La Actitud de Un Juez en Materia Procesal Civil
La Actitud de Un Juez en Materia Procesal Civil
La Actitud de Un Juez en Materia Procesal Civil
ORIGEN
En la Constitución Política de la República de Guatemala, vigente, en su Parte Orgánica
encontramos lo referente al Estado y su Forma de Gobierno, por lo que en el Artículo 141,
Establece:
Los magistrados y jueces son independientes en el ejercicio de sus funciones y únicamente están
sujetos a la Constitución de la República y a las leyes.
A quienes atentaren contra la independencia del Organismo Judicial, además de imponérseles las
penas fijadas por el Código Penal, se les inhabilitará para ejercer cualquier cargo público.
La función jurisdiccional se ejerce, con exclusividad absoluta, por la Corte Suprema de Justicia y
por los demás tribunales que la ley establezca. Ninguna otra autoridad podrá intervenir en la
administración de Justicia.
Legislativo
Ejecutivo
Judicial
Por excelencia la aplicación de las leyes a los casos concretos, corresponde al Organismo Judicial,
aunque lo hace también el Organismo Ejecutivo a través de la serie de actos administrativos que
a diario se dicta.
“En la denominación de jueces o tribunales que se empleen en las leyes, quedan comprendidos
todos los funcionarios del Organismo Judicial que ejercen jurisdicción, cualesquiera que se su
competencia o categoría”
JURISDICCIÓN
La Corte Suprema de Justicia tiene jurisdicción en toda la república para conocer de los a
asuntos judiciales que le competen de conformidad con la Ley. Es el Tribunal de superior
jerarquía de la república. ( Artículo 74. Ley del Organismo Judicial ).
Juzgados Menores
Juzgados de Paz:
Los juzgados menores se denominan Juzgados de Paz, a menos que por su especial naturaleza la
ley o la Corte Suprema de Justicia les de distinta denominación.
La Corte Suprema de Justicia establecerá los Juzgados menores en el número y en los lugares
que considere convenientes a la buena administración de la justicia.
( Artículo 101. Ley del Organismo Judicial ).
Sede:
En cada cabecera departamental debe haber por lo menos un juzgado de paz. En lo que
respecta a los municipios, la Corte Suprema de Justicia cuando lo considere conveniente, puede,
atendiendo a la distancia y al número de habitantes, extender la jurisdicción territorial de los
juzgados de paz a más de un municipio.
La Corte Suprema de Justicia podrá fijar sedes y distritos con independencia de la circunscripción
municipal. (Art. 102. Ley del Organismo Judicial).
Existen juzgados de paz: Civil, Penal y de Tránsito. Cuando en los departamentos existe un
juzgado de Primera Instancia, todos los Juzgados de Paz de los municipios de ese departamento
están bajo su jerarquía. En el caso de haber varios juzgados de Primera Instancia en cada
departamento la Corte Suprema de Justicia hace la distribución correspondiente de los juzgados
de paz.
Jurisdicción Ordinaria:
Al surgimiento de los tribunales, estos conocían de juicios o procesos de todas las áreas del
derecho y de dos en última fase, por lo que se le ha denominado jurisdicción ordinaria,
abarcando principalmente el área civil y penal, que a su vez son los juicios más comunes.
Los Juzgados de Primera Instancia al igual que la Corte Suprema de Justicia y la Corte de Apelaciones,
ejercen sus facultades jurisdiccionales dentro de la República de Guatemala como tribunales de primera
instancia y lo hace conforme los procesos establecidos dentro de la Constitución Política de la República
de Guatemala y las demás leyes que los facultan para dicha función, como lo hace la Ley del Organismo
Judicial, Dto. 2-89 del Congreso de la República de Guatemala, en su artículo 95.
La Corte Suprema de Justicia determinará la sede y distrito que corresponde a cada tribunal de primera
instancia y a sus jueces, así como los hace con los demás tribunales, todo esto está descrito en el
artículo 94 de la Ley del Organismo Judicial.
ORGANIZACIÓN
Juzgados de Familia
Los que tienen competencia en materia penal están obligados a visitar, por lo menos una vez al
mes los centros de detención y las cárceles de su distrito;
Las demás que establezcan otras leyes, los reglamentos y acuerdos de la Corte Suprema de
Justicia.
( Artículo 95. Ley del Organismo Judicial ).
Los Juzgados de Paz serán llamados así, a excepción si la Corte Suprema de Justicia determina lo
contrario o lo considere un juzgado especial, todo esto se encuentra de acuerdo al artículo 101 de la Ley
del Organismo Judicial.
Según el artículo 102 de la Ley del OJ, en cada cabecera departamental debe haber por lo menos un
juzgado de paz. En lo que respecta a los municipios, la Corte Suprema de Justicia cuando lo considere
conveniente, puede, atendiendo a la distancia y al número de habitantes, extender la jurisdicción
territorial de los juzgados de paz a más de un municipio y en cada juzgado deberá haber también jueces
de paz, quienes deberán residir en el lugar correspondiente.
ORGANIZACIÓN
“En sentido amplio llamase así a todo miembro integrante del poder judicial, encargado de juzgar los
asuntos sometidos a su jurisdicción. Tales magistrados están obligados al cumplimiento de su función de
acuerdo con la Constitución y las leyes, con las responsabilidades que las mismas determinan. En
sentido restringido, suele denominarse juez a quien actúa unipersonalmente a diferencia de los que
actúan colegiadamente y suelen llamarse ministros, vocales, camaristas o magistrados”.
“Se ha querido situar al juez en el justo sitio que le corresponde. Por su buen juicio, valor,
conocimientos, sus calidades de honorabilidad, probidad, etc. Se le exige que, en su conducta oficial, se
comporte adecuadamente y se asienta el principio de que su conducta privada podrá investigarse si
llega a afectar el cargo o función que desempeña, principio que aparece en nuestra legislación ” Alcalá
– Zamora y Castillo: Nos expone que la palabra JUEZ se deriva del latín iudexicis “juez”, propiamente “el
que indica o dice el derecho”. Esta palabra proviene de un arcaico iou – dek-s, compuesto de iou: ius
“derecho” y deik-, que es una raíz indoeuropea que significa “mostrar” o “decir”.
Sujeto que ocupa el vértice superior del triángulo procesal (JUEZ – ACTOR- REO) y que tiene por función
primordial, la justa composición del litigio, es decir, la función que cumple cualquier juez superior e
inferior, al realizar la tarea jurisdiccional.
Ahora bien es preciso recordar que los jueces independientemente de su jerarquización dentro del
poder judicial, son hombres que forman parte de la sociedad y que por tanto, existe el riesgo de
falibilidad o de in conducta, lo que origina la necesidad de normar sus facultades y deberes.
“el buen funcionamiento de la justicia depende de los hombres y no de las leyes, y el óptimo sistema
judicial es aquel en que los jueces y los abogados vinculados por una recíproca constancia, buscan la
solución de sus dudas – más que en la pesada doctrina, en la viva y fresca humanidad.
En la cultura hebrea antes de la Biblia, en el libro El Talmud se concedía amplia libertad al juez para
cuando debería resolver una causa. En esta misma cultura, ya con la aparición de La Biblia, el servicio de
justicia constituyó una permanente búsqueda racional de aquélla y así se dispuso: "No harás injusticia en
el juicio; no tendrás respeto por el pobre, ni honrarás la faz del grande; con justicia juzgarás a tu
prójimo"(Levítico XIX.15) En el Derecho romano los pretores (jueces) no hicieron del Derecho las
matemáticas del Derecho, sino que quisieron que los principios se plegaran a la vida y no ésta a los
principios (Ihering). Actualmente, donde se proclama un Derecho constituido por principios,
entendiéndoseles como imperativos de justicia, de honestidad o de alguna otra dimensión moral
(Dworkin), los jueces que hoy gozan de idónea formación jurídica deben comprender el Derecho en su
contemporánea y nueva dimensión y apartarse de la cultura jurídica dominante por ser formalista y
neutral sin moral), y ejercer la justicia conforme a un Estado Constitucional (predominio de la
Constitución y de los principios y no de la ley), en donde?diría parafraseando al español Ramos Méndez?
hoy se podría hacer justicia (penal y civil), con sólo la Constitución en la mano. Pues, hoy los jueces son
los señores del derecho y de la jurisdicción, pero más que esto deben comprender que son garantes del
Derecho y de los derechos dentro de un Estado Constitucional donde el Derecho y la justicia no
pertenece ni al juez nial legislador sino al pueblo, es decir, a todos.
Artículo 209. Nombramiento de jueces y personal auxiliar. Los jueces, secretarios y personal
auxiliar serán nombrados por la Corte Suprema de Justicia. Se establece la carrera judicial. Los
ingresos, promociones y ascensos se harán mediante oposición. Una ley regulará esta materia.
La elección de candidatos requiere del voto de por lo menos las dos terceras partes de los
miembros de la comisión.
En las votaciones tanto para integrar la Comisión de Postulación como para la integración de la
nómina de candidatos, no se aceptará ninguna representación.
Doctrinariamente se conocen varios principios y deberes que debe de tener un juzgador por la
investidura jurídica que posee y representa, dentro de los de mayor importancia, son los que a
continuación se describen:
IMPARCIALIDAD: de entre la combinación de las conductas parciales de los dos contendientes, deberá
nacer, en el justo medio de la decisión imparcial como síntesis de esas dos fuerzas equivalentes y
opuestas, teniendo como resultado una sentencia justa.
LEALTAD: Esta manifestación se encuentra encaminada a que el juez lo que debe a las partes y sus
defensores, es la fidelidad en el trato con ellos.
CIENCIA: Profundo conocimiento del derecho, que se traduzca en una sentencia justa, y esto sólo se
logra con una constante dedicación.
DILIGENCIA: Esta no sólo es rapidez, también es imaginación. Al juez se le exige no sólo una resolución
dictada en los plazos legales, sino agudeza e ingenio en las mismas.
DECORO: Elemento esencial para el desempeño de la función, honor, respeto y consideración que
recíprocamente se deben el juez y las partes.
El juez civil es el Juez ordinario con competencia en el orden civil y, residualmente, en todas aquellas
materias que no estén atribuidas a otro orden jurisdiccional.
Si bien el juez es la persona que está encargada de juzgar en cualquiera de los distintos grados de la
administración de justicia, dentro de un concepto vulgar, se suele designar con ese nombre a quien en
primera instancia civil ejerce unipersonalmente su jurisdicción. Cuando el juzgador actúa como
integrante de un tribunal colegiado, se le suele designar con los nombres de magistrado, camarista,
vocal o ministro, aun cuando en algunos tribunales también se les denomina jueces. A su vez, la palabra
magistrado, si bien se aplica, como acabamos de decir, a los miembros integrantes de un tribunal
colegiado, alcanza también a todas las personas que ejercen función de juzgar, incluso los jueces que
actúan unipersonalmente.
Los magistrados y JUECES son independientes en el ejercicio de sus funciones y únicamente están sujetos
a la Constitución de la República y a las leyes. A quienes atentaren contra la independencia del
Organismo Judicial, además de imponérseles las penas fijadas por el Código Penal, se les inhabilitará
para ejercer cualquier cargo público.
La función jurisdiccional se ejerce, con exclusividad absoluta, por la Corte Suprema de Justicia y por los
demás tribunales que la ley establece. Ninguna otra autoridad podrá intervenir en la administración de
justicia.”
a) La independencia funcional;
b) La independencia económica;
c) La no remoción de los magistrados y jueces de primera instancia, salvo los casos establecidos por la
ley;
d) La selección del personal.
El profesor Adolfo Alvarado Velloso, indica que la jurisdicción es la facultad que tiene el Estado para
administrar justicia en un caso concreto por medio de los órganos judiciales instituidos al efecto.
Montero Aroca y Mauro Chacón definen a la jurisdicción como potestad dimanante de la soberanía del
Estado, ejercida exclusivamente por jueces y tribunales independientes, de realizar el derecho en el caso
concreto, juzgado de modo irrevocable y promoviendo la ejecución de lo juzgado.
Para Prieto Castro, es la función con la que el Estado por medio de órganos especialmente instituidos
(esto es, los tribunales) realiza su poder y deber de dirigir el proceso y de hacer que se cumpla el fin de
protección jurídica del mismo, aplicando las normas del derecho objetivo a los casos suscitados por el
ejercicio de una acción.
Las anteriores definiciones se refieren exclusivamente a la jurisdicción contenciosa, pues estiman que la
jurisdicción voluntaria, no es jurisdicción ni voluntaria. Sin embargo autores como Álvarez Mancilla
estiman que la jurisdicción voluntaria si es jurisdicción, pues por su medio también se actúa el derecho y
además, por considerar que resulta erróneo pensar que sólo cuando desatan conflictos los jueces actúan
jurisdiccionalmente, por lo que para DevisEchandía, es la soberanía del Estado, aplicada por conducto
del órgano especial a la función de administrar justicia, principalmente para la realización o garantía del
derecho objetivo y de la libertad y de la dignidad humana, y para la composición de los litigios o para dar
certeza jurídica a los derechos subjetivos, o para investigar o sancionar los delitos e ilícitos de toda clase,
o adoptar medidas de seguridad ante ellos, mediante la aplicación de la ley a casos concretos, de
acuerdo con determinados procedimientos y decisiones obligatorias.
Aplicando la definición al caso de Guatemala, a criterio del autor la jurisdicción es la potestad que tiene
el Estado de administrar justicia por medio de los órganos del organismo judicial de acuerdo con la
Constitución Política de la República de Guatemala y las demás leyes. Para determinar la naturaleza
jurídica de la jurisdicción, se han esbozado varias doctrinas, tomando en consideración el hecho de que
un juez no puede negarse a resolver un proceso puesto a su conocimiento, por lo que el ejercicio de la
jurisdicción es un deber. Sin embargo el concepto de poder debe ser sustituido por el concepto de
función, entendiéndose por ésta el cometido, o sea asegurar la justicia, la paz social y los demás valores
jurídicos mediante la aplicación, eventualmente coercible del derecho.
La jurisdicción es función pública, realizada por órganos competentes del Estado, con las formas
requeridas por ley, en virtud de la cual, por acto de juicio, se determina el derecho de las partes, con el
objeto de dirimir sus conflictos y controversias de relevancia jurídica, mediante decisiones con autoridad
de cosa juzgada, eventualmente factibles de ejecución.
El autor Piero Calamandrei indica que la pugna entre las doctrinas, ha surgido entre los que enseñan que
la finalidad del proceso, es la actuación del derecho objetivo, y aquellos que consideran, por el
contrario, que la finalidad del proceso debe situarse en la defensa de los derechos subjetivos, y que esa
discusión podría tener lugar a propósito o finalidad que se propone el Estado, cuando con carácter de
juez, ejerce la función jurisdiccional.
La teoría subjetiva, postula que el objeto de la jurisdicción es la tutela de los derechos e intereses
subjetivos individuales en cuanto deben ser protegidos por el Estado.
La crítica que se hace a esta teoría es que no existe una tutela para el demandante, porque si bien él
tiene un interés particular, que es el determinante para poner en actividad la jurisdicción, no solo la
sentencia puede serle adversa, así sea el titular del derecho, sino que la acción reside en cualquier
persona.
La teoría objetiva se funda en que el fin de la jurisdicción es la aplicación de la norma general o abstracta
al caso particular que se controvierte en el proceso.
A esta teoría se le critica porque la actuación del derecho no es distintivo propio de la función
jurisdiccional, ya que también ocurre en la administración, por lo que se dice que si la misión de la
jurisdicción fuera aplicar el derecho objetivo, no podría explicarse por qué en un sin número de ramas
no puede el funcionario actuar de manera oficiosa y además quedaría sin soporte la decisión proferida
con base en la equidad.
La teoría mixta, se fundamenta en el hecho de que un solo aspecto subjetivo u objetivo, no es suficiente
para explicar o justificar la naturaleza de la jurisdicción, indicando que la nota característica reside
precisamente en el conjunto o reunión de todos, por lo que la jurisdicción es poder del Estado, pero
también es deber, por lo que se dice que la jurisdicción es una función (poder-deber) del Estado de
administrar justicia, por medio del órgano que corresponda, tutelando los intereses individuales,
aplicando la ley al caso concreto, a través de los procedimiento que la ley establezca.
Constitucionalmente en Guatemala lo anterior se fundamenta en los artículo 1, 2, 29, 141 y 203 de la
Constitución Política, toda vez que el Estado de Guatemala se organiza para proteger a la persona, es
deber del Estado garantizarle a los habitantes de la República, entre otros la justicia y la paz, y que
conforme a la prevalencia de los derechos humanos, la tutela de los derechos subjetivos a través de lo
actuado por el derecho objetivo no debe irle a la zaga a la satisfacción del interés público del Estado
pues, en última instancia la soberanía del Estado radica en el pueblo.
B) Vocatio, o sea, la facultad de obligar a las partes a comparecer a juicio dentro del término del
emplazamiento y en cuya virtud el juicio puede seguirse en su rebeldía, sin que la incomparecencia
afecte la validez de las resoluciones judiciales.
C) Coertio, que implica el empleo de la fuerza para el cumplimiento de las medidas ordenadas dentro
del proceso, a efecto de hacer posible su desenvolvimiento, y que puede ser sobre las personas y/o las
cosas.
D) Iudicium, es la facultad de dictar sentencia al poner término a la litis con carácter definitivo, es decir
con efecto de cosa juzgada.
E) Executio, o sea el imperio, para la ejecución de las resoluciones judiciales mediante el auxilio de la
fuerza pública.
Para concluir, es importante tomar en cuenta los principios informadores de la jurisdicción, que para el
autor Montero Aroca son los siguientes:
A) Unidad, toda vez que si la jurisdicción es una potestad que emana de la soberanía popular, es
evidente que ha de ser necesariamente única y por ende indivisible. En Guatemala se fundamenta
legalmente en los artículos 203 de la Constitución y 58 de la Ley del Organismo Judicial.
B) Exclusividad, toda vez que el Estado tiene el monopolio de la jurisdicción y ésta exclusividad viene a
determinar a qué órganos de los del Estado se atribuye dicha potestad. Su fundamento se encuentra en
los artículos 203 de la Constitución y 57 de la Ley del Organismo Judicial.
C) Juez legal (natural) o predeterminado, es decir que todos tienen derecho al juez ordinario
predeterminado por la ley y se prohíben los jueces de excepción. Su fundamento está en el artículo 203
de la Constitución Política de la República de Guatemala.
Complementando lo anterior el Artículo 203 constitucional establece en el segundo párrafo que los
magistrados y los jueces son independientes en el ejercicio de sus funciones y únicamente están
sujetos a la Constitución Política de la República de Guatemala y a las leyes.
La competencia es el ámbito, determinado por la ley, dentro del cual el órgano judicial puede ejercer
jurisdicción.
La jurisdicción es la potestad de administrar justicia y la competencia, fija los limites dentro de los cuales
el juez puede ejercer aquella facultad.
Por razon de la cuantía: La competencia se determina por el valor económico del petitorio que el
recurrente ha expresado en la demanda. Este tipo de demanda es aplicable en asuntos civiles y
excepcionalmente en asuntos de trabajo.
Para determinar la cuantía de la reclamación debe observarse las siguientes reglas. (artículo 8 del Código
Procesal Civil y Mercantil).
Acciones Personales:
El Juez competente en asuntos de mayor cuantía, el del departamento en que el demandado tenga su
domicilio.
Cada Juez de Primera Instancia tiene las siguientes atribuciones, de conformidad con la Ley del
Organismo Judicial en su Artículo 95. Atribuciones.
Los jueces de primera Instancia tienen la obligación de residir en la población sede del juzgado en el que
prestan sus servicios., y sin licencia. no pueden ausentarse de su departamento en días hábiles. El
incumplimiento de este artículo será considerado falta grave.
Los actos procesales del Juez están referidos fundamentalmente a las resoluciones que emiten en el
proceso; pero también realiza las llamadas actuaciones judiciales, las audiencias, inspección judicial,
entre otras propias de la actividad procesal. Estas resoluciones son actos procesales de decisión, y; "las
decisiones que acuerda el juez con ocasión del proceso, mediante las cuales el Juez cumple con un deber
jurisdiccional que le impone el derecho de acción y el de contradicción".
RESOLUCIONES JUDICIALES
Es toda decisión o providencia que adopta el juez u Órgano Jurisdiccional en el curso de una causa
contenciosa o de un expediente de jurisdicción voluntaria, sea de oficio o a instancia de parte. Todas las
resoluciones judiciales se adoptan o recogen por escrito; salvo algunas atribuciones de los que presiden
la vista de una causa, si las representaciones de las partes no piden que se tome nota de las mismas, a
los efectos procesales que pueden interesarles. Se trata de las decisiones o providencias del juez, pero
atacando formalidades mediante la actuación de la ley, mediante estas actuaciones se atiende al buen
desarrollo del proceso para llegar al punto final, la sentencia. Las decisiones del juez, actuando en un
proceso normal, van desde darle trámite a la demanda, examinándola previamente, hasta la sentencia,
dichas actuaciones se convierten en resoluciones de puro trámite hasta llegar a la decisión de fondo o
definitiva. Por razones de estudio, y fácil comprensión, los autores han hecho varias clasificaciones en
cuanto a las resoluciones judiciales, ya que dentro del proceso, unas tienen mayor importancia que
otras. Salvo en lo que se refiere a las sentencias que requieren a las sentencias que requieren una
redacción ajustada a distintas reglas establecidas en la Ley del Organismo Judicial artículo 168, las
demás resoluciones puede redactarlas libremente el juez, aunque deben ser lo suficientemente
explícitas en cuanto a su causa o motivo y efectos, especialmente en los autos, que se componen
generalmente de una parte considerativa y otra resolutiva. Cuestiones puramente formales y de menor
importancia, y más bien establecidas para facilitar el trabajo de los funcionarios judiciales, son las
relativas a que el juez autorizará los decretos y los autos con su apellido, y las sentencias con su nombre
y apellido. En los tribunales colegiados, el Presidente llevará y firmará con su apellido las resoluciones de
trámite; los autos los suscribirá el Presidente y los Vocales con sus apellidos, y las sentencias con sus
nombres y apellidos artículo 157 de la Ley del Organismo Judicial. Es por eso que nuestra actual
legislación, ha tomado para sí, la más importante y que también otros países latinoamericanos las han
adoptado. Por la razón anterior, es que se encuentra en el artículo 141 de la Ley del Organismo Judicial,
la siguiente clasificación de las resoluciones judiciales.
DECRETOS
En principio, existe consenso en la doctrina al señalar que son resoluciones de mera sustanciación del
proceso, porque no inciden sobre ninguna cuestión de fondo de la controversia sino meramente
formalidades propias para impulsar el proceso. Son resoluciones de carácter breve e interlocutorio,
mediante el cual se impulsa el proceso aplicando apenas la norma procesal y sobre todo no requieren de
reflexión por parte del juez ya que no son fundamentadas. Los decretos son actos procesales de mero
trámite, mediante los cuales el Juez impulsa el desarrollo del proceso, y como señala la ley no requieren
de fundamentación, no son apelables y solo procede contra ellos el Recurso de Reposición ante el Juez o
Sala que conoce el proceso, son expedidos por los Auxiliares Jurisdiccionales respectivos (Secretarios de
las Cortes Supremas, Superiores y Juzgados) y los suscribe con su firma completa, salvo que se expidan
por el juez dentro de la audiencia. Básicamente: solo son actos procesales de mero trámite, que no
resuelven nada.
AUTOS
Podemos conceptuarlos como resoluciones a través de las cuales se resuelven incidencias en el proceso
y requieren de fundamentación. Los autos dentro de la sustanciación de la relación jurídica procesal en
cuanto a su valor se denominan autos simples y resolutivos.
Los autos simples, son aquellas resoluciones que admiten o rechazan resolviendo algún trámite o
entredicho de los Justiciables dentro de la secuela del proceso sin poner fin a la controversia
demandada.
Los autos resolutivos, son aquellos que cobran importancia porque ponen fin a una cuestión incidental
o de fondo que se promueve antes de la sentencia o que repercute en esta.
Para Monroy Gálvez la diferencia entre Decreto y Auto se encuentra en que esta última es el producto
de una elaboración lógico - jurídica por parte del Juez, quien además, destaca la importancia que los
Autos tienen en el proceso y si bien no son los que motivan el proceso, salvo excepciones, con estas
resoluciones se resuelven incidencias menores para el normal desarrollo del proceso. ElCódigo Procesal
Civil regula expresamente los casos que requieren de autos para su solución y son: La admisibilidad o
rechazo de la demanda, admisibilidad o rechazo de la revocación, el Saneamiento procesal, Interrupción
del Proceso, Conclusión del Proceso, las Formas de Conclusión Especial del Proceso, concesorio o
Denegatorio de Medios Impugnatorios, Extromisión dentro del Proceso del tercero legitimado, los que
declaran Inadmisibles o improcedentes los actos de parte, admisión, Improcedencia o modificación de
medidas cautelares.Básicamente: resuelven parte del proceso, pero no a fondo.
Respondiendo a esta naturaleza de las medidas para mejor proveer, el Código no emplea la expresión
los jueces deberán, emplea la de podrán, para denotar que tienen libertad de decretarlas o no para su
sola y única iniciativa, sin estar sujetos a la petición de parte. Y es más, las partes no tendrán en la
ejecución de lo acordado más intervención que la que el juzgador les conceda, limitando esta
intervención al diligenciamiento de lo acordado, tampoco gozan del derecho a que se dicte un auto para
mejor fallar. El juez no está obligado a dictarlo porque se le pida.
Su finalidad está indicada por la propia ley. Se acuerda para mejor fallar, para aclarar dudas, ilustrar
mejor al Juez su criterio completando su información. Siendo este el objetivo de las medidas para mejor
proveer la ley limita o tasa las que pueden ser acordados. No para suplir las omisiones o deficiencias en
que hayan incurrido las partes al producir las pruebas, sino para esclarecer el derecho. La frase
esclarecer el derecho de los litigantes que el código utiliza, acaso no sea la apropiada, porque lo que se
persigue esclarecer es el hecho y no el derecho. Es para este fin que puede traer a la vista un documento
o una actuación relacionada con el proceso, practicar un reconocimiento o un avalúo, o ampliar los que
ya se hubiesen hecho.
Para la práctica de las diligencias o diligencia ordenada en el auto para mejor fallar, no hay más actividad
que la del juez. Debiéndose a su iniciativa dictar providencia fijando el plazo durante el cual ha de
ejecutarse. Este plazo no debe exceder de quince días, por lo tanto, si se llevan a cabo fuera de ese
plazo, carecerán de todo efecto o valor probatorio en el juicio.
Por lo general, no se acostumbra señalar día y hora para su diligenciamiento porque comúnmente,
cuando se trata de traer a la vista documentos y actuaciones, ya figuran en el proceso y de hecho se deja
al cuidado de las partes el aportarlas. Pero si lo que ha de practicarse en un reconocimiento o avalúo, es
necesario y conveniente el señalar día y hora para que la parte a quien interese, pueda prestar su
adecuada cooperación o hacer las observaciones que estime pertinentes.
Contra esta clase de resoluciones no se admite recurso alguno. Es una situación racional porque se
deben a una facultad exclusiva del Juez, único capacitado para apreciar la conveniencia de completar su
conocimiento sobre los términos de la controversia, por lo que impugnarlas, carecería de todo sentido y
equivaldría a negar la libertad que al juez se le concede para sosiego de su conciencia.
La regulación de esta fase del proceso es eminentemente inquisitiva y vulnera derechos humanos, por
una parte está bien dar libertad al juez para incorporar elementos de prueba que juzgue convenientes,
pero esto le permite acomodar su actuación a favor de una o de otra parte, por lo que debe eliminarse.
Así mismo no admite prueba en contrario, lo cual agrava la situación pues impide a las partes defender
sus derechos, además se limita totalmente la actuación de las partes, y además se causa agravio al no
admitir recurso alguno en contra de la resolución del Juez.