genes que
son desconocidos. tiene un grupo de características comunes, pero posee aspectos específicos que lo

646 Bioquímica Médica. Tomo II


diferencian y, además de una ganancia de material genético, puede dar origen
a proteínas con funciones similares, pero con algún grado de diferenciación. El
ejemplo más sobresaliente lo constituye el gen de la globina, que al parecer era
único en un inicio y por mecanismos de duplicación y después por mutaciones
independientes ha dado lugar no solo a las cadenas que componen los diferentes
tipos de hemoglobina, sino también a la mioglobina, una proteína muscular re-
lacionada con el almacenamiento de oxígeno en determinadas fibras musculares.
Un rearreglo típico es la inversión, un segmento de ADN que se separa y
se reinserta con una orientación invertida (Fig. 32.9). Los rearreglos de este
tipo generalmente originan un fenotipo mutante con respecto a los genes invo-
lucrados, pero si no son esenciales para el crecimiento a veces no se detectan.
Los mecanismos moleculares de la duplicación y el rearreglo no son co-
nocidos, presumiblemente impliquen errores de replicación, recombinación,
o ambos.

Fig. 32.10. Reversión intragénica. La estruc-


tura de la proteína representada en la figura se
mantiene exclusivamente por una interacción
iónica entre dos aminoácidos específicos. Si
una mutación afecta uno de estos, la proteína
puede recuperar su conformación inicial
por otra mutación que restituya el mismo
aminoácido u otro de la misma carga, o un
aminoácido que cambie la carga del otro
aminoácido que interviene en la interacción.

Supresión
Se denomina supresión el fenómeno mediante el cual un mutante vuelve a adquirir
el fenotipo silvestre. Hasta ahora solo se ha estudiado el proceso de obtención de
mutantes a partir del tipo silvestre, el fenómeno contrario también existe y se le
denomina retromutación o reversión. Una forma de reversión sería que el mutante
recuperara el genotipo original, pero eso no siempre ocurre, ya que existen muchas
formas de reversión.
Si se colocan 104 bacterias Leu˗ en un medio carente de leucina no se obtiene
crecimiento alguno, pero si se colocan 107 bacterias Leu- se recogen unas pocas
colonias Leu+, esto se debe a que dichas bacterias elaboran su propia leucina y se
les denomina revertantes. El hecho de que muestren un fenotipo Leu+ no significa
necesariamente que presenten el genotipo leu+ original.

Capítulo 32. Mutaciones 647


La reversión es debida a mutaciones espontáneas y por tanto es un proceso azaroso
que no está influido por el medio carente de leucina, pero este permite detectarlas. En el
laboratorio es posible estimular la reversión con el empleo de mutágenos.
Análisis matemáticos de las frecuencias de mutaciones espontáneas demuestran
que el genotipo original solo se lograría en una por cada 1,5 × 10 10 células, pero
experimentalmente se demuestra que el fenotipo original se obtiene en una frecuencia de
una por cada 108 células. La explicación sería que la mutación ocurre en otro sitio dife-
rente, que permite recuperar el fenotipo original, a este tipo se le denomina mutaciones
de segundo punto o supresoras. En ocasiones la segunda mutación ni siquiera ocurre en el
mismo gen, por lo que deben distinguirse las supresiones intragénicas de las extragénicas.
El estudio del producto génico ha demostrado que en la mayoría de los casos la sus-
titución del aminoácido original permanece, pero ha aparecido un segundo cambio que
compensa al primero. Se debe considerar el ejemplo hipotético que se muestra en la figura
32.10, de una proteína con 97 aminoácidos cuya estructura está determinada completa-
mente por una atracción iónica entre un aminoácido (+) en la posición 18 y otro (-) en
la 64; si ocurre una mutación que cambia al aminoácido 64 por uno (+), la proteína será
totalmente inactiva. En este caso se puede lograr la reversión de tres formas principales:
−− Una mutación que haga que a la posición 64 regrese el aminoácido original.
−− Una mutación que cambie el aminoácido (+) de la posición 64 por otro (-), aunque no
sea el original.
−− Una mutación que produzca la aparición de un aminoácido (-) en la posición 18.

En todos los casos señalados se recuperaría el fenotipo original, aunque solo en el


primero se restituiría el genotipo silvestre.
Otra situación ocurre con las mutaciones que provocan alteraciones del marco de
lectura; una inserción puede revertir como consecuencia de una deleción y viceversa,
en estos casos mientras más próxima se produzca la segunda mutación, mayor será la
probabilidad de obtener el fenotipo silvestre.
Los casos analizados hasta el momento corresponden a supresiones intragénicas,
pero también existen las extragénicas. Suponga que una proteína está formada por dos
subunidades, cada una de las cuales está codificada en un gen diferente. Si una mutación
en uno de los genes afecta el sitio de reconocimiento entre las dos subunidades, no se
podrá formar el dímero y la proteína estará inactiva. Si ocurriera una mutación en el otro
gen que modifique el sitio de reconocimiento, de manera que pudiera formarse el dímero,
se restituiría el tipo silvestre.

Mutaciones en seres humanos


El genoma humano surge como consecuencia de un largo proceso de evolución y no
está exento de alteraciones mutacionales. Los métodos actuales de análisis han permitido
demostrar la existencia de mutaciones de todo tipo en los seres humanos; en algunos
casos estas mutaciones no tienen ninguna significación y se descubren como resultado
de estudios masivos en grandes poblaciones, que se realizan en busca de situaciones
anormales, por lo que surge el concepto de polimorfismo que se refiere a la existencia
de numerosas formas (secuencias) de un mismo gen, tengan o no una repercusión sobre
el fenotipo.
La hemoglobina es el caso más sobresaliente, de la cual se conocen alrededor de 400
tipos diferentes, aunque solo unos pocos causan alteraciones morbosas.
Las deleciones también se presentan en los seres humanos y son causas de diferentes
enfermedades (Tabla 32.1).

648 Bioquímica Médica. Tomo II


Tabla 32.1. Algunas enfermedades causadas por deleciones génicas

Gen Enfermedad

Factor VIII de la coagulación Hemofilia A


Factor IX de la coagulación Hemofilia B
21-hidroxilasa Hiperplasia adrenal congénita
Fenilalanina hidroxilasa Fenilcetonuria
Receptor de LDL Hipercolesterolemia familiar
Colágeno Iα1 Osteogénesis imperfecta severa
Hipoxantina guanina Síndrome Lesh Nyham
fosforribosil transferasa

Como resumen de las distintas alteraciones que pueden presentar los genes humanos,
en la tabla 32.2 se muestran diferentes causas de β-talasemia, una enfermedad que se
caracteriza por la síntesis de cantidades insuficientes de β-globina, que es una de las
cadenas polipeptídicas que componen la hemoglobina. Se puede apreciar cómo existen
mutaciones que afectan los exones y los intrones e incluso a secuencias reguladoras,
codones de iniciación y de terminación, etcétera.

Tabla 32.2. Mecanismos moleculares productores de talasemias

Mecanismo molecular Ejemplos

1. Mutaciones puntuales
a) Transcripción defectiva
mutaciones del promotor C a T en -88
A a G en -29(1)
b) Defectos de maduración del ARNm
corte anormal G a A intrón 1 posición 1
G a A intrón 2 posición 1
G a C intrón 1 posición 5 (2)
‒ Nuevo sitio de corte GAG a AAG en codón 26 (5)
‒ Intrón dentro del gen G a A en 110 intrón 1 (3)
G a T en 654 intrón 2 (4)
‒ Sitio de poliadenilación AATAAA a AACAAA (4
c) Traducción defectiva
terminación prematura Codón 17 A a T = lis a ter
Codón 39 C a T = glN a ter (3)
2. Deleciones
a) Transcripción defectiva Parcial de 619 pb (6)
b) Defectos de maduración 25 pb extremo 3’ de intrón 1
c) Traducción defectiva 2 bases en el codón 8
4 bases en codones 41/42
3. Inserción
corrimiento del marco de lectura 1 base en 8/9
1 base en 71/72 (4)

(1) En negros americanos (2) En indios asiáticos


(3) En mediterráneos (4) En chinos
(5) Corresponde a Hb E (6) La Hb Lepore

Capítulo 32. Mutaciones 649


Resumen
Las mutaciones son alteraciones que se producen en el material genético y se trasmiten
a los descendientes. Los agentes mutagénicos o mutágenos son aquellos capaces de pro-
ducir mutaciones, que pueden ser de naturaleza física o química. Los principales tipos de
mutaciones génicas son las puntuales, por sustitución de una base; las inserciones, por
la adición de una base, y las deleciones, por la sustracción de una base.
Las mutaciones pueden ser espontáneas, si ocurren como consecuencia de la acti-
vidad normal del organismo, o inducidas cuando interviene la mano del hombre, con
intenciones experimentales, accidentalmente, o por una actitud criminal.
Las mutaciones pueden provocarse con la utilización de análogos de bases como
el bromouracilo y la 2-aminopurina; mutágenos químicos como el ácido nitroso, la
hidroxilamina, la N-metil-N-nitro-N-nitrosoguanidina y el sulfonato de etilmetano, los
cuales modifican las bases nitrogenadas y cambian su patrón de apareamiento. También
son mutagénicas las radiaciones ultravioleta, las ionizantes y las sustancias intercalantes
como el naranja de acridina, la proflavina y la acroflavina.
Los efectos causados por las mutaciones pueden ser diferentes según el tipo de
mutación (puntual, inserción y deleción) y el sitio donde se producen (secuencias
codificantes o reguladoras).
Otros tipos de mutaciones afectan grandes sectores del ADN como las grandes
deleciones, las duplicaciones y los rearreglos, cuyos mecanismos son desconocidos.
La supresión es el mecanismo por el cual a partir de un mutante se logra obtener
el fenotipo silvestre y esta se debe a la ocurrencia de una segunda mutación en el mismo
gen (intragénica), o en un gen diferente (extragénica).
Existen numerosos ejemplos de mutaciones en seres humanos, muchas de las
cuales son causas de enfermedades, el ejemplo más destacado, como sucede en otros
aspectos ya estudiados es el gen de la globina, que codifica la porción proteínica de
la hemoglobina.

Ejercicios
1. Explique qué tipo de mutación (transición o transversión) se produce si un cultivo
celular es tratado con:
a) Bromouracilo.
b) 2-aminopurina.
c) Ácido nitroso.
d) Hidroxilamina.
e) Sulfonato de etilmetano.
f) N-metil-N’-nitro-N-nitrosoguanidina.
2. ¿Qué tipo de mutaciones se originan con el empleo de las sustancias intercalantes?
3. A continuación se muestra la secuencia de la hebra codificante de un segmento de
ADN que usted debe tomar como referencia para responder las preguntas siguientes:
T G T C T C T C G A G C G A G C T C C C G T C T A G T G A A G A 3’
a) Escriba la secuencia del péptido que se codifica.
b) Cómo se modifica esa estructura si:
−− Cambia A × T en la posición 12.
−− Cambia T × C en la posición 15.

650 Bioquímica Médica. Tomo II


−− Cambia T × A en la posición 8.
−− Inserta un G entre 16 y 17.
−− Deleción de la C de la posición 21.
−− Cambia T × A en la posición 2.
−− Cambia G × A en la posición 27.
−− Cambia A × G en la posición 30.
4. ¿Cómo se pudiera suprimir una mutación por otra dentro del mismo gen?
5. ¿Cómo se puede suprimir una mutación por otra que ocurra en un gen diferente?
6. Si dos células bacterianas tienen el mismo fenotipo, ¿necesitan tener el mismo ge-
notipo?

Capítulo 32. Mutaciones 651


33
Capítulo

Conservación de la información genética

N
o existe ninguna otra biomolécula cuya integridad tenga para la célula el
significado vital que tiene el ADN. Todas las características estructurales
y funcionales de la célula están codificadas en estas grandes y complejas
moléculas. La posibilidad de expresar esas características, como la de
poder trasmitirla a sus descendientes, dependen en elevado grado de la integridad es-
tructural de estas moléculas, tanto de su estructura primaria como de su arquitectura
tridimensional. El ADN no es dispensable ni reciclable, por tanto las alteraciones que se
produzcan en él deben ser eliminadas para que la célula pueda continuar normalmente
su vida. Las otras biomacromoléculas, proteínas, ARN y polisacáridos experimentan un
recambio permanente como resultado de los procesos de síntesis y degradación. Esto no
sucede con el ADN.
No obstante, las posibilidades que tiene esta molécula de sufrir alteraciones es
bastante elevada, ya sea durante su funcionamiento como molde para la replicación y
la transcripción, como por su susceptibilidad a la acción de agentes físicos y químicos
provenientes del exterior o del interior de la célula.
No es de extrañar que durante los millones de años que han transcurrido de la
evolución, todos los organismos, desde los unicelulares hasta los pluricelulares, hayan
desarrollado mecanismos que le permitan conservar dentro de algunos límites la más
elevada fidelidad de la información contenida en el ADN.
En la sección de biomoléculas quedó demostrado que la estructura del ADN, con
sus elevadas estabilidades quimicofísica y metabólica constituye un primer nivel de se-
guridad en la conservación; su asociación con proteínas en organizaciones de cada vez
mayor complejidad, aumentan el grado de seguridad que se incrementa aún más en los
eucariontes, donde el ADN está confinado al núcleo y separado del resto de la célula por
una envoltura de doble membrana.
Aún así, el ADN no constituye una molécula invulnerable a la acción de agentes
que originan en él cambios que pueden traducirse en daños a su estructura y, por ende,
en alteraciones de sus funciones.
En este capítulo se examinarán los principales daños que puede experimentar el ADN
celular, así como los diferentes sistemas que tienden a conservar la información original,
tanto durante la actividad normal de la célula como en respuesta a algún agente agresor,
por último, se estudiará cómo algunas alteraciones en los sistemas de conservación pueden
originar alteraciones morbosas en los seres humanos.
Modificación-restricción
Uno de los mecanismos más generalizados para mantener la integridad del material
genético es el de modificación-restricción. Las células pueden captar ADN del entorno
y este puede incorporarse al propio y modificar su contenido informativo, sin embargo,
este proceso tiene sus limitaciones. Las células o bacterias son capaces de distinguir
entre el ADN propio y el extraño. Esto viene dado porque cada especie posee un grupo
de enzimas que metilan el ADN en posiciones específicas, principalmente en adenina y
citosina, y crean un patrón de metilación que indica el origen del ADN, este proceso
se conoce como modificación. De manera simultánea existe un conjunto de endonu-
cleasas que si al interactuar con el ADN en los mismos sitios no encuentran el patrón
de metilación característico de su especie, entonces lo hidrolizan. Este fenómeno se
denomina restricción. Su nombre deriva de experimentos con virus (fagos) que infectan
a E. coli. Se pudo observar que la infección en ocasiones se limitaba a una de las cepas
de la bacteria, esto es, el virus estaba restringido a una sola cepa bacteriana. Un esquema
de los sistemas de modificación-restricción se muestra en la figura 33.1. En su conjunto
el sistema de modificación-restricción protege la célula contra la contaminación de mo-
léculas extrañas de ADN.

Fig. 33.1. Sistema general de modificación-restricción. La enzima de modificación-restricción unida previamente con
la S-adenosilmetionina (SAM) se une al ADN, y su acción dependerá del grado de metilación de este. Si el ADN está
totalmente metilado la enzima se disocia. Si está hemimetilado, entonces transfiere el grupo metilo del SAM y completa
la metilación. Si el ADN no está metilado, entra a funcionar la actividad restrictiva que produce la hidrólisis del enlace
fosfodiéster en las dos hebras. La S-adenosilhomocisteína (SAH), producida cuando el SAM cede su grupo metilo al
ADN, tiene que convertirse nuevamente en SAM por acción de transmetilasas específicas.

En la tabla 33.1 se relacionan algunas de las enzimas de restricción mejor caracteri-


zadas y sus sitios de acción. Como cada especie presenta su propio patrón de metilación,
cualquier molécula de ADN de origen extraño que logre incorporarse a la bacteria, será
reconocida como ajena y resultará hidrolizada por las endonucleasas.
Los sistemas de modificación-restricción se clasifican en tres grupos, cuyas carac-
terísticas principales se muestran en la tabla 33.2.
Una enzima de modificación-restricción de tipo I consta de tres tipos de subunidades:
la R, con actividad de restricción; la M, de metilación y la S, que realiza la función de
reconocimiento del sitio específico. Una vez que la enzima se ha unido al ADN se produce
la modificación o la restricción; la actividad de las subunidades M y R es mutuamente
excluyente, por ejemplo, la EcoK con un peso de 400 kD, formada por 2R (135 kD),
2M (62 kD) y una S (55 kD).

654 Bioquímica Médica. Tomo II


Tabla 33.1. Enzimas de restricción y sus sitios específicos de acción

Enzima Microorganismo Sitio específico

Generan fragmentos monofibrilares


EcoR1 E. coli G*AATTC
BamH1 B. amiloliquefaciens H G*GATCC
Bgl1 B. globigli A*GATCT
HindIII H. influenzae A*AGCTT
SalI S. albus G G*TCGAC
TaqI T. aquaticus T*CGA

No generan fragmentos monofibrilares


BalI B. albidum TGG*CCA
HaeI H. aegyptus GG*CC
SmaI S. marcescens CCC*GGG

* Indica el punto del corte.

Tabla 33.2. Características de los diferentes tipos de enzimas de restricción

Característica Tipo I Tipo II Tipo III

Actividad modificación-restricción Multifuncional simple Separadas Multifuncional simple


Estructura proteínica 3 subunidades diferentes Simple 2 subunidades diferentes
Requerimientos para la restricción ATP, SAM, Mg2+ Mg2+ ATP, Mg2+ (SAM)
Requerimientos para la metilación SAM (ATP, Mg2+) SAM SAM (ATP, Mg2+)
Secuencia específica T-G-A-N8-T-G-C-T Palindrómica A-G-A-C-C
Sitio de hidrólisis 1 000 pb del sitio de unión En el sitio de unión 26 pb del sitio de unión
Restricción y metilación Mutuamente excluyentes Separadas Simultáneas
Sitio de metilación Específico Específico Específico

El grupo metilo es aportado por la S-adenosilmetionina (SAM) que se transforma


en S-adenosilhomocisteína (SAH). La unión de la SAM a la subunidad M es necesaria
para la unión de esta al ADN. En un primer momento la SAM actúa como un efector
alostérico y promueve una transconformación de la subunidad M, que se trasmite a la
S y permite la interacción con el ADN. Una vez unido al ADN se incorpora el ATP a
la subunidad R. Si el sitio está metilado se produce la separación de la enzima; si no lo
está, la SAM abandona el complejo y ocurre la hidrólisis por acción de la subunidad R,
para lo cual es necesaria la hidrólisis del ATP. El sitio de unión está separado por unos
1 000 pb del sitio de hidrólisis.
Las enzimas del tipo II suelen presentar estructuras más sencillas, pues solo inter-
vienen en la restricción, y la actividad de metilación la realizan otras enzimas. El mejor
caracterizado es el sistema EcoR1, cuya enzima de restricción es un dímero de subuni-
dades idénticas y su metilasa es un monómero. El sitio de unión es una secuencia de 4 a
6 pb, generalmente de tipo palindrómica. Un palíndromo es una frase que puede leerse
en ambos sentidos, por ejemplo:
Anita lava la tina
Dábale arroz a la zorra el abad
Esta simetría indica que las bases son metiladas en las dos hebras del ADN; el sitio
puede aparecer totalmente metilado (las dos hebras), hemimetilado (una sola hebra) y
no metilado. En el último caso lo más probable es que se produzca la restricción (Fig. 33.1).

Capítulo 33. Conxervación de la información genética 655


La metilasa añade un solo grupo metilo de una vez, por lo que al encontrar una zona
desmetilada transfiere un grupo metilo hacia la base correspondiente y abandona al ADN
para unirse de nuevo y transferir otro grupo metilo hacia la otra hebra. Debido al carácter
semiconservativo de la replicación lo más frecuente es que la enzima actúe sobre ADN
hemimetilado; existen dos subtipos de estas enzimas: las que hidrolizan el ADN en el
mismo sitio de reconocimiento y las que lo hacen unas pocas bases hacia afuera.
Esta característica hace que dichas enzimas sean las preferidas para los experimentos,
pues siempre se sabe dónde se ha producido el corte y cuáles son los nucleótidos que
están a su alrededor. Por ejemplo, la EcoR1 reconoce la secuencia GAATTC y corta entre
la G y la A, por lo tanto en los extremos aparece un segmento monofibrilar de ADN con
la secuencia AATTC. Si una molécula grande de ADN es tratada con esta enzima, todos
los fragmentos terminarán con esa secuencia de bases.
Las enzimas del tipo III constan de dos subunidades, una R y otra SM, con un
tamaño de 106 a 110 kD para la R y de 73 a 80 kD para la SM, y para la unión al ADN
se requiere de ATP. Una vez unida, las dos actividades compiten entre sí: la metilación
en el sitio de unión y la restricción de 24 a 26 pb a uno de los lados.
Esta actividad de las enzimas se realiza de manera constante, lo que constituye un
sistema de control de la integridad del ADN celular, pero cuando sucede un daño sobre
el ADN, se ponen en acción otros mecanismos enzimáticos que reciben el nombre gené-
rico de sistemas de reparación. Se presentarán brevemente los principales tipos de daño
que pueden ocurrirle al ADN y los mecanismos que permiten la reparación de estos. En
1978, Werner Arber, Daniel Nathans y Hamilton O. Smith recibieron el Premio Nobel en
Fisiología o Medicina por el descubrimiento de las enzimas de restricción y su aplicación
a problemas de la Genética Molecular.

Causas y consecuencias de los daños al ADN


Se considerará como daños al ADN cualquier alteración que se produzca en la secuencia
de bases nitrogenadas y que por lo tanto modifique el contenido informativo de esta
molécula. Existen cuatro mecanismos fundamentales que pueden provocar alteraciones
estructurales en el ADN:
−− Errores cometidos durante el proceso de replicación.
−− Inestabilidad química intrínseca de alguna de las bases.
−− Inestabilidad intrínseca del enlace N-glicosídico.
−− Alteraciones resultantes de la acción de agentes físicos o químicos provenientes del
ambiente.

Errores en la replicación. Las ADN polimerasas pueden cometer errores durante


la replicación que provocan daños al ADN. Como se estudió en el capítulo 26, las ADN
polimerasas poseen una elevada especificidad para copiar la hebra molde; en ocasiones
se cometen errores y se incorpora una base que no es la que debía ser incorporada, por
ejemplo, frente a una adenina se incorpora una citosina o una guanina. Los errores en la
replicación producen bases mal apareadas.
Otro error en la replicación es debido a un fenómeno que se denomina deslizamiento
de la polimerasa. Este puede traer dos consecuencias: la polimerasa se puede deslizar
hacia atrás y copiar dos veces la misma base con la cual se produce una inserción;
también se puede deslizar hacia delante y dejar de copiar una base, lo que provoca una
deleción. A veces se copia (o deja de copiar) más de una base y se forman los lazos de
inserción deleción (LID). Tanto los errores de incorporación incorrecta como los debidos
al deslizamiento de la polimerasa son rectificados por las proteínas de la familia Mut.
Este mecanismo ya fue estudiado en el capítulo 26.

656 Bioquímica Médica. Tomo II


Inestabilidad química de las bases. Algunas bases se pueden alterar espontánea-
mente y dañar la información del ADN. El ejemplo más notorio de este mecanismo es la
desaminación de la citosina. Cuando la citosina se desamina de manera espontánea, da
origen al uracilo. Como el uracilo normalmente se aparea con la adenina, en el próximo ciclo
replicativo aparecerá una AU, que más tarde se hará AT, donde antes existía un par CG.
También se origina la desaminación espontánea de la adenina que produce hipoxantina,
con un patrón de apareamiento diferente a la adenina.
Inestabilidad del enlace N-glicosídico. El enlace N-glicosídico en los nucleótidos
purínicos se rompe de manera espontánea y crea un sitio sin bases. El enlace N-glicosídico
tiene un determinado grado de inestabilidad intrínseca y tiende a romperse espontá-
neamente. Este efecto es más significativo en los nucleótidos purínicos. Al romperse el
enlace se forma un sitio que carece de base nitrogenada (sitio abásico). Al suceder la
replicación, las ADN polimerasas colocan como complemento del sitio abásico cualquiera
de los nucleótidos, con lo cual la probabilidad de cometer un error es de 0,75 (de cuatro
bases disponibles, solo una es la correcta).
Acción de agentes ambientales. En el ambiente del ADN existen agentes físicos
y químicos capaces de producir daños en la molécula. El término ambiente del ADN se
refiere tanto a las condiciones existentes en los sitios muy cercanos a la molécula, como
a las condiciones alejadas. Lo anterior se puede ejemplificar de la manera siguiente: el
núcleo celular constituye el ambiente cercano y el medio en el cual se desenvuelve el
organismo es el ambiente lejano. Los daños pueden provenir de agentes situados tanto
en el ambiente cercano como en el lejano. Los agentes químicos siempre provienen del
ambiente cercano. Aunque pueden originarse en lugares más distantes, tienen que llegar
a las inmediaciones del ADN para provocar una interacción con el mismo que resulte en
un daño. Son agentes químicos los análogos de bases, las sustancias intercalantes, los
agentes alquilantes y los agentes de entrecruzamiento (ver capítulo 32).
Los agentes químicos mencionados pueden incrementar la inestabilidad de las bases
o del enlace N-glicosídico y reflejar los resultados ya estudiados, o suelen ocasionar
modificaciones importantes en las bases que cambien su patrón de apareamiento o impidan
la replicación y la transcripción. También son agentes químicos las especies reactivas del
oxígeno, muchas como radicales libres, que se generan durante reacciones enzimáticas
y son poderosos agentes de daño al ADN.
Las radiaciones son los agentes físicos más importantes que producen daño al ADN.
Los daños más frecuentes, ocurridos por las radiaciones, son las rupturas de las bases,
de la desoxirribosa y del enlace fosfodiéster. También es muy común la formación de
entrecruzamientos entre bases de la misma hebra, especialmente con las timinas, que
forman los dímeros de timina. El daño producido por las radiaciones está mediado por
especies reactivas del oxígeno que se producen por la fotólisis del agua, de ahí que los
daños producidos por las radiaciones y las especies reactivas del oxígeno sean similares.
Cuando las radiaciones son muy intensas o las especies reactivas del oxígeno, muy
abundantes, pueden causar múltiples roturas de las hebras del ADN y si algunas de estas
coinciden en las dos hebras ocurre la ruptura total de la molécula que es el daño más
grave que sufre el ADN. Un esquema de los daños al ADN se muestra en la figura 33.2.
Las consecuencias de los daños al ADN pueden ser de tres tipos: mutagénicas,
citotóxicas y citostáticas. Los daños mutagénicos son aquellos que dan origen a la apa-
rición de mutaciones (ver capítulo 32) y su acumulación conduce a la carcinogénesis.
Lo que caracteriza este tipo de mutaciones es que no significan un impedimento para
los procesos en los cuales interviene el ADN, como la replicación, la transcripción y la
segregación de los cromosomas. Por lo tanto el ADN dañado se puede trasmitir de una
generación celular a la siguiente. Los daños citotóxicos a citostáticos son aquellos que

Capítulo 33. Conxervación de la información genética 657


Fig. 33.2. Daños al ADN. Se muestran los
daños que puede experimentar el ADN; por
errores en la replicación se producen bases
mal apareadas. De forma espontánea o por la
acción de agentes externos se producen mo-
dificaciones de las bases o su pérdida, enlaces
cruzados intracatenarios e intercatenarios y
rotura de una o las dos hebras. Todos estos se
reparan de manera eficiente.

interfieren en esos procesos. La no reparación oportuna de un daño citotóxico implica


la activación de los mecanismos de la apoptosis y con ello la muerte celular. Por su
parte los daños citostáticos producen una detención permanente del ciclo celular,
fenómeno conocido como senescencia.
Todos estos daños alteran la estructura física o informativa del ADN y por tanto
provocan algunas de las consecuencias mencionadas. No obstante, todas las células
disponen de eficientes mecanismos de reparación de esos daños. Al estudio de esos
mecanismos se dedica el resto de ese capítulo.

Sistemas de reparación
Existen numerosos sistemas enzimáticos especializados en la reparación de los
distintos tipos de daños al ADN. Una evidencia de la importancia de la integridad del
ADN para las células se deriva del hecho de la existencia de numerosos sistemas de
reparación. Prácticamente cada uno de los daños mencionados tiene su mecanismo
de reparación específico, aunque algunos suelen ser empleados en la reparación de
diferentes tipos de daños que tengan un factor común, por ejemplo, la alteración de la
estructura duplohelicoidal del ADN. También existe una escala jerárquica en cuanto
a la prontitud de la reparación. Así, especialmente en eucariontes, el ADN que forma
parte de genes que se transcriben activamente, se repara antes que el resto de ADN
no genómico. Pero en el ADN génico la hebra molde en la transcripción es reparada
antes que la hebra codificadora. La razón de este proceso se explicará más adelante.

658 Bioquímica Médica. Tomo II


En una primera aproximación los sistemas de reparación se pueden agrupar en
dos tipos fundamentales: los que causan la reversión directa del daño (reparación
directa) y los que actúan eliminando la zona dañada y resintetizando de nuevo
ese sector (reparación indirecta). Los primeros pueden ser dependientes de la luz
(fotorreactivación) y los que son independientes de esta (reparación oscura). El
segundo tipo (que es siempre independiente de la luz) incluye tres mecanismos
fundamentales: reparación por escisión, reparación por recombinación y respuesta
al ADN dañado (DDR, del inglés, DNA damage response).

Reparación directa
La reparación directa consiste en hacer retornar el ADN al estado existente antes
de la lesión. Dos sistemas enzimáticos intervienen en este mecanismo.
Las fotoliasas transforman la energía radiante de la luz en potencial químico
para la ruptura de enlaces covalentes. En todas las células, desde las bacterianas
hasta las humanas, se ha aislado una enzima que interviene en la reparación de los
dímeros de pirimidinas, formados a causa de la irradiación con la luz ultravioleta.
Esta enzima cataliza la ruptura de los dímeros de timina (los dímeros de citosina
y de citosina-timina se forman en menor proporción y también se reparan por esta
enzima) siempre que se produzca una fuerte irradiación con luz visible (300-600 nm),
preferiblemente la luz solar. La enzima contiene un cofactor de pteridina que actúa
como una antena para la captación de la luz. Al ser iluminada la enzima, la pteridina
capta fotones, se activa y transfiere electrones a una molécula de FAD, unida de
forma covalente a la enzima. Estos electrones son transferidos al dímero de timina y
rompen el enlace covalente, con lo cual el daño se elimina. En la figura 33.3 se muestra
un esquema de este proceso.

Fig. 33.3. Reparación por fotorreactivación.


Cuando la luz ultravioleta provoca la forma-
ción de dímeros de timina y se produce la
distorsión de la doble hélice, esta interactúa
con el producto de los genes uvr. Si la bacteria
se expone a la luz, el sistema se activa y repara
el daño al eliminar los enlaces que provocaron
la formación del dímero.

Capítulo 33. Conxervación de la información genética 659


Las proteínas específicas reparan los daños provocados por los agentes alquilantes.
En Química se denominan grupos alquilos a aquellos derivados de los hidrocarburos
lineales no saturados, por ejemplo, el metilo derivado del metano y el etilo derivado del
etano. Los agentes alquilantes transfieren grupos metilos (y en menor grado grupos etilos)
hacia las bases nitrogenadas del ADN. Estas alquilaciones aumentan la inestabilidad del
enlace N-glicosídico, que como ya fue estudiado es particularmente importante en los
nucleótidos de purinas. Por otra parte, las bases alquiladas pueden tener un patrón de
apareamiento diferente a la base original. Existe un grupo de proteínas, las ADN-alquil-
-transferasas, que transfiere el grupo metilo (o etilo) desde la base nitrogenada del ADN
hacia un residuo de cisterna de la proteína, volviendo la base a su estado original. Lo
curioso de este sistema es que una vez transferido el grupo alquilo hacia la proteína,
esta no puede deshacerse de él y es marcada de alguna manera para su degradación.
Esto es lo que algunos autores denominan “reacción suicida”. Debido a que la proteína
no puede repetir el ciclo de transferencia, no debe ser considerada como una enzima,
aunque el nombre asignado nos lleve a pensar de esa manera. Este mecanismo se ilustra
en la figura 33.4.

Fig. 33.4. Reparación directa de las


alquilaciones. (a) Una proteína con acti-
vidad de alquiltransferasa se une al
sitio dañado, y (b) el grupo alquilo se
transfiere hacia un grupo sulfihidrilo (S)
de la proteína que abadona al ADN que
de esta forma ha sido reparado.

660 Bioquímica Médica. Tomo II


Reparación indirecta
En la reparación indirecta se elimina la zona que contiene el daño y se sustituye por
un segmento de hebra nuevo. A diferencia del anterior este mecanismo comprende varias
etapas catalizadas de manera enzimática. Cada tipo de reparación tiene su propio sistema
enzimático y de proteínas no enzimáticas que actúan de forma especializada. Asimismo
cada uno tiene su propio mecanismo de reparación. Son mecanismos de reparación in-
directa la escisión de bases, la escisión de nucleótidos, la reparación por recombinación,
la reparación de enlaces cruzados, la reparación de rotura de hebras y DDR –el más
complejo. A continuación se describirán someramente cada uno de estos mecanismos.

Reparación por escisión de bases


La reparación de bases dañadas se hace por el mecanismo de escisión de bases. Las
bases dañadas pueden ser el resultado de la desaminación espontánea de la citosina o la
adenina o como consecuencia de la acción de agentes externos. Las enzimas claves en este
proceso son las ADN-N-glicosidasas que catalizan la hidrólisis del enlace N-glicosídico
selectivamente en aquellos sitios donde existe daño a las bases. Constituyen una gran
familia en la que se destacan la uracilo-ADN-N-glicosidasa y la hipoxantina-ADN-N-
-glicosidasa. Dicha característica le confiere a este mecanismo un alto grado de especifi-
cidad que no está presente en la reparación por escisión de nucleótidos. Se tomará como
ejemplo de daño la desaminación de la timina que produce uracilo, teniendo presente
que los pasos del mecanismo serán iguales en cualquier caso y lo único diferente es la
ADN-N-glicosidasa que interviene en el primer paso del proceso.
El daño se produce cuando la citosina se desamina de manera espontánea o provocada
y se forma el uracilo. A continuación la uracil-ADN-N-glicosilasa hidroliza el enlace
N-glicosídico del nucleótido dañado y deja la base de la hebra opuesta sin apareamiento.
Un grupo de endonucleasas, conocidas como AP (apurínicas o apirimidínicas), hidroliza
el enlace fosfodiéster de la posición 5´ de la base que ha sido removida y deja una brecha
consistente en la ausencia de un nucleótido en la banda dañada. Esta ausencia es ocupada
por la ADN polimerasa β, ya que dispone del extremo 3’-OH necesario. Por último, una
ADN ligasa sella los extremos apareados por la polimerasa y el ADN queda reparado.
Las enzimas ADN-N-glicosidasas actúan mediante un mecanismo muy peculiar.
Estas se asocian con el ADN casi siempre por el surco mayor y provocan una rotación
de 180° de la base nitrogenada. Una vez que la base está prácticamente fuera del ADN se
ejecuta la hidrólisis del enlace N-glicosídico. Por último, la enzima se separa y la hebra
rota hasta alcanzar la posición debida en la molécula.
Este mecanismo también opera en la reparación de daños por bases perdidas, solo
que en ese caso el proceso comienza con la participación de las endonucleasas AP, pues
ya el sitio abásico fue credo por el agente productor del daño. Los primeros pasos del
mecanismo donde intervienen las glicosilasas se ilustra en la figura 33.5.

Reparación por escisión de nucleótidos


El mecanismo más empleado por los organismos superiores para la reparación del
ADN es la escisión de nucleótidos. En este mecanismo interviene un grupo considerable
de enzimas y proteínas no enzimáticas y es capaz de reparar una gran variedad de daños
al ADN, especialmente todos aquellos que ocasionan distorsión de la doble hélice.

Capítulo 33. Conxervación de la información genética 661


Fig. 33.5. Reparación por escisión de
bases. (a) Una ADN-glicosilasa recono-
ce el sitio donde aparece la base dañada
y (b) la hace rotar 180º hacia el sitio
activo de la enzima que (c) cataliza la
hidrólisis del enlace N-glicosídico. Una
endonucleasa (d) hidroliza el enlace
fosfodiéster; (e) la hendidura es llenada
por la ADN polimerasa β y (f) sellada
por la ligasa.
Los conocimientos acerca de este mecanismo en seres humanos alcanzaron un gran
nivel de profundidad en 1994, a partir de estudios moleculares del Xeroderma pigmentosum,
enfermedad que se manifiesta fundamentalmente en la piel, con gran predisposición al
cáncer. Debido a ello, las proteínas que intervienen en el mecanismo de reparación fueron
bautizadas como XP, con variantes que van de la A a la G.
Existen dos variedades de este mecanismo que se diferencian por la forma en que el
daño es reconocido inicialmente. Esas variantes se denominan reparación por escisión
de nucleótidos del genoma global (REN-GG) y reparación por escisión de nucleótidos
acoplada a la transcripción (REN-AT). En el caso de la REN-GG el daño al ADN es
reconocido inicialmente por un complejo dimérico formado por las proteínas XPC y
hHR23B (la letra h señala el origen humano de esta proteína, del inglés homologue of
Rad23B). En algunos casos, cuando el daño es pequeño y la distorsión de la hélice no
es muy grande, el reconocimiento puede ser facilitado por XPE, que está formado por
las proteínas DDB1 (del inglés, DNA: damage binding protein) y p48. Para la variante
REN-AT el proceso es diferente. Cuando durante la transcripción la ARN polimerasa II
se encuentra con un daño en la hebra molde, su actividad y por tanto su movimiento se
detienen. Esta detención permite que las proteínas CSA y CSB (productos de los genes
mutados en el síndrome Cockaine) se asocien con la polimerasa. El factor de transcripción
TFIIH es reclutado hacia el sitio de la lesión. Como parte de este factor se encuentran
las proteínas XPB y XPD que tienen actividad de helicasas. También XPG es reclutada
al sitio donde la polimerasa se ha detenido y entre todas favorecen la separación de la
ARN polimerasa II del ADN y con esta las proteínas CSA y CSB.
De aquí en adelante el proceso continúa igual en las dos variantes. Se recuerda que
en el sitio de la lesión se ha formado una compleja estructura constituida por el
ADN y las proteínas XPC, hHR23B, XPB, XPD y XPG. El complejo se completa con
la entrada de las proteínas XPA, RPA y el dímero XPF-ERCC1. A toda esa estructura se
le da el nombre de complejo de preincisión.
En este momento las proteínas XPB y XPD poseen actividad de helicasas y desen-
rollan la doble hélice en esa zona, de este modo provocan la separación del segmento
donde se encuentra el daño al ADN.
El siguiente paso consiste en la rotura y separación de un fragmento de la hebra da-
ñada que contenga el sitio del daño. La proteína XPG es una endonucleasa que cataliza
la hidrólisis del enlace fosfodiéster en el quinto nucleótido hacia el lado 3´ de la lesión.
El complejo XPF-ERCC1, también con actividad de endonucleasa, corta la hebra dañada
24 nucleótidos hacia el extremo 5´ de la lesión. De esta forma se genera un fragmento
de 29 nucleótidos que contiene la lesión y se separa del complejo de reparación. Por
último, se procede a rellenar la brecha de 29 nucleótidos que se ha formado, proceso en
el que intervienen la ADN polimerasa δ y el PCNA. El paso final es sellar la hebra y dar
integridad al ADN, gracias a la acción de una ADN ligasa. Los aspectos principales de
este mecanismo se muestran en la figura 33.6.
Como se verá más adelante, en el Xeroderma pigmentosum existe una deficiencia de
este sistema de reparación, lo cual fue evidenciado de la manera siguiente: se estudiaron
fibroblastos de piel, obtenidos de personas normales y de enfermos. Cuando estos fibro-
blastos eran irradiados con luz ultravioleta, en el medio de cultivo de los normales se
recuperaba gran cantidad de dímeros de timina, lo cual indicaba que el mecanismo operaba
de manera eficiente. Cuando la irradiación se hacía a los fibroblastos de los enfermos,
la recuperación de dímeros de timina era extremadamente escasa, lo que indicaba fallos
en el sistema. Esta investigación permitió identificar varios grupos de complementación.

Capítulo 33. Conxervación de la información genética 663


Fig. 33.6. Reparación por escisión de nucleótidos. A la izquierda se ilustra el mecanismo acoplado a la trasnscripción
(RE-AT) y a la derecha, el del genoma global (REN-GG). Obsérvese que la diferencia está en el reconocimiento de la
lesión y el reclutamiento del TFIIH. Una vez que este se ha incorporado, el proceso es común para ambas vías.
Para explicar qué es un grupo de complementación se pondrá un ejemplo: se obtu-
vieron fibroblastos de la piel de tres pacientes (A, B y C) y de un individuo normal (N). Se
cultivaron por separado y se irradiaron con luz ultravioleta. En el medio de cultivo de
N apareció una gran cantidad de dímeros de timina, mientras que en los de A, B y C el
número era escaso. Mediante la utilización de polietilenglicol se logró unir fibroblastos
de los pacientes A y B, y formar un heterocarionte (núcleos diferentes).
Cuando el heterocarionte era irradiado, se recuperaban abundantes dímeros de timina
en el medio de cultivo, lo que indicaba que el defecto de A era compensado por el de B
y el de B por el de A, es decir, había una complementación entre las células de los dos
pacientes. Esto se interpreta como que la deficiencia en la reparación se debe, al menos,
a la mutación de dos genes, que se designarán GENA y GENB. El paciente A tiene
defectuoso el GENA, pero normal el GENB, mientras que el paciente B tiene normal
el GENB y defectuoso el GENA. Al formarse el heteocarionte, el paciente A aporta el
GENB y el B, el GENA, de manera que el proceso se restituye, por eso cada grupo de
complementación es equivalente a un gen.
Se pueden formar heterocariontes tanto entre pacientes A y C como entre B y C, y los
resultados se analizan de la misma forma, por ejemplo, si al unir A y C la eliminación de
dímeros de timina sigue siendo escasa, se supone que los genes mutados en A y C son los
mismos. Si aumentan los dímeros de timina, entonces las mutaciones de A y C son diferentes
y se crearía un nuevo grupo de complementación. Habría que probar con heterocariontes
B y C. Estos estudios permitieron identificar siete grupos de complementación, designados
XPA a XPG, y caracterizar los componentes del sistema de reparación por escisión de
nucleótidos en los seres humanos.

Reparación de enlaces entrecruzados


La formación de enlaces cruzados es una de las lesiones más graves que puede
experimentar el ADN, pues constituye un obstáculo insalvable para las enzimas que
intervienen tanto en la duplicación como en la transcripción. La permanencia de estos
daños puede llevar a la muerte celular y con ello a la falta de función de un órgano o
tejido. Se ha estimado que entre 20 y 40 de estos daños sin reparar son suficientes para
matar una célula de mamíferos. Este daño puede ser originado por algunos antibióticos
como la mitomicina C o reactivos químicos como el ion nitrito.
Los enlaces cruzados siempre son el resultado de la acción de agentes externos al
ADN y se caracterizan por presentar dos sitios reactivos: por uno de estos el agente se
une a una base nitrogenada y por el otro, a otra base. Cuando las dos bases son parte de
la misma hebra, se forma un enlace intracatenario; cuando las bases pertenecen a hebras
complementarias los enlaces son intercatenarios. Por su potencialidad para producir la
muerte celular, algunos de esos agentes se emplean con éxito en el tratamiento del cáncer.
La reparación de enlaces cruzados intracatenarios se realiza mediante el mecanismo
de escisión de nucleótidos, que fue estudiado en el capítulo anterior, por lo tanto, en este
solo se estudiará el mecanismo de reparación de enlaces cruzados intercatenarios.
El mecanismo de reparación de estos daños es complejo y no está aclarado totalmente.
Un hecho notorio es la participación de numerosas proteínas, organizadas en múltiples
complejos durante el proceso de reparación. La falla de algunos de los componentes del
sistema da lugar a la anemia de Fanconi, una enfermedad genética poco frecuente, con
tendencia al cáncer.

Capítulo 33. Conxervación de la información genética 665


Mecanismo de la reparación. La lesión es reconocida por la distorsión en la
estructura local de la doble hélice, debido a la desestabilización de las interacciones de
empalizado que incrementan la flexibilidad de la hélice. Los mayores aportes para el
conocimiento de esta vía se han logrado mediante el estudio de células provenientes de
pacientes con anemia de Fanconi, que es el resultado de mutaciones en alguno de los
15 genes cuyos productos componen la vía y se han denominado FANCA a FANCP.
Un conjunto de esas proteínas reconoce la lesión y forma una especie de plataforma
molecular que coordina las acciones de las nucleasas y la etapa de síntesis sobre el
molde dañado TLS (del inglés translesion synthesis), necesarias para la reparación de
los enlaces cruzados.
El primer paso del mecanismo molecular de la reparación consiste en la ruptura
de una de las hebras a ambos lados de la lesión, de forma tal que el fragmento queda
unido por el agente de cruzamiento a la otra hebra. Esta doble ruptura es realizada por
alguna de las endonucleasas que son reclutadas hacia el sito por el complejo FA. También
se ha sugerido la participación de XPF y XPG del mecanismo de reparación por escisión
de nucleótidos, lo que da como resultado la formación de una brecha en una de las
hebras. Esta brecha puede ser llenada por la acción de ADN polimerasas específicas,
capaces de realizar la síntesis sobre un molde dañado y sellada por una ADN ligasa. La
hebra complementaria es reparada mediante el mecanismo de escisión de nucleótidos,
estudiado anteriormente.
Como se puede observar el proceso es complejo y desde el punto de vista de su
mecanismo equivale a una reparación por escisión de nucleótidos doble, es decir, uno
para una hebra y otro para la hebra complementaria (Fig. 33.7).
En resumen, la formación de enlaces cruzados intercatenarios representa un gran
desafío para la célula, pues estos daños son un obstáculo infranqueable tanto para la
duplicación del ADN como para su transcripción. Cuando las polimerasas que realizan
la función principal en estos procesos se encuentran con un enlace entrecruzado, se
detienen y no pueden continuarlo, a menos que la lesión no sea reparada. En tanto la
lesión no se repara, se detiene la progresión del ciclo celular que, de hacerse permanente,
puede conducir a la senescencia o a la apoptosis. Sin embargo, como el reconocimiento
de la lesión se realiza a través de las proteínas de los complejos FA cuando alguna de
ellas falta o no es funcional, no se pone en marcha la respuesta celular y esto puede
llevar a rupturas cromosómicas, pérdida de material cromosómico y división celular
en condiciones precarias, hasta crear un estado de inestabilidad genómica que puede
propiciar la transformación cancerosa de las células.

Reparación de las roturas de hebras


De todas las lesiones que puede experimentar el ADN las más peligrosas son las
roturas de las hebras, que pueden ser en una o en las dos, y provocar una falta de conti-
nuidad en la estructura de la molécula. Estas roturas pueden producirse accidentalmente
por errores durante los procesos donde interviene el ADN o por la acción de agentes
externos, sobre todo las especies reactivas del oxígeno, generadas como subproductos
del metabolismo celular, o por radiaciones ionizantes.
Los mecanismos para la reparación de estas lesiones son muy complejos y se encuen-
tran muy conservados evolutivamente. Son muchos los productos génicos implicados en
esos procesos y la participación exacta de algunos de estos aún se desconoce.

666 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 33.7. Reparación de enlaces cruzados inter-
catenarios. Las proteínas del complejo FA (de la
anemia de Fanconi) reconocen la lesión y sirven
de plataforma para el resto de los componentes del
sistema de reparación. Las endonucleasas cortan
el ADN a ambos lados de la lesión; las helicasas
desenrollan la hélice y el fragmento que contiene el
daño queda unido a la hebra complementaria. Las
polimerasas que trabajan sobre el molde dañado
rellenan la brecha que es sellada por una ligasa.
La otra hebra se repara mediante el mecanismo de
escisión de nucleótidos.
Roturas de una hebra
Las roturas de una hebra son discontinuidades en una de las hebras de la doble hélice
y generalmente se acompañan por la pérdida de un nucleótido y daños tanto hacia el lado
3´como 5´de la rotura. Una de las causas más frecuentes de roturas de una hebra es el
ataque oxidativo por especies reactivas del oxígeno, ROS (del inglés, reactive oxygen
species).
Las roturas son detectadas inicialmente por las poli (ADP-ribosa)-polimerasas
(PARP), que transfieren ADP-ribosa desde el NAD+ hacia proteínas diana tales como
las histonas H1 y H2A y la propia enzima. La poli-ADP-ribosa funciona como una
plataforma sobre la cual son reclutadas otras proteínas que intervienen en la reparación.
Como en los bordes de las roturas aparecen modificaciones es necesario rectificarlas
hasta obtener el extremo 3´-OH y 5´-P característicos de los extremos. A continuación
se produce el llenado de la brecha que a veces es la ausencia de un solo nucleótido y
otras a veces es más largo. Los tramos cortos son llenados por la ADN polimerasa β;
otras polimerasas se emplean en las brechas más largas. Por último, la hebra es sellada
por una ADN ligasa.

Roturas de las dos hebras


La rotura de las dos hebras se considera la más letal de las lesiones al ADN. Las
radiaciones ionizantes son la causa principal de estos daños. La rotura de las dos hebras
producidas por las radiaciones ionizantes generalmente contiene extremos 3´ y 5´ mo-
nofibrilares. Además, los márgenes de la rotura contienen grupos no convencionales tanto
en el lado 3´ como en el 5´ que deben ser removidos antes de la unión de los extremos.
En células humanas existen dos vías principales para reparar las roturas de dos hebras,
denominadas unión no homóloga de los extremos NHEJ (del inglés, non-homologous
end-joining) y la recombinación homóloga HDR (del inglés, homology-directed repair).
La recombinación homóloga es más fidedigna, pero requiere de una cromátida hermana
no dañada que sirva como molde y funcione solamente después de la duplicación del
ADN. Por su parte NHEJ es activa durante todo el ciclo celular y se considera como la vía
principal para la reparación de la doble ruptura inducida por radiaciones ionizantes en las
células humanas. A continuación se hará una exposición simplificada de los mecanismos.
Unión no homóloga de los extremos. El proceso transcurre de la siguiente forma: al
producirse roturas cercanas de una hebra en las dos hebras complementarias sucede la
separación de las hebras generando extremos monofibrilares con daños a ambos extre-
mos de la hendidura. Esta estructura es reconocida por el dímero Ku70/Ku80 que se
enrolla en forma toroidal alrededor del ADN y se desplaza hacia el interior de las hebras
dañadas. El dímero Ku recluta hacia el sitio de la lesión a la ADN-PKsc que ocupa los
bordes de la lesión y se autofosforila.
El complejo Ku/ADN-PKsc recluta hacia el sitio de la lesión al complejo X4-L4 que
a su vez recluta hacia ese sitio a las enzimas que intervienen en el procesamiento de los
extremos como Artemisa, etc. Estas enzimas procesan los extremos hasta crear el 3´-OH
y el 5'-PO4 , necesarios para la acción de las polimerasas. Durante este paso pueden per-
derse algunos nucleótidos, pues este mecanismo de reparación es propenso a los errores.
Una vez procesados los extremos, el complejo X4-L4 recluta la ADN polimerasa
correspondiente, la cual llena la brecha dejada por la acción de las enzimas procesadoras
de los extremos. Cuando concluye la síntesis reparadora, los extremos ya procesados se
unen por la ADN ligasa IV.

668 Bioquímica Médica. Tomo II


Como la unión no homóloga de los extremos ocurre en ausencia de un ADN molde
o regiones de microhomología, el procesamiento de los extremos tiene el peligro de
llevar a la pérdida de nucleótidos, lo que hace que NHEJ sea un proceso inherente-
mente propenso a errores, demostrado tanto in vitro como in vivo. Un resumen del
proceso se ilustra en la figura 33.8.

Fig. 33.8. Reparación mediante unión no


homóloga de los extremos. Si no existe una
molécula homóloga de ADN, se procede a la
unión de los extremos. La ADN-PK reconoce
la lesión mediante las unidades Ku y por su
autofosforilación recluta a Artemisa. Otros
componentes sellan la rotura. El proceso se
describe con más detalles en el texto.

Capítulo 33. Conxervación de la información genética 669


Reparación por recombinación homóloga. Esta forma de reparación de la rotura
de dos hebras solo es posible a partir de la mitad de la fase S, pues se requiere de una
molécula de ADN homóloga que solo se produce durante la replicación del ADN. El
proceso es altamente complejo, con la participación de un número considerable de pro-
teínas y su estudio detallado está fuera del alcance de este capítulo. A continuación se
ofrecerá una versión muy sintetizada del proceso.
En líneas generales el proceso ocurre de la siguiente forma: los bordes de la rotura
son procesados por nucleasas generando una zona monofibrilar con un extremo 3´-OH;
una de las hebras o las dos invaden a la otra molécula de ADN y buscan la homología
de secuencia; cuando las hebras se aparean el extremo 3´-OH es alargado por una
ADN polimerasa; la hebra alargada sirve de molde para llenar la brecha producida en
la molécula dañada y posteriormente ambas son selladas por una ADN ligasa. Este
mecanismo garantiza que en el proceso no haya pérdida de nucleótidos y por tanto de
información genética. Una versión simplificada se muestra en la figura 33.9.

Fig. 33.9. Reparación por recombi-


nación homóloga. Las endonucleasas
resecan los extremos de hebras y pro-
pician la invasión. La hebra invasora
es alargada y capturada formando el
intermediario de Holliday. La resolución
del intemediarios permite la restitución
total del material genético. Para más
detalles vea el capítulo 31.

A diferencia del mecanismo anterior, en este no se produce pérdida de material


genético. Sin embargo, este proceso es potencialmente dañino pues puede conducir a
grandes reordenamientos cromosómicos y la formación de intermediarios potencialmente
letales. Por eso no es de extrañar que defectos en la recombinación y procesos asociados
estén relacionados con síndromes con predisposición al cáncer, caracterizados por ines-
tabilidad genómica.

Alteraciones de la reparación
En los últimos años el estudio de varias enfermedades genéticas ha llevado a la
conclusión de que en algunas de ellas existen alteraciones del sistema de reparación
del ADN. En algunos casos parece ser la causa primaria, mientras que en otros se trata
solo de una deficiencia secundaria, por ejemplo, el Xeroderma pigmentosum, la ataxia
telangiectásica, el síndrome de Fanconi y el síndrome de Bloom.

670 Bioquímica Médica. Tomo II


El Xeroderma pigmentosum es una enfermedad que afecta la piel y el sistema nervioso.
La exposición a la luz solar en los primeros meses causa eritemas que duran varios días
y bronceado acentuado. Las lesiones son más intensas y tempranas en las regiones
del cuerpo expuestas al sol: cara, cuello, dorso de las manos, etc. La esclerosis dérmica
progresiva y las contracturas implican la deformación de la boca, los ojos y la nariz.
Comúnmente existe fotofobia con blefaritis, queratitis, opacidades y úlceras. Muchos
pacientes mueren antes de los 20 años por neoplasma cutáneo metastásico. En cultivo de
células obtenidas de estos pacientes se ha observado una actividad deficiente en cuanto a
la reparación del ADN, debido a los daños causados por la luz ultravioleta. La enfermedad
se trasmite como un rasgo autosómico recesivo.
El estudio de células en cultivo, procedentes de pacientes con esta enfermedad, ha
demostrado que existen, al menos, siete grupos de complementación, lo que equivale a
decir que existen, al menos, siete genes involucrados en la causa de la enfermedad; estos
genes han sido designados XP-A a XP-G y se ha podido determinar que sus productos
participan en los mecanismos de reparación por escisión de nucleótidos.
En Cuba existe un programa especial para el tratamiento de los pocos pacientes que
padecen de Xeroderma pigmentosum.
En el cáncer de colon de tipo hereditario y no polipósico se ha determinado que su
causa esencial radica en la deficiencia del proceso de reparación del mal apareamiento.
La mayoría de los casos puede ser atribuida a mutaciones en los genes hMSH2, hMLH1,
hPMS1 o hPMS2, los cuales codifican proteínas que intervienen en el proceso de repa-
ración, como fue estudiado en el capítulo 26.
La ataxia telangiectásica comienza en edad temprana y a los 10 años los signos son
de inestabilidad total, con hipotonía muscular y abolición de reflejos tendinosos, también
existe bajo coeficiente de inteligencia.
La telangiectasia comienza entre los 3 y 4 años de edad, en conjuntiva, orejas y
parte expuesta del cuello; se verifica disminución de los niveles de inmunoglobulina A.
En el cariotipo pueden aparecer aberraciones cromosómicas variadas. Existe tendencia
al desarrollo de linfomas, la muerte ocurre en edad temprana. Los fibroblastos de estos
pacientes muestran evidente disminución de la actividad reparadora del ADN, especial-
mente frente a radiaciones gamma. Se trasmite como un rasgo autosómico recesivo.
Parece ser que las alteraciones de la reparación son secundarias y que el defecto principal
radica en la mutación de un gen supresor tumoral, denominado ATM (siglas del inglés
que significan mutado en la ataxia telangiectásica).
El síndrome de Fanconi tiene como signo más sobresaliente la hiperpigmentación
y disminución general del número de células sanguíneas (pancitopenia). Los pacientes
presentan baja estatura y tendencia a desarrollar leucemia; actividad de reparación del
ADN disminuida, sobre todo a la acción de agentes que provocan entrecruzamiento de
las hebras. Se trasmite como un rasgo autosómico recesivo. Se han identificado 15 genes
(FANCA a FANCP) cuyas mutaciones dan origen a esta enfermedad y siete de estos
han sido clonados. También se conocen las proteínas codificadas por esos genes. Estas
proteínas participan en las vías de señalización de daños al ADN, producidos por agentes
de entrecruzamiento como la mitomicina C. Los pacientes suelen morir en edades tem-
pranas como consecuencia de fallas en la médula ósea.
El síndrome de Bloom se presenta más en los varones que en las hembras. Existe
una evidente fotosensibilidad con eritemas persistentes desde el primer mes de vida.
Después aparecen las telangiectasias, principalmente en la cara y el dorso de las manos.
Prevalece la baja estatura, pero no existe retraso mental y son individuos con reducción
de la fertilidad. Hay una disminución de la actividad de reparación del ADN, los linfocitos
son particularmente sensibles al sulfonato de etilmetano. Tiene la característica casi única
de significativa predisposición a todo tipo de cáncer, incluso leucemias, linfomas y

Capítulo 33. Conxervación de la información genética 671


tumores sólidos. Se trasmite como un rasgo autosómico recesivo. Se ha reportado
recientemente que este síndrome está ligado a mutaciones en el gen de una ADN helicasa
de la superfamilia RecQ.
Defectos genéticos en los genes CSA y CSB, cuyos productos participan en la REN-AT
dan lugar a la aparición del síndrome Cockaine. Este síndrome se caracteriza por un de-
sarrollo prenatal normal, seguido del establecimiento de retardo progresivo del crecimiento,
trastornos neurológicos que incluyen degeneración de la retina, hipoacusia y ataxia, todos
estos comienzan en el primer año de vida. Aunque los pacientes padecen de fotosensibilidad,
lo cual refleja un defecto en la reparación del ADN, no muestran predisposición al cáncer.
La muerte ocurre alrededor de los 12 años de edad.
Por último, se ha mencionado que una significativa disminución de la actividad de
los sistemas de reparación del ADN, pudiera ser la causa principal de las modificaciones
que se observan en los individuos durante el periodo de envejecimiento; este tema se
tratará con más detalles en el capítulo 87.

Resumen
No existe otra macromolécula cuya integridad estructural tenga en la célula el
significado vital que posee el ADN; su conservación constituye por tanto una actividad
principal de la célula, para evitar la contaminación con ADN foráneo y reparar cualquier
daño producido en las propias moléculas.
Unas de las primeras características que contribuyen a la conservación del material
genético son la propia estructura del ADN, su asociación con proteínas y su ubicación,
que en los eucariontes está separado del resto de la célula por una doble membrana.
Otro mecanismo lo constituye el sistema de modificación-restricción, ya que
permite la identificación del propio ADN y la degradación de los ADN extraños, evitando
la contaminación.
No obstante, el ADN es una molécula que está expuesta a daños como: bases mal apa-
readas, bases perdidas, alteraciones de bases, rotura de una o de las dos bandas, formación
de enlaces entrecruzados, etc. Para casi todos estos daños existen sistemas de reparación
que se pueden clasificar en directos e indirectos. En los directos el sistema hace que el
ADN vuelva a su estado original y elimine las modificaciones producidas por el agente
dañino. A este grupo pertenecen los mecanismos de fotorreactivación y de eliminación
de grupos alquilos. En los indirectos se separa un segmento de ADN que contiene la
zona dañada y la brecha es llenada por acción de polimerasas y ligasas. Las principales
diferencias radican en los mecanismos para la eliminación del fragmento dañado y el
tipo de polimerasas y ligasas empleadas. Entre estos se encuentran la escisión de bases,
la escisión de nucleótidos y la eliminación de entrecruzamientos intercatenarios. Los
daños más graves y los mecanismos más complejos son las roturas de las dos hebras. En
dependencia del momento del ciclo celular estas lesiones pueden ser reparadas mediante
la unión no homóloga de los extremos, con pérdida de algunos nucleótidos o mediante
la recombinación homóloga, sin pérdida de material genético.
Algunas enfermedades en los seres humanos se deben o se acompañan por trastornos
en los mecanismos de reparación, entre otras el Xeroderma pigmentosum, la ataxia te-
langiectásica, el síndrome de Bloom, el síndrome de Fanconi y el síndrome Cockaine.
Últimamente se ha planteado la posibilidad de que el proceso de envejecimiento esté
también relacionado con una especie de agotamiento de los mecanismos de reparación
del ADN.

672 Bioquímica Médica. Tomo II


Ejercicios
1. ¿Por qué se afirma que la integridad de ninguna otra molécula tiene tanta importancia
para la célula como la integridad del ADN? Puede ofrecer al menos tres razones.
2. Si a una bacteria se le introduce un fragmento de ADN de otra bacteria de la misma
línea celular ¿actuará sobre esta el sistema de modificación-restricción?
3. ¿Cuáles son las principales analogías y diferencias estructurales y funcionales entre
los tres tipos de endonucleasas de restricción?
4. ¿Por qué cree usted que las roturas en las dos bandas del ADN son el daño más grave
que experimenta esta molécula?
5. ¿Qué repercusión tendrá sobre la replicación del ADN el tratamiento de las células
con mitomicina C?
6. ¿Qué importancia tiene para el médico el conocimiento de los diferentes mecanismos
de reparación del ADN?
7. Un virus al que denominaremos QB tiene dos cepas (QB-A y QB-B) que se origina-
ron por mutación del virus original (QB-wt). El QB-wt puede infectar con éxito una
cepa de bacterias y multiplicarse en estas. Dicha propiedad la conserva el mutante
QB-B, pero no el QB-A. ¿Puede usted proponer una explicación plausible para este
fenómeno?
8. ¿Cuáles son las diferencias de los mecanismos de reparación directos e indirectos?
9. De manera general, ¿cómo se realizan los mecanismos indirectos?
10. ¿Por qué si la reparación de la rotura de las dos hebras mediante la recombinación
homóloga es más fidedigna, la célula emplea la unión no homóloga de los extremos?
11. Los signos clínicos que se observan en pacientes con mutaciones en los genes FANC
son similares a los que muestran los pacientes con mutaciones en BRCA2. ¿Qué
puede usted inferir de estas observaciones?
12. La rotura de las dos hebras del ADN puede repararse por la unión directa de los dos
extremos de la rotura. ¿Qué peligros representa este mecanismo para la célula?

Capítulo 33. Conxervación de la información genética 673


34
Capítulo

Regulación de la expresión genética

L
os seres vivos están en constante intercambio de materia, energía e
información con el medio, esta es una característica esencial de la vida,
pero dicho intercambio no ocurre de manera similar en todos los orga-
nismos.
Las bacterias, por la forma en que viven, están sometidas a cambios pronunciados
del medio, del cual extraen sus fuentes de supervivencia. Los eucariontes monoce-
lulares, aunque poseen una estructura más compleja, están en iguales condiciones.
En los organismos pluricelulares más desarrollados no todas las células se en-
cuentran expuestas a grandes cambios en la composición del medio; en el hombre,
solo las células del tubo digestivo y el hígado experimentan grandes variaciones en
la composición del medio; el resto de las células del organismo se desarrollan en un
medio de composición prácticamente constante.
Estas condiciones de vida influyen de manera significativa en los mecanismos
utilizados por cada tipo de organismo, que le permiten adaptarse a los cambios am-
bientales. Los organismos monocelulares deben poseer mecanismos que funcionen
de forma rápida, tanto, como cambia el medio, mientras los organismos superiores
pueden emplear mecanismos de respuesta más lenta.
La presencia de nutrientes, su tipo y cantidad son algunos de los factores que
más influyen en la supervivencia de un organismo; si este no dispone de mecanismos
capaces de adaptar su metabolismo cuando suceden cambios negativos de nutrientes
en el medio, perecerá en un tiempo más bien corto.
En este capítulo se estudiarán los mecanismos generales de regulación de la expresión
de la información genética en los diferentes niveles que permiten a los organismos
adaptarse a las condiciones cambiantes del medio. Se comienza por presentarlos en
procariontes, donde han sido mejor estudiados, y luego se hacen algunas consideraciones
acerca de los conocimientos actuales en los organismos pluricelulares.

Aspectos generales
Los mecanismos de selección natural han ido conservando las formas de vida que
presentan mayor eficiencia. Entre los organismos monocelulares, cualesquiera cambios
permanente y hereditario que aumenten la eficiencia global del metabolismo celular,
hacen que estos tipos crezcan más rápido que el tipo silvestre. Si se deja pasar un tiempo
prolongado la nueva línea celular, desplazará totalmente al tipo silvestre.
A modo de ejemplo, si en una población de 109 bacterias que duplican su número en
30 min, una bacteria es alterada de forma que se duplique cada 29,5 min, aproximada-
mente en 80 días de crecimiento continuo, 99,9 % de la población será del nuevo tipo; este
tiempo es quizás muy largo en términos de trabajo de laboratorio, pero es insignificante
en cuanto a tiempo evolutivo se refiere, por tanto, sobre esta base es razonable pensar
que los sistemas de regulación surgieron y se desarrollaron en el sentido de ganar mayor
eficiencia, como consecuencia del proceso de evolución.
Existen algunas características más o menos generales de la regulación intracelular
que pueden resumirse en:
−− Las moléculas que ocasionalmente se utilizan son sintetizadas solo en el momento
para ser empleadas.
−− Una actividad enzimática que consume energía de manera inútil en un momento
dado, o utiliza una sustancia que es sustrato de otra reacción de mayor prioridad, está
frecuentemente inhibida.
−− Cuando existen varias vías posibles de producción de energía, la célula utiliza la que
produce mayor cantidad por unidad de tiempo.
−− La alteración de una vía biosintética, que reduce la producción de moléculas deficientes,
resulta eficaz y tiende a conservarse.

La característica esencial de estos mecanismos de regulación es que se conectan y desco-


nectan según la necesidad. No existen ejemplos de mecanismos que estén completamente
desconectados y siempre existe un nivel básico de funcionamiento. Por comodidad, para
hacer referencia a un sistema que funciona a su nivel básico, se dice que está desconectado.

Regulación de la expresión de la información


genética en procariontes
En los sistemas bacterianos, donde varias enzimas actúan de forma sucesiva en una
ruta metabólica, es frecuente el hecho de que todas están presentes o todas están ausentes,
este fenómeno recibe el nombre de regulación coordinada.
La regulación de la expresión de la información genética puede realizarse al nivel
pretranscripcional, transcripcional y postranscripcional; el segundo caso es el más fre-
cuente y económico.

Regulación transcripcional
Los mecanismos moleculares para cada sistema de regulación pueden variar mucho,
pero con frecuencia se clasifican en dos grandes tipos: positivos y negativos.
En la regulación negativa, la célula presenta un inhibidor cuya acción determina que
la transcripción se encuentre desconectada. En la positiva, existen moléculas que provocan
la activación del promotor. Las regulaciones positiva y negativa no son excluyentes, y
de hecho existen sistemas que están regulados por las dos formas.
En estos casos es necesaria la existencia de dos efectores. Para evitar confusiones en lo
sucesivo, debe tenerse presente la diferencia fundamental entre las dos formas mencio-
nadas. En la regulación negativa la unión del efector (que suele ser una proteína) al ADN
provoca la inhibición de la transcripción, en tanto, en la positiva, la unión determina una
activación de la transcripción.

676 Bioquímica Médica. Tomo II


A continuación se presenta un estudio más o menos detallado de los principales
mecanismos de regulación transcripcional.

Inducción enzimática
Desde principios del siglo xx se conocía que la E. coli, cuando crece en un medio
que contiene glucosa, no utiliza la lactosa que se añade al medio de cultivo. Si se tras-
ladan las células a un medio carente de glucosa, pero que contiene lactosa como fuente
de carbono, a los pocos minutos las células utilizan la lactosa de manera eficiente. Si
al medio anterior se añade glucosa, a los pocos minutos las células dejan de utilizar la
lactosa y continúan utilizando solo glucosa.
Si se añaden al medio de manera simultánea la glucosa y la lactosa, las células
utilizan la glucosa y una vez agotada esta, comienzan a utilizar la lactosa. La primera
explicación que se dio a este fenómeno, conocido entonces como adaptación enzimática,
fue la existencia en las células de precursores inactivos de las enzimas que utilizaban
la lactosa y que esta activaba.
Para investigar la certeza de esta hipótesis se realizó una experiencia que, por su
sencillez y claridad, se expone a modo de ilustración.
Se tomó una colonia de E. coli y se puso a crecer en un medio que contenía
[32S]-metionina, al cual no se añadía lactosa; después de algún tiempo las células fueron
lavadas y pasadas a un medio con metionina normal, a los pocos minutos se añadió
lactosa; se midió la aparición de las enzimas activas y cuando alcanzaron un valor
elevado, se homogenizó el cultivo y se aislaron las enzimas; se midió la radiactividad
y se comprobó que no contenían azufre radiactivo.
Se repite la experiencia, pero incorporando la metionina radiactiva junto con la
lactosa y después de un procesamiento similar se detecta el azufre radiactivo en las
enzimas. Como se deduce de este experimento, las enzimas no existen como precur-
sores inactivos en ausencia de lactosa, sino que son sintetizadas totalmente a partir
del momento en que la lactosa es añadida, siempre que el medio no contenga glucosa.
Luego se pudo comprobar que además de la enzima β-galactosidasa, que hidroliza
el enlace β-glicosídico de la lactosa y produce galactosa y glucosa, ocurría la inducción
de una proteína que fue denominada galactopermeasa, ya que esta forma parte del sistema
transportador de membrana para los galactósidos. De manera coordinada se regula la
síntesis de las proteínas que favorecen el transporte del azúcar hacia el interior de la
célula y las que comienzan su degradación.
Hoy se sabe que existe una tercera enzima implicada en la inducción, denominada
galactosa transacetilasa, cuya función en el metabolismo de la galactosa no está to-
talmente esclarecida.
A este fenómeno mediante el cual la presencia de una sustancia en el medio provoca
la síntesis de determinada enzima, o grupo de enzimas, se le da actualmente el nombre
de inducción de la síntesis de enzimas o inducción enzimática (Fig. 34.1).
El estudio de distintos microorganismos con medios selectivos ha puesto de ma- Fig. 34.1. Inducción enzimática. Se
nifiesto que la inducción enzimática no es exclusiva de las enzimas del metabolismo representan los resultados de una
de la lactosa, sino que está presente o relacionada con las enzimas que intervienen en experiencia típica de inducción de
las enzimas del operón lac. Como se
el catabolismo de otros azúcares. observa, a los pocos minutos de ser
Las sustancias capaces de provocar la inducción reciben el nombre de inductores, añadida la lactosa (a) comienza la
síntesis del ARNm y más tarde de las
estos son transformadas por la enzima y sus concentraciones disminuyen con el tiempo. enzimas correspondientes. Al retirarse
Existen sustancias, relacionadas estructuralmente con los inductores naturales, que la lactosa (b) comenzará el descenso
de la concentración del ARNm que
tienen un poderoso efecto inductor, pero no son transformadas por las enzimas, de- será seguido por una disminución de la
nominadas inductores gratuitos, cuyo empleo ha contribuido de manera eficaz al concentración de las enzimas.

Capítulo 34. Regulación de la expresión genética 677


esclarecimiento de estos mecanismos. La estructura de la lactosa, que es el inductor
del operón lac y del isopropiltiogalactósido, que es un inductor gratuito, son similares
(Fig. 34.2).

Modelo del operón


En 1961, después de casi 20 años de trabajo, Francois Jacob y Jacques Monod, del
Instituto Pasteur, propusieron un modelo para explicar el mecanismo molecular por
el cual se realiza la inducción de la síntesis de proteínas. En las páginas siguientes se
ofrece la visión actual del modelo, que lógicamente ha sido enriquecido con nuevos
Fig. 34.2. Inductores del operón lac. En aportes desde el momento en que fue propuesto.
la parte superior de la figura se muestra
la estructura de la lactosa, que es el En el ADN bacteriano se distinguen varios sectores desde el punto de vista fun-
inductor natural del operón lac, y en la cional; aquellos sectores que codifican la síntesis de polipéptidos específicos, reciben
parte inferior, la de un inductor gratuito, el nombre de genes estructurales, además, por la forma en que fueron identificados
el isopropiltiogalactósido.
y localizados originalmente, como consecuencia de una experiencia denominada cis
trans, se les da también el nombre de cistrones; de ahí surgen las denominaciones de
los ARNm monocistrónicos y policistrónicos (ver capítulo 27).
Adyacente a los cistrones se encuentra otro sector que controla o regula su expresión
y recibe el nombre de operador. Como el operador no codifica ningún polipéptido, ni
tampoco un ARN, no se trata de un gen, y para referirse a él se dice el locus (sitio)
operador. El conjunto de segmentos de ADN compuesto por el operador y los cistrones
que están bajo su control recibe el nombre de operón; este término también proviene
de la informática y se emplea aquí por ser la unidad de operación, lo cual significa
que cuando el operón se conecta funcionan todas sus partes como si fueran una sola,
igual sucede cuando se desconecta.
Un tercer sector es el promotor, al cual se une la ARN polimerasa. Por último, se
distingue un sector que codifica la síntesis de una proteína específica, cuya actividad
determina el funcionamiento de los cistrones; este sector recibe el nombre de gen re-
gulador y la proteína codificada por él se denomina proteína represora o represor. El
gen regulador puede encontrarse adyacente a los cistrones o alejado de estos.
El funcionamiento del modelo consiste en que la proteína represora es de tipo
alostérico y tiene un sitio de elevada afinidad por el ADN del operador en una de sus
dos conformaciones (la R), mientras que en la otra conformación (la T) tiene muy poca
afinidad. La unión del represor al operador se produce mediante el reconocimiento de
una secuencia específica de bases de este sector, que forma un complejo de elevada
estabilidad e impide de esta forma el desenrollamiento del ADN, que es imprescin-
dible para la transcripción. Los inductores provocan el desplazamiento del equilibrio
conformacional del estado R al T.
Como la unión del represor al operador determina la inhibición de la transcripción,
se está en presencia de un sistema de regulación negativa (Fig. 34.3).
Se han estudiado numerosos operones inducibles, casi todos relacionados con la
utilización celular de monosacáridos, aunque no exclusivamente. Si bien es cierto que
cada uno se corresponde con la situación descrita antes, se tiene en cuenta que cada
uno presenta sus particularidades. Para los objetivos de este texto se ha seleccionado
aquel que, por ser el primero y más estudiado, ofrece una visión más completa de su
mecanismo.

Operón lac
La estructura y el funcionamiento del operón lac han provocado el interés de
muchos científicos en los años posteriores a la proposición del modelo del operón. En
la actualidad se tiene una visión completa de todo este complejo sistema (Fig. 34.4).

678 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 34.3. Modelo general del operón. En el ADN se encuentran secuencias con diferentes funciones: el gen regulador
que codifica a la proteína represora; la zona del operador-promotor (O-P) donde se une el represor y la ARN polimerasa,
así como los genes estructurales o cistrones que codifican la síntesis de proteínas específicas (generalmente enzimas).
Cada operón posee un número característico de cistrones.

Fig. 34.4. Estructura del operón lac. Se muestran las principales características estructurales del operón lac y de sus
productos.

La proteína represora tiene características similares a todos los represores conocidos,


se trata de un tetrámero formado por subunidades idénticas que presenta una clara simetría
molecular (Fig. 34.5).
En el promotor se encuentran las secuencias estudiadas en -35 y en la zona de -4 a
-10. El operador, como era de esperar, presenta una secuencia repetida invertida con un
centro de simetría, lo que concuerda con la estructura del represor (Fig. 34.5).
El represor lac contiene al menos dos sitios: uno de estos le permite la unión al
ADN y el otro tiene como ligandos pequeñas moléculas de galactósidos que actúan
como inductores. La unión del inductor al represor provoca un cambio de conformación
que se trasmite a todas las subunidades, haciendo que todas adopten el estado T, cuya
afinidad por el ADN del operador es muy baja. En estas condiciones el represor se di-
socia del operador, lo que permite la unión de la ARN polimerasa en el locus promotor
y da inicio a la transcripción. La traducción del ARNm correspondiente da origen a las
enzimas que degradan la lactosa, con lo cual la concentración del disacárido disminuye
y provoca la separación del inductor. Esta separación hace que la proteína adquiera de
nuevo el estado R y en esta forma se une al operador, lo que impide la unión de la ARN
polimerasa (Fig. 34.6).

Capítulo 34. Regulación de la expresión genética 679


Fig. 34.5. Unión represor operador en
el operón lac. En la parte superior se
muestra la estructura primaria de la
zona del operador lac con sus zonas de
simetría a color. En la parte inferior se
observan diferentes vistas del complejo
formado entre el operador y el represor
del operón lac.

Fig. 34.6. Funcionamiento del operón lac. Los dos estados posibles del operón lac. (a) Ausencia de lactosa, el represor
posee su conformación activa y se encuentra unido al operador, por lo que no permite la unión de la ARN polimerasa, y
(b) se incorpora la lactosa que se une al represor y lo separa del operador, con lo cual permite la unión de la polimerasa
y desencadena todo el mecanismo de la síntesis de la β-galactosidasa (GAL), la permeasa (PER) y la acetilasa (Ac).

Como la vida media del ARNm en procariontes es muy corta, estos solo pueden ser
traducidos muy pocas veces, además, con la duplicación de las bacterias, la concentración
de las enzimas disminuye rápidamente.
La presencia del inductor es la señal que conecta al sistema y su desaparición, lo
desconecta; pero queda una interrogante: ¿por qué si la glucosa está presente no sucede
la utilización de la lactosa? El estudio detallado del funcionamiento del operón lac
llevó a la conclusión de que no era suficiente retirar el represor del operador para que la
síntesis de enzimas comenzara, había un requerimiento adicional; con la búsqueda de
este requerimiento se descubrió que una proteína específica, en su estado activo, se une
al ADN en un sitio cercano al promotor y estimula la síntesis del ARNm.
Esta proteína es también del tipo alostérico, con uno de sus sitios con afinidad por el
ADN en la conformación R; pero para adquirir esta conformación, es necesario que antes

680 Bioquímica Médica. Tomo II


esté unida a una pequeña molécula, por ejemplo, AMPc. La unión del AMPc aumenta
la afinidad de la proteína por el ADN, conocida como proteína activada por catabolito
(CAP del inglés, catabolite activator protein). La unión del complejo AMPcCAP al ADN
estimula la acción de la ARN polimerasa y con ello la transcripción (Fig. 34.7).

Fig. 34.7. Acción del complejo CAP-


-AMPc. El complejo formado por
CAP (catabolite activating protein) y
el AMPc se unen al ADN en una zona
próxima al promotor y posibilitan la
incorporación de la ARN polimerasa en
la posición adecuada para comenzar la
transcripción, siempre que la zona del
operador no esté ocupada por el represor.

El sistema AMPcCAP sirve como regulador positivo de muchos operones relacio-


nados con la utilización de distintos monosacáridos. Cuando falta la glucosa todos estos
operones están en condiciones de conectarse, pero solo lo hará el que tenga su inductor
presente, debido a que el sistema de transporte de la glucosa y el productor de AMPc
están acoplados de tal manera que, cuando se transporta la glucosa, no puede producirse
el AMPc y viceversa. De esta forma los niveles intracelulares del nucleótido cíclico son
una señal que indica la ausencia del transporte de glucosa a través de la membrana y,
por tanto, la célula debe estar preparada para la utilización de otro monosacárido como
fuente de energía.
En resumen, cuando existe glucosa en el medio, la célula la usa como fuente de energía
y de carbono, lo que disminuye los niveles celulares de AMPc; si se añade lactosa
(o algún otro monosacárido) no puede utilizarse, ya que faltaría el complejo AMPcCAP,
y si se retira la glucosa del medio o se consume toda la existente, los niveles de AMPc
aumentan y favorecen la formación del AMPcCAP, de manera que al añadir la lactosa
(u otro azúcar) se inactiva el represor y comienza la transcripción de los cistrones.
Como el represor al unirse al ADN inhibe la transcripción, se trata de un regulador
negativo, pero el AMPcCAP lo que hace es activar la transcripción, luego es un regulador
positivo, por tanto, en el operón lac (y en otros muchos) existe simultáneamente un
sistema de regulación que es al mismo tiempo positivo y negativo.

Represión enzimática
Otro fenómeno relacionado con la regulación de la expresión genética surgió con
el estudio de las vías biosintéticas en algunas bacterias, especialmente en E. coli. Esta
bacteria contiene un equipo enzimático que le permite la síntesis de todos los aminoácidos,
para formar sus proteínas a partir de una fuente de carbono (puede ser la glucosa) y una
fuente de nitrógeno (cloruro de amonio).
Las rutas biosintéticas de algunos aminoácidos son complejas y requieren de nume-
rosas enzimas; cuando algunos de estos aminoácidos son añadidos al medio de cultivo
se produce un rápido descenso de las concentraciones intracelulares de las enzimas

Capítulo 34. Regulación de la expresión genética 681


relacionadas con la ruta biosintética correspondiente. Como en el caso anterior, esta dis-
minución afecta a todas las enzimas involucradas en la ruta, se trata de una regulación
coordinada. Cuando el aminoácido es retirado del medio se produce un incremento de la
concentración de las enzimas; igual que en el caso de la inducción, estas variaciones se
deben a cambios en la velocidad de síntesis de las enzimas y no de su actividad.
Este fenómeno, en el cual la presencia de una sustancia en el medio es capaz de
provocar la inhibición de la síntesis de una enzima o grupos de enzimas, recibe el nombre
de represión de la síntesis de enzimas o represión enzimática (Fig. 34.8). La sustancia
que provoca la represión se denomina correpresor.

Fig. 34.8. Represión enzimática. La


figura muestra los resultados de una
experiencia típica de represión enzimá-
tica, donde al añadir el correpresor (a)
comienza a disminuir la concentración
intracelular de la enzima, que solo vuelve a
aumentar al retirar el correpresor; (b) estos
cambios de concentración obedecen a
variaciones en la síntesis de la enzima.

Para explicar el mecanismo de la represión enzimática se utilizará el mismo modelo


del operón descrito antes; se tomará como ejemplo el operón que controla la síntesis del
triptófano en la E. coli, por ser el mejor conocido.

Operón trp
En la figura 34.9 se representa la estructura del operón trp. El gen regulador codifica
la síntesis de la proteína represora, que es también una proteína alostérica con sitios espe-
cíficos de unión al ADN del operador. Su unión determina la inhibición de la transcripción
y con ello se suprime la síntesis de enzimas, se trata de un sistema de regulación negativa.
La diferencia con el sistema del operón lac estriba en que en este caso el represor se
sintetiza en forma inactiva (conformación T), que presenta muy poca afinidad por el ADN.
La unión del correpresor provoca un cambio de conformación que aumenta extraor-
dinariamente la afinidad por el ADN y favorece la unión con el operador; este correpresor
resultó ser el propio triptófano.
Cuando la célula no dispone de triptófano exógeno, su concentración intracelular es
tan baja que no existen posibilidades de unión con el represor y, por tanto, los genes son
transcriptos de forma continua. La adición de triptófano al medio aumenta de manera
brusca su concentración intracelular, favorece su unión al represor y con ello la inhibición
de la transcripción. La utilización intracelular del triptófano disminuye su concentración,
se vuelve a la situación inicial (Fig. 34.10).

682 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 34.9. Estructura del operón trp. En la figura se muestran las principales características estructurales del operón trp y
de sus productos. La zona operador-promotor (P/O) no está bien caracterizada. Los 162 nucleótidos que componen la zona
guía (L) contienen la secuencia del atenuador. Los genes E y D codifican las dos subunidades de la atranilato sintetasa, y los
A y B las subunidades de la triptófano sintetasa. Los sitios t son terminadores, de los cuales existen dos al final del operón.

Fig. 34.10. Funcionamiento del operón trp. El operón trp funciona de acuerdo con la disponibilidad del triptófano. Cuando
no existe triptófano en el medio celular (a), el represor es inactivo y no puede unirse al operador, lo cual permite que se
realice la transcripción de los genes del operón. La incorporación del triptófano, que actúa como correpresor, cambia
la conformación del represor a su forma más activa, que se une al ADN del operador y bloquea la síntesis del ARNm
correspondiente.

Existen varios operones represibles bien estudiados y en líneas generales concuerdan


con el presentado en este texto, aunque, como era de esperar, tienen algunas caracterís-
ticas específicas.

Mecanismo de atenuación
Las enzimas que sintetizan triptófano se someten a un segundo tipo de control, en el
cual la traducción desempeña una función fundamental. En E. coli y otras bacterias, la
transcripción y la traducción suelen ocurrir de manera simultánea.
Como se observa en la figura 34.9, entre el operador y el primer cistrón existe una
zona designada con la letra L, que corresponde con la zona no traducible del ARNm
en su extremo 5’-P; lo sorprendente de este sistema es que, en este caso, esa zona sí se
traduce en un péptido de 13 aminoácidos, denominado péptido guía.
¿Cuál es la función de este péptido? La respuesta está en su secuencia de aminoácidos,
que incluyendo la metionina iniciadora es:
MetLysAlaIlePheValLeuLysGlyTrpTrpTyrTyrSer
Se observa la presencia de dos trp consecutivos en la secuencia. La secuencia con-
ductora del ARNm puede formar estructuras alternativas por apareamiento de bases
(Fig. 34.11).

Capítulo 34. Regulación de la expresión genética 683


Fig. 34.11. Mecanismo del atenuador.
La zona guía del ARNm del operón trp
puede formar diferentes apareamientos
de bases entre las regiones 1 y 2, así
como las 3 y 4. Si no hay triptófano
disponible, el ribosoma se atasca en la
zona 1 y permite el apareamiento 2-3
que facilita a su vez que la transcrip-
ción continúe; pero si existe triptófano
abundante, el ribosoma pasa rápidamente
por la zona 1 y se forma el apareamiento
3-4, que constituye una estructura de
terminación para la transcripción.

En el primer caso la zona 1 forma pares de bases con la 2, y la zona 3 con la 4. El


apareamiento de las zonas 3 y 4 seguidas de un poli U constituye la estructura esencial
para la terminación de la transcripción (capítulo 27).
En el segundo caso, solo se forma apareamiento de bases entre las zonas 2 y 3, por
lo que la estructura para la terminación no puede formarse, ambos tipos de estructuras
apareadas son excluyentes y solo la formación del apareamiento 3-4 origina la terminación.
¿Qué hace que se forme un tipo de estructura u otra? Recuérdese que en el péptido
guía existen dos codones consecutivos para el triptófano.
El triptófano es un aminoácido de los menos abundantes en la E. coli; de la concen-
tración intracelular de triptófano depende la formación del triptofanil-ARNt correspondiente.
Es conveniente hacer un análisis por separado de cómo funciona el sistema cuando
existe una elevada concentración de triptófano en la célula y qué sucede cuando está baja
la concentración; para este análisis se debe olvidar por un momento el mecanismo
de represión.
El ARNm del operón trp comienza a ser leído por el ribosoma. Al llegar al péptido
guía, como la concentración de triptófano es elevada, estos codones son leídos sin di-
ficultad y el ribosoma avanza a su velocidad normal, sobrepasando las zonas 1 y 2 del
ARNm conductor; como la zona 2 no puede formar pares de bases con la 3, esta forma
apareamiento con la zona 4 y se constituye la estructura necesaria para la terminación
de la transcripción.
Por tanto, a elevadas concentraciones intracelulares de triptófano, en caso de que la
transcripción se inicie, esta termina antes de que comience la transcripción de los cis-
trones. A bajas concentraciones intracelulares de triptófano, cuando el ribosoma llega a
la síntesis del péptido guía, su movimiento se “atasca”, pues no hay trpARNt disponible.
Esta reducción evidente en la velocidad del ribosoma provoca un secuestro de la
zona 1, pero deja libre la 2 que forma pares de bases con la zona 3. La formación del
brazo 2-3 impide la formación del apareamiento 3-4 y, al no producirse esta estructura,
la transcripción continúa (Fig. 34.11). A la secuencia de bases que origina la estructura
de terminación en la zona conductora se le conoce como secuencia atenuadora y es por
ello que el mecanismo recibe el nombre de atenuación.
En el caso de estas enzimas existe un doble mecanismo de control: al nivel del represor y
al nivel del atenuador; es posible que en determinados momentos uno de estos no funcione,
pero siempre existe la seguridad del funcionamiento del otro. El sistema del atenuador
ha resultado ser más general de lo que se pensaba, ya han aparecido varios estudios de
secuencias de péptidos guías para diferentes sistemas, incluso, el sistema genético que
controla la síntesis de las enzimas relacionadas con la síntesis del aminoácido histidina
se controla solo por el mecanismo de atenuación.

684 Bioquímica Médica. Tomo II


Eficiencia del promotor
Las enzimas que no son inducibles ni reprimibles y por tanto su concentración
celular es prácticamente constante a lo largo de todo el ciclo celular, reciben el
nombre de enzimas constitutivas. El hecho de que su concentración intracelular no
varíe con el tiempo, indica que su síntesis sucede de forma continua; en estos casos,
la transcripción es ininterrumpida, ya que la vida media de los ARNm es muy corta,
es de esperar entonces que todas las enzimas constitutivas estuviesen a la misma
concentración; pero esto no ocurre realmente, lo que se mantiene constante a lo largo
del tiempo es la proporción entre las distintas enzimas constitutivas, aunque cada
una de estas presenta su concentración característica.
La clave del problema está en que no todos los promotores funcionan con igual
eficiencia. Existen los promotores fuertes, que se transcriben con más facilidad mayor
número de veces durante el ciclo celular. Debido a los factores relacionados con su
estructura, existe elevada afinidad entre la ARN polimerasa y las secuencias específicas
del promotor. La unión de la enzima con el ADN origina rápidamente un promotor
abierto de elevada estabilidad y la transcripción es inmediata. En otros casos los
promotores son débiles, se transcriben muy poco. La afinidad de la ARN polimerasa
es muy baja por el promotor, y la formación de un promotor abierto estable es un
evento poco frecuente, solo en los casos en que esto ocurre se logra la transcripción.
Por supuesto, pueden darse todas las situaciones intermedias; cada promotor
funciona como promedio un número fijo de veces por unidad de tiempo –caracterís-
tica de cada uno de ellos– la concentración de cada enzima dependerá de esta, sin
embargo, la relación de concentraciones se mantiene invariable.

Regulación postranscripcional
Este tipo de regulación, aun cuando es posible, es al parecer mucho menos frecuente.
Existen pocos casos esclarecidos donde la regulación se exprese por variaciones en
el mecanismo de la traducción, una vez formado el ARNm correspondiente.
El caso más esclarecido es la regulación de la síntesis de las proteínas que forma
parte de los ribosomas en los procariontes, como se vio en el capítulo 29, se encuentran
organizados en siete operones.
Es necesario recordar que estos organismos carecen de envoltura nuclear y por
ello la transcripción y la traducción están vinculadas directamente. Para formar los
ribosomas son necesarias las síntesis de los ARNr y de las diferentes proteínas, por
lo que debe ocurrir la transcripción de los ARNm correspondientes a cada uno de
los operones y su posterior traducción.
Como cada tipo de ARNr se une a un grupo específico de proteínas durante el proceso
de autoensamblaje del ribosoma, debe existir una adecuada proporción entre el número de
ambos tipos de moléculas. Cuando se ensamblan muchos ribosomas, el número de
ARNr empieza a disminuir y puede existir superproducción de proteínas ribosomales,
las proteínas que controlan la expresión de cada uno de los operones se unen al
ARNm correspondiente, impidiendo la traducción. Solo si aparecen más moléculas
de ARNr puede continuar la traducción, de lo contrario, esta se mantiene inhibida
(Fig. 34.12).

Capítulo 34. Regulación de la expresión genética 685


Fig. 34.12. Regulación de la síntesis de proteínas ribosomales. Para la formación de los ribosomas se requiere la síntesis
de los ARNr y las proteínas en la proporción adecuada. Si se produce un exceso de proteínas, estas se combinan con su
propio ARNm e inhiben la traducción.

Regulación de la expresión de la información


genética en eucariontes
Los sistemas reguladores eucariontes pluricelulares son algo diferentes a los
procariontes. La existencia de la membrana nuclear hace al ADN menos sensible a los
cambios que ocurren en el citoplasma y en el medio. Los requerimientos de las células
en organismos pluricelulares son muy diferentes de los procariontes. Las células
embrionarias, por ejemplo, se multiplican rápidamente, en tanto las células del organismo
adulto en ocasiones solo requieren nutrientes para su mantenimiento, ya que se dividen
en casos excepcionales o no se dividen en absoluto.
Hace 20 años los estudios en eucariontes se dificultaban por no existir técnicas que
produzcan y aíslen mutantes, separen y manipulen genes, así como extraer y purificar
moléculas de ARNm específicas. En estos aspectos se ha avanzado mucho en los
últimos años, gracias a la introducción de los procedimientos de la tecnología del ADN
recombinante. Por otra parte, la dilucidación de algunos mecanismos reguladores de
la expresión genética en eucariontes indica que son numerosas las formas en que este
fenómeno se realiza.
Las características de la organización del genoma de los eucariontes, la existencia
de la cromatina, la elevada proporción de secuencias no codificantes, la existencia de
mecanismos que permiten el reordenamiento de los genes eucariontes y la misma estruc-
tura del gen, contribuyen a aumentar las dificultades en el estudio de sus mecanismos
de regulación.
Como en el caso de los procariontes, la regulación se ejerce al nivel pretranscripcional,
transcripcional y postranscripcional. Se estudiarán ejemplos relevantes de cada uno.

Regulación pretranscripcional
Un primer nivel de regulación está determinado por la selección de los genes que
deben transcribirse en un momento dado en cada célula. Por lo tanto el primer nivel de

686 Bioquímica Médica. Tomo II


regulación viene dado por los mecanismos que facilitan o dificultan el acceso a los pro-
motores de la maquinaria de transcripción. A la información contenida en la secuencia de
bases del ADN y que codifica, directa o indirectamente, las moléculas que una célula u
organismo puede formar en un momento de su vida, se superpone otro tipo de información
que está asentada en las modificaciones de las bases del ADN, de las proteínas que forman
la cromatina y de la organización tridimensional de esta. A estas modificaciones se les ha
denominado epigenéticas, de las cuales algunas son heredables y constituyen la herencia
epigenética. Existen, al menos, tres tipos de mecanismos epigenéticos interrelacionados:
la metilación del ADN, la impronta genómica y la modificación de las histonas.
Metilación del ADN. Las diferencias en el estado de metilación del ADN se han
relacionado con la impronta genómica, la inactivación del cromosoma X y el desarrollo
embrionario. La metilación del ADN se ha vinculado con síndromes del desarrollo del
sistema nervioso, como el síndrome de Rett y el de frágil X. Por lo tanto, la metilación
del ADN y las proteínas que la realizan y median sus efectos son de crucial importancia
en el desarrollo, las enfermedades genéticas y el cáncer.
La metilación del ADN es importante para la represión genética en mamíferos, en
los cuales dicha modificación está dirigida hacia la citosina del dinucleótido CpG y en
menor medida a CpA. El patrón de metilación del ADN genómico no está distribuido al
azar. Más bien regiones discretas, incluyendo la mayoría del ADN repetitivo y parásito,
están hipermetiladas, mientras otras regiones como los islotes CpG, a menudo asociadas
con regiones de regulación génica, están hipometiladas. No todos los dinucleótidos CpG
son metilados, por lo tanto debe existir alguna señal que indique cuáles sí y cuáles no.
La metilación del ADN es un proceso complejo, realizado por las ADN metil
transferasa, DNMT. Este proceso reprime genes por medio de varios mecanismos,
reclutamiento de proteínas con el dominio de unión a metil-CpG, MBD (del inglés,
methyl CpG binding domain) que reconocen selectivamente los CpG metilados y pueden
reclutar proteínas represoras o también porque la metilación impide la unión de proteínas
a secuencias de ADN que presenten la citosina metilada (Fig. 34.13).
La metilación del ADN contribuye a la información epigenética que regula la expre-
sión de los genes, especialmente durante el desarrollo, pero las instrucciones para esa
regulación no se encuentran en la secuencia de bases del ADN, sino en marcas que se
hallan por encima de esta y por lo tanto son epigenéticas.

Fig. 34.13. Metilación del ADN. El ADN es metilado en la posición 5 de la citosina que forma parte del dinucleótido
CpG. Esta metilación puede traer como consecuencias que proteínas específicas se unan a la citosina metilada (a) o bien
que no puedan unirse porque el grupo metilo representa un obstáculo para la unión, y (b) en cualquiera de los dos casos
los efectos son de regulación de la expresión de genes.

Capítulo 34. Regulación de la expresión genética 687


Impronta genómica. El término impronta genómica en los mamíferos se refiere
al hecho de que secuencias idénticas del ADN son tratadas de una forma diferente por
la maquinaria de transcripción celular, sencillamente debido a que son heredadas del
padre o de la madre. La impronta genómica es un mecanismo epigenético de actuación
en cis que resulta de la expresión específica parental de unas pocas decenas de genes de
nuestro genoma.
La impronta genómica produce en los mamíferos un alto riesgo para las enferme-
dades genéticas complejas, porque una mutación en uno de los alelos puede dar como
resultado la ausencia de uno o más productos génicos que pueden conducir a síndromes
muy conocidos como el Beckwith-Wiedemann, el Prader-Willi y el Angelman.
El grupo mejor estudiado de genes marcados se ubica en el cromosoma 15 (PWS/
/AS), donde se han localizado los síndromes Prader-Willi y Angelman. Es por esta razón que
dicha región se ha estudiado intensamente, sobre todo en los seres humanos. El PWS/AS es
un grupo grande, que se localiza en la región del cromosoma humano 15q12, 15q11-q13.
En los seres humanos, el fallo en el establecimiento correcto de la impronta en este
grupo da lugar a la aparición de dos síndromes. La causa más frecuente de estos síndromes
es cuando, por accidentes en la gametogénesis, el cigoto se forma con dos cromosomas 15,
provenientes del mismo progenitor. Este fenómeno se denomina isodisomía uniparental.
El Prader-Willi se debe a la pérdida de la expresión de los genes paternos y el Angelman,
de los maternos (Fig. 34.14).
Modificación de las histonas. Las histonas experimentan un grupo considerable de
modificaciones postraduccionales que al parecer tienen implicaciones sobre la expresión
de los genes. Este amplio grupo de modificaciones les confiere un potencial enorme para
respuestas funcionales, pero es bueno señalar que no todas las modificaciones están
presentes en la misma histona, en el mismo tiempo. El momento de aparición de una
modificación específica depende de la existencia de señales dentro de las células.
Estas modificaciones son dinámicas y cambian rápidamente. Muchas aparecen y desa-
parecen en cuestión de minutos, con posterioridad a la llegada del estímulo a la superficie
celular. Por lo tanto, el análisis de las modificaciones en un momento y bajo condiciones
específicas solamente identificaría una fracción de las modificaciones posibles.
Las modificaciones de las histonas operan por dos mecanismos sobre la expresión de
los genes: en un caso se produce la disrupción de los contactos entre nucleosomas, que
permite el descubrimiento del ADN, y en otro por el reclutamiento de proteínas no histonas
hacia la cromatina, este caso es el mejor caracterizado. Las modificaciones permiten el
reclutamiento de proteínas o bien no permiten la interacción de otras proteínas con la
cromatina. Este reclutamiento se justifica por el hecho de que los procesos donde inter-
viene el ADN requieren de un orden en la incorporación de los diferentes participantes.
La mayoría de las modificaciones se realizan en las colas N-terminal de las histonas
que forman parte de los nucleosomas, pues estas no tienen una estructura secundaria y
contienen numerosos residuos de lisina, arginina, glutámico, serina y treonina, suscep-
tibles de metilación, acetilación, fosforilación, etc. Se ha postulado la existencia de un
“código histona” que se origina por combinaciones de estas modificaciones en una o
varias histonas sobre el nucleosoma y la existencia de proteínas capaces de descifrar el
código y desencadenar efectos específicos.
Para referirse a las modificaciones de las histonas se emplea una nomenclatura que
consiste en tres símbolos: primero se escribe la histona que es modificada; segundo, el
residuo blanco de la modificación utilizando el código de una letra de los aminoácidos,
y tercero, una abreviatura que identifica al grupo añadido. Así, la adición de un grupo
acetilo a la lisina 5 (el símbolo de la lisina es K) de la histona H4, se representa como
H4K5ac.

688 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 34.14. Impronta genómica. En la región cromosómica 15q12-15q1-q13 existe un grupo de impronta. El grupo de
origen paterno aparece en azul y el materno, en rosado. Los genes que tienen el color correspondiente son los que se
expresan. Se observa que del par de alelos solo uno de estos es expresado. En (a) se representa la situación normal; en
(b) se han heredado los dos grupos del padre, lo que da como resultado la aparición del síndrome de Angelman, y en
(c) los dos grupos provienen de la madre y será la causa del síndrome de Prader-Willi.

La acetilación y la desacetilación han sido las modificaciones más caracterizadas en


cuanto a su efecto sobre el acceso al ADN. Las lisinas acetiladas pueden disminuir las
interacciones entre las histonas y el ADN, y facilitar el acceso al ADN de las proteínas
de la transcripción. La hipoacetilación trae como resultado la disminución del espacio
entre el nucleosona y el ADN que está enrollado a su alrededor. Esta unión más firme
disminuye la accesibilidad para los factores de transcripción y conduce a la represión de
la transcripción. En líneas generales, la acetilación de las histonas favorece la expresión
génica, en tanto que la desacetilación es un factor desfavorable para esta.
Las histonas pueden ser metiladas en residuos de lisina y arginina, cada uno de los
cuales tiene un significado diferente. Tres sitios de metilación (K3K4, H3K36 y H3K79)
se relacionan con la activación de la transcripción y dos de estos (H3K4 y H336) con la
elongación. Asimismo existen tres sitios (H3K9, H3K27 y H4K20) relacionados con la
represión. La metilación de argininas específicas en H3 y H4 se relaciona con el estado
activo de la transcripción. La metilación en H4R3 facilita la acetilación de H4 y potencia
la activación de la transcripción por receptores hormonales nucleares.

Capítulo 34. Regulación de la expresión genética 689


El resto de las modificaciones no han sido lo suficientemente estudiadas para conocer
sus efectos sobre la expresión de la información genética. En la figura 34.15 se muestra
un resumen de las modificaciones principales que experimentan las histonas.

Fig. 34.15. Modificaciones de las histonas. Se presenta un resumen de las principales modificaciones en las histonas que
forman el núcleo del nucleosoma. No todas aparecen simultáneamente, pero sí están relacionadas con la expresión de los
genes que se encuentran en su vecindad.

Regulación transcripcional
El nivel más estudiado es el transcripcional, especialmente el de la ARN polimerasa II que
sintetiza los ARNm. El promotor de estos genes es complejo y presenta una estructura
modular con dos tipos de elementos principales. Cerca del sitio de iniciación de la trans-
cripción se encuentra el elemento central del promotor, que en muchos casos contiene la
secuencia consenso TATAAT y es el sitio de unión de los factores generales de transcrip-
ción (capítulo 27). Más hacia la izquierda estos promotores contienen varias secuencias
denominadas elementos distales del promotor, que también constituyen sitios de unión de
proteínas y son diferentes para los distintos genes transcriptos por la ARN polimerasa II.
La unión a estos sitios de proteínas específicas en unos casos origina el incremento de la
transcripción, o sea, ocurre el fenómeno de la inducción, mientras que en otros hay decre-
mento de la intensidad del proceso, que implica represión. A diferencia de los procariontes,
donde los nutrientes son esenciales en la regulación, en los organismos superiores las
sustancias determinantes son mensajeros químicos como las hormonas, que por variados
mecanismos favorecen la unión de esos factores de transcripción génico-específicos a
sus sitios correspondientes; así, la insulina favorece la unión de una proteína específica
en el gen de la glucoquinasa en el hígado y en las células β del páncreas, lo que induce
la síntesis de esta enzima.
La complejidad del promotor permite que a este se unan proteínas que pueden tener
efectos contrarios sobre la transcripción, cuando esto sucede una de ellas es dominante
sobre la otra; por ejemplo, el gen de la fosfoenolpirúvico carboxiquinasa del hígado con-
tiene dos sitios de unión para el receptor del cortisol, que actúa como un factor génico
específico y estimula la transcripción del gen. Más hacia la izquierda, también presenta un
sitio de unión para la proteína activada por la insulina, esta unión inhibe la transcripción.
Cuando las dos proteínas se encuentran unidas se produce la inhibición del proceso, lo
cual significa que la acción de la insulina es dominante sobre la del cortisol.

690 Bioquímica Médica. Tomo II


Un ejemplo claro es la regulación de la expresión de la información genética por
el adenosín-monofosfato cíclico (AMPc). La estimulación de las células por hormonas,
como el glucagón, activa a la enzima adenilato ciclasa que cataliza la conversión de ATP
en AMPc, la que a su vez activa a la proteína quinasa A. La subunidad catalítica de esta
enzima es transportada al núcleo, donde fosforila a la proteína de unión al elemento de
respuesta al AMPc CREB (del inglés, cAMP response element [CRE] binding protein),
que actúa como un factor de transcripción génico específico que tiene bajo su control
varios genes cuyos productos intervienen en el metabolismo celular. La activación de
CREB se muestra de manera esquemática en la figura 34.16.

Fig. 34.16. Regulación transcripcional.


El AMP cíclico (AMPc) se forma como
respuesta a diferentes estímulos en una
reacción catalizada por la adenilato ci-
clasa. El AMPc actúa sobre la proteína
quinasa A, formada por dos subunidades
reguladoras (R) y dos catalíticas (C), lo
que hace que se disocien y se activen
las subunidades catalíticas que fosforilan
a CREB que se une al elemento de res-
puesta al AMPc (CRE) en el ADN y regula
la expresión de numerosos genes.

Regulación postranscripcional
Se ha sugerido la existencia de mecanismos de control en el procesamiento de los
ARNm, pues algunas de las proteínas que intervienen en el proceso están sometidas
a ciclos de fosforilación y desfosforilación, sin embargo, los mecanismos no están
totalmente dilucidados. También se ha señalado que puede ser un punto de control el
transporte del ARNm del núcleo al citoplasma.
Una vez en el citoplasma, el ARNm se une a proteínas y se mantiene almacenado
hasta el momento de la traducción. Algunos ARNm presentan secuencias específicas a
las cuales se unen proteínas reguladoras que estimulan o inhiben la traducción, según sea
el caso; el ejemplo más conocido es el de los ARNm de proteínas que están relacionadas
con el metabolismo del hierro.
Un componente esencial en el control de la traducción es la proteína quinasa blanco
de la ripamicina en mamíferos, mTOR (del inglés, mammalian tanget of ripamicin). Se
trata de una proteína quinasa controlada por la disponibilidad de nutrientes, especialmente
de la leucina. Cuando se activa, esta quinasa fosforila a la proteína de unión al eFI-4E
(ver capítulo 30) y propicia su disociación del eFI-4E que se une al casquete para dar
inicio a la síntesis de proteínas. Esta quinasa también se puede activar como respuesta a
la insulina y los factores de crecimiento. En la figura 34.17 se presenta un resumen del
mecanismo de mTOR.

Capítulo 34. Regulación de la expresión genética 691


Fig. 34.17. Regulación postranscripcio-
nal. Ante la disponibilidad de nutrientes
se activa la quinasa mTOR que fosforila
a la proteína de unión al eFI-4E (4E-BP)
haciendo que se separe de este y se una
al casquete del ARNm y facilitar así el
inicio de la traducción.

Por otra parte, son numerosos los factores de traducción que sufren ciclos de fosfori-
lación-desfosforilación durante la vida celular y esto puede indicar que están sometidos
a mecanismos de regulación.
Existen mecanismos que regulan el destino final de las proteínas sintetizadas. Todos
los estudios realizados señalan que las proteínas contienen secuencias específicas de
aminoácidos o estructuras tridimensionales típicas que indican su lugar de destino: el
citosol, el núcleo, los organitos citoplasmáticos o el espacio extracelular.
Todos estos mecanismos están bajo intensas investigaciones y es de esperar que en
los próximos años se pueda contar con una visión mucho más aproximada de los meca-
nismos que regulan la expresión de la información genética en los organismos superiores,
especialmente en el hombre.

Resumen
La dependencia manifiesta que existe entre los organismos vivos y el medio donde
se desarrollan trae aparejada la necesidad de la existencia de mecanismos de regulación
de la expresión de la información genética, que permite la adaptación del complejo
metabólico celular a los cambios constantes del medio. Estos mecanismos difieren de
acuerdo con el tipo de organismo que se trate, ya que pueden estar expuestos a mayores
o menores variaciones de las características del medio, sobre todo respecto a la obtención
de nutrientes.
En general estos mecanismos de regulación se caracterizan por la síntesis de una
proteína específica, solo en el momento que es necesaria; la inhibición de actividades
enzimáticas que representan mayor gasto de energía o mayor producción de desechos y

692 Bioquímica Médica. Tomo II


vías productoras, con mayor cantidad de energía metabólica en tiempos menores. Otra
característica relevante es la existencia de la regulación coordinada que permite ejercer
de manera simultánea el mecanismo sobre varias enzimas que intervienen en la misma
secuencia metabólica.
La regulación de la expresión genética se puede realizar en tres niveles fundamentales:
pretranscripcional, transcripcional y postranscripcional. El primero está poco estudiado
en procariontes.
El nivel transcripcional se refiere a los mecanismos que actúan directamente, esti-
mulando (positivo) o inhibiendo (negativo) la síntesis de los ARNm. En los procariontes
existen dos variantes: la inducción y la represión enzimáticas. También el mecanismo
de atenuación.
La inducción enzimática se caracteriza porque la presencia de una sustancia
(inductor) estimula la síntesis de proteínas específicas; en la represión, la presencia de
determinada sustancia (correpresor) provoca la inhibición de la síntesis de proteínas,
también específicas. Estas dos situaciones recibieron una explicación molecular con la
aparición del modelo del operón, según el cual en el ADN celular se pueden distinguir
diferentes sectores funcionales: el gen regulador, el promotor, el operador y los genes
estructurales (cistrones).
El gen regulador codifica la proteína represora que se une al operador y bloquea la
síntesis de los ARNm. La interacción del represor con moléculas pequeñas puede hacer
que este se separe del operador (inducción) y con ello se comience la síntesis de ARNm,
o por el contrario puede ser necesaria esa interacción para que el represor pueda unirse
al operador (represión), con lo cual la síntesis de ARNm se inhibe.
La atenuación se caracteriza por la existencia de una zona del ARNm, denominada
guía (leader), que contiene varios codones para un aminoácido determinado; si al tradu-
cirse esa zona el aminoácido está abundante en la célula, la transcripción se inhibe; en
caso contrario continúa.
Muchos operones de inducción requieren, además, la participación del complejo
CAP-AMPc para poder funcionar aún en presencia del inductor.
El ejemplo más sobresaliente de regulación postranscripcional en procariontes es
la síntesis de proteínas ribosomales, las cuales actúan como inhibidores de su propia
formación.
La regulación de la expresión genética en los eucariontes pluricelulares resulta mucho
más compleja que en los unicelulares.
La regulación pretranscripcional se basa fundamentalmente en los mecanismos que
determinan el acceso al ADN de la maquinaria molecular de la transcripción. Existen
tres mecanismos fundamentales que por no modificar la secuencia de bases del ADN se
conocen como epigenéticos. Estos son la impronta genómica, la metilación del ADN y la
modificación de las histonas. La impronta genómica es el mecanismo por el cual existe
la expresión monoalélica de un gen, en dependencia de si ha sido heredado del padre o
de la madre. La metilación del ADN crea sitios específicos que pueden facilitar o difi-
cultar la unión de proteínas reguladoras al ADN. Las histonas pueden ser modificadas
de múltiples maneras. Unas modificaciones facilitan el reclutamiento de proteínas que
favorecen la transcripción, mientras que en otros casos esas proteínas constituyen un
impedimento para el proceso.
La regulación transcripcional está muy relacionada con el estado de la cromatina.
De esta forma la mayor parte de las unidades de transcripción se encuentra en la eu-
cromatina, la cual se transcribe de forma activa, mientras la heterocromatina apenas lo
hace. Los genes transcritos por la ARN polimerasa II presentan promotores complejos
que permiten la unión no solo de los factores generales de transcripción, sino, además,
de factores génicos específicos que unas veces estimulan el proceso y otras veces lo

Capítulo 34. Regulación de la expresión genética 693


inhiben. La activación o la inhibición de la expresión de los genes eucariontes se realiza
por mecanismos totalmente diferentes a la inducción y represión de los procariontes. En
ocasiones, un mismo gen puede estar bajo el efecto de varios factores de transcripción
(activadores e inhibidores), cuya combinación ejerce un fino control sobre su expresión.
También parecen ser puntos de control el procesamiento del ARNm y su transporte hacia
el citoplasma.
La regulación postranscripcional se realiza mediante el control de la traducción
(ver capítulo 30). Varias proteínas no ribosomales se modificadan como respuesta a
diferentes estímulos. Estas modificaciones pueden influir no solo en la velocidad del
proceso, sino además en la selección del ARNm que debe ser traducido.
Los estudios que se realizan en la actualidad auguran que en los próximos años se
tendrá una información más detallada de los mecanismos de regulación de la expresión
genética en los organismos superiores, sobre todo en el hombre, tal vez ello pueda con-
tribuir a su bienestar y felicidad.

Ejercicios
1. ¿Qué repercusión podría tener sobre el mecanismo de regulación del operón lac, una
mutación en el gen regulador que produzca una modificación en la conformación de
la proteína represora? Discuta, por lo menos, dos posibilidades.
2. ¿Cómo se podría afectar el funcionamiento del operón lac, si ocurriera una mutación
en la zona del operador-promotor? Discuta, al menos, tres posibilidades.
3. ¿Cómo repercutiría sobre el funcionamiento del operón lac una mutación que diera
origen a la aparición de un codón de terminación en la zona central del cistrón de la
β-galactosidasa?
4. ¿Qué características debe poseer una sustancia para poder actuar como inductor
gratuito de un operón determinado?
5. Si en la zona guía del ARNm del operón trp ocurriera una mutación, que diera lugar
a la aparición de un tercer codón para el triptófano, ¿influiría esto en la sensibilidad
del mecanismo de atenuación a los cambios de concentración del aminoácido en la
célula?
6. ¿Cree usted que el mecanismo de regulación postranscripcional utilizado en la
síntesis de proteínas ribosomales pudiera ser igualmente efectivo en otras proteínas
conjugadas?
7. ¿Cuáles son las características del material genético de eucariontes que hacen más
complejos los mecanismos de regulación?
8. ¿Por qué la acetilación de las histonas favorece los mecanismos de expresión de los
genes?
9. ¿Cuál de los principios de la bioquímica se hace evidente en el hecho de que sea la
transcripción el blanco principal de los mecanismos de regulación de la expresión
de los genes?
10. ¿Por qué se considera que la impronta genómica es un mecanismo de regulación de
la expresión genética?

694 Bioquímica Médica. Tomo II


35
Capítulo

Tecnología del ADN recombinante

E
ntre las ciencias teórica y técnica existe una relación dialéctica. La teoría
busca el conocimiento de las leyes generales de la naturaleza a partir del
estudio detallado de numerosos fenómenos, en tanto la técnica persigue
el objetivo de convertir esos conocimientos en instrumentos prácticos,
vinculados directa o indirectamente con la producción material.
Esta interacción, tan evidente en las últimas décadas, gracias a la revolución cientí-
fico-técnica, ha llevado a formular la tesis de la conversión de la ciencia en una fuerza
productiva; pero existe también la relación inversa, o sea, los avances tecnológicos
contribuyen, de manera considerable, al desarrollo de la ciencia teórica con la pro-
ducción de instrumentos que cada vez alcanzan un grado más elevado de perfección y
sirven para profundizar aún más en el conocimiento de la naturaleza. A esta situación no
escapan algunos campos, al parecer tan alejados de la vida práctica como la genética
molecular.
Existen muchos ejemplos de cómo en los últimos 40 años, el desarrollo tecnológico
ha conducido a gigantescos pasos de avance en el conocimiento de la biología molecular.
La difracción de rayos X permitió a los investigadores tener una visión detallada de la
estructura de las macromoléculas, así como la técnica de centrifugación en gradientes
de densidad de CsCl abrió las puertas al conocimiento del mecanismo de replicación
del ADN. La adquisición más reciente lo constituye la técnica para unir moléculas de
ADN in vitro, denominada tecnología del ADN recombinante. Esta técnica básica y sus
múltiples variantes han revolucionado el estudio de la genética de los eucariontes y
proporcionado fuentes de proteínas específicas en cantidades consideradas anteriormente
casi imposibles.
En este capítulo se estudiarán los procedimientos generales de esta tecnología y otras
basadas en el ADN, así como algunas implicaciones de sus procedimientos, en especial
aquellos que están más vinculados con la práctica médica. Así mismo, no se pretende hacer
un análisis pormenorizado de este tema, que por lo demás está en constante crecimiento,
ni siquiera describir sus múltiples procedimientos. El objetivo principal es brindarle al
estudiante una idea de cómo estos conocimientos del nivel molecular de la biología se
pueden utilizar en la práctica.
Procedimiento general
Existen numerosos procedimientos para la manipulación de los genes, de acuerdo
con los objetivos que se persigan. Un procedimiento general para la obtención de
cantidades apreciables de productos génicos se puede dividir en las etapas siguientes:
−− Obtención de un segmento de ADN, o sea, un gen, a partir del genoma de un
organismo dado.
−− Unión de este gen a una molécula de ADN capaz de replicarse.
−− Establecimiento de un medio adecuado que permita la propagación de la unidad
de ADN así formada.

La molécula de ADN utilizada para la propagación del gen deseado se refiere


entonces como vector; este es el vehículo molecular que porta la información gené-
tica, en la cual se está interesado. Cuando el gen deseado se propaga en ese medio y
se replica, se llegan a obtener numerosas copias, se dice entonces que el gen ha sido
clonado, y por ende, este proceso recibe el nombre de clonación. Dicho término se
utilizó por primera vez para describir el fenómeno por el cual se obtienen numerosas
células a partir de un antepasado único, por tanto, aquí solo se ha hecho una extensión
de este concepto al campo del conocimiento molecular.
A continuación se hará una somera descripción de cada una de estas etapas, con
énfasis en la estrategia que se debe seguir mediante los procedimientos técnicos in-
dispensables para la comprensión general del proceso (Fig. 35.1).

Obtención de genes específicos


El mayor impacto de esta tecnología fue sobre los mecanismos de las células
eucariontes, por eso solo se hará referencia a la obtención de genes eucariontes en
forma simplificada, ya que en ocasiones la complejidad del proceso rebasa los límites
de este texto.
El primer intento de obtención de un gen eucarionte fue directamente de la
célula; se extraían las moléculas de ADN y se exponían a la acción de una enzima
de restricción (ver capítulo 33); los fragmentos que se obtenían solían ser muy
grandes y era necesario volver a fragmentarlos mediante una endonucleasa con
especificidad diferente a la primera; esto podía repetirse varias veces hasta obtener
fragmentos de tamaño adecuado para su manipulación. El estudio de los puntos
de corte de varias enzimas sobre una molécula de ADN origina los mapas de res-
tricción, que consisten en la representación de la molécula de ADN, señalando los
puntos donde es cortada por cada una de las endonucleasas ensayadas. Cuando
se tenía el fragmento deseado se procedía a su inserción en un vector. Pero este
procedimiento no dio los resultados esperados; a partir de experiencias de este
tipo quedaron establecidos el carácter discontinuo de los genes eucariontes y la
existencia de los intrones, estas características entorpecían la expresión de los
genes eucariontes en bacterias.
El segundo procedimiento consistió en no aislar al gen, sino al ARNm transcrito
a partir de este, para ello generalmente se seleccionaba una célula especializada en la
síntesis de determinada proteína, de manera que la concentración del ARNm fuera lo
más elevada posible, por ejemplo, los reticulocitos para el ARNm de la globina, las
células β del páncreas para ARNm de insulina, etc. Este procedimiento tiene la ventaja
de que ya han sido eliminados los intrones. Para la obtención del gen se incuban el

696 Bioquímica Médica. Tomo II


ARNm con los cuatro dNTP y una enzima que se obtiene de retrovirus, que es capaz
de formar una molécula de ADN, tomando como molde una de ARN, por lo cual se
le ha denominado ADN polimerasa dependiente de ARN, transcriptasa inversa o
enzima de Temin, en honor a Howard Martin Temin, quien la descubrió en 1970. En
este procedimiento se obtiene el ADN complementario (ADNc), en el cual se con-
serva la información necesaria para la síntesis de proteínas, pero se han eliminado
los intrones y, por tanto, no se requiere del procesamiento del transcrito primario.
El tercer procedimiento consiste en hacer la síntesis artificial del gen; en estos
casos se parte de la secuencia de aminoácidos del péptido, pues la síntesis de ADN
muy largos no ha sido posible aún y se deduce la secuencia de bases del ADN me-
diante el código genético.
Esta secuencia no necesariamente es igual a la del gen natural debido al carácter
degenerado del código. Por procedimientos complicados de síntesis artificial se logra
una copia del gen con la secuencia de bases específicas.

Fig. 35.1. Procedimiento general. El ADN


del genoma de una célula de mamífero (a) es
fragmentado por la acción de una enzima de
restricción (b), algunos de esos fragmentos
pueden incluir el gen deseado (c), a color.
Numerosas copias de un plásmido son trata-
das con la misma enzima (d). Los plásmidos
y los fragmentos del genoma se mezclan y
se unen por acción de la ADN ligasa (e) y
estos plásmidos recombinados se introducen
en las bacterias (f). Las bacterias se siembran
en una placa (g), suficientemente separadas,
como para que cada una pueda dar origen a
una colonia en la que todas las células sean
descendientes de una sola, o sea, formen un
clon. Solo algunos clones celulares conten-
drán el plásmido con el gen deseado. Existe
una forma muy simple de localizar ese clon,
si se posee el ARNm derivado del gen, y se
puede utilizar como una sonda. Una muestra
de las colonias se transfiere a un papel de
filtro, las células son rotas para exponer
su ADN (h) y se le añade el ARNm sonda
marcado con un isótopo radiactivo (i), que se
hibrida con el ADN deseado solamente, y el
exceso es descartado (j). Se realiza entonces
la autorradiografía del papel de filtro (k) y,
comparando la aparición de la marca radiac-
tiva con la posición de las colonias en la placa
original, se identifica la colonia buscada (l).

Capítulo 35. Tecnología del ADN recombinante 697


Recombinación in vitro
Para el proceso de recombinación in vitro son necesarias las enzimas de restricción,
que ya fueron estudiadas en el capítulo 33. A los efectos de este procedimiento solo se
tendrán en cuenta las enzimas del tipo II (ver capítulo 33), pues estas cortan el ADN en
el mismo sitio de reconocimiento. Existen dos grupos: aquellas que al producir el corte
sobre las dos hebras del ADN lo hacen de forma que originan pequeños fragmentos mo-
nofibrilares, y las que cortan en el mismo sitio las dos hebras, sin dejar en el producto
este tipo de fragmento; esta distinción se hace porque, de acuerdo con el tipo de enzima
empleada, el procedimiento que se debe seguir será diferente.
En el primer caso se opera de la forma siguiente: se extrae el ADN de la célula y se
digiere con una enzima de restricción, sea la EcoR1, de esta forma se obtienen numerosos
fragmentos. El vector que se va a emplear se digiere igualmente con la misma enzima;
se trata de que el vector empleado solo tenga un sitio sensible a la acción de la endonu-
cleasa empleada; después se incuban juntas las dos muestras de ADN para permitir su
recombinación y se añade ADN ligasa para sellar las brechas y dejar la molécula insertada
en el vector (Fig. 35.2).

Fig. 35.2. Recombinación con enzimas que originan fragmentos monofibrilares. Como se muestra en la figura, si dos ADN
son tratados con una misma enzima de restricción (a), de las que originan fragmentos monofibrilares (b), al mezclar las
dos muestras en presencia de ADN ligasa la recombinación ocurre fácilmente (c).

En el segundo caso se requiere una enzima que es algo excepcional y se obtiene de


algunos tejidos animales, se trata de la nucleotidil transferasa terminal TdT (del inglés,
terminal desoxynucleotidyl transferase), la cual es una ADN polimerasa que añade
desoxinucleótidos (a partir de dNTP) al extremo 3’-OH de un fragmento de ADN de
cadena simple, con el hecho sobresaliente de que no requiere un molde para su acción.
El procedimiento entonces sería como sigue: se extrae el ADN de una célula y se
digiere con una enzima de restricción, la HaeI; los fragmentos se someten a la acción
de una 5’-exonucleasa específica para eliminar algunos de los nucleótidos terminales y
originar un fragmento monocatenario con el extremo 3’-OH. Como la TdT añade los
desoxinucleótidos al azar, pues su acción no está dirigida por un molde o plantilla, el
ADN así tratado se incuba con uno de los cuatro desoxirribonucleósidos trifosfatados,
puede ser dTTP, de manera que la enzima alarga las hebras con el extremo 3´-OH, con el
mismo dNTP formando, según nuestra elección, una cola de poli(T). El vector puede ser
cortado con cualquier enzima del mismo tipo, se trata con la 5’-exonucleasa y después
se incuba con la nucleotidil transferasa terminal y el desoxinucleótido complementario
al empleado en el caso anterior (dATP) y se formará una cola de poli(A) en ambos extremos
3’-OH del vector. Por último, se incuban el ADN tratado y el vector, y se dejan un tiempo
en este proceso, de manera que se puedan formar los puentes de hidrógeno entre las dos
colas que son complementarias. Al final se añade la ADN ligasa y se produce la recom-
binación (Fig. 35.3).

698 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 35.3. Recombinación con enzimas que no originan fragmentos monofibrilares. Cuando la enzima de restricción no
origina fragmentos monofibrilares es necesaria la acción de la 5’exonucleasa que crea un pequeño fragmento monofibrilar,
que será utilizado por la nucleótido transferasa terminal para añadir nucleótidos al extremo 3’-OH. Si al fragmento de
ADN de nuestro interés y al plásmido que usaremos en la recombinación se añaden nucleótidos de bases complementarias,
se generan fragmentos monofibrilares que son complementarios y al mezclarlos en presencia de ADN ligasa recombinan
fácilmente.

La recombinación in vitro también ha permitido un modo relativamente fácil para la


obtención de genes. En ocasiones es más sencillo trabajar con el genoma completo que
con un gen particular, sobre todo si este último es desconocido; este proceso se logra
de la forma siguiente: se extrae el ADN celular y se corta en fragmentos, utilizando
enzimas de restricción en fases sucesivas hasta que los fragmentos tengan un tamaño de
fácil manipulación; estos fragmentos se aíslan unos de otros y cada uno es recombinado
con un ADN viral, generalmente de fagos. Las colonias de fagos bien identificadas se
conservan y pueden servir para la identificación de genes específicos; a esta colección
del genoma de una célula en fragmentos guardados en vectores específicos, casi siempre
en virus, se le da el nombre de genoteca.
¿Cómo buscar un gen en una genoteca? Existen varios procedimientos, pero solo
se hará referencia a uno de estos, un ejemplo hipotético será más ilustrativo: suponga
que un tipo de bacteria sintetiza una sustancia, denominada Pq, que es necesaria para
su crecimiento y reproducción, y se obtiene un mutante de fenotipo Pq, que no sintetiza
esa sustancia (que denotaremos como Pq-). Si se tiene una genoteca de la bacteria Pq+
se puede aislar el gen mutado. Para ello se hacen crecer las bacterias Pq- en varias co-
lonias y se le añade al medio de cultivo la sustancia Pq, luego se infecta cada una de las
colonias con un virus de la genoteca, portador de un fragmento del ADN. Si se elimina
la sustancia Pq del medio de cultivo, solo podrán crecer aquellas bacterias que han incor-
porado de la genoteca la versión normal del gen. Como el fragmento está identificado,
se puede fragmentar con enzimas de restricción y hacer una subgenoteca, que vuelve a
probarse en otros cultivos y así sucesivamente hasta obtener el gen que se busca. Por un
procedimiento similar a este se pudo descubrir y aislar el oncogen ras.
Otros procedimientos de recombinación in vitro no serán discutidos.

Capítulo 35. Tecnología del ADN recombinante 699


Vectores
En el acápite anterior se hizo referencia a los vectores; se entiende por vector una
molécula de ADN que se emplea para introducir el gen deseado en una célula. Para
que un vector sea útil debe reunir las condiciones siguientes:
−− Debe ser capaz de replicarse.
−− Debe existir algún procedimiento para detectar su presencia.
−− Debe haber alguna forma de introducir el vector en una célula.

Los tres tipos fundamentales de vectores empleados en estos procedimientos y que,


por tanto, cumplen estos requisitos son los plásmidos, algunos virus –especialmente
los bacteriófagos– y los denominados cromosomas artificiales de levadura.
Los plásmidos son moléculas circulares de ADN extracromosómico, que se
encuentran en muchas bacterias y en algunas especies de eucariontes monocelulares.
Muchos plásmidos contienen genes que son esenciales en determinados medios, por
ejemplo, los plásmidos del tipo R contienen genes que aportan a la célula la resistencia
a determinados antibióticos, que pueden aparecer en el medio por acción humana o
por la presencia de otros microorganismos que los producen. Los plásmidos de este y
otros tipos son generalmente identificados por los genes que portan, sin embargo, en
ocasiones el plásmido es encontrado de manera accidental como una pequeña molécula
circular de ADN, presente en una muestra aislada de un extracto celular.
Los plásmidos tienen por lo regular una sola molécula de ADN, cuyo peso mo-
lecular está entre 106 para los menores y 108 para los mayores.
Los plásmidos solo se pueden replicar dentro de su propia célula, pero la forma en
que lo hacen no es necesariamente igual a la que se utiliza en los cromosomas, incluso,
dos plásmidos de una misma célula suelen adoptar formas distintas de replicación. Se
pueden distinguir dos tipos de plásmidos de acuerdo con el control de su replicación:
los de control estricto y los de control relajado. Los del primer tipo existen en muy
pocas copias por célula y su replicación se realiza junto con el ADN cromosómico, y
al dividirse la célula se reparten de forma equitativa entre las dos células hijas; los del
segundo tipo existen en un número mayor y su replicación es independiente de la del
ADN cromosómico. Si se inhibe la síntesis de proteínas, estos plásmidos se multiplican
rápidamente y pueden llegar a haber cientos por célula, por lo que son preferidos para
ser empleados como vectores.
Muchos plásmidos suelen transferir una réplica de ellos desde una célula donante
a una receptora; por ejemplo, si una sola célula de E. coli que contiene el plásmido F
se añade a un cultivo de células tipo F– que no contengan el plásmido, después de varias
generaciones una gran proporción de células contendrá el plásmido F, o sea, se ha
realizado la transferencia de una réplica del plásmido F, de una célula F+ a una célula
F-, sin que la célula inicial haya perdido el suyo. Como después de la transferencia, F
se replica, con cada transferencia aparecen más células donantes y como el fenómeno
ocurre de una a dos veces por generación, el plásmido se propaga rápidamente en el
cultivo. Estas características de los plásmidos, así como su posibilidad de conjugación
(capítulo 31) hacen de estos unos magníficos portadores de genes para la tecnología
Fig. 35.4. Mecanismo de la penetración del ADN recombinante.
de un virus. Los virus se fijan a la pared Los demás vectores más empleados son los virus, estos se encuentran formados
por una molécula de ADN y una cubierta de proteínas. Cuando un virus se añade a un
de las células bacterianas e inyectan su
material genético al interior de la célula,
en tanto las proteínas que forman la cu- cultivo bacteriano, este se fija a la pared celular e inyecta su ADN al interior, en tanto
bierta de virus se quedan en el exterior; las proteínas de la cubierta quedan fuera, como se muestra en la figura 35.4.
esto hace que los virus puedan ser utili-
zados eficientemente como vectores en Dentro de la célula el virus utiliza el aparato metabólico de esta para la replicación
las experiencias de ADN recombinante. de su ADN y la síntesis de las proteínas virales, de manera que con un solo virus que

700 Bioquímica Médica. Tomo II


penetre en una célula pueden obtenerse cientos de copias del ADN viral, que después
suelen recuperarse con relativa facilidad. El procedimiento es similar al de los plás-
midos. El ADN de interés se inserta en el ADN viral y este se introduce en una bacteria
apropiada. El ADN viral dirigirá su duplicación y la síntesis de sus proteínas empleando
el aparato metabólico de la célula, con lo cual en pocos minutos se obtienen cientos
de copias del ADN deseado.
Los cromosomas artificiales de levadura son grandes moléculas de ADN, que se
construyen con los centrómeros y los telómeros de cromosomas de levaduras y segmentos
de ADN extraño; también contienen las secuencias necesarias para la replicación. El
criterio de selección del vector está determinado esencialmente por el tamaño del gen
deseado. Los plásmidos son capaces de acomodar los genes más pequeños, en tanto
los cromosomas artificiales de levadura acomodan los de gran tamaño y los virus, los
de tamaño intermedio.
Una vez que el gen deseado ha quedado incorporado al vector, este debe ser
transferido al interior de una célula, lo cual en el caso de los plásmidos puede hacerse
mediante sales de calcio que aumenten la permeabilidad de las membranas de las
células bacterianas.
En el interior de la célula el ADN se replica muchas veces, por lo que se originan
numerosas copias del gen deseado, o sea, el gen ha sido clonado.
Reacción en cadena de la polimerasa. Si el gen no es muy grande, se puede
realizar la clonación in vitro mediante el procedimiento de la reacción en cadena de la
polimerasa PCR (del inglés, polymerase chain reaction). Para ello es necesario contar
con dos pequeños oligonucleótidos que sean complementarios a los extremos 5’ del
gen, los cuales tendrán la función de servir de iniciadores. Se procede de la forma
siguiente: el ADN se calienta a una temperatura alrededor de 94 oC para provocar su
desnaturalización, después se añaden los oligonucleótidos y se enfría lentamente hasta
unos 56 oC, para permitir la hibridación de los oligonucleótidos a los extremos 5’ de
las dos hebras del ADN desnaturalizado; entonces se añade una ADN polimerasa y la
temperatura se eleva a 72 oC para realizar la elongación del iniciador. En los primeros
momentos este procedimiento resultaba engorroso, pues como las enzimas se desna-
turalizan por el calor, en cada ciclo había que añadir la enzima que era una variante
corta de la ADN polimerasa I de E. coli.
Un paso de avance extraordinario se logró con la introducción de la ADN polime-
rasa de Termophilus aquaticus (Taq) que, por ser resistente al calor, permite incorporar
de una vez todos los componentes del sistema, incluso los cuatro desoxinucleósidos
trifosfatados. Con posterioridad se han construido equipos que realizan todo el proceso
de manera automática. El primer ciclo demora casi 90 s, aunque para los siguientes se
pueden utilizar entre 50 y 60 s; se debe tener en cuenta que en cada ciclo, el número de
moléculas de ADN presentes se duplica, por lo cual existe un crecimiento exponencial
del tipo 2n, donde n es el número de ciclos. Por este procedimiento se pueden obtener
numerosas copias del gen en escasos minutos. En la actualidad existen numerosas
variantes del procedimiento, que permiten alcanzar objetivos diferentes a la simple
clonación del gen. Por la invención del método de la reacción en cadena de la polime-
rasa, Kary B. Mullis recibió el Premio Nobel de Química en 1993.

Identificación del gen recombinado


El plásmido más empleado para la clonación es el pBR322 de E. coli, que tiene un
peso molecular de 2,9 × 106 y porta los genes para la resistencia a la tetraciclina (tet)
y a la ampicilina (amp), por lo cual las bacterias que contienen el plásmido pueden ser

Capítulo 35. Tecnología del ADN recombinante 701


detectadas al hacerlas crecer en un medio que contenga esos antibióticos. Además, este
plásmido presenta siete sitios de restricción para otro tanto número de enzimas.
El método más empleado para detectar el plásmido recombinante es el de inactivación
por inserción. Los sitios para las enzimas BamHI y SalI están dentro del gen tet, luego
si se produce la recombinación utilizando cualquiera de estas enzimas, el plásmido se
torna amp+ y tet, o sea, ha ocurrido una inactivación del gen tet por la inserción del ADN
que se quiere clonar.
El estudiante debe tener en cuenta que estos procedimientos se hacen “a ciegas”. Se
tiene una solución donde existen numerosas moléculas del plásmido. Al añadir la enzima
de restricción (BamHI o SaII) estas actúan sobre algunos de los plásmidos, pero no en
todos, es decir, solo un número de moléculas del plásmido es cortado. Por un proceso
de desnaturalización y resuspensión las enzimas son eliminadas. Entonces se añade el
gen deseado y de igual forma algunos de estos se unen al plásmido, es decir, se produce
la recombinación, pero otros no. Al añadir la ADN ligasa, esta solo puede unir los genes
que están insertados en el plásmido. Al final del procedimiento se obtiene una mezcla
que contiene los plásmidos originales, los plásmidos recombinantes y los plásmidos
con una recombinación fallida. Esta solución es la que se añade al cultivo de bacterias.
Para proseguir se emplean bacterias que sean amp-/tet-. El procedimiento sigue
siendo a ciegas. Por lo tanto, al añadir la solución con los plásmidos, algunas bacterias
incorporan el plásmido original y serán amp+/tet+; otras incorporan el plásmido recom-
binado y serán amp+/tet-; unas incorporan plásmidos de recombinación fallida y otras
no incorporan ningún plásmido y serán amp-/tet-. El paso siguiente es identificar cuáles
fueron las bacterias que incorporaron el plásmido recombinado.
Después de esperar un tiempo adecuado para permitir la penetración del plásmido,
las células se transfieren a un medio que contiene cicloserina y tetraciclina. La cicloserina
mata las células que crecen y se multiplican, así como las que son resistentes a la tetra-
ciclina, es decir, las que no incorporaron el plásmido recombinado. Las que contienen
el plásmido recombinado o no adquirieron ninguno pueden crecer por la presencia de
tetraciclina en el medio; luego de un tiempo prudencial las células se lavan y se cambian
a un medio que contiene ampicilina. La ampicilina mata las células que no adquirieron
el plásmido, no así las que incorporaron el plásmido recombinante, pues son resistentes
a ese antibiótico. De esta manera solo se seleccionan aquellas bacterias que contienen el
plásmido recombinado y por lo tanto el gen de nuestro interés (Fig. 35.5).
.

Problemas en la producción de proteínas eucariontes


La utilización de bacterias para la producción de proteínas eucariontes origina los
problemas siguientes:
−− Las ARN polimerasas bacterianas no reconocen los promotores de eucariontes.
−− Los ARNm transcritos de genes eucariontes no contienen en el extremo conductor la
secuencia rica en purinas, que permite a los ARNm de procariontes unirse específica-
mente al ribosoma.
−− Las proteínas eucariontes sufren modificaciones postraduccionales específicas.
−− Las bacterias contienen proteasas que reconocen como extrañas las proteínas euca-
riontes y las hidrolizan.

Los dos primeros problemas pueden eliminarse si el gen se une previamente a un


promotor bacteriano, por ejemplo, el promotor del operón lac.
El procesamiento de las proteínas en general se realiza in vitro. La protección contra
las proteasas se logra, en ocasiones, por la obtención de bacterias mutantes que carecen

702 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 35.5. Identificación del plás-
mido recombinado. Al añadir la
enzima de restricción algunos
plásmidos son cortados y otros
no. Igual sucede al añadir el gen
deseado. Al transferir los plásmidos
a las bacterias, se originan tres tipos
de construcciones: las bacterias sin
plásmido; las que tienen el plás-
mido original y las que poseen el
plásmido recombinante. El empleo
adecuado de los antibióticos en una
y otra etapas del procedimiento
permite seleccionar el plásmido que
contiene el gen de nuestro interés.
El cultivo posterior de estas bacte-
rias producirá la clonación del gen.

de esa actividad específica, o por el empleo de inhibidores. Aun así, en los primeros
momentos no era fácil lograr todas las condiciones requeridas para un caso específico,
de ahí que el número de experiencias exitosas no fuera aún muy elevado. Con el decursar
del tiempo los procedimientos se han ido refinando y muchos se han automatizado, con
lo cual los resultados exitosos ya son numerosos.

Expresión de genes clonados


Para la expresión de los genes clonados es necesario que estos sean transcritos y
traducidos, para eso debe construirse el vector de expresión.
Si el vector utilizado en la clonación contiene un promotor cerca del sitio de inserción,
este promotor puede ser empleado, pero en muchos casos el vector carece del promotor
adecuado, entonces es necesario reconstruirlo de forma que contenga, además del gen de
interés, el promotor adecuado. En estos casos se trata de emplear un promotor fuerte para
hacer máxima la transcripción, o un promotor que presente alguna característica especial.
El procedimiento comúnmente utilizado es rediseñar un plásmido, de manera que
contenga la región promotor operador del operón lac y hasta un pequeño sector del gen de
la β-galactosidasa, seguido del gen deseado. En estas condiciones la adición del inductor
conectará el sistema que producirá la proteína deseada, y la adición de glucosa desco-
nectará el sistema al aumentar la concentración intracelular del AMPc (ver capítulo 34).
El trabajo más difícil consiste en la purificación de la proteína producida, ya que
es una tarea muy laboriosa que requiere gran destreza y en la mayoría de los casos no
poca imaginación.
A pesar de todos estos recursos no siempre se logra la expresión del gen; solo una
de las dos hebras del ADN se utiliza como molde en la transcripción, y en el proceso
de recombinación artificial se introduce ADN de doble hebra. Como los dos extremos

Capítulo 35. Tecnología del ADN recombinante 703


son iguales, por la simetría de la secuencia, existe la posibilidad de que el apareamiento se
produzca de forma que coincida la cadena codificadora del promotor con la no codifi-
cadora del gen insertado, en este caso la expresión es imposible.
Basta que una o varias células logren la incorporación del gen en la forma adecuada,
para que al cabo de algunas horas se tengan tantas copias como se quiera; la E. coli tiene
un tiempo de duplicación de 30 min.

Experiencia típica
Una vez conocidos todos los elementos de trabajo, así como las dificultades que
encierran estos experimentos, se describirá una experiencia exitosa de síntesis de un
producto eucarionte por medio del aparato metabólico de E. coli, se trata de la somatos-
tatina, una hormona polipeptídica de 14 aminoácidos que se sintetiza normalmente en
el hipotálamo y el páncreas.
Como el número de aminoácidos es pequeño, se procedió a la síntesis artificial del
gen que contiene 51 pb, cuya secuencia en la banda codificadora sería:
T A C-(las 42 bases que codifican la somatostatina)-A C T A C T
La secuencia de bases en el ARNm sería:
A U G-(las 42 bases de la somatostatina)-U G A U G A.
Así, este ARNm tiene un codón para la metionina (que no se emplea en la iniciación),
la secuencia codificadora y dos codones de terminación consecutivos.
Se utilizó como vector un plásmido de E. coli que fue reconstruido con un segmento
del operón lac y que contenía la zona del promotor operador, así como un pequeño
sector del extremo N-terminal de la β-galactosidasa. El vector fue cortado mediante una
enzima de restricción y recombinado con el ADN sintetizado.
Una vez lograda la incorporación del plásmido a la bacteria, estas fueron colocadas
en un medio de cultivo carente de glucosa al que se adicionó isopropiltiogalactósido
(IPTG), un inductor gratuito del operón lac (ver capítulo 34).
Cuando se produce la inducción se obtiene una proteína que contiene un segmento del
extremo N-terminal de la β-galactosidasa, unido a la somatostatina mediante la metionina,
y que finaliza gracias a la doble señal de terminación del ADN sintetizado. Esta proteína
es purificada y tratada con bromuro de cianógeno, un agente que provoca la ruptura de
enlaces peptídicos del lado carboxílico de la metionina, de esta forma la metionina li-
gante queda unida al extremo de la galactosidasa y se libera la somatostatina (Fig. 35.6).
El empleo de la metionina como ligante puede ser útil en la síntesis de péptidos
pequeños, a menos que la metionina forme parte de la estructura del péptido.
En la actualidad se han logrado sintetizar otras proteínas de eucariontes mediante pro-
cedimientos similares al descrito, como son: la insulina; la hormona pancreática, de gran
importancia en el tratamiento de la diabetes mellitus; la ovoalbúmina y especialmente el
interferón humano, un potente agente antiviral y posiblemente antitumoral. Esta proteína
se produce desde hace años en Cuba, por diferentes procedimientos como la ingeniería
genética, y fue utilizada en el tratamiento de la epidemia de dengue hemorrágico, intro-
ducida de manera criminal en Cuba, que costó la vida a más de 100 personas, entre
ellas a muchos niños. Desde entonces la biotecnología ha alcanzado un notable desarrollo
en nuestra nación y se ubica entre las más destacadas del mundo.
En principio, cualquier proteína eucarionte puede ser producida mediante esta
tecnología con un sistema apropiado.

704 Bioquímica Médica. Tomo II


Fig. 35.6. Síntesis de la somatostatina.
El plásmido fue reconstruido con el
gen de la somatostatina, sintetizado
artificialmente, y el promotor del operón
lac. El codón para la metionina permitió
que al tratar el producto con bromuro de
cianógeno se liberara la somatostatina
del segmento de β-galactosidasa que
tenía unido.

Empleo diagnóstico
La presencia de formas alélicas de un gen en un individuo, que en algunos casos
pudiera ser causa de una enfermedad, se detecta habitualmente por electroforesis o
métodos antigénicos de las variantes de proteínas, aun cuando se sabe que ello se debe,
en última instancia, a variaciones en la secuencia de bases del ADN en los loci cromo-
sómicos correspondientes. Recientemente métodos derivados de la tecnología del ADN
recombinante han permitido el análisis directo de las secuencias del gen, así como de-
terminar sus alteraciones específicas que provocan cambios estructurales de una proteína
particular. La utilidad de esta técnica es que permite la distinción entre dos copias de un
locus particular del genoma humano.
El método más utilizado en la práctica para el estudio de las variaciones génicas
es el uso de las enzimas de restricción; como estas enzimas realizan su acción en sitios
específicos del ADN, un cambio en la secuencia puede conducir a la aparición o des-
aparición de un sitio particular y, por tanto, se altera el tamaño de los fragmentos que se
obtienen cuando el ADN es digerido utilizando esa enzima; lo mismo ocurre si existen
deleciones o inserciones.
La diferencia en los tamaños de los fragmentos de una región determinada de cromo-
somas homólogos puede ser detectada, con lo que se determina la existencia de los alelos.
Suponga que un gen presenta dos alelos A1 y A2, en el A1 existen dos sitios recono-
cidos por una enzima de restricción, separados por una distancia de 20 kb; pero en A2,
producto de las mutaciones, ha aparecido un nuevo sitio de restricción para la misma
enzima entre los dos anteriores, de manera que la acción de la enzima dará lugar a dos
fragmentos de 8 kb y 12 kb, respectivamente (Fig. 35.7).
Si el ADN de una célula se extrae y fragmenta con la enzima de restricción, se obten-
drán numerosos fragmentos que deben ser sometidos a electroforesis en gel de agarosa
para separarlos de acuerdo con su tamaño.
Se prepara un polinucleótido que contenga una secuencia de bases similar a la del
fragmento con tamaño de 8 kb, utilizando dNTP marcado con fósforo radiactivo, que
recibe el nombre genérico de sonda.

Capítulo 35. Tecnología del ADN recombinante 705


Fig. 35.7. Alelos que difieren en sus sitios
de restricción. Los genes A1 y A2 son alelos
que se diferencian porque en unos de estos
la mutación ha originado un nuevo sitio de
restricción. Así, cuando el ADN es tratado
con esa enzima, el alelo A1 originará un
solo fragmento de restricción de 20 kb, en
tanto que A2 origina un fragmento de 8 kb
y otro de 12 kb.

Una vez terminada la electroforesis, la placa de agarosa se transfiere a un soporte


sólido embebido en una solución que contiene la sonda y se da el tiempo suficiente
para permitir la hibridación entre la sonda y el ADN fragmentado. El soporte se se-
para de la solución y se cubre con una placa fotográfica (autorradiografía) que, al ser
revelada, muestra la posición de los fragmentos de interés. Como la sonda solo puede
hibridarse en la zona del fragmento de 8 kb, aparecerá unida tanto al alelo A1 como
al fragmento pequeño del alelo A2, que por ser de diferentes tamaños aparecen en
distintos sitios en la autorradiografía (Fig. 35.8).
Si una familia es portadora de una enfermedad genética producida por genes de
este tipo, puede hacerse el diagnóstico prenatal mediante la obtención de células del
líquido amniótico y procesándolas de esta manera. En Cuba se introdujo hace algunos
años, un procedimiento similar para el diagnóstico prenatal de la drepanocitosis.
Procedimientos de este tipo pueden ser utilizados en los departamentos de trasplante
de órganos para realizar una caracterización más profunda de la compatibilidad entre
los donantes y los receptores. También este procedimiento puede ser utilizado en me-
dicina legal, siempre que en un hecho delictivo queden como huellas células de los
delincuentes, como en el caso de homicidios, violaciones, etcétera.

El ADN y los problemas de identificación


Uno de los usos más extendidos de las tecnologías basadas en el ADN es la solución
de problemas de identificación. Los procedimientos utilizados con anterioridad eran en
general pruebas de exclusión. Esto quiere decir que, si por ejemplo, una mujer recla-
maba que un hombre era el padre de su hijo, las pruebas solamente podían demostrar
que no lo era, pero no podían afirmar que sí lo era. Con el uso de las pruebas basadas
en ADN se pueden afirmar las dos alternativas, es decir, lo es y no lo es.
En 1985 el científico inglés Alec Jeffreys resolvió un litigio de maternidad por
medio del ADN y de entonces a la fecha las pruebas de identificación empleando
diferentes propiedades del ADN se ha vuelto un hecho cotidiano.
Las pruebas de identificación basadas en el ADN se basan en el hecho de que las
moléculas de ADN son extremadamente polimórficas. Esto significa que en regiones
de cada uno de los cromosomas existen zonas que difieren de un individuo a otro.
Las moléculas de ADN contienen regiones en las cuales pequeñas secuencias se
repiten muchas veces una detrás de la otra (agrupación en tándem) y el número de
estas repeticiones difiere de un individuo a otro. Una combinación de varios de estos
fragmentos que contienen repeticiones en tándem permite una discriminación sin
equívocos entre individuos. El análisis del número variable de repeticiones en tán-
dem (VNTR, del inglés, variable number of tandem repeats) se basa en el estudio de
polimorfismo de longitud de fragmentos de restricción (RFLP, del inglés, restriction
fragment length polymorphism).
Para el estudio del RFLP se obtiene el ADN y se fragmentos utilizando una batería
de enzimas de restricción y posteriormente el producto de la digestión del ADN por
estas enzimas se somete a una electroforesis en gel de agarosa. Como las repeticiones

706 Bioquímica Médica. Tomo II


tienen diferentes tamaños en cada individuo y la electroforesis distribuye los fragmentos
de la digestión del ADN de acuerdo con su tamaño, se obtiene un patrón de fragmentos
que puede ser comparado con la muestra obtenida de otra persona. El patrón de estos
fragmentos se conoce como “huella digital” del ADN (DNA fingerprint). El poder de
discriminación de este procedimiento se calculó en 85% por lo cual en algunos países
solamente se emplea en litigios civiles pero no en los criminales.
El análisis directo de los VNTR da una discriminación mucho mayor que, en
algunos casos puede llegar al 99.99 %.
Una región VNTR típica está representada por un fragmento de ADN de unos pocos
miles de pares bases que contiene un gran número de secuencias idénticas repetidas
en tándem. Típicamente, la unidad de repetición es de 8 a 80 pb. Un ADN marcador
se localiza generalmente en una región no codificante del genoma, que se refiere
como locus. Diferentes loci se localizan en diferente cromosomas y su combinación
debe poseer un gran poder de discriminación. Los resultados obtenidos mediante la
combinación de esos loci recibe el nombre de perfil del ADN.
Las muestras de ADN obtenidas por los criminalistas en el lugar del hecho pueden
proceder de diferentes fuentes y, aunque las más comunes son la sangre y el semen,
otros tejidos y fluidos corporales pueden también ser usados. El material biológico
debe ser cuidadosamente colectado, el ADN se extrae y se cuantifica, y posteriormente
se amplifica por PCR. Actualmente se dispone de set comerciales para la amplificación
simultánea de múltiples fragmentos que contienen iniciadores específicos para los
VNTR que se desea amplificar marcados fluorescentemente con distintos colores.
Estos productos permiten la coamplificación de 8 a 16 marcadores. Cuando se emplean
varios marcadores (en Estados Unidos se usan 13), la probabilidad de coincidencia
es prácticamente cero.
Los perfiles de ADN pueden almacenarse en una base de datos para ser consul-
tados en cualquier momento o para compartir información con otros laboratorios de
criminalista del país o del extranjero.
En la figura 35.9 se muestra en una forma más didáctica los resultados que pudieran
obtenerse en un caso de un homicidio donde se encontró una muestra de sangre y se
comparan los perfiles de ADN de la muestra y de tres sospechosos solamente para
cuatro loci.

Perspectivas
Muchos son los campos del quehacer humano donde la tecnología del ADN
recombinante puede dar grandes resultados. La introducción de genes específicos en
bacterias puede ser de gran utilidad, si estos organismos con su actividad provocan un Fig. 35.8. Identificación de fragmentos de
mejoramiento del suelo, un incremento en la fijación de nitrógeno u otras modifica- restricción. El ADN genómico de tres indi-
ciones que hagan que se obtengan cosechas más productivas, tanto cualitativa como viduos es fragmentado mediante una enzima
de restricción. Los fragmentos se someten
cuantitativamente. a una electroforesis en gel de agarosa que
La producción de agentes biológicos, que ayudan al hombre a combatir las en- los separa de acuerdo con su longitud. Se
fermedades en formas inocua y económica, es también una de las posibilidades de transfieren a un soporte sólido y se embe-
ben en una solución que contiene la sonda
estas técnicas. radiactiva durante el tiempo necesario para
La producción de microorganismos que ayuden a combatir la contaminación permitir la hibridación; después se somete
ambiental, tanto de la atmósfera como de los mares y ríos, propiciaría que el hombre a un proceso de autorradiografía que revela
la posición de las zonas híbridas. Como se
pueda vivir en un planeta con ambiente menos agresivo; esta, entre otras producciones, observa en los resultados, el sujeto A es
constituyen posibilidades casi inmediatas de la tecnología del ADN recombinante. homocigótico para el alelo A1 (de 20 kb), el
Aun cuando en estos momentos no se vislumbra, puede que en un futuro no lejano sujeto C es homocigótico para el alelo A2 y
el B es heterocigótico, ya que presenta tanto
esta técnica sea capaz de enfrentar el tratamiento de enfermedades hereditarias, al pro- el alelo A1 de 20 kb como el A2 que origina
ducir rectificaciones de los genes alterados mediante su sustitución por los normales. el fragmento de 8 kb.

Capítulo 35. Tecnología del ADN recombinante 707


Fig. 35.9. Resultados de un perfil de
ADN. Se muestra el perfil de ADN de
una muestra encontrada en el lugar del
hecho (M) y de tres sospechosos (S1, S2
y S3). En verde se indica el número de
repeticiones en el locus 1, en azul las
repeticiones del locus 2, en rojo el locus
3 y en naranja el 4. Aunque en algunos
casos coinciden, el perfil general es
diferente. Si se incrementa el número
de marcadores la certeza puede llegar
al 99,99 %.

Se requieren muchos años de investigación y trabajo para que la humanidad agote


las posibilidades de esta nueva conquista de la ciencia.
Es lamentable que la ingeniería genética también pueda ser utilizada en contra de los
hombres. La creación de organismos productores de enfermedades con elevada capacidad
inefectiva, contra los cuales no existen tratamiento, y la contaminación del ambiente con
productos residuales del metabolismo de bacterias alteradas, son ejemplos menores de
cómo pueden utilizarse las manipulaciones genéticas contra sus propios descubridores.
Estos hechos no deben llevar a suspender las investigaciones en este campo, ya que el
uso que se dé a sus resultados no depende de los procedimientos empleados, sino de las
concepciones ético-políticas de los gobernantes de los países donde se desarrolle esta
importante tecnología.
La explosión de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki, con toda su secuela
de muerte y destrucción que se extiende hasta nuestros días, y las grandes centrales
átomo-eléctricas que existen en numerosos países que han llevado la comodidad y el
desarrollo a grandes núcleos de población, ejemplifican de forma clara que el peligro
no está en las fuerzas de la naturaleza que el hombre descubre, sino en el empleo que el
propio hombre hace de ellas.
En todo caso nuestra posición, desde el punto de vista ético, implica condenar el uso
de estas –y de cualquier otra– conquistas de la ciencia como instrumento para provocar
la destrucción de la humanidad, en vez de hacerlo para su bienestar y desarrollo.

Resumen
Uno de los éxitos más sobresalientes de la genética molecular ha sido la introducción
de la tecnología del ADN recombinante, que ha permitido obtener proteínas eucariontes en
cantidades antes insospechadas y al mismo tiempo un análisis del gen al nivel molecular.
El procedimiento general consiste en la obtención de un gen particular, su incor-
poración a un vector y su propagación. Los genes pueden obtenerse por fragmentación
del ADN, por aislamiento del ARNm y síntesis del gen por la transcriptasa inversa o
por síntesis artificial del gen. Los vectores más empleados son los plásmidos, los virus
y los cromosomas artificiales de levadura. La unión del gen al vector puede ocurrir de
dos formas, según el tipo de enzima de restricción empleada en el proceso. Cuando la
enzima no da fragmentos monofibrilares se requiere el concurso de la nucleotidil trans-
ferasa terminal.
La producción de proteínas eucariontes en bacterias presenta varias dificultades,
pero basta con obtener algunas células recombinantes que, proporcionándoles el medio
adecuado, en pocas horas se tendrán tantas como se quiera.

708 Bioquímica Médica. Tomo II


Mediante estos procedimientos se han obtenido numerosas proteínas, entre estas
la somatostatina, la insulina y el interferón, el cual se obtiene con éxito en nuestro país
desde hace algunos años.
La tecnología del ADN recombinante puede ser útil en el análisis del genoma y
proporciona un procedimiento preciso para el diagnóstico prenatal de algunas enfer-
medades genéticas; también puede ser utilizada en los departamentos de trasplante y en
medicina legal.
Tal vez el empleo más difundido de las tecnologías basadas en el ADN son las prue-
bas de identificación. Estas se basan en el carácter ampliamente polimórfico del ADN.
Detectando las variaciones individuales de ese polimorfismo se puede identificar, sin
equívocos, a qué persona pertenece.
Amplias son las perspectivas de esta tecnología para la agricultura, el saneamiento
ambiental y la medicina. No obstante, también puede ser empleada en perjuicio del hombre,
dependiendo de quienes sean los que la empleen y no de los procedimientos técnicos. La
humanidad debe condenar enérgicamente el empleo criminal de estos procedimientos.

Ejercicios
1. ¿Cuáles cree usted que son las características que presentan los plásmidos que les
permite servir de vectores en los procedimientos del ADN recombinante?
2. Haga un diseño de un experimento para recombinar in vitro un gen con un plásmido,
utilizando alguna de las enzimas de restricción que aparecen relacionadas en el
capítulo 33.
3. ¿Cuál fue el principal inconveniente encontrado al utilizar directamente los genes
eucariontes para la recombinación in vitro? ¿Cómo pueden eliminarse esos incon-
venientes?
4. ¿Por qué no siempre se logra la expresión de los genes aún cuando han sido incor-
porados al vector y este se multiplica en la célula receptora?
5. ¿Qué ventaja representa la incorporación del promotor lac en los vectores?
6. ¿Cómo puede la tecnología del ADN recombinante favorecer el desarrollo de un
departamento de trasplante de órganos?
7. ¿El hecho de que los procedimientos del ADN recombinante puedan ser utilizados
para causar daño a la humanidad, debe indicarnos que hay que concluir las investi-
gaciones en este campo?
8. ¿Qué perspectivas representa la tecnología del ADN recombinante para los países
subdesarrollados?

Capítulo 35. Tecnología del ADN recombinante 709


Resumen de la sección V
Esta sección se ha dedicado al estudio de los principales aspectos relacionados con
la información genética interpretándolos desde el punto de vista de la estructura, las
propiedades y las funciones de las macromoléculas.
La información genética es una de las formas de expresión de la información mo-
lecular que puede ser de tipo secuencial y conformacional, por lo que no se trata de un
nuevo tipo de información, que distinguirla cualitativamente solo pretende realzar su
significado para la vida de las células. No obstante la diversidad de procesos y mecanis-
mos, se pueden encontrar algunas generalidades que a manera de resumen general se
exponen a continuación.
Toda la información genética que determina la identidad de cada organismo está
codificada en la secuencia de bases nitrogenadas del ADN y por tanto es esencialmente
de tipo secuencial. Pero el ADN contiene además en su estructura las instrucciones para su
lectura, dadas por las irregularidades estructurales que surgen a lo largo de la molécula, de
acuerdo con la secuencia de bases en sectores específicos. Todo el proceso de surgimiento
y transformación de los seres vivos durante el período evolutivo alcanzan su última
expresión en la lucha entre la estabilidad y la mutabilidad de esa secuencia de bases.
Sin embargo, en los últimos años se ha evidenciado la existencia de otro tipo de
información superpuesta a la del ADN y denominada por ello epigenética. Si en el ADN
están codificadas todas las proteínas que una célula puede formar, los mecanismos epigéticos
son los que determinan cuándo, dónde y con qué intensidad se expresan los genes. Por
otra parte, los mecanismos epigenéticos son más susceptibles de ser influidos por el
ambiente reforzando la necesaria interacción entre el ser vivo y su ambiente.
Conservar la información genética de un organismo y garantizar que este origine
siempre descendientes iguales a sí, implica conservar inalterada la secuencia de bases
de su ADN. Por el contrario, la aparición de variedades en la forma o las funciones de
los organismos significa la alteración de la secuencia de bases de su ADN con respecto
a la de sus progenitores. La existencia de secuencias no codificantes, de genes repetidos
y los mecanismos de modificación-restricción por una parte y el complejo mecanismo
de replicación del ADN, que implica una elevada fidelidad de copia, así como los de
reparación aseguran la estabilidad del material genético; mientras que las mutaciones
y la recombinación genética contribuyen a la mutabilidad del mismo. Es evidente que
aquí solo se hace referencia a lo que sucede en el organismo, ya que las condiciones del
medio influirán decisivamente en determinar cuáles serán los organismos que perman-
ecerán y cuáles no. De esta forma a la lucha entre la estabilidad y la mutabilidad del
material genético se suma la lucha permanente entre el genoma y el ambiente, ambas han
contribuido de forma decisiva al desarrollo histórico natural de los seres vivos, desde las
formas más simples hasta las más complejas.
A pesar de las diferencias evidentes que existen entre todos los procesos de transfe-
rencia de información genética, hay en ellos una uniformidad fundamental. El mecanismo
básico que se pone en juego en los diferentes fenómenos relacionados con la información
genética es el apareamiento de bases que es muy estricto en el ADN y menos en el ARN.
Este mecanismo es el que sirve de base a la replicación, la transcripción, la recombinación
y la reparación, también está presente en la traducción, pues la colocación de los ami-
noácidos en la cadena polipeptídica depende del apareamiento de bases entre el codon
y el anticodon. Es por ello que en todos estos procesos siempre se utiliza una secuencia
de bases que dirige el orden en que los diferentes componentes deben ser organizados.
La parte activa de todos los mecanismos la representan proteínas, un grupo de estas
tiene la característica de reconocer secuencia de bases específicas y proceder de acuerdo

710 Bioquímica Médica. Tomo II


con ellas. El origen de replicación, el promotor, el operador, el terminador, las secuencias
iniciales y finales de los intrones son algunos de estos ejemplos donde secuencias es-
pecíficas de bases son reconocidas por proteínas específicas y ese reconocimiento es
indispensable para su actividad. Otras tienen actividades enzimáticas especiales que se
ajustan perfectamente a las características estructurales de los ácidos nucleicos y que
no son posibles encontrar en enzimas que actúen con otros sustratos. En casi todos los
casos estas proteínas se asocian y forman grandes complejos multiproteínicos que por sus
diferentes actividades y su organización supramacromolecular constituyen verdaderos
organitos subcelulares.
Por la importancia que tienen para la vida y por su elevado grado de complejidad,
todos estos procesos necesariamente tienen que estar sometidos a finos mecanismos de
regulación, que permitan que ellos se realicen en el momento y en el lugar adecuados;
este control se ejerce a varios niveles y responde a numerosas señales que forman vías
de transferencia de información que van desde el entorno hasta el núcleo celular. Por los
conocimientos actuales se sabe que esas vías forman verdaderas redes que convergen o
divergen de nudos de acumulación de información y que muchas veces tienen carácter
redundante. En estos momentos los mecanismos mejor conocidos son los de control
transcripcional.
A pesar del avance alcanzado en los últimos años, el conocimiento actual que se
tiene de estos fenómenos no permite arribar a otras conclusiones, ya que en todos los
mecanismos quedan aún aspectos importantes por dilucidar, sobre todo en lo referente a
las propiedades de las proteínas que participan en ellos y a sus mecanismos de regulación.
Se espera que con la introducción de los procedimientos de la tecnología del ADN
recombinante en los próximos años, muchos de estos aspectos queden esclarecidos, aunque
de seguro el carácter inagotable del conocimiento de la naturaleza planteará problemas
que hoy son totalmente desconocidos.

Capítulo 35. Tecnología del ADN recombinante 711


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720 Bioquímica Médica. Tomo II


ÍNDICE ALFABÉTICO

A 668, 669, 670, 671, 672, 673, 676, 678, 679, 680, 681,
682, 683, 685, 686, 687, 688, 689, 691, 693, 695, 696,
ácido/ 380, 382, 386, 407, 522, 539, 540, 572, 586, 596, 697, 698, 699, 700, 701, 702, 703, 704, 705, 706, 707,
614, 628, 643, 650 708, 709, 710, 711
desoxirribonucleico/ 406 circular/ 497, 498
hialurónico/ 386 complementario/ 697
siálico/ 382 doble hélice del/ 496, 524, 541, 543, 564
acoplamiento/ 494, 525, 573, 575, 619 helicasa/ 672
vacilante/ 573, 575 ligasa/ 500, 508, 510, 511, 519, 525, 623, 624, 626, 628,
actina/ 416, 417, 418, 419, 424, 425, 444, 447 629, 631, 661, 663, 666, 668, 670, 697, 698, 699, 702
F/ 417 polimerasa/ 492, 497, 499, 500, 501, 504, 505, 509, 511,
G/ 417, 418 515, 519, 522, 626, 627, 628, 633, 661, 662, 663,
globular/ 417 668, 670, 697, 698, 701
polimerizada/ 417 dependiente de ARN/ 697
actinomicina D/ 522 I/ 492, 500, 626, 627, 628, 701
activación/ 383, 416, 444, 480, 481, 487, 499, 500, 501, 503, III/ 497, 499, 500
509, 510, 516, 531, 545, 596, 616, 617, 619, 658, 676, ribosomal/ 541
689, 691, 694 satélite/ 459, 460, 461
topoisomerasa/ 440, 487, 497, 498, 502, 503, 506, 508,
acuaporina (aquaporina)/ 391, 393
522, 525, 626, 629, 633, 636, 637
adenina/ 463, 494, 517, 531, 535, 545, 551, 553, 554, 560, topoisómeros del/ 496
574, 586, 603, 642, 643, 644, 654, 656, 657, 661
ADNr/ 464, 541
adenosín/ 691
ADP/ 619, 668
difosfato.  Véase ADP
monofosfato.  Véase AMP agentes/ 379, 383, 453, 487, 639, 641, 643, 644, 646, 650,
monofosfato cíclico.  Véase AMPc 653, 656, 657, 658, 660, 661, 665, 666, 671, 707
trifosfato.  Véase ATP alquilantes/ 657, 660
ADN/ 385, 427, 428, 429, 430, 435, 436, 437, 438, 439, mutagénicos/ 644, 650
440, 441, 442, 443, 444, 448, 450, 452, 453, 454, 455, alelos/ 456, 457, 458, 621, 632, 688, 689, 705, 706
456, 459, 460, 461, 463, 464, 466, 467, 469, 470, 471, aminoacil-ARNt sintetasas/ 596, 597, 617
472, 473, 474, 475, 476, 477, 479, 480, 485, 486, 487, AMP/ 510, 596, 597, 616, 691
488, 489, 491, 492, 493, 494, 495, 496, 497, 498, 499, AMPc/ 681, 691, 693, 703
500, 501, 503, 504, 505, 506, 507, 508, 509, 510, 511, anafase/ 446, 447, 449, 484, 485, 500, 632, 633
512, 513, 514, 515, 516, 517, 518, 519, 520, 521, 522,
análogos de bases/ 642, 650, 657
523, 524, 525, 527, 528, 529, 530, 531, 532, 533, 534,
535, 536, 539, 541, 542, 543, 544, 545, 546, 547, 551, anfipáticos/ 377, 378, 398
553, 554, 555, 556, 558, 559, 563, 564, 565, 569, 573, aniones/ 395
575, 576, 577, 580, 587, 621, 622, 623, 624, 625, 626, antibióticos/ 524, 558, 591, 617, 618, 619, 665, 700, 702,
627, 628, 629, 630, 631, 632, 633, 634, 636, 637, 639, 703
640, 641, 642, 643, 644, 646, 647, 650, 653, 654, 655, actinomicina D/ 522
656, 657, 658, 659, 660, 661, 662, 663, 665, 666, 667, cloranfenicol/ 617
estreptomicina/ 591, 617, 619 ATPasa Na+-K+ dependiente/ 395, 397, 398
puromicina/ 617 autofagia/ 410, 411
rifampicina/ 558, 559, 560 autofagosomas/ 409, 410
tetraciclina/ 701, 702
anticodón/ 573, 574, 575, 576, 584, 586, 590, 597, 600, 606, B
609, 612
bacteriófagos/ 497
anticuerpos/ 582, 630
balsa lipídica/ 383
antígenos/ 383, 459
bases nitrogenadas/ 453, 454, 469, 471, 472, 492, 496, 498,
antiporte/ 394, 395
506, 523, 527, 538, 546, 575
aparato de Golgi/ 401, 405, 406, 407, 408, 412, 413, 414,
bicapa/ 378, 379, 380, 381, 382, 383, 384, 387, 388, 398,
444, 447, 448, 450, 615
402, 406
ARN/ 427, 428, 435, 436, 437, 438, 439, 448, 454, 455, 456,
biogénesis/ 540, 577, 587, 590
460, 461, 463, 466, 467, 469, 470, 472, 476, 478, 489,
495, 497, 499, 500, 504, 505, 506, 515, 516, 524, 525, bombas/ 394, 398
527, 528, 529, 530, 531, 532, 533, 534, 535, 536, 537, C
538, 539, 540, 541, 542, 543, 544, 547, 549, 551, 553,
554, 555, 556, 557, 558, 559, 560, 565, 573, 577, 578, canales/ 380, 381, 383, 384, 385, 387, 388, 389, 397, 421,
579, 580, 581, 584, 586, 587, 588, 593, 606, 615, 653, 433, 439, 540
663, 678, 679, 680, 681, 685, 690, 693, 697, 702, 710 cargas eléctricas/ 395
de interferencia/ 461, 529
carioesqueleto/ 438
iniciador/ 495, 499, 500, 506, 516, 524, 525
largos no codificantes/ 461 cariotipo/ 440, 442, 443, 449
mensajero/ 427, 435, 436, 448, 452, 461, 462, 463, 464, casquete/ 543, 547, 548, 549, 550, 555, 560
465, 467, 468, 472, 527, 528, 529, 537, 539, 543, catalasa/ 412
545, 547, 548, 549, 551, 553, 554, 555, 557, 559, cationes/ 395
560, 563, 564, 565, 567, 568, 570, 571, 573, 574, caveolas/ 383
575, 576, 577, 580, 581, 585, 586, 587, 589, 594, caveolinas/ 383
596, 598, 599, 600, 601, 603, 604, 605, 606, 607,
célula eucariota/ 401
608, 609, 612, 613, 614, 615, 617, 618, 619, 630,
649, 677, 678, 679, 680, 683, 684, 685, 686, 690, células bacterianas/ 497
691, 692, 693, 694, 696, 697, 702, 704, 708 celulosa/ 386
nucleares cortos/ 461, 529, 549, 551, 560 centríolos/ 407, 420, 421, 425, 445, 446
polimerasa bacteriana/ 528 centro celular/ 420
polimerasa I/ 461, 470, 540, 541, 542, 543, 559, 560, centros organizadores/ 420, 425
587 ciclinas/ 444, 480, 481, 482, 485, 487, 488, 489, 500
polimerasa II/ 455, 461, 540, 543, 544, 545, 546, 547,
ciclo celular/ 439, 443, 444, 448, 451, 455, 468, 473, 474,
548, 552, 553, 554, 555, 558, 559, 560, 587
475, 476, 477, 478, 479, 480, 481, 482, 484, 485, 486,
polimerasa III/ 461, 540, 541, 556, 557, 558, 559, 560,
587 487, 488, 489, 499, 502, 514, 519, 521, 524, 525, 590
telomérico/ 461 ciclosis/ 419
transferencia/ 435, 436, 451, 456, 461, 466, 467, 472, cilios/ 415, 419, 421, 425
476, 488, 497, 523, 525, 527, 528, 537, 538, 539, cinetocoro/ 445, 446, 447
545, 556, 557, 558, 559, 560, 565, 567, 570, 573, cisternas/ 403, 404, 407, 408
574, 575, 576, 578, 581, 585, 586, 590, 593, 594, cistrón/ 683, 694
596, 597, 598, 599, 601, 602, 603, 604, 605, 606,
citidín
608, 611, 612, 613, 614, 615, 616, 617, 618, 619,
monofosfato.  Véase CMP
623, 633, 660, 684, 700, 711
trifosfato.  Véase CTP
ARNr/ 437, 438, 461, 464, 466, 467, 469, 470, 528, 529,
537, 539, 541, 542, 556, 557, 559, 560, 578, 579, 580, citocalasina/ 425, 426
581, 582, 584, 586, 587, 588, 589, 590 citocentro/ 420
ásteres/ 446 citocromo P450/ 407
ATP/ 395, 396, 408, 417, 418, 419, 420, 436, 441, 445, 479, citoesqueleto/ 415
481, 482, 483, 496, 508, 510, 529, 533, 536, 539, 545, citoplasma/ 397, 404, 411, 415, 416, 417, 419, 420, 421,
551, 578 422, 423, 424, 427, 428, 430, 431, 432, 435, 436, 437,

724 Bioquímica Médica. Tomo II


438, 448, 449, 462, 470, 479, 527, 529, 530, 542, 547, componentes moleculares/ 377, 415, 472, 473, 475, 476,
551, 553, 555, 558, 577, 578, 580, 587, 588, 589, 590, 478, 485, 577
606, 625, 686, 691, 694 composición molecular/ 578, 579
soluble/ 416 concentración iónica/ 395
citoquinesis/ 632 extracelular/ 395
citosina/ 494, 512, 513, 517, 533, 574, 642, 643, 654, 656, intracelular/ 395
657, 659, 661, 687 condensinas/ 441, 444, 445, 448
citosol/ 406, 415, 416, 424, 446, 560, 615, 692 conjugación/ 623, 636, 700
Cl-/ 395, 397 correpresor/ 682, 683, 693
clatrina/ 412 cotransporte/ 394
clonación/ 696, 701, 703 cromátidas/ 440, 441, 444, 445, 446, 447, 449, 489, 520,
in vitro/ 701 521, 632, 633
cloranfenicol/ 617 cromatina/ 427, 429, 431, 438, 439, 440, 441, 445, 446, 448,
cloroplastos/ 401, 413, 577, 590 449, 455, 465, 469, 471, 479, 489, 499, 500, 519, 520,
código genético/ 452, 563, 564, 565, 567, 568, 569, 570, 539, 540, 541, 543, 547, 551, 559, 686, 687, 688, 693
572, 573, 575, 594, 644, 645, 697 cromosomas/ 421, 427, 428, 432, 437, 439, 440, 441, 442,
carácter degenerado/ 565, 570, 572, 576, 644, 645, 697 443, 444, 445, 446, 447, 448, 449, 450, 454, 455, 456,
carácter quasiuniversal/ 576 460, 465, 466, 467, 468, 469, 470, 479, 485, 491, 500,
estructura del/ 570, 576 512, 514, 515, 520, 528, 541, 587, 621, 622, 623, 625,
necesidad del/ 563 632, 633, 634, 635, 636, 657, 688, 700, 701, 705, 706,
codón/ 537, 555, 564, 566, 567, 568, 569, 570, 571, 572, 707, 708
573, 574, 575, 576, 581, 584, 586, 590, 594, 597, 600, acrocéntricos/ 467
601, 602, 603, 604, 606, 608, 609, 611, 612, 613, 619, autosómicos/ 455, 466
cariotipo/ 440, 442, 443, 449, 671
641, 645, 649, 694, 704, 705
centrómeros/ 419, 439, 442, 445, 447, 460, 467, 469,
de iniciación/ 569
499, 520, 701
de terminación/ 569, 572, 576, 604, 612, 613, 619, 645,
metacéntricos/ 443
694
satélites/ 439, 442, 460
codones/ 555, 564, 565, 566, 567, 568, 569, 570, 571, 572, sexuales/ 443, 455, 466
573, 574, 575, 576, 594, 596, 601, 603, 604, 608, 612, submetacéntricos/ 443
614, 618, 619, 645, 646, 649, 684, 693, 704 telómeros/ 439, 440, 460, 467, 469, 479, 499, 512, 514,
de terminación/ 555, 570, 572, 604, 612, 614, 619, 645, 515, 516, 517, 525, 529, 701
704 CTP/ 417, 528, 529
sinónimos/ 564, 570, 575
cuerpo residual/ 410
cohesinas/ 440, 444, 445, 520, 521, 524, 525
colchicina/ 419, 426, 475 D
colesterol/ 377, 378, 379, 380, 383, 385
daños al ADN/ 473, 489, 656, 657, 658, 661, 671
complejo/ 376, 401, 406, 413, 430, 432, 433, 434, 435, 437,
deleción/ 518, 640, 641, 646, 648, 650, 656
438, 439, 445, 446, 447, 455, 468, 479, 482, 484, 485,
desmosomas/ 397
486, 487, 488, 491, 497, 499, 500, 501, 502, 503, 506,
507, 508, 509, 510, 514, 520, 521, 523, 524, 525, 528, despolarización/ 397
532, 533, 534, 542, 544, 545, 546, 547, 548, 549, 551, despolimerización de la actina/ 417
552, 554, 555, 558, 559, 567, 587, 588, 589, 590, 598, dictiosomas/ 407, 413
599, 600, 601, 602, 603, 605, 606, 608, 609, 610, 614, diferenciación de la membrana plasmática/ 397
615, 616, 617, 618, 621, 628, 629, 630, 631, 632, 633, difosfatidil glicerol/ 390, 392, 393
636, 643, 655, 661, 663, 665, 666, 667, 668, 670, 678, difusión simple/ 387, 388, 389, 394, 398, 399, 434
680, 681, 687, 690, 692, 693, 710
dímeros/ 431, 440, 547, 548, 579, 657, 659, 663, 665
de preiniciación/ 499, 501, 524, 528, 544, 545, 598
de pirimidina/ 641
de reconocimiento del origen/ 500, 502
de timina/ 657, 659, 663, 665
mediador/ 544
prerreplicativo/ 499, 500, 501, 502, 503, 510, 521, 524, dineína/ 420
525 disponibilidad de áreas de superficie/ 450
promotor de la anafase/ 446, 484, 500 división mitótica/ 427, 442
SCF/ 484 doble hélice del ADN/ 496, 524, 541, 543, 564

Índice alfabético 725


E familias/ 464, 465, 466
génicas/ 464
endocitosis/ 385, 387, 398, 419 fases del ciclo celular/ 444, 487
endomembranas/ 377, 401, 402, 403, 412, 413 G0/ 479
endonucleasas de restricción/ 673 G1/ 474, 475, 477, 479, 481, 482, 485, 486, 487, 488,
endoplasma/ 416 501, 502, 510, 521, 524, 525, 537
envoltura nuclear/ 389, 402, 416, 427, 428, 429, 430, 431, G2/ 444, 474, 475, 476, 477, 478, 479, 482, 485, 486,
432, 433, 444, 445, 446, 447, 448, 449, 453, 527, 589, 488, 516, 537, 632, 713
M/ 443, 444, 474
632, 685
S/ 444, 484, 485, 486, 501, 509, 516, 521, 524, 670
enzimas/ 375, 376, 380, 381, 383, 385, 393, 398, 402, 403,
fenotipo/ 454, 455, 457, 458, 469, 518, 519, 593, 623, 640,
406, 407, 408, 409, 410, 412, 414, 416, 422, 423, 424,
641, 645, 647, 648, 650, 651, 699
425, 446, 448, 450, 455, 459, 468, 471, 481, 482, 487,
492, 494, 495, 496, 506, 511, 517, 523, 524, 528, 529, filamentos intermedios/ 415, 421, 422, 425, 426, 431, 444,
448
530, 539, 540, 547, 548, 550, 565, 586, 596, 597, 614,
615, 617, 619, 623, 626, 629, 654, 655, 656, 661, 665, flagelos/ 415, 419, 421, 425
668, 676, 677, 679, 680, 681, 682, 683, 684, 685, 693, flip-flop/ 406
696, 698, 699, 701, 702, 705, 706, 709, 711 fluidez/ 378, 380, 383
de restricción/ 654, 655, 656, 698, 699, 705, 706, 709 formilmetionina/ 594, 599, 614
hidrolíticas/ 408 fosfatidil/ 478
lisosomales/ 408, 409, 410, 414 colina/ 478
epigenética/ 687, 710 fosfátidos de glicerina/ 377, 378
esfingolípidos/ 377, 378, 383 fosfoproteínas/ 480, 481, 487, 488, 500
esfingomielina/ 378 fosfatasas/ 480, 481, 487, 488, 500
espacio/ 383, 387, 388, 395, 396, 402, 403, 405, 418, 428, fragmentos/ 410, 459, 493, 496, 498, 500, 506, 508, 511,
429, 430, 434, 435, 436, 437, 440, 448, 450, 499, 512, 516, 518, 524, 525, 587, 655, 656, 696, 697, 698, 699,
523, 539, 540, 572, 626, 689, 692 705, 706, 707, 708
extracelular/ 395, 692 de ADN/ 493, 524
intermembranas/ 430 de Okasaki/ 493, 500, 506, 508, 511, 524, 525
intermembranoso/ 448 fucosa/ 382, 459
intranuclear/ 430 funciones/ 375, 376, 377, 379, 380, 382, 383, 386, 396, 398,
perinuclear/ 430, 437 399, 402, 403, 407, 412, 413, 414, 415, 419, 420, 421,
ésteres/ 377, 481 422, 425, 426, 428, 431, 448, 450, 451, 453, 454, 459,
estreptomicina/ 591, 617, 619 461, 466, 468, 469, 470, 471, 472, 480, 521, 527, 529,
exocitosis/ 387, 408, 419, 421 530, 555, 563, 615, 617, 647, 653, 679, 710
de la membrana plasmática/ 386
exones/ 462, 463, 468, 469, 470, 543, 548, 551, 552, 553,
de los microtúbulos/ 421
555, 560, 649
generales de los organelos membranosos/ 402
exoplasma/ 416
G
F
galactosa/ 382, 458, 459, 468, 677
factores/ 417, 422, 435, 437, 453, 455, 480, 485, 488, 498, GDP/ 435, 436, 437, 566, 595, 600, 602, 605, 606, 608, 609,
501, 518, 523, 524, 528, 530, 539, 540, 541, 543, 544, 610, 611, 612, 619
545, 546, 547, 548, 549, 550, 553, 557, 558, 560, 575, gen/ 437, 453, 454, 455, 456, 457, 458, 459, 461, 462, 463,
585, 595, 598, 599, 601, 602, 603, 604, 606, 608, 609, 464, 465, 468, 469, 470, 472, 480, 485, 511, 515, 525,
613, 618, 619, 646, 675, 685, 689, 690, 691, 692, 693, 528, 530, 534, 539, 540, 541, 548, 551, 553, 555, 556,
694 558, 560, 561, 563, 621, 622, 628, 631, 635, 636, 640,
de iniciación/ 585, 595, 598, 606, 618 641, 646, 647, 648, 649, 650, 651, 665, 671, 672, 678,
de liberación/ 595, 604, 613, 619 679, 682, 686, 690, 693, 694, 696, 697, 699, 700, 701,
de traducción/ 595, 692 702, 703, 704, 705, 708, 709, 719
de transcripción/ 435, 539, 540, 541, 543, 545, 557, 558, regulador/ 678, 679, 682, 693, 694
689, 690, 694 generación de nuevas membranas/ 403, 413
factor rho/ 536 genoma/ 437, 448, 452, 453, 454, 455, 457, 459, 462, 463,
fagocitosis/ 387, 418, 425 466, 467, 468, 469, 470, 508, 514, 518, 530, 541, 551,

726 Bioquímica Médica. Tomo II


555, 570, 576, 587, 623, 625, 633, 648, 663, 664, 686, histonas/ 435, 436, 439, 440, 442, 448, 455, 461, 465, 469,
688, 696, 697, 699, 705, 707, 709, 710 476, 488, 499, 512, 520, 524, 547, 668, 687, 688, 689,
humano/ 437, 453, 454, 466, 467, 468, 469, 470, 508, 690, 693, 694
551, 648, 705 H1/ 668
genotipo/ 457, 458, 469, 470, 593, 640, 647, 648, 651 H2A/ 547
glicolípidos/ 381, 382, 398, 408 H2b/ 436, 465, 547
H3/ 547, 633
glicoproteínas/ 381, 382, 384, 386, 398, 404, 408
H4/ 688
glicosilaciones/ 408, 413
homocigótico/ 457, 458, 707
glóbulos de grasa/ 422
horquilla/ 498, 499, 504, 506, 508, 514, 516, 520, 522, 525,
glúcidos de membrana/ 381 535, 600, 606, 607, 630, 631, 644
glucolípidos/ 379 de replicación/ 498, 499, 504, 508, 520, 644
glucosa/ 382, 423, 459, 479, 677, 680, 681, 703, 704 huso/ 425, 441, 444, 445, 446, 447, 449, 460, 632
gradiente de concentración/ 387, 394, 395, 398
I
gránulos de glucógeno/ 423, 424
GTP/ 413, 417, 419, 435, 436, 437, 529, 550, 586, 595, 598, impronta/ 687, 688, 689, 693, 694
599, 600, 601, 602, 603, 605, 606, 608, 610, 611, 612, genómica/ 687, 688, 693, 694
613, 616, 617, 618, 619 impulso nervioso/ 395, 397
guanilato transferasa/ 548 inclusiones citoplasmáticas/ 415, 425
guanina/ 494, 514, 517, 548, 550, 560, 595, 602, 603, 642, incorporación/ 398, 405, 406, 410, 412, 418, 463, 474, 476,
643, 644, 649, 656 478, 502, 504, 506, 517, 533, 542, 544, 546, 551, 559,
guanosín 566, 570, 599, 600, 602, 603, 606, 608, 611, 616, 617,
difosfato.  Véase GDP 618, 656, 681, 683, 688, 704, 708, 709
monofosfato.  Véase GMP cotraduccional/ 405
trifosfato.  Véase GTP inducción/ 421, 475, 477, 677, 678, 682, 690, 693, 694, 704
enzimática/ 677
H
inductores/ 677, 678, 679
H+/ 392, 395, 408 inhibidores/ 444, 475, 480, 481, 488, 489, 497, 522, 524,
H1/ 440, 465, 668 525, 530, 558, 559, 591, 617, 618, 693, 694, 703
H2a/ 440 de la replicación/ 522
de la traducción/ 617, 618
H2b/ 440
de la transcripción/ 558, 559
H3/ 436, 440, 465, 520, 547, 633, 689
iniciación/ 447, 463, 496, 497, 501, 504, 505, 506, 528, 529,
H4/ 436, 440, 465, 520, 688, 689 530, 531, 532, 533, 537, 539, 541, 543, 544, 545, 548,
hebra/ 453, 466, 492, 494, 495, 496, 497, 498, 499, 503, 555, 556, 558, 560, 569, 570, 576, 585, 591, 593, 594,
504, 506, 507, 508, 509, 511, 512, 513, 514, 515, 516, 595, 597, 598, 599, 600, 601, 602, 604, 605, 606, 609,
517, 518, 519, 524, 529, 530, 531, 532, 535, 546, 558, 610, 616, 617, 618, 619, 623, 636, 641, 645, 649, 690,
559, 623, 624, 625, 626, 627, 628, 629, 630, 633, 634, 704
636, 650, 655, 656, 657, 658, 661, 663, 665, 666, 667, de la replicación/ 503
668, 670, 703 de la traducción/ 463, 548, 555, 585, 591, 598, 606
conducida/ 498, 504, 506, 509, 511, 515, 516, 518 inmunoglobulinas/ 455, 462, 630, 635, 636
conductora/ 498, 504, 506, 508, 516, 524 inositol/ 378, 476, 489
hemoglobina/ 454, 456, 462, 465, 468, 469, 565, 594, 614, interfase/ 420, 427, 437, 438, 439, 440, 445, 447, 448, 455,
640, 647, 648, 649, 650 473, 581
heterocigótico/ 457, 458, 707 intermembranas/ 430
heterocromatina/ 439, 440, 442, 448, 461, 499, 520, 693 intermembranoso/ 448
heterofagia/ 410, 411 intrones/ 462, 463, 466, 469, 470, 543, 548, 549, 550, 551,
heterofagosomas/ 409, 410 552, 557, 560, 649, 696, 697, 711
heteropolisacárido/ 386
J
hibridación/ 460, 701, 706, 707
hiperpolarización/ 397 jugo nuclear/ 427, 428, 431, 448

Índice alfabético 727


K microARN/ 461, 467, 529
microfilamentos/ 415, 416, 417, 418, 419, 420, 421, 422,
K+/ 383, 392, 395, 396, 397, 398 424, 425, 426
L microtúbulos/ 415, 416, 419, 420, 421, 424, 425, 426, 441,
442, 444, 445, 446, 447
lámina nuclear/ 430, 431, 432, 439, 448 funciones de los/ 421
laminina/ 431 microvellosidades/ 383, 397, 417
A/ 431 MIE/ 386
B/ 431 mielina/ 386
ligamiento/ 622 miosina/ 444, 447
lípidos/ 377, 378, 379, 380, 381, 382, 383, 384, 386, 398, MIT/ 386
402, 404, 406, 413, 422, 450, 459, 472, 476, 478, 488
mitocondrias/ 376, 377, 401, 402, 404, 413, 428, 448, 450,
en distintas membranas/ 386
468, 570, 577, 578, 580, 590, 615
liposomas/ 379
mitosis/ 418, 420, 421, 426, 427, 431, 439, 442, 443, 444,
lisosomas/ 401, 408, 409, 410, 411, 412, 413, 414, 450, 468, 446, 448, 449, 450, 473, 474, 475, 476, 478, 479, 480,
615 485, 489, 502, 512, 520, 521, 525, 632, 635, 716
primarios/ 408, 409, 410, 414
modelo del mosaico fluido/ 382
secundarios/ 409, 414
mongolismo/ 443
lumen o espacio cisternal/ 403
morfogénesis/ 421, 425
M mosaico fluido/ 382, 402, 413, 450
movimiento ameboide/ 419
manosa/ 382, 408, 413, 615
MPE/ 386
6 fosfato/ 408, 413
MPH/ 386
MAP/ 420
mutación/ 435, 457, 458, 525, 561, 619, 635, 639, 640, 641,
material genético/ 427, 439, 448, 449, 451, 452, 453, 469,
644, 645, 646, 647, 648, 650, 651, 665, 671, 673, 688,
471, 523, 625, 633, 639, 640, 647, 650, 654, 670, 672,
694, 706
694, 700, 710
mutaciones/ 390, 452, 454, 455, 458, 463, 525, 621, 622,
matriz citoplasmática/ 416
628, 635, 636, 639, 640, 641, 643, 644, 645, 646, 647,
meiosis/ 622, 625, 632, 635, 636, 713 648, 649, 650, 657, 665, 666, 671, 672, 673, 705, 710
membrana/ 376, 377, 378, 379, 380, 381, 382, 383, 384, consecuencia de las/ 645
385, 386, 387, 388, 390, 392, 393, 395, 396, 397, 398, cromosómicas/ 640
399, 401, 402, 403, 405, 406, 407, 408, 410, 412, 413, espontáneas/ 648
414, 416, 417, 418, 419, 421, 428, 429, 430, 431, 432, génicas/ 640, 641, 644, 650
433, 438, 445, 446, 447, 448, 450, 453, 458, 469, 470, puntuales/ 645
476, 478, 522, 586, 589, 615, 616, 653, 672, 677, 681, mutagénesis/ 640
686
mutágenos/ 641, 643, 644, 648, 650
de células animales/ 385, 386, 412, 492, 577
químicos/ 643, 650
del eritrocito/ 384, 386
hepática/ 386 mutante/ 454, 455, 457, 458, 619, 639, 640, 645, 647, 650,
semipermeable/ 388 673, 699
membranas/ 377, 392, 450 N
bacterianas/ 378
biológicas/ 377, 378, 379, 382, 383, 389, 398, 399, 403, Na+/ 383, 389, 395, 396, 397, 398
450 neurofilamentos/ 422
intracelulares/ 393, 402, 414 nexina/ 420
plasmáticas/ 380, 383, 385, 386, 398
nexus/ 397
metabolismo del peróxido de hidrógeno/ 412 núcleo/ 376, 401, 402, 404, 407, 417, 419, 420, 425, 427,
metafase/ 444, 446 428, 429, 430, 433, 435, 436, 437, 438, 439, 440, 445,
metilación/ 479, 510, 511, 512, 513, 524, 549, 654, 655, 446, 447, 448, 449, 450, 462, 470, 479, 480, 499, 515,
656, 687, 688, 689, 693 523, 527, 528, 530, 531, 532, 533, 534, 539, 540, 544,
del ADN/ 479, 510, 512, 524, 687, 693 548, 557, 559, 560, 578, 587, 615, 644, 653, 657, 690,
Mg2+/ 395, 495, 596, 598, 655 691, 692, 711

728 Bioquímica Médica. Tomo II


nucléolo/ 427, 429, 437, 438, 444, 448, 449, 489, 541, 559, poros/ 384, 387, 389, 390, 429, 430, 431, 433, 438, 447,
587, 589 448, 449
nucleoplasma/ 428, 438 potenciador/ 606
nucleoplasmina/ 435, 440 potencial/ 395, 397, 403, 659, 688
nucleoporinas/ 432, 433 de membrana en reposo/ 397
nucleoproteínas/ 549 electroquímico/ 395
energético/ 395
nucleosomas/ 439, 440, 442, 506, 512, 520, 521, 523, 524,
539, 540, 547, 633, 688 proceso de corte y empalme/ 560
nucleótidos/ 441, 442, 459, 462, 492, 494, 495, 496, 497, profase/ 444, 445, 446, 449, 473, 489, 632, 636
500, 504, 506, 515, 516, 517, 518, 519, 530, 533, 534, profilina/ 417, 418, 425
538, 539, 543, 545, 546, 547, 551, 553, 554, 555, 560, promotor/ 446, 461, 463, 484, 485, 500, 525, 528, 529, 530,
564, 566, 570, 578, 579, 580, 595, 601, 603, 605, 606, 531, 532, 533, 539, 540, 541, 542, 543, 544, 545, 547,
608, 615, 628, 633, 634, 656, 657, 660, 661, 663, 664, 555, 557, 559, 560, 646, 649, 676, 678, 679, 680, 681,
665, 666, 667, 668, 669, 670, 671, 672, 683, 698, 699 683, 685, 690, 693, 694, 702, 703, 704, 705, 709, 711
promotores/ 461, 469, 485, 531, 532, 539, 543, 557, 558,
O 560, 641, 685, 687, 690, 693, 702
proteína/ 383, 384, 385, 387, 394, 398, 399, 406, 408, 409,
operador/ 464, 678, 679, 680, 681, 682, 683, 693, 694, 703,
412, 413, 414, 416, 417, 419, 424, 425, 427, 435, 436,
704, 711
437, 439, 440, 441, 445, 446, 447, 454, 455, 456, 457,
operón/ 677, 678, 679, 680, 681, 682, 683, 684, 693, 694, 458, 461, 463, 465, 468, 469, 470, 482, 483, 484, 485,
702, 703, 704, 705 486, 487, 488, 496, 501, 502, 503, 504, 506, 507, 509,
organelos/ 376, 377, 401, 402, 403, 405, 406, 408, 411, 412, 512, 515, 520, 521, 524, 525, 531, 534, 535, 536, 541,
413, 414, 415, 416, 421, 424, 448, 450, 468, 577 543, 544, 547, 553, 555, 559, 560, 561, 563, 564, 565,
citoplasmáticos/ 377, 577 568, 570, 571, 572, 576, 577, 579, 582, 584, 586, 591,
membranosos/ 401, 450 593, 594, 595, 600, 601, 602, 603, 604, 605, 606, 607,
membranosos intracelulares/ 401, 450 608, 612, 614, 615, 616, 617, 619, 628, 629, 630, 633,
membranosos subcelulares/ 401, 468 636, 637, 640, 641, 645, 646, 647, 648, 660, 663, 676,
organizadores nucleolares/ 437, 448 677, 678, 679, 680, 681, 682, 690, 691, 692, 693, 694,
origen/ 409, 410, 414, 437, 469, 472, 479, 480, 488, 491, 696, 703, 704, 705
497, 498, 500, 501, 502, 503, 506, 509, 514, 516, 517, chaperona/ 440
524, 549, 555, 556, 564, 577, 632, 640, 641, 644, 645, replicativa A/ 496, 503
647, 654, 657, 663, 671, 679, 689, 694, 697, 711 proteínas/ 376, 377, 378, 379, 380, 381, 382, 383, 384, 385,
de la replicación/ 497, 502, 506 386, 387, 388, 389, 390, 393, 394, 395, 397, 398, 399,
402, 403, 404, 405, 406, 407, 408, 409, 411, 412, 413,
P 416, 417, 418, 420, 421, 422, 423, 424, 425, 426, 431,
432, 433, 435, 436, 437, 438, 439, 440, 441, 442, 444,
par cromatina-cromosoma/ 438 445, 446, 447, 448, 450, 452, 454, 455, 459, 461, 462,
paso selectivo/ 398, 430, 432, 448, 450 463, 464, 465, 466, 467, 468, 469, 470, 471, 472, 476,
pectina/ 386 478, 479, 480, 481, 483, 484, 485, 486, 487, 488, 489,
permeabilidad selectiva/ 386 491, 495, 496, 497, 498, 499, 501, 503, 511, 512, 514,
peroxidasa/ 412 519, 520, 521, 522, 523, 524, 525, 527, 529, 530, 531,
532, 534, 535, 536, 539, 540, 542, 543, 544, 546, 548,
peroxisomas/ 401, 411, 412, 413, 414, 450, 615
549, 551, 553, 555, 556, 560, 561, 563, 564, 565, 567,
placa ecuatorial/ 446, 632 568, 569, 570, 571, 573, 575, 576, 577, 578, 579, 580,
placoda/ 421 581, 582, 583, 584, 585, 586, 587, 588, 589, 590, 591,
plasmalógenos/ 379 593, 594, 595, 596, 597, 598, 600, 601, 603, 604, 605,
plasmasol/ 416 606, 608, 614, 615, 616, 617, 618, 619, 628, 630, 631,
plásmidos/ 623, 625, 697, 700, 701, 702, 703, 708, 709 633, 636, 645, 647, 653, 656, 660, 661, 663, 665, 666,
polaridad celular/ 421 667, 668, 670, 671, 672, 677, 678, 679, 681, 685, 686,
687, 688, 689, 690, 691, 692, 693, 694, 695, 697, 700,
poliadenina/ 553
701, 702, 704, 705, 708, 709, 710, 711
polirribosomas/ 589
de la lámina/ 431, 439
polisomas/ 589, 590, 591 de la membrana/ 431
poro nuclear/ 430, 432, 433, 434, 435, 436, 437, 447, 448, de unión al ADN de hebra simple (SSB)/ 496, 497
542, 558, 588, 589 integrales o intrínsecas/ 381

Índice alfabético 729


periféricas o extrínsecas/ 381 represión enzimática/ 681, 682
transmembranales/ 381, 385, 387, 389, 390, 393, 394, represor/ 544, 678, 679, 680, 681, 682, 683, 684, 693
431 retículo endoplasmático/ 386, 402, 444, 664
transportadoras/ 380, 381, 383, 384, 393, 398, 409, 450 liso/ 401, 404, 405, 407, 408
proteólisis parcial/ 408, 413, 615 rugoso/ 401, 403, 404, 405, 406, 412, 414, 430, 431, 448
protofilamentos/ 419 retinoblastoma/ 454, 485
puromicina/ 617 ribosomas/ 376, 403, 404, 405, 406, 413, 414, 428, 429,
430, 431, 437, 448, 450, 452, 527, 539, 540, 542, 564,
Q 565, 567, 575, 576, 577, 578, 579, 580, 582, 583, 584,
quinasas dependientes de ciclinas/ 480, 481, 482 585, 586, 587, 589, 590, 594, 595, 597, 598, 599, 601,
602, 603, 606, 608, 614, 615, 616, 617, 618, 685, 686
R biogénesis de los/ 540, 587, 590
composición molecular/ 578, 579
receptores/ 381, 383, 385, 386, 398, 405, 408, 410, 421, eucariontes/ 580, 583, 584, 590
435, 455, 480, 689, 706 procariontes/ 578
de membrana/ 381, 383, 385 subunidad mayor/ 438, 540, 543, 547, 548, 579, 580,
recombinación/ 452, 473, 621, 622, 623, 624, 625, 627, 628, 581, 584, 585, 586, 599, 603, 606, 608, 610, 612
629, 630, 631, 632, 633, 635, 636, 637, 646, 647, 659, subunidad menor/ 438, 578, 579, 580, 581, 582, 583,
661, 668, 670, 672, 673, 698, 699, 702, 703, 709, 710 584, 585, 590, 599, 603, 605, 606, 608, 612
enzimología de la/ 628 rifampicina/ 558, 559, 560
genética/ 452, 621, 622, 623, 628, 629, 633, 635, 636,
637, 710 S
homóloga/ 623, 632, 668, 670, 672, 673 saco membranoso en el retículo endoplasmático/ 403
modelo de Holliday/ 625, 637
secuencias repetidas/ 433, 437, 442, 460, 466, 467, 499, 518
región/ 408, 420, 439, 441, 448, 454, 463, 465, 515, 532, de fenilalanina-glicina/ 433
553, 555, 561, 607, 622, 688, 689, 703, 705, 707
silenciador/ 461
regulación de la expresión genética/ 459, 681, 693, 694
simporte/ 394, 395, 396
regulación del ciclo celular/ 485
síndrome/ 392, 443, 454, 547, 633, 641, 663, 670, 671, 672,
relaciones/ 403, 408, 412, 414, 584 687, 689
del sistema de endomembranas/ 412 de Bloom/ 454, 671, 672
entre los organelos membranosos/ 403 de Cockaine/ 547
reparación del ADN/ 440, 488, 639, 661, 670, 671, 672, 673 de Down/ 443
de malos apareamientos/ 518 de Fanconi/ 671, 672
directa/ 659 de inmunodeficiencia adquirida (sida)/ 633
indirecta/ 661 de Klinefelter/ 443
por escisión de bases/ 661, 662 síntesis de lípidos/ 406, 413, 478
por escisión de nucleótidos/ 661, 663, 665, 666, 671
sistema de endomembranas/ 377, 401, 402, 403, 412, 413
por recombinación/ 670
replicación del ADN/ 452, 472, 474, 475, 479, 480, 485, T
486, 487, 491, 492, 494, 495, 501, 508, 509, 516, 518,
519, 521, 523, 524, 525, 632, 670, 673, 695, 710 taxol/ 419
carácter antiparalelo/ 494, 496 tecnología del ADN recombinante/ 452, 695
carácter semiconservativo/ 493, 494, 656 telofase/ 447, 473, 500, 502, 632
en eucariontes/ 494 telomerasa/ 515, 516, 517, 525, 529
etapas de la/ 496 telómeros/ 439, 440, 460, 467, 469, 479, 499, 512, 514, 515,
fidelidad de la/ 516 516, 517, 525, 529, 701
inhibidores de la/ 522
tetraciclina/ 701, 702
iniciación de la/ 503
origen de la/ 497, 502, 506 timidina/ 473, 474, 475, 477
posterminación de la/ 510, 614 timina/ 494, 517, 529, 531, 533, 642, 643, 657, 659, 661,
preiniciación de la/ 496, 497, 499, 501, 524, 525, 528, 663, 665
529, 530, 531, 532, 540, 544, 545, 560, 598 topoisomerasa/ 440, 487, 497, 498, 502, 503, 506, 508, 522,
requerimientos de la/ 495 525, 626, 629, 633, 636, 637
terminación de la/ 508 topoisómeros del ADN/ 496

730 Bioquímica Médica. Tomo II


traducción/ 427, 456, 463, 465, 472, 473, 476, 478, 497, translocasas/ 393
527, 548, 549, 551, 555, 563, 565, 566, 568, 570, 573, transporte/ 387, 388, 393, 394, 395, 396, 398, 399, 408, 413,
575, 577, 578, 580, 581, 584, 585, 586, 587, 590, 591, 414, 421, 434, 435, 479, 551, 553, 587, 677, 681, 691, 694
593, 594, 595, 596, 598, 606, 607, 608, 613, 614, 615, activo/ 394, 395, 396, 398, 399, 434
617, 618, 619, 679, 683, 685, 686, 691, 692, 694, 710 de sustancias/ 387
características generales/ 594 interno/ 421
elongación de la/ 608 mediante proteínas/ 387
en eucariontes/ 608
pasivo/ 393, 394, 398, 399
eventos previos a la iniciación de la/ 594, 616
selectivo/ 387
factores de iniciación/ 595, 598, 606, 618
factores de liberación/ 619 triacilgliceroles/ 377, 422, 423
inhibidores de la/ 617, 618 triplete/ 566
iniciación de la/ 463, 548, 555, 585, 591, 598, 606 trisomía/ 443
posterminación/ 510, 614 tubulina/ 419, 420, 425, 446
preiniciación de la.  Véase eventos previos a la iniciación α/ 419
transcripción/ 385, 427, 435, 437, 438, 447, 448, 461, 464, β/ 419
465, 466, 467, 469, 472, 473, 476, 478, 485, 486, 497, γ/ 419
501, 512, 515, 527, 528, 529, 530, 531, 532, 536, 537,
539, 540, 541, 543, 544, 545, 547, 548, 549, 550, 553, U
554, 555, 556, 557, 558, 559, 560, 561, 563, 580, 587,
588, 589, 630, 644, 653, 657, 658, 663, 665, 666, 676, ubiquitina/ 446, 482, 483, 484, 487, 489, 501, 521
678, 679, 681, 682, 683, 684, 685, 687, 688, 689, 690, uniporte/ 394, 395
691, 693, 694, 703, 710 uracilo/ 529, 574, 643, 657, 661
etapas de la/ 529
eventos posterminación/ 537 V
inhibidores de la/ 558, 559 velocidades de los procesos metabólicos/ 403, 450
iniciación de la/ 532, 539, 541, 543, 690
preiniciación de la/ 543 vesículas/ 379, 392, 404, 408, 410, 412, 413, 414, 416, 420,
terminación de la/ 536, 548, 553, 684 447
transcriptasa inversa/ 515, 697, 708 vimentina/ 422, 425
transducción/ 383, 386, 421, 487, 623, 633, 636 W
transformación/ 394, 458, 479, 480, 516, 525, 532, 538,
539, 560, 622, 623, 633, 636, 666, 710 Watson y Crick/ 439, 517, 518
cancerosa/ 479, 480, 516, 525, 666
X
transformaciones sol-gel/ 419
translocación/ 601, 603, 640 Xeroderma pigmentosum/ 663, 670, 671, 672

Índice alfabético 731

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