Historia de La Iglesia II - EPOCA MODERNA
Historia de La Iglesia II - EPOCA MODERNA
Historia de La Iglesia II - EPOCA MODERNA
Lutero, era compatible con muchos pasajes minar con sus relaciones con todos los sos-
del Antiguo y del Nuevo Testamento. pechosos de herejía. Como destaca el autor
Finalmente, con tales ideas y en un am- «desde ese día, nada más sabemos de ella» (p.
biente religioso que se enturbiaba por mo- 178).
mentos, María de Cazalla fue denunciada El libro acaba con una serie de reflexio-
ante el Tribunal de la Inquisición. El proceso nes de corte foucaultiano sobre el cuidado
se abrió con la acusación del fiscal, hecha el interior y el problema de la gobernabilidad.
26 de Febrero de 1532. Entre los motivos, Álvaro Castro, al final valora la figura de Ma-
no pueden descartarse las envidias que otras ría de Cazalla como pionera en un momento
mujeres como Francisca Hernández o Mari de reivindicación de la subjetividad, que pue-
Núñez tuvieron hacia ella. En todo caso, las de ayudar también al lector actual. El libro
acusaciones que vertieron fueron suficien- concluye diciendo que «un análisis y puesta
temente contundentes como para que fuese en valor del sentido de aquel todo al que Ma-
arrestada y encarcelada en las mazmorras in- ría de Cazalla tuvo que llamar Dios contribui-
quisitoriales, donde pasó algo más dos años. ría sin duda a alumbrar mejores tiempos y a
Las noches oscuras que tuvo que vivir allí dan romper el continúo de una historia que se ha
nombre al libro. montado precisamente sobre su olvido» (p.
En el proceso, que Álvaro Castro trans- 242).
cribe en su mayor parte y comenta con deta- Un olvido –tal vez, añadiría– de María
lle, María fue muy hábil ante los inquisidores de Cazalla, de Dios y del Dios de María de
y poco pudieron hacer éstos para hallar en Cazalla. El libro de Álvaro Castro, de lectu-
ella culpabilidad alguna. La capacidad dia- ra grata, es una obra muy bien ensamblada
léctica de esta mujer, privada de la formación y está editada con mucho gusto. Sabe atraer
teológica que sólo estaba reservada a los clé- la atención hacia esta importante mujer en el
rigos, resulta muy elevada. Al final, después marco de una España y de una Iglesia, polié-
de sufrir tormentos, no varió su actitud, no se dricas y uniformes a la vez. Un reto, sin duda,
declaró culpable y no delató a nadie. del que sale airoso y que merece la lectura de
Finalmente, fue absuelta a instancia ju- las personas interesadas en el tema.
dicial, se le impuso una multa de cincuenta
ducados, fue condenada a una retractación Rafael Ramis Barceló
Universitat de les Illes Balears
pública en una iglesia de Guadalajara y a ter-
Así por ejemplo, en el reciente discurso pas explicativos, adaptados a los conocimien-
de Benedicto xvi en el Konzerthaus de Fri- tos de los potenciales lectores del manual.
burgo, el 25 de septiembre 2011, leemos: «En Se puede afirmar que la exposición de
el desarrollo histórico de la Iglesia las secula- esos cuatro siglos de Historia de la Iglesia
rizaciones –sea que consistan en expropiacio- pone los fundamentos y prepara el camino
nes de bienes de la Iglesia o en cancelación de para entender bien los acontecimientos que
privilegios o cosas similares– han significado siguen a la Revolución, y marcaron los siglos
siempre un profundo desarrollo de la Iglesia, xix y xx hasta llegar a nuestros días. Las
en el que se despojaba de su riqueza terrena ideas que se divulgaron en el pueblo no apa-
a la vez que volvía a abrazar plenamente su recieron por generación espontánea; conocer
pobreza terrena (...). Los ejemplos históricos sus orígenes y antecedentes es necesario para
muestran que el testimonio misionero de la expresarlas bien. Sin esa base, difícilmente se
Iglesia ‘desmundanizada’ resulta más claro. explican muchos de los fenómenos sociales y
Liberada de su fardo material y político, la culturales imbricados en el camino del Pue-
Iglesia puede dedicarse mejor y verdadera- blo de Dios. La visión panorámica que este
mente cristiana al mundo entero, puede ver- manual nos ofrece será sin duda útil a todos
daderamente estar abierta al mundo». los que aborden la Historia contemporánea
En la época que el libro abarca, aún no se de la Iglesia.
había liberado totalmente de ese fardo que el En un mundo acelerado, donde los acon-
Papa menciona, pero se empieza a poner las tecimientos se multiplican hasta considerarse
bases de esa restauración espiritual. Los pe- inabarcables e imprevisibles para la mente
riodos de luces y sombras, y las tristes expe- humana, conviene mirar un poco al pasado
riencias como la guerra de los Treinta años, reciente, para situarse en el «de dónde veni-
que tanto condicionó la época siguiente, nos mos». Los epígrafes del último capítulo de
sirven desde nuestra perspectiva actual para nuestro libro dan una idea de la necesidad
dar gracias a Dios por esa mejora providen- e importancia de enfocar el punto de mira:
cial y progresiva de la Iglesia en el mundo. 1) el racionalismo, 2) deísmo y racionalismo
Respecto a las tres primeras ediciones, la francés, 3) la ilustración, 4) la masonería, 5) la
que ahora presentamos aumenta la extensión abolición de la esclavitud.
y profundidad de los apartados dedicados a En las conclusiones se califica buena parte
la Evangelización de América, y también al del periodo estudiado como «época de santos,
papel de los teólogos españoles en el Con- de eminentes teólogos y de esforzados mi-
cilio de Trento y en la Restauración católica sioneros». Esa es la Iglesia de entonces y de
consiguiente, con un capítulo nuevo titulado ahora, porque el testimonio de fe y caridad se
«la Iglesia del barroco». En general se puede repite también hoy, cuando perduran muchas
apuntar que completa la visión de la Iglesia de las fundaciones que en aquel tiempo se ini-
en España y América durante esos siglos cru- ciaron. En la actualidad encontramos muchas
ciales. cosas nuevas «bajo el sol», en la Iglesia y en
La sucinta tabla cronológica permite el mundo, pero todas tienen un origen y unas
orientar a los estudiantes para situarlos en el raíces que este libro ayuda a conocer.
tiempo, pero se echan de menos –ojalá se in-
corporen en futuras ediciones– algunos ma- Javier Rodríguez Martínez