Ensayo Identidad Nacional

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Venezuela es un pueblo sumamente rico en manifestaciones culturales de ahí que cada

región tiene una serie de características que las identifican y distinguen del resto de los
venezolanos, identidad que a su vez adquiere significados diferentes en las distintas
localidades que conforman cada entidad. Esto es lo que se conoce como identidad nacional,
ya que es el sentimiento subjetivo de una persona a pertenecer a una nación concreta, a una
comunidad en la que existen diversos elementos que la hacen única y sobre los cuales se
asienta el sentimiento de pertenencia. Para Rengifo (2006), la identidad se refiere a los
aspectos trascendentes que definen los patrones culturales de cada sociedad y las
diferencian de otras, y se expresa a través del acervo cultural del grupo familiar donde se
nace y se educa, comprende al ámbito local, regional y nacional donde el individuo se ha
desenvuelto.

Por lo antes expuesto, se puede decir que el sentimiento de identidad nacional como se
menciona anteriormente está estrechamente relacionado con el sentido de pertenencia, es
decir, cuando una persona se siente parte de algo o alguien se origina una relación de amor
y afecto; es lo que sucede al sentirse miembro de un país, de una región, de una localidad,
de una familia. De esta manera, los elementos como los símbolos patrios, la música, la
historia, la gastronomía, el idioma, la religión entre otros, juegan un papel importante
porque se comparten entre sus habitantes y los diferencian de otros pueblos.

Siguiendo este mismo orden de ideas, la historia está relacionada con todo nuestro pasado,
lo que ha permitido ser lo que somos ahora como pueblo, especialmente las luchas, los
pensamientos y las labores de nuestros Libertadores, como Simón Bolívar, Antonio José de
Sucre, José Antonio Páez y muchos otros héroes de la independencia que fueron capaces
de entregar hasta sus vidas para nuestra Libertad, y de aquellos grandes intelectuales y
pedagogos como Simón Rodríguez y Andrés Bello.

Con respecto al territorio, el espacio en el cual se vive, de donde se es, donde se


desenvuelve cada uno de los grupos humanos, constituye un elemento significativo, y como
lo establece el artículo 10 de La Constitución el territorio y demás espacios geográficos de
la República son los que correspondían a la Capitanía General de Venezuela antes de la
transformación política iniciada el 19 de abril de 1810, con las modificaciones resultantes
de los tratados y laudos arbitrales no viciados de nulidad. Y es así, como el territorio
proporciona los recursos para nuestro bienestar y la supervivencia de la población de una
nación.

En relación al idioma, oficialmente prevalece el castellano, pero como está establecido en


el art.9 de la Constitución conservamos lenguas indígenas trascendentales que hoy día
permanecen en la historia (arawaco, guajiro, yanomami, wuayuu). De igual manera, la
religión que predomina en nuestro territorio es la católica cristiana, pero es importante
señalar que en la Constitución se consagra la libertad de culto, lo que favorece que en el
país existan grupos que profesen otras religiones.

 Asimismo, la gastronomía venezolana tiene sus raíces gracias a las poblaciones indígenas
además de ciertos aportes que han sido de influencia afro-europea, los platos que más nos
identifican es la arepa que es nuestro pan diario, el pabellón criollo y las hallacas, nuestro
plato tradicional navideño. De ahí que, cada región del país posee sus propias costumbres y
por supuesto distintas maneras de preparar la comida lo que genera mucha influencia en la
gastronomía venezolana. Lo mismo ocurre con la danza y la música, que varían según la
zona destacándose el canto recio y el contrapunteo con los instrumentos que son arpa cuatro
y maracas, el joropo, y el vals. Además, hay una gran tradición de música y bailes de
tambores, sobre todo en las zonas costeras como Barlovento y En Lara especialmente con
su golpe tocuyano, en el Zulia reinan las gaitas como música y baile, que hacen parte de la
tradición navideña de todo el País.

Otro aspecto son los símbolos patrios, y considerando a Serfatty (2006) quien expresa “que
estos representan la autonomía y el carácter oficial de la nacionalidad”, podemos decir que
estos elementos son los que identifican y distinguen a un país de otras naciones, los mismos
están representados por la Bandera, el Escudo de Armas y el Himno Nacional los cuales
han perdido respeto e importancia dentro de la sociedad actual, ya que a la hora de rendirle
homenaje no se les presta la debida atención sobre todo a la hora de entonar el himno
donde muchas veces ni se mira la bandera cuando se está izando.

Dentro de este marco también encontramos los símbolos naturales, que según Rena (2005),
están conformados por una serie de elementos típicos de la geografía venezolana que son la
representación de la flora y la fauna. Por lo tanto, el árbol nacional está representado por el
Araguaney que también es conocido con los nombres de Acaparo, Curarí, Araguán o
Cañada, Flor Amarilla y Puy, la flor nacional, la representa la orquídea, del género de la
Cattleya, que comprenden 65 especies y el ave nacional es el Turpial, nombre común de
ciertas aves paseriformes de América. Aunque estos emblemas se encuentran en peligro de
extinción por la falta de concientización de la población, quien la utiliza como fuente de
comercialización

En este sentido se comprende, que el amor a la patria y a los símbolos nacionales no surgen
por naturaleza, es algo que se inculca a través de la formación integral de la persona y se
interioriza a través del desarrollo de pensamientos, acciones y hábitos fomentados dentro
del seno familiar como una fuente relevante de valores éticos, morales y sociales que hacen
del ser humano una persona con ideales para formar parte de la esencia misma y de la
conciencia individual permitiéndole desenvolverse dentro de una sociedad globalizada. Es
por ello, que los valores son elementos sociales de gran importancia que condicionan
patrones de conducta individual y social, contribuyendo así a preservar la identidad
nacional del país, y estos a su vez son la expresión de algo que el hombre tiene que
vivir personalmente.

Rokeach: (1973) , define los valores como “una creencia relativamente permanente de
que un modo de conducta particular o que un estado es personal y socialmente
preferible a modos alternos de conducta o estados de existencia”. De esta definición, se
puede deducir, que el valor no constituye algo estático, sino permanente, se refiere a
modos de conducta y estado de existencia. Estos se pueden clasificar en
éticos (solidaridad, disciplina, generosidad, cooperación, honestidad, respeto,
responsabilidad), políticos y sociales (territorialidad, seguridad, soberanía, libertad,
educación, salud, justicia, igualdad).

En líneas generales, la solidaridad es un principio adquirido en el grupo familiar ya que es


determinante para tener éxito en la vida y facilitar la adaptación del hombre a los diferentes
grupos sociales que conforman su entorno; la tolerancia, es la capacidad de saber escuchar
y aceptar a los demás, valorando las distintas formas de entender y posicionarse en la vida,
siempre que no atenten contra los derechos fundamentales de la persona y tal como lo
señala Víctor Hugo: “La tolerancia es la mejor religión”, lo que nos permite afirmar que la
creencia en el respeto hacia los demás sí logra hacer un mundo mejor; igualmente, William
Shakespeare expresa: “Hemos venido a este mundo como hermanos;
caminemos, pues, dándonos la mano y uno delante de otro”, lo
que nos demuestra que la cooperación es toda forma de integración donde las
personas o grupos determinados trabajan juntos prestándose ayuda mutua.

De igual manera, la honestidad es una cualidad de calidad humana que consiste en


comprometerse y expresarse con coherencia y autenticidad (decir la verdad), de acuerdo
con los valores de verdad y justicia; y el respeto que es una de las bases sobre la cual se
sustenta la ética y la moral en cualquier campo y en cualquier época, exige un trato amable
y cortés, es la esencia de las relaciones humanas, de la vida en comunidad, del trabajo en
equipo, de cualquier relación interpersonal.

De acuerdo con la territorialidad, es un principio fundado en la idea de la soberanía


aplicado a la Ley en la jurisdicción de un Estado, que comprende los distintos espacios
geográficos en los cuales se ejerce una plena autonomía y la seguridad son ciertas garantías
que permiten satisfacer en diferentes medidas una infinidad de necesidades, aspiraciones o
intereses que son fundamentales para la sobrevivencia, estabilidad, orden, paz, tranquilidad,
calidad de vida y bienestar social. Aunado a esto, Mandela manifiesta que “la educación es
el arma más poderosa que puedes usar para cambiar al mundo”, por lo que es a través de
este mecanismo que se obtienen conocimientos, valores y se desarrollan hábitos,
habilidades, costumbres, creencias y formas de actuar.

Por todo esto podemos concluir, que lo que se reconoce hoy como identidad nacional no es
el proceso lento y progresivo de construcción de unos determinados símbolos que nos
representen como país, sino de una serie de pautas que ayuden a preservar gustos,
costumbres y valores nacionales y afirmar y elevar el carácter de ser venezolanos, como
una forma más sensata y efectiva de contribuir y conservar la identidad cultural de nuestro
pueblo, es por ello que conviene fortalecerla a través de la familia, la escuela y la sociedad
puesto que actualmente está sumergida en una crisis política, económica, educativa, social,
e incluso de orden moral.
Rena (Red Escolar Nacional, 2005). Cuarta etapa – Educación premilitar. La identidad
nacional. www.rena.edu.ve/cultura/cuartaetapa/premilitar/tema 6.htlm.50k.

Rengifo, D. (2006). Historia, educadores e identidad nacional. AGORA. Año 9, No. 18


Julio – Diciembre – 2006. Trujillo, Venezuela

Serfatty, M. (2006). Identidad nacional. Coordinación de Comunicaciones. ONIDEX.


Caracas, Venezuela.

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