Osteopatía

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Historia de la Osteopatía

Medicinas de la Edad Antigua

Las primeras descripciones de maniobras similares a nuestras manipulaciones


vertebrales aparecen en textos egipcios, hindúes y chinos.

También Hipócrates hace referencia a ellas en sus escritos.

Galeno refiere en “De locis affectis”, la mejoría experimentada por el escritor griego
Pausanias, quien presentaba un entorpecimiento de los tres últimos dedos de la mano
izquierda, tras tratarle la charnela C-T.

En la medicina islámica medieval se realizaban manipulaciones vertebrales con fines


terapéuticos, como lo atestiguan las obras de Avicena.

El español Luis de Mercado es el primer universitario que enseña a manipular en el


marco de una Facultad de Medicina.

Andrew Taylor Still:

̶ Granjero
̶ Cazador
̶ Soldado
̶ Doctor
̶ Inventor
̶ Predicador
̶ Nacido en 1828 en Jonesboro, Virginia.
̶ 1852: cirujano en la guerra civil.
̶ Durante años practica satisfactoriamente la medicina convencional.
̶ 1864: 3 de sus hijos fallecen a causa de la meningitis; su hermano es adicto a
la morfina.
̶ En este punto se plantea la existencia de un método mejor.
̶ Recopiló y desarrolló sus técnicas durante diez años, hasta sentar los
fundamentos de la Osteopatía en 1874.
̶ Recorrió Missouri durante18 años difundiendo su método y tratando pacientes
hasta que la primera escuela fue fundada en el año 1892 en Kirksville, donde
aún perdura.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

̶ Falleció en 1917.

John Martin Littlejohn, D.O., M.D. (1865 -1947)

̶ Economista y Filósofo.
̶ Fue tratado por A.T. Still en 1897.
̶ Empezó sus estudios en la ASO en1898.
̶ Se graduó en 1900.
̶ Fundó la Chicago School of Osteopathy en 1900.
̶ Visitó Europa en 1903 buscando difusión en GB.
̶ Se traslada a Inglaterra en 1913.
̶ Funda la British School of Osteopathyen 1917.

Las primeras técnicas y enseñanzas

̶ Bases filosóficas de Still


̶ Generales
̶ Locales
̶ Directas (Thrust o HVLA)
̶ Indirectas
̶ Articulares
̶ De tejido blando
̶ Linfáticas y circulatorias

Principios Fundamentales de la Osteopatía

̶ El ser humano como unidad.


̶ Interrelación entre estructura y función.
̶ El cuerpo posee la capacidad de la Autorregulación.
̶ Capacidad de influir mediante la terapia manual en la relación entre estructura
y función.
̶ La ley de la arteria es absoluta.

Primeros Investigadores

̶ Louisa Burns D.O.


̶ Wilber Cole D.O.
̶ John Stedman Denslow D.O.
̶ Irvin M. Korr Ph.D.

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Segunda oleada de técnicas (1918-1950)

̶ Reflejos de Chapman (mapa dermográfico donde están respresentados


múltiples puntos reflejos)
̶ Conceptos craneales (Sutherland y Magoun)
̶ Relajación post-isométrica

Investigadores Modernos

̶ John E. Upledger, D.O.


̶ John Stedman Denslow D.O.
̶ Jean-Pierre Barral, D.O.
̶ Viola Frymann D.O.
̶ …

Avances más recientes

̶ La Osteopatía en el ámbito craneal (Cefálico)


̶ Técnica de Jones (máximo confort)
̶ Técnica Strain-Counterstrain
̶ Técnicas Funcionales (Sutherland)
̶ Técnicas de Energía Muscular
̶ La Osteopatía en el ámbito visceral
̶ La Osteopatía Pediátrica

TART: Tendernest Asimetria Rango de movimiento alterado Temperatura

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Bases Fisiológicas de la Osteopatía

Osteopatía y disfunción

Osteopatía y disfunción son dos términos inevitablemente unidos. Toda


ciencia o método que quiera singularizarse busca formas de acercamiento a la
realidad, intentando elaborar teorías explicativas que, mediante la observación y
experimentación rigurosa, buscará la confirmación o rechazo de las mismas.

(Dr. Andoni Jáuregui)

La Osteopatía, con mayor o menor acierto desde sus comienzos a finales del
siglo XIX, sigue reivindicando su área específica de conocimiento del ser humano
distinta a otras profesiones del campo de la salud.

En la diferenciación entre enfermedades funcionales y orgánicas influyen


decisivamente los medios técnicos aplicados a la investigación de la lesión, pues en
muchas enfermedades funcionales es posible poner de manifiesto una lesión
“molecular o bioquímica”. Al hablar de lesión nos estamos refiriendo a la que es
accesible a los métodos de la anatomía patológica, que son los de observación macro
y microscópica de los órganos y tejidos.

Podemos concluir, por tanto que, cuando hablamos de lesión, enfermedad o


patología, nos estamos refiriendo a una alteración anatómica, con daño tisular, celular,
cuyo origen etiológico puede ser muy diverso: traumático, infeccioso, cancerígeno,
etc., pero que siempre necesitará un proceso de curación, previo diagnóstico, que
incluirá una anamnesis o historia clínica, las exploraciones complementarias de
imagen, bioquímicas, etc. que nos llevan a la correcta confirmación de la alteración
anatomo-patológica.

Casi todos los procesos morbosos llevan a la destrucción tisular, por lo que
los mecanismos de curación consistirán en un proceso de cicatrización y de
reestructuración por parte del tejido conectivo. En este proceso de curación del
organismo podemos intervenir con todas las medidas terapéuticas necesarias,
convencionales y no convencionales, adecuadas de cara a acelerar y mejorar este
proceso. Sin embargo, la Osteopatía actúa fundamentalmente en los procesos que el
Dr. S. del Castro (Catedrático de Patología de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Salamanca), de forma inteligente y aún desconociendo la Osteopatía,
denomina alteración funcional.

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En la década de los 80, el Osteópata Leon Chaitow, en su libro “Técnica


Neuro-muscular”, define la disfunción somática, como «la función disminuida o
alterada de los componentes del sistema somático (estructura corporal), a saber,
estructuras óseas, artroidales, músculo-aponeuróticas y elementos vasculares,
linfáticos y neurales relacionados.

Se entiende corrientemente por lesión «todo atentado grave en la textura de


los tejidos corporales, tales como fracturas, luxaciones, desgarramientos, cortes,
quemaduras, aplastamientos, tumores, etc.» La lesión osteopática es de otra
naturaleza. Aunque el daño es real, se sitúa por debajo de un límite crítico que
corresponde al umbral de ruptura de las fibras de los tejidos y las alteraciones se
califican como funcionales. Testimonio viviente de ese daño es la modificación, la
pérdida de movimiento que el osteópata percibe por medio de pruebas totales o
localizadas. Esta pérdida de movimiento de una articulación, de un órgano o de un
ligamento, constituye el primer estadio de instalación de la enfermedad.

Pérdida de movimiento = Lesión Osteopática

Por tanto, la lesión osteopática se caracteriza por la aparición de una


anomalía de funcionamiento, ya sea por una modificación de la posición de las piezas
anatómicas en relación unas con otras (disyunción), ya sea por una perturbación del
movimiento, una disminución de la movilidad de una articulación, la pérdida de la
movilidad de un órgano o de cualquier otra estructura (disfunción).

Fue el fisiólogo Irvin Korr, quien construyó las bases neurofisiológicas de la


lesión osteopática durante su trabajo y estudio a lo largo de 30 años, de 1944 a 1975,
en el Colegio de Osteopatía y Cirugía de Kirksville (EEUU). Para él, la lesión
osteopática se sitúa sobre lo que llamó el Segmento Facilitado. Segmento porque
corresponde a un fracción de la médula espinal, es decir, la porción de médula espinal
que tiene bajo su control, por mediación de un nervio raquídeo bilateral, vísceras o
partes de vísceras, territorios cutáneos, territorios nerviosos motores, sensitivos o
viscerales, músculos, articulaciones, etc. Facilitado porque, eléctricamente, este
segmento de médula tiene un umbral de excitabilidad mucho más bajo que sus
semejantes. Así, cuando una persona vive un stress mecánico, infeccioso o psico-
emocional, con preferencia la somatización, es decir, la manifestación del síntoma al
nivel corporal, se expresará a la altura de ese segmento, que se convierte entonces en
la sede de un bombardeo incesante de informaciones que le llevan a responder
incesantemente por sobreactividad del sistema nervioso simpático, el de la
vigilancia, el de la respuesta a la agresión.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

El Dr. Korr y las bases fisiológicas de la Osteopatía

1. PRINCIPIOS FUNDAMENTALES:

I. Las articulaciones y sus tejidos están sujetos a desarreglos


anatómicos y funcionales.

II. Estos desarreglos tienen repercusiones locales y a distancia.

III. Estos desarreglos están en relación directa o indirecta con otros


factores patológicos.

IV. Se pueden descubrir estos desarreglos e influenciar


favorablemente sobre sus repercusiones locales y sistémicas por medio de las
manipulaciones.

2. FENÓMENOS LOCALES Y A DISTANCIA

I. Hiperestesia de músculos y vértebras.

II. Una hiperirritabilidad que se manifiesta por modificaciones del


comportamiento muscular.

III. Modificación de la textura del tejido muscular, del tejido conjuntivo


y de la piel.

IV. Modificaciones en la circulación local y en los intercambios entre


sangre y tejidos.

V. Modificaciones de las funciones viscerales y de otras funciones


vegetativas.

3. ORIGEN NERVIOSO DE LA LESIÓN OSTEOPÁTICA

A.- Neuronas motoras

Células ganglionares del cuerno anterior => Contracción de la


musculatura estriada

B.- Neuronas simpáticas

Células del tracto intermedio lateral (TIL) => Actividad vasomotora

=> Contracción de la musculatura lisa

4. ACCIÓN DE LAS FIBRAS EFERENTES QUE INERVAN LA PIEL

Células del tracto intermedio lateral (TIL)


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I. Actividad vasomotora

II. Secreción glándulas sudoríparas

III. Piloerección

5. ACCIÓN DE LAS FIBRAS EFERENTES QUE INERVAN LAS VÍSCERAS

Células del tracto intermedio lateral (TIL)

I. Contracción del músculo visceral

II. Actividad vasomotora

III. Secreción glandular

La actividad de órganos y células está determinada por la actividad de sus nervios


motores a través de:
a) El número de influjos que se conducen a través de cada fibra nerviosa
eferente.
b) El número de fibras implicadas.

Por lo tanto, el grado de contracción es proporcional:


1. Al número de neuronas motoras en acción.
2. Al número medio de influjos por segmento, conducidos hasta el músculo.

Una sobreactividad o infraactividad crónica de los nervios eferentes puede entrañar


perturbaciones funcionales en los tejidos u órganos que inervan.

6. EFECTOS SECUNDARIOS DE UN DESEQUILIBRIO NEUROLÓGICO

FIBRAS MOTORAS

Sobreactividad prolongada del músculo:

• Fibrosis

• Modificaciones químicas y metabólicas

Infraactividad:

• Atrofia

FIBRAS SIMPÁTICAS

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Sobreactividad de las fibras simpáticas que controlan las arteriolas:

• Anoxia local

• Inflamación de tejidos

• Alteración de la permeabilidad capilar

• Edema

Perturbación de los nervios simpáticos eferentes que controlan la


musculatura lisa del tubo digestivo:

• Atonía o espasmo visceral con consecuencias sobre la digestión


y absorción y, como consecuencia, sobre la economía del cuerpo.

Supra o infraactividad de las neuronas que controlan las secreciones


glandulares:

• Perturbaciones en el equilibrio electrolítico, hídrico, ácido-básico


del medio interno, dando lugar a patologías como la úlcera péptica.

• Efectos graves sobre las glándulas endocrinas.

FIBRAS ESPINOTALÁMICAS (CONDUCTORAS DEL DOLOR HACIA EL


CEREBRO)

Hiperactividad:

• Perturbaciones viscerales

• Perturbaciones musculoesqueléticas

• Perturbaciones psicológicas.

Se plantean tres cuestiones:

1. ¿Cuáles son los factores que controlan la actividad nerviosa, es decir,


el número de influjos transmitidos por las fibras eferentes?

2. ¿Cómo pueden actuar sobre estos factores los trastornos mecánicos y


las lesiones osteopáticas y conducir a una supra o infraactividad de las fibras
eferentes y consecuentemente a una supra o infraactividad de los órganos que
inervan?

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

3. ¿Cómo influencia la manipulación sobre estos factores y es capaz de


restablecer el equilibrio y ofrecer una regresión de los síntomas?

7. FACTORES QUE CONTROLAN LA ACTIVIDAD EFERENTE

Los más importantes son dos:

̶ PRINCIPIO DE RECIPROCIDAD
Se establece a través de las neuronas de asociación o intercalares,
situadas en el S.N.C. Cada neurona puede influenciar y ser influenciada
por casi todas las otras neuronas del cuerpo.

̶ PRINCIPIO DE CONVERGENCIA
Establece que numerosas fibras nerviosas convergen hacia cada
neurona motora y se articulan con ella. Estas fibras presinápticas
conducen los influjos que provienen de numerosos puntos de origen
diferente hacia la neurona eferente y consecuentemente representan
una vía común final.

7.1 Aplicación de estos principios a las células del cuerno anterior

Cada célula del cuerno anterior recibe influjos que proceden de numerosos
orígenes por medio de fibras presinápticas que convergen hacia ella y
sinaptan con ella.

Influjos superiores:

Fascículos descendentes de la médula que provienen de:


̶ Córtex cerebral
̶ Núcleo rojo
̶ Bulbo
̶ Núcleos vestibulares
̶ Cerebelo
̶ Protuberancia anular
̶ Crestas neurales superiores

Envían colaterales hacia las células del cuerno anterior, que juegan un papel
fundamental sobre:
̶ El control de los movimientos voluntarios

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̶ El equilibrio
̶ Los reflejos posturales
̶ Los reflejos oculoespinales
̶ Otras funciones

Influjos periféricos

Otra de las fuentes más importantes de influjos la constituyen los


propioceptores, como los receptores de Golgi y los husos neuromusculares
situados en los tendones y músculos, cuyos axones terminan o en la etapa
medular, o en los centros superiores de la postura y del equilibrio.

Influjos viscerales

Emitidos a través de las fibras aferentes procedentes de las vísceras. Cada


fibra nerviosa aferente transmite sensaciones de tipo sensitivo como:

̶ Tacto
̶ Dolor
̶ Presión
̶ Temperatura
̶ Vista y otras modalidades

Ejercen influencia sobre la vía común final, es decir, sobre los nervios
motores. Algunas de estas fibras convergentes ejercen una influencia
excitadora, otras tienen una influencia inhibidora sobre las neuronas motoras.
La actividad en un momento dado de una neurona motora, es decir, la
frecuencia de descarga hacia su célula blanca, representa la resultante de
todos los influjos excitadores e inhibidores que llegan a la neurona en ese
momento. Por lo tanto, una neurona está siempre en un estado de equilibrio
dinámico. Los propioceptores y ciertos centros cerebrales actúan como
reguladores o amortiguadores de su actividad constante, tónica. Sin
embargo, el equilibrio eléctrico en la superficie de una neurona varía de un
momento a otro en respuesta a los cambios en el medio interno y externo y
en respuesta a la voluntad. Hay patología cuando se mantiene un importante
desequilibrio durante largo tiempo en un sentido u otro, es decir, excitación o
inhibición.

8. FENÓMENO DE REFUERZO Y DE FACILITACIÓN

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Antes de que una célula pueda descargar y entrañar una contracción muscular, debe
recibir los impulsos excitadores a partir de un número suficiente de fibras
presinápticas. Debe ser “calentada”, “puesta a punto”. Una neurona eferente debe, por
lo tanto, estar en estado de excitación subliminal antes de descargar. Es decir, las
diferentes fibras que convergen sobre un grupo dado de neuronas motoras deben
cooperar, reforzarse mutuamente para abrir y hacer descargar la vía final común que
conduce al músculo.

Se ha demostrado que una porción considerable de fibras nerviosas de un nervio


completo debe estar en un estado de excitación subliminal antes de que una de ellas
se descargue y provoque la contracción muscular. Esta condición parece servir de
“margen de seguridad” o de “aislante”, lo que impide que los músculos respondan a
cualquier influjo que estimule las células del cuerno anterior. Cuando en una parte
dada de la médula espinal, un número importante de células del cuerno anterior es
mantenido en estado de excitación subliminal, la llegada de un ligero estímulo
suplementario es suficiente para producir una descarga de estas neuronas y, por lo
tanto, una respuesta refleja.

Esta idea se encuentra con frecuencia en los términos populares “a punto de nervio”,
“nervioso”, “tenso”, etc… que conciernen a los aspectos motores del desequilibrio
psíquico. En los individuos así caracterizados, las células del cuerno anterior se
mantienen a nivel o cerca del nivel de descarga, incluso en estado de reposo.

La Fascia

No hablaremos de fascias, sino de la fascia, un conjunto membranoso muy extenso en


el cual todo está ligado y donde la menor tensión tanto activa como pasiva, repercute
en todo el conjunto. Todas las piezas anatómicas se pueden considerar así
mecánicamente solidarias. La fascia es de hecho el conjunto del tejido conjuntivo (70
% de los tejidos humanos).

Entre un hueso y una aponeurosis, por ejemplo, no hay diferencia fundamental. Sólo
difieren el reparto de los elementos de constitución y las sustancias fijadas por las
mucinas de enlace.

1. El tejido conjuntivo, como todos los tejidos, está formado por células conjuntivas:
los blastos. Hay osteoblastos en el hueso, condroblastos en el cartílago…

Su fisiología es principalmente la secreción de dos proteínas de constitución: el


colágeno y la elastina.

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a) estas dos proteínas se renuevan, pero la elastina es una proteína de la larga


duración y formación estable, mientras que el colágeno es de corta duración y
se modifica durante toda la vida. (Aquí podría residir la mayor parte de la
patología de tejido conjuntivo).
b) en el interior del tejido las 2 proteínas se forman en fibras, las fibras colágenas
se agrupan en haces conjuntivos, cimentadas entre ellas por una sustancia
mucoide de enlace. Las fibras de elastina se instalan en una red de mallas más
o menos anchas a través del tejido.
c) parece no haberse descubierto aún el estimulante de la secreción de elastina,
mientras que el del colágeno se conoce desde hace tiempo, es la tensión del
tejido. Según la forma de la tensión, la secreción es diferente.
̶ si la tensión es continua y prolongada, las moléculas colágenas se
instalan en serie. Las fibras colágenas y los haces conjuntivos se
alargan.
̶ si las tensiones soportadas son cortas y repetidas, las moléculas
colágenas se instalan en paralelo. Las fibras colágenas y los haces
conjuntivos se multiplican.
En el primer caso es el fenómeno del crecimiento, el tejido conjuntivo se alarga.
El segundo es una densificación del tejido, se hace más compacto, más
resistente, pero pierde progresivamente su elasticidad.
2. El espacio libre entre las células conjuntivas es ocupado por la sustancia
fundamental, formada por tres elementos: los haces conjuntivos colágenos, la red
de elastina y el líquido lacunar
a) los haces colágenos son el elemento sólido, la trama proteica del tejido,
prácticamente inextensibles, aunque no estables, pues se modifican según la
tensión soportada:
̶ se alarga, por ejemplo en las convexidades escolióticas. Naturalmente,
excepto los alargamientos fisiológicos del crecimiento, un alargamiento
anormal es fuente de desequilibrio o de evolución del mismo.
̶ se compacta y densifica, se hace más sólido, pierde su elasticidad,
deteriora su función, y soporta por ello más limitaciones de tensión. El
envejecimiento del hombre es en parte una densificación progresiva de
su conjuntivo (artrosis…)
b) la red de elastina es naturalmente el elemento elástico.

¿Podría decirse que la elasticidad del conjuntivo depende únicamente de su mayor


o menor densificación?

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c) el líquido lacunar es la linfa intersticial, de donde los capilares linfáticos extraen


los elementos precursores de la linfa. Aquí se realiza una inmensa actividad
metabólica.

Circulación de los líquidos

Debemos ver la circulación humana en sentido más amplio. Se trata siempre del
mismo líquido de base que, según la permeabilidad de las membranas y las
circunstancias funcionales, moviliza a través del cuerpo los nutrientes necesarios y
recoge los residuos, de los que se desembaraza en la caldera central cardio-pulmonar,
donde se regenera antes de comenzar un nuevo ciclo.

La sangre arterial circula por vasos cada vez más finos, es la circulación canalizada. A
nivel de los últimos capilares (ventanas), el plasma exuda para alimentar los tejidos y
ocupar los espacios lacunares, es la circulación lacunar. En la linfa intersticial, los
capilares linfáticos extraen los primeros elementos de la linfa, que finalmente volverá al
circuito venoso…

El LCR (líquido cefalorraquídeo) es a la vez la linfa y el plasma del SN.

Nuestro cuerpo está constituido del 70 al 75 % por agua, que circula a través de
nuestros tejidos de 2 maneras. Acabamos de ver la del “agua ligada”.

Al lado del “agua ligada”, parece ser que un “agua libre circularía en las vainas de los
haces conjuntivos, transportando el oxígeno de los nutrientes, de las sales y de los
electrólitos, siendo una inmensa circulación de energía.

Cuando se tiene un concepto claro de la globalidad fascial, se entiende que la menor


anomalía esquelética, alteración articular…puede repercutir en la circulación de los
líquidos. Aquí no hay bomba cardiaca ni válvulas vasculares; el movimiento rítmico de
la fascia es el agente mecánico.

Motilidad de la fascia

Todo movimiento rítmico de cualquiera de estos elementos ocasiona el movimiento


rítmico de os demás. Este movimiento existe, es el MRP (mecanismo respiratorio
primario), cuyo motor es la sístole y la diástole de los hemisferios cerebrales,
perceptible desde el 5º mes de vida fetal y que se prolonga aproximadamente 4 horas
y 20 minutos después de la muerte.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

El encuentro de los campos magnéticos de las células activas del tejido nervioso
provocaría cortocircuitos, por lo que deben estar aisladas. Por otro lado, son incapaces
de alimentarse directamente de la sangre y necesitan un filtro.

Esa doble función de filtro metabólico, la cumple un magma celular intersticial: la


neuroglia, formada por más de 100.000 millones de células especiales (astrocitos o
neuroglia protoplasmática que envuelve las células, y los oligodendrocitos o neuroglia
fibrosa que protege axones y origina mielina.

El conjunto de esta neuroglia se contrae un ritmo de 8-12 contracciones/minuto. Esta


contracción rítmica tiene la membrana celular como órgano. Si visualizamos en el
encéfalo esa contracción: los hemisferios se hacen más compactos, los ventrículos
que ocupan su centro se dilatan, en la periferia se ensanchan los espacios
aracnoideos. Estas contracciones rítmicas son el agente mecánico de la fluctuación
del LCR a través de todas las cavidades cerebro-espinales.

Esta concepción de motilidad craneal (Sutherland) se discute mucho, pues la


contracción de las células gliales parece insuficiente para originar ella sola el
movimiento del cráneo. El mecanismo se debería a las variaciones de presión del LCR
en las cavidades. En efecto, el LCR se reabsorbe dos veces menos rápidamente a
nivel de los corpúsculos, lo que no ocurre a nivel de los plexos coroides. La presión y
la dilatación de los ventrículos aumentan así hasta un nivel superior que corta la
secreción de los plexos hasta un nivel inferior que los reactiva.

El cráneo está formado por un conjunto de piezas óseas articuladas entre ellas. Las
uniones membranosas sinfisarias están formadas por superficies en bisel, que según
la orientación de los biseles permiten la separación hacia fuera o hacia dentro (todos
los huesos del cráneo son solidarios). Por tanto, el movimiento rítmico del MRP y la
presentación de los hemisferios exigen una adaptación rítmica a su vez del cráneo.

Las membranas recíprocas están tirantes en sus inserciones óseas dentro del sistema
cerebro-espinal. Arrastran todos los huesos del cráneo alrededor del sistema articular
etmo-esfeno-occipital, que se prolonga hasta el sacro. Al tener la aponeurosis
superficial, madre de todas las aponeurosis, su inserción en la base del occipital, el
sacro y a lo largo del raquis, se comprende que todos los huesos, la fascia, se
encuentren arrastrados en el movimiento rítmico del mecanismo respiratorio primario.

Anatomía de la fascia

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Optando por un formato más simple y sobretodo más práctico, se divide la fascia en
partes correspondientes a un sistema diferente, pero manteniendo presente que todas
ellas están unidas y ligadas por la continuidad conjuntiva.

a) Fascia superficialis: es el ejemplo de fascia de nutrición. Es un inmenso


conjuntivo laxo que envuelve la piel en casi toda su superficie, desapareciendo
en determinados lugares como la base del cráneo, la región nucal, la región
esterno-costal, la región sacra y glútea, las rótulas y los codos. Esto explica en
parte que estas zonas desprovistas de este conjuntivo, sean preferentemente
las zonas de elección de las escaras. La fascia superficiales es el punto de
partida también de la mayoría de capilares linfáticos, y se encuentra igualmente
en el primer plano de la sudación. Por intermedio de ella, el masaje, más allá
casi de cual sea su forma, resulta en parte eficaz.
b) Peritoneo: es un tejido de sostén y protección, e igualmente de nutrición y
eliminación. Es una gran membrana fibroserosa, que da lugar a un saco
hermético, en el cual se han desarrollado las vísceras, recubriéndolas la hoja
visceral según convenga en sus repliegues. Un peritoneo parietal tapiza la
pared interna de la cavidad abdominal y pélvica. El peritoneo visceral es la
envoltura serosa que recubre los órganos. Sus repliegues forman los medios
de unión y toman nombre según su situación anatómica. Los mesos unen los
segmentos del tubo digestivo a la pared. Los ligamentos unen los demás
órganos a la pared. Y los epiplones unen las vísceras entre sí.
c) Aponeurosis superficial: es la base de la globalidad, el punto de partida de la
noción de cadenas musculares del que tanto se abusa. El conocimiento de los
dos sistemas cruzados permite decir que no hay cadenas separadas, hay
continuidades funcionales, todo el sistema aponeuro-muscular participa en el
menor gesto. La globalidad es ante todo esto.

Fisiológicamente debemos considerar dos esqueletos, un esqueleto óseo,


elemento pasivo de la locomoción y que tiene las articulaciones a su
disposición. Y un esqueleto fibroso, elemento activo.

La aponeurosis superficial forma parte del esqueleto fibroso. No se puede


imaginar mejor que con la visión del despellejado. Estirada sobre el esqueleto
óseo da al cuerpo su morfología. La aponeurosis superficial es mucho más de
lo que acabo de decir, pues sólo tiene de superficial el nombre, es todas las
aponeurosis. Se desdobla gran número de veces para fraccionar el sistema
muscular. La verdad es que una expansión de la aponeurosis envuelve el
deltoides, otra el infraespinoso, etc. Todas las aponeurosis presentan haces
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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

colágenos en distintas orientaciones, es la definición misma de la aponeurosis.


Sus desdoblamientos reparten el sistema contráctil por una división funcional
del conjunto. Los primeros desdoblamientos son tabiques intermusculares, que
dividen el conjunto en celdillas funcionales. En el muslo por ejemplo un tabique
intermuscular externo y uno interno, separan la celdilla anterior de los
extensores de la posterior de los flexores.

En el interior de las celdillas, unos segundos desdoblamientos, ya sea de la


aponeurosis superficial, ya sea de los tabiques intermusculares, dividen el
elemento contráctil en músculos. En el interior del músculo, nuevos
desdoblamientos separan las unidades motrices, cada una de estas afectada
por una motoneurona alfa precisa: fásica o tónica.

Esta visión clara de un conjunto coherente funcional, de untado en que cada


parte está afectada por la tensión de las demás, permite comprender que una
gran parte de la coordinación motriz sea hecha por tensiones y reflejos
miotáticos. No hay acción muscular aislada, luego no puede haber deficiencia
aislada. La reeducación funcional analítica cuando se utiliza sola es un
contrasentido fisiológico.

Las aponeurosis son el agente mecánico de la coordinación motriz. La


observación de diversos trabajos acerca de la fascia nos convence de ello.
Desde tiempos lejanos se ha establecido una teoría del esquema corporal que
regula todos los movimientos. Ahora, la fisiología moderna devuelve al
epicentro un área cortical de reagrupamiento de las informaciones sensitivas
táctiles, de la visión, de la audición…situada en el cruce de la extremidad
posterior de la cisura lateral y del primer surco temporal. Es un área de la
personalidad. El órgano central sólo envía a la periferia un mínimo de órdenes
precisas sobre algunos músculos iniciadores del movimiento, y todas las
demás contracciones no deben nada al córtex. Son reflejas, siendo las
aponeurosis las que transmiten a los músculos las tensiones que
desencadenan sus contracciones. En la coordinación de los movimientos, el
esqueleto aponeurótico es la red de mandos a distancia de las impulsiones
motrices.

Una misma aponeurosis puede formar parte de diversas cadenas. A cada nivel,
las fibras están orientadas en el sentido de las limitaciones de la cadena a la
que pertenecen. Se comprende igualmente que por sus desdoblamientos
sucesivos, una aponeurosis pueda envolver toda una serie de músculos uno al

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

lado de otro de funciones diferentes. Visto de esta manera, la aponeurosis


superficial toma una dimensión considerable, convirtiéndose en la pieza
maestra del aparato locomotor. Nace en la parte de arriba de la periferia
craneal. Parte igualmente del raquis, donde se inserta en todas las espinosas
(ligamento supraespinoso). Esta inserción a lo largo del raquis podría darnos la
imagen no de una, si no de dos aponeurosis superficiales gemelas. En la parte
anterior y superior, se fija solidamente a la horquilla esternal y manubrio, pero
igualmente sobre la cara anterior del esternón, donde se confunde con el
periostio. Abajo se agarra también solidamente a la masa fibrosa pubiana,
constituyéndose un rafe sólido pero deformable, la línea alba o blanca.

Se fija también al borde anterior de la cara superior de la clavícula, pero


sobretodo, dad su importancia en los movimientos de la cabeza, al hueso
hioides. Detrás lo hace a la espina escapular. Más caudal a la cresta iliaca por
su cara profunda. Como ya hemos dicho, a la masa fibrosa pubiana, y también
al arco crural que forma en parte con sus fibras.

En los miembros se adhiere pero de una forma más laxa mediante los tabiques
intermusculares, es decir, a distancia. Este sistema de riendas permite una
gran flexibilidad en la acción de las tracciones. En el miembro superior tras
clavícula y escápula, sólo presenta una inserción sobre el borde posterior del
cúbito y en el perímetro de los ligamentos anulares de la muñeca. La acción a
distancia se realiza principalmente por expansiones que unen casi toda la
musculatura. Los músculos del antebrazo toman todos, inserción directa sobre
la cara profunda de las aponeurosis. La inserción en el borde posterior del
cúbito, el hueso menos móvil del antebrazo, es sólo un punto de apoyo que
permite la orientación de las tracciones.

En el miembro inferior acontece de otro modo. La rotación global del miembro


sale de la cadera, la aponeurosis debe tomar inserciones más importantes a
nivel de la pierna que no tiene ella misma en rotación activa independiente. Se
forman en los dos huesos. En la tibia, la aponeurosis se confunde con el
periostio de la cara antero-interna. En el peroné emite dos tabiques
intermusculares. Al mismo tiempo las inserciones en las partes laterales de la
rótula y de su sistema tendinoso, sobre las tuberosidades tibiales, controlan el
sistema de flexo-extensión.

Se puede decir que la aponeurosis superficial está extendida sobre el


esqueleto óseo como la tela de una tienda sobre sus palos. Determinados

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

huesos son principalmente fijos, el raquis, el esternón y el pubis. Y otros son


más móviles y directores de movimientos, la clavícula, la tibia y el peroné.
Otros incluso son sesamoideos como, la rótula, el sacro o la escápula.

Al lado de la noción de globalidad mecánica que da el sistema aponeurótico,


otra fisiología hace igualmente necesaria la globalidad de un tratamiento. Todo
el conjuntivo, pero especialmente el tejido conjuntivo fibroso, es un inmenso
receptor sensitivo. Encierra millones de tensorreceptores que reaccionan ante
la menor tensión, y que contribuyen a esa gran unción sensitiva que es la
propiocepción. Una tensión prolongada los hace rápidamente dolorosos. El
90% de nuestros dolores son dolores de tensión, que son compensados
generalmente por tensiones secundarias hasta que la agresión supera el nivel
de autorregulación. Sólo la desaparición de la disfunción inicial de la partida
conducirá a la curación. El tratamiento deberá progresar de dolor en dolor, de
disfunción en disfunción…hasta su origen. No hay ningún problema aislado.

d) El músculo: lo que llamamos músculo está constituido por dos elementos, el


sistema aponeurótico que liga los segmentos y los elementos contráctiles, que
permiten al sistema fibroso elástico ejercer presiones sobre estos segmentos
para moveros o para controlar sus movimientos. La dualidad muscular permite
comprender las fisiologías a menudo paradójicas de determinados segmentos
como la columna vertebral. Debemos comprender que todos los segmentos
participan en dos fisiologías diferentes.

La fisiología dinámica bajo la influencia de la musculatura fásica. Y la estática


bajo el control de la musculatura tónica. Existía la tentación de explicar la
estática mediante cadenas musculares tónicas, pero ha de abandonarse esa
idea. El tono postural es una organización segmentaria ascendente. “La función
de las motoneuronas alfa está especificada por el músculo que inervan” (Viliier,
Weiss y Hamburger en 1955). “La organización funcional de la médula es una
adquisición postnatal lenta” (Skolund en 1969). El tono postural es una función
adquirida, teniendo cada individuo su propia organización.

La organización de los movimientos dinámicos ya fue percibida por Wislow en


1732, pues él dividió la musculatura en músculos motores que realizan
directamente el acto final del objetivo a alcanzar, músculos moderadores (las
sinergias) que frenan y controlan el movimiento, y músculos directores que
orientan los segmentos.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

̶ Músculos mono y poliarticulares: los poliarticulares son aquellos que


cruzan varias articulaciones. Los manuales deducen por ello que
poseen una acción sobre todas las articulaciones que cruzan. Es una
visión totalmente libresca. La situación poliarticular de estos músculos
tiene dos razones mecánicas. Son músculos de la dinámica cargados
de grandes amplitudes. Tanto por su acortamiento contráctil como por
su alargamiento, es indispensable que estén formados por fibras largas.
Una segunda organización muscular persigue el mismo objetivo, son los
vastos. La amplitud articular demasiado importante para la longitud de
las fibras se ve cubierta por dos músculos paralelos que se suceden. El
vasto externo empieza el movimiento y el interno lo termina. A nivel de
los músculos tónicos la necesidad poliarticular es diferente. Son
músculos del frenado, del mantenimiento estático. No es su poder
contráctil lo que domina sino su elasticidad. Como el recto anterior,
están hechos de largas aponeurosis entre las cuales vienen a
intercalarse cortas fibras musculares. Deben poder alargarse
pasivamente en los movimientos dinámicos (inervación recíproca).
̶ Músculos agonistas y antagonistas: les llaman agonista cuando tienen
la misma función y antagonistas cuando tienen funciones opuestas.
Seríamos autómatas. Los gestos funcionales están hechos de matices
articulares. Al lado del sistema puramente motor se encuentra un
sistema regulador, que frena, limita, orienta, controla, en definitiva, que
armoniza el movimiento. Es el sistema de la sinergia muscular. A nivel
de cada eje articular son posibles dos movimientos en direcciones
diametralmente opuestas. Hay así cara a cara dos músculos en
oposición aparente, pero es falso ver en estos músculos una oposición
pues es de este antagonismo del que nace la regulación del
movimiento. Un grupo realiza el movimiento y el antagonista lo controla.
Además, este control está lejos de limitarse al sistema antagonista,
pues se extiende más allá, interviniendo por medio de músculos
laterales para dirigir o por medio de músculos multifuncionales para
limitar su acción. No existen realmente músculos antagonistas, sino
músculos complementarios.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Sistema Nervioso Autónomo

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Sistema Nervioso Simpático

La Osteopatía aplicada al Cráneo

Introducción

Sutherland observó en un cráneo desarticulado la semejanza de los biseles de las


partes escamosas de los huesos temporales con las agallas de un pez. Esa visión
alumbro la idea de una movilidad sutil en las articulaciones craneales
(Estructura<>Función).

Durante 30 años experimentó sobre su propio cráneo y sobre cráneos disecados, a fin
de obtener las primeras conclusiones en dicho campo.

Anatomía y fisiología del cráneo

La osteopatía propone que, si su estructura y su fisiología funcionan bien, el


organismo podrá funcionar de manera óptima, permitiendo el adecuado mantenimiento
del homeostasis, así como la eficacia de los procesos de curación.

El estudio del concepto craneal empieza con el conocimiento férreo de:


̶ la osteología, la artrología y la osificación del cráneo.
̶ el desarrollo y la morfología del sistema nervioso central.
̶ la estructura de las meninges del cerebro y de la medula.
̶ la fisiología del líquido céfalo raquídeo (LCR).
̶ la estructura y las funciones de los senos venosos.

Osteología del cráneo

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

El cráneo está formado por veintinueve huesos:


̶ Ocho huesos forman la bóveda craneal: el occipital, el esfenoides, el etmoides,
el frontal y los temporales y los parietales que son pares.
̶ Catorce huesos faciales forman la cara, la mandíbula, la nariz, las órbitas, y el
techo de la cavidad bucal: el vómer, la mandíbula o maxilar inferior y los
huesos pares (los maxilares superiores, los palatinos, los cigomáticos, los
lacrimales, los nasales y los cornetes inferiores).
̶ Seis (3x2) huesos suplementarios corresponden a los huesecillos de cada oído
medio,
̶ El hueso hioides, se encuentra en el cuello sujeto por ligamentos al temporal, y
por diversos músculos a estructuras tales como la mandíbula, el esternón, la
clavícula…

Visión anterior del cráneo

Visión lateral del cráneo

Visión superior del cráneo Visión posterior del cráneo

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Visión inferior y externa de la base del cráneo

Visión superior e interior de la base del cráneo

Artrología del cráneo

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Pueden clasificarse, según sus principales características estructurales en tres tipos:


̶ Articulaciones fibrosas (que nos interesan para las suturas del cráneo).
̶ Articulaciones cartilaginosas (que nos interesan para las suturas del cráneo).
̶ Articulaciones sinoviales.

Articulaciones o sinartrosis fibrosas

En ellas los componentes rígidos del esqueleto que la forman, se unen por tejido
conjuntivo fibroso y se caracterizan por mantener una unión continúa entre los
elementos que se enlazan.

Las articulaciones fibrosas permiten un movimiento muy escaso.Entre las


articulaciones fibrosas se distinguen tres variedades, de acuerdo a la manera en que
se dispone el tejido fibroso de unión.

Sinartrosis Fibrosas

Sinartrosis sindesmosis: permite más movimiento que las suturas. La sindesmosis


consiste en la presencia de ligamentos de tejido conjuntivo fibroso que unen huesos
vecinos y permiten cierto movimiento. Ejemplo: articulación entre huesos
metacarpianos.

Sinartrosis sinfibrosis o Suturas y sinartrosis esquindilesis: Están constituidas por


varias láminas muy delgadas de tejido conectivo y sólo se presentan en las uniones de
los huesos de la cabeza o de la cara. Las suturas siempre se convierten en sinostosis.

Sinartrosis gónfosis: Es la tercera variedad de articulación fibrosa formada por una


superficie que penetra en una cavidad ósea(alveolo-dental).

Osificación del cráneo

Se denomina pericráneo a la membrana perióstica que reviste la superficie externa


del cráneo. Mientras que la superficie interna se halla revestida por el endocráneoo
capa externa de la duramadre.

Agujeros y conductos visibles por endo y por exocráneo a la vez

Piso anterior:

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

̶ Agujeros anteriores de la lámina cribosa: ramas de nervio olfatorio (par I) y


arteriolas.
̶ Agujeros posteriores de la lámina cribosa:arteriolas, prolongaciones de la
duramadre.
̶ Agujero óptico: nervio óptico (par II) y arteria oftálmica.

Piso medio:
̶ Hendidura esfenoidal entre el ala mayor y menor: nervio motor ocular común
(par III), nervio patético (par IV), nervio oftálmico (rama V1 del V), nervio motor
ocular externo (par VI), vena oftálmica.
̶ Agujero oval en el ala mayor: nervio maxilar inferior (rama V3 del V + ramas
motrices), arteria meníngea menor.
̶ Agujero redondo menor en el ala mayor: arterias y venas meníngeas medias.
̶ Agujero rasgado anterior entre el peñasco y el esfenoides: nervios petrosos
mayores y arteria carótida interna.

Piso posterior:
̶ Agujero occipital: límite entre el bulbo y la médula espinal, arterias vertebrales y
espinales, nervio espinal (par XI), raíces ascendentes del hipogloso (XII par).
̶ Agujero condíleo anterior: nervio hipogloso mayor (par XII), arteriola meníngea;
vena condílea anterior.
̶ Agujero rasgado posterior entre el peñasco y el occipital: vena yugular interna,
nervio glosofaríngeo (par IX), nervio neumogástrico (par X), nervio espinal (par
XI), seno petroso inferior, arteria meníngea posterior.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Agujeros sólo visibles por endocráneo

Piso medio:
̶ Agujero redondo mayor en el ala mayor: nervio maxilar superior (rama V2 del
V).

Piso posterior:
̶ Conducto auditivo interno: nervio facial (par VII), nervio intermediario de
Wrisberg o VII º par bisy nervio auditivo (par VIII).

Mecanismo Respiratorio Primario (MRP)

La osteopatía craneal se interesa principalmente por los dos fenómenos fisiológicos


siguientes:
̶ El movimiento presente en las suturas craneales.
̶ Un impulso rítmico en el interior del cráneo que es distinto de cualquier otra
pulsación conocida.

Este mecanismo incluye los fenómenos siguientes:


̶ Movimientos propios del cerebro y de la médula espinal.
̶ Fluctuación del líquido cefalorraquídeo (LCR).
̶ Movilidad de las membranas intracraneales, intraespinales y periféricas
fasciales.
̶ Movilidad de los huesos del cráneo: de la línea central y de la periferia.
̶ Movilidad involuntaria del sacro entre los huesos iliacos.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Movimientos propios del cerebro y de la médula espinal

Cuatro movimientos distintos fueron observados durante intervenciones quirúrgicas:


̶ Una pulsación en sincronía con las pulsaciones cardiacas.
̶ Una pulsación que coincide con los cambios de presión respiratoria asociados
con la espiración y la inspiración.
̶ Una onda que no tiene relación con el ritmo cardiaco ni con el respiratorio y
que mantiene su ritmo constantemente.
̶ Una pulsación ondulante que no ha podido ser identificada.

La movilidad del SNC modifica el volumen de los ventrículos y provoca una fluctuación
del LCR.

Fluctuación del líquido cefalorraquídeo (LCR)

Una energía física que parece intervenir a través de todo el organismo como un
mecanismo hidrodinámico. El mecanismo se debe a las variaciones de presión del
LCR en las cavidades ventriculares. El LCR se reabsorbe dos veces menos
rápidamente a nivel de los corpúsculos, lo que no ocurre a nivel de los plexos
coroideos.

Un potencial eléctrico que interviene en fases positivas y negativas.

Estas dos actividades se encuentran íntimamente relacionadas con la movilidad del


sistema nervioso central.

Movilidad de las membranas intracraneales e intraespinales

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

La hoz del cerebro y las dos hoces que constituyen la tienda del cerebelo poseen
como punto de origen el seno recto.

Las tres membranas que constituyen la hoz del cerebro y la tienda del cerebelo se
denominan membranas de tensión recíproca. Su función es guiar y limitar los
movimientos de los huesos craneales. Para asegurar con efectividad el equilibrio en
todas las direcciones, operan sobre un punto de apoyo suspendido que puede cambiar
automáticamente de lugar, adaptándose a los diferentes movimientos de los huesos
craneales. Este punto de apoyo está situado al nivel del seno y en la unión de la tienda
del cerebelo y de la hoz del cerebro.

Movilidad articular de los huesos del cráneo

El único factor fisiológico capaz de mantener, por lo tanto, las superficies articulares y
protegerlas de la anquilosis es el movimiento.

Desde el nacimiento hasta los 6 –7 años, las articulaciones craneales se forman para
tener un ligero movimiento que persiste durante toda la vida. Las superficies
articulares son dentelladas o biseladas. Se unen con un tejido conjuntivo que permite
leves movimientos; su dirección depende de las superficies óseas relacionadas.

Se obtendrán, según éstas superficies, movimientos de rodamiento, deslizamiento o


de bisagra (punto de unión).

Movilidad involuntaria del sacro entre los huesos ilíacos

Existe un movimiento involuntario del sacro que se debe distinguir de la movilidad


postural y biomecánica del sacro entre los ilíacos. Este movimiento depende del
mecanismo respiratorio primario y se transmite a través de la tensión de las
membranas recíprocas.

Fisiología del mecanismo respiratorio primario

Para mantenerse sano, el organismo debe estar bien oxigenado, hidratado, alimentado
y ser capaz de eliminar sus desechos. Lo principal es la respiración pulmonar que
aporta el oxígeno del aire y evacua el CO2.

Existe otra función importante; se trata de la respiración tisular, es decir, los


intercambios al nivel de la célula. Cada célula del cuerpo recibe el oxígeno inspirado,
al igual que el alimento, las enzimas, las hormonas y todo lo que contribuye al más alto

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

nivel de bienestar. Esta respiración interna comprende también la eliminación de los


metabolitos.

Fisiología del mecanismo respiratorio primario

En el concepto craneal, la respiración tisular se relaciona estrechamente con la función


del líquido cefalorraquídeo (LCR) no sólo en el cráneo, sino también en todo el cuerpo
gracias a los canales de comunicaciones.

Debido a su fluctuación, el LCR juega un papel fundamental en el mecanismo


respiratorio primario y en la respiración tisular interna.

Fisiología del MRP

En la fase de inspiración (flexión) del MRP, se producen los siguientes cambios:

Toda la sustancia nerviosa se contrae desde los hemisferios cerebrales hasta la


extremidad de la médula, que parece concentrarse al nivel del tercer ventrículo.

Los hemisferios cerebrales diminuyen su dimensión anteroposterior y se extienden


lateralmente.Se puede comparar a una esponja. Durante la contracción y la expansión,
se modifica la capacidad de los ventrículos. Hay un importante intercambio entre el
LCR y la sangre.

El movimiento de elevación del tercer ventrículo tira del tallo pituitario hacia arriba y se
produce la elevación de la hipófisis en la silla turca.

El LCR está en continuidad con el sistema linfático y todos los líquidos del cuerpo
hasta la célula. Puede influir en gran manera en el equilibrio bioquímico y bioeléctrico
del organismo.

En la fase de inspiración (flexión) del MRP, se producen los siguientes cambios:

Se observa el descenso de la bóveda, la disminución del diámetro anteroposterior y un


ligero aumento de la anchura (aumento transversal).

El agujero occipital se eleva, tirando de las membranas espinales.El sacro rota, con la
base hacia atrás y hacia arriba y el ápex hacia la sínfisis púbica.

En la fase de espiración siguen la extensión y la rotación interna.

29
III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Disfunciones del MRP

Como el cráneo es un mecanismo móvil y sin rigidez, cualquier estiramiento, distorsión


o restricción de movimiento puede ser una amenaza para cada uno de los sistemas
orgánicos del cuerpo. La restricción de las membranas durales puede provocar
múltiples desgastes y disfunciones de los vasos y de los nervios que las atraviesan.

Cuando la fisiología del LCR se desequilibra, puede producirse una alteración


marcada en el metabolismo en centros fisiológicos, sobre todo en la base del cuarto
ventrículo.

Una fuerte tensión en las aponeurosis desde la base de cráneo puede ser el factor el
más importante en la génesis de la escoliosis en los niños. También puede ser la
causa de todas las malas actitudes posturales.

Solamente una amplia experiencia clínica puede permitir una apreciación de las
posibles consecuencias, que se pueden manifestar por alteraciones de la eficacia
física, bioquímica, función mental, electrobiología y fisiología fundamental de la
homeostasis.

Principios biomecánicos del cráneo

Hay tres factores mayores que determinan en grande parte los límites de la movilidad
funcional normal de cada uno de los huesos o articulaciones del cráneo.

̶ Cada hueso debe estar libre entre sus suturas para poder moverse sin
tensiones en toda su amplitud articular;

̶ Los huesos contiguos también deben estar libres para poder acompañar sin
esfuerzo tales movimientos;

̶ Las membranas intracraneales y extracraneales también deben estar libres de


todas restricciones en su elemento de tensión recíproca.

Movimientos de los huesos del cráneo

Los movimientos están bajo la influencia del:

̶ Occipital para la esfera posterior.

̶ Esfenoides para la esfera anterior.

30
III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Huesos de la línea central:

Occipital –esfenoides –etmoides –vómer: se mueven por flexión –extensión a partir de


un eje transversal.

Huesos de la periferia:

Temporales –frontal –maxilares –palatinos –parietales –unguis/nasales: se mueven


por rotación externa –rotación interna a partir de ejes propios.

Fases del MRP

Primer tiempo: inspiración o flexión:

̶ Rotación externa de la periferia.

̶ Flexión de los huesos de la línea central.

Con los cambios siguientes en el cráneo:

̶ El diámetro anteroposterior del cráneo disminuye.

̶ El diámetro transversal aumenta.

̶ La bóveda desciende.

Secundo tiempo: espiración:

-Rotación interna de la periferia.

-Extensión de los huesos de la línea central.

Con los cambios siguientes en el cráneo:

31
III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

-El diámetro anteroposterior del cráneo aumenta.

-El diámetro transversal disminuye.

-La bóveda se eleva.

Movimientos de los huesos de la línea central

La fase de inspiración determina la flexión de la sínfisis esfenobasilar (SEB).

Durante la fase de extensión de la SEB, el movimiento de los huesos de la línea


central es inverso.

Membranas intracraneales

En la flexión de la SEB:

̶ La inserción occipital de la hoz la arrastra hacia atrás y abajo.

̶ En la otra extremidad, la apófisis crista galli es llevada hacia atrás


y arriba. La hoz toma parte en la flexión del etmoides.

̶ La inserción frontal de la hoz provoca el retroceso de la sutura


metópica y participa en la rotación externa.

̶ La inserción parietal de la hoz desciende la sutura interparietal y


participa en la rotación externa.

̶ La hoz del cerebro al descender permite el alargamiento de la


tienda del cerebelo.

̶ Este alargamiento se recupera gracias a la rotación externa de los temporales:


la tienda del cerebelo se extiende transversalmente.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Disfunciones de la sínfisis esfenobasilar (SEB)

Disfunción en flexión lateral rotación derecha:

Strain vertical esfenoides alto:

Strain vertical esfenoides bajo:

Strain lateral esfenoides derecho:

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Compresión de la SEB:

Repercusiones de las disfunciones de la sínfisis esfenobasilar:

Podemos encontrar repercusiones de esas disfunciones en todo el cuerpo, pero las


más importantes que están en relación directa ocurren:
̶ En la oclusión dental.
̶ En la vista.
̶ En el equilibrio en el espacio.
̶ En la relación cráneo-sacro.

NOTA CLÍNICA

La base del cráneo es la polea de la “marioneta”, y cualquiera de sus modificaciones


hace que las tensiones de las diversas cadenas musculares varíen.

Las modificaciones son en primer lugar intracraneales y después se extenderán a la


periferia.

Los ortodoncistas han observado que los niños de menos de 8 años que presentan
una desalineación de la línea interincisiva sin modificación de las curvas vertebrales
desarrollarán a partir de la adolescencia una escoliosis grave. (Ver el tomo II de

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Cadenas musculares de L. Busquet). En este caso, el tratamiento de la escoliosis


deberá dar prioridad a la disfunción primaria craneal, y además incluir un equilibrio de
las tensiones de las fascias musculares periféricas que pueden reintroducir la
inclinación craneal.

El tratamiento de los niños ha de realizarse por norma general siempre en el sentido


de la corrección, dada la maleabilidad de las estructuras sobre las que se trabaja.

El Paladar

Paladar duro: maxilar y palatinos.

Paladar blando: aponeurosis formada por los músculos periestafilinos externos o


tensores del velo del paladar, que se originan en la parte externa de la trompa, espina
del esfenoides, y cara externa de la lámina interna de la apófisis pterigoides. Inervados
por el nervio timpánico de Jacobson (IX). Su acción es tensar el velo del paladar y
elevar la úvula cuando ésta baja.

Pilares Anteriores del Paladar: formados por los músculos palatoglosos, que se
originan en la mucosa aponeurótica del paladar blando y se continúan inferiormente
con el músculo transverso de la lengua. Su inervación corresponde al plexo faríngeo
(pares IX Y X).

Pilares posteriores del Paladar: corresponden a los músculos palatofaríngeos,


originados en el gancho de las apófisis pterigoides, en la trompa, en la úvula
(profundos respecto a los músculos constrictores de la faringe), Descienden hasta el
borde superior del cartílago tiroides y la pared lateral de la faringe. Inervados por el
plexo faríngeo. A cada lado de cada pilar existe una fosa amigdalina.

Músculo periestafilino interno o elevador del velo del paladar: se origina en la base
craneal, más concretamente en la porción petrosa del temporal, para dirigirse a la
porción superior del velo, posterior al tensor, e insertándose también en la úvula.
Asciende el velo y la trompa. Al elevar el velo, éste contacta con la cara posterior de la
faringe, cerrando la comunicación con las fosas nasales (deglución). Existe
variabilidad anatómica respecto de su inervación, entre el nervio timpánico y el plexo
faríngeo.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Región Cervical y Articulación Temporo-Mandibular

Diafragma Torácico

Hay 2 sistemas nerviosos que controlan la respiración:

̶ Control voluntario: Situado en la corteza cerebral. Envía impulsos a las


neuronas motoras respiratorias a través de las vías corticoespinales.

̶ Sistema automático: Situado en el bulbo y la protuberancia.

Las fibras nerviosas que median la inspiración convergen en las neuronas motoras
frénicas situadas en las astas anteriores C3-C5 y, en las neuronas intercostales
externas en las astas anteriores en toda la extensión de la médula torácica.

Las fibras nerviosas que median la espiración convergen en las neuronas motoras
intercostales internas en la médula torácica.

El cuello

El cuello es una vía de comunicación superior entre la cabeza, el tronco y los


miembros.

Muchas estructuras importantes se concentran en el cuello, particularmente los


músculos, las glándulas, las arterias, las venas, linfáticas, la tráquea, el esófago y las
vértebras.

Varias estructuras de importancia vital, tales como la glándula tiroidea, la tráquea, las
venas yugulares y las arterias carótidas, están privadas de la protección ósea.

36
III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

La parte central del cuello está ocupada por el cartílago tiroideo, el cartílago más
voluminoso de la laringe, así como por la tráquea. El cuello está recorrido lateralmente
por la importante vía arterial con destino cérvico-cefálico y por las principales vías de
drenaje venoso de estas regiones (las venas yugulares).

En la base del cuello el conducto torácico vierte en el sistema venoso la mayor parte
de la linfa del cuerpo.

El esqueleto del cuello comprende las vértebras cervicales, el hueso hioides, el


manubrio del esternón y las clavículas.

Hueso Hioides

El hueso hioides es un hueso móvil situado en la parte delantera del cuello, a la altura
de la vértebra C3, en el ángulo entre la mandíbula y el cartílago tiroideo.

Posee forma de U cuya curva es anterior y sus brazos apuntan posteriormente. Las
puntas de los brazos se suspenden de las apófisis estiloides de los temporales
mediante los ligamentos estilohioideos.

Los especialistas en la articulación temporo-mandibular a menudo recurren a estudios


radiológicos del nivel vertical del hioides tanto en el diagnóstico como en el pronóstico.

El hioides está suspendido por músculos que lo conectan a la mandíbula, a los


procesos estiloideos, al cartílago tiroideo, al manubrio esternal y a las escápulas.

No se articula con ninguna otra pieza esquelética; está suspendido de los procesos
estiloideos de los huesos temporales
por medio de los ligamentos
estilohioideos y está conectado por
otro lado sólidamente al cartílago
tiroideo.

Sobre el plano funcional, ofrece los


sitios de inserción a ciertos músculos
de la región anterior del cuello y
desempeña el papel de un tutor que
conserva abierta la vía respiratoria.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

El cuello

Las estructuras del cuello están divididas en compartimentos por la fascia cervical
superficial y profunda:

̶ Fascia cervical superficial:comprendida entre la dermis y la lámina superficial


de la fascia cervical profunda. Envuelve los nervios cutáneos, vasos
sanguíneos y linfáticos, nódulos linfáticos superficiales y una cantidad variable
de grasa antero-lateralmente, contiene el músculo platisma.

̶ Fascia cervical profunda: consta de tres láminas, una lámina superficial, una
lámina pretraqueal y una lámina prevertebral. Estas tres láminas desempeñan
un papel de sostén. Se condensa por otro lado alrededor del paquete vásculo-
nervioso del cuello para formar las vainas carotídeas.

Las láminas de la fascia profunda ofrecen también planos de deslizamiento que


permiten a las estructuras del cuello movilizarse sin fricción las unas sobre
otras, por ejemplo, en el momento de la deglución o en el momento de los
movimientos de rotación de la cabeza y del cuello.

Músculos anteriores del cuello

Anatómicamente son los anteriores a la columna cervical y envuelven las vísceras del
cuello.

Gran relevancia clínica por ejemplo en accidentes de tráfico por impacto posterior
(whiplash).

Grupo muscular profundo medio:

̶ Músculo largo del cuello se extiende sobre toda la columna cervical anterior y
los cuerpos de las tres primeras dorsales. Flexiona la columna cervical y tiende
a hacerle ejecutar un movimiento ligero de rotación que dirige la cara hacia su
mismo lado.

̶ Recto anterior menor tendido entre el occipital y el atlas, por delante de la


articulación atloido-occipital. Flexiona la cabeza y la inclina hacia su mismo
lado.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

̶ Recto anterior mayor se extiende de la columna cervical a la apófisis basilar del


occipital. Flexiona la cabeza y le imprime un movimiento de rotación que dirige
la cara hacia su mismo lado.

Grupo muscular profundo lateral:

̶ Escaleno anterior: tubérculos anteriores de las apófisis transversas de las 3ª,


4ª, 5ª y 6ª cervicales arriba, sobre la 1ª costilla (tubérculo de Lisfranc) abajo.

̶ Escaleno medio: tubérculos anteriores de las apófisis transversas (por fuera y


detrás del anterior) los 2ª, 3ª, 4ª, 5ª, 6ª y 7ª cervicales arriba, sobre la 1ª costilla
(por detrás y afuera del anterior) abajo dónde delimita con el anterior un
espacio por el cual pasa la arteria subclavia y el plexo braquial.

̶ Escaleno posterior: tubérculos posteriores de las apófisis transversas de las 4ª,


5ª y 6ª cervicales por arriba, sobre el borde superior externo y la cara de la 2ª
costilla.

Elevan las 2 primeras costillas con punto fijo superior cervical (son
inspiradores); inclinan la columna cervical a su lado e imprimen un movimiento
ligero de rotación que lleva la cabeza por el lado opuesto si el punto fijo es el
torácico.

̶ Los músculos intertransversos del cuello: de una apófisis transversa a la


subyacente. Inclinan por su parte la cabeza y el cuello.

̶ El músculo recto lateral: de la apófisis yugular del occipital por arriba, sobre la
rama anterior de la apófisis transversa del atlas por abajo (es el 1er
intertransverso del cuello). Inclina la cabeza a su lado.

Músculos infrahioideos

Separados de los músculos prevertebrales por las vísceras del cuello:

̶ Esterno-tiroideo: se extiende por delante de la laringe y por delante del cuerpo


tiroideo, desde el esternón hasta el cartílago tiroideo. Baja la laringe.

̶ Tiro-hioideo: continúa el esterno-tiroideo por encima del cartílago tiroideo hasta


el hueso hioides. Fijado por el esterno-tiroideo, directamente baja el hueso
hioides.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

̶ Esterno-cleido-hioideo: se extiende, por delante del esterno-tiroideo y por


delante del tiro-hioideo, por delante de la clavícula al hueso hioides. Los bordes
internos del ECOM y del esterno-hioideo limitan, con los del lado opuesto, un
espacio romboidal, medial, muy alargado, con eje mayor vertical, y que
corresponde, de arriba abajo, a la laringe, al cuerpo tiroideo y a la tráquea.
Directamente atrae el hueso hioides abajo.

̶ Omo-hioideo: músculo digástrico con un tendón intermediario, se extiende


oblicuamente sobre el lado del cuello, del omóplato al hueso hioides. Lleva el
hueso hioides abajo, para atrás y fuera.

Grupo muscular suprahioideo

̶ Geni-hioideo (plano profundo): se extiende de la parte media del maxilar


inferior al hueso hioides. Baja la mandíbula inferior o eleva el hueso hioides
(con arreglo al punto fijo).

̶ El milo-hioideo (plano medio): extendido transversalmente de la cara interna


del maxilar inferior al hueso hioides y al rafe medio. Los 2 milo-hioideos,
reunidos por el rafe medio desde la sínfisis de la barbilla hasta el hueso
hioides, forman en su conjunto una cincha muscular en la cual reposan: en
medio, los genio-hioideos y más arriba la lengua; sobre los lados, las glándulas
sublinguales. Baja la mandíbula inferior o eleva el hueso hioides (con arreglo al
punto fijo).

̶ Digástrico (plano superficial): es alargado y formado por 2 vientres carnosos,


uno anterior, el otro posterior, unidos por un tendón intermediario. Está situado
en el lado superior y lateral del cuello y se extiende, encorvándose por encima
del hueso hioides (al cual se agarra por fibras musculares y tendinosas), desde
la región mastoidea hasta la vecindad de la sínfisis mentoniana. El digástrico
proviene en efecto de la unión, por sus extremos hioideos, de dos músculos
primitivamente distintos. El vientre anterior baja la mandíbula inferior o eleva el
hueso hioides (con arreglo al punto fijo). El vientre posterior eleva el hueso
hioides.

̶ Estilo-hioideo (plano superficial): músculo fino y fusiforme, está situado por


dentro y por delante del vientre posterior del digástrico y desciende de la
apófisis estiloides al hueso hioides. Eleva el hueso hioides.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Grupo antero-lateral

̶ Esterno-cleido-mastoideo (ECOM): músculo cuadrilátero y espeso,


oblicuamente extendido en la región antero-lateral del cuello, de la apófisis
mastoides al esternón y la clavícula. Flexiona la cabeza, la inclina a su lado y le
imprime un movimiento de rotación por el cual la cara es girada al lado
opuesto. Cuando los 2 músculos se contraen juntos, producen la flexión directa
de la cabeza.

Músculos de la región posterior del cuello

Plano profundo:
̶ Recto posterior menor: está colocado por cada lado por la línea mediana y se
extiende del atlas al occipital. Es extensor de la cabeza.
̶ Recto posterior mayor: está situado por fuera del recto posterior menor, entre el
axis y el occipital. Es extensor de la cabeza y gira la cara a su lado.
̶ Oblicuo mayor: espeso, fusiforme, está situado debajo y por fuera del recto
mayor y se extiende del axis al atlas. Sube a la cabeza, la cara a su lado.
̶ Oblicuo menor: corto, está colocado hacia atrás y hacia fuera de la articulación
atloido-occipital, entre la apófisis transversa del atlas y el occipital. Extiende la
cabeza, lo inclina por su parte y gira la cara al lado opuesto.
̶ Transverso-espinoso: ocupa, sobre toda la longitud de la columna vertebral, el
canal vertebral comprendido entre las apófisis espinosas y las apófisis
transversas.
̶ Interespinoso del cuello: pequeños músculos cuadriláteros extendidos por cada
lado de la línea mediana entre las apófisis espinosas de dos vértebras
próximas. En el cuello, existen seis pares, escalonados desde el axis a la
primera vértebra dorsal. Son extensores de la columna vertebral.

Plano del complexo:

̶ Complexo mayor: músculo ancho y espeso, extendido sobre la nuca y el lado


superior de la espalda desde la 6 °dorsal hasta el occipital. Extiende la cabeza
y lo inclina por su parte. La contracción bilateral produce la extensión directa.

̶ Complexo menor: largo, delgado, situado por fuera del complexo mayor,
conecta la columna cervical a la apófisis mastoides. Extiende la cabeza y lo
inclina por su parte. La contracción bilateral produce la extensión directa.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

̶ Transverso del cuello: largo, delgado, situado por fuera del complexo menor,
conecta otra vez las apófisis transversas de las 5 primeras dorsales a los
tubérculos posteriores de las apófisis transversa de las 5 últimas cervicales.
Extiende la columna cervical y la inclina por su lado.

̶ Ilio-costal: el lado superior del ilio-costal, une el borde superior de las 6


primeras costillas con los tubérculos posteriores de las transversas de las 4 o 5
últimas cervicales. Extiende la columna cervical y lo inclina por su parte.

Plano del esplenio y del angular:

̶ Esplenio: músculo alargado, bastante espeso y ancho, extendido sobre toda la


altura de la nuca y sobre el lado superior de la espalda, desde las primeras
dorsales hasta el occipital y la mastoides. Extiende la cabeza, la inclina por su
parte y gira la cara hacia su lado.

̶ Angular de la escápula: es un músculo alargado y aplastado, que se extiende,


por fuera del esplenio y detrás de los escalenos, detrás del ángulo de la
escápula a la columna cervical (apófisis transversas de las 4 ó 5 primeras
cervicales). Cuando el angular toma su punto fijo en la columna cervical, lleva
el ángulo del omóplato arriba y hacia dentro y baja el muñón del hombro. Si el
punto fijo es el omóplato, el angular inclina la columna cervical por su parte.

Plano superficial:

̶ Trapecio: el trapecio es amplio, aplastado, delgado, triangular. Es el más


superficial de los músculos de la región posterior del cuello y del tronco y se
extiende de la columna cérvico-dorsal en el hombro. La contracción de las
diferentes fibras del trapecio contribuye a llevar el hombro arriba y hacia dentro.
Tomando como punto fijo la inserción escapular, inclina la cabeza hacia su lado
y gira la cara hacia el lado opuesto.

Las vísceras del cuello

Las vísceras del cuello están dispuestas en 3 planos:


̶ plano visceral endocrino: glándula tiroidea y paratiroides.
̶ plano visceral respiratorio: laringe y tráquea
̶ plano visceral digestivo: faringe y esófago.

Plano visceral endocrino del cuello:

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

̶ La glándula tiroidea, muy ricamente vascularizada por las arterias tiroideas


inferiores y superiores, es la glándula más voluminosa y endocrina del cuello.
Produce la hormona tiroidea, que controla el metabolismo y la calcitonina (una
hormona que regula el metabolismo del calcio). La glándula tiroidea ejerce su
acción en todas las regiones del cuerpo, salvo, en el encéfalo adulto, el bazo,
los testículos y el útero.

̶ La hormona producida por las glándulas paratiroides, la parathormona


controla el metabolismo fosfo-cálcico en la sangre. La parathormona tiene
como blancos el esqueleto, los riñones y el intestino.

̶ Glándula tiroidea:

o Se sitúa a la altura de la vértebra C5 a T1, en la cara profunda de los


músculos esterno-tiroideos y esterno-hioideos. Comprende 2 lóbulos,
uno izquierdo y otro derecho, ocupando posiciones antero-laterales con
relación a la laringe y con relación a la tráquea.

o Un istmo une los 2 lóbulos por delante de la tráquea, con la que


habitualmente recubre los 2 °y 3 °anillos cartilaginosos. Tejido
conjuntivo denso une la cápsula de la glándula tiroidea con el cartílago
cricoides y con los anillos superiores de la tráquea.

̶ Glándulas paratiroides:

o Las glándulas paratiroides, pequeñas y ovoides, son anexas a la cara


externa de la cápsula fibrosa de la glándula tiroidea, sobre la mitad
mediana de la cara posterior de cada lóbulo tiroideo.

o Las glándulas paratiroides superiores están situadas en general un


poco más de 1 cm por encima del punto de penetración de las arterias
tiroideas inferiores en la glándula tiroidea; las glándulas paratiroides
inferiores habitualmente se encuentran en una distancia ligeramente
superior a 1 cm debajo de este punto de penetración. La inmensa
mayoría de los individuos poseen 4 glándulas paratiroides.

Plano visceral respiratorio del cuello:

La laringe y la tráquea contribuyen a la función respiratoria del cuerpo. Órgano


complejo de la fonación, la laringe consta de 9 cartílagos unidos por

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

membranas y ligamentos, que encierran los pliegues vocales (cuerdas


vocales). Las principales funciones de las vísceras del plano respiratorio son:

̶ Asegurar el paso del aire y de los alimentos respectivamente hacia el


tracto respiratorio y hacia el esófago.

̶ Mantener la vía aérea abierta permitiendo su cierre temporal.

̶ Asegurar la fonación.

La tráquea prolonga la laringe hasta en el tórax donde se divide en bronquios


principales derechos e izquierdos. Encamina el aire hacia los pulmones y su epitelio
asegura la propulsión hacia la faringe de la mucosidad.

Laringe

̶ Se sitúa anterior a la columna cervical donde se extiende desde el cuerpo de


C3 hasta el cuerpo de C6. La laringe es el órgano de la fonación y desempeña
el papel de un esfínter protector, particularmente durante la deglución, y
mantiene la vía respiratoria permeable.

̶ Esqueleto de la laringe: 3 cartílagos impares (Cartílago tiroideo, cricoides y


epiglótico) y 3 pares, los cartílagos, aritenoides, corniculados y cuneiformes.

̶ El cartílago tiroideo es el más voluminoso de la laringe. Está constituido por 2


láminas en forma de placa en las que los 2/3 inferiores están fusionados
anteriormente en el plano medio para formar la prominencia laríngea (nuez).
Por encima de esta prominencia, las 2 láminas se apartan para formar la
profunda incisura tiroidea superior en forma de "V".

̶ El borde superior y los cuernos superiores del cartílago tiroideo están


conectados otra vez al hueso hioides por la membrana tiro-hioidea. El borde
inferior del cartílago tiroideo se conecta al cartílago cricoides. Los cuernos
inferiores se articulan con las caras laterales del cartílago cricoides a nivel de
las articulaciones crico-tiroideas.

̶ Los principales movimientos que se producen al nivel de estas articulaciones


son la rotación y el deslizamiento del cartílago tiroideo. Tienen por resultado, el
modificar la longitud de los pliegues vocales (cuerdas vocales).

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

̶ El cartílago cricoides presenta la forma de una sortija de sello orientado


anteriormente, y rodea completamente la vía respiratoria. Está unido con el
primer anillo de la tráquea por el ligamento crico-traqueal. El ligamento crico-
tiroideo corresponde a la palpación a una zona muelle subyacente al cartílago
tiroideo.

̶ Los cartílagos aritenoides izquierdo y derecho se articulan con las partes


laterales del borde superior de la lámina del cartílago cricoides. Las
articulaciones crico-aritenoideas permiten a los cartílagos aritenoides
ejecutar un papel esencial en la aproximación y la relajación de los pliegues
vocales (cuerdas vocales).

̶ El ligamentovocal se extiende desde la zona de unión de las láminas del


cartílago tiroideo, hacia delante, hasta el proceso vocal del cartílago
aritenoides. El ligamento vocal constituye el esqueleto del pliegue vocal.

̶ El cartílago epiglótico está situado detrás de la base de la lengua y del hueso


hioides, y por delante de la entrada de la laringe. Forma el borde superior y el
lado superior de la pared anterior de la entrada de la laringe.

̶ Su extremidad ancha y superior es libre y su extremidad inferior afilada es


fijada por el ligamento tiro-epiglótico. El ligamento hio-epiglótico conecta otra
vez la cara anterior del cartílago epiglótico con el hueso hioides.

̶ Configuración interna de la laringe: la cavidad laríngea se extiende desde la


entrada de la laringe hasta el borde inferior del cartílago cricoides donde
comunica con la tráquea.

̶ La glotis (aparato vocal de la laringe) comprende los pliegues vocales, los


procesos vocales y la hendidura glótica. La forma de la hendidura glótica
varía según la posición de los pliegues vocales. Durante la respiración
tranquila, la hendidura es estrecha y triangular; durante la respiración forzada,
es ancha. La hendidura glótica es estrecha cuando los pliegues vocales se
aproximan en el momento de la fonación. Las modificaciones de la altura de la
voz resultan de variación en la tensión y la longitud de los pliegues vocales.

Tráquea

̶ Es un tubo fibrocartilaginoso reforzado por anillos cartilaginosos incompletos,


los anillos traqueales. Mantienen la tráquea abierta y son interrumpidos

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

posteriormente, allí dónde la tráquea entra en contacto con esófago. La


interrupción posterior de los anillos traqueales es sustentada por el músculo
traqueal.

̶ La tráquea comienza a la altura de C6. Se acaba al nivel del ángulo esternal o


al nivel del disco intervertebral T4 / T5

Plano visceral digestivo del cuello

La Faringe es la parte del sistema digestivo situada detrás de la cavidad nasal y oral,
y que se prolonga inferiormente hasta más allá de la laringe. La faringe se
extiendedesde la base del cráneo hasta el borde inferior del cartílago cricoides
adelante, yhasta el borde inferior de C6, para atrás.

La pared posterior de la faringe está aplicada sobre lalámina prevertebral de fascia


cervical profunda.

Configuración interna de la faringe, 3 partes:

̶ La Nasofaringe tiene una función respiratoria. Se encuentra por encima del


velo del paladar y puede estar considerada como una extensión posterior de
las cavidades nasales, las cuales se abren a la nasofarínge por dos aberturas
simétricas, las coanas.

̶ La Orofaringe tiene una función digestiva. Está delimitada arriba por el velo
del paladar, abajo por la base de la lengua y lateralmente por los arcos palato-
glosos (pilares anteriores del velo del paladar) y palato-faríngeos (pilares
posteriores del velo del paladar). Se extiende desde el velo del paladar hasta el
borde superior del cartílago epiglótico.

Deglución

La deglución comprende 4 fases:

̶ Primera fase: comprende los mecanismos de anticipación, así como los


componentes motivacionales.

̶ La segunda fase es voluntaria: el alimento es procesado en la boca y pasa de


ella a la orofarínge por los movimientos de la lengua y del velo del paladar.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

̶ La tercera fase es rápida e involuntaria: el velo del paladar es levantado, lo que


cierra la comunicación entre la nasofaringe y la oro y laringofarínge; la
contracción de los músculos suprahioideos y longitudinales de la faringe
levanta la laringe y, al mismo tiempo, ensancha y acorta la faringe que puede
así recibir el alimento.

̶ La cuarta fase es también involuntaria: la contracción secuencial de tres


músculos constrictores faríngeos moviliza el alimento e sentido descendente
hacia el esófago.

Configuración interna de la faringe, 3 partes:

-La laringofarínge se encuentra detrás de la laringe; se extiende desde el borde


superior de la epiglotis y los pliegues faringe-epiglóticos hasta el borde inferior del
cartílago cricoides, donde se estrecha y entra en continuidad con esófago.
Posteriormente, la laringofarínge entra en contacto con los cuerpos de C4 en C6.

Sus paredes laterales, y posterior están constituidas por los músculos constrictores
medios e inferiores; sobre su cara interna, sus paredes son tapizadas por los músculos
faríngeos y palato-faríngeos.

Músculos constrictores de la Faringe


̶ Ms. constrictores de la faringe:
o -Superior
o -Medio
o -Inferior
̶ Ms. Estilo-faríngeo

ATM

Las articulaciones temporo-mandibulares son dos articulaciones únicas porque


conectan un mismo hueso, la mandíbula, con dos huesos pares simétricos, los
temporales. Por tanto, para ser funcionales, deben actuar en razonable sincronía. La
articulaciones son simétricas y por lo general de forma elipsoidal.

El arco más grande lo crea la fosa del hueso temporal. Hay una eminencia temporal en
el extremo de cada fosa, que son una fuente frecuente de disfunciones.

Las articulaciones temporo-mandibulares son diartrosis que contienen dos cavidades,


que por norma general no se comunican. Hay un disco o menisco interarticular que

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

separa las dos cavidades y que divide funcionalmente cada articulación temporo-
mandibular en dos articulaciones.

La articulación superior (anfiartrosis) se halla entre el disco y el temporal. La


articulación inferior (trocleartrosis) se halla entre el disco y el cóndilo mandibular.

La estructura de la articulación temporo-mandibular es exclusiva de los mamíferos y


surgió durante la transición evolutiva entre los reptiles y los mamíferos. En los reptiles,
la articulación mandibular se establece entre huesos análogos a los huesecillos del
oído medio de los seres humanos.

Durante el desarrollo fetal del ser humano, la articulación de la mandíbula se desplaza


desde el oído hasta su posición delante de la oreja (ontogenia y filogenia). Con
frecuencia, el músculo pterigoideo lateral envía fibras por el disco interarticular y por el
oído, que se insertan en el martillo. Esta inserción persiste durante la vida adulta,
siendo otro ejemplo de asociación entre la función de la mandíbula y la audición.

Después de nacer, la articulación temporo-mandibular asciende respecto a la línea de


mordida entre los dientes, hasta que en la madurez la articulación suele estar más de
2 cm por encima de dicha línea.

A medida que aparecen los dientes y el nivel de la articulación temporo-mandibular se


eleva respecto a la línea de mordida, la estructura y función del sistema masticador se
modifican. Si este sistema parece disfuncional en algunos casos, tal vez esté tratando
de adaptarse a una fuerza o problema externos. Si éste es el caso, el trabajo de
oclusión dental tal vez sea contraproducente. Parece mejor considerar todos los
factores externos antes de realizar oclusiones u otro trabajo invasivo.

El disco interarticular tiene una composición histológica variable, en su mayoría es


tejido fibroso, pero tal vez llegue a contener hasta un 40% de cartílago. Se trata de una
placa oval más gruesa en sentido posterior que anterior. Esto ayuda a prevenir que el
disco se mueva demasiado hacia delante y que pierda su interposición entre el cóndilo
y el temporal.

La circunferencia del disco se inserta directa o indirectamente en la cápsula articular a


través del tejido conjuntivo. En sentido anterior, el disco se conecta con el tendón de la
porción superior del músculo pterigoideo lateral, cuya contracción mueve el disco
hacia delante. En sentido posterior, a este movimiento se le opone la inserción del
disco en el tejido retrodiscal, que actúa recíprocamente con el músculo pterigoideo

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

medial, de modo que cuando el músculo se relaja, el tejido retrodiscal tira del disco
hacia atrás como una banda de goma.

Es fácil apreciar las relaciones entre el sistema cráneo-sacro, el músculo temporal y la


articulación temporo-mandibular.

Según mi experiencia, el síndrome de la ATM es con frecuencia un síntoma más que


una causa. En realidad, el síntoma tal vez requiera un tratamiento específico, pero
tratar sólo la disfunción de la articulación temporo-mandibular es provocar un fracaso
final del tratamiento. La articulación es parte de toda la persona.

La inervación del músculo temporal corresponde al sistema del nervio trigémino a


través de las ramas temporales del tronco anterior de su división mandibular.

Estos nervios suelen pasar entre el origen superior del músculo pterigoideo lateral, el
esfenoides y los temporales que forman el borde de la fosa infratemporal, localizada
debajo y media1 al arco cigomático. El agujero oval y el agujero espinoso se abren en
esta fosa, al igual que la fisura orbitaria inferior y la fisura pterigomaxilar.

Las estructuras que pasan por esta fosa comprenden los nervios mandibular y maxilar,
los vasos sanguíneos maxilares, el plexo venoso pterigoideo y porciones de los
músculos temporal y pterigoideos medial/lateral.

Los nervios temporales pueden pasar también entre las dos cabezas del músculo
pterigoideo lateral. Los nervios suelen ir acompañados por las arterias temporales
profundas que se ramifican de la arteria maxilar interna.

Antes de entrar en el temporal, los nervios y arterias ascienden entre el músculo y el


hueso durante 2,5 cm o más, para luego unirse sobre la superficie externa del músculo
pterigoideo lateral.

Considerando el hecho de que el nervio trigémino se relaciona con el sistema reticular


activador (SRA) en el sistema nervioso central, y que el SRA se activa con el peligro,
la rabia, etc., parece razonable que la activación de este sistema de alarma suela
manifestarse por el sistema del nervio trigémino, en los músculos de la masticación
(incluidos maseteros y pterigoideos), el mayor de los cuales es el músculo temporal.

Los músculos masetero y pterigoideo media1se denominan colectivamente cabestrillo


mandibular, porque suspenden el ángulo de la mandíbula en un «cabestrillo» de
músculo y fascia.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Este triángulo forma en realidad una articulación maxilo-mandibular desde el punto de


vista funcional, donde la articulación temporo-mandibular actúa de guía.

La conexión del músculo pterigoideo lateral con el martillo del oído medio se mencionó
anteriormente. Durante el desarrollo embriológico, el tendón se diferencia y forma el
disco interarticular de la articulación temporo-mandibular. Esta conexión entre el
músculo pterigoideo lateral, el disco y el oído medio ayuda probablemente a explicar
los problemas de audición que a menudo acompañan al síndrome de la ATM.

Las relaciones anatómicas de este músculo son numerosas y su disfunción puede


producir diversos síntomas. El nervio mandibularque inerva todos los músculos de la
masticación, sale de la bóveda del cráneo por el agujero oval, que se halla a nivel
profundo del músculo pterigoideo lateral.

Músculos accesorios de la masticación:

El músculo buccinador (un músculo bilateral) controla el tamaño de los recesos


internos de las mejillas durante la masticación y participa en acciones como tocar una
trompeta y chupar por una pajita. Su forma es cuadrilátera y constituye la mayor parte
del lateral de la cavidad bucal.

Tiene su origen en las apófisis alveolares del maxilar y la mandíbula, y, posteriormente


en el rafe pterigo-mandibular. El buccinador se inserta, junto con otros músculos
faciales, en el tejido conjuntivo y la piel en torno a la boca. La inervación corresponde
al sistema del nervio facial.

Músculos de la lengua

La lengua es un órgano muscular complejo que interviene en las acciones del gusto,
masticación, deglución y habla. Está biseccionada por un tabique sagita1 medio, es
decir, los músculos de la lengua descritos más adelante son pares. El tabique se
extiende desde la lengua hasta la pared anterior de la garganta y se ancla
inferiormente en el hioides.

Los músculos de la lengua se clasifican en extrínsecos (con una inserción fuera de la


lengua) o intrínsecos (que se insertan por ambos extremos en la lengua). Los

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

músculos extrínsecos actúan moviendo la lengua por la boca y haciéndola salir; los
músculos intrínsecos actúan sobre todo para que cambie de forma.

El músculo geniogloso (extrínseco) nace de un tendón corto inserto en la espina


mentoniana de la sínfisis mentoniana. Este músculo puede compararse a un abanico,
siendo el tendón el mango del abanico, y las fibras divergentes, las varillas. Las fibras
inferiores descienden hasta una hoja de tejido conjuntivo (aponeurosis) que conecta
con el hioides. Las fibras medias y superiores se abren en abanico y entran en toda la
superficie inferior de la lengua. Unas pocas fibras de la porción posterior-inferior
pueden extenderse y mezclarse con el músculo constrictor medio de la faringe.

La contracción de las fibras posteriores hace salir la punta de la lengua; la contracción


de las fibras anteriores retrae la lengua. La contracción bilateral simultánea de ambas
series de fibras da forma de túnel a la lengua, permitiendo tragar líquidos por su
concavidad (es la colocación de la lengua que usan los lactantes para mamar).

El músculo estilogloso (extrínseco) surge de las superficies superior y lateral de las


apófisis estiloides del temporal, y de la porción adyacente de los ligamentos estilo-
mandibulares. Pasa entre las arterias carótidas interna y externa. Al entrar en la
lengua lateralmente, la divide en una porción longitudinal (que se mezcla con el
músculo longitudinal inferior) y una porción oblicua (que se mezcla con el músculo
hiogloso). El músculo estilogloso actúa moviendo la lengua hacia arriba y atrás.

El músculo palatogloso (extrínseco) surge de la superficie anterior del velo del


paladar y desciende por delante de las amígdalas palatinas y se inserta en los lados
de la lengua. Tira de la raíz de la lengua hacia arriba y ayuda a cerrar la porción
posterior de la cavidad bucal cuando el alimento o el líquido se retienen
temporalmente en la boca.

Los músculos longitudinales superior e inferior de la lengua (intrínsecos)


discurren de delante atrás por las porciones superior e inferior de la lengua. La porción
superior se origina en el tabique fibroso mediano y de la capa fibrosa submucosa
cerca de la epiglotis, y se inserta en los bordes anteriores de la lengua.

La porción inferior tal vez tenga su origen en parte en el hioides. Se halla entre los
músculos geniogloso e hiogloso, y se extiende desde la raíz al vértice de la lengua.
Estos músculos actúan acortando la longitud de la lengua, para doblarse a ambos
lados y curvar la punta hacia arriba o abajo.

51
III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

ATM

Dentro del resto de músculos que se insertan en la mandíbula cabe destacar tres
principalmente (y que son pares), el músculo digástrico, el milohioideo y el genihioideo.

Dientes

Muchos osteópatas e incluso ya anatomistas sugieren que pensemos en los dientes


como en huesos del cráneo, que los diagnostiquemos y tratemos como tales, y
apliquemos los principios y técnicas de la Osteopatía. Consideraremos los dientes en
este contexto durante la práctica.

La primera serie de 20 dientes (caducos) surgen durante la infancia. Se componen de


dos incisivos, un canino y dos molares en cada cuadrante de la boca. Los incisivos
inferiores son los primeros en aparecer, aproximadamente a los 6 meses. El momento
de aparición es variable, pero todos los dientes de leche suelen haber aparecido a los
24 meses.

La caída de los dientes de leche y su sustitución por los dientes permanentes


comienza en torno a los 6 años y suele completarse a los 13, excepto los terceros
molares (muelas del juicio). Estos molares son de estructura, localización y aparición
bastante variables, ya que aparecen entre los 17 y los 25 años, aunque puede ser
mucho más tarde. Los dientes permanentes se componen de dos incisivos, un canino,
dos premolares y tres molares en cada cuadrante.

La unión de la raíz del diente con el hueso constituye una articulación fibrosa del tipo
llamado gonfosis y es posible un ligero movimiento. Como con cualquier articulación,
la tensión excesiva y/o repetida sobre un componente (el diente en este caso) tal vez
provoque degeneración articular, derivando en laxitud o dolor dentales. La
rehabilitación de esta articulación y de su periostio, tal vez mejore con una suave
manipulación.

Biomecánica de la ATM

Al abrir la boca, movemos la mandíbula separándola del maxilar. Para proteger los
tejidos laterales de la cabeza cerca del conducto auditivo externo, el eje de rotación de
la mandíbula desciende por la rama o ángulo de la mandíbula, 4-6 cm por debajo del
cóndilo articular.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

El cóndilo debe moverse hacia delante para que se abra la boca. Como el temporal
está relativamente fijo, esto significa que el cóndilo debe deslizarse hacia delante
(hasta 2 cm en algunos casos) respecto al temporal. Para este propósito, el temporal
ofrece una superficie articular única, parecida a una S tumbada con la convexidad
hacia arriba en sentido posterior (la fosa) y hacia abajo en sentido anterior (eminencia
articular).

Cuando la boca está abierta, el cóndilo desciende por la pendiente anterior de la fosa
que también es la pendiente posterior de la eminencia articular.

A medida que se incrementa el ángulo de abertura, el cóndilo pasa por encima del pico
orientado hacia abajo de la eminencia y se mueve a lo largo de la pendiente anterior
inclinada hacia arriba. Si ponemos los dedos sobre los cóndilos y abrimos bien la
boca, podremos apreciar el movimiento descrito.

Es en realidad el complejo formado por disco y cóndilo el que se articula con el


temporal para acomodar los movimientos de la mandíbula respecto al maxilar.

¿Qué mantiene el disco interpuesto entre el cóndilo y la superficie del temporal


durante el movimiento de la mandíbula? Hay tres factores principales:
̶ La porción superior del músculo pterigoideo lateral, mediante su contracción,
mueve el disco hacia delante respecto al cóndilo.
̶ El tejido retrodiscal actúa como una resistencia elástica y tejido con memoria
que contrarresta la acción del músculo pterigoideo lateral sobre el disco.
̶ El disco es más espeso en sentido posterior y por tanto, opone resistencia en
cierto grado al movimiento anterógrado favorecido por el músculo pterigoideo
lateral cuando el cóndilo queda comprimido contra la superficie articular del
temporal.

La elevación de la mandíbula se produce por la contracción de los músculos temporal,


masetero y pterigoideo medial.

La depresión de la mandíbula se produce sobre todo por acción de la porción inferior


de los músculos pterigoideos laterales, y, secundariamente, por el milohioideo,
digástrico y genihioideo, asumiendo que el hioides está fijo por debajo.

La protrusión anterior de la mandíbula se produce por la contracción de los músculos


pterigoideos laterales con la contracción simultánea de los músculos que cierran la

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

mandíbula, y la retracción mandibular, por contracción de las fibras posteriores del


músculo temporal.

En reposo, los dientes superiores e inferiores están separados, cuando la mandíbula


se cierra de modo forzado, entran en contacto. Las superficies de los dientes encajan
horizontalmente. A medida que aumenta la presión, comienzan a engranarse de forma
parecida a los dientes de dos sierras que se fuerzan una contra otra. A medida que se
eleva la mandíbula de modo más forzado, se alcanza la posición de intercuspidación
máxima (compresión de los dientes entre sí).

Si el cóndilo no se ha visto forzado a moverse, y no se ha comprimido en exceso


contra el complejo de la articulación temporo-mandibular, no se produce daño alguno.
No obstante, si el cóndilo se ve forzado a cambiar de posición respecto al temporal, se
producirá fricción y deterioro final articular. Como alternativa, si los molares carecen de
la altitud adecuada, el cierre forzado de la mandíbula puede causar un impacto
excesivo del cóndilo contra la articulación, provocando de nuevo daños articulares.

Como en cualquier articulación, la función correcta de la articulación temporo-


mandibular depende de la información sensorial de los componentes articulares y
estructuras afines (es decir, músculo, dientes y receptores periodontales).

Bruxismo.

Síndrome de la ATM

Los síntomas primarios relacionados con lo que se denomina «síndrome de la ATM»


son:
̶ Masticación dolorosa.
̶ Incapacidad para abrir o cerrar total o parcialmente la boca.
̶ Ruido al masticar, al abrir o cerrar la boca (chasquidos, crepitación…).
̶ Sensaciones anormales asociadas con el movimiento de la mandíbula.
̶ Movimientos en zigzag asociados con el movimiento de la mandíbula.
̶ Maloclusión.
̶ Síntomas auditivos como presión, tinnitus (acúfenos).
̶ Dolor referido a la cara, cabeza o cuello.

Causas:

̶ La maloclusión crónica genera fricción en la articulación siempre que la


mandíbula se cierra de modo forzado. El final de la oclusión causa un

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

reposicionamiento de último momento de los componentes articulares para


acomodarse a las exigencias de los dientes cuando sus superficies entran en
máximo contacto.
Se aprecia esto si se pide al paciente que ponga los dientes en contacto y
luego apriete con fuerza. Si este problema existe, se verá que los dientes
superiores e inferiores se desplazan unos respecto a otros a medida que las
mandíbulas se aprietan.

̶ La pérdida de altura vertical en los molares se produce cuando estos dientes


no están presentes, están gastados o han sido limados por un dentista. En esta
situación, apretar los dientes produce una compresión evidente de una o
ambas ATM.

̶ La eminencia articular del temporal puede presentar lados muy escarpados, lo


cual dificulta el ascenso o descenso del complejo formado por el cóndilo y el
disco.

̶ Tal vez haya daños debido a un traumatismo.

̶ Hábitos nerviosos y/o tics pueden contribuir a causar daños y finalmente


disfunción de la articulación temporo-mandibular. Entre éstos se cuentan
bruxismo, rechinamiento crónico, masticación crónica con un lado…

̶ El disco interarticular puede proyectarse (por lo general, hacia delante) entre el


cóndilo y la superficie articular del temporal. Como el disco es más ancho en
sentido posterior, a veces es difícil que retorne entre las dos superficies óseas.

̶ Los espasmos de los músculos de la masticación pueden ser producto de una


distensión, traumatismo o inflamación. El músculo implicado suele localizarse
mediante palpación y pruebas de movimiento de la mandíbula.

̶ La inflamación de la cápsula articular o los ligamentos asociados

̶ artritis y anquilosis de la ATM.

̶ Los causantes más habituales del síndrome de ATM, en mi opinión, son los
huesos temporales. Suelen perder la sincronía. cuando el temporal ve
restringida su movilidad en rotaciónexterna, la fosa se desplaza un poco hacia
abajo (o en sentido superior) en ellado del temporal afectado. Cuando la

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

afección es crónica, esta situación talvez cause una disfunción de la ATM que
es claramente un efecto más que una causa.

̶ El síndrome de la ATM también puede ser producto de la relación de la bóveda


del paladar con la mandíbula por abajo y el esfenoides por arriba. Cualquier
disfunción rotacional del maxilar, creará disfunción.

Reflejos de Chapman

Introducción

̶ Presentados en torno a 1920 como una forma de diagnóstico y tratamiento.


̶ Basados en la neurofisiología de los arcos reflejos víscero-somáticos.
̶ Su tratamiento provoca cambios neurolinfáticos sobre la zona u órgano
tratados.
̶ Incluir esta herramienta terapéutica dentro de un programa de tratamiento
global.
̶ Liberar el diafragma torácico y la pelvis antes de abordar estos reflejos.
̶ Cuando haya disfunción encontraremos en los puntos de los mapas, pequeñas
zonas de tejido conjuntivo densas y sensibles. Unos 2mm cuando estás
aisladas.

Método:

Sobre esos puntos neurolinfáticos ejercemos presión hasta despertar un dolor fino y
realizamos un masaje circular en sentido de las agujas del reloj y radio de acción de
2mm. 30-60 segundos según la tolerancia del paciente.

Cara anterior

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Cara posterior

Colon

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Métodos de trabajo

Escucha de los tejidos: en muchas ocasiones si el contacto y el momento son


adecuados, la propia escucha de la actividad tisular es capaz de inducir un cambio en
la función. (Se realiza poca presión porque lo que se busca es percibir.)

Método Directo: escuchamos o testamos la movilidad de los tejidos y procedemos en


el sentido de la corrección del movimiento.

Método Indirecto: escuchamos o testamos la movilidad de los tejidos y procedemos a


favor de la restricción, facilitando así que el cuerpo sea el que encuentre un nuevo
equilibrio.

Trigger Points: ejercemos una presión sobre el punto hasta despertar una sensación
de dolor fino, y mantenemos 90-120 segundos. Podemos incluir varios periodos de
masaje circular sobre el punto de unos 5-8 segundos.

Reflejos de Chapman: sobre esos puntos neurolinfáticos ejercemos presión hasta


despertar un dolor fino y realizamos un masaje circular en sentido de las agujas del
reloj y radio de acción de 2mm. 30-60 segundos según la tolerancia del paciente.

El contacto adecuado viene determinado por una sensación imantada entre nuestra
mano y los tejidos del paciente.

El inicio del proceso terapéutico en el tejido se caracteriza por un pulso terapéutico


(aumento de la actividad neurofisiológica) culminando en una parada de esa actividad
denominada “puntomuerto” o “StillPoint”. A partir de ahí la reanudación de la función
tisular se da en condiciones de mayor equilibrio y eficiencia.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Técnicas de relevancia clínica en el ámbito de la logopedia y de


la motricidad orofacial

Técnicas

̶ Escucha craneal (2 posiciones)


̶ Liberación base craneal (inhibición suboccipital)
̶ Normalización de los Temporales
̶ Técnica de Ear Pull
̶ Descompresión de la Sincondrosis Esfeno-Basilar
̶ Cuarto Ventrículo CV4
̶ Corrección miofascial del complejo Malar-Maxilar
̶ Desimpactación y normalización del Maxilar superior
̶ Corrección Global del Paladar
̶ Modelaje del Paladar
̶ Normalización del hueso Hioides
̶ Trabajo de Trigger Point
̶ Corrección miofascial de la ATM
̶ Normalización de la Lengua
̶ Normalización de la Laringe
̶ Diafragma Torácico

Técnica de inhibición Suboccipital

Paciente en decúbito supino con el terapeuta sentado a la cabeza del paciente, el cual
dispone las falanges distales de ambas manos, a lo largo de la línea nucal, en el
reborde suboccipital, a fin de elevar y suspender la cabeza, provocando la inhibición
de los tejidos.

Cuando se sienta “flotar” el occipital, puede añadirse una ligera tracción que
descomprima la articulación occipito-atloidea.

Técnica de rotación de los Temporales

Paciente en decúbito supino. El terapeuta en la cabecera del paciente, toma los


temporales según la técnica denominada “llave de mariposa”:

– El dedo medio se encuentra a la altura del conducto auditivo.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

– El pulgar y el índice toman entre las yemas la apófisis cigomática.

– El anular y el meñique se colocan en los dos lados de la apófisis mastoides.

Al terapeuta le interesará poner en marcha la maniobra de rotación de los temporales


al principio de la flexión de la SEB para superponer el efecto de su maniobra con una
onda centrífuga. Al comienzo de la flexión de la SEB, el terapeuta provoca:

– La rotación anterior de un temporal.

– La rotación posterior del otro temporal.

Técnica “Ear Pull”o de normalización del Conducto Auditivo Externo

Paciente en decúbito supino con el terapeuta sentado a la cabeza del paciente. El


pulgar y el índice toman, muy cerca de la entrada del conducto auditivo externo, el
lóbulo de la oreja y ponen en tensión transversal cada una de las orejas, en dirección
hacia atrás, afuera y abajo (caudal).

Variante: el plano que se trata está en la tienda del cerebelo; el terapeuta podrá tomar
entre el pulgar y el índice el pabellón por encima del conducto auditivo. En esta
variante la tensión se realizará hacia fuera, adelante y abajo. La tienda del cerebelo se
posiciona excéntricamente por medio de la RE del temporal.

Observación: la tensión es progresiva y se mantiene en la misma medida. No debe


bloquear el mecanismo craneal. El terapeuta debe sentir la tracción de las membranas
internas en la fase de extensión (RI temporal) y la relajación en la fase de flexión (RE
temporal). Si la tensión es demasiado fuerte, el ligamento de Gruber puede lesionar el
VI y el V pares craneales ocasionando neuralgias faciales, tics, estrabismo
convergente episódico, etc.

Técnica de descompresión de la SEB

Paciente en decúbito supino. El terapeuta sentado a la cabecera. La totalidad de las


manos acogen el cráneo a través del occipital, salvo los pulgares que se disponen a
nivel de las alas mayores del esfenoides, justo por fuera de los pilares externos del
diafragma.

La primera fase es una compresión relativa, para en la segunda producir una


descompresión de la sínfisis esfeno-basilar.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Técnica del Cuarto Ventrículo

Paciente en decúbito supino con el terapeuta sentado a la cabecera del paciente. La


compresión del 4º ventrículo presenta una acción homeostática. El objetivo es la
normalización del ritmo cráneo-sacro.

–Ralentizar si el ritmo del LCR está aumentado, por ejemplo, en los estados febriles, la
técnica lo disminuirá hacia la normalidad.

–Acelerar si el ritmo del LCR está ralentizado, por ejemplo, en los estados depresivos,
la técnica va a favorecer la relajación de los centros nerviosos del 4º ventrículo.

Cuando el estado de estrés (compresión) disminuye, el MRP se encontrará libre para


reequilibrarse en ritmo y en amplitud. La compresión del 4º ventrículo favorece la
extensión del mecanismo cráneo-sacro y la circulación del LCR por todas las partes
del eje neural. El LCR tiene una acción de defensa y de regeneración (factores de
crecimiento y neurotransmisores) en todos los tejidos donde se difunde.

Composición del 4º ventrículo: el punto que contiene todos los centros fisiológicos del
cuerpo (Formación Reticular, Tronco del encéfalo…) constituye la base del 4º
ventrículo. El cerebelo constituye el techo. Los pedúnculos cerebrales constituyen las
paredes laterales. La pared anterior está en relación con la glándula pineal (ritmos
circadianos, melatonina, cascadas hormonales…).

Las manos están entrelazadas o superpuestas formando una copa, con los dedos
dirigidos hacia la línea mediana y los pies del sujeto. Las eminencias tenares entran en
relación con los ángulos laterales del occipital permaneciendo detrás de la sutura
Occipito-Mastoidea. Atención de no apoyar las manos sobre la sutura OM, podría
provocarse el vómito.

El terapeuta aproxima, por las eminencias tenares, los ángulos laterales del occipital
hacia la línea central. Durante la fase de espiración, el terapeuta sigue con las yemas
de los pulgares el estrechamiento de la escama occipital.

En la fase de inspiración, las yemas evitan la rotación externa o el ensanchamiento de


la escama occipital.

En la nueva fase de espiración, las manos acompañan al occipital aún más hacia la
rotación interna y ejercen resistencia a su ensanchamiento durante la fase de
espiración. Al cabo de algunos ciclos, la presión ejercida contra las yemas de los

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

pulgares durante la fase de inspiración cede. El movimiento de flexión-extensión se ha


detenido: se ha alcanzado el punto inmóvil (Still Point). Mientras dure el punto inmóvil,
las manos permanecen apoyadas sobre el occipital, siguiendo los posibles
micromovimientos que aparecen en la musculatura de la nuca, que actúan como
eliminadores de tensión en las fascias, los músculos y articulaciones. La duración del
punto inmóvil puede oscilar desde algunos segundos a varios minutos.

Al final del punto inmóvil, el terapeuta percibe una presión fuerte y regular a ambos
lados del occipital en dirección a la rotación externa-inspiración. El terapeuta sigue
este impulso de forma pasiva y centra su atención en la cualidad del ritmo. Después
de haber valorado las calidades del ritmo cráneo-sacro, el terapeuta puede decidir si
es conveniente inducir un nuevo punto inmóvil.

La presión manual es suave sobre todo en los niños, en quienes el peso de la cabeza
es suficiente para obtener la compresión. El paciente puede cooperar realizando varias
apneas espiratorias cómodas (tres o cuatro veces).

Después de varios minutos, el terapeuta podrá percibir una flexibilidad y un


calentamiento de la región occipital. En la frente del paciente puede aparecer una
transpiración suave. La respiración es cada vez más distendida: algunas veces se
observan suspiros profundos y una tendencia al sueño. Estas señales diferentes
prueban que la compresión del 4º ventrículo ha resultado efectiva y que puede desde
ese momento relajarse tranquilamente.

Indicaciones:

Disminución del tono del sistema nervioso simpático, lo cual tiene un efecto positivo
sobre los síntomas de estrés, estados de ansiedad e insomnio.

Disminución del tono de todo el tejido conectivo, por lo que está indicado en casos de
trastornos musculares agudos o crónicos, procesos degenerativos de las
articulaciones y dolores menstruales.

En caso de fiebre, puede disminuir hasta 2º C en un espacio de 30-60 minutos.

En caso de hipertensión y/o taquicardia.

En caso de depresiones.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

En casos de traumatismos, inflamación, infección, edema con congestión venosa,


éxtasis de los fluidos del cuerpo, inercia uterina por desequilibrio neuroendocrino, etc.

Ayuda a las contracciones uterinas y, por tanto, al parto y los dolores.

En caso de mala calcificación de los huesos (ayuda a la osificación).

En caso de hipertiroidismo.

En caso de epilepsia (sin embargo, hay que tener en cuenta que puede provocarse un
ataque).

Actúa como bomba linfática.

La técnica de compresión del 4º ventrículo también puede utilizarse para compensar


los efectos negativos de otra técnica.

Los estudios de Magoun demuestran claramente el efecto de reducción de los niveles


de azúcar que tiene la técnica del 4º V, así como la disminución del número de
leucocitos y de la actividad de las glándulas sudoríparas

Contraindicaciones:

Peligro de derrames cerebrales, apoplejía aguda, aneurismas, hipertensión maligna (a


causa del aumento de la presión intracraneal).

Fracturas de la base del cráneo, lesiones de la cabeza, especialmente fractura del


hueso occipital.

Embarazos a partir del 7º mes, ya que en determinadas circunstancias pueden


comenzar las contracciones (sin embargo, el Dr. Firman, especialista en neonatos,
opina que la técnica 4º V solamente tiene un efecto homeostático sobre el parto).

Técnica de normalización fascial de los huesos Cigomáticos o Malares

Paciente en decúbito supino. El terapeuta sentado a la cabeza del paciente toma en


pinza de 3-4 dedos (salvo el meñique) ambos malares por su cara facial. Los codos
han de estar apoyados para sentir cómodamente el movimiento.

En el primer tiempo favorecemos la rotación interna (cierre), acompañándola y


manteniéndola durante unos instantes. Después acompañamos la rotación externa
para la liberación de los malares.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Técnica miofascial sobre el conjunto Maxilo-Facial

Paciente en decúbito supino con el terapeuta sentado a la cabecera. Si es posible


apoyamos ambos codos para tener más estabilidad. Las eminencias tenares e
hipotenares de ambas manos se disponen sobre el frontal mientras los dedos se
extienden sobre el rostro, sobrepasando las mejillas hasta llegar por lo menos a la
altura de los labios.

Acompañamos el movimiento fascial para favorecer la autorregulación y si se produce


algún Still Point, lo mantenemos. También podemos testar pasivamente la movilidad
fascial y actuar según los principios de tratamiento.

Técnica de desimpactación del Maxilar

El paciente en decúbito supino. El terapeuta de pie lateralmente a la cabeza del


paciente. La mano craneal monitoriza y estabiliza el complejo frontal-esfenoides. La
mano caudal dispone uno o dos de sus dedos (según espacio) en el interior de la
boca, en contacto con la sutura intermaxilar, desde lo más inmediatamente posible
detrás de los incisivos.

En un primer tiempo favorecemos una leve compresión a fin de relajar las aferencias
propioceptivas. En el segundo tiempo llevamos el maxilar o los maxilares hacia la
desimpactación.

Técnica de normalización de los huesos Maxilares superiores

El paciente en decúbito supino con el terapeuta a la cabeza del paciente. El terapeuta


dispone sus dos dedos índices a nivel de las porciones horizontales del maxilar en la
región anterior del paladar, mientras los pulgares se sitúan sobre el maxilar en la
región facial como se detalla en el dibujo.

Durante cada ciclo craneal, percibimos el movimiento en rotación externa e interna de


los maxilares, pudiendo actuar según los principios de tratamiento en caso de
encontrar alguna disfunción.

Técnica de corrección global del Paladar

El paciente en decúbito supino con el terapeuta de pie, lateral a la cabeza del


paciente. La mano craneal monitoriza y estabiliza el esfenoides por sus alas mayores.
La mano caudal (con guante como para todo trabajo intraoral) dispone su dedo medio

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

a lo largo de la sutura intermaxilar hasta contactar con la sutura cruciforme. Primero


esperamos la autorregulación de los tejidos, y en su defecto podemos proceder con
los principios clásicos del tratamiento osteopático.

Técnica de modelaje del Paladar

Paciente en decúbito supino. Terapeuta de pie y lateral a la cabeza del paciente.


Situamos dos de dedos de la mano caudal (índice y medio de la misma mano x ej.)
sobre la parte anterior del paladar, cada dedo en una de las láminas horizontales o
procesos palatinos del maxilar. La mano craneal puede estabilizar y monitorizar la
tensión en las alas mayores del esfenoides, a la altura de las sienes justo tras la
comisura del ojo.

La presión del contacto de los dedos ha de ser muy sutil, "unos pocos gramos". Casi
sin ejercer fuerza alguna, más con la intención que con la fuerza, intentamos
descomprimir el maxilar de los palatinos en sentido antero-posterior, luego podemos
añadir a ese vector de movimiento, un componente diagonal hacia fuera como si la
bóveda del paladar fuese una sábana q estirar. Realiza lo mismo situando los dedos
sobre las láminas horizontales de los palatinos en dirección posterior para separarlos
del maxilar, y al final también algo en diagonal.

Por último situamos un dedo (índice o corazón) justo sobre la sutura cruciforme, y la
otra mano intentando abarcar la bóveda craneal, desde bregma hacia atrás.

Primero sentimos y "conectamos" la mano y el dedo, para después poner la intención


(al menos unos minutos) en separar mediante tracción, el paladar del resto del cráneo,
como si el paladar fuese un paraguas plegado q pretendemos abrir, siendo el contacto
de nuestro dedo en la sutura cruciforme, el ancla que nos permitiese esa tracción. Ésta
sería la parte más importante en casos de fisura, aunque el principio de la técnica
habría q modificarla para buscar más el cierre palatino.

Técnica del Ganglio Esfeno-Palatino

El ganglio es la estructura nerviosa más densa del cuerpo después del córtex. El papel
primordial de este ganglio está en la calidad de todas las mucosas ORL y pulmonares,
dada su estrecha relación con el sistema orto y parasimpático. La importancia de esta
estructura nerviosa obliga a dos actuaciones, su protección y su estimulación.

La estimulación está asegurada por la movilidad de esta fosa. La fosa experimenta,


debido a la movilidad craneal, una influencia en acordeón.
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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Hay una segunda posibilidad periférica muy importante para el GEP que es la
movilidad del maxilar inferior.

En efecto con cada movimiento causado por la masticación, el acto del habla, y la
deglución, la mandíbula se desplaza hacia atrás sobre la fosa pterigoideo-palatina.

Incluso por la noche, esta movilidad se mantiene de manera inconsciente por las
sucesivas degluciones.

Las mucosas ORL tienen que conservar un grado de humedad importante; es


necesario que el GEP está constantemente estimulado por la movilidad de la fosa
pterigoideo-palatina. La secreción salivar que se desencadena provoca la deglución,
que es la base de la estimulación del GEP.

La técnica del GEP a menudo se presenta como un masaje de la fosa. Esta


intervención es completamente ilusoria.

Es necesario volver a dar la movilidad craneal a la fosa y vigilar la integridad temporo-


mandibular.

Se comprende el importante papel de la articulación dental y de la buena fisiología


temporo-mandibular.

Un déficit en este nivel puede ser el punto de partida de alergias, asma, ulceraciones,
infecciones de repetición, etc.

Paciente en decúbito supino con el terapeuta de pie y del lado contrario al que se va a
tratar. La mano craneal estabiliza la cabeza mientras el meñique de la mano caudal
sigue el arco dental superior para ir hacia la parte posterior de la fosa pterigoideo-
palatina.

Con la yema del dedo, el terapeuta vuelve a subir hacia arriba la fosa, para realizar un
masaje por todo el contorno célulo-adiposo de la fosa, dinamizando la actividad del
ganglio esfeno-palatino.

Liberación del hueso Hioides

Paciente en decúbito supino. El terapeuta sentado lateralmente a la cabeza del


paciente, recibe el occipital con su mano craneal, mientras con la caudal acoge el
hioides entre sus dedos, pulgar e índice/medio (según preferencia). Aplicamos como

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

estímulo una presión muy sutil (5 gramos), sentimos el movimiento y damos tiempo al
cuerpo para llevar a cabo la autorregulación.

En el caso de no existir capacidad para la autorregulación podemos proceder a la


normalización del hioides bajo los principios descritos en los métodos de trabajo.
Mantendríamos la misma posición pero situaríamos la mano craneal a nivel del frontal
para establecer un punto fijo a partir del cual, evaluar y normalizar la movilidad del
hueso hioides.

Tratamiento de Trigger point a nivel de los músculos Maseteros

Paciente en decúbito supino, terapeuta sentado a la cabecera. Procedemos a la


palpación de los músculos maseteros, por ejemplo en sentido cráneo-caudal,
buscando la presencia de espasmos localizados de las fibras musculares debido a la
disfunción de su actividad mioeléctrica. Con el dedo índice, ejercemos
progresivamente una presión hasta focalizar el contacto en el espasmo tisular,
refiriendo el paciente un dolor selectivo a un nivel soportable.

Se mantiene la presión hasta percibir la “disolución” de las fibras, o un tiempo


aproximado en torno a 2-3 minutos. De percibirse resistencia a la normalización,
pueden añadirse intervalos de contracción-relajación, o de contracción-relajación-
distensión, siendo las contracciones de unos 8 segundos de duración, y la distensión
ejercida mediante apertura activa de la boca.

Tratamiento de Trigger point a nivel de los músculos Temporales

Semejante desarrollo que la técnica descrita para los músculos maseteros pero
aplicada a la superficie del músculo temporal. Es aun si cabe más importante en este
caso, realizar una palpación minuciosa para evitar ejercer la presión digital sobre el
latido de las arterias temporales.

Técnica de liberación miofascial de la ATM

Paciente en decúbito supino con el terapeuta sentado a la cabecera. Disponemos


nuestras manos a lo largo de las regiones laterales de la cabeza, ocupando con la
eminencia hipotecar y con la columna del cuarto y quinto dedo, la rama descendente
de la mandíbula. Si fuese posible, podemos abarcar el reborde inferior de la mandíbula
con nuestras falanges distales.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

La técnica se desarrolla en dos fases. Durante la primera, ejercemos una presión muy
leve en dirección a la ATM, es decir, hacia nosotros mismos, con el fin de relajar las
aferencias propioceptivas de los tejidos articulares. En la segunda fase, ejercemos una
descompresión de la ATM, manteniendo nuestra leve presión y llevando casi
únicamente con la intención, la mandíbula hacia los pies (hacia la descompresión).
Cuando se sienta ya cierto grado de libertad de la mandíbula, podemos añadir a
nuestra descompresión, un suave componente direccional hacia el techo para
aumentar el grado de descompresión.

Técnica de Reducción de la Luxación anterior (discal) de la ATM

Paciente en sedestación con el terapeuta de pie y contralateral a la ATM que se va a


normalizar. Para una ATM izquierda en luxación anterior, la mano izquierda del
terapeuta estabiliza la cabeza del paciente contra el tronco del terapeuta. La mano
derecha (con guante de látex) se dispone de tal forma que el pulgar se sitúa sobre los
molares inferiores.

La maniobra consiste en llevar la mandíbula a la apertura (hacia abajo), hacia delante


(para recuperar el disco) y levemente hacia fuera (descompresión). Se ha de tratar de
un movimiento encadenado y armónico para tener éxito.

Maniobra de Nelathon para la ATM

Se realiza para corregir una luxación condilar anterior (pacientes con el tubérculo
temporal poco pronunciado). Poco frecuente. El paciente se queda con la mandíbula
encajada y aunque no existe generalmente un gran dolor, si hay un gran espasmo del
sistema muscular asociado al desajuste propioceptivo y al estrés, siendo además difícil
determinar el lado luxado.

Misma posición que para la luxación anterior del disco. Ahora el movimiento es hacia
abajo y hacia atrás para reconducir el cóndilo mandibular a la cavidad glenoidea.

Técnica de normalización de la Lengua

El paciente en decúbito supino con el terapeuta sentado, lateral a la cabeza del


paciente. Colocamos una gasa estéril sobre el labio inferior para que el paciente
descanse sobre ella toda la extensión posible de la lengua, a fin de poder rodearla con
la gasa y tomarla en pinza con la mano caudal. La mano craneal se coloca bajo la
cabeza, acogiendo el occipital.

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III.8. Técnicas de intervención. Técnicas manuales III Osteopatía. Juan Yubero, D.O.

Sentimos la restricción tisular de la lengua y trabajamos en sentido facilitado,


exagerando el movimiento, para posteriormente ir en sentido de la corrección.

Técnica de normalización de la Laringe

El paciente en decúbito supino con el terapeuta sentado, lateral a la cabeza del


paciente. Tratamos en primer lugar aquellos posibles Trg P que podamos encontrar en
los diversos cartílagos laríngeos.

Buscamos después la normalización mediante el método de trabajo elegido, de la


relación entre los cartílagos tiroides y cricoides. Podemos solicitar al final varias
respiraciones profundas y/o degluciones al paciente.

La mano caudal realiza una presión con el índice levemente por encima de la
escotadura este rnal para activar las membranas precervicales. La mano craneal toma
el frontal para movilizar la cabeza a fin de inhibir la tensión de dichas membranas
alcanzando un punto de disminución o desaparición del dolor en el punto de presión.
Podemos añadir respiraciones y/o degluciones.

Normalización del Diafragma Torácico

El paciente se sitúa en decúbito supino (tumbado boca arriba). Procederemos en tres


partes:
̶ Trabajo sobre los arcos tendionosos (Pilares)
̶ Inhibición del centro frénico
̶ Estiramiento de las cúpulas diafragmáticas

Liberación miofascial del Diafragma Torácico

El paciente se sitúa en decúbito supino (tumbado boca arriba). El terapeuta sentado al


lado del paciente, con su mano craneal, bajo el dorso del paciente, a nivel de T12-L1-
L2 (inserción de los pilares posteriores del diafragma torácico), y con la mano caudal,
situando la palma sobre la apófisis xifoides del esternón.

Se ejerce una presión leve, equivalente a unos 5 gramos. La técnica puede


desarrollarse de diversas formas, bien esperando la autorregulación de los tejidos,
bien testando la movilidad fascial y trabajando en sentido facilitado (indirecto) o
restringido (directo). Puede solicitarse la colaboración respiratoria del paciente.

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