JUDO DO - Teodoro Amicci
JUDO DO - Teodoro Amicci
JUDO DO - Teodoro Amicci
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ÍNDICE
Prólogos iv
Triste cosa ix
Introducción xi
A mis Maestros xvii
El Nutriero xix
iii
iv
PRÓLOGO
v
vi
PRÓLOGO
vii
Katas”, “Jumbi Undo”, “Seiri Undo”, “Kappo”, “Ki-Ai”, “Ju-Do”, etc. También
presentó a la C.A.J. un sistema de Defensa Personal denominado “Seguri-
dad sin Violencia” para formar docentes en esa especialidad. A todas ellas le
siguió la publicación del “Diccionario de Judo” obra con más de 5.000 térmi-
nos castellano-japoneses. Entre tanto, el Maestro Amici, miembro destacado
de diversos organismos pedagógicos, deportivos y científicos nacionales e
internacionales, ha recorrido el mundo llevando a congresos, cursos, confe-
rencias su alta y esclarecedora preocupación especulativa, sobre el Judo y
la Educación Integral.
Este perseverante peregrinaje de más de 60 años en el Camino del
Judo, difundiendo (a veces con reiterada obcecación, como él lo afirma), sus
ideas clave, lo acercó a la realidad socio-educativa de todas las latitudes. Y
esto ha contribuido a que su pensamiento cobrara una vigencia internacio-
nal.
Hoy, madurado en una larga, dura y fructífera experiencia; Licenciado
en Educación Física, 7º Dan de Judo, Profesor de Ética y Filosofía, lanza su
obra, producto de una densa actividad meditativa en torno a los problemas
del Judo, de la Educación, de la Educación Física y del Deporte. Problemas
que constituyen preocupación vertebral de su pensamiento, para la llegada
del Hombre Nuevo.
He asumido con honor el encargo de prologar este libro. Porque cono-
cemos su contenido y mucho más a su autor, podemos decir (sin temor a que
la amistad que nos une nos lleve a desmesurado elogio) que el Maestro
Teodoro Amici se ha convertido para el Judo, en alguien que no ha recorrido
en vano su Camino de Vida (DO) y en el apóstol laico de una nueva, quizás
revolucionaria pedagogía del Judo.
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TRISTE COSA...
MIZU-HIKI-KODOMO
(El niño Regador)
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x
INTRODUCCION
xi
decía: “Goza de tus días, es más tarde de lo que imaginas”. Hay que amar
profundamente la vida. Una de las mejores maneras de hacerlo (si no la
mejor) es aprender a amarse uno mismo y a los demás, a todo y a todos.
Amigo lector, casi nada de lo que usted leerá sea tal vez genuino u
original de mi pensamiento. Mucho lo he copiado. No pretendo creer
que todas mis ideas son exclusivas.
Algunos de los pensamientos o imágenes que encontrará, sé dónde
los he leído o escuchado, o recuerdo quién me los ha transmitido; otros,
probablemente, los he ido incorporando en forma subliminal a través de mi
contacto con todos aquellos que en mi etapa como deportista, como alumno
y como docente, en mis viajes o en mi vida diaria, he tenido la oportunidad de
hallar.
También sé, que no siempre he aprendido de los que se encaraman en
la pretensión de ser los dueños de la verdad. He aprendido mucho en cam-
bio, de los que no me han querido enseñar nada, de los que han querido
aprender conmigo, de los que han pretendido darme su compañía o su afec-
to y de todo lo que al llegar a mí, me ha contactado con la ilimitada maravilla
de estar vivo: en un Dojo, en un gimnasio, en una cancha, en un aula, en la
calle, bajo la lluvia o bajo el sol.
Así, el objeto de este libro no es sino poder transmitir un signo, una
señal de ello. Si alguien la reconoce, me permitirá, al recibir en su corazón lo
que me fue dado, cerrar el círculo de una etapa de mi vida que bajo, una
infinita ley hace que nada se pierda y todo se transforme.
Vivir, para mí, es hacer Judo, y eso es movimiento, riesgo, cambio,
transformación y la sensación de que uno está constantemente en acción;
es, en última instancia, la esencia misma de sentirse vivo. Acción, es ir cons-
tantemente de un punto a otro en el tiempo, fuera o dentro de nosotros mis-
mos; luego, no temo contradecirme, pues no es mi intención entramparme
en la creencia de que todo lo que diga sea absolutamente coherente. Inclu-
so, puede ser que me equivoque, pero, ésta no es mi mayor preocupación,
pues el fin de este libro es transmitir un testimonio y no leyes inmutables.
Escribo entonces, con la sola pretensión de que alguien, aunque sea
tan sólo uno, Usted quizás, pueda al comprender mi Camino, comenzar a
experimentar su vida, su alrededor. Para ello, de nada le servirá apoyarse en
la palidez de mis palabras, sino que tendrá que comenzar a compenetrarse
con su lugar, sus dimensiones, sus sentidos y aprender a permanecer en su
aquí y ahora, sin preocuparse de las contradicciones que descubra en su
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experimentar. Así, si después de leer este libro, ha comenzado a poner aten-
ción en su experimentar, todas mis aspiraciones se habrán cumplido.
Yo sólo deseo señalarle la diferencia entre una puerta, una ventana o
una hendija; de Usted depende que entre al Camino, que pueda equivocar-
se, que se arriesgue a todo ello. Y por Usted mismo, encontrará el sentido
del cambio que más allá de las fórmulas se manifiesta a través de su propio
ritmo y movimiento.
Más adelante, comprenderá que los opuestos, dentro o fuera de noso-
tros, no son sino parte de lo mismo. Así, cuando Usted abandone la seguri-
dad de las ventanas o las hendijas, desde donde el mundo se ve parcializado,
y se interne en el Camino de la Vida, descubrirá que, el único conocimiento
que le hará trascender, será el que logre experimentando como en el Ukemi:
“Lo grave no es caer sino permanecer caído”. El único modo de integrar-
se al mundo que nos rodea es andar por él y él está a la exacta distancia que
media entre la realidad y los sentidos. Sólo cuando deje que su piel contacte
con el mundo, toque lo que sus brazos alcancen y goce de las maravillas con
que se ponen en contacto su vista, sus oídos, su olfato, su tacto y su lengua,
sentirá estallar y ponerse en funcionamiento todas las posibilidades que aguar-
dan latentes dentro suyo; se internará en la más incomunicable experiencia
que, como seres humanos, sólo podemos compartir, que es la de vivir. Y
eso, es mucho más rico e infinito que entender.
Si bien es cierto que lo que le transmitiré, lo viví en todos los niveles de
mi vida y en todos los rincones de mi corazón, lo encararé desde el punto de
vista de mi profesión que, aunque limitado, me permitirá llegar especialmen-
te a un sector, aquel en el que más me muevo y conozco por ser parte de él:
el de los alumnos y los docentes de JUDO, de YOGA, y de la EDUCACION
FISICA. Hace mucho años (más de 60) que soy parte del mundo de los Artes
Marciales. Lógicamente comencé como alumno, seguí como docente; pero
hasta no hace mucho tiempo nunca supe claramente cuál era la diferencia
entre uno y otro estado.
Sólo cuando dejé de pensar dentro de un encuadre, para entregarme a
vivenciar qué era lo que estaba ocurriendo dentro y delante de mí, se produjo
el milagro. En ese mismo instante descubrí que esa cosa que ostentaba el
rótulo de alumno se transformaba para mí en una persona. Cuando dejé de
interesarme en armar con sus acciones y preguntas el rompecabezas de un
limitado proceso de enseñanza, descubrí la magia que significa contactarse
con un ser humano. Cuando pude al fin dejar de cotejar sus palabras y sus
acciones con mis conocimientos, y comencé a observar y escuchar, emergió
entre el “él” y mi “yo” la única forma real de comunicación, que es la que se
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da a través de la honestidad mutua y que desde ahora llamaremos intimi-
dad.
Así es que, al abandonar por fin mi trono-refugio para acercarme a la
inconmensurable altura del TÚ e interesarme en el bello compromiso del
NOSOTROS, no tuve más temor, desaparecieron mis angustias y pude final-
mente comprender que, hacer docencia, es tan sólo lograr intimidad con
un ser humano que no sabe como lograrlo.
Desde entonces, esa fría situación técnica rotulada como clase, pasó
a ser una cálida marmita alquímica en la cual, por medio de un compromiso
y comunicación recíprocas, nos transformábamos mutuamente todos los que
estábamos allí. Mis alumnos se desarrollaban a sí mismos pese a mis pro-
pias limitaciones y desconocimientos y cada uno de ellos fue, de algún modo,
un maestro mío. Sus emociones, sus rabias, sus alegrías y tristezas, fueron
los naturales elementos que al manejar con honestidad, me iban transfor-
mando y proyectando a la infinitud de un diálogo en el cual, las palabras,
fueron y serán lo menos importante.
Todo ello me ha enseñado que el oficio de MAESTRO no se aprende
sólo en el Dojo, en los libros, en la Universidad, en los cursos avanzados o
en las clases, sino que también es necesario aprender de la nariz para afue-
ra (bajando del caballo como diría una grande y entrañable amiga y compa-
ñera), de las personas, en las calles, bajo el sol, sobre el césped. El secreto
es comenzar a escuchar los sonidos de la vida en lugar de aprender sólo las
técnicas practicadas en un Dojo o repetidas en un aula; es comenzar a ver
con nuestros propios ojos en vez de ver a través de los ojos de los otros. El
tema no pasa solo por transpirar, como opinan algunos charlatanes del Judo.
Los caballos de tiro también transpiran, pero no se transforman en caballos
de carrera, y lo que es más, no dejan de ser caballos.
Esto que pensé y vivencié durante mis primeras épocas de alumno,
me llevaba aunque no tan claramente ahora, a alejarme de la turba de ilus-
tres Judokas y deportistas que repetían en sus clases y cursos lo que habían
aprendido o leído la tarde anterior, limitando en sus “sabias interpretacio-
nes”, las inconmensurables vivencias de sus alumnos y colegas. Todo esto,
en medio de una solemne y no verbal afirmación, de lo difícil que es enseñar,
y del tremendo peligro que acechaba detrás de los “pobres” alumnos que
venían a recibir clases de quienes, de la realidad cotidiana sabían menos
que ellos.
Ahora sé, que nadie me ha enseñado tanto como los alumnos que tuve
la suerte de tener; que nadie sabe tanto de ellos como ellos mismos. Y tan
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sólo que, cuando comencé a verlos y a oírlos, descubrí que en sus propios
gestos y palabras estaban la clave y la respuesta a su problemática, y que, si
comenzaban a prestarse atención, pronto iban a poder prescindir del que
actuaba como docente, caminando a su lado y pudiendo entonces, hacerse
responsables de sus propias vidas y descubriendo “qué hacer para vivir bien”.
El primer hecho técnico verdaderamente útil para hacer docencia que
aprendí, es dejar que suceda todo lo que quiera suceder dentro del desarro-
llo de la clase, sabiendo que nada malo ocurriría si (poniendo límites adecua-
dos), no interfería la situación en marcha, con mis conocimientos y encua-
dres. Fue así, que dejé de frustrarme con la pretensión de querer cambiar a
mis alumnos. Toda la energía que antes perdía en el intento de modificar la
conducta del otro, y la resistencia de éste a mis interpretaciones, descubri-
mientos y consejos, se movilizó para ser empleada en la participación de
ambos en el acontecimiento de la comunicación. Logrando, en cambio, no
ya un triunfo pedagógico, sino más bien solucionar y aclarar mis propios
problemas y confusiones en cada clase. De este modo yo hallaba respuestas
no sólo para saber qué decir o hacer dentro de la situación pedagógica, sino
también para mi propia vida, descubriendo entonces que, mis propios alum-
nos hacían lo mismo con las suyas.
Lo que contiene este libro es, tan sólo, una etapa de mi vida en mi
Camino hacia el SI MISMO utilizando el JUDO y el YOGA como medios para
mi total integración. No es la última, ni mucho menos la más decisiva; tan
sólo es la actual.
Todo aquello que manifestamos en nuestra creatividad, sea original o
no, tiende de algún modo a llegar a ser un hecho trascendente. Lo que leerá
Usted, es la evidencia de toda una etapa de experimentar intensamente, en
mi propia búsqueda. La aventura no sé cuando comenzó, pero sí sé que
jamás terminará.
Lo invito entonces a compartir, querido lector, NO MIS CONOCIMIEN-
TOS, sino tan sólo mi TESTIMONIO.
TEODORO A. AMICI
(MIZU-HIKI KODOMO)
EL NIÑO REGADOR
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A MIS MAESTROS:
Dedico este libro a todos aquellos que fueron durante mis 69 años de
vida mis maestros en el Camino (DO) del JUDO, del YOGA, del KARATE
DO, del AIKIDO, de la UNIVERSIDAD, de la EDUCACIÓN FÍSICA, de la
VIDA.
Dedico, sobre todo, a los Maestros que he tenido, a mis alumnos,
que en más de 50 años de docencia, suman miles...
GRACIAS
Nota:
1- Esta nómina está confeccionada por riguroso orden alfabético, sin
mencionar la jerarquía, rango o graduación;
2- El Autor se ha permitido atrevida y cariñosamente, ponerle a cada
Maestro un respetuoso sobrenombre valorativo de acuerdo a las
experiencias personales vividas con cada uno de ellos.
Esto indica, que vivimos todos en un mundo común, cósmico, universal,
pero que no somos todos iguales.
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xviii
EL NUTRIERO
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Al pasar por el embarcadero; sus compañeros lo miraban con la envi-
dia maliciosa de los mediocres, esos que alimentan su impotencia criticando
a los que intentan una vida mejor. Algunos desearon íntimamente su fracaso,
porque con ello podrían confirmar que no tenía mucho sentido correr riesgos
para cazar nutrias amarillas, si ya tenían caza asegurada en su zona, no
tenía demasiado sentido arriesgarse por una simple aventura.
Así fue como luchó contra la corriente día tras día en busca de la lagu-
na en la que, según su padre, anidaban los animales. El fuerte viento no lo
hizo desistir, tampoco la intensa lluvia de la tarde, sólo pensaba en conseguir
lo que anhelaba.
De pronto divisó en el horizonte los reflejos azulados de la laguna y
estaba tan cansado que, casi por un momento, dudó de la veracidad de las
historias de su padre. Acercó su bote a la orilla y comenzó a preparar un
largo canal de barro en cuyo extremo colocó un pedazo de sábalo a modo de
carnada, luego se sentó a esperar. De pronto la lluvia se detuvo y la oscuri-
dad cayó sobre sus hombros. El sueño comenzó a apoderarse de sus párpa-
dos, haciéndolos más pesados. En un momento escuchó un chapoteo en el
agua, encendió su linterna y su sorpresa fue tan grande al ver al animal, que
casi quedó paralizado. Se incorporó suavemente y en menos de un segundo
arrojó una pequeña red de mano que tenía tras de sí. En el viaje de regreso,
río abajo, sólo pudo imaginar el rostro cansado de su padre antes de morir.
Supuso que tal vez la única y humilde misión que Dios había encomen-
dado a los padres era la de heredar caminos para que sus hijos los andarán.
Con gran algarabía los boteros lo recibieron, ansiosos por conocer a la
famosa nutria amarilla y por supuesto, la manera de cazarla. Se acercaron
y lo felicitaron, pero nadie tuvo tiempo de mirarlo a los ojos pues estaban
ocupados conociendo a la nueva presa.
Sus hijos lo abrazaron con alegría y lo primero que le preguntaron fue:
...”¿dónde está la nutria, papá?...
Su esposa le palmeó la espalda y suspiró tranquila ...”volviste”... le
dijo, luego tomo la nutria por la cola, la carneó y la puso a cocinar en un horno
de barro que tenían al costado de la casa ...”el sabor no cambia, es igual a la
otra...” le comentó su mujer luego de saborear parte del muslo.
A la mañana siguiente, mientras preparaba el bote, el nutriero se sentó
por un momento a observar algo extraño: los boteros remando en dirección
norte y todos juntos.
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Uno de ellos le gritó ...”¡Ayer un loco nos dijo que se cazan nutrias
amarillas en el norte! ¿Por qué no venís?
Por un instante tuvo la rara impresión que la corriente del río había
cambiado de sentido; ahora corría de sur a norte.
Como todos los que abren caminos se sintió sólo, demasiado sólo.
Abordó su bote y lo apuntó al sur, le habían dicho que podía en-
contrar nutrias gigantes y... no dudó.
Gudiño Kramer
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TEMA 1
RECORRIENDO EL «DO»
RECO
PRA CTI
PRACTI CANDO EL «JU»
CTIC
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TEMA 1:
RECORRIENDO EL “DO”
PRACTICANDO EL “JU”
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sido ni nunca será capaz de explicarlo. Esa transferencia es posible sola-
mente cuando el Maestro está silencioso diciendo y los discípulos
están silenciosos escuchando. Está solamente la presencia de am-
bos, en un silencio que grita (Ki-Ai), porque donde dos silencios se
encuentran, experimentan el valor más alto, experimentan el amor, eso
es Comunión (Kata), eso es Judo.
La palabra es la astilla, la espina que irrita, la espuela que aguijo-
nea. Sacada la palabra, el silencio es el que sana, el que regenera, el
que hace renacer. Debemos practicar el silencio del JUDO cuando es-
tamos sin tener enfrente al Uké real, acompañados por el Uké inmaterial
que es nuestra soledad y la que nos transforma. Esa soledad es la que
nos hace sabios, no eruditos. En un momento de debilidad, porque apar-
te de “Dios”, también era un hombre, Jesús en la cruz, le dice a su
padre: “Elí, Elí, lamma sabacthani”; “Deus, Deus, ut quid dereliquiste me”;
“Dios mío”, Dios mío: ¿Por qué me has abandonado? ¿Por qué me has
dejado solo de ti?”. Vinimos solos al mundo y partimos solos de él; vivi-
mos nuestra propia vida solos, porque la vida es de cada uno, intransfe-
rible, y me la tengo que vivir yo solo en mi soledad.
Pero Jesús antes de morir reacciona, se empina, asume su so-
ledad tan sola y dice: “Que se haga tu voluntad y no la mía” y recién
entonces muere, queda en silencio para luego re-nacer y ser un grito
místico, un Ki-Ai mágico que estremece e invita a la vida nueva.
Con este nuevo libro, Hermanos de Camino, los he llamado men-
talmente, me han escuchado y han venido al Dojo mental para tratar de
superar la etapa vigorosa de los Kyus y de los Danes iniciales (1º, 2º y
3º), y comenzar la entrada al Dojo Espiritual, porque el Dojo real, el de
las prácticas cotidianas ya no es suficiente. Por eso los estoy llamando,
para un viaje diferente, el viaje interior, para llegar con pasión, con ener-
gía, con entusiasmo a los Danes Superiores, y por eso hablo del JUDO-
DO.
Lo más importante a recordar, es que el viaje interior requiere de
mucho valor, porque es una aventura hacia lo desconocido, y el JUDO,
es impredecible. Se necesita valor para arriesgarse, para seguir practi-
cando sin hablar. Pero, ¿En qué consiste este valor?
El valor del que hablo consiste en dejar el pasado y dar el gran
salto. Si no se tiene valor, cada uno seguirá con su pasado. Irá repitiendo
el pasado una y otra vez y terminará aburriéndose como está sucediendo
con aquellos que han terminado su vida competitiva (Shiai). Cada uno se
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mueve en una rueda, en un círculo y entonces, toda su vida se vuelve una
repetición porque no le enseñaron los principios subyacentes del JUDO.
El valor del que hablamos, consiste en salir de este círculo vicioso, de
romper la continuidad contra el pasado y empezar a ser un Hombre Nue-
vo; a re-nacer como hombre practicando JUDO-DO. Esta debe ser la
preeminencia, practicar el Camino del Do que atenúa el JU, pero no lo
abandona, no lo hace desaparecer, no lo cambia por otra cosa (Ju-Jitsu,
Aikido, Yoga, etc.), sino que atenúa el JU y comienza a recorrer una ex-
periencia de Meditación Activa y Pasiva (Judo + Zazen). Habrá mucho
dolor, mucho sufrimiento, porque no hay parto sin dolor. Pero si los Danes
Iniciales (1º, 2º y3º) están listos, ese dolor se convertirá en dicha. Cuan-
do la madrugada está en su momento más oscuro, cuando la noche se ha
hecho más oscura es porque se acerca el amanecer. Cuando su sufri-
miento llegue a un clímax, es cuando estará justo en el límite desde don-
de la dimensión de la dicha y la bienaventuranza comienza. Tendrá cada
uno, un porque para pasar por el sufrimiento. Así, tendrá que prepararse
para eso; ya que, a menos que pase por eso, nunca llegará más allá. No
deberá reprimir el sufrimiento, al contrario, deberá entrar y pasar a través
de él, deberá seguir transpirando, pero de otra manera.
Los experimentos de Meditación Activa (JUDO) y de Meditación
Pasiva (Zazen) que se practican en el Dojo, sacarán tu sufrimiento a la
superficie, desde el subconsciente hasta el consciente; y cuando el sufri-
miento se vuelve consciente se evapora, desaparece. Desde el subcons-
ciente nada se evapora sino que se acumula empujando, reprimiendo el
dolor, la cólera, la angustia, la violencia, la depresión, la intolerancia, el
estrés. Cada uno va forzando todo lo que está dentro de él en el subcons-
ciente. Éste se ha convertido en la costra de una llaga. Se ha vuelto un
infierno y este infierno tiene que ser sacado hasta afuera. Si realmente se
quiere entrar en una dimensión celestial, tendrá que pasar a través del
infierno. El valor será necesario: valor para combatir en el Shiai de la
vida; valor para pasar a través del infierno del dormido; valor para re-
nacer; valor para iluminarse. Cuando digo un re-nacimiento, en verdad
quiero decir eso, deberá cada uno pasar a través de una muerte para
luego re-nacer. La meditación activa y pasiva es una muerte: una muerte
completa del ego. ¿Qué hacer entonces? ¿Cómo morir para que puedas
re-sucitar? ¿Cómo podrás hacer para ser un Lázaro que acepta lo que le
dice Jesús: “Levántate y anda”? ¿Cómo podrás hacer para re-nacer
como niño-sabio, como hombre-nuevo? Porque Jesús no le dijo sim-
plemente “Levántate”. Le dijo “Levántate y anda”, sigue recorriendo el
Camino (Do) que te falta, no te quedes parado: vive y anda”.
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Jesús, también dice que a menos que una semilla muera, no podrá
convertirse en árbol, no podrá crecer. Ustedes, Hermanos míos de JUDO,
Kyus y Danes iniciales (1º, 2º y 3º), son como semillas, semillas de una
flor divina, y a menos que mueran como semillas, el florecimiento nunca
ocurrirá. Este es el momento preciso si se está preparado, no otro. La
semilla del ego, de la vanidad, de la avaricia, del deseo, de la ambi-
ción de poder, únicamente puede morir si se está preparado. Soy un
convencido de que los Danes Superiores están más que preparados y
listos, solamente falta la toma de conciencia y la brújula que indique El
Camino (Do) aparecerá para que muera la semilla y una nueva vida
emergerá a la superficie porque está escondida; una nueva vida puede
surgir de esa necesidad interior. Si ustedes han venido mentalmente, si
han escuchado el llamado del Maestro Jigoro Kano (Shihan) ya tienen
el valor necesario acumulado. ¡No se frenen a sí mismos! No importa
cualquier cosa que se diga, decídanse y entren en el verdadero JUDO,
tan totalmente como les sea posible. No desperdicien la oportunidad, la
ocasión. Mucho es lo que cada uno puede hacer si coopera con Kano
Shihan. Despertando, no les digo que van a cambiar el mundo, lo que les
digo es que el mundo no los va a cambiar a ustedes. Entren en el JUDO
Místico, que es el verdadero, y entren tan totalmente como les sea
posible. Si están listos para tener valor, podremos hacer mucho jun-
tos. Mucho es posible si se ejercitan los principios de Kano (Shihan). Si
simplemente cooperan y se abren, podrá el JUDO VERDADERO entrar
en ustedes, podrán cambiar, podrán hacer nuevos ajustes, un afinamien-
to, una entonación (Seiryoku Zen’Yo).
Y una vez entonados, toda la existencia se vuelve diferente; por-
que entonces, podrán escuchar la armonía cósmica, “la música de las
esferas” como decía Pitágoras. Una vez entonados con lo infinito, nun-
ca volverán a ser los mismos.
Pero para eso, la cooperación de todos los Judokas será nece-
saria (Jita Kyoei). Algunos podrán crear barreras, podrán crear impedi-
mentos, podrán resistirse. Si se resisten no sucederá nada; todo seguirá
igual, pero será su responsabilidad. Si no sucede nada, cada uno será
responsable porque no se entregó. La entrega, es algo que los practican-
tes deberán recordarla durante todo el recorrido del Camino (Do). Pero,
no deberán solamente recordar la palabra, deberán sentir esa sensación.
El que busca la luz, deberá estar permanentemente en una actitud de
entrega, listo para cualquier cosa que suceda, en un permanente Randori,
confiando en su Maestro. Si pueden confiar en su Maestro, sólo enton-
ces será posible la transformación.
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A través de la experiencia en el DOJO, sentirán una profunda en-
trega. La primera palabra a recordar es entregarse, pero con dignidad
(KOKORO-E), rendirse a lo que es, con dignidad. La segunda palabra
a ser recordada continuamente es “Ya”, “Ahora”, y para eso, no deberán
entrar en el pasado ni ir hacia el futuro. Permanezcan en el “YA”, en el
“Ahora”. Cada vez que sientan que su mente retorna al pasado, viviendo
en la acumulación de memoria, llévenla urgente al “YA”. O si sienten que
su mente se está proyectando hacia el futuro tráiganla al “AHORA” de
instante en instante. Dicen que un alumno le pregunta a su Maestro Zen:
“¿Maestro, cuál es el secreto para vivir bien? Y el Maestro le contesta:
“Cuando tengo hambre, como; cuando tengo sed, bebo; cuando tengo
sueño duermo”. Ese es el significado del “YA” es estar donde se está, de
instante en instante y eso elimina la fragmentación y el deseo. Hay que
permanecer en el momento, aquí y ahora como en cada uno de los Agen-
tes del Judo (Randori, Kata, Shiai, Goshín Jutsu); no se puede practicar-
los sin estar atentos mentalmente. Estar realmente despierto, este será
su esfuerzo constante. Al principio, lo sentirán como una tensión, debido
a sus antiguos hábitos, pero a medida que profundicen en eso, la tensión
desaparecerá. Por primera vez se sentirán no-tensos; porque estando en
el “YA” no hay tensión posible. Es difícil como el UCHI-MATA, pero una
vez que se tenga esa sensación, querrán repetirla porque es muy
gratificante, es como el UCHI-KOMI, fatigante al principio pero muy
gratificante al final, porque se vuelve muy fácil, muy simple, muy armonio-
so, muy natural.
Y la tercera palabra es: “UNIDAD”. Unificar la energía física, men-
tal y espiritual (KI) para conseguir la máxima eficiencia (Seiryoku Zen’Yo)
en las técnicas de meditación activa (JUDO) y pasiva (Zazen) para
trasladarla luego a la sociedad, a la convivencia, para que todos seamos
UNO con Dios y con el Universo (Juan c. 17 v. 21).
Un esfuerzo a medias sólo será una pérdida de energía. Gran pa-
sión (Energía y Entusiasmo) será necesaria, gran transpiración y
muchísima meditación. Solo entonces se podrá alcanzar la luz, y enton-
ces ustedes, ya no serán más los antiguos Kyus y Danes iniciales que
eran. Habrán desaparecido, se habrán evaporado y un nuevo fenómeno
se habrá producido, se habrán transformados en el Hombre Nuevo. Así
que, no se refrenen en ese Shiai Mental, no se fragmenten sin coheren-
cia, no se quejen, no sufran por el querer poseer (riquezas, poder, cargos,
grados), en definitiva: “plumaje”. En cada acción, en cada técnica, no
amaguen, entren completamente dispuestos a ganar o a morir, usando
toda su mente, todo su cuerpo y toda su alma obedeciendo al Guerrero
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Interno (Samurai). Y entonces, les prometo, que sucederá el gran cam-
bio, encontrarán el silencio que sigue a la tormenta y podrán penetrar en
el corazón de los hombres, ya no serán Sensei, serán Shihan. No sal-
drán del DOJO REAL o del DOJO MENTAL tal como vinieron, porque
habrán entrado en lo inexplicable. Serán nuevos, habrán re-sucitado. Lo
desconocido les será revelado porque habrán entrado en la luz de lo
incognoscible, habrán cosechado, y cantarán el canto de la vida; será la
elección de la armonía cósmica. Esto que digo es cierto, es científico,
pero tienen que satisfacer las condiciones mínimas: amarse, no quejar-
se; no hacer daño a nada ni a nadie; y matar la ambición. Este es el
poder que te hará nada para que puedas serlo todo.
Un abrazo fraterno del que vive haciendo Camino (Do) al andar.
Ojalá Dios decida que en alguna estación, nos encontremos para poder
viajar juntos hasta el final del Recorrido.
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TEMA 2
JUDO
¿EDUC
¿EDUCAACIÓN O DEPORTE?
DEPOR
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Judo activo
Judo pasivo
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TEMA: 2
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la mente (las envidias, las ambiciones, las pasiones, los temores, los logros
y las ansiedades). Todo esto y mucho más es la vida. Pero nosotros, gene-
ralmente, nos preparamos para entender un pequeño rincón de ella. Aproba-
mos algunos exámenes, encontramos un empleo, nos casamos, tenemos
hijos, y después nos volvemos más y más como máquinas. Seguimos teme-
rosos, ansiosos, asustados de la vida. ¿Es entonces, propósito de la educa-
ción ayudarnos a comprender el proceso total de la vida, o sólo consiste en
prepararnos para una vocación, para el mejor empleo que podamos obte-
ner?
¿Qué va a ocurrir con todos nosotros cuando crezcamos para ser hom-
bres y mujeres? ¿Alguna vez se han preguntado qué van a hacer cuando
crezcan? Con toda probabilidad se casarán y, antes de que sepan dónde se
encuentran, serán madres y padres; y después estarán amarrados a un
empleo, o a la cocina, y allí se irán marchitando gradualmente. ¿Es esto
todo lo que va a ser la vida de ustedes? ¿Se han formulado alguna vez
esta pregunta? ¿No deberían formulársela? Si pertenecen a una familia rica,
puede que ya tengan asegurada una posición muy buena, que el padre de
ustedes les proporcione un empleo confortable, o que tengan un casamiento
adinerado; pero con el tiempo, van a declinar, a deteriorarse.
Ciertamente, la educación no tiene sentido a menos que les ayude
a comprender la vasta extensión de la vida con todas sus sutilezas, con
sus dolores y sus alegrías, con su extraordinaria belleza. Podrán lograr
títulos académicos, podrán tener una serie de siglas antes del apellido
(Dr., Ing., Lic., etc.) y obtener un puesto muy bueno, pero ¿después
qué? ¿Cuál es el sentido de todo esto si en el proceso, la mente se embota,
se fatiga, se vuelve dormida? Por lo tanto, mientras son jóvenes, ¿no ten-
drían que aspirar a descubrir qué es la vida en su totalidad? ¿Y acaso,
no es el verdadero propósito de la educación, cultivar en ustedes la inte-
ligencia que tratará de hallar la respuesta a todos estos problemas?
¿Saben qué es la inteligencia? Es, sin duda, la capacidad de pensar
libremente, sin miedo, sin fórmula alguna, de modo que puedan comen-
zar a descubrir por sí mismos aquello que es real, verdadero; pero si
están atemorizados jamás serán inteligentes. Cualquier forma de ambi-
ción, espiritual o mundana, engendra ansiedad, temor; por lo tanto, la
ambición no ayuda a producir una mente clara, sencilla, directa y, en conse-
cuencia, inteligente.
Hay que saber que, es realmente muy importante que descubran, mien-
tras son jóvenes, que van a vivir en un ambiente donde reina el temor. Se
tiene miedo a no conseguir lo que se desea y miedo a perder lo conse-
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guido. Casi todos nosotros, a medida que envejecemos, nos volvemos te-
merosos de vivir, de perder un empleo; temerosos de la tradición, de lo que
pueda decir de nosotros el vecino, o nuestra esposa o marido (el qué dirán),
temerosos de la muerte. La mayoría de nosotros tiene miedo, en una for-
ma u otra, y dónde hay miedo no hay inteligencia. Y, ¿no es posible para
todos nosotros, mientras somos jóvenes, estar en un ambiente donde no
haya temor sino más bien una atmósfera de libertad; libertad no sólo para
hacer lo que nos plazca, sino para comprender todo el proceso del vivir?
La vida es realmente muy hermosa, no es la cosa fea en que la hemos
convertido; y sólo podremos apreciar su riqueza, su profundidad, su
extraordinaria belleza, cuando nos rebelemos contra todo (contra la re-
ligión organizada, contra la tradición, contra la presente sociedad
corrupta, etc.) de modo que, como seres humanos, podamos descubrir
por nosotros mismos, lo que es verdadero. No imitar, sino descubrir,
eso es la educación. Es muy fácil ajustarse a lo que les dicen sus padres,
sus maestros o la sociedad (el “Tú debes”). Es una manera segura y cómo-
da de vivir; pero eso no es vivir porque en eso hay temor, deterioro, muer-
te. Vivir es descubrir por uno mismo aquello que es verdadero, y uno
puede hacer eso, únicamente cuando hay libertad, cuando existe una
constante revolución interna. Producida por la observación, de instante
en instante.
Pero a ustedes no se les alienta para que hagan esto; nadie les dice
que cuestionen, que descubran por sí mismos, por ejemplo, ¿qué es
Dios?. Les dicen que deben creer en Dios y entonces hablan de Dios. Pero
no les dicen que no se debe hablar de Dios; de Dios no se habla. Ustedes
debieran aprender a hablar con Dios. Pero, si se rebelaran, se volverían un
peligro para todo lo que es falso. Sus padres y la sociedad desean que
vivan seguros, y también ustedes desean vivir sin riesgo alguno. Vivir
así, significa generalmente vivir en la imitación y, por lo tanto, en el
temor; mientras que el sentido de la educación debiera ser, ciertamente,
el de ayudarnos a cada uno de nosotros a que vivamos libremente y sin
temor. Y para crear una atmósfera en la que no exista el temor, se re-
quiere de muchísima reflexión, tanto de parte de ustedes como del maes-
tro, del educador.
¿Saben lo que esto significa, lo extraordinario que sería crear una
atmósfera carente de temor? Y tenemos que crearla, porque vemos que el
mundo esta atrapado en guerras interminables; lo conducen los políticos,
que siempre están en la búsqueda del poder; es un mundo de abogados,
policías y soldados, un mundo de personas ambiciosas, hombres y mujeres,
todas anhelando posición y luchando unas contra otras para conseguirla.
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Después están los que se titulan santos, los guías religiosos con sus
seguidores; también ellos desean poder, posición, prestigio, aquí o en la
próxima vida. Y, en nuestra actividad Judo, tenemos también aquellos “Pro-
fesores” que se hacen llamar Sensei, y exigen que les tengan “Respeto”
cuando el respeto no se exige, se gana. Para ser “Docente”, lo primero que
hay que ser es “Decente”. Es un mundo insensato, completamente confun-
dido, donde el comunista lucha contra el capitalista, el socialista resiste a
ambos, y cada cual está en contra de alguien, luchando para llegar a un sitio
seguro, a una posición de poder o de bienestar material. El mundo está
desgarrado por creencias en conflicto, por diferencias de clase o de casta,
por nacionalidades separativas, por todas las formas de estupidez y cruel-
dad; y éste es el mundo en que se los educa para que encajen justo en él. Se
los estimula para que encajen en la estructura de esta sociedad desastrosa;
sus padres desean que hagan eso, y también ustedes desean encajar en esa
estructura.
Ahora bien, el propósito de la educación, ¿es ayudarles meramente a
que se ajusten al patrón de este corrupto orden social, o su función es la de
darles libertad; completa libertad para creer y crear una sociedad dife-
rente, un Mundo Nuevo con Hombres Nuevos? Necesitamos tener esta
libertad, no en el futuro sino ahora, o de lo contrario podemos ser todos
destruidos. Tenemos que crear inmediatamente una atmósfera de libertad,
para que puedan ustedes vivir y descubrir por sí mismos, aquello que es
verdadero, para que lleguen a ser inteligentes y tengan la capacidad de en-
frentarse al mundo y comprenderlo, no simplemente ajustarse a él; para que
en lo interno, en lo psicológico, en lo profundo, se encuentren en constante
estado de rebelión; porque son sólo los que se rebelan constantemente, los
que descubren lo verdadero, no el hombre que se amolda, que sigue alguna
tradición. Sólo cuando uno está constantemente inquiriendo, observando,
aprendiendo, encuentra a Dios, la verdad o el amor y ustedes no pueden
preguntar, observar, aprender, no pueden estar profundamente alertas si tie-
nen miedo. No hay duda entonces, de que el propósito de la educación es el
de erradicar, tanto interna como externamente, este miedo que destruye el
pensamiento humano, la relación humana y el amor. El propósito es crear
un hombre sano, fuerte y útil; física, mental y espiritualmente, que cambie la
situación actual y pueda tener la seguridad de poder responder con certeza
de “Qué” y “Cuánto” es capaz.
Ahora se podrá preguntar: ¿Si todos los individuos se rebelaran, no
caería el mundo en el caos? Y respondemos ¿Pero es que la sociedad actual
se encuentra en un orden tan perfecto, que el caos sobrevendría si todos se
rebelarán contra ella? ¿No hay caos ahora? ¿Acaso todo lo que está suce-
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diendo es bello, incorrupto? ¿Estamos todos viviendo plenamente, en la feli-
cidad, en la abundancia? ¿Está bien distribuida la riqueza? ¿No hay ham-
bre? ¿No hay desnutrición? ¿No está el hombre en lucha contra el hombre?
¿No hay ambición y competencia despiadada? Por lo tanto, el mundo está
ya en caos, eso es lo primero que hay que entender. No demos por sen-
tado que ésta es una sociedad ordenada, no debe uno hipnotizarse a sí mis-
mo con las palabras. Ya sea aquí, en Europa, en América o en Rusia, el
mundo está en un proceso de deterioro. Y las fuerzas de este deterioro (eco-
nómicas, políticas, religiosas, etc.) son inmensamente más fuertes que las
bien intencionadas. Si vemos el deterioro nos encontramos ante un reto;
el reto consiste en encontrar un modo de resolver este problema tan urgen-
te. Por eso es tan importante cómo vamos a responder al reto; si res-
pondemos como hindúes o budistas o cristianos; capitalistas o comu-
nistas, entonces nuestra respuesta será muy limitada, o sea, que no es
respuesta en absoluto. Uno puede responder plenamente sólo si no tiene
miedo, si es un ser humano total que está tratando de resolver este proble-
ma; y no puede resolverlo a menos que uno mismo se rebele contra toda la
cosa, contra el instinto adquisitivo en que se basa esta sociedad. Cuan-
do uno mismo no es ambicioso ni codicioso, ni se aferra a la propia seguridad
(tener), sólo entonces puede responder al reto y crear un mundo nuevo.
El rebelarse, el aprender, el amar no son tres procesos separados,
al contrario, se trata de un proceso unitario.
Esta afirmación se basa en la experiencia personal no en la teoría,
ya que ésta es meramente verbal, intelectual y, por lo tanto, carece de
validez. Un hombre que no tiene miedo, que en verdad se rebela, que se
empeña en descubrir qué significa aprender, amar, un hombre así, no
pregunta si éste es un solo proceso o si son tres. Somos muy ingeniosos
con las palabras, y creemos que, al ofrecer explicaciones, hemos resuelto el
problema.
Por eso, es necesario descubrir lo que significa aprender. Cuando uno
está realmente aprendiendo, aprende a lo largo de toda la vida, y no hay un
maestro especial del cual aprender. Entonces, todo es enseñanza para uno –
una hoja muerta, un pájaro en vuelo, un perfume, una lágrima, el rico y el
pobre, la sonrisa de una mujer, la arrogancia o la modestia de un hombre.
Uno aprende de todas las cosas; por lo tanto, no hay guía alguno, ni filósofo,
ni gurú. La vida misma es nuestro Maestro, y nos hallamos en un estado de
constante aprender. Le pregunté una vez al Mtro. Hitoshi Nishizaka, obser-
vando algunas actitudes de ciertos Danes “superiores” que creían que sa-
bían todo: “¿Maestro, no hay maestro o no hay alumno?”. “Uno es alumno
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hasta que muere” me respondió. Pero, debemos admitir, que vivimos en
una sociedad que se basa en la codicia y en la ambición. Por lo tanto, el que
se ha formado bajo el lema del “Tanto tienes, tanto vales”, se preguntará:
¿Se podrá vivir sin codicia y sin ambición? ¿No decaerá en hombre ambicio-
so? Y entonces respondemos: el hombre ambicioso, ¿no se está destru-
yendo a sí mismo? Eso es lo primero que tenemos que descubrir, no pre-
guntar si la ambición es buena o mala. Miremos alrededor nuestro, obser-
vemos a todas las personas que son ambiciosas. ¿Qué ocurre cuando
uno es ambicioso? Está siempre pensando en sí mismo, ¿no es cierto? Es
cruel, hace a un lado a otra gente, porque esta tratando de realizar su ambi-
ción, está tratando de convertirse en un gran hombre, y así crea en la socie-
dad el conflicto entre los que tienen éxito y los que quedan rezagados. Existe
una batalla constante entre uno mismo y los otros que también van detrás de
lo que uno desea. Y, ¿produce este conflicto un vivir creativo?
Pero, el hombre no es ambicioso cuando quiere algo por el propio
gusto de hacerlo. Cuando uno hace algo con todo su ser, no porque
quiera llegar a alguna parte, u obtener más provecho o mayores resulta-
dos, sino simplemente porque ama lo que hace, en eso no hay ambi-
ción. Hay ocio, hay Re-creación. En eso no hay competencia; uno no
está luchando con nadie por el primer lugar. ¿Y a esas personas la edu-
cación no debería ayudarles a descubrir lo que realmente aman y quieren
hacer, de modo que desde el principio y hasta el final de sus vidas estén
trabajando en algo que sienten que vale la pena y que para ellas tiene una
profunda significación? De lo contrario, serán desdichadas por el resto de
sus días. Al no saber lo que realmente queremos hacer, nuestra mente cae
en una rutina en la que sólo hay aburrimiento, deterioro y muerte. Por
eso es muy importante descubrir, mientras somos jóvenes, lo que ver-
daderamente amamos, y éste es el único modo de crear una nueva so-
ciedad. Con una Nueva Educación.
En la Argentina, como en la mayoría de los otros países, la educación
es controlada por el gobierno. Bajo tales circunstancias ¿es posible empren-
der un experimento educativo que sea realmente libre?
Vemos que todo el mundo está cayendo más y más, bajo el control de
los gobiernos, de los políticos, de las personas que tienen autoridad y de-
sean moldear nuestras mentes y nuestros corazones para que pensemos de
un modo determinado.
Con una Nueva Educación, el Hombre, podrá descubrir si hay algo
que él considera importante, que hay algo que realmente vale la pena, y
entregará a ello su corazón sin tener en cuenta a los gobiernos, ni a los
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edictos de la sociedad, y entonces tendrá éxito. Pero casi ninguno de noso-
tros entrega su corazón a nada. En cambio, si sentimos vitalmente que pode-
mos dar origen a un mundo nuevo, si cada uno de nosotros está en com-
pleta rebelión interna, psicológica, espiritual, entonces entregaremos nues-
tros corazones, nuestras mentes, nuestros cuerpos, para crear una escuela
(Dojo), donde no exista una cosa como el temor con todas sus implicaciones.
Cualquier cosa verdaderamente revolucionaria es creada por unos
pocos que ven lo que es verdadero y están dispuestos a vivir de acuerdo con
esa verdad (Buda, Cristo, Lao Tse, Confucio, Sócrates, Kano, etc.); pero a fin
de descubrir lo verdadero, tenemos que estar libres de la tradición, estar
libres de todos los temores. Para eso, hay que discutir el tema de la libertad.
Este es un problema muy complejo, y requiere profundo estudio y com-
prensión. Nosotros oímos hablar mucho de libertad, de libertad religiosa,
de libertad para hacer lo que a uno le plazca. Hay eruditos que han escrito
volúmenes acerca de todo esto. Pero yo creo que podemos abordar el pro-
blema de manera muy sencilla y directa, y tal vez eso, nos traerá la verdade-
ra solución.
Para observar algo bello, para prestarle toda nuestra atención, la men-
te tiene que estar libre de preocupaciones. No debe estar ocupada con pro-
blemas, con ansiedad con especulaciones. Es sólo cuando la mente está
muy quieta cuando uno puede realmente observar, porque entonces, la mente
es sensible a lo extraordinario de la belleza; y tal vez aquí, esté la pista para
nuestro problema de la libertad. Cuando la mente está atenta observando
(en Kata, en Randori, en Shiai o en Goshín Jutsu), no puede comparar, por-
que si lo hace, pierde el momento justo para el ataque o la defensa. Esta
mente, debe estar libre de distracciones.
Ahora bien, ¿qué significa ser libre? ¿Es la libertad una cuestión de
hacer lo que nos convenga, de ir adonde nos guste, de pensar lo que quere-
mos? ¿Significa ser libre el tener simplemente independencia? Muchas
personas en el mundo son independientes, pero muy pocas son libres.
La libertad implica una gran inteligencia. Ser libre, es ser inteligente,
pero la inteligencia no llega simplemente porque uno desee ser libre; la
inteligencia surge sólo cuando comenzamos a comprender todo el am-
biente que nos rodea, las influencias sociales, religiosas, tradicionales,
familiares que están cercándonos continuamente. Pero comprender las
múltiples influencias, la influencia de nuestros padres, la de nuestros
maestros porque seguimos copiando técnicas, la de nuestro gobierno,
la de la sociedad, la influencia de la cultura a que pertenecemos, la de
nuestras creencias, nuestros dioses y supersticiones, la influencia de
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la tradición a la que nos amoldamos irreflexivamente, comprender todo
esto y librarse de ello requiere profundo discernimiento; pero, por lo gene-
ral, nos rendimos a estas influencias porque internamente estamos atemo-
rizados. Nos atemoriza no tener una buena posición en la vida; nos atemo-
riza lo que dirá nuestro maestro; tenemos miedo de no estar siguiendo la
tradición, de no hacer lo correcto. Pero, la libertad, es realmente un
estado mental en el que no existen el miedo, ni la compulsión, ni el
apremio de la seguridad.
Casi todos queremos sentirnos seguros, ¿Acaso no deseamos que se
nos diga qué personas tan maravillosas somos, que hermosos nos vemos, o
que inteligencia extraordinaria tenemos? Todo ese tipo de cosas que nos
brinda confianza en nosotros, en nosotros mismos, nos da una sensación de
ser importantes. Todos deseamos ser personas famosas y en el momento
en que deseamos ser algo, ya no somos libres, porque el deseo esclavi-
za.
Esta es la verdadera pista hacia la comprensión del problema de la
libertad. Tanto en este mundo de los políticos, el mundo del poder, de la
posición y la autoridad, como en el así llamado mundo espiritual donde uno
aspira a ser virtuoso, noble, santo, en el momento en que deseamos ser
“alguien”, ya no somos libres. No somos nosotros, vivimos en la fantasía
del deseo, lo que nos gustaría llegar a ser. Pero el hombre (o la mujer) que ve
el absurdo de estas cosas y cuyo corazón es por ello inocente y, en conse-
cuencia, no está movido por el deseo de ser “alguien”, ese hombre es
libre. Si se comprende la sencillez de esto, también se verá su extraordinaria
belleza y profundidad. La aceptación de lo que es, para poder cambiarlo.
Después de todo, los exámenes tienen ese propósito: darnos una posi-
ción, hacer que uno sea “alguien”. Los títulos, la posición y el conocimiento
nos estimulan para que seamos alguna cosa especial. ¿No han advertido
cómo sus padres y maestros les dicen que uno tiene que “llegar a algo”
en la vida, que debe tener éxito, como lo tuvo el tío de uno o el abuelo?
O que uno debe tratar de imitar el ejemplo de algún héroe, de ser como los
maestros, los santos; y así, jamás podremos ser libres. Ya sea que sigan el
ejemplo de un gurú, de un santo, de un maestro o de un pariente, o se adhie-
ran a una tradición en particular, todo eso implica de parte de ustedes, una
exigencia de ser algo o alguien; y es solamente cuando comprenden este
hecho, que hay libertad.
La verdadera educación debe tener, pues, la función de ayudar al
hombre desde la infancia a no imitar a nadie, sino a ser él mismo todo el
tiempo. A no simular y a no disimular. Y ésta es una de las cosas más
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difíciles de realizar; ya sean ustedes feos o hermosos, ya sientan envidia o
celos, que sean siempre “lo que son”, de qué y cuanto son capaces, pero
comprendiéndolo. Ser nosotros mismos es muy difícil. Si miramos lo que
realmente somos y lo comprendemos, entonces, en esa comprensión
misma hay una transformación. De modo que la libertad radica, no en
tratar de convertirse en algo diferente, ni en hacer lo que se nos ocurra
que tenemos ganas de hacer, ni en seguir la autoridad de la tradición, ni
la de nuestros padres, o la de nuestro maestro, sino en comprender lo
que somos de instante en instante.
Al Hombre actual no se lo educa para ser libre; la educación que
recibe lo incita a convertirse en una cosa u otra, pero esa no es la com-
prensión de uno mismo. El “uno mismo”, el “yo”, es algo muy comple-
jo; no es meramente la entidad que va a la escuela, que discute, que
juega, que teme, sino que es también algo oculto, no evidente. Ese “yo”,
está compuesto no sólo de todos los pensamientos que pensamos, sino tam-
bién de todas las cosas que han introducido en nuestra mente otras perso-
nas, de los libros, los periódicos, nuestros líderes. Y sólo es posible com-
prender todo eso, cuando no deseamos ser “alguien”, cuando no imi-
tamos, cuando no somos seguidores; o sea, cuando nos rebelamos real-
mente contra toda la tradición de llegar a ser esto o lo otro. Esa es la
única revolución verdadera que conduce a una extraordinaria libertad.
Cultivar esta libertad es el verdadero sentido de la educación.
Sus padres, sus maestros, y los propios deseos de ustedes quieren
que se identifiquen con una cosa u otra a fin de que sean felices, de que
estén seguros. Pero para ser inteligentes ¿no deben acaso desembarazarse
de todas las influencias que pesan sobre ustedes y los esclavizan? Los usos
– costumbres, el respeto obligado, la dependencia caprichosa, todo eso es-
claviza.
La esperanza de un mundo nuevo, con hombres nuevos, descan-
sa en aquellos hombres que comiencen a ver lo que es falso y se rebe-
len contra ello, no sólo verbalmente sino en los hechos. Y es por eso, que
deben buscar la clase correcta de educación; porque sólo cuando se desa-
rrollen en libertad podrán crear un mundo nuevo, un mundo no basado en
la tradición ni moldeado según la idiosincrasia de algún idealista o filó-
sofo. Pero no podrá haber libertad mientras uno esté tratando meramente
de llegar a ser “alguien” o de imitar algún ejemplo noble. Y para eso hay
que ser inteligente (Intus Légere), pero, ¿Qué es la inteligencia? La mayo-
ría se satisface con una definición de lo que es la inteligencia. O bien dicen:
“Esa es una buena explicación”, o prefieren la propia explicación; y una men-
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te que se satisface con una explicación, es muy superficial y, por tanto, no es
inteligente.
Una mente inteligente es la que no se contenta con explicaciones,
con conclusiones; ni es una mente que cree, porque la creencia es tam-
bién una forma de conclusión. Una mente inteligente es una mente
inquisitiva que está siempre observando, aprendiendo, estudiando. ¿Qué
significa eso? Que hay inteligencia sólo cuando no hay temor, cuando
uno está dispuesto a rebelarse, a ir contra toda la estructura social a fin
de descubrir qué es Dios, o descubrir la verdad acerca de cualquier
cosa.
La inteligencia no es conocimiento. Si ustedes pudieran leer todos
los libros que hay en el mundo, eso no les daría inteligencia. La inteligen-
cia es algo muy sutil y no se halla anclada en cosa alguna. Llega sólo cuan-
do uno comprende el proceso total de la mente; no la mente según algún
filósofo o maestro, sino la propia mente. La mente de cada uno de nosotros,
es el resultado de toda la humanidad, y cuando uno comprende eso, no tiene
que estudiar ni un solo libro, porque la mente contiene todo el conocimiento
del pasado. De modo que la inteligencia llega con la comprensión de uno
mismo; y uno puede comprenderse a sí mismo sólo en relación con el
mundo de las personas, de las cosas y de las ideas. La inteligencia no
es algo que pueda adquirirse, como el aprendizaje; aparece acompañada de
una gran rebelión, vale decir, cuando no hay miedo; lo cual quiere decir,
realmente, que aparece cuando existe un sentido de amor. Porque cuando
no hay miedo, hay amor.
El niño descubrirá cosas acerca de sí mismo, si el ambiente en que
vive, le ayuda a hacerlo. Si los padres y los maestros se interesan realmente
en que el niño (esa joven persona), pueda descubrir lo que es él, no lo forza-
rán a ello; crearán un medio en el cual podrá llegar a conocerse a sí mismo.
Si los adultos sintieran profundamente que para el niño es importante
descubrir acerca de sí mismo, y que él no puede hacerlo si está dominado
por la autoridad, ¿no ayudarían a crear el ambiente apropiado? Es otra vez
la misma vieja actitud: díganme lo que debo hacer y lo haré. No deci-
mos: “resolvámoslo juntos”. Este problema de cómo crear un ambiente,
en el cual el niño pueda conocerse a sí mismo, es un problema que nos
concierne a todos, a los padres, a los maestros y a los propios niños. Pero el
conocimiento propio no puede ser impuesto, la comprensión no puede for-
zarse; y si éste es un problema vital para usted y para mí, para el padre y el
maestro, entonces juntos crearemos la apropiada clase de escuela. Esa es-
cuela muy bien puede ser el Dojo de Ju-Do porque en él, el niño Judoka
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aprende constantemente a medirse con él y con los otros no para ser cam-
peón, sino para aceptar de qué y cuánto (Educación) es capaz y a partir de
allí, disponerse a mejorar.
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La educación debería prepararlo para ser él mismo. En este mo-
mento lo está preparando para ser un imitador; le enseña cómo ser como los
demás y a vivir como los demás. Eso, es maleducar.
La supuesta educación hace copias exactas; destruye el rostro
original del niño. La palabra educación tiene dos significados y ambos son
hermosos. Un significado es muy conocido, aunque no se practica en abso-
luto. Es sacar algo que está en su interior, actualizar su potencial, como
cuando sacas agua de un pozo.
Pero esto, no se usa. Al contrario, se vuelcan cosas en el niño, no se
sacan cosas de él. Se sigue depositando la geografía, la historia, las ciencias
y las matemáticas como si fuera un recipiente que acumula conocimientos.
Lo convierten en loro. Lo han tratado como un ordenador; del mismo modo
que introducen información en los ordenadores, se la introducen al niño. Una
educación real extraerá lo que está oculto en el niño –lo que la existencia ha
colocado en él como un tesoro- para descubrirlo, para revelarlo, para hacerlo
luminoso.
El hombre nace como una oportunidad, como una ocasión, como un
futuro proceso, y muy poca gente lo logra: un Jesús, un Buda, un Mahoma,
un Lao Tse, un Confucio un Sócrates. Muy poca gente, pocos y alejados
en el tiempo, se convierten realmente en hombres, cuando se llenan de
luz y no queda nada de oscuridad, cuando no queda ningún incons-
ciente rezagado en algún lugar de su alma, cuando es sólo conciencia.
Entonces la vida es una bendición.
Y por culpa de la mala educación, la evolución del hombre ha sido muy
azarosa, zigzagueante. Pero hasta ahora, no ha habido otra manera, por-
que en el pasado sucedía otra cosa: el conocimiento crecía tan despacio
que era casi el mismo durante siglos. Por eso el profesor era muy eficiente
haciendo su trabajo. Todo el conocimiento era muy estático; no estaba
creciendo, se repetía de generación en generación.
Pero ahora hay una explosión de conocimiento. Las cosas están
cambiando tan rápido que todo el sistema de la educación ha caducado, ha
pasado de moda. Hay que abandonarlo para que nazca un sistema total-
mente nuevo. No se debe esperar más, ya que lo que no se aprende a
determinada edad, no se aprende nunca.
Ahora, el cambio es tan veloz que el Maestro ya no puede ser útil
con el antiguo modelo, que consistía en ayudar a la gente a memorizar, a
acumular conocimiento, no a educar la inteligencia. La pasada genera-
ción transfería todo su conocimiento a la nueva generación, y la nueva gene-
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ración tenía que recordarlo. Por eso se pensaba, que eran inteligentes las
personas que tenían buena memoria.
Eso no es necesariamente así. Ha habido genios cuyas memorias
eran casi nulas. Albert Einstein no tenía buena memoria. Ha habido gen-
te con memorias milagrosas, pero que no tenían ninguna inteligencia.
La memoria es algo mecánico en tu mente, que simplemente acumula,
deposita para cuando haya necesidad. La inteligencia en cambio, es la con-
ciencia. La inteligencia es parte del espíritu, la memoria es parte del cerebro.
La memoria le pertenece al cuerpo, la inteligencia le pertenece al hombre
todo.
Ahora es el momento de enseñar inteligencia, porque el cambio
es tan rápido que la memoria no bastará. Para cuando se ha memoriza-
do algo, ya está caduco. Y eso es lo que está sucediendo: la educación
está fallando, porque siguen insistiendo en el viejo modelo memorístico.
Tenemos que preparar al niño y al joven en la toma de conciencia, en la
meditación. Entonces la educación será una verdad. Entonces no estará
al servicio del pasado y de lo muerto; servirá al futuro. Servirá a los que
están vivos.
Esa es nuestra idea de la verdadera educación. Los niños deben ser
enseñados, disciplinados, alertados de modo que puedan detectar la
basura. Una persona realmente inteligente alerta, despierta es un de-
tector de basura. En el momento en que le dicen algo, inmediatamente
sabe si es importante o si es sólo algo desechable.
El Judo tiene todo lo necesario, y por eso, debe ocupar el lugar
que le corresponde en la educación del Hombre Nuevo.
El Judo ayudará al hombre a abandonar todas esas tonterías, sin
importar cuán antiguas, respetables y veneradas sean. Le enseñará lo
real. No le enseñará ninguna superstición, sino cómo vivir más feliz. Le en-
señará un sí a la vida. Le enseñará reverencia por la vida y ninguna otra
cosa. Le enseñará cómo estar profundamente enamorado de la existencia.
No será sólo de la mente, será también del corazón y de su centro vital
(Hara).
También lo ayudará a convertirse en no mente. Es ésa la dimensión
que falta en la educación actual. Esta enseña al hombre, a enredarse cada
vez más en los conceptos mentales, a que esté perdido en la mente. La
mente es buena, es útil, pero no es la totalidad del hombre. También está
el corazón, que de hecho es mucho más importante que la mente; porque la
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mente puede crear mejor tecnología, puede darle mejores máquinas, mejo-
res carreteras, mejores casas, pero no puede hacerlo una mejor persona.
No puede hacerlo más amoroso, más poético, más grácil. No le puede dar la
alegría de vivir, la celebración. No lo puede ayudar a ser el Hombre Nuevo.
La verdadera educación también debe enseñarle lo trascendental.
La mente es para la ciencia, el corazón para el arte, y lo espiritual para lo
trascendente. A menos que la educación sirva a todas estas cosas, no será
verdadera. Y ningún sistema educativo lo ha hecho todavía.
La nueva educación, la verdadera educación, no sólo tiene que
enseñar matemáticas, historia, geografía, ciencia; también tiene que
enseñar la moral real, la estética, la sensibilidad de sentir la belleza,
porque la divinidad viene en forma de belleza. Como en una rosa, en un
amanecer o en una puesta de sol, en las estrellas, los pájaros cantando
temprano por la mañana, las gotas de rocío o un pájaro en pleno vuelo... La
verdadera educación tiene que acercar más al hombre a la naturaleza, por-
que sólo acercándose cada vez más a la naturaleza, se irá acercando a lo
divino. No lo ayudará a tener más cosas, pero lo convertirá en un hombre
completo y feliz.
No sorprende, que mucha gente joven abandone los colegios, las
universidades, porque se dan cuenta, que todo está vacío de espiritua-
lidad, de sentimiento. Que toda la vida no es solamente ciencia o tecno-
logía. La gente quiere vivir la vida, pero la quiere vivir bien y nadie le
muestra el Camino (Do).
Y se preguntará el hombre, si se lo pregunta: ¿qué pasa conmigo, qué
pasa con mi vida fragmentada? ¿quién está viviendo mi vida por mi?.
Los Maestros de Judo tienen que aprenderlo, tienen que experimen-
tarlo, y de esa manera, contribuir a que nazca el Hombre Nuevo. Kano
(Shihan) lo dice, lo que pasa es que son muy pocos los que lo han leído. En
este sentido, todo el mundo está sin educar; incluso los que tienen títulos
importantes, están sin educar integralmente en las amplias áreas de la vida.
Por eso, es imposible encontrar un hombre educado, porque la educa-
ción como una totalidad no existe en ningún lugar. Muchos quieren po-
ner Judo en las escuelas y para ello argumentan la disciplina, la defensa
personal, la actividad física; pero ninguno lo presenta como la activi-
dad que completa la educación con el ensimismamiento, con la medita-
ción activa y pasiva, con el aprender a ponerse consigo mismo de acuer-
do para amarse y amar las cosas del mundo y a los otros. El Judo tiene
eso en su “Do” como sustento del “Ju”. Debe presentarse al Judo como
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el agente educativo que lleva al alumno a descubrir su “Ser”; que debe
y puede enseñar al hombre a re-ligarse, a volver al paraíso perdido
(Seiryoku Zen’Yo) y convivir sin guerras interiores ni exteriores (Jita
Kyoei). Es obligación de las autoridades del Judo, capacitar a los do-
centes para que sean antorchas que iluminen el Camino (Do) de los
hombres, para que retornen felizmente a Casa. Por eso, la educación no
debe estar en contra de la meditación. El individuo tiene que florecer;
ese es el significado original de la educación. Simplemente, deberá en-
trar en la energía de la vida (KI), que es la que le ha dado nacimiento, la que
formó sus cimientos, es su ser. Sabe que es un hijo de este Universo, y este
Universo, si le ha hecho nacer, también se ocupará de él. Cuando confía
en sí mismo también confía en el resto del Universo (Jita Kyoei). La
educación es confianza en uno mismo y en la existencia.
Es realmente un milagro, que a pesar de esta educación, de vez en
cuando florezca un Buda, un Cristo en el mundo. Es increíble que alguien
consiga escaparse: la actual es una metodología para matarte, está arregla-
do de esa manera. Y los niños pequeños, son atrapados en el mecanismo sin
saber adónde van, sin saber qué van a hacer con ellos. Cuando se dan cuen-
ta, ya están totalmente corrompidos, destrozados. Cuando pueden pensar
sobre qué van a hacer con su vida, ya son incapaces de ir en otra dirección.
De ahí la importancia del Judo en las escuelas. Con el Judo pueden
Encontrar y Recorrer eficazmente el Camino de la Vida.
En el Judo, debemos aprender a usar los aportes de la pedagogía,
de la didáctica y de las otras ciencias que, sumadas a la técnica pro-
piamente dicha (gestos y movimientos), puedan formar un individuo
sano, fuerte y útil, física, mental, espiritual y socialmente. Por eso, va-
mos a describir ahora qué es la pedagogía y qué es la didáctica; y luego
veremos la posibilidad que tienen el Judo y sus agentes para conseguir el
ansiado resultado: el Hombre Nuevo.
Dijimos que la Pedagogía es la ciencia o el arte de educar. Viene
de pedagogo y no debe ser confundida con el acto mismo de la educa-
ción que es la didáctica (Método).
En este sentido, la educación es más vieja que el hombre, ya que
también existe, en cierta forma, entre los animales superiores. Como
arte y ciencia de la educación, la pedagogía apareció cuando se intentó
dar normas sistemáticas a los educadores, padres o pedagogos. Son peda-
gógicos por lo tanto algunos textos de Jenofonte y el “De institutione
oratoris”, de Quintiliano. No obstante, el nombre actual de pedagogía, si
bien se lee en el siglo XIV, no entra en el lenguaje profesional hasta la apari-
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ción de Herbart. Este filósofo, al dar a luz su Pedagogía general (1806) , a
la vez que pone la palabra pedagogía en circulación, establece las bases
científicas de la nueva ciencia, en las ramas capitales definidas por el mismo
Herbart: la psicología y la ética.
Así, por una parte, se acentúan los métodos psicológicos de observa-
ción del niño iniciados por Rousseau y Pestalozzi, que dan origen a la
paidología o ciencia del niño; y por otra, la pedagogía se afirma como
una filosofía de la educación. El concepto de pedagogía como disciplina
que tiene por objeto la educación, continúa vigente. Clasificada dentro del
campo de las ciencias humanas, su estudio y tratamiento refleja la aproxima-
ción que viene realizándose entre las ciencias exactas y las ciencias huma-
nas. Más bien, puede decirse que hoy día, confluyen en ella, para con-
formar el acto educativo, todo el conjunto de las ciencias del comporta-
miento humano, como son la psicología, la sociología, la economía, la
antropología, etc. A principios de siglo XX, grandes psicólogos como Dewey,
Decroly y María Montessori realizaron una verdadera revolución en la pe-
dagogía. Es lo que se llamó la escuela activa, donde se modifican radi-
calmente la relación entre el maestro y el alumno: reconocen en el niño
una originalidad y necesidades propias, tienen en cuenta sus intereses, in-
sisten sobre la actividad creadora del niño, al que se le ofrece un material de
enseñanza, cada vez más atractivo. La elección de los programas de ense-
ñanza se basa en datos experimentales que determinan los conocimientos
que pueden adquirir los niños en las distintas etapas de su crecimiento y
desarrollo.
La Didáctica (del griego didaktike, didáctico), es el arte de ense-
ñar. Modernamente, relegado al aspecto práctico o de aplicación de la peda-
gogía y la metodología pedagógica. En el lenguaje pedagógico es común
escuchar “Cada maestrito con su librito”.
Esta didáctica en el JUDO, debe utilizar dos leyes que no por vie-
jas, han perdido vigencia: la primera dice: “de lo simple a lo complejo” y
la segunda: “de lo fácil a lo difícil”. Como esto es de simple comprensión
no hace falta mayor explicación. No podemos enseñar proyecciones (Nague
Waza) con el soporte de una sola pierna (Harai Goshi, Uchi Mata) cuando el
alumno no sabe pararse correctamente sobre las dos (Seoi Nague, Uki Goshi).
La Técnica del Judo está formada por gestos y movimientos trans-
formados en Proyecciones (Nague Waza), Controles o Dominios (Katame
y Ne Waza) y Defensas y Golpes (Atemi Waza y Goshín Jutsu). Su utiliza-
ción persigue que el Judoka aprenda fácil y progresivamente, de acuerdo a
sus condiciones naturales y a sus etapas de crecimiento y desarrollo, los
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agentes y el protocolo que van a ayudarlo a formarse armónicamente física,
mental y espiritualmente para que pueda integrarse positivamente en el me-
dio social. Los objetivos de esta educación del Judo son los de conse-
guir un hombre que pueda dominar sus cuerpos, adaptarse al espacio
en que le tocará moverse y su integración positiva al medio social.
PLANTEO
El primer problema a resolver, entonces, es el de la identidad del JUDO;
el segundo, es el de su necesidad; el tercero, el de su aceptabilidad, y el
cuarto y último, el de su aplicabilidad.
Este orden cronológico y conciso es indispensable porque:
1º Si no se comprende claramente “qué es” y en qué consiste la
actividad JUDO, no podrá establecerse su necesidad;
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2º Si su necesidad no se plantea en grados de necesidad, se-
gún comprobaciones a extraerse de una investigación directa
sobre quienes han de sentir sus efectos, no podrá hablarse de
aceptabilidad, en un sentido constructivamente opuesto al
negativo de obligatoriedad.
3º Si no se obtiene un apreciable grado de aceptabilidad, y sólo
se recurre a la obligatoriedad como norma, (la naturaleza de
esta disciplina la hace inoperante por compulsión), su
aplicabilidad, será más formal que real.
4º Si su aplicabilidad (que es asunto de las mayores controver-
sias), no se sustenta en las anteriores consideraciones, el
JUDO seguirá siendo una actividad, cuya supervivencia, de-
penderá de los intereses particulares o sectoriales, de acuer-
do al uso y a la importancia que se le dé a sus respectivos
agentes instrumentales (Rei-Ho, Randori, Kata, Shiai, Goshín
Jutsu)
En consecuencia, analizaremos brevemente cada punto expresado y
así, surgirán las bases tendientes a una nueva conceptualización:
DESARROLLO
1. Desarrollo sintético de su identidad:
Decía textualmente el Dr. JIGORO KANO (creador del JUDO), que esta
actividad “observada superficialmente, podría llegar a ser apreciada como
una especialidad deportiva o como uno más, de los distintos sistemas de
defensa personal. Esta sería una observación muy trivial, realmente pobre,
que desmerece la verdadera esencia de la actividad”.
Agregaba además, que “el objetivo final del JUDO, es el de inculcar
en el pensamiento del que lo practica”, una actitud de respeto por sus
principios básicos, que dicen: EFICIENCIA MÁXIMA EN EL USO DE LA ENER-
GIA (Seiryoku Zen´Yo); y PROSPERIDAD Y BENEFICIOS MUTUOS (Jita
Kyoei).
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Seiryoku Zen’Yo Jita Kyoei
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Y continuaba diciendo: “es difícil decir, si el principio de Prosperidad y
beneficios mutuos puede ser comprendido y ejercitado mediante la prácti-
ca y el estudio del JUDO, ya que siendo éste, fundamentalmente, una activi-
dad combativa y su objetivo el de vencer a un oponente, ese principio puede
parecer contradictorio. Sin embargo, este principio, es la base que sustenta
el ideal del JUDO KODOKAN, el objetivo supremo, que solamente puede ser
comprendido y asimilado por aquellos que han dominado la técnica y el espí-
ritu de combate, elevándose por encima de la idea de triunfos y derrotas.
Este principio, está representado en Oriente, por dos ideogramas simbólicos
que, traducidos, expresarían: “SUAVIDAD Y FIRMEZA, UNIDAS
INSEPARABLEMENTE COMO SI FUERAN UNA SOLA COSA (Jo Go
Ichinyo)” y “EL CIELO Y LA TIERRA FORMAN LA UNIDAD (Ten Nin Goitsu)”.
“El objetivo final del JUDO, entonces, sería el de la perfección de sí
mismo, contribuyendo esa perfección individual a la prosperidad y felicidad
del género humano. Esta perfección, necesita un espíritu que esté en perma-
nente búsqueda de la verdad y ésta, no puede ser conseguida más que por
el constante esfuerzo personal y la abnegación de sí mismo”
Terminaba el Dr. KANO: “Sostengo, entonces, que el JUDO es el
medio más eficaz para la educación del cuerpo, la mente y el espíritu”.
Al leer y meditar estas afirmaciones efectuadas por el creador del JUDO
KODOKAN, nos permitimos deducir que, esta actividad es, ante todo, un
SISTEMA EDUCATIVO – FORMATIVO, y que, como tal, debe dejar en el
practicante (Judoka) enseñanzas que le sean útiles y aprovechables para
toda la vida y no para el breve o largo período de su paso por el DOJO (lugar
donde se aprende a recorrer el Camino). Este aprendizaje, no debe ser dis-
tinto de las adquisiciones y aplicaciones perdurables del Lenguaje, la Mate-
mática, la Higiene, la Tecnología y, en general, de las denominadas ciencias
de la naturaleza y del espíritu que se dictan en la escuela.
Sostenemos que, salvo raras excepciones, en este momento se está
enseñando una actividad deportiva-combativa con ropa de JUDO, pero que
no es JUDO, observando a éste, desde el aspecto de la formación de una
conciencia que abarque su sentido vasto y global; que no es la de una
simple actividad deportiva, como se ha dicho y repite constantemente, ni la
de un arte marcial, ni la de una exaltación exclusiva de la capacidad físi-
ca, ni la de un sistema de defensa personal.
Sin dejar de incluir todos esos factores (dosificados y racionalizados),
la conciencia que pretende desarrollar el JUDO, es la de la SALUD EN AC-
CION, siendo esta acción, su rasgo más característico aunque constante-
mente diferenciado, según fines generales y particulares.
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Los fines generales (que incluyen a todos los practicantes), se con-
cretan en el desarrollo integral (bio-psico-social) del judoka como instru-
mento aprendedor y emprendedor del saber, en cada época y circuns-
tancia.
Los fines particulares se realizan, incuestionablemente, a través de lo
anterior y no pueden determinarse “a priori”, sino con los intereses individua-
les, sociales, culturales, profesionales y con todo otro orden de circunstan-
cias en las cuales, el cuerpo y la mente debidamente ajustados, cumplen su
función de continente y realizador de la persona humana.
Aclarando esta doctrina por eliminación de errores, se afirma:
a) Que el Rei-Ho (protocolo), el Randori (entrenamiento libre), el Kata
(formas establecidas), el Shiai (combate deportivo), el Goshín Jutsu (de-
fensa personal), el Atemi Waza (técnica de golpear los puntos vitales), y
todas las otras formas que puedan utilizarse como agentes instrumentales,
no son en sí mismos el JUDO, ni mucho menos sus manifestaciones verda-
deras, como es común creer y aceptar. Son sus agentes, sus integrantes
constitutivos o estructurales. Son, en definitiva, los medios que utiliza-
mos para el proceso enseñanza-aprendizaje del DO (Camino de la Vida).
Para comprender esto con más claridad, debiéramos quizás, presentar
un ejemplo:
Para hacer una torta, un repostero necesita distintos ingredientes (ha-
rina, manteca, huevos, azúcar, esencias aromáticas, etc.), todos ellos
dosificados racional y proporcionalmente de acuerdo a la torta que se pre-
tenda preparar. Amasada y puesta al horno el tiempo correspondiente, el
repostero obtendrá un producto que tendrá forma, consistencia y gusto pro-
pio y que de ninguna manera será el de sus ingredientes. El JUDO es la torta
y sus ingredientes constitutivos, individualmente, (Rei-Ho, Randori, Kata, Shiai,
Goshín Jutsu, Atemi, etc.) de ninguna manera son la torta.
b) Que las verdaderas manifestaciones del JUDO, se expresan por la
SALUD EN ACCION puesta al servicio de una cultura integrativa, y, conse-
cuentemente, de los actos culturales mediante los cuales el hombre se reali-
za y cumple su destino; al decir del Dr. KANO: “Un hombre sano, fuerte y útil,
física, mental espiritual y socialmente”. Es decir, un Hombre Nuevo.
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d) Que la reflexión clara y serena de los puntos a), b) y c) de esta
eliminación de errores, dará más de una explicación sobre los actuales des-
aciertos cometidos con el JUDO y sus agentes.
Cuando esos agentes asumen el papel de fines, estos últimos, perma-
necen ignorados y aquellos, sin dirección, desembocan en la confusión y en
el desorden.
2. Desarrollo sintético de su necesidad
Decía Alexis Carrel (Premio Nobel de medicina): “Los profundos cam-
bios impuestos en las costumbres de los hombres por las aplicaciones de la
Ciencia y la Tecnología, han aparecido recientemente. En efecto, nos halla-
mos todavía en plena revolución industrial y comunicacional. Por eso, es
difícil saber exactamente cómo han actuado sobre los seres humanos civili-
zados, la sustitución de un modo de existencia natural por otro artificial, y la
completa modificación de su ambiente. No hay duda, sin embargo, que este
cambio ha ocurrido. Porque cada cosa viva depende de la intimidad del am-
biente que la rodea y se adapta a cualquier modificación de este ambiente
por medio de una evolución adecuada. Por eso, debemos determinar en qué
manera hemos sido influenciados por el modo de vida, la habitación, las
costumbres, la dieta, la educación y los hábitos morales e intelectuales que
nos han sido impuestos por la civilización moderna. ¿Nos hemos beneficiado
con tal progreso? Es evidente que los hombres han acogido con gusto la
civilización moderna. Han abandonado el campo y se han desbandado hacia
las ciudades y las fábricas. Adoptan con avidez el modo de vida y las mane-
ras de obrar y pensar de la nueva Era. Dejan de lado sin vacilar sus viejos
hábitos, porque esos viejos hábitos reclaman un esfuerzo mayor. Es menos
fatigoso trabajar en una fábrica o en una oficina que en una granja. Pero
hasta en el campo, las nuevas técnicas han suavizado el rigor de la existen-
cia. Las casas modernas hacen la vida más agradable a todo el mundo. Con
su confort, su calor y su alumbrado, dan a sus inquilinos una sensación de
reposo y de bienestar. Sus modernos accesorios disminuyen considerable-
mente el trabajo que en otros tiempos exigían de la mujer las tareas domés-
ticas. Junto con la disminución del esfuerzo muscular y de la adquisición del
bienestar, los seres humanos han aceptado gustosamente el privilegio de no
estar nunca solos, de disfrutar de las continuas diversiones de la ciudad, de
formar parte de las inmensas multitudes, de no pensar nunca. También
aprecian el haberse librado, a través de una educación puramente intelec-
tual, de las restricciones morales impuestas por la disciplina puritana y los
principios religiosos. Esta educación, les incita a adquirir la riqueza por todos
los medios a su alcance, a condición de que dichos medios no les lleven a
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presidio. Les abre las puertas a todos los países de la Tierra. Les ha librado
de todas las supersticiones. Les permite la frecuente excitación y la fácil
satisfacción de sus apetitos sexuales. Les suprime la represión, la disciplina,
el esfuerzo, todo lo que es incómodo o trabajoso. Las gentes, sobre todo el
pueblo, son más felices desde el punto de vista material de lo que eran en
otros tiempos. Sin embargo, algunos de ellos van dejando de apreciar poco a
poco las distracciones de la vida moderna. A veces, su salud no les permite
continuar indefinidamente los excesos alimenticios, alcohólicos y sexuales a
los que les lleva la supresión de toda disciplina. Además, están obsesiona-
dos por el temor de perder su empleo, sus medios de subsistencia, sus aho-
rros, su fortuna. No pueden satisfacer la necesidad de seguridad que existe
en el fondo de cada uno de nosotros”.
Tienen temor a no conseguir lo que desean o temor a perder lo
conseguido.
No hay duda que todo tiene su precio. A principios del siglo XX tecnolo-
gía y barbarie parecían antitéticas. Ya no lo son. Pero la tecnología y la ame-
naza para el medio natural son sólo una parte del gran problema del progre-
so, una palabra y un ideal, cuya aplicación más adecuada y auténtica cons-
tituye la tarea del siglo XXI que ya ha comenzado.
Por todo ello, el diagnóstico de una sociedad determinada, de una so-
ciedad histórica o de una sociedad utópica o al menos deseable puede ser
hecho desde muy distintas estrategias del conocimiento. El tema se hace
vastísimo. Sin embargo, no se puede renunciar del todo a la consideración
de algún prisma social básico en toda teorización sobre la Re-creación del
hombre moderno.
Son muchas las adjetivaciones que pueden darse al tipo de sociedad
que se configura a partir del último cuarto del siglo XX. Según la atalaya, el
ángulo de observación, podría hablarse de sociedad post-industrial de socie-
dad de masas, o de sociedad de los medios de comunicación, o de informa-
ción, o, establecida la esquemática y dictatorial racionalización de ésta, de la
informática.
Todas estas expresiones, definen un algo característico de nuestra so-
ciedad contemporánea en alguna manera, diferenciadora de ella, con res-
pecto a otras épocas históricas. Desde otras valoraciones más científicas, se
podría bautizar a la sociedad actual como la de la era espacial, o de la cultura
ecológica, bajo el aspecto de la cultura más o menos politizada, de la socie-
dad de la contra-cultura. A nivel de la alta política, podríamos autodefinirnos
como la sociedad de la internacionalización (con el asentamiento de la Orga-
33
nización de las Naciones Unidas y otros organismos paralelos como la O.E.A.,
U.N.E.S.C.O., U.N.I.C.E.F., etc.)
Pero, abarcando aspectos más generales de consideración, debemos
aceptar el hecho de nuestro general condicionamiento a la técnica: nos ha-
llamos plenamente inmersos en la era de la tecnología, somos la socie-
dad de la tecnología y del produccionismo. Y, estrechamente implicado
con éstas, a la vez su motor y consecuencia, aparece el concepto desarro-
llo, dominando toda la vida económica, política, social, del último cuarto de
siglo XX. Se habla entonces, de países desarrollados y en vías de desa-
rrollo. Sean cuales fueren las teorías planteadas por esta expresión, no es
aventurado calificar a la sociedad que se define y abre a la historia en las tres
últimas décadas del siglo XX como la “sociedad del desarrollo”.
Ciencia y tecnología, dos conceptos igualmente conflictivos en sus
delimitaciones, que, precisamente, condiciona la sociedad del desarrollo.
Ciencia, entendida en su acepción más reciente con clara tendencia a la
aplicabilidad, al servicio, al provecho, a la producción. La tecnología, hija
un tanto descastada de la ciencia, como gran descubrimiento del hombre de
nuestro tiempo, el cual ha ampliado con ella sus poderes, ha ensanchado
sus dimensiones de acción, aunque con ello haya perdido intimidad, calidad
y humanidad.
Constatar esta realidad no es cosa nueva; es casi como afirmar que el
hombre se traslada de un lugar a otro con más velocidad, o que el plástico ha
invadido nuestro consumo. Producción como medida de desarrollo, y éste
como distintivo de las sociedades de nuestro tiempo, son una evidencia; y
las evidencias, ya desde las más tradicionales filosofías no necesitan ser
demostradas.
Pero, desde éstas y otras semejantes designaciones, más o menos
certeras, que podrían hacerse de la sociedad de finales del siglo XX, elabo-
radas a partir de distintos ámbitos de consideración, se puede dar un paso
hacia el hombre mismo, el que vive en esta sociedad o sociedades, el hom-
bre marcado por ellas; y desde este hombre socializado de esta manera,
extraer las consecuencias prácticas pedagógicas con los ojos puestos en el
hombre-niño, el ser educable, culturalizable.
Del condicionamiento del desarrollo de la tecnología y el
produccionismo, aparece la competitividad. Frente al hombre
complentativo, capaz de mirar, observar, contemplar, entender (intelligere,
intus legere), aparece el hombre productivo. Este se ha impuesto a aquel.
Este hecho de la producción tecnificada y magnificada por la máquina, va a
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dar origen al hombre valorado por el rendimiento. Alrededor de éste, se
crea la mística del éxito. Pero resulta un éxito no de un hombre en cuanto tal
hombre, sino de un hombre que produce. La sociedad (sus estructuras,
sus diagnosticadores, sus eslóganes dominantes...) no pide quién es cada
uno, sino qué es capaz de producir cada uno. Y como para una sociedad
tecnificada y maquinizada, son válidos los resultados parciales que luego
la máquina computa, configura, compone y construye, surge la mística
de la especialización. La sociedad, en adelante, gratificará al especialis-
ta, no al hombre. El lenguaje usual ha decantado esta terrible tergiversación
de los valores humanos: a una pregunta esencial ¿quién es ese? se respon-
de con una respuesta accesoria: es un empleado, un ingeniero, un obre-
ro. No interesa quien sea, sino de lo que cada uno se ocupa, de lo que cada
uno haga. El ser confundido con el hacer.
He aquí, pues, dos primeros reflejos, dos marcas o huellas en el hom-
bre actual de la sociedad en que vive: la competitividad y la especializa-
ción. Por ello, la escuela de nuestro tiempo que, consciente o incons-
cientemente, adapta a su sociedad, prepara para su sociedad, paga el
tributo de preparar para la competencia y para la especialización.
Pero de la máquina, esa gran compañera de fatiga y relevo de esfuer-
zos que el hombre se inventó, se han derivado, en la moderna versión de
omnipresencia tecnológica, otras más profundas conductas transformadoras
del hombre: el automatismo, la pasividad y el sedentarismo.
Modelo del hombre de nuestro tiempo, es el obrero de una fábrica que,
en su jornada de trabajo repite ciento de veces el mismo gesto laboral, ajusta
el mismo tornillo o martillea en el mismo costado de la chapa; y lo es la
secretaria, que dactilografía docenas de páginas con la mente distraída sin
cometer errores; y lo que es el llamado sabio de nuestro tiempo que repite
mil veces unos mismos bombardeos atómicos en su laboratorio. Meses y
años repitiendo los mismos gestos estereotipados. El hombre es hoy tanto
valorado cuanto más se asemeja a una máquina. El mejor elogio de un obre-
ro ejemplar es: “trabaja como una máquina”. Si el obrero, la mecanógrafa,
el sabio, no se reponen a la salida de su trabajo con una actividad voluntaria
(cultural, artística, deportiva, gimnástica, coloquial, humana), en la que se
pongan en juego los recursos normales de la persona (pensamiento, fanta-
sía, ingenio práctico), la monotonía de su comportamiento los llevará a una
programada mutilación de la personalidad. La tierra está rodeada por satéli-
tes artificiales (¡maravilla de la técnica!), pero las plazas y clubes de nuestras
ciudades están cada vez más vacías de niños y jóvenes y más llenas de
personalidades mutiladas; con brazos y piernas sanos, pero con cerebros
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vaciados; por desuso, de sus más bellas capacidades; cerebros monótonos,
unidimensionales; capaces a lo sumo, de rivalizar en alguna tarea concreta
con los robots, y sólo por algún tiempo, mientras no se hagan viejos, cosa
que a los robots no les sucede.
La pasividad, concreta en acoplamiento o adaptación a lo que la máqui-
na dicta (la máquina sujeto, la máquina empresa, la máquina burocracia)
conduce al hombre a la aceptación de un hábito pasivo general, con el riesgo
gravísimo de su transpolación al mundo del ocio. Para designar las formas
del empleo racional del tiempo libre, situadas más allá de los meros tiempos
de vacaciones, se emplea también a veces el término ocio. Pero es necesa-
rio aclarar, que el concepto ocio, no debe ser usado como concepto opuesto
al trabajo, sino distinguirlo sencillamente del trabajo alienado, heterónomo,
al cual estamos obligados primariamente, para satisfacer nuestras necesida-
des vitales. Ya que, ocurre a veces, que en el tiempo libre realicemos por
propio impulso un trabajo, en el verdadero sentido de la palabra, que alguien
voluntariamente, por la alegría que le produce una cosa, se esfuerza en rea-
lizar una obra o acción, estando dispuesta a acabarla, a ponerse a su servi-
cio y a superar los obstáculos y dificultades que se le oponen. El tiempo
libre no excluye, pues, en principio, el trabajo como actividad orientada a un
fin, sino el trabajo no voluntario.
A esta distinción corresponden los conceptos de laborare y operari.
Operari, significa un trabajo autónomo, digno del hombre, lleno de sentido:
en cambio, laborare significa entregarse a un trabajo esclavo, carente de
sentido, alienante. Partiendo de aquí, se aclara también el sentido de la pala-
bra ocio (otium), que no se puede equiparar con inactividad. El otium cum
dignitate, significa ocuparse de manera amorosa, por propia inclinación, es
decir, vocacionalmente, en tareas dignas de un hombre libre, tareas que po-
dían ser, desde luego, muy fatigosas. En este sentido dice Ortega y Gasset:
“Los antiguos dividían la vida en dos zonas: una que llamaban otium, el
ocio, que no es la negación del hacer, sino ocuparse en SER LO HUMA-
NO DEL HOMBRE, y que ellos interpretaban como mando, organización,
trato social, ciencias, artes, deportes, etc. La otra zona, llena de esfuerzo
para satisfacer las necesidades elementales, era todo lo que permitía y faci-
litaba la realización de aquel otium, la llamaban nec-otium (negocio), seña-
lando muy bien el carácter negativo que tiene para el hombre. La negación
del ocio”.
Hoy día, el otium y el nec-otium no están ya distribuidas como en la
antigüedad entre las distintas capas sociales, sino que son, en general, dos
zonas en la vida de cada hombre. El problema actual de nuestra época con-
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siste en sí, junto al negocio, los hombres están capacitados para el auténti-
co ocio; si después de haber salido de la zona del trabajo asalariado, están
en situación de emplear con sentido y de manera digna el tiempo libre. Que
los haga vivir plenamente su propia vida.
El ocio, es ese gran descubrimiento del siglo XX como entidad
sustantiva, como la otra vertiente de la vida del hombre de nuestro tiempo
que puede recuperarle de la alienación de una vida social complicada, de la
alienación de unas obligatoriedades perentorias para poder vivir; un refugio
del hombre en sí mismo, un reencuentro con la espontaneidad, la libertad en
contra partida, la actividad autodeterminada, en definitiva, con la RE-CREA-
CION. Sin embargo, la máquina ha llegado también al mundo del ocio (diri-
gentes, planificadores, conductores, organizadores). Esto significa, que ha
sido universalmente aceptada la trascendencia del ocio como Re-creación
para el hombre de nuestro tiempo. Pero, el tratamiento de este ocio ha co-
menzado a incluir los mismos vicios de la sociedad de la que pretende ser
terapia. Por un lado, el ocio recreacional aparece ya como una actividad
programada, casi manipulada. Y por otro lado, el hombre de nuestra socie-
dad se ha acostumbrado a que le den todo hecho; se ha viciado a la comodi-
dad de no pensar, de ni siquiera tener que organizar la propia diversión. Al
volver a casa de la fábrica, del comercio o la oficina, la diversión está prepa-
rada. Sólo un mínimo de esfuerzo e iniciativa personal: apretar el botón de la
televisión haciendo un esfuerzo mental tope: elegir el canal.
Hoy la masificación y tecnologización de la sociedad industrializada
tiene lugar tanto más en el campo del ocio como en el del trabajo. En
éste, existe el peligro de la superespecialización, de la repetición del gesto
laboral, de la estereo-tipificación de gestos, de la absorción del hombre por
la máquina. En el mundo del ocio recreacional, en el que el hombre queda,
al parecer, apto para ejercer su ilustre condición de libertad, de elección, de
autodeterminación, la masificación progresiva del entretenimiento, la des-
aparición de los modos grupales de diversión, de las modalidades lúdicas
locales y regionales, y su sustitución por los entretenimientos “standards”
transmitidos por las grandes cadenas publicitarias, va privando a los peque-
ños grupos naturales de convivencia (familia, vecindad, pueblo), del estímulo
hacia la expansión lúdica como son la danza y canciones populares, los ritos
celebracionales, los juegos y deportes regionales, etc. El folklore reivindica,
pero más como pieza exótica, decorativa, turística, que como vida popular
actual.
El individuo empieza a sentirse ya a gusto encajado pasivamente en
esa diversión estandarizada. No se pregunta a sí mismo si repite gestos
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inducidos de afuera hacia adentro e igualitarizados en todo el mundo; no le
importa. Se siente cómodo sin estímulos hacia una expresión original. La
pérdida de estos estímulos espontáneos, creadores en el mundo de la ex-
presión, del juego, del deporte, del entrenamiento, amenaza con convertir
las capacidades creadores del hombre en estrictamente utilitarias. La
protagonización, la creación personal con miras pragmáticas es útil e
incluso necesaria al hombre. Pero la fuerza creadora, la protagonización
desinteresada son, incluso, más imprescindibles para un profundo pro-
greso, de largo alcance de la humanidad. Recordemos, que el origen de
las culturas, está muy vinculado a formas lúdicas de expresión (homo ludens),
es decir, a formas espontáneas y desinteresadas de entrenamiento.
Cuestiona Ortega y Gasset planteando: “¿Cuándo vemos el cuerpo de
un hombre, vemos un cuerpo o vemos un hombre?”. Y se contesta: “porque
el hombre no es sólo un cuerpo, sino tras un cuerpo un alma, espíritu, psi-
que, yo, persona, como se prefiera llamar a toda esa porción del hombre que
no es espacial, que es idea, sentimiento, volición, memoria, imagen, sensa-
ción, instinto. Dicho de otra manera, el cuerpo humano ¿es, por su aspecto,
cuerpo en el mismo sentido en que lo es un mineral?”
“Pronto advertimos que si la forma humana pertenece como el mineral,
al género cuerpo, y, como él, ocupa espacio, tiene figura y color, es visible
en suma, se diferencia de él como una especie de otra. Hay, en efecto, dos
especies de cuerpo: el mineral y la carne. Podrán en última instancia analíti-
ca (de acuerdo a la de la química), ser lo mismo; pero como fenómenos,
como aspectos, son esencialmente diversos”.
“¿En qué consiste su diferencia?. Ni por su color ni por su figura se
diferencian esencialmente: lo visible de ellos es, en principio igual. La dife-
rente actitud nuestra ante la carne y ante el mineral estriba en que, al ver la
carne, prevemos algo más de lo que vemos: la carne se nos presenta desde
luego, como exteriorización de algo esencialmente interno. El mineral es todo
exterioridad; su dentro es un dentro relativo: lo rompemos y lo que era por-
ción interior se hace externa, patente, superficial. Más lo interno de la carne
no llega nunca, por sí mismo, a hacerse externo aunque la cortemos: es
radical y absolutamente interno. Es por esencia, intimidad. A esa intimidad
llamamos vida. A diferencia de todas las demás realidades del Universo, la
vida es constitutiva e irremediablemente una realidad oculta, inespacial, un
arcano, un secreto. Por eso, sólo la carne y no el mineral tiene un verdadero
intus, un dentro. En el caso del hombre esta intimidad de lo vital se poten-
cia, se enriquece desmesuradamente merced a la riqueza de su alma. El
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hombre exterior está habitado por un hombre interior. Tras el cuerpo está
emboscada el alma”.
“Toda intimidad, pero sobre todo, la intimidad humana (vida, alma,
espíritu) es inespacial. De aquí que le sea forzoso, para manifestarse, cabal-
gar la materia, transponerse o traducirse en figuras del espacio. Todo fenó-
meno expresivo implica, pues, una transposición, es decir, una metáfora esen-
cial. El gesto, la forma de nuestro cuerpo, es la pantomima de nuestra alma.
El hombre exterior es el actor que representa al hombre interior. No vemos
nunca el cuerpo del hombre como simple cuerpo, sino siempre como carne:
es decir, como una forma espacial cargada, casi eléctricamente, de alusio-
nes a una intimidad. En el mineral, nuestra percepción descansa y termina
sobre su aspecto. En el cuerpo humano, el aspecto no es un término donde
concluye nuestra percepción, sino que nos lanza hacia un más allá que él
representa. Los minerales son cuerpos que no representan otra cosa; por
eso nos basta con mirarlos. El cuerpo humano tiene la función de represen-
tar un alma; por eso, mirarlo es más bien interpretarlo. El cuerpo humano es
lo que es y, además, significa lo que él no es: un alma. La carne del hombre
manifiesta algo latente, tiene significación, expresa un sentido. Los griegos,
a lo que tiene sentido llamaban logos, y los latinos tradujeron esa palabra en
la suya: verbo. Pues bien, en el cuerpo del hombre el verbo se hace
carne; en rigor, toda carne encarna un verbo, un sentido. Porque la carne
es expresión, es símbolo patente de una realidad latente. La carne es un
jeroglífico. Es la expresión como fenómeno cósmico”.
Este poder expresivo de la carne es un simple título bajo el cual se
esconden innumerables cuestiones antropológicas. La más obvia de todas
se presenta en el gesto, en el movimiento. Por lo tanto, para tener una verda-
dera identificación del hombre, debemos partir de dos grandes realidades
antropológicas que son:
- el cuerpo y
- el movimiento
“Con la vida del hombre (escribía Herder), comienza también su edu-
cación, venido al mundo con fuerzas y miembros, su aplicación y desarrollo”.
Dijimos más arriba, que el hombre no sólo tiene cuerpo, al que puede
utilizar, manejar, controlar, dominar, y lo que siente al vivir sus limitaciones,
sobre todo en el cansancio, en la enfermedad, en la impotencia; sino que él
mismo es cuerpo. Pero, al mismo tiempo, desde que nace y durante toda
su vida, el hombre seguirá viviendo no sólo en el cuerpo, sino de alguna
manera, desde el cuerpo y a través del cuerpo. No puede salirse del
39
cuerpo, no puede dejar de ser cuerpo, pero puede ser más que cuerpo.
Por eso, el hombre es sujeto de educación, es educable. El cuerpo puede
ser adiestrado y así liberado; y ese adiestramiento puede ser objeto de re-
flexión y conciencia, de crítica, de disfrute, de experimentación.
El cuerpo que tiene el hombre está capacitado para moverse y es esa
capacidad la que le permite aprender a estar en el espacio. La exploración y
la experimentación del espacio es uno de los grandes transcendentes del
hombre. Tanto es así, que la privación o la negación de esa experiencia lo
haría de alguna sucumbir. El conocimiento de su propio cuerpo, su esquema
corporal relacionado con los esquemas de los otros cuerpos, de las dimen-
siones espaciales, resultan imprescindibles como vivencia y memorización
para vivir. Sin el conocimiento de estas realidades el hombre se desarrolla
normalmente si es que no sucumbe.
Desechando cual puede ser la más o menos importante o valedera de
las teorías que ignoran la entidad individual humana en áreas de una priori-
dad histórico-comunitaria (sea una vertiente dialéctico-materialista como en
su vertiente dialéctico-idealista), o de las teorías que acentúen el
hipostasismo individualista, nos encontramos con una realidad sustancial:
hay individuo y hay sociedad-hombre. No sabemos, y esto es digno desta-
carlo con visión prospectiva, si en un futuro lejano, la sociedad hará des-
aparecer al hombre individual o si las individualidades humanas harán
desaparecer las estructuras sociales originadas en la relación humana.
Lo que hoy sabemos y experimentamos es que el hombre vive metido en la
bipolaridad individuo-sociedad y todo hecho cultural, debe tener en cuenta
ambas realidades.
Un planteamiento general del JUDO entendido como un sistema edu-
cativo-formativo que intenta la Re-Creación del hombre para llegar al HOM-
BRE NUEVO, deberá por lo tanto, partir de este doble patrón inspirador y
corrector de toda realidad cultural y educativa: el individuo y la sociedad.
Entre estos dos patrones, el enlace es el movimiento.
Por eso, avanzando un poco más, el hombre vive desde el cuerpo y
también a través del cuerpo. Toda su comunicación ha de contar con el
cuerpo. En este caso, el cuerpo, es el gran instrumento, condición insosla-
yable para cualquier vida social, para la transmisión de cualquier vivencia,
para la expresión de dentro hacia fuera. Es decir, que el gesto como expre-
sión no verbal, es parte de la vivencia de la comunicación.
Toda esta pretenciosa enumeración de valores del hombre relacionado
con los otros hombres, hace imprescindible observar que, todo hecho educa-
40
tivo debe tener presente, la instauración de su realidad en la sociedad en que
pretende insertarse. Consecuentemente, para diagramar cualquier filosofía
educativa, hay que conocer la realidad existente y la realidad social en que
se pretende implantar.
Por eso, es urgente invitar al hombre a practicar las actividades ocio-
sas en las que, de una u otra manera, se estimule ese afán recreacional de
autodeterminación, de protagonización. Ello se encuentra en el fondo psico-
lógico del juego. Si las nuevas corrientes culturales no derivan hacia nuevos
valores de la vida, hacia el descubrimiento de entidades simples de la belle-
za, del bienestar espiritual, del disfrute en el sosiego, simplemente del saber
vivir, estamos perdidos. La multiplicación de nuestras capacidades perceptivas
por medio de la técnica, nos hará más apetentes, más insatisfechos, más
frustrados, más neuróticos, más alterados. Seremos buscadores ansiosos
del “más”, del “tener cada vez más”.
Y es desde la primera infancia, cuando todo el sistema de valores bási-
cos que ha de presidir la vida de la persona, se instaura como una segunda
naturaleza. Por esta razón, hurgando en la cultura, nos hemos topado nece-
sariamente con los sistemas recreacionales vigentes. Y hablando de cultura
deseable, habremos de concluir mencionando los sistemas recreacionales
que creemos implantables.
Junto a la cultura de la información y frente a sus consecuencias que
son la multiplicación de apetencias, es útil, hoy más que nunca insistir en la
cultura de la expresión (el arte, el movimiento) y en la cultura del enrique-
cimiento vivencial interior (aprendizaje del sí mismo a través del propio
cuerpo). Un gran aspecto es que, la cultura de la expresión (cuyo abandono
en la educación básica es quizás, la principal causa de despiste mundial en
la apreciación y valoración artística), que debe entrar de lleno en el campo de
lo que puede denominarse cultura del ocio o aprovechamiento útil del
tiempo libre.
Lo que hemos denominado cultura del enriquecimiento vivencial
interior se refiere a la tarea de procurar; que la persona busque y encuentre
dentro sí, del sorprendente y generalmente inexplorado mundo interior, las
grandes satisfacciones, la suficiencia fruitiva de su propia vida, básicas razo-
nes de existir. Y, en esto, el JUDO tiene mucho que decir y hacer. El JUDO
es, en verdad, una indagación personal, por eso cada Judoka tendrá sus
propios cuestionamientos y sus propias respuestas.
El JUDO puede ser considerado (aunque ésta pueda parecer una opi-
nión romántica), como un amanecer, una aventura por las profundidades
41
del propio ser, una larga jornada. El que esto escribe lleva más de sesenta
años practicándolo. Hay tanto por descubrir cada día, mucho más de lo que
alguna vez, pudimos haber soñado que fuera posible. Ya fue dicho, sabia-
mente que, “el hombre que busca a Dios, debe ser advertido que descubrirá
la verdad en sí mismo. El hombre que se busca a sí mismo, debe ser adver-
tido del peligro mortal que enfrentará al estar ante la presencia de Dios”. Aquí
está, tal vez, la primera paradoja de la búsqueda: buscamos nuestro propio
ser para perderlo, buscamos lo mínimo, pero encontramos lo máximo. Co-
menzamos con el ser, al final. ¿O qué otra cosa más habría que uno pudiese
realmente afirmar como la de estar, siendo? El dicho “conócete a ti mis-
mo” es el llamado universal para el despertar. Si uno piensa que ya se cono-
ce lo suficiente ¿para qué practicar JUDO? Obsérvese otra vez; mírese en el
espejo de su ser. ¿Cuánto conoce ese rostro que se refleja y todo lo que está
detrás de él? ¿O qué es lo que realmente sabe sobre sus propios motivos,
deseos y aspiraciones? ¿De dónde viene uno y hacia dónde va? ¿Cuándo
uno comenzó su vida y cuándo será su fin? ¿Quién es uno? Lo que realmen-
te siente y conoce sobre sí mismo es el punto de partida para el despertar.
Ese es el Camino (Do) que ofrece Kano (Shihan) con el JUDO.
El JUDO, es un proceso de cambio. Es un proceso de gradual per-
feccionamiento, de condensación y de transformación. Y es uno mismo,
el que establece el ritmo de su progreso. Es uno mismo, el que determina si
el JUDO funciona o no, como agente de cambio. Como todo lo que es valio-
so, uno se va transformando en todos los niveles de la existencia por su
propia disciplina y por su trabajo. Recorrer el Camino (Do) no es una tarea
fácil, pero proporciona una rica recompensa.
3. Desarrollo sintético de su aceptabilidad
Consideramos necesario aclarar que el JUDO (tomado como una dis-
ciplina integradora dentro de un proceso educativo-formativo), es una singu-
laridad que se despliega desde adentro, ya que es el alumno el que elige la
actividad de acuerdo con sus gustos y preferencias. No sucede lo mismo con
otras que se incorporan obligatoriamente desde afuera (matemática, geogra-
fía, historia, biología, etc.). Esta singularidad, nos permite comprender que
en las estructuras hereditarias de cada alumno, están las bases somáticas y
temperamentales de su mayor o menor disposición para las actividades
psicomotrices y, en consecuencia, también su mayor o menor grado de acep-
tación en relación con toda situación vital. Por lo tanto, promover la ense-
ñanza del JUDO (o de sus agentes), mediante el único recurso de la disci-
plina y de la obligatoriedad, es atentar contra los mismos intereses que se
desean despertar. Si aceptamos (neurológicamente), que se aprende lo que
42
se practica, también debemos aceptar que las condiciones emocionales
en que se realizan esas prácticas quedan impresas en lo aprendido. En
consecuencia: un aprender con mala voluntad es peor, a veces, que no apren-
der nada; puesto que el subsiguiente paso de todo aprendizaje (que es su
aplicación), queda anulado por insatisfacción de obrar o por satisfacción
de no obrar.
Una nueva pedagogía se impone en el JUDO. Ésta, debe basarse en
una biotipología previa de los Judokas y una enseñanza diferenciada que
parta de acertados centros de interés avalados por sus estructuras
psicobiológicas correspondientes. En esta actividad, los centros de interés
no siempre deben ser promovidos; ya que en la mayoría de los casos vienen
despiertos en los alumnos, mientras que en otros deben ser orientados. Un
error de concepto ha llevado a estimular los impulsos despiertos hacia las
formas exclusivas de la competencia (Shiai) en lugar de enderezarlos hacia
los fines de la misma (salud en acción para la apropiación de una cultura
integrativa)
Podría decirse, sin temor de equivocarnos, que los sujetos pródigos
en impulsos lúdicos despiertos (somatotónicos), son la fascinación de los
profesores (Entrenadores, Directores Técnicos, Detectores de talento, Diri-
gentes, Periodistas, etc.). En cambio, los que carecen de esa prodigalidad
constitucional, son dejados de lado para tales actividades y, como norma
general, son obligados a desplegar condiciones que no poseen consti-
tucionalmente. De allí que, en ciertos Dojos, el éxito del JUDO (o más bien,
de lo que erróneamente se practica como tal), dependa no tanto de lo que
puedan hacer los profesores, como del azar en cuanto a la inscripción de
alumnos de prodigalidad constitucional apta para las competencias. Es el
material que se impone a la mano de obra.
Los centros de interés en el JUDO (promovedores de la
aceptabilidad) deben partir de las bases estructurales psico-biológicas
que posean los Judokas, en una acción contribuyente a la finalidad pre-
vista:
1. Las que conducen, por vía preferentemente emocional, impulsos lúdicos
despiertos hacia metas constructivas de la personalidad; y
2. Las que despiertan, por vía preferentemente intelectivo-reflexiva, el inte-
rés por la actividad, no obstante, la manifiesta aversión por las formas actua-
les de administrar sus agentes (ej.: el Judoka que no compite en Shiai no se
gradúa; el que no participa en torneos no puede practicar JUDO; el que no
gana no sirve para el JUDO; etc.).
43
En ambos casos, la interrelación psico-somática debe aportar índices
reveladores para iniciar con éxito las pruebas (test), determinantes de esa
aceptabilidad. Vale decir que, con antelación a las prácticas físicas puras
(procedimiento erróneo seguido hasta ahora), urge imponer un período al
por qué y para qué (es decir: Educación), precursores y aleccionadores del
cómo (práctica física), pedagógica y didácticamente administrados se-
gún edades físicas, mentales y emocionales. Uno de los fenómenos so-
ciales observados últimamente (que no ha escapado a la investigación de los
expertos en la psicología de la adolescencia y la juventud), es el que, con
una acentuación cada vez mayor y cada vez más alarmante para el viejo
sistema de enseñanza, los jóvenes prefieren actuar en vez de dejarse con-
ducir. Quienes encuentran todo (o casi todo) hecho y dicho, en un mundo
supertecnificado que tiende a la eliminación del esfuerzo humano, pero sien-
ten el llamado de su yo insatisfecho, harán todo lo posible por hallar cauces
donde volcar el ímpetu juvenil (indiferenciado en sus comienzos), que busca
expresarse de alguna manera; así como de alguna manera también, salir del
anonimato en que se ven sumergidos. Llámese a esto rebeldía, o califíqueselo
con términos de índole delictiva, lo cierto es que constituye un hecho inne-
gable que, si para la sociedad actual es un problema, para la juventud pro-
tagonista no deja de constituir un insoportable drama. Si se piensa en
esto detenidamente, y se piensa en el sentido de arribar a soluciones via-
bles, el JUDO, conducido por una pedagogía renovadora de sus actuales
manifestaciones, ocupará un lugar en la sociedad como nunca lo tuvo antes;
si bien antes no se presentaron los problemas que permiten ubicarlo como
una de las más firmes y prometedoras actividades para lograr equilibrio so-
cial-emocional.
4. Desarrollo sintético de su aplicabilidad
La evolución de las sociedades, la rapidez del acrecentamiento de los
acontecimientos, la utilidad social del desarrollo de la creatividad deben ser
el origen de una transformación, en la concepción de los objetivos de la
Educación. El JUDO, en tanto educación integral (bio-psico-social), está
involucrado y seriamente comprometido, en el esquema general de la
Educación.
Por lo tanto, esquemáticamente, digamos que:
a) La educación del niño y del adolescente, no es más que la primera
base de un proceso continuo que proseguirá en la adultez; lejos de
ser definitivo, tiene el sentido de un germen que se desarrollará en
el marco de la educación permanente;
44
b) Su finalidad no es tanto posibilitar la adquisición de conocimientos
que serán dejados de lado por la evolución técnica y científica, como
posibilitar el aprendizaje de la aptitud para adquirir conocimientos
nuevos, adaptarse a nuevas situaciones profesionales, desarrollar
posibilidades creadoras.
Se deduce entonces, que la enseñanza persigue cada vez menos
el objetivo de transmitir conocimientos destinados a formar un niño
según un tipo social determinado y fijo, y prepararlo para roles defini-
dos, sino que, al contrario, trata de facilitar el desarrollo de su persona-
lidad, en el sentido de su creatividad, del saber aprender, de su futura
participación en el proceso de cambio social. El JUDO debe ser, enton-
ces, menos imposición de formas, que formación para el desarrollo de
formas.
Las sociedades que quieren permanecer estáticas, encerradas en for-
mas políticas y sociales determinadas, no necesitarán sino hombres modela-
dos estrechamente, adaptados a un sistema cerrado. Pero, las sociedades
no pueden permanecer estancadas, a riesgo de entrar peligrosamente en
retardo, con respecto a las que se comportan en forma dinámica y prospectiva.
Por ello, queremos plantear aquí, la siguiente hipótesis:
El cambio está inscripto en los fenómenos mismos del crecimiento
técnico, económico y científico, pero al mismo tiempo, un cambio en el sen-
tido de una mayor consideración de las condiciones mismas de existencia,
de toda sociedad realmente humana.
Es la superación de la alineación de los individuos, una mayor autono-
mía de las personas, una participación más importante en la vida política de
su país. Tal cambio, está condicionado por una educación que deje de pos-
tular como fin, la adaptación del individuo a la realidad existente y promueva
la formación de un Hombre Nuevo, adaptable a las formas económicas,
sociales y políticas que no existen, y que se intenta precisamente, construir.
Es en este contexto, que se sitúa el cambio mismo de las actividades
educativas. Si el cambio social, debe ser facilitado por el cambio en la
Educación, esto implicará en el JUDO, nuevos procedimientos pedagó-
gicos, nuevos tipos de docentes.
El problema entonces, es doble:
Primero: como formar nuevos docentes que sepan cumplir su misión como
agentes de cambio, tanto a nivel de la vida en el DOJO, como a nivel de la
sociedad en general. Es evidente, que desde esa óptica, la función de los
45
Maestros de JUDO, cambia fundamentalmente: se convierten en
formadores; ellos forman, en tanto educadores, no a un tipo de ser humano
definido y estático, sino en movimiento, que será, y cuya naturaleza no es
definible de antemano, salvo en términos de aptitudes para la creación y
para la evolución.
Nos encontramos pues, si precisamos más, ante la problemática de la
formación de formadores, y la pregunta es: ¿Cómo formar a esos
formadores específicos que son los Profesores de JUDO? ¿Cómo for-
marlos para que desplieguen una acción pedagógica formadora de in-
dividuos creadores, futuros actores del cambio social?.
En muchos países, la formación de Profesores de JUDO se hace, o
en Escuelas Nacionales de Deportes o en los Institutos de Profesorado en
Educación Física.
En nuestro país, la sola obtención de la graduación técnica Dan (cintu-
rón negro) habilita para enseñar. No se exigen conocimientos biológicos
(anatomía, fisiología, higiene, análisis del movimiento y biomecánica, funda-
mentos científicos teórico-prácticos del entrenamiento, etc.), psico-socioló-
gicos (psicología general y evolutiva, psicomotricidad, sociología, psicología
social, etc.), ni pedagógicos (pedagogía, didáctica general y especial, prác-
tica pedagógica, etc.), entre otros.
Segundo: como consecuencia de lo anterior, debemos afirmar, con mucha
tristeza, que la actividad JUDO, acusa déficit de conocimientos biológicos,
psicosociológicos, pedagógicos, científicos y técnicos, advirtiéndose en ella,
además, claras manifestaciones de deportismo.
Deportismo significa práctica exagerada o predominante de la fase
competitiva (Shiai), en relación a los otros agentes instrumentales (Kata,
Randori, Goshin Jutsu, Atemi Waza, etc.), o que esa fase no se ajusta a los
objetivos de esa actividad educativo-formativa (como la definiera el Dr.
Kano Shihan), o que el JUDO se ha desnaturalizado (modificado en su esen-
cia por desajuste o alteración de sus principios, características o ingredien-
tes básicos), de tal manera que ha dejado de ser JUDO. También ahora, se
quiere competir en Kata. El Kata es la manifestación de una vivencia inte-
rior en comunión (Tori – Uke). Es como si la iglesia católica hiciese una
competencia para ver quien recibe mejor la hostia en la misa.
Esto indicaría que hay déficit educativo-formativo y que por lo tanto,
el proceso de enseñanza-aprendizaje es, cuando menos, insuficiente, ya
que no alcanza a abastecer las necesidades holísticas de los alumnos en
sus distintas etapas de crecimiento y desarrollo. Aclaramos, aunque pensa-
46
mos que no es necesario, que esto acontece, no por insuficiencia de calidad
y contenidos de los agentes del JUDO sino por falta de conocimientos
sustentatorios de los “profesores”. Eso hace que los alumnos queden total-
mente desprotegidos y no puedan llegar a alcanzar en cantidad y calidad el
umbral de efecto útil. Debemos ser justos también, y colocar en un lugar de
excepción a los Judokas Cinturones Negros, que al mismo tiempo son
Profesores en Educación Física.
Por eso, para cumplir plenamente con su función específica que es
educar integralmente, el JUDO actual debe incorporar en un mismo plano
de enseñanza a todos sus agentes (Randori, Kata, Shiai, Goshin Jutsu, etc.),
dosificados y racionalizados según etapas de crecimiento y desarrollo de los
Judokas.
Su área deportiva (Randori y Shiai), debe contener el aprovechamiento
de todas sus acciones e influencias de las que el deporte es capaz (físicas,
emocionales, intelectuales, sociales, etc.), sin menoscabo de ninguna de ellas
y en beneficio de las otras. En todos los casos debe alcanzar el vigor y la
energía (concordantes con la naturaleza del JUDO), y reclamada por los
Judokas, de acuerdo a pautas establecidas.
Además, debería ajustarse a las condiciones e intereses de cada sexo
y edad, y a las normas socio-culturales aceptadas, es decir, ofrecer al alum-
no iguales y suficientes oportunidades, referidas a los tres aspectos básicos
de la actividad deportiva: aprendizaje, práctica y competencia.
Nos proponemos demostrar en el Tomo II que es posible practicar el
JUDO utilizando simultáneamente todos sus agentes, mediante la presenta-
ción de un programa integral de enseñanza-aprendizaje que mantiene una
dosificada y racionalizada aplicación de ellos y que deberá ser adaptado a
las distintas etapas de crecimiento y desarrollo, tratando siempre de respetar
las bases pedagógicas que indican que se debe enseñar de lo simple a lo
complejo y de lo fácil a lo difícil. Este programa no tiene más que la pre-
tensión de ser una guía para que cada maestrito enseñe con su librito.
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48
TEMA 3
DR. JIGO
JIGORO K
GORO ANO (SHIHAN)
KANO
49
CONOCIMIENTO SABIDURIA
50
TEMA 3
51
mer método empleado para reclutar funcionarios
fue ubicar en los puestos públicos a los oficiales
más talentosos (Samurais) de los dominios feu-
dales o quienes vivían en la capital.
52
nuevo gobierno, el cual estaba constituido por una
coalición de oficiales administradores de los anti-
guos feudos (básicamente de los clanes Satsuma
y Choshu).
53
producir juicios de valor en función de cada situa-
ción. No podemos dejar de mencionar algunas
de sus ideas directrices en materia educativa, y
que tuvieron gran influencia en la vida de Kano
(Shihan).
Estas ideas (que constituyen el fundamento del
valor del mérito y del rendimiento, controlada con
los exámenes escolares) siguen funcionando en
la actualidad y, de hecho, han generado un parti-
cular conflicto por la feroz competencia que la
cultura del mérito escolar instaló entre los jóve-
nes.
Además de la potente influencia de Fukuzawa,
el gobierno promovió la contratación de profeso-
res extranjeros para colaborar en la enseñanza
Kano (Shihan) a los 12 años de algunas materias, en la organización del sis-
tema educativo, y obviamente en el proceso de
occidentalización que se había provocado.
No pasó mucho tiempo sin que algunos sectores
gubernamentales vieran con desconfianza esta
influencia cultural occidental que estaba dejan-
do rastros en nuevos estilos de vestimenta, en el
tipo de comida, el ballet, la música, repercutien-
do también en la moral pública con valores
individualistas y materialistas. Así fue como deci-
dieron reorientar el rumbo del sistema educativo,
recuperando lo propio de la tradición japonesa:
la ética oriental para fortalecer el sentido del
kokutai (sistema nacional).
Así surge la exaltación de un nacionalismo xenó-
fobo, con valores inculcados a través de la es-
tructura familiar patriarcal, la internalización
de un orden de subordinación, favoreciendo
la extensión de la obediencia fuera del grupo
familiar, convirtiéndose en obediencia políti-
ca al Emperador-padre y a la Nación-familia
de los japoneses en su totalidad.
El patriotismo y el sacrificio en aras del bien-
estar del Estado (virtudes fomentadas en la es-
cuela elemental obligatoria a partir de 1907), se
convirtieron en fuerzas poderosas para consoli-
54
dar los vínculos entre los patrones y los trabaja-
dores así como entre los leales y eficientes buró-
cratas (ex-Samurais) y el Estado japonés repre-
sentado en la figura del Emperador.
Algunos especialistas han destacado que el pro-
ceso de industrialización que experimentó Japón,
se diferenció del de las sociedades occidentales
por el mantenimiento de la cohesión al interior de
la estructura social, al punto tal de describirla
como la sociedad colmena. Interpretan este fe-
nómeno explicando que los Japoneses no han
desarrollado el individualismo –típico de los occi-
dentales- sino contrariamente; han sustentado su
desarrollo personal centrado en el otro. Esta
conducta, asociada desde el punto de vista so-
ciológico con el predominio de la ética colectiva
de los sectores campesinos, permite interpretar
algunas actitudes típicas del estilo laboral japo-
nés. En la primera etapa de la era Meiji, la
occidentalización de los valores nipones co-
menzó a reflejarse no sólo en la vida cotidiana
sino también (y fundamentalmente) en las insti-
tuciones educativas superiores. La transmisión
de la doctrina liberal de Stuart Mill, Herbert
Spencer y Adam Smith, así como la lectura de
los escritos de Rousseau, Montesquieu,
Voltaire, atrapaban a la juventud universitaria ni-
pona. A partir de 1885 estas ideas junto a la con-
cepción de los derechos civiles y la dinámica de
los partidos políticos, el énfasis en el desarrollo y
la competencia individual, etc., fueron interpreta-
dos como ideología foránea que pervertía la
moral pública y perjudicaba los intereses del Es-
tado japonés.
Además de las instrucciones dadas sobre las
cinco relaciones tradicionales que el
confucianismo prescribía: padre-hijo; esposo-
esposa; hermano mayor-hermano menor;
amigo-amiga; norma-sujeto, fomentaba el
amor hacia los animales, advertía sobre los
peligros del exceso de bebida, fomentaba la
55
caridad pública y explicaba cómo comportar-
se en los trenes colmados de gente. Respecto
de la orientación vocacional de los niños, se
inculcaba que en la futura elección laboral tu-
vieran en cuenta la felicidad de la población
en general y el bienestar del estado. En estos
nuevos métodos y normas se forma y educa
Jigoro Kano (Shihan).
Los expertos reconocieron que los manuales
eran útiles para enseñar «buenos modales»,
pero carecían de contenidos patrióticos y
reverenciales hacia la familia Imperial. La edi-
ción revisada de 1910 eliminó todas las leccio-
nes que reflejaban aspectos modernos y en cam-
bio se incrementaron las lecciones de la ética
familiar feudal. Por ejemplo: se suprimieron las
lecturas sobre «Las libertades de los Otros», «Las
libertades Cívicas», «El Progreso Social»; «Las
Rivalidades», etc. En su lugar se colocaron «Los
fundamentos de la Nación»; el «Resguardo y la
Prosperidad del Trono Imperial» y «Las instruc-
ciones de Nuestros Antepasados Imperiales des-
de su lecho de Muerte». Para los intelectuales de
la época, la versión de 1910 representaba la for-
mulación de la «moral nacional», pero, para al-
gunos investigadores actuales, eso constituyó la
formulación de la «ideología del Estado-fami-
lia».
Durante la década más occidentalizante del sis-
tema escolar cuando todavía prevalecía el Códi-
go Fundamental de Educación o Gakusei pro-
mulgado en 1872, el texto más leído por los di-
rectores de las escuelas y los maestros era: El
Libro Indispensable para Maestros de Prima-
ria. (Shôgaku Kyoshi Hikkei) de Morokuzu
Nobuzumi (1873). Este texto, reproducía la in-
fluencia del profesor de Organización Escolar
y de Pedagogía Moderna. El americano Marion
Scott, quien había dictado sus cursos para las
primeras promociones de maestros de la Escue-
56
la Normal de Tokio en 1872, comenzaba así el
libro:
57
canalizaba la civilización e ilustración a los jó-
venes más ambiciosos de familias comunes.
Muchos de estos jóvenes se destacaron en To-
kio, capital de la ilustración y la civilización, en
busca de la realización de sus ambiciones socia-
les. En este sentido, la importación de occidente
del sistema de exámenes así como la
competitividad que de ellos surgió, fue expandi-
da en el Japón a través de la escuela primaria
que sirvió como una red eficiente para la selec-
ción social a nivel nacional.
58
serio los pedidos de Kano (Shihan) argumentan-
do que era muy joven y muy débil. Entonces,
Kano (Shi-han) solicitó lecciones a Guenshiro
Imai, otro amigo de la familia que estudiaba Ju
Jitsu también en la escuela Kyushin.
Ante tantos rechazos y con su cada vez más
incentivado interés por aprender las técnicas del
Ju Jitsu se decidió a buscar un maestro en la
ciudad. Por ese entonces ya Kano (Shihan) te-
nía 18 años cuando se fundó lo que antiguamen-
te fue la Universidad Imperial de Tokyo. Entró
a ella en la segunda promoción de la Escuela de
Kano (Shihan) a los 18 años Literatura.
Un día que Kano (Shihan) paseaba por
NingyoCho en Nihombashi encuentra la casa de
Teinisouke Yagui, un osteópata. (Los osteópa-
tas tenían fama de haber sido antiguos practican-
tes de Ju Jitsu). Yagui escuchó los lamentos de
Kano (Shihan) para encontrar un maestro y le
dijo: «En Motodaiku-Machi, en el barrio
Nihombashi vive un alumno mío que se llama
Hachinosuke Fukuda y tiene una sala de prácti-
ca de Ju Jitsu».
Kano (Shihan) encontró el lugar, que era una sala
que tenía solamente diez tatamis que cubrían una
superficie aproximada a los 18 metros cuadrados.
Kano (Shihan) a los 22 años Solicita autorización para practicar y la obtiene.
Hachinosuke Fukuda tenía en esa época aproxi-
madamente unos 45 años y era muy bueno en la
parte práctica de las técnicas pero no así en la
forma didáctica de enseñar. Su sistema consistía
en dar breves y superficiales directivas técnicas
y luego entrar directamente a la práctica del
Randori (práctica libre de lucha). Era éste un sis-
tema didácticamente ineficiente, pero lo único que
Kano (Shihan) había podido conseguir. En agosto
de 1879, Fukuda, cayó enfermó y murió.
Tuvo otra vez Kano (Shihan) que ponerse a bus-
car maestro y así encontró la escuela de
Masotomo Iso. Este, como tercer maestro de la
Tenshin Shinyo Ryu, dirigía una sala de entre-
59
namiento en el barrio de Kanda, Tokyo. Iso, tenía
aproximadamente 60 años y no medía más de
1,55 metros, pero poseía brazos y piernas muy
fuertes y una personalidad que armonizaba con
sus místicos principios.
Kano (Shihan) elogiaba el entrenamiento de la
Tenshin Shinyo diciendo que era la mejor en la
enseñanza de las técnicas básicas. El alumno
Jigoro estaba más que contento por la suerte que
había tenido desde sus comienzos en el Ju Jit-
su. Primero fue el maestro Fukuda el que lo ins-
truyó en la lucha de estilo libre (Randori) y luego
fue Iso el que lo adiestró en las técnicas básicas.
Jigoro Kano (Shihan) siguió practicando en la
Tenshin Shinyo Ryu hasta que logró el grado
de Sensei o Maestro. En su ejercicio de la do-
cencia, Kano instruía a sus alumnos (20 o 30)
en las técnicas básicas para luego pasar a la se-
gunda parte de la clase en la que practicaba la
lucha de estilo libre (Randori). Era una práctica
diaria y sumamente fatigante.
60
raspaduras en las piernas y los brazos dejaban a
los ejecutantes llenos de lastimaduras.
No se sabe cuando el traje de JUDO adquirió su
forma actual, pero se piensa que, aproximada-
mente en 1907, Kano (Shihan) ordenó el diseño
de un traje parecido al actual.
61
tiendo en encuentros reales con golpes de puños
y piernas. Los encuentros de esos tiempos eran
más convencionales, casi deportivos.
En este DOJO que contaba solamente con 12
tatamis, las clases eran gratuitas, se lavaba y
cosía los Judoguis de los practicantes y se les
servía el té.
62
ra sus dotes personales, y su especialización eran
las Ciencias Estéticas y Morales. Esta especia-
lidad educativa deberá ser tenida en cuenta cuan-
do mencionemos más adelante, la proclamación
de los Principios Filosóficos que dan sustento al
verdadero Judo: «Seiryoku Zen’Yo: Eficacia
máxima en el uso de la energía (KI)» y «Jita
Kyoei: Prosperidad y beneficios mutuos».
Kano (Shihan) dictando una
A pesar de sus numerosas ocupaciones, seguía
clase sobre Kuzushi visitando a todos los Maestros de Ju Jitsu, para
(sentido del desequilibrio) consultarlos sobre sus técnicas al mismo tiempo
que estudiaba los estilos de lucha de otros paí-
ses. De esta forma, conduce finalmente al Judo
Kodokan, a una posición de real sustento y pres-
tigio que lo hace destacar de las otras escuelas
de Ju Jitsu y de todos los otros Artes Marciales.
Debido a ese mencionado prestigio, algunos vie-
jos Maestros de Ju-Jitsu fueron acercándose al
Kodokan, mientras que otros siguieron trabajan-
do en forma independiente en sus propias escue-
las con fines, objetivos y técnicas diferentes.
Eligiendo la denominación de JUDO en lugar de
Ju Jitsu, el Maestro Kano (Shihan) quería de-
mostrar que lo que se practicaba en el KODOKAN
era un sistema educativo-formativo para el cuer-
po, la mente y el espíritu y no simplemente una
actividad para aprender a pelear en la calle como
lo hacían alumnos de otras escuelas que ataca-
ban a los transeúntes.
Comienza ya a perfilarse la orientación de la nue-
va actividad basada en principios filosóficos de
humanización del hombre. Hablaba el Maestro
Kano del combate Zen, de la lucha con uno
mismo, del empleo de las técnicas para el
reencuentro personal para poder participar así
de la armonía universal en forma consciente.
Si él hubiese pretendido que el JUDO (como al-
gunos occidentales lo hacen actualmente) fuese
simplemente un método de defensa personal
o un deporte más, este hubiese caído en el olvi-
Piedra fundamental del Kodokan
en el Templo Eishoji
63
do como el resto de las otras escuelas de Ju Jit-
su.
El término Ju, significa flexibilidad, suavidad, ce-
der, dar lugar y Jitsu o Jutsu, significa arte o téc-
nica, en cambio DO, significa Camino, Forma
de Vida.
Al principio, la simple denominación de JUDO no
conformaba al Maestro Kano (Shihan), ya que
antiguamente había existido una escuela de Ju-
Jitsu la Jikishin Ryu que denominaba a su sis-
tema con ese nombre. Por eso, el Dr. Kano insis-
tía en denominar a su método JUDO KODOKAN.
En la actualidad, el nombre completo ha caído en
desuso por la desaparición de todas las otras
escuelas del antiguo Ju-Jitsu, utilizándose úni-
camente el término JUDO, que es como se lo
conoce internacionalmente en la actualidad.
64
el sistema de Gabinete. De este modo surgió el
Gobierno Constitucional, y el Estado moder-
no unificado con el firme propósito de admi-
nistrar la nación japonesa. En esta ocasión Mori
Arinori un gran pedagogo fue nombrado Minis-
tro de Educación quien, tan pronto asumió su
cargo, emprendió la reforma del sistema escolar
promulgando las ordenanzas que reglamentaron
el funcionamiento del sistema educativo en su
totalidad entre 1892 y 1906 a saber: «Ordenan-
za de la Universidad Imperial», «Ordenanza de
la Escuela Normal», «Ordenanza de la Escue-
la Primaria» y «Ordenanza de los Centros de
Enseñanza Media». El concepto que el Ministro
Mori tenía de la educación, giraba en torno a tres
ejes: a) Educación para enriquecer y fortale-
cer al Estado; b) Educación para la ilustración
con el objeto de cambiar la vieja conciencia y
c) Educación para el mantenimiento de la tra-
dicional política nacional del Japón.
Mori completó su proyecto educativo sobre la
base de una estricta distinción entre tareas aca-
démicas por un lado, y educación por el otro.
Las primeras debían ser llevadas a cabo por las
Universidades Imperiales, en tanto que la se-
gunda se brindaría en las escuelas de nivel se-
cundario y en las escuelas primarias. Entendía
por tarea académica, la búsqueda de la ver-
dad profunda de las cosas, y por educación,
la formación del pueblo para que cada perso-
na individual pudiera comprender plenamen-
te su deber como súbdito japonés, practicar
la otra ética y alcanzar un buen grado de cali-
ficación para gozar del bienestar. Obviamen-
te, ambos propósitos constituyeron el funda-
mento de la estructura dual de la educación ja-
ponesa que se destacó hasta los momentos pre-
vios a la II Guerra Mundial. En otras palabras, se
estableció una ruta escolar para inculcar la
ética de la clase militar (Samurai) al pueblo en
su conjunto, y otra ruta que monopolizó la
65
ciencia y la tecnología occidental al servicio
de las necesidades del Estado. Ambas rutas,
sin embargo, estaban igualmente imbuidas de un
fuerte espíritu nacionalista, dictados durante los
cuatro años de enseñanza obligatoria determina-
dos por la «Ordenanza Primaria» de 1886.
66
vancia en la sociedad, agregándose a ello, el he-
cho de que sus alumnos eran casi todos universi-
tarios. Las otras escuelas decían que la
fundamentación teórica del Kodokan era buena,
pero que en la práctica sus resultados eran casi
nulos. A consecuencia de esa situación los alum-
nos del Kodokan eran provocados constantemen-
te para competir con alumnos de las otras escue-
las. Si los Judokas (practicantes) no habían po-
dido demostrar la eficacia de sus técnicas era
porque todavía eran muy nuevos en su práctica.
Pero, después de un tiempo, comenzaron los pri-
meros encuentros y uno de los más destacados
fue el que realizaron el Ju-Jitsuka Hanzo
Nakamura y el Judoka 2do Dan Sakujiro
Yokoyama donde triunfó sobradamente el
Judoka.
En ese mismo año, el Jefe de investigaciones de
la Policía de Japón, organiza una competencia
en la que podían participar todas las escuelas ja-
ponesas que enseñaban técnicas de combate
cuerpo a cuerpo. El JUDO KODOKAN tuvo que
enfrentarse en la final con la Escuela de Ju Jit-
su Tozuka. Cada equipo tenía 9 hombres de los
cuales 2 empataron sus encuentros, ganando el
Kodokan los 7 restantes. Los Judokas del
Kodokan era muy jóvenes pero tenían una exce-
lente preparación física y mental. Utilizando pro-
yecciones, palancas y estrangulamientos pudie-
ron superar ampliamente a sus oponentes. Los
golpes con manos y piernas estaban prohibidos y
no era obligatorio tomarse de la ropa (Kumi Kata)
como en el Judo actual. Después de esta históri-
ca competencia, todo el mundo en el Japón reco-
noció las virtudes del Kodokan.
En esa misma época se establece en todo Ja-
pón la «Ordenanza de Educación Primaria» con
la currícula que incluía: lectura, escritura y arit-
mética.
67
Junio de 1886 Es nombrado Vice-Presidente de la Escuela
Gokushuin.
68
cionado para su elaboración: la Constitución ale-
mana de Bismarck. Si bien es importante tener
en cuenta el modelo de referencia de la Consti-
tución Meiji, su contenido no radicaba exclusi-
vamente en la emulación de la Constitución
germana. La Constitución japonesa concen-
traba la mayoría de los poderes en manos del
Emperador. El Preámbulo establecía que el
Emperador había heredado la soberanía del
Estado, de sus ancestros, y esta afirmación re-
mitía a la legitimidad de su figura ante el pueblo,
sustentada en la religión Shintoísta. El culto
Shinto contribuyó al logro de la integración na-
cional, ya que la principal deidad del Panteón,
Amaterasu Omikami, representaba a la ma-
dre de la familia Imperial. De este modo, el cul-
to a los antepasados, la reverencia y la devo-
ción a las deidades Shintoístas implicaban la
reverencia y la devoción al Emperador-Dios.
La unidad nacional y la identidad familiar se
construyeron sobre la base del culto Shinto.
Por otra parte, los principios políticos que
subyacían en el contenido de la Constitución,
reflejaban la influencia del pensamiento de
Herbert Spencer. Este pensador probablemente
haya sido, uno de los intelectuales occidentales
más influyentes en el pensamiento político y so-
cial japonés entre 1880 y 1900.
Algunas de las ideas de Spencer fueron muy úti-
les para los sectores más conservadores del go-
bierno que aspiraban a realizar cambios econó-
micos que permitieran al Japón alcanzar el desa-
rrollo industrial, pero conservando al mismo tiem-
po las relaciones sociales tradicionales (funda-
mentalmente el respeto por el orden y las jerar-
quías de la sociedad feudal).
La influencia spenceriana no se reflejó exclusi-
vamente a través de sus contactos personales
con líderes gubernamentales, sino también en las
obras de destacados intelectuales del período
Meiji. Tal es el caso del Shakaigaku, en el cual
69
se justifica de modo spenceriano, el sistema
dominante patriarcal y la hegemonía del Esta-
do nipón. Así lo expresaba Ariga:
«Cuando alcancemos este estadio, los derechos
del Estado y los derechos del individuo estarán
encaminados hacia la perfección... Podemos
concluir pues, que el sistema familiar japonés
es el que mantiene el equilibrio y la seguridad
de las relaciones entre los individuos y la so-
ciedad civil como un todo. Existen muchas
costumbres que no están escritas en nuestros
códigos legales y que son fundamentales para
mantener el orden social. Ellas son: el siste-
Kano (Shihan) a los 30 años
ma de subordinación de las distintas ramas
familiares a la familia principal, el sistema de
adopción para realizar la sucesión del Jefe de
familia, el sistema de sucesión de las ocupa-
ciones ancestrales, y la observancia o cum-
plimiento de los mandatos ancestrales. Cuan-
do analizamos estas relaciones, se torna evi-
dente que las características nacionales japo-
nesas, pueden ser determinadas según su pro-
pio sistema de relaciones familiares»
Existe una diferencia esencial respecto del pen-
samiento evolucionista de Spencer y el del so-
ciólogo Ariga, la cual se refiere a la finalidad de
la evolución social. Para Ariga, fiel al pensa-
miento tradicional japonés, el «Estado nacional
coincidirá en sus derechos con los derechos
de los individuos que integran la sociedad ci-
vil, eliminando –en sentido ideológico- las
contradicciones existentes entre el individuo
o sociedad civil y el Estado». Esta idea contri-
buyó a configurar el sentimiento nacionalista
de los grupos dirigentes, en función del cual
el progreso del Estado era más importante que
el progreso individual. Ariga, exalta también
el patriarcado familiar como uno de los mo-
dos de organizar la sociedad civil, facilitando
el control del equilibrio y de la seguridad so-
cial.
70
Las imágenes que los distintos sectores sociales
fueron construyendo de sí mismos, los condujo a
aceptar las obligaciones de su condición o posi-
ción en la sociedad. Así funcionaron los sistemas
políticos jerárquicos tradicionales. La sociedad
japonesa feudal se fundamentó esencialmente en
el convencimiento natural por parte de quienes
conformaban los cuatro estamentos: guerreros
Kano (Shihan) (samuráis); campesinos; artesanos y comer-
enseñando a niños ciantes acerca de la inamovilidad que la estruc-
en Alemania tura social poseía para que ésta funcione.
Fukuzawa ya lo había explicitado «la autoimagen
de los distintos actores sociales de los
estamentos contribuyó a fortalecer el autori-
tarismo ético imperante».
Los japoneses poseían una clara conciencia de
las diferencias existentes entre los códigos mo-
rales aplicados por los estratos superiores de la
sociedad feudal hacia los estratos inferiores. Esto
generaba una imagen o auto percepción de de-
beres, que según el rango social que ocuparan,
debía respetarse o hacerse respetar. Cada in-
Demostración del dividuo, según su capacidad y cuna, estaba su-
Uki Goshi bordinado a la coerción de otros, así como él mis-
mo, ejercía la coerción en otros que poseían un
rango inferior. Esta concepción aceptada y gene-
ralizada de una ética autoritaria no dio cabida a
ninguna demanda por los derechos del individuo
y de las libertades individuales.
El proceso histórico que se fue desencadenando
a partir de este momento nos lleva a distinguir el
carácter atípico del modelo social japonés en com-
paración con las naciones europeas.
71
mosas y fundamentales características de
nuestro Imperio, que constituyen justamente
las fuentes de los principios que deben servir
de norma para la Educación Nacional».
«Vosotros nuestros Súbditos, por lo tanto, sed
filiales a vuestros padres, afectuosos entre
hermanos, armoniosos como marido y mujer;
como amigos, fieles».
«Conducíos con propiedad y moderación; ex-
tended vuestra generosidad y benevolencia
hacia vuestros prójimos; aplicaos en vuestros
estudios y en vuestras tareas; cultivad vues-
tras facultades intelectuales y elevad vuestro
nivel moral; procurad obrar en beneficio pú-
blico y promoved el interés social; respetad
siempre la Constitución y obedeced a las le-
yes y ofreceos valientemente al Estado cuan-
do la emergencia lo requiera, para defender y
sostener la gloria y prosperidad de nuestro
Trono Imperial, coexistente con el Cielo y con
la Tierra».
«De esta manera no solamente afirmaréis
vuestra fortaleza como nuestros buenos y lea-
les súbditos, sino que honraréis a las mejo-
res tradiciones de vuestros ancestros».
«Es nuestro deseo que Nosotros, Vuestro
Emperador y Vosotros nuestros súbditos, en
común aceptemos con reverencia estos pre-
ceptos sagrados, con la unánime esperanza
en lograr la misma virtud». «Si se encuentra
un joven dotado de una inteligencia especial
hay que hacer que aprenda las letras escritas
de un lado al otro, y que se de cuenta de lo
esencial de una materia, y de acuerdo con ello
que investigue los principios de las cosas que
lo rodean, llenando así las necesidades de
cada día. Este Jitsugaku o verdadero saber,
es el conocimiento científico que todos deben
adquirir sin distinción alguna entre las clases.
Sólo después de haberlo adquirido tendrían
que seguir los hombres el Camino del Samurai,
72
del campesino, artesano o comerciante y em-
prender el cuidado de su casa. Sólo así puede
alcanzar su independencia un hombre, una
casa, una nación».
En suma, aspiraba promover el espíritu de inde-
pendencia y autorespeto, sobre la base del co-
nocimiento científico previo a cualquier determi-
nación de cuna y en función del talento de cada
uno. Así lo explicaba:
«De aquí en adelante, no habrá entre los súb-
ditos del Japón un rango innato: el rango que
corresponda a un hombre lo determinarán sus
talentos y la posición a la que llegue por ellos...
Ya está abierto el camino para que los hom-
bres de las tres clases (campesino, artesano
y comerciante) que demuestren talento entren
al servicio del gobierno... Nadie más ofensivo
y digno de lástima que el analfabeto»
El sistema elemental obligatorio y laico, que en
Europa y en algunos países de Latinoamérica fue
impuesto por la necesidad de la burguesía de
formar al ciudadano, para lo cual hubo que se-
parar formalmente al Estado de la religión –o al
menos reemplazar los valores ético-religiosos por
la nueva religión de la instrucción y el nacio-
nalismo- en Japón, en cambio, tuvo un desarro-
llo diferente. El contenido básico de la escuela
elemental gratuita y obligatoria fue Sheíshin (Mo-
ral, espiritual) derivada de la doctrina de
Confucio. La ética de la aristocracia feudal se
había convertido por obra y gracia de la escuela
elemental en la ética nacional del pueblo japo-
nés. Los contenidos educativos permitían formar
desde la más tierna infancia el disciplinado ca-
rácter japonés. En este sentido, si tomamos en
cuenta algunas de las virtudes promovidas por el
confucianismo y las asociamos con ciertas ex-
pectativas de conducta requeridas para el eficaz
funcionamiento del capitalismo, obtendremos al-
gunos capitalismos de la relación que pretendía-
mos establecer. La disciplina, el respeto por
73
las jerarquías naturalmente impuestas, la ab-
negación, el sacrificio, fueron conformando un
perfil de «leal y subordinado empleado-súb-
dito» apto para el desarrollo de cualquier
Empresa. Aún cuando esta empresa haya sido
en sus orígenes la gran Empresa del Estado-
nacional-japonés, la cual demandó de sus fie-
les y devotos súbditos elevadísimos sacrificios
individuales y colectivos para superar el atraso
económico y político que el encierro feudal le ha-
bía dejado.
Un sector noble y confuciano y un sector so-
cial común con una ética colectiva, fueron los
protagonistas que llevaron adelante el proceso de
modernización política y económica a partir de la
restauración de la figura imperial en 1868.
La urbanización, la migración de la población
rural de las ciudades, la abolición del sistema
feudal, la unificación territorial, la
promulgación de la Constitución, la construc-
ción definitiva del Estado-Nación Imperial y la
política educativa que instrumentó el sistema
escolar a partir de 1872, modernizaron la vida
del pueblo Japonés. La educación formal (o
más bien la acreditación de la misma) se con-
virtió en la única exigencia para acceder a los
mejores puestos laborales, volviéndose deter-
minante para la movilidad social en lugar de
los antecedentes de cuna o linaje familiar. Ja-
pón abrió su paso a la modernización (a diferen-
cia de algunas naciones occidentales) a través
de una particular lucha entre el modelo liberal
importado de los países más avanzados (Inglate-
rra, Francia y Estado Unidos) y un conjunto de
normas éticas consideradas autocráticas por los
propios asesores europeos.
A partir de 1890 y como consecuencia de la reac-
ción del Emperador ante la excesiva influencia
británica y norteamericana en el sistema es-
colar, los niños del nivel primario empezaron a
recitar diariamente el «Edicto Imperial de Edu-
74
cación» (el cual se convirtió prácticamente en el
catecismo de las escuelas públicas). Este Edic-
to exalta el patriotismo y la tradición ances-
tral nipona, promoviendo la piedad filial y la
lealtad hacia el Emperador, ambas asociadas
con la tradición confuciana. Exhortaba a los
japoneses a practicar las virtudes familiares dia-
riamente, así como estar preparado para servir
(con su vida si era necesario) al Estado y al Tro-
no. Estos contenidos se convirtieron en los pila-
res de la ideología nacionalista que dominó la
escuela elemental en el Japón de preguerra.
Conforme Japón iba conquistando triunfos mili-
tares (guerra ruso-japonesa y chino-japonesa)
se iba fortaleciendo el sentimiento nacionalista
(casi mesiánico) de algunos sectores tradiciona-
les. A su vez, las acciones bélicas promovieron
cierto desarrollo industrial y comercial que afian-
zó el modelo capitalista confuciano que el gobier-
no aspiraba consolidar.
A pesar del bienestar económico que la Primera
Guerra Mundial deparó para los comerciantes ja-
poneses quienes hallaron mercados en Asia y el
Pacífico y la prosperidad de los agricultores, en
1923 se produjo el pavoroso terremoto e incen-
dio que destruyó las ciudades de Tokio y
Yokohama que afectó gravemente los intereses
del Estado. Ante esta situación, la ideología
shintoista-confuciana fue impartida hasta sus
últimas consecuencias, tal como lo evidencia
un mensaje que el Emperador dirigió al pue-
blo dadas las catastróficas circunstancias:
«...Inculcar la educación es un deber que con-
tinúa el esfuerzo de los antecesores. He aquí
el desastre que nos distrae de nuestro pro-
grama. En los últimos años, ha habido pro-
greso en la Ciencia y en la Razón; pero, al mis-
mo tiempo hábitos frívolos y extravagantes se
han introducido y si estas últimas tendencias
no se frenan tememos por el futuro que será
oscuro y llevará al Japón al desastre. No es
75
posible esperar la restauración de la cultura y
la prosperidad si no se impone el poder de la
nación».
«Es el momento en que el pueblo debe ser
UNO (Jita Kyoei) y luchar con coraje. Para lle-
var a cabo tan noble fin, hay un solo camino:
seguir el consejo del antecesor Emperador y
observar fielmente la honorable tradición de
la educación de la moral y el estudio».
«Deben desdeñarse los hábitos frívolos y abor-
darse una vida noble y sincera, evitar exage-
raciones, ser obedientes con los padres, gen-
tiles hospitalarios, observar la moral y el or-
den público, respetar las responsabilidades,
ser leales al Soberano y a la familia Imperial.
Se debe tener mucho coraje, pagar tributo al
amor de los semejantes; ser disciplinados,
industriosos e inteligentes para poder ocupar-
se de asuntos que promuevan el bien público,
para esperar la prosperidad de la raza y el pro-
greso del pueblo. Esperamos de la fidelidad
de todos y deseamos fortalecer el Imperio y
realizar la Gran Aspiración».
76
Enero de 1892 En la primer dirección del liceo orientó la organi-
zación del sistema educativo moderno estableci-
do a partir de 1872, tomando como punto de refe-
rencia al modelo prusiano.
Enero de 1895 Se hacen por primera vez los festejos del Año
Nuevo en el Shimotomizaka Dojo.
77
gunos funcionarios gubernamentales por revertir
la tendencia provocada por las luces de la razón
occidental. Los japoneses tradicionalistas aspi-
raban retornar a las costumbres arraigadas en la
tradición nipona y elevarlas a la categoría de so-
ciología positiva como se desprende del pensa-
miento de Ariga.
El ejemplo histórico del Japón muestra cómo fue
posible que la conciencia tradicional feudal del
pueblo fuera aprovechada en la conformación de
las demás instituciones político-sociales del mo-
delo económico capitalista típicamente
confuciano. En síntesis, la revolución comercial
e industrial modificaron el modo de producción
feudal en un modo de producción capitalista pero
con la novedosa particularidad de la superviven-
cia de una conciencia popular feudal, reforzada
por la escuela pública y obligatoria.
78
ministrativas regionales) y 3) los maestros gra-
duados estaban obligados a servir en pues-
tos de enseñanza asignados por el Estado, a
cambio de becas y el pago de los dormitorios
que el sistema de internado imponía. La ma-
yoría de los estudiantes provenían de familias
campesinas, de una modesta clase media rural,
Clase en el Shimotomi Zaka Dojo y su educación familiar estaba caracterizada por
un orden patriarcal muy estricto. Ellos, luego se
convertirían en maestros de los niños de secto-
res rurales. Evidentemente a través del magis-
terio japonés se fortaleció el sentimiento na-
cionalista y se reforzó el sistema ético patriar-
cal-familiar.
No hay duda que Mori consideró la educación
de los maestros como una misión estratégica
dentro del sistema educativo en su conjunto. ¿Por
qué? Varias pueden ser las razones. En primer
lugar, porque funcionaban como un puente
entre la educación obligatoria y la superior,
es decir, entre el pueblo y la elite intelectual.
En segundo lugar, consideraba que los maes-
tros no debían ser ni exploradores ni organi-
zadores del conocimiento. Eran en realidad sólo
«difusores de un cuerpo de conocimientos
previamente sistematizados, a las generacio-
nes futuras». Por consiguiente, para desarro-
llar en el pueblo la lealtad y la moderación
como la eficiencia, el Estado debía velar por
la educación que se le brindará a los maes-
tros que operaban como «puentes».
Las escuelas normales tenían como slogan:
«obediencia, confianza y dignidad. El método
de Mori para lograr los propósitos simbolizados
en estas palabras fue imitar a las instituciones
militares, o en otras palabras, militarizar a los fu-
turos maestros de la nación. Usaban uniformes
militares e insignias, según lo imponía una Or-
denanza Ministerial. Se seleccionaban informan-
tes que reportaban secretamente al director, la
Kano (Shihan) a los 40 años conducta de sus compañeros de clase. Estos
79
reportes resultaban determinantes para el progre-
so del candidato en su carrera académica, du-
rante la vida en el internado y después de ella.
De este informe iba a depender el destino y el
salario una vez graduado. Obviamente normas
de conducta rígidas dominaban la vida diaria en
el internado: el supervisor era generalmente un
militar no-comisionado quien observaba hasta el
menor detalle el comportamiento de los estudian-
tes, cada acto cotidiano estaba reglamentado,
además, se agrupaban en «unidades», «batallo-
nes», «compañías» y «pelotones».
80
Noviembre de 1906 El día 11 de ese mes es terminado un nuevo
DOJO, el Shimotomizaka II con un total de 207
Tatamis. El motivo de ese crecimiento se debió al
estallido de la guerra chino-japonesa. Muchas
personas querían aprender el sistema de defen-
sa personal del Kodokan (Goshín Jutsu). So-
lamente los Judokas con grado Dan (Judansha)
ya sumaban 190 (de 1ero a 6to Dan). Esos pri-
meros Cinturones Negros tenían un gran presti-
gio y estaban autorizados a enseñar JUDO. En
ese entonces, el 6to Dan era el grado más eleva-
do.
81
Foto con importantes
Maestros de Ju-Jitsu en el Kodokan.
Olimpíada de Suecia
82
Enero de 1920 Hace su retrato de Alto Funcionario que podía
hacerse únicamente poseyendo como mínimo
el 3º Rango Imperial.
Marzo de 1921
Kano (Shihan) y
el Mtro. Mifune 10º Dan.
Kano (Shihan) a los 61 años
83
se lanzan los dos principios básicos y fundamen-
tales:
«SEIRYOKU ZEN’ YO» (eficiencia máxima en el
uso de la energía), y «JITA KYOEI» (prosperi-
dad y beneficios mutuos).
De acuerdo a lo que hemos visto anteriormente,
se sabe que cuando los monjes del Budismo Zen
de la secta contemplativa de Daruma (la 19na.
encarnación de Buda) ingresaron a Japón, in-
fluyeron notablemente en el aspecto filosófico-
religioso del país y como consecuencia también
en los Artes Marciales. Esto es fácil conjeturarlo
por el cambio que sufren los Samurais
(guerreros)al establecer el Bushi-Do o Código
de Honor del Guerrero, que se destaca por con-
tener una amplia influencia Zenista en su decla-
ración de principios. Muchos nobles guerreros
Kano (Shihan) a los 65 años fueron educados en los templos Zen en la disci-
plina del autocontrol (Zazen), mediante lo que
se denominaba combate Zen. Este sistema de
autodisciplina que el practicante ejercitaba con-
sigo mismo y con los otros, para domesticar su
naturaleza y armonizarla con las leyes del Uni-
verso era un medio, una forma, un camino (do)
por el cual el guerrero Zen conseguía la perfec-
ción de sí mismo, su autorealización.
Foto con importantes Maestros Esto, quizás, debería servirnos de base para apre-
de Ju Jitsu. ciar la inteligente visión del Maestro Kano
(Shihan) (doctorado en Letras y Especializado
en Ciencias Estéticas y Morales), quien por su
profesión debe haber sido un profundo conoce-
dor del Budismo Zen.
Lo importante de su idea consistió en revitalizar
un Arte Marcial, transformándolo en un sistema
educativo-formativo que utiliza los principios de
la no-agresión del Budismo y poniéndolo al al-
cance del pueblo. Antes, los Artes Marciales es-
taban reservados exclusivamente a los nobles y
a los militares.
El Maestro Mifune 10mo. Dan, explica la idea
Kano (Shihan) a los 63 años
del DO en estas líneas que transcribimos:
84
«DO significa CAMINO y según la idea moral del
Bushi-Do, existe el GRAN CAMINO o CAMINO
VERDADERO y los otros caminos (dicen los hin-
dúes que cada paso que el hombre da, abre mil
senderos). Caminos accesorios que pueden con-
ducir al mismo fin, pero de una manera diferente
y mucho más lenta.»
Toda la familia de Kano (Shihan).
«Este CAMINO es algo muy difícil de explicar con
palabras, ya que la palabra nunca es la cosa ex-
plicada. Es como si quisiéramos explicar el color
verde o cómo es una persona a la que jamás he-
mos visto, o el gusto de una manzana.»
«El DO es el concepto moral por el cual la vida
humana individual sigue la voluntad Celeste
(Cósmica), de tal forma que pueda encontrar
la felicidad personal y de esa forma traer la paz
a la raza humana. Cuando decimos Celeste no
hacemos exactamente una cuestión de tipo re-
ligioso, sino que nos referimos a los fenóme-
nos naturales que influyen directamente en
nuestra vida diaria y que son los que reinan en
Kano (Shihan) a los 65 años
el Universo: nacimiento, crecimiento, desarro-
llo, reproducción y muerte. Ciclo completo de
los cambios incesantes de la naturaleza».
«La idea del GRAN CAMINO (O-DO) es una es-
pecie de CAMINO CELESTE (TEN-DO) que con-
siste en administrar sabiamente nuestra vida per-
sonal, lo que traerá aparejado administrar la de
nuestra familia, la de nuestro entorno, la de nues-
tro país, para llegar así a la paz universal»
«Lo que cabe preguntarse ahora, es ¿cómo pue-
de llegarse a un estado de paz, amor y armonía,
usando como medio técnicas que sirven para
matar?. Resulta verdaderamente paradójico y
observado superficialmente provoca incredulidad»
«El DO es una idea moral introducida por los sa-
cerdotes budistas Zen en el medio rural del extre-
mo oriente (China y Japón). Se sabe que en el
Japón, los agricultores, al contrario de lo que su-
cede en algunos países occidentales, son respe-
tados a tal punto que podían llegar a alcanzar el
85
tercer rango en la jerarquía Imperial Emperador y
nobles, militares, agricultores, artesanos, obreros,
etc. y en último lugar los comerciantes.»
«El DO surge de la observación de la natura-
leza y como el pueblo agrícola se nutría casi
exclusivamente de granos (arroz, avena, etc. )
y de frutas, los fenómenos naturales van dan-
do a esos hombres la comprensión de la feli-
cidad que produce la coexistencia y la pros-
peridad mutua, así como la obligación de los
hombres a vivir de acuerdo a las leyes de la
naturaleza y no en contra de ellas. Por ejem-
plo, el problema de la coexistencia está ilustrado
por los granos que, si ellos caen en la tierra muy
cerca uno de otro, dan lugar a que las plantas
jóvenes deban luchar unas contra otras en el suelo
limitado, mientras que si cada uno respeta el lu-
gar de los otro granos, prosperarán todos».
Una frase escrita en una de las paredes del
Kodokan, dan idea clara sobre el DO: «Nunca
piense en usted, olvide su casa, piense en el
mundo». Idea que indica el Camino de la paz
Demostración de Defensa individual y mundial, verdadero objetivo del
Personal en una comisaría en JUDO. Sus técnicas no son más que un medio
Berlín. para conseguir ese objetivo.
«Hablar del DO con los jóvenes es muy difícil, ya
que por su propia naturaleza tienen más afición
por las actividades físicas que por las palabras
serias y ampulosas. Su interés pasa más por la
técnica del JU que por los principios del DO, pero
con el tiempo y la guía de buenos Maestros, lle-
gan a comprender que no puede haber
profundización ni perfeccionamiento del JU sin la
aplicación plena y total del DO «
«El ideal del JUDO es, entonces, contribuir a
la amistad humana, mediante una eficaz, her-
mosa y placentera utilización de la energía vi-
tal (Ki)»
«Utilizando el término DO en lugar de JITSU (Téc-
nica) después del término JU (suavidad, flexibili-
dad), el Maestro Kano (Shihan) pretendía de-
86
mostrar que la práctica del JU-DO no tenía como
fin exclusivo arrojar al suelo a un oponente (que
si es la finalidad del JU-JITSU) sino de armoni-
zar con el oponente para recorrer juntos median-
te la suavidad el Camino de la Verdad, aunque
sea en la desigualdad de opiniones».
«Si el JUDO tuviese que ser utilizado en un com-
bate real, éste debiera realizarse únicamente para
servir a la justicia en contra de la injusticia,
sirviendo de esta forma al mejoramiento de la ar-
monía y la paz en el mundo».
Kano (Shihan) a los 67 años
87
Diciembre de 1933 El 31 de ese mes se termina un nuevo Dojo, el
Suidobashi que tiene varias oficinas y 500
Tatamis que cubren una superficie de 1000 me-
tros cuadrados y el 4 de enero de 1934 se realiza
la mudanza. Esta construcción se hizo para res-
ponder a la demanda de inscripción ya que para
ese entonces se anotaban para practicar 1000
aspirantes por año.
88
tiempo aunque el viento era un poco fuerte. Por
primera vez el Maestro Kano estuvo ausente en
el comedor y yo preocupado le pregunté al Capi-
tán la razón de la ausencia. Este me respondió:
«Tiene 39 grados de fiebre y se ha quedado en la
cama». Nosotros estábamos preocupados porque
él era una persona de edad. Yo había escuchado
por los pasillos que el Sr. Kano había comentado:
«Yo no me siento viejo». Él había venido al co-
medor alrededor de las 10,30 tomó un desayuno
y luego tuvo un vómito.
A la tarde, habíamos ido a un «Shiaki-dinner»
sobre el Tatami del comedor del barco. Cuando
bajé al comedor y noté que había cuatro almoha-
dones pregunté: «¿Así que el Sr. Kano vendrá
esta tarde? El Capitán me respondió: «Él es tan
obstinado, que seguramente va a venir». Había-
mos comenzado a comer cuando lo vemos apa-
recer, sostenido por un joven tripulante. Él pare-
cía mucho más débil que la tarde anterior. Su ros-
tro estaba pálido y dijo: «Está haciendo mucho
frío». Sus piernas estaban débiles, y se sentó en
su cojín. Temblaba de frío. Comió un trozo de
Shiaki, otro de carne y al final un pocillo de Saké.
Seguidamente comenzó a tener náuseas y soli-
citó a un mozo que le alcanzara un recipiente. Se
lo notaba impaciente y pude ver que su ánimo
estaba muy alterado.
Con el Capitán y el Ingeniero Jefe del barco, no-
sotros hablábamos sobre el combate aéreo so-
bre HanKéou en China, y M. Nakai hizo un relato
sobre los temas tratados en la conferencia de El
Cairo. Preguntó luego si el Prof. Kano nos estaba
escuchando, pero se notaba que estaba muy des-
compuesto.
Él come un poco de arroz muy líquido y al fin un
poco de Saké penosamente, porque sus manos
estaban muy temblorosas. El joven acompañan-
te le sugiere regresar a su cabina, pero él res-
ponde: «No, todavía no», e intenta permanecer
89
hasta el final del relato, pero luego le dice al jo-
ven que lo acompañe y se retira.
Nosotros estábamos realmente apesadumbrados
porque había hecho un gran esfuerzo para estar
presente en esa reunión.
Al día siguiente no hace preparar su mesa, noso-
tros estábamos ansiosos con la idea de hacerlo
cambiar de opinión y de poder comer acompa-
ñándonos, pero, enseguida nos dimos cuenta de
que el joven acompañante era el que no lo deja-
ba salir de su camarote.
El 2 de Mayo, tenía 40 grados de fiebre. El médi-
co del barco le hacía compresas sobre el pecho
para evitar la neumonía y le prodigaba todos los
cuidados posibles. Luego envía un telegrama a
Tokyo informando que Kano estaba seriamente
enfermo.
Gracias a esos cuidados, al día siguiente, su fie-
bre baja a 38 grados y nosotros deseábamos que
se mantuviera así hasta Yokohama donde podía
tener la posibilidad de internarse en un sanatorio
u hospital.
La tarde del 3 de Mayo, tuvimos una reunión de
pasajeros por pedido del médico. Yo no sabía
porque se hacía una reunión tan importante, to-
dos tenían cara triste. Entonces el Capitán nos
invita para hablar unos minutos en su cabina. Yo
vi que en la puerta del dormitorio de Kano había
un joven parado y pensé que podía pasar que el
médico estuviera en la habitación atendiéndolo.
Sin pensar que la cosa fuese realmente grave y
menos aún que estuviese a punto de morir.
A la mañana, como de ordinario, me levanté a las
8,30 para el desayuno, y allí me encontré con el
Comisario del barco, que me dijo: «El Sr. Kano
ha muerto». Ustedes no pueden imaginarse mi
estupefacción. Yo no sabía que hacer. El Capi-
tán tenía los ojos rojos de llorar y estaba sin afei-
tar y todo el mundo estaba sumamente silencio-
so. Escuche que el Maestro Kano había muerto
mientras estaba dormido, en forma muy pacífica,
90
de una neumonía a las 6,33 de la mañana. Su
cuerpo estaba en la cama de costado. No supe
decir que pasaría con los Juegos Olímpicos que
iban a realizarse en Tokyo y para los cuales él
había viajado solo. Tampoco sé cómo no había
ido acompañado, lo que sí se, es que había tra-
bajado intensamente como delegado. Murió dos
días antes de llegar al puerto de Yokohama. Tuve
el inmenso honor de haber pasado los últimos
once días de su vida junto a él y deseo que se
recuerden los inmensos servicios que le brindó al
Japón y al mundo con su entrega incansable so-
bre el Hikawa Marú, 4 de Mayo de 1938.
91
Estatua del Mtro. Jigoro Kano en el Kodokan.
92
TEMA 4
EL JUDO Y L
LAA CRISIS
DEL H OMBRE A
HO CTU AL
CTUAL
ACTU
93
94
TEMA: 4
95
es, el permanente alerta, la perpetua inquietud, mirando, oyendo todas
las señales que les llegan desde su alrededor, atentos sin descanso a
todo el contorno, como temiendo que de él llegue el peligro, al que está
forzado a responder automáticamente con la fuga o el mordisco. Es decir,
con lo que se ha dado en llamar la reacción de lucha o huída. El animal vive
en perpetuo miedo del mundo, y a la vez, en perpetuo apetito de las cosas,
que se dispara también sin control e inhibición posibles, lo mismo que el
miedo. En uno y otro caso, son los objetos, las cosas y los sucesos del
contorno los que gobiernan la vida del animal llevándolo y trayéndolo
como una marioneta. Él, no gobierna su existencia, no vive de su sí
mismo, desde su mundo interior, sino que está siempre atento a lo que
pasa fuera de él, a lo otro que no es él.
Este vocablo otro, de nuestro castellano, no es sino el latino alter.
Decir, pues, que el animal no vive desde sí mismo, sino que lo hace desde lo
otro, traído, llevado y tiranizado por lo otro, equivale a decir que el animal
vive siempre alter-ado; que su vida es constitutiva alteración.
El hombre, en cambio, puede desprenderse de su derredor, desenten-
derse de él, volverse de espaldas al mundo y meterse dentro de sí, atender
su propia intimidad o, lo que es igual, ocuparse de sí mismo y no de lo otro,
de las cosas. Posee el hombre como privilegio, la condición de poder salirse
del mundo de las cosas y de las circunstancias, y al salirse del mundo meter-
se en otro mundo, su mundo interior. Este poder que tiene el hombre de
pensar, meditar, es el sorprendente hecho de meterse dentro de sí mis-
mo, es decir, ensimismarse. Pero a ese ensimismamiento le sigue luego
el hecho de volver a sumergirse de nuevo entre las cosas del mundo sin
entregarse del todo a ellas, llevando un plan contra ellas, un proyecto de
trato con ellas, de manipulación de sus formas, que produce una mínima
transformación en su derredor, la suficiente para que le opriman un poco
menos y en consecuencia, le permitan más amplios y frecuentes
ensimismamientos, y así sucesivamente.
Esto es lo que va a separar completamente, distinguiéndola, la
vida humana de la vida animal, por eso, si el hombre goza de ese privilegio
de liberarse transitoriamente de las cosas, y poder entrar a descansar en sí
mismo, es porque con su esfuerzo, su trabajo y sus ideas ha logrado reobrar
las cosas, transformarlas y crear a su alrededor un margen de seguridad
siempre limitado, pero siempre en aumento. Esta creación específicamente
humana, es la técnica. El hombre, por lo tanto, más que por lo que es, por lo
que tiene, escapa de la escala zoológica por lo que hace (Homo Faber),
por su conducta. De allí que tenga que estar siempre vigilándose a sí mis-
96
mo, y esa vigilancia se traduce en tres momentos diferentes que se repiten
cíclicamente a lo largo de la historia del hombre en formas cada vez más
complejas:
1. El hombre se siente perdido, náufrago de las cosas: es la alte-
ración.
2. El hombre, con un enérgico esfuerzo, se retira a su intimidad
para formarse ideas sobre las cosas y su posible dominación;
es el ensimismamiento, la vita contemplativa que decían
los romanos, el theoretikosbios de los griegos, la medita-
ción, la teoría.
3. El hombre, decide volver a sumergirse en el mundo para ac-
tuar en él conforme a un plan concebido; es la acción, la vida
activa, la praxis.
Se ve, por lo tanto, que acción no es cualquier andar a los golpes con
las cosas en torno, o con los otros hombres: eso es la alteración. La acción
es actuar sobre las cosas materiales o sobre los otros hombres conforme a
un plan preconcebido en una previa meditación o pensamiento. No hay
acción humana auténtica si no hay pensamiento previo.
Hemos dicho más arriba, que el hombre se ha perdido nuevamente, y
esto es fácil corroborarlo, ya que los pueblos que se han desarrollado técni-
camente son los que más están sumergidos en la alteración. Esos pueblos
actuales han comenzado a dejarse atropellar por el placer, la droga, el
sexo, la lujuria, el exceso, el lujo de las comodidades. Las luchas socia-
les entre los que más tienen y los que nada poseen, son cada vez más cau-
santes de dolor y espanto. Todo eso produce en el hombre actual una desa-
zón en su alma, llenándolo de asombro, de estupor, de sorpresa, de pasmo,
de impotencia y a veces de vergüenza.
A pesar de los avances tecnológicos que hacen que el hombre pueda
satisfacer cada vez, más cantidad de deseos, se presenta en él, como una
especial característica, un estado exagerado de tensión interior. Pierde en-
tonces, la capacidad de ensimismarse, de recogerse con seriedad en su in-
terioridad y entonces solamente habla de acción, poniéndose fuera de sí, y
cuando se pone fuera de sí es que aspira a descender, y cae en la animalidad,
en la alteración y cuando estos estados de alteración de angustia, de
tensión, de miedo, se hacen permanentes, el hombre cae preso de lo
que se ha dado en llamar shok del futuro. Vale entonces preguntarse:
¿Será esa angustia, esa tensión, ese temor, el resultado de una vincula-
ción estrecha entre deseo satisfecho e insatisfecho permanente? ¿Será
97
cierto que la satisfacción de un deseo trae aparejada la aparición de
otro de mayor intensidad?
No cabe duda de que la técnica y su consecuencia, la sociedad de
consumo, está estructurada sobre la base de la satisfacción de deseos.
No tiene antecedentes históricos la cantidad de gente en todo el mundo
que posee un alto confort. En la historia antigua, el hombre podía disponer
de riquezas pero la falta de tecnología no le permitirá vivir con confort. Un
hombre de la clase media de un país medianamente desarrollado vive hoy
mucho mejor que cualquier señor feudal de la edad media. Pero a pesar de
eso, y del aumento de su tiempo libre, el hombre va cayendo cada día más
en las garras de la angustia, de la soledad, del miedo, de las enfermedades
psicosomáticas, de las drogas, de las enfermedades mentales y cardio-
vasculares. Todo eso trae aparejado una baja calidad de producción a nivel
expresivo, un permanente estado de alerta y una búsqueda desesperada de
refugio y protección.
Cabe entonces deducir, que el avance tecnológico ha traído por un
lado, la satisfacción de los valores sensorios y por el otro un aumento ince-
sante de la angustia y la insatisfacción. Esto, de por sí, resulta no solamente
contradictorio, sino que significa que la satisfacción de los deseos no trae
aparejada la realización personal y humana del hombre y menos aún, la ar-
monía social. Pero toda esta serie de apreciaciones puede servir como
punto de referencia para demostrar que el hombre que realmente quie-
re salir de ese estado de alienación, de alteración, de prisión, puede y
debe hacerlo.
Es indudable que el éxito conseguido por el hombre en la transforma-
ción del mundo, ha provocado en él, una especie de deslumbramiento tecno-
lógico que lo ha llevado a un estado de momentáneo arrobamiento consigo
mismo, pero, al dejar pasar el tiempo y acostumbrarse a que todo lo que ha
descubierto para su confort no le sirve para mejorar su interioridad, lo ha
sumido en un nuevo estado de desesperación. Todos esos descubrimientos
técnicos trajeron grandes cambios en las distintas sociedades y en todos los
campos de la vida. Estos cambios provocaron y provocan una serie de pre-
siones para las que el hombre normal no ha tenido tiempo material de ade-
cuación. Ese exceso constante de estimulación sensorial hace que el hom-
bre ya no pueda refugiarse dentro de sí, en su interioridad, sino que por el
contrario, deba estar permanentemente alerta a lo otro que no es él, al alter,
y por eso vive en constante y sufriente alteración.
Se siente el hombre en todas las horas de su vida, bombardeado
sensorialmente, dando a entender con esta definición, los efectos destructivos
98
que la celeridad del ritmo actual ejerce sobre la vida humana. Ese shok
del futuro se manifiesta principalmente por la incapacidad del hombre
para soportar la velocidad del cambio causándole debilidades en los
aspectos físico, mental y emocional. No alcanza de ninguna manera el
estado psicológico equilibrado para paliar este inmenso daño, lo que le pro-
voca, entonces, un estado de insatisfacción constantemente. Este estado
de insatisfacción, de desequilibrio, le causa un desgaste excesivo y
permanente de energías y le trae como consecuencia, lo que en medici-
na se ha dado en llamar “síndrome de estrés”.
Estrés es una de esas palabras que siempre se asocian a un concepto
negativo. Son pocos los que saben, que de hecho, se trata de una respuesta
adaptativa que nos ayuda a generar el equilibrio necesario para la vida. El
caso es que, cuando la demanda del medio excede a nuestra capacidad de
respuesta, el estrés positivo (eustress) pasa a ser negativo (distress) y
ahí empieza el problema. Médicos y psiquiatras coinciden en que el trastorno
constituye La patología del momento. Y no estamos hablando de una afec-
ción menor. Más allá de los daños emocionales, tiene consecuencias físicas
que en casos muy extremos, pueden llegar a ser mortales. También es cierto
que los profesionales de ambas especialidades, trabajan de la mano con el
fin de detectarlo a tiempo y enseñarnos a manejarlo, para poder vivir mejor.
La doctora Diana Zabalo, presidente de la Asociación Argentina de
Psiconeuroinmunoendocrinología (AAPNIE), explica que “todos necesitamos
una cuota de estrés para vivir. Constantemente existe un equilibrio dinámico
en el que hay situaciones que demandan y producen un cambio en la condi-
ción de la persona. En ninguna ciencia biológica existe la parálisis, porque
es sinónimo de muerte. Y el eustress son esas respuestas del individuo al
medio que le permiten crecer, desarrollarse y seguir viviendo normalmente”.
Agilizar la memoria, ser creativos, y mantener buenas relaciones con el en-
torno, son algunas de las cosas que logramos gracias al estrés positivo,
que produce vitalidad, entusiasmo, optimismo y hasta resistencia frente a la
enfermedad.
El problema aparece, entonces, cuando las demandas coinciden con
los recursos y surge un desequilibrio que implica la aparición de reacciones
que afectan la salud física y mental de las personas. “De alguna manera, el
cuerpo nos está avisando que el peso de la mochila que cargamos superó
nuestra capacidad”, ejemplifica el doctor Daniel López Rosetti, presidente de
la Sociedad Argentina de Medicina del Estréss (Sames). Pero no se crea que
se trata de un problema excluyente de las personas “muy ocupadas”. “Es
una respuesta psicológica, fisiológica y corporal de un sujeto que tiende a
99
restablecer un equilibrio frente a presiones tanto internas como externas.
Pueden ser hechos reales o imaginarios y hay que tener en cuenta que el
estrés es subjetivo. La misma situación produce efectos diferentes en cada
persona. Un ejemplo claro y cotidiano es el de los perros: hay gente a la que
le producen ternura y siempre se acercan a acariciarlos, mientras que a mu-
chos, les dan terror y hasta se cruzan de vereda cuando ven uno cerca”.
“Las personas que presentan trastornos de ansiedad padecen montos
de estrés, porque no pueden procesar las situaciones que los afectan. Se
ven sobrepasadas porque creen que no pueden responder adecuadamente,
o bien, porque lo hicieron en algún momento y sienten que quedaron lastima-
dos por esa respuesta. Y el trastorno aparece cuando anticipan con temor, la
posibilidad de que ocurra algo malo, debido a que no cuentan con los recur-
sos para enfrentarlo y esa sensación también lo estresa”.
“Uno de los primeros indicadores del estrés es el insomnio –explica
Finkelsztein-. También la irritabilidad, el aumento de la ansiedad, la depre-
sión, las fallas en el rendimiento, la disminución de la memoria y de la capa-
cidad laboral y el cansancio y la fatiga matinal persistentes”.
“El estrés se clasifica en agudo, postraumático y crónico. El pri-
mero es una reacción a una respuesta estresante, donde rápidamente el
sujeto tiende a adaptarse y con una pequeña ayuda, puede volver a una
situación de estabilidad. En los otros dos aparecen síntomas patológicos”,
apunta Finkelsztein.
La pregunta que ahora cabe: ¿Se puede convertir el estrés negati-
vo en positivo?
“Las razones que nos producen estrés no van a ceder, al contrario.
Entonces, lo que podemos hacer es cambiar nosotros y aprender a
enfrentarlas, manteniendo la salud, las relaciones e incrementando la cali-
dad de vida”. Frente a lo que la Dra. Zabalo agrega: “Los argentinos nos
acostumbramos a vivir en estrés permanente. Y por eso es tan importante
que logremos evaluar las situaciones y dar una respuesta creativa y positiva.
Porque si no, nos sumergimos cada vez más, incluso como comunidad”.
En cuanto a las formas, los especialistas coinciden en señalar lo fun-
damental de la psicoeducación, la importancia de llevar una vida saludable y
en algunos casos, la opción de recurrir a los fármacos. “Un abordaje
multidisciplinario. Desde los clínicos para tratar los síntomas, armar un plan
de nutrición que los lleve a un peso adecuado, enseñarles técnicas de medi-
tación (Mokusó) y relajación (Kujikú) e instruirlos, para que eviten el con-
sumo de alimentos artificiales que contienen metilaxinas. En lo psicológico,
100
que logren un mejor manejo de las emociones y puedan identificar y contro-
lar los factores estresores. Y también en lo que a la filosofía de vida respecta:
objetivos alcanzables, una escala de valores apropiadas y relaciones socia-
les y emocionales fructíferas”, enumera López Rosetti.
Desde la dimensión personal, la Dra. Zabalo asegura que “existen vi-
vencias que hacen crecer el estrés. Hay sujetos que en lugar de deprimirse
cuando atraviesan por una situación de estrés, como puede ser el diagnós-
tico de una enfermedad, descubren un montón de cosas por las cuales vivir.
A partir de la adversidad, pegan un salto cuantitativo y cualitativo y se con-
vierten en algo que no tenían planeado. Es lo que llamamos resiliencia. A
veces un duelo, hace que alguien se transforme en líder de la comunidad,
por ejemplo. Tiene que ver con poder descubrir las propias fortalezas, pero
es muy difícil hacerlo únicamente desde la introspección y son fundamenta-
les las redes de contención social, salir a pelearla con otros pares y ayudarse
mutuamente”. Y para concluir, destaca alguna características básicas a al
hora de aprender a capitalizar el estrés: “Fortalecer el humor, el optimis-
mo, la solidaridad y la búsqueda de trascendencia”. Cuatro metas que
vale la pena tener en cuenta.
Cuando una persona se ve sometida a un cambio continuo de su bio-
ritmo, su cuerpo debe reaccionar ante la exigencia que le pone dicha cir-
cunstancia. Al tener que adaptarse a esas nuevas circunstancias que consti-
tuyen un desafío para sus facultades, el hombre reacciona en su nivel
bioquímico y en el fisiológico. Este proceso de adaptaciones tiene una exi-
gencia impuesta a los recursos esenciales del cuerpo y que agota sus ener-
gías. Verse repetidamente expuesto a un exceso de stress sin tener el des-
canso suficiente para restaurar los recursos corporales disminuidos, pone en
marcha un proceso de debilitamiento, que va deteriorando todos los aspec-
tos de la existencia de una persona. Cuando el hombre comienza a sufrir
de stress acumulado, su disposición a las enfermedades aumenta con
especial disposición hacia las psico-somáticas. Empieza a sentirse per-
turbado por una inexplicable frustración, depresión o sentimiento general de
insatisfacción y de falta de objetivos claros. Cuando el stress se acumula, se
observa una pérdida de claridad mental y de apertura emocional que pone en
peligro las relaciones interpersonales. Un exceso de stress provoca, ade-
más, incapacidad para la toma de decisiones, para un planeamiento efectivo
de la vida y un desempeño laboral eficiente. Debido a la total interdepen-
dencia entre los procesos corporales, emocionales y mentales, el stress
afecta todos los aspectos vivenciales del hombre.
101
La rapidez con que avanza el progreso plantea la exigencia de que la
gente libere prontamente su stress interno y llegue a usar plenamente sus
recursos para resolver las crisis externas derivadas de la creciente fragmen-
tación social. El hombre debe flexibilizarse, adecuarse, aprendiendo a hacer
frente a una gran variedad de exigencias físicas, emocionales e
interpersonales rápidamente cambiantes, sin caer en un exceso de stress.
Debe aprender a responder con eficiencia, a discriminar con lucidez y a to-
mar las decisiones adecuadas en medio de las circunstancias que se modifi-
can acelerada y continuamente. Debe llegar a autoabastecerse, en el senti-
do de encontrar en su propio interior insatisfecho, satisfacciones perdura-
bles, en vez de buscar papeles rígidamente establecidos por la sociedad
para desempeñarlos. El hombre debe desarrollar cabalmente su capaci-
dad de armonizar experiencias con el fin de mantener la riqueza de su
propia vida en medio de un cambio en constante aceleración. Finalmen-
te, debe recurrir a toda la medida de su creatividad y de su inteligencia para
asegurar su adecuación continuada al desarrollo tecnológico, y a un destino
que se constituya ampliamente en base de la vida.
El Judo propone para superar esa crisis actual, el uso dosificado
racionalmente en cada etapa de crecimiento y desarrollo de sus agen-
tes constitutivos: Kata (Formas establecidas), Randori (Lucha conven-
cional), Shiai (Lucha competitiva reglamentada), Goshín Jutsu (Arte de
la defensa personal), Jumbi Undo (Gimnasia formativa), Seiri Undo (Gim-
nasia de flexibilidad y vuelta a la calma), Mokusó y Zazen (Técnicas de
meditación) y Kujikú (Técnicas de relajación) y la práctica social del Rei
Ho (protocolo).
El JUDO desarrolla VALENTÍA para enfrentar la vida sana y digna-
mente.
Valentía es adentrarse en lo desconocido a pesar de todos los miedos.
La valentía no es falta de miedo. La falta de miedo surge cuando cada vez te
vuelves más valiente. La falta de miedo es la experiencia absoluta de la va-
lentía; es la fragancia de la valentía cuando ésta es absoluta. Pero, en prin-
cipio, no hay tanta diferencia entre una persona cobarde y una valiente. La
única diferencia es que el cobarde presta atención a sus miedos y se
deja llevar por ellos, mientras que la persona valiente los aparta y sigue
su camino. Conoce el miedo, sabe que está ahí, pero va y lucha.
Cuando te adentras en un mar desconocido, como hizo Colón,
tienes miedo, un miedo terrible, porque nunca sabes lo que puede su-
ceder. Abandonas la orilla de la seguridad. En cierto sentido, estabas
perfectamente tranquilo, pero te faltaba una cosa: la aventura. Te debe
102
emocionar adentrarte en lo desconocido. El corazón empieza a latir de
nuevo, estás vivo de nuevo, totalmente vivo. Todas las células de tu ser
están vivas porque has aceptado el desafío de lo desconocido. Esa es la
virtud del Judo con su Randori, su Shiai o su Goshín Jutsu.
Cuando vas a enfrentar a otro Judoka los miedos están ahí, pero si
sigues aceptando el reto, poco a poco, esos miedos irán desapareciendo. La
experiencia de felicidad que nos produce lo desconocido, el gran éxtasis que
empieza a suceder con lo desconocido, te vuelve más fuerte, te da integri-
dad, agudiza tu inteligencia. Por primera vez, empiezas a sentir que la vida
no es sólo aburrimiento, sino aventura. Después, poco a poco, irán des-
apareciendo los miedos y siempre estarás buscando nuevas aventuras.
Pero, básicamente, la valentía es arriesgar lo conocido por lo descono-
cido, lo familiar por lo no familiar, lo cómodo por lo incómodo, una ardua
peregrinación a un destino desconocido. Uno nunca sabe si será capaz de
conseguirlo o no. Es apostar, y sólo los jugadores saben lo que es la vida.
El Judoka aprende en el Dojo a perder los temores enfrentándolos,
a veces ganando y otras perdiendo, así es la vida y sus circunstancias.
Lo importante es vivir con sabiduría, y ésta se aprende solamente con
la experiencia de la observación de la mente con la experiencia de la
observación de instante en instante; es un proceso educativo y en esto,
el JUDO tiene mucho para decir y hacer. Porque lo grave no es caer,
sino permanecer caído.
Para eso proponemos estos preceptos, que son la esencia de los prin-
cipios subyacentes del JUDO y que darán lugar al nacimiento del Hombre
Nuevo.
Ese Hombre Nuevo debe:
A) SER DUEÑO DE SUS CUERPOS (Seiryoku Zen’Yo)
1. Dueño del Cuerpo Físico, y para ello deberá conseguir:
1.1. Eficiencia Fisiológica, es decir:
1.1.1. Eficiencia cardiorrespiratoria: El Judoka deberá mo-
verse con los gestos y la técnica del Judo para mante-
ner y desarrollar el correcto funcionamiento circulato-
rio, haciendo adecuación al esfuerzo. Postura erecta y
equilibrada (Shizen Hon Tai), desplazamiento armónico
(Shintai) y centrado en el Hara (centro energético vital),
respiración diafragmática profunda (Fuku Shiki Kokyu).
103
1.1.2. Eficiencia mecánica: El Judoka debe moverse para
mantener y desarrollar su capacidad y efectividad de
movimiento. Ejercicios de movilidad y fortalecimiento
(Jumbi Undo), ejercicios de flexibilidad (Seiri Undo), y
las técnicas del Judo: Katas (formas), Randori y Shiai
(Nague, Osae, Shime y Kansetsu) y Goshín Jutsu (De-
fensa Personal).
1.1.3. Eficiencia neuromuscular: El Judoka debe pararse y
moverse para mantener y desarrollar eficientemente su
funcionamiento motor (Tandoku Rensyu, Sotai Rensyu,
Uchi Komi, Yaku Shoku Gueiko, Nague Komi, Kakari
Gueiko, Randori, Shiai, Kata, Goshín Jutsu, etc.).
2. Dueño de los Cuerpos Mental y Emocional, debiendo para
ello conseguir:
2.1. Equilibrio psíquico, es decir:
2.1.1. Gusto por el movimiento, satisfacción por los gestos
y placer por la postura erecta: El Homo Erectus que
supera la cuadrupedia, cuando la imita se siente ridícu-
lo, animalizado. Por eso, el aprendizaje de la postura
erecta dispuesta a la acción (Shizen Hon Tai) que no es
simplemente un ponerse de pie, sino es un estar para-
do y alerta, no alterado, pero sí atento a lo que ocurre
en él y fuera de él, de instante en instante. Cuando así
acontece, el Judoka siente placer por los gestos y los
movimientos que idealiza (pensamiento) y realiza (ac-
ción). El Judoka deberá moverse porque obtiene placer
de sus experiencias motrices de movimientos. Es el
conocimiento vivencial del cuerpo.
2.1.2. Conocimiento propio: El Judoka debe moverse para
tomar conciencia y ganar comprensión y aprecia-
ción de sí mismo y de sus habilidades. Él encuentra
respuesta a los cuestionamientos internos de “¿qué?” y
de “¿cuánto?” soy capaz. Le dan respuesta a esto, la
práctica consciente y asidua de todos los agentes del
JUDO; pero en estado Mushín (concentración).
2.1.3. Catarsis: El Judoka deberá moverse para liberar ten-
siones y frustraciones dándole especial atención a
la meditación (Zazen / Mokusó), a la postura (Shizen
104
Hon Tai) y a la respiración diafragmática (Fukushiki
Kokyu). Todos los agentes del JUDO cuando se practi-
can en estado Mushín (concentración) producen pleni-
tud y satisfacción.
2.1.4. Reto: El Judoka deberá moverse para probar coraje
y capacidad de respuesta a las acciones de los
oponentes y a los cuestionamientos propios. Para
eso utilizará las técnicas de los Ukemis (caídas y sal-
tos), Randori (entrenamiento libre), Shiai (torneos y cam-
peonatos) y Goshín Jutsu (Defensa Personal).
3. Dueño de sus Cuerpos y de sus Centros Energéticos, es
decir:
3.1. Equilibrio energético obtenido por una buena respira-
ción (Fukushiki Kokyu), por la calidad del aire que
respira y por una dieta sana, nutricional y equilibrada.
3.1.1. Conocimiento y toma de conciencia de los centros
energéticos sutiles: Para ello, debe aprender que él,
es un campo electromagnético al que hay que mante-
ner en equilibrio y cuyos centros son 7 (siete) mayores
y 21 (veintiún) menores, siendo el principal el del ombli-
go o centro energético centralizador (Hara). Este domi-
nio se consigue con la práctica consciente de la visua-
lización, de la postura y de la respiración.
3.1.2. Dominio de las posturas y ejercicios respiratorios
energéticos: Para ello, el Judoka deberá aprender a
absorber, acumular, distribuir y proyectar la ener-
gía vital (KI). Mokusó, Zazen, Fukushiki Kokyu, estado
Mushín y estado Zanshín.
3.1.3. Dominio de las técnicas de meditación (Zazen /
Mokusó): Para meditar hay que entrar en estado Mushín
(ondas alfa) en el que se produce una pérdida volunta-
ria de la conciencia del cuerpo, el blanqueo de la mente
de los pensamientos intrusos y un estado de relajación
total. El Judoka deberá aprender practicando intensa-
mente ciertas técnicas de meditación para tener un en-
cuentro sincero con él y para eliminar la fragmentación
que le ha provocado la ansiedad, la angustia y lo ha
llevado al “stress”.
105
B) SU ADAPTACIÓN AL ESPACIO
1. Orientación Espacial
1.1. Conciencia: El Judoka deberá aprender a moverse (toma
de conciencia) para adaptar la ubicación de su cuerpo
en el espacio con sus posturas (Shizen Hon Tai) gestos
y acciones.
1.2. Situación: El Judoka deberá moverse de muy diversas
formas para desplazarse, caerse, levantarse, dejarse
proyectar, etc. (Shintai y Tai Sabake, Ukemis, acciones
como Tori y como Uke, etc.).
1.3. Relajación: El Judoka debe aprender a perder
concientemente el dominio relajado de su cuerpo para
que su mente no interfiera en sus acciones físicas, por-
que el pensamiento corta la acción.
2. Manejo de objetos
1.1. Manejo de pesos: El Judoka deberá moverse para sopor-
tar, resistir o transportar masas (Ne Waza y Goshín
Jutsu).
1.2. Proyección de objetos: El Judoka deberá moverse para
arrojar proyectando una gran variedad de objetos (Nague
Waza, Goshín Jutsu, Katas).
1.3. Recepción de objetos: El Judoka deberá moverse para
interceptar una gran variedad de objetos, reduciendo o
atenuando su inercia (Atemi Waza y Goshín Jutsu).
C) INCORPORARSE POSITIVAMENTE AL MEDIO SOCIAL (Jita
Kyoei)
1. Comunicación
1.1. Expresión: El Judoka deberá moverse para conducir sus
ideas y movimientos frente al otro (Rei Ho, Zanshín y
Ma-Ai, Nague Waza, Katame); económica y armonio-
samente.
1.2. Clarificación: El Judoka deberá moverse para facilitar el
aprendizaje de otras formas de comunicación (Randori
y Shiai).
106
1.3. Simulación: El Judoka debe moverse para crear imáge-
nes y situaciones supuestas (Katas, Tandoku Rensyu,
Yakusoku Gueiko, Goshín Jutsu).
2. Interacción grupal
1.1. Trabajo en equipo: El Judoka deberá moverse para co-
operar en la consecución de metas comunes (Dojo).
1.2. Competición: El Judoka deberá moverse para conseguir
metas individuales o grupales (Randori, Shiai y Goshín
Jutsu).
1.3. Liderazgo: El Judoka deberá moverse para influir o moti-
var a los miembros del grupo en la consecución de metas
comunes (Sensei).
3. Implicación cultural
1.1. Participación: El Judoka se mueve para desarrollar su
capacidad de formar parte en las actividades motoras
de la sociedad.
1.2. Apreciación del movimiento: El Judoka deberá moverse
para llegar a tener conocimiento y apreciación de las
formas expresivas del movimiento (Katas).
1.3. Comprensión cultural: El Judoka se mueve para com-
prender, respetar y fortalecer su herencia cultural.
107
108
TEMA 5
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110
TEMA 5:
- Personalidad y vocación
- Objetivos específicos del Judo
112
«Cuando es imposible hablar con dignidad , sólo es lícito callar. Decir a
medias lo que se cree, disfrazar las ideas, corromperlas con reticencias,
hacer concesiones a la mentira hostil, es una manera hipócrita de traicionar
el propio ideal. Las palabras ambiguas se enfrían al ir de los labios que la
pronuncian a los oídos que las escuchan; no engañan al adversario que en
ellas desprecia la cobardía, ni alientan al amigo que descubre la defección.»
-»En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran
respeto que profesaba a todos. Un día, un conocido se encontró con el
gran filósofo y le dijo: ¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?
-Espera un minuto –replicó Sócrates-. Antes de decirme nada quisiera
que pasaras un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del triple filtro.
-¿Triple filtro?
-Correcto –continuó Sócrates-. Antes de que me hables sobre mi amigo,
puede ser una buena idea filtrar tres veces, lo que vas a decir. Es por eso
que lo llamo el examen del triple filtro. El primer filtro es la verdad. ¿Estás
absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
-No –dijo el hombre-, realmente solo escuché sobre eso y...
-Bien, entonces no sabes si es cierto o no. Ahora permíteme aplicar el
segundo filtro, el filtro de la bondad. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme
de mi amigo?.
-No, por el contrario.
-Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro
de que sea cierto. Pero podría querer escucharlo, aunque queda un tercer
filtro: el filtro de la utilidad. ¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme
de mi amigo?
-No, la verdad que no.
-Bien –concluyó Sócrates-, si lo que deseas decirme no es cierto, ni
bueno, e incluso no es útil, ¿para qué querría saberlo?».
113
Si sostenemos que el JUDO es, ante todo, EDUCACION, sus
métodos y técnicas deben converger al desarrollo armónico de todas las
aptitudes individuales, para formar una personalidad armoniosa y fecunda,
intensa en el esfuerzo, serena en la satisfacción, digna de vivir en una sociedad
que tenga por ideal la justicia.
Hay una base de conocimientos generales, que son indispensables a
todo Judoka, aparte de las capacidades que cultive vocacionalmente. Toda
especialización exclusiva, sin preparación general es nociva para la misma
especialidad. No cabe duda, que conviene a la sociedad el libre
desenvolvimiento de las vocaciones.
2. La cooperación de los hombres en el trabajo social (Jita Kyoei),
exige que cada uno desempeñe con amor sus tareas, simples o
complejas; exige, además, que sea ilimitado el campo de expansión para
todas las capacidades. La confianza en la eficiencia del propio esfuerzo es
indispensable para cumplir mejor la propia tarea y perfeccionarse
incesantemente. El JUDO debe capacitar al Judoka-Hombre para que, al
preguntarse: ¿de qué y cuánto soy capaz? sepa responder con firmeza:
soy capaz de tal cosa y en tal medida.
3. El maestro pertenece, quizás sin saberlo, a una familia secreta
que vive en el desierto, mientras el desierto va desapareciendo. La gente
puede entender hoy, mañana o pasado mañana, eso no importa; un día
entenderá. La palabra debe decirse, porque cualquier cosa que se diga,
serán las futuras filosofía y religión de las sociedades; y los Maestros de
JUDO serán bienaventurados al ser partícipes de esta creación.
4. En la práctica del JUDO, la educación inicial en el DOJO, amplía
el hogar y la escuela hacia la sociedad. La simpatía y el amor pueden ser
más importantes que los Katas, los Randoris, los Shiai o los Atemis.
5. En el DOJO la enseñanza será integral (física, mental, espiritual
y social) y ello exigirá de los docentes conocimientos especiales aparte
de la técnica específica. El magisterio del JUDO debe ser una profesión
vocacional. No hay peor maestro que el animado por simples fines de
lucro, ni peor pedagogía que la practicada sin amor. La sociedad entrega
al maestro los niños, como al jardinero las semillas, para que en aquellos
germinen sentimientos como de éstas brotan flores. Hay que saber formar
los almácigos humanos, regarlos, protegerlos, apuntalarlos, clasificarlos,
separar las malezas, para que del DOJO salga verde y lozana la más admirable
flor del universo: el Hombre Nuevo.
114
6. El Maestro de JUDO tiene a su cargo una de las funciones más
graves de la vida social. No debe ser un autómata repetidor de técnicas y
sistemas, que otros fabrican y él no comprende, sino un animador de
vocaciones múltiples que laten en el niño y el joven, buscando aplicaciones
eficaces. Debe despertar capacidades con el ejemplo, enseñar a hacer,
haciendo; a pensar, pensando; a dialogar, dialogando; a amar, amando.
7. Educar debe ser un arte agradable; el Maestro formará caracteres
como el escultor plasma estatuas. El trabajo educacional implica la más
grave responsabilidad social. El que acepta la tarea de enseñar y no la
desempeña eficazmente, causa un daño irreparable al Judoka y por ende a
la sociedad. Debe desenvolver en sus alumnos todas las aptitudes, pues
ellas serán más tarde capacidades convergentes al bienestar de su pueblo, y
para ello, debe liberarse de toda imposición dogmática (Tú debes), enseñando
115
a pensar más que a repetir, a crear más que a copiar. Nada ni nadie debe
obligarlo a enseñar lo que no crea o no quiera. Es envilecedora la tarea de
predicar principios o doctrinas que se reconocen como falsas, por temor a
las consecuencias de la verdad.
8. El Maestro antes de ser obsecuente con rutinas del pasado
deberá sugerir ideales vivos para el porvenir. Nada de metas escasas,
el objetivo final es el Hombre Nuevo cada vez más Humanizado. Nadie
educa a sus padres y a sus abuelos, sino a sus hijos y a sus nietos. Es
importante pensar, que cada generación necesita adaptarse a condiciones
nuevas del medio social. Educar es desenvolver la capacidad para
trabajar y el derecho a la vida presupone el deber del trabajo. Al
entreabrir las inteligencias en el cuerpo sano, fuerte y útil debe
preverse que ellas pensarán y trabajarán en un ambiente moral donde se
irán atenuando las injusticias y los privilegios.
9. Un Maestro debe ser un reflejo del ser despierto que hay en
cada uno de nosotros. Sus extraordinarios esfuerzos estarán destinados a
liberar esa energía que se llama amor-inteligencia.
10. El verdadero Maestro, ama al que quiere crear algo más allá de
sí mismo, y que por eso es capaz de morir. Las grandes mentes discuten
las ideas, las mentes promedio discuten los eventos, las mentes pequeñas
discuten a las personas.
11. Algo más que nada, es demasiado, ofreciendo una comprensión
de que el Hombre Nuevo es necesario; que encuentra sentido en su vida
solamente viviéndola, que comienza donde termina dentro de cada uno de
nosotros, la influencia del dogma (Tú debes).
12. Una nueva moralidad sostenida por el amor empieza a
despertarse. Una ética de la medida humana basada en una moral relativa a
cada acontecimiento, aunque, a lo mejor, el Maestro no sepa nada acerca
de los Caminos de la iluminación, acerca del Sendero que llega al propio
ser, al aura que crea la meditación.
13. El Maestro tiene algo de Cristo, de Gautama Buda, tal vez
arrastrado inconscientemente por sus vidas pasadas, y tiene algo de
Zorba, de Quijote o de Martín Fierro sin el Viejo Vizcacha. Le adeuda algo
a la humanidad, le debe algo a la tierra. Ha buscado la luz solo, ya que la
oscuridad no lo es todo, sabiendo que la inconciencia es una elección. Si ha
elegido ser conciente, toda la inconciencia y toda la oscuridad pueden
desaparecer. Es su elección vivir en los valles oscuros, pero, si decide vivir
116
en las cumbres soleadas, nadie puede impedírselo porque ese también es
su potencial, es su libre albedrío.
14. El Maestro es una vertiente, no un estanque, es un sitio por
donde corre o puede correr el agua cristalina. Es un conjunto de ríos y arroyos
cuyas aguas van a parar a un mismo océano cósmico. Es una reunión de
varias cuencas hidrográficas que actúan con cierta independencia pero
terminan uniéndose. Mientras que el estanque (stagnum) es un receptáculo
de agua construido para proveer el riego, criar peces, pero sin corriente , es
la detención, es el remanso de una corriente fluida que detiene el curso y
permanece inmóvil.
15. Maestro es aquel que una vez ascendido a la luz, baja para
ayudar a los otros a subir, nunca se olvida ni por un solo momento, del ser
humano común para intentar transformarlo en el Hombre Nuevo. Esa es su
grandeza. Aunque no haya tocado los picos más altos y no haya conocido los
misterios más grandes, cualquier cosa buena que haya conocido, está
deseando compartirla con sus semejantes. Su deseo de compartir es
tremendo.
16. Él, es un ser afirmativo de la vida, que no está en contra de la
vida, y cuya religión es la única religión de celebración, de agradecimiento
a la existencia. No está en contra de los placeres de la vida y no está a favor
de renunciar al mundo.
17. Dice constantemente «Disfruta de tus días, es más tarde de lo
que imaginas».
Hubo una época, hace veinticinco siglos, que en todo el mundo hubo
un gran renacimiento filosófico. Aparecieron Confucio, Mencio, Lao Tse,
Chuang Tzu, Lie Tzu, Sócrates, Pitágoras, Plotino, Heráclito...
Parece una extraña coincidencia que, repentinamente, en todo el
mundo, viniera una inundación de conciencias y muchas personas se
despertaran. Quizás la iluminación también sea una reacción en cadena:
cuando hay personas iluminadas provocan la misma revolución en otros. Por
eso hay que mostrar el JUDO en las escuelas, para producir reacciones en
cadena con valores nuevos, que son antiguos pero no viejos.
18. El Maestro debe dirigirse al potencial latente en cada uno, que
solamente necesita una provocación, un desafío y cuando uno ve a tantas
personas llegando a tan hermosas alturas de gracia, no puede permanecer
donde está. De pronto, una gran urgencia interior aparece: «Debo hacer
algo», se dice.
117
Por eso sentimos una profunda empatía con el Mtro. Jigoro Kano
(Shihan), una afinidad con él, tal vez porque fue afirmativo de la vida y no
negativo de la vida, y por eso es que, pudo reunir tantos seguidores. El
JUDO es difícil y ésta es una de las cosas extrañas acerca del ser humano;
cualquier cosa fácil no puede aceptarla como merecedora de ser una meta:
la meta para él tiene que ser muy difícil y ardua. En esto, está basada la
psicología del ego, el ego siempre quiere algo imposible. Nunca se podrá
colmar el deseo, el ego seguirá empujándole hacia más y más: más gula,
más poder, más dinero, más austeridad, más espiritualidad, más
disciplina. Donde el hombre encuentre «más», ahí está el ego, sustentando
el defecto de las tres E que hace al hombre: ególatra, egoísta y egocéntrico.
Es el típico «narcisista» de Freud.
118
Maestro Mifune 10º Dan
119
Gautama Buda dejó su palacio cuando tenía veintinueve años. Jesús
comenzó sus enseñanzas cuando tenía treinta años. Zarathustra se fue a
las montañas cuando tenía treinta años. Hay algo significativo acerca de la
etapa de los 28 (7 x 4) a los 35 (7 x 5) años.
Nuestro mundo es 7: 7 son los colores del arco iris, 7 son las notas
musicales, 7 son los días de la semana. En la estatuaria griega, la armonía
del cuerpo humano era 7 veces el tamaño de la cabeza. 7 son los chakras
mayores (centros energéticos), 21 (7 x 3) son los chakras menores, 7 son los
planetas que influyen en nuestra tierra. Afirman las Sagradas Escrituras
que José predijo 7 años de abundancia y 7 de escasez. La semana en
gestación del mundo (creación) consta de 7 días creadores. Las 7 virtudes
capitales. La edad promedio de la vida como ha sido tomada tradicionalmente,
consiste en setenta años (diez veces 7). Las Siete Maravillas de la antigüedad
eran: las Pirámides, de Gizeh (2750 a.C.), los jardines Colgantes de Babilonia
(350 a.C.), el Templo de Artemisa en Efeso (550 a.C.), la Estatua de Zeus en
Olimpia (450 a.C.), el Mausoleo de Halicarnaso (352 a.C.), el Coloso de Rodas
(227 a.C.) y el Faro de Alejandría; hacia el 290 a.C. Alejandro Magno concibió
e hizo iniciar las obras de construcción de una torre en la isla de Faros, la que
se hallaba frente a Alejandría. Aquellos que han observado la vida
profundamente hallaron que cada 7 años hay un cambio, una mutación, un
ciclo de renovación total de las células del cuerpo. En la primera etapa desde
el nacimiento hasta los 7 años el niño vive una etapa de egocentrismo. En
la segunda de los 7 a los 14 vive su primera etapa de socialización. En la
tercera etapa de los 14 a los 21, se experimenta el orgasmo sexual muy
fácilmente. El orgasmo sexual es un destello que puede crear en uno, la
urgencia de encontrar más espacios dichosos, porque en él desaparecen
dos cosas: el ego y la mente. El tiempo se detiene por unos pocos segundos.
En la cuarta etapa, desde los 21 a los 28, los próximos 7 años el
hombre busca la interioridad en sí mismo. Es una etapa de largos
ensimismamientos, para tratar de ponerse consigo mismo de acuerdo. Este
descubrimiento conciente del Intus (interioridad), se consigue mediante la
meditación.
En la quinta etapa, desde los 28 hasta la edad de 35 estas personas:
Gautama Buda, Lao Tse, Chuang Tzu, Jesús, se han movido hacia los
planos más altos del ser. Y sólo para no ser molestados, no ser estorbados
por la gente, no ser distraídos, se fueron a las montañas, al desierto, a la
soledad. No lo hicieron en contra de la vida, simplemente estaban buscando
un espacio silencioso donde no hubiese distracciones y pudiesen encontrar
la mayor experiencia orgásmica, que William James ha llamado: el orgasmo
oceánico, en el que el ego desaparece completamente en el océano de la
120
existencia, igual a una gota de rocío deslizándose por una hoja de loto
dentro del océano, dice T. Suzuki.
Entonces, la época de los 30 años no es sólo incidental. Todos los
grandes buscadores han salido a la búsqueda entre los 28 y los 35 años,
éste es el período de buscar, investigar, procurando descubrir algo que
no es solamente el cuerpo sino el espíritu. Kano (Shihan) eligió viajar,
en soledad a los 28 años.
Una mala interpretación, muy sutil, tuvo lugar en la gente que estaba
mirando y pensó que, como estas personas se habían ido a las montañas,
habían renunciado a la vida; de allí, que renunciar a la vida se tornó algo
fundamental en todas las religiones. Pero ellos, no habían renunciado a la
vida. Estaban descubriendo en su interior, en su soledad, la Verdad de la
Vida (la iluminación).
Pero, después del descubrimiento, hay una diferencia entre Gautama
Buda, (un Dios) y Kano (Shihan) un hombre y es que Gautama Buda una
vez que se encontró a sí mismo, nunca dijo: «Ahora no tengo necesidad de
que esté recluido, de que sea un monje. Puedo volver a ser un hombre común
en el mundo», Kano (Shihan) sí lo dijo, y lo muestra vivamente en su
accionar.
Tal vez se necesita más coraje para volver al mundo, que para irse
del mundo. Subir a la montaña, irse al desierto, es arduo, pero gratificante.
Está yendo cada vez más y más alto. Y una vez que ha llegado al pico más
alto, se necesita tremendo coraje para volver a bajar a los valles oscuros que
había dejado, sólo para darle el mensaje a la gente: «No necesitas
permanecer siempre en la oscuridad. No necesitas permanecer siempre
en el sufrimiento y en el infierno. Tienes que convertirte en el Hombre
Nuevo mediante el JUDO» decía Kano (Shihan).
121
Este viaje hacia abajo puede hasta ser condenado por aquellas
personas dormidas a las que va a ayudar. Cuando estaba subiendo, era
un gran salto, y cuando está bajando, las personas podrán pensar tal vez,
que baja porque ha caído de su grandeza en las alturas. Por cierto, se necesita
122
el mayor coraje del mundo para ser común nuevamente, después de haber
tocado las alturas máximas. Kano (Shihan) muestra ese coraje. Tiene los
Rangos Imperiales pero enseña JUDO, enseña a los novicios, enseña a los
iniciados. Si no hubiese alumnos para qué serviría el Maestro. Él necesita
estar conectado con la gente y por eso vuelve.
La implicación es clara: estamos todos interconectados, toda la
existencia está interconectada. Hasta la más pequeña brizna de pasto está
conectada con la mayor estrella del cielo. Esas conexiones no son visibles.
Hay que decir la palabra. Imaginariamente pensamos que Kano (Shihan) se
dijo:
«Estoy lleno de alegría, lleno de paz. Ahora necesito alguien que lo
reciba, porque estoy sobrecargado. Tengo que compartirlo. De otro modo,
aun la dicha se tornará demasiado pesada. Aun la dicha puede tornarse
dolorosa si no se comparte. Voy hacia los hombres para compartir, para
distribuir y descargarme de mi sabiduría hasta que los sabios entre los
hombres se hayan vuelto nuevamente felices en su locura». (Jita Kyoei).
22. Kano (Shihan) había ido a Europa para un trabajo Diplomático en
Educación, pero cuando podía, se iba a su soledad y predicaba JUDO
buscando más soledad, ya que en la multitud puede el hombre encontrarse
aislado, pero nunca solo. El aislamiento es una especie de hambre por el
otro. No eres suficiente para ti, estás vacío pero en la multitud. De aquí que
deseen estar en la multitud, y tejer muchas relaciones a su alrededor sólo
para engañarse, para olvidar que está solo.
Pero este aislamiento brota una y otra vez. No hay relación que pueda
ocultarlo. Todas las relaciones son tan delgadas y frágiles. Profundamente
en su interior, sabe perfectamente bien que, aún estando en medio de la
multitud, está entre extraños. Y él es también un extraño para él mismo.
23. Kano (Shihan) y todos los místicos han ido a las montañas o al
desierto en busca de soledad. La soledad es un sentimiento positivo, el
sentimiento de su propio ser y el sentimiento de que es suficiente para sí
mismo, que no necesita a nadie. El aislamiento es una enfermedad del
corazón. La soledad es una curación. Aquellos que conocen la soledad han
ido más allá del aislamiento, para siempre. Estén solos o con gente, están
centrados en sí mismos. En las montañas están solos, en los valles
están solos, en la multitud están solos, porque ésta es su comprensión:
que la soledad es su propia naturaleza. Hemos venido al mundo solos y
dejaremos el mundo solos nuevamente. Entre estas dos soledades, entre
el nacimiento y la muerte, aún está solo; pero no ha comprendido el
hombre, la belleza de la soledad y por eso ha caído en una especie de
123
falacia, la falacia del aislamiento, y como está aislado pero rodeado de
gente, sigue dormido.
¿Lo hemos aislado, cómo es que no está muerto? Dicen los torpes que
miran con envidia. ¡Estuvo solo y ha vuelto más vivo, más sabio! Dicen
los sorprendidos que dormidos observan.
24. Kano (Shihan) vuelve de sus viajes, para decirle a la gente que
la sabiduría no es sinónimo de conocimiento. De hecho, el conocimiento
es exactamente lo opuesto a la sabiduría. La sabiduría es la desaparición
del ego. El conocimiento te llena de información y hace crecer el ego. La
sabiduría te vacía absolutamente, pero ese vacío es un nuevo tipo de plenitud,
es un estado re-ligioso, es el re-torno a Casa. Es un espacio pleno de luz.
Si la mente brillante no se inserta en un corazón generoso, vano será el
conocimiento, la erudición y así nunca aparecerá el Hombre Nuevo.
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esas libertades son falsas. La única libertad auténtica es la del alma, que
puede volverse un águila e ir hacia lo desconocido y lo incognoscible sin
ningún temor (Seiryoku Zen’Yo). Y dado que él ha alcanzado este último
estado de conciencia, desea compartirlo, participarlo, (Jita Kyoei). Sus
alumnos y sus compañeros pueden ver el cambio, de ahí el respeto y la
admiración que provoca.
JIDDU KRISHNAMURTI
El 12 de Mayo de 1895, nace en Madanapalle, en el sur de India, Jiddu
Krishnamurti, quien luchó por crear un oasis de cordura en un mundo violento.
A los quince años publicó el libro «A los pies del maestro», al que luego le
siguieron una docena de obras más. Sus pláticas y escritos no tenían conexión
con ninguna religión específica y no pertenecía a Oriente ni a Occidente,
sino que eran para todo el mundo. Mientras los clarividentes de la época
decían que era un iluminado, Jiddu repudió firmemente que a su alrededor
125
se creara una imagen mesiánica. En 1929 disolvió la vasta organización que
se había construido en torno a su persona y declaró que la verdad era una
tierra sin senderos a la cual resulta imposible aproximarse mediante ninguna
religión, filosofía o secta convencional. Sostuvo que los cambios de la sociedad
sólo podían tener lugar con la transformación de la conciencia individual.
Murió en 1986, luego de una corta enfermedad.
Cuando tuve la oportunidad de conocerlo en la Biblioteca «Argentina» de la
ciudad de Rosario, yo era muy jovencito y estaba recién introduciéndome en
lo metafísico. Había comenzado a leer «Ciencia hindú yogui de la respiración»
de Ramacharaka y «A los pies del Maestro». Durante la conferencia en inglés,
del que yo comprendía muy poco y nada, noté que por primera vez había
entrado espontáneamente, sin ninguna premeditación, en Estado Mushín.
Su figura se destacaba con su Sharí blanco; se desprendía de ella un aura
blanca y brillante que era tan grande que inundaba toda la amplia sala. Podrá
llamarse a esto sugestión o ponerle otro nombre, pero debo decir que lo que
se quiera explicar con palabras, nunca será la cosa explicada. Lo único que
vale es la experiencia vivida. Hay que leer a Krishnamurti un gran iluminado
que vivió su libertad.
Murió en 1986 luego de una corta enfermedad. Vive en la luz.
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envidiosos te castigarán. No te perdonarán. Tu pasión es demasiada, no
serán capaces de tolerarla».
29. Es un hecho extraño, el Maestro puede tolerar la miseria de la
gente, por más profunda que sea. Tiene una cierta alegría cuando (al mismo
tiempo) otros son miserables, porque cuando son miserables, él está por
encima de ellos y no pueden llegarle. Puede mostrar simpatía y puede
regocijarse en el hecho de que sin ser perfecta, su vida no es tan miserable.
De aquí, que la persona que no es miserable ha sido siempre crucificada,
envenenada, apedreada hasta morir. Por eso, uno debe agradecer a los que
lo sancionaron, porque son los que lo premiaron creyendo que aislándolo, lo
mataban. En cambio Kano (Sensei) elige su soledad, que lo hace crecer,
lo hace Maestro Venerable (Shihan).
Los otros no pueden creerle, están tan muertos por su ambición de
tener, por desear, que cuando descubren que pueden ser se asustan y
empiezan a dar palos locos como a la «pignata» y cuando no aciertan, se
desesperan. Cuando ven o descubren al dueño de la «pignata» lo castigan;
sancionan al cartero por la carta con malas noticias. Porque el riesgo miedoso
es que, cuando despierten, sigan en el entre-sueño y desorientados ante
tanto esplendor quieran golpear la «pignata».
30. Los ojos son muy simbólicos, son parte del cuerpo, pero son
también las ventanas del alma. Cuando el alma se torna silenciosa, pacífica,
alegre, los ojos alcanzan una profundidad, una claridad, una pureza, una
inocencia, una transparencia que se puede ver el alma misma del hombre,
se puede ver su interioridad (Intus).
Si se mira a los hombres comunes, uno ve, que están sumamente
disgustados con toda su vida y no se los puede culpar. ¿Qué han
conseguido?. Toda su vida no es más que una tragedia extendida. Son
moribundos hasta que les llega la muerte. No saben vivir su propia vida. Son
mediocres, intrigantes, silenciosos, porque no se animan a hablar en voz alta
y menos aún, de frente.
Siguen respirando, siguen viviendo, siguen esperando. Pero esas
esperanzas permanecen siempre como esperanzas. Sus sueños nunca se
realizan. Cuando envejecen, ven sus esperanzas destrozándose más y más,
y por eso, es natural que estén llenos de disgusto con todo este asunto de la
vida.
Nunca pidieron nacer, nunca pidieron que les dieran un corazón que
sienta, que necesita calor, que necesita amor, nunca pidieron que se les
diera un alma que anhela las alturas últimas de la alegría y del éxtasis. De
127
pronto se encuentran a sí mismos, y todo lo que les ha sido dado por la
existencia permanece sin realizar. Están verdaderamente enojados. Por eso
preguntamos: ¿Cuál es la peor lápida que pueda escribirse de alguien? «Pudo
haber sido Él mismo y no fue».
31. Kano (Shihan), vuelve y ahora no tiene ningún disgusto,
ninguna agonía. En lugar de eso ve éxtasis, él se adelanta como un caballero
de fina estampa. Ha ido al extranjero arrastrándose a sí mismo, llevando su
propio cadáver sobre sus espaldas y ahora; al regreso dice y hace lo que
piensa, lo que siente y lo que quiere. La transformación ha sucedido. El
hombre se ha realizado a sí mismo. El hombre ha bebido de las fuentes de
lo divino. Ha estado solo con él y se encontró. Llegó a Casa recorriendo el
Camino (Do), y se transformó nuevamente en niño, re-nació.
Éste es el mayor cambio en su vida, ser un niño nuevamente, ahora
está despierto: «Dejad que los niños vengan a mi», dice el Hombre Nuevo,
el recién re-nacido.
«No quiero que vengan a mí» Dice el Hombre Poderoso. El Hombre
Poderoso es la proyección más grande de la codicia: «Si renuncias al
mundo, puedes conseguir a Dios» dice. «Si renuncias al mundo puedes
conseguir el Paraíso» vuelve a decir. Estos son los inventos de los
escapistas, de los mutilados, de los retardados, de aquellos que no han sido
capaces de despertar y aprender el arte de amar, el arte de vivir. Son los que
no saben cómo cantar, son los que no saben cómo bailar.
Naturalmente sucede que, el que no sabe cómo bailar condenará
el baile. El que no sabe cómo cantar, condenará el canto. Ese es un
mecanismo de defensa para esconder su propia invalidez, para esconder su
propia ignorancia, para esconder su propia estatura. El Hombre Poderoso
es la creación del imprudente, no del sabio. Es el creador de los esclavos,
no de aquellos que aman la libertad, son los que hacen imperar el «Tú debes».
32. El Maestro debe estar inmensamente enamorado de la vida y
de todo lo que la vida provee. Es el único místico con una inmensa afirmación
de la vida. No hay lugar para renunciar a nada: La vida es un regalo de la
existencia. Y el Judoka debe aprender a disfrutarla. ¡Debe deleitarse en ella!
Debe bailar con los árboles y bailar con las estrellas. Amar sin celos. Vivir sin
competencia, compitiendo. Aceptar a todos sin juzgarlos. Y entonces no habrá
necesidad de ningún Hombre Poderoso y no habrá necesidad de desear
ningún Paraíso. El Judoka en el JUDO, vivirá en el Paraíso. Un alumno
pregunta: Maestro ¿Cuál es el secreto para vivir bien? El Maestro contesta:
128
«No te quejes, agradece». El amor necesita del otro para estar vivo (Tori y
Uke). Por eso, el hombre, tiene que aprender el arte del JUDO.
Es una estupidez que ninguna universidad del mundo enseñe a la
gente el arte de vivir, el arte de amar, el arte de meditar. Pienso que nada
está más menospreciado que el amor, que la vida, que la meditación, que
la risa. El hombre común puede ser un gran cirujano, puede ser un gran
ingeniero, puede ser un gran científico, puede ser un gran campeón, puede
ser un gran técnico, aun así, necesitará sentido del humor, aun así,
necesitará conocer el arte de amar, aun así necesitará el arte de vivir,
aun así necesitará de todos estos grandes valores para que su vida
valga.
Por eso, se sorprenderá el Judoka cuando, aparte de la técnica,
su Maestro le enseñe otras cosas como: el amor, la vida, la risa, y como
un colofón a todo eso, la gran profundidad del JUDO. Pero muchos
«maestros» no desean aceptar esta actividad como un Camino de Educación
Integral. Si la aceptarían como una parte de la Educación si le estuviese
enseñando geografía, historia, química, física, las cosas mundanas de la
vida. No se nos ocurriría decir que no deban ser enseñadas, pero no deberían
ser la única Educación. La Educación que actúa de afuera hacia dentro
(«Bancaria» le decía Paulo Freire) debería ser una clase más baja de
educación, en cambio, cada escuela, cada Dojo debería tener un nivel más
alto de educación, donde le enseñaran a los jóvenes los valores humanos
de la vida. Porque la geografía no puede hacer del joven un hombre mejor, ni
la historia puede hacerlo un mejor amante, ni la química puede hacerlo
meditativo.
33. Dice Kano (Shihan) «Yo os anuncio al Hombre Nuevo, sano,
fuerte y útil, física, mental, espiritual y socialmente. El hombre actual es
algo que debe ser superado. ¿Pero, hemos hecho algo para superarlo? Hasta
ahora, todos los hombres para no esforzarse han inventado algo superior a
todo: ¿Qué pretende el hombre con eso? ¿Quiere ser el reflujo de ese gran
flujo, y volver a la bestia en vez de superar al hombre? ¿Qué es el mono para
el hombre? ¿Una risa o una vergüenza dolorosa?. Pues eso es lo que debe
ser el hombre actual para el Hombre Nuevo: una cosa irrisoria, una vergüenza
dolorosa. El hombre ha recorrido el camino que media desde el mono hasta
el hombre y aún queda en él mucho del mono. En otro tiempo el hombre era
mono y ahora el hombre es todavía más mono que ningún mono. Sigue
conducido por su cerebro primitivo y reacciona atacando o huyendo. A veces,
sus manos siguen siendo garras, el hombre inteligente (intus légere), el hombre
129
que construye cosas (Homo Faber) ha retrocedido espiritualmente, no sabe
amar.
Pero, la mente del hombre aún todavía conserva al mono, su
conducta está aún por debajo de la humana, su humanidad no tiene una piel
profunda, ya que con un pequeño rasguño, encontrará que sale el gorila
interior; sólo una pequeña humillación y está listo para matar o morir. Parece
que viviera en «El Planeta de los Simios». Está portando toda la violencia de
los animales, está portando todos los instintos de todos los animales. Por
eso Nagashaki, Hiroshima, Corea, Vietnam, Irak, Irán y tantos otros
conflictos más que ha inventado el Intus Légere. Porque los monos no han
creado guerras mundiales, son seres simples. No están acumulando armas
nucleares, para cometer un genocidio global. La violencia del hombre parece
ser ilimitada. Aun el más sabio de los hombres es una disonancia, no es una
armonía, no es una unidad orgánica, es un coro desafinado. Tiene tantas
voces interiores. Es una gran multitud, que cada uno lleva consigo. ¿No ha
observado cada uno la multitud que lleva en su interior? ¿Cuántas personas
viven dentro suyo? ¿Cuántas caras tiene? Tal vez ni las haya contado, tal vez
son demasiadas para ser contadas. Simula y disimula para vivir. Simula
virtudes que no tiene y disimula los defectos que tiene.
34. Por eso, el Maestro debe ser como una nube de lluvia, tan
cargada de sabiduría que desea llover en cualquier lugar, desea vaciarse
a sí mismo. Las riquezas de su alegría, de su silencio, de su dicha se han
tornado tan pesadas que necesita a alguien con quien compartirlas, la cuestión
no pasa por si lo merecen o no. Quizás éste no sea el grupo para hablarle,
pero una nube de lluvia llueve aunque sea sobre las piedras, sobre la tierra
estéril. La nube de lluvia no puede discriminar, todo su problema es cómo
hacer para descargarse. Por eso, el Maestro realmente Maestro anuncia a
los hombres, al Hombre Nuevo, aunque estén dormidos.
35. Kano (Shihan) ha dicho tan agudamente, tan claramente, que
el hombre tiene que trascenderse a sí mismo, que tiene que ir más allá
de sí mismo. Que el hombre actual es algo que debe ser superado porque,
no debe estar satisfecho sólo con permanecer hombre. Debe moverse más
allá de todo lo que es humano. Ya que todo lo que tiene dentro suyo le
pertenece. Cuando el Homo Sapiens descubre sus limitaciones porque no
encuentra respuesta a ¿Quién soy?, ¿De dónde vengo?, ¿A dónde voy?
se transforma en el Homo Insipiens porque descubre que no sabe tanto
como creía que sabía.
130
36. Ser un Hombre Nuevo significa soltar la mente, soltar las
ideologías, soltar los instintos, soltar la inteligencia, moviéndose
totalmente más allá de sus concepciones acerca del hombre actual.
37. De hecho, toda la evolución desde el pez hasta el hombre está
aún dentro de cada hombre. Ese proceso ha dejado sus huellas marcadas
en su conciencia; cada niño en los nueve meses en el vientre de su madre,
pasa a través de todos los estados que la humanidad ha pasado, desde el
pez hasta el hombre. Tiene el hombre todas las tendencias que prueban eso,
aun cuando no se encuentren pruebas de que Darwin estuviera en lo cierto
biológicamente, pero psicológicamente no puede ser refutado.
38. ¿Cómo es el Hombre Nuevo que propone Kano (Shihan)? Un
hombre que se ha liberado de todos los condicionamientos impuestos sobre
él con el Tú debes, sobre el pasado; que ha descartado todo el conocimiento
que es prestado; que está buscando su propia verdad, su propio ser, su
sabiduría. Su religión debe ser individual, nunca más una organización, nunca
más una multitud, nunca más una colectividad. Su religión no es sinónimo de
la moralidad social. Su religión puede ser reducida al hombre en una sola
palabra: meditación. La meditación es un estado de no-mente, en el cual
se puede descubrir y experimentar el centro esencial del propio ser (KI-
Espíritu), que es inmortal, que es eterno. Miles de posibilidades se abren
cuando entra el hombre en su propia intimidad. Comienzan a lloverle
experiencias absolutamente nuevas, con las que ni podría soñar. No tiene
palabras para ellas, no tiene imágenes para ellas: éxtasis, bienaventuranza,
paz, que sobrepasa todo entendimiento. Es un silencio viviente que grita
e inunda de luz a donde va; es un KI-AI cósmico.
39. El Hombre Nuevo, ama a la Tierra y ama a todo lo que la Tierra
contiene. Ha sacralizado la Tierra, y está sólo, porque es una categoría en
sí mismo. Estamos totalmente de acuerdo con el Mtro. Kano (Shihan) porque
ésta es nuestra comprensión también. A menos que el hombre sea capaz de
disfrutar el instante presente, el aquí y el ahora, no será capaz de disfrutar
nunca nada en ningún otro lugar, porque el otro momento va a nacer de ese
momento. Por eso, decía mi Padre: «goza de tus días, es más tarde de lo
que imaginas».
El Hombre Nuevo no debe creerle a aquellos que le hablan de
esperanzas supraterrestres, porque son envenenadores. El problema es
que así son los líderes en la política, en la religión, en la sociedad, en la
educación, en todos lados hay líderes que son envenenadores. «Cualquiera
que está en contra de la Tierra, está en contra del hombre, porque ellos
son hijos e hijas de la Tierra. Igual que los árboles, igual que los pájaros,
131
esta Tierra es tu madre, y cualquier cosa que crezca en esta Tierra es tu
familia», dice Buda.
40. «Hacer del mundo entero una gran familia, un océano de amor,
es la única religión en la que puedo pensar» decía Kano (Shihan). Las
personas como Kano (Shihan), en cada una de sus palabras, nos están
dando joyas de inmenso valor, pero depende de nuestro entendimiento, de
nuestra inteligencia, de nuestro alerta para escucharlas, de otro modo las
oiremos como a cualquier otra persona que esté hablando. Debemos
recordar, que las mismas palabras, tienen diferente valor cuando vienen
de diferentes bocas.
Cuando habla un hombre ignorante, puede estar usando las mismas
palabras que las de un sabio, pero están vacías, no tienen ningún significado.
Cuando habla un hombre como Kano (Shihan) las mismas palabras se
tornan inmediatamente valiosas, porque el hombre que está detrás de
la palabra es el significado de la palabra; su experiencia es el contenido
de la palabra.
41. El Maestro debe enseñar el desprecio por la ignorancia, el
desprecio por el odio, el desprecio por los celos, el desprecio por la
vida mundana, el desprecio por todos los instintos animales, que hay
dentro de cada hombre. Y deberá empezar por el desprecio a sus propios
defectos ya que esa es la mayor experiencia que puede tener y sólo aquellos
que han ido más allá de la humanidad son los que tienen desprecio por todo
aquello en lo que hoy consiste el Hombre Viejo.
42. El mundo del Hombre Viejo está podrido: sus creencias están
podridas, sus ideologías están muertas, sus religiones no son más que
prisiones, sus filosofías son castillos en el aire. El Maestro debe enseñarle a
sus alumnos, que el mundo será mejor cada día por haber pasado cada uno
por él. La vida del Hombre Viejo no ha producido cosas valederas
espiritualmente hablando, no ha sido creadora de algo que pueda hacer al
Universo más hermoso, más valioso. No es más que una carga sobre la
Tierra, ocupando espacios innecesariamente, obstaculizando permanente e
innecesariamente a alguien que podría haber sido un creador, que podría
haber sido un sabio. Le ha impedido al latente Hombre Nuevo, que pueda
expresar su «yo quiero», su «yo debo», simplemente usando el castrador
«Tú debes».
43. Para algunos, la felicidad consiste en una buena comida, la
felicidad de algunos consiste en la sexualidad, la felicidad de algunos
132
se basa en la acumulación de dinero, la felicidad de algunos se basa en
la fama, la felicidad de algunos consiste en la acumulación de poder.
EL Maestro debe hacer pensar a sus alumnos sobre que es la
«felicidad» del poder: poder sobre las personas, su dominación, su
destrucción está basada en el tener, no en el ser. Y el Judoka deberá
pensar: ¿Soy realmente un ser racional? ¿Soy esclavo de las supersticiones?
¿Cuáles son los componentes de mi felicidad? ¿Podré llegar alguna vez a
ser un Hombre Nuevo? Y el Maestro debe preguntar también a sus alumnos
¿Cómo es su virtud? Casi todos los hombres piensan que son virtuosos.
Un hombre auténtico, racional, está siempre buscando la Verdad porque, la
razón de su vida debe ser el hambre por la Verdad. Debe preguntar además
¿Es su razón el hambre por la Verdad? ¿Es su razón la sed por la Verdad?
¿Está listo para sacrificar todo para encontrar la Verdad? Tal como el
león va en busca de comida, la razón va en busca de la Verdad, en busca de
la sabiduría, y para eso recorre el Camino (Do) para ser un Hombre Nuevo.
Cualquier otra razón no es más que suciedad, pobreza y una conformidad
miserable, que lo mantiene como Hombre Viejo a pesar de ser joven en
edad.
44. El hombre es tan embustero, que no sólo engaña a los otros
simulando y disimulando, sino que se engaña a sí mismo. Si observa las
cualidades por las que se siente orgulloso, sentirá desprecio, y ésta es la
cosa más extraordinaria que le puede pasar a un hombre buscador, porque
sólo después de ese desprecio, de esa toma de conciencia, hará un esfuerzo
para ir más allá del hombre viejo. En lo más profundo de su corazón, por
más inteligente y astuto que sea, es consciente de que su virtud es falsa, su
religión es una formalidad, su moralidad es un amaneramiento social, su
honestidad es sólo una fachada.
45. Si uno va a trascender esa horrible humanidad, necesita ser
tan riguroso, que la gente lo llamará loco. Han llamado loco a Gautama
Buda, han llamado loco a Jesús, han llamado loco a Sócrates. Es posible
también pensar que a Kano (Shihan), lo hayan llamado loco. Cualquiera que
no sea parte de la multitud, corre el riesgo de ser llamado loco. Pero esta
locura, es el único modo de ser purificado y bautizado como un Hombre
Nuevo.
Gautama Buda nace como un hombre y muere como un Dios; Jesús
nace como un hombre y muere como un Dios, pero para llegar a ese
estado, uno tiene que ser el rayo que queme en sí, todo lo que está podrido,
y uno tiene que estar lo suficientemente loco como para ir más allá de todas
133
las hipocresías, todos los amaneramientos, todas las fachadas que el hombre
ha creado, para permanecer donde está, sin crecer.
El hombre no es un ser estático, sino un proceso, no es un ser
sino un devenir. Un perro nace perro, y muere perro. No sucede así en
absoluto con el hombre. Éste, nace hombre pero puede morir Dios. El
Judoka debe ser acción, gesto, movimiento, y cuando se mueve,
cambia… El hombre es cambio, y eso es lo hermoso en él; no está muerto
sino vivo, eso es lo adorable en él; está pasando del animal al Hombre Nuevo.
Un hombre que vive quieto que no anhela ir más allá como un río, que no
anhela escalar el Aconcagua de la conciencia, no merece ser llamado hombre.
46. No es una gran virtud ser exitoso como hombre, porque el
éxito necesita de toda clase de mezquindades, toda clase de falacias,
de falsas promesas. El éxito necesita violencia; el hombre exitoso no es
un hombre de amor, no es un hombre de compasión, no es un hombre de
paz, porque él aspira a ser un Hombre Poderoso. El Maestro debe tener
cuidado al hablar del Hombre Nuevo que está por llegar, porque la palabra
puede confundir y traer la idea de la «superioridad» del Hombre Poderoso.
En la existencia, nada es superior y nada es inferior, las cosas sólo son
únicas y diferentes. El Hombre Poderoso sabe lo qué es el dinero, qué es el
poder, sabe qué es la respetabilidad, pero no sabe qué es el amor.
47. El hombre poderoso, vanidoso por naturaleza, narcisista, el
Judoka equivocado, es la muerte de la humanidad. Con él no se trata de
amor, de creatividad alguna, no se trata de parir estrellas. El hombre
poderoso ha olvidado el lenguaje mismo de la trascendencia. Él cree ser el
objetivo, el centro de toda la existencia, cree haber llegado, cree que la jornada
ha terminado. La idea «he llegado» es un suicidio. El hombre verdaderamente
compasivo, el hombre verdaderamente amoroso está listo para disolverse,
de manera que algo más grande pueda surgir; desea tornarse abono para
que crezcan rosas. No tiene miedo de la muerte, porque sabe que si la semilla
no muere, la planta no crecerá; si la semilla no muere, no habrá ninguna flor;
está listo para morir; ya que con ese coraje es capaz de pasar de buen grado
el puente de la Vida, que es peligroso, pero si lo cruza se habrá vuelto la
matriz para lo nuevo, y para lo grande. El hombre es un espacio, una
distancia (Ma-Ai), tendida entre el animal y el Hombre Nuevo. Es un
puente y no se debe edificar la casa sobre un puente, los puentes se
cruzan.
48. El Hombre Viejo se ha detenido, ha dejado de crecer, ha dejado
de soñar, ha dejado de esperar, no tiene futuro, es ya un cadáver, y un
muerto no puede vivir otra vez. El hombre poderoso es la muerte del
134
hombre, por eso vive más. Por eso Jesús, le dice a Lázaro, ya muerto:
«Levántate y anda», «comienza una nueva vida, tienes ahora la nueva
oportunidad, conviértete en el Hombre Nuevo». No le dice solamente
«levántate», sino «levántate y anda» recorre la parte del Camino que te
falta para llegar a Casa.
49. El Maestro debe enseñar el Camino (Do) del amor y para conocer
el amor; no es suficiente haber nacido, no viene incluido. El amor debe
ser aprendido, es un arte. En tanto que animal, el hombre no lo hereda, no es
algo biológico, el sexo no hace falta aprenderlo; viene incluido con el resto.
Para llegar al amor hacen falta cuatro pasos:
1° Observación: No es simplemente mirar sino observar. «Una pareja
de novios está sentada a la mesa de un bar, totalmente embelesados uno
con el otro, observándose, mirándose a los ojos, en un verdadero estado
de comunión. Viene el mozo y les pregunta: ¿qué se van a servir?. Ellos,
concentrados uno en el otro, no lo escuchan. Nuevamente el mozo, vuelve a
preguntar: ¿qué se van a servir?. Tampoco ahora tiene respuesta, porque la
concentración simultánea se lo impide. Al momento, el mozo le toca el hombro
al joven y entonces los dos asombrados, se dan vuelta y reaccionan: ¿qué
vas a pedir? Le pregunta él a ella. Estaban ensimismados uno en el otro, se
estaban observando para ir conociéndose.
2° Conocimiento: No se puede amar lo desconocido. El resultado de
la observación constante nos va dando el conocimiento del otro, de instante
en instante, es decir, que es un ir conociendo a uno mismo y al otro. No se
puede hacer una etiqueta del otro y decir «yo a ese lo conozco». Lo he
conocido en una determinada circunstancia de la vida, pero eso no me permite
hacer con él, una estatua fija e inmóvil, un concepto rígido, una etiqueta.
Todos vamos cambiando de instante en instante. De ahí, la importancia
de la observación, constante.
«Un matrimonio lleva 40 años de casado. Están en su casa acostados
en la cama, encima de ellos en la pared, la foto del casamiento. Ella una
sílfides, delgada, con su blanco vestido de novia y él de traje parece un
caballero de fina estampa. En un determinado momento, la señora se levanta
para ir al baño en camisón de franela, soquetes, ruleros, un poco pasada en
kilos, cruza delante de la cama y el marido se da vuelta, mira la foto y se
pregunta mentalmente: «Ésta no es la mujer con la que me casé». Invertimos
la historia; la señora en la cama, el marido se levanta, camiseta, barrigón,
pelado, medias. Cruza delante de la cama y la mujer se da vuelta, mira la
foto, mira al marido y se dice mentalmente: «Éste no es el hombre con el que
me casé». Llevan 40 años viviendo juntos y se sorprenden uno del otro,
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porque nunca se observaron para ver el paso de los años en el otro.
Descubren sorprendidos que viven con un extraño y de golpe se sorprenden,
no se conocen, han vivido con un bulto. No puede allí haber amor, porque
dejaron de observarse, y no se puede amar lo desconocido.
3° Comprensión: Si se observan constantemente los cambios, se podrá
apreciar en uno mismo y en los otros, las virtudes y los defectos que cada
uno tiene, y allí se produce la aceptación o el rechazo que acompañan el
crecimiento personal.
4° Amor: Cumplidos esos tres pasos que se van produciendo, a veces
simultáneamente, recién puede surgir el amor, como sentimiento verdadero,
sin egoísmos, sin objeciones, sin condiciones, aceptando al otro tal como
«Es» o «Está siendo de instante en instante». Entonces, habrá amor
perdurable, no habrá sorpresas.
Pero la gente malentendió a Kano (Shihan) como siempre malentiende.
Ahora le piden: «conviértenos con tu JUDO en Hombres Poderosos».
Pensando que esos hombres serán los más evolucionados de los hombres.
Siendo que, el Hombre Poderoso es justamente el más degradado de los
hombres, el más enfermo espiritualmente, el último. Ha perdido todo interés
en el amor, en la creatividad, en la plegaria. El Hombre Poderoso ha llegado
a un callejón sin salida, y a pesar de ello, creerá haber alcanzado la meta y
haber encontrado la felicidad. Es sin duda contrario a lo que se cree porque
es el más débil, el que necesita muletas (poder, riquezas, grados, puestos,
podios, etc.) es el que nunca tiene Casa a dónde ir, ya encontró su cárcel.
50. El hombre poderoso, el Judoka equivocado, es el desarrollo
involutivo, el crecimiento completo de todo lo que es feo en él, y esto
puede ser cortado con el DO del JUDO, que tiene por objetivo formar
responsables en los tres aspectos de la ética: el individual, el doméstico
y el político; que procura exaltar sus obligaciones para consigo mismo
(Seiryoku Zen’Yo) y para con los demás (Jita Kyoei), tratando de alentar
la unión familiar, el sentido de respeto de los hijos por los padres, la
comunicación sincera entre padres e hijos, destacando la función social
de una familia fortalecida que, como pueblo, sepa comprometerse
cumpliendo con la misión de velar por los principios éticos.
El hombre poderoso sólo puede ser detenido con una cosa. Con el
trabajo del Maestro, que esté comprometido con la creación de un hombre
enraizado en la meditación, un hombre que se haya movido de la cabeza al
corazón, un hombre cuya prioridad ya no sea la lógica, sino el corazón.
Alguien al que no le interesen las riquezas exteriores, pero que es
136
inmensamente rico, porque está sumamente interesado en los tesoros
interiores del ser.
51. Es una larga, muy larga tradición de que la gente sea ciega y
sorda, mira pero no ve, oye pero no escucha, no paladea la comida, la
traga, y casi muerta, sigue viviendo porque no tiene el coraje de cometer
suicidio. Sigue respirando porque está más allá de su control, no puede
detener la respiración. La gente ha vivido en la mentira por siglos, así que
cuando alguien descubre la Verdad, está condenado a ser mal entendido. El
alumno le pregunta al Maestro: ¿Cuál es el secreto para vivir bien? Y el
Maestro le contesta: «Cuando tengo hambre, como; cuando tengo sed,
bebo y cuando tengo sueño, duermo». Nosotros nunca hacemos eso ya
que cuando comemos, no saboreamos la comida sino que miramos televisión,
hablamos con otros, leemos y tragamos. Cuando bebemos no paladeamos
ni insalivamos los líquidos y simplemente tragamos. Cuando dormimos
soñamos con todo lo que hemos reprimido durante la vigilia. Todo esto quiere
decir que el hombre nunca está conciente de sus actos de instante en instante.
¿Si nunca está donde está, cuándo está? ¿Cuándo vive concientemente su
vida, si siempre está en el pasado o en el futuro?
Decir la verdad siempre ha sido una invitación para que la gente te
odie, nadie quiere conocer la verdad, pues ésta, quiebra sus mentiras,
porque su vida entera consiste en mentiras, está basada en mentiras, en
cómodas mentiras, en convenientes mentiras. Pero la gente ama su
conveniencia. ¿A quien le importan la verdad y las mentiras? Muy pocas
personas están interesadas en conocer la verdad al precio de perder su
confort, su posibilidad de viajar, su futuro grado, su puesto permanente, etc.
Es muy raro encontrar a un hombre viviente en el momento de la muerte
real.
52. El Maestro, debe querer amigos, no seguidores, viajeros
compartiendo la búsqueda de la Verdad, recorriendo juntos el Camino
de la Vida (Do). Compañeros vivos que caminen a su lado. Los alumnos
no deben seguir al Maestro ciegamente, deben caminar a su lado,
observándolo, dándose cuenta claramente de que ésta, es la forma de
encontrarse, de re-ligarse a sí mismos.
Nadie en el Dojo debe ser un seguidor. Todos son compañeros de
Camino (Do). Están juntos no por creer en cierta teología, religión, dogma,
filosofía, método, sistema, sino porque a todos les interesa buscar la Verdad.
No hay contratos, no hay salvadores, todos están buscando, y la mejor forma
es buscar juntos. Todo se hace más simple. Alguien encuentra algo y lo
pone a disposición de todos. La existencia está tan llena de tesoros, que
137
todos pueden encontrarlos y compartirlos con cada uno. Eso es
compañerismo, eso es cooperación, eso es el JITA KYOEI del JUDO. «Para
que todos seamos uno» dice el Apóstol Juan 17-21. Y «Amaos los unos a
los otros, como yo os he amado» dice Jesús.
53. Todos los Artes Marciales se han basado en la creencia ciega
de los alumnos hacia sus maestros confundiendo respeto con
obediencia, con esclavitud, con sumisión. En cambio, Kano (Shihan) da
una nueva visión y dice: los creyentes son peligrosos porque, no están
buscando, no son investigadores, simplemente están creyendo en alguien
que pretende ser su orientador. Piensan que ese les revelará la Verdad, y
ellos sólo deberán creer. Kano (Shihan) por lo contrario, dice que todos
deben aprender a buscar e investigar, deben recorrer el Camino, porque
«Se hace camino al andar». No regala pescado, enseña a pescar.
54. Las leyes que están contra la evolución humana, las leyes
inhumanas, las leyes que hacen una sociedad pobre, las leyes que van
en contra de los descubrimientos científicos deben ser eliminadas. Los
creadores han sido siempre considerados los fuera de la ley, pero, son los
que se sacrifican a sí mismos para que la humanidad mejore un poco. El
Maestro es un creador. Y el creador busca compañeros, no cadáveres o
creyentes o rebaños. El creador busca a creadores, a aquellos que inscriben
nuevos valores en nuevas tablas, busca a los nuevos Moisés.
55. El Maestro creador deberá cuidarse y cuidar a sus alumnos
del conjunto de cerdos, de la turba, de los rebaños, de la multitud, que
condenarán a todos los espíritus rebeldes, como si fueran destructores.
Pero para crear, es necesario destruir. A menos que se destruya lo falso,
no se podrá crear lo real. A menos que se destruya lo feo, no se podrá crear
lo bello. A menos que se destruya la mentira, no se podrá encontrar lugar
para las verdades. Los creadores siempre han sido llamados «Destructores,
despreciadores del bien y del mal». ¿Y quién decide lo qué es bueno y lo qué
es malo? ¿Quién tiene el derecho de decidirlo?. La humanidad conocerá lo
bueno y lo malo sólo cuando haya millones de seres despiertos que
sean Hombres Nuevos. Dice Nietzche: «No seré pastor ni enterrador. No
volveré a hablar a la plebe. He hablado por última vez con un hombre muerto.
Frecuentaré ahora sólo a creadores, a cosechadores, a disfrutadores. Les
mostraré el Arco Iris y la escalera hacia el Hombre Nuevo». Coincidiendo,
dice Kano (Shihan): «Mi definición de JUDO, es no renunciar al mundo
sino regocijarme en él...» El mundo es una oportunidad maravillosa para
regocijarse. Sólo los idiotas y los cobardes renuncian a él. Los inteligentes,
los que tienen valor suficiente, gozan en él. El regocijo debería ser la base
138
de toda religión verdadera. No el renunciamiento sino el disfrute. Mi padre
decía: «Disfruta de tus días, es más tarde de lo que imaginas».
Hay Judokas que quieren ser políticos, desean tener cosas (poder,
bienes, grados, puestos, figuraciones, pura vanidad) en lugar de sentir
satisfacción en la entrega (amor), en el placer de encontrarse y de no
perderse, en el placer de servir.
56. El «Maestro» le ha dicho constantemente al Judoka que el deber
es un gran valor, y eso es falso, por eso lo hace saludar al Dojo, a Kano
(Shihan) , al Sensei, al compañero. Esos «maestros» quieren que los Judokas
obligatoriamente los respeten porque ese es el deber de la costumbre, del
uso.
139
Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma,
nuestros rencores y nuestro porvenir.
Por eso nos parece que son de goma
y que les bastan nuestros cuentos
para dormir.
Niño,
deja ya de joder con la pelota.
Niño,
que eso no se dice,
que eso no se hace,
que eso no se toca.
140
está lleno de admiración y de asombro. Y porque sus ojos están llenos de
admiración, su alma ansía lo misterioso. Un niño es un comienzo, un juego,
y la vida debería ser siempre un comienzo y siempre un juego; siempre una
risa y nunca una seriedad. Por eso dice Jesús: «Dejad que los niños vengan
a mí». «Para entrar al reino de los Cielos deberás convertirte en niño».
Un niño es inocencia y olvido. Su «sí» es puro y tiene todo el potencial
para decir «no», si no lo dice es porque confía, porque no tiene miedo; no
vive a partir del miedo sino a partir de la confianza. Cuando el «sí» viene de
la confianza, ésta es la mayor transformación que uno puede esperar.
60. El verdadero sabio se torna nuevamente un niño (Kodomo). El
círculo se completa: del niño al niño nuevamente. Pero la diferencia es
grande. El Judoka novicio es como un niño y, como tal, es un ignorante
del Judo. Tendrá que pasar por los Kyus, y por los Danes iniciales (1º, 2º y
3º) para regresar al niño; y este Nuevo Niño no es exactamente el antiguo
niño, porque no es ignorante. Se ha movido a través de todas las
experiencias de la vida: la esclavitud, la libertad, un «sí» impotente, un
«no» feroz, y aun así lo ha olvidado todo. Y se ha convertido en un niño
sabio y por eso puede regar la tierra, se ha transformado en un niño regador
(Mizu-Hiki-Kodomo).
No es ignorancia sino inocencia; el primer niño era el comienzo
de un viaje; la segunda niñez es la terminación del viaje, es la sabiduría
inocente. Pero alertada ahora por la experiencia, que le permite pensar
lo bueno, decir lo bueno, hacer lo bueno. Es la bondad en pensamiento,
palabra y obra. Es la transformación de Sensei a Shihan.
Por eso Kano (Shihan) nació dos veces. El primer nacimiento es
el del cuerpo y el segundo nacimiento es el de la conciencia. El primer
nacimiento lo hace humano... el segundo nacimiento lo hizo Maestro (Shihan).
El primer nacimiento es para fortalecerlo física, espiritual, mental y socialmente
el segundo nacimiento lo hace semejar a un Dios, es un re-nacido, un
iluminado, un faro en la tierra, renació para despertar a los dormidos e
iluminarles el Camino.
61. Cuando el Maestro es feliz, desea que todos sean felices, porque
su felicidad se multiplica por cada uno que también es feliz. Hacerle
daño a alguien se vuelve simplemente imposible para él. No es una disciplina,
no es un voto que ha hecho en un templo según alguna religión. Es el simple
resultado de su propia felicidad lo que le impide hacer daño. Sabe que la vida
se disfruta al ser él un hombre feliz. ¿Cómo puede lastimar, destruir cualquier
otra vida?. Los hindúes dicen: No hacer daño a nada ni a nadie. Así es
como él disfruta su vida, la irradia, la proyecta y todas las otras formas de
141
vida desean disfrutar. Ya que, si todo alrededor suyo está bailando y está en
éxtasis, eso hará que su propio éxtasis sea mucho más rico. La recompensa
está aquí y ahora. La vida comienza y termina, la muerte solo comienza,
por eso ésta, está tan segura de sí misma, que te da toda una vida de
ventaja. Cuanto mayor sea el número de personas que sean dichosas en el
mundo, más existirá una atmósfera de celebración, de interpenetración
energética (Jita Kyoei). Este descenso desde las alturas de Kano (Shihan),
al crear el JUDO, es tan único y tan significativo que, excepto que cada
hombre sabio tenga el mismo coraje, la suerte de la humanidad ya está
echada.
62. Si todos los Gautama Buda y todos los Jesucristos, todos los
Moisés y todos los Mahomas, hubiesen vuelto como Hombres-Maestros a
la humanidad, le habrían dado dignidad a esa humanidad, se habrían vuelto
fuentes de gran inspiración para que naciera el Hombre Nuevo. Pero,
volvieron como iluminados inalcanzables, que no hablan como simples
iluminados, hablan como iluminados que están muy arriba: la distancia es
tan grande que crea desaliento. Y no sólo ellos, sus discípulos también han
estado tratando por todos los medios posibles de crear más y más distancia
(Ma-Ai). Y esa distancia es tan grande que uno se siente insignificante como
simple ser humano; frente a ellos que son Dios, lo único que le resta al
hombre, es adorarlos. El propósito de muchas organizaciones es hacer a
estas personas tan lejanas a los seres humanos, que uno puede, como
máximo, reverenciarlos, pero no puede ni siquiera soñar con que la misma
experiencia pueda acontecerle.
Por eso, lo que hizo Kano (Shihan) debería ser hecho por cada persona
iluminada. Cada persona iluminada debería volver al mundo a enseñar a la
gente a recorrer el CAMINO (DO); se lo adeuda al mundo: ha nacido como
una criatura humana y no debe crear mitos alrededor suyo, o permitir
que otras personas creen mitos alrededor suyo de modo tal, que él se
torne algo imposible de alcanzar.
63. Kano (Shihan) en más humano, más querible y más creíble, y
uno puede ver la visión que tuvo, al volver a la humanidad; ha conseguido
en su peregrinaje tanta sabiduría, tanta miel, que desea compartirla, distribuirla.
Desea estar vacío otra vez, porque ahora sabe que cuanto más da, más luz
(Ki) seguirá derramándose sobre él. Puede seguir vaciándose a sí mismo y
aún tendrá abundancia para compartir. Es un hombre que está auténticamente
enamorado de la humanidad, y un hombre que afirma la vida, no es
condenatorio, no es negativo, no hace que alguien se sienta culpable. Por el
contrario, ayuda a todos: Cualquier cosa que ha logrado, está oculta en
142
su interior. Su contribución no es otra que alentar a aquellos hombres que
están listos, que han despertado, a aquellos que están necesitando alguna
guía, a aquellos que desean conocer el Camino (Do), a aquellos que desean
experimentar sus tesoros internos, vivenciarlos para regresar a Casa.
64. Para el bien de la humanidad venidera, Kano (Shihan) debería
ser comprendido más y más, sobre todo por los principios sustentados:
Seiryoku Zen’Yo (eficiencia máxima en el uso de la energía) y Jita Kyoei
(prosperidad y beneficios mutuos). Estar en contacto con seres humanos
reales, es una experiencia totalmente diferente, es una prueba de fuego para
su amor. No cuesta nada amar a Dios, pero se necesita inmensa comprensión
para amar a los hombres, por eso crea el JUDO, por eso abre sus DOJOS.
143
del creador comienza a convertirse en parte de la eternidad y de la
inmortalidad. Así debe ser el Judoka, el Hombre Nuevo por venir.
La creatividad está constituida por los momentos en que cada
uno es Uno con él mismo y con el Universo, es el re-greso, el nuevo re-
ligado (religión) del hombre para retornar al Paraíso Perdido. Es Adán
vomitando la manzana y mirando a su interior y al Cielo, buscando la
Luz Divina, Re-tornando a Casa. La verdadera Religión consiste en una
sola cosa: participar con el Creador, no importa lo pequeña que sea su
participación, pero su significado es importante porque sólo él puede
hacerlo, él es el actor. Nadie puede hacerlo por él, nadie puede vivir su
vida por él. Dios no es una persona que está en un lugar determinado;
Dios es sólo un nombre colectivo de toda la energía creativa del Universo
(KI). Desde el momento en que se es creativo, ya forma parte de él, y la
gente que no es creativa permanece separada del fluir de la existencia;
y la gente que es destructiva no está sólo separada, sino también, en contra
de la existencia. Son los verdaderos pecadores, son los transgresores de las
leyes universales, son los destructivos, por eso viven fragmentados y
sufrientes.
Todo Maestro creador, donde sea que cree sus técnicas, sus
métodos, sus pinturas o estatuas, su música o su danza, crea al mismo
tiempo una envidia descontrolada en la gente pequeña, en la multitud,
en la piara. Es el Yin y el Yang, es la ley de causa y efecto. No puede
haber bien sin mal.
67. Aquel que recorre el «Do» debe decir: «Mi felicidad no es de
miserable conformidad, de suciedad, de pobreza. Mi felicidad brota de
mi propio ser. Justifica mi existencia. Soy un centro de luz que irradia
energía. Yo soy la encarnación viviente de Dios».
Si la felicidad no brota de la irradiación de uno mismo, no sirve. Si
te halaga que tu nombre sea mencionado en un acto mundano y esto te hace
feliz. ¿Qué prueba eso?, sólo tu pobreza. Sólo un hombre pobre puede ser
feliz porque su nombre se mencionó en una fiesta, en una reunión.
Cualquier cosa que viene de afuera, de los otros y te hace sentir
feliz, también te hace sentir esclavo, te hace sentir dependiente. ¿Cómo
puede hacerte sentir feliz una cosa que destruye tu libertad?. Ahora,
pregúntese el Judoka: ¿Si no puedes amarte a ti mismo, a quién amarás?
¿Si no puedes ser amigo de ti mismo, quién podrá ser tu amigo? ¿Si no
puedes confiar en ti, como vas a confiar en otros? A menudo con nuestros
pensamientos que parecen amor, solo queremos ahogar la envidia.
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El Maestro Kano (Shihan) responde: «Jita Kyoei». Jesús dice: «Ama
a tu prójimo (próximo) como a ti mismo».
En estas palabras, está contenida toda la filosofía de Kano (Shihan):
«Amo a los hombres. Amo la vida. No he renunciado al mundo. No estuve
viajando como un escapista anti-vida. Estuve viajando para encontrarme
a mí mismo, encontrar mi soledad, mi libertad, mi sabiduría... la he
encontrado, por eso vuelvo». «Porque ahora no necesito permanecer
en lejanías. Por el contrario, estoy tan lleno de pasión, de energía, que
necesito personas con quienes compartir. Deseo compartir mi amor,
deseo compartir mi sabiduría, deseo compartir mi libertad. Estoy
demasiado sobrecargado de miel. Estoy desbordado de Luz Interior (Ki)».
Y desde esa postura creó el Kodokan (lugar donde se aprende a Recorrer
el Camino de la vuelta a Casa).
A través del viejo Maestro toda la actitud religiosa anti-vida, anti-JUDO,
anti-alegría, anti-placer es condenada. ¿Por qué no puede uno amar a la
humanidad? Porque la humanidad es una cosa demasiado imperfecta y
necesita, entre otros, a los Maestros de JUDO. El amor es siempre un
presente; de otro modo, sería una poesía abstracta. Kano (Shihan), está
diciendo cosas muy significativas: Seiryoku Zen’Yo y Jita Kyoei.
Sócrates le dio a la gente un método inmensamente valioso para
encontrar la verdad. Pero, ¿Qué le hizo la humanidad? Lo envenenó. A Jesús,
lo crucificó. A Buda lo repudió.
¿Qué puede el hombre común darle a Gautama Buda, a Jesucristo,
a Confucio, a Mencio, a Lao Tse, a Chuang Tzu, a Lie Tzu, a Sócrates, a
Pitágoras, a Plotino, a Heráclito? El hombre común es un mendigo, es un
«manguero» hasta de Dios. No va a la iglesia para agradecer, va para pedir
salud, dinero, amor. Porque la psicología le ha dicho eso, que debe siempre
recibir algo y que eso lo hará feliz. En cambio, esos Maestros, por lo contrario,
pueden darle al hombre tremendos tesoros, sin pedirle retribución y por eso
el hombre nunca los perdonará, porque aquellos son dadores y el hombre
es simplemente un pedigüeño. El hombre es un mendigo, que debe aprender
a «dar-se», para transformarse en el Hombre Nuevo.
No debe el Maestro seguir el consejo de los enanos morales: «A
los alumnos se les debe dar solamente limosnas». «No les des demasiado».
«Dales lo suficiente como para que empiecen a desear más». «Entonces
estarán siempre moviendo la cola alrededor tuyo, estarán siempre alrededor
de tu mesa esperando un hueso, porque tú, eres el Hombre Poderoso no el
Hombre Nuevo». «Dales sólo cuando pidan y estarán contentos contigo,
145
porque no los has reducido a mendigos. Ellos mismos han pedido. No es tu
culpa; no pueden estar enojados contigo». Pero un hombre como Kano
(Shihan) no puede hacer eso, re-nació para dar y dio.
En un pueblito del sur argentino, un día de nieve, el comerciante Raúl,
que tiene un casa de compraventa, observa a través de la vidriera una mano
pequeña que trata de desempañar el vidrio para mirar hacia adentro. Al rato,
un niño entra al negocio, saluda y le pregunta a Raúl: «¿Señor, cuánto cuesta
ese collar de cuentas azules que está en la vidriera?» El collar era de cristal
de roca y tenía un precio relativamente alto.
Raúl le pregunta para qué quiere el collar y el niño le contesta: «Sabe
Señor, hoy es el cumpleaños de mi hermana mayor y como ella nos ha criado,
porque no tenemos papá ni mamá, yo quiero hacerle un hermoso regalo y
para eso rompí mi alcancía y traje todo el dinero que tenía ahorrado.»
¿Cuánto dinero tienes? preguntó Raúl. El niño buscó en su bolsillo y
sacó de él unas cuantas monedas que en total sumaban 15 pesos.
Raúl fue hasta la vidriera, sacó el collar, hizo un hermosos paquete, se
lo entregó y el chico, muy contento, se fue.
A la tarde, casi a la hora de cerrar, una joven como de 19 o 20 años
entra muy agitada al negocio y le pregunta al dueño: «¿Señor, este collar de
cuentas azules es de su negocio?» Si, responde Raúl «¿Y cuánto cuesta?»
pregunta ella. «Su precio real es de 120 pesos» «Pero mi hermano nunca
pudo haber reunido esa cantidad y no creo que lo haya robado» Entonces, el
dueño del negocio, muy emocionado le contestó: «Quédese tranquila, su
hermano no sería capaz de robar, pero ha tenido un gesto que lo engrandece
y que todos debemos valorar, DIO PARA OTRO, TODO LO QUE TENÍA.
El que realmente quiera ser Maestro, deberá proceder durante toda
su vida como ese simple niño, ya que todo ser humano, por más
ignorante que sea, puede enseñar a otros lo que sabe.
¿Hasta cuando debo dar?, le pregunta un peregrino a la Madre Teresa,
y ella responde: «Hasta que te duela...»
68. El Maestro no está a favor de la violencia pero es un guerrero.
No está a favor de la destrucción pero es un Samurai, porque no desea
que el hombre pierda las cualidades del guerrero, no desea que el hombre se
torne un cobarde, no desea que el hombre sea incapaz de aceptar los desafíos
de la vida, sean éstos de combate o de opiniones intelectuales. Un guerrero
debe estar siempre listo, preparado, alerta, porque lo grave no es caer, sino
permanecer caído (Ukemi): su espada (Katana) debe estar afilada y su
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inteligencia también debe estar afilada, atenta y lista para la acción. Sólo
entonces puede haber paz, cuando cada uno sea tan inteligente, tan astuto,
y esté listo para morir, no para ser esclavizado. Sólo entonces el mundo
conocerá una paz que no será la paz de los cementerios...
69. El Maestro debe enseñar que la única diferencia entre los
hombres y los animales son los valores, ningún animal vive de acuerdo a
valores; vive ciegamente, sin saber por qué, su fuerza vital es, en sí misma,
inconsciente. Muchos hombres viven también del mismo modo, parecen
hombres, pero aún no han trascendido al animal. Estos valores pueden ser
de dos tipos: uno que es impuesto desde afuera, TU DEBES, y otro que
surge desde la interioridad, de la conciencia, YO QUIERO, YO DEBO.
El primer tipo de valores es sólo una hipocresía, es una estrategia de
la sociedad para hacerle creer al hombre que ha superado a los animales;
pero de hecho ha caído más bajo que los animales, ya que ellos son naturales;
el hombre ni siquiera es natural. Esos valores deforman su naturaleza,
deforman su simplicidad, deforman su inocencia, y le dan una falsa idea
de qué es lo que debe ser un hombre. Y por eso vive simulando y disimulando:
simula virtudes que no tiene y disimula los defectos que tiene.
La segunda clase es la de los valores auténticos, y para ello tiene que
evitar cualquier tipo de imposición caprichosa desde afuera, dando permiso
a su propio ser y a su voz pequeña y suave. El comienzo de un Hombre
Nuevo, está en la atención y confianza que le preste a su voz interior,
meditando.
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148
TEMA 6
JUDOKA
JUDOK
(EL PRACTI
PRACTICANTE DE JUDO)
CTIC
Etapas evolutivas de la vida humana
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150
TEMA 6
151
determinada acción. Contrario al animal que en vez de razonar, porque no
puede, reacciona directamente actuando con el ataque o la huída; es la
pura acción. Ese descubrimiento de su posibilidad de ensimismarse, es
decir, meterse dentro de sí, para ponerse consigo mismo de acuerdo, lo
transforma ya en un hombre, individuo, persona que antes de actuar piensa
y luego decide si actúa o no. Esta condición para el ensimismamiento es la
gran revolución en el proceso de desarrollo del hombre, y decimos proceso
porque él es un constante cambio, sobre todo cuando en sus meditaciones
comienza a preguntarse: ¿quién soy? ¿de dónde vengo? ¿a dónde voy?.
Esa toma de conciencia le va formando un nuevo cerebro, que es el cerebro
nuevo que lo transforma de Homo Sapiens en Homo Insipiens porque
descubre, ante esa falta de respuestas, que no sabe tanto como creía que
sabía. Es allí donde comienza a filosofar. Este proceso de limitaciones lo
obligan a pensar ¿de qué soy capaz? ¿y de cuánto?. Ésta toma de
conciencia, también, le hace de alguna manera sentirse bien con él mismo
porque auto limita su Yo. Pero ahora él entra en la sociedad a vivir con los
otros, se introduce en una cultura que es previa a él, que ya está y tiene que
adaptarse a ella, ya que esa cultura está basada no en la libertad, sino en el
«Tú debes». Si él no puede adecuarse, la sociedad lo sanciona y entonces
para evitar la sanción, él entra en un proceso de supervivencia basado en la
simulación de virtudes que no tiene y en la disimulación de los defectos
que tiene. Este permanente estado de alerta lo hace vivir en una constante y
perjudicial alteración. Alteración viene del latín alter (lo otro que no soy
yo). Podemos esto graficarlo visitando el zoológico, y estando atentos a la
conducta de los monos que son nuestros antiguos primos. Este
comportamiento simiesco es fácil de catalogar, ya que estos animalitos viven
siempre observando todas las cosas que están y ocurren a su alrededor, es
decir, todo lo que está fuera de él, en el mundo exterior. Por lo tanto, sus
actitudes, sus movimientos son de una completa alteración. Cuando se cansa
de ver las cosas, se duerme, mientras que el hombre puede salirse de ese
mundo exterior, es decir, meterse en su mundo interior (ensimismarse),
pensar, sacar conclusiones, decidir y luego recién actuar. Él tiene un
Intus, una interioridad que es la característica que lo diferencia de los
animales. Por eso decimos que el hombre es un proceso y para poder llegar
al final del proceso debe recorrer cuidadosamente el Camino (Do) de las
circunstancias y de las cosas para poder llegar a la plenitud de su Ser. El
hombre es una vertiente de agua fresca y cristalina que corre hacia el océano
cósmico, no es un estanque. El hombre es por esencia intimidad y a esa
intimidad llamamos vida. En el caso del hombre esta intimidad de lo vital
(KI) se potencia y enriquece desmesuradamente merced a la riqueza de su
152
alma. El hombre exterior está habitado por un hombre interior. Tras el
cuerpo está escondida el alma (Ki).
Dice Ortega y Gasset: «Toda intimidad, pero sobre todo, la intimidad
humana –vida, alma, espíritu- es inespacial. De aquí que le sea forzoso, para
manifestarse, utilizar la materia, transponerse o traducirse en gestos y
movimientos. Todo fenómeno expresivo implica, pues, una transposición,
es decir, una metáfora esencial. El gesto, la forma de nuestro cuerpo,
son la pantomima de nuestra alma. El hombre externo es el actor que
representa al hombre interior. Ciertamente que, en nuestra figura y gestos no
se deja ver toda nuestra intimidad, pero ¿es que alguien ha visto entero todo
un cuerpo? ¿Quién ha visto, por ejemplo, entera una naranja? De cualquier
sitio que la miremos encontraremos sólo de ella la cara que da a nosotros; su
otra faz queda siempre fuera de nuestra visión. Lo único que podemos hacer
es dar vueltas en torno al objeto corporal y sumar los aspectos que
sucesivamente nos presenta; pero entero y de un golpe, con auténtica e
inmediata visión, no lo vemos nunca. Conviene no olvidar esta sencilla
observación, porque comúnmente creemos que el mundo material nos es
por completo patente y, en cambio, el mundo íntimo nos es por completo
inasequible. En ambos sentidos se exagera. Los jóvenes, sobre todo, suponen
que su persona interior, los vicios de su carácter, son un profundo secreto
que en sí llevan, bien defendido, ante las miradas ajenas por la materia opaca
de su cuerpo. No hay tal: nuestro cuerpo desnuda nuestra alma, la anuncia
y la va gritando por el mundo. Nuestra carne es un medio transparente
donde da sus refracciones la intimidad que la habita».
«El cuerpo humano tiene la función de representar un alma; por
eso, mirarlo es más bien interpretarlo. El cuerpo humano es lo que es y,
«además», significa lo que él no es: un alma. La carne del hombre
manifiesta algo latente, tiene significación, expresa un sentido. Los griegos,
a lo que tiene sentido llamaban logos, y los latinos tradujeron esta palabra
en la suya: verbo. Pues bien, en el cuerpo del hombre, el verbo se hace
carne; en rigor, toda carne encarna un verbo, un sentido. Porque la carne
es expresión, es símbolo patente de una realidad latente. La carne es un
jeroglífico. Es la expresión humana como fenómeno cósmico».
El organismo posee un triple repertorio de movimientos externos:
el movimiento reflejo, el voluntario y el emocional.
Esto nos lleva a una distinción psicológica entre el espíritu (KI) –
facultad cósmica no individual- y el alma(Ki) , que es nuestra persona,
en cuanto diferente de los demás. El espíritu carece de sentimientos:
piensa y quiere (es la energía cósmica). El alma (Ki) es quien desea, ama,
153
odia, se alegra y se compunge (libre albedrío), sueña e imagina. Ambos
poderes luchan perpetuamente dentro de nosotros, detectándose que el
espíritu se ocupa, principalmente, en detener el individualismo de nuestra
alma.
Solo qué, como en el gesto, se expresa principalmente el estado de
alma singular, concreto, transitorio (una emoción, en suma), en la forma
corporal adquiere signo el carácter constitutivo y permanente de la
persona. De aquí que sea menos unívoco y claro el valor expresivo de la
figura (por lo mismo que es más hondo el secreto expresado). Sin premeditarlo,
el vulgo español ha unido inseparablemente la figura al genio individual,
diciendo «Genio y figura hasta la sepultura». Y es que ambos son dos ramas
de lo mismo: la figura es expresión del carácter, escultor de la figura, la
cual representa un gesto petrificado donde se enuncia la índole profunda y
perenne del sujeto, que en ningún acto ni ademán particular podría hallar
exteriorización suficiente.
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niño y del adolescente. Los estudios científicos sobre la vejez son todavía
más recientes.
Hasta entonces, los conocimientos psicológicos sobre la infancia,
la adolescencia y la vejez eran consecuencias de las ideas filosóficas o
religiosas predominantes.
A la hora de establecer los períodos, etapas o fases que el ser humano
va atravesando a lo largo de su vida, existen diferencias entre los autores
que se ocupan del tema, dependiendo del punto de vista que cada uno adopte,
es decir, aquello que considere cada uno como fundamental para la
organización de las manifestaciones psicológicas.
Así, Piaget, psicólogo suizo, quizá el máximo representante de la
psicología evolutiva, concibe estas etapas como un conjunto de rasgos
psicológicos interdependientes, que responden a una estructura básica común.
Están caracterizadas por un estilo cognoscitivo propio; es decir, cada estadio
supone características propias. De esta forma ininterrumpida se va
desarrollando la inteligencia (tema central de sus estudios), a partir de las
capacidades innatas y utilizando éstas, en la fabricación de los procesos
adquiridos.
Freud, desde otro punto de vista, distinguió diversas fases en el
desarrollo psíquico; dependiendo éstas de las zonas corporales que
proporcionan en cada momento un mayor placer al niño y luego al adulto y
son decisivas en cuanto al juego de los procesos psíquicos inconscientes.
Existen otros autores que hacen diferentes divisiones en las etapas del
desarrollo, dependiendo también del énfasis que ponen en unos u otros
aspectos psíquicos.
A un nivel más simple, todos hacemos distinciones claras, teniendo en
cuenta los niveles madurativos observables a simple vista en un individuo;
estas etapas podrían ser: infancia, adolescencia, juventud, adultez y
senectud.
1. La infancia:
Cuando el niño sale del vientre de la madre, se le produce la mayor
conmoción de su vida. Ni siquiera la muerte será una conmoción tan grande,
porque la muerte llega sin avisar. La muerte le llegará muy probablemente
cuando esté inconsciente. Pero mientras está saliendo del vientre de la madre
155
está conciente. Su largo y hermoso sueño de nueve meses se ve interrumpido
y entonces le cortan el cordón que lo une a la madre.
En el momento en el que se le corta el cordón umbilical se ha creado
un individuo lleno de miedo. Este acto traumático no es lo más adecuado
para un cambio feliz.
Se debiera separar al niño de su madre más despacio, más
gradualmente. No se debería producir esa conmoción. Dice la Dra. María
del Carmen Morales de UNICEF con respecto al tiempo que se tarda en
cortar el cordón umbilical seguido al parto. La idea de los estudios hechos
con universidades internacionales es que se recomienda que para realizar
ese corte hay que esperar por lo menos dos minutos ya que durante ese
lapso sigue pasando sangre de la mamá al bebé. Y esa sangre que pasa en
ese tiempo tan cortito tiene mayor cantidad de hierro que la que hay en seis
meses de lactancia. Esos dos minutos unido a su madre le garantizan al
bebé un tanque lleno hasta los seis meses de vida, cuando empieza a comer
otros alimentos. Se ha comprobado que un 40 % de los chicos a los que se
les cortó el cordón rápidamente a los seis meses de vida ya estaban anémicos.
En la Argentina, el cordón umbilical se corta a los 20 segundos con lo que
casi no pasa hierro de la madre al chico.
En la habitación donde se realiza el parto no debería haber luces
deslumbrantes, porque el niño ha vivido durante nueve meses en una
oscuridad absoluta y sus ojos que nunca han visto la luz, son muy delicados.
Al pobre indefenso no le dan tiempo para que se adapte a la nueva realidad.
La manera en que reciben al niño es desagradable y agresiva. Lo levantan
por los pies y le dan una palmada en las nalgas. Detrás de este estúpido
ritual se esconde la idea de que esto ayudará a respirar al niño porque en el
vientre de la madre no estaba respirando por sí mismo; la madre respiraba
por él, comía por él, hacia todo por él.
No es un buen comienzo para darle la bienvenida a este mundo, que lo
cuelguen boca abajo y le den una palmada en las nalgas. Pero, los parteros
tienen prisa. Si no fuera así, el niño empezaría a respirar por su cuenta.
Antes de cortar el cordón umbilical se le debería dejar encima del vientre de
la madre. Estuvo dentro del seno materno durante nueve meses, en el interior;
ahora está afuera en el exterior. No es un cambio demasiado grande, si la
madre está ahí, si la puede tocar, si la puede sentir. Conoce su vibración. Es
perfectamente consciente de que esta es su casa. Se asoma a la vereda. Ha
salido fuera pero ésta es su casa. Tendría que estar un poco más con su
madre para que se familiarice con ella, con el afuera, porque ya la conoce
por adentro. Y no se le debería cortar el cordón que lo une a su madre hasta
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que empiece a respirar solo. Hay que dejarlo que respire por su cuenta. Sólo
le llevará unos minutos. No se debe tener tanta prisa. Se trata de la vida
entera de un hombre.
En cambio, ¿Qué se hace actualmente? Se le corta el cordón y le dan
una palmada para que así pueda respirar. Pero esto es obligarlo, esto es
violento, no es científico en absoluto y es antinatural. Vaya forma agradable
de hacerlo entrar al mundo. Quizás inconscientemente le están diciendo:
«mira lo que te espera en este mundo».
Cuando una madre está alimentando a su hijo, no está dándole
solamente leche, como siempre se había pensado. Ahora los biólogos se
han encontrado con un hecho más profundo, dicen que ella lo está alimentando
de energía (Ki); la leche es sólo la parte física, lo que se ve. Cuando una
madre abraza a su hijo, la energía está fluyendo. Esa energía es invisible
(KI), la llamamos amor, calor. Algo se transmite de la madre al hijo y del hijo
a la madre también. Es un ida y vuelta, es un «feedback». Por eso una mujer
nunca está tan hermosa como cuando se convierte en madre. Antes de eso,
le faltaba algo, no estaba completa, el círculo estaba incompleto. Siempre
que una mujer se convierte en madre, el círculo de su vida se completa. Le
llena una gracia de origen desconocido. Por eso, no sólo está alimentando al
niño, el niño también está alimentando a la madre. Los dos en comunión
con un cordón energético (KI) que no se corta nunca. La madre está en la
puerta de la casa esperando al hijo que llega de la escuela y cuando éste
todavía está medianamente cerca la madre lo observa y se dice: «a vos te
pasa algo».
Y ninguna otra relación es tan cercana. Ni los amantes están tan cerca,
porque el niño viene de la madre, de su misma sangre, de su carne y de sus
huesos: el niño es una prolongación de su propio ser. Nunca más volverá a
suceder esto, porque nadie puede ser tan cercano. Un amante puede estar
cerca de su corazón, pero el niño ha vivido dentro de su corazón. Durante
nueve meses ha sido parte de la madre, han estado unidos orgánicamente.
Siendo uno. La vida de la madre era su vida, la muerte de la madre hubiera
sido su muerte. Esto continúa durante toda la vida: existe una transmisión de
energía, una comunicación de energía (Ki).
El niño asocia desde el principio las ideas de comida y amor. Se
convierten en dos caras de la misma moneda. Su objeto de amor y su objeto
alimenticio es el mismo. No sólo la presencia de la madre, sino del pecho en
particular: el niño consigue del pecho el alimento, el calor y la sensación
de amor.
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Hay una diferencia cuando la madre ama al niño, el pecho tiene una
sensación y una vibración diferentes. La madre disfruta dando de mamar al
niño; se siente estimulada en su sexualidad. Si la madre quiere de verdad al
niño, entonces siente una alegría casi orgásmica. Sus pechos son muy
sensitivos; son las zonas más eróticas de su cuerpo. Ella empieza a brillar y
el niño puede sentirlo. El niño percibe el hecho de que la madre está
disfrutando. Ella no está sólo alimentándolo, lo está disfrutando.
Pero cuando la madre le da el pecho sólo por necesidad, entonces el
pecho está frío, no hay Ki; no tiene calor. La madre no está a gusto, tiene
prisa. Quiere quitarle el pecho cuanto antes. Y el niño lo percibe. Es muy
evidente que la madre está fría, que no es amorosa, que no es cálida. Es una
mujer fértil, no una madre de verdad. El niño parece no deseado, se siente
no deseado.
En cambio, si él siente que la madre lo necesita, es como si sintiera
que la existencia lo necesita, porque su madre es toda su existencia; él conoce
la existencia a través de su madre y todas sus ideas acerca de su madre,
serán sus ideas acerca del mundo.
Un niño que no ha sido amado por su madre, se encontrará alienado
en la existencia; se sentirá marginado, como un extraño. No será capaz de
confiar en la existencia, se sentirá huérfano. Si ni siquiera pudo confiar en su
propia madre, ¿cómo va a confiar en los demás? La confianza se le hace
imposible. Duda, sospecha; está continuamente en guardia, con miedo,
asustado, alertado, alterado. Encuentra enemigos por todos lados,
competidores. Constantemente tiene miedo de ser aplastado y destruido. No
le parece que el mundo sea realmente su casa.
Si la madre está feliz y disfruta alimentando al niño, entonces el niño
nunca come demasiado porque confía; sabe que la madre está ahí. Siempre
que tenga hambre, sus necesidades serán satisfechas. Un niño bien amado
parece sano. No es ni gordo ni delgado; mantiene un equilibrio psico-físico.
El niño pequeño siempre que esté tenso, se meterá el dedo en la boca
y empezará a chupárselo. En cuanto siente que no puede dormir, se mete el
pulgar en la boca, se siente a gusto y se duerme. ¿Por qué? Porque el dedo
gordo se convierte en un sustituto del pezón del pecho de la madre y el
alimento lo relaja. El dedo gordo es sólo un sustituto del pecho; no está
dando leche, es algo falso, pero aún le produce la misma sensación.
En Occidente, a casi todos los niños se les ha retirado el pecho
prematuramente, y eso constituye una herida. Por eso todos los países
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civilizados están obsesionados con los senos. A los niños habrá que darles el
pecho; si no, se volverán adictos y se pasarán la vida entera buscándolo.
Hay que dejar al niño que escuche a su cuerpo. Que le haga caso. No
se debe intentar dominarlo de ninguna manera. El cuerpo son sus
sentimientos. Una vez que ha empezado a entenderlo, el 99 por 100 de sus
desdichas desaparecerá.
Desde la más temprana infancia nuestra atención ha sido apartada del
cuerpo, hemos sido alejados de él. El niño está llorando, tiene hambre y la
madre está mirando el reloj. No está mirando al niño. Si al niño no le da de
comer en ese momento, lo está distrayendo de su cuerpo. En vez de darle de
comer en ese momento, lo está distrayendo de su cuerpo. En vez de darle de
comer le da un chupete. Se le está haciendo trampas y se lo está engañando.
No se permite a la sabiduría de su cuerpo que dé su opinión, la mente irrumpe
e interfiere.
El niño se calma con el chupete y se duerme. En ese momento el reloj
dice que han pasado tres horas y que hay que darle leche al niño. Ahora está
profundamente dormido, su cuerpo está durmiendo; se lo despierta para darle
de comer. Otra vez la madre está destruyendo su bio-ritmo. Poco a poco se
le altera todo su ser. Y llega un momento en el que pierde toda conexión con
su cuerpo. No sabe qué quiere su cuerpo. No sabe si su cuerpo quiere comer
o no comer; no sabe si su cuerpo quiere hacer el amor o no. Todo está
manipulado por algo externo a él; es el «Tú debes» de la sociedad.
Desde el principio quiere llorar y reír porque no puede todavía hablar.
Llorar es para él una profunda necesidad. Todos los días tiene una catarsis a
través del llanto. El niño tiene muchas frustraciones y quiere atención. Es
inevitable; es por necesidad. El niño quiere algo, pero no puede decir por
qué, no puede expresarlo: todavía no habla. En ese momento no se le presta
atención, por eso se hecha a llorar. Se lo podrá sobornar: la madre le dará un
muñeco, le dará leche (cualquier cosa para distraerlo o para consolarlo), el
tema es que no debe llorar. Siendo que llorar es una necesidad profunda. Si
puede llorar y se le permite, el niño quedará como nuevo; la frustración es
expulsada a través de las lágrimas. De lo contrario, si contiene el llanto,
contendrá la frustración. Entonces se ira acumulando, y el hombre será un
valle de lágrimas. Ahora los psicólogos dicen que se necesita el grito esencial.
En Occidente se está desarrollando una terapia sólo para ayudar a gritar (KI-
Ai), con la finalidad de que todas las células de su cuerpo se impliquen. Si
logra gritar desde el Hara (centro), tan enloquecidamente que todo su cuerpo
esté gritando y vibrando, se liberará de mucho dolor, de todo el sufrimiento
que tiene acumulado.
159
En cuanto al sexo, debemos decir, que la primera fase de la niñez es
autosexual. Cuando el niño nace es un narcisista. Ama inmensamente su
cuerpo, y esto es hermoso; porque sólo conoce su cuerpo. Simplemente con
chuparse el dedo, pulgar está eufórico. Si uno se fija en un niño chupándose
el dedo: verá qué euforia hay en su cara, simplemente está jugando con su
cuerpo, intentando meterse el dedo gordo del pie en la boca, haciendo un
círculo con la energía (Ki). Cuando el niño se mete el dedo gordo del pie en
la boca se crea un círculo energético, porque la energía se empieza a mover
en círculo. La energía circula naturalmente en el niño y él lo disfruta,
porque cuando la luz circula se produce una gran alegría interior.
El niño juega con sus órganos sexuales sin saber que son órganos
sexuales. Todavía no ha sido condicionado por los adultos; percibe su cuerpo
como una unidad, y, sin duda, los órganos sexuales son la parte más sensible
de su cuerpo. Realmente disfruta tocándose, jugando con ellos.
Y es aquí donde la sociedad entra en la psique del niño: «¡No te
toques!» ¡No! es la primera palabra sucia, la primera palabrota. Y a partir de
esta palabra surgen muchas otras: no puedes, no debes, todas ellas son
palabrotas. Una vez que se le dice al niño «¡No!», y el padre o la madre se
enoja, con una mirada que asusta, mientras le retiran la mano de sus órganos
genitales.
Nuestras mentes condicionadas, retorcidas, castradas, hacen que
cuando el niño está tocándose el órgano sexual; le digamos que eso es malo
y le quitamos la mano. Creamos culpabilidad en el niño, que es un inocente.
En este momento se ha comenzado a destruir su sexualidad natural. En este
momento se ha comenzado a envenenar la fuente de su alegría, de su ser.
En este momento se está creando hipocresía en él; se volverá simulador y
cuando estén sus padres delante no jugará con sus órganos sexuales. Acaba
de hacer aparición la primera mentira; no puede ser sincero. Acaba de
enterarse de que si es sincero consigo mismo, si se respeta a sí mismo, si
respeta su propia alegría, si respeta su propio instinto, sus padres se
enfadarán.
El niño es el fenómeno del mundo más sujeto a la explotación. No ha
habido ni hay ninguna clase tan explotada como la del niño. No puede hacer
nada: no puede organizarse en sindicatos para luchar contra sus padres, no
puede ir a los juzgados, no puede apelar al Gobierno. No tiene ninguna manera
de protegerse a sí mismo del ataque de los padres con su «Tú debes». Cada
niño nace inteligente, claro, limpio, pero la sociedad empieza a amontonar
basura sobre él.
160
Ha tenido lugar el primer trauma. A partir de ahora el niño nunca será
capaz de aceptar su sexualidad de manera natural, con alegría. Una parte
de su cuerpo no es aceptable, una parte de su cuerpo es fea, una parte de su
cuerpo no merece ser tocada, no debe ser sentida esa parte de su cuerpo y
la rechaza. Profundamente, en su psicología comienza a castrarse, y la energía
(Ki) retrocede. La energía no fluirá ya tan naturalmente como solía hacerlo
antes de que ese «no debes» ocurriese.
Es en esa fase autosexual que mucha gente se queda atascada.
Por eso sigue habiendo tanta masturbación en todo el mundo. Es una fase
natural, que habría pasado naturalmente. Es una fase de crecimiento, pero
los padres alteraron la circulación de la energía en esa fase de crecimiento.
Una vez que ha comenzado a masturbarse, se podría convertir en un
hábito, un hábito mecánico, y entonces nunca pasaría a la segunda fase, que
también es muy infantil. Nunca alcanzará una sexualidad completamente
madura. No será capaz de conocer el deleite que sólo puede conocer un ser
sexualmente maduro. Y la ironía es que estos castradores son los mismos
que condenan la masturbación y hacen tantos aspavientos sobre ella. Han
estado diciéndole a la gente que si se masturba se quedará ciego, si se
masturba se convertirá en un zombi, si se masturba nunca será inteligente,
se volverá tonto. Ahora bien, todos los hallazgos científicos coinciden en un
punto: la masturbación nunca ha hecho daño a nadie. Las que han hecho
realmente daño son esas ideas sobre la masturbación.
Si al niño se le permite vivir libremente esta fase natural de
autosexualidad, él mismo pasará a la segunda fase: la homosexual. Pero
muy poca gente pasa a la segunda fase. La mayoría se queda en esa primera
fase. Incluso haciendo el amor con una mujer o con un hombre se podría no
estar haciendo otra cosa que masturbándose mutuamente.
Como dijimos, la segunda fase es la homosexual. Pocas personas
pasan a esta segunda fase, que también es una fase natural. Al niño le gusta
su cuerpo. Si es un chico, le gusta un cuerpo de chico, su cuerpo. Dar el
salto de un cuerpo de niña a un cuerpo de mujer, sería dar un salto demasiado
grande. Naturalmente, primero se enamora de otros niños; o si es una niña,
el primer instinto natural será amar a otras niñas porque tienen el mismo tipo
de cuerpo, el mismo tipo de ser. Podrán entender a las niñas mejor que a los
niños; los niños son un mundo aparte.
Esta fase homosexual es una fase natural. Ahí también la sociedad
ayuda a que la gente se vuelva a quedar atascada, porque crea barreras
entre el hombre y la mujer, entre niños y niñas. Por eso las escuelas, los
161
Dojos deben dar clases mixtas. Si esas barreras no existen, la fase
homosexual desaparece pronto; comienza a surgir un interés por lo
heterosexual, por el otro sexo. Pero la sociedad no da oportunidades para
ello. No se acepta que se encuentren, que estén juntos, pero eso, por suerte,
está cambiando con las escuelas mixtas.
La homosexualidad se perpetúa por la misma sociedad que la
condena. Esa misma sociedad condena al homosexual, lo llama pervertido,
criminal. Todavía existen países donde se castiga la homosexualidad y hasta
lo pueden meter en la cárcel durante años. ¡Siendo que es esa misma sociedad
la que la ha creado!.
Y la tercera fase es la heterosexualidad. Cuando un hombre ha
superado la autosexualidad y la homosexualidad, entonces será bastante
capaz y suficientemente maduro para enamorarse de una mujer y entrar en
un mundo totalmente diferente, con una química, una psicología y una
espiritualidad diferentes. Entonces será capaz de jugar con ese mundo
diferente, con ese organismo diferente.
1.1 La Primera Infancia:
Comprende aproximadamente desde el nacimiento hasta los 6 o 7
años. Aunque los primeros meses y años de la vida humana son
considerados, frecuentemente, como un período de olvido, tiene gran
importancia para el desarrollo emocional del individuo. La niñez es la
base de toda experiencia psico-somática posterior.
La naturaleza de la primera relación del individuo (que es la relación
con su madre), influirá profundamente en su personalidad, pues es en
esta relación entre madre e hijo, ya desde afuera del vientre, donde toda
persona aprende a relacionarse con el «otro» y donde empieza a
desarrollar su capacidad de amar (en el más amplio sentido de la palabra).
En esta relación, se origina el individuo como ser social.
En la infancia, es cuando se decide, si el niño será un adulto que sienta
al mundo exterior como benévolo y básicamente digno de confianza. Aquí se
decide también, si predominará un sentido de esperanza y continuidad sobre
su sentido de desesperación y de vida siempre dividida en fragmentos
inconexos.
En ningún otro período de la vida se realizarán tantos y tan variados
cambios y aprendizajes como en éste, y ello, debido fundamentalmente a la
intervención de la madre, o a la figura que representa este papel para el niño.
1.1.1. Etapa del primer año de vida:
162
El primer año de la vida de un niño es fundamental para todo su
desarrollo futuro. Desde los primeros meses, cada bebé se presenta
como único e indivisible; ninguno se parece a otro, igual que no hay
dos familias o dos madres iguales. No varían sólo en lo referente a sus
temperamentos, cosa a menudo muy evidente, sino también en su ritmo
de crecimiento. Es un ser humano, desvalido y dependiente, pero con
sus propias necesidades y sentimientos, e incluso con algunos atisbos
de ideas. Necesita que la madre permanezca junto a él gran parte del
tiempo y que ambos se vayan adaptando en sus necesidades respectivas.
Al comienzo, la boca es sumamente sensible y en ella se
concentran las sensaciones más intensas de placer y excitación. Esto
es lo que hace que en psicoanálisis se denomine a estos primeros meses
de la vida como fase oral (Freud).
En estos primeros momentos, el niño sólo cuenta con conductas
simples innatas (reflejos) para adaptarse al mundo que lo rodea; una de
ellas es la succión. A partir de estos reflejos irá ejercitando otros
movimientos que surgen por casualidad en su propio cuerpo y más
adelante aquéllos que tuvieron un efecto interesante en el medio (como
puede ser el hecho de golpear un sonajero). De esta forma aprende a
manejar su propio cuerpo y a actuar sobre lo que está a su alrededor.
Poco a poco va perfeccionando sus movimientos de tal forma que
se va adaptando al objeto que manipula. Este objeto puede ser su propio
cuerpo; a través de pequeños avances, el bebé se sienta, se pone de
pie, gatea, camina, y comienza sus balbuceos como atisbos del futuro
lenguaje.
Estos procesos proporcionan gran placer tanto al bebé como a
sus padres, lo que le lleva a realizarlos repetidamente. Van apareciendo
juegos en los que pone gran interés y a través de ellos va aprendiendo
y asimilando los diferentes aspectos del mundo, las personas y las cosas.
En este período, el niño experimenta emociones muy intensas, masivas
y absolutas. Van acompañadas de cambios fisiológicos y cuando está absorto
en una emoción, no parece que pueda desarrollar ninguna otra actividad
psicológica. El lactante que llora en su cuna la ausencia de su madre, vive
una situación de abandono absoluto; inversamente, cuando está en una
sensación de tranquilidad plácida o de sueño, reproduce bastante fielmente
su anterior existencia en el útero.
El papel de la madre, aprendiendo pacientemente lo que su bebé le
comunica de esta forma, es fundamental, ya que es la única manera de
163
comunicarse que tiene el niño. Una madre lo suficientemente buena como
para ayudar a un desarrollo adecuado de su bebé, será aquella que,
gozando e intentando aprender en la relación con su hijo, le procura las
satisfacciones precisas y también las frustraciones necesarias en todo
desarrollo.
Asistimos así, al nacimiento de la inteligencia, la afectividad y las
relaciones sociales.
1.1.2. Etapa, entre los dos y los cuatro años:
Posteriormente, coincidiendo con la educación para el control de los
esfínteres, el niño comienza a interesarse por todo lo relacionado con las
funciones excretorias. Por esta razón el psicoanálisis denomina a esta etapa
fase anal.
Se establece un conflicto en el niño; por un lado desea conservar el
amor de la madre complaciendo los deseos de ésta, es decir, que evacue las
heces, que son una parte muy importante de su propio cuerpo, en
determinadas condiciones. Esto se realiza a costa de renunciar a su propio
placer (retenerlas o expulsarlas cuando, cómo y donde él quiera); sin embargo,
por otro lado, puede desear oponerse a este control.
Cuando se obliga a los hombres a hacer sus necesidades se les produce
otro gran trauma. A los niños se los obliga a hacer sus necesidades a una
hora determinada. Ahora bien, los niños no pueden controlar el movimiento
de sus intestinos; les lleva un largo tiempo, y a otros les lleva años el poder
controlarlo. Entonces, ¿qué hacen? Se fuerzan, cierran su mecanismo anal y
debido a esto adquieren una fijación anal. Esta se vuelve tan importante
que la genital pierde importancia. Por eso hay tanta homosexualidad. La
homosexualidad no desaparecerá del mundo hasta que, o a menos que,
desaparezca la fijación anal. El aprender a hacer sus necesidades es una
lección muy importante y al mismo tiempo muy peligrosa.
A esto se debe el que haya tantos casos de estreñimiento en el mundo.
Sólo el hombre sufre de estreñimiento, los animales no lo sufren y en
estado salvaje ningún animal está estreñido. El estreñimiento es más
psicológico que físico; es un daño producido en el muladhara –chakra
(centro energético) de la base de la columna vertebral encargado entre
otras cosas de eliminar los desechos líquidos y sólidos-. Y por culpa del
estreñimiento aparecen muchas otras cosas en la mente humana.
Al no evacuar, el hombre se convierte en un acaparador (acapara
conocimiento, acapara dinero, acapara virtud acapara poder), se vuelve
164
un acaparador y un tacaño. ¡No puede deshacerse de nada! Se apodera de
todo lo que agarra. Y con este énfasis anal se produce un gran daño en el
muladhara, que impide al hombre o a la mujer llegar a la fase genital. Si se
quedan fijados en la fase oral o en la anal, nunca llegan a la fase genital.
En esta etapa se producen grandes avances en el plano intelectual. Si
durante el primer año de la vida del niño, responde a los estímulos del medio
únicamente a través de sus capacidades sensoriales y motrices, a lo
largo del segundo año va adquiriendo un progresivo aumento de la
capacidad representativa, es decir, ya no necesita la presencia física de los
objetos para desarrollar un comportamiento relacionado con ellos: puede
representárselo. Por ejemplo: podrá jugar a que es un pollito o imitarlo sin
necesidad de estar viéndolo.
La representación interna que conserva de los objetos es una imagen
mental. El niño que observa atentamente algo y pasado algún tiempo, lo
imita, tiene que haber conservado en su interior una imagen de ese algo y
recurrir a ella para llevar a cabo la imitación diferida.
Pero sucede que la imagen mental no es nunca una reproducción
exacta de la realidad, sino el resultado de la elaboración propia del niño. Así,
por ejemplo, para representar el lobo, es posible que seleccione de toda la
realidad de este animal los dientes y la boca, que para su mente infantil son
los rasgos más destacados.
Así, aunque la imagen depende de los datos ofrecidos por la realidad,
es también un símbolo subjetivo creado por el niño a partir de los elementos
que tienen para él más valor. Por lo tanto el niño seguirá concibiendo la
realidad desde su propio punto de vista y carecerá de un pensamiento
lógico. Por ejemplo, si ante los ojos de un niño de esa edad tomamos una
bola de plastilina y cambiamos su forma haciendo con ella una salchicha o
una torta, el niño creerá que la nueva forma existía ya en la primitiva bola de
plastilina. Apoyará su juicio en que la nueva bola es más ancha o más estrecha,
o más larga... Es decir, sigue dependiendo de sus propios puntos de vista,
subjetivos y egocéntricos.
El tiempo y el espacio son también enjuiciados por el niño de forma
subjetiva. Creerá que cuando pasen muchos años podrá superar en edad a
su abuelo, o que el reloj va más deprisa mientras juega que mientras duerme.
Hacia los doce meses va apareciendo también el lenguaje; surgen
las primeras palabras, que suelen ser papá y mamá. Poco a poco va utilizando
más palabras aisladas que cumplen la función de frases completas hasta
que al final aparecerá la frase gramatical.
165
Es también en esta edad cuando comienzan los primeros pasos en la
socialización. La primera socialización se realiza primero con la madre y luego
con la familia. Muestra inicialmente poco interés por los iguales. En un
comienzo trata de quitar al otro niño el juguete que tiene y más tarde siente
envidia de sus juguetes aunque respeta la posesión.
1.1.3. Etapa de los 3 y 4 años:
Camina erguido y se muestra seguro y ágil sobre sus pies. Camina
más que corre. Puede pararse momentáneamente sobre un solo pie. Lanza
una pelota sin perder el equilibrio. Galopa, salta, camina y corre al compás
de la música.
Tiene un aumento de tensión progresivo, puede caer o trastabillar.
Pueden temblarles las manos al construir algo con bloques por ejemplo. Muy
activo, cubre mayores extensiones. Sube y baja corriendo las escaleras.
Maneja su triciclo a máxima velocidad. Goza de las actividades que requieren
equilibrio. Puede llevar una taza de líquido sin volcarlo. Prefiere los bloques
grandes y construye con ellos estructuras complicadas. Lanza una pelota
pasando la mano encima de la cabeza. En ritmos, interpreta y demuestra sus
propias respuestas.
Hacia los tres o cuatro años normalmente adquiere todas las
estructuras gramaticales de la lengua adulta.
Dibuja objetos con algún detalle. Puede copiar un cuadro. Cuando pinta,
trabaja con precisión por algún tiempo, luego va cambiando de ideas. Sus
croquis y sus letras son aún muy toscos. Le agrada escribir su nombre con
caracteres de imprenta en todos sus dibujos y comienza a copiar. Puede
tener noción del número de letras de su nombre y quizás escriba las dos
primeras, haciendo algunas marcas en lugar de las restantes. Reconoce varias
letras. Utiliza las tijeras de cortar siguiendo una línea recta. Construye
estructuras complicadas con cubos, combinando numerosas formas de
manera simétrica. Puede anudar los cordones de sus zapatos y se prende
los botones delanteros. Apoya ambas manos sobre el piano y mueve los
dedos.
Hay mayor facilidad y dominio de la actividad corporal general, mayor
economía de movimientos. La postura predominante es simétrica y el niño la
mantiene sin dificultad. Camina apoyando primero los talones. El dominio de
los músculos grandes aún es mayor que el de los pequeños. Juega en el
mismo lugar por períodos más prolongados; pero cambia de posición, erguida,
sentada, en cuclillas. El Judo en el suelo sin reglas puede ser de gran
166
utilidad. Revolcarse y tratar de sujetar al otro (Osae Komi Waza). Puede
aprender los Ukemis (caídas) pero sin saltar obstáculos.
Le agrada trepar cercas y pasa rápidamente de una cosa a la otra.
Salta de lo alto de una mesa. Le agrada interpretar relatos. Corre, trepa a
sillas y mesas. Modela con barro, arcilla y plastilina, y comienza a usar las
manos más que los brazos para atrapar una pelota pequeña, aunque a menudo
fracasa. Salta alternando los pies. Hace intentos de patinar, de saltar a la
cuerda, de caminar con zancos. Le agrada marchar al compás de la música,
quiere sujetar la mano de un adulto cuando no se siente seguro de sí mismo,
por ejemplo, al bajar las escaleras. Le agrada rodar y rolar como un tronco.
La coordinación ha alcanzado un nuevo grado de madurez. Se aproxima
a un objeto directamente, lo toma con precisión y lo suelta con rapidez.
Construye con bloques torres escalonadas o estructuras bajas y
serpenteantes, con caminos y pequeños recintos cerrados. Juega con arena
construyendo caminos y casas. Si no puede armar un rompecabezas con
precisión y rapidez pide ayuda o lo abandona. Le agrada colorear contornos,
líneas, recortar y pegar cosas sencillas mas lo hace sin mucha destreza.
Dibuja el contorno de algún objeto, por lo general a razón de uno por página,
y reconoce que el resultado es gracioso. Pinta en el caballete o en el suelo
con pinceles grandes y en grandes hojas de papel. Es una edad focal desde
el punto de vista visual, la fijación ocular es superior al seguimiento visual: el
niño se desempeña mejor mirando que siguiendo con la vista. Es más
experimental visualmente, pero puede perder orientación por lo cual a veces
invierte letras y números. La dáctilo pintura es excelente.
Hacia los cuatro o cinco años, el niño comienza a realizar lo que se
conoce como juego en paralelo: juega sus propios juegos próximo a otro
niño que está jugando los suyos. Sólo al final de este período se establece
una colaboración incipiente con el compañero, de forma que ambos participan
en un mismo juego, si bien se interrumpen continuamente.
1.1.4. Etapa de los 5 años:
Es la edad ideal para agilizar sus dedos, y es llamada la edad de oro
de la niñez. Está seguro de sí mismo. Ha dominado el poder de juzgar y
escoger entre dos alternativas reales. Gusta de hacer elecciones dentro del
reino de su experiencia. Sus relaciones personales son más flexibles. El
negativismo de su anterior edad deja paso a una nueva comprensión de las
exigencias sociales. El niño trata de comprender y satisfacer estas exigencias;
incluso pregunta: ¿esto se hace así?. En esta edad se suele temer a todo
o a casi todo. Es una edad llena de temores.
167
Puede ser peleador, polemista, y ponerse fuera de sí. Puede mostrarse
egoísta, rudo, impaciente, con los hermanos menores. Siente celos del padre
y de la madre al mismo tiempo. Orgulloso de sus propios trabajos y creaciones.
Humor ingenuo y vocinglero. Realiza juegos acompañados de risas
desaforadas. Goza de rimas tontas y de juegos de palabras. Le agrada llamar
a la gente con nombres tontos; las exageraciones le divierten y es jactancioso.
Tiene una verbalización extralimitada; charla abundantemente, exagera,
fanfarronea, inventa historias descabelladas, insulta, amenaza, profiere
obscenidades de mediano calibre. Le teme a la oscuridad, a la partida de la
madre, a la noche, a los ruidos.
A la vez puede ser serio, reposado, realista, literal. Bien equilibrado
pero puede oponerse aún a ciertas cosas. Depende del adulto, y necesita su
proximidad, compañía y apoyo. Es servicial, afable, comprensivo, afectuoso.
Tiene intenso sentimiento hacia la familia, cuya compañía le agrada. Puede
sentirse muy orgulloso de su madre, también de sus ropas hermosas. Es
agudo observador y siente curiosidad general y ansia de información. Se
deleita con el humor de la farsa disparatada, que él mismo puede iniciar. Le
agrada hablar y le hablará a cualquier persona. La anticipación de futuro lo
excita.
Hacia los cuatro o cinco años el niño descubre sus genitales y el
placer que pueden proporcionarle; este interés se manifiesta en la
masturbación inconsciente, juegos exhibicionistas y deseo de contacto físico
con el otro sexo. Sería la fase fálica. Según Freud se produce una sobre
valoración del pene, tanto en los niños como en las niñas; en estas últimas
puede ser motivo de envidia. Para el niño será un motivo de orgullo y a la vez
de temor. Al percibir la ausencia de pene en las niñas, puede pensar que
éstas han sido privadas de él debido a algún castigo, de tal forma que lo
mismo podría llegar a sucederle a él. Este temor se puede entender teniendo
en cuenta que, en el niño, existen en este momento unos sentimientos fuertes
de amor hacia su madre y ve al padre como un rival al que desearía agredir.
El niño fantasea con que la venganza del padre por estos sentimientos suyos
será terrible. Mientras que en la niña la situación se produce a la inversa. Es
lo que se denomina fase edípica.
La salida normal de esta situación es la aparición del deseo del niño de
ser, en el futuro, igual que el padre o igual que la madre, en la niña, y así
obtener otra mujer u otro hombre en el futuro. De esta forma el niño se integra
en uno de los roles masculino o femenino, existentes entre los seres humanos.
1.2. La segunda infancia o edad escolar:
168
Abarca aproximadamente desde los seis o siete años hasta los
once o doce, y está marcada por el progreso de la socialización con los
iguales. Aunque puede que haya asistido antes a un jardín de infantes, es
ahora cuando tiene que someterse a una determinada disciplina escolar.
Además de exigírsele ciertos rendimientos, se encuentra inmerso en el grupo
de los iguales sin privilegios de ningún tipo.
El niño va aceptando que el mundo material no es como él se lo
representa subjetivamente. Es una realidad en sí misma, a la que todos los
hombres tienen acceso igualmente. Sobre su subjetivismo, se superpone
una dimensión interpersonal, debido a su proceso de socialización, que le
hace percibir las cosas como las perciben los otros: en sí mismas. Esta, es
la etapa ideal para su ingreso a un Dojo.
Desde el punto de vista afectivo, este período etario, está caracterizado
por un adormecimiento de los deseos, que anteriormente tuvieron lugar
durante la fase edípica. Estos deseos se posponen, es una etapa de latencia.
A la vez, ha habido un cambio de los personajes en juego, más de acuerdo
con lo que la sociedad y la familia esperan de él.
La integración en el grupo de los iguales, hace que se produzcan
cambios en su conciencia moral. Ahora lo bueno, no es otra cosa que lo que
favorece al grupo.
1.2.1. Etapa de los 6 y 7 años:
Mueve impetuosamente brazos y piernas mientras camina. Intenta
cambiar el triciclo por la bicicleta. Muy activo; está casi siempre en movimiento.
Mantiene el cuerpo en equilibrio activo mientras se columpia, interviene en
juegos activos cantando, o saltando al compás de la música. A menudo se le
encuentra luchando, revolcándose, caminando en cuatro patas y peleando
con otro niño, o jugando al caballo. Arrastra por todos lados bloques grandes
y muebles para hacer casas, se encarama sobre ellos y se esconde en su
interior. Hace saltar una pelota, la arroja al aire y a veces la vuelve a atrapar
con éxito. Prueba los patines, el salto en largo y las pruebas en la barra fija.
Es una edad justa para el aprendizaje de los Ukemis (caídas y saltos
con y sin obstáculos). Algunos varones pasan largo tiempo cavando. Le
agrada caminar y balancearse sobre las cercas. Le gusta luchar en el suelo
(Ne Waza) y pueden comenzar a luchar con proyecciones rudimentarias
(O Soto Gari, O Uchi Gari).
Corta y pega papeles, arma libros y cajas, le agrada usar cinta adhesiva
para unir objetos. Maneja el martillo y sabe construir estructuras sencillas.
Comienza a utilizar lápices para colorear. Sabe escribir letras mayúsculas de
169
imprenta aunque a veces invertidas. Le agrada escribir en el pizarrón y usar
carbonilla. La conducta monocular puede estar cediendo paso a una nueva
conducta binocular. Le resulta más fácil seguir un objeto con la vista que
mirar directamente algo. Tal vez necesite seguir con el índice las lecturas.
Muestra mayor precaución en numerosas actividades motrices
gruesas (Ukemis). Tiene una actitud variable; a veces es muy activo y en
otras completamente inactivo; puede en esos momentos de reposo comenzar
con breves períodos de Mokusó (meditación entre 3 y 5 minutos). Repite
persistentemente sus ejercicios. Tiene ataques de ciertas actividades como
patinar, saltar la cuerda, jugar a la rayuela o a la pelota. Intenso deseo de
poseer una bicicleta; puede manejarla alguna distancia, aunque solo está
preparado para hacerlo dentro de ciertos límites. Gusta de hacer aviones de
papel. Le agrada galopar y correr al compás de la música. Muchos desean
tomar clases de baile.
Pueden escribir varios renglones con letra de imprenta, disminuyendo
el tamaño al finalizar el renglón. Los varones se interesan por la carpintería y
muchos pueden aserrar siguiendo una línea. Las niñas prefieren colorear y
recortar figuras de papel. Algunos muestran marcado interés por los
instrumentos musicales. Pueden copiar un rombo. Muchos limitan su campo
visual eligiendo unidades más pequeñas que antes. Como les cuesta realizar
la transición cerca-lejos (Ma-Ai) se levantan del asiento para copiar del
pizarrón. No se distraen tanto por los movimientos periféricos. Un ojo domina
y el otro participa, asoma ya una conducta binocular más formativa en
evolución. Tienden a fatigarse visualmente. El movimiento corporal es más
rítmico y más grácil. Sería importante para comenzar a educar la armonía en
los gestos y el ritmo comenzar con la enseñanza del Nague No Kata poco
formal. Consciente de la postura propia y ajena juega a seguir al jefe
(Shizen Tai). Aprende a jugar al fútbol y al sóftbol, le deleita el cambio de
actividades que se produce en este último. Es la edad especial para
comenzar la práctica del Judo, con mucho énfasis en los Ukemis, en el
Nague Waza y en el Osae Komi Waza. Muy poco en el Randori y nada de
Shiai. Las niñas aprenden a entrar mientras la cuerda de saltar gira y puede
salir si pierden el ritmo, pero no saben cambiar el paso. Libertad de
movimientos y posición mientras pinta. Muy dramático, con gestos
característicos y descriptivos. Muchos sienten inclinación por las danzas
folklóricas, mas no por las danzas rítmicas, a menos que sean de naturaleza
dramática; quizás disfruten con las lecciones de piano si no tienen que practicar
mucho. Aumento de velocidad y suavidad en la coordinación óculo-
manual, intentan copiar las técnicas del profesor del Nague y del Katame
Waza. Sostiene el lápiz, el pincel y las herramientas en forma menos rígida.
170
Le agrada que controlen el tiempo de sus trabajos. Escribe correctamente
números y letras, en minúsculas y mayúsculas, manteniendo alineación,
inclinación y espaciado, bastante uniformes. Le agrada hacerlo con prolijidad,
pero a veces, es demasiado apurado. Comienza a introducir la perspectiva
en sus dibujos. Dibuja figuras en acción, conservando bien las proporciones.
Las niñas pueden coser un dobladillo en línea recta. Casi todos pueden
ahora pasar de lo que está más cercano a lo que está lejos mucho mejor
que antes (MA-AI), por lo que suelen quedarse en su asiento y copiar desde
allí lo que está en el pizarrón. La actividad visual binocular se desarrolla
ahora con mucha menos dificultad.
1.2.2. Etapa de los 8 años:
Edad de los sentimientos. Mejora las relaciones con los demás aunque
hay desequilibrio con los propios sentimientos. Serio, absorto, pensativo,
inhibido, enfático. Se fija metas demasiado elevadas para él. Se protege a sí
mismo apartándose de las situaciones. Cólera dirigida contra él mismo. Arroja,
rompe algún objeto si no puede llevar a cabo lo que está empeñado en hacer.
Sensible al elogio y la culpa. No puede aceptar cumplidos, pero puede
tranquilizarse cuando se lo elogia. Ansioso de agradar, es considerado con
los demás. Celoso de los privilegios o capacidades de los hermanos. Se
preocupa por su lugar dentro de la familia o del grupo escolar o de juegos.
Uso plañidero del lenguaje, piensa que nadie le quiere, que la gente es
mezquina e injusta, que no tiene con qué jugar. Cuando está colérico, puede
encerrarse en el silencio en lugar de entregarse, como antes, a furiosas
verbalizaciones. Puede ser afecto a chillidos. Se queja de jaquecas. No acepta
directivas. Dominador, inventa excusas, acusa a los demás. Mira con fijeza,
su mirada destella o hecha llamas. En ocasiones es angelical, generoso,
buen compañero. Celoso de las posesiones de otros niños.
Tendencia al desequilibrio entre sí mismo y los demás. Afronta la vida
con algún valor común, también siente que ella le hace frente. Cree saberlo
todo pero comienza a reconocer que otros pueden saber más que él;
impaciente consigo mismo. Puede hacer Randori pero, para medirse.
Descuidado. Todo lo dramatiza, sus exageraciones son dramáticas pero
contienen algo de verdad. Exigente con su madre aunque intensamente
afectuoso. Celos de que el padre y la madre estén juntos. Estalla en llanto,
tiene accesos de ira. A menudo alegre y jovial. Muy curioso acerca de las
actividades personales de los demás, llamados telefónicos y conversaciones.
Sentimiento de culpa. Elevado sentido del humor. Goza del humor en los
cuentos, especialmente, cuando una persona engaña a otra. Gusta de atrapar
al profesor en un error. No le gustan las bromas hacia él. Verbalmente
171
extralimitado, habla mucho, exagera, se vanagloria. Cuando está furioso
levanta la voz. Es la etapa del Randori suave, de la toma de conciencia
de la postura (Shisei) y del Rei-Ho (protocolo). Es observador y por eso
hay que mostrarle y hacerle practicar lo que observó. Etapa ideal para
Katas rudimentarios.
1.2.3. Etapa de los 9 años:
Trabaja y juega mucho. Hace una cosa continuadamente hasta
quedar exhausto, tal como luchar (Randori), andar en bicicleta, correr,
caminar, resbalar, jugar a la pelota. Tiene un mejor dominio de la propia
velocidad, pero muestra aún timidez ante la velocidad de un automóvil, o
reticencia a esquivar demasiado rápido ataques y defensas en el Goshín
Jutsu. Interés por la propia fuerza y levantar objetos. Adopta con frecuencia
posturas torpes. Los varones tienen afición por la lucha y puede
interesarles tomar lecciones de Judo. Gran interés por los juegos en
equipo y aprenderlos a fondo.
Variaciones individuales en cuanto a habilidad. Puede sostener y
balancear correctamente el martillo. Usa el serrucho con facilidad y exactitud
y usa la rodilla para mantener el tablón en su sitio. Hace productos terminados.
Usa y maneja con propiedad los útiles de jardinería y de carpintería.
Gusta de formar pequeños grupos de juego tipo «pandillas». Se
interesan por actividades intensas donde se ponga mucho en juego el
cuerpo y sus destrezas en general (Nague Waza y Katame Waza y
rudimentos del Goshín Jutsu). Pueden hacer varios Randoris suaves.
El profesor puede formar equipos y enfrentarlos en Randori.
Construye estructuras complicadas con su «mecano». La escritura es
ahora una herramienta. Comienza a dibujar esbozos. Los dibujos son a
menudo detallados, sus preferidos son la naturaleza muerta, los mapas y los
planos. Las niñas pueden cortar y coser una prenda sencilla y pueden tejer.
Se visten rápidamente. Hay cierto interés en peinarse solos. Se interesan en
ver jugar a los demás.
1.2.4. Etapa de los 10 años:
Más independiente y más observador. Mejor equilibrio. Puede
perfectamente practicar todos los agentes del Judo menos el Shiai por
su carga emocional y el sobre-esfuerzo físico. Rápidos desplazamientos
desde un extremo al otro, de emociones de corta duración. Impresionable,
razonable, explosivo, enfático. Más responsable, independiente, servicial,
digno de confianza. Valora su propio comportamiento, puede sentir disgusto
172
o aprensión acerca de sus actos. Puede sentir vergüenza de su conducta
pasada. Quiere que todo sea exacto, es perfeccionista. Es la edad justa
para practicar Wazas en forma de Katas. Se disgusta con los demás
cuando estos se apartan, aún literalmente de sus normas. Es la edad
justa para la inculcación de valores éticos y morales. Es importante para
él todo el ceremonial y el protocolo, la ética y la estética del Judo (Rei
Ho). Se enfurece con los padres, pero está orgulloso de ellos, les demuestra
afecto. Le deleita la competencia (Randori). Es leal y protege a los amigos
o a un hermano menor. Reacciona favorablemente ante los cumplidos,
es la mejor edad para el incentivo pero teniendo cuidado en no exacerbar
su ego. Le apasionan ciertas actividades como los Ukemis libres (saltos,
caídas libres). A menudo se excede hasta el punto de fatigarse. Le deleita el
humor, si algo le causa gracia, lo repite una y otra vez. Gusta de los cuentos
con moralejas (vuelta a la calma). Comienza a aceptar las bromas personales.
Emplea el lenguaje para expresar emociones sutiles y refinadas, disgusto,
autocrítica, piedad, envidia. El Profesor debiera utilizarlo como ayudante
para enseñarle a los Judokas nuevos de menos edad que él, las bases
del Ukemi, del Shisei, del Shintai, del Tai-Sabake y del Rei Ho.
Sus padres lo ven franco, práctico, sencillo, preciso, infantil.
Generalmente plácido y equilibrado. Persisten algunos temores, pero es
menos inquieto, riguroso, y exigente que a los nueve. Rara vez llora y se
siente feliz de verdad. No se enoja con frecuencia, pero cuando lo hace
reacciona con violencia. Su humor es vulgar y trabajoso, rara vez divierte a
los adultos. La felicidad que poseen se funda en que salen a jugar
voluntariamente después de comer. El sexo opuesto le resulta simpático,
juega con independencia. Casi nunca está triste. El humor que expresa es
poco sutil. Con frecuencia no soporta bromas a sus expensas ni que le tomen
el «pelo». Suelen repetir chistes «verdes» a la madre aunque por lo común
no captan íntegramente el sentido.
173
todas las restantes, exceptuando la primera infancia, es el denominado
«estirón». Existe un gran desarrollo esquelético, de los músculos y de
los órganos respiratorios, que producen una rápida mejora de la
capacidad atlética. El peso global del cuerpo, experimenta un crecimiento
similar al de la estatura y algo menos en las mujeres. En lo referente al
desarrollo motor,, puede observarse un incremento en la fuerza muscular
general en los principales grupos musculares del cuerpo, los brazos,
las piernas, etc. Los tipos de crecimiento mayores son el linfoide
(nódulos, timo, masas intestinales) y el reproductivo (genitales, ovarios,
testículos, vesículas seminales, trompas de Falopio). En lo referente al
cuerpo, no sólo cambia su tamaño sino también su forma, precisamente
por la redistribución del tejido adiposo y muscular lo cual define las
formas masculina y femenina, lo que le ocasiona una incoordinación
general de movimientos deportivos y gimnásticos. Comienza la etapa
de la aceptación y dominio del nuevo cuerpo, es de aquí en adelante,
donde el Profesor debe prestar más atención que nunca al crecimiento
y desarrollo, evaluación psico-física, nutrición, rendimiento escolar,
comportamiento individual y social en el Dojo y si fuese posible fuera
de él. Orientar con charlas, videos, etc. para ayudarlo a aceptar
favorablemente todas las «torpezas» que realiza con su nuevo cuerpo y a la
aceptación, también favorable, de sus novedades fisiológicas. Es la etapa en
que una palabra, una caricia afectuosa valen más que una medalla.
1.2.6. Etapa de los 12 años:
La formación y consolidación de la identidad, probablemente, son
las adquisiciones más importantes que se realizan durante la
adolescencia. El sujeto comparte un sinnúmero de intereses y valores con
los demás, pero necesita concebirse a sí mismo como algo separado, diferente
de cualquier otra persona. La adquisición de la identidad supone buscar una
respuesta a una de las preguntas vitales del individuo: ¿Quién soy? ¿De
qué y cuánto soy capaz? En esta etapa, recién, deben comenzar los
encuentros Shiai bajo el estricto control del docente. El adolescente
alcanza el sentido de identidad cuando descubre su propio destino en
la vida. A través de cómo ha sido, cómo es y cómo será, el adolescente
se convierte en lo que realmente es. Toma conciencia de si podrá liberarse
del «Tú debes», que le impuso la sociedad desde que nació. Para conseguirlo,
tiene que superar lo que la sociedad espera de él y también lo que él mismo,
desea llegar a ser. El adolescente, dedica gran parte de su tiempo, a formularse
preguntas en busca de respuestas que raramente lo satisfacen. Saber quién
es le resulta difícil, en la medida que desconoce todavía lo que va a hacer.
En el adulto, el hacer llega a confundirse con el ser. En el adolescente, su
174
hacer es transitorio y tiene sentido en cuanto constituye un camino para
llegar a encontrar una forma de hacer que le sea propia y le permita
identificarse. La situación de provisionalidad permanente del adolescente es
una característica normal de esta edad. La formación de la identidad del yo
del púber, se realiza a medida que adquiere un sentido coherente, una toma
de conciencia de quién es él y qué quiere de la vida.
En esta etapa, es importante la conformación de grupos por que
tienen connotaciones especiales. La característica distintiva es la mayor
necesidad que tiene el sujeto de sentirse identificado con el grupo. Esto
se debe en parte a su búsqueda de identidad y también a que va rompiendo
sus ataduras con el grupo familiar. El joven se escapa de la familia y se
refugia en un grupo de amigos que comparten ideales, frustraciones,
actividades. Los quiere y los necesita para, progresivamente, pasar a formar
parte de su vida que siente como el pasado. En estos momentos, necesita
vivir intensamente con sus amigos, porque no siente como propia ni presente
su vida familiar. Dos rasgos fundamentales de los grupos son la adhesión
y la dependencia. La primera emerge de la necesidad del joven para
parapetar su mundo de dudas y nuevas sensaciones, la segunda nace
de su afectividad, la elección libre de algunos amigos produce en él
sentimientos de necesidad e intimidad semejantes al enamoramiento.
Es aquí donde los docentes y los padres deben vigilar conductas pero,
en lo posible, sin interferir. A menudo los adultos no entienden cómo se
entretienen los jóvenes, pero es preciso comprender que la motivación
fundamental no es lo que hacen sino el simple hecho de pertenecer a un
grupo. A su vez, dentro de éstos grupos, el adolescente va desempeñando
diferentes roles que lo van perfilando en sus intereses. Para esta etapa la
escuela y el Dojo suelen ser ambientes especiales para la adquisición
de hábitos higiénicos (físicos, mentales, espirituales y sociales). La
actividad complementaria excelente, es la convivencia en los campus
deportivos, los retiros espirituales-recreativos y los campamentos
educativos.
2. Adolescencia:
Llegamos así a la adolescencia. Comprende aproximadamente de los
12 a los 20 años. Es un período crítico, de grandes transformaciones físicas
y emocionales. Se producen cambios en el cuerpo, en las capacidades
intelectuales y en el control de las emociones. Se produce también el despertar
de la sexualidad adulta, el descubrimiento del amor ,y la belleza, los ideales
y la ideología.
175
2.1. Aspectos fisiológicos:
La adolescencia está precedida por cambios en el tamaño y peso del
cuerpo. El ritmo de la infancia cambia y se acelera en estos años antes de la
pubertad.
En las chicas, además del aumento de los ovarios, la primera
manifestación visible de la pubertad es la elevación de la aureola que rodea
el pezón para formar una pequeña protuberancia. Se produce un cambio en
las proporciones corporales, al ensancharse las caderas y hacerse más largas
las piernas. Posteriormente aparece el bello púbico y axilar. Pero el cambio
fisiológico más importante en las chicas, y el que posee un significado
psicológico más profundo, es el comienzo de la menstruación, que suele
ocurrir entre los 12 y los 14 años.
En los chicos, la etapa comprendida entre los 12 y los 14 años es
la mejor para incentivar el Randori en las prácticas y las participaciones
en Shiai.
En los chicos, la pubertad ocurre aproximadamente dos años después
que en las chicas, al madurar la próstata y las vesículas seminales y formarse
los espermatozoides. Aparecen el pelo de la barba y el vello del cuerpo, y la
voz se hace más profunda. Entre los 14 y los 16 años suelen empezar las
emisiones nocturnas de semen. Todas estas modificaciones pueden variar
considerablemente de unos a otros chicos, dentro de la normalidad.
2.2. Aspectos psicológicos:
Al comienzo de la adolescencia, el varón puede tener problemas
psicológicos a causa de un excesivo retraso o adelanto de la pubertad. Los
ritmos diferentes de maduración suelen reestructurar las amistades, y puede
que los muchachos menos maduros se sientan solos y rechazados, fuera de
los nuevos grupos.
Se caracteriza este período, por enamoramientos hacia personas
mayores que son importantes para el desarrollo de la personalidad del
adolescente. El establecimiento de lazos fuertes fuera de la familia, forma
parte de un movimiento generalizado de independencia respecto de los padres.
Aquí cumple una función sumamente importante el Maestro de Judo.
En estos primeros momentos, la relación de la hija con respecto al
padre adquiere un significado adicional. Sucede a veces que el padre tiende
a alejarse de su hija, sintiendo que ya no debería mostrar tanta proximidad
física hacia ella, tal vez debido a los sentimientos sexuales inconscientes
que despierta en él. Esto puede ser visto desde la hija, que se siente insegura
176
en su nuevo papel femenino, como una prueba de la falta de atractivo de la
mujer que empieza a ser. Desde una distancia adecuada, el padre tiene como
tarea importante hacer ver a su hija que él la encuentra atractiva, y que ve
con agrado los cambios que se están produciendo en ella.
El período comprendido entre los 15 y los 18 años, marca la época
crucial en que el joven se separa de su familia. Es un período de rebelión
y de conformidad al mismo tiempo: de rebelión contra las normas y valores
familiares (Tú debes), y de conformidad con los modelos del grupo de
compañeros. Es la época de la fantasía y del soñar despierto. Esto, acentúa
la importancia del Dojo como centro de convocatoria.
En la familia, el joven se ve impulsado a rebelarse contra los padres y
juzga severamente sus defectos. Es una forma de encontrarse a sí mismo.
Más tarde, y a medida que va siendo más tolerante consigo mismo, al tener
ya más clara conciencia de sus capacidades y limitaciones, llegará a ser
también más comprensivo con los padres. Estos se encuentran ante el dilema
de dónde poner las fronteras y los límites a sus hijos. Cualquier restricción es
sentida como un agravio por el joven, viendo en ella una falta de confianza de
los padres. Pero, por otro lado, la falta de restricciones es tomada como un
signo de que los padres no tienen un interés suficiente por ellos. La unión
entre los padres, el apoyo que se presten mutuamente, será un gran
condicionante, para que el joven pueda superar esta fase correctamente.
Hacia la última fase de la adolescencia, cobra especial significado el
tema de la identidad; la pregunta del joven es «¿Quién soy yo?». En este
momento,la confusión entre la identidad infantil que ya ha quedado muy atrás,
y las alternativas, problemas y tareas del adulto, plantea conflictos profundos.
Pueden darse conductas de aislamiento, de huída, o que rayan en la
delincuencia. Son típicas de este período y, por tanto, no deben crear una
excesiva alarma. La asistencia diaria al Dojo es fundamental para la toma
de conciencia personal, la catarsis por el esfuerzo físico, mental y
espiritual, y por la integración con sus pares. La actividad en el Dojo
debe ser intensa y agotadora.
La identificación con grupos (agrupaciones juveniles, etc.) y la
aprobación de los demás, ayudarán a la formación de una identidad estable.
El compromiso que supone la elección de una vocación, marcará el principio
del fin de esta etapa.
2.3. Aspectos sexuales:
En las primeras fases de la adolescencia, la masturbación es un hecho
casi universal, pero suele provocar sentimientos de culpa y de ansiedad.
177
Frecuentemente estos sentimientos tienen su origen, además de las fantasías
que acompañan a la masturbación, en los mensajes trasmitidos de diversas
formas por los miembros de la familia y otros adultos, acerca de los supuestos
peligros físicos y mentales que se pueden derivar de esa práctica sexual.
Ante la culpa, el adolescente puede entrar en un círculo vicioso: se
promete no masturbarse, rompe la promesa ante sus naturales impulsos
sexuales, se reprocha duramente y vuelve a renovar la promesa, para romperla
de nuevo y romper el círculo una vez más, con la consiguiente angustia.
En realidad, es la ausencia de masturbación la que puede ser
preocupante, ya que indica una represión intensa.
Las experiencias con miembros del otro sexo suelen comenzar
entre los 15 y los 18 años. La finalidad de las mismas es más una búsqueda
de liberación, conocimiento y excitación sexuales que la satisfacción de una
necesidad de intimidad. En la última fase de la adolescencia empieza a
desarrollarse la capacidad de intimidad y los asuntos amorosos ya no son
más predominantemente una expresión de la preocupación por sí mismo.
Hay mayor capacidad para satisfacer las necesidades emocionales del otro.
Pueden aparecer problemas superficiales de incumbencia sexual:
impotencia secundaria, eyaculación precoz y ansiedades sobre el tamaño
del pene en los chicos, y frigidez y rechazo del cuerpo en las chicas,
como expresión de los miedos y angustias ante su nuevo rol.
Más allá de los cambios físicos que acompañan la pubertad, la
adolescencia aparece como un período de transición entre la niñez y la
adultez. En tal caracterización, va comprendida la idea de que se trata de un
período de profundos cambios, marcado por la inestabilidad y la
provisionalidad. El período entero, es juzgado como preparatorio para la vida
adulta y como tal, posee una singularidad propia y característica.
El carácter transicional se manifiesta en la difícil determinación de su
límite final. Si el comienzo se deja definir de manera más neta con la pubertad,
el final es difícil de precisar. La adolescencia es el momento, en que la
persona consolida sus competencias específicas y su capacidad de adaptación
a la sociedad. Por una parte, consuma el proceso de internalización de
las pautas de cultura y valor, y perfecciona la adquisición de habilidades
técnicas, comunicativas, deportivas, etc. Por otra, desarrolla y asegura
la propia autonomía. Es la etapa para aprender a meditar (Zazen, Mokusó),
para que en esos momentos de ensimismamiento solitario, aprenda a
observarse integralmente, aprenda a irse conociendo y de esa manera
aceptando virtudes y defectos. Con la comprensión, de que no es
178
perfecto, pueda llegar a quererse, a amarse y de ninguna manera
despreciarse. El Maestro debe enseñarle las técnicas de meditación
activa con todos los agentes del Judo: Randori, Shiai, Kata, Goshín
Jutsu) y las pasivas (Zazen, Fukushiki Kokyu, Mokuso, etc., que le darán
las armas para responder enérgicamente: «Soy capaz de tal cosa y en
tal medida». Esas técnicas, que le permitirán observarse, conocerse y
comprenderse, lo irán llevando hacia un buen amor hacia sí mismo
(Seiryoku Zen’Yo), y si él se quiere a sí mismo, comenzará a querer a los
demás (Jita Kyoei).
En esa lucha entre el «yo quiero» y el «yo debo» que es personal, se
interpone el «tú debes», que le ha impuesto la sociedad desde que nació.
Hay que enseñarle al adolescente a que hable bien con él mismo, que el
mundo no sería igual si el faltase. Hay que conseguir que él, se hable
con amor, y entonces erradicará con vigor pero sin violencia, las muletas,
los soportes como el alcohol, la droga, el cigarrillo. Los Maestros tienen
que guiar con respeto y sabiduría, no con indulgencias permanentes o
con flagelos. Esta es la oportunidad que tiene el Maestro, para demostrar
su sabiduría y su amor. El ambiente sano del Dojo debe ser el centro de
encuentros (con él y con los otros), para recorrer alegremente el Camino
(Do) de la Sabiduría.
Nuestra cultura occidental, mantiene una fuerte disparidad entre la
adultez biológica y la social. Los adolescentes son maduros biológicamente,
pero no son reconocidos como tal socialmente. La discrepancia se nota de
modo singular en la capacidad genital y en el ejercicio de la sexualidad.
Potencial trabajador, el adolescente de nuestra sociedad es realmente un
desocupado, igual que biológicamente maduro para la actividad sexual, es
juzgado socialmente inmaduro para la misma.
El elemento considerado más característico del desarrollo de la
personalidad en los años adolescentes, es el de la identidad personal, su
toma de conciencia. Identidad, es autodefinición de la persona ante otras
personas, es decir, autenticidad. Es de naturaleza psicosocial y contiene
elementos cognitivos, el individuo se juzga a sí mismo a la luz de cómo advierte
que le juzgan los demás y en el parámetro de alguna tipología significativa.
Otro aspecto interesante a estudiar, respecto de la inserción social del
adolescente es el desarrollo moral, que comprende diferentes contenidos
de variada naturaleza, como ser; reacciones de trasgresión, resistencia a
la tentación, sentimiento de culpabilidad, altruismo, juicio e ideología
moral. Los investigadores suponen que, un buen desarrollo moral depende,
en mayor medida, de un desarrollo cognitivo acorde, que acompañe al
179
primero. De hecho, estudios de investigación realizados en cinco países
diferentes (USA, México, Turquía, Argentina y China) en la etapa de los 16
años, muy pocos individuos habían alcanzado una plena madurez moral y
la mayor parte, se encontraban en los primeros estadios. Los dos estadios
de la moral más altos son; el de la moralidad como contrato social, es
decir, que una norma tiene importancia para la conveniencia social antes
que la individual, y el más elevado, consiste en que la conducta se halla
gobernada por ideales de justicia interiorizados, situados por encima
de las ocasiones, circunstancias y de las eventuales reacciones de las
demás personas. Son estadios alcanzables en la adolescencia, pero muchas
personas no llegan nunca en su vida al nivel establecido. Los adolescentes
de nuestros días parecen tener en sus juicios morales un relativismo,
flexibilidad y liberalidad propio de niños en edad escolar. En una
encuesta realizada a 1600 adolescentes más del 40 % contestó que estaría
dispuesto a mentir si ello constituía el único camino para aprobar un
curso académico. El Judo puede colaborar en la superación de esas
falencias con la enseñanza y práctica del respeto hacia los otros, el
respeto estricto hacia los usos-costumbres, hacia las normas éticas y
estéticas que hacen al Judo.
Otro elemento central en la constitución de la identidad de la persona,
lo constituye el denominado «concepto de sí mismo». Los contenidos
relativos a la representación del propio cuerpo, aparecen evolutivamente muy
temprano, en el primer año de vida. Pero aunque el establecimiento de una
imagen corporal básica, precede en mucho tiempo a la adolescencia, ésta
es una edad en que, debido a los importantes cambios corporales
producidos, el varón y la mujer necesitan revisar y rehacer la imagen
del cuerpo. Los adolescentes se hallan seriamente preocupados y afectados
por el propio físico, por la aparición de una nueva figura corporal.
Aproximadamente una cuarta parte de los adolescentes, manifiesta
descontento acerca de sus rasgos físicos y dos terceras partes desearía
cambiar algunos de estos rasgos. La adolescencia es un período de aguda
toma de conciencia acerca del propio cuerpo. De allí la importancia, de
la evaluación física, de la nutrición y sobre todo de la información
(bulimia y anorexia).
Varios contenidos resaltan en lo referente a la representación del
cuerpo. De ellos, sobresalen los referidos a la eficiencia física y al
atractivo físico. Ambos conceptos, han demostrado ser buenos predictores
de la autoestima global en la adolescencia. Cuanto más atractivo y eficaz
cree el adolescente que es su cuerpo, tanto más elevada es su autoestima
positiva. Se ha demostrado que la práctica activa (postura, respiración,
180
control mental, eficiencia, etc.) del Judo, ha elevado la autoestima en
jóvenes de 15 años. La habilidad física, la capacidad de competir con
éxito en deportes (Shiai y Goshín Jutsu) o actividades que requieren
esa habilidad, constituye en los adolescentes, la fuente principal de
autoestima propia y de la popularidad entre los compañeros.
3. La juventud:
Los principales sucesos que marcan la personalidad del adulto joven
son: el encuentro de una ocupación y la formación de una nueva familia.
Ambos son compromisos de larga duración, y tienen el efecto de
restringir la amplitud de actividades características de la adolescencia.
Esta limitación de actividades y alternativas está acompañada por una
profundización de los intereses en las actividades elegidas.
Una adecuada elección de empleo, al final de la adolescencia o en la
primera madurez, supone un buen ajuste de la personalidad debido a
que, por un lado, esta elección depende del conocimiento de sí mismo,
de lo que le gusta y de lo que satisface sus necesidades vocacionales.
Por otro lado, el aprendizaje del tipo de trabajo que tendrá que realizar,
las relaciones humanas que probablemente encontrará y el camino de
ascenso profesional en esa ocupación, son el sendero más directo a la
madurez. Pero, suele suceder, que estos dos tipos de conocimiento son
insuficientes, cuando la persona elige un empleo; las ideas sobre la
ocupación son aún irreales y el autoconocimiento difuso. También puede
pasar, que las elecciones estén influidas por las expectativas de la familia,
bien porque les impulsen en una dirección determinada, bien porque la
rebelión del hijo le impulse a elegir precisamente aquello que más difiere
con las esperanzas de los padres.
Esa elección, puede estar condicionada por la fantasía, basándose
el atractivo de una profesión, en la imagen que pueden proporcionar de
ella los medios de comunicación, por ejemplo, más que en la ocupación
que realmente implica.
En esta primera madurez, en que el adolescente pasa a ser adulto,
el individuo experimenta cambios importantes en su vida: deja de vivir
con sus padres; se independiza económicamente, pero empieza a
depender de un trabajo; se contacta con menos personas del sexo
opuesto y se centra en una sola; y al final, deja de ser responsable sólo
de sí mismo y empieza a serlo de su cónyuge y de los hijos de ambos.
181
Para la mayoría de los adultos, la paternidad o la maternidad dan sentido
a su vida. Este hecho, es importante tanto para el hombre como para la
mujer, produciéndose transformaciones en la personalidad de ambos y
a la vez en sus relaciones mutuas. Pero básicamente, proporciona la
oportunidad única, de volver a experimentar la infancia mediante la
observación y la participación en el crecimiento de los propios hijos.
4. Etapa de la Adultez:
Una primera y simple acepción, nos define la adultez como esa parte
de la vida del individuo que se extiende desde los 20 a los 60-65 años. El
hombre maduro será pues, aquella persona comprendida entre esos amplios
límites de edad.
Parece que son los aspectos sociales, los que pueden dar la clave
respecto a las características de la madurez, y lo son porque desde el punto
de vista evolutivo, es de sobra conocido el alcance social de la edad, la
concepción social del tiempo, el tiempo social, como aquel conjunto de
actividades que subyacen a las maneras en que, una sociedad gradúa las
edades. La edad y el tiempo, actúan como sistemas importantes de apoyo
pero casi nunca, y menos en la vida adulta, como determinantes de los
acontecimientos y actividades propias de un ciclo vital.
La madurez, entonces, no es sólo el período mencionado de tiempo,
sino también el conjunto de actividades y eventos que se suceden a lo largo
de una serie de años, relacionándolo con la época que nos toca vivir y la
sociedad a la cual pertenecemos.
Finalmente, es el proceso de socialización, el encargado de mediar
entre las personas concretas y los roles, el responsable del aprendizaje, de
la ejecución de acciones y conductas apropiadas al estatus de edad.
Dada la complejidad de funciones, tareas y demandas sociales, existe
entre los teóricos una tendencia general a dividir este período en fases o
etapas.
La adultez temprana que se sitúa entre los 21-28 años, se trata de
una fase, en la que se produce una aprobación de aquellos roles requeridos
para la ejecución de una serie de tareas tales como la elección de un
compañero/a, el comienzo de una ocupación, el aprendizaje de la
convivencia marital, paternidad y cuidado de los hijos, gobierno y
dirección del hogar, adquisición de responsabilidades cívicas,
182
localización de un grupo social de pertenencia. La vida del individuo,
gira en torno a tres polos fundamentales; familia, trabajo, introspección.
La segunda fase, es denominada adultez media y va entre los 28 y
los 42 años. Se trata de una etapa de gran productividad especialmente en
la esfera intelectual, artística y espiritual, es la etapa de la generatividad,
de la creatividad, de las mayores contribuciones en los ámbitos de la
política, la diplomacia, el pensamiento, el arte, etc. Es, en definitiva, un período
de plena autorrealización, ya que incluye importantes transiciones en el ámbito
del trabajo, matrimonio, cría y educación de los hijos y participación
comunitaria.
Los adultos medios son la primera fuerza de trabajo. Se encuentran
en un período de incremento en la responsabilidad de toma de decisiones y
en el poder político. El desarrollo, el paso de una etapa a la otra, está siempre
impregnado de una cierta tensión psicológica, lo que viene a ser síntoma de
evolución, de paso, de crecimiento, de maduración.
Fisiológicamente, no hay cambios definidos, excepto algunos
superficiales, como el encanecimiento y/o caída del cabello o la tendencia a
aumentar de peso.
4.1. La adultez tardía:
Es considerada a menudo como la edad de la plenitud profesional.
Transcurre entre los 42 y los 60 años y suele ser un período de elevada
potencia en el plano social, pero que incluye manifestaciones de declive físico.
A medida que aumenta el desgaste de la vida, se produce un
enlentecimiento de las reacciones a los estímulos, un incremento de la
tendencia a la enfermedad crónica y una disminución al vigor corporal, que
en los hombres se puede manifestar por la disminución de la potencia sexual.
Para los hombres presenta esta edad, además, la amenaza de una muerte
repentina por diversas causas. Las mujeres están más amenazadas por
cánceres, recomendándoseles un examen ginecológico anual. El cambio
fisiológico más importante en las mujeres es la menopausia, que aparece
entre los 40 y 50 años. Mediante terapias con reposición de estrógenos se
pueden prevenir los síntomas físicos y eliminar molestias: sudores
inesperados, sofocos, mareos y dolores de cabeza y articulares entre otros.
Es el último de los períodos de la adultez, y se caracteriza, por la
aceptación del propio ciclo de vida como algo irrenunciable e insustituible, es
la integridad del propio y único Yo, frente a la desesperación que pueda
producir un incuestionable final.
183
Esta edad, es también el marco psicológico de lo que se ha llamado
crisis de la media vida. Presenta matices fuertemente depresivos, y un
descontento consigo mismo por no haber alcanzado las expectativas iniciales.
A veces, el sentido de la identidad ocupacional de una persona, afronta una
prueba crucial. Muchos tienen que enfrentarse al hecho, de que el objetivo
que se habían propuesto a sí mismos, estará siempre más allá de su alcance.
La persona necesita enfrentarse emocionalmente consigo misma, reconocer
el fracaso si es que se puede llamar así, e intentar redefinir sus aspiraciones
y capacidades. Sin esta clase de autoevaluación conciente, existe el peligro
de la depresión que se niega mediante el exceso de actividad, y la persona
no cambia de trabajo o de pareja en un esfuerzo por mantener una identidad
joven.
Para la mujer, los cambios en esa edad son más tangibles. El término
de las funciones maternales, que llegan con el crecimiento de los hijos y su
abandono del hogar, es con frecuencia causa de un episodio depresivo
importante, especialmente si va unido a la menopausia y al cese de las
funciones reproductoras.
Es imprescindible que la mujer desarrolle intereses nuevos, o que
reactive los antiguos, para superar el síndrome del nido vacío típico de la
edad media y comenzar una vida por sí misma, lo suficientemente estimulante,
como para dar un nuevo sentido al resto de sus años de vida.
5. La senectud:
Las seis preocupaciones más características de esta etapa son; el
declive físico, el retiro de la actividad laboral, la reducción de ingresos,
la muerte del cónyuge, la afiliación explícita con el propio grupo de edad,
la adopción de nuevos roles de una manera flexible.
Al comienzo de la edad senecta, arbitrariamente asociada con la edad
del retiro, el deterioro de la salud no constituye el problema principal. Debido
a la jubilación, la persona mayor debe dejar su actividad laboral sin que, en la
mayoría de los casos, exista una disminución real de la capacidad productiva
del sujeto. La reacción a la jubilación varía de sujeto a sujeto, y depende del
tipo de profesión ejercida, de los condicionamientos sociales y de si sus
actividades cubren o no, amplias necesidades e intereses.
Parecen distinguirse diferentes «estrategias» adoptadas entre las
personas que han resuelto bien el problema del retiro, dependiendo de su
tipo de personalidad:
184
Reorganizadores: al retirarse sustituyen las actividades perdidas por
otras nuevas, como la artesanía o similares. Dedican el tiempo a los
asuntos de la comunidad y a las diversas asociaciones.
Concentrados: con el paso del tiempo se hacen selectivos respecto a
sus actividades. Concentran su energía en sólo dos o tres tareas que
realizan con satisfacción.
Contemplativos: son personas que se han desentendido voluntariamente
de los compromisos externos. No se debe ello a la pérdida de personas
queridas, ni a falta de salud; es simplemente una libre elección. Son
los ancianos de las mecedoras los que se sientan en el parque y no
hacen nada más; se vuelven voluntariamente contemplativos puros,
reduciendo al mínimo las relaciones sociales.
Las deficiencias fisiológicas aparecerán más tarde. Es casi inevitable, que
haya un deterioro progresivo de la memoria de los acontecimientos recientes y
algunas pérdidas en el pasado y las formas habituales de resolución de problemas,
pero se deteriora la capacidad de discurrir nuevas soluciones.
Estos problemas son también psicológicos, por la repercusión que tienen
en la relación con los demás. La pérdida de capacidad auditiva, por ejemplo,
aumenta la tendencia a la suspicacia; los problemas de salud, que obligan a
los ancianos a depender de otras personas, acentúan los sentimientos de
resentimiento del individuo por la pérdida de su autosuficiencia y por sus
dificultades en adaptarse a su nueva dependencia.
La vida familiar de los ancianos, suele resultar seriamente modificada.
En el matrimonio pueden estar ya solos, alguno de sus miembros puede
haber desaparecido, o puede vivir con sus propios hijos.
Aunque no vivan aislados, se encuentran de hecho, en una situación de
aislamiento social. Con sus hijos suelen tener un trato reducido y la jubilación les
ha privado del lugar en el cual realizaban mayor número de interacciones sociales.
Su aislamiento está también en relación con el proceso de industrialización y el
distanciamiento entre las generaciones. La sociedad moderna, no tiene lugar
para los ancianos, los cuales suelen formar grupos en calles, paseos y parques,
que adquieren los caracteres de verdaderas subculturas.
La salud mental y física, se convierte en fuente de prestigio entre la
comunidad de ancianos. Existe una especial admiración por aquellos que
están física y mentalmente sanos. Los éxitos anteriores se desvanecen en el
pasado, e influyen menos en conferir prestigio. Además del reconocimiento
social, son muy importante para ellos, las relaciones sociales íntimas. La
presencia de un confidente, incluso cuando no es miembro de la familia,
185
tiene gran importancia para ayudar a la persona mayor a adaptarse a las
tensiones de la edad.
La vida de asilo es frecuente en los últimos años de muchas
personas mayores. Este proceso de institucionalización, parece irreversible
en las sociedades industrializadas. Los ancianos de residencia, suelen tener
más de sesenta y cinco años, con un predominio de viudos y de solteros, y
proceden de medios socioeconómicos bajos. Las circunstancias en que se
desarrolla la vida asilar, suelen ser poco estimulantes. Generalmente, los
asilados echan de menos su vida anterior, y consideran que llevan una triste,
aburrida y monótona, mostrando un grado de frustración más o menos intenso
por el tipo de jubilación que les ha tocado vivir.
Todos los datos apuntan a la necesidad de sustituir los antiguos asilos
por modernas residencias. En los antiguos asilos se tendía a tener a los
ancianos hacinados, limitándose a satisfacer, exclusivamente, sus
necesidades vitales. Por el contrario, en las modernas residencias, se organiza
su vida de forma diferente, es decir se fomentan las relaciones sociales, el
juego, la actividad física y cultural, etc.
Los rasgos de personalidad más corrientemente aceptados en esta
edad, son: prudencia, conservadurismo, dependencia, servilismo,
conformidad, etc. De todos ellos, la prudencia y el conservadurismo, sí podrían
considerarse rasgos propios de la vejez, pero respecto al resto de ellos, no
han podido demostrarse en los trabajos de investigación realizados, que
predominen más en las edades avanzadas de la vida. El Judo debiera
estudiar la posibilidad de incorporar servicios en esta etapa y aportar
actividades de movimientos suaves y coordinados como el Ju-No-Kata
(formas de suavidad) y el Seiryoku Zen’Yo Kokumin Taiiku (formas de
gimnasia energética), que les permitirá darles más y mejor vida a los
años.
Tampoco es cierto, como se admite a menudo, que los ancianos
carezcan de sexualidad; es, sin embargo, uno de los tópicos más extendidos,
considerar patológicamente toda manifestación de la vida sexual en este
período y hablar de viejos verdes ante cualquier manifestación de este tipo.
Para quienes llegan a una edad avanzada y han alcanzado cierta
sabiduría en el proceso, la muerte no es algo temido. Llega a ser aceptada
como el fin inevitable de la vida, el modo a través del cual la naturaleza se
renueva. Es la última tarea importante: la aceptación de la muerte en general
y de la muerte propia, en particular, contemplando el ciclo de la vida como
algo que tiene que ser, y que, por necesidad, no admite sustitutos.
186
TEMA 7
DOJO
DOJO
(LUGAR DONDE SE APRENDE A RECORRER
EL CAMINO DEL RE-ENCUENTRO CON UNO MISMO)
Nuevo Kodokan
187
188
TEMA 7
DO-JO
(LUGAR DONDE SE APRENDE A RECORRER
EL CAMINO DEL RE-ENCUENTRO CON UNO MISMO)
189
Dice Mabel Collins:
BUSCA EL CAMINO (DO)
· Busca el Camino penetrando a tu interior
· Busca el Camino avanzando resueltamente al exterior
· Búscalo, pero no en una sola dirección
· Para cada temperamento existe un Camino
· Mantente ajeno a la batalla que empieza. Aunque tú pelees, no
seas el guerrero
· Busca al guerrero y deja que pelee en ti
· Recibe sus órdenes para la batalla y obedécelas
· Obedécelo, pues él es tú mismo
· Escucha el canto de la vida
· Conserva en tu memoria la melodía que oigas
· Aprende de ella la lección de la memoria
· Podrás así, mantenerte erguido, firme como una roca,
obedeciendo al guerrero que eres tú mismo y tu rey
· Observa atentamente la vida que te rodea
· Aprende a sondear el corazón de los hombres
· Considera ansiosamente tu propio corazón
· A través de tu propio corazón viene la luz única (KI) que ilumina
la vida
· La palabra solo viene con el conocimiento. Alcanza la palabra
y alcanzarás el conocimiento
· No te avergüence caer, sino permanecer caído.
190
4. El GRAN CAMINO (el sendero de las ocho ramas) conduce a
la extinción del deseo.
191
El naturalista se levantó temprano el tercer día, sacó al águila del
corral, la llevó hasta un monte, y le animó diciendo: «Eres un águila y
perteneces tanto al cielo como a la tierra. Ahora, abre las alas y vuela».
El águila miró alrededor, hacia el corral y arriba, hacia el cielo. Pero
siguió sin volar. Entonces, el naturalista la levantó directamente hacia el
sol; el águila empezó a temblar, a abrir lentamente las alas y, finalmente,
con un grito triunfante, voló alejándose en el cielo.
Es posible que el águila recuerde a los pollos con nostalgia; hasta
es posible que, de cuando en cuando, vuelva a visitar el corral. A partir del
momento de su primer vuelo, el águila nunca ha vuelto a vivir vida de
pollo. Siempre fue un águila, pese a que fue mantenida y domesticada
como un pollo».
Hay dos maneras de aprender. Una abstracta, que viene de las
clases teóricas y de los libros. A través de ellos, otros nos dicen cómo fue
y cómo debería ser el mundo. Estas lecciones impresionan la inteligencia,
pero rara vez llegan al corazón. El otro aprendizaje es la experiencia. A
través de ella, ya no tenemos noticias de, gracias a la mediación de un
escritor o de un maestro que nos enseña: lo sabemos, por contacto
directo, saber está conectado con saborear. Podrán darnos mil lecciones
sobre el gusto y la esencia de la manzana, pero nada reemplaza el acto
de saborearla, de comerla.
La paradoja, es que el auténtico aprendizaje de la experiencia, nace
del error. Sólo el error, en el fondo, enseña. Sólo después de errar por
afuera de la verdad, añorándola y llamándola, llegamos a ella. Caer
involuntariamente (Ukemi), es siempre producto del error, levantarse,
es producto de la decisión de querer seguir viviendo.
Si no hubiera pecado, no habría virtud. Por eso quizás, el Evangelio
exalta grandes pecadores como María Magdalena y enormes deslealtades
como la negación de Pedro. Ellos edificaron su santidad sobre el
remordimiento, la pesadumbre, el pesar, el arrepentimiento, el dolor, la
pena. La doctrina detrás de estos ejemplos está en la parábola del hijo
pródigo. Desde el momento que huyó de la casa del padre, cada día se
hundía un poco más en el derroche y las orgías. Esto sucedía por arriba,
en lo visible de su vida. Por abajo, aprendía. Un día, quizás después de la
más aberrante de sus orgías, giró en busca del padre perdido. Lo invisible
emergió, ofreciéndole la sabiduría.
Sin embargo, la historia no termina aquí. El hijo pródigo, se
recordará, tenía un hermano que lo recibió con celos, envidiándolo al ver
192
la alegría y el amor del padre por el hijo recuperado. Sin embargo, el
hermano del hijo pródigo había sido hasta ese momento, un hijo perfecto.
Esto, por arriba. Porque sólo el hermano visible era perfecto. El hermano
invisible desaprendía. Sin el alimento humillante del error, creció pagado
de sí mismo. Se hizo vanidoso al fin de su historia, el «virtuoso» se
había convertido en peor persona que el pecador.
Sócrates, según Platón, creía que aprender es recordar. Su
método de enseñanza, la mayéutica, buscaba que el discípulo recuperara
eso que en el fondo sabía, pero que había olvidado. Sócrates buscaba la
anamnesis, esto es, la negación de la amnesia. Platón imaginó que el
alma ha habitado un ciclo anterior donde todo se sabe antes de caer en el
olvido que es el cuerpo, por eso al cuerpo lo llama soma (tumba), la
tumba del alma. La tarea del filósofo se parece, a partir de ahí, a la de
una partera: dar a luz el recuerdo. Los pueblos sufren y gozan. Cuando
sufren, aprenden (Ukemi). Cuando gozan, olvidan. El tango imaginó un
lugar donde «no habrá más penas ni olvido». El tango es platónico. Lo
que hay en la realidad de la historia son penas que enseñan mientras
perdura su impacto y, cuando éstas cesan, llega el plácido olvido del
bienestar. A su amparo se cobijan las nuevas tormentas.
Si aceptamos y sostenemos que el JUDO es, ante todo, Educación
(Seiryoku Zen’Yo), sus métodos deben converger al desarrollo de todas
las aptitudes individuales, para formar al HOMBRE NUEVO con
personalidad armoniosa y fecunda, intensa en el esfuerzo, serena en la
satisfacción, digna de vivir en una sociedad que tenga por ideal la Justicia.
Hay una base de conocimientos generales, dentro del JUDO, que
son indispensables a todo Judoka, aparte de las capacidades que cultive
vocacionalmente. Toda especialización atenta, sin preparación general,
contra la misma especialidad. No cabe duda, que conviene a la sociedad
el libre desenvolvimiento de las vocaciones. La cooperación de los
hombres (Jita Kyoei), en el trabajo social exige que cada uno desempeñe
con amor sus tareas, simples o complejas; y exige, además, que sea
ilimitado el campo de expansión para todas las capacidades. La confianza
en la eficacia del propio esfuerzo, es indispensable para cumplir mejor la
propia tarea y perfeccionarse incesantemente. El JUDO debe capacitar al
practicante para que, al preguntarse: ¿de qué y cuánto soy capaz?, sepa
responder con firmeza: «soy capaz de tal cosa y en tal medida».
El DOJO, por lo tanto, es el medio social que posibilita la realización
de actividades que permiten el aprendizaje por el error: la repetición
constante de los gestos enseña a automatizarlos, y así se aprende
193
físicamente a «caer como algodón y no como porcelana» y
psicológicamente que «lo grave no es caer, sino permanecer caído». Al
mismo tiempo permite:
- las actividades prácticas del docente;
- la expresión creadora del alumno;
- la teoría y la práctica de los agentes estructurales del JUDO; (Randori,
Kata, Shiai, Goshín Jutsu).
- el trabajo y la cooperación en grupos;
- las distintas situaciones que se planteen a nivel individual y grupal; pero
sobre todo: el encuentro meditativo-reflexivo que el Judoka hace
consigo mismo. Todo ello, como fuente de estímulo y medio de
crecimiento personal. Lo fundamental, es el desarrollo de los rasgos
de conducta, para constituir, vidas individuales y sociales, sanas, fuertes
y útiles.
El DOJO es para el alumno y no el alumno para el DOJO, ya que
éste existe, únicamente, cuando permite que el Judoka descubra sus
aptitudes y oriente su conducta, es decir, que esté regido por el principio
de interacción donde, el Maestro, establece relaciones interactuantes que
surtan efectos en el presente, y que el Judoka, reciba experiencias
mancomunadas proyectables en el futuro. Esto permitirá que toda su
habilidad natural sea desarrollada en verdaderos procesos vivenciales,
accionados por las actividades y las experiencias individuales y grupales.
Siendo su finalidad inmediata, la de procurar (utilizando los agentes
estructurales del JUDO como medio), el desarrollo integral del individuo,
como instrumento aprendedor y emprendedor del saber, en cada
época y circunstancia, es decir, tratando de formarlo responsable en
los tres aspectos de la ética: el individual, el doméstico y el político,
y que procura exaltar las obligaciones del hombre para consigo mismo
y para con los demás, tratando de alentar la unión familiar, el sentido
de responsabilidad paternal, el sentido de respeto de los hijos por
los padres, la comunicación sincera entre padres e hijos, destacando
la función social de una familia fortalecida que, en su función como
pueblo sepa comprometerse cumpliendo la misión de velar por los
principios éticos (Jita Kyoei).
Para ello, será necesario que el Judoka esté siempre en contacto
consigo mismo, con sus compañeros, con su familia, con la calle, con el
pueblo, vinculado a sus sentimientos, a sus esfuerzos, a sus ideales. El
194
DOJO del simple aprendizaje y repetición de técnicas, es un residuo fósil
de un JUDO que debe ser superado, como los castigos y las fechas
obligatorias para los exámenes y la participación obligatoria en torneos y
campeonatos.
Convertido el DOJO en el lugar de aprendizaje personal y social,
el JUDO podrá anticipar a los niños, lo que éstos devolverán a la
sociedad cuando sean hombres. Todas las enseñanzas deberán ser
dadas espontáneamente, para educar al niño y al joven en una atmósfera
de solidaridad y de confianza, para enseñarle que todos los padres trabajan
para todos los hijos.
La primera función del DOJO es demostrar que la actividad es
agradable cuando se aplica a cosas de provecho. El Judoka debe
aprender a trabajar jugando, entre sonrisas e incentivos: cuando el JUDO
le resulte más divertido que la calle, mezclando los juegos a la producción
de cosas útiles, amará el trabajo, lo deseará y al fin, estará satisfecho
viendo salir de la expresión de su cuerpo, cosas estimadas, como una
espontánea retribución de las enseñanzas recibidas.
Lleno de aire, de libertad, de colores agradables a la vista, de
duchas y vestuarios limpios y confortables, de grata luminosidad,
etc., el DOJO empezará siendo escuela y lugar de encuentros. Las
primeras nociones morales pueden aprenderse en un ambiente de cariño,
de amor y de disciplina (REI-HO); las primeras nociones del cuerpo se
aprenden jugando con él; los primeros planteos grupales se establecerán
en la escuela y en el DOJO, haciendo que el niño Judoka se enfrente a la
problemática del encuentro con su yo y luego, a la cesión de ese yo
por el nosotros. Ese viaje hacia lo interno requiere de un valor muy
profundo. Es una aventura hacia lo desconocido, y el cielo es
imprescindible. Es necesario tener mucho valor para volar como las águilas.
Pero, ¿en qué consiste este valor? Ese valor tiene su raíz en abandonar
el pasado y dar el gran salto hacia lo desconocido para llegar a lo
incognoscible. El valor se aprende y si no se lo tiene, el Judoka vivirá
atado a su pasado. Irá repitiendo el pasado una y otra vez, se moverá en
una rueda, en un círculo vicioso y toda su vida se volverá simplemente
una repetición. Un consejo, una caricia, un ejemplo, enseñan más moral
que un refrán aprendido de memoria; un Kata bien realizado enseña más
ciencia mental y corporal que cien torneos.
El DOJO será taller, ateneo y templo, para la educación del
cuerpo, la inteligencia y el espíritu. Hay cien pequeñas cosas que el
hombre libre debe hacer para bastarse a sí mismo; cien preguntas de
195
todo orden que el hombre debe plantearse sin necesidad de tutores, si
aspira a tener personalidad. Y, entre todas las técnicas que se practiquen
y estudien, cada uno preferirá más tarde, las que mejor se adapten a su
temperamento y vocación (Kata, Randori, Shiai, Atemi, Goshin Jutsu, etc.),
con las espontáneas limitaciones implicadas en la desigualdad de las
inteligencias y de las naturales condiciones físicas.
El trabajo y la cultura deben desarrollarse en el DOJO
simultáneamente con la escuela. La vida en éste, debe preparar para
la actividad ciudadana. Es absurdo atiborrar al Judoka con acciones
técnicas y de competencia, sin desenvolver al mismo tiempo las aptitudes
físicas, mentales, emocionales, espirituales y los sentimientos de
solidaridad. Conviene perfeccionar aquellos métodos que permitan asociar
la teoría a la práctica, combinando lo racional con lo físico, lo profesional
con lo estético, lo abstracto con lo plástico, lo estático con lo funcional,
siempre respetando los principios etico-filosóficos del Rei-Ho (respetar al
Dios que mora en el Uke, en el Sensei, en todos).
Siendo el trabajo el primer deber social, debe el DOJO preparar
al Judoka para cumplirlo. El perfeccionamiento de la capacidad técnica,
convertirá toda ejecución en un arte y todo Judoka aspirará a ser un artista
en el JUDO y por extensión en su profesión. Al principio se educará para
el trabajo no especializado, estimulando la agudeza de ingenio, el
desarrollo armónico y funcional del organismo y la habilidad corporal; antes
de aprender un arte es necesario adquirir el hábito del esfuerzo, que
después se aplicará al desarrollo de la vocación
Siendo la cultura el primer derecho individual, la oportunidad
de aprender debe ser continua e ilimitada. El aprendizaje del JUDO
debe ser accesible a todos los que deseen practicarlo y tengan vocación
para ello. Será mejor para la sociedad, que muchos puedan consagrarle
el tiempo que ahora derrochan, después de efectuar las obligaciones
habituales y necesarias (trabajo, estudio, etc.). La posibilidad de estudios
progresivos con graduaciones, para los que tengan aptitudes para los
distintos agentes estructurales, determinará un incremento insospechado
de la calidad y cantidad de Judokas, aumentando los altos placeres en
que gusta deleitarse la actividad física, mental y espiritual.
Desde el DOJO debe formarse en el niño y el joven el sentimiento
de la responsabilidad social, con el derecho de intervenir en la
organización del JUDO y con el deber de acatarla. Mediante una intensa
vida social dentro del DOJO, se irá formando, a la par que en la escuela,
el futuro ciudadano, opinando y deliberando en actividades grupales,
196
proponiendo iniciativas, señalando imperfecciones, adquiriendo el hábito
de ser libre y veraz. El Judoka tendrá, entonces, carácter, dignidad,
firmeza, entrando a actuar en la vida civil como un HOMBRE NUEVO y no
como una sombra que obedece siempre al «Tú Debes» de la sociedad
que lo mutila, lo acobarda y lo enaniza.
El JUDO no cabe dentro de los límites estrechos del DOJO.
Además de las actividades diarias, de visitas a otras instituciones, de
exhibiciones, de torneos amistosos, etc., la función del DOJO necesita la
cooperación de organismos complementarios, indispensables para el
perfeccionamiento de la salud física, mental y emocional (revisación médica
periódica, fichaje y evaluación antropométrica, guía psicológica, orientación
vocacional, información y educación sexual, educación para la nutrición,
la higiene y la salud, comportamiento humano, campamentos educativos,
excursiones y actividades en la naturaleza, etc., etc., etc.,). Una sociedad
que comprende sus intereses debe multiplicar la excursión educativa
(aprovechando las competencias provinciales y nacionales) a fin de que
el niño y el joven puedan conocer las cosas y las energías de la naturaleza,
las culturas y las gentes de su propio país o del extranjero.
Las autoridades provinciales y nacionales del JUDO, deben
ponerse en contacto con los Profesorados en Educación Física, con
la Universidad, con los Centros de Investigación Científica para que
todos los Judokas que deseen mejorar en el arte del JUDO, puedan tener
acceso a esas instituciones, capacitándose para enseñar la especialidad,
en asignaturas del área biológica, psicológica y pedagógica.
Habrá que sumar a esa capacitación para la enseñanza, grandes
iniciativas editoriales, dirigidas por idóneos profesionales y docentes
del JUDO, hasta multiplicar por miles el tiraje de apuntes, revistas, obras
de mérito en la investigación de la técnica, de la ciencia y de la imaginación.
Feliz el grupo social en que no lea el que no quiera leer, pero donde nadie
deje de hacerlo por falta de documentación.
Para que todo esto pueda llegar a concretarse, el trabajo en el DOJO,
se realizará con la intervención directa del:
- medio ambiente: para dar al Judoka el verdadero sentido de pertenencia
al grupo;
-docente: para permitir el aprendizaje de la técnica y de los valores
humanos, en actividades compartidas;
197
- judoka: para permitir su participación en situaciones que desarrollen
experiencias vivenciales (físicas, mentales, emocionales y sociales).
198
· capacidad para resolver problemas (cómo aprender, cómo
aumentar el rendimiento resultado), y para desempeñarse en
situaciones complejas;
· dominio y seguridad de sí mismo;
· actitud alerta, naturalidad, decisión;
· sentido de pertenencia, aptitud para el liderazgo y para el seguimiento;
· aptitud para el trabajo, el descanso y la actividad cotidiana;
· aptitud para las actividades recreativas y las de realización de
afirmación personal;
· aptitud para las actividades físicas en cuanto a capacidad de esfuerzo
ponderable máximo;
· rendimiento, manifestación intensa y definida de la personalidad.
b) social y culturalmente:
· capacidad para:
- comunicarse y establecer relaciones interpersonales positivas;
- flexibilidad y apertura al cambio social, político y económico;
· disposición para:
- una participación económica y socio-cultural crecientes;
- emprender actividades;
- asumir «status» y roles nuevos;
· decisión para:
- elevar el nivel de aspiración;
- no caer en la enajenación;
- ser libre para elegir y decidir con responsabilidad y conciencia ética
- tener equilibrio emocional
Por eso el Dojo, debe ser el lugar para transpirar y escuchar a su
propio cuerpo, a su propia mente, a sus propias emociones y a los otros.
A veces los Judokas no escuchan y no se escuchan, a lo sumo
oyen porque tiene oídos. No están atentos a ese gran acontecimiento
que es el «escuchar» y el «escucharse».
199
¿Cuándo la lluvia golpea contra las ventanas está uno de acuerdo o
discrepa?, no, tan solo escucha.
Cada cultura tiene su propio orgullo, pero no es otra cosa que un
cierto estilo de vida desarrollado por la multitud. Cada cultura destruye
al individuo (Tú debes). Fuerza a todos a ser similares, a tener el mismo
Dios, a ir al mismo templo, a tener el mismo sistema de creencias, las
mismas escrituras sagradas, el mismo código moral, la misma etiqueta,
las mismas maneras, reduce la singularidad del individuo. Lo vuelve un
engranaje en la rueda, lo estructura, lo encajona, lo despersonaliza.
Sea cual fuere la cultura, es una asesina de lo individual, son formas
distintas de asesinar al individuo. No hay nada de que enorgullecerse. El
mundo donde el individuo no sea destruído, sino apoyado en su carácter
único, será el mundo del HOMBRE NUEVO.
El HOMBRE NUEVO no podrá ser parte de la masa. El HOMBRE
NUEVO puede ser sólo él mismo, en su naturalidad absoluta, sin
compromisos, respetuoso del otro pero sin permitir que nadie lo humille
Hemos dicho en varias oportunidades, que, el hombre común para
sobrevivir, simula y disimula. Simula virtudes que no tiene y disimula
los defectos que tiene. Por eso el Dojo debe deshacerse del hombre
más despreciable que existe: El hombre supremo, poderoso. Del que
quiere ser político, del que desea obtener cosas (tener poder, grados,
puestos, figuración, ostentación) en lugar de sentir satisfacción en la
entrega (Ser). El placer del encontrarse y no perderse. El poder decir:
«yo soy la encarnación viviente de Dios» mirándose al espejo y cuando
saluda al otro piensa: «saludo al Dios que hay en ti, con toda mi mente
y con todo mi corazón» porque el cuerpo no es la Tumba del Alma, es
su Templo.
200
TEMA 8
JUDOGUI
((VESTIMENT
VESTIMENTA DE JUDO)
VESTIMENTA
KYUS Y DANES
(LOS GRADOS EN JUDO)
201
202
TEMA 8
JUDOGUI O VESTIMENTA
203
d) la chaqueta será lo suficientemente larga para cubrir los muslos y alcanza-
rá como mínimo a los puños estando los brazos completamente extendidos
hacia abajo en ambos lados del cuerpo. El cuerpo de la chaqueta será lo
suficientemente ancho como para ser cruzado (un lado por encima del otro)
a la altura de la parte inferior de la caja torácica con un solapado mínimo de
20 cm. Las mangas de la chaqueta deberán alcanzar como máximo la articu-
lación de la muñeca y como mínimo 5 cm. por encima de la articulación de la
muñeca. Deberá existir un espacio de 10 a 15 cm. entre la manga y el brazo
(vendajes incluidos), a lo largo de toda la manga.
e) los pantalones (libres de cualquier marca), serán lo suficientemente largos
como para cubrir las piernas, alcanzarán como máximo la articulación del
tobillo y como mínimo 5 cm. por encima de esa articulación. Deberá existir
un espacio de 10 a 15 cm., entre la pierna del pantalón y la pierna (vendajes
incluidos) a lo largo de toda la pierna del pantalón.
f) Un cinturón resistente de 4 a 5 cm. de ancho, cuyo color corresponderá al
grado, se llevará sobre la chaqueta a la altura de la cintura y atado con un
nudo cuadrado, lo suficientemente apretado para impedir que se salga la
chaqueta y lo suficientemente largo para dar dos vueltas alrededor de la
cintura y colgar de 20 a 30 cm. a cada lado del nudo una vez atado.
g) Las mujeres competidoras deberán llevar debajo de la chaqueta una cami-
seta blanca o casi blanca, de mangas cortas, bastante resistente, lo suficien-
temente larga para ser metida dentro del pantalón.
El Judogui (ropa usada en JUDO) nos puede dar, si tuviéramos la
intención o el deseo de observar, pautas referidas a la personalidad del
Judoka. El reglamento dice que el saco debe cubrir las caderas, tener las
mangas que deben llegar casi hasta las muñecas y ser amplias para que el
oponente las pueda sujetar cómodamente. El pantalón debe ser amplio para
permitir los movimientos y al mismo tiempo permitir al oponente sujetarlo
para ejecutar sus técnicas. El cinturón debe dar dos vueltas a la cintura y
sobrar aproximadamente 20 cm. en cada extremo después de efectuado el
nudo. El cinturón debe ajustar el saco para que no se salga. Todo el equipo
debe estar impecablemente limpio. Todo esto sería lo reglamentario, pero
ahora aparece la conducta que merece un serio estudio y que mostraría la
intencionalidad interior del Judoka. El Judogui corto y/o el cinturón flojo
para que se suelte e impida que el oponente pueda aplicar técnicas. Las
mangas angostas para que no puedan sujetárselas igual que los pantalo-
nes. Todo esto mostraría una falta total de espíritu deportivo, una desleal y al
mismo tiempo una duda con respecto a sus posibilidades de ganar o perder
lealmente, una suciedad no manifiesta en su interioridad para ganar con tram-
204
pas. Normalmente, ese practicante es un especulador que tiene como meta
el Koka y el Yuko, nunca el Ippon o el Wazari. Debieran las autoridades
sancionar severamente a ese practicante y no digo Judoka, porque si JUDO
es educación, estas trampas que previo cálculo ha puesto en juego, luego
los usará en la vida diaria como trasgresor de las normas sociales y un re-
sentido personal porque no podrá llevar su vida adelante sin hacer trampas.
Esa gente debe tener correctivos especiales porque con esos gestos
distorsionan el espíritu del JUDO.
Si el Judogui de un competidor no cumple con los requisitos de este
reglamento, el árbitro ordenará al competidor que se lo cambie en el menor
tiempo posible, por otro Judogui que cumpla las condiciones reglamenta-
rias.
Para asegurar que las mangas de la chaqueta del competidor son del
largo requerido, el árbitro hará levantar ambos brazos del competidor, total-
mente extendidos hacia adelante a la altura de los hombros y, entonces,
realizará el control. Además, para asegurar que las mangas de la chaqueta
cumplen con el espacio requerido, el árbitro hará levantar ambos brazos del
competidor hacia adelante y doblar 90 grados en los codos.
Un hecho que el reglamento anterior no especificaba es el de la higie-
ne de la vestimenta, considerando que allí radicaba uno de los puntos funda-
mentales del respeto a sí mismo y la consideración a los demás.
Los nuevos tiempos han hecho u obligado a una “evolución” en la faz
deportiva del JUDO que al estar inmerso también en la sociedad de consumo
debe adecuarse a sus requerimientos y exigencias. Así nos referimos al he-
cho de colocar publicidad en los Judoguis; uno de los competidores deberá
en las competencias televisadas usar Judogui azul; y otras concesiones
que con el tiempo deberán ir haciéndose si se pretende estar en el ámbito
deportivo internacional y profesional. Sea o no de nuestro agrado, la realidad
es así y a pesar de no coincidir en muchos aspectos con esa realidad, debe-
remos tragarnos el sapo.
Sobre el hecho de la publicidad en la vestimenta, la Unión Europea de
JUDO, el 10 de abril de 1994, ha tomado medidas reglamentarias, que son
las que detallamos a continuación.
La publicidad autorizada sobre el Judogui será la siguiente:
1) Marca del fabricante (logo):
La marca o logo del fabricante solo se autoriza a los que tengan con-
trato con la Unión Europea de JUDO en los siguientes sitios:
205
· En la esquina del faldón de la chaqueta o en una manga, pero en este
caso dentro del área establecida de 25 por 5 cm.
· En el extremo del cinturón.
Las medidas del logo no pueden exceder de 25 cm² (5 por 5 cm). (Ver
gráfico)
2) Emblema Nacional:
En el pectoral izquierdo de la chaqueta (medidas máximas 10 por 10
cm.)
3) Publicidad libre:
La publicidad libre sobre la chaqueta será autorizada en los siguientes
sitios y medidas descriptas a continuación:
· Sobre cada hombro y parte alta de la manga, de medidas de 25 por 5
cm. (la misma publicidad en cada lado)
· En ambos lados de 5 por 10 cm (la misma publicidad en cada lado) o
en un lado de 10 por 10 cm, directamente en conexión con el área
publicitaria de 25 por 5 cm sobre el hombro y parte alta de la manga
(Ver gráfico).
En conexión con la libre publicidad hay una restricción y es que dicha
publicidad no representará competencia con la del patrocinador
(sponsor) principal de la U.E.J.
La información al respecto, estará disponible tres meses antes de los
eventos.
Sobre los pantalones no se autoriza ninguna publicidad.
Esta normativa es de aplicación en los circuitos de Europa.
Cualquier ingreso proveniente de la libre publicidad será para la Fede-
ración Nacional.
A su vez, el comité director de la Federación Internacional de JUDO,
en el Congreso realizado en Túnez en mayo de 1994 reglamentó la
publicidad sobre el Judogui de la siguiente forma:
· Las siglas olímpicas nacionales (tres letras en el dorso de la chaque-
ta). El tamaño de las letras: máximo 11cm. de altura.
206
· Emblema Nacional (en el pectoral izquierdo de la chaqueta). Tamaño
mínimo 100 cm².
· Marca registrada del fabricante (en los bajos de la parte frontal de la
chaqueta). Tamaño máximo 25 cm² (en juegos olímpicos sólo 12 cm²).
· El nombre del competidor puede ser fijado (estampado, bordado, etc.)
pero en ningún caso puede impedir el agarre de la chaqueta en su
parte posterior. Las letras tendrán un máximo de 7 cm. de altura y a lo
largo medirá un máximo de 30 cm. (se recomiendan 8 letras o infe-
rior). Esta área rectangular de 7 por 30 debe ser situada a 3 cm. del
cuello de la chaqueta y a 4 cm. desde donde se fijará el dorsal del
competidor.
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208
209
LOS GRADOS EN JUDO
210
En la cultura sajona, el éxito es asumido con más naturalidad: erfolgen
quiere decir éxito en alemán, que deriva de folguen (follow, en inglés), que
significa seguir. Folgue quiere decir, además, consecuencia. Para los
sajones, entonces, tener éxito es una consecuencia (folgue) de seguir el
Camino y no salirse de él, de perseverar, lo cual, lo une al concepto protes-
tante de esfuerzo.
El sentido occidental del éxito que hoy conocemos, nació con la Revo-
lución Industrial y la moral burguesa, que desarrolló la idea de prosperidad
(tener) como valor primordial. Para los clásicos, en cambio, el éxito consis-
tía en alcanzar la sabiduría (ser), y eso era un Camino, un Sendero, un DO,
transitado con paciencia durante toda una vida. Los únicos jóvenes exitosos
eran los héroes. Pero su éxito se realizaba en la muerte. No había héroes
vivos.
La actual concepción de éxito asociada a triunfo, implica ganar, y
ganar se asocia con las cosas que se pueden tener. De ser a tener, fue la
“evolución conceptual del éxito en Occidente a lo largo de la historia”.
Desde esta última perspectiva, el riesgo de ser exitoso sería el de convertir-
se, uno mismo, en objeto de esa obsesión porque “el triunfo en la medida
que está determinado desde afuera, en la medida en que son los otros los
que aprueban o desaprueban, termina siendo ajeno. De ahí la necesidad de
encontrar otros éxitos sub-siguientes. Si la graduación de Judo, en vez de
ganarla, me la regalan, entonces no es mi grado, es de los otros.
Por tener, sucede que no bien se logra una graduación, un cargo o una
meta que uno se ha propuesto, se impone encontrar la próxima o el próximo
objetivo. El problema del éxito por el éxito mismo, es una carrera sin fin, en
la que no se disfruta nada. Una graduación, un cargo, una meta, debieran ser
una vivencia interior. Es un sentirse cómodo; como cuando uno se prueba
un traje hecho a medida; no le falta ni le sobra nada. Es lo justo.
La desventura más notable que surge de la voracidad por alcanzar el
éxito (producto de una sociedad donde el valor tiempo-producción se frac-
ciona en milésimas de segundo), es que se acaba demasiado rápido. No hay
permanencia en el éxito, porque éste debe repetirse constantemente. El vér-
tigo del éxito, puede terminar devorándose a sus cultores y a sus hijos.
“Es conocida la normal disonancia existente entre el deseo y la satis-
facción que, con mucha frecuencia, asume la forma de decepción, porque
cuando se cree haber logrado la omnipotencia, como en el caso de los
exitosos, la frustración alcanza grados dramáticos”. La tragedia que puede
suceder a la euforia.
211
El éxito que genera el deseo de la obtención de riqueza, poder y reco-
nocimiento social (graduaciones, campeonatos, cargos, etc.) si es a costa
del sacrificio de ideales, de la propia personalidad o de las relaciones familia-
res o amistosas, es agobiante. Para el ecologismo el éxito consiste en sen-
tirse bien con la vida. Lo pequeño es lo hermoso. Según De Gaulle, “El
fracaso sería, no estar a la altura de las propias posibilidades, y ningún
otro”.
El verdadero éxito estaría, entonces, menos en el logro, que en la
batalla para alcanzarlo. No reside en la cima, sino en el proceso por
escalar (DO- Camino). ¿Qué queda, al fin y al cabo, cuando se ha llegado a
la cumbre, sino el descenso?. El poeta Constantino Kavafis escribió:
“Ten siempre a Itaca (el éxito) en mente; tu suerte indica ese destino.
Pero no te precipites en el viaje. Es mejor que dure cien años, que viejo
arribes finalmente a la isla, rico de lo que ganaste en el Camino. Itaca te
regaló ese bello viaje”.
El Maestro Kawaishi, difusor del JUDO en toda Europa, radicado en
Francia, tuvo que inventar los cinturones de color para cada grado de tal
forma de poder satisfacer la falta de paciencia de los alumnos occidentales,
que abandonaban la práctica al no tener un incentivo material (cambio de
cinturón), un incentivo que hiciera brillar su ego. En Japón, existen solamen-
te el cinturón blanco al iniciar la práctica y luego el azul o el marrón, para
recién después, pasar al cinturón negro. En Occidente esa forma japonesa
fue un fracaso. El Maestro Kawaishi, encontró la solución para la vanidad y
la falta de paciencia de los occidentales.
Al mismo tiempo en Inglaterra, el Maestro Koizumi, contemporáneo
del Maestro Kano, inventó la categoría Mon para los niños.
Los grados en JUDO están representados por distintos colores, a sa-
ber:
6º Kyu Cinturón blanco (novicio)
5º kyu Cinturón amarillo
4º Kyu Cinturón anaranjado
3º Kyu Cinturón verde
2º Kyu Cinturón azul
1º Kyu Cinturón marrón
1º Dan Cinturón negro con una raya roja
212
2º Dan Cinturón negro con dos rayas rojas
3º Dan Cinturón negro con tres rayas rojas
4º Dan Cinturón negro con cuatro rayas rojas
5º Dan Cinturón negro con una raya roja más ancha
6º Dan Cinturón rojo y blanco
7º Dan Cinturón rojo y blanco
8º Dan Cinturón rojo y blanco
9º Dan Cinturón rojo
10º Dan Cinturón rojo
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TEMA 9
REI - HO
HO
(S ALUDO CEREMONIAL)
(SALUDO
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216
TEMA 9
217
situación, quien saludase inclinando el tronco faltaría al uso vigente (no
inclinándose) y no habría otra diferencia que ésta: el nuevo uso parecería
tener más sentido que el anterior.
Sin ninguna solemnidad, lo dicho, nos muestra un modelo abstracto
de uso y de cómo lo sustituye otro.
El mundo está lleno de sobretodos porque un día, hacia 1840 ó 50,
cuando el conde d’Orsay, un «dandy» de origen francés instalado en Londres,
volvía de las carreras montado en su fina yegua, comenzó a llover y a un
obrero que pasaba le pidió el abrigo con mangas que entonces usaba el
pueblo labriego de Inglaterra. Esta fue la invención del sobretodo, porque
d’Orsay era el hombre más elegante de Londres, y elegante es una palabra
que viene de la palabra elegir; elegante es el que sabe elegir. A la semana
siguiente, por las islas británicas, empezaron a florecer los sobretodos, y hoy
el mundo está lleno de ellos.
¿Quiere esto decir que el nuevo uso tiene mucho sentido? Como los
grupos sociales en que se constituyen los usos se componen de un número
muy grande de individuos, y para que el uso logre instaurarse hay que ganar
a una gran porción de ellos, y el resto tiene, por lo menos, que llegar a
conocerlo y cumplirlo, por eso se dice que la formación de un uso es lenta.
Desde el instante en que un individuo tuvo la idea creadora (porque
sólo los individuos crean); la idea creadora del nuevo uso, hasta que
éste llega a ser, en efecto, un uso vigente, una institución, tiene por fuerza
que pasar mucho tiempo. Y en el lapso de este largo tiempo que tarda en
formarse un uso, la idea creadora, que en su hora inicial tuvo sentido, cuando
se hace usual, cuando se hace modo social, en suma, uso, ha empezado
ya a ser anticuada, a perder el sentido que tuvo, a ser incomprensible. No lo
hacemos porque nos parezca bien, porque lo juzguemos razonable, sino
mecánicamente; lo hacemos porque se hace y, más o menos, porque no
hay otro remedio.
Nótese que la persona, cuanto más persona es, suele ser más rápida
en su hacer. En un instante se convence o desconvence, decide que sí o
decide que no; pero la sociedad se basa en los usos (que tardan en nacer y
tardan en morir), la sociedad es perezosa, se arrastra despacio y avanza por
la historia con lento paso de mula y a veces nos desespera por su morosidad.
Y como la historia es, ante todo, historia de las colectividades, historia
de las sociedades (por tanto, es historia de los usos), de ahí ese su carácter
de extraña lentitud retardataria, de ahí el tempo lento con que marcha la
218
historia universal, que necesita cientos y cientos de años para conseguir
cualquier avance realmente sustantivo.
A su vez, el uso consiste en una forma de vida que el hombre muy
personal siente siempre como arcaica, superada, vieja y ya sin sentido.
Se descubre así la existencia de dos clases de usos: unos, que
llamamos usos débiles y difusos; otros, que podríamos llamarlos usos
fuertes y rígidos. Ejemplo de los usos débiles y difusos son los que
vagamente se han llamado siempre usos y costumbres, en el vestir, en el
comer, en el trato social corriente. Ejemplos de los usos fuertes y rígidos
son, aparte de los usos económicos, el Derecho y el Estado, dentro del cual
aparece esa cosa terrible, pero inexorable e inexcusable, que es la política.
Y ahora notemos que el saludo coactivo, fuerte y rígido no es
propiamente saludo, porque ese saludo no promete salud al que saluda;
no es saludo, sino que es una orden, un mandamiento, una ley, y aun
una ley emanada de un derecho extremo que brota de un extremo Estado;
queremos decir de un Estado que lo es en grado superlativo. No tiene, pues,
nada que ver con el pacífico saludo, como no sea negativamente porque
ha prohibido saludar pacíficamente.
El hecho de que exista el uso del saludo es una prueba de la
conciencia viva en los hombres de ser mutuo riesgo unos para otros.
Cuando nos acercamos al prójimo se impone, aún a estas alturas de la historia
y de la llamada civilización, algo así como un tanteo, como un tope o muelle
que amortigüe en la aproximación lo que tiene de choque.
Pues hemos visto que la forma del acto en que consiste el saludo se
ha ido atrofiando en la medida exacta en que ha ido disminuyendo la dosis
del peligro. Y si hoy subsiste un residuo de aquél es porque, en efecto,
persiste un resto de éste. Es decir, que al revés de sus cambios y aun en su
forma actual de extrema supervivencia, este uso de saludar sigue siendo
útil, instrumento y aparato que presta un auténtico servicio.
Pero volviendo a nuestro tema, se nos hará notar que si tiene aún
cierta utilidad el saludo actual del JUDO (Za-Rei, Ritsu-Rei), el caso es
que éste se ejercita sólo con las personas que lo practican y, en cambio, no
se emplea con los desconocidos que no lo practican como a quienes
encontramos caminando por las calles de la ciudad. ¿Por qué se saluda a
quien nos ha sido presentado y no al totalmente desconocido? La razón del
por qué es así, salta a la vista. Precisamente por ser la ciudad el lugar donde
conviven constantemente desconocidos no bastaba, para regular su encuentro
y convivencia, con el uso, de tenue eficiencia que es el saludo. Este quedó
219
reducido a círculos de menor peligrosidad, a saber, a la convivencia de
grupos formados por conocidos. Cuando alguien presenta a dos personas,
el saludo sale como garantizador de su mutuo carácter pacífico y benévolo
y se establece lo que hemos llamado relación social. Esa relación social,
según hasta ahora nos ha parecido, es siempre una realidad formalmente
inter-individual.
Siempre se trata de dos hombres frente a frente, cada uno de los
cuales actúa desde su individualidad, es decir, por sí mismo y en vista
de sus propios fines. En esta acción o serie de acciones vive el uno frente
al otro (sea en pro, sea en contra) y por eso en ella ambos con-viven. La
relación inter-individual es una realidad típica de la vida humana, es la
con-vivencia humana. Cada uno en esa acción emerge de la soledad que
es primordialmente la vida humana, y desde ella intenta llegar a la soledad
del otro. Esto se produce en un plano de realidad que conserva el carácter
fundamental de lo humano, a saber, que el hecho estrictamente humano
es un hecho siempre personal. El individuo enamorado se enamora por sí,
es decir, en la autenticidad íntima de su persona, de una mujer que no es la
mujer en general, ni la mujer cualquiera, sino ésta, precisamente esta
mujer.
Nuestro minucioso análisis de estas relaciones sociales que ahora,
llamamos relaciones interindividuales o convivencia, parecía haber
agotado cuantas realidades hay en nuestro mundo que puedan pretender la
denominación de sociales.
Tenemos ahora que aprender de nuevo qué es lo social. Mas como se
verá, para poder ver, el fenómeno social era imprescindible toda la anterior
preparación, pues lo social aparece, no como se ha creído hasta aquí,
oponiéndolo a lo individual, sino por contraste con lo inter-individual.
Ahora, si nos vestimos como nos vestimos con el Judogui en Judo,
no es por ocurrencia propia nuestra ni en virtud de pura voluntad personal,
sino porque se usa andar cubierto con una cierta forma de vestimenta y
atuendo. Esa forma deja un cierto margen de elección a nuestro capricho,
pero las líneas principales de esta indumentaria no son elegidas por nosotros,
sino que nos vemos forzados a aceptarlas como reglamentariamente se
usa. También aquí, en el Judo, alguien nos manda vestirnos de una cierta
manera y no de otra, y tampoco aquí podemos descubrir a quien nos lo manda.
Nos vestimos así porque es un uso. Ahora bien, lo usual, lo acostumbrado,
lo hacemos porque se hace. Pero ¿quién hace lo que se hace? Pues, la
gente. Bien; pero ¿quién es la gente? Pues, todos y, a la vez, nadie
determinado; tampoco aquí encontramos ningún autor del uso, que lo
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haya querido y sea de su realidad, como uso. Nuestro ir y venir por la calle
y nuestro vestir tienen también esta responsable pero extraña condición de
que lo ejecutamos nosotros y, por tanto, es un acto humano, pero al mismo
tiempo no es nuestro, no somos sus protagonistas, sino que los decide,
resuelve y propiamente hace en nosotros nadie (ese nadie indeterminado),
y por lo tanto, es un acto inhumano. ¿Qué género de realidad contradictoria
es esta, que es a la vez humana y no humana, es decir, inhumana?
Para intentarlo, conviene que sometamos a análisis, un ejemplo de
hecho social que nos parece el más adecuado, para permitirnos ingresar a
fondo en toda la cuestión.
Cualquiera de nosotros va a casa de alguien que es su conocido, donde
sabe que va a encontrar reunidas diferentes personas también conocidas.
Es indiferente cuál sea el motivo o pretexto general de la reunión, siempre
que pertenezca al orden privado y no al oficial.
Y ahora viene lo asombroso. ¿Qué es lo primero que hacemos en
Occidente, en casa de nuestro amigo, al entrar en el salón donde las personas
están reunidas? ¿Cuál es nuestra acción inicial, la que anteponemos a todas
las demás, como una nota primera en la melodía de comportamiento que
vamos a desarrollar? Pues, algo raro, raro porque nos sorprendemos
ejecutando una operación que consiste en que nos acercamos a cada
una de las personas presentes, le tomamos la mano, la oprimimos, la
sacudimos y luego la abandonamos. Esta acción cumplida por nosotros
se llama saludo. Pero ¿es eso lo que hemos ido a hacer allí? ¿A oprimir y
sacudir las manos de los demás y que opriman y sacudan la nuestra? No,
ese hacer no está en la lista de lo que nosotros, por nuestra parte, íbamos a
hacer. No lo habíamos premeditado. No nos interesa. No tenemos interés
alguno en ejecutarlo. Tal vez, incluso, sea molesto. No es, pues, algo que
proviene de nosotros aunque indudablemente lo hacemos, lo practicamos
nosotros. En el ambiente del JUDO, entramos en cualquier lugar donde hay
una actividad específica (torneo, exhibición, examen, reunión, etc.) y nuestra
primera acción es llevar las manos al costado o adelante de las piernas,
inclinar levemente la cabeza y el tronco (Ritsu-Rei) y saludar al ambiente
(Dojo) y luego, de la misma manera, saludar a los otros presentes.
¿Qué será, pues, el saludo? En Occidente como en Oriente tan poco
nos interesa que, en general, ni siquiera lo referimos individualmente a cada
propietario de la mano que oprimimos, y lo mismo le pasa a los otros con
nosotros. Cuanto va dicho nos permite reconocer con plena claridad que ese
acto del saludo no es una relación inter-individual o interhumana, aunque,
en efecto, somos dos hombres, dos individuos quienes nos damos las manos
221
o nos inclinamos. Alguien o algo X, que no somos ni el otro ni nosotros, sino
que nos envuelve a ambos y está como sobre nosotros, es el sujeto creador
y responsable de nuestro saludo. En éste, sólo podrá haber de individual
algún mínimo detalle expresado por nosotros a la línea general del saludo,
algo, pues, que no es propiamente saludo, que deslizamos en él como
secretamente, y que no lo parece. Como por ejemplo, más o menos, el acto
de opresión, el modo de atraer la mano, el ritmo al sacudirla, al retenerla,
al soltarla. Y, en efecto, de hecho no oprimimos dos manos de una manera
completamente igual. Pero ese leve componente de gesto emotivo, secreto,
individual, no pertenece al saludo. Se trata, pues, de un levísimo gesto que
por nuestra cuenta añadimos al acto del saludo. El saludo es la forma rígida,
siempre idéntica, notoria y habitual que consiste en tomar la mano ajena,
oprimirla (no importa si mucho o poco) sacudirla un momento y abandonarla
o en el Judo inclinar la cabeza y el tronco con mayor o menor solemnidad.
Teniendo, pues, bien claro lo que le pasa a cada uno cuando saluda,
tomemos los caracteres más importantes que en ese, nuestro acto, se
manifiestan con toda evidencia. 1.° Es un acto que yo, ser humano, ejecuto.
2.° Pero, aunque lo ejecuto yo, no se me ha ocurrido a mí, no lo he inventado
o pensado por mi cuenta, sino que lo copio o lo repito de los otros, de los
demás, de la gente que lo hace. Lo ejecuto yo, pero viene de fuera de mí,
no es de origen individual mío, pero tampoco original de ningún otro individuo
determinado. A todo otro individuo veo que le pasa lo mismo que a mí, que lo
toma de la gente, porque es una cosa que se hace. 3.° Pero, no sólo no
soy yo ni es el otro el creador de este acto, no sólo es en nosotros pura
repetición, sino que yo no lo ejecuto por espontánea voluntad; 4.°
Consecuencia de todo ello es que me encuentro yo, ser humano, ejecutando
un acto al que le faltan dos de los caracteres imprescindibles de toda acción
estrictamente humana: originarse intelectualmente en el sujeto que lo
hace y engendrarse en su voluntad. Por tanto, mucho más que a un
comportamiento humano se parece a un movimiento mecánico, inhumano.
Yo no sé, en efecto, por qué lo primero que tengo que hacer al encontrar
a otros hombres algo conocidos es precisamente esta extraña operación de
sacudirles la mano o inclinarme. Se dirá, un poco apresuradamente, que no
es así, que sé por qué lo hago pues sé que si no doy la mano a los demás, si
no saludo, me tendrán por mal educado, desdeñoso, presuntuoso,
descortés, etc. Esto, sin duda, es cierto. Pero, lo que sé, lo que entiendo,
me guste o no, es que tengo que hacer eso, pero no sé, no entiendo eso
que tengo que hacer y por lo tanto es irracional.
222
Ahora podríamos invertir el orden de estos tres caracteres y decir: si
no entendemos el acto saludatorio, mal puede habérsenos ocurridos a
nosotros; pero, además, si no tiene sentido para nosotros, mal podemos
quererlo hacer. Sólo se quiere hacer algo que nos resulte comprensible. Por
tanto, es cosa clara que no sólo saludamos sin saber lo que hacemos al dar
la mano o inclinarnos en el saludo, sino que, en consecuencia, lo hacemos
sin quererlo, contra nuestra voluntad, gana o gusto. Es, pues, una acción,
no comprensible, involuntaria, a veces contravoluntaria, es un nuevo
carácter de inhumanidad.
Mas, lo que no se hace a gusto, se hace a disgusto, y lo que se hace
a disgusto, se hace a la fuerza o forzado. Y, en efecto, el saludar es un
hacer que hacemos a la fuerza, la sociedad nos ordena, nos dice: «Tú debes
saludar».
Bien, pero ¿quién nos fuerza? La respuesta es indudable: el uso. Bien,
pero ¿quién es ese uso que tiene fuerza para forzarnos?
Merece, pues, la pena que intentemos aclararnos plenamente qué es
el uso, cómo se forma, qué es lo que pasa cuando cae en desuso y en qué
consiste esa contravención del uso que solemos llamar abuso.
Cuando entramos a este mundo naciendo, en nuestro contorno no había
sólo minerales, vegetales, animales y hombres y las cosas hechas por éste
(Homo Faber). Había además, y en cierto modo antes que todo eso, otras
realidades que son los usos. Desde nuestro nacimiento nos envuelven y
ciñen por todos lados: nos oprimen y comprimen, se nos inyectan e insuflan,
nos penetran y nos llenan casi hasta los bordes, somos de por vida sus
prisioneros y sus esclavos. Ahora bien, ¿qué es el uso? Simplemente un
«Tú debes».
En el decir de la gente, encontramos la palabra uso formando tronco
con costumbres. En efecto, el concepto costumbre, parece más significativo,
y ayuda a designar lo que se piensa vulgarmente cuando se dice uso. El
uso, sería la costumbre, y la costumbre es un cierto modo de comportarse,
un tipo de acción acostumbrado, esto es, habitualizado. El uso sería, pues,
un hábito social. El hábito es aquella conducta que, por ser ejecutada con
frecuencia, se automatiza en el individuo y se produce o funciona
mecánicamente. Cuando esa conducta no es sólo frecuente en un individuo,
sino que son frecuentes los individuos que la hacen, tendríamos un uso
acostumbrado. La frecuencia de un comportamiento en este individuo, en
aquél y en el de más allá sería, pues, la sustancia del uso; por tanto, se
trataría de una realidad individual y sólo la simple coincidencia, en ese
223
comportamiento frecuente de muchos individuos le daría el carácter de hecho
social. El Rei-Ho (ceremonia del saludo) en el JUDO, sería un hecho
social del JUDO con todas sus variantes y oportunidades.
También sabemos que si un día dejamos de saludar a un conocido que
encontramos en la calle, o a los que hallamos en una reunión, o en el Dojo,
éstos se nos enojan y que este enojo trae para nosotros algunos daños; por
lo pronto y por lo menos, que nos tengan por mal educados, pero tal vez por
daños graves. Eso ya no es cuestión de frecuencia o infrecuencia, no es
cuestión de hábito y suspensión ocasional de un hábito, son ya palabras
mayores, eso es que los demás nos obligan a saludar, nos lo imponen
violentamente con una fuerza o violencia, por lo pronto, de orden moral, tras
de la cual hay, siempre, la eventualidad de una violencia física.
Aún no hace muchos años (en Europa), cuando alguien negaba un
saludo, solía recibir automáticamente una bofetada, y al día siguiente tenía
que batirse a espada, sable o pistola. Por eso decimos que se trata ya de
«palabras mayores»... En Japón alguien que no saludara a un Samurai
podía ser decapitado, en ese instante, por aquel.
El uso, pues, se me aparece como la amenaza, de una eventual
violencia, coacción o sanción, que los demás van a ejecutar contra mí por no
cumplir con lo que debía. Pero lo curioso del caso es que lo mismo les pasa
a ellos, porque también cada uno de ellos encuentra ante sí el uso como
una amenaza de los demás.
He aquí, pues, otro atributo del hecho social: la violencia o amenaza
de violencia, que no procede de ningún sujeto determinado, que, antes bien,
todo sujeto determinado encuentra ante sí, bajo el aspecto de violencia, actual
o presumible, de los demás hacia él.
Este es el carácter con que primero se presenta en nuestra vida lo
social. Lo percibe antes nuestra voluntad que nuestra inteligencia.
Queremos hacer o dejar de hacer algo y descubrimos que no podemos; que
no podemos, porque frente a nosotros se levanta un poder, más fuerte que
el nuestro, que fuerza y domina nuestro querer. Y ese poder, que no es de
nadie, que no es humano, es algo así como un poder elemental de la
naturaleza, como el rayo o el vendaval, como la borrasca o el terremoto, ese
poder es el poder social. Y el orden social, funciona en la coacción que es
el uso.
Alguien pudo pensar, que al decir que saludar tomándose las manos
ahora, es un acto sin sentido: no, tomarse las manos tiene sentido porque de
ese modo en la antigüedad los hombres se han asegurado mutuamente que
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no llevaban armas en ellas. Pero ahora en la actualidad es evidente que,
cuando nosotros acudimos a una fiesta social, a un acto de JUDO, no nos
preocupa el temor de que los otros hombres, nuestros conocidos, lleven en
sus manos lanzas, espadas, puñales, flechas. Sin duda, ese imaginario
objetante quiere decir que, ese temor no es actual, sino pasado. Hubo un
tiempo pasado, en que los hombres sentían, efectivamente, ese temor, y por
ello determinaron acercarse en esa forma que para ellos tenía sentido,
como sería para nosotros ahora, detener la mano que sujeta el puñal asesino.
Pero, esta observación demuestra que, tomarse las manos tuvo sentido,
pero no que lo tiene ahora para nosotros. Pero nos sirve, para demostrar que
algunos hechos sociales como el saludo, se caracterizan no sólo por carecer
de sentido, sino porque lo tuvieron y lo han perdido.
Mas da la casualidad que sobre el saludo no hay ninguna teoría
correctamente formada.
Herbert Spencer, que emplea métodos y óptica de biólogo occidental,
considera el apretón de manos, que es nuestro saludo, como un residuo de
una acción ceremonial más antigua a saber:
El saludo proviene de un gesto de sumisión del inferior hacia el superior.
El hombre primitivo, cuando vencía al enemigo, le mataba. Ante el vencedor
quedaba tendido el cuerpo del vencido, siendo allí la víctima que esperaba la
hora de la muerte. Pero el primitivo se refina y en vez de matar al enemigo
lo hace esclavo. El esclavo reconoce su situación de inferioridad, de vencido
perdonado, haciéndose el muerto, es decir, tendiéndose en el suelo boca
abajo y mostrando las manos desarmadas ante el vencedor. El saludo
original según esto, sería la imitación del cadáver. El proceso subsiguiente
consiste en la incorporación progresiva del esclavo para saludar: primero se
pone en cuatro patas para suplicar, luego se pone de rodillas, las manos con
las palmas juntas en las manos de su señor, en signo de entrega, de ponerse
en su mano, bajando la vista.
Spencer no dice que ese ponerse en la mano (manus) del señor es el
in manibus de los romanos; es el manus dare, que significa entregarse,
rendirse; Pero al descubrir la forma (antigua para nosotros, pero aún usada
por muchos pueblos) de poner el inferior sus manos entre las del superior,
hacemos notar que la superioridad, la propiedad, el señorío, se decía en latín
manus dare, de donde viene nuestro vocablo mandar. Ahora bien, cuando
nosotros decimos mandar, decirlo nos sirve para los efectos que, en aquel
momento de la conversación, pretendemos; pero, salvo los lingüistas, nadie
entiende por qué a la realidad mandar se le llama con la palabra mandar.
Manus como vimos, en latín es la mano, pero sólo cuando ejerce fuerza y
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es poder. Mandar, en cuanto mandar es poder mandar, esto es, tener
poder o fuerza para mandar. Es la manus capio (agarrar la mano); es el
res-mancipii o esclavo. Cuando el que ha sido mandado, agarrado o tomado
por las manos se habitúa a ello, a esa sumisión, el romano decía que era
mansuetus, acostumbrado a la mano, domesticado, manso. El mando
domestica al hombre y le hace, de fiera que era, manso, suave, pacífico.
Manum accedere: acercarse a la mano, comer de la mano; in manibus
esse: andar en las manos, ser conocida una cosa, o también: estar una
cosa en la mano de uno, poder conseguirla o tenerla entre las manos,
ocuparse en ella, o estar cerca o a la vista de uno; de manu facere: hacer
una cosa con sus propias manos; plenã manu: a manos llenas, en
abundancia; per manus: con las manos, o: por medio de ellas; dare manus:
ceder, valor, fuerza, mano armada; manun committere, conferere,
conserere: irse a las manos, trabar batalla, trabajo de manos, esfuerzo, arte,
habilidad.
Posteriormente a lo dicho, el saludo deja de ser gesto de vencido a
vencedor y se convierte en manera general de inferior a superior. El
inferior, ya de pie, toma la mano del superior y la besa. Es el beso al anillo
cardenalicio, el besamanos. Pero los tiempos se democratizan y el superior,
ficticia o sinceramente, se resiste a esa señal de inferioridad reconocida.
Ahora todos somos iguales. ¿Y qué pasa entonces? Yo, inferior, tomo la
mano de mi superior y la elevo hacia mis labios para besarla, pero él no
quiere y la retira; yo, entonces, vuelvo a insistir y él vuelve a retirarla, y de
esta cómica lucha, resulta elegantemente... el apretón de manos, que es el
residuo o rudimento de toda la historia del saludo para Spencer.
Ahora nos interesa extraer de todo lo dicho, algo que tiene mucha más
importancia para las ciencias sociales.
Hemos visto que usamos sacudir o apretar la mano del conocido
o inclinar cabeza y tronco y que hacer esto, nos sirve para evitar su
enojo, pero por qué precisamente este acto nos sirve a ese fin, era algo que
no lo entendíamos.
Por lo pronto, supone Spencer con su teoría, que todo saludo procede
originalmente de un homenaje que el inferior rinde al superior. Pero sin
embargo, el complicado saludo del tuareg en la gran soledad del desierto,
que dura tres cuartos de hora, o del indio americano que al encontrar al de
otra tribu comienza por fumar con él de la misma pipa (la «pipa de la paz»),
no implica diferencia de rango. La venia militar viene de dos caballeros
medievales que tenían la cabeza cubierta con la armadura y la mirilla. El acto
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de levantar la mirilla para mostrar su rostro, este gesto ya sin armadura quedó
como uso entre los militares. Hay, pues, saludos originalmente igualitarios,
como los nuestros del JUDO (Za-Rei y Ritsu-Rei). En nuestro propio modo
de saludar que, en efecto, parece derivar de un comportamiento entre
desiguales, interviene un componente de simple efusividad igualitaria, aunque
la mecanización y automatismo de su ejercicio haya volatilizado esa efusividad.
Notemos, además, que el saludo no está dirigido sólo a personas,
sino también a cosas, a objetos simbólicos, a la bandera, a la cruz; al cadáver
que pasa en su viaje funeral al cementerio. En cierto modo, todo saludo
incluye una dimensión de homenaje, es una atención, y enoja porque al
no hacerlo implica una desatención. Digamos, pues, que es a la vez
homenaje y efusión. Pues no hay que olvidar que, junto a los gestos
salutatorios, existen las palabras que en la ocasión suelen pronunciarse. Cada
pueblo tiene sus preferencias. El árabe dirá salaam aleikun (la paz sea
contigo), que es el shalom hebraico y pasa al ritual cristiano con el ósculo
(beso) y la pax vobiscum (protección obispal). El romano decía salve (esto
es, que tengas salud), y de aquí nuestro vocablo saludar, y el griego khaire
(te deseo alegría). Nosotros deseamos los buenos días, las buenas tardes,
las buenas noches al prójimo, expresión que tiene primitivamente un sentido
mágico. Los hindúes juntan palmas frente a su cabeza y las bajan juntas
hasta el pecho mientras dicen namaskar (yo te saludo con toda mi mente y
con todo mi corazón). Solía preguntarse: ¿Por qué los japoneses llevan las
manos al costado de las piernas inclinando el tronco hacia delante unos 30°
(Ritsu Rei)? Esa acción indicaría el gesto de la no intención de agresión,
como sería el caminar arrodillado para no estar más alto que el señor feudal
o el emperador, o el saludar arrodillado (Zarei).
Pero todos estos contenidos de gesto y palabra que emplea el saludo
y los expresan (rendimiento, sumisión, homenaje, efusión) pueden
manifestarse, y de hecho se manifiestan, en cualquier momento del trato
entre hombres, de modo que no está en ello lo más característico del saludo.
La sustancia de éste aparece en algo puramente formal, a saber: que el
saludo es lo primero que hacemos con las personas que encontramos, antes
de hacer todo lo demás que con ellas pensamos hacer. Es, pues, un acto
inaugural, inicial o incoactivo; más que un hacer es preludio a todo lo
que vamos a hacer frente al prójimo. Es un prólogo, una introducción.
¿No es sobremanera enigmático que, antes de hacer nada con otras
personas, tengamos que anteponer esta acción, la cual por sí no tiene
significación ni aparente utilidad propias, que sería, por tanto, puro ornamento?
227
Para resolver el enigma del saludo en JUDO, en vez de atender a su
forma general, al modo según es usado en nuestra actividad, observemos
las leves variaciones de su más y su menos cuando saludamos, es decir, a
quien saludamos más formalmente, ejecutando el acto en su integridad, con
el posible cuidado, u opuestamente, cuando sentimos, sin deliberada intención,
que podemos reducir al mínimo el saludo.
Dejemos los casos en que, por tener que saludar a personas que nos
merecen sumo respeto y admiración, hacemos del saludo, un pretexto para
el homenaje; por tanto, eso es algo que no es pura y propiamente saludo,
como el saludar al Joseki (autoridades en Judo).
Ahora bien, en un Shiai, porque no conocemos cómo es el casi
individuo que encontramos en frente, no podemos prever su conducta para
nosotros, ni él la nuestra, pues también soy yo para él un casi individuo, y al
no poder preverla, antes de hacer nada positivo con él, como es el luchar, es
preciso que hagamos constar mutuamente nuestra resolución de aceptar las
reglas de conducta, el sistema de comportamiento según los usos que en el
JUDO rigen o están vigentes. Esto pone a nuestra disposición toda una serie
de puntos firmes de referencia para nuestro hacer y nuestro trato. En suma,
proclamamos al hacer el Za-Rei o el Ritsu Rei nuestra mutua voluntad de
paz y socialidad con el otro; nos socializamos con él. Al hacer Za-Rei en un
Kata, estamos diciéndole al otro: pongámonos en comunión y mostremos
como dos hombres con fuerzas e intenciones opuestas pueden
transformarse en uno sólo.
En el Randori, en el Shiai y en el Goshín Jutsu los dos debieran
decirse mentalmente cuando ejecutan el Ritsu-Rei: vamos a enfrentarnos
con lealtad, con valentía, con respeto, con pasión y así veremos quién
es menos.
Por eso, tomamos el ceremonial del saludo en JUDO (Rei-Ho) no
como una señal de debilidad y menos de superioridad, sino como el gesto de
agradecimiento al otro, que nos permite medirnos y averiguar para nuestro
crecimiento físico, mental, espiritual y social de qué y de cuánto somos
capaces, si estoy recorriendo correctamente el Camino (Do) y si podremos
transformarnos en un Hombre Nuevo.
El saludo en JUDO es un acto más de agradecimiento, de todos
los que debo hacer durante los días de la vida que viva.
Esta quizás sea la forma en que mejor pueda llegar a entenderse el
porqué del saludo tan ceremonial en el JUDO. El porqué de ese acto tan
protocolar. Porqué, antes de entrar al DOJO (lugar donde se busca la
228
Iluminación), me descalzo, dejo el calzado afuera, como una forma de dejar
el mundo afuera y entro porque ese es el templo que yo he elegido para
romper mi propio desencuentro y con las leyes del Universo.
Por eso, al descalzarme, saludo a ese ámbito, higiénico, silencioso,
calmo, con una reverencia. Luego, saludo la foto del Maestro Jigoro Kano
(Shihan) que es el que creó la actividad que yo utilizo como un medio para
recorrer mi Camino de perfección.
Prosigo saludando al Maestro o responsable de la clase para pedir la
instrucción y guía que me ayudará a realizar una práctica provechosa. Al
final de la clase lo vuelvo a saludar para agradecerle por la clase y las
enseñanzas recibidas.
También realizo saludos a mi compañero (Uke) al comenzar y terminar
una tarea. Antes de retirarme saludo al Maestro de la clase, al Maestro
Jigoro Kano y al Dojo.
En el caso de estar ante la presencia de autoridades o Maestros de
alta graduación como ser en el caso de exámenes, demostraciones o torneos,
se saludará al Joseki (lugar donde se ubican las autoridades).
Todos estos saludos, deben ser realmente ceremoniosos, de tal forma
que dejen traslucir el agradecimiento, hacia aquellos que me permiten recorrer
el Camino elegido por mí.
Al saludar a alguien en el Dojo o fuera de él, debo pensar emocionado:
«Saludo al Dios que hay en ti, con toda mi mente, con todo mi corazón
y con todo mi espíritu».
Rei - Ho o Formas de saludar
1.- Za Rei o Saludo arrodillado:
Los Judokas enfrentados en posición de pie (Shizen Tai) y a una
distancia de un metro como mínimo (la distancia varía de acuerdo a la actividad
a desarrollar), con las manos adosadas lateralmente a los muslos (dedos
juntos). Desde esa posición se retrocede el pie izquierdo (dedos apoyados),
llevando la rodilla al suelo hasta apoyarla a la altura del pie derecho. A
continuación, retrocede el pie derecho y apoya la rodilla a la altura de su
similar izquierda. El pie derecho se arrima al izquierdo con el metatarso
apoyado.
La acción siguiente consiste en desplegar los pies y apoyar los empeines
en el Tatami, acercando los dedos gordos entre sí y separando los talones; el
229
paso siguiente consiste en sentarse con las nalgas sobre los talones. Las
rodillas quedan separadas aproximadamente dos puños entre sí.
Desde esta posición, las manos se deslizan por los muslos para apoyar
las palmas en el suelo cerca de las rodillas, con los dedos juntos y ligeramente
dirigidos hacia adentro. Luego, haciendo una inclinación de cabeza y tronco
se saluda tratando de no mostrar la espalda y sin llegar a apoyar la frente en
el suelo.
Terminada la acción positiva del saludo, se desarma haciendo la parte
negativa del mismo, de la siguiente forma:
1.- Se elevan la cabeza y el tronco hasta la posición vertical volviendo
a apoyar las nalgas en los talones, las manos se deslizan por los muslos
hasta cerca de las ingles;
2.- Se elevan las nalgas de los talones enderezando el tronco al mismo
tiempo que se recogen los empeines y se apoyan los dedos de los pies;
3.- Se eleva la pierna derecha apoyando la planta del pie en el Tatami
a la altura de la rodilla izquierda y luego se eleva la pierna izquierda hasta
quedar parado en Shizen Tai.
4.- Haciendo un paso adelante con el pie izquierdo y luego avanzando
el derecho a la misma altura deberá adoptarse la posición Shizen Hon Tai,
es decir, posición de disposición a la acción.
2.- Ritzu Rei o Saludo desde posición de pie:
Parados en Shizen Tai y enfrentados a una distancia aproximada de un
metro o más. Esa distancia puede variar de acuerdo al trabajo o a las
circunstancias (Randori, Shiai, Katas, etc.), pero no afecta la esencia del
acto ceremonial. Los talones deben estar juntos, las manos adosadas al
costado de los muslos con los dedos juntos. Se hace luego una inclinación
del tronco desde la cintura hasta formar un ángulo aproximado de 30 grados
al mismo tiempo que las manos se van deslizando hasta el frente de los
muslos.
Para desarmar, se endereza el tronco, las manos vuelven al costado
de las piernas y la mirada se dirige hacia la o las personas a las que se
efectuó el saludo.
3. Saludo en los Katas o Formas establecidas:
Cada uno de los Katas de JUDO tiene formas establecidas en cuanto
al saludo, pero siempre basados en el Za-Rei o en el Ritsu Rei, a saber:
230
3.1.- Nague No Kata o Formas de arrojar proyectando:
Es el primero de los Katas que conforman el Randori No Kata, es decir,
las formas básicas que se utilizan en el Randori y en el Shiai.
Protocolo de iniciación: Tori y Uké enfrentados en Shizen Tai a una
distancia aproximada de 5,50 mts. Giran simultáneamente hacia el Joseki,
Tori a la derecha de éste y realizan Ritsu Rei (saludo de pie). Giran nuevamente
para enfrentarse y realizar entre ellos un Za Rei luego se ponen nuevamente
de pie en Shizen Tai mirándose de frente. A continuación hacen una inspiración
y avanzan un paso iniciándolo con el pie izquierdo para pasar de la Shizen
Tai a la Shizen Hon Tai (posición de disposición a la acción en Estado Mushín.
Protocolo de finalización: Una vez finalizados todos los Nague Waza
(proyecciones), Tori y Uké regresan a la posición inicial, se enfrentan
mirándose en Shizen Hon Tai y retroceden un paso iniciándolo con la pierna
derecha, hasta quedar en Shizen Tai. Se arrodillan y realizan entre ellos Za-
Rei. Cuando terminan se levantan y giran simultáneamente hacia el Joseki,
realizando Ritsu-Rei.
3.2.- Katame No Kata o Formas de dominar:
Es el segundo Kata que compone el Randori No Kata y está integrado
por tres grupos de cinco técnicas cada uno, a saber: Osae Komi Waza o
Técnicas de controlar, Shime o Shibori Waza o Técnicas de estrangular y
Kansetsu Waza o Técnicas de palanquear articulaciones.
Protocolo de iniciación: Tori y Uké saludan simultáneamente al Dojo
y suben al Tatami hasta quedar separados a una distancia aproximada de
5,50 mts. Tori ubicado a la derecha del Joseki, Uké a la izquierda y se enfrentan
mirándose. Simultáneamente giran hacia las autoridades y saludan en Ritsu
Rei. Luego, giran nuevamente para quedar enfrentados, y comenzar a realizar
el Za Rei. Realizado este, se levantan en Shizen Tai y avanzan un paso
comenzando con el pie izquierdo, entrando en Shizen Hon Tai (Estado Mushín)
mediante una profunda inspiración.
Desde Shizen Hon Tai, ambos retroceden la pierna izquierda y la
arrodillan apoyando los dedos del pie en el suelo (no el empeine) y la rodilla
a la altura de su propio pie derecho. Ambos llevan el pie y la rodilla derecha
hacia el oblicuo anterior derecho. La palma de la mano derecha se apoya
sobre el muslo del mismo lado, cerca de la rodilla y con los dedos juntos y
hacia adentro. La mano izquierda simplemente apoyada al costado del muslo
con los dedos juntos. Esta posición se llama Taka Kyoshi No Kamae o
231
simplemente (posición arrodillada alta) y es la preparatoria para comenzar
las acciones propias del Katame No Kata.
Protocolo de finalización: una vez concluida la última técnica del
Katame No Kata, Tori retrocede dos pasos desplazándose en Shikko. Uké da
un paso hacia atrás para volver a la posición inicial. Quedan ambos
enfrentados en Kokyoshi durante unos segundos. Luego se ponen de pie en
Shizen Hon Tai, dan un paso hacia atrás comenzando con la pierna derecha
y comienzan desde allí a arrodillarse para realizar el Za Rei. Terminando
éste, se ponen de pie, giran hacia el Joseki saludándolo en Ritsu Rei,
poniéndole fin al Kata.
3.3.- Kime No Kata o Formas de decisión:
Protocolo de iniciación: Tori a la derecha del Joseki y Uké a la izquierda
saludan al Dojo en el borde del Tatami. Entran a él y se enfrentan a la distancia
de 5,50 mts. Uké lleva en su mano derecha la Katana (espada) y el Tanto
(cuchillo), ambas con el filo hacia arriba y el cuchillo más cerca de la pierna y
la espada del lado de afuera. Es importante, que la punta de la empuñadura
del cuchillo toque la guarda de la Katana manteniendo la línea de ésta. A
continuación giran simultáneamente hacia el Joseki y realizan Ritsu Rei. Giran
para enfrentarse en Shizen Tai y luego se arrodillan comenzando a hacerlo
con su pierna izquierda. Desde allí, el Uké coloca en su costado derecho
sobre el Tatami la Katana y el Tando, ambos con el filo hacia él. El cuchillo
cerca de la pierna y la espada más afuera. La punta del mango del cuchillo
debe estar a la altura de la guarda de la espada. Hecha esta acción, ambos
se saludan en Za Rei. Finalizando el saludo, Uké recoge las armas con la
mano derecha, se pone de pie, gira por su izquierda hacia atrás y retrocede
aproximadamente 1,80 mts., se arrodilla, se sienta sobre sus talones con los
empeines apoyados. Luego, coloca las armas verticalmente delante de él,
sin apoyarlas en el Tatami, las observa durante algunos instantes, lleva su
mano izquierda para tomar la espada y apoya las armas en el Tatami, el
cuchillo más cerca y la espada más lejos, con los filos hacia él y las
empuñaduras hacia el Joseki. Ambos se ponen de pie simultáneamente, Uké
gira y avanza hacia el Tori, mientras éste permanece en su lugar en Shizen
Tai. Luego, ambos entran en Shizen Hon Tai avanzando primero el pie
izquierdo y luego el derecho. Se desplazan ambos hasta que los separe una
distancia aproximada de 0,90 cm. uno del otro y se arrodillan. Usando los
dos puños, ambos se acercan desplazando las piernas por el Tatami Hasta
quedar separados por la distancia de dos puños en posición Hiza Zume,
listos para iniciar las técnicas del Katame No Kata.
232
Protocolo de finalización: Finalizada la última técnica del Kata quedan
enfrentados a la distancia aproximada de 2 mts. El Uké sujeta la espada
frente a él con la punta hacia abajo. Da luego un paso hacia atrás y eleva la
espada horizontalmente a la altura de sus ojos y la enfunda dando un paso
con la pierna derecha hacia atrás para quedar nuevamente en Shizen Hon
Tai. Uké gira sobre su derecha y se dirige hacia donde está el cuchillo. Se
arrodilla, saca su espada de la cadera izquierda y la coloca en el Tatami en
su posición original. Ahora recoge la espada y el cuchillo con la mano derecha,
se pone de pie, gira sobre su izquierda y queda frente al Tori. Retornan de
Shizen Hon Tai a Shizen Tai y se arrodillan para hacer Za Rei, colocando Uké
previamente la espada y el cuchillo a su lado derecho en el Tatami. Realizan
el saludo, Uké recoge las armas y ambos se ponen de pie frente a frente.
Giran simultáneamente hacia el Joseki, saludan en Ritsu Rei y se retiran
saludando previamente al Dojo en el borde del Tatami.
3.4.- Goshín Jutsu No Kata o Formas modernas de defensa personal:
Protocolo de iniciación: Tori, en este Kata se ubica a la izquierda del
Joseki y Uké a la derecha. Saludan al Dojo en Ritsu Rei, Uké lleva una pistola
escondida en su costado izquierdo dentro del Judogui y en su mano derecha
un palo o bastón (de 80 cm. aproximadamente) y un cuchillo, ambos apoyados
en su muslo derecho. Se enfrentan mirándose y luego giran para saludar al
Joseki con Ritsu Rei. Giran nuevamente quedando enfrentados, mirándose a
una distancia aproximada de unos 6 mts., en el centro del Tatami, se saludan
en Ritsu Rei; Uké con el cuchillo y el bastón sobre su costado derecho, Tori
permanece en Shizen Tai mientras que Uké gira hacia el Joseki, lo enfrenta y
avanza 2 mts. hacia él. Entra en Seiza y procede a colocar las armas en el
Tatami delante de él y paralelas a sus rodillas: 1º coloca el cuchillo con el filo
hacia las rodillas, 2º coloca el bastón de tal forma que su mitad apunte hacia
el medio de las rodillas y 3º saca la pistola de entre sus ropas y la apoya en
el Tatami delante del bastón con la culata apuntando hacia él el mango del
cuchillo debe apuntar hacia la derecha. Hecha esta acción, Uké se pone de
pie sin mirar a su acompañante, gira, desde los 2 mts., se enfrenta al Tori y se
miran. Simultáneamente y realizando una inspiración avanzan primero el pie
izquierdo y luego el derecho para entrar en Estado Mushín en Shizen Hon
Tai.
Protocolo de finalización: Finalizada la última técnica del Kata, Uké
vuelve a colocar la pistola en la parte interna del costado izquierdo del Judogui
y se enfrenta al Tori, mirándolo. Gira sobre su izquierda y se dirige hacia el
lugar donde habían quedado el bastón y el cuchillo; se arrodilla y se sienta en
Seiza. Toma con su mano derecha ambas armas, se pone de pie, gira sobre
233
su derecha y se encamina a enfrentarse nuevamente al Tori. Ambos retroceden
un paso iniciando con la pierna derecha y quedando en Shizen Tai. Desde allí
se saludan en Ritsu Rei; luego giran y saludan al Joseki y después se retiran
saludando previamente al Dojo desde el borde del Tatami.
3.5.- Ju No Kata o Formas de suavidad:
Ambos ejecutantes saludan al Dojo y entran al área de demostración,
Tori por la izquierda y Uké por la derecha, con respecto al Joseki. Separados
por una distancia de seis metros, giran hacia el Joseki y saludan de pie.
Luego se enfrentan y se saludan mutuamente de pie. Ambos comienzan a
avanzar hacia ellos comenzando la marcha deslizante con el pie izquierdo
hasta quedar a una distancia de dos metros entre ellos, desde donde,
comenzando con el pie izquierdo adoptan la Shizen Hon Tai.
3.6.- Isutsu No Kata o Forma de los cinco principios:
Ambos ejecutantes entran al área de demostración, Tori por la derecha
y Uké por la izquierda, se enfrentan y caminan hasta quedar separados por
una distancia de cuatro metros. Giran simultáneamente para hacer el saludo
al Joseki. Saludan y giran para quedar nuevamente enfrentados y proceder a
su saludo en posición de pie con los pies juntos.
3.7.- Koshiki No Kata o Formas antiguas:
Ambos ejecutantes entran al área de demostración, Tori por la izquierda
y Uké por la derecha, con respecto al Joseki. Caminan hacia ellos hasta
quedar separados por una distancia de seis metros. Adoptan ahora, la postura
Shizen Hon Tai, es decir, pies separados (se supone que este Kata los Judokas
lo realizan con armadura de Samurai, que es rígida y molesta), giran hacia el
Joseki y saludan.
Luego, se enfrentan para saludarse ya sea de pie o arrodillándose.
Este último saludo de ceremonia, se hace de una manera un poco diferente
a la de los otros Katas. Los ejecutantes se arrodillan frente a frente pero
flexionando las dos piernas al mismo tiempo y con el tronco erguido. Para
saludar, apoyan las manos en el Tatami delante de las rodillas, pero un poco
más avanzadas que lo habitual ya que no apoyan las nalgas en los talones
(la armadura no se lo permitiría). Luego, se inclinan hacia adelante pero con
la espalda rígida. Para levantarse enderezan el tronco, luego simultáneamente
las dos rodillas y pasan a la posición de pie, siempre en Shizen Hon Tai.
3.8.- Seiryoku Zenyo Kokumin Taiiku No Kata o forma nacional de
ejercicios físicos basados en el principio de la eficiencia máxima:
234
Este Kata está dividido en dos: la primera parte o Tandoku Rensyu
consiste en ejercicios individuales y con un oponente imaginario.
El saludo en esta primera parte consiste en los mismos gestos que
cuando se entra para una práctica común. Para la segunda parte o Shotai
Renshu (ejercicios en pareja) el ceremonial es similar al Kime No Kata: Tori
se ubica a la derecha y Uké a la izquierda con respecto al Joseki. Giran,
saludan a las autoridades, Uké sujetando el sable y el puñal en su mano
derecha.
Luego, los dos ejecutantes se enfrentan, descienden a posición Zeiza,
saludan arrodillados después que Uké ha colocado al costado de su muslo
derecho el sable y el puñal con las empuñaduras mirando al Tori y los filos
dirigidos hacia él.
Uké se levanta y va a colocar las armas sobre el eje del Kata a dos
metros de distancia (igual que en el Kime No Kata), se vuelve para enfrentarse
nuevamente a su acompañante arrodillado, que no se ha movido de su lugar.
Tomando apoyo sobre los puños, los ejecutantes avanzan arrodillados
hasta quedar con las rodillas separados por la distancia de un puño y
enfrentados en posición Zeiza normal para empezar la primera técnica.
Saludos en el Shiai (Torneos y Campeonatos)
En un torneo o campeonato, cada área de combate tiene una apertura
y un cierre tradicional para el primer y último combate del día. El equipo
arbitral integrado por un árbitro y dos jueces entra al área de competición
(Shiai-Jo) por el borde que enfrenta al Joseki, saludando primero al área de
competición y en segundo término, al Joseki. Luego el árbitro y los jueces
avanzan a la zona roja del Tatami y dan apertura a la competencia general
del día mediante el saludo entre ellos. El árbitro, ubicado en el medio, da un
paso atrás y los tres se saludan entre ellos señalando de esa forma su
compromiso de trabajar como un equipo aplicando las reglas establecidas y
la imparcialidad.
Esta tradición se repite al finalizar el último combate del día como un
acto de agradecimiento de unos a otros por la cooperación y ayuda durante
el trabajo realizado.
Los Judokas entran al área de competición por las esquinas adyacentes
haciendo un saludo cortés. Una vez que alcanzan el punto medio del Tatami,
se enfrentan y al unísono saludan antes de avanzar a sus posiciones de
comienzo marcadas en el Tatami. Para el primer combate de la jornada, el
árbitro hace girar a los competidores hacia el Joseki y saludan, luego se
235
saludan entre ellos, para comenzar a combatir. De la misma forma, después
que el último combate del día ha finalizado, los dos competidores se saludan
entre sí y luego giran para saludar al Joseki.
Una vez que el combate ha concluido y el árbitro premia el triunfo, los
Judokas se saludan mutuamente, agradeciendo haber tenido la oportunidad
de probar sus técnicas y su fortaleza mental y física.
Es responsabilidad de todo Judoka (entrenador, competidor, árbitro y
juez) conocer y respetar todos los aspectos tradicionales de la etiqueta y por
qué el acto del saludo es fundamental para la ética del JUDO. A los árbitros le
ha sido confiada la responsabilidad de asegurar que la etiqueta se mantenga
para continuar con la tradición.
Guía para el Saludo
1.- Rei inicial de la competencia:
1.1.- Cuando los competidores están alineados sobre el Shiai Ho (área
de competencia) y como última actividad de la Ceremonia de Apertura del
torneo o Campeonato, todos los árbitros, deben alinearse, uno al lado del
otro, delante del grupo ordenado de los competidores y oficiales de equipo
(directores técnicos, etc.), mirando al Joseki.
1.2.- A la orden de Kiotsuke-Rei (atención), Rei (saluden), los oficiales
de equipo, competidores y árbitros saludan simultáneamente al Joseki.
1.3.- Inmediatamente, los árbitros dan media vuelta en sentido contrario
a las agujas del reloj y quedan mirando a los competidores. A la orden de Rei,
dada por el árbitro de mayor categoría, todos saludan en Ritsu Rei.
1.4.- Entonces, en orden y de acuerdo a la programación prevista, los
árbitros y competidores abandonan el Shiai-Jo, para que pueda empezar la
competencia.
2.- Rei Final de la Competencia:
2.1.- Con los competidores alineados sobre el Shiai-Jo y como última
actividad de la Ceremonia de Clausura, los árbitros deben alinearse uno al
lado del otro, adelante de los competidores y mirando al Joseki.
2.2.- A la orden de Kiotsuke (atención), los árbitros dan media vuelta
en sentido contrario a las agujas del reloj, se enfrentan a los competidores y
a la orden de Rei, todos saludan.
236
2.3.- Luego, los árbitros dan media vuelta siempre en el sentido contrario
a las agujas del reloj, enfrentan al Joseki y a la orden de Rei, saludan todos
juntos (competidores y árbitros).
2.4.- Después de esto, y de acuerdo al programa del evento, los árbitros
y competidores abandonan el Shiai-Jo, dando por finalizada su actuación.
3.- Rei Inicial al comenzar el primer Shiai individual (Apertura de área)
3.1.- Antes de iniciar el primer combate de cada jornada de una
competencia, la primera terna arbitral, camina por el borde del Shiai-Jo en
fila (juez, árbitro, juez), hasta quedar frente al Joseki y al frente del área,
entonces suben al Tatami.
3.2.- Una vez en el centro sobre el borde del Tatami, parados uno al
lado del otro, todos saludan al Shiai-Jo (área de competición).
3.3.- Luego, avanzan juntos hasta pararse dentro de la zona de peligro
(área roja), desde donde saludan al Joseki.
3.4.- Dentro de la zona de peligro (área roja), los tres se saludan entre
sí. Para hacerlo, el central da un paso hacia atrás, mientras los laterales
giran enfrentándose para proceder a saludarse entre sí.
3.5.- Inmediatamente, los tres se dirigen a sus respectivos lugares: los
laterales a sus sillas y el central avanza un paso al frente. El lateral más
próximo, al llegar a su silla, debe permanecer parado hasta que el otro lateral
llega a la de él. Ambos deben sentarse al mismo tiempo. Este procedimiento
también debe seguirse después de cada competencia.
3.6.- Para el primer combate de cada jornada del Shiai, el árbitro central
debe asegurarse que ambos competidores cumplan con los siguientes gestos
ceremoniales:
a) Parados frente a frente atrás de sus respectivas marcas (roja y
blanca), a la orden de Shomen dada por el árbitro, deben girar hacia el Joseki;
b) a la orden de Rei, saludan los tres simultáneamente al Joseki;
c) a la orden de Otagai, los competidores giran quedando nuevamente
enfrentados y listos para comenzar el encuentro.
3.7.- La primera terna de árbitros debe abandonar el Shiai-Jo siguiendo
el procedimiento de saludo descripto en el ítem 6. El lateral más próximo al
central debe caminar pausadamente y el otro lateral debe caminar rápido de
tal manera que ambos lleguen al mismo tiempo hasta donde está el central
para saludar
237
4.- Ternas siguientes de Árbitros
4.1.- Después de la primera terna designada para el primer combate,
las ternas subsiguientes, antes de tomar sus respectivas posiciones, deben
seguir el procedimiento de saludo descripto en 3.1, 3.2 y 3.5.
4.2.- Cada terna subsiguiente, con la excepción de la última de cada
jornada, al abandonar el Shiai-Jo debe seguir la ceremonia descripta en el
ítem 6.
5.- Cambio de posición entre el Central y los Laterales
5.1.- Después de finalizado un combate y anunciado su resultado, si el
Central es designado a ocupar una posición lateral, los dos deben aproximarse
uno a otro dentro de la zona roja y cuando se encuentran frente a frente
deben saludarse y luego recién ocupar sus nuevas posiciones. El nuevo árbitro
debe tomar por dentro del Shiai-Jo la ruta más corta hacia la posición de
HaJime.
6.- Cuando la terna sale del Shiai-Jo
6.1.- Una vez finalizado un combate y anunciado su resultado, si la
terna debe abandonar el Shiai-Jo, los tres caminan hacia el centro del borde
frente al Joseki con el árbitro central en el medio, saludan a las autoridades
y abandonan el Área.
7.- Final del Shiai
7.1.- Después del último combate de cada jornada y luego que ha sido
anunciado el resultado, adicionalmente al sub-ítem 9.2.2., la terna debe
avanzar hacia la zona roja y una vez adentro, de frente al Joseki (uno al lado
del otro con el central en el medio), saludan simultáneamente a éste.
7.2.- Luego se saludan entre sí como lo indica el sub-ítem 3.4.-
7.3.- Los tres, ahora, regresan hacia el borde del Shiai-Jo por el centro
y saludan a éste y se retiran.
8. Entrada y salida de los competidores al Shiai-Jo
Al ingresar y al abandonar el Shiai-Jo, los competidores deben saludar.
9.- Tachi Rei entre competidores
9.1.- Antes de iniciar cada combate, los competidores deben pararse
atrás de sus respectivas marcas (roja y blanca), dentro del Shiai-Jo. El
competidor que sea llamado en primer término, usará la cinta roja.
238
9.2.- Los dos primeros y dos últimos competidores de cada jornada de
un Shiai, antes del primer combate y después que finalizó el último, deben
cumplir lo siguiente:
9.2.1.- Los primeros dos competidores deberán realizar los gestos
ceremoniales explicitados en 3.6.
9.2.2.- Los últimos dos competidores deberán hacer lo siguiente:
a) Después de seguir los sub-ítems 9.4 y 9.5. y a la orden de Shomen
dada por el árbitro, los competidores deben seguir las disposiciones a) y b)
del sub-ítems 3.6. y recién abandonar el Shiai-Jo, dando por entendido que
después de salir del área, desde el borde del Jogai (Tatami), deben saludar
una vez más hacia el Joseki.
9.3.- Ambos competidores, parados detrás de sus respectivas marcas
y sin necesidad de orden alguna, deben saludarse mutuamente, avanzar un
paso y quedar en Shizen Hon Tai (posición de disposición a la acción) a la
espera de la orden de Hajime (empiecen) que pronuncia el árbitro.
9.4.- Una vez terminado el combate con la voz del árbitro que anunció
Soremade (terminado), los competidores deben pararse delante de sus
respectivas marcas (roja y blanca), esperando el resultado. En ese momento,
los competidores deben tener ya arreglado su Judogui.
9.5.- El árbitro da un paso hacia adelante, señala al ganador y luego
retrocede un paso. Los Judokas, seguidamente, dan un paso hacia atrás y
se saludan simultáneamente.
9.6.- Entonces, los competidores abandonan el Shiai-Jo, saludan hacia
el Joseki desde el perímetro del Jogai (Tatami).
10.- Competencia de equipos
10.1.- Cada confrontación entre dos equipos es considerada como una
jornada de un Shiai.
10.2.- Antes del inicio de cada confrontación, la terna arbitral debe seguir
los sub-ítems 3.1, 3.2, 3.3 y 3.4, a continuación 10.4, 10.5, 10.6 y 10.7 y,
finalmente 3.5 de esta enumeración.
10.3.- Al final de cada confrontación, la terna arbitral debe seguir los
sub-ítems 10.9, 10.10, 10.11 y 10.12 de esta guía.
Después deben caminar hacia la zona de peligro (roja) y parados en el
centro y frente al Joseki, saludan simultáneamente. Después de este saludo,
deben continuar con los sub-ítems 7.2 y 7.3 de esta guía.
239
10.4.- Antes de cada confrontación, mientras los dos equipos están
alineados están frente a frente dentro del Jogai y la terna alineada uno junto
al otro con el árbitro central en el medio y mirando hacia el Joseki, éste da la
orden de Shomen. Los competidores de ambos equipos giran hacia el Joseki,
permaneciendo alineados.
10.5.- En esa posición, el central ordena Rei y los competidores saludan.
10.6.- Inmediatamente, el central indica Otagai y los competidores giran
para quedar nuevamente enfrentados y alineados.
10.7.- Una vez más, el central dice Rei, los equipos saludan y abandonan
el Shiai-Jo, los competidores saludan nuevamente desde el borde del Jogai
antes de retirarse.
10.8.- Cuando los equipos van a empezar la confrontación, deben seguir
para cada combate los sub-ítems 9.1, 9.3, 9.4, 9.5, y 9.6 de esta guía.
10.9.- Después que todos los combates han finalizado, los dos equipos
deben alinearse frente a frente dentro del Jogai. La terna debe alinearse uno
junto al otro con el central en el medio y frente al Joseki. El central da un paso
adelante y señala el resultado.
10.10.- El central da un paso atrás hacia su posición original. Desde
allí dice Rei y los equipos se saludan entre sí.
10.11.- Entonces, el central dice Shomen, los competidores giran hacia
el Joseki manteniéndose alineados.
10.12.- Inmediatamente, el central dice Rei y los competidores saludan
simultáneamente al Joseki.
10.13.- Ahora, los competidores deben salir del Shiai-Jo. Se da por
sobreentendido que, antes de abandonar completamente el Shiai-Jo, los
competidores deben saludar nuevamente hacia el Joseki desde el borde del
Jogai.
10.14.- En este momento, la terna ubicada dentro de la Zona de Peligro
(roja) saludan hacia el Joseki, se saludan entre sí y siguen lo establecido en
el ítem 7, caminan hacia el borde del Shiai-Jo y desde el centro, de frente al
Joseki y con el central en el medio, saludan a las autoridades y abandonan el
área de competición.
240
TEMA 10
KI
(ENERGÍA VITAL)
VITAL)
LUZ
241
242
TEMA 10
KI o ENERGÍA VITAL
Allá por el año 1970 cuando conocí por primera vez al que fuera mi
Maestro de Yoga Acharya Chidrupananda, tuve oportunidad de ver esa pro-
yección energética. En una oportunidad que estaba el Maestro dando una
conferencia en inglés y el traductor era verdaderamente malo, ocurrió que
terminada la charla me dijo si podíamos ir a caminar a un lugar con césped.
Fuimos a un parque cercano, eran cerca de las 12 de la noche, bajamos del
auto, se acuclilló, orinó, se arrimó a un árbol, cortó una hoja, la estrujó entre
sus dedos, la olió y me dijo ”Vamos a caminar”. Se sacó los zuecos de made-
ra, los dejó en el suelo y se restregó las manos. Yo, mientras tanto observa-
ba. De las manos se escuchó un ruido como de algo húmedo, pegajoso.
Como cuando uno toca una mano transpirada.
Y comenzamos a caminar en imperturbable silencio. Después de un
largo rato de caminar descalzo por el césped, volvimos al lugar de partida. El
Maestro hizo pequeñas inspiraciones profundas y comenzó a restregarse
nuevamente las manos. El ruido sonaba ahora como el de una rama seca y
en la oscuridad de la noche se veía desprenderse de sus dedos pequeñas
llamaradas de un color azul brillante. Daba la impresión que eran pequeñas
estrellas luminosas, se había cargado de energía (Ki).
Mizu-Hiki-Kodomo.
(El Niño Regador)
243
que tal condición le quitaría totalmente el sentido incondicional que le es
necesario y que, en última instancia, constituye su propia naturaleza.
En la filosofía CHINA denomínase TAO a esa Realidad Absoluta y el
término posee la virtud de impedir cualquier personificación de la verdad que
se desea expresar. Ya en las teologías de occidente la palabras DIOS creada
para traducir aquella realidad, sufrió distorsiones de concepto realmente la-
mentables. Para la mayoría de los religiosos de esta parte del mundo repre-
senta un SER, muchas veces iracundo y vengativo, poseyendo cuerpo, si-
tuación y posición dentro del conjunto universal, del cual apenas participa
para distribuir premios o sanciones. La existencia de ese Dios personificado
por el concepto de las teologías occidentales, ha sido y sigue siendo motivo
de disputas interminables, inclusive masacres violentas y crueles. Por otra
parte, la coexistencia del Diablo, entidad indispensable para admitir a aquel
Dios, en cuya zona de acción el mal no existe, exige la lucha permanente
entre lo divino y lo demoníaco, lo que también ha provocado un sin fin de
desgracias entre los hombres. De esta manera, la simple repetición de la
palabra Dios, podría provocar en algunos cierta predisposición a la polémica
y a la falta de armonía, cuando no al escepticismo y la falta de creencia en el
carácter no proselitista del JUDO que está destinado a todos los hombres
sean o no deistas. Por esta razón emplearemos preferentemente las expre-
siones EL ABSOLUTO o LA CAUSA ÚNICA, para referirnos a la REALIDAD
BÁSICA UNIVERSAL de la que todo se origina.
El ABSOLUTO se manifiesta creando Universos. En la sucesión infini-
ta de Universos finitos tiene lugar su eternidad. El actual Universo en que
vivimos es, por lo tanto, una manifestación de LA CAUSA ÚNICA como tam-
bién lo fueron los anteriormente formados y los que se formarán después de
la desaparición del nuestro. Es absolutamente imposible, que el hombre sepa
si existen otros Universos paralelos al actual, dentro del cual él vive, perdido
en un sistema solar de infinita magnitud, ocupando la superficie de un plane-
ta de los menores de su sistema. Entre la creación y manifestación de un
Universo y lo que sucede, existe un período de reposo denominado en hindú
PRALAYA. También en esa manifestación se verifica el ritmo, esto es: el
período activo y el pasivo (Yin-Yang).
El ABSOLUTO considerado en relación con el UNIVERSO CREADO,
tiene el nombre de “Dios en manifestación”. En el período de reposo toma
el nombre de “el manifestado”. En este estado de pasividad, no puede el
hombre concebirlo o percibirlo porque se trata de un estado absoluto, sin
polarización.
244
Cada Universo que se forma, desarrolla a la par los seres que en él
aparecen, obedeciendo un plan de desarrollo. El tiempo transcurrido entre la
aparición del Universo, primero en forma sutil, después gradualmente con-
densándose para sutilizarse nuevamente y finalmente ser absorbido, es de
tal manera inmenso que nuestra mente no podría llegar a formarse una idea
del mismo. Durante ese período, en el que tiene lugar la evolución total del
Universo y de los seres que en él habitan, fórmanse sucesivamente los rei-
nos de la naturaleza, en los cuales la evolución de la forma permite (cada vez
en mayor grado), una manifestación mejor de la vida. Primero aparece la
vida-energía, después la vida-conciencia, como nueva forma de aquella
primera manifestación vital. La vida-energía evoluciona hacia la vida-con-
ciencia y ésta progresa hasta alcanzar el estado divino. Cuando todos los
Seres del Universo formado, alcanzan ese grado de conciencia, está cumpli-
da la misión de aquél Universo y éste se deshace, siendo absorbido nueva-
mente por el ABSOLUTO. Este, cuando espira, da origen a la formación del
Universo, cuando inspira lo absorbe nuevamente.
El Universo es, por lo tanto, la CAUSA ÚNICA en manifestación (KI).
La característica fundamental de la manifestación es el movimiento. El uni-
verso evoluciona siempre, y en consecuencia, está en permanente movi-
miento; desde el átomo hasta los mayores sistemas solares.
Para manifestarse a través de un Universo, “el no manifestado” toma
la situación de “Dios en relación con el Universo”. “El no manifestado” es,
por lo tanto, el estado absoluto de la CAUSA ÚNICA sin relación con cosa
alguna a no ser con Ella misma. Es llamado Todo-Nada. No es nada, más
puede serlo todo. “Dios en relación con el Universo” es el estado relativo
de aquella realidad. Esta relación es con el Universo. Es todo un estado
somático y por lo tanto relativo.
Como la manifestación exige movimiento, crea y proyecta de sí mismo,
dos modos de ser opuestos entre sí: la energía, capaz de moverse y el espa-
cio, capaz de (en su inmovilidad) permitir la existencia del movimiento. El
movimiento es siempre un estado relativo exigiendo dos polos opues-
tos: aquello que se mueve y aquello que está inmóvil (Yin-Yang).
Es evidente que, si el espacio se moviese a la par de la energía no
habrá movimiento y por lo tanto habrá inmovilidad; porque aquello que se
mueve no tiene a que referirse para poder observar ese movimiento.
En la filosofía Yoga la Energía se denomina Fohat (Energía Creadora
o Energía Cósmica) y el Espacio lleva el nombre de Koilón. En la teología
occidental la energía (Fohat) es el Espíritu Santo, y el Espacio (Koilón) es
245
la Virgen María Cósmica en cuyo vientre, siempre virgen, se engendran
todas las formas y todos los mundos. En verdad, el espacio no queda maculado
por la aparición de la materia en su interior, pues una vez desaparecida o
retirada la materia, aquél permanece en estado virginal.
Esa primera idea respecto a la
formación de un Universo puede ser
representada por la figura siguiente:
El Absoluto
Este es el triángulo perfecto y
representa el mundo divino. Aún no
existe la materia. Todo hasta aquí se
resume en una intención divina.
La materia surge o, mejor dicho,
la manifestación tiene lugar cuando
la Energía penetra el Espacio, es
decir: comienza a moverse. Movi-
miento es Energía en manifestación. En la filosofía teológica occidental
diríamos: cuando el Espíritu Santo fecunda a la Virgen Cósmica. Podría-
mos agregar a la figura anterior algo que
representase aquella penetración:
246
Ese Hijo, la materia, tiene como característica principal ser el propio movi-
miento.
La figura representativa será la si-
guiente:
247
bre). Cuando el hombre, por su equilibrio físico, mental y espiritual se une a
la CAUSA ÚNICA por medio del despertar de la Iniciación, es como si el
triángulo inferior subiendo penetrase en el superior, dando como resultado
una estrella equilibrada de seis puntas que representa al Hombre Perfecto,
al Hombre Nuevo.
Resumiendo, vemos que: Dios en manifestación al principio se pola-
rizó en Energía (KI, Espíritu Santo) y Espacio (Virgen María Cósmica) es
decir: tomó dos aspectos de sí mismo. “En el principio era el Verbo, y el
Espíritu de Dios cruzaba sobre las aguas” (Génesis). El espíritu de Dios
= Energía (las aguas) = Espacio (cosa continua, sin forma).
“Y Dios dijo: hágase la luz. Y la luz se hizo. “Hubo la fecundación,
porque la luz significa nacimiento (de la mujer que tiene un hijo se dice “dio”
a luz). Y la luz se hizo significa: nació la materia, surgen los átomos iniciales.
El Verbo significa posibilidad en acción contenida en Dios. Gramaticalmente
verbo es la palabra que expresa acción o estado, no es acción en sí mismo.
Después, esos dos aspectos se fundieron, uniéronse nuevamente, for-
mando la materia. La aparición de la materia contingente, vibrátil, discontinua,
que tiene principio, que es mutable, evolutiva, que se mueve, exige, para
poder existir, la aparición de su opuesto (lo no contingente, lo inmóvil, lo
continuo, lo eterno, lo invariable, lo permanente, lo que no precisa evolucio-
nar porque ya es perfecto). Dios en manifestación toma el nombre de mate-
ria. “EL VERBO SE HIZO CARNE”.
A partir de la aparición de la materia, ésta y el KI se tornan insepara-
bles, realizando la eterna realidad universal: espíritu y materia. Para que
uno exista es necesaria la existencia del otro, en el Universo manifestado.
Así tenemos que: El Padre, el Gran Espíritu-Uno, El Absoluto, la
Causa Única; para hacer surgir un Universo, crea y lanza hacia afuera
dos reflejos de Sí mismo: su propia Energía Creadora (Espíritu Santo,
Ki, Chi, Prana, etc.) y el Espacio (vientre virgen). Estos dos reflejos se
funden y forman la Materia, que a su vez continúa siendo un reflejo. Más el
Padre no puede dejar de seguir existiendo, pues su existencia no está sujeta
a contingencia alguna, es decir: no depende de nada. Esa Existencia, en
relación con el Universo que El mismo creó, llámase KI es Japonés.
¿En qué consiste pues, el KI al que los griegos llamaron pneuma; los
polinesios mana-e; los hebreos ruah; los hindúes prana; los chinos chi y los
occidentales modernos: bionergía, energía vital, energía bioplasmática,
etc. ¿Se trata de una fuerza oculta, misteriosa, fuente de poderes milagro-
sos? Como hemos dicho, el Universo está compuesto por el Espacio Cós-
248
mico y por la Energía (KI). Cuando KI actúa sobre el espacio, nacen
todas las formas de la materia. Esta concepción, se corresponde en suma
con la de la física nuclear, que considera toda materia como energía orde-
nada o dispuesta de diversos modos.
Cuando, en adelante, escribamos KI con mayúscula, designaremos a
esta Energía Cósmica tomada en conjunto, y Ki con minúscula indicará sus
manifestaciones. Por lo tanto, KI (espíritu) es la energía universal
indiferenciada y Ki como (alma) la energía diferenciada, manifestada en cual-
quier forma. El magnetismo es una manifestación del KI, así como la electri-
cidad y la gravitación. Todo lo que se mueve en nuestro Universo es manifes-
tación del KI: gracias al KI el viento sopla, tiembla la Tierra, se abate el ha-
cha, despega el avión, piensa el filósofo, gesticula y se mueve el Judoka. El
KI es universal. Existimos en un océano de KI del que cada ser viviente es un
torbellino. Los orientales afirman, que lo que caracteriza la vida es su ca-
pacidad de atraer KI hacia sí, de absorberlo, acumularlo, distribuirlo
por todo su cuerpo y proyectarlo para actuar en el medio interior y en el
mundo exterior. Los lectores podrán preguntarse por qué utilizamos el tér-
mino KI más bien que en lugar del de el de energía. Para nosotros, occiden-
tales, el término energía es un concepto menos amplio y demasiado mate-
rial. Para el oriental, el mismo pensamiento es una forma sutil del KI, mien-
tras que para el occidental, de alguna forma, la energía es algo completa-
mente diferente. Nuestra energía es, digámoslo, demasiado industrial. El KI
está presente en el aire y sin embargo no es ni las vitaminas, ni el calor, ni los
rayos ultravioletas. El aire, el agua, los alimentos, la luz solar, sirven de vehí-
culo al KI, del cual depende toda la vida animal, la vegetal, incluso la mineral.
El KI es nuestro verdadero alimento, porque sin él no es posible la vida. El
mismo dinamismo vital sólo sería una forma particular y sutil del KI que llena-
ría todo el Universo. La vida latente empaparía interpretándolo de esa for-
ma todo el cosmos, y, para manifestarse en el plano material el espíritu (KI)
se serviría del KI para animar al cuerpo y sus diversos órganos. ¡Hasta aquí,
no vamos muy en contra de las teorías occidentales modernas! Sin embargo,
los orientales van más allá de la afirmación de la existencia de esta energía,
que ningún físico nuclear negaría.
Los orientales proclaman (y esto forma la base misma del JUDO) que
el KI puede ser almacenado y acumulado en el sistema nervioso, más espe-
cialmente en el Hara (centro de gravedad del cuerpo). Acentúan además,
esta noción fundamental, creyendo que las técnicas respiratorias
emparentadas con el Yoga (pranayama) otorgan el poder de dirigir a volun-
tad esta corriente energética, mediante la concentración del pensamiento, la
respiración y la visualización mental. El JUDO proporciona así un acceso
249
consciente y voluntario a las fuentes mismas de la vida. Descubrir la existen-
cia del Ki es notable. Descubrir que es posible controlarlo, determinar las
leyes y técnicas propias para este fin es maravilloso; los orientales han he-
cho ambas cosas. Los ejercicios de respiración (Fukushiki Kokyu), postura
(Shisei), concentración y meditación (Mokusó y Zazen) están destinados a la
absorción, acumulación, control consciente y proyección de las energías vi-
tales en el cuerpo físico. La vida, la fuerza vital (Ki) es una manifestación
como todas las demás.
Esta fuerza vital todo lo llena y todo lo mueve. Probablemente es la
fuente de todas las demás fuerzas del mundo físico, o por lo menos, del
mundo orgánico. Ella es quien produce, conserva y renueva todo, y quien,
después de tantos millares de años, hace reaparecer en cada primavera a la
creación tan brillante y tan lozana como cuando salió de las manos del Crea-
dor. Verdadero soplo de la divinidad, es inagotable e infinita como ésta.
“Entonces el Señor Dios modeló al hombre con un poco de tierra
(arcilla) insufló en su nariz el soplo de vida (Ki) y el hombre se convirtió
en un ser vivo” Génesis 2.7.
Por qué decimos arcilla (Adán quiere decir tierra roja), porque el hom-
bre es susceptible al cambio, a la transformación. El perro nace perro vive
como perro y se muere siendo perro, el oso nace oso vive como oso y se
muere siendo oso, el hombre nace hombre pero puede llegar a ser Cristo,
Buda, Lao Tse, por eso decimos que el hombre es un proceso. El hombre
puede ser culto, puede acumular enormes conocimientos pero con sus ex-
periencias de la vida, negativas y positivas (Ukemis) puede ser sabio.
El KI es la fuerza vital, perfeccionada y exaltada por una organización
más perfecta, que inflama el principio del pensamiento y del alma, y da al
ser racional no sólo la existencia, sino también el sentimiento y los goces
de la vida, porque siempre la dicha de la existencia está en razón directa de
la mayor o menor energía de la fuerza vital, y que, así como una cierta
sobreabundancia de vida dispone mejor a todos los placeres, a todas las
empresas y hace encontrarle más encanto a la vida, así también, por el con-
trario, no hay nada más apto que una falta de Ki para producir ese disgusto y
ese fastidio de la vida que por desgracia caracteriza demasiado bien a nues-
tro siglo. Cuando se estudian con cuidado, los fenómenos de la fuerza vital
en el mundo organizado, logramos descubrir en ella, las siguientes propieda-
des y leyes: la fuerza vital (Ki) es el agente más sutil, más penetrante y más
invisible que hasta el presente hayamos conocido en la Naturaleza; sobrepa-
sa incluso, a la electricidad y al magnetismo, con los que parece tener gran
analogía bajo otros aspectos. Aunque penetra todos los cuerpos, hay, sin
250
embargo, modificaciones de la materia con las que parece tener más afinida-
des que con otras, se une a ellas más íntimamente y en mayor calidad, y se
identifica en cierto modo con ellas. Llamamos a esta modificación de la ma-
teria estructura orgánica.
La fuente más importante del KI es la atmósfera. Muchos milenios an-
tes que la ciencia descubriera la electricidad, los orientales percibieron que
la atmósfera vibra con una energía sutil y que ésta constituye la fuente prin-
cipal de todas las energías en acción en el cuerpo humano. Comparando las
teorías orientales con las observaciones y descubrimientos de la ciencia oc-
cidental, podemos afirmar que el KI de la atmósfera está constituido, sino en
su totalidad, al menos en forma principal por partículas electrizadas, (iones
negativos) Por otra parte, decimos también, que existe en nuestro cuerpo
un verdadero metabolismo de la electricidad que captamos de la atmósfera y
transformamos el KI (espíritu) en Ki (alma o bioenergía). Los geofísicos nos
dicen que la Tierra es un conductor cuya superficie está cargada negativa-
mente, mientras que la alta atmósfera está cargada positivamente. La at-
mósfera, nuestro medio vital, se encuentra encerrada en un campo
electrostático dirigido aproximadamente de arriba hacia abajo, con diferen-
cias de potencial de 100 a 150 voltios por metro de altura. La existencia de
este campo de fuerzas, dirigido de arriba hacia abajo, se conoce en oriente
desde la antigüedad.
La fuente más importante de Ki es la atmósfera. Muchos milenios
antes que los chinos, los yoguis (hindúes y tibetanos), percibieron que esta
vibra con una energía sutil y que constituye la fuente principal de todas las
energías en acción en el cuerpo humano.
Comparando las teorías yóguicas con las observaciones y descubri-
mientos de la ciencia occidental podemos afirmar que el KI de la atmósfera
está constituido sino en su totalidad al menos en su forma principal por par-
tículas electrizadas, iones negativos, y por otra parte, que existe en nues-
tro cuerpo un verdadero metabolismo de la electricidad que captamos de la
atmósfera transformándola en Ki (bío-energía).
Ante todo, debemos recordar que un ion es un átomo o fragmento de
molécula cargado eléctricamente, y que los iones son los verdaderos obre-
ros de la vida de la célula; constituyen en buena parte su potencial vital, es
decir, Kínico.
En la atmósfera encontramos dos tipos de iones:
a) Los pequeños iones negativos o iones normales. Muy activos
eléctricamente, son minúsculos paquetes de energía eléctrica casi en estado
251
puro. En el aire que respiramos, están por lo general constituidos por uno o
más átomos de oxígeno o nitrógeno, que llevan una carga correspondiente a
un electrón único. Los pequeños iones negativos proporcionan la vitalidad
al organismo, representan el KI atmosférico en su forma activa;
b) los grandes iones, o iones lentos. Estos, están formados con un núcleo
polimolecular, por consiguiente, mucho más gruesos, al cual se ha agregado
un ion negativo normal, que mejor dicho, ha caído prisionero de dicho nú-
cleo.
Los pequeños iones negativos vitalizantes son rápidos, muy móviles,
en tanto que los grandes iones lentos hacen de cazamoscas, aglutinando
los pequeños iones muy móviles, a los que atraen y capturan a su paso. La
presencia de numerosos iones lentos, formados por captación de peque-
ños iones, disminuye la conductividad del aire, lo que sucede especialmen-
te cuando está sucio con polvo, humo, niebla (smog). Generalizando, se
puede decir, que la concentración de los pequeños iones en la atmósfe-
ra disminuye cuando aumenta la de los grandes, y viceversa, o que la
concentración de unos es inversamente proporcional a la de los otros.
Esta es la razón por la que hay superabundancia de iones grandes en la
atmósfera impura de las ciudades. En el campo, donde el aire está limpio, se
cuentan uno, dos o tres pequeños iones por cada grande, mientras que en la
ciudad la proporción es de 1 pequeño contra 275 grandes, y en ciertos casos
es de 1 contra 600 debido a la gran polución como en el caso de la ciudad de
Méjico. Si consideramos los iones negativos como los obreros de la vida
interior de la célula, se comprenderá cuán pobre en KI es la atmósfera de las
ciudades y, por tanto, cuán debilitante.
Metabolismo del KI
Hemos visto, entonces, que el hombre está sometido permanentemente
al impacto de las energías del cosmos que derrama sobre él torrentes de KI.
El Sol, es su fuente más próxima, y los rayos cósmicos ejercen sobre los
seres vivos un influjo todavía mal determinado, pero ciertamente muy impor-
tante. Por otro lado, la Tierra, que absorbe y almacena estas energías, cons-
tituye un segundo polo. El organismo humano, sistema eléctrico vibran-
te, es la sede de intercambios incesantes con las energías cósmicas y
telúricas que lo rodean. Debe evitar el aislarse totalmente detrás de las
pantallas que constituyen las paredes, las ventanas, los vestidos y el calzado
de goma o plástico. Los pulmones y la piel son nuestras superficies de
intercambio con el mundo exterior. Intercambiamos Ki a través de nues-
252
tra piel y nuestros pulmones (verdaderas esponjas de electricidad) y
llevamos ese Ki hacia nuestras células.
El término metabolismo nos resulta familiar. Designa habitualmente
la totalidad de las transformaciones que nuestro cuerpo hace sufrir a
las moléculas de los alimentos, sea para edificar nuestras estructuras
celulares, sea para liberar la energía vital. Sabemos también que hay un
metabolismo del agua, que en el cuerpo humano sirve de criada para todo
servicio. Sucesivamente, constituye el líquido intra o extra celular, entra en
toda composición de la sangre o de la linfa, etc., disuelve las sustancias
tóxicas para expulsarlas por la piel, pulmones, intestinos, riñones. Por el
contrario, generalmente ignoramos, que existe un verdadero metabo-
lismo de la electricidad. El animal (y este término incluye al hombre) se
carga negativamente absorbiendo pequeños iones negativos. Estos siguen
un complicado camino a través del organismo asociándose al fenómeno de
oxidoreducción. Todos los fenómenos vitales van acompañados de oxidacio-
nes o de reducciones, sin hablar de otras funciones y acciones mucho más
complejas en el interior mismo de las células, en particular de la célula ner-
viosa. Los otros metabolismos, dependen en cierta forma, de este meta-
bolismo eléctrico. El mamífero que vive en la naturaleza ingiere hasta har-
tarse las cargas negativas ligadas al oxígeno respiratorio y elimina su exceso
mediante la pérdida general que tiene lugar por la piel. Al igual que la batería
de nuestro auto, debemos cargarnos al máximo, para saturarnos de electri-
cidad negativa y dejar que la piel evacue el posible excedente.
El metabolismo de la electricidad, medible y medido, explica mu-
chas cosas. Retengamos, primeramente, que la asimilación de iones nega-
tivos debe ser muy importante para mantener la máquina viva en máxima
actividad, por lo tanto, para cargar nuestros acumuladores a fondo, ya que
hay que asegurar la evacuación de los iones utilizados (viejos), porque el
organismo tiene necesidad de renovar constante y activamente sus cargas
eléctricas. Desde el punto de vista de la electricidad, el organismo sano,
puede compararse a un lago de montaña siempre alimentado con agua fres-
ca que se va inmediatamente por el torrente, y al organismo debilitado, enfer-
mo, a un estanque, pantano, en el que el agua está detenida y podrida. Todo
sucede, como si la pérdida de iones fuese tan importante como su absorción,
como si condicionase a ésta, exactamente en la misma forma que la espira-
ción condiciona la inspiración.
Se ha demostrado que esta pérdida de electricidad se ve revertida
por la acción fotoquímica de la luz ultravioleta que proviene especial-
mente de los rayos solares. Los baños de sol nos vitalizan al activar nues-
253
tro metabolismo eléctrico. Esto explica por qué, el organismo no debe ser
aislado eléctricamente, sino que debe permanecer unido al suelo, porque así
es objeto de una huida eléctrica constante. En la naturaleza, todos los ani-
males están sometidos a una electroterapia permanente sin posibilidad de
sustraerse a ella. La piel mantiene el aire encerrado entre sus pelos, lo que
constituye el mejor aislante térmico, sin que los pelos obstaculicen la eva-
cuación de la electricidad. Al contrario, son como pararrayos al revés. Todos
hemos observado las propiedades eléctricas de la piel del gato: al acariciar-
lo, puede producirse un crepitar de electricidad estática. Mediante sus patas,
los animales están en contacto directo con el suelo. Su organismo funciona a
tierra.
En el hombre, la ropa forma una capa aislante que frena la evacua-
ción normal de la electricidad por la piel y reduce los intercambios eléc-
tricos con el aire atmosférico. Además, detienen los rayos ultravioletas.
El calzado nos aísla (sobre todo si tiene suela de plástico o goma) en el
sentido eléctrico del término, y contribuye así a disminuir nuestra vitalidad.
Los pueblos que viven desnudos, o casi desnudos, han gozado siempre de
una vitalidad mucho mayor, y en cuanto se visten para seguir el ejemplo del
hombre blanco, disminuye su vitalidad.
Decididamente, esta noción de KI en forma de electricidad atmosféri-
ca, así como la necesidad de su renovación constante aclaran muchas co-
sas.
Explica por qué, caminar con los pies desnudos en la naturaleza,
provoca una sensación de euforia particular que no se siente sobre el
piso de una habitación, donde el organismo funciona sin “toma a tie-
rra”. Kneipp, gran intuitivo, lo había presentido al recomendar caminar con
los pies desnudos sobre la hierba húmeda por el rocío matinal. El rocío per-
mite una mejor “toma a tierra” del organismo. Caminar con los pies desnudos
por un arroyo o río produce efectos que no puede producir un baño de pies
en una palangana. Examinando ciertos fenómenos bajo su aspecto energé-
tico (kinico), muchos hechos misteriosos e inexplicables se volverán límpi-
dos y darán lugar a aplicaciones prácticas no sólo para nuestro comporta-
miento general, sino sobre todo para la práctica y entrenamiento en el JUDO.
Uno de los aspectos de la ciencia china es la importancia que concede
a la relatividad Yin-Yang. Este doble término se emplea en los sentidos más
diversos y desconcierta a menudo a los investigadores. El Yang es lo que
está arriba, en relación a lo que está abajo, el Yin. Después de conocerse la
electricidad, inmediatamente se ha llamado Yang al polo positivo y Yin al
negativo.
254
Los chinos creen en la energía positiva Yang y atribuyen su origen al
Sol y a los astros; también creen en la energía negativa Yin, atribuyendo su
origen a la Tierra. Una obra china presenta la cuestión en estos términos: “El
Yang es lo ligero, lo puro. Es la energía que flota arriba de la cual está forma-
do el Cielo. El Yin es espeso y pesado. Es lo que ha tomado forma y se ha
concretizado para formar la Tierra. La energía del cielo azulado se mantiene
arriba, pero los vegetales se nutren de ella.” La pregunta que cabe sería:
¿Cómo han podido percibir estas fuerzas los chinos de la antigüedad y dis-
tinguido, bajo el nombre de energía Yang, la electricidad atmosférica positiva
y como energía Yin la carga negativa de la Tierra sin poseer ninguna tecno-
logía?.
255
256
TEMA 11
KI - AI
(ARMONÍA CON L
CON LAA ENERGÍA VITAL)
VITAL)
ying yang
257
258
TEMA 11
KI-AI
(Armonía con el Ki)
259
uno debía estar realmente concentrado, surgía, instintivamente, ese grito
agudo, corto y penetrante que salía del Hara y que daba una fortaleza tre-
menda a todo el cuerpo.
Esto, me fue explicado ampliamente por el Maestro Tsuchiya que era
Profesor de Filosofía en Japón. Él desenmascaró para mí el concepto, argu-
mentando que los fenómenos atribuidos a la fuerza del Ki pueden ser expli-
cados por las leyes de la física y lo demostraba rompiendo frente a mí, ladri-
llos y maderas de distinto espesor sin siquiera hacerse un rasguño.
Si se hace sonar un diapasón para que produzca una frecuencia de
256 ciclos por segundo (o sea el DO intermedio en la escala musical) cerca
de otro diapasón que tenga la misma frecuencia natural, éste comenzará a
vibrar suavemente al unísono con el primero, aunque no se lo toque para
nada. La energía ha pasado del uno al otro. Un insecto sin oídos no sería
capaz de percibir el sonido del primer diapasón, pero si estuviese posado
sobre el segundo, no tardaría en captarlo.
Un acontecimiento en el cosmos, pone en vibración ondas electromag-
néticas que atraviesan el espacio, y crean otra vibración equivalente por re-
sonancia con alguna parte de la Tierra, que tenga la misma frecuencia natu-
ral. La vida puede reaccionar directamente a estos estímulos, pero más a
menudo, reacciona resonando en simpatía con parte de su medio ambiente
inmediato. Una luz intermitente, de la misma frecuencia que un ritmo cere-
bral, produce efectos alarmantes de resonancia, aunque la fluctuación sea
demasiado rápida para que podamos verla. Un campo eléctrico o magnético
muy débil, se hace perceptible porque resuena a la misma frecuencia que el
campo de vida del organismo que reacciona a él. De esta manera, estímulos
sumamente sutiles y demasiados pequeños para impresionar los sentidos
normales, se amplían y llegan a nuestra información.
En la mayor parte de los instrumentos musicales, el sonido se produce
por medio de cuerdas, membranas estiradas, varillas o cañas, y parte impor-
tante de todos ellos, es una estructura que amplía el área de contacto que
estos vibradores tienen con el aire. Una cuerda de guitarra, va acompañada
de una caja de resonancia, y la caña de un clarinete lleva un tubo. La forma
de la estructura determina la manera en que el aire va a resonar, y la calidad
del sonido. Forma y función van íntimamente relacionadas, no sólo para
quien transmite la señal, sino también para el que la recibe (Ki-Ai en
JUDO). Si éste, quiere oír como es debido el sonido, no puede quedarse
metido en una habitación de forma poco propicia, ni colocarse un casco de
motociclista.
260
En resumidas cuentas, la sensibilidad al sonido, depende de las
vibraciones que llegan al fluido del oído interior, pero tienen que ser
recogidas primero por el oído exterior. El pasaje que comunica el oído
humano con el mundo exterior, tiene la forma de un embudo, cuyas paredes
forman un ángulo de unos 30 grados con el tímpano. Es exactamente el que
mejor se presta para ampliar los sonidos en el campo crítico. La trompetilla
de estilo antiguo más popular, y por lo tanto, posiblemente la más eficiente
para la audición, es la que tiene también un ángulo de 30 grados. Podría ser
una mera coincidencia, pero lo dudamos.
Como se sabe, el sonido es una vibración que sólo puede transmitirse
por un medio elástico; no puede viajar a través del vacío. Las ondas electro-
magnéticas atraviesan el espacio libre, y sabemos muy poco de los factores
que regulan su resonancia. Sin embargo, hay un indicio extraordinario de
que la forma puede ser importante para recibir los estímulos cósmicos. Pro-
cede de esos monumentos, que han apasionado tanto a los místicos a lo
largo de los siglos, las pirámides de Egipto y de México.
Situadas en la margen occidental del Nilo, las pirámides egipcias, fue-
ron construidas por los faraones hacia el año 3.000 a. de J.C. para que les
sirviesen de tumba. Las más famosas son las de Gizéh, erigidas durante la
IV dinastía; la mayor de ellas albergó el cadáver del faraón Khufúm, más
conocido por el nombre de Keops. Hoy se la denomina la Gran Pirámide.
Hace algunos años fue visitada por el investigador francés Bovis, quien fue
a refugiarse del sol del mediodía en la llamada Cámara del Rey, situada en
el centro de la pirámide, a un tercio exactamente de su altura, comenzando
por la base. Encontró en ella una humedad desusada, pero lo que realmente
lo sorprendió, fueron los botes de basura depositados allí, y que contenían,
además de los desperdicios y la suciedad dejada por los turistas, los cadáve-
res de un gato y de algunos animalitos del desierto que, perdidos en el inte-
rior de la pirámide, fueron a morir allí. Pues bien, a pesar de la humedad,
ninguno de los cuerpos se había corrompido, sino simplemente secado y
momificado. Bovis se puso a pensar si, en efecto, los faraones habían sido
embalsamados con tanto esmero por sus súbditos, o si no sería más bien
que en las pirámides mismas había algo que conservaba los cadáveres en
condición de momias.
Bovis, construyó un modelo exacto a escala de la pirámide de Keops
y la colocó como está en el original, con los lados de su base enfrente exac-
tamente del Norte y Sur, y del Este y el Oeste. Dentro del modelo, a la tercera
parte de su altura, metió un gato muerto. Al ver que se había momificado,
llegó a la conclusión de que la pirámide estimulaba la deshidratación rápida
261
de los cadáveres. La noticia de este descubrimiento llamó la atención de
Karel Drbal, ingeniero de la radio de Praga, quien repitió el experimento con
varios animales muertos y dedujo lo siguiente: “Hay relación entre la forma
y el espacio interior de la pirámide, y los procesos físicos, químicos y
biológicos que se desarrollan dentro de la misma. Utilizando formas
convenientes, podemos lograr que los procesos se aceleren o se retra-
sen.”
Recordó Drbal una antigua superstición, según la cual, si se dejaba a
la luz de la luna un cuchillo, se mellaba su filo. Colocó una hoja de afeitar
bajo su pirámide modelo, pero, al ver que no ocurría nada, siguió afeitándose
con ella hasta que se melló, y entonces volvió a meterla en la pirámide. Con
gran sorpresa vio que había adquirido de nuevo su agudo filo.
El filo de una hoja de afeitar tiene estructura cristalina. Sus cristales
están casi vivos, puesto que crecen reproduciéndose. Cuando se embota el
corte de una hoja, algunos de los cristales de su filo, que sólo tienen una
capa de espesor, desaparecen por roce. Teóricamente, no hay razón para
que no vuelvan a rehacerse con el tiempo. Sabemos que la luz del Sol tiene
un campo que apunta en todas direcciones. Esa misma luz solar, reflejada
de un objeto como la Luna, está polarizada en parte y vibra principalmente en
una sola dirección. Esto, podría, acaso, destruir el filo de la hoja dejada a la
luz de la Luna, pero no explica la acción contraria de la pirámide. Lo único
que podemos conjeturar, es que la Gran Pirámide y sus pequeñas imitacio-
nes actúan como lentes que concentran la energía o como resonadores que
la recogen, lo cual, estimula el crecimiento de los cristales. La forma misma
de la pirámide, se parece mucho a la de un cristal de magnetita.
Es posible que todas las formas que nos rodean, sean resultado de
combinaciones de frecuencias ambientales. En el siglo XVIII, el físico ale-
mán Ernest Chladni, descubrió una manera de hacer visibles las vibracio-
nes. Colocó sobre un violín una delgada plancha de metal cubierta de arena,
y vio que, cuando pasaba el arco por las cuerdas del instrumento musical, la
arena se agrupaba en bellos dibujos y patrones, que hoy se llaman figuras
de Chladni. Estas, se forman, porque la arena termina de acumularse única-
mente en las partes de la lámina donde hay vibración. Se han utilizado mu-
chas de estas figuras en física, para demostrar la función de las ondas, pero
también, sirven para comprobar perfectamente cómo las diferentes frecuen-
cias producen dibujos distintos. Experimentando con polvos de diversas den-
sidades, y tocando notas de un amplio campo de frecuencia, es posible indu-
cir un patrón de casi cualquier forma. Las figuras de Chladni, adoptan fre-
cuentemente formas orgánicas conocidas, lo cual es sumamente interesan-
262
te, y hasta acaso significativo. Círculos concéntricos, como los anillos que se
forman cada año en los troncos de los árboles; líneas alternas, como las
bandas en la piel de una cebra; retículos hexagonales, como las celdas de
un panal; rayos de rueda, como los canales expandidos de la medusa;
caracolas en espiral, como los caparazones de muchos crustáceos, etc., son
formas que abundan profusamente. El estudio de este fenómeno (el efecto
de las ondas sobre la materia) se llama cinemática (¿Ki-Ai?).
El principio fundamental de la cinemática es que, las presiones am-
bientales producen determinados tipos de ondas, y que la materia, reacciona
a estas presiones tomando una forma, que depende de la frecuencia de las
mismas. Es limitado el número de frecuencias, y la naturaleza, tiende a reac-
cionar a ellas, de diversas maneras posibles de anticipar; repitiendo un nú-
mero también limitado de formas funcionales. El tipo espiralado ascendente
de una corriente de aire cálido se refleja en el crecimiento de una enredadera
enroscada en torno a un árbol y en la ordenación de los átomos de una
molécula de ADN. La mantarraya se desplaza por las aguas tropicales a
base de ondas musculares que corren en serie por su ancho y plano torso,
como las ondulaciones de la superficie del mar rizada por el viento.
Durante los diez últimos años, Hans Jenny, ha estado depurando en
Suiza las figuras de Chladni y ha demostrado, de manera concluyente, que
la forma es una función de la frecuencia. Uno de sus inventos es el
tonoscopio, que convierte los sonidos en patrones visibles tridimensionales,
en material inerte. Puede utilizarse usando la voz humana como fuente de
sonido: cuando alguien pronuncia la letra “O” por el micrófono, produce un
patrón perfectamente esférico. La esfera, es una de las formas básicas de
la naturaleza, pero no deja de ser extraño, que la forma producida por la
frecuencia del sonido “O” sea precisamente la que hemos elegido para
representarla en la escritura. Esto, hace pensar en la idea antigua de que las
palabras y los nombres tienen propiedades peculiares. Hoy tendemos toda-
vía a considerar como algo especial los nombres personales, y vemos que
los niños, muchas veces, no quieren decir cómo se llaman. Los que están
aprendiendo a hablar, siempre quieren saber cuál es el nombre de una cosa,
sin poner en duda que lo tiene, y lo consideran como una valiosa adquisición.
¿Será posible que las palabras tengan poder en virtud de sus frecuencias
específicas? ¿Pueden realmente las palabras mágicas y las fórmulas y can-
tos sagrados ejercer, por su propio sonido, una influencia que difiere de los
ruidos elegidos al azar? Se ha sostenido siempre, que las palabras, los nom-
bres y los sobrenombres que tienen entonación en N o M intermedia o final,
producen en las personas mayor desarrollo de la personalidad y eso les per-
mite desarrollarse mejor individual y socialmente (Ej.: José Francisco de San
263
Martín, Domingo Faustino Sarmiento, Juan Domingo Perón, Menem, Alfonsín,
Clinton, Sadan Hussenin, Sharon, Putin, etc.).
El Maestro hindú Chidrupananda citaba también las palabras o can-
tos entonados usados en el Yoga (Mantra) y en todas las religiones, donde
se destacan las palabras que tienen M ó N en su pronunciación. Por ejemplo,
en el amén o en los cantos gregorianos de la religión católica, se desta-
ca la cantidad de palabras en latín con amplia resonancia de las emes y las
enes. En el Yoga en que se usa el sánscrito como idioma, casi todos los
mantras tienen una fuerte preponderancia de emes y enes. El sonido princi-
pal es el AUM, que se pronuncia OM y que (según dicen los hindúes) es el
sonido del Universo en su manifestación. Uno de los mantras más usados
en el Yoga es el Ham Sho que quiere decir: Yo soy uno con el Universo.
Los estudiantes del Zen cantan tradicionalmente ciertos textos budistas
como parte de su entrenamiento, así como los católicos romanos el Rosario.
La diferencia sustancial es que al cantar el Rosario en castellano se pierde la
vibración que antes le daba la pronunciación en latín, que tiene elegidas
muchas palabras con enes y emes finales o intermedias. Esos cantos zenistas
se hacen en grandes grupos con alguna persona que dirige los cantos y
otras que marcan el ritmo con un tambor o un gong. Algunos textos son
entonados en chino o en japonés, según sea el grado de resonancia de las
palabras. En el culto católico se utiliza el órgano como acompañante por su
alto sonido vibratorio.
El descubrimiento de los tipos de palabras por Jenny, nos hace pensar
con cierto temor y respeto, en la afirmación de San Juan: “En el principio
era la Palabra (el Verbo) y el verbo se hizo carne (Materia)”. A lo que
nosotros, con un poco de atrevimiento, parafrasearíamos esta expresión de
la siguiente manera: “En el principio era el Sonido de la Palabra”, porque
hay una enorme diferencia nacional, regional e individual en los sonidos uti-
lizados para expresar la misma palabra escrita. Existe un Alfabeto Fonético
Internacional que soluciona esta dificultad con símbolos que representan
los diferentes matices de sonidos de la mayor parte de los idiomas humanos.
Analizando este alfabeto, pueden verse determinados tipos básicos. Un so-
nido hablado, se produce haciendo que el aire resuene en la garganta, en la
boca y en las fosas nasales, sometiéndolo al mismo tiempo a cierta modifica-
ción por medio de la campanilla, el paladar, la lengua, los dientes o los labios.
Hay dos tipos fundamentales de sonidos: los vocales, que se produ-
cen sin fricción ni obstáculo alguno, y los consonantes, que se caracterizan
por la fricción, forzamiento o interrupción del aliento en alguna parte del pa-
saje. Los sonidos vocales van siempre acompañados por la vibración de
264
las cuerdas vocales, y tienen mucho más potencia que los consonantes,
desprovistos en gran parte de voz. El poder de los vocales va de 9 a 47
microvatios, en tanto que los consonantes rara vez alcanzan a 2, por lo
cual los vocales se imponen y captan más fácilmente. La resonancia en el
fluido del oído humano hace que los sonidos vocales a, o, i, u y e sean,
por este orden, los más fáciles de percibir. En cambio, los consonantes
son frecuentemente explosivos, como si el aire se liberase repentina-
mente de una obstrucción, por ejemplo, en el sonido P; o fricativas,
como si se dejase escapar poco a poco el aire; por ejemplo, en la forma-
ción de los sonidos: F, J, S, Z, cuya articulación hace salir el aire con cierta
fricción o roce en los órganos bucales. Estas producen poco poder, pero
tienen frecuencias mucho más altas que los sonidos vocales. Para llamar a
un gato, que es un animal preparado para reaccionar a los sonidos de alta
frecuencia de sus presas, se emplean en todos los idiomas combinaciones
de estas consonantes de onda corta.
Así pues, los sonidos de las palabras tienen diferentes propiedades
físicas. Si puede producirse resonancia entre la columna de aire que sale de
la garganta del transmisor y el oído del receptor, puede haber también, una
comunicación semejante de energía entre las gargantas y otras partes del
medio ambiente. Cuando el ejército de Josué vociferó con un gran grito,
se desplomaron las murallas de Jericó. El alarido súbito y penetrante de
un guerrero Samurai rompe los nervios del adversario (Ki-Ai), y la nota
aguda de una soprano raja el cristal. Estos, son efectos sostenidos, que se
parecen mucho al calor abrasador del sol del mediodía, pero, sabemos que
la vida responde a valores tan sutiles, como la luz de la Luna filtrada a través
de 6 metros de agua, por lo cual, no carece de razón suponer que la materia
viva es sensible, de maneras distintas, a los cambios igualmente sutiles de
frecuencias y modalidades del habla humana.
Los lingüistas no han resuelto los problemas de los orígenes del habla.
Hay muchas teorías, algunas con nombre pintoresco, como la del bow wow
o ladrido, según la cual, el lenguaje surgió a base de la imitación de los
sonidos de la naturaleza; o la denominada yo he ho (canto y grito antiguo de
los marineros al tirar de una carga), según la cual, el habla humana, procede
de los ronquidos o jadeos exhalados en medio de un esfuerzo físico. Pero,
no parece haber habido curiosidad alguna, por descubrir los orígenes bioló-
gicos de los sonidos básicos, que integran el alfabeto fonético. Es notable la
demostración de Jenny, de que el sonido O tiene forma esférica, y eso no
debe extrañar a nadie. Se nos ocurre perfecto. Redondeamos la boca para
emitir un sonido redondo, y hasta parecen redondearse nuestros ojos al pro-
ducirlo. El rostro de quien modula el sonido O adopta una expresión similar a
265
la de la mayor parte de los primates cuando indican una amenaza agresiva.
Los investigadores de la conducta humana opinan, que el rostro surgió de la
combinación de diversas posturas corporales que se adoptan en situaciones
de amenaza, y que su expresión, va acompañada de un gruñido duro Oh
para reforzar el efecto. Pero también es posible, que el sonido se modulase
primero y formase el rostro, hasta que, (avanzando un paso más), se adoptó
el sonido por el efecto atemorizador que ejercía el oponente. Sus frecuen-
cias, produjeron el tipo debido de resonancia y acaso también los
infrasonidos, para alterar e inquietar las ondas cerebrales del enemigo
y ponerlo en fuga. Los japoneses, han hecho todo un pulido arte del uso del
sonido con el grito de guerra, o Ki-Ai del Samurai. Se afirma que un Ki-Ai en
tono menor produce parálisis parcial en virtud de una reacción, que
hace descender bruscamente la presión sanguínea arterial provocando
un síncope o un desmayo. Un tono mayor, produce el efecto contrario,
si se emite fuerte y súbitamente, hace reaccionar a un desmayado.
Para Pitágoras, los números son principios absolutos en la Aritmé-
tica, principios aplicados en la Música, magnitudes en estado de repo-
so en la Geometría y magnitudes en movimiento en la Astronomía, sir-
viendo simultáneamente como medidas, que determinan la naturaleza de las
cosas y exponentes que las dan a conocer. La doctrina de la música
geométrica tiene como fundamento ese postulado.
Llamóse música geométrica, a la teoría que explica la generación de
los intervalos y los modos por medio de la relación de distancias armónicas,
que existen entre las notas musicales y los planetas del sistema solar, co-
rrespondiendo el do-re a la distancia de la Tierra a la Luna, el re-si a la de la
Luna a Venus, el mi-fa a la de Venus a Mercurio y así sucesivamente con las
demás notas y planetas. De acuerdo a esa teoría, todo el sistema solar es
una cuerda vibrante, produciendo el sonido OM y cada planeta la nota que
corresponde a sus distancias al Sol, y emitiendo entre todos una gama infini-
ta de sonidos que Pitágoras llamó, música de las esferas. Considerando
los sonidos que forman esa música como fuerzas activas, que animan los
procesos que sostienen la vida en cada mundo, la resonancia sería el hálito
viviente que da forma a como somos, y el número de vibraciones a que cada
cuerpo vibra se constituiría en el principio determinativo que le da esencia y
potencia.
El postulado pitagórico de que el Universo, está gobernado por el po-
der de los números, es síntesis de esa doctrina, aunque derivada de otros
manantiales. La revelación de San Juan, que mencionamos más arriba, de
que en el principio era el Verbo, también lo es, y las maravillas de la reso-
266
nancia de que la ciencia moderna se vale para producir los más extraordina-
rios fenómenos, no hacen más que confirmar, lo que dijo el sabio griego con
espíritu científico y lo que dijo el evangelista con espíritu de iluminado. Se-
gún los más preclaros exponentes de esa doctrina, el modus operandi obraría
conforme a los siguientes fundamentos:
1º Toda vibración activa un proceso.
2º Todo proceso cumple una función.
3º Toda función tiende a un designio (intención, propósito)
Puesta en acción la vibración, el proceso cumple las funciones
que le son propias, y en esas funciones, por propia naturaleza, tienen el
propósito de que la vibración es principio animador. En la doctrina de la
música geométrica, las vibraciones son números (el número de la frecuen-
cia en que vibran), siendo los números, los principios universales de que los
designios, las funciones, los procesos y las vibraciones derivan su eficacia,
ya sea de orden moral o material.
Según la doctrina de la que estamos hablando, el hombre es la medida
del Universo (7) y en su mente se hallan los equivalentes de cuanto existe,
pudiendo comprender y responder a lo que existe, porque lo que existe, tiene
existencia real en su mente. Las vinculaciones entre la doctrina y los tres
campos que, como ejemplo vamos a inquirir, dirán al lector, hasta que punto
los sonidos y la resonancia actúan como poder reaccional en los procesos
de la naturaleza.
El sonido es un estremecimiento vibratorio del aire, que se propaga en
todas las direcciones y puede ser transmitido a través de cualquier medio
elástico. Cada estremecimiento es una onda, y cada onda es una vibra-
ción, diferenciándose los sonidos por el número de ondas por segundo a
que vibran. Tomando por base el oído humano, y en lo que se ha comproba-
do, existen sonidos de tres órdenes:
1º El infrasonido: Está formado por series de vibraciones que van desde 0 a
16 por segundo. Estos sonidos son inaudibles para el oído normal humano,
aunque pueden ser percibidos subconscientemente.
2º El sonido audible: Está formado por series que van desde 16 vibraciones
y progresa hasta 32.000. En esta serie, las 16 vibraciones corresponden al
sonido más bajo que se puede oír y emitir; 125 corresponden al timbre carac-
terístico de la voz masculina; 250 a la de la voz femenina; 10.000 es la fre-
cuencia más alta usada en la radiotelefonía; 20.000 es el promedio superior
267
de los sonidos comunes; 32.000 es el límite superior de los sonidos emitidos
por seres del reino animal.
3º El supersonido: Está formado por series que van desde 32.000 a
16.000.000. En esta serie, 32.000 es el límite superior de los sonidos emiti-
dos por animales; 100.000 es el límite inferior que induce los efectos quími-
cos y biológicos conocidos; 1.000.000 es la frecuencia empleada como
germicida, detección de submarinos e investigaciones subterráneas; y
16.000.000 es el límite superior de vibraciones sonoras que ha podido medir-
se.
Como vemos, hay sonidos audibles e inaudibles, los inaudibles
porque están por debajo o por encima de la capacidad del oído para
convertir el valor acústico en valor significativo. La incapacidad del oído
para oír las vibraciones sonoras auditivas, no excluye, sin embargo, la
acción que esas vibraciones producen en la naturaleza de la persona.
Así como la acción que ejerce la resonancia en todos los procesos, es
función del número de vibraciones de que está animada cada frecuencia, y
así como el orden universal lo es de la fórmula matemática que rige cada
fenómeno, la actividad mental tiene en los números su coordenado anima-
dor, siendo cada organización mental el equivalente de un número, y ese
número el molde arquetípico en que tienen su ser las organizaciones menta-
les que nos gobiernan. La virtud que poseen los métodos matemáticos para
develar y orientar, deriva de la eficacia de su estructura.
Por esa estructura, cuando nuestro ojo percibe un cuerpo, instan-
táneamente da una idea de la distancia a que se halla; además de la
distancia, indica la relación de volumen respecto a otros cuerpos; ade-
más del volumen, la relación armónica que existe entre ese cuerpo y los
que lo circundan, etc.. Si el cuerpo es una piedra, junto con lo anterior,
también indica su dureza; si la piedra está en nuestro camino nos dice, tam-
bién, si podremos pasar por encima; si es posible el paso rodeándola, acon-
sejando, por último, lo que se debe hacer para pasar; y al alzar el pie para dar
el paso, no sólo el ojo gradúa el movimiento de la pierna, sino los muchos
otros que ejecutan las distintas partes del cuerpo para facilitar el acto. Todos
esos conocimientos inferidos instantáneamente por los cálculos matemáti-
cos que efectúan las organizaciones anímicas de la que el centro visual es
parte y los números medidas significativas. Los métodos matemáticos develan
incógnitas y orientan conductas a base de cálculos y significaciones simila-
res.
268
Cálculo es la computación de factores por medio de operaciones mate-
máticas. En el ejemplo del ojo (reflejo óculo-manual u ojo-músculo) las
operaciones que suministran los conocimientos y coordinan los movimien-
tos, son totalmente subconscientes. Subconscientes son, también, las que
efectúa el oído al decirnos la distancia a que se produce un sonido, la
naturaleza del cuerpo que lo produce, el peligro que puede entrañar la
gravedad del peligro, etc. (MA-Ai). Por operaciones matemáticas subcons-
cientes, asimismo, el tacto da a conocer el grado de relieve, solidez, flexibili-
dad, resistencia, humedad, temperatura, etc., de las cosas, señalando el
olfato y el gusto otras incontables particularidades, estando ausente la con-
ciencia en los cálculos que se efectúan y sirviéndose de ellos una vez que
están hechos.
Está ausente lo consciente y calcula lo subconsciente. Son los
cálculos de que se sirve el centro térmico para graduar la generación del
calor interior de modo que compense el frío exterior; los que emplea el cora-
zón para graduar la presión de la sangre conforme a la presión atmosférica,
los que permiten al centro respiratorio, graduar la constante de oxígeno en la
sangre de acuerdo a la constante del aire, los que, en fin, coordinan los
movimientos y los procesos que llenan el vivir según lo que se vive.
La música constituye otro ejemplo de ondas espaciales en forma signi-
ficativa. Donald Andrews ha formulado en base al movimiento armónico
una teoría compleja del Universo, que llama sinfonía de la vida. Según
este sistema, los átomos aportan las notas musicales al vibrar cada uno de
ellos como una campana esférica. Las moléculas son cuerdas compuestas
de grupos ordenados de estas notas, y la música se ejecuta en instrumentos
cuya forma es la del organismo mismo. Andrews hizo notar que hasta un
violín en reposo sobre una mesa siempre está resonando suavemente
por lo bajo, y opina que ocurre otro tanto con toda la materia. Es indu-
dable, que los músculos en tensión producen un sonido audible. De allí
que los orientales sostengan que cada organismo emite una vibración sono-
ra (Mantra) única e individual.
El cosmos esta lleno de “ruidos”, rumores y estridencias irregulares de
longitud de onda, pero todas sus señales útiles son de tipo regular. Las com-
binaciones de notas musicales escogidas al azar le quebrantan a uno los
nervios; las encontramos desagradables. Pero los tonos con ciertos interva-
los regulares entre ellos son armoniosos, nos resultan gratos al oído. Una
nota tocada junto con otra que tenga una frecuencia doble, es decir, que sea
una octava más alta, produce un sonido muy armonioso. Tres notas tañidas
al mismo tiempo en un acorde armonizan perfectamente si sus frecuencias
269
son respectivamente 4-5-6. Estas son relaciones puramente matemáticas,
pero sabemos por experiencia que a ellas es a las que responde el hombre.
La música que se ejecuta para los animales de los parques zoológicos pro-
duce en ellos efectos semejantes. Las preferencias difieren entre especie y
especie, debido posiblemente a su peculiar estructura y sensibilidad, por lo
cual difieren también sus frecuencias resonantes.
Hace ya bastante tiempo que se está investigando la influencia de la
música en las plantas. Se ha descubierto que los geranios crecen más y más
a prisa al son de los Conciertos de Brandemburgo de Bach, si se transmi-
ten por radio en un invernadero. Las bacterias son afectadas de la misma
manera, porque se multiplican bajo la influencia de ciertas frecuencias y
mueren cuando se las somete a otras. No hay más que un espacio desde
este descubrimiento hasta la idea tradicional de que la repetición frecuente
de ciertos himnos o cánticos (Mantras y oraciones religiosas) es capaz de
curar las enfermedades.
Después de los descubrimientos sobre la naturaleza de la luz, el mag-
netismo y la electricidad llevados a cabo en el siglo XIX, se extendió mu-
cho entre los círculos ocultistas la teoría de un universo vibrante, y esto
estaba basado en la teoría de Pitágoras que mencionamos más arriba y que
hablaba de la música de las esferas. El concepto de que todo el universo
está unido en un gran diseño ha sido siempre fundamental para la magia, y
los pitagóricos utilizaron la relación matemática de los intervalos matemáti-
cos para expresar esto numéricamente. Ellos fueron los primeros numerólogos
profesionales. Los partidarios de los sistemas numéricos mencionan: los siete
colores del arco iris, los siete días de la semana, los siete planetas de
nuestro sistema, las siete notas musicales, los siete sellos del cristia-
nismo, los siete Devas del hinduismo, los siete Amsha-Spands del cre-
do persa, la unidad de medida de la cabeza del cuerpo humano con el
resto del cuerpo, etc., etc., y atribuyen propiedades ocultas a tales o cuales
números. Goethe estaba obsesionado con el número tres, Swoboda juraba
por el veintitrés, y Freud creía en los períodos de veintisiete (9x3). Cuesta
trabajo ver un significado biológico en estas cifras, y uno siente deseos de
desechar totalmente esta idea, porque cualquier número parece ser tan bue-
no como los demás; pero, posiblemente, no sea así. Existe una organización
discernible de los hechos. Asociándolos con la armonía musical y artística,
con el carácter no fortuito de los números y con la periodicidad de los movi-
mientos planetarios, comenzamos a captar el panorama de un medio am-
biente en que hay patrones reconocibles. Por encima del caos cósmico exis-
ten ritmos y armonías que controlan muchos aspectos de la vida en la Tierra
270
en virtud de una comunicación de energía que hace posible la forma de las
cosas de aquí y su resonancia en simpatía con los temas cósmicos.
Hay un ejercicio en Aikido llamado el brazo que no se dobla. En su
libro “Kinesiología del comportamiento”, el Dr. John Diamond dice con
respecto a ese ejercicio:
“Lo que he descubierto es que cada músculo importante del cuerpo
está relacionado con un órgano determinado. La debilidad de un músculo
suele significar que existe un problema con el nivel de energía del órgano
correspondiente”: Esto, le ayudó a completar su descubrimiento llegando a
la conclusión de que los músculos son el medio, a través del cual, el cuerpo
nos comunica si lo que le suministramos es sano para él o no, así sea un
remedio, un alimento, una melodía, una prenda de vestir, etc.. Si es sano,
responde aumentando la energía de los músculos; si es venenoso, retirando
la energía de los músculos.
Para demostrar la prueba del brazo que no se dobla, que el Dr.
Diamond denomina Kinesiología del comportamiento muscular, se hace
la siguiente demostración:
El músculo deltoides es el elemento utilizado en este experimento que
consiste en pararse delante de otra persona y colocar la mano izquierda
sobre el hombro derecho del otro, al mismo tiempo que se le pide que levan-
te lateralmente el brazo izquierdo extendido hasta la altura del hombro. Lue-
go, se le coloca la mano derecha sobre el antebrazo izquierdo, cerca de la
muñeca. Ahora, se intenta bajarle el brazo, notándose que aunque se logre
bajarlo un poco, éste “rebotará” con un movimiento hacia arriba buscando la
posición inicial. Esta acción no trata de demostrar quién es el más fuerte,
sino el mayor o menor rebote del brazo ante determinadas situaciones.
Si, ahora, en cambio, el sujeto distrae su atención, por ejemplo: pensar
en música estridente, contemplar un tubo fluorescente fijamente, pensar en
una situación desagradable, etc., los cambios serán sorprendentes. En casi
todos los casos, el sujeto se mostrará incapaz de resistir su presión y su
brazo cederá fácilmente.
La responsable de esas reacciones es la glándula timo que actúa
como un puente entre el cuerpo y la mente. Si esta última sintoniza un pen-
samiento depresor, pierde la acción benéfica del timo y el cuerpo decae; si
se neutraliza el pensamiento, golpeando repetidas veces sobre la glándula,
el cuerpo se activa.
271
Realice la prueba del brazo y dígale a la otra persona que apoye la
palma de su mano derecha sobre el timo y no se podrá vencer el brazo del
sujeto. Pídale a éste que piense en alguien a quién odia y verá que la glán-
dula timo se debilitará.
Esto, le indicará dos cosas: que el odio es venenoso para el ser huma-
no (por eso pierde energía) y que la glándula timo es el puente entre la
mente y el cuerpo (por eso se debilita con los pensamientos negativos). Pí-
dale al sujeto que piense en alguien a quién ama y verá que la energía retor-
na a su organismo.
La explicación metafísica de este ejercicio sugiere que la primera per-
sona (la que resiste), consigue hacer que todo el Ki de su cuerpo fluya a
través de su brazo, de modo que esa fuerza acabe por evitar que el codo se
doble. La fuerza del Ki en este ejercicio es comparado, muchas veces, con el
agua que fluye a través de una manguera.
Cuando fui iniciado en el Yoga por el Maestro Chidrupananda, me
sorprendí (como conté anteriormente) cuando, sin quererlo, me demostró la
existencia del Ki (prana para él). Pude también deducir que ese concepto
ejercía un papel importante en el entrenamiento del Yoga y sobre todo en el
JUDO que analizado, desde este punto de vista no es ni más ni menos que
un Yoga activo.
Como dije anteriormente, la primera experiencia real del uso práctico
del Ki y del Ki-Ai la vi cuando el Maestro de Karate-Do Hideo Tsuchiya
hacía rotura de maderas y ladrillos con sus puños, el canto de sus manos o
con sus pies.
272
273
Ki-Ai significa literalmente armonía con el Ki y se refiere
específicamente a una manifestación o materialización del Ki.
Cualquier duda que yo pudiese haber tenido todavía con respecto al Ki
fue eliminada por las experiencias del Maestro Tsuchiya y también por las
del Maestro Chidrupananda cuando observé en la oscuridad de la noche
que le salían estrellitas azules de las puntas de los dedos. Experiencias no-
tables e impresionantes que alteraron mi manera de ver al mundo y al Uni-
verso. Allí, uno comprendió aquello que el Apóstol Juan dice en el Cap. 17
Vers. 21: Para que todos seamos Uno. Comencé a entender también, la
sabiduría del Maestro Jigoro Kano cuando habla de Prosperidad y Benefi-
cios mutuos (Jita Kyoei).
El Maestro Chidrupananda decía que, cuando uno mismo y el mu
(mente en blanco) se convierten en una sola cosa, se transforman en un
canal óptimo para el Ki. Esta afirmación enfatiza los aspectos psicológicos
del Ki y del Ki-Ai.
Cuando hablamos ahora de la unificación del uno con el mu, nos es-
tamos refiriendo al estado Mushín que es aquel de la correcta armonía entre
la respiración, la postura y la concentración mental. Esa armonía men-
te-cuerpo es la que nos permite sintonizarnos con la fuerza de la vida o Ki
(eficiencia máxima en el uso de la energía). Cuando estamos en armonía
con el Ki, desarrollamos una fuerza interior que puede ser percibida o senti-
da por las otras personas (proyección del cuerpo energético).
El término Ki-Ai puede ser usado también para designar la fuerza in-
terior que surge a partir de la absorción, acumulación, distribución y
proyección de esa energía vital (Ki) y, que se consigue a través de la prác-
tica intensa de los ejercicios del Zazen. Decir que alguien tiene un fuerte Ki-
Ai significa que ella transmite esa fuerza a su alrededor, a las personas y a
las cosas (aura).
Al hablar sobre la manifestación del Ki, es decir, el Ki-Ai, el Maestro
Chidrupananda, acostumbraba llamar la atención sobre el importante papel
que cumplía la respiración, afirmando que, cuando respiramos correctamen-
te (cosa que depende de la postura y de la concentración mental), realmente
cambiamos las propiedades de nuestras vibraciones. En ese proceso, la sede
de esas vibraciones es el Shita Hara o centro de gravedad, del Tanden
(abdomen)del individuo. Sea en el Zazen o durante la ejecución de las ac-
ciones del JUDO, la respiración diafragmática o abdominal inferior al hacer
converger hacia el Hara todas las energías, altera el ritmo de nuestras vibra-
ciones energéticas, generando un estado asociado al Mushín (0ndas Alfa).
274
Es un hecho comprobado el efecto que producen las vibraciones en
determinados objetos de cristal. Todos sabemos que determinadas notas
musicales pueden llegar a destrozarlos. Se sabe, que un pelotón de solda-
dos, antes de cruzar un puente, rompe la marcha acompasada, porque el
ritmo de la marcha forzada puede destruir el puente.
El Maestro Chidrupananda utilizaba analogías musicales para expli-
car el modo en como la respiración afecta las vibraciones de nuestro cuerpo.
A un estudiante de música puede que le lleve varios años perfeccionar un
tono o una nota que produce con su instrumento. Un flautista principiante,
producirá un sonido desagradable. Con la práctica, pasará a ser capaz de
emitir un sonido más armonioso. A medida que él avanza y se va transfor-
mando en un virtuoso, la misma flauta producirá sonidos excepcionales. La
diferencia entre el principiante y el virtuoso está dada por la dinámica de su
respiración. A medida que la habilidad del flautista aumenta, su respiración
va modificando la forma en que la flauta vibra, creando sonidos cada vez
más agradables. Eficiencia máxima en el uso de la energía (armonía)
Seiryoku Zen’ Yo.
El Maestro Chidrupananda comparaba al estudiante de Yoga (léase
también JUDO) con el músico. Cuando se comienza a practicar JUDO, la
respiración del novicio es deficiente y su cuerpo vibra (sobre todo en las
caídas) como la flauta del principiante y eso se refleja también en su incapa-
cidad para concentrarse mentalmente. Al poco tiempo de práctica va adqui-
riendo un mayor control sobre su respiración. En la proporción en que sus
movimientos respiratorios se van haciendo más lentos, más profundos, las
vibraciones de su cuerpo se hacen más armoniosas y el Judoka puede con-
centrarse mejor. En un determinado punto de desarrollo o progreso, ocurrirá
un cambio psicofísico: su respiración comenzará a producir vibraciones co-
rrectas en el Hara y el Judoka, sin darse cuenta, entrará en Estado Mushín.
El sonido de las palabras y la cadencia producen vibraciones que favo-
recen la entrada al Estado Mushín (estado de concentración mental en
nivel alfa), lo que de alguna manera es más importante que comprender el
propio significado de las palabras. La traducción de las oraciones religiosas,
como en el caso de la Iglesia Católica, que lo ha hecho del latín al castellano,
ha cambiado las propiedades de los sonidos y del ritmo, haciendo quizás,
perder gran parte de su eficiencia vibratoria.
Otros cánticos incluyen el recitado de sílabas sin sentido, pero contri-
buyen junto con los otros sonidos y los ritmos a crear, un estado mental
apropiado para entrar en Mushín. Según el Maestro Chidrupananda, cuan-
do los sonidos son producidos por movimientos respiratorios profundos, he-
275
chos con el abdomen inferior (Fukushiki Kokyu), las vibraciones emanan del
Hara. Esas vibraciones son tan poderosas que pueden influenciar a las per-
sonas que se encuentran alrededor, haciéndoles también entrar en Estado
Mushín.
El Maestro explicaba también que, cuando un grupo de personas está
entonando los cánticos de manera correcta, sus vibraciones interactúan fa-
vorablemente, elevando el nivel del Ki-Ai (armonía) de todo el grupo.
Inicialmente, uno reacciona con descreimiento a esas afirmaciones,
pensando que son solamente buenos ejercicios para el control de la respira-
ción, considerando el concepto de las vibraciones como algo esotérico.
Podemos ser afectados por las vibraciones emitidas por alguien que
está en armonía con el flujo universal, de la misma manera que uno puede
ser influenciado por los cánticos y los rezos. La presencia de los grandes
Maestros Espirituales suele producir ese efecto. El estado Mushín puede
ser transferido por asociación. Noté eso cuando allá por los años sesenta,
tuve la oportunidad de conocer personalmente al gran Maestro Jiddú
Krishnamurti en la Biblioteca Argentina de la ciudad de Rosario. Emanaba
de él, un halo de energía blanca y brillante que para los sensitivos era como
una esfera de santidad. Hablaba en su conferencia en idioma inglés y pare-
cía que hubiese sido innecesaria la presencia del traductor. A medida que
uno observaba sus gestos lentos y cuidadosos, envuelto en su sharí blanco
impecable, se comenzaba a sentir una paz interior y exterior cada vez mayor.
Todas las cosas que estaban a mi alrededor parecían cristalinamente claras
y uno sentía como si tuviese una visión de 180 grados. Mi respiración se
volvió más lenta... profunda, y parecía que tenía el mismo ritmo que la de él.
Estaba adquiriendo el mismo estado mental que el del Maestro, en otras
palabras, me fui incorporando a su Ki-Ai, a su aura.
No siempre una persona con un Ki-Ai fuerte ejerce una influencia agra-
dable o apaciguante. La fuerza interior que nace de la serenidad puede pe-
netrar en otras personas y hacerlas conscientes de su propia inquietud. Es-
tar al lado del Maestro de JUDO Tajuro Kumazawa producía la sensación
de que uno se encontraba ante una fortaleza inhibidora por el profundo res-
peto y hasta un cierto grado de temor. En cambio, estar en presencia del
Maestro Shun Matsubara, producía Paz.
Como el Ki-Ai de estos Maestros está muy desarrollado, sus comenta-
rios son tan profundos que pueden llegar hasta el alma. Ha habido circuns-
tancias en exámenes de JUDO y esto hasta con Judokas avanzados, que se
han sentido tan impresionados ante el Joseki (Mesa de Autoridades), que
276
han rehusado presentarse voluntariamente y ha habido que “empujarlos” hasta
el Dojo.
En los Artes Marciales suele usarse el Ki-Ai en forma de grito agudo,
corto y explosivo y su aplicación provoca reacciones asombrosas tanto en el
ataque como en la defensa. También es utilizado en algunos casos de reani-
mación de desmayados o sincopados (kappos o sistemas de reanimación).
El Ki-Ai del que hablamos ahora, no es un grito común, tanto es así,
que cuando está realizado correctamente sale desde el fondo del Hara y
produce vibraciones semejantes a las generadas por los cánticos religiosos
(Mantras). Se trata de una proyección de la energía vital (Ki) a través de la
garganta. Ese Ki-Ai es el resultado de la unificación de la respiración, la
postura y la concentración mental que centraliza su potencia en una acción
fónica. En verdad, esa concentración de fuerza es una canalización del Ki
desde el Hara.
En JUDO, en muchas oportunidades se emiten gritos al realizar las
distintas acciones de ataque o de defensa. La fuerza de ese Ki-Ai centraliza
la fuerza del cuerpo para que esa acción sea correcta y poderosa. Si la pos-
tura, la respiración y la concentración no estuviesen en armonía, es decir, si
el Judoka no actuase en estado Mushín, la fuerza del Ki-Ai no se canaliza-
ría libremente hacia la ejecución armónica de la acción. La vocalización ar-
moniosa del Ki-Ai, pone de manifiesto el nivel de armonía espiritual del Judoka.
En su libro “El arte caballeresco del Arquero Zen”, Eugen Herrigel
describe cómo sus flechas no conseguían recorrer la distancia de 28 metros
de separación que había entre él y el blanco. En una ocasión su Maestro, le
dio una explicación y las instrucciones que debía seguir:
“Sus flechas no llegan al blanco porque espiritualmente no recorren
grandes distancias. Se comportan como si el blanco estuviera a una distan-
cia infinita. Para nosotros, Maestros Arqueros, es un hecho conocido y com-
probado por la experiencia cotidiana que un buen arquero, con un arco de
potencia mediana, es capaz de llegar más lejos que otro que empuña un arco
más potente, debido a su estado de espiritualidad. Por lo tanto, el disparo de
la flecha no depende del arco sino de la presencia de espíritu, de la vivaci-
dad y de la atención con que es manejado. Pero, para desencadenar la fuer-
za total de esa atención espiritual, los arqueros deben ejercitar la ceremonia
de una manera muy parecida a como baila un experto danzarín. Los movi-
mientos de sus miembros partirán de aquel centro desde donde surge la
verdadera respiración (Tanden)... Si los arqueros se entregaran a la ceremo-
277
nia del tiro al arco como si se tratase de una danza ritual, su lucidez espiritual
llegaría a su punto máximo”.
La fuerza de atención espiritual de la que habla el Maestro Awa es
la del Ki-Ai. En el momento de la liberación de la flecha debe haber un esta-
do de armonía entre la respiración, la postura y la concentración mental del
arquero. Sin eso, el disparo no sería espiritual, como diría el Maestro
Awa. Se debe tener la sensación de que la flecha está impulsada simultá-
neamente por la fuerza de la respiración y de la atención y que, en vez de
detenerse en el blanco, sigue hasta el infinito. Sólo se puede conseguir eso,
si la liberación de la flecha es un acto natural y esa liberación sólo puede ser
natural si el cuerpo y la mente están unificados. Estos, así unificados se
dan en su totalidad cuando Tori y Uké ejecutan un Kata. Si éste, no
muestra un estado de comunión espiritual (Estado Mushín) entre los
dos ejecutantes, la muestra no pasa de ser nada más que una sucesión
de técnicas sin presencia de espíritu (Ki). Cuando en JUDO alcanzamos
la armonía perfecta en acción, nos armonizamos con el flujo de la vida en
el Universo y lo canalizamos hacia el acto de la aplicación.
El consejo que el Maestro Awa dio a Herrigel está repetido una y mil
veces por los Maestros Kano y Mifune en el arte del JUDO. Para ejecutar la
acción de manera correcta, será necesario armonizar la respiración, la
postura y la concentración mental, lo que permitirá que el Judoka comien-
ce a preparar el Ki-Ai mudo o sonoro que precede a esa aplicación.
Es obvio, que el propósito de practicar JUDO no es el de liberar el Ki-
Ai al aplicar las técnicas, sino todo lo contrario, el Ki-Ai se manifiesta ínte-
gramente al liberar el Ki. El Judoka con Ki-Ai transmite la fuerza de la sere-
nidad a todo lo que él hace, viviendo los principios del JUDO en su vida
diaria. La persona que vive diariamente los principios del JUDO, es decir
Máxima eficiencia en el uso de la energía y Prosperidad y Beneficios
mutuos, está en armonía con él mismo, con la vida y por lo tanto, tiene
armonía espiritual, que podríamos llamar manifestación del Ki o Ki-Ai.
Estoy convencido de que las distintas oportunidades en que pude ob-
servar al Maestro Chidrupananda, de las cuales he mencionado algunas,
pueden explicar el Ki-Ai como una canalización de la energía psicofísica (Ki)
a través de él. Lo que ocurrió fueron manifestaciones de esa energía algo
más o menos a lo que se siente en el Zazen (meditación) o en la entona-
ción repetida de cánticos (Mantras).
278
En los Artes Marciales, es posible canalizar esa energía que está siem-
pre por encima de la fuerza muscular. Es una técnica del entrenamiento Zen
incorporada a la práctica de los diferentes Caminos.
Existen muchas historias parecidas a las del Maestro Chidrupananda:
“Daito Kokushi, un gran Maestro Rinzai japonés, vivió entre los mendigos
con el propósito de iluminarse (Satori) a través de su determinación a vivir en
las peores condiciones posibles. Cierta vez, un Samurai degenerado, fue
hacia el grupo de mendigos para probar con ellos una nueva Katana (espa-
da). Daito le dice a los otros que se refugien y se sentó en meditación. El
Samurai se aproximó a Daito, empuñó su arma y le avisó “Prepárate. Mi
espada te va a cortar en dos.”Daito ni se movió. Entonces, un temor respe-
tuoso se apoderó del Samurai, que inmediatamente se batió en retirada.
Otra historia que recuerdo es la de la película Los siete Samurais:
“Un Samurai Ronín (aquellos que han perdido la protección de su Señor
feudal y andan por el mundo ofreciendo sus servicios a las poblaciones con-
tra ladrones y asesinos) para en una posada para comer. Su apariencia casi
rotosa deja mucho que desear. Un grupo de parroquianos que está sentado
en una mesa vecina comienza a embromarlo mientras el Samurai permane-
ce impasible. Cuando le traen la escudilla con la comida, una mosca comien-
za a revolotear cerca de ella. El Samurai con aire impasible, toma sus dos
palitos que usa como cubiertos, atrapa la mosca en el aire, la tira y comienza
a comer tranquilamente. Los parroquianos al ver esa acción huyen despavo-
ridos.”
De ninguna manera pretendemos argumentar que el Ki sólo puede ser
descubierto por los ejercicios del Zen. Muchos de los grandes líderes de
todas las religiones poseen atributos que pueden ser descriptos como Ki-Ai.
Lo que sí decimos es que, el Zen y los Artes Marciales proporcionan ejerci-
cios metódicos para entrenar a las personas en el desarrollo de esos atribu-
tos. De la misma forma, existen individuos carismáticos en diversas esferas
de acción, que tienen una energía personal que puede ser comparada con la
manifestación del Ki, es decir, tienen un gran Ki-Ai.
Además del control de la respiración diafragmática, la condición física
básica para dominar el arte del Ki-Ai, es la de dominar las posturas Zeiza
(arrodillada) y Shizei (parada), conservando el tronco recto, distendido, sua-
ve y elástico como una goma. Para llegar a ese estado, es necesario concen-
trar la energía (Ki) en el Hara, conservando los pulmones semi-vacíos. La
postura es un elemento importante en la respiración y los dos deben ser
estudiados simultáneamente. La respiración debe hacerse siempre por la
nariz, conservando la boca cerrada y el mentón apretado contra la glotis,
279
pero sin inclinar la cabeza hacia adelante. En el Zazen, el alumno aprende a
mantener la columna y la cabeza bien derechas de tal forma que la línea de
las orejas coincida con la de los hombros y con la articulación coxo-femoral.
La nariz en la línea del ombligo. Si se mantiene la boca cerrada y el mentón
adentro, los principales músculos de la garganta están tensos y la columna
vertebral se endereza, lo que da un vigor particular al bajo vientre (Saika
Tanden). El efecto que esa postura produce a nivel energético es muy gran-
de. Físicamente, esa postura correcta, activa la circulación de la sangre,
dándole vigor a los músculos y a los órganos. El efecto mental no es menos
considerable. En el entrenamiento de los Samurais y de los Maestros ZEN,
se ha enseñado siempre que conservar la postura descripta renueva el espí-
ritu e impregna al sujeto de un halo de dignidad, por la circulación energética.
Sucede exactamente lo mismo con la Shizen Tai.
Hay un dicho en el Bushido (Código del Samurai): Primero, la mirada;
segundo, la rapidez; tercero, el coraje y cuarto, la fuerza física. En el entre-
namiento del Ki-Ai también se le da mucha importancia a los ojos por dos
razones: la primera, por la necesidad de tener una visión rápida, clara y cer-
tera; la segunda, por la impresión que puede causar en los otros el mirar
directamente a todas las cosas. El célebre filósofo chino Mencius dice: “Los
ojos son el mejor criterio para juzgar a la gente. Cuando el espíritu de
un hombre es malvado, sus ojos están apagados, sin brillo. Escuche
hablar a ese hombre, mírelo a los ojos y verá que le resulta imposible
descubrir el secreto de su alma. Los ojos son el espejo del estado men-
tal y pocos hombres y mujeres con la conciencia culpable tienen ojos
claros, brillantes y la mirada directa. Aquel que estudie un Arte Marcial
y el Ki-Ai debe cultivar el hábito de mirar directa y firmemente a los ojos
que están delante suyo, sin pestañear”.
En japonés se llama Niguiri-Katami (apretar fuerte) al acto de estar en
Zeiza y cerrar con fuerza los puños con los pulgares adentro. Se dice que
esta postura vigoriza el cuerpo y permite sentir la presencia del Ki inundando
todo el cuerpo.
En todos los Artes Marciales ya sean hindúes, chinos, coreanos o
japoneses se le ha dado más importancia a la mitad inferior de la cintura que
a la superior, ya que se considera más efectivo colocar más fuerza en los
pies que en los brazos y en las manos. El Kodokan es famoso por sus técni-
cas de Ashi Waza. Cuando uno está muy asustado, sus miembros inferiores
quedan paralizados como si estuvieran petrificados. Si uno está seguro de
sí, sus pies se mueven con total y absoluta libertad. Por eso, para estudiar el
Ki-Ai uno debe entrenar cuidadosamente los pies, centralizando la fuerza en
280
el Hara y realizar ágil y armónicamente los Ashi Sabake y Tai Sabake. Ade-
más de los ejercicios básicos de desplazamientos y giros que se utilizan en
el JUDO, se pueden practicar otros ejercicios como el de golpear fuertemen-
te el suelo con los pies, saltar de un costado al otro con los brazos fuerte-
mente cruzados sobre el pecho o también caminar tratando de colocar el
peso del cuerpo sobre los dedos de los pies más que sobre los talones.
El Ki-Ai es la manifestación activa del Ki, es la explosión, la vida, la
expresión activa de la energía que empuja al hombre a una acción con la
firme resolución de llegar a buen fin; es el soplo que da el impulso para tomar
ventaja en todas las oportunidades que se presentan en la vida.
Psicológicamente, se podría decir que el Ki-Ai, es el arte de concen-
trar toda la energía mental sobre un objeto único, con la determinación de
vencerlo, doblegarlo, someterlo.
Físicamente, el Ki-Ai podría ser considerado como el arte de expulsar
el aire, en forma breve y explosiva para que toda la fuerza del cuerpo se
concentre en el Hara.
Su aplicación práctica consistiría en accionar física y mentalmente an-
tes que el oponente pueda defenderse.
A veces se habla de Ai-Ki en vez de Ki-Ai, creyendo que ambas expre-
siones quieren decir lo mismo y eso, no es así, ya que su traducción admite
una diferencia de interpretación en los Artes Marciales. Ki-Ai se refiere al
lado activo, positivo de la energía mientras que Ai-Ki a su lado pasivo, nega-
tivo. Esto, quiere decir, que el primero está centrado directa y activamente
sobre el objeto observado, actúa iniciando la acción, mientras que el se-
gundo se refiere a la fuerza en reposo que actúa siguiendo la acción. Para
la utilización práctica no es necesario hacer diferencia porque todas tienen
por objetivo la eficiencia máxima en el uso de la energía para lograr la
prosperidad y el beneficios mutuos.
El Maestro Yamaoka Tesshu, el más diestro Kendoka de su tiempo,
explicaba el arte del Kendo (esgrima japonesa) de este modo: “No fije su
espíritu sobre la actitud que tome su oponente, no la concentre tampoco
sobre su propia actitud o sobre su sable. Concentre su energía (Ki) sobre su
Saika Tanden (bajo vientre). No piense en dar un golpe sobre el oponente ni
en que éste le va a aplicar un golpe. Descarte toda premeditación y lance el
ataque en el instante mismo en que vea al oponente intentar empuñar el
sable”. Esta sería, verdaderamente, la canalización del Ki, es decir el Ki-Ai.
281
El JUDO, como su nombre lo indica, está basado en el principio
de la flexibilidad, de la suavidad, de la blandura que se opone a la fuerza
bruta, a la dureza, a la rigidez. Su eficiencia está condicionada a tener un
cuerpo repleto de Ki, con una gran flexibilidad y un enorme poder de
atención (estado Mushín) que le permita estar siempre alerta y en condicio-
nes de responder con el mínimo esfuerzo. El suave vence al fuerte, es el
dicho que explica la idea de la utilización eficiente del Ki. Para conseguir eso
es necesario practicar el Ki-Ai mediante los ejercicios del Zazen. Para que
estos ejercicios sean eficientes se debe estudiar primero la relación estrecha
que existe entre el Ki-Ai y la respiración.
Cuando uno expulsa todo el aire contenido siente que todo su cuerpo
se afloja como si fuera a caer. Lo mismo sucede cuando uno llena totalmente
los pulmones de aire. Se siente flotar y no puede controlar el cuerpo. En
cambio, si cuando estamos llenos de aire, expulsamos violenta y
explosivamente un 20% del aire contenido, emitiendo o no algún soni-
do, veremos que el cuerpo toma un potencial de fuerza que se acerca a
su máxima expresión.
En el lenguaje esotérico japonés, la inspiración total de aire se llama
Jitsu (plenitud) y la exhalación total Kyo (vida). Atacar la vida con plenitud
es un medio seguro para vencer (esto al menos en teoría). Prestando aten-
ción a lo anterior, podemos decir que el Ki-Ai es sinónimo del arte de con-
trolar la respiración. La frase que sigue, utilizada por los Maestros de Kendo,
dice: Ki-Ai No Kakerú, que puede traducirse: “Caiga sobre su enemigo
con un grito en el preciso momento en que éste ha exhalado su respira-
ción”.
La respiración con el Saika Tanden (bajo vientre) es conocida por los
japoneses como Fukushiki Kokyu (respiración abdominal profunda). Para
ejercitar esa respiración, vamos a explicar tres ejercicios:
1º “Tome un cinturón de JUDO que mida aproximadamente 2 metros,
rodee su pecho con dos vueltas del mismo a la altura de las últimas costillas
y ajústelo con un nudo. Intente ahora, inspirar aire por la nariz y llévelo al
bajo vientre. Repita ese ejercicio hasta automatizarlo. El tronco debe perma-
necer relajado, con los hombros bajos, la espalda bien derecha y arrodillado
en Zeiza, de tal manera que la punta de la nariz esté por encima de la línea
del Saika Tanden. Hay que habituarse cuando se está en Zeiza a apoyar las
nalgas sobre los talones; y unir los dedos gordos de los pies con los empeines
apoyados en el Tatami. Si quiere practicar este ejercicio caminando, en cada
inspiración proyecte el bajo vientre hacia abajo como si quisiera tocarse con
éste las puntas de los pies”.
282
2º “El segundo ejercicio consiste en acostarse boca arriba, colocar un
objeto con cierto peso (zapatilla, ojota) sobre el bajo vientre.
Luego, relájese, cierre los ojos y concentre su atención en empujar el
objeto hacia arriba con el bajo vientre cada vez que inspira (traga el aire). A
continuación, concéntrese en como baja el vientre cuando larga el aire. La
respiración debe ser únicamente diafragmática, es decir, sin inflar el pecho.
Este ejercicio puede hacerse también con un compañero que apoye el pie en
nuestro bajo vientre.
3º “El tercer ejercicio se practica sin usar ningún elemento y consiste
en arrodillarse en correcta posición Zeiza; luego cierre los puños con los
pulgares extendidos hacia afuera y apoyados sobre las ingles. En esa posi-
ción, expulse todo el aire contenido y hunda el bajo vientre con los pulgares;
luego, al inspirar empuje con su bajo vientre los puños que se deslizarán
hacia adelante sobre los muslos.”
Respiración positiva y negativa
La conservación del equilibrio dinámico, depende de la respiración.
Los Zenistas y Taoístas dicen que hay cuatro tipos de respiración: con los
hombros, con el pecho, con el bajo vientre y “con los dedos de los
pies”. Las tres primeras interesan al combatiente de JUDO. La cuarta está
reservada para los meditadores y los filósofos.
Los hindúes dicen que tenemos dos agujeros en la nariz para que por
cada uno de ellos entre un polo de la energía vital (Ki). Por la ventana iz-
quierda entra energía negativa y por la derecha, la positiva.
La respiración con los hombros o clavicular se considera en Oriente
como propia de un hombre enfermo, agitado o alterado. La forma de respira-
ción que se aprende en Occidente es la media o pectoral. Los Judokas
deben hacer la respiración baja o diafragmática. Eso explica la costum-
bre de los Judokas japoneses de usar el cinturón sobre el bajo vientre. La
presión abajo y la libertad arriba son muy importantes para el control del
cuerpo.
Las respiraciones profundas y continuadas con el pecho provocan vér-
tigo, un desequilibrio de oxígeno en el sistema sanguíneo que es peor que
estar sin aliento (lavado de oxígeno cerebral parecido al llamado
“apunamiento”), disipa la fuerza y deja a la persona sin equilibrio e indefensa.
La respiración está compuesta por dos actos: inhalación y exhalación
es decir, activo y pasivo. Los taoístas hacen su apreciación del cosmos
dividiéndolo en los componentes interactuantes Yin y Yang (llamados por los
283
japoneses indistintamente In-Yo, In-Ga, In-An) es decir, en las fuerzas ne-
gativas y positivas que se oponen pero que se complementan. En el centro
de la bandera de Corea hay un círculo, bisectado por una forma de “S” que
divide la misma esfera en algo parecido a los números 6 ó 9, una roja y la otra
blanca, como si se persiguieran una a la otra. Cada una, a su vez está perfo-
rada por un pequeño círculo del color contrario. Este es el símbolo místico
taoísta del Yin y el Yang, que representa al dualismo universal, lo mas-
culino y lo femenino, la noche y el día, el más y el menos. No puede
existir uno si no existe el otro. Los sabios antiguos llenaron bibliotecas tratan-
do de explicarlo. Los artistas lo expresaron en las estatuas opuestas NIO,
guardianas de los templos (ver carátula). Estas, están siempre de a pares
y representan el Yin y el Yang. Una de ellas se presenta siempre en el mo-
mento de inhalar o en el instante en que acaba de llenar sus pulmones
mientras que su compañera representa el instante de exhalar positivamen-
te (Ki-Ai). El inhalador estará siempre amartillando sus puños o desenvai-
nando un arma (preparando el ataque); el exhalador golpeando o acabando
de golpear (efectuando el ataque). Esto indica que el hombre es fuerte cuando
exhala y débil cuando inhala. El Judoka debe atacar en forma instantánea,
con un salto y una recuperación que parezca el restallar de un látigo, exha-
lando en forma explosiva por la boca (Ki-Ai). Los animales “salvajes” rugen y
los salvajes profieren gritos agudos y profundos en el momento de atacar.
Por eso, es importante estudiar el efecto de la respiración en los
ataques y en las defensas aplicadas en el JUDO. Este fue durante muchos
años un secreto guardado celosamente por los campeones japoneses.
En el Itto Ryu Bunsho (Propósitos de la Escuela Itto), encontramos
las frases siguientes: “ataque al adversario utilizando juiciosamente la
respiración” y “busque la oportunidad calculando la respiración”.
En otro viejo libro de JUDO se encuentra una explicación que aconseja
“es necesario hacer una inspiración profunda para tener firme la parte
superior del cuerpo. Apenas suelta un poco de aire, contenga la respi-
ración y concentre la fuerza en el Saika Tanden. Esto, produce gran efec-
to”.
De acuerdo al Maestro Mifume, 10º Dan (el hombre que fue campeón
invencible durante su juventud y el que tuvo la más larga carrera activa hasta
los 83 años): “Se debe atacar siempre expulsando violentamente el aire
que acaba de inspirar” Los otros expertos opinan de la misma manera.
Un alto grado de JUDO, Profesor de la Facultad de Medicina, de Tokyo
ayudado por otros médicos, ha podido determinar mediante estudios científi-
284
cos, que esos métodos empíricos y de experiencias personales tienen una
gran dosis de verdad. Nosotros, no vamos a explicar en detalle todas las
pruebas científicas que realizaron esos médicos con Judokas del Kodokan
y con estudiantes de la Facultad de Pedagogía de la Universidad de Tokyo,
pero en resumen podemos decir:
El cuerpo consigue la mayor concentración de fuerza posible cuando
exhala en forma violenta y explosiva aproximadamente un 20% del aire que
termina de inhalar. Esto sirve tanto para las acciones de ataque como para
las de defensa.
Muchas teorías fueron establecidas pero todas ellas fundamentadas
de manera imprecisa. En el Judo Taishen Roku (Gran Manual de Judo),
está escrito: “Es conveniente controlar que la respiración (tanto la inha-
lación como la exhalación), se realice por debajo de la línea del ombligo
(Saika Tanden) y nunca por encima de esa línea”. Esto significa que se
deben realizar respiraciones diafragmáticas y no toráxicas.
285
286
TEMA 12
FRECUENCIAS CEREBRALES Y
ESTADO M
ESTADO USHÍN DE
MUSHÍN
CONCENTRACIÓN PSI
ONCENTRACIÓN CO-FÍSI
PSIC CA
O-FÍSIC
287
288
Tema 12:
289
exhalación del último suspiro o expiración (muerte). En su libro Zen Kyudo,
Jackson Morisawa traduce ese proverbio como: Un disparo (flecha) y ex-
pirar. Esta frase invoca la imagen del último acto de un hombre agonizante:
el arquero que resume toda su vida en el disparo de una flecha. Una
traducción más coloquial del proverbio podría ser: Una acción (proyección,
palanca, estrangulamiento, golpe, etc.), una vida.
El Maestro Krishnamurti decía: “No hay pasado ni futuro, solamente
existe el ahora. La vida se vive de instante en instante”. Al comentar la expre-
sión Issha Zetsumei, Morisawa escribe: “Cada flecha es final y decisiva, así
como cada momento es el último”. El tiempo no puede ser regresado. Una
vez que un momento ha pasado, no puede ser repetido. En el Zen se recono-
ce que la vida no nos da una segunda oportunidad, por eso, debemos esfor-
zarnos en prestar total atención a cada instante en todas las acciones, por
más insignificantes que éstas puedan parecer. Tenemos que entregarnos
completamente a lo que estamos haciendo, cualquiera sea la actividad. Cada
acción debe ser ejecutada como si no hubiese otra cosa que hacer en la
Tierra. En el JUDO, significaría, concentrarse en cada acción como si esa
fuese la única y la última que el Judoka fuese a realizar en su vida.
Para poder comprender un poco más el tema de la concentración,
sería interesante hablar sobre el cerebro, las ondas y las frecuencias ce-
rebrales.
El cerebro tiene su historia, aunque evolucione con la especie y se
renueve constantemente. Esa historia está objetivada en nosotros, según
una teoría de Mc Lean, a través de tres cerebros:
1. Cerebro reptil o Arquicorteza;
2. Cerebro Mamífero Inferior, Cerebro Medio o Mesocorteza;
3. Cerebro Mamífero Superior o Neocorteza.
Estos tres cerebros sobreviven en nosotros y se manifiestan a través
de algunas conductas:
290
1. El Cerebro Reptil se sitúa por debajo del Cerebro Medio y son como dos
hinchazones sobre la columna vertebral. Este cerebro, tanto en el hombre
como en el animal, es responsable de tres aspectos claves de la existencia:
a) instinto:
Siguiendo los imperativos de este cerebro, tanto el hombre como el
animal cubren una serie de necesidades relacionadas con el instinto y, sobre
todo, el instinto sexual, a través de conductas elementales, rutinarias y
ritualísticas. Hasta en la pareja humana, este cerebro dirige los mecanismos
del galanteo, la relación sexual y la búsqueda del hogar. La hegemonía de
este cerebro, cuando es preponderante, en el Hombre es realmente tiránica
e inhumana.
291
b) territorialidad:
Por el influjo de este cerebro, tanto el hombre como el animal, defienden un
territorio. Esto puede verse sobre todo en los perros que continuamente y
con sucesivas orinadas van marcando su territorio. Todo lo que cruce o ame-
nace este territorio será atacado.
El hombre, como el perro y los demás animales, también establece
territorios y los defiende cuando éstos son invadidos o usurpados. (Aquí que-
da enmarcado todo lo relacionado con la “propiedad privada” y cuanto hace
el hombre para defenderla.)
El hombre no establece territorios olfativos sino visuales. En la evolu-
ción, éste, fue perdiendo el olfato por eso ha cambiado el formato de su
nariz, mientras iba agudizando la vista: paredes, techos, carteles de todo tipo
y color, alambradas, cercos, etc. En todos los lugares donde el hombre actúa
hay carteles “indicadores” de hasta donde llega su límite. Hasta el cartel con
el nombre en el escritorio de una persona indica su territorio: “esto es mío”,
“es mi lugar”, “aquí me siento yo”. El trono del rey expresa el sentido de la
territorialidad y del poder. El Joseki, está diciendo de alguna manera: “Aquí
estamos nosotros, la autoridad, debe saludarnos y no darnos la espalda...”
Es el imperativo del cerebro reptil que nos lleva a delimitar territorios y a
defenderlos como propios.
c) jerarquía:
Por el influjo de este cerebro, tanto el hombre como el animal estable-
cen jerarquías. Hay algo en este cerebro reptil que nos induce a reconocer
en alguien una diferencia jerárquica y respetarla.
Esto es evidente entre los animales: en un gallinero la introducción de
un nuevo gallo impone una serie de peleas con el gallo “dueño” del gallinero
y de las gallinas. En el zoológico se suele ver entre los ciervos cuales son las
hembras que siguen a determinado macho adulto y también, cuando los
machos jóvenes intentan medir fuerzas con los adultos para reemplazarlos
en su lugar de jerarquía.
El Joseki el lugar de las autoridades, del Maestro y sus ayudantes en
el Dojo, y todo el ceremonial del JUDO (Rei-Ho) no hacen otra cosa que
delimitar respetuosa Jerarquía. Al hombre, ese “algo” del cerebro reptil lo
conduce a establecer “posesiones” y “jerarquías de poder y autoridad”
por un lado; y, por el otro, a reconocer ese tipo de relación, si se trata de
un subalterno. Por ejemplo:
292
El Profesor de JUDO defiende a “su” alumno, aunque sea el peor de
los suyos, si éste es llamado al orden por un profesor de otra institución.
Allí, no está defendiendo a su alumno, sino a su territorio y a su propie-
dad, con una típica actitud reptil. Estas actitudes pueden explicar porqué
nos asombramos cuando un chico o un adulto ponen demasiado énfasis en
la palabra “¡mío...!”. Por qué repugnan tanto las actitudes de los “trepado-
res” y ciertas luchas que se dan en la comunidad, por conquistar el poder. En
psicología se habla del “Hombre enredadera”.
Esto explica, también, el tema de la adhesión de tantos seguidores a
ídolos deportivos, políticos o religiosos...! cuánto más fuerte sea la persona-
lidad del líder y más débil la del seguidor, tanto mayor será la relación de
dependencia y adhesión que se establecerá: más o menos así: el seguidor
“débil” se siente “fuerte” adhiriéndose a su líder...; siendo “insignifican-
te”, en la realidad se siente “importante” identificándose con él. Si no pue-
de sobresalir, porque no tiene aptitudes para líder, se pliega al líder para
sobresalir con él; si cree que puede ser líder, sobresale luchando contra él.
Los reptiles aborrecen los cambios y Mc Lean sugiere que “podría ser esta
tendencia, en nosotros, la que nos ata a las ceremonias, los ritos, las convic-
ciones religiosas y a los puntos de vista esclerosados”.
El cerebro reptil, antiguo o paleoncéfalo es, además, el que controla
el funcionamiento del cuerpo: regula los latidos del corazón, la respiración;
decide si los vasos deben dilatarse o si las vísceras deben contraerse, etc.
Es el que hace sonar la alarma y avisa sobre cualquier asunto de interés que
suceda en el cuerpo; ya que por él pasan y él controla, por decirlo así, todos
los cables de los órganos sensoriales.
293
cerebro es el que sitúa los hechos; pero sólo la corteza es la que llega a
interpretarlos.
Si se extirpa parte de este cerebro a ratas asesinas, se vuelven man-
sas... Si se estimula a un gato, a través de un electrodo, el gato erizará los
pelos y se preparará para luchar (es decir que se estimula un sistema esta-
blecido para la defensa y la conservación)
Este tipo de experiencias explicaría por qué entre los humanos exis-
ten líderes “mansos” (paternales) y líderes “dominantes” (rígidos y
avasalladores). Tendríamos también que estudiar en JUDO el comporta-
miento de los luchadores agresivos y de los técnicos, relativamente pasivos.
Los mansos tendrían, en principio, adormecido este cerebro y los
dominantes lo tendrían hiperexcitado. Esto, podría explicar como nosotros,
en distintas oportunidades podemos llegar a tener conductas tan dispares
como la agresión y la cooperación; sobre todo esta última, que es la que
representa el instinto gregario y comunitario y que es propio de este cerebro
medio. Todos los animales son gregarios y comunitarios, menos los reptiles.
3. El Cerebro Nuevo o Neocorteza con dos hemisferios (izquierdo y de-
recho): Es el cerebro propiamente humano. “Es la unidad que programa,
regula y verifica el comportamiento”. Sin este cerebro, los humanos no ten-
dríamos intenciones, no seríamos capaces de programar y diagramar nues-
tra vida; no seríamos capaces de pensar por anticipado...! No tendríamos un
Intus, una interioridad que nos permita ensimismarnos para meditar, pensar,
razonar, sacar conclusiones para decidir y luego recién, actuar.
¿No llamaron los griegos Prometeo (“el que piensa por anticipado”) al
prototipo creador del género humano, a quien se robó el fuego de los dioses,
a quien creó la agricultura, la alfarería y la metalurgia?
Los Cerebros Reptil y Medio están vinculados a las emociones y a lo
biológico. Esto es de tal manera inmodificable que, aunque la situación o
circunstancia en que se encuentre el individuo cambie, ellos (que conforman
la así llamada inteligencia biológica o instinto), siguen dando siempre la
misma respuesta.
La Neocorteza o cerebro nuevo, en cambio, es muy flexible y adapta-
ble a los cambios y a las diversas circunstancias de la vida del individuo.
Los cerebros reptil y medio están atados a los relojes biológicos: de-
penden mucho del ciclo solar y lunar. Tienen como un reflejo condiciona-
do a la actividad (con el ciclo solar) y a la pasividad (con el ciclo lunar).
Lo biológico realmente trabaja de día y duerme de noche. Por eso, cual-
294
quier dolencia biológica recrudece de noche. Es común observar como, a
consecuencia de la caída o disminución del biorritmo a la hora de la caída
del sol, comienza a subir la fiebre y como (estadísticamente comprobado),
alrededor de las cuatro o cinco de la madrugada, cuando el ritmo vital está
más bajo, se mueren las personas y se producen los partos, porque la madre
está menos tensa y facilita la parición.
Cuando a los ratones de laboratorio, se les altera el ritmo día-noche
oscureciéndole el día en un habitáculo especial y se le ilumina la noche, al
poco tiempo ese cambio de biorritmo les produce distintas formas de cáncer.
Esto se debería a que, al no poder percibir el ciclo lunar y solar, sus relojes
biológicos no se activan ni se sincronizan debidamente, produciendo
desequilibrios psicofísicos.
Así, el microcosmos, que es el hombre, quedaría descolocado en
relación con el macrocosmos que es el universo.
Esta situación de los cerebros reptil y medio, de estar atados a los
relojes biológicos, explica por qué, las experiencias biológicas que generan
son arquetípicas y escasas. Lo acumulado en estos cerebros se manifiesta
siempre igual “en las pautas de conducta de los seres humanos de todos los
tiempos, tanto entre los primitivos como entre los civilizados, tanto entre los
niños como entre los adultos, los locos como los normales”. Estos cerebros
serían el asiento del inconsciente colectivo.
La neo-corteza, en cambio, se mueve con mucha libertad en el tiem-
po, procesando información a velocidades pasmosas y generando una varia-
da multiplicidad de experiencias. Para darnos una idea de la cantidad de
experiencias que puede generar, pensemos que multiplicidad de manifesta-
ciones y originalidad de expresiones tiene el arte.
La neo-corteza actúa como control sobre el cerebro medio. Porque
éste, ansía poder, prestigio, riqueza y, como dijimos, es el responsable de la
agresividad y del ansia de “tener”; es impulsivo y porfiado, se impacienta
por conseguirlo todo enseguida. Por eso el cerebro medio es llamado el
cerebro caliente y la que le pone freno es la neo-corteza, el cerebro frío
que medita lo futuro y calcula el resultado de sus actos. La neo-corteza
constituiría la base material del inconsciente personal y de la consciencia.
En el hemisferio izquierdo, residen los mecanismos que tienen que ver con
la identidad de la persona.
Cuando empleamos el Hemisferio Cerebral Izquierdo, dominamos el
mundo exterior (físico) que nos rodea. Somos entonces, individuales, locales
e inmanentes.
295
El pensamiento predominante en este hemisferio es racional, ana-
lítico, lógico, verbal, numérico, lineal, razonador y realista. Si se tiene
una lesión, en este hemisferio, el hombre suele tener dificultades para leer,
escribir, y realizar operaciones aritméticas. A este hemisferio se le han atri-
buido características tales como:
- el día, como representación simbólica, para ejemplificar la claridad; el mun-
do en el que todo es claro; en el que las formas aparecen con nitidez.
- cerebro activo. Es un cerebro para relacionarse con el mundo externo
para captarlo, analizarlo y actuar sobre él.
- analítico: tiende a descomponer la realidad para poderla analizar y captar.
- lineal: significa que sigue una línea continua, lógica
- secuencial: procede por pasos, uno tras otro. Trabaja con un solo elemen-
to cada vez, con un solo aspecto.
- focal: que presta atención enfocada, selectiva, lo que supone prestar aten-
ción a un aspecto y dejar otros en la penumbra o al lado
- cognoscitiva: dirige el lenguaje y el pensamiento de tipo matemático-re-
flexivo.
En el Judo sería el cerebro típico que posee el Judoka luchador
nato que prefiere el Shiai el Goshín Jutsu como lo efectivo, lo contundente,
antes que los Katas, que son plástico, lo armónico, lo estético, lo suave.
Cuando empleamos el Hemisferio Cerebral Derecho, dominamos
nuestro propio mundo interior, tornándonos trascendentes, espirituales y
universales. el pensamiento predominante en este hemisferio es intuiti-
vo, sintético, difuso, pictórico, imaginativo y holístico.
Si una persona tuviese una lesión o herida en este hemisferio podría
sufrir una disminución en la visión tridimensional, en el reconocimiento de
formas y contornos, en las facultades mentales, en el razonamiento holístico
(capacidad de captar la totalidad y la interrelación de las partes); en la iden-
tificación facial (en muchos casos la persona lesionada en el hemisferio de-
recho no reconoce su propia imagen en el espejo).
Este hemisferio presenta características muy distintas a las del izquier-
do:
- la noche. Muchas fuentes, especialmente esotéricas, se refieren a ella
como el lugar donde todo es poco claro; donde las cosas desaparecen al
no tener luz.
296
- receptivo. El mundo llega a la persona y es recibido tal cual es, sin defor-
mación, sin análisis, sin intentar modificarlo.
- simultáneo. Tiende a captar todo a la vez. No capta aspectos sucesivos
de la realidad, sino la realidad misma sin aspectos; de una manera global
y simultánea.
- difuso. Porque la atención no se orienta a ningún aspecto en concreto;
donde no se toma un punto en el que se centra la atención y se dejen
otros. La atención no es selectiva, sino global y por eso necesariamente
difusa.
- atento: sin los límites que imponen las formas concretas y determinadas.
- espacial: Todo lo relativo al espacio lo trata este cerebro, mientras que lo
temporal pertenece al cerebro izquierdo.
- intuitivo y creativo: la habilidad lingüística es muy limitada. Dirige las ca-
pacidades artísticas.
- procesador de la información que le llega, de manera difusa...
Todas estas informaciones nos indican que las funciones que llama-
mos racionales se localizan principalmente, en el hemisferio izquierdo y las
intuitivas en el hemisferio derecho.
En el JUDO, serían aquellos que prefieren el estudio estético de las
técnicas, los Katas, lo armónico.
Centenares de científicos de todo el mundo e innumerables laborato-
rios tratan de penetrar en los secretos del cerebro humano, con sus diez mil
millones de neuronas que configuran una galaxia interior donde intentamos
buscar respuestas.
Ambos hemisferios no son únicamente sectores anatómicos, sino
culturales de la persona.
Occidente funciona casi exclusivamente valorando el cerebro iz-
quierdo y sus funciones. Es su auténtico ídolo. El derecho y su manera
de trabajar ha significado, en muchos momentos, una manera marginal
o insuficientemente apreciada. Le preguntan a un sacerdote católico que
había pasado 30 años en Oriente: ¿Padre, qué le agrada más, Oriente u
Occidente? Y el sacerdote contesta: “Cuando abro los ojos estoy en Occi-
dente, cuando los cierro estoy en Oriente”. Para no caer en la enajenación en
que se va sumergiendo constante y paulatinamente, Occidente tendrá que
encontrar la forma de utilizar la otra mitad de su cerebro en una forma más
297
profunda y definitiva. Este paso de su cerebro izquierdo a su cerebro dere-
cho es un riesgo no exento de miedos y de recelos, porque es pasar de la
mentalidad del “tener” a la del “ser”.
Oriente ha cultivado en forma más profunda y exclusiva el hemisferio
derecho, que es el que lo capacita más para la contemplación, la intros-
pección; para ese proceso misterioso del salirse del mundo exterior para
meterse en su mundo interior, es decir, ensimismarse, ir más allá de las
formas, de los límites para ponerse consigo mismo de acuerdo, reencontrarse,
pensar, meditar, razonar, sacar conclusiones y luego decidir, sin apremios.
Sin utilizar los rudimentos del cerebro reptil del ataque o la huida, propios del
individuo alterado, fuera de sí.
De todos modos, el cerebro derecho no debe ser observado como una
alternativa de reemplazo del izquierdo, sino todo lo contrario, a lo que se
apunta es a una integración de todos los niveles de nuestro cerebro. En el
cerebro derecho, educación, religiosidad, sociedad, incluso, representan va-
lores distintos a los tradicionales entre nosotros.
Cuando se realice la integración a la que todos tenemos derecho, se
habrá iniciado una cultura superior y global con superficie y fondo; con cono-
cimiento y con experiencia; con lógica y con intuición; con palabra y con
silencio, que dará lugar a la aparición del Hombre Nuevo.
La mente es un sistema operacional de procesos. En términos de
energía es inmaterial, insensible e intangible. En los hombres diestros, el
hemisferio dominante es el izquierdo. En los zurdos, el derecho. La actividad
no consciente de la mente se localiza en el no-dominante. La supervivencia
está a cargo del intelecto de la mente inconsciente.
Ambos hemisferios operan funciones diferentes. El intelecto de la mente
consciente depende del hemisferio dominante. Sus productos son: el pensa-
miento, la percepción, los sentimientos, la memoria, la imaginación, la volun-
tad, la intención. Realiza funciones lógicas, matemáticas, discursivas, analí-
ticas. Focaliza las partes. El no dominante está a cargo de la captación
inmediata y de las totalidades, las cuales no pasan ni por el espacio ni por la
lógica. El dominante hace la síntesis de lo que el otro captó: clasifica, pone
palabras, tiempo, espacio, formas.
Para que esta información global llegue y sea captada por el hemisfe-
rio dominante es necesario que no haya bloqueos de vías de conexión. A
medida que uno se entrena en técnicas de integración (meditación Zazen),
facilita el desarrollo de habilidades del hemisferio no-dominante. Estas fun-
ciones se hacen más evidentes y no necesitamos tanto de la “traducción” del
298
dominante. Lo que se busca es tratar que éste trabaje menos y el otro pueda
expresarse.
El investigador cerebral Ned Herrman examinó a más de 7.000 perso-
nas para descubrir cual era el lado de su cerebro que usaban más. Descu-
brió una estrecha relación entre el predominio de los hemisferios y la manera
en que los sujetos se ganaban la vida: los sujetos orientados hacia el hemis-
ferio izquierdo eran casi siempre abogados, escribanos, contadores, médi-
cos, expertos en asuntos fiscales, etc. Son estos empleos los que tratan
información lógica relacionada con el lenguaje. Los que empleaban más el
hemisferio derecho resultaron ser poetas, políticos, músicos, arquitectos,
empresarios, bailarines. Los estudios de Herrmann demostraron que las
personas que más éxito tenían en cualquier ocupación eran las que utiliza-
ban ambos hemisferios. A esa integración tienden los agentes constitutivos
del JUDO (Randori, Kata, Shiai, Goshín Jutsu).
El JUDO provee actividades que ponen en trabajo activo los dos he-
misferios cerebrales: Cuando se trabaja activamente en Randori, Shiai o
Goshín Jutsu, está funcionando el hemisferio izquierdo y cuando se ejecuta
un Kata o se estudia algunas de las combinaciones (Renzoku Waza) o con-
tras (Ura Waza ) del Yakusoku Gueiko (Práctica convencional) se está en el
uso del hemisferio derecho. Puede deducirse de esto que, por un lado, nos
explicamos como hay Judokas que tienen preferencias por el Shiai y otros
que “no sirven” para competir eligen los Katas. Por el otro lado que, cuando
el Judoka practica cualquiera de los agentes del JUDO está poniendo en
actividad los dos hemisferios simultáneamente: el hemisferio izquierdo bus-
cando la efectividad, lo práctico de las técnicas y el hemisferio derecho bus-
cando la perfección estética, la armonía y la economía del esfuerzo.
El hombre genial, el hombre intuitivo, el hombre realmente creador, es
siempre una persona que emplea el hemisferio cerebral derecho. Si
chequeásemos a los “número uno” en sus respectivas actividades, con un
electroencefalógrafo y una vez que los tuviésemos conectados al mismo, les
pidiésemos que pensasen en su última actividad exitosa, el aparato ensegui-
da registrará un gran incremento de ondas alfa. Porque estas ondas, cuya
presencia está asociada a la actividad del hemisferio cerebral derecho,
van invariablemente unidas a la genialidad.
El lector ahora, se preguntará con justa razón ¿qué son estas ondas
Alfa?
Aunque en general, hoy ya es bastante común leer notas o hallar refe-
rencias en todos los medios de comunicación masiva, sobre el poder del
299
pensamiento alfa, los estados alterados de conciencia, control mental,
meditación trascendental, etc.; daría la impresión de que cuesta mucho
entender y entendernos como una totalidad, una unidad. Como una armo-
niosa confluencia de inmanencia y trascendencia; de materia y espíritu; de
interioridad y exterioridad, como aspectos de una misma realidad básica.
El cerebro es un equipo eléctrico. Esto quiere decir, que es un
equipo que tiene su propia planta generadora de energía y que opera
eléctricamente en 25 vatios de potencia. Sin embargo, es distinta al tipo
de energía ordinaria que conocemos normalmente como “electricidad” en el
uso hogareño, comercial e industrial. La energía cerebral se caracteriza
por ser más lenta y pulsátil. Es una energía especial o bío-energía, Ki, Chi,
Prana emanada del gran KI Universal o Cósmico.
Por ser pulsátil es continua, constante en dirección; pero, al mis-
mo tiempo es una corriente que varía periódicamente en intensidad y
cantidad de pulsiones. Esto quiere decir, que el cerebro opera a través de
sutilísimas vibraciones, de imperceptibles pulsiones y latidos.
Es cierto que todos nuestros órganos vibran y laten continuamente;
pero el ritmo y la intensidad con que lo hacen varían mucho de uno a otro. Es
notoria la diferencia que existe en el ritmo y la intensidad de pulsión de un
corazón y la de un cerebro. Esta diferencia de ritmo y de pulsión implica, en
la práctica, que la actividad de cada uno se determine a través de distintas
unidades de medida.
En la medición de la actividad cardíaca, la unidad es el minuto y en el
cerebro la unidad de medida es el segundo. Es decir: cuantas veces late el
corazón en un minuto y el cerebro en un segundo. Por eso, en la medición de
las pulsiones cerebrales se habla de ciclos por segundo (CPS).
El primer registro de las frecuencias cerebrales lo realizó, en el
año 1925, el psiquiatra alemán Hans Berger, a través del
electroencefalógrafo: un complicado equipo capaz de detectar el volta-
je que la actividad eléctrica del cerebro genera a través del cráneo y del
cuero cabelludo.
La ciencia determinó hasta ahora, cuatro frecuencias cerebrales:
· DELTA: de 0.5 a 4 C. P. S. (ciclos por segundo)
· ZETA: de 4 a 7 C. P. S.
· ALFA: de 7 a 14 C. P. S.
· BETA: de 14 a 21 y más C. P. S.
300
Medición de la frecuencia de las ondas cerebrales mediante el electro-encefalógrafo.
301
Las ondas DELTA, entre otros casos, están asociadas al sueño, al
sueño profundo, o a estados graves, tales como tumores, aproximación a la
muerte, etc. Son las ondas del inconsciente.
Las ondas ZETA corresponden a un estado próximo al sueño. Es el
estado que le precede y se llama también de pre-sueño donde pueden apa-
recer sensaciones similares a las producidas por la droga. Se da en niveles
de anestesia quirúrgica. Alucinación creadora; creatividad. Las ondas ZETA
pueden ser grandes o pequeñas en amplitud y pueden aparecer en cualquier
parte del cerebro, pero son muy frecuentes en el electroencefalograma.
No se sabe con seguridad a qué tipo de conducta vienen asociadas las
diferentes clases de ondas ZETA. Aquí se producen los estados “hipno-lógi-
cos” o de imágenes muy vivas que suelen preceder al sueño verdadero.
En las ondas ALFA el cerebro se muestra receptivo frente al ambiente,
apareciendo los deseos y los miedos y tiene una frecuencia de 7 a 14 C.P.S.
Son ondas de la conciencia interiorizada, vuelta hacia el mundo
interior. Nivel de profundidad. Lucidez pasiva. Como dice Zuzuki en el
Budismo Zen: “un estado conscientemente inconsciente o inconscien-
temente consciente”. Representa otro tipo de dinamismo ligado más a
la posesión y asimilación de la realidad que a su traducción simbólica o
manipulación por la actividad. La conexión entre el ritmo ALFA y la tele-
patía es fundamental. El ALFA es, al parecer, la trama que condiciona la
mayoría de los fenómenos “paranormales”. Es posible, que signifique un re-
poso en la corteza cerebral en beneficio del cerebro primitivo, de la zona
arcaica del mismo. El ALFA no engendra la relajación sino que la relaja-
ción engendra el ALFA. Estar en ALFA, significa que la puerta está abierta
hacia niveles más profundos de la propia mente y del propio cerebro.
Es un estado de atención relajada y que los japoneses llaman Estado
Mushín. Generalmente existe en estado de relajación (reposo sensorial
y mental). Las neuronas están perfectamente sincronizadas. Frente al
pensamiento lógico la intuición toma relevo. Es un estado creativo que
facilita la asociación de imágenes. Tiende a desaparecer el tiempo y el
espacio. Existe únicamente el “Ya”, el “Ahora”. El tono muscular tiende a
disminuir. La atención es difusa. Los niveles de percepción disminuyen. Pre-
dominan las características sensoriales sobre las formales. Es un nivel
vivencial. La relación “sujeto-objeto” tiende a ser reemplazada por un
estado de “comunión” entre la postura, la respiración y la concentra-
ción mental. Las formas y los significados tienden a desaparecer, no hay
pensamiento.
302
En Alfa, se va esta-
bleciendo una progresiva
conciencia de unidad (Es-
tado Mushín). Disminuye
la sensación de los límites
del “yo”. Existen distintas
formas de ondas ALFA,
con una cierta oscilación
en cuanto a los ciclos por
segundo y en cuanto a la
amplitud de las mismas.
Es el estado óptimo para
la práctica de los agen-
tes del JUDO (Kata,
Randori, Shiai, Goshín
Jutsu), y podría hablarse
de un estado de medita-
ción activa.
En las ondas BETA
la consciencia se exterio-
riza, se vuelve hacia el
mundo exterior. Está
atenta al “Ya”, al “Ahora”,
al “Instante”, a lo que está
realmente aconteciendo,
no hay pasado ni futuro.
Podemos hablar de una
conciencia activa que, me-
diante el pensamiento y la
acción, tiende a configurar
el mundo, a hacer objetos,
solucionar problemas, ca-
minar tras un objeto, mirar
hacia el futuro. Es una con-
ciencia ocupada en algo
que limita. Predomina en este nivel la musculatura estriada. El tono muscular
está aumentado. La atención es selectiva, focalizada. Se dan altos nive-
les de percepción. Predomina el pensamiento lógico, las características
formales sobre las sensoriales: forma y significado tienen preferencia sobre
colores y textura. Su verdadera esencia es el lenguaje verbal, la palabra. Es
analítico. Existe conciencia de pluralidad. El sujeto se advierte como distinto
303
de los demás creando la relación “sujeto-objeto”, “yo-tú” y en general lo
que en Oriente se ha dado en llamar la dualidad polar (Yin-Yang). La autén-
tica y perfilada sensación del yo, como verdadero protagonista de la
actualidad. Es el ámbito de la voluntad, de la decisión y del esfuerzo. Es
un nivel de excitación, de ansiedad, de tensión, de superficie. Es el es-
tado justo para los Gueiko, Uchi Komi, Tandoku Rensyu, Jumbi y Seiri
Undo es un estado de estrés bueno.
El mundo físico, es espacio-temporal. Para manejarse en este
mundo físico, el ser humano está dotado, por ahora de los 5 sentidos
(vista, oído, olfato, gusto y tacto), además de otros recién descubiertos
como el sentido kinestésico o de las acciones musculares, el sentido
cenestésico o de las sensaciones orgánicas y el témporo-espacial o de
ubicación en el espacio. Todos ellos aportan los datos necesarios para con-
ducirse en este mundo físico. Necesariamente, estos sentidos, por ser físi-
cos y por estar ligados a lo espacio-temporal, sufren limitaciones que son
propias a esta dimensión.
El mundo espiritual carece de tiempo y espacio. Para desempeñar-
se en esta dimensión el ser humano está dotado de una réplica energética
de los sentidos mencionados más arriba (cuerpo astral, cuerpo mental, cuer-
po emocional) estos sentidos no están ligados a los límites más comunes
que imponen el tiempo y el espacio. A través de ellos, ubicándose en esta
dimensión, el ser humano puede ver-oír-olfatear-gustar-tocar, contracturarse
y relajarse, sentir sus órganos y no llevarse las cosas por delante. En este
nivel espiritual se dan las actividades parapsicológicas.
El estado mental que debemos esforzarnos alcanzar en los Artes Mar-
ciales es el llamado en japonés MUSHÍN y equivale al estado ALFA. Se trata
de una palabra compuesta: MU: significa vacío o nulo y SHIN quiere decir
corazón o mente.
En general MU es traducido como mente vacía, mente en blanco o
sin mente. El concepto más aproximado en nuestra lengua castellana sería,
probablemente inconsciencia, que no es una traducción realmente exacta,
ya que en el Mushín el individuo permanece consciente de lo que está suce-
diendo. Suzuki describe al Mushín como un estado en el que se está in-
consciente. La indivisibilidad de la mente y el cuerpo muestran que es iluso-
rio considerar el Mushín como un fenómeno exclusivamente mental, sino
como un estado donde predomina el cuerpo energético (kínico, pránico,
chinico, etérico, etc.).
304
No se puede alcanzar ese estado a través de la razón, ya que no pue-
de haber mente en blanco sin una buena postura y sin una respiración con-
trolada (Fukushiki Kokyu).
Un término estrechamente relacionado con el Mushín es el Satorí (es-
tado de iluminación) y que consiste en una forma intensa de concentración
psicofísica, durante la cual se pierde el sentido de uno mismo y de los otros.
El Estado Mushín y el Satorí son dos aspectos diferentes de un mis-
mo fenómeno.
Quizás pueda entenderse mejor el Estado Mushín considerándolo como
el flujo de la conciencia humana. La mayoría de nosotros mantiene un cons-
tante diálogo interior que se perpetúa a través de una ininterrumpida corrien-
te de asociaciones. Este diálogo nos distrae, nos dispersa, impidiendo con-
centrarnos completamente en lo que estamos haciendo. Supongamos por
ejemplo que usted está caminando por la calle y de pronto oye un ruido.
Inmediatamente se pregunta que habrá pasado y acto seguido imagina algo
específico: tal vez haya sido un accidente.
Estos pensamientos llevan a otros, como el recuerdo del accidente
que uno vio por televisión la noche anterior, lo que a su vez lo lleva a pensar
en otras noticias de ese día. Cada pensamiento nos lleva a otros pensamien-
tos, como un encadenamiento, oscureciendo la percepción que tenemos del
mundo. En el Zen a esos pensamientos se los llama ilusiones y en el caso
de que uno se deje llevar por ellos, se dice que está preso de esas ilusiones,
o que se demora en ellas o que está obstruido por ellas. Se dice también,
que la mente está invadida por pensamientos intrusos, es decir, aquellos
que invaden la concentración, que distraen, que fragmentan.
En el Estado Mushín, la mente no se distrae por los pensamientos
intrusos o ilusorios. Los pensamientos van y vienen, pero la mente no se
desconcentra del pensamientos central. Dice Daniela Krukower, reciente
campeona mundial de Judo, que durante los encuentros no ve otra cosa
que al oponente, no se distrae, está focalizada en su única preocupa-
ción: luchar.
En el Estado Mushín, el sonido de la sirena de una ambulancia no es
seguido por las noticias de la noche anterior. Este es el estado natural de la
conciencia y una de las metas del entrenamiento mental en JUDO. La expe-
riencia del Estado Mushín puede compararse con la capacidad de ver a
través de nuestros pensamientos de la misma forma como entrevemos a
través de una hélice en movimiento. Se ven las cosas en una forma pura, no
oscurecidas por pensamientos ilusorios, intrusos. La conciencia pasa, en-
305
tonces, a fluir libremente; puede moverse de objeto en objeto, de aconteci-
miento en acontecimiento. Ese estado es el que permitirá tratar a cada mo-
mento como si fuese el último. Atacar y defender como si fuera el últi-
mo acto de la vida, sin que interfiera la duda, el miedo, el raciocinio.
El desapego de los pensamientos y la concentración dirigida hacia las
acciones de cada instante son ilustrados jocosamente por la siguiente histo-
ria sobre el Maestro Zen Tanzan y su discípulo Ekido:
“Cierta vez Tanzan y Ekido estaban caminando juntos por una calle
embarrada. Llovía torrencialmente. Al aproximarse a una curva, se encuen-
tran con una linda joven que usa un kimono de seda ceñido con una faja. La
joven no sabía como atravesar el camino.
-Venga joven, le dice Tanzán, sin titubear. Y levantándola en sus bra-
zos, la cargó y cruzó el barro. Ekido se quedó callado hasta la noche en que
llegaron al templo en que iban a pernoctar. Ya allí, no pudo contener su curio-
sidad y preguntó a su Maestro:
-Nosotros los monjes no debemos acercarnos a las mujeres -le dijo a
Tanzán- especialmente si son jóvenes y atrayentes. Es peligroso. ¿Por qué
Usted Maestro hizo eso?
-Yo dejé a la joven allá -respondió Tanzán- Usted todavía la está car-
gando”.
La idea de concentrarse completamente en lo que se está haciendo,
es a veces mal interpretada por las personas sin experiencia en el JUDO ya
que esa concentración, no significa la exclusión del resto. Estamos tan ab-
sorbidos por lo que estamos haciendo en cada instante, a tal punto que no
tomamos conocimiento de lo que sucede a nuestro alrededor. No es correcto
comparar el Estado Mushín con la situación de una persona entretenida con
un buen libro o con la de un niño con los ojos fijos en el televisor. Por el
contrario, el tipo de concentración desarrollada en el JUDO hace que tenga-
mos una percepción más intensa de lo que pasa a nuestro alrededor, es la
atención alerta. Existen relatos de monjes Zen que son capaces de oír la
ceniza que cae de una varilla de incienso cuando están haciendo Zazen
(postura arrodillada de meditación). Cuando se tiene la disposición de es-
píritu apropiada, la visión periférica se vuelve mayor; se obtiene una
visión panorámica, una percepción amplificada. Es una visión de 180º.
Se percibe vivamente todo lo que pasa a nuestro alrededor pero no nos que-
damos fijados en nada. Buena parte de nuestro diálogo interior envuelve
pensamientos sobre nosotros mismos. En el Estado Mushín, se pierde ese
sentido de autoconciencia y de auto-reflexión. Cuando estamos haciendo
306
alguna cosa, observando una puesta de sol, por ejemplo, perdemos la sen-
sación de que somos nosotros los que estamos observando, de la misma
forma que perdemos el diálogo interior que nos dice lo hermosa que es. En
el Estado Mushín simplemente sentimos la puesta de sol. No hay ges-
to, no hay palabra, solamente vivencia.
La práctica del Zazen, proporciona un estado, en el cual el Judoka
tiene más facilidad para percibir, cuando está abstraído en su diálogo
interior. El Zazen generalmente, es practicado en ambientes silenciosos
(Dojo), en los cuales, los estímulos externos distractivos son mantenidos en
sus mínimos niveles. Con todo, aunque las distracciones sean de origen
externo, el Judoka desvía fácilmente su atención por la cadena de asocia-
ciones de pensamientos intrusos que fluyen en su mente. Es sabido que
los cinco sentidos (oído, vista, olfato, tacto, gusto) son los que nos
ponen en contacto directo con el mundo exterior y esa relación es la
que nos produce una alteración (alter: lo otro que no soy yo) en nuestra
concentración mental. Los sacerdotes teniendo en cuenta esa posibili-
dad de distracción han inventado un ambiente que facilita la concentra-
ción mental. Para el oído, introduce en el templo la música suave y ar-
mónica del órgano o del coro. Para la vista, la penumbra y la imagen de
la virgen y de los santos que están siempre a treinta grados por encima
de la visión normal del adepto; esta altura no es casual, la presión de
las vértebras cervicales y el entrecerrado de los párpados facilita la vi-
bración en ondas ALFA (entresueño). El olfato, se anula con la quema
del incienso. El tacto, se anula entrecruzando los dedos o recorriendo
el rosario; y por último, el gusto, se anula moviendo constantemente la
lengua en la oración. La tranquilidad del ambiente le hace más fácil la
percepción de la aparición de los pensamientos intrusos que quieren
distraerlo de la idea central de la meditación. Al inmovilizar el cuerpo con
la postura, a la mente sólo le queda el recurso de apegarse a pensamientos
externos. A cierta altura, sin embargo, el practicante notará que esos pensa-
mientos están encubriendo su percepción. El reconocimiento de que se está
deteniendo en esos pensamientos, es una señal para ajustar la respiración y
la postura y para concentrarse en la cuenta de las respiraciones. El Judoka,
entonces, se vuelve capaz de concentrarse completamente en cada respira-
ción, siéndole posible tratarla como si fuese una entidad aparte. El Zazen, en
ese sentido, transfórmase en un medio para lograr el Estado Mushín.
El proceso del JUDO también puede ser visto como un método
activo para llegar al Estado Mushín a través de la integración de la respira-
ción diafragmática, de la postura y de la concentración mental. En el JUDO,
la fijación en pensamientos intrusos es una tentación constante. Cualquier
307
pensamiento ilusorio puede alterar el estado de plena concentración tan
necesario para la práctica. Acontecimientos o problemas de la vida (relacio-
nados con el empleo, las finanzas, la familia) pueden invadir la mente y per-
judicar la concentración mental. Al aplicar una técnica de JUDO, lo más difícil
es evitar seguir los pensamientos relacionados con el propio desempeño en
esa técnica. La idea sería, entrenándonos en el Estado Mushín, que cada
técnica fuese aplicada sin tener en consideración los desempeños pasados
o futuros, de la misma forma que el Maestro Tanzán fue capaz de no dejarse
distraer por la visión de una bella mujer. Para conseguirlo, será necesario
ajustar permanentemente nuestra postura y nuestra respiración, de tal ma-
nera que pueda mantenerse la concentración en la acción.
Aplicar al JUDO el principio: una acción, una vida, significa prestar
atención continua a cada técnica que se aplica y a cada gesto en el proceso
de la aplicación. Concentrarse en cualquier otra cosa sería engañoso. Sin
embargo, ese concepto sin práctica intensa sólo puede ser comprendido en
el nivel intelectual. Poder llegar a hacerlo en la práctica, exige años de acon-
dicionamiento físico, mental y emocional.
En el Uchi Komi (repetición) del JUDO, las proyecciones se repiten
cientos y cientos de veces. No debe hacerse distinción, en cuanto a concen-
tración mental se refiere, entre el Randori (entrenamiento libre) y el desem-
peño en el Shiai (competencia real), salvo por su intensidad. La meta es que
cada acción practicada sea importante, es decir, aplicada como si fuese la
única técnica de la tierra; como si la vida del Judoka dependiese de ella. La
aplicación de una técnica donde el resultado puede ser visto fácilmente, hace
que sea muy difícil para el Judoka no pensar en su desempeño. Suponga-
mos, por ejemplo, que uno ha realizado una aplicación técnica defectuosa,
los pensamientos de autocensura, de desánimo o de contrariedad podrían
continuar cuando se volviese a presentar una nueva oportunidad de aplica-
ción para otra técnica. Podríamos estar tentados a imaginar lo que habría
acontecido si no hubiéramos errado el ataque anterior al hacer el próximo
intento. De la misma forma, digamos que hemos conseguido cierta aplica-
ción que no fue Ippon. Nuestra mente podría ser invadida por sentimientos
de exaltación o de superioridad con relación al oponente. Al realizar un nue-
vo ataque, podríamos seguir todavía pensando en lo bueno del ataque
anterior. Otras consideraciones con respecto a futuros ataques, podrían ve-
nir a la mente. Podríamos notar que nuestro Kumi Kata (sujeción de la ropa),
fue incorrecto, resolvemos no cometer el mismo error en la próxima vez y
comenzamos a planear la próxima acción.
308
En JUDO, el Randori-Shiai se efectúa con varios oponentes de a uno
por vez, lo que tiene claras implicaciones psicológicas. Eso hace más difícil
la conservación del Estado Mushín. Vencer o perder en uno de los encuen-
tros de un Randori o de un Shiai, aumenta la tentación de pensar en el
próximo encuentro. De la misma forma, habiendo acertado o fallado en la
aplicación de una técnica y siendo eso claramente visible, se vuelve muy
difícil, no pensar en esa aplicación que pudo ser definitoria.
Los aspectos técnicos del JUDO son extremadamente complejos; en
los Katas (formas establecidas), todos los gestos están prefijados hasta en
sus pormenores, desde el saludo, la posición inicial, las técnicas, el ritmo
respiratorio, la forma de sujetar al oponente, etc. La mente puede detenerse
con facilidad en cualquiera de los aspectos de la secuencia de esas técnicas.
Al aplicar una proyección, por ejemplo, se podrá notar que el Shintai (des-
plazamientos), el Tsukuri (posición para romper el equilibrio), el Kuzushi
(orientación del desequilibrio), o el Kake (proyección) no fueron bien aplica-
dos. Si nuestra mente se detuviera en cualquiera de esos detalles, se conti-
nuaría pensando en eso durante los otros pasos de la secuencia de un Kata,
y se perdería la armonía que es, en definitiva, su esencia.
Es en el Estado Mushín que nos volvemos capaces de compren-
der los principios subyacentes del Universo, esto es, del RI. La tranqui-
lidad de la mente y la liberación de los pensamientos ilusorios, nos capacitan
para observar y conocer al mundo de manera diferente. Esa comprensión
surge como una especie de explosión de la intuición. Como se dice en
japonés, el Myo, es el acto instantáneo, repentino, alucinante, envolvente,
expansivo, cuando el asombroso mecanismo del funcionamiento del
Universo es revelado. El hecho de estar en Estado Mushín, permite que el
Judoka esté de acuerdo con los principios subyacentes del JUDO: “Eficien-
cia máxima en el uso de la energía (Seiryoku Zen’Yo)” y “Prosperidad y
beneficios mutuos (Jita Kyoei)”. Estos dos principios conforman la base
sustentadora del JUDO Kodokan, el objetivo supremo que solamente puede
ser comprendido y asimilado por aquellos que han dominado la técnica y el
espíritu de combate, elevándose por encima de triunfos y derrotas. Estos
dos principios están representados en Oriente por dos ideogramas simbóli-
cos que podrían traducirse sintéticamente así: “Suavidad y Firmeza, uni-
das inseparablemente como si fueran una sola cosa” (Jo-Go-Ichinyo) y
“El Cielo y la Tierra forman la unidad” (Ten Nin Goitsu).
La comprensión proveniente del Estado Mushín no se limita al estado
cognitivo o intelectual. En el Zen, cualquier comprensión que no esté liga-
da a la acción es considerada incompleta. Retornando al ejemplo de la
309
aplicación de una técnica en JUDO, no basta el mero conocimiento o la mera
percepción del momento exacto del ciclo de oscilaciones mentales en que la
acción debe ser aplicada. Es preciso, al mismo tiempo, tener ese conoci-
miento y aplicar la acción. En el Estado Mushín se actúa de una manera
naturalmente correcta; es decir, en consonancia con los principios sub-
yacentes del Universo. Para poder actuar de acuerdo a esos principios,
necesitamos perder el sentimiento de que somos nosotros los planificadores
o creadores de nuestras acciones. Buena parte del diálogo interior traba nues-
tra mente, que gira en torno a pensar o planificar lo que tenemos que hacer.
Tales pensamientos, son verdaderamente ilusorios. Ellos incluyen la planifi-
cación del futuro, impidiendo por lo tanto, concentrarnos en el presente, de
instante en instante. Esto puede ser comprendido mejor si repasamos una
vez más el hecho de las aplicaciones técnicas en JUDO. Si en el momento
exacto de una aplicación, nos preguntáramos algo así como: ¿ Aplico aho-
ra?. Cuando esa acción fuera efectivamente aplicada, ya sería demasiado
tarde. En el Estado Mushín no se está preso de los pensamientos relaciona-
dos con las acciones porque aquellos cortan, impiden a éstas. Así como
podemos observar una puesta de sol sin que un diálogo interior nos diga lo
hermosa que es, también podemos actuar sin que un diálogo interior nos
diga lo que hay que hacer y cuando. En ese caso, la percepción intuitiva del
momento apropiado coincidirá con la misma acción.
En el Estado Mushín estamos libres para actuar de acuerdo con los
principios subyacentes del Universo. Tal como el jugador de béisbol que ele-
va automáticamente el guante para atrapar la pelota sibilante, no existe in-
tervalo entre el pensamiento y la acción. Respecto al Estado Mushín,
Suzuki escribe:
“En términos psicológicos, la mente en ese estado se entrega sin lími-
tes a una fuerza que no viene de un lugar determinado y que, a pesar de eso,
parece ser lo bastante fuerte como para posesionarse de toda la conciencia
y ponerla al servicio de lo desconocido. Nos volvemos una especie de autó-
mata, por así decir, con respecto a la conciencia”.
La expresión japonesa “Ma O Shimerú” significa “entre”, eliminar el
espacio (MA-AI). Al respecto, Jackson Morisawa escribe lo siguiente:
“Cuando la mente y el cuerpo actúan en forma simultánea, cuan-
do el intervalo entre el pensamiento y la acción es eliminado, de tal
manera que las dos cosas ocurran al unísono, entonces podemos con-
siderar ese momento como el presente”.
310
Este es el significado más profundo de la frase de Suhara Osho: “ha-
cer lo que debe ser hecho, sin ningún intervalo entre el pensamiento y
la acción”. “Vivir de instante en instante” dice el Maestro Krishnamurti.
En el arte y la filosofía japonesa e hindú es común encontrarse con la
representación de la imagen de la luna reflejada en el agua. Esto simboliza
Ma O Shimeru. Dice Lao Tse: “Nuestros pensamientos y acciones de-
ben estar tan unidos como la luna y su reflejo en el agua”.
“¿Puedes aprender a ser abierto y receptivo, callado y sin deseos
ni necesidad de hacer algo?. Ser abierto y receptivo se llama Yin , lo
femenino o el valle”.
“Imagina que hay un lago en el valle. Cuando no hay temores ni
deseos que agiten su superficie, el agua forma un espejo perfecto. En
este espejo puedes ver la imagen de Tao. Puedes ver a Dios y puedes
ver la Creación. Entra en el valle, quédate quieto y mira el lago. Entra
cuantas veces quieras. Tu silencio crecerá. El lago nunca se secará. El
valle, el lago y Tao están dentro de ti”.
La persona que vive de esa manera está integrada a su medio y perso-
nifica la frase que dice: “No es preciso pensar para arrancar una hierba
dañina, simplemente hay que arrancarla”. No permitir la entrada y me-
nos aún la permanencia de los pensamientos “Intrusos” que provocan
interferencias en la observación del “Ya”.
La diferencia existente entre los niveles de interpretación oriental y
occidental es muy profunda. Los monjes Zen, para explicar muchas cosas
utilizan el Koan. Esta, es una pregunta o una respuesta dada por un Maestro
que no puede, comúnmente, ser respondida en forma racional y que tiene
por objeto transformarse en el centro de la concentración mental del estu-
diante. En verdad, uno de los objetivos del entrenamiento con los Koan es
hacer que el estudiante pierda el hábito de confiar en su intelecto que funcio-
na normalmente en el pasado o en lo que llamamos erróneamente futuro..
El alumno pregunta: “Maestro, cuál es el secreto de la felicidad” y aquél
le responde: “Cuando tengo sed, bebo; cuando tengo hambre, como y cuan-
do tengo sueño, duermo”.
Los Koan no se limitan a preguntas suscitadas por las frases de los
viejos Maestros, ya que cualquier cuestión o problema sincero puede trans-
formarse en un koan. Los alumnos tienen permiso para proponer koan inspi-
rados en sus propias experiencias de vida. Las actividades físicas también
pueden ser koan. El propio JUDO puede ser considerado un koan, o más
311
exactamente, una serie de koan, en la cual los Judokas se confrontan con
tareas aparentemente paradojales: “ Respire con los dedos de los pies”,
“Caiga como algodón y no como porcelana”, “Camine con su Tanden”,
“Barra como el vuelo de la golondrina (Tsubame Gaeshi)”.
Consideramos por una sola vez, la aplicación de un Nague Waza (pro-
yección). Esta, como resultado del Uchi Komi (repetición de un gesto técni-
co para su automatización) debería ser casi un acto natural, desprovisto de
cualquier temor o intención, instantáneo. Idealmente sucedería cuando el
Judoka lanza su cuerpo debajo del de su oponente mediante un acto violen-
to de expulsión de aire (Ej. Seoi Nague). Cuando esta acción se realiza co-
rrectamente, el ejecutante se encuentra ubicado exactamente en el lugar
apropiado y en el momento justo, sin necesidad de pensarlo. Una proyección
correctamente aplicada podría ser comparada con la nieve que se va acumu-
lando (Tsukuri-Kuzushi) en la rama flexible de un árbol y de repente se
desliza y cae (Kake). Esta acción, coloca al Judoka en una aparente para-
doja entre intención y no intención; entre la intencionalidad y la ausencia de
propósito. “El pensamiento corta la acción” dice una ley psicológica, y eso
lo conocen muy bien los Judokas principiantes que cuando piensan que
van a aplicar una determinada técnica, la oportunidad ya pasó. De ahí, la
importancia del Uchi Komi (también Butsukari o Kake Ai). Le he pregunta-
do a muchos alumnos, para darle valor al Uchi Komi, por qué razón ellos, no
son tuertos...
La respuesta a esa paradoja no está en la técnica, sino en el Estado
Mushín del Judoka, ya que éste le permite trascender la técnica e intuir la
manera naturalmente correcta de dejar que la proyección se produzca. De
ese modo, la proyección no es deliberada ni involuntaria, simplemente “es”.
Eso solo puede conseguirse manteniendo el Estado Mushín, que requiere
unidad absoluta entre la respiración, la postura y la concentración mental.
Para conseguir eso, es necesario practicar asiduamente la meditación
Zazen. En un nivel avanzado, el Judoka acaba percibiendo que su concen-
tración mental y su práctica, son una misma y única cosa. Ocuparse de la
concentración mental, de la respiración y de la postura en el Zazen, en la
práctica del JUDO y/o en la vida diaria es esforzarse en tratar de obtener “un
aprovechamiento máximo en el uso de la energía” (Seiryoku Zen’Yo).
Tanto con la quietud del Zazen como con la actividad del JUDO se
puede conquistar el Estado Mushín. Pero ese estado puede ser alterado
momentánea o permanentemente y para recuperar la concentración será
necesario practicar el Zanshín. Esto en japonés se refiere al mantenimiento
del Estado Mushín después de haber realizado una acción que pueda haberlo
312
alterado y, estar listo y atento para la próxima acción. Por esa razón, pode-
mos decir que en términos ideales el Zanshín sería la recuperación del
Estado Mushín después de la acción o también, de la reorientación ener-
gética luego de una acción errada debido a la cual el Estado Mushín se
perdió.
Si el Judoka fuera capaz de restablecer la postura, la respiración y la
concentración apropiada después de un ataque o de una defensa, eso tam-
bién podría ser llamado Zanshín para volver al Mushín.
Todos los Judokas están sujetos a los efectos de una mala ejecución
propia o al de un ataque del oponente, que puede hacerles perder el correcto
equilibrio físico, mental y emocional (Mushín). Por eso, es muy importante
tener la capacidad de recuperarse tan rápidamente como sea posible. En
ese sentido, en JUDO se dice que “lo grave no es caer sino permanecer
caído”. Es el ejercicio del Zanshín usado como hábito del retorno el que nos
permite la recuperación del Estado Mushín después de recibir un ataque o
de fracasar en una acción ofensiva. Pero, así como es necesario tener un
buen Zanshín después de una acción fracasada, se puede tener un mal
Zanshín después de una acción exitosa. Perder el ritmo respiratorio des-
pués de una acción bien ejecutada o permitir que la mente quede sujeta a
una acción exitosa son ejemplos de un mal Zanshín. De esa manera, en
JUDO, el Zanshín es la continuación de la disposición del espíritu adecua-
do, después del término de una acción. Es la re-orientación de la energía
(Ki), que capacita al Judoka a mantener un estado físico, mental y emocio-
nal apropiado (Mushín) entre una acción y la otra. En el Zen se dice que no
hay interior ni exterior, de manera que no debe haber distinción entre lo que
se hace dentro o fuera del Dojo.
El término Zanshín es sumamente importante en los Caminos de per-
fección (Do). Zan, puede ser traducido como permanecer, dejarse estar;
Shin, quiere decir corazón o mente. Se deben encarar todas las actividades
y situaciones con la misma sinceridad (Kokoró-E), con la misma intensi-
dad, con la misma energía y entusiasmo y, con la misma capacidad de
percepción que exhibimos cuando estamos seguros de algo. Aprendemos a
mantener el Estado Mushín cuando ejecutamos las acciones de JUDO, pero
el objetivo final es poder usarlo en las actividades de la vida diaria. El objeti-
vo del JUDO es educar para la vida. Entender racionalmente que no debe
haber diferencias entre la vida dentro y fuera del Dojo, es una cosa, pero
vivir constantemente según ese principio es otra totalmente distinta. El Dojo
es un ambiente controlado y planificado para favorecer el Estado Mushín.
Es por eso, que, se mantiene aislado de la agitación de la vida diaria. El
313
código ceremonial del JUDO restringe en el Dojo los movimientos y las
conversaciones innecesarias, a fin de evitar que los estudiantes que-
den presos de la distracción. Se espera que los Judokas mantengan una
postura correcta cuando están en el Dojo y los que no lo hacen, corren el
riesgo de ser amonestados. Los novicios tienen a los Maestros y a los Danes
(Judokas avanzados) como modelos a copiar, ya que son ellos los que esta-
blecen los patrones de comportamiento. En el interior del Dojo, el estudiante
practica el ceremonial y las técnicas del JUDO que son las herramientas con
que forjará su carácter.
Cuando el Judoka sale del Dojo, deja dentro de él, aquellas herra-
mientas y elementos del ambiente que lo ayudaron a alcanzar y a mantener
el Estado Mushín y tiene que arreglárselas solo para conservarlo en la vida
diaria. El pasa a ser el único responsable de mantener la postura, la respi-
ración y la concentración mental de manera correcta. Él, necesita cargar
consigo la disposición de espíritu del Dojo y enfrentarse con valentía al Shiai
del mundo real. El Estado Mushín eventualmente se escapará, y el Judoka
será absorbido por las actividades de la vida diaria, dejando de monitorear su
respiración, su postura o su concentración mental.
Podrá notar, además, que esas condiciones se van deteriorando pu-
diendo sentirse descorazonado para intentar corregirse; el Judoka siente
que las enseñanzas del Dojo son una pesada carga, pero también aprendió
que lo grave no es caer, sino permanecer caído. No tiene ninguna impor-
tancia caer, lo verdaderamente importante es levantarse después de una
caída. Es decir que, si sigue esforzándose, su capacidad de resistencia y
recuperación aumentará. Podrá llevar su carga una distancia cada vez ma-
yor y le será más fácil levantarse después de haber caído. Su capacidad
para mantener el Estado Mushín en la vida diaria será cada vez mayor.
Visto de esta forma, el Zanshín es el hábito del retorno que preten-
de, tanto llevar el espíritu del Dojo por el mundo real, como estar dispuesto a
recuperarlo nuevamente, después de haberlo dejado caer; para eso debe
poner en práctica el principio contenido en la expresión “una acción, una
vida” que significa, librarse de las distracciones que producen los pensa-
mientos intrusos. Para Caminar en dirección a esa meta, debemos estar
cada vez más alerta en todas las acciones que efectuamos, así sea, la de
levantar un papel que se nos cayó al suelo. Tanto en el Zazen, como en la
práctica activa del JUDO, cuando notamos que estamos distraídos, procura-
mos ajustar la respiración y la postura para que la mente vuelva a concen-
trarse en el presente, es el regreso al ensimismamiento.
314
En el acontecer cotidiano, cuantas veces nos ha sucedido distraernos
de lo que estamos haciendo porque nuestra mente comenzó a concentrarse
en otra cosa. ¿ Cuántas veces en que alguien nos ha dirigido la palabra,
hemos estado lejos con nuestros pensamientos?. ¿Cuántas veces nos sen-
tamos a comer y comenzamos a pensar en la próxima o anterior comida?.
Muchos de nosotros podemos llegar a pensar que esa tendencia a la disper-
sión mental es parte de la naturaleza humana y que, por lo tanto, no puede
ser superada. Sin embargo, la premisa subyacente en el Zen y en los Cami-
nos, es que se pueden vencer esas distracciones que realmente nos perjudi-
can. Volvemos a recordar lo que dijimos hace unas líneas más arriba:
El alumno pregunta: “¿ Maestro, cuál es el secreto de la felicidad?”
y aquél le responde: “ Cuando tengo sed, bebo; cuando tengo hambre,
como y cuando tengo sueño, duermo ”.
En JUDO, nos esforzamos por considerar cada Shiai (lucha), como
una entidad en sí misma, sin dar margen a las distracciones. Aprendemos a
regular la postura y la respiración, intentando también, aprender a descubrir
como se vive el presente de instante en instante, mediante el ejercicio per-
manente de la concentración mental.
Cuando el Judoka consigue mantener el Estado Mushín en su vida
diaria es capaz de ver y comprender el RI (principios subyacentes) en su
acontecer cotidiano. Tiene la capacidad de ver los vínculos invisibles del
Universo y de ejecutar las actividades de la vida diaria de una manera na-
turalmente correcta. Eso permite que él, perciba la vida que existe en todas
las cosas. La mayoría de nosotros pasa por la vida sin descubrir sus
vínculos con el Universo, menospreciando la existencia de las cosas a
su alrededor (minerales, vegetales, animales y hombres). En último análi-
sis, estudiamos un Camino (Do) para aprender a percibir el orden natural
(la vida) de las cosas. La práctica de un Camino es un microcosmos, un
ambiente controlado, donde podemos perfeccionar nuestra “maquinaria
psicocorporal“ de forma de comprender la manera naturalmente correcta
(eficiencia máxima en el uso de la energía) de ejercer una actividad espe-
cífica. En el JUDO, aprendemos la manera naturalmente correcta (RI) de
aplicar una proyección, una palanca, un estrangulamiento, etc.. En la “Cere-
monia del té“ se aprende la manera naturalmente correcta de servir el té
(Cha No Yu); en el arreglo floral, se aprende la manera naturalmente co-
rrecta de hacer un arreglo de flores y ramas (Ikebana). Haciendo así, se
aprende la manera naturalmente correcta de vivir la vida. Las técnicas del
JUDO, de la tetera y de la taza de té, de las flores y del jarrón, son elevadas
a la categoría de Camino cuando el estudiante se esfuerza por realizar sus
315
técnicas en Estado Mushín y prolongar ese estado a sus actividades fuera
del Dojo. Este sería el objetivo de los Caminos: conducir su vida de mane-
ra naturalmente correcta.
A medida que el Zanshín del estudiante aumenta, éste se vuelve cada
vez más capaz de mantener el Estado Mushín fuera del Dojo, disminuyen-
do la capacidad de matar la vida de las cosas que lo rodean.
El concepto de Zanshín podría describirse como el hábito del retor-
no a la idea central del pensamiento. Y el objetivo de aquel se diferencia
de los de las modalidades deportivas y artísticas occidentales. El dominio de
los principios subyacentes de un arte no es un privilegio exclusivo de las
artes Zen, ya que puede ser encontrado también en las actividades artísticas
de Occidente. Lo mismo ocurre con el Estado Mushín. Se ha comprobado
que los músicos y danzarines occidentales, a los cuales se les ha explicado
los conceptos de Ri, Jí y Mushín, los comprenden inmediatamente y descri-
ben experiencias en que el arte asume el control y ellos actúan sin percibir
conscientemente lo que están haciendo. Suzuki habla de la experiencia de
un torero magistral como ejemplo del Estado Mushín y nosotros podríamos
mencionar al pintor Salvador Dalí o a Miguel Ángel. En Occidente, sin em-
bargo, se considera que el desempeño inspirado en un arte es el objetivo
final. La idea de encarar el arte como un microcosmos de la vida es,
hasta ahora, exclusiva de los Caminos orientales.
316
TEMA 13
MO KUSÓ O Z
MOKUSÓ AZEN
ZAZEN
(MEDITACIÓN)
(MEDITA
317
318
Tema 13:
MOKUSÓ o ZAZEN
(MEDITACIÓN)
319
La palabra japonesa Zen deriva del chino Zenna, que es una corrupción
del sánscrito Dhyana que significa meditación y que también es usada en
algunos Artes Marciales con alguna orientación religiosa hacia el Budismo.
La parte filosófica del Budismo no es otra cosa que una preparación
mental destinada a dar al aspirante las observaciones justas sin las cuales
la conducta justa, el esfuerzo justo y la meditación justa no podrían tener
lugar.
Para los budistas orientales, esta parte de los estudios filosófico-
religiosos va de suyo y cada uno lo practica en mayor o menor grado. Nacido
en la India, el Budismo se expandió primero por la China y luego pasó al
Japón. El contacto con la cultura particular de cada pueblo ha coloreado
profundamente al Budismo original. Sin olvidar la doctrina, el Budismo
Chino-Japonés se ha orientado hacia la esencia misma del Budismo.
Cuando en este capítulo utilicemos la palabra Zazen, los Judokas
deberán comprenderla como Mokusó. La ignorancia, fuente de todos los
males, impide la iluminación interior. Esta, conmueve todas las nociones
adquiridas con anterioridad, produciendo una especie de cataclismo mental
que los japoneses llaman Satorí.
Esta iluminación, este Satorí, es la esencia del Zen y se presenta
como un punto de vista absolutamente fresco y nuevo sobre la vida y sobre
uno mismo, o bien, en menor grado, sobre un punto particular de nuestra
experiencia. Esto, no es fácil de conseguir. Es necesario conmover el ronroneo
de nuestra razón y saltar por encima de nuestras barreras mentales
inconscientes. «Nunca hay paz donde hay ruido». Esto no significa de ninguna
manera que el practicante vaya a convertirse en un idiota o en un confundido.
¿Cuál es la relación entre el ZEN y el JUDO? El JUDO es el ZEN del
cuerpo, el activo; el ZEN es el JUDO mental, el pasivo. Ambos tienen
nombres diferentes pero en esencia no son más que una misma cosa, que
persigue el mismo objetivo, el Hombre Nuevo. El Zen se presenta como una
de las formas más enigmáticas y potentes de disciplina espiritual en todo el
mundo. Es una rama chino-japonesa del Budismo Mahayana que nació
con el Maestro budista del siglo VI Bodhidarma (Daruma o el botador),
que decía que el Zen sin la percepción del cuerpo no pasa de ser más
que una simple meditación. Esto expresa una realidad fundamental en el
JUDO, que sirve de base para la filosofía del entrenamiento corporal y mental
(psico-física) que pretendía el Dr. Jigoro Kano (Shihan).
320
Esta afirmación, da realce al hecho de que el JUDO no se reduce a
una simple actividad deportiva o de defensa personal; en verdad, la
percepción del JUDO es tanto física, como mental, espiritual y social.
Este es un concepto de difícil comprensión para muchos occidentales,
especialmente para aquellos que sólo conocen el JUDO por sus
manifestaciones inmediatamente evidentes (Kata, Randori, Shiai, Goshín
Jutsu).
La importancia del control del cuerpo y de la mente, revoluciona la
mentalidad oriental del budismo tradicional, incorporando el concepto de la
atención plena que detallaremos mas adelante. Por ello, dicen los maestros
Zen que resulta peligroso darle demasiado valor a las palabras. Al contrario
de otras religiones y de algunas sectas del budismo, el Zen no enfatiza el
estudio de textos sagrados, sino que considera que la experiencia directa y
la acción, son los elementos más importantes para los estudiantes. No se
espera de éstos, que acepten una doctrina en base a la fe. Por el contrario,
los estudiantes son estimulados a proseguir su entrenamiento, de manera
que puedan tener una experiencia personal de la unidad del Universo. La
llave que proporciona el Zen para esa experiencia es un ejercicio denominado
Zazen. Sin él, el entrenamiento Zen no tendría ningún significado verdadero.
No hay duda que el Maestro Kano (Shihan) unifica el Zazen con el principio
activo del Ki-Ai (armonía con el KI) para que puedan cumplirse en cada
Judoka los principios subyacentes que son la base filosófica del JUDO:
Eficiencia máxima en el uso de la energía (Seiryoku Zen ‘Yo) y Prosperidad
y beneficios mutuos (Jita Kyoei).
La principal práctica del Zen, como dijimos, es el Zazen, es decir, el
ensimismamiento, la meditación. Esta acción en el JUDO japonés se
denomina Mokusó y se realiza en posición Zeiza (arrodillada con los glúteos
apoyados sobre los talones). El Mokusó debe practicarse diariamente o en
su defecto, al iniciar y terminar una práctica de JUDO. La postura correcta es
considerada muy importante, pues expresa el estado de la propia mente y
ayuda a la circulación energética (Ki) sin interferencias. La Zeiza simboliza el
estado de unidad, en el cual, la mente y el cuerpo se vuelven una sola cosa.
El tronco debe mantenerse erguido, de tal forma que si se quisiese trazar
una línea imaginaria a partir del centro de la cabeza hacia abajo, ésta pasaría
por las orejas, los hombros, las articulaciones coxo-femorales y los maléolos
externos (tobillos). En el Zazen las manos forman un gesto cósmico (Mudra).
La mano derecha reposa dentro de la palma de la mano izquierda, las uniones
del medio de los dedos están en contacto y las yemas de los dedos pulgares
se tocan suavemente. Los meñiques rozan ligeramente el bajo vientre con
321
los brazos apenas retirados del cuerpo. Se produce así, una integración y
una simetría propia de la posición clásica Zazen que permite la libre circulación
de la energía (Ki). Cuando ella está correctamente formada, es fácil
comprender por qué se dice que, cuando la postura es correcta, la práctica
es correcta.
En el Mokusó, la mente se focaliza, al principio, en el ritmo respiratorio,
en ninguna otra cosa, de tal forma que estando esa conciencia focalizada
paradojalmente, esté también expandida sin límites hacia lo que acontece en
el mundo exterior. La inspiración se realiza inflando el bajo abdomen (Saika
Tanden) y la espiración se efectúa contrayendo los músculos abdominales
(Fukushiki Kokyu). La concentración en la respiración impide la
intromisión de los pensamientos intrusos.
El Mokusó, didácticamente, ha sido dividido en tres aspectos: ajuste
de la postura; ajuste de la respiración y ajuste de la actividad mental
(concentración). Esta división se hace simplemente con fines didácticos.
En la práctica, el Mokusó consiste en la unificación de la respiración, de la
postura y de la concentración mental. Cada uno de esos aspectos influencia
y es influenciado por los otros dos.
Pasaremos ahora a explicar esos tres procesos que constituyen el
Mokuso.
a) la respiración (Kokyu): No se exagera al decir que la respiración
puede ser la llave de la espiritualidad, a pesar de que esto resulte un concepto
exótico para la mayor parte de los occidentales. A pesar de que en Occidente,
las personas puedan reconocer la importancia de la respiración en los
esfuerzos atléticos o en los ejercicios de relajación, el control de la respiración,
generalmente, no es encarado como una condición previa para una
experiencia espiritual.
La respiración Zen (Fukushiki Kokyu): difiere en dos aspectos
principales de aquello que la mayoría de las personas considera como
respiración normal: es mucho más lenta y los movimientos respiratorios
son controlados por los músculos del abdomen inferior y no por la musculatura
del pecho. Mientras que una persona normal, realiza una tasa promedio de
18 ciclos respiratorios por minuto, han sido observados Maestros Zen en
los cuales la frecuencia respiratoria baja a menos de 4 ciclos por minuto
durante el Zazen.
Para que podamos comprender la naturaleza de la respiración abdominal o
diafragmática (Fukushiki Kokyu) en el JUDO, sería provechoso introducir
aquí dos importantes términos japoneses, en general desconocidos en
322
Occidente. El primero de ellos es: Hara (también Shita Hara). Físicamente,
el Hara designa toda la cavidad abdominal. En JUDO, como en casi todos
los Artes Marciales hablamos del Shita Hara refiriéndonos específica-mente
al abdomen inferior, o sea, la zona ubicada por debajo del ombligo. El
segundo término es: Tanden y se refiere al punto situado entre 2,5 a 3,5
centímetros por debajo del ombligo, constituyendo el centro del Hara. En la
tradición Zen el Chusín o Jushín en Occidente Tanden es visto como el
centro físico, psicológico y energético del individuo. Físicamente es el
centro de gravedad del cuerpo humano, que ya vamos a describir
ampliamente cuando hablemos de la postura erecta. Psicológica-mente, es
considerado el centro de la personalidad.
El papel desempeñado por la respiración puede ser medido por un
cuento fascinante de la filosofía hindú.
Los cinco sentidos, (vista, oído, gusto, tacto y olfato) discutiendo entre
ellos cual es el mejor y el más importante, se dirigen a Brahma y le preguntan:
«¿De entre todos nosotros cuál es el más importante?» Brahma les respondió:
«El más excelente es aquél cuya ausencia haga empeorar el cuerpo».
La lengua (la palabra) se apartó por un año; después volvió y preguntó
«¿Cómo pudieron ustedes vivir sin mí?». Los otros le respondieron: «Como
los mudos: no hablando con la lengua, pero respirando con la nariz, viendo
con los ojos, oyendo con los oídos, conociendo con la mente, generando
con el semen. Así vivimos. Entonces la lengua retornó a su lugar.
Los ojos (la vista) se apartaron por un año; después regresaron
preguntado: «¿Cómo pudieron vivir sin nosotros?».
Respondiéronle los demás: «Como los ciegos: no viendo con los ojos,
pero respirando con la nariz, hablando con la lengua, oyendo con los oídos,
conociendo con la mente, generando con el semen. Así vivimos». Entonces
los ojos retornaron a su lugar.
Los oídos (la audición) se apartaron por un año: después regresaron
preguntando: «¿Cómo pudieron vivir sin nosotros?». Y los otros respondieron
«Como los sordos: no oyendo con los oídos, pero respirando con la nariz,
hablando con la lengua, viendo con los ojos, conociendo con la mente,
generando con el semen. Así vivimos». Entonces los oídos retornaron a su
lugar.
La mente se apartó por un año; después volvió y preguntó: «¿Cómo
pudieron vivir sin mí?». Respondiéronle los otros: «Como los locos: no
conociendo con la mente, pero respirando con la nariz, viendo con los ojos,
323
oyendo con los oídos, generando con el semen. Así vivimos». Entonces la
mente volvió a su lugar.
El semen se apartó por un año; después regresó y preguntó: «¿Cómo
pudieron vivir sin mí?». Respondiéronle los otros: «Como los impotentes: no
generando con el semen, pero respirando con la nariz, viendo con los ojos,
oyendo con los oídos, conociendo con la mente. Así vivimos». Entonces el
semen volvió a su lugar.
Ahora, al llegarle el turno a la respiración. Al apartarse empezaron a
destrozarse todos los otros sentidos. Estos, desesperados, le claman «No
partas Señora. Reconocemos que sin tu presencia no podríamos vivir».
Esta leyenda ilustra la actitud filosófica con que los orientales abordan
el tema de la respiración.
Afirmar que en el Zen la respiración es abdominal (diafragmática) equivale a
decir, que ella está controlada por los músculos del Hara. La inspiración se
realiza a través de la relajación de los músculos del Hara. Esto,
automáticamente relaja el diafragma y, sin esfuerzo el aire es llevado al interior
de los pulmones. El resultado es que el abdomen inferior (Shita Hara) se
proyecta directamente hacia afuera y abajo. Una vez que los pulmones están
llenos, el individuo hace presión con los músculos del Hara y comienza la
espiración. Este procedimiento es llamado fortalecimiento del Hara. La
espiración se realiza mucho más lenta que la inspiración. Si contáramos
mentalmente del 1 al 4 para inspirar, debiéramos contar del 1 al 8 para expulsar.
La sensación que deberá sentirse, estando en posición de pie, sería la
de tocarse las puntas de los pies con el bajo vientre. Es común escuchar
en las escuelas de Budismo Zen la expresión: «Cuando camine respire
con los dedos de los pies». Lo que realmente ocurre es que el retraimiento
de los músculos del Hara provoca la contracción del diafragma, forzando al
aire a salir de los pulmones. Los músculos se contraen de tal forma que el
Hara permanece saliente y el área ubicada inmediatamente por encima del
ombligo se pone cóncava. El bajo vientre (Shita Hara) permanece extendido
durante todo el ciclo respiratorio, dando origen al término Barriga de Buda.
Después de una práctica continuada, el perfil del Judoka que se acostumbra
al Zazen se altera. Su bajo vientre. (Saika Tanden) se mantiene ligeramente
abultado y el área del Hara situado por encima permanece cóncavo, incluso
cuando no está practicando JUDO, es decir en la vida diaria. Los movimientos
respiratorios de los Judokas deben ser constantemente monitoreados por el
Maestro o por los alumnos avanzados, hasta que el propio alumno se
concentre en su Chusín durante toda la práctica. Si se notara que la calidad
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de la respiración se está alterando, ellos, harán las correcciones necesarias
para corregirla.
Hara y Shita Hara son palabras que no tienen equivalente en castellano.
En éste designamos como vientre o bajo vientre un área que corresponde
al cuerpo, pero en japonés son términos repletos de connotaciones
psicológicas y espirituales. Decir de alguien que posee Hara da la idea de
que esa persona es segura y equilibrada, tanto física como psicológicamente.
Desde el punto de vista físico, la persona con Hara tiene el centro de gravedad
en posición inferior a la de un individuo con la tradicional postura barriga
para adentro y pecho para afuera que se acostumbra a presentar como
ideal en Occidente. Un principio japonés dice que es mucho más difícil
derrumbar a una persona con Hara que a otra que no lo tenga, por lo menos
así se asegura en todos los artes marciales.
La respiración con el Hara es la manera natural de respirar. Los bebés
respiran con el abdomen y tienen su Hara notablemente desarrollado. A
medida que el niño va creciendo, desenvuelve el hábito cultural de respirar
con el pecho y adquiere una tensión muscular crónica en la parte superior del
tronco. En el entrenamiento del Zazen, se procura revertir el hábito de la
respiración toráxica para volver a lo natural.
El aprendizaje de la respiración endureciendo el bajo vientre no es
fácil, y debe ser enseñado por un Maestro sumamente capaz. El
entrenamiento necesario, para que pueda experimentarse por primera vez,
la sensación del Shita Hara, depende de cada persona. Para algunos, es un
aprendizaje casi instantáneo y para otros bastante dificultoso, pero con método
y atención, gradualmente, se llega a dominar. Con el entrenamiento, la
respiración se va haciendo cada vez más profunda y el vientre tiende a «caer».
La forma de respirar en JUDO es idéntica a la del Zazen. Un individuo
con la típica postura occidental es más pesado en la parte superior de su
tronco, debido a la tensión muscular de los brazos, el pecho y la espalda. Su
equilibrio se encuentra así perjudicado por el ascenso de su centro de
gravedad. En el JUDO japonés es conocido el axioma que dice: duro de
brazos, flojo de piernas.
Decir que una persona tiene Hara, transmite también la idea de que es
emocionalmente equilibrada. Ella no pierde el control, y acepta con calma los
problemas que el destino le reserva. En Japón se dice que el Hara de alguien
subió, o que determinado individuo perdió su Hara, significando con eso,
que esa persona está alterada, fuera de sí. Decir que alguien tiene Hara
325
incluye también, el sentimiento de coraje y de capacidad, para enfrentar la
adversidad con seguridad y dignidad.
Se puede observar, en una persona alterada, como enseguida se le
enrojece el pecho y lo avanza con la intención de agredir. Esa, física y
mentalmente es una postura débil, porque al avanzar el pecho
automáticamente sube su centro de gravedad y el equilibrio de su postura
se debilita.
El Hara también expresa la idea de generosidad. Así como nosotros en
Occidente decimos que es una persona de buen corazón, en Japón dirían
que tiene un gran Hara. Hara también implica la idea de fuerza. Hacer algo
con Hara significa hacerlo con todas nuestras fuerzas, poniendo lo mejor de
nosotros mismos, con total y absoluta sinceridad (veremos más adelante la
idea del Kokoró-E). La persona con Hara es considerada física y moralmente
más fuerte.
Para los estudiantes del Zen y así debiera serlo para los del JUDO,
las ligazones entre los aspectos físicos, psicológicos y energéticos del Hara
no constituyen simplemente una metáfora. Con la continuidad del
entrenamiento, el Judoka acabará por comprender que su estado psicológico,
fluctúa de acuerdo al modo en que respira. Verifica que, al ser invadido por la
cólera o dominado por el miedo o la ansiedad, su respiración se vuelve rápida,
toráxica y poco profunda. La presión en la parte inferior del abdomen se
reduce y el centro de gravedad se eleva hacia los hombros. En el acto de
sujetar la ropa en JUDO (Kumi Kata) si el Judoka endurece los brazos (temor,
ansiedad, inseguridad, etc.) dicen los Maestros japoneses que está
anunciando sus acciones futuras por teléfono. Sus manos en tensión apoyados
en el pecho y el brazo del oponente, parecen la campanilla del aparato antes
de hablar.
326
El Sanmon (entrada
principal) del gran Templo de
la Nichiren Shoshu.
327
El Judoka aprende mediante el entrenamiento del Zazen a controlar sus
reacciones emocionales. La inspiración se inicia con la relajación de la
musculatura del bajo vientre. Al expulsar el aire, el Judoka fuerza el vientre
para abajo concentrando toda la fuerza en el Saika Tanden distendiéndolo
hacia afuera. Antes de iniciar un ataque, el Judoka hace una inspiración,
y al realizar la acción expulsa (inconscientemente) aproximadamente
un 20% del aire contenido, lo que le da la fuerza necesaria para realizar
eficazmente el Tsukuri y el Kake hacia un determinado Kuzushi. Esta
expulsión violenta del aire puede hacerse con sonido (Ki-Ai) o sin él.
El Judoka debe controlar continuamente su respiración en el Shita Hara
de modo que pueda conservar el ritmo adecuado y necesario para cada
acción.
Dicen los Maestros Japoneses: «Comience la acción con el Hara»;
«respire con el Hara»; «concentre su fuerza en el Hara»; «camine con
el Hara».
El Hara es, entonces, la base para la coordinación del poder físico, mental
y energético. Para cumplir con los principios de la naturaleza, la mente, el
cuerpo y la energía deben trabajar unidos y coordinados.
El por qué de la insistencia de los Maestros Japoneses en el uso del Hara
puede tener dos respuestas. Una sería que desde el Hara se traslada el
poder de la fuerza corporal al lugar donde se encuentra el centro de
gravedad del cuerpo humano Chusín, para que actúe (figurativamente)
como punto de apoyo. El centro de gravedad lo tratamos en profundidad en
el tomo II cuando hablamos de la posición erecta (Shizentai).
La idea del punto de apoyo sería la de cambiar un equilibrio inestable por
uno indiferente. La otra respuesta, más profunda, más esotérica, pretende
que así como el sonido encierra ondas sonoras, así como la luz posee
ondas luminosas, la mente, que controla el accionar del cuerpo, tiene un
poder real y comprobado (electroence-falógrafo) en las ondas mentales.
Estas ondas son generadas por el constante funcionamiento del cerebro
y el cerebelo y obtienen su energía del KI universal o cósmico, que
impregna el medio ambiente. El cuerpo absorbe ese KI mediante la
respiración, la piel y los alimentos. El mundo exterior ofrece continuamente
estímulos en forma de energía exterior física KI y ésta se metabolisa en
energía interior específica, a través de un proceso bioquímico que está
asociado con una corriente eléctrica (Ki) producida por los iones de las
células, que se acumularían en el Hara irradiándose desde allí hacia todo
el cuerpo.
No es extraño, entonces, que la energía de tales ondas genere un gran
poder. Si se desea que nuestra mente funcione con más eficiencia se
deberá concentrar las ondas mentales en el Hara, no disiparlas o
328
dispersarlas con pensamientos intrusos, internos o externos, que nos
alejan del motivo central. Si hay dispersión mental, las ondas
cerebrales serán incapaces de crear un poder centralizado.
La mente debe ser capaz de concentrarse de inmediato en el problema que
aparece súbitamente y, además, de no quedarse concentrada en el problema
una vez que éste aconteció. Un espejo refleja de inmediato la imagen del
objeto presentado ante él, pero si el objeto se retira la imagen desaparece. Si
la imagen anterior quedara en el espejo, éste no podría reflejar con claridad
el objeto siguiente. Hay que concentrar la mente en forma instantánea en el
asunto presente y para eso será necesario estar entrenado en el Estado
Mushín que según el Maestro Zuzuki consiste en estar conscientemente
inconsciente o inconscientemente consciente. Terminada la acción, no
deberá retenerse la imagen de lo acontecido y se deberá volver al objetivo
central de la concentración y eso se consigue con el estado Zanshín. El
concentrar la mente en un asunto y mantenerla allí, tiene todo el aspecto de
una real concentración, pero no lo es en modo alguno, eso es sólo fijación.
El Maestro Krishnamurti dice que hay que vivir en acción, de instante
en instante, y que eso sólo se consigue con la observación constante. El
que simplemente mira y no observa lo que acontece a cada instante no vive
realmente, deja pasar la vida por delante de sus ojos. La concentración por
sí misma es capaz de convertirse en fijación, pero si se intenta evitar la
fijación, la concentración se hace imposible. Mantenerse en la fijación
también es erróneo. Si estamos frente a un oponente y sólo observamos el
movimiento de sus pies, no veremos las otras partes del cuerpo oponente. Si
en cambio, prestamos atención a todo el conjunto, no ofreceremos oportunidad
de ataque a ninguna parte del cuerpo. El entrenamiento en Zazen nos prepara
para mantener la mente en calma, concentrarla por el más breve plazo posible,
hacia todo el cuerpo contrario y detectar así el movimiento de ataque de
cualquiera de las partes de ese cuerpo. Esto sucede de la misma manera
cuando los que pretendemos atacar somos nosotros. Esta concentración de
la atención, debe saltar como una chispa eléctrica de una a otra parte del
cuerpo del oponente. El poder concentrarse en forma instantánea en cada
parte de nuestro cuerpo y del oponente nos obliga a cambiar la posición y
adecuar las defensas y los ataques en forma eficiente. El concentrar la
atención en un sólo punto y fijar la mente en él, sería fatal. Esperar solamente
el Tokui Waza (aplicación favorita) del contrario y descuidar la posibilidad
de otro ataque, es un error que suele costar caro.
Todo esto que hemos dicho, resulta fácil decirlo, pero en la práctica es
extremadamente difícil. Para llegar a un grado tan elevado de habilidades, es
necesario mucho y duro entrenamiento, pero no do solamente en Uchi Komi,
329
en Yakusoku Gueiko, en Randori, Rensyu, etc., sino en el mismo Zazen.
Este estado de alerta sin tensión (Mushín) se domina con el Zazen ya que
en éste, se aprende a controlar la postura, la respiración y la mente.
Todo objeto cae si se lo deja libre en el aire por la ley de gravedad. Si el
cuerpo se relaja, el centro de gravedad tiende a bajar. La concentración de la
fuerza en el cuello, en los hombros o en los brazos es contraria a la ley de la
gravedad. Si en cambio, el pensamiento se concentra en la parte inferior del
torso, la fuerza de los hombros desciende y el poder físico y energético se
ubicará en el Hara.
Quedamos entonces en que, el Shita Hara es un punto de intersección
mental, físico y energético. Es el lugar de aplicación de las leyes del cuerpo,
de la mente y del espíritu. No es solamente el centro de gravedad físico, sino
la unión de este centro con el poder de la mente y de la energía (Ki).
b) la postura:
Las posturas tradicionales adoptadas en el Zazen, son la del loto, la
del medio loto, pero en el JUDO se usa la postura Zeiza o arrodillada
porque facilita enormemente la respiración abdominal. Cuando un Judoka
está haciendo la posición Zeiza, existen varios aspectos importantes que
deben tenerse en cuenta en esta postura. En primer lugar, se debe sentar
con firmeza sobre los talones, con la espalda recta y el peso del cuerpo
distribuido uniformemente sobre los talones. Las rodillas deben estar
separadas aproximadamente dos puños. De esta forma la estabilidad de la
postura estará dada por el apoyo de los músculos, los empeines y el dorso
de los dedos de los pies. Los dedos grandes o gordos de los pies se juntan,
formando un triángulo de apoyo que le da mucha firmeza a la postura,
facilitando el acto diafragmático de la respiración. La proyección del Chusín
hacia el suelo, queda prácticamente en el centro del triángulo de apoyo. En
esa posición, el Hara queda destrabado y los músculos abdominales pueden
ser relajados con más facilidad.
El otro punto, quizás el más importante, se refiere a la posición de la
columna vertebral. Para que ésta permanezca derecha, se tratará de hacer
coincidir la línea de las orejas, con la de los hombros, con las articulaciones
coxo-femorales y con los maléolos externos. En esa posición, las vértebras
sustentan la parte superior del tronco, mientras los músculos del pecho, de
las costillas, de los hombros y del cuello, permanecen relajados. Los músculos
del pecho, una vez relajados, no se necesitan en la respiración, permitiendo
que la musculatura del Shita Hara asuma el control. Cuando se respira con
éste, el centro de gravedad se ubica más abajo.
330
Las manos se cierran en canastilla apoyando el dorso de la mano
derecha sobre la palma izquierda y se juntan las yemas de los pulgares. Los
dedos restantes se apoyan levemente.
c) la concentración mental:
El los DOJOS de JUDO los estudiantes novicios son enseñados a regular su
concentración mental a través de una técnica llamada Susoku, que en japonés
significa contar la respiración. Uno de los ejercicios más comunes consiste
en instruir al novicio a contar cada espiración. Cuando llega a diez, debe
volver a reiniciar la cuenta. Si ésta se pierde por distracción o por la aparición
de pensamientos intrusos deberá reiniciarla. Este ejercicio puede parecer
fácil, pero en verdad es sumamente complicado. Muchos novicios se llevan
grandes sorpresas al descubrir su escaso poder de concentración.
Pensamientos intrusos de todo tipo se encargan de distraer al estudiante
que procura concentrarse en el conteo de su respiración. Por el hecho de
estar dirigiendo su atención, a la tarea básica de contar la respiración, el
estudiante termina aprendiendo a no dejarse distraer ni por el conteo. Debe
destacarse que no importa, al principio, cuantas veces se pierde la
concentración por los pensamientos intrusos, ya que lo que tiene
realmente importancia es el acto de volver a la concentración. Para ello,
el Judoka recordará la ley del JUDO de que «Lo grave no es caer, sino
permanecer caído».
Por medio del Susoku, el estudiante también aprende, que la respiración
(que debe ser siempre nasal), la postura y la concentración mental están
interrelacionadas. Cuando la respiración y la postura son buenas, se hace
más fácil concentrarse en la cuenta. Si acaso la respiración o la postura se
deformasen, se perdería la concentración.
Otro método del Susoku consiste en contar los tiempos de la respiración.
Por ejemplo: contar del 1 al 4 para inspirar y del 1 al 8 para expulsar. Siempre
el conteo debe ser múltiplo de 4 y la inspiración la mitad de la expulsión.
Ejemplo: 4 – 8, 8 –16, 16 – 32.
Después de haber practicado durante cierto tiempo el Susoku, puede
comenzar a hacerse otro tipo de ejercicios, como el colocar los puños en los
muslos y los pulgares apretando el bajo vientre, para entrenar el Shita Hara.
Para el estudiante la práctica del JUDO, es de por si, un acto de concentración.
Durante todo el tiempo, él se esfuerza por prestar total atención a aquello
que está haciendo. Procura mantenerse total e ininterrumpidamente
concentrado, desde el saludo inicial hasta las aplicaciones técnicas y el saludo
final. Así como en el Susoku, el estudiante realiza ajustes en su respiración
y en su postura, al notar que está perdiendo la concentración, reacciona y
331
Jardín Petrificado del Templo Daitoku de Kyoto.
332
vuelve a dirigir su atención hacia lo que está haciendo. Por consiguiente, la
misma interacción entre la respiración, la postura y la concentración
encontrada en el Zazen se aplica también en el JUDO por eso llamamos a
este, Meditación Activa.
Explicamos antes, que la disciplina ZEN acarrea alteraciones físicas: el
abdomen se contrae, la parte superior del tronco se descontrae y el centro de
gravedad del cuerpo permanece bien abajo. La disciplina ZEN provoca
alteraciones mentales. El Judoka descubre que su capacidad de
concentración aumenta, y se vuelve capaz de evitar pensamientos
intrusos durante períodos de tiempo cada vez más prolongados. Siente un
nuevo estado mental e ingresa al dominio de la percepción ZEN o Estado
Mushín.
TAIKO BASHI: Puente curvo. Representa el estado intermedio entre la Tierra y el Paraíso.
333
NOZOMI DOORI: El sonido del agua y el reflejo de la luz sobre las ondas del lago transmiten paz y
tranquilidad.
SAMBASHI FUNA TSUKI: Puente truncado. Representa las dificultades para llegar a la Isla del Tesoro y
a la de los Dioses.
334
KARE SANSUI SEKITEI: Simboliza la belleza eterna y también el modo de alcanzar la espiritualidad.
KARE SANSUI SEKITEI: Simboliza la belleza eterna y también el modo de alcanzar la espiritualidad.
335
Calma espiritual sin ondulaciones mentales.
336
DO: Camino sinuoso del Regreso a Casa.
337
La Doma de la Vaca
338
Primera Etapa
Segunda Etapa
El comienzo de la Doma.
El Hombre ha establecido
contacto con el animal; ha podido
pasar una cuerda por su nariz.
El Hombre, blande el junco en el aire,
con el que lo amenaza para que
obedezca.
No debe aflojar la tensión de la
cuerda.
La Bestia, ahora, deberá someterse.
Las nubes tormentosas han
desaparecido, la naturaleza, parece
calmarse.
339
Sin embargo, el Cielo está todavía gris.
Por más que se debata, el Animal siente que, de buen o de mal grado, tendrá
que seguir al Hombre.
Su bravura y su oscura energía, se encuentran ante una sensación nueva.
Esta sensación sutil, viene del Hombre y penetra a la Bestia por la ligadura
que lo ata a Él.
Su nariz negra se aclara.
¿Qué será esa macha blanca?
Tercera Etapa
El Hombre ha obtenido la
aceptación de la Bestia
Cuarta Etapa
340
La Vaca gira su cabeza hacia el
Hombre y lo observa con confianza.
Su afecto naciente hacia Él, mantiene
dormida su tumultuosa vitalidad.
Su cabeza, su pecho y sus
patas delanteras ya son blancas.
A pesar de eso el Hombre, permanece
vigilante.
Hay todavía mucha violencia en el
cuerpo del animal, y por eso, es
prudente no dejarlo libre por temor a
que su instinto se rebele.
¿Cuál es entones, en el Hombre, el
poder que apacigua?
Quinta Etapa
Obediencia y Amistad
341
Sexta Etapa
Séptima Etapa
342
El Hombre, goza profundamente de la belleza de ese valle y, de su propia
serenidad.
Lo que está fuera de Él, es como lo que está dentro de Él.
Octava Etapa
Novena Etapa
343
nunca ha dejado de estar solo. La Bestia es simbólica.
Todas las cosas son UNO y lo han sido siempre.
El Animal, ya fuera de Él, era realmente hostil.
El deseo, el esfuerzo, el sufrimiento y el amor, han restablecido la UNIDAD
del Hombre.
Pero, si Él tiene la necesidad de ella, la Bestia aparecerá.
Porque el Hombre, en lo sucesivo, sabe lo que Él es, y qué es lo que le falta
todavía.
No tiene nada para conquistar; ninguna parte adonde ir.
El combate está terminado. Nada de ganancia, ni de pérdida.
¿Descenderá de nuevo al valle?
Décima Etapa
344
TEMA 14
CHARL AS BRE
CHARLAS VES
BREVES
PARA MEDIT AR
MEDITAR
345
346
TEMA 14
1. LA GOTA DE ROCÍO
Tres amigos que viven en la ladera de un monte, deciden un día desa-
fiarse a ver quién llegaba más rápido a la cima. Arreglan para la mañana
siguiente y cada uno a la misma hora y por caminos distintos emprenden la
marcha. Casi simultáneamente, llegan los tres a la cima del monte. Uno de
ellos, en vez de festejar la llegada queda asombrado al ver una gota de rocío
que pende de la rama de un pequeño árbol, y comenta, qué hermosa gota de
rocío color rosa. Otro de los compañeros le retruca diciéndole, estás equivo-
cado, es una gota de color azul y el tercero discute con los otros diciendo: -
Están equivocados. La gota es de color verde. A pesar de que se trata de la
misma gota observada desde ángulos distintos, discuten sin pensar que esa
diferencia de colores se produce por refracción de la luz y que los colores
varían de acuerdo al ángulo de observación. Discuten acaloradamente, has-
ta que en un determinado momento, de un nido que hay en ese mismo árbol
cae un pequeño pichón de pájaro. Los tres inmediatamente, dejan de discutir
y corren presurosos a auxiliar al pajarito caído, tratando de reanimarlo. Al
rato lo consiguen y uno de ellos con la ayuda de los otros dos sube al árbol y
deposita en el nido al pobre pichón.
Discutir por banalidades no sirve realmente para nada; unirse para
cosas buenas e importantes para la vida, es algo que realmente vale la
pena.
2. LA MUJER HARAPIENTA
En una callejuela de España, una mujer harapienta, que lleva un niño
en sus brazos, de repente se agacha, recoge algo del empedrado y lo escon-
de entre sus ropas. Un guarda civil, atento a la acción, la increpa e
imperativamente le dice: -¿Qué has escondido entre tus ropas? La mujer,
347
muy asustada, busca y saca un trozo de vidrio. El guardia civil se sorprende
y vuelve a preguntarle: -¿Por qué has escondido ese trozo de vidrio entre tus
ropas? La pobre mujer, lloriqueando, le contesta: -Porque me he acordado
de los niños descalzos. ¡Su hijo estaba calzado!!!
3. EL ESCORPIÓN Y LA RANA
Un día, una rana estaba parada en el borde de un arroyo, cuando apa-
rece un escorpión, se le acerca y le dice: -Por favor, me cruzarías hasta la
otra orilla montado sobre tu lomo?. La rana desconfiada por el temor, le dice:
-No, porque cuando te cruce, me picarás y me matarás. El escorpión le sigue
pidiendo y repetidas veces le promete y jura que no va a atacarla. La rana, se
deja convencer, lo monta sobre su lomo y cruza el arroyo. Apenas pisan
tierra, el escorpión pica mortalmente a la rana. Esta, moribunda, le pregunta
por qué la ha picado en vez de agradecerle y el escorpión, avergonzado,
responde: -Porque es mi naturaleza. No la puedo refrenar.
El hombre, al contrario que el escorpión puede mediante, el libre albe-
drío, el razonamiento, la meditación, el propio conocimiento, tomar concien-
cia de sus actos y mejorar su propia naturaleza. Eso se consigue con los
ejercicios del autoconocimiento (JUDO) y la meditación (Zazen).
4. LA PORCIÓN DE MANTECA
Un candidato a un puesto muy alto en una empresa, se presenta para
la entrevista final con los dueños, después de haber pasado por la empresa
selectora de personal. Como se hacía ya la hora de desayunar lo invitan a
pasar al comedor hasta la realización de la reunión. Lo dejan sólo para que
se sirva en el bar tipo americano y los compañeros se retiran. Los empresa-
rios observan desde una oficina de arriba que el candidato, cuando va a
servirse la porción de manteca, mira para ambos lados para ver si lo están
mirando y en vez de sacar una sola porción, se sirve dos. Los empresarios,
al ver esa actitud interiormente incorrecta, deciden no contratarlo a pesar de
ser el mejor candidato, porque recuerdan lo que dicen las Sagradas Escritu-
ras: “El que roba en lo pequeño, también roba en lo grande”.
5. EL INSTANTE PRESENTE
Le preguntaron en cierta ocasión a Buda: “¿Quién es un hombre sabio?” Y
Buda respondió: “Cada hora se divide en cierto número de segundos, y cada
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segundo en cierto número de fracciones. El sabio es en realidad el que es
capaz de estar totalmente presente en cada fracción de segundo”.
6. EL ESCULTOR
El famoso Miguel Angel, a los 23 años esculpe “La piedad”, estatua
en la que se muestra a Jesús muerto en brazos de la Virgen María. Obra
extraordinaria que no deja de causar asombro desde el ángulo en que se la
mire. Pero, el artista no estaba conforme. Esculpe después el David, otra
obra maravillosa, pero tampoco estaba conforme. Se dedica luego a esculpir
el Moisés y pone tanta pasión en eso y es tan grande el resultado que al
terminar la obra, toma un martillo, golpea en la rodilla de la estatua y le dice:
“Parla” (habla). Y, la verdad, es que al observarla, no le falta más que hablar.
Pero Miguel Angel no estaba conforme. Pinta la Capilla Sixtina en el Vatica-
no, lo que le lleva diez años de trabajo y mientras tanto, sigue en la búsqueda
del bloque de mármol que le sirviera para hacer lo que él llamaba “su obra
maestra”. Recorre constantemente las distintas canteras de Carrara, hasta
que un día descubre el bloque que buscaba. Lo lleva a su taller y todos sus
alumnos comienzan a preguntarle en que iba a consistir su obra y él, reitera-
damente respondía: “No sé, la obra está allí, la hizo Dios. Lo único que
yo hago es sacar el mármol que sobra”.
Amigo lector, la función de todo Maestro no es hacer estatuas de mo-
delos preconcebidos sino hacer aflorar (educar) las virtudes que le vienen ya
dadas por obra y gracia de Dios
7. EL TIEMPO
Cuando el Maestro invitó al Gobernador a practicar la meditación
(Zazen), y éste le dijo que estaba muy ocupado, la respuesta del Maestro
fue:
- Me recuerdas a un hombre que caminaba por la jungla con los ojos
vendados... y que estaba demasiado ocupado para quitarse la venda.
Cuando el Gobernador alegó su falta de tiempo, el Maestro le dijo:
- Es un error creer que la meditación no puede practicarse por falta de
tiempo. El verdadero motivo de tu negación es la agitación de tu mente.
349
Había un leñador que se agotaba malgastando su tiempo y sus ener-
gías en cortar madera con un hacha sin filo, porque no tenía tiempo, según
él, para detenerse a afilar la hoja.
El tiempo no se detiene, el tiempo, si uno quiere, se hace.
8. LA RIQUEZA MAYOR
Cierto día, un pequeño se perdió en un bosque. Después de mucho
andar, golpeó la puerta de una casa enorme, perdida en la floresta. El ancia-
no fue a abrir, y viendo al pequeño, quedó sorprendido:
- ¿Estás perdido, pequeño?...
- Sí... y no sé volver a mi casa.
- Entonces entra, acompáñame a la mesa compartiendo mi comida y
después puedes descansar en mi casa.
Mientras cenaban, se pusieron a conversar:
- Yo soy un sabio y quiero salvar al mundo. Me propuse hace muchos
años esa misión y ya casi está terminada, ya que descubrí como se fabrica el
oro y así todos los hombres podrán tener un tesoro y ser felices.
- ¿Oro, para que el oro? Yo no preciso de él. Yo soy rico, mi Señor.
Tengo padre, tengo madre y un hermanito. Yo soy muy rico... pero en amor...
Al oír esta respuesta, el anciano se quedó pensando. Dirigió su mirada
hacia los instrumentos para hacer oro y después hacia el cielo. En una voz
muy dulce y suave le dice murmurando al pequeño:
- Eres más sabio que yo.
Los maestros de JUDO deberán hacer comprender a sus alumnos y
sobre todo a sus padres la gravedad del “deportismo”, del “campeonismo”,
de la lucha por los “grados” y por los “puestos” que tienen su importancia,
pero son efímeros.
350
Cuando alguien ha alcanzado la luz, sus palabras son como semi-
llas, llenas de vida, de pasión y de energía. Y pueden conservar la forma
de semillas durante siglos, hasta que son sembradas en un corazón fuerte y
receptivo.
Uno solía pensar que las palabras escritas antiguamente estaban muer-
tas y secas. Ahora sabe que están llenas de energía y vida. Era el propio
corazón el que estaba frío y muerto, así que ¿cómo iba a crecer nada en él?
351
“Ahora no” respondió El Greco. “No quiero perturbar la luz que brilla en
mi interior”.
¿De qué te sirve limpiar tu comportamiento ético hasta sacarle brillo, si
no hay música dentro de ti?
352
Cuando Kahua regresó al Japón, el Emperador oyó hablar de él y le
hizo llegar su deseo de que predicara Zen ante él y toda su corte como una
curiosidad. Kahua acudió y se quedó en silencio frente al Emperador. Enton-
ces, sacó una flauta de entre los pliegues de su ropa y emitió una breve nota.
Después hizo una profunda inclinación ante el Emperador y desapareció.
Dice Confucio: “No enseñar a un hombre que está dispuesto a apren-
der es desaprovechar a un hombre. Enseñar a quien no está dispuesto
a aprender es malgastar las palabras”.
353
¿El mejor remedio? ... EL OPTIMISMO
¿La mayor fuerza? ... LA FE
¿Las personas más necesarias? ... LOS PADRES
¿Lo más bello del mundo? ... EL AMOR
¿Hasta dónde debo dar? ...¡Hasta que duela!...
Teresa de Calcuta
354
- Hijo mío, yo te amo tanto que te dije que estaría contigo todo el Cami-
no (Do) y que no te dejaría ni un minuto siquiera y no te dejé; los días en que
tu viste en la arena apenas una pisada fueron esos en los que Yo te llevé
en mis brazos...
18. La muerte está tan segura de sí misma, que te da toda una vida de
ventaja.
20. Cuando los jóvenes peronistas le dicen al General Perón que tenía
que poner sangre nueva en el gobierno él les contestó: “miren jó-
venes, la solución no pasa por tirar todos los días un viejo por la
ventana”.
21. VIGILANCIA
“Maestro, ¿hay algo que yo pueda hacer para llegar a la iluminación?”
pregunta el alumno...
“Tan poco como lo que puedes hacer para que amanezca por las ma-
ñanas”, respondió aquel.
“Entonces, para que sirven los ejercicios espirituales que tú mismo
recomiendas?”
“Para estar seguro de que no estarás dormido cuando el Sol comience
a salir”.
Estar despierto es no dejarse afectar por nada, ni por nadie. Y eso es
ser libre.
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22. ORACIÓN DEL MAESTRO (Sensei)
Señor, delante tuyo, con mis alumnos, tomo conciencia de mi respon-
sabilidad y de mis limitaciones como Maestro y con ellos, procuro la respues-
ta.
Sé que esta respuesta sólo será verdadera si se abre al servicio.
Sé que vivo en un mundo complejo, acelerado, contaminado, egoísta...
Por eso, quiero ser simple, calmo, abierto.
Señor, en el diálogo constante y amoroso con mis alumnos, procuro la
liberación de mi egoísmo para comunicarme, para valorizar a los que son el
motivo de mi vocación.
Señor, para una mejor integración de los hombre entre sí, quiero hacer
de la ciencia un diálogo; de mi clase, un hogar; de mis alumnos, amigos; de
mi vida, una entrega.
Néctar en los ojos y en el corazón de los hombres, de su familia, y en el
mundo de cada uno.
Señor, como agente de cambio que soy, de mí dependerá dejar el mundo
un poco mejor de como lo encontré, de mí dependerá la participación de mis
alumnos en la construcción del Paraíso, que comienza aquí, ahora y siem-
pre. Amen
Joaquín Sfredo
23. INTEMPORALIDAD
Paseaba un monje por los jardines del monasterio cuando, de pronto,
oyó cantar a un pájaro. Embelesado se detuvo a escuchar. Le pareció que
nunca hasta entonces había escuchado, lo que se dice escuchado, el canto
de un pájaro.
Cuando el pájaro dejó de cantar, el monje regresó al monasterio y, para
su consternación, descubrió que era un extraño para los demás monjes y
viceversa.
Pasó algún tiempo hasta que tanto ellos como él, descubrieran que
había tardado siglos en regresar. Como su escucha había sido total, el tiem-
po se había detenido, y él se había introducido en la eternidad.
La oración resulta perfecta... y el corazón se llena de asombro.
356
24. LA VENTANA Y EL ESPEJO (La felicidad de poder ver al otro)
Un hombre a quien la riqueza había endurecido su corazón, se sentía
tremendamente infeliz.
En esa situación fue a ver a un Maestro Zen con la esperanza de
reencontrar la alegría perdida. Este, le dice:
- Mire por esa ventana y dígame qué ve.
- Veo hombres por la calle, yendo y viniendo.
El Maestro le extendió un espejo y le dijo:
- Mire en este espejo y dígame qué ve.
- Me veo a mí mismo.
- ¿Pero no ve a los otros?
- No.
- Sabe, la ventana y el espejo están hechos ambos con la misma mate-
ria prima, es decir, con vidrio, pero, como el espejo está revestido de plata en
su parte posterior, Usted sólo se ve a sí mismo; mientras que, a través del
vidrio trasparente de la ventana, Usted ve a los otros. Lamento mucho tener
que compararlo con esta especie de vidrio. Cuando Usted era pobre, veía a
los otros y tenía compasión de ellos. Pero cuando ya estuvo cubierto de plata
comenzó a verse solamente a sí mismo. Sin duda alguna, vale la pena ras-
par el revestimiento de plata, para que Usted vuelva a ver a los otros.
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26. SI YO VIVIERA ASÍ, QUE JUDOKA SERÍA
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz;
Donde hay odio, ponga yo amor;
Donde hay ofensa, ponga yo perdón;
Donde hay discordia, ponga yo unión;
Donde hay error, ponga yo verdad;
Donde hay duda, ponga yo fe;
Donde hay desesperación, ponga yo esperanza;
Donde hay tinieblas, ponga yo luz;
Donde hay tristezas, ponga yo alegría;
Oh, Maestro, que no busque yo tanto:
Ser consolado, como consolar;
Ser comprendido, como comprender;
Ser amado, como amar;
Porque, es dando, como se recibe;
Olvidándose, como uno encuentra;
Perdonando, como uno alcanza el perdón;
Muriendo, como uno resucita a la vida eterna.
Amen.
San Francisco de Asís
358
Teniendo amor, no se tiene temor. No haciendo mucho se tiene ampli-
tud. No queriendo ser el primero, se puede desarrollar el talento y madurarlo.
Paul Brunton
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29. ARCHIVO TIBETANO
No hay situaciones desesperadas: sólo hay hombres que desesperan
en las situaciones.
Las águilas vuelan solitarias, pero las ovejas se juntan en rebaño.
Sé incapaz de cambio en lo que es recto, y los hombres contarán conti-
go.
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El perro pobre, se detiene y le dice al rico: “Perdóname hermano,
pero si tengo que vender mi libertad por un plato de comida, prefiero
estar como estoy.” Dio media vuelta y retornó al monte, lleno de libertad y
dignidad.
361
33. EL CREPÚSCULO
Que triste es que el hombre se vuelva esclavo de sus ocupaciones o
de su carrera, que olvidó que fue creado para gozar de este hermoso mundo
y que pronto quede ciego a los milagros de la naturaleza que tienen lugar
ante sus propios ojos todos los días. ¿Cuándo fue la última vez que con-
templaste un crepúsculo?
Og Mandino
362
quiera puede ser llamada un grano de arena en este infinito. Se disuelve y
desaparece, y con ella Usted. ¿Dónde está Usted?
Ante todos esos mundos, pregúntese cuáles son sus metas y esperan-
zas, sus intenciones y medios para cumplirlas, cuáles serán las exigencias
que le podrán hacer y cuál es su preparación para enfrentarlas.
Gurdjieff
363
Ser hombre, es comprender la necesidad de adoptar una disciplina
basada en principios sanos y sujetarse por su propia deliberada voluntad a
esa disciplina.
Ser hombre, es comprender que la vida no es algo que nos dan ya
hecho, sino que es la oportunidad para hacer algo bien hecho.
Hombres de esta talla y de esta alcurnia los necesita el mundo, los
reclama la Argentina y lo exige Dios.
364
embotada mira. Y es obvio que no importa lo que esa mente mire; tanto si
medita o si se va a la luna, seguirá siendo una mente embotada.
Si las ideologías han cegado sus ojos, no pueden ver la belleza de la
puesta de sol.
Krishamurti
365
Considera al Maestro: éste labora en cualquier situación sin quejarse,
con cualquiera persona o tema que se le presenta; el Maestro actúa de ma-
nera que todos se beneficien y sirve bien sin cuidarse del salario; el Maestro
habla sencilla y honestamente e interviene para arrojar luz y crear armonía.
De mirar el movimiento del agua, el Maestro aprende que, en la ac-
ción el momento propicio lo es todo.
Como el agua, el Maestro se somete. Porque cuando el Maestro no
empuja, el grupo no se resiente ni resiste.
Lao Tse
366
imaginación se puebla de ideales y cuyo sentimiento polariza hacia ellos la
personalidad entera, forman raza aparte en la humanidad: son idealistas.
Definiendo su propia emoción, podría decir quien se sintiera poeta: El
Ideal es un gesto del espíritu hacia alguna perfección.
José Ingenieros
367
Sabrás de la traición de los leales y de la dura crueldad de los que se
sienten perfectos.
Sabrás que ya es tarde y casi siempre imposible.
Sabrás de la deserción de los tuyos y del desprecio de todos.
Sabrás que no se te perdona y nadie te entiende.
Sabrás que eres el último y tal vez menos.
Sabrás también que el dolor redime, que la soledad cura, que la fe
agranda, que la esperanza sostiene, que el olvido mitiga, que el perdón forta-
lece... Y que todo está en ti y contigo está Él.
Juan XXIII
368
Ahora, para tener certeza de que cuando ella muera nadie sospechará
de ti, deberás tener mucho cuidado y actuar de manera muy amigable. No
discutas, ayúdala a resolver sus problemas. Recuerda, tienes que escuchar-
me y seguir todas mis instrucciones.
Lili respondió: -Sí, Sr. Huang, haré todo lo que el señor me pida.
Lili quedó muy contenta, agradeció al Sr. Huang, y volvió muy apurada
para comenzar el proyecto de asesinar a su suegra.
Pasaron las semanas y cada dos días, Lili servía una comida especial-
mente cocinada por ella a su suegra.
Siempre recordaba lo que el Sr. Huang le había recomendado
sobre evitar sospechas.
Fue así que poco a poco, controló su temperamento, obedecía a su
suegra y la trataba como si fuese su propia madre.
Después de seis meses, la casa entera estaba completamente cam-
biada. Lili había controlado su temperamento y ya no aborrecía a su suegra.
En esos meses, no había tenido ni una discusión,
que ahora parecía mucho más amable y más fácil de lidiar con ella. Las
actitudes de la suegra también cambiaron y ambas pasaron a tratarse como
madre e hija.
Un día Lili fue nuevamente en procura del Sr. Huang, para pedirle ayu-
da y le dijo: -Querido Sr. Huang, por favor ayúdeme a evitar que el veneno
mate a mi suegra. Ella se ha transformado en una mujer agradable y la amo
como si fuera mi madre. No quiero que ella muera a causa del veneno que le
di.
El Sr. Huang sonrió y señaló con la cabeza:
-Lili no tienes por qué preocuparte. Tu suegra no ha sido
envenenada. Las hierbas que le di, eran vitaminas
para mejorar su salud. El veneno estaba en su mente,
en su actitud, pero fue echado fuera y sustituido por el amor
que pasaste a darle a ella, luego del cambio en tu actitud.
En la China existe un adagio que dice:
“La persona que ama a los otros, también será amada”.
369
La mayor parte de las veces recibiremos de las otras personas
lo que les damos y por eso ten cuidado!!! Acuérdate siempre:
“El plantar es opcional, pero la cosecha es obligatoria,
por eso ten cuidado con lo que plantas”.
Connie’s Stationery
370
y decora su propia alma,
en lugar a esperar a que alguien le traiga flores
y uno aprende que realmente puede aguantar
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale,
y que uno aprende y aprende...
y con cada adiós uno aprende.
Jorge Luis Borges
371
acude a él sólo para consolidar sus intereses del presente; una generación a
la que no basta decirle “esto es bueno”. Existen demostraciones, ejemplos
de vida. De lo contrario se ríe de los evangelios, los principios morales y las
“sólidas” estructuras de la vida familiar de nuestros padres y abuelos.
Muchos pilares del pasado se están cayendo de puro corroídos que
estaban. Ni siquiera ha sido necesario derribarlos.
Mientras un país se emancipa y triunfa, nuestra juventud asiste tam-
bién al triunfo de los peores; observa la “metodología” de los grandes pode-
res, observa, en la mayoría de los casos, como el rango no se obtiene como
justa sanción del mérito; observa el avance de la corrupción. Por todo ello,
necesitamos un nuevo aporte a los “mayores-jóvenes” y cambiar de esa for-
ma, el viejo ritmo que hasta ahora llevamos.
No basta con ser pionero en ciencias, en artes, en deportes, etc. No
basta con mostrar fórmulas de organización. Tenemos que constituirnos en
una agencia de revolución vital.
Somos pocos, pero esos pocos tenemos le necesario para que el mo-
vimiento sea fuerte, inspirado en sanos ideales con raíces prácticamente
extendidas hondo en la tierra.
Cuando para hacer esto decimos que primero hay que usar un ariete y
voltear las murallas, estamos diciendo lo primero y lo fundamental, es decir,
ponernos en contacto con la juventud de ahora, ponernos en contacto con la
verdad humana que nos rodea pero que no nos penetra, ponernos en con-
tacto con la masa social a la que no estamos alcanzando.
La aventura es muy riesgosa. Podemos incluso llegar a perder varias
de las pequeñas-grandes cosas que constituyen nuestro diario y, si se quie-
re, cómodo vivir. Pero tenemos un legado al que no podemos renunciar. En
el día de hoy, renunciar es darle la razón eterna al joven alemán de post-
guerra que dirigió este alegato a la generación pasada: “Porque ustedes son
débiles...” Porque ustedes son débiles nos han llamado a nosotros “medio-
fuertes” y maldita esta, nuestra generación contra la cual ustedes han peca-
do porque son débiles. Nosotros le dimos veinte años para que nos hiciesen
fuertes. Fuertes en amor. Fuertes en sanas intenciones. Pero nos han hecho
solamente “medio-fuertes”, porque ustedes son débiles. El débil “NO” que
pronunciaron se levantó inútil ante las cosas prohibidas. Y nosotros sólo tuvi-
mos que gritar un poco para transformar vuestro “NO” en un “SI” y no se
alteraran vuestros nervios maltrechos. Y a eso le llamaron amor. Porque
son débiles compraron la paz que necesitaban.
372
“Cuando éramos niños la compraron con dinero para el cine, dinero
para helados. Esto no fue hacernos un servicio, una ayuda; solamente sirvió
para vuestra comodidad y vuestra tranquilidad.
“Porque ustedes son débiles. Débiles en amor, débiles en paciencia,
débiles en esperanza, débiles en fe.
“Nosotros somos “medio-fuertes” y nuestras almas son sólo la mitad
de antiguas que lo que somos en edad. Y por ello, aceptamos muchas veces
marchar en fila, tranquilos, porque no deseamos llorar. Llorar por todas las
cosas en las que ustedes fallaron y dejaron de enseñarnos”.
“Podemos contar y podemos leer, y podemos escribir las característi-
cas de las anémonas. Sabemos cómo viven los zorros en sus madrigueras y
cómo crecen las flores, aprendemos a sentarnos callados, escuchando his-
torias de los zorros y las flores”.
“Pero en nuestra ciudad no hay zorros ni hay anémonas. No nos han
enseñado cómo tratar con la vida. Quisiéramos incluso, creer en Dios.
Ustedes, “religiosamente” ganaron mucho dinero y murmuraron acerca de
los resultados de las carreras de caballos, tal como si fueran oraciones”.
“¡Retira tu fusil, sargento mayor y dinos realmente qué vale la pena
hacer! ¿Tú realmente amas la labor que realizas o es acaso que simplemen-
te reclamas tu paga y anhelas tu jubilación?”
“Muéstranos qué bueno eres realmente cuando “actúas como huma-
no”, Señor Ministro de la Iglesia, en tu vida privada, como un Cristiano?”.
“Sin duda somos caricaturas de la hipócrita existencia de ustedes”.
“Solemos hacer ruido en forma desmedida y levantamos un pequeño
motín. Pero ustedes pelean sin piedad en silencio y en secreto. Uno contra el
otro. Se cortan uno al otro el pescuezo en tratativas comerciales, complotan
y planifican para lograr puesto mejores, más remunerados”.
“Por cada uno de nosotros que hace ruido inútil, muéstrennos uno de
ustedes que haga bien en su vida privada. En vez de amedrentarnos con
garrotes, envíen hombre que sean capaces de mostrarnos el camino. No con
palabras, sí con sus vidas. Pero ustedes son débiles. Aquellos que son fuer-
tes son capaces de ir a la jungla para ayudar a los negros. Porque ustedes
son débiles y nosotros solamente “medio-fuertes”. ¡Madre, trata de orar, por-
que “los adultos” son débiles y los cobardes tienen armas!”.
Sin duda, quién escribió estas amargas y realísticas palabras es un
fruto de los problemas y las dificultades del viejo continente.
373
Con ello podríamos quedarnos tranquilos y decir: no nos concierne.
Pero bien sabemos que esta eventualidad hace mucho que ha dejado de ser
posible. Lo que acontezca en nuestro país, en nuestra provincia, en nuestra
ciudad, en el mundo nos importa.
Basados en ello y haciendo un análisis sintético de nuestra forma de
vivir, de actuar, en el medio que frecuentamos y con los elementos naturales
o creados de que disponemos debemos hacernos estas tres preguntas:
1°) Qué dar y por qué darlo.
2°) A quiénes dar.
3°) Cómo dar.
¿Hasta cuando debo dar? Le preguntan a la Madre Teresa, y ella con-
testa: ¡Hasta que te duela!
Si nuestra misión específica es utilizar el JUDO como agente para la
Educación Integral de los jóvenes, nuestro deber es revisar los tres princi-
pios de nuestra especialidad, a saber:
a) La salud y la capacidad de evitar el peligro;
b) La actitud social;
c) La técnica ortodoxa y el hábito de la vida deportiva.
A partir de aquí y teniendo como base estos tres principios llegamos al
final de nuestro tema, dejando en suspenso las preguntas que a continua-
ción detallamos como temario para una mesa redonda:
a) ¿Cuál es la suma de ejercicios apropiados para la capacidad psico-
física de cada alumno?
b) ¿Los ejercicios físicos favorecen en los alumnos la formación de
una actitud conveniente bajo el ángulo de las relaciones sociales?
¿El profesor cumple su función específica de maestro o es un sim-
ple repetidor de técnica? ¿Es un formador de juventud integralmente
sana o un empleado del Estado que espera su jubilación cum-
pliendo su horario burocrático?
c) ¿La técnica ortodoxa está siempre considerada como el fin a aten-
der? ¿Los alumnos aplican su voluntad para trabajar en ese de-
seo?
374
La encuesta está planteada, la semilla en el surco; hace falta gente
que la riegue, que la cuide, que la vigile, para que de ella nazca una nueva
planta que dé los esperados frutos.
Tú, profesor; tú, padre; tú, hijo; tú, alumno, vigílala, no la dejes morir,
porque allí está el secreto de la vida útil.
Mtro. Teodoro A. Amici
Junio de 1963
375
EL QUE ALIMENTES...
376
se acerca a tu vida. Tienes que permitir ese nuevo NACIMIENTO EN TI.
VUELVE A SER UN NIÑO.
PAZ Y FELICIDAD PARA TODOS.
TEODORO A. AMICI
(MIZU HIKI KODOMO)
377
J.P. Forner generalizó cuando debió salvar excepciones. Nos dice:
”Una democracia es un campo de batalla donde la ambición de pocos jefes
se disputa a palmos la facultad de subyugar al pueblo a costa de la inquietud,
y, a veces, de la sangre y la miseria del pueblo”. No siempre es así. Pero a
veces, entre nosotros argentinos, fue así. Y lo sufrimos. No lo sería nunca si
se dejara en nuestro caso el surco “judokiano” exento de las malezas que
atacan los frutos dignos y bellos de la democracia. No lo sería nunca, si ese
surco tuviera la inspiración y el amparo de ese Sol radiante que emana de los
principios del Dr. Kano (Shihan): Seiryoku Zen´Yo y Jita Kyoei.
En “Carta a los herederos”, Antonio Gala –que al no tener hijos consi-
dera a todos los jóvenes como sus herederos- , les dice: “Os recuerdo una
verdad: lo común no es que la democracia no sea de nadie, sino que es de
todos pero de uno en uno”. Y les aclara que no es una panacea, sino una
costosa posibilidad; no un hallazgo, sino un propósito continuado; no un re-
galo, sino un aprendizaje; no una imposición, sino algo que crece de abajo a
arriba y de adentro a fuera; no un bien que se defiende con armas, sino con
el convencimiento y la generosidad; no una improvisación, sino el final de un
camino de dudas; no un objeto que se adquiere con dinero, sino con la for-
mación y la constancia. “No la deis por hecha. Igual que la vida y el amor, no
termina de hacerse. Os atañe tanto como el futuro”
No pocos dirigentes confundiendo roles, la lesionan, causando males
que a veces son irreparables. El recurso que nos queda, es la crítica valiente
y al mismo tiempo moderada. Dice Octavio Paz: “Sólo la crítica puede
limitar los extravíos de un poder embriagado de sí mismo”
Aristóteles conoció a la democracia en la cuna y propició su creci-
miento. Escribió para su tiempo y para la posteridad sentencias como ésta:
“En la actualidad, debido a los beneficios materiales que se obtienen
del ejercicio de la autoridad, se desea permanecer en la función públi-
ca; todo, como si el poder conservara siempre una buena salud a quie-
nes lo detentan, por débiles que fueran; en dicho caso, es de esperar
una tendencia masiva a ocupar empleos públicos”. Lo escribió 300 años
antes de J.C. ¿No parece haber sido escrito en nuestro tiempo y
específicamente para los argentinos? La historia reciente, nos da la respues-
ta.
Daría la impresión que la ética pregonada por el estagirita, se hubiera
empantanado. Cuando se reclama mayor ética a la política, podríamos pre-
guntarnos: ¿Y si se reclama mayor ética a los políticos? Sería un lógico ca-
mino para servir a la política y no servirnos de ella.
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Juan Bautista Alberdi, nos dice: “Ni los presidentes de las repú-
blicas, ni los reyes de las monarquías, son jueces para decidir sobre
formas de gobierno. Los unos y los otros son incompetentes porque
son parte interesada, sin duda, la más interesada. Para el rey, la repúbli-
ca es la pérdida de silla de soberano -el trono- ; para el presidente, la
monarquía es la pérdida de la silla de jefe supremo del Estado. Que la
silla se llame simplemente silla o trono, es lo mismo, porque es la silla
del poder supremo, que apetecen con el mismo ardor el presidente y el
rey”
Víctor Massuh en su libro “La Argentina como sentimiento” dice
textualmente: “Las dicotomías tajantes revelan que el mal argentino no
es un hecho histórico, sino un estado del alma. Es el vacío del descrei-
miento”. Y nos sugiere una tarea urgente, cual es, alcanzar la legitimidad
que surge al subordinar la voluntad a una ética jurídica y constitucional. Y
volvamos a sus palabras: “Cuando un ser humano descubre que su con-
tradictor es una prolongación de sí mismo, que el único caudillaje au-
téntico es el que ejerce sobre la propia voluntad y no sobre otros; cuan-
do además comprende que la libertad es conquista de sus manos y no
de una dádiva de los otros, en ese preciso instante, la democracia le-
vanta su reino”.
La historia de los últimos años nos obliga a pintar estas imágenes. Leí
hace mucho un libro titulado: “A la verdad por el error”, de Jaim Weizman.
Que en nuestro país, los errores y males padecidos, nos lleven al fortaleci-
miento de la –hasta ahora- insuperable democracia.
TEODORO A. AMICI
53. EL CORCHO
La actitud creativa termina con los lamentos y las excusas. Es cali-
dad de percepción, acción inteligente que nos permite superar los conflictos
con la riqueza de las alternativas que nos ofrece cada situación.
La creatividad despierta el poder que duerme en nuestra imagina-
ción; es osadía, aventura para descubrir y aprender de los cambios; es res-
puesta hábil, no impotencia explicada o reclamo por lo que nos falta.
Hace años, un supervisor visitó una escuela primaria. En su recorrida
observó algo que le llamó poderosamente la atención: una maestra estaba
atrincherada atrás de su escritorio, los alumnos hacían gran desorden; el
cuadro era caótico.
379
Decidió presentarse:
-“Permiso, soy el supervisor de turno... ¿algún problema?”
-“Estoy abrumada señor, no se qué hacer con estos chicos... No tengo
láminas, el Ministerio no me manda material didáctico, no tengo nada nuevo
que mostrarles ni qué decirles...”
El supervisor, que era un docente de alma, vió un corcho en el desor-
denado escritorio. Lo tomó y con aplomo se dirigió a los chicos:
-“¿Qué es esto?”
-“Un corcho señor”... gritaron los alumnos sorprendidos.
-“Bien, ¿De dónde sale el corcho?”
-“De la botella señor. Lo coloca una máquina...”, “del alcornoque, de un
árbol...” “de la madera...”, respondían animosos los niños.
-“¿Y qué se puede hacer con la madera?”, continuaba entusiasta el
docente.
-“Sillas...”, “una mesa...”, “una barco...”
-“Bien, tenemos un barco. ¿Quién lo dibuja? ¿Quién hace un mapa en
el pizarrón y coloca el puerto más cercano para nuestro barquito? Escriban a
qué provincia argentina pertenece. ¿Y cuál es el otro puerto más cercano?
¿A qué país corresponde? ¿Qué poeta conocen que allí nació? ¿Qué produ-
ce esta región? ¿Alguien recuerda una canción de este lugar?”. Y comenzó
una tarea de geografía, de historia, de música, economía, literatura, religión,
etc.
La maestra quedó impresionada, al terminar la clase le dijo conmovi-
da:
-“Señor, nunca olvidaré lo que me enseñó hoy. Muchas gracias”.
Pasó el tiempo. El supervisor volvió a la escuela y buscó a la maestra.
Estaba acurrucada atrás de su escritorio, los alumnos otra vez en total des-
orden...
-“Señorita... ¿Qué pasó? ¿No se acuerda de mí?”
-“Sí señor, ¡cómo olvidarme! Qué suerte que regresó. No encuentro el
corcho ¿Dónde lo dejó?”.
380
54. ESOS LOCOS BAJITOS
A menudo los hijos se nos parecen,
así nos dan la primera satisfacción;
esos que se menean con nuestros gestos,
echando mano a cuanto hay a su alrededor.
Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien, hay que domesticar.
Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma,
nuestros rencores y nuestro porvenir.
Por eso nos parece que son de goma
y que les bastan nuestros cuentos
para dormir.
Niño,
deja ya de joder con la pelota.
“Niño,
que eso no se dice,
que eso no se hace,
que eso no se toca”.
Nos empeñamos en dirigir sus vidas
sin saber el oficio y sin vocación.
Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones
con la leche templada
y en cada canción.
Nada ni nadie puede impedir que sufran,
que las agujas avancen en el reloj,
381
que decidan por ellos, que se equivoquen,
que crezcan y que un día
nos digan adiós.
Joan Manuel Serrat
56.
Hay hombres que de su ciencia
tienen la cabeza llena
382
hay sabios de todas menas
mas digo, sin ser muy ducho
es mejor que aprender mucho
el aprender cosas buenas.
José Hernández (Martín Fierro)
57.
“El emperador Vespasiano le pidió un día al Senador Elvidio Prisco
que no fuera al Senado, para que su austera palabra no perturbara sus pla-
nes.
- Está en vuestras manos quitarme el cargo, pero mientras sea sena-
dor no faltaré al Senado.
- Si vais (repuso el Emperador) será para callar vuestra opinión.
- No pidáis opinión y callaré.
- Pero si estáis presente no puedo dejar de pedírosla.
- Y yo no puedo dejar de decir lo que creo justo.
- Pero si lo dices os haré morir...
- Los dos haremos lo que está en nuestra conciencia y dependa
de nosotros, yo diré la verdad y el pueblo os despreciará. Vos me haréis
morir y yo sufriré la muerte sin quejarme. ¿O acaso os he dicho que soy
inmortal?
Graba este ejemplo en tu memoria, maestro, artesano, poeta, sembra-
dor o filósofo. Probable es que no puedas imitarlo en grado heroico, pero no
lo olvides en tu habitual escenario. Haz de él un mandamiento de tu credo.
Piensa que el porvenir de tu pueblo está en el temple moral de sus compo-
nentes.
58.
-“En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el
gran respeto que profesaba a todos. Un día, un conocido se encontró con el
gran filósofo y le dijo: ¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?
383
-Espera un minuto –replicó Sócrates-. Antes de decirme nada quisiera
que pasaras un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del triple filtro.
-¿Triple filtro?
-Correcto –continuó Sócrates-. Antes de que me hables sobre mi ami-
go, puede ser una buena idea filtrar tres veces, lo que vas a decir. Es por eso
que lo llamo el examen del triple filtro. El primer filtro es la verdad. ¿Estás
absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
-No –dijo el hombre-, realmente solo escuché sobre eso y...
-Bien, entonces no sabes si es cierto o no. ahora permíteme aplicar el
segundo filtro, el filtro de la bondad. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme
de mi amigo?.
-No, por el contrario.
-Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro
de que sea cierto. Pero podría querer escucharlo, aunque queda un tercer
filtro: el filtro de la utilidad. ¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme
de mi amigo?
-No, la verdad que no.
-Bien –concluyó Sócrates-, si lo que deseas decirme no es cierto, ni
bueno, e incluso no es útil, ¿para qué querría saberlo?”.
59.
“Un matrimonio lleva 40 años de casado. Están en su casa acostados en la
cama, encima de ellos en la pared, la foto del casamiento. Ella una sílfides,
delgada, con su blanco vestido de novia y él de traje parece un caballero de
fina estampa. En un determinado momento, la señora se levanta para ir al
baño en camisón de franela, soquetes, ruleros, un poco pasada en kilos,
cruza delate de la cama y el marido se da vuelta, mira la foto y se pregunta
mentalmente: “Ésta no es la mujer con la que me casé”. Invertimos la histo-
ria; la señora en la cama, el marido se levanta, camiseta, barrigón, pelado,
medias. Cruza delante de la cama y la mujer se da vuelta, mira la foto, mira al
marido y se dice mentalmente: “Éste no es el hombre con el que me casé”.
Llevan 40 años viviendo juntos y se sorprenden uno del otro, porque nun-
ca se observaron para ver el paso de los años en el otro. Descubren sor-
prendidos que viven con un extraño y de golpe se sorprenden, no se cono-
384
cen, han vivido con un bulto. No puede allí haber amor, porque dejaron de
observarse, y no se puede amar lo desconocido.
60.
En un pueblito del sur argentino, un día de nieve, el comerciante Raúl,
que tiene un casa de compraventa, observa a través de la vidriera una mano
pequeña que trata de desempañar el vidrio para mirar hacia adentro. Al rato,
un niño entra al negocio, saluda y le pregunta a Raúl: “¿Señor, cuánto cuesta
ese collar de cuentas azules que está en la vidriera?” El collar era de cristal
de roca y tenía un precio relativamente alto.
Raúl le pregunta para qué quiere el collar y el niño le contesta: “Sabe
Señor, hoy es el cumpleaños de mi hermana mayor y como ella nos ha cria-
do, porque no tenemos papá ni mamá, yo quiero hacerle un hermoso regalo
y para eso rompí mi alcancía y traje todo el dinero que tenía ahorrado.”
¿Cuánto dinero tienes? preguntó Raúl. El niño buscó en su bolsillo y
sacó de él unas cuantas monedas que en total sumaban 15 pesos.
Raúl fue hasta la vidriera, sacó el collar, hizo un hermosos paquete, se
lo entregó y el chico, muy contento, se fue.
385
· Aprende de ella la lección de la memoria
· Podrás así, mantenerte erguido, firme como una roca, obedecien-
do al guerrero que eres tú mismo y tu rey
· Observa atentamente la vida que te rodea
· Aprende a sondear el corazón de los hombres
· Considera ansiosamente tu propio corazón
· A través de tu propio corazón viene la luz única (Ki) que ilumina la
vida
· La palabra solo viene con el conocimiento. Alcanza la palabra y
alcanzarás el conocimiento
· No te avergüence caer, sino permanecer caído.
Mabel Collins
386
64.
“Una vez un granjero, mientras caminaba por el bosque, encontró un pichón
de águila. Lo llevó a su casa y lo puso en el corral, donde pronto aprendió a
comer la misma comida que los pollos y a conducirse como ellos. Un día, un
naturalista que pasaba por allí le preguntó al propietario por qué razón un
águila, el rey de todas las aves, tenía que permanecer encerrada en un corral
con los pollos.
- Como le he dado la misma comida que a los pollos y le he enseñado
a ser como un pollo, nunca aprendió a volar, respondió el propietario. -Se
comporta como los pollos y, por lo tanto, ya no es un águila.
- Sin embargo- insistió el naturalista -tiene corazón de águila y, con
toda seguridad, se le puede enseñar a volar.
Después de discutir un poco más, los dos hombres convinieron en
averiguar si era posible que el águila volara. El naturalista la tomó en sus
brazos suavemente y le dijo: “Tú perteneces al cielo, no a la tierra. Abre tus
alas y vuela.”
El águila, sin embargo, estaba confusa: no sabía qué era y, al ver a los
pollos comiendo, saltó de los brazos y se reunió con ellos de nuevo.
Sin desanimarse, al día siguiente, el naturalista llevó al águila al tejado
de la casa y le animó diciendo: “Eres un águila. Abre las alas y vuela”. Pero el
águila tenía miedo de su “yo” y del mundo desconocido y saltó una vez más
en busca de la comida de los pollos.
El naturalista se levantó temprano el tercer día, sacó al águila del co-
rral, la llevó hasta un monte, y le animó diciendo: “Eres un águila y pertene-
ces tanto al cielo como a la tierra. Ahora, abre las alas y vuela”.
El águila miró alrededor, hacia el corral y arriba, hacia el cielo. Pero
siguió sin volar. Entonces, el naturalista la levantó directamente hacia el sol;
el águila empezó a temblar, a abrir lentamente las alas y, finalmente, con un
grito triunfante, voló alejándose en el cielo.
Es posible que el águila recuerde a los pollos con nostalgia; hasta es
posible que, de cuando en cuando, vuelva a visitar el corral. A partir del mo-
mento de su primer vuelo, el águila nunca ha vuelto a vivir vida de pollo.
Siempre fue un águila, pese a que fue mantenida y domesticada como un
pollo”.
387
65.
“Ten siempre a Itaca (el éxito) en mente; tu suerte indica ese destino.
Pero no te precipites en el viaje. Es mejor que dure cien años, que viejo
arribes finalmente a la isla, rico de lo que ganaste en el Camino. Itaca te
regaló ese bello viaje”.
Constantino Kavafis
66.
“Sus flechas no llegan al blanco porque espiritualmente no recorren
grandes distancias. Se comportan como si el blanco estuviera a una distan-
cia infinita. Para nosotros, Maestros Arqueros, es un hecho conocido y com-
probado por la experiencia cotidiana que un buen arquero, con un arco de
potencia mediana, es capaz de llegar más lejos que otro que empuña un
arco más potente, debido a su estado de espiritualidad. Por lo tanto, el dispa-
ro de la flecha no depende del arco sino de la presencia de espíritu, de la
vivacidad y de la atención con que es manejado. Pero, para desencadenar la
fuerza total de esa atención espiritual, los arqueros deben ejercitar la cere-
monia de una manera muy parecida a como baila un experto danzarín. Los
movimientos de sus miembros partirán de aquel centro desde donde surge la
verdadera respiración (Tanden)... Si los arqueros se entregaran a la ceremo-
nia del tiro al arco como si se tratase de una danza ritual, su lucidez espiritual
llegaría a su punto máximo”.
Eugen Herrigel
67.
“Daito Kokushi, un gran Maestro Rinzai japonés, vivió entre los men-
digos con el propósito de iluminarse (Satori) a través de su determinación a
vivir en las peores condiciones posibles. Cierta vez, un Samurai degenera-
do, fue hacia el grupo de mendigos para probar con ellos una nueva Katana
(espada). Daito le dice a los otros que se refugien y se sentó en meditación.
El Samurai se aproximó a Daito, empuñó su arma y le avisó “Prepárate. Mi
espada te va a cortar en dos.”Daito ni se movió. Entonces, un temor respe-
tuoso se apoderó del Samurai, que inmediatamente se batió en retirada.
68.
388
“Un Samurai Ronín (aquellos que han perdido la protección de su
Señor feudal y andan por el mundo ofreciendo sus servicios a las poblacio-
nes contra ladrones y asesinos) para en una posada para comer. Su aparien-
cia casi rotosa deja mucho que desear. Un grupo de parroquianos que está
sentado en una mesa vecina comienza a embromarlo mientras el Samurai
permanece impasible. Cuando le traen la escudilla con la comida, una mos-
ca comienza a revolotear cerca de ella. El Samurai con aire impasible, toma
sus dos palitos que usa como cubiertos, atrapa la mosca en el aire, la tira y
comienza a comer tranquilamente. Los parroquianos al ver esa acción huyen
despavoridos.”
69.
“Cierta vez Tanzan y Ekido estaban caminando juntos por una calle
embarrada. Llovía torrencialmente. Al aproximarse a una curva, se encuen-
tran con una linda joven que usa un kimono de seda ceñido con una faja. La
joven no sabía como atravesar el camino.
-Venga joven, le dice Tanzán, sin titubear. Y levantándola en sus bra-
zos, la cargó y cruzó el barro. Ekido se quedó callado hasta la noche en que
llegaron al templo en que iban a pernoctar. Ya allí, no pudo contener su curio-
sidad y preguntó a su Maestro:
-Nosotros los monjes no debemos acercarnos a las mujeres -le dijo a
Tanzán- especialmente si son jóvenes y atrayentes. Es peligroso. ¿Por qué
Usted Maestro hizo eso?
-Yo dejé a la joven allá -respondió Tanzán- Usted todavía la está car-
gando”.
70.
“Cuando la mente y el cuerpo actúan en forma simultánea, cuan-
do el intervalo entre el pensamiento y la acción es eliminado, de tal
manera que las dos cosas ocurran al unísono, entonces podemos con-
siderar ese momento como el presente”.
Jackson Morisawa
71.
389
Los cinco sentidos, discutiendo entre ellos cual es el mejor y el más
importante, se dirigen a Brahma y le preguntan: “¿De entre todos nosotros
cuál es el más importante?” Brahma les respondió: “El más excelente es
aquél cuya ausencia haga empeorar el cuerpo”.
La lengua (la palabra) se apartó por un año; después volvió y preguntó
“¿Cómo pudieron ustedes vivir sin mí?”. Los otros le respondieron: “Como
los mudos: no hablando con la lengua, pero respirando con la nariz, viendo
con los ojos, oyendo con los oídos, conociendo con la mente, generando
con el semen. Así vivimos. Entonces la lengua retornó a su lugar.
Los ojos (la vista) se apartaron por un año; después regresaron pre-
guntado: “¿Cómo pudieron vivir sin nosotros?”.
Respondiéronle los demás: “Como los ciegos: no viendo con los ojos, pero
respirando con la nariz, hablando con la lengua, oyendo con los oídos,
conociendo con la mente, generando con el semen. Así vivimos”. Entonces
los ojos retornaron a su lugar.
Los oídos (la audición) se apartaron por un año: después regresaron
preguntando: “¿Cómo pudieron vivir sin nosotros?”. Y los otros respondieron
“Como los sordos: no oyendo con los oídos, pero respirando con la nariz,
hablando con la lengua, viendo con los ojos, conociendo con la mente, gene-
rando con el semen. Así vivimos”. Entonces los oídos retornaron a su lugar.
La mente se apartó por un año; después volvió y preguntó: “¿Cómo
pudieron vivir sin mí?”. Respondiéronle los otros: “Como los locos: no cono-
ciendo con la mente, pero respirando con la nariz, viendo con los ojos, oyen-
do con los oídos, generando con el semen. Así vivimos”. Entonces la mente
volvió a su lugar.
El semen se apartó por un año; después regresó y preguntó: “¿Cómo
pudieron vivir sin mí?”. Respondiéronle los otros: “Como los impotentes: no
generando con el semen, pero respirando con la nariz, viendo con los ojos,
oyendo con los oídos, conociendo con la mente. Así vivimos”. Entonces el
semen volvió a su lugar.
Ahora, al llegarle el turno a la respiración. Al apartarse empezaron a
destrozarse todos los otros sentidos. Estos, desesperados, le claman “No
partas Señora. Reconocemos que sin tu presencia no podríamos vivir”.
390
Al Señor Director
Instituto General José de San Martín
Profesor Teodoro A. Amici
De mi consideración:
Aún guardo en mis ojos y oídos todo lo visto y escuchado en la magní-
fica fiesta de colación de grados del 23 de Noviembre pasado.
Y muy especialmente un tramo de su discurso en el cual se pregunta-
ba si los alumnos del establecimiento tenían sentimientos o si guardaban a
Dios dentro de su corazón.
Humildemente, me permito recordar una de las frases de la Madre
Teresa de Calcuta: “Lo único que califica nuestras vidas es lo que hay en
nuestro corazón”.
Aprovecho también la oportunidad para agradecerle la beca perma-
nente y total que me permitió culminar mis estudios secundarios desde 3° a
5° año como asimismo desearles unas felices fiestas en compañía de sus
seres queridos, saludo que hago extensivo en su persona a todos los inte-
grantes del Instituto (del cual yo me siento parte) en sus distintas áreas o
ámbitos de labores.
De mi alma a su alma.
391
Zapala, 19 de Noviembre de 2003
AL SR. DIRECTOR
INSTITUTO SUPERIOR GRAL. SAN MARTÍN
PROFESOR TEODORO A. AMICI
De mi consideración:
Por la presente, tengo el agrado de dirigirme a Usted, y por su digno
intermedio a todo el Personal de esa prestigiosa Casa de Estudios; a los
efectos de saludarlos cordialmente con el motivo de la finalización del Ciclo
Lectivo 2003 y agradecerles profundamente como colega y padre, no solo la
formación profesional, sino especialmente las enseñanzas humanas, éticas
y morales que ha recibido a lo largo de su carrera mi hijo Martín Andrés
Chuca.-
Haber confiado esa formación en un Insti-
tuto Superior del prestigio del Gral. San Martín, y dirigido por uno de esos
PROFESORES con mayúsculas que fueron mis docentes hace veinticinco
años y de los que tantos gratos recuerdos conservo; hacen hoy, ver los resul-
tados en mi hijo, resultados que me llenan de orgullo y de un agradecimiento
imposible de expresar con palabras.-
La vida hace mucho tiempo, me llevó lejos
de mi Ciudad, de mi Provincia y de la gente que me formó. Que los hijos
elijan la profesión de los padres es gratificante, pero que además puedan
recibir su formación de aquellas personas que tuvieron tanto que ver en la
vida profesional de su padre es un orgullo enorme para Martín y también
para mí.-
Quienes por ser Profesores y fundamental-
mente por provenir del Área de Educación Física llegan a cargos Directivos,
puedo asegurarle valoramos especialmente nuestros orígenes como docen-
tes. El deterioro educativo que observamos y la decreciente calidad profesio-
nal de las nuevas camadas de docentes que recibimos en las escuelas, sola-
mente podrá corregirse con la férrea voluntad de aquellas Instituciones, que
además de priorizar la formación profesional de sus egresados, hagan un
culto de la ética docente, como es el caso de ese prestigioso Instituto.-
392
Motivos laborales relacionados con el Acto
de Colación de Grado de este Establecimiento, me impiden poder acompa-
ñar a Martín en su egreso, pero a la distancia estoy seguro y tranquilo que en
ese momento tan importante para su vida, contara con el afecto, el apoyo y la
compañía de todos sus queridos Docentes y de Usted en especial Profesor
Amici.-
Sin otro particular, volviendo a agradecer
sinceramente todo lo que Usted y su gente lograron con Martín, aprovecho la
oportunidad para saludarlos con distinguida consideración, la mano de cada
uno de Ustedes.-
Ricardo J. A. Chuca
Director L.R.D. N° 13
Nivel Medio
Admirado conocido:
Estas líneas no son para adularlo ni para levantar su autoestima.
Lo llamo “Admirado conocido” ahora por-
que yo no admiraba al Director del Instituto Gral. José de San Martín y me-
nos aún conocía a Teodoro Amici, pero el día viernes 5 de Diciembre de 2003
fui al acto de colación, para lo cuál había recibido una invitación personal con
el respectivo programa de manos de Miriam Cianciardo (fabulosa persona)
era un evento desconocido para mí y vivirlo a los 45 años, con la magia de
sus palabras fue maravilloso y por ello guardado en la memoria para poder
revivirlo más adelante, sus palabras sobre el comienzo de la vida en el vien-
tre de la mamá, sobre la vida acuática en ese lugar y sus ya no “palabras”
sino tañir de campanas en los corazones de quienes estábamos allí, al recor-
darnos el corte del vínculo umbilical y el comienzo del vínculo desde el cora-
zón, desde el espíritu, fue indescriptible porque a muchos la emoción no les
permitió recordar posteriormente sus palabras pero yo quiero que usted sepa
que muchos admiramos a ese disciplinado Zen que llegó a nuestros corazo-
nes por un camino casi sin uso, el de los sonidos de las emociones, yo quiero
que usted sepa que el respeto por un ser superior fue lo que muchos senti-
393
mos a partir de escucharlo y es por ellos que debo informarle que su mensaje
llegó a todos los corazones y a muchos espíritus que ya creían haber sido
olvidados.
Lo admiro, lo conozco y lo respeto profun-
damente Zen Teodoro para siempre.
Gracias por existir.
ANÓNIMO
394
Tan es así que, integrantes del Judo santafesino que
me aprecian sinceramente, en tono de broma suelen decirme que a AMICI
siempre le “chupo las medias”.
Aunque no me molestan tales dichos, sabe usted que
eso no es real. Lo que sí se me puede endilgar es una marcada sensibilidad
para con todas las personas que pertenecen al Judo y especialmente a las
personalidades que me preceden y laboran por el engrandecimiento y la ex-
celencia de la disciplina.
Considero indispensable para todo practicante de la
provincia de Santa Fe tener acceso a su extraordinario libro. Por ello, como
presidente de la federación me comprometo a reproducir las fotocopias que
usted amablemente me permite realizar para entregar sin costo alguno un
ejemplar a todos los dojos.
En tantos años de docencia, he adquirido cantidad de
libros de Judo escritos por autores de todas partes del mundo, pero me enor-
gullece como judoka argentino sentirme motivado a recomendar, únicamen-
te, por lo valiosos de su contenido a dos libros realizados por Maestros Na-
cionales –Amici Teodoro y Uequín Juan Carlos.
Agradecido y orgulloso de contarlo entre los Maestros
dilectos de Judo de Santa Fe y con el deseo de saber capitalizar tanto cono-
cimiento, pasión, entrega......
...... (sin chupar ninguna media pero sí con la admira-
ción y el respeto que usted me inspira......)
lo saludo atentamente......
395
396
TEMA 15
LAS TÉCNICAS
TÉCNIC
DEL JUDO
397
398
TEMA 15
Primer Kyo
01. De Ashi Harai = Barrido del pie adelantado
02. Hiza Guruma = Rueda sobre la rodilla
03. Sasae Tsuri Komi Ashi = Trabado del pie adelantado levantando y
atrayendo (pescando)
04. Uki Goshi = Hacer flotar sobre la cadera
05. O Soto Gari = Gran barrido exterior
06. O Goshi = Gran proyección de cadera
07. O Uchi Gari = Gran segado interior
08. Seoi Nague = Proyección sobre el hombro
Segundo Kyo
09. Ko Soto Gari = Pequeño segado exterior
10. Ko Uchi Gari = Pequeño segado interior
11. Koshi Guruma = Rueda sobre la cadera
12.Tsuri Komi Goshi = Levantando y atrayendo sobre la cadera
399
13. Okuri Ashi Harai = Barrido de los dos pies
14. Tai Otoshi = Arrojar el cuerpo
15. Harai Goshi = Barrido con la cadera
16. Uchi Mata = Barrido al interior del muslo
Tercer Kyo
17. Ko Soto Gake = Pequeño enganche exterior
18. Tsuri Goshi = Proyección elevando la cadera
19. Yoko Otoshi = Arrojo Lateral
20. Ashi Guruma = Rueda sobre la pierna
21. Hane Goshi = Resorte con la cadera
22. Harai Tsuri Komi Ashi = Barrido del pie pescando
23. Tomoe Nague = Proyección en círculo
24. Kata Guruma = rueda sobre los hombros
Cuarto Kyo
25. Sumi Gaeshi = Proyección por el ángulo
26. Tani Otoshi = Caída en el valle
27. Hane Maki Komi = Resorte enrollándose hacia adelante
28. Sukui Nague = Proyección en forma de pala
29. Utsuri Goshi = Cambio de cadera
30. O Guruma = Rueda grande
31. Soto Maki Komi = Proyección de enrollamiento exterior
32. Uki Otoshi = Caída flotante
Quinto Kyo
33. O Soto Guruma = Gran rueda exterior
400
34. Uki Waza = Proyección flotante
35. Yoko Wakare = Separación lateral
36. Yoko Guruma = Rueda de costado
37. Ushiro Goshi = Proyección con la cadera hacia atrás
38. Ura Nague = Proyección hacia atrás
39. Sumi Otoshi = Caída hacia el oblicuo posterior
40. Yoko Gake = Caída lateral del cuerpo
401
2. KATAME WAZA = Técnicas de controlar
402
2.3. Kansetsu Waza =Técnicas de luxar
1. Ude Garami = Luxación sobre el brazo flexionado
2. Ude Hishigui Juji Gatame = Luxación del brazo en cruz
3. Ude Hishigui Ude Gatame = Luxación con las manos del
brazo extendido
4. Ude Hishigui Hiza Gatame = Luxación con la rodilla
5. Ude Hishigui Waki Gatame = Luxación con la axila
6. Ude Hishigui Hara Gatame = Luxación con el abdomen
7. Ude Hishigui Ashi Gatame = Luxación con la pierna
8. Ude Hishigui Te Gatame = Luxación con la mano
9. Ude Hishigui San Kaku Gatame = Luxación con las piernas en
triángulo
403
3.1.4. Golpes con la punta de los dedos
Tsuki Dashi
Ryogan Tsuki
3.2. Ashi Ate = Golpes con el pie o la pierna
3.2.1. Golpes con el talón
Ushiro Gueri
Yoko Gueri
3.2.2. Golpes con el metatarso
Naname Gueri
Mae Gueri
Taka Gueri
3.2.3. Golpes con la rodilla
Mae Ate
404
5. Estrangulamiento y Ude Gatame
4.3. Defensas contra sujeción de la ropa
4.3.1. Ataques de adelante
1. Giro del cuerpo y torsión de la muñeca
2. Torsión de la muñeca con desplazamiento atrás y golpe
con el tarso en la cara
3. Torsión lateral de la muñeca, Uki Otoshi y luxación en el
codo y muñeca
4. Sujeción de la mano, golpe con el dorso en la cara y
Ude Gatame
5. Ude Gatame por debajo de la axila, mano en la nuca y
Uki Otoshi
6. Uppercup, torsión sobre la muñeca y Uki Otoshi
4.3.2. Ataques desde atrás
1. Giro, golpe con puño y Ude Gatame
2. Giro, golpe con puño y O Soto Gari
4.4. Defensas contra ataque de estrangulamiento
4.4.1. Ataques de adelante
1. Apertura de brazos y Uki Goshi
2. Apertura de brazos y golpe de canto en el cuello
3. Golpe con pie o rodilla en región genital y de canto en
región cervical
4. Ídem anterior y Ude Gatame
5. Ídem anterior y golpe con rodilla en la cara
6. Ídem anterior y torsión de la cabeza
7. Golpe con el canto de la mano en región hepática o
basal
8. Torsión de los meñiques y golpe con pie o rodilla en
región genital
4.4.2. Ataques desde atrás
405
1. Golpe con el codo en zona hepática y Seoi Otoshi
2. Golpe con el canto del pie y Uki Otoshi
3. Ude Garami y Ude Gatame
4. Sujeción de ambas muñecas y Uki Otoshi
4.5. Defensas contra abrazo lateral del cuello
1. Sujeción de la nariz y golpe con canto en el abdomen
2. Ushiro Goshi
3. Sukui Nague
4. Te Nague
5. Golpe con el puño en región abdominal y rotación de la cabeza
6. Golpe con el puño en genitales y Yoko Guruma
7. Introducción del brazo y Ude Garami
4.6. Defensas contra detención
1. Golpe con el pie en la rodilla y O Soto Gari
2. Golpe con puño en el abdomen y Sasae Tsuri Komi Ashi
3. Balanceo de brazos y Ude Gatame
4. Sujeción del brazo cruzado y Hizi Otoshi
4.7. Defensas contra llave Doble Nelsson
1. Tamara Guruma y Ude Gatame
4.8. Defensas contra abrazo por debajo de los brazos
4.8.1. Ataques de frente
1. Golpe con la rodilla en la región genital y Ude Garami
2. Golpe con los pulgares en la parrilla costal y Kubi
Nague
3. Presión en la mastoides y golpe con rodilla en los
genitales
4. Presión en la nariz, arqueo de la columna y O Uchi Gari
4.8.2. Ataques desde atrás
406
1. Golpe con el nudillo en el carpo y Kote Gaeshi
2. Golpe con el codo en la cara y O Soto Otoshi
3. Torsión del pulgar o el meñique
4. Enganche de la pierna dejándose caer atrás aplastando
5. Kote Gaeshi y Ude Gatame con Uki Otoshi
6. Sukui Nague
7. Tani Otoshi
4.9. Defensas contra abrazo por encima de los brazos
4.9.1. Ataque de frente
1. Golpe con los pulgares en las ingles, rotación de la
cabeza
2. Golpe con rodilla en genitales y Ude Garami
3. Golpe con rodilla en genitales y O Uchi Gari
4.9.2. Ataque desde atrás
1. Apertura con los codos, Seoi Otoshi y golpe de canto en
la cara
2. Pisar el empeine con el canto del pie, golpe con el codo
en la zona hepática
3. Apertura de brazos y Seoi Otoshi
4.10. Defensas contra empuje de frente
1. Uki Otoshi
2. Tomoe Nague
3. Uki Waza
4. Sasae Tsuri Komi Ashi
4.11. Defensas contra puntapiés
1. Esquive y empuje del talón
2. Esquive y golpe en la región genital o en la región interna de la
rodilla con el pie desplazado
3. Esquive, golpe con el codo y O Uchi Gari
407
4. Esquive y Rio Ashi Dori
5. Esquive y enganche de la pierna con el brazo
6. Esquive del Yoko Gueri haciendo caer de espaldas sobre la
rodilla
7. Frenar con brazos cruzados y hacer girar la pierna
4.12. Defensas contra golpe de puño
1. Ippon Seoi Nague
2. Ippon Seoi Nague invertido
3. Frenar y Ude Garami
4. Frenar y golpe con el pie en el abdomen
5. Frenar golpe con derecha e izquierda y Tomoe Nague
6. Esquive y Okuri Eri Jime
7. Esquive y Hadaka Jime
8. Esquive y Kata Ha Jime
9. Esquive y Hara Gatame
10. Frenar y De Ashi Barai
11. Frenar y Sasae Tsuri Komi Ashi
12. Esquive, golpe con pie (taquito) en abdomen y golpe con
canto en la cintura
4.13. Defensa contra ataque con palo, botella, cachiporra o similar
1. Ude Garami
2. Uki Goshi
3. O Soto Gari
4. Frenar golpe desde arriba y O Soto Otoshi
5. Frenar golpe de arriba hacia abajo
6. Frenar golpe a punta de lanza
7. Frenar golpe cruzado y Kata Ha Jime
4.14. Defensa contra ataque con silla
408
1. Tamara Guruma
2. Ura Nague
3. Yoko Guruma
4. Golpe con la cabeza en el abdomen y Morote Gari
4.15. Defensas contra ataque con cuchillo o puñal
1. Esquive con Ude Gatame y Eri Jime
2. Frenar, Ude Garami y O Soto Otoshi
3. Frenar (manos en cruz) y Ude Gatame
4. Frenar (manos en cruz) y Hizi Otoshi
5. Frenar ataques de costado y Ude Garami por detrás
6. Esquive de ataque de arriba y Kote Gaeshi
4.16. Defensas contra ataque con revólver o pistola
4.16.1. Ataques de adelante
1. Mano sujeta revólver, golpe de canto en la mano y O
Soto Gari
2. Mano sujeta revólver, golpe con puño en el cuello y
con pie en la rodilla
3. Mano sujeta revólver, Kote Gaeshi y golpe con el arma
en la cabeza
4. Mano sujeta revólver, giro del cuerpo y Kote Gaeshi
4.16.2. Ataque desde atrás
1. Giro del cuerpo y Ude Gatame
2. Giro del cuerpo y Sode Guruma
3. Giro del cuerpo y Ude Gatame por delante
4. Giro del cuello, golpe con el puño en el abdomen,
golpe con la rodilla
409
5.1.1. Te Waza = Técnicas con brazos
Uki Otoshi = Caída flotante
Seoi Nague = Proyección por el hombro
Kata Guruma = Rueda sobre el hombro
5.1.2. Koshi Waza = Técnicas de cadera
Uki Goshi = Flotar sobre la cadera
Harai Goshi = Barrida con la cadera
Tsuri Komi Goshi = Pescar con la cadera
5.1.3. Ashi Waza = Técnicas con la pierna
Okuri Ashi Harai = Barrida de ambos pies
Sasae Tsuri Komi Ashi = Trabado del pie pescando
Uchi Mata = Barrido al interior del muslo
5.1.4. Ma Sutemi Waza = Técnicas con caída hacia atrás
Tomoe Nague = Proyección en círculo
Ura Nague = Proyección hacia atrás
Sumi Gaeshi = Proyección hacia el ángulo
5.1.5. Yoko Sutemi Waza = Técnicas con caída de costado
Yoko Gake = Trabado con caída de costado
Yoko Guruma = Rueda lateral
Uki Waza = Proyección flotante
5.2. KATAME NO KATA = Formas de controlar
5.2.1. Osae Komi Waza = Técnicas de inmovilizar
410
Kuzure Kami Shiho Gatame = Variante de la inmoviliza-
ción superior sobre cuatro apoyos
5.2.2. Shime Waza = Técnicas de estrangular
Kata Juji Jime = Estrangulación cruzada con manos
opuestas
Hadaka Jime = Estrangulación Simple
Okuri Eri Jime = Estrangulación deslizando solapas
Kata Ha Jime = Estrangulación controlando el hombro
Gyaku Juji Jime = Estrangulación cruzada con manos
invertidas
5.2.3. Kansetsu Waza = Técnicas de luxar
Ude Garami = Luxación sobre el brazo flexionado
Ude Hishigui Juji Gatame = Luxación del brazo en cruz
Ude Hishigui Ude Gatame = Control con las manos del
brazo recto
Ude Hishigui Hiza Gatame = Luxación con la rodilla
Ashi Garami = Luxación con la pierna entrelazada
5.3. KIME NO KATA = Formas de decisión
5.3.1. Idori = Defensas desde posición arrodillada
1. Ryote Dori = Sujeción a ambas muñecas
2. Tsuki Kake = Puñetazo al abdomen
3. Suri Ague = Empujón a la frente
4. Yoko Uchi = Golpe lateral
5. Ushiro Dori = Sujeción por detrás
6. Tsuki Komi = Puñalada al abdomen
7. Kiri Komi Tsuki = Ataque lateral con puñal
5.3.2. Tachi Ai = Defensas desde posición de pie
1. Ryote Dori = Sujeción a las dos manos
2. Sode Tori = Sujeción de la manga
411
3. Tsukkake = Puñetazo en la cara
4. Tsuki Ague = Uppercup
5. Suri Ague = Empujón a la frente
6. Yoko Uchi = Golpe lateral
7. Ke Ague = Patada a la ingle
8. Ushiro Dori = Sujeción por detrás
9. Tsuki Komi = Puñalada al abdomen
10. Kiri Komi = Tajo descendente
11. Nuki Kake = Desenvaine de la espalda
12. Kiri Otoshi = Corte descendente con la espalda
5.4. KODOKAN GOSHIN JUTSU NO KATA = Formas Modernas de
Defensa Personal
5.4.1. Toshu No Bu = Ataques sin armas
a) Kumi Tsukareta Toki = Cuando nos sujetan
1. Ryote Dori = Sujeción de ambas muñecas
2. Hidari Eri Dori = Sujeción de la solapa izquierda
3. Migui Eri Dori = Sujeción de la solapa derecha
4. Kata Ude Dori = Sujeción del codo y la muñeca
5. Ushiro Eri Dori = Sujeción del cuello del Judogui por
detrás
6. Ushiro Jime = Estrangulación por detrás
7. Kakae Dori = Sujeción por detrás por encima de los
brazos
b) Hanareta Toki = Cuando somos atacados a distancia
1. Naname Uchi = Golpe con puño desde el costado
2. Ago Tsuki = Uppercut
3. Gamen Tsuki = Golpe con puño directo a la cara
4. Mae Gueri = Patada frontal
412
5. Yoko Gueri = Patada lateral
5.4.2. Buki No Bu a Ataques con armas
a) Tanto o Puñal
1. Tsuki Kake = Preparación de ataque
2. Choku Tsuki = Ataque directo al abdomen
3. Naname Tsuki = Ataque de costado a la cabeza
b) Bo o Palo
1. Furi Ague = Preparación de ataque
2. Furi Otoshi = Golpe descendente
3. Morote Tsuki = Ataque directo al abdomen
c) Pistor o Pistola
1. Shomen Zuke = Ataque de frente al abdomen
2. Koshi Kamae = Ataque con el arma en el costado
3. Haimen Zuke = Ataque desde atrás
5.5. JU NO KATA = Formas de suavidad
5.5.1. Primer Kyo
1. Tsuki Dashi = Ataque con la punta de los dedos a la
cara
2. Kata Oshi = Empujón al hombro
3. Ryo Te Dori = Sujeción con las dos manos
4. Kata Ma Washi = Giro del hombro
5. Ago Oshi = Empujón de la mandíbula
5.5.2. Segundo KYO
1. Kiri Oroshi = Corte descendente con el canto de la
mano
2. Ryo Kata Oshi = Empujón a los dos hombros
3. Naname Uchi = golpe sesgado a la sien
4. Katate Dori = sujeción de la muñeca con una mano
413
5. Katate Ague = Levantamiento con una mano
5.5.3. Tercer Kyo
1. Obi Tori = Sujeción del cinturón
2. Mune Oshi = Empujón al pecho
3. Tsuki Ague = Uppercut
4. Uchi Oroshi = Golpe descendente
5. Ryogan Tsuki = Golpe a los ojos
5.6. Itsutsu No Kata = Formas de los cinco principios
Las cinco formas del Itsutsu No Kata se identifican solamente por su nú-
mero de orden (el maestro Kano murió antes de darle un nombre). Fue
instaurado no solo para demostrar el principio de máxima eficiencia, sino
también para evocar los movimientos del Universo.
5.7. Koshiki No Kata o Formas antiguas
5.7.1. Omote = de frente
1. Tai = posición de alerta
2. Yume No Uchi = soñando
3. Ryoku Hi = control de la fuerza o la energía
4. Mizu Guruma = Rueda de agua
5. Mizu Nagare = Corriente de agua
6. Hiki Otoshi = Girar tirando para que caiga
7. Ko Daore = Amagar una caída
8. Uchi Kudaki = Golpear, romper, aplastar
9. Tani Otoshi = Caída en el valle
10. Kuruma Daoshi = Proyección e rueda
11. Shikoro Dori = Sujeción de la mandíbula
12. Shikoro Gaeshi = Giro de la mandíbula
13. Yu Dachi = tormenta de verano al atardecer
14. Taki Otoshi = Caída en la cascada
5.7.2. Ura = Desde atrás
414
1. Mi Kudaki = Aplastamiento del cuerpo
2. Kuruma Gaeshi = Proyectar en rueda
3. Mizu Iri = Zambullida en el agua
4. Ryu Setsu = Nieve en el sauce
5. Saka Otoshi = Caída sobre la pendiente
6. Yuki Ore = la nieve rompe la rama
7. Iwa Nami = ola sobre las rocas
5.8. SEIRYOKU ZEN‘YO KOKUMIN TAIIKU NO KATA = Formas de
Educación Física Nacional de Máxima Eficiencia
5.8.1. Tandoku Renshu = ejercicios individuales
a) Goho Ate = Golpes en las cinco direcciones
1. Hidari Mae Naname Ate = Golpe cruzado al oblicuo
anterior izquierdo
2. Migui Ate = Golpe lateral derecho
3. Ushiro Ate = Golpe hacia atrás
4. Mae Ate = Golpe frontal
5. Ue Ate = Golpe hacia arriba
b) O Goho Ate = Golpes largos en las cinco direccio-
nes
1. O Hidari Mae Naname Ate = Golpe cruzado largo
hacia el oblicuo anterior izquierdo
2. O Migui Ate = Golpe largo hacia el lateral derecho
3. O Ushiro Ate = Golpe largo hacia atrás
4. O Mae Ate = Golpe frontal largo
5. O Ue Ate = Golpe largo hacia arriba
c) Goho Gueri = patadas en las cinco direcciones
1. Mae Gueri = Patada frontal
2. Ushiro Gueri = Patada hacia atrás
415
3. Idare Mae Naname Gueri = Patada cruzada hacia el
oblicuo anterior izquierdo
4. Migui Mae Naname Gueri = Patada cruzada hacia
el oblicuo anterior derecho
5. Taka Gueri = Patada frontal alta
d) Kagami Migaki = Pulido del espejo
e) Sayu Uchi = Golpes a ambos lados
f) Zengo Tsuki = Golpes al frente y atrás
g) Ryote Ue Tsuki = Golpe ascendente con los puños
h) Sayu Kogo Shita Tsuki = Golpes descendentes de
izquierda, de derecha
i) Ryote Shita Tsuki =Golpe descendentes con dos
manos
j) Naname Ue Uchi = Corte diagonal ascendente hacia el
oblicuo anterior derecho
k) Naname Shita Uchi = Corte descendente hacia el
oblicuo anterior derecho
l) O Naname Ue Uchi = Corte sesgado largo hacia arriba
m) Ushiro Sumi Tsuki = golpe hacia el oblicuo posterior
n) Ushiro Uchi = Golpe hacia atrás
ñ) Ushiro Tsuki Mae Shita Tsuki = Golpe hacia abajo y
hacia atrás
5.8.2. Sotai Renshu = Ejercicios con acompañantes
a) Kime Shiki = Formas de decisión
Idori = Técnicas desde posición arrodillada
1. Ryote Dori = Sujeción a las dos manos
2. Furi Hanashi = Agitamiento para soltarse
3. Gyakute Dori = Sujeción invertida a las dos manos
4. Tsuki Kake = Puñetazo al abdomen
5. Kiri Gake = Corte a la cabeza
416
Tachi Ai = Técnicas desde posición de pie
1. Tsuki Ague = Golpe de uppercut
2. Yoko Uchi = Golpe lateral
3. Ushiro Dori = Sujeción desde atrás
4. Naname Tsuki = Corte a la carótida
5. Kiri Oroshi = Corte descendente
b) Ju Shiki = Formas de suavidad
Esta parte se compone de diez técnicas del Ju No Kata y
se realizan exactamente igual que en esa forma estableci-
da. la distancia de separación entre el Tori y el Uke para
comenzar es de dos metros. Los ejercicios se dividen en
dos grupos:
Grupo 1
1. Tsuki Dashi = Ataque con la punta de los dedos
2. Kata Oshi = Empujón sobre el hombro
3. Kata Mawashi = Giro del hombro
4. Kiri Oroshi = Corte descendente
5. Katate Dori = Sujeción con una mano
Grupo 2
6. Katate Ague = Elevación con una mano
7. Obi Tori = Sujeción del cinturón
8. Mune Oshi = Empujón al pecho
9. Tsuki Ague = Uppercut
10. Ryogan Tsuki = Golpe a los ojos
5.9. KAPPO = Técnicas de reanimación
Durante el Randori o el Shiai a veces los Judokas sufren el efecto
de golpes o estrangulamiento. El Kappo se desarrolló como parte
del Ju Jitsu en el siglo XIII, junto al arte del Sappo, que es el arte de
atacar los puntos vitales del cuerpo.
417
Se han desarrollado numerosos métodos de Kappo y los métodos
usados son:
1. Dekishi = Suishi Katsu o Métodos para ahogados
2. Eri Katsu = Métodos de la solapa
3. Ishi Katsu = Tratamiento manual
4. Jinzo Katsu = Método del riñón
5. Kogan Katsu = Método de los testículos
6. Sasoi Katsu = Método Inductivo
7. So Katsu = Método compuesto
8. Tanden Katsu = Método de la parte abdominal baja
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