Material de Cátedra
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en Psicología
Cátedra: Psicodiagnóstico. Prof. Lic. Esp. Javier Fermani
PSICODIAGNÓSTICO.
MATERIAL COMPLEMENTARIO
DE LA CÁTEDRA
Año: 2018
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Dicho esto, debemos comprender que el Psicodiagnóstico, como proceso científico, aspira
no a dictar sentencia sobre quien es el sujeto que responde por el nombre que le han
asignado, sino a describir ciertas tendencias detectables en aquel que dice llamarse de esa
manera. Aquí no buscaremos conocer al sujeto de la misma forma en que uno conoce el
funcionamiento de una cosa, sino comprender determinadas formas de pensar, sentir y
actuar, que le son propias y características.
Dicho de otro modo, el Psicodiagnóstico es una herramienta de apoyo para la labor del
psicólogo en sus diferentes ámbitos de incumbencia, no puede resolver nada. No está
destinado a ser un recurso de intervención clínica. Aún si uno creyera que expedir los
resultados en un informe podría ayudar al sufriente a comprender mejor su situación y con
ello colaborar con el cese de su sufrimiento, lo más certero es que eso no genere nada, o
aún más empeore su situación.
Lo que intentaremos evaluar será un patrón general de aproximación a lo psíquico en el
sujeto, cierta forma de interpretar el mundo y actuar en él, de la que derivará un diagnóstico
sobre su personalidad, rasgos de comportamiento, autopercepción y demás indicadores que
resultan valiosos para:
1) Generar un mapa orientador para trabajo clínico con un paciente
2) Un informe integrador que dé respuesta a las pericias psicológicas necesitadas en el
ámbito forense
3) Un informe psicológico de diagnóstico por competencias en lo laboral
4) Recabar información necesaria para un proceso de investigación científica
Habiendo aclarado esto, que remite a una observación inicial sobre “qué” puede ser
considerado el psicodiagnóstico, dediquemos unas palabras a describir “cómo” ´puede ser
llevado a cabo.
De acuerdo con este enfoque, el sujeto debe ser evaluado en función de una estructura
psíquica determinada, con sus correspondientes modalidades defensivas y rasgos
psicológicos diversos, como ser comportamiento, adaptación al entorno, madurez
emocional y viso – motriz, capacidad intelectual, autopercepción y percepción
interpersonal. Obtenemos así una “foto” de esa realidad situacional, pudiendo desarrollar
un proceso de retest más adelante en el tiempo, consistente en obtener una nueva
instantánea de la conformación psíquica del evaluado seis meses después de realizada la
primera intervención.
En el segundo caso antemencionado, el Psicodiagnóstico ofrece como un proceso incito en
la labor de intervención, que acompaña al psicólogo y lo obliga a dinamizar su mirada a lo
largo de un proceso de análisis o tratamiento. Se podría decir que esta alternativa es de
corte longitudinal, observa los pormenores de los cambios en el sujeto conforme se
modifican las circunstancias que lo envuelven. Desde esta perspectiva, no estamos
interesados en diagnosticar un sujeto con una estructura psíquica determinada y cierto
modo de funcionamiento dado por modalidades defensivas específicas, sino en cómo va
desarrollando las decisiones que toma en determinadas situaciones, que estrategias
despliega y como sus rasgos psicológicos mutan conforme la necesidad imperante en cada
momento así lo exige.
Esta segunda perspectiva se apoya en la vertiente sistémica del pensamiento diagnóstico, y
otorga al psicólogo la posibilidad de comprender que el sujeto, si bien se encuentra
estructurado en función de una posición subjetiva en relación al complejo edípico, debe
acoplar su conducta a los cambios en la dinámica situacional sistémica que lo envuelve.
Aquí cobra relevancia comprender cómo el sujeto cambia sus formas de pensar y actuar
frente a otros en función de su sostenimiento de un rol o papel en una red de relaciones
mayor que lo sostiene y le da un sentido.
La mirada diagnóstica sistémica ha cobrado relevancia ya desde el momento en que
experimentos como los desarrollados por Stanley Milgram sobre obediencia a la autoridad
o Philip Zimbardo en la cárcel de Standford hicieran evidente que un informe
psicodiagnóstico de estructura de personalidad es insuficiente para determinar un
pronóstico sobre la realidad subjetiva del examinado.
Tomando esto en cuenta, propondremos desarrollar al psicodiagnóstico desde su faz
instrumental, sin olvidar la necesidad de efectuar un seguimiento (en la medida de lo
posible) del sujeto o grupo de sujetos que serán evaluados, en orden a poder observar
cambios en la dinámica relacional que también pueden afectar nuestra labor en el ámbito
clínico, comunitario, laboral, o forense.
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Encuadre
Deben respetarse estas reglas, a ser tratadas en la entrevista inicial con el consultante:
1. Naturaleza de los roles. Quien evalúa y quien es evaluado
2. Horarios y duración del proceso
3. Honorarios
No podemos definir el encuadre de forma más precisa porque eso dependerá de las
características del paciente, su grupo familiar, y de su relación con el psicólogo.
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Todo método es un camino construido de acuerdo a ciertos criterios para cada ciencia. Las
técnicas forman parte del mismo, trazan una estrategia que lo hacen operativo e
instrumentable.
La corriente experimental abocó sus esfuerzos a la comprobación de las variables
peculiares en la conducta de un sujeto (variable dependiente) auspiciadas por la
introducción de tratamientos particulares (variables independientes) en condiciones
totalmente pautadas.
La psicología clínica se preocupa por hallar diferencias individuales consistentes,
que presupone como variables estables en todo sujeto humano.
En el método experimental, se busca el estudio de un determinado fenómeno observando
cómo se reproduce en multitud de individuos. En el método clínico, en cambio, se busca
observar el comportamiento de diferentes variables en un sujeto únicamente. Esto hace que
ambos sean enfoques esencialmente diferentes.
La Psicología clínica implica la profundización de un caso, y esto es lo sustancial en ella.
Los dispositivos con que cuenta el método clínico son formas sistemáticas de observación
del comportamiento de los sujetos (casos) estudiados.
Incluirá la observación directa en una entrevista y podrá comprender estudios
complementarios. El psicólogo practica una entrevista psicológica, observa cuidadosamente
los medios movilizados y empleados por el sujeto en sus fuentes de observación y en su
acción sobre lo real y los medios de que dispone para fijar y organizar los resultados de sus
búsquedas; y finalmente, estimula ciertos comportamientos en condiciones estandarizadas
para confrontarlos con normas (los tests psicológicos se incluyen en la metodología, aunque
se subraya su no aplicación de manera mecánica e indiscriminada).
El método clínico se caracteriza entonces por centrar la investigación sobre
comportamientos relatados por el sujeto (su historia), reacciones observables en el curso de
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Estandarizado / No estandarizado
Individual / Grupal
Objetivos / No Objetivos
Cronometrados / No Cronometrados
Verbal / No verbal
Cognoscitivos / Afectivos
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Consideraciones generales:
- Muchos aspectos de la formación subjetiva, proyectados en la producción
diagnóstica, derivan de determinada red de relaciones, creadora de roles y con ello
de conductas tipificadas y estereotipadas, que el niño debe reproducir con el fin de
satisfacer el deseo del otro (desde el psicoanálisis), o bien mantener su vida psíquica
so pena de muerte o enloquecimiento (desde la sistémica, postura de Minuchin).
- Debe considerarse la estructuración incompleta del psiquismo en el niño, a la hora
de establecer un diagnóstico. Apresurarse en nominalizar su proceso de
personalización puede traer consecuencias nefastas:
1) La estigmatización del niño (esquizofrénico, obsesivo, histérico)
2) Profundización de la incomprensión de los padres (adultocentrismo según Prol y
Wettengel, ahora avalado por terminología científica),
3) Intervenciones erróneas en la clínica
- Con este fin, el proceso debe iniciarse con una entrevista a los padres
- Hay que prestar atención a la transferencia con los padres. El triángulo padre –
madre niño tenderá a ubicar al psicólogo en el lugar del menor, en la medida en que
esta relación despierte aspectos inconclusos en su propia relación con sus padres.
- Luego de la entrevista con los padres, se procede a administrar los tests al menor.
Usualmente, encontraremos al niño con dificultades para atender y concentrarse, y
la tendencia a explicar cosas relacionadas con sus construcciones fantásticas
mientras produce.
- Hay que prestar atención a lo que el niño dice, no solo a lo que hace. No es inusual
que, al hablarnos, nos dé a entender asuntos importantes sucediéndose en la
dinámica familiar que no sabrá verbalizar de otra forma. Por ejemplo, en el test de
la persona “Tiene una raya en la cara, porque así le gusta a papa”. En el test del
árbol, “Se está cayendo, es débil y tonto, como mi hermano”.
- Ante este tipo de apreciaciones, el psicólogo no debe dudar en intervenir y
repreguntar al menor.
- La presencia de los padres en la sesión de tests no es obligatoria, pero debe ser
permitida.
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PROCESO PSICODIAGNÓSTICO EN LA
ADOLESCENCIA. CONSIDERACIONES
GENERALES
Maria Etel Medina
Javier Fermani
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Psicodiagnóstico clínico
Psicodiagnóstico forense
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Psicodiagnóstico laboral
Psicodiagnóstico educacional
- Podrá ser solicitado por el docente, los directivos, los padres, médicos, para evaluar
si hay dificultades del aprendizaje, de la conducta, trastornos por déficit atencional,
etc.
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LA ENTREVISTA EN PSICODIAGNÓSTICO
Celener nos acerca una visión panorámica de que podemos entender específicamente como
entrevista, en tanto técnica necesaria en todo proceso psicodiagnóstico, y luego brinda
mayores detalles sobre sus particularidades en los distintos ámbitos de incumbencia
profesional del psicólogo.
A nivel general, podemos considerar a la entrevista como un fenómeno marcado por la
relación establecida entre un entrevistador y un entrevistado, en el que el primero intentará
indagar en lo que hace y dice el segundo, en orden a establecer hipótesis metapsicológicas
relacionables con sus fantasías, experiencias del pasado, proyección deseante, y formas de
pensar emergentes de lazos vinculares dados. Esto marca una primera cuestión a tener en
cuenta, que separa la entrevista de un mero indagar ordinario. El entrevistador busca
generar condiciones idóneas para precipitar la emergencia de un discurso que devele
aspectos significativos del sujeto, no va a la caza de algo específico.
En un segundo término, también debemos tener en cuenta que esta labor no se reduce a la
mera conversación entre dos personas. El tercero emergente, de carácter imaginario, es todo
aquello que supone la labor evaluativa, un contexto institucional que remite al fantasma de
otro que interviene en función de un encuadre. Esta inocultable realidad hace que el sujeto
reaccione frente a este campo relacional de maneras surtidas, y todo ello debe ser tomado
en cuenta en el análisis de la entrevista. Esta intrusión de un tercero hace a un fenómeno
muy peculiar, pues el entrevistado se encuentra haciendo entrega de cuestiones personales e
íntimas a alguien que no puede guardar el secreto, pues existe la sombra de esa terceridad
fantasmal depositada sobre sus cabezas. En algunos casos, dicha figura intrusiva puede ser
considerada vigilante, en otras amable, y en otras, peligrosa. Lo que no podemos obviar es
que el sujeto ha sido puesto en situación de examen, y esto supone que no se encuentra
inmerso en una simple conversación de a dos, sino sujeto a una evaluación, de a tres.
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Aun en este contexto, Celener hace hincapié en la importancia de considerar una doble faz
en la entrevista clínica. Esta detenta un aspecto fijo y uno dinámico. El primero remite a las
condiciones del encuadre, el segundo, a la necesidad de no limitar al entrevistado, permitir
que se exprese lo mas abiertamente posible. Sobre la base de las condiciones metodológicas
y éticas del contrato psicológico formulado, el entrevistado tiene la libertad de mostrar lo
que desee.
Lo que no debemos ignorar es, ante todas las cosas, que la entrevista es un fenómeno
emergente de un campo, que configura la mirada de un tercero no visible, pero presente.
Podríamos decir, una presencia ausente, de quien existe pero no está, que es el fantasma de
la evaluación psicológica.
Ese tercero es el otro a través del cual el entrevistador opera, despertando un sinnúmero de
representaciones imaginarias en el entrevistado. Juan no contesta a Pedro por su pregunta,
sino a ese fantasma que lo mira, a través de Pedro. Por eso mismo, al contestar a la
pregunta no lo hace en el simple sentido de dar contestación a un interrogante con lo que él
piensa, sino de acuerdo a que debería decir ante ese otro, en presencia de Otro.
Sin lugar a dudas, esta realidad triangular nos recuerda al Panóptico de Jeremy Bentham.
Según su propuesta carcelaria, los reclusos serían vigilados permanentemente, desde una
torre de control, por guardiacárceles a los que resultaría imposible devolverles una mirada,
ni tan siquiera de miedo o reprobación: Los observarían intrusivamente con paneles de
vidrio polarizado. Esa presencia que se hace piel pero no se ve ni se toca es la que precipita
reacciones transferenciales de las más inverosímiles. Las mismas dependerán de cómo el
sujeto habrá de sentirse sujetado por esa realidad invasiva.
Este tercero es fantasmal porque adquiere valor de conciencia, pero no como sujeto. Al
igual que un fantasma, lo humanizamos hasta el punto de considerarlo capaz de lo humano
(asustarnos), pero aún así no es exactamente eso que vemos en otro cualquiera. Es capaz de
juzgarnos por nuestra salud mental, pero no emitirá ante nosotros más que una sombra de
veredicto. La misma emergerá de las sensaciones con las que nos retiraremos de la
entrevista, pero ni el informe escrito final del psicólogo sera suficiente como para responder
cual fue la sentencia de ese Otro que nos estuvo mirando.
Al analizar, entonces, las cuestiones atinentes a lo transferencial en la entrevista
diagnóstica, no debemos perder de vista que ante todo estamos tomando nota de una
situación marcada por la relación de dos sujetos, evaluados por algo que no es exactamente
un sujeto. Es “algo”, a lo que damos características de “alguien”, pero que no deja por eso
de ser algo.
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generales sobre dicho hacer, pero entregándonos a la idea incorregible de que el profesional
psicólogo devela su ser allí donde se equivoca, no donde acierta.
Al ser el de la entrevista un espacio relacional dado, resulta esperable la escenificación de
una serie de conductas defensivas despertadas por su dinámica. Siguiendo esto, debemos
hacer hincapié en el tipo de angustias y ansiedades movilizadoras de la entrevista tanto para
el entrevistado como para el entrevistador.
En ese contexto encontramos:
Conductas fóbicas. Evitación a indagar en determinados temas, ya desde lo
verbal o corporal.
Conductas reactivas/caracteropáticas. No podemos diagnosticar una
psicopatía en plena entrevista, lo que si podemos hacer es tomar nota de
reacciones agresivas, avasallantes, o bien desautorizantes de parte del
entrevistado, que pueden darse a lugar en el entrevistador cuando se siente
amenazado.
Conductas de transferencia narcisista. Uno de los actores pierde la atención
sobre el tema, distrae su concentración hablando de otras cosas y/o
desestima los aportes de su interlocutor. Pueden confundirse con las
conductas reactivas antemencionadas, pero su origen y destino transferencial
distan mucho de ser similares.
Conductas de ansiedad extrema. Es inevitable y esperable que exista cierto
grado de ansiedad ante la entrevista psicodiagnóstica, aun así debemos
considerar esta tipología allí donde notamos comportamientos marcados por
la excitabilidad, al punto de que alteren o dificulten el proceso normal de la
entrevista
Disociación esquizoide. El sujeto ingresa en un estado de disociación que lo
lleva a contestar (o a preguntar) cuestiones que no tienen que ver con lo que
se está indagando.
Este tipo de conductas pueden ser consideradas focos de atención diagnóstica de suma
relevancia. No son indicadores de un mal desarrollo de la entrevista, puesto que tal cosa no
pasa por el vínculo, sino de determinados rasgos defensivos que debemos considerar en el
proceso y nos adelantan cuestiones que seguramente se verán reflejadas en el resto del
proceso.
Este es un tipo de vínculo que escapa a los matices tradicionales del encuentro clínico, en el
que el vemos a un sujeto intentando descubrirse a través de otro (su analista). La forma en
que posicione frente a la inocultable realidad de la evaluación psicológica hará de una
determinada forma de concebir la relación con el saber del otro, una que se enmarca en la
más tajante de las verdades de lo inconsciente, puesto que si se encuentra allí no es por otra
razón que la de expresarse frente a un jurado imaginario con la potestad de dictar sentencia.
Esto hace al fundamento íntimo y dinámico del desarrollo de la entrevista, y en función a
cómo el sujeto actúe ante esto tendremos indicadores fundamentales sobre su forma de
comprender lo edípico.
Así es como podemos encontrarnos, típicamente, con una persona histérica jugando un rol
ambivalente, entre el desafío a la autoridad del entrevistador y la victimización que la
exponga como objeto para su análisis, y al perverso desempeñándose hábilmente bajo la
sombra de cierta caracterización que no lo descubra, de tal modo de correrse del lugar del
ser evaluado, o bien el obsesivo que desempeña el papel de “entrevistado correcto” y cuya
rigidez postural y argumentativa deviene forzada y evidente.
El escenario de la entrevista diagnóstica descubre más que ningún otro las particularidades
de la triada edípica, puesto que pone en evidencia al sujeto respecto de una terceridad
autorizada a actuar sobre la relación íntima entre su yo y sus fantasmas. Se trata de una
relación entre el sujeto, sus misterios, y quien intenta investigarlos a través de la labor,
alguien cuya función no es la de ofrecerse como una “página en blanco” a la usanza
freudiana, sino como un intrusivo agente de la verdad, que establece un punto de corte, que
lo separa de sus secretos y lo obliga a hablar.
En función de esto, ensayaremos algunas hipótesis sobre el tipo de reacción transferencial
esperable de acuerdo al modo de estructuración psíquica del entrevistado, basadas en
investigaciones recientes que hemos desarrollado en diferentes ámbitos de aplicación.
En la neurosis histérica. La entrevista diagnostica frecuentemente genera un tipo de
relación marcada por una ambivalencia extrema. O bien el sujeto se entrega a la labor de
ser analizado, tomado como objeto del deseo del otro, y coopera ansiosamente poniendo en
escena sus estrategias de victimización y seducción, o bien presenta la intención inequívoca
de arrebatar el mando de la labor profesional a quien lo entrevista.
El tipo de reacción transferencial dependerá, lógicamente, de cómo impacte en el sujeto y
su historia aquello que irá ocurriendo con el devenir del encuentro. En el caso de la histeria,
particularmente, debemos recordar que el epicentro de su formación deseante circunda
alrededor de su necesidad de ser atrapada por el deseo del otro en orden a intentar huir, o
bien su polo opuesto; atraparlo bajo su autoridad y no dejarlo escapar, tomando control de
la situación
En la neurosis obsesiva. Recordemos el célebre caso del hombre de las ratas, allí cuando
Freud se preguntaba que hacía que este curioso personaje comenzara su primera sesión de
análisis hablando abiertamente de su sexualidad frente a su doctor, quien no dejaba de ser
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un extraño. La respuesta a la que llegó el médico vienes era la fórmula que descifra el
posicionamiento subjetivo del obsesivo en relación al saber aplastante de ese otro que lo
amenaza con renovar su complejo de castración, a saber, la de ubicarse en el rol de “buen
paciente”, que aquí debemos encuadrar en la idea del “buen entrevistado”.
Así es como, típicamente, el obsesivo responde al encuentro de forma rígida y
estereotipada. Responde lo que considera correcto en función de lo que descifra del deseo
del otro, de tal modo de no dejar escapar el equívoco que lo sentenciaría.
En la psicosis (previo al derrumbe). El entrevistado presenta el semblante ausente de
quien no registra a su interlocutor, adoptando una posición desvitalizada, apática.
Frecuentemente escapa del lugar del entrevistado, preguntando a su entrevistador sobre sus
propias cuestiones, o bien responde con llamativa indiferencia al desarrollo mismo del
encuentro, aquel que genera ansiedades persecutorias en los neuróticos y perversos.
El psicótico tiende a generar reacciones contratransferenciales caracterizadas por una
pesada carga de angustia, que no es otra cosa que la proyección masiva e indiscriminada de
sus propios estados afectivos en quien lo interroga. Parece desligarse por completo de lo
que acontece, suspendiéndose en el aire, dando la sincera impresión de que se encuentra
compartiendo palabras sin mucho sentido ni importancia con un sujeto que tampoco le
resulta significativo.
En la personalidad limítrofe. Como es usual, el sujeto Border line se presenta de forma
impredecible, puede adoptar el tipo de reacción neurótica, caracterizada por un enlace al
otro basado por la persecución o huida frente a su deseo, o bien el tipo de conductas
defensivas psicóticas, en las que parece no registrar en lo más mínimo a su interlocutor.
Cualquiera sea el caso, el sujeto fronterizo tiende a potenciar lo expresado. Un pedido de
ayuda neurótico, disfrazado en las maniobras seductoras de la histérica cuando es
interrogada sobre sus relaciones sentimentales o bien en la rigidez que impide al obsesivo
llorar aun cuando se le enrojecieron los ojos ante la pregunta sobre su relación con su
padre, se convierte en un velado llamado a la solidaridad, exento de mediaciones
simbólicas excesivas. Puede llorar y expresar abiertamente su necesidad de auxilio,
típicamente posicionando al entrevistador en el lugar de rescatista.
Del mismo modo, una reacción transferencial psicótica podría ser la de un sujeto que
parece ajeno a todo cuanto acontece a su alrededor, sin siquiera responder a los
interrogantes que le son formulados.
En el narcisismo. El sujeto tiende a desarrollar relaciones transferenciales marcadas por lo
que Kohut denominó transferencias idealizadas o especulares, en la que el analista queda
ubicado en el lugar identificatorio de un ideal a alcanzar, o bien en su extremo opuesto, en
el que es desechado como sujeto descartable.
Estas formas de actuar frente a la realidad de la entrevista diagnostica marcan el típico caso
del narcisista. O bien su entrevistador se convierte en un sujeto de saber a quién debe
ofrecer su mejor aspecto (no en el sentido obsesivo del buen hacer, sino en aras de un
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Tipos de entrevistas
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Esta forma de entrevista se desarrolla a través de las denominadas preguntas abiertas. Estas
se caracterizan por ser amplias, generales, e inespecíficas, destinadas a causar respuestas
que lleven a otros interrogantes, iniciando la conversación. Se indaga en las creencias,
estimaciones, conceptos y recuerdos del consultante de forma no muy clara.
Ejemplos:
- Acaba de decirme de que su padre era desdeñoso con usted, ¿Cómo definiría la
palabra desdeñoso?
- ¿Qué opinión le merece la forma en que ese profesor se dirigía a su hermana?
- Si pudiera volver en el tiempo, ¿Qué cambiaría de su relación con su ex pareja?
- ¿Qué aconsejaría usted a su cuñado entonces ahora que está empezando a conocer
mejor a su hermana?
- ¿Qué tan importante le parece la educación secundaria hoy? ¿está de acuerdo con
cómo se desarrolla, le cambiaría algo?
- Hábleme de lo que piensa sobre su primo
La gran flexibilidad con la que se desarrolla la entrevista abierta permite al psicólogo
indagar en cuestiones que no podría analizar en caso de haber programado preguntas de
antemano, así como facilitar un ambiente de cooperación mayor de cara a los próximos
encuentros. Una desventaja que presenta esta forma de entrevista es la del análisis de la
información que nos deja, que es mas complejo y trabajoso que en el caso de la entrevista
cerrada.
En la entrevista cerrada, por su parte, nos encontramos con el caso opuesto. Llamada en
muchos casos anamnesis (especialmente en el entorno de la practica psiquiátrica), el
entrevistador se cierne de forma rígida a un número determinado de preguntas que debe
formular, confeccionadas de antemano con el propósito de llevar la entrevista en la
dirección deseada y obtener la información que considerará necesaria para el desarrollo del
proceso diagnóstico.
Las preguntas, aquí, son claras, concisas, y en algunos casos solo pueden ser respondidas de
forma tan abreviada como con un “si” o un “no”. Son denominadas, típicamente, preguntas
cerradas.
Se intenta dejar el menor margen posible para que el consultante divague o cambie de tema.
No se abordan las cuestiones desde un ángulo general, abstracto, o inespecífico, sino todo
lo contrario. Se aspira a que el consultante conteste las preguntas de forma clara y rápida.
Ejemplos:
- ¿Sabes que vas a estudiar cuando termines el colegio?
- ¿Quién ha sido la persona más importante en tu crianza?
- ¿Criarías a tu hijo como tu madre lo ha hecho contigo?
- Ahora te voy a pedir que pienses en un consejo que darías a tu ex pareja sobre cómo
es relacionarse con un hombre
- ¿Hace actividad física?. ¿Qué tipo de actividad desarrolla?
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La entrevista debe primero ser organizada en torno a los focos centrales. Estos configurarán
los aspectos clave que nos interesa indagar en el sujeto ya desde un comienzo, y serán
generados a partir del tipo de demanda y el contexto en el que se da.
Aquí sugeriremos un plan general de aproximación a un caso, lo que debe ser considerado
esencial a todas luces. El mismo puede (y debe) ser ampliado de acuerdo a la información
que dispongamos del consultante en sí. Nuevamente, recordemos que se aconseja un
mínimo de 8 ejes y un máximo de 12, a tener en cuenta por el tiempo limitado de la
entrevista.
Los focos de entrevista deben seguir un orden lógico que derive de lo menos ansiógeno a lo
más ansiógeno. Siguiendo esta idea, se suele organizar la labor en torno a los siguientes
ejes (en la clínica):
- Introducción
- Datos básicos
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Se indaga en las experiencias que recuerda haber tenido en sus estudios (en caso de ser una
persona adolescente o adulta). De tratarse de un niño, las preguntas apuntarían a
interrogarlo por su presente en la escuela. Se intenta saber cómo se lleva/ba con sus
compañeros de clases, las figuras de autoridad (docentes, directivos), si desarrollaba
actividades grupales o en solitario. Esto aspira a darnos una primera impresión general en
relación a como el entrevistado se presenta a sí mismo, y si la entrevista ya moviliza algún
tipo de conducta defensiva, como las que nombramos en el apartado anterior.
Una vez desarrollado el apartado académico, podemos ingresar en la esfera laboral. Esto no
debe demandar demasiado tiempo si es que la demanda específica del entrevistado no
circula en torno a cuestiones laborales.
En relación a su trabajo, se puede interrogar por cómo se siente en su actual empleo y cómo
llegó a él, que recuerda de su trayectoria laboral, y qué expectativas tiene a futuro. De ser
esta una temática importante para el curso de la entrevista, se le puede solicitar que
mencione un logro y un fracaso personal en su vida y que reflexiones les dejó para su
desarrollo como persona.
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En este apartado se busca interrogarlo sobre los recuerdos que tiene de su infancia y
adolescencia, como se sentía en relación a su personalidad y aspecto, y en función del
medio social. Puede pedírsele que desarrolle una experiencia agradable que recuerda de su
infancia y una desagradable y que fundamente a que debe su elección.
Se indaga por el tipo de relación que cree tener con su padre y madre, cómo los describiría,
de que modo se vinculan o vinculaban ellos, el tipo de relación que desarrolló con sus
hermanos, tíos o parientes cercanos. En caso del fallecimiento de alguno de ellos, solicitar
sus impresiones y de que forma impactó dicho evento en su vida afectiva, laboral, y social.
En una segunda instancia, las preguntas pueden derivar en el aspecto afectivo mas cercano,
relacionado a relaciones de pareja o de trato con los propios hijos (en caso de que los
hubiera).
La información aquí solicitada ya es de carácter personal y afectivo, y aspira a confrontar al
entrevistado con aspectos vinculados a su trama subjetiva. El entrevistador debe tomar nota
de todo cuanto este ofrece a la entrevista. Su lenguaje corporal es tan importante como lo
que verbaliza. De esto último será fundamental no solo tomar nota de lo que dice al
referirse a sus recuerdos infantiles o de la adolescencia, sino en cómo los dice, en que
enfatiza y de que manera.
Aquí se deben elaborar las preguntas que están destinadas directamente a aquello que hace
al motivo de consulta del entrevistado. En este sentido, deben ser más específicas que lo
abordado anteriormente. Solamente luego de haber indagado sobre sus relaciones familiares
y afectivas podemos llegar a este punto, el más sensible y profundo.
Eje 5: Cierre
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sustancial. En caso de que lo creamos necesario podemos indagar por sus pasatiempos y
aficiones, de tal modo de generar un cierre satisfactorio, asociable a experiencias de vida
gratificantes.
Realización de la entrevista
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Esto, de no generarse, nos brindará información sobre las conductas defensivas del sujeto,
pues movilizará angustias y ansiedades específicas que podrían potenciarse frente a
aquellas preguntas que pueda sentir mas agresivas o intrusivas. Esto es tan importante como
el tipo de reacción contratransferencial que despierte en el entrevistador.
Siguiendo este punto, se recomienda que el lugar en el que se desarrolle la entrevista sea
uno exento de mayores distracciones. La iluminación y el ruido ambiental pueden ser
fundamentales a la hora de facilitar el ingreso en el estado de concentración deseado. Se
recomienda, dado esto, que el entrevistado acuda al consultorio del entrevistador o bien a
un sitio neutral, que pueda ser entendido por este como un espacio alejado en lo inmediato
de las presiones e influencias que su trabajo o familia ejercen sobre su vida.
Resulta muy importante ajustar el lenguaje de la entrevista al tipo sociocultural y edad del
entrevistado, de tal modo de facilitar la mutua comprensión sobre las temáticas planteadas.
Preguntas con lenguaje técnico o académico pueden no ser entendidas, o dar la impresión
sincera en el entrevistador de que no son dirigidas a él/ella como persona, sino a una
entidad neutral e impersonal, “el entrevistado”.
Análisis de la entrevista
Hay una serie de aspectos cualitativos que debemos estudiar luego de la realización de la
entrevista, a fines de sumar observaciones a nuestro análisis previo a la administración de
tests. Aquí sugeriremos tener en cuenta cinco de ellos.
A) En primer lugar, se recomienda realizar una lectura rápida e
informal de la entrevista, ya sea inmediatamente después de
realizada como transcurridas algunas horas. Algunos prefieren
hacerlo ni bien esta se termina, otros no. Esto dependerá de cada
entrevistador.
Esta primera observación puede permitirnos observaciones no
intelectualizadas que nos hagan rescatar cuestiones no fácilmente
observables mas adelante.
B) Debemos tomar nota del tipo de lazo transferencial que ha sido
establecido. En orden a comprenderlo, veremos que existen
distintos tipos de rol que el entrevistado confiere al entrevistador:
Persecutorio
Idealizado
Maternal
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De nosotros respetar las sugerencias de análisis aquí planteadas, nos encontraremos con
información valiosa sobre el consultante. Sus contradicciones y puntos ciegos, delatados en
su discurso, así como aquello que nos ha producido como reacción contratransferencial, nos
brindarán suficientes datos como para generar nuestras hipótesis presuntivas sobre su
estructura psíquica, defensas yoicas, y comportamiento.
Sobre las aproximaciones iniciales aquí citadas, estas servirán como orientación general de
los análisis a desarrollar posteriormente a la administración de los tests, los cuales
indagarán en diferentes aspectos parciales del sujeto en cada caso. Su autoconcepto en el
test del árbol, defensas yoicas en el test de la casa y el deriderativo, su personalidad como
conjunto en el test de Rorschach, su nivel de maduración psicomotriz en el test de Bender,
etc.
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escrito en el informe final estará destinado a contestar el interrogante planteado por quien
nos ha derivado el paciente, o bien los indicadores clínicos merecedores de tratamiento en
los casos restantes.
Teniendo esto en cuenta, el proceso Psicodiagnóstico en su integridad evaluará los
siguientes rasgos de personalidad:
1. Estructura psíquica.
Caracterización de acuerdo al cuadro de personalidad general. Neurosis, narcisismo,
Border line, psicosis, psicopatía o perversión.
2. Defensas yoicas predominantes
Relacionables con el tipo de estructura psíquica en cuestión. Regresión, represión,
negación, disociación, desplazamiento, racionalización, conversión al contrario,
conversión histérica, desmentida, forclusión, ensoñación, fromación reactiva,
compensación omnipotente, aislamiento, identificación proyectiva, proyección,
introyección, negatividad esquizofrénica, mimetización, depreciación del objeto.
3. Autopercepción.
Autoimagen, autoconcepto. Comprende imagen corporal, posible detección de
experiencias traumáticas relacionadas con el compromiso del cuerpo
4. Percepción interpersonal.
Percepción y comprensión del otro, preconceptos en torno a las relaciones humanas
y la sociedad en general, modelo vincular predominante (infantil, dependiente,
independiente, evasivo, avasallante)
5. Emocionalidad.
Modulación del afecto, grado de receptividad emocional, recursos emocionales para
enfrentar la angustia o malestar, grado de integración socioafectiva, tolerancia a la
frustración.
6. Organicidad.
Indicadores de presencia de malestar físico o enfermedad orgánica no registrada
conscientemente. Potenciales síntomas hipocondríacos
7. Indicadores neurológicos.
Presencia o ausencia de daño cerebral.
8. Tolerancia al stress.
Relación entre los recursos cognitivos y emocionales de respuesta y nivel de tensión
ambiental, capacidad para tomar decisiones bajo entornos turbulentos
9. Adaptación al entorno.
Capacidad de ajustar su conducta al medio social de acuerdo a la etapa evolutiva
10. Maduración viso – motriz.
Coordinación visual y motriz de acuerdo a la edad cronológica
11. Capacidad cognitiva.
Procesamiento y percepción de estímulos, mediación e ideación cognitiva,
coeficiente intelectual.
12. Indicadores de tensión coyuntural
Malestar asociado a duelos, stress agudo, angustia ante el porvenir.
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En función del tiempo limitado con el que contamos para el desarrollo de la asignatura, solo
prestaremos atención a algunos de los rasgos psicológicos aquí mencionados, en orden a
orientar nuestro diagnóstico en torno solamente a ciertas características de la personalidad
del sujeto en cuestión.
Defensas yoicas
Las conductas defensivas fueron formuladas por Freud para poder comprender de que
forma específica intenta el yo del sujeto lidiar con las presiones provenientes de tres fuentes
diferentes: la realidad exterior, el Super yo y el Ello. Cada estructura psíquica desarrolla
modalidades defensivas que le resultan propias, de acuerdo a su forma particular de
organización del psiquismo.
Teniendo esto en cuenta, y tomando en cuenta algunos aportes de Celener en su texto sobre
técnicas proyectivas (Tomo 2, Cap. 2), podemos organizar cierta explicación de la siguiente
forma:
Neurosis histérica.
Se caracteriza principalmente por una negación del deseo inconsciente tendiente a
convertirse, por medio de la defensa de la conversión, en padecimiento orgánico. La
angustia generada por el enfrentamiento entre el deseo (perverso por naturaleza), el Super
yo y el yo, hace que el síntoma de la conversión sea la resultante. Dentro de esta estructura
encontraremos también la ensoñación, regresión, proyección y desplazamiento como
defensas típicas.
Neurosis obsesiva.
Caracterizada por la ambivalencia y la culpa resultante de un Super yo sádico que aterroriza
al yo con la amenaza de castración. Para defenderse de la angustia provocada por
potenciales fracasos, el obsesivo suele recurrir a la negación, racionalización, aislamiento,
proyección o desplazamiento como defensas regulares.
Psicosis.
Hay una pérdida de la conservación de la realidad, producto de un yo que se organiza en
torno al repudio de la función simbólica. Desconexión entre las emociones y la
racionalidad, tendencia a trastornos perceptivos y de pensamiento. Defensas típicas:
disociación, proyección e introyección masivas (indiscriminadas), negatividad
esquizofrénica, conversión en contrario, formación reactiva.
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Narcisismo.
Emergente como estructura psíquica de la obra de Heinz Kohut, el narcisista presenta las
características de conservación yoica de la realidad propias de la neurosis, pero presenta
alteraciones graves del Self que afectan su autoncepto y la percepción interpersonal en
mucho mayor grado. Defensas predominantes: Negación, racionalización, compensación
omnipotente, identificación proyectiva, introyección, mimetización, depreciación del
objeto.
Border Line.
Tomando en cuenta los aportes de Otto Kernberg, el sujeto fronterizo se caracteriza por
presentar una forma específica de lidiar con las demandas hacia el yo, en el que rechaza la
realidad reconvirtiéndola en objeto de fantasías abandónicas, persecutorias, o rechazantes.
Su sintomatología, como resultado, es variada, polimorfa y también lo son sus conductas
defensivas. Podemos encontrar entre ellas la proyección a introyección esquizoide,
negatividad esquizofrénica, mimetización, identificación proyectiva, compensación
omnipotente, depreciación del objeto, ensoñación, y negación.
Perversión (o psicopatías).
El mecanismo central operante en su formación psíquica es la renegación o desmentida, a
partir de la cual el yo subvierte la demanda superyoica. Las defensas se disparan ante la
angustia movilizada por la castración, que continuamente intenta negar. De todos modos, se
caracteriza por ser el tipo de sujeto que menos recurre a modalidades defensivas.
Defensas propias en la perversión pueden ser la negación, depreciación del objeto,
formación reactiva, compensación omnipotente.
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Para abordar esta dinámica, debemos comprender que todo sujeto es parte de un sistema
que da un contexto y sentido a lo que piensa. Si bien sus caracteres singulares hacen a lo
inconsciente, y a la forma en como este se articula en determinado cauce para su deseo,
existe una dimensión colectivizante de dicha lógica que atañe a las pautas y valores del
sistema.
Teniendo esto en cuenta, podemos rescatar algunas cuestiones a considerar de la dinámica
grupal del sistema familiar, su práctica y discurso:
1. Los códigos. Lo considerado legal e ilegal
Aquellas conductas o pensamientos que son restringidos y permitidos, generalmente
asociables a mitos o historias acontecidos en la vida de los padres.
2. Los roles. Lo considerado funcional y disfuncional
La dinámica de todo sistema se sostiene sobre un principio elemental que hace a su
funcionamiento, sea este funcional o disfuncional: la complementareidad. Es necesario que
cada integrante adopte una posición dada en relación a los demás
3. Los valores, creencias, y axiomas. Lo considerado racional e irracional
El mandato familiar se sostiene sobre determinados valores y creencias, los que dan un
sentido lógico y afectivo a las costumbres y prácticas del grupo. Los axiomas son los que
mantienen el sistema de valores y creencias, otorgando una base de “verdades”
incuestionables que los fundamenta.
4. Las fantasías
En las anécdotas tanto como en los comentarios al margen hechos por los componentes del
grupo familiar, podemos notar el sentido inconsciente las fantasías que comparten como
grupo. Las mismas suelen hablarnos de temores de muerte o enloquecimiento.
5. Los ritos
Hacen a las formas particulares en las que el grupo se defiende de sus fantasías, asociadas
al temor inconsciente por su desintegración.
Códigos. Establece un patrón de medida, una pauta que separa lo legal de lo ilegal,
independientemente de su legitimidad. Esta diferenciación conceptual tanto clave como
necesaria, puesto que divide los intereses personales de los grupales, y esta pequeña
comunidad que denominamos familia habrá de sobrevivir solamente en pos de mantener
con vida sus códigos.
Lo legal es aquello que se instituye, ya sea de forma explícita o implícita, por ley o
costumbre. Hace a un pacto compartido por todos los integrantes del sistema familiar, o
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bien por unanimidad. Lo legítimo constituye, por su parte, aquello que hace a lo legal para
el sujeto en sí, pero que no siempre se condice con lo permitido por la palabra del conjunto.
Los códigos se establecen, mayormente, de forma espontánea e inconsciente, e instalan una
rígida disposición de roles. Cada uno de ellos determina qué debe hacerse frente a
determinada circunstancia, dando a cada actor un guion general al cual atenerse.
Comúnmente, los códigos marcan posiciones verticales de poder, en la que se maneja el
interjuego amo/esclavo ya enunciado por Hegel en su célebre “Fenomenología del
espíritu”. A partir de un código, también, los actores se posicionan de forma activa o pasiva
frente a aquello que debe hacerse. Por último, todo código necesita de un evento activante
que lo ponga en funcionamiento y un fundamento histórico que lo justifique.
Un código se compone, entonces, de:
1. La instalación de roles de poder y apoderado. (Asimetría relacional)
2. Actores que juegan un papel activo, y otros un papel pasivo
3. Se pone en funcionamiento ante un evento activante real
4. Se encuentra justificado por un hecho histórico que le dio lugar
Vayamos a un ejemplo para aclarar esto.
La familia Mendez se halla constituida por 4 miembros. Lucila, la madre, Joaquín, el padre,
y sus dos hijas, Mirtha y Sandra, de 9 y 15 años respectivamente.
Lucila y Joaquín llegan a consulta clínica pidiendo que atendamos a Mirtha, la pequeña,
que sufre de gran ansiedad y nerviosismo. Tiene un mal rendimiento escolar, se dispersa en
demasía, y comienza a mostrar signos de agresión hacia sus padres, no así hacia su
hermana.
En la entrevista con los padres tomamos nota, sin embargo, de una serie de códigos que
pueden facilitar el que la menor se encuentre en un estado de tensión nerviosa considerable.
Para empezar, ella carece de todo poder en la familia. Al ser “la menor” (rol muy delicado
de asumir, muchas veces tomado por el menor al carecer de otra alternativa), Mirtha debe
obedecer de forma sumisa a la única persona con la que podría establecer cierta
horizontalidad en el lazo, su hermana Sandra. Esta última, por su parte, no se muestra
autoritaria o agresiva con Mirtha.
Habiendo elegido la modalidad de entrevista abierta, preguntamos a los padres por el
motivo de dicha idea, esa asociación directa entre ser la menor y la obligación de obedecer
a su hermana mayor.
Al responder por el interrogante, Joaquín comienza a dar vueltas alrededor de valores que
aún no sabemos si son suyos o colectivos. “La educación de un niño depende mucho de la
aceptación de límites (…) Yo no sé qué hubiera sido de mí si mi hermano mayor no me
hubiera corregido (….). Es por el bien de nuestra hija”.
No tomamos de esto último que comentó, casi al pasar, para repreguntar “como hace un
padre para saber que es bueno para un hijo y que no?”.
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Ante esta pregunta, Joaquín calla. Luego de unos segundos de suspenso, Lucila va al grano
y contesta: “Mirtha desde chiquita fue muy desordenada y protestona, creímos que Sandra
podría ser una buena influencia sobre ella. No es que nos sentamos a pensarlo,
simplemente fue dándose así”.
Por último, preguntamos qué hacen ellos cuando Sandra represente a la menor.
Encogiéndose de hombros, Joaquín contesta “No decimos nada. Si Mirtha quiere
reaccionar por algo, apoyamos a su hermana”.
Aquí es donde, rápidamente, hemos podido notar un origen que da fundamento al código
establecido, según el cual Mirtha debe asumir una posición pasiva e inferior ante el poder
de Sandra, activa y dominante. La menor es acusada por haber sido protestona y
desordenada, fruto de lo cual se encuentra justificado el código.
¿Por qué habrá de resultar importante para el proceso Psicodiagnóstico de Mirtha conocer
de estos detalles?. Porque aquello que llevará a su producción en las sesiones no será su
solitario ser, sino las cadenas que pesan sobre sus hombros como miembro de un sistema
familiar. Lo que hace a su subjetividad es, entonces, su particular manera de responder
frente a los códigos instalados. Ya sea rebelándose contra ellos de forma sana o patológica,
ya sea aceptándolos como realidades incuestionables, cada sujeto desarrolla su propia
manera de existir atado a estas pautas de legalidad arbitrarias.
Cada familia ofrece una red de relaciones cuya consistencia y solidez se sostiene en
códigos. Estos son inevitables y necesarios para el sostenimiento de la homeostasis. Lo que
hace a un sistema familiar desarrollar síntomas es el precio subjetivo que algunos actores
tienen que pagar para mantener su fidelidad a dichas pautas. Esto emergerá, naturalmente,
de la rigidez o flexibilidad que tengan para adaptarse a los cambios, a las solicitudes de
transformación interna de parte de algunos de sus componentes cuando declaran ya no
tolerar ciertos códigos.
Una familia funcional respetará dichas peticiones, no sin resistencias esperables, y mas
temprano que tarde hará los ajustes necesarios. Una de carácter disfuncional responderá
cerrándose sobre sí misma y excluyendo al portavoz del malestar, tachándolo de loco,
intratable, o marginal. El pesado rol del “loco”, en particular, es el elegido por la mayoría
de las familias disfuncionales.
Vayamos a un sencillo ejemplo. Una joven de 20 años que se cansó de estudiar aquello que
según los códigos internos debía estudiar, y pide cambiarse de carrera. ¿Cómo reaccionará
el sistema frente a esto?. En ocasiones, la respuesta será favorable sin mayor resistencia,
pero en otros casos no será así. Ya sea de forma camuflada o directa, la insolencia de la
joven puede generar disturbios en la dinámica interna y cambiar el sentido homeostático
que mantenían como grupo.
Roles. Emergentes de la red de códigos establecidos en el sistema, pueden ser estáticos o
intercambiables, así como numerosos. Un rol implica una posición adoptada frente al otro,
generadora de conductas estereotipadas y reiterativas, y que cumple con una función que se
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complementa con la de otros roles con el fin de lograr ciertas metas propuestas por el
sistema y mantener su supervivencia a través del sostenimiento de la homeostasis.
Podemos caracterizar un rol familiar de la siguiente forma:
1. Implica la adopción de una posición frente al otro
2. Cumple con una finalidad grupal complementaria con otros roles
3. El sujeto que lo asume desarrolla determinadas conductas estereotipadas
4. Otorga un espacio singularizante al sujeto que lo adopta
5. Cada sujeto puede adoptar múltiples roles dependiendo de la situación que los
convoque
Los roles pueden ser adjudicados por la dinámica del grupo, pero deben ser asumidos por
su futuro representante. En todo proceso de adjudicación/asumisión existe una finalidad
inconsciente que hace que el sujeto tome como suyo este ropaje relacional. El rol otorga
una identidad, por muy borrosa o denigrante que esta pueda parecer, y con ello un lugar
desde el cual establecerse en la red de relaciones.
Esto constituye un punto de anclaje singularizante, que induce a psicólogos sistémicos
como Minuchin o Palazzoli a considerar que el cambio de rol, en caso de ser necesario, no
vendrá de forma individual, sino como fruto de una reestructuración general de la dinámica
de la familia, capaz de readquirir su balance homeostático y seguir sus metas ya sin la
necesidad de mantener a esa persona en ese rol que la hace sufrir.
Esto es así porque al rol otorgar al sujeto un lugar singular en el sistema, hace a aquello que
conoce de sí frente a los otros. La inexistencia de un “yo” concreto capaz de desarrollar su
propia voluntad y sistema de pensamiento al margen de los otros hace que el sujeto sea
aquello que construye en función a como esto se complementa con los otros.
El yo abstracto planteado por muchos psicólogos, aquel que en teoría debe de tomar
decisiones empujado por el conflicto en la dinámica Super Yo – Ello – Realidad exterior, se
opone a esta visión. El sujeto, desde esta óptica, tenderá a preservar un lugar que lo
identifique y singularice, por muy doloroso que este resulte, y esto solo puede ser
modificado mediante la adopción de otro sitio desde el cual erigir su voz y mirada como ser
– en relación – al – otro. En caso contrario, y por mucho que conscientemente desee
cambiar su situación en relación a los demás, pedirle que modifique su conducta sin que
espere cambios de los demás equivale a generarle una angustia de muerte que no todos
están dispuestos a afrontar. Equivale a solicitarle la desintegración de su espacio vincular
singularizante.
En su producción diagnostica, el sujeto presentará evidencias de su rol desempeñado,
puesto que el mismo, tal como dijimos, se aleja mucho de ser un mero conjunto de
conductas repetitivas, trae consigo el peso del anclaje identitario. No será lo mismo la
producción de un sujeto en rol de portavoz del malestar respecto de quien es chivo
expiatorio, la del líder o la del vocero.
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relacionados con la desaparición del clan familiar, y con ello del punto de sostén psíquico
de la vida subjetiva. Podríamos decir, la desaparición de la familia equivaldría a la condena
para cada sujeto a una estancia solitaria en el mundo, en perpleja oscuridad. Los lazos
lógicos que unen la estructura, en caso de romperse, amenazan con tragarse a cada
individuo cuan agujero negro y desintegrar toda posibilidad de conciencia de otro.
Ritos. En orden a mantener su equilibrio y no desorganizarse, el grupo familiar recurre a
diferentes modos de sostenerse, denominadas comúnmente maniobras homeostáticas.
Dentro de dichos intentos encontramos los ritos, en tanto acciones rutinarias
compensatorias del desbalance provocado por ciertos eventos que amenazan de muerte o
enloquecimiento al conjunto, o bien la rigidificación de los roles para cada integrante, lo
que procura mantener el orden a lo largo del tiempo.
Un rito en la dinámica familiar equivale a una costumbre compartida, en la que cada sujeto
adopta una determinada posición para desarrollar determinada acción. Se diferencia de una
costumbre por:
1. Necesitar de todos los integrantes del grupo para realizarse. Una costumbre puede
ser desarrollada por algún que otro miembro, e incluso su/s protagonista/s puede/n
rotar
2. Necesitar de un evento activante
3. Es rígido. El grupo necesita realizarlo una vez que el evento activante lo indique
Como dijimos, el rito tiene su fundamento sistémico en la posibilidad de generar una
especie de “alivio general” que balancee las fuerzas psíquicas del grupo cuando se siente
amenazado. El evento que activa el rito puede ser cualquiera. En caso de que el rito sea
ordinario, un determinado horario, o la llegada del padre todos los días del trabajo señalan
la necesidad de comenzar el rito. En caso de que se de a lugar de forma extraordinaria, solo
sucederá cuando acontezcan ciertas discusiones, se presente algún problema de parte de
uno de sus integrantes que los demás miembros se enteren, o haya existido algún problema
con un sistema perteneciente al exterior.
Del mismo modo, debemos considerar rito familiar a cualquier conducta en la que
participen todos los miembros del grupo y que sea lo suficientemente repetitiva como ser
considerada rígidamente rutinaria. Desde las más comunes en las familias de nuestra
región, como ser la hora del almuerzo, hasta las más singulares o bizarras. En la forma en
que cada sistema desarrolle sus ritos notaremos las características neuróticas, psicóticas, o
perversas del mismo, y con ello un elemento clave en el desempeño individual de cada uno:
a que aspira el grupo a que ese sujeto se convierta.
Por poner un ejemplo de un rito poco típico, en una familia de clase media de Resistencia,
constituida por el padre y tres hijos (dos mujeres y un varón), todos ellos adolescentes, se
tenía la rígida costumbre de rezar en conjunto a las 20 horas. Dicha práctica tenía como
fundamento consciente, “pedir por la elevación del alma de Irma”.
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Irma era la madre de los niños, tristemente fallecida hacía dos años, y cuyo recuerdo
abarrotaba el hogar. Desde fotos y retratos cristalizados en las paredes hasta una usual
permanencia en el discurso de su ex marido.
Mas allá del motivo consciente por el que el grupo desarrollaba este rito, podríamos decir
que inconscientemente se sentía amenazado por la repetición de la historia. Irma fue
asesinada por un vándalo que la asaltó mientras ella limpiaba la casa. El marido estaba
trabajando y los niños estaban en la escuela.
La rigidez del rito del rezo era tal que impidió a Marcos, el mayor de los tres jóvenes con
19 años, adoptar un empleo que tomaba los horarios de 16 a 21 horas. ¿El motivo?. El
evento activante del rito era a las 20, por lo que este debe desarrollarse a esa hora y no a
otra. Con la carga de culpa traída por quienes se encontraban ausentes la mañana en que
Irma fue asesinada, ausentarse del rito del rezo equivalía a la mayor de las traiciones.
Marcos, de aceptar ese trabajo, dejaba en claro para todos sus familiares que no le
importaba la muerte de su madre. No sería ilógico pensar, desde la dinámica sistémica, que
el sería tachado como culpable de su muerte a partir del momento en que acepte dicha
asignación laboral y deje al grupo sin un miembro para llevar adelante el rito.
¿Qué notaríamos en caso de que tal cosa suceda?. La culpabilización de Marcos por la
muerte de su madre ofrecería una maniobra homeostática, compensatoria de la ausencia de
un elemento clave para el desarrollo normal de un rito, puesto que falta un integrante.
Quien decide no participar de los rituales de una familia deja a la misma a expensas de
padecer la amenaza de desintegración, por lo que el sistema buscará la forma que sea con
tal de recuperar el equilibrio psíquico.
La condena que recaería sobre el joven de 19 años sería densa y extrema. Dicha culpa
podría llevarlo a sufrir de una angustia inespecífica por el resto de sus días. Ante semejante
escenario, fue el quien acudió a consulta y sobre quien realice su psicodiagnóstico, debido a
la contradicción permanente que se cernía sobre él. Su impulso de independencia
económica y social del núcleo familiar chocaba con esta amenaza de enloquecimiento.
Ante este cuadro de situación, el joven optó por no ir a trabajar en ese horario y buscar un
empleo con turno diurno. Su frustración, lógicamente, fue grande, pero mayor fue su alivio.
Ante este escenario de situación, las reacciones iracundas hacia su padre y hermanos
comenzaron a repetirse. Se sentía encadenado a un mandato que lo ataba y no lo dejaba
respirar. Durante el proceso psicodiagnóstico, dicho nivel de agresividad se hizo mas que
evidente, en su producción en los tests gráficos tanto como en el Rorschach.
Sin embargo, si no tuviéramos en cuenta la variable familiar, dicho hallazgo diagnóstico
sería considerado de forma aislada, como un rasgo caracterológico individual enmarcado en
una estructura psíquica determinada. Haciendo mención al dicho popular, estaríamos
mirando el árbol y perdiendo de vista el bosque.
Esta breve explicación de un caso psicodiagnóstico puede revelarnos la importancia de
tener en cuenta la variable familiar desde la mirada sistémica, y como esta puede
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Consideraciones generales
Es importante tener en consideración que en este ámbito de aplicación, la mayoría de las
veces el proceso diagnostico se encuentra dirigido inicialmente por lo que se denomina
descripción y análisis del puesto. Esta labor consiste en el estudio de las características del
cargo que el sujeto aspira a ocupar o bien ocupa, en orden a establecer un perfil de sus
competencias laborales en relación a dicho estudio.
Esto nos señala, primeramente, que aquí no nos encontramos dedicados a la exploración de
rasgos psicológicos atinentes a la personalidad del sujeto, sino a la relación entre sus
competencias laborales y un perfil previamente armado, el cual diseñamos en colaboración
con la gerencia, solicitante del perfil requerido.
En otras ocasiones, a la postre las menos numerosas, la organización solicita un diagnóstico
general de la personalidad, que podríamos considerar de corte puramente clínico, pero
circunscripto al encuadre propio de la relación psicólogo – entidad demandante. Este tipo
de actividad ha sido abandonada gradualmente por muchos psicólogos laborales en los
últimos años, debido al uso que suele hacerse de este tipo de información, relacionado a la
posibilidad de extorsionar o amenazar al personal de parte de determinados actores de la
organización poseedores de la información recabada en el psicodiagnóstico clínico del
trabajador o trabajadores en cuestión.
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Esta serie de comportamientos, por otra parte, nos hablan de destrezas determinadas, las
que el sujeto ya se encuentra en condiciones de poner en acto y que nos indican su
capacidad para resolver ciertos problemas que pueden presentarse potencialmente en el
ámbito laboral, teniendo en cuenta las características culturales de la organización y el tipo
de tareas que le son o serán asignadas en el puesto. Se asigna un nombre a dicha capacidad,
con el fin de delimitarla y poder evaluar que tanto se acerca el sujeto a desarrollarla.
Por último, cada competencia es creada con el fin de generar un cuadro general de perfil del
puesto, en el que se reúnen todas las que son estimables como deseadas para el desarrollo
ideal de la labor en el puesto de trabajo en cuestión.
Así encontramos un grupo de competencias laborales frecuentes, como pueden ser
orientación al cliente, asertividad, autonomía, capacidad de toma de decisiones introversiva,
capacidad de delegación, escucha activa, disposición empática, capacidad directiva,
tolerancia a la frustración, etc.
Para poder conocer que tipo de competencias son requeridas para nuestro proceso
diagnostico, debemos previamente realizar el análisis y descripción del puesto.
El mismo consiste en un estudio a realizar sobre tres aspectos fundamentales para conocer
el puesto al que se sujeto se postula o que ya ocupa:
- Descripción del puesto
- Perfil profesiográfico
- Perfil del puesto
La primera parte remite a la caracterización de la labor en sí. Aquí se indagan cuales son las
tareas asignadas comúnmente al cargo, el nivel de interrelación que deberá desarrollar con
otras personas o áreas de la organización, el tipo de funciones que desempeña el actor
participante en el proyecto organizacional, y las condiciones de trabajo (luz, temperatura,
facilidades de distinto tipo, área geográfica, movilidad, riesgos psicosociales).
El perfil profesiográfico atañe a un análisis del tipo de formación y experiencia laboral
previa del sujeto, y cuanto se condice con la caracterización previamente hecha en la
descripción del puesto.
En ciertas oportunidades, el psicólogo laboral deriva estas labores en otros profesionales
que pueden desarrollarla, como el relacionista laboral o el técnico o licenciado en recursos
humanos. Esto lo lleva a dedicarse exclusivamente al perfil del puesto, en el que sí son
requeridos sus conocimientos específicos en términos de técnicas psicológicas, tales como
la entrevista y los tests.
Para cuando llega el momento del desarrollo del perfil del puesto, el psicólogo ya debe
contar con la confección de la descripción y perfil profesiográfico del mismo, y elaborar
una lista de competencias junto a un representante idóneo de la gerencia. Este ultimo debe
ser quien responderá por la organización a la hora de demandar el perfil requerido, por lo
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que debe tener cabal conocimiento de que es exactamente lo que desean que el sujeto sea
capaz de hacer en el cargo que se le piensa asignar.
Comúnmente, la lista de competencias laborales no es mayor a diez. De todos modos, esto
puede cambiar de acuerdo a la complejidad del puesto y el nivel de responsabilidad que el
sujeto habrá de desarrollar en el mismo.
Una vez creado el perfil de competencias, el psicólogo da inicio al proceso diagnóstico con
la entrevista inicial.
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Los incidentes críticos son formulaciones tecnicas necesarias para poder facilitarnos el
descubrir que hay más allá del discurso del sujeto, y pueden estar directamente relacionados
con el trabajo en sí o bien con aspectos puntuales de la vida afectiva y social del mismo.
3. Administración de tests de aptitudes laborales
Aquí se busca evaluar las competencias a través de determinadas técnicas de exploración,
algunas de las cuales también son aplicadas al ámbito clínico, como ser el test de Bender o
Persona bajo la lluvia. Sin embargo, estas suelen ser en su mayoría aplicaciones destinadas
únicamente a la evaluación especifica de las competencias que se buscan analizar. Aquí
encontramos el assesment center o los focus group como herramientas de trabajo usuales.
En caso de que no se dé lugar al siguiente paso (tests de personalidad), por razones de
tiempo o bien organización misma del proceso, se recomienda incluir al menos dos técnicas
de exploración de la personalidad en esta fase, con el fin de detectar si existen riesgos
psicológicos para el sujeto u otros en el actual o futuro desarrollo de la labor
4. Administración de tests de personalidad (si es necesario)
En muchas oportunidades, la gerencia solicita explícitamente añadir una competencia no
relacionada con una destreza especifica del sujeto, si presenta rasgos psicopatológicos tales
que puedan ponerlo en peligro a el/ella o a terceros. Ante esta demanda, resulta necesaria la
aplicación de tests de personalidad en un cuarto y último encuentro con el fin únicamente
de detectar inclinaciones perversas, psicóticas o de desviación narcisista, entre otras, que
puedan generar conflictos severos difíciles de resolver.
En otras oportunidades, la gerencia no solicita esta información, pero el psicólogo
desarrolla las técnicas de todos modos, debido a consideraciones éticas profesionales. Esto
se fundamenta en el hecho de que el perfil por competencias es en si mismo negador de la
subjetividad, dado que ubica al sujeto en lugar de objeto para la labor, encadenándolo a
posibles dificultades no relacionadas necesariamente con su perfil de competencias.
La aparición de rasgos de personalidad que expongan al sujeto a dificultades psicológicas
considerables puede no ser registrada claramente en la administración de tests de aptitudes,
y obliga al psicólogo a plantearse un par de cuestiones: o bien recomendar a la gerencia su
ubicación en un cargo que no potencie sus aspectos patológicos, o bien hablar directamente
con el departamento de Recursos humanos en orden a tenerlos al tanto de esto.
Este tipo de decisiones conlleva, nuevamente, dificultades. Cualquiera sea la elección del
psicólogo, no debe ofrecer datos específicos sobre el tipo de dificultad que se trate,
solamente mencionar de forma general cual es el posible conflicto. Es decir, no resulta para
nada conveniente dirigirse al gerente del área de ventas, que solicitó el diagnostico, y
plantearle que su nuevo vendedor es esquizofrénico con rasgos delirantes de orden
persecutorio. Resultaría mucho mejor darle a entender que por momentos puede perder la
calma y no ver de forma objetiva lo que sucede a su alrededor, que probablemente necesite
más contención que otros y que sea escuchado con paciencia.
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Lo que aquí estamos proponiendo no dejar de ser algo muy general y que merece un debate
mucho más serio y ordenado que el presente. Solamente nos encontramos enunciando este
tipo de dificultad y el dilema ético que suele presentar. No podemos detenernos en este
punto más allá de esto por ahora.
5. Entrevista de devolución
Al finalizar el proceso, se ofrece una devolución oral de los resultados. No se recomienda
hacerlo por escrito.
6. Redacción del informe final
El informe final es remitido a la gerencia solicitante de la información.
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Se trata de una técnica psicodiagnóstica infantil relacionada al juego. Podemos decir que
configura un campo relacional entre el niño, el terapeuta y los materiales de juego, que
pretende facilitar la proyección del menor de aspectos relacionados con su personalidad,
mecanismos de defensa, nivel madurativo y capacidad de adaptación al entorno.
Caracterización general
Luego de la entrevista a los padres, se realiza un encuentro pautado con el menor a solas, en
un espacio lo suficientemente confortable como para que pueda desplegar su capacidad
lúdica y tener alcance a los materiales de juego.
En el transcurso de la actividad, el psicólogo puede asumir muchos roles que más adelante
repasaremos (activo, pasivo, colaborador). Lo más importante es que se ofrezca como una
figura comprensiva, que apoye y aliente al niño a jugar sin realizar interpretaciones ni
desplegando actitudes rígidas o insensibles.
El tiempo de duración estimado de la actividad es de una hora.
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Por su parte, Winnicott insistió en considerar el espacio de juego como una realidad
intermediaria entre el niño y el mundo. Existe una zona potencial de desarrollo que se
despliega en el escenario mismo de la práctica lúdica, y los objetos a emplear pueden ser
transicionales.
Desde este autor, se enfatiza en el juego como estimulante de la creatividad, algo esencial
en el desarrollo del verdadero self y siempre presente en la relación del niño con una madre
suficientemente buena.
Inicialmente, debemos aclarar a los padres los objetivos del encuentro con el niño y cuál
será su participación. El niño puede desear entrar al consultorio en compañía de sus
progenitores, lo que puede ser aceptado o no por el psicólogo dependiendo del caso.
Una vez que el niño ingresa a la habitación, el psicólogo debe ser claro en informarle del
motivo de porque está allí, de forma clara y en teniendo en consideración la edad del
menor. Le dirá que lo observará jugar con el fin de conocerlo y comprenderlo.
El material se encuentra en la caja, el niño podrá tomar lo que desea cuando lo desee.
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- Rol activo. Participa en el juego del niño, le pregunta cuestiones sobre el desarrollo
de su juego
- Rol complementario. Se incluye en el juego del menor, adopta un rol necesario en el
mismo
Tipo de materiales
La caja de juegos contará con materiales estructurados e inestructurados. Los primeros
presentan una forma específica y delimitan la forma en que pueden ser utilizados, los
segundos incluyen el factor creativo en una mayor medida, dado que no son de carácter fijo
y delimitado.
Materiales estructurados: Muñecos, revolver, pelota, vehículos, familia de animales o
personas, peluches, cubos, cubos para el armado, utensillos de cocina.
Materiales inestructurados: Papel y lápiz, plastilina, elementos para armar (tela, lana, hilo),
plasticola, elementos de librería en general
Indicadores de análisis
La técnica de la hora de juego diagnóstica puede arrojar un gran número de datos sobre la
formación de la personalidad del niño. Los agruparemos en un total de 8 ítems que
debemos analizar.
Elección de juguetes y juego
Modalidad de juego
Personificación
Motricidad
Creatividad
Tolerancia a la frustración
Capacidad simbólica
Adecuación a la realidad
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Evitativa
Dubitativa
Dependiente
De irrupción brusca sobre los materiales
De irrupción caótica sobre los materiales
De acercamiento, para estudiar el campo antes de iniciar una actividad
Tipo de juguetes
Material estructurado o inestructurado?
Que significado notamos en los juguetes? Agresivo, regresivo, afectivo
Es acorde al momento evolutivo del niño?
Hay concordancia entre la elección del juguete y el juego?
2. Modalidad de juego
Plasticidad. Observaremos si es un juego en el que cambia de juguetes, los roles de
los personajes implicados, o si nos incluye en su dinámica. Si tiene un desarrollo
organizado pero flexible. Si puede expresar la misma fantasía a través de diferentes
objetos o situaciones creadas
Rigidez. Juega a lo mismo de forma monótona y presenta gran dificultad para
cambiar la función o sentido de cada objeto. Puede presentarse como medio
defensivo para controlar ansiedades primitivas.
Perseveración. Modalidad patológica presente en niños psicóticos o con lesión
cerebral, implica un nivel de reiteratividad en el juego que le impide cambiar en lo
más mínimo lo que está haciendo.
3. Personificación
Aquí veremos cómo se ponen en juego factores identificatorios. La personificación, como
elemento común a todos los períodos evolutivos normales posibilita la elaboración de
situaciones traumáticas, el aprendizaje de roles sociales, la comprensión del rol del otro y el
ajuste de su conducta en función de ello, que favorece el proceso de socialización e
individuación.
En función de esto, tendremos en consideración:
Capacidad de asumir roles y adjudicárselos al psicólogo durante el juego
Capacidad para identificarse con determinado personaje, del mismo sexo, del sexo
opuesto o personas significativas. Observaremos aquí las identificaciones de forma
mas clara.
Capacidad de jugar a ser otro
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4. Motricidad
Permite ver la adecuación de la capacidad motriz del niño con la etapa evolutiva que
atraviesa. Las pautas esperables para cada periodo se condicen con sus condiciones
neurológicas, psicológicas, y ambientales. Fallas en este aspecto pueden llevarnos a
hipotetizar posibles complicaciones neurológicas
Observar:
Desplazamiento espacial (el manejo del espacio, del mobiliario y de los objetos)
Posibilidad de encaje
Prensión y manejo
Alternancia de miembros
Lateralidad
Movimientos voluntarios e involuntarios
Movimientos bizarros
Ritmo del movimiento
Hiperquinesia
Hipoquinesia
Ductilidad
5. Creatividad
Aquí tomaremos nota de la capacidad del niño de relacionar objetos entre sí de forma
significativa e innovadora. 3 aspectos a observar:
Elección de uno o mas juegos , y mutación de roles y personificaciones de los
objetos durante la hora
Tipo de juego. De roles, implicancia de material inestructurado
Secuencia de juegos. Observar si se encuentran conectados o no.
6. Tolerancia a la frustración
Puede observarse en:
Posibilidad de aceptar la consigna con las limitaciones que ésta propone.
Capacidad de espera
Capacidad de desprenderse de la madre .Tolerancia a que lo dejen solo en el
consultorio
Grado de aceptación o rechazo de las pautas del encuadre
Capacidad de espera, postergación
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7. Capacidad simbólica
Capacidad de utilizar símbolos para representar por medio de ellos fantasías inconscientes;
que le permita elaborar conflictos, ansiedades, evacuar miedos, plantear interrogantes
(escena primaria) y expresar sus motivaciones o deseos inconscientes.
Capacidad de representación: el niño debe dar el contenido de la representación a través de
sus verbalizaciones (hay un procesamiento de tipo secundario).
Se puede evaluar:
Riqueza expresiva
Capacidad intelectual (a partir del lenguaje, la riqueza expresiva, la coherencia y
consistencia de su relato), capacidad de abstracción.
Calidad del conflicto (algunas veces pone de manifiesto el conflicto que padece)
8. Adecuación a la realidad
Posibilidad de separarse de la mamá, demostrando comprensión y aceptación de la
consigna.
Ubicación témporo – espacial
Adecuación a su rol y al del otro.
Capacidad de reorganizarse ante nuevas situaciones o nuevas consignas
El uso de elementos para mediatizar entre la fantasía y la realidad, que sea acorde a
su edad cronológica
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Las técnicas proyectivas gráficas abarcan un gran número de componentes del psiquismo
que deben ser abordados en todo Psicodiagnóstico, desde rasgos de personalidad hasta lo
intelectual, pasando por la autoimagen, la emocionalidad del sujeto y su adaptación al
entorno.
Algo que comparten todas estas técnicas es lo que denominaremos pautas formales. Estas
refieren a un grupo de factores o indicadores que se presentan en toda producción gráfica, y
de la cual derivará un análisis específico, que luego uniremos a las pautas de contenido de
cada test, en orden a realizar un informe parcial del test en cuestión.
Es importante tener en cuenta que no podemos analizar cada aspecto de contenido de forma
aislada. Encontraremos, muy probablemente, surtidas contradicciones en la producción de
cada sujeto, por lo que debemos atenernos a una regla de expresión general, en la que ir
tomando nota de los aspectos que mas se repiten en las diferentes producciones gráficas que
nos ha entregado.
Pautas formales
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Tamaño
Nos habla de aspectos relativos a la autoimagen y nivel de egocentrismo del sujeto.
Cuanto espacio ocupe en la hoja su producción nos indicará cuanto está dispuesto a
tomar del mundo para expresar lo propio.
Tamaño normal. Sujeto equilibrado en su egocentrismo, con tendencia a
escuchar a los demás y a darles su lugar. Busca su lugar en el mundo a
expensas de una autoafirmación del Self lograda.
Tamaño pequeño. El sujeto padece de dificultades asociadas a un
egocentrismo bajo, autopercepción desvalorizada, tendencia a sentirse
menos capaz o dotado que los demás en el caso del varón, menos valiosa o
significativa en el caso de la mujer.
Tamaño grande. Rasgos narcisistas presentes. El sujeto tenderá a buscar sus
propios intereses de forma primordial, sin que esto implique avasallamiento.
Cree en su capacidad.
Tamaño excesivamente grande. Narcisismo patológico. El sujeto intenta
avasallar al otro, dominarlo y subyugarlo de forma reiterada. Nos habla de
un déficit en la estructuración del Self, claramente presente. Posibles rasgos
sádicos.
Tamaño oligofrénico (excesivamente pequeño). Usualmente solo aparece en
casos de esquizofrenia o melancolía. El sujeto se siente una extensión del
deseo del otro. incapaz de obtener una impresión clara de mismidad, se
limita a dibujar un garabato apenas perceptible. También puede observarse
en casos de deficiencia neurológica
Emplazamiento
La variable emplazamiento (o posición) nos remite al sentido en el que el sujeto se proyecta
a la hora de tomar decisiones, su punto de afianzamiento y refugio emocional e intelectual.
Tendremos en cuenta diferentes posiciones en relación a dos variables principales:
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Ubicación horizontal
Dividimos la hoja en tres espacios equivalentes (un 33% para cada uno), desde la
zona superior hasta la inferior, pasando por la zona media.
Estas tres partes de la hoja representan diferentes aspectos subjetivos dependiendo
de donde ubique su producción el sujeto.
La zona inferior nos remite a aspectos instintivos, la conexión con la agresividad, el
arraigo a los impulsos libidinales, una tendencia a aferrarse a lo que causa placer o
dolor. El sujeto tiende a ser receptivo a las reacciones físicas que le causan los
estímulos del entorno.
En la zona media, el sujeto expresa una inclinación a responder al mundo desde
cómo lo afecta emocionalmente. Se trata de una tendencia a decidir en función de
los afectos, aquello que le causa satisfacción o angustia.
En el plano superior, observamos sujetos que tienden a intelectualizar las cosas,
recurriendo a la imaginación, las ideas y los conceptos pre- elaborados para dar
respuesta al mundo.
Ubicación vertical
Dividimos la hoja en tres espacios equivalentes (un 33% para cada uno), desde la
zona derecha hasta la izquierda, pasando por la zona media.
La ubicación del dibujo en la zona derecha puede hablarnos de un tendencia
subjetiva a realizar proyectos y ponerlos en práctica, y una fuerte presencia
internalizada del padre. Puede que se trate de un sujeto con aspiraciones claras y
que tiende a ponerlas en acción.
La ubicación del dibujo transgrediendo la zona derecha puede hablarnos de un
fuerte componente de avasallamiento y transgresión a las normativas, ansiedad
extrema.
La ubicación del dibujo en la zona media hace referencia a un sujeto centrado,
maduro, tendiente a ponderar lo afectivo y lo racional en proporciones iguales. No
toma decisiones apresuradamente ni se pone en acción fácilmente. Tiende a esperar
a que las condiciones estén dadas.
La ubicación del dibujo en la zona izquierda nos habla de tendencias regresivas,
necesidad de retornar a la madre, arraigo al pasado, las costumbres, y posibles
inclinaciones infantiles y de dependencia emocional.
Por último, un dibujo expresado transgrediendo la zona izquierda suele ser
observado en casos de fobia o paranoia, y es propio de sujetos intimidados,
excesivamente dependientes o temerosos, prácticamente paralizados por grandes
montos de angustia.
Movimiento
El factor del movimiento en el trazo nos habla de cómo el sujeto procesa los estímulos del
medio, con que ligereza los incorpora y asimila.
Dibujo rápido. Aquí el trazo se desliza de forma desprolija y poco cuidadosa, sin
atender a detalles ni precisiones. Usualmente, lo vemos en sujetos de intelección
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Detalles
Excesivos. Sujeto con rasgos obsesivo-compulsivos donde el mundo externo
es vivido como incierto y peligroso. sujetos prolijos, prudentes y controlados
Escasos. Usualmente asociado con sensaciones de vacío y depresión por
reducción energética y aislamiento emocional)
Adecuados. Buena capacidad de observación y de análisis, buen contacto
con la realidad q es enriquecida x la fantasía
Inadecuados. Tendencia al retraimiento y dificultades en el contacto con la
realidad.
Aspectos cualitativos
Un quinto factor clave de los aspectos de contenido de las técnicas proyectivas graficas
está relacionado con aspectos cualitativos a observar durante cada prueba. Estos son
indicadores de problemas emocionales o mentales de diversa índole. Aquí presentamos
los más frecuentes.
Borroneo persistente
Puede ser indicativo de un gran monto de frustración en el sujeto, tendencia
al perfeccionismo y agudo sentido de la autoexigencia. Probablemente
indique sentimientos de inseguridad.
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Sombreado
La presencia de sombreado es un claro indicador de sentimientos de
angustia. en función del tipo de test que sea y las otras variables (posición,
tamaño, etc) podremos tomar nota de qué tipo de angustia hablamos, con
que podemos asociarla y bajo qué situaciones se activa.
Relleno oscuro
En algunos casos, observamos que el sujeto rellena con color negro
determinados objetos que dibuja. Esto puede estar relacionado a fuertes
sentimientos de ansiedad y ciertas inclinaciones agresivas. Al igual que en el
caso del sombreado, hay que tomar nota de en que test/s se produce y unido
a que otros factores.
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DIBUJO LIBRE
De García Arzeno, M.E. Nuevas Aportaciones al Psicodiagnóstico Clínico.
(Cap. VIII y IX).
La técnica del dibujo libre puede ser considerada útil para explorar fantasías del sujeto
relacionables con la cura y enfermedad en el proceso clínico. Suele ser indicada como
herramienta introductoria de la batería de tests en el contexto de la consulta terapéutica, en
orden a comprender de qué forma se posiciona el sujeto en relación a sus problemas
psicológicos y la posibilidad de tratarlos.
También es de uso frecuente en la clínica de niños, como técnica inicial en la segunda
entrevista (luego de la administración de la hora de juego). Representa un test simple y de
escasa carga de ansiedad.
Podríamos decir que este test puede ser evaluado en función de:
1) Qué dibuja el sujeto y que nos cuenta de ello (fantasías sobre la cura y enfermedad
en el tratamiento) y
2) Cómo lo dibuja, que puede otorgarnos información sobre rasgos de carácter y
personalidad útiles para un análisis más completo de su psiquismo. Aquí analizamos
secuencia según Hammer e indicadores de cualidad según Wolff.
Materiales y consigna
Se otorga al sujeto una hoja en blanco apaisada, lápiz negro y goma de borrar. No se dejan
a su alcance lápices de colores y la goma debe permanecer a prudente distancia, ni muy
cerca ni muy lejos de su alcance.
Consigna:
“En esta hoja dibujá lo que quieras. Pensá en algo y lo primero que se te ocurra tratá de
dibujarlo”.
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Se registra lo que dibuja, en qué secuencia, lo que borra, los gestos, comentarios. Ante
cualquier pregunta, respondemos “como quieras”.
Consideraciones
- No se le permite pintar el dibujo
- Una vez terminado, se le piden asociaciones:
háblame de tu dibujo
¿qué es esto? Y ¿esto otro?
¿qué pasa allí?
¿qué título le pondrías?
Pautas de interpretación
Para evaluar este simple test introductorio, debemos prestar atención especial a la forma en
que el sujeto expresa su producción. Para esto, es necesario tener en cuenta la secuencia de
la ilustración (en el sentido presentado por Hammer) tanto como la rigidez o flexibilidad de
sus movimientos corporales a la hora de trazar los grafismos implicados.
El análisis de la secuencia, como indicador expresivo, es de especial importancia en el
Dibujo libre. Esto se debe a la consigna en sí, extremadamente vaga e inestructurada. Al no
existir una determinación formal sobre que dibujar, el sujeto no sabe con exactitud a qué
atenerse, y proyecta sobre el papel una historia cuyo sentido es más fácilmente descifrable,
abriéndonos posibilidades de interpretación más amplia que en otros casos.
Al tratarse de una técnica que explora con naturalidad las fantasías de cura y enfermedad, el
análisis de la secuencia nos permite establecer que desea el sujeto en su demanda latente y
cómo cree que esto puede solucionarse, si es que en efecto eso cree.
La secuencia podemos analizarla de acuerdo a dos grandes aspectos:
1. Como va construyendo cada figura, si respeta la Gestalt uniendo cada parte desde
arriba hacia abajo, si borronea, se detiene al dibujar o lo hace de forma simple y con
pocos trazos.
2. La relación sucesiva entre cada figura que es ilustrada. Si hay más de un objeto en
el dibujo, es importante tener en cuenta qué fue trabajado primero y qué después.
Por otra parte, el análisis de indicadores expresivos suma un nuevo capítulo en este test, a
partir de los aportes de Wolff, quien desarrolló numerosas investigaciones con el objeto de
acercarnos un análisis pormenorizado de cuatro aspectos a tener en cuenta en la producción
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del dibujo: la cualidad de los trazos, la cualidad de las formas, comparación de los trazos, y
dirección de los trazos.
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El DFH (Dibujo de la figura humana), es una de las técnicas proyectivas gráficas mas
respetadas y utilizadas a nivel mundial. Permite conocer del nivel de madurez intelectual
del niño y sus posibles interferencias cognitivas, así como problemas emocionales
relacionados al autoconcepto o las relaciones interpersonales.
El DFH puede ser considerado un test mixto, debido a que desarrolla un enfoque
proyectivo, relacionado a los aspectos inconscientes del niño que son reflejados en su
producción, tanto como uno psicométrico, vinculado a un análisis estadístico que estima el
grado de madurez intelectual.
Podríamos decir que el test cumple en otorgarnos información sobre:
1. El nivel de madurez intelectual del niño. (Aspecto psicométrico)
Su coeficiente intelectual en relación a la edad, posibles interferencias generadas
por fallas en la adaptación social o perturbaciones emocionales
2. Conflictos emocionales de diverso orden (Aspecto proyectivo)
Relacionables tanto a problemas de autoconcepto como a posibles dificultades en
las relaciones interpersonales con el entorno familiar y/ social
3. Expresiones subjetivas de su inconsciente (Aspecto proyectivo)
Deseos, fantasías, demandas de ayuda o análisis no verbalizadas, experiencias
traumáticas
Creado inicialmente por Goodenough, tomaremos la versión más actualizada de Elisabeth
Koppitz, para desarrollar la evaluación con niños. Es importante tener en cuenta que los
resultados del test varían sustancialmente cuando son aplicados a un adulto, por lo que
deberemos revisar el mismo test en el segundo cuatrimestre de cursado para aplicarlo a una
persona mayor. Para el segundo cuatrimestre, entonces, tomaremos en cuenta aportes de
Machover.
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Muchos autores presentaron diferentes consignas para el DFH. Por diferentes motivos,
teóricos y metodológicos, Goodenough pedía al niño que “dibuje un hombre”. Machover le
pedía que dibuje “una persona” y luego la del sexo opuesto. Koppitz, en su esfuerzo
integrador, y no sin muchos años de investigación junto a sus colaboradores, nos acerca
esta consigna y condiciones de trabajo, las más aceptadas universalmente:
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Ítems evolutivos
Para el estudio de la madurez intelectual del menor, Goodenough desarrolló una serie de
indicadores, relacionados a los componentes que el dibujo debe tener (presencias), o bien
su omisión (ausencias).
Protocolo de evaluación
Para el análisis del DFH, debemos tener en cuenta tres ítems que forman parte del protocolo
de evaluación:
1. Los indicadores relacionados a la madurez intelectual
2. Los indicadores relacionados a conflictos emocionales
3. Indicadores clínicos de evaluación cualitativa, que pueden darnos información sobre
su autoncepto y probables deseos o fantasías
A continuación, exponemos el protocolo de interpretación del test, seguido de la hoja de
evaluación
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Nombre y apellidos__________________________________ F.
Nacimiento_____________Edad: ____ años. ____meses
Aplicación: “Dibuja una persona entera.” El test es una forma de comunicación, al ser a petición y
en presencia del examinador (difiere del dibujo en otros contextos). La estructura del dibujo está
determinada por el nivel de maduración del niño (ítems evolutivos), mientras que el estilo del
dibujo refleja sus actitudes y preocupaciones en un momento dado (indicadores emocionales).
Material: Hoja de papel A-4, lápiz nº 2 y borrador. No hay tiempo límite.
El sistema de puntuación propuesto por Koppitz para estimar el nivel de funcionamiento mental a
partir del DFH, sólo cuenta los ítems esperados y excepcionales (casillas en blanco). Los ítems
esperados dibujados por el sujeto no se puntúan, pero cada omisión de un ítem esperado para la
edad del niño/a, restará un punto (-1). Se da también un punto por cada ítem excepcional
presente en el protocolo del sujeto. Además, se añaden 5 puntos para evitar valores negativos.
Cabeza
Ojos
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Nariz
Boca
Cuerpo
Piernas
Brazos
Pies
Brazos 2 dimensiones
Piernas 2 dimensiones.
Cabello (cabeza c.
sombrero)
Cuello
ITEM EXCEPCIONALES
V M V M V M V M V M V M V M
(puntos: +1 ó 0)
Rodilla
Perfil
Codo
Dos labios
Fosas nasales
Proporciones
Braz u. hom.
Ropa. 4 items
Pies 2 dimensiones
Cinco dedos
Pupilas
Total A + B
Puntuación final: 5 +
(A+B) =
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La tabla muestra la traducción de las Puntuación DFH sujeto Nivel mental funcional
puntuaciones en los DFH a los distintos 1ó0 Retrasado
niveles de CI (Koppitz, 1967). Puntuación
2 Retrasado a Límite (60-80)
“de corte”: 3 - 4
3 Límite a Normal bajo (70-90)
Si el nivel mental en el DFH es inferior al CI
4 Normal bajo a Normal (80-110)
medido en otros tests, son niños que
rinden por debajo de su potencial, 5 Normal a normal-alto (85-120)
□ 1. Integración pobre. (Una o más partes casi no tocan al resto de la figura. No válido antes de
los 7 años en niños y de 6 en niñas). Inestabilidad, impulsividad o dificultades de coordinación,
personalidad pobremente integrada. (retraso madurativo, organicidad y/o perturbaciones
emocionales)
□ 2. Sombreado de toda o parte de la cara, o “pecas”,”sarampión”... (no contar sombreado
suave de cara y manos, como color piel) Altamente significativo: Angustia. Bajo auto
concepto. Sombreado parcial refleja ansiedades específicas sobre las partes y sus funciones
(Ej. Boca-lenguaje…)
□ 3. Sombreado del cuerpo y/o extremidades. (Valido a los 8 en niñas y niños 9 años).
Ansiedad, zonas de preocupación por alguna actividad real o fantaseada, pero no es posible
diferenciar la causa (brazos: robar, agresividad, masturbación. Piernas: por el crecimiento
físico, la talla, la sexualidad).
□ 4. Sombreado de las manos y/o cuello. (Válido a los 8 años en niños y 7 en niñas).
Preocupación por actividad real o fantaseada con las manos. Problemas emocionales, timidez
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o agresividad, robo… Cuello: esfuerzos controlar impulsos, pero precario, mientras la tensión
no sea excesiva.
□ 5. Marcada asimetría de las extremidades. Frecuente en pacientes clínicos, niños agresivos,
disfunciones, educación especial…Refleja a la vez sentimientos de falta de equilibrio
emocional, baja coordinación v-m, torpeza o inadecuación física, confusión en la dominancia
lateral.
□ 6. Inclinación de la figura en 15º o más. Sugiere inestabilidad y falta de equilibrio general.
Sentimiento de desequilibrio mental y personalidad lábil, inestable, que al niño le falta una
base firme.
□ 7. Figura pequeña (5 cm. o menos). Extrema inseguridad, retraimiento y depresión. Yo
inhibido, preocupaciones con el ambiente. Retraimiento que le impide funcionar
adecuadamente en casa o en la escuela
□ 8. Figura grande (23 cm. o más). No es significativo hasta los 8 años, en ambos sexos.
Expansividad, inmadurez y controles internos deficientes. Grandiosidad reactiva a
sentimientos de inadecuación. Las figuras grandes y vacías pueden indicar tendencias
psicopáticas u organicidad.
□ 9. Transparencias. (No es líneas en brazos que atraviesan el cuerpo). Inmadurez (etapa
realismo), impulsividad y conducta actuadora. Ansiedad específica (= sombreado), no es
normal en edad escolar. Niño que necesita que le tranquilicen (respecto a lo sexual,
nacimiento, mutilación corporal...)
□ 10. Cabeza pequeña. (< 1/10 o menos de la figura). Muy significativo. Sentimientos intensos
de inadecuación intelectual.
□ 11. Ojos bizcos o desviados (mirada de reojo no computa). Hostilidad hacia los demás, ira y
rebeldía (no puede ver el mundo como los demás, no quiere o no puede ajustarse a los modos
esperados de comportarse).
□ 12. Uno o más dientes. Por sí mismo no es significativo, aparece en niños bien adaptados
(cierto grado de agresividad es necesario). Más frecuente en niños agresivos. Ningún tímido-
retraído los dibuja.
□ 13. brazos cortos (no llegan a la cintura) Aparece también en niños bien adaptados. Refleja
dificultades para conectarse con el entorno y las personas. Tendencia al retraimiento e
inhibición, demasiado “bien educado”.
□ 14. brazos largos (llegan a las rodillas). Inclusión agresiva en el ambiente, hacia fuera (opuesto
a retraimiento)
□ 15. brazos pegados al cuerpo (sin espacio intermedio) Defensivo. Por sí mismo no es
clínicamente significativo. Control interno rígido y dificultad de conectarse con los demás (falta
de flexibilidad, relaciones interpersonales pobres).
□ 16. Manos grandes (igual o mayor que la cara). Conducta agresiva y actuadora. Niños
abiertamente agresivos y/o que roban
□ 17. Manos omitidas (brazos sin manos ni dedos. No se computa manos detrás o en bolsillos).
Sentimientos de inadecuación, ansiedad, o culpa por no lograr actuar correctamente (robar,
mal rendimiento, ansiedad de castración
□ 18. Piernas juntas (sin ningún espacio entre sí. En perfil, solo se ve una pierna). Indica
sobretodo tensión en el niño, e intento rígido de controlar sus propios impulsos sexuales o
temor a sufrir abuso. Evitación del acercamiento al otro sexo.
□ 19. Genitales. Signo de alteración en estas edades (5 a 12). Angustia por el cuerpo y control
pobre de los impulsos.
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□ 23. Omisión de los ojos (no se computan ojos cerrados o vacíos, o sea, ojos que no ven).
Siempre tiene significación clínica. Niños aislados socialmente. Tienden a negar sus problemas,
rechazan enfrentar el mundo y escapan en la fantasía. Escaso interés social por parte del niño.
□ 24. Omisión de la nariz. Conducta tímida y retraída, ausencia de agresividad manifiesta. Falta
de empuje.
□ 25. Omisión de la boca. Siempre es clínicamente significativa. Refleja sentimientos de
angustia, inseguridad y retraimiento, resistencia pasiva. Incapacidad o rechazo a comunicarse
con los demás. Depresión. Asmáticos.
□ 26. Omisión del cuerpo. Inmadurez en preescolares (etapa del “renacuajo”). En escolares
puede reflejar retraso madurativo o mental, disfunción neurológica, perturbación emocional
con aguda ansiedad por el cuerpo (si lo pueden dibujar en solo figuras masculinas o solo en
femeninas)
□ 27. Omisión de los brazos. (varones 6 años, niñas a los 5). Ansiedad y culpa por conductas
socialmente inaceptables que implican los brazos y las manos (agresividad, robos)
□ 28. Omisión de las piernas. Poco frecuente, Implicaciones específicas (defic motóricas,
estatura muy baja...) Refleja intensa angustia e inseguridad (piernas como soportes demasiado
débiles). Dificultades para estar bien plantados y hacerse notar…
□ 29. Omisión de los pies. (varones 9 años, niñas a los 7) Sentimientos generales de inseguridad
y desvalimiento de base.
□ 30. Omisión del cuello. (Varones 10 años, niñas a los 9). Ningún niño bien adaptado lo omite.
Inmadurez, impulsividad y controles internos pobres sobre sus impulsos y sus acciones.
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OTROS SIGNOS, tanto en niños adaptados como con problemas (marcar los presentes en el DFH
del niño/a).
- Cabeza grande. Preocupación por algún aspecto del funcionamiento mental. Ambición, tesón
- Ojos vacíos, que no ven. Emocionalmente inmaduros, egocéntricos y dependientes, con vaga
percepción del mundo y poca curiosidad por explorar las situaciones, las diferencias y
funciones corporales, la sexualidad…
- Mirada de reojo. Aumenta a partir de los 10 años. Suspicacia y tendencias paranoides, pero
también sentimiento de incomodidad en el preadolescente, interés en rasgos faciales y
maquillaje… además implica un buen nivel intelectual.
- Manos ocultas. Frecuente en preadolescentes. Si hay problemas, aparecen otros indicadores
en DFH. Evitación, culpa, necesidad de controlar impulsos, renuncia a afrontar la situación…
Es difícil dibujar las manos bien, lo evitan los inteligentes y autoexigentes.
- Figura interrumpida por el borde del papel. Se interpreta según la parte seccionada (como
ausencia de…) y como falta de control (inmadurez o impulsividad y falta de coordinación-
previsión si el dibujo se sale por varias zonas). Niños muy perturbados: seccionan la cabeza o
parte de la misma.
- Línea de base, hierba… necesidad de apoyo y puntos de referencia, normal en los niños.
- El sol, la luna. Amor y apoyo parental, existencia de una autoridad adulta controladora
(positiva o negativa).
- Líneas fragmentadas. No es signo claro de psicopatología.
Un dibujo puede representar muchas cosas diferentes: expresión de alegría o rabia, grito
de miedo o angustia, puede ser una pregunta o una demanda, un deseo o una fantasía, o
puede estar diciendo algo que el niño ha visto o experimentado, etc. Es importante
evaluar la intención del niño al dibujar (no todos los dibujos tienen el mismo propósito).
E.M. Koppitz sugiere tres principios para interpretar el significado de las DFH en niños de 5
a 12 años:
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3) QUÉ trata de decir. Puede expresar una combinación de actitudes, conflictos y/o
deseos. Si describe a la persona que dibujó, la descripción se refiere a esa persona (él
mismo, su madre, etc.) Si cuenta una historia espontánea sobre su DFH, el contenido
expresa un deseo (no ocurre esto si el niño sólo hace una descripción o cuando se le
hacen preguntas específicas, por lo que hay que estimularle con preguntas generales y
abiertas: ¿quién es, que está haciendo, qué edad tiene, qué clase de persona es, qué
ocurrirá después…?).
4) CONCLUSIONES
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En 1961, Luis Corman publica la primera aproximación al test de la familia. Junto a sus
colaboradores, publica el “Test del dibujo de la familia”, con gran aceptación en el ámbito
académico mundial, especialmente europeo. El test, enmarcado como técnica proyectiva
gráfica, estaba destinado a niños de entre 4 y 8 años de edad, y buscaba explorar el grado de
adaptación del menor a la dinámica familiar.
La consigna era, simplemente, “dibuja una familia”, o bien “inventa una familia que
imagines”. El test se apoyaba, por sobre todas las cosas, en las representaciones imaginarias
del niño.
Luego de realizada su producción, el menor es interrogado sobre una serie de cuestiones
relacionadas a su dibujo. Estas eran las preguntas que Corman sugirió hacer, con la
posibilidad de incluir otras que surjan espontáneamente de las respuestas del niño:
¿Me podrías explicar sobre la familia que dibujaste?
¿Dónde están?
¿Qué hacen allí?
Nombra las personas que dibujaste, edades, preferencias…
¿Cuál es el más bueno de la familia? ¿Por qué?
¿Cuál es el menos bueno?
¿Cuál es el más feliz? ¿Porqué?
Si fueras parte de esta familia …¿cuál serías tú?
Si bien la versión Corman del test es muy respetada y utilizada hasta el día de hoy,
surgieron modificaciones introducidas por otros autores, con el fin de explorar otros
aspectos de la relación del niño con sus familiares y, por sobre todas las cosas, sobre sus
fantasías y defensas.
Para el año 1972, Robert Burns y Harvard Kaufmann publican el test de la familia kinética.
Esta versión del original introduce movimiento a la secuencia expresada por el niño,
solicitando al menor una consigna sustancialmente diferente:
“Dibuja tu familia haciendo algo”
Esta consigna induce al niño a incluirse inmediatamente en la dinámica proyectiva,
interpelando a su juicio de realidad, y suma la variable de la acción. Esto tenía como
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motivo estudiar otros aspectos del test respecto de lo postulado por Corman, a saber , los
conflictos del niño con su grupo familiar, sus relaciones interpersonales y el tipo de moción
afectiva que lo embargaba.
La consigna completa del test de la familia kinética sería la siguiente:
“Haz un dibujo de todos los miembros de tu familia, incluso tú, haciendo algo. Trata de
dibujar toda la persona, no caricaturas o bosquejos. Recuerda, dibuja a todos haciendo
algo, con algún tipo de movimiento”.
La técnica introduce una siguiente modificación: luego de administrada la consigna, y del
psicólogo asegurarse que el niño la ha comprendido, este abandona el cuarto, dejando al
menor a solas con su producción.
Con el tiempo, arriba una tercer posibilidad relacionada al test de la familia. Se trata de la
versión de Frank de Verthely, que retoma los aportes de Burns y Kaufmann en cuanto a la
introducción de movimiento en la consigna y presenta nuevas modificaciones.
Tres cuestiones a tener en cuenta de esta versión del test:
Obtiene material significativo respecto a la dinámica y estructura de la personalidad
del sujeto y de sus vínculos reales y fantaseados con la familia. Se obtiene
información del grupo familiar y de su interacción grupal.
Se puede administrar a niños, adolescentes y adultos. El examinador acompaña al
examinado durante la aplicación de la técnica. Se observan conductas y secuencias.
Así también las verbalizaciones.
En el proceso psicodiagnostico, se sugiere ubicarlo luego de Dibujo libre, H.T.P y
dos personas, porque solicitar la familia promueve naturalmente ansiedad en el
sujeto.
Verthely introduce dos posibilidades para la realización del test. La primera, solicitar el
dibujo de la familia actual del examinado, haciendo algo. La siguiente, que los recree
haciendo algo dentro de cinco años. Este último es el test de la familia kinetica prospectiva.
Criterios de interpretación
Deberemos tomar en cuenta cómo responde frente a la consigna, sus verbalizaciones sobre
su propia producción, y el tipo de relación establecida con el psicólogo durante la prueba.
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Para analizar este indicador, podemos guiarnos con esta sencilla tabla de referencia:
Para el análisis de los indicadores expresivos (o formales), podemos guiarnos por lo que ya
hemos estudiado, de acuerdo a Celener o Hammer.
Es dable considerar que la primera persona que dibuja el sujeto es la más significativa en su
vida. Teniendo esto en cuenta, debemos prestar atención a como sigue la secuencia en la
producción, quienes son proyectados y en que orden. La acción que desarrolla, el tamaño
que posea, y el tiempo dedicado a cada figura debe ser tenido en cuenta a fin de analizarlos
cualitativamente.
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A través de las adiciones y omisiones, se intenta detectar a quiénes considera el niño como
pertenecientes a su grupo familiar, si tiene claridad o no con respecto a su composición y
límites, qué figuras aparecen como conflictivas, en tanto no las puede graficar, y qué
personajes necesita adicionar para expresar fantasías de vínculo.
Se considera adición la inclusión de figuras familiares o extrafamiliares que no forman el
grupo familiar nuclear del propio sujeto (tales como tíos, primos, abuelos, maestra) y
omisión al hecho de no graficar figuras del grupo familiar primario.
Cuando las adiciones son múltiples se percibe, en general, gran confusión respecto de la
identidad del grupo familiar.
La omisión del propio sujeto es siempre indicador de un conflicto.
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Se refiere al análisis de las actividades que desarrolla cada miembro de la familia (padre,
madre, hermanos, sujeto) en el gráfico, a partir de ellas, se puede inferir fantasías de
vínculo (agresividad, dependencia, idealización, rechazo, temor, ambivalencia), y el rol o la
función que ocupa cada personaje. Igualmente, permite detectar la dinámica familiar y la
ubicación del niño frente a ésta.
Es importante destacar, en primer lugar, si hay presencia o no de kinesia en las figuras.
Cuando la ausencia de acción es muy marcada, tanto a nivel gráfico como verbal, será
necesario articular con otros indicadores del análisis intra test. Este análisis permitirá
efectuar diferentes hipótesis según sea el caso:
Si se trata de falta de comprensión de la consigna, producto de un déficit
madurativo.
Si se debe a una falta de comprensión de la consignas por factores emocionales
vinculados a la problemática familiar o
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8. Objetos y escenarios
H.T.P.
De Emmanuel Hammer, “Tests proyectivos gráficos”
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Creado Jhon Buck, se trata de un test proyectivo gráfico válido para su aplicación a todas
las edades. Representa un monto de ansiedad intermedio y suele ser largo en su aplicación.
A través de este test podemos indagar en la autoimagen y autoconcepto del sujeto, las
relaciones intrafamiliares, relaciones interpersonales con el medio socio – familiar,
defensas yoicas predominantes.
Para la realización del test, se pide al sujeto que dibuje una persona, una casa y un árbol.
Primero se le presenta una hoja apaisada y se le pide que dibuje una casa. A continuación se
hace lo mismo con el árbol pero en una hoja vertical. Lo mismo se aplica para el caso de la
persona.
Test de la casa
Este test permite indagar en tres aspectos sustanciales del psiquismo:
A) Relaciones interfamiliares
B) Relación madre – hijo
C) Defensas yoicas e imagen corporal, posibilidad de captar conflictos relacionados
con lo traumático
Indicadores de contenido a evaluar:
Techo
Relacionable con la fantasía del sujeto y las defensas yoicas principalmente articuladas en
lo intelectual (intelectualización, racionalización).
- Techos excesivamente grandes: Sobresalen a los costados, dejan pequeña a la casa. Nos
habla de un sujeto que vive inmerso en la fantasía, alejado del contacto social.
Posibilidad de ensoñación como medio defensivo.
- Techos inexistentes o prácticamente inexistentes: Ausencia de fantasía, sujeto que vive
de forma concreta, pasa a la acción. Es frecuente en casos de imbecilidad o retraso
madurativo. Escasos recursos intelectuales
- Techos reforzados en el trazo: Es probable que el sujeto esté intentando controlar
conscientemente su fantasía, a través del uso de recursos racionales que intenten
devolverlo al contacto más inmediato con lo real.
Tejas:
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Ventanas
Representan la modalidad secundaria de contacto con el medio social, refuerzan o
contradicen lo expresado por las puertas.
- Ventanas cerradas con trazo reforzado o cerraduras: Reticencia marcada al contacto
social, que puede acentuar lo presentado por la puerta. En caso de que haya
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Accesorios
- Casa rodeada de árboles, arbustos: Falta de seguridad en relación al seno familiar,
sentimientos de desprotección ante la problemática interna
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- Sendero hacia la casa: Usual en sujetos con tacto social, poseedores de recursos de
interacción social positivos. Si el camino es escabroso, sinuoso, o lleno de piedras,
puede indicar falta inicial de confianza en el contacto interpersonal que puede ser
abandonada gradualmente.
Una vez finalizada la administración del test de la casa, Buck señala como necesario
desarrollar las siguientes preguntas:
1. ¿Esta casa está habitada o no?
2. ¿Cuántos pisos tiene la casa?
3. ¿Es suya?. ¿A quién le pertenece?
4. (En caso de que no sea suya) Si fuera dueño de esta casa y pudiera hacer con ella lo
que quisiera, ¿Qué haría?
5. (En caso de que sí lo sea) ¿Cuál es su cuarto preferido de la casa y porque?
Ramas
Recursos de intelección asociados a la capacidad que el sujeto siente de poder actuar en el
entorno.
- Ramas truncadas: Dificultades para satisfacerse en relación al medio. El sujeto cree no
disponer de recursos para obtener lo que desea, se siente frustrado
- Ramas rotas: Sensación interna relacionable al complejo de castración, imposibilidad
absoluta de operar en el entorno
- Ramas hacia el sol: Necesidad de afecto frustrada
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- Ramas altas y angostas, que no se extienden a los lados: Temor por operar en el
ambiente
- Ramas que sobrepasan la página: Estado esquizofrénico, falta de represión, tendencia a
actuar sobre el entorno sin premeditación.
- Ramas afiladas, rectas como garrotes o púas: Intensos sentimientos de hostilidad hacia
el ambiente, tendencia a actuar agresivamente para obtener su satisfacción
Raíces
- Raíces exageradas, o como garras: Preocupación excesiva por contactarse con la
realidad, probable estado pre – psicótico, simil paredes reforzadas en la casa.
- Raíces que se transparentan del suelo: Déficit en el criterio de realidad, probable falta
de represión
- Árboles sin raíces, con base en el inicio de la hoja: Inseguridad, indecisión, busca
afirmación y confianza en otro y otros
Tipos de árboles
- Árbol tipo cerradura. Sin diferenciación marcada entre el tronco y la copa, se asemeja a
un gran espacio blanco sin relevancia. Marca oposicionismo y marcado negativismo.
- Árbol disociado. Las ramas y tronco no se tocan, o bien forman dos árboles en paralelo.
Aquí estamos hablando de falla inminente del proceso secundario, sujetos que pueden
pasar al acto o psicóticos a punto de desencadenar
Test de la persona
El test de la persona suele ser el más rechazado a la hora de ser realizado, debido a que es el
que representa el autorretrato más consciente del sujeto, el más cercano a su gobierno
racional. Esto hace que muchas veces genere resistencias mayores a sus dos predecesores.
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Este test, en el contexto del HTP, puede aportar información sobre tres aspectos del
psiquismo del sujeto:
1. Su autorretrato
2. Formación del ideal del yo
3. Personas significativas en su vida
En lo que respecta al primer punto, debemos considerar que el sujeto proyecta lo que siente
ser. Esto implica la expresión gráfica de lo que se encuentra unido a su conciencia desde su
autoimagen corporal y autoconcepto yoico. Por eso mismo, lo que el examinado tiende a
hacer es a reproducir un dibujo parecido al de su propia persona, en relación a cómo la
siente.
En el análisis del autoconcepto del sujeto, resulta indispensable la lectura cualitativa directa
de aquello que vemos que el sujeto proyecta, única a la consideración de los indicadores
expresivos. Un niño tambaleándose mientras corre, proyectado en el margen derecho de la
hoja, una mujer con una ríspida sonrisa y fuerte grosor del trazo, armada de una sartén y
presentando transparencias, un joven que sonríe con los ojos cerrados, los brazos cruzados
y sin línea de suelo, y demás expresiones. Lo importante es señalar que este análisis se
encuentra dirigido, entonces, a la región consciente de la autoimagen corporal y el
autoconcepto a nivel del yo del sujeto.
Los aspectos vinculados al ideal del yo pueden notarse cuando el sujeto intenta compensar
o rearmar partes de su producción gráfica, o bien cuando decide no dibujarse a sí mismo
sino a un tercero. Aquellos sectores del dibujo que son borrados y rehechos, o bien
reforzados en el trazo, puede estar indicándonos insatisfacción o represión del examinado
en relación a dicha área, a la luz de las presiones superyoicas de un ideal que se le impone.
Del mismo modo, el trazo débil o las transparencias en dichas zonas pueden hablarnos de
sectores no reconocidos como propios, rechazados desde su ideal y por lo tanto
abandonados, dejados de lado por no presentársele como aceptables.
También podemos notar aspectos sobre las presiones del ideal del yo en los objetos que
suma al dibujo tanto como las acciones que este proyecta. Hay examinados que dibujan a
otra persona, sobre la que descansa su proyección ideal, desarrollando una labor, y otros se
dibujan a si mismos haciendo ejercicios. Estos aspectos deben ser evaluados
cualitativamente.
Por último, el test también puede brindarnos información sobre qué personas resultan
significativas en su vida, si es que ha llegado a dibujar a alguna de ellas junto a su
producción, o bien si la dibujó en su lugar.
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Para finalizar la producción del test, desarrollamos los interrogantes pertinentes al caso,
como ser los siguientes:
¿Quién es?
¿Qué edad tiene?
¿Está haciendo algo?
¿Cómo se siente? ¿En que está pensando?
TEST DE BENDER
De Elizabeth Koppitz, “El test guestáltico visomotor para niños”
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Universalmente reconocido como uno de los test mas válidos y confiables a nivel mundial,
el Bender es una técnica psicodiagnostica infaltable en cualquier batería. Se trata de un
estudio simple y efectivo basado en la teoría de la Gestalt sobre percepción viso – motriz,
que causa ligera ansiedad y puede ser administrada al comienzo de la administración de las
pruebas.
El test fue ideado por Lauretta Bender, quien tomó prestadas 9 tarjetas utilizadas por el
célebre científico de la teoría Gestalt, Max Wertheimer, provenientes de sus investigaciones
sobre la percepción humana y su singular caracterización.
Lo que Wertheimer demostró fue, entre muchas otras cosas, que el sistema perceptivo
humano se encuentra involucrado activamente en el proceso de dar forma a los objetos del
mundo a través de una serie de leyes específicas que hacen a su funcionamiento. La
percepción viso – motriz se estructura alrededor de ciertos principios, como los de cierre,
completud, regularidad, o proximidad, que permiten al sujeto formar un concepto o Gestalt
de las situaciones en las que se encuentra, y a partir de ahí ejercer el acto de la intelección.
Este proceso normal se encuentra alterado en personas con disfunciones neurológicas o
retraso madurativo de algún tipo, ya sea intelectual, afectivo o social. Naturalmente, dicha
afectación habrá de causar problemas de adaptación y aprendizaje, y a su vez puede ser
causada por factores emocionales o de estructuración de la personalidad.
Lauretta Bender introdujo el estudio de su test en el año 1932, pero no fue hasta su
exposición académica mundial en 1938 que fue recogido y aceptado por la comunidad
científica. Este consiste en la presentación de un total de 9 tarjetas al examinado, quien
debe copiarlas de la forma más idéntica posible en una hoja en blanco.
El test es utlizado para evaluar niños de entre 4 y 11 años de edad, al igual que adultos.
Para su evaluación en el ámbito clínico infantil, tomaremos la versión adoptada por
Elizabeth Koppitz.
El test de Bender sigue una consigna muy simple, que reza lo siguiente:
“Aquí tengo una serie de tarjetas que quiero mostrarte. Lo que debes hacer es copiarlas lo
mejor que puedas en esta hoja”.
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El examinador debe mantener las tarjetas frente al examinado, y no permitir que este las
toque o se las quite. Debe, asimismo, mantenerlo alejado de cualquier otro foco de
perturbación. Al igual que el Rorschach, es un test perceptivo, por lo que si el examinado
pregunta por qué debe copiar, el examinador debe contestar “lo que ves en la tarjeta”.
El Bender nos servirá para evaluar:
Nivel de madurez viso – motriz en el niño
Perturbaciones emocionales posibles
Alteraciones neurológicas
Debemos mencionar que este es un test mixto, que evalúa la percepción viso – motriz desde
la estadística (aspecto psicométrico) y las perturbaciones emocionales y neurológicas desde
el enfoque proyectivo.
Si bien no es indiscutiblemente efectivo a la hora de detectar alteraciones neurológicas u
orgánicas, debemos aplicarlo en nuestra batería de tests con el fin de descartar la existencia
o no de posibilidades de que el sujeto se encuentre padeciendo problemas de ese tipo.
Para interpretar el Bender en niños, dispondremos de una escala de maduración viso –
motriz, indicadores emocionales e indicadores de organicidad. Los tres aspectos se evalúan
por separado. En el caso de la maduración viso – motriz, esta debe ser entendida en relación
a la edad del niño.
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dicotómico, y cada ítem se puntuó según que la falla estuviera presente o ausente en los
protocolos.
1) Distorsión de la forma (las 9 figuras)
2) Rotación (las 9 figuras)
3) Borraduras (las 9 figuras)
4) Omisiones (las 9 figuras)
5) Orden confuso
6) Superposición de figuras.
7) Compresión.
8) Segunda tentativa.
9) Perseveración (figuras 1, 2 y 6)
10) Círculos o rayas en lugar de puntos (figuras 1, 3 y 5)
11) Línea ondulada (figuras 1 y 2)
12) Forma de los círculos (figura 2)
13) Desviación de la oblicuidad (figura 2)
14) Rayas o puntos en lugar de círculos (figura 2)
15) Achatamiento (figura 3)
16) Número incorrecto de puntos (figura 3)
17) El cuadrado y la curva no se unen (figuras A y 4)
18) Ángulos en las curvas (figura 6)
19) Omisión o adición de ángulos (figuras 7 y 8)
20) Recuadros (las 9 figuras)
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Para nosotros obtener el índice de madurez cognitiva o intelectual del niño, no debemos
solamente quedarnos con el puntaje bruto conseguido en la escala. La fórmula es la
siguiente:
Puntaje bruto – Media aritmética / Desviación estándar
Al puntaje total del niño se le resta la media en función de la región del país, sexo y edad.
Esto puede ser computado en tablas estadísticas específicas diseñadas para el Bender en
Argentina, que obtendremos del libro de E. Koppitz.
El número final que logremos de esta puntuación se divide por la desviación estándar
esperable en el niño, nuevamente en función de la región del país a la que pertenece, edad y
sexo, en otra tabla perteneciente a dicha obra.
Por último, el resultado de este sencillo cálculo nos dará un número que deberá ser llevado
a la tabla de percentiles de coeficiente de maduración intelectual, que nos indicará si:
- El niño es deficiente (5 puntos o menos)
- Tiene un nivel intelectual inferior a la media (10 a 25 puntos)
- Tiene un nivel intelectual promedio (30 a 70 puntos)
- Tiene un nivel intelectual superior a la media (70 a 90 puntos)
- Tiene un nivel intelectual superior (Mas de 90 puntos)
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controles internos. Aunque la mayoría de estos niños son impulsivos, no todos los niños
impulsivos tienen necesariamente una lesión neurológica.
– La compulsión es una de las defensas más efectiva contra la impulsividad; el niño
controla sus acciones con una rutina rígida, pero le exige una gran cantidad de tiempo y
esfuerzo. Cuando se observa esta característica debe explorarse la presencia de problemas
de control de impulsos asociados con lesión cerebral.
• El espacio o a la expansividad, o sea el uso de hojas que emplea el niño. El uso de 2
ó mas hojas, en protocolos de niños, debiera investigarse cuidadosamente por posible
existencia de una lesión cerebral.
• Diagnóstico de lesión cerebral (indicadores de organicidad): no se puede efectuar un
diagnóstico de LC con un solo indicador, o un rasgo de conducta pero si se debe tener en
cuenta:
– Registro del tiempo del niño.
– Observar la conducta
– Averiguar si el niño se da cuenta de sus errores y si es necesario hacerle dibujar
nuevamente algunas de las figuras
– Puntuar el protocolo aplicando el Sistema de Puntaje de Maduración del Bender
Infantil y hacer la evaluación del puntaje total.
– Analizar las desviaciones individuales para determinar su significación diagnóstica.
– Evaluación de la cantidad de espacio que emplea.
• Sólo si hay resultados positivos en varias de estas áreas se puede pensar en un
diagnóstico provisorio de LC y se debe confrontar con otros tests o interconsulta.
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(Es significativo sólo cuando termina fuera de los límites críticos.) Edad Intervalo
INDICADORES DISFUNCIÓN
(ORGANICIDAD)
FIGURA ITEM (puntuados como presente/ausente: 1 ó 0). P.D.
(*) Común Inmadurez funcional
En caso de duda, no se computa.
(**) Casi exclusivo de DCM
(disfunción cerebral mínima u
organicidad {1})
A 1. Distorsión forma
1a. Uno o ambos muy achatado o deformado......
* Adición u omisión ángulos
2b. Desproporción (uno es el doble)....................
*
2. Rotación parcial/total 45º ó + de tarjeta o dibujo.
3. Integración (separ/solapam. >3mm en la unión).. * (significativo a partir de 6 años)
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8 24. Distorsión forma (deformada, > < nº ángulos)...... * Adición/omisión ángulos (>6 años)
Edad
P.D. TOTAL Edad del niño/a
madurativa
De a
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V. Gran tamaño (macro grafismo) “Acting out” (descarga de impulsos hacia fuera, en la
Uno o más de los dibujos es un conducta) Dificultades de procesamiento mental.
tercio más grande que el de la
tarjeta.
VIII. Repaso del dibujo o de los Impulsividad, agresividad y conducta “acting out”.
trazos.
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IX. Segunda tentativa. Abandona o Niños que saben que no lo hacen bien, pero son
borra un dibujo antes o después de impulsivos y les falta el control interno necesario para
terminarlo y empieza de nuevo en borrar y corregir cuidadosamente la parte incorrecta. No
otro lugar de la hoja. (no se termina lo que le resulta difícil, abandona. También se da
computa si borra y lo hace en el en niños ansiosos que asocian significados particulares a
mismo lugar) los dibujos.
XI. Marco alrededor de las figuras Pobre autocontrol, necesitan y quieren límites y controles
externos.
XII. Cambios o añadidos Niños abrumados por temores y ansiedades o por sus
propias fantasías. Débil contacto con la realidad
OBSERVACIONES: Comportamiento, Estilo de enfrentar una tarea nueva (marcar lo que proceda):
Niño bien adaptado. Muestra con confianza en sí mismo, pone atención, analiza antes de copiar los
dibujos. Buen control del lápiz y trabaja cuidadosamente. Se da cuenta de fallos y trata de
corregirlos. Está satisfecho con el resultado.
Niño con dificultades de comportamiento y/o de aprendizaje. Intenta retardar la tarea. Trabaja
deprisa sin mirar previamente las figuras. O lentamente, recuenta, expresa gran insatisfacción con
su trabajo.
Inseguro necesita que constantemente se les anime y dé confianza. Pregunta si lo está
haciendo bien.
Pobre control interno y/o coord. viso-motriz inmadura: se va frustrando, se fatiga, los dibujos
van empeorando.
Perfeccionista. Expresa exigencia, cuando en realidad lo están haciendo bastante bien.
Falta de atención. Errores por descuido, omite detalles, necesita ayuda para ir más despacio.
Tiempo corto o rápido. (Promedio: 6’20’’. Con problemas: 5’19’’. Hiperactivos: 4 minutos 41
segundos.)
Se esfuerza en compensar dificultades: trabaja de memoria, se ayuda con auto instrucciones
verbal o sub-verbalmente, traza la figura con el dedo o en el aire, “anclaje”, etc.
Obsesivo: alinea, numera las figuras… con extremada lentitud, cuidado y esfuerzo.
CONCLUSIONES:
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TEST DE RORSCHACH
De Jhon Exner, “Manual de administración y codificación del test de Rorschach Sistema
Comprehensivo”
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Indicaciones iniciales
El test de Rorschach es el más válido, sensible y confiable test conocido a nivel mundial. Se
trata de una técnica proyectiva temática que explora la personalidad del sujeto en su
conjunto, permitiéndonos arribar a conclusiones diagnósticas firmes y científicamente
avaladas en relación a la estructura psíquica el sujeto, su afectividad, autopercepción,
percepción interpersonal, mediación e ideación cognitiva, control y tolerancia del stress y
procesamiento de datos.
Sus orígenes datan del año 1921, en el que se publicó bajo el título de Psicodiagnóstico. Su
creador, Hermann Rorschach, moriría apenas un año después de su edición, víctima de la
poliomelitis, sin poder continuar con su desarrollo.
En años posteriores, diferentes investigadores a nivel mundial se hicieron eco de los
alcances e importancia de los resultados arrojados por el test, y crearon sus propios
sistemas de interpretación. Samuel Beck y Margerite Hertz, Bruno Klopfer, David
Rapapport y Fiodor Piotrowsky desarrollaron sus modelos propios, aportando diferentes
maneras de codificar y analizar las respuestas a las diez manchas de tinta originales.
En orden a encontrar un sistema unificador que reúna los indicadores clínicos mas
significativos estadísticamente, Jhon Exner desarrolla el Sistema Comprehensivo,
actualmente el modelo mundialmente reconocido como dominante a la hora de aplicar el
test. A través de miles de investigaciones y millones de sujetos asignados a las mismas
desde el año 1972, Exner creó una manera unitaria de entender y evaluar la técnica.
El test de Rorschach consiste de diez manchas de tinta que son suministradas al sujeto
examinado, con el objeto de tomar nota de todas las respuestas que este nos otorga, de
forma textual. Por sus características únicas, se trata de una técnica de alto nivel ansiógeno
y larga duración. A nivel promedio, la administración del Rorschach consume de 45 a 60
minutos para cada caso, y debe ser necesariamente aplicada al final de la batería de tests
empleada para el proceso psicodiagnóstico.
Las láminas del test representan, por su naturaleza y especificidad formal y estimular,
diversas connotaciones posibles. Tomando aportes de Klopfer y Rapapport, podemos
establecer la siguiente evaluación de que representa cada mancha:
Lámina 1. Autoretrato.
Representa un estímulo inicial cargado de un denso claroscuro,
evocante de sentimientos de ansiedad y angustia. Podríamos decir
que las respuestas del sujeto frente a esta lámina puede ser
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nivel interpretativo con cierta necesidad de afecto y presencia de los demás en su vida y sus
proyectos.
Lamina 7. La maternidad
Una lámina caracterizada por un gris pálido, evoca sentimientos de
pasividad, receptividad y cobijo asociables a la función materna.
Nuevamente, debemos tomar nota de qué responde el sujeto ante
este estímulo, en orden a entender algo de lo que puede proyectar
sobre su relación con la madre y su función
Lamina 8. Expresión emocional
La introducción del color cromático ya se dio en las láminas 2 y 3,
pero aquí se presenta de forma repentina y variada. Es sustancial
tomar nota de las reacciones del sujeto frente a esta entrada abrupta
de estos estímulos, asociables a la expresión afectiva. Estudiaremos
como se vincula con su emocionalidad, si es capaz de expresar afecto
y regularlo en su justa medida.
Lamina 9. Fantasía y creatividad
Claramente, se trata de la lámina más vaga e indefinida del test, la que
suscita menos cantidad de respuestas y la que representa un enigma
difícil de resolver. Por la disposición de las formas y colores que la
componen, estudiaremos la relación del sujeto con su lado fantástico y
creativo.
Lámina 10. Proyección a futuro
La última lámina llama al sujeto a hablarnos de que espera de si a
futuro. Un paisaje colorido, una explosión gigantesca, flores marchitas,
son formas muy diferentes de referirse a lo que cree que le sucederá en
un futuro cercano.
Administración
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Hace a la aplicación del test en sí, la metodología que debe emplearse. Esta fase
permite la recolección de las respuestas que el sujeto da a las 10 láminas, y se divide
en dos etapas.
En un primer lugar, la fase de respuesta, consistente en la administración una por
una de las láminas y la anotación por parte del examinador de todas las respuestas
del sujeto.
En un segundo momento, ingresamos en la fase de encuesta. Allí el examinador
debe volver a pasar las láminas al sujeto y solicitarle que responda preguntas
importantes sobre lo que vió en la fase de respuesta.
Codificación
v
III 5 W O F U (2 H P 5.5 DR1
)
I 6 D1 + M(a) U - Hd, Id - 5.0 -
V
V 7 Dd9 O F O - H - - -
9
V 8 W O M(p).YF O - Bt - - -
I
Una segunda fase del proceso de codificación hace al llamado sumario estructural.
Se trata de un conjunto de secciones organizadas en las que las codificaciones
efectuadas en la tabla se traducen en fórmulas, proporciones, y derivaciones
matemáticas simples que otorgan pautas de interpretación clínica. Estas secciones
tratan diferentes aspectos del psiquismo, y son las siguientes:
Control y tolerancia al stress
Afectos
Procesamiento de la información
Mediación cognitiva
Ideación cognitiva
Autopercepción
Percepción interpersonal
Interpretación
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Fase 1. Administración
Tal como adelantamos, la administración del test se efectúa en dos partes. En un primer
lugar, debemos administrar las láminas y anotar las respuestas que el sujeto nos otorga, y
luego de concluido este proceso, volver a suministrarlas para la fase de encuesta.
Iremos evaluando punto por punto que debe hacerse para cada una de estas etapas, pero
primero debemos tener en cuenta las condiciones iniciales que deben cumplirse para una
correcta administración del test.
Condiciones metodológicas
Antes de aplicar el test de Rorschach debemos estar seguros de una serie de aspectos que
resultarán clave para su análisis. Solo podremos llevar adelante este proceso en caso de
que:
El paciente no se encuentre atravesando un duelo
El paciente no esté bajo los efectos del consumo de sustancias
El paciente no se encuentre desarrollando un brote psicótico
En un segundo término, resulta muy importante tener en cuenta que el Rorschach debe
aplicarse sí o sí al finalizar la batería de tests. Debido a su longitud y tendencia a generar
altos niveles de ansiedad, es aconsejable aplicar dos técnicas introductorias antes de
suministrarlo.
Por último, antes de comenzar a aplicar la prueba resulta importante introducir brevemente
al sujeto a la naturaleza del test, anunciando que vamos a ver el test de las manchas, y que
el mismo consiste en diez láminas con manchas de tinta. Se debe hacern hincapié en que es
un test perceptivo, que no estudia lo que el sujeto recuerda, piensa, o imagina de las
manchas sino lo que ve.
Fase de respuesta
Habiendo nosotros explicado al examinado en que consiste la técnica que vamos a emplear
con él, se procede a dar comienzo a la primera parte de la administración.
El psicólogo debe estar posicionado a un costado del paciente,
ligeramente detrás de él. Esto significa que debe estar ubicado a su
lado, pero no de forma horizontal. Desde esa posición, entregará las
láminas al examinado, observando si este las toma en sus manos o
espera pasivamente que el administrador las deje sobre el escritorio.
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Los materiales con los que debe contar el psicólogo son un anotador para llevar nota de las
respuestas del sujeto, y la hoja de localización. Estos elementos deben estar dispuestos
sobre
Hoja de localización una mesa pequeña o silla a su costado, del lado opuesto al que
está sentado el examinado, de tal forma de impedir que haga contacto visual o físico con el
material.
Es aconsejable que las láminas estén ordenadas, de la I a la X, lejos del alcance del
examinado.
Una vez dispuesto el material e introducido al sujeto a la naturaleza del test, nos
dedicaremos a dar la consigna. Esta es la siguiente:
“Ahora te voy a administrar el test. Se tratan de diez manchas de tinta, y lo que te voy a
pedir es que me digas que ves en ellas. Lo importante es que me digas que ves, no que te
hacen pensar o a que te recuerdan. No hay respuestas buenas ni malas, ni tampoco un
número ideal, puedes ver todas las respuestas que quieras. Yo, mientras tanto, voy a estar
acá anotando todo lo que me dices”.
Una vez dicho esto, y asegurados de que el paciente entiende lo que acabamos de decir,
pasamos la lámina I y preguntamos lo siguiente:
Una vez administrada la primera lámina, el psicólogo debe dedicarse a tomar nota de todo
lo que el sujeto expresa verbalmente, de forma textual. También pueden anotarse
reacciones físicas, de lenguaje corporal, y cualquier otra observación. Ante cualquier
pregunta que haga el examinado sobre el test, respondemos relajadamente, recordándole
que debe centrarse en contarnos que es lo que ve allí.
Una regla que debemos respetar sobre la fase de respuesta es la de no inducir al sujeto a dar
más respuestas de las que da. El examinador debe permanecer impasible, tomando nota de
todo cuanto el sujeto dice, y brindando la siguiente lámina cuando este dice ya haber
concluido, o no ver más nada.
Esta regla solo debe romperse en un caso excepcional. En la lámina I, el sujeto debe darnos
sí o sí más de una respuesta. En caso de que dé solo una, y ya desee devolvernos la lámina,
debemos solicitarle que vea más.
“Tomate tu tiempo, estoy seguro de que puedes ver algo mas allí”.
En las restantes nueve láminas, no debe resultar importante el número de respuestas que el
sujeto dé. En caso de que su producción al finalizar la fase de respuesta haya sido menor a
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14 respuestas, el test debe tomarse de nuevo. Es esencial, para la fase estadística del
sumario estructural, que el examinado nos entregue al menos 14 percepciones.
Fase de encuesta
Resultará sumamente importante que el examinador repita estas preguntas con cada
respuesta del sujeto, y que lo haga de forma textual y exacta, en orden a no inducir a
contestar cosas que no ve. El interrogante por el lugar en el que ve la respuesta nos brindará
información sobre la localización de la misma, esencial en la tabla de codificación, y la
segunda aspira a que nos entregue información sobre qué características estimulares de la
mancha influyeron en su percepción, de tal modo de arrojar datos sobre los determinantes
que debemos codificar en cada una.
Ante la primera pregunta, sobre donde ve lo que ve el examinado, el psicólogo deberá
anotar lo que este le indica en su hoja de localización, de tal manera de registrar la
localización de cada respuesta para su ulterior análisis.
Ejemplo:
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Lámina I, respuesta 2.
Examinador: Aquí dijiste que viste un murciélago con las alas extendidas
Examinado: Si, así es, bastante claro lo veo
Examinador: Bueno, ¿Dónde lo ves?
Examinado: Acá y acá, las alas, el cuerpo, todo esto
Examinador (Anota en su hoja de localización, y prosigue): ¿Y que hay en la lámina
que haga que parezca eso?
Examinado: ¿Qué hay? Bueno, la forma, las alas y el cuerpo, así, extendido
Existe una tercera pregunta que puede hacerse, dependiendo del tipo de respuesta que nos
ha dado el sujeto en cuestión. Se trata de interrogar por una palabra o frase que entendemos
puede estar ocultando más información que la que el sujeto nos brinda espontáneamente.
Estamos hablando de una palabra clave, que debemos encuestar.
Las palabras clave remiten a aspectos de la mancha que podrían estar indicando una
influencia sustancial en la percepción del sujeto, pero que no terminan de ser claros en su
verbalización. Vayamos a un ejemplo.
Examinador: Aquí dijiste que viste un avión caza norteamericano sobrevolando las
amazonas
Examinado: Si
Examinador: ¿Dónde lo ves?
Examinado: El caza es la parte blanca del medio, está volando por sobre este (bosque
espeso), que creería sería como el Amazonas, algo así.
Examinador (Anota en su hoja de localización, y prosigue): ¿Y que hay en la lámina
que haga que veas eso?
Examinado: Bueno, como te dije, el caza está claro, volando acá y el Amazonas acá abajo
Examinador (Encuesta palabra clave): Dijiste que viste un bosque espeso, ¿Qué hay en
la lámina que haga que veas eso?
Examinado: Es por lo oscuro, tiene tonos de color oscuro que hacen que parezca con
mucha vegetación, como espeso o denso
En el ejemplo aquí citado, vemos que el sujeto nos otorgó un determinante a la hora de
explicarnos que hay en la lámina que haga que vea el caza volador. Se trata del movimiento
inanimado (m), que más adelante estudiaremos. Sin embargo, al hablarnos de un bosque
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espeso sobre el cual éste volaba, el término “espeso” puede indicar presencia del claroscuro
determinando la respuesta. En la fase de encuesta no hizo mención a dicha característica de
la mancha, por lo que encuestamos la palabra clave seleccionada interrogando por ese
término en particular. Allí, el sujeto nos otorga un segundo determinante, el sombreado
difuso (Y), relacionable a sentimientos de angustia vinculados a situaciones de stress
coyuntural, que no serían parte del análisis del test si no nosotros no hubiéramos
repreguntado por la palabra clave en cuestión.
Como se entenderá, aprender a encuestar palabras clave implica la posibilidad inicial de
saber reconocer que términos o frases son merecedoras de una nueva encuesta, y cuáles
deben ser dejadas sin más. Para ello, debemos primero conocer que determinantes ofrece el
test, de tal modo de saber bien que posibilidades nos otorga y que palabras clave deben ser
encuestadas. Para poder avanzar hacia eso, entraremos en la segunda parte del test, relativa
a la codificación de las respuestas.
Fase 2. Codificación
Tabla de codificación
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1. Localización (Loc)
El estudio de la localización de las respuestas permite ofrecernos una idea general del tipo
de enfoque cognitivo del sujeto, en torno a que aspectos organiza sus cogniciones. Hay
sujetos que tienden a observar los hechos y a proyectar un pensamiento de tipo abstracto,
observando el comportamiento “macro” de los sistemas y tomando decisiones vinculadas a
gestiones largoplacistas, y hay otros que por el contrario manifiestan una forma de
pensamiento concreto, que enfatiza en la solución de problemas a corto plazo y se sostiene
sobre razonamientos simples. Revisemos las opciones que nos da Loc y sus
interpretaciones.
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serie de detalles usuales, marcados estadísticamente, y un número particular que nos indica
que tan común es su empleo. Por ejemplo, el espacio utilizado para la cara del perro
antemencionada en esta mancha es el D1. Es decir, es el detalle de la lámina más
frecuentemente usado para dar respuestas por los examinados.
En esta misma mancha veremos que el D2, el segundo espacio más frecuentemente
empleado, es la mancha roja que se ubica en la zona inferior. Muchas personas suelen ver
una mariposa o un corazón en dicho espacio.
Por último, el D3 de la mancha remite al espacio de color rojo ubicado en la parte superior,
donde muchos ven la cabeza de un payaso con cuerpo en D1, o bien una mano gesticulando
un “Ok”.
La utilización de estas localizaciones estadísticamente habituales nos hablan de un enfoque
cognitivo de tipo concreto. El sujeto tiende a realizar evaluaciones simples de las
situaciones e intentar resolver los problemas que se presentan de a uno por vez. Representa
un estilo de pensamiento cortoplacista y menos estratégico que el de las respuestas W.
Pueden tratarse de personas que se manejan mejor siguiendo el sentido común y
simplificando la complejidad de las situaciones al mínimo manejable.
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Para finalizar, debemos señalar que el valor de las S también debe estudiarse a la luz de las
interpretaciones cualitativas que podemos hacer de cada respuesta, en que lamina se
producen y bajo qué tipo de determinantes y calidad formal.
La calidad evolutiva nos habla de la capacidad del sujeto para desarrollar análisis y síntesis
de las situaciones que enfrenta en lo cotidiano, o bien si su percepción se organiza en torno
a relaciones pobres o deficitarias entre elementos que prefiguran el campo estimular. Nos
ayuda a detectar posibles daños neurológicos en el sujeto.
La DQ presenta cuatro alternativas bien diferenciadas:
Respuesta de síntesis (+).
Cómo se codifica: Se codifica cuando en la respuesta hay dos o mas objetos con forma
específica envueltos en una relación significativa.
Con forma específica queremos dar a entender que el objeto en sí es un ente sólido al que
podemos darle un contorno estructurado de antemano, no puede variar su delimitación
formal. Por ejemplo, una mesa, un árbol, una persona, o un animal. Todos sabemos que
componentes tienen, y que son de naturaleza sólida. Es importante entender que el sujeto
debe hacer referencia a 2 objetos diferenciados, aunque sean de una misma naturaleza. Un
par de zapatos hace a un solo concepto en el que se encuentran dos objetos y no implica
síntesis, en cambio dos osos sí.
Por relación significativa queremos dar a entender un tipo de vínculo que no sea superficial
o circunstancial, sino que involucre a estos objetos en una relación tal que la importancia
que cada uno obtiene en la respuesta se deba a la relación con el otro. Por ejemplo, dos
pájaros cantando, dos personas levantando algo, o dos árboles hablando.
Casos en los que hay dos o más objetos pero no tienen relación significativa pueden ser dos
pájaros a cada lado de la mancha, dos montañas, o muchas personas paradas. El hecho de
que estén depositadas allí, como percepciones estáticas en la respuesta, no nos habla de
ningún tipo de relación entre ellas.
Significación: Remite al desarrollo de una buena capacidad de análisis y síntesis en el
sujeto, que demuestra capacidad para evaluar las situaciones en las que se encuentra
relacionando diferentes elementos y llegando a conclusiones creativas y acertadas.
Estadísticamente, las respuestas de síntesis aparecen en un procentaje que varía del 15% al
25% del total de respuestas. Una cantidad mayor a esta suma puede indicar una capacidad
positiva del sujeto en torno al pensamiento analítico y sintético.
3. Determinantes
Los determinantes son los códigos que más información nos otorgan sobre el psiquismo del
examinado, ofreciéndonos un gran abanico de alternativas sobre la estructuración subjetiva,
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Determinantes:
Forma (F)
Movimiento Humano (M)
Movimiento Animal (FM)
Movimiento inanimado (m)
Color (C)
Color Acromático (C´)
Sombreado Difuso (Y)
Vista (V)
Forma Dimensión (FD)
Textura (T)
Reflejos (r)
Forma (F)
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2. No vemos ningún esfuerzo del sujeto por otorgarles algún tipo de forma,
delimitando cierta imagen o figura a la cual unir un contorno.
Por ejemplo: Sangre en el suelo, creando un círculo. La percepción “circular” otorga un
contorno al elemento inespecífico de la sangre. Esta respuesta tiene, entonces, forma,
aunque secundariamente.
La manera en la que esta respuesta carecería por completo de forma sería la siguiente: Veo
sangre en el suelo, desparramada.
Cómo se codifica. La forma, entonces, habitará casi todas las respuestas. Lo que aquí
intentaremos codificar es cuando aparece de manera pura, sola, sin la compañía de otros
determinantes.
Se codifica forma pura (F) cuando el sujeto justifica su respuesta haciendo mención al
contorno y delimitación formal de la mancha.
Ejemplos:
Rta: Veo un ave
RR: El cuerpo, las alas, la cabecita acá
Rta: una persona acá
RR: El contorno, tiene los brazos, el tronco, todo.
Significación. El determinante forma remite a un impulso subjetivo de control yoico.
Remite a cierta tendencia a formalizar, simbolizar y delimitar las percepciones subjetivas,
creando cierto contorno basado en un juicio crítico y racional sobre lo que el sujeto
experimenta. Si la respuesta suscita ciertos sentimientos de angustia, como sucede cuando
el sujeto menciona al determinante Sombreado Difuso (Y), la presencia de la forma habla
de un intento por contener y controlar dicho malestar. La ausencia de forma en una
respuesta de esas características nos estará hablando, entonces, de un yo débil, un sujeto
incapaz de contener el avance del malestar.
La forma pura es un determinante que debe aparecer en el protocolo en un 20%
aproximadamente (4 respuestas de 20). En caso de que el número supere el 45%, podemos
hablar de un sujeto que se ha resistido a la prueba, o bien con tendencias al control
obsesivo, que pueden llevarlo a experimentar estados de tensión considerables y asimismo
intentar ejercer una actitud posesiva y controladora con los demás.
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En una cantidad superior al 20%, sin embargo, puede estar hablándonos de niveles altos de
ansiedad y excitación psicomotriz, así como stress y preocupaciones recurrentes generadas
por pensamientos intrusivos que escapan del control del sujeto. Es frecuente en pacientes
que sufren de insomnio.
Una baja proporción de respuestas FM, o bien su inexistencia en el caso, nos puede indicar
que el nivel de energía y vitalidad del sujeto se encuentra disminuido considerablemente.
Puede verse típicamente en casos de depresiones y crisis ontológica.
Cómo se codifica. Se interpretan de esta forma las kinesias desplegadas por objetos que no
deberían moverse si seguimos su patrón genérico, como artefactos, minerales, o bien
fenómenos naturales cuyo movimiento es captado en la respuesta, como fuego ardiendo, río
fluyendo, o nieve cayendo.
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Cómo se codifica. Se trata del opuesto natural al C. Se codifica cuando el sujeto justifica su
respuesta aludiendo al color negro, blanco, o gris de la mancha. Al igual que el C, presenta
las tres alternativas:
FC´ (Forma color acromático)
C´F (Color acromático forma)
C´ (Color acromático puro
Significación. Una sola presencia en el protocolo ya puede indicarnos de una tendencia
estructural y estable en el sujeto a callar la expresión de sus emociones, interrumpiendo la
sana externalización de los afectos y acumulando tensión. Se trata de un estado de
contrición afectiva, que hace a un sentimiento de asfixia en el sujeto. Exner lo define como
un “tragarse la lengua psicológico”.
Más de una presencia en el protocolo es un fenómeno que podemos encontrar en casos de
depresión, neurosis obsesivas descompensadas, tendencias suicidas y padecimientos psico –
somáticos. La acumulación de tensión puede también relacionarse con una postergación de
la expresión del deseo personal, lo que puede conducir a estados de tristeza profundos.
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Textura (T)
Cómo se codifica. Las respuestas de textura son aquellas que logran generar una impresión
táctil en el sujeto. Para codificarlas, es necesario que el sombreado de la mancha posibilite
la percepción de que el objeto “puede tocarse”, o “da la sensación de que puede tocarse”.
De esta manera, existen dos condiciones básicas para la codificación de la textura como
determinante: Primero, que el sujeto verbalice el claroscuro como responsable de la
percepción, y segundo, que adhiera que el aspecto del objeto observado es accesible al
tacto, ya sea diciéndolo o bien gesticulando de tal forma de darnos a entender esto.
Alternativas:
FT (Forma Textura)
TF (Textura Forma)
T (Textura pura)
Significación. La aparición de un solo determinante de textura es un indicador positivo en
el test. Presenta necesidades afectivas básicas en el sujeto, que espera la presencia de otros
en su vida a la hora de desarrollar sus actividades o trazar sus proyectos. Es indicativo de
empatía, sensibilidad y tacto en las relaciones interpersonales.
La no aparición de este determinante puede estar relacionada con cierta frialdad,
autosuficiencia y sequedad en las relaciones humanas, falta de sensibilidad empática.
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Por último, la presencia de dos o más determinantes de textura en el protocolo nos habla de
un nivel de sed afectiva que puede causar malestar subjetivo. El sujeto no tolera la soledad
y tiende a experimentar sentimientos de abandono y desprotección permanentes, que intenta
cubrir con la presencia de otros en su vida. Siente una fuerte necesidad de contacto físico
que le permita calmar o aliviar el dolor emocional o incluso físico. En casos patológicos, en
los que se observan 3,4, o hasta 5 respuestas de textura, el sujeto puede desarrollar
conductas de promiscuidad. Esto puede observarse en abusadores sexuales, sujetos
hipersexuales, o bien en casos de neurosis histérica desestabilizados.
Vista (V)
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TEST GRAFOLÓGICO
La historia relacionada a los intentos del hombre por descubrir aspectos de su personalidad
a través de la escritura data de tiempos inmemoriales. Durante largos períodos de la
Dinastía Tang en la China (618 – 907) se registran los primeros antecedentes en el Oriente,
retomados en Occidente en el Medioevo, a través de múltiples estudios que indicaban la
capacidad natural del hombre de comunicar sus estados anímicos a través del trazo escrito.
El padre de la Grafología moderna podría ser considerado Jean Michon, quien en 1871
publica las primeras reglas grafológicas bajo el seguimiento del imperativo método
científico. En sus primeras aproximaciones, desarrolló ensayos que aún se consideran
viables en torno al espacio dejado entre letras y palabras, entre otros.
La revolución gestada por las técnicas proyectivas gráficas, a partir de la publicación de
Frank sobre las mismas en 1941, incorporó estos escritos aún rudimentarios y llevó a una
serie de investigadores en Psicodiagnóstico a poner a prueba las hipótesis grafológicas
iniciales y desarrollar otros avances. Se incorporó a su estudio, por ejemplo, algunos
indicadores expresivos propios de las técnicas proyectivas gráficas, como ser el
emplazamiento, tamaño, y espesor del trazo.
En la actualidad, hay divergencia entre los diferentes autores sobre la validez clínica y
científica de la Grafología. Nosotros abordaremos sus aspectos esenciales, a los fines de
desarrollar un conocimiento que creemos útil para abordar el estudio de la personalidad del
sujeto.
Consideraciones básicas
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El Test Grafológico es una prueba que sirve para conocer aspectos del comportamiento,
carácter y temperamento del sujeto, así como ciertos rasgos de personalidad y la posibilidad
de detectar deterioro neurológico o enfermedades físicas. Es una prueba sensible a la
proyección de estados anímicos presentes, por lo que tiende a brindarnos información
valiosa sobre cómo el sujeto se siente en el momento en que escribe sus líneas. Esto facilita
la aplicación del test cuando necesitamos evaluar el malestar frente a situaciones
coyunturales en una mayor medida a lo que puede ayudarnos a comprender aspectos
estructurales del psiquismo.
Existen tres condiciones básicas que deben ser respetadas para que podamos evaluar
cualquier producción grafológica:
Primero, el escrito debe hacerse en una hoja lisa, sin reglones, tachones, dibujos,
ni espacios predeterminados de ningún tipo. Esto es así dado que una de las
cuestiones que evaluaremos será la dirección del trazo, relacionada con cómo el
sujeto desarrolla su escritura en un espacio imaginario vacío.
Segundo, el sujeto debe escribir en una hoja A4 en su extensión normal, no
apaisada. Esto permite facilitar el estudio de su contacto con los márgenes
izquierdo y derecho, superior e inferior.
Tercero, la producción debe hacerse en letra cursiva. La imprenta es una letra
impersonal, mecánica, que impide traslucir una caracterización suficiente de las
cualidades del grafismo.
La tesis central sobre la que se apoya el test circula sobre la idea de que el sujeto proyecta
en su escritura kinesias inconscientes que comunican estados anímicos coyunturales y
rasgos caracteriales estables.
Consigna
“Aquí tienes una hoja y un lápiz negro. Te voy a pedir que escribas algo, cualquier cosa
que venga a tu mente en este momento. No hay un tema mejor que otros, lo importante
es que escribas. Ahora, debes cumplir dos condiciones: que letra sea cursiva, y que
desarrolles al menos 4 reglones a modo de redacción”.
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En caso de que el sujeto nos consulte por si puede escribir sobre determinado tema,
debemos contestar siempre que si, puesto que no importa la temática que despliegue sino
las cualidades del grafismo.
Para la evaluación de esta técnica, debemos tener en cuenta tres grandes aspectos:
Evaluación general
Indicadores formales
Gestos Tipo
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Análisis de la “G”
1. Evaluación general
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3. Fenómenos especiales
- Desorden generalizado
Descripción. El sujeto utiliza espacios de la hoja que no guardan relación con un
todo coherente. Por ejemplo, desarrolla un párrafo en la zona superior derecha, otro
en la inferior media, y otro en la inferior izquierda. La secuencia del escrito no
puede seguirse, puesto que si bien desarrolla una historia o comentario, no esta
organizado de tal forma que sea legible
Significación. Confusión mental. El sujeto no logra distinguir realidad de ficción,
sentimientos de pensamientos. Control de impulsos deficitario. En psicóticos,
probabilidad de derrumbe o pasaje al acto. Resultará esencial corroborar los datos
con otras producciones proyectivas.
- Historia desconectada
Descripción. El sujeto relata hechos o situaciones que no tienen relación entre si y
no siguen una lógica cohesiva.
Significación. Confusión mental favorecida por deficiencia madurativa o psicosis
esquizofrénica. Hay dificultad en la actividad representacional de las ideas, falla el
registro simbólico. El sujeto se apega a lo material y concreto.
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1. Tamaño de la letra
El tamaño de la letra suele ser considerado al equivalente, en miniatura, del tamaño de las
producciones gráficas en técnicas proyectivas. Remite al nivel de expansividad social de las
emociones, qué tanto el sujeto está dispuesto a intercambiar sus afectos con el entorno.
- Letra normal (de 2 a 3 mm. De alto).
Expansividad normal, equilibrio en el trato con otros. Tendencia a buscar el
acuerdo. Da espacios para la expresión de los demás y procura tiempos para la
propia
- Letra grande (de 3 a 5 mm. De alto).
Expansividad y dinamismo mayor al promedio. El sujeto probablemente sea
extravertido, busca el contacto social para satisfacer sus necesidades de ser atendido
y escuchado. Le cuesta otorgarle su lugar al otro, intenta acaparar la atención
- Letra gigante (mas de 5 mm. De alto)
El sujeto presenta problemas claros, tendencia a la agitación y excitación maníaca.
Falla en el control de impulsos, potencial grandiosidad, omnipotencia o
megalomanía narcisista.
- Letra pequeña (menos de 2 mm. De alto)
Comportamiento conservador. Tiende a pensar antes de actuar y a medir las
consecuencias de sus actos. Sueto cauteloso, precavido en el contacto con otros.
Suele no necesitar de grandes espacios de expresión
- Letra minúscula – ilegible – ( Menos de 1 mm.)
Tendencias fóbicas o paranóicas graves. Pérdida del sentido de realidad. El sujeto se
“hace ilegible” al otro a través del escape.
2. Utilización de márgenes
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Al igual que en el caso del tamaño, los márgenes pueden representar el contacto del sujeto
con la dinámica del emplazamiento. Aquí, sin embargo, el grado de acercamiento del
escrito a los márgenes cobra un sentido levemente distinto, al asociarse mas con las
tendencias comportamentales al contacto humano y la socialización. Lo estudiaremos en
relación a tres componentes: el margen izquierdo, el derecho, y el superior
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5. Dirección
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Descripción. La dirección del escrito remite al estado anímico del sujeto y cómo enfrenta
las situaciones conflictivas en lo cotidiano. Es un indicador sensible al agotamiento, por lo
que es normal que el paciente cambie la dirección de su escrito si se encuentra enfermo o
cansado.
1. Dirección regular.
La letra presenta una dirección estable, como si el sujeto hubiera escrito sobre
reglones imaginarios.
La interpretación que puede hacerse en este aspecto es positiva, dado que
muestra un correcto nivel de intensidad anímica proyectado al hacer. Es
probable que el sujeto no claudique con facilidad ante las dificultades que se le
presentan en lo diario y su estado anímico es regular, no se ve afectado por
grandes cambios.
2. Dirección descendente
Llega un punto en el escrito en el que el paciente comienza a escribir hacia
abajo.
Puede implicar la presencia de ciertos sentimientos de abatimiento y tristeza que
hacen que el sujeto decaiga ante dificultades que se le presentan en lo cotidiano,
o bien su nivel de intensidad y energía proyectada al hacer no es el óptimo. Esto
se refuerza en caso de que el grosor de la letra sea débil.
Es probable que el sujeto claudique frente a obstáculos, sin demostrar voluntad
suficiente como para enfrentarlos.
3. Dirección ascendente
El escrito presenta una direccionalidad que crece. Es algo que suele notarse
desde el primer reglón. No se acentúa con el correr del texto, tiende a
mantenerse estable en dicha dirección, o bien decrecer levemente.
Nos indica un estado de ánimo positivo, tendencia a enfrentar las vicisitudes del
vivir con optimismo y cierto nivel de seguridad y confianza en sus recursos.
4. Dirección irregular
La letra surca en diferentes espacios en sentido ascendente y descendente,
pudiendo presentarse regular en algunos reglones.
Aquí es muy probable que el sujeto experimente cambios constantes en su
estado de ánimo y cierta tendencia a sentirse inseguro respecto de lo que puede
efectivamente hacer frente a las dificultades que se presentan en lo cotidiano.
Puede también hablarnos de cierta tendencia a ocultarse detrás de otros a la hora
de tomar decisiones.
5. En caída libre
Frecuente en casos de depresión crónica, la dirección del texto es
exponencialmente decreciente.
El sujeto se encuentra rendido y abatido, la tristeza y angustia lo consumen y no
presenta energía o voluntad suficiente para llevar adelante las actividades
diarias. Cada pequeña responsabilidad o exigencia del ambiente se convierte en
una empinada montaña a escalar.
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6. Subida maníaca
En un sentido inverso al de la caída libre, el escrito crece exponencialmente, en
cada reglón.
Propio de sujetos epilépticos o con tendencias maníacas, nos habla de una
actitud defensiva de negación y huida, inclinación a la actuación y probable
aparición de pasajes al acto o acting out. El sujeto no regula conscientemente
sus estados anímicos y presenta un nivel de excitación psicomotriz exagerado.
6. Inclinación
Descripción. Revela aspectos vinculados con el grado de necesidad afectiva y de presencia
de otros en la vida del sujeto. Esto afecta la toma de decisiones y la manera en que el sujeto
percibe y dimensiona lo que siente y necesita.
Para el análisis de la inclinación de la letra debemos contar con un transportador, dado que
mediremos las diferentes alternativas en función de grados de inclinación, no de milímetros
o centímetros.
¿Cómo hacemos para medir la inclinación de la letra?. Debemos tomar una línea imaginaria
recta, sobre la que se sostendría el reglón del texto escrito, y en función de dicha medida
usar el transportador para medir la inclinación de la letra. A los 90°, la letra es rectilínea, es
decir, carece de inclinación en un ángulo u otro. Una letra inclinada a la derecha o a la
izquierda nos indicará diferentes cuestiones.
Letra muy inclinada (de 70° para abajo)
Puede representar una marcada tendencia al apego emocional con el otro, estados eufóricos
recurrentes, fallas en el control de las conductas. Dramatización exagerada de los impulsos,
posible extraversión, sujeta a corroboración con el tamaño de la letra. Con letra curva y
gestos tipos asociados, puede implicar agresividad y conductas extralimitadas. Sin signos
negativos en otras áreas, puede implicar afectuosidad.
Letra inclinada – dextrógira (de 80° a 70°)
En este caso, es probable que se trate de una persona afectuosa, que necesita dar y recibir
afecto en su vida. Balance positivo entre sentimiento y lógica. Apasionamiento. Tendencia
a adaptarse al medio social y presentar conductas solidarias. Con signos negativos en la
escritura (letra angulosa, gestos tipo asociados), tendencia a la oposición y la irreflexión.
Letra rectilínea
En líneas generales, y respetando la ausencia de indicadores de inadaptación en la escritura,
estamos hablando de un sujeto que controla sus impulsos y actúa con un criterio firme.
Puede adaptarse a diferentes circunstancias, sin que esto implique cambiar su postura.
Necesita de otros en su vida, pero no para sostenerse anímicamente o tomar decisiones, lo
que le permite tolerar la soledad, el desacuerdo con otros o las situaciones conflictivas. Con
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o 3. Gestos Tipo
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Derivada de la letra curva, implica un movimiento de enlace dentro de una misma letra, que
arma un pequeño nudo.
A nivel interpretativo, nos habla de simpatía, buenos recursos de interacción social,
tendencia al tacto y a la amabilidad. Persona comprensiva.
Lazo
El lazo es un doble movimiento de bucle, que enlaza a la letra
en dos oportunidades.
A nivel interpretativo, nos puede hablar de cierta tendencia del
sujeto a la seducción y la coquetería, posibles rasgos narcisistas.
Es probable que presente conductas de adecuada interacción, a veces con fines
manipulatorios.
Guirnalda
Puede implicar tendencias en el sujeto a
dotar de cierta creatividad y fantasía sus
actividades diarias. Tendencia a la
ensoñación, la idealización y el
romanticismo. Puede implicar, unido a signos gráficos negativos,
regresión, infantilismo y dificultades para aceptar los acontecimientos
frustrantes.
Espiral
La espiral es un derivado de la curva que puede
hablarnos de tendencias egocéntricas y
acaparadoras en el sujeto, que tiende a buscar
envolver al otro para que haga lo que desea. La
persona se centra sobre sí misma y sus
necesidades, obviando muchas veces lo que los demás necesitan.
Inflación
La inflación puede producirse en cualquiera de las
tres partes principales de una letra (hampa, cuerpo,
o jamba), y en cada una de ellas implica algo
diferente. A nivel general, un grafismo inflado
denota una exaltación o excitación nerviosa
excesiva en relación a algo. Si la hallamos en un
hampa (zona superior de la letra), esto puede hablarnos de un uso excesivo de la fantasía,
tendencias a refugiarse en ideales abstractos o ensoñaciones recurrentes, o bien presencia
de preocupaciones que alarman al sujeto, dependiendo del caso. En el cuerpo de la letra
(zona media), la inflación puede indicarnos tendencias a la experimentación exagerada y
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Arpón
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Administración y consigna
Evaluación
Como toda técnica proyectiva gráfica, su intepretación se sostiene sobre dos grandes bases:
los indicadores expresivos y los de contenido. Los primeros ya fueron estudiados por
nosotros en el primer cuatrimestre, de acuerdo a la lectura de Celener y Hammer, y no
difieren en su significación para este caso. El tamaño, emplazamiento, secuencia, grosor del
trazo, presión, y sombreados se mantienen como indicadores clínicos a tener en cuenta y
corroborar junto a las restantes producciones proyectivas del sujeto en el proceso
psicodiagnóstico.
A nivel clínico, se trata de una prueba que somete al sujeto a una situación angustiante de la
que debe protegerse, escapar, o bien a la que debe enfrentar resolviéndola. Las distintas
maneras de proyectar a la persona en situación de ser invadida por un evento natural como
la lluvia nos dirá de distintos aspectos de su psiquismo relacionados específicamente con
esto, su capacidad de tolerar y enfrentar situaciones angustiantes y las defensas que puede
aplicar usualmente ante estas.
Aquí prestaremos atención, habiendo aclarado esto, a los indicadores de contenido de este
test.
De acuerdo con Querol y Chavez Paz, tendremos en cuenta once distintos indicadores de
contenido para el análisis del test:
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Orientación de la persona
Posturas
Borrados en el dibujo
Repaso de líneas, tachaduras, líneas incompletas
Detalles de accesorios y su ubicación
Vestimenta
Paraguas como defensa
Reemplazo el paraguas por otros elementos
Partes del cuerpo
Identidad sexual
El dibujo de un personaje y no de una persona
Indicadores de contenido
1. Orientación de la persona
Hacia la derecha
Puede indicarnos una tendencia general a enfrentar el futuro, actuar con iniciativa
frente a los problemas que pueden avecinarse.
Hacia la izquierda
Conflictos sin resolver, dependencia respecto de personas o situaciones cuya
influencia deriva del pasado.
Hacia el frente
El sujeto tiende a enfrentar las complicaciones diarias de forma directa y sin rehuir
de las mismas. Actitud centrada en el presente.
Orientación dubitativa
Aquí podemos notar tendencias paranoides u obsesivas. El sujeto calcula los
pormenores de su accionar y posterga sus decisiones cuando se enfrenta a
situaciones que demandan respuestas adaptativas.
Aislado a la izquierda
Inclinaciones esquizoides potenciales. Dependencia excesiva, posible infantilismo a
la hora de enfrentar situaciones decisivas.
Persona vista desde lejos
Potencial desvalorización, sentimientos de inadecuación y minusvalía recurrentes.
Persona inclinada
Inestabilidad, persona que percibe inseguridad y riesgo inminente de desborde
emocional.
Persona inconclusa
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Posibles tendencias depresivas. Hay algo no concluido en la vida del sujeto que se
expresa proyectivamente. Vacío existencial.
2. Posturas
Sentado
Persona calma, serena, tendencia al desapasionamiento. Puede que intente evadir
situaciones conflictivas.
Acostado
Escasa vitalidad, desesperanza. Desgano generalizado, tendencias depresivas.
Arrodillado
Sumisión, debilidad volitiva, sentimientos de inferioridad.
3. Borrados en el dibujo
Anteojos
Puede indicar ocultamiento de la persona, voyeurismo, hay aspectos
personales que guarda en secreto
Objetos por debajo de la persona
Interpretables en función de su cualidad, nos habla de un inconsciente
movilizado, el sujeto es dependiente de mociones instintivas
Objetos a la derecha de la persona
Pueden representar los obstáculos que el sujeto pone en su camino ante sus
iniciativas
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6. Vestimenta
Botones
Dependencia, inmadurez, preocupación por la imagen social
Botas
Afirmación y defensa de las propias ideas
Transparencias
Angustia frente al propio cuerpo. Puede revelar déficit en el juicio de
realidad y fallas en la represión, dependiendo de la zona transparentada
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Zapatos
Muy marcados, conflictos con la sexualidad. Con tacones en punta,
potencial agresividad
Detalles de ropa sin terminar
Sentimientos de inadecuación
Sin paraguas
Defensas lábiles, el yo queda expuesto a las presiones ambientales
Paraguas a la derecha
Es probable que el sujeto se intente defender del medio social.
Desconfianza, precaución
Paraguas a la izquierda
El sujeto se defiende de sus propios impulsos sexuales y agresivos, de su
pasado y de lo que acumula como tensión
Paraguas demasiado grande para el tamaño de la persona
Necesidad de protección, excesivo cuidado frente a las presiones,
sentimientos de inseguridad
Paraguas demasiado pequeño
Defensas lábiles, el sujeto queda expuesto a las presiones
Paraguas cerrado
Abandono del intento por defender su postura. El sujeto espera que otro lo
defienda
Paraguas en el piso
La persona ya no cuenta con energía suficiente como para enfrentar la
presión diaria. Fatiga, stress
Paraguas volando
Debilidad y fragilidad yoica
Paraguas que se confunde con nubes u otros objetos
Tendencia a la fabulación esquizoide
Aleros y techos
Persona que emplea defensas inadecuadas frente a la presión
Detrás de una ventana
Alejamiento y falta de compromiso con el medio social y sus presiones
Papel como paraguas
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El Test de las dos personas, también llamado Test de la Pareja, surge a partir del Dibujo de
la figura humana, en tanto técnica proyectiva.
Bernstein (1964) se propone construir un test que abarque más directamente la evaluación
de los aspectos vinculares. Además de brindar información sobre la personalidad en cuanto
a la identidad en general, la identidad sexual y la vivencia del esquema corporal, ofrece una
objetivación de la pareja interna del examinado, es decir una imagen de la pareja que este
necesita, aportando datos sobre el tipo de vínculo fantaseado a nivel consciente e
inconsciente. Para ello realiza varias modificaciones en la administración, respecto del test
de Machover.
Consigna: “Dibuje dos personas cualesquiera” (en una sola hoja y sin especificar sexo).
“Póngale el nombre y la edad que pudieran tener”. “Escriba una historia que relate qué le
ocurre, qué piensan y sienten los personajes”. “Póngale un título a su historia”
Una vez terminado el test pueden pedirse asociaciones respecto de la elección de los
nombres, también pueden pedirse aclaraciones respecto al texto.
Bernstein señala que su test obtiene una doble producción, una “pareja gráfica” y una
“pareja verbal”, procediendo por lo tanto a un doble análisis que debería proveer
información sobre la identidad del sujeto, su relación de pareja y el vínculo fantaseado con
la misma. Señala que es necesario utilizar algunas variables relacionadas con las
características específicas de este test diádico, aportando las siguientes variables:
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Vista la pareja como una proyección de las partes internas del examinado (yo-yo
ideal); parte femenina-parte masculina, parte sana-parte enferma, etc. Cómo son esas
partes.
Problemas de la interpretación.
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Entendemos por vínculo diádico la proyección gráfica y luego verbal de la imagen de una
relación sujeto-objeto, con mayor o menor grado de discriminación, tal como se juega
predominantemente en el momento actual de la vida del entrevistado, aunque sea la
resultante de los vínculos que ha establecido con las personas significativas de su historia
particular. Este proceso más complejo, a su vez hace que el pesquisar cuál de las dos
figuras graficadas es la figura de identificación predominante sea más incierto. Al saber el
sujeto desde un comienzo que va a dibujar dos personas le da libertad para proyectarse
preferente en la primera, segunda o ambas.
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- Desenlace;
- Análisis secuencial.
Título
4- Síntesis gráfica – verbal e integración con datos personales.
CAPACIDAD PARA CUMPLIR LA TAREA. La tarea puede ser realizada en forma total o
parcial y las dificultades aparecen en la realización o ya en la comprensión de la consigna.
En cualquiera de estos casos es imprescindible profundizar las causas que originan esta
situación. Cuando hay rendimiento alternante debe evaluarse “dónde”, “cómo” y “en qué
dirección”.
A través de la modalidad de interacción, importa diferenciar los aspectos más maduros del
yo que se expresan en el grado de alianza de trabajo, de aquellos que evidencian mayor
patología, como cuando la intensidad y rigidez de una proyección transferencial aparece
con claridad. A su vez la actitud frente a la tarea y hacia el entrevistado pueden no ser
concordantes.
En cuanto a ubicación y tamaño se hace relevante la comparación entre las dos figuras
(ubicación y tamaño relativos). En primer lugar, tenemos en cuenta la ubicación y tamaño
de la totalidad del gráfico en relación con la hoja, como simbolizando el espacio en que se
desenvuelve el sujeto. Grafológicamente tomamos dos ejes imaginarios que dividen el
espacio. Parece ser esperable en este test que las dos figuras compartan una ubicación
respecto del eje horizontal, ya que lo común es que una esté al lado del otra.
Respecto del trazado, (similar a los demás gráficos) se agrega el trazo diferencial que
puede tener cada una de las figuras y/o zonas específicas.
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LA OMISIÓN de la segunda persona refleja una severa dificultad para fantasear con un
vínculo diádico, pudiendo deberse a serios problemas con la identidad.
Se entiende por completud las figuras con todas sus partes esenciales, así como las
omisiones, se tomará en cuenta el logro de realizar una figura más o menos completa,
mientras que el significado de lo no dibujado se verá en el sub-ítem zonas significativas y
áreas de conflicto.
Al hablar de integración nos referimos al logro de una producción armónica que respete
una equilibrada proporcionalidad de las partes y una articulación fluida de las mismas. La
armonía está dada por la calidad de la línea y por la adecuación de la inserción de las
articulaciones.
La asimetría en las figuras puede aparecer en situaciones de pérdida del equilibrio interno.
ANÁLISIS INTER-FIGURAS: Es la variable más específica del test, en tanto supone que al
ubicar las dos personas en la misma hoja del sujeto trasmite simbólicamente un vínculo
fantaseado. La evaluación del gráfico en este sentido parece girar en torno a dos
dimensiones: acercamiento-alejamiento, simetría-asimetría de la relación. Se toman los
ítems antes mencionados, ahora para ser leídos en forma comparativa, la cual lleva a una
complejidad mayor de indicadores dado que pueden recurrir o divergir, mostrando aspectos
ambivalentes o conflictivos del vínculo.
Hay como un continuo desde los gráficos en que la interacción es potencial, hasta la no
relación: si comparte o no un eje horizontal, las distancia entre las figuras, así como otras
de contenidos. Es necesario convalidar la variable posicional y gestual con las acciones y
los rasgos atribuidos a los personajes; no siempre dos figuras que comparten la base, de
frente al entrevistador, cercanas entre sí, implican tácticamente un vínculo. También se
toma en cuenta los canales específicos de comunicación (manos, rostros, pies) tanto en su
omisión, como su exacerbación.
Cuando la pareja no es heterosexual, habría que diferenciar aquellas situaciones en que las
dos figuras corresponden al sexo del examinado, de aquellas en que ambas son del sexo
opuesto. En el primer caso hay etapas evolutivas en que es esperable, en el segundo caso
podría denotar un caso más serio de la identidad sexual.
mayoría de los casos los nombres son comunes presentando escasa saturación proyectiva,
se puede enriquecer su significado indagando sobre el proceso asociativo que origina la
elección de ese nombre.
ASIGNACIÓN DE LA EDAD, es esperable que sean concordantes con la real del sujeto, sin ser
idénticas forzosamente. En los adultos cuando las edades se alejan llamativamente en uno u
otro sentido en ambos personajes y en una misma dirección, pareciera reflejar conflicto de
asumir la edad real.
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lenguaje consiste en evaluar la riqueza, precisión, variedad de los términos empleados así
como la dirección de la estructura sintáctica y semántica.
Se entiende por causalidad la posibilidad de dar una concatenación de hechos que guarden
una relación témporo-espacial adecuada y provean un enlace lógico a las distintas
vicisitudes del relato. Eso no implica que tengan que estar los tres tiempos en el relato. La
ruptura de la causalidad aparece en forma aislada vinculada a ciertas conductas defensivas
frente a situaciones de conflicto.
La coherencia está más ligada al logro de una historia en la cual los aspectos semánticos
estén mantenidos. Las alteraciones de los mismos pueden deberse a fuga de ideas,
discontinuidad, adhesividad, interceptaciones detectables por lapsus, inclusión de palabras
bizarras, evidenciando trastornos en el curso del pensamiento. La falta de coherencia suele
aparecer en casos de desestructuración yoica severa, la causalidad puede fracasar sin
implicar perdida de coherencia.
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Se tratará de ver el grado en que estas caracterizaciones permiten dar vida a los personajes,
cuáles son los aspectos jerarquizados y detectar si estas asignaciones más o menos
detalladas son compartidas o no por las figuras, si son excluyentes o hay una marcada
disociación.
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En principio, tiene que haber un nudo argumental para que exista un desenlace. Aún así,
este puede estar ausente quedando la situación planteada inconclusa porque es
abruptamente interrumpida, porque aparecen otras derivaciones o porque se plantea en
forma de duda la resolución de la solución. Al hacer el análisis no solo se considera la
presencia ausencia del desenlace sino la calidad del mismo, a fin de formular hipótesis
sobre la fortaleza y el manejo de las defensas respecto de la relación bipersonal que el test
plantea. Se puede ver la capacidad de tolerancia a la frustración, posibilidad de espera,
búsqueda de nuevas vías para la concreción de proyectos no logrados, etc.
Se analiza también las fantasías que subyacen, ligadas a distintos niveles de intercambio
(gratificación oral, anal, genital); en qué medida se privilegian unas sobre otras, cuáles son
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las que finalmente logran ser satisfechas; cuál es el rol que se adjudica al sujeto, y cuál es el
que se espera que asuma el otro. Se observa si el vínculo evoluciona progresivamente hacia
una mayor discriminación y complementariedad o si por el contrario se marca una
tendencia hacia la indiscriminación y simbiosis.
EL TÍTULO: es la última consigna y por consiguiente el cierre del test, es como la síntesis
de la situación. Habitualmente el emplazamiento del título suele darse arriba del gráfico o
al final de la historia. Algunas ubicaciones poco habituales pueden vincularse a rasgos
confusionales (por ejemplo, cuando atraviesa la figura). El título permitirá al sujeto hacer
resaltar las características más significativas del vínculo. Cuando no es una simple
reiteración de una frase de la historia o la repetición de los nombres asignados, refleja una
mayor creatividad y poder de integración a nivel yoico.
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TEST DESIDERATIVO
Previa a la llegada formal del cuestionario Desiderativo de Berstein, en 1956, hubo otros
tests cuyos objetivos eran explorar los deseos y fantasías inconscientes del sujeto, como ser
“Los tres deseos”, o bien el test Desiderativo de Pigem y Cordoba (1946), cuya consigna
pedía al examinado responder a la pregunta sobre que desearía ser si tuviera que volver al
mundo no siendo una persona.
De acuerdo a la versión de Berstein, el test presenta seis interrogantes que exploran los
deseos y fantasías del sujeto, así como sus mecanismos de defensa yoica. Estos parten de
ofrecer al sujeto la posibilidad de simbolizarlos a través de diferentes posibilidades:
animales, vegetales, u objetos inanimados.
Esto nos lleva a desarrollar un estudio de los simbolismos que el sujeto aplicara para
contestar a las interrogantes planteadas, teniendo en cuenta la justificación que da de ellos.
Es decir, no podemos considerar el valor universal de cada símbolo si no es ajustándolo a la
forma en que ese sujeto racionaliza su ligazón con lo que este representa para él y su
historia.
Para plantearlo ordenadamente, el C.D. genera un proceso psicológico complejo que parte
de llevar al sujeto a despersonalizarse, en orden a intentar su repersonalización representada
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Este test es considerablemente ansiógeno para cualquier examinado promedio, por lo que es
aconsejable tomarlo en la parte final de la batería de tests. Su aplicación suele durar entre
10 y 20 minutos.
El test puede ser aplicado ya en el momento en que el niño es capaz de emplear la palabra
como elemento representativo, lo que nos ubica en la edad de 4 a 5 años.
Berstein reformuló la pregunta original de Pigem y Cordoba por otra manera de enfrentar al
sujeto con la muerte, al interrogar “¿Que desearías ser si no fueras una persona?”. El fin
es evitar la confrontación explícita de la aniquilación de la vida, presentando
indirectamente un escenario similar. De todos modos, esto no quita que el examinado deba
representarse imaginariamente partiendo de su propia muerte. La consigna le pide partir de
ahí, para que la simbolización opere mas efectivamente.
Todo esto nos lleva a considerar que el test induce a una representación metafórica de la
propia muerte que se sostiene en la posibilidad del sujeto de operar de acuerdo a su registro
simbólico. Dificultades en este terreno pueden llevarlo a interpretarse muerto de forma
literal, ya por la sola inducción de la consigna, lo que nos estaría hablando inicialmente un
trastorno grave de la personalidad, como sucede en psicosis esquizofrénica ya declarada.
Este tipo de respuestas se da en sujetos que contestan “nada, si no soy una persona no soy
nada”, o bien en quienes se ofenden ante el interrogante o bien no logran contestar nada por
el monto de angustia que esta genera.
El test se desarrolla en dos partes: Las primeras tres preguntas, evalúa el empleo de catexias
positivas, las últimas dos, las negativas.
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A través de las catexias negativas notaremos la proyección inconsciente de qué es eso que
el sujeto tanto teme. Esto implica la posibilidad de que el sujeto nos transmita a que temería
en caso de que las defensas empleadas antes no funcionen bien, tanto como las
consecuencias negativas que pueden recaer sobre su yo a través del uso de dichas defensas.
Esto nos lleva a tres grandes formulaciones iniciales sobre las respuestas del sujeto:
1. En caso de que las respuestas positivas y negativas sean exitosas, podemos decir
que el sujeto sabe defenderse y de que
2. Si las respuestas positivas son exitosas y no las negativas, podemos inferir que sabe
defenderse, pero no sabe a qué se enfrenta
3. Si las respuestas negativas son exitosas y no así las positivas, podemos llegar a la
conclusión de que el sujeto no se defiende bien, pero si sabe que desea evitar, que le
provoca miedo.
En los casos restantes, el pronóstico es peor cuando los fracasos se dan en las catexias
positivas. Aún así, debemos contemplar la alternativa de que esta falla inicial pueda deberse
a un monto de ansiedad excesivo debido a la consigna, y no a dificultades defensivas
características, lo que podría hablarnos de que el sujeto necesita más tiempo para
familiarizarse con las situaciones de riesgo o amenaza antes de desplegar sus conductas
defensivas.
En caso de que los fallos lleguen con las catexias negativas, podemos hipotetizar que el
sujeto ha desarrollado un fuerte proceso de sobreadaptación defensiva ante la consigna,
fruto de una disociación psíquica que le ha impedido rearmarse frente a la segunda parte del
test. Podría ser característico de personas con rasgos caracteropáticos.
Consigna
El C.D. se separa en dos partes, y cada una presenta tres interrogantes que se sostienen en
las respuestas previas del sujeto. Ante cada respuesta formulada por el sujeto, debemos
preguntar “¿Por qué?”, en orden a conocer como racionaliza su contestación.
PARTE 1:
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Pregunta 1: Ahora te haré una pregunta, ¿Qué desearías ser si no fueras una
persona?
Rta: Un árbol
PARTE 2
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Rta: Pasto
Rta: Un río
1. Elegir un animal
2. Elegir un vegetal
3. Elegir un mineral
Sin embargo, muchas veces este orden no se logra, y esto puede hablarnos de diferentes
dificultades en la personalidad del evaluado. Celener y Braude nos traen 11 posibles
inconvenientes, o fenómenos especiales, que pueden darse en la aplicación del test.
Puede suceder que el sujeto no logre contestar nada a alguno de los interrogantes
planteados. Simplemente nos comunica que “no se me ocurre nada”. Ante esto, debemos
alentarlo a encontrar una respuesta: “Tómese su tiempo, ya pensará en algo”.
En caso de que el fallo persista, y sea muy claro que el sujeto no parece avanzar, el
examinador puede inducir a una respuesta, expresando lo siguiente:
“Bueno, plantémoslo así…en caso de que no sea una persona, ¿Qué desearía ser, un
animal, un vegetal, o un mineral?”.
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Respuestas tales como hada, mago, ángel, Dios, o Diablo, son representaciones
antropomórficas que nos muestran dificultades para desprenderse de lo convencional y
representarse simbólicamente a un nivel satisfactorio. En caso de que el sujeto responda por
alguna de estas formaciones, tomamos nota de lo que expresa y preguntamos porqué, como
lo haríamos normalmente, pero sumamos a esto una nueva intervención:
“Yo le pedí que me dijera que le gustaría ser si no fuera una persona, y respondió por algo
muy parecido a una persona. Yo le pregunto por algo diferente a lo que una persona
podría ser”. De esta manera, intentamos que en su siguiente intento el sujeto pueda
representarse en alguno de los tres reinos, sin tener que acudir a una imagen humanoide de
sí mismo.
Sucede en los casos en los que responde simplemente “un animal”, o “una cosa”. Ante esta
circunstancia, el examinador debe replicar preguntando por mayores especificidades. Por
ejemplo, en caso de que haya contestado “un animal”, luego de preguntar porque,
interrogamos en qué tipo de animal le gustaría ser. Nuevamente, como cada contestación
que el sujeto nos dé en el test, concluimos preguntando el porqué.
En caso de que, por ejemplo, solo nos dé respuestas de animales y vegetales y no haya
hecho mención de ningún objeto, añadimos una pregunta extra al cuestionario, induciendo a
que nos diga en que objeto se vería representado: “Si no fueras una persona, un animal, ni
un vegetal, ¿Qué objeto le gustaría ser?.
Por ejemplo, en caso de que nos diga “perro”. Nuevamente, luego de preguntarle porque,
sumamos un interrogante: “¿Qué tipo de perro le gustaría ser?“ y “ ¿Por qué?”. Esto se
vuelve importante en estos casos, dado que no es lo mismo que responda “un bull terrier,
porque traban la mandíbula cuando muerden” a “un cocker spaniel, porque son cariñosos
y bonitos”.
También presenta una peculiaridad que el sujeto nos dé dos respuestas de animales,
vegetales, u objetos, en lugar de una de cada uno. En esos casos, se registran por igual las
dos respuestas y se pregunta el porqué de ambas, pero se hace una aclaración. Supongamos
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que el sujeto respondió que deseaba ser un león y luego un caballo, expresamos lo
siguiente:
“Yo le pedí que me dijera que le gustaría ser si no fuera una persona y un animal, y
respondió por un animal, como el caballo. Debe elegir algo diferente a un animal. Por eso,
le repito, ¿Qué le gustaría ser si no fuera una persona y un animal?”.
En esos casos, debemos tomar nota de lo que nos dice y preguntar ¿Por qué león y porque
caballo?. Luego se le pide que elija una, ¿Cuál de los dos te gustaría ser más?”.
Referimos aquí a ideas, valores, o creencias, tales como “justicia”, “amor”, o “bondad”. En
ese caso, se anota lo que el sujeto expuso y el porqué, y luego se continúa: “En caso de no
ser persona ni algo abstracto, ¿Qué le gustaría ser?”.
Se da en casos en los que la respuesta puede ser, “bailar”, o “correr”, o bien “ser policía”,
“sr inteligente”, o “ser cuidadoso”. Cualquiera sea el caso, el examinador debe aclarar lo
siguiente:
“Yo le pedí que me dijera que le gustaría ser si no fuera una persona, y usted me
respondió por una actividad (o cualidad). Lo que necesito es que me diga que le gustaría
ser si no fuera una persona”.
“Porque si”, “porque me gusta”. En estos casos, debemos insistir para obtener mas
información en la fundamentación. Por ejemplo:
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Criterios de interpretación
La interpretación del C.D. nos ayudará a establecer hipótesis de alta validez científica en
torno a dos grandes grupos de características psicológicas:
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2. Fracaso parcial
Se da cuando el sujeto se muestra incapaz de responder a una de las dos partes del
test. Podemos hipotetizar que el fracaso ante las catexias positivas puede deberse al
shock presentado por la consigna y no necesariamente a un problema asociable a la
represión y primera disociación (mala preparación para la prueba – de todos modos
no deja de ser llamativo que esto ocurra y debe revisarse a la luz de otras técnicas -).
En el caso del fracaso a la segunda parte del test, podemos pensar en el incremento
de angustia causado por la consigna en su primera fase, o bien en el desarrollo de un
esfuerzo supremo del sujeto por disociarse en un primer término, que impide repetir
lo mismo en el segundo.
3. Elección de respuestas antropomórficas
El fracaso de la represión fundante y primera disociación se muestra en la
imposibilidad del sujeto de desprenderse de lo humano para contestar al test.
Respuestas tales como “Batman”, “un ángel”, “hada”, o “Dios” demuestran esto.
En niños, es esperable que esto pueda ocurrir, no así en adultos. En estos casos,
podemos hipotetizar la emergencia del mecanismo de renegación perversa en la
contestación.
1. Confusión de catexias
El sujeto da una respuesta negativa a una catexia positiva, o viceversa. Por ejemplo,
en la primera parte del test, responde “no me gustaría ser una piedra, porque no se
mueve”. O bien, cuando se le pregunta qué no desearía ser, contesta “una flor,
porque es delicada y hermosa”.
2. Confusión en la racionalización
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Identificación proyectiva
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Racionalización
Implica un procedimiento por el cual el sujeto intenta dar una justificación moral a un acto,
situación o actitud cuyos verdaderos motivos no percibe. Su empleo siempre trae a colación
una argumentación racional dada, a veces forzada, y siempre implica la presencia de otro
con quien sentirse interpelado. Fallos en este proceso básico de defensa pueden deberse a
dificultades para relacionarse con el otro social, tanto como para poder dar justificación de
su propio accionar en el mundo. Por último, puede indicarnos debilidad en el juicio de
realidad.
Ejemplo:
“Me gustaría ser una vaca, porque es alegre”
“Me gustaría ser como las flores, porque son útiles”
2. Sobredimensionamiento de la justificación
Ejemplo:
“Me gustaría ser el océano, porque es ilimitado, se puede navegar en él, mucha
gente puede andar en él, no tiene fin, es como muy amplio, es tan largo y extenso
que te deja esa sensación de paz y libertad, de no tener límites”
3. Por ausencia
El sujeto no justifica argumentalmente su respuesta. Puede hablarnos de inmadurez
yoica, egocentrismo basado en una ausencia del otro en el discurso
Ejemplo:
“Me gustaría ser un gato”.
¿Por qué?
“No sé, me gustan los gatos
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1. Libido narcisista
Implica observar que aspectos de sí mismo involucra en la relación con otros, que
aspectos de su autoconcepto incluye al proyectarse en las relaciones humanas y la
presencia o no de egocentrismo e inmadurez en lo que espera obtener del otro.
- A nivel de símbolos:
1. Una proyección adecuada implica símbolos de los tres reinos, con adecuada
consistencia
2. Déficit en la libido narcisista por exceso se da en objetos omnipotentes,
indestructibles, o Perseveración en algún reino
3. Déficit por defecto en la libido narcisista, se ve en objetos disgregados, de
frágil consistencia.
- A nivel de racionalización:
1. Adecuada: Racionalizaciones apropiadas al símbolo, con buena lógica
formal
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2. Libido objetal
Nos puede indicar la forma en que el sujeto se vincula con el otro, que
expectativas deposita en las relaciones y como se posiciona frente a ellas. en
este contexto, podremos notar el grado de madurez que el sujeto ha desarrollado
en su modo vincular
- A nivel de racionalización:
1. Adecuada: Racionalizaciones que aluden explícitamente a la presencia del otro
en algunas catexias, y en otras no.
Ejemplo:
(1+) “Un canario, porque su canto da alegría a la gente”.
(2+) “Una margarita, porque tiene un color muy bonito”
(1-) “No me gustaría ser revolver, porque es un arma de fuego y puede herir”
2. Déficit por exceso: Sobredimensionamiento de la presencia del otro, que no sólo
aparece en todas las catexias, sino que lo hace cumpliendo un rol aplastante,
determinante.
Ejemplos:
(1+) “Un conejo, porque la gente se complacería acariciándolo”
(2+) “Una rosa, porque agradaría a todo el mundo”
(-1) “No me gustaría ser tijera, porque podría causar daño a alguien si me
toma sin darse cuenta”
3. Déficit por defecto: Nula presencia del otro, la libido narcisista ocupa el lugar
prioritario. El otro es innecesario.
Ejemplos:
(1+) “Me gustaría ser oro, porque vale mucho”
(2+) “Una pantera, porque es un animal elegante y ágil”
(1-) “No me gustaría ser un árbol, porque está ahí sin hacer nada”
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