Trabajo - Derecho - Romano Obligaciones

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior Universitaria

Arquidiócesis de Caracas Universidad Católica Santa Rosa

Cátedra: Derecho Romano II

Extinción
De las Obligaciones

Integrantes:

 Berlett Jean. C.I: 13.158.412


 Capote Lisbeth. C.I: 10.187.823
 Lisvanny Ospedales C.I: 27.995.945
 Torres Erika C.I: 18.638.392
 Ruiz Scarlet C.I: 27.373.763

 Profesora: Josefina Guaita

Sección: M02A

Caracas, 04 Diciembre 2019


Contenido

Introducción...............................................................................................................4

Generalidades sobre la extinción de las obligaciones..............................................5

Concepto y definición de las obligaciones.............................................................5

Elementos de la Obligación...................................................................................6

El acreedor.............................................................................................................6

El deudor................................................................................................................7

Un objeto................................................................................................................7

Contenido de la Obligación...................................................................................7

Dar (dare)...........................................................................................................7

Hacer (facere).....................................................................................................7

Prestar (praestare).............................................................................................7

El debitum...........................................................................................................7

La responsabilidad.............................................................................................8

Medios de extinción de las obligaciones...................................................................8

Pago.......................................................................................................................8

Novación................................................................................................................9

Confusión...............................................................................................................9

Pérdida de la cosa debida....................................................................................10

Mutuo disentimiento.............................................................................................10

Concurso de causas lucrativas............................................................................10

Muerte o capitis deminutio del deudor.................................................................10

Modos Extintivos que Operan Ope Exceptionis......................................................10

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Compensación.....................................................................................................10

Pacto de non petendo..........................................................................................11

Transmisión de créditos y deudas.......................................................................11

Fraude de acreedores..........................................................................................13

Garantía de las obligaciones...................................................................................13

La doctrina distingue entre garantías reales y personales..................................13

La "Fiducia Cum Creditore Contracta".................................................................13

El "Pignus"............................................................................................................14

La Hipoteca..............................................................................................................14

Arras.....................................................................................................................15

Cláusula penal......................................................................................................15

Juramento............................................................................................................15

Conclusión...............................................................................................................16

Referencias..............................................................................................................17

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Introducción

A través de este trabajo se podrá comprender lo que en la antigua roma, y


más específicamente en el Derecho Romano, el cual es cuna del derecho actual,
significaba las obligaciones.

Se tratará primeramente el concepto, dando diferentes opiniones, como la


de Justiniano y otros juristas de la época, y así, poco a poco ir comprendiendo los
diferentes elementos que comprendía este sistema, hasta llegar al fin, a las
diferentes formas de extinción de la misma.

Se espera entonces alcanzar los objetivos planteados y llevar al lector a


comprender un poco más, la forma en que se da inicio al proceso de leyes en la
humanidad, y en este particular el tema de las obligaciones.

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Generalidades sobre la extinción de las obligaciones

Concepto y definición de las obligaciones.

Desde la época romana encontramos utilizada la palabra obligación en el


sentido de deber jurídico, pero también empleada para el hecho de obligarse, para
designar el vínculo jurídico entre sujeto activo y sujeto pasivo, e inclusive en el
sentido del derecho del sujeto activo (como en la expresión obligationem
adquiere). Es más correcto, en el primer caso, hablar de deber, referirse, en el
segundo, a la fuente concreta de la obligación en cuestión, y decir, según el caso,
celebración del contrato, comisión del delito, etc., y utilizar, en el cuarto caso, el
término obligación, por lo que el término deuda no se refiere necesariamente a
deudas de dinero, sino que equivale a deber en general, de la misma manera que
pagar y pago (solvere y solutio) significan cumplir con un deber y cumplimiento. Al
igual que otros conceptos romanos, la obligación sufrió transformaciones a lo largo
de su vida jurídica y por tanto se hace necesario seguir su evolución en las
distintas etapas históricas.

Las instituciones de Justiniano definieron así la obligación: Es un lazo de


derechos que nos constriñe en la necesidad de pagar alguna cosa conforme al
derecho de nuestra ciudad. La obligación está así comparada a un lazo que une
una a otra a las personas entre las cuales ha sido creada; es, por otra parte, un
lazo puramente jurídico. Pero si se sujeta al deudor, se limita su libertad, no
hemos de sacar de ahí la conclusión de que sea una molestia en la sociedad. El
hombre no puede bastarse a sí mismo. Tiene necesidad de la industria, de la
actividad de sus semejantes; es por medio de las obligaciones por lo que obtiene y
por lo que da por sí mismo servicios recíprocos. Cuanto más se civiliza una
nación, más se desenvuelve en ella el derecho de obligaciones; de donde surge la
importancia capital de esta materia, que no ha cesado de perfeccionarse desde los
orígenes de Roma hasta nuestros días.

También podemos citar otro concepto de obligación que nos dejó el


jurisconsulto Paulo, expuestas desde el punto de vista del sujeto activo “lo
esencial de la obligaciones no consiente en que se haga nuestra una cosa,
corporal o una servidumbre, sino en constreñir a otro a darnos, a hacer o
responder de algo”. En cuanto a su etimología, el término obligación viene del
sustantivo latino obligatio; expresión que a su vez deriva de la preposición ob y del
verbo ligare, que significa atar. Lo que quiere decir que por el sólo hecho de
asumir la obligación, el deudor queda ligado a su acreedor.

En el viejo Derecho Romano la obligación era la sujeción en que se colocaba a


una persona libre para garantizar la deuda que había contraído ella misma o por
otra persona. En caso típico, era la práctica de un préstamo seguido de un nexum
por el cual el deudor se entregaba en prenda al acreedor hasta que con su trabajo
o por intervención de un tercero extinguía la deuda y obtenía su libertad.

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El sistema riguroso anterior termina en el año 326 a. de C., cuando la Lex
Poetelia Papiria, suprimió a la práctica de la entrega de la persona en prenda por
deudas civiles, y estableció el principio de que el deudor sólo podía garantizar sus
deudas con sus propios bienes y no con su corpus.

El Vínculo de derecho entre el acreedor y el deudor no estaba llamado a


perpetuarse indefinidamente. Debía llegar un momento en que el deudor se
libertara de la carga de su obligación y entonces esta última quedaba extinguida.

Elementos de la Obligación

La obligación crea un lazo, una liga-vinculum, que presupone por lo menos dos
sujetos: Uno activo y otro pasivo; el primero creditor sujeta en cierta forma al
segundo debitor para que le preste la conducta debida. Las expresiones creditor y
debitor se usaron tardíamente, reus parece ser el término admitido en la vieja
lengua jurídica para uno y otro sujeto. El vínculo que es un lazo de derecho
permite al acreedor usar los medios coactivos para que el deudor preste el
comportamiento debido. El objeto de la obligación, consistía en la conducta que el
deudor debía observar en provecho del acreedor; así, un dare, facere o praestare.

La obligación tiene siempre por objeto un acto del deudor, que está
personalmente obligado; resulta de ello que nunca ni aun cuando ella consiste en
dare, transfiere por si misma ni la propiedad ni ningún otro derecho real. El deudor
está obligado solamente a efectuar esa transferencia por medio de los modos
especiales creados para este efecto.

De la definición de la obligación surgen los tres elementos de que se compone:

El acreedor

Un sujeto activo, puede haber uno o varios. Al acreedor pertenece el derecho


de exigir del deudor la prestación que es objeto de la obligación. El Derecho Civil
le da, como sanción de su crédito, una acción personal; es decir, la facultad de
dirigirse a la autoridad judicial para obligar al deudor a pagarle lo que se le debe.
Esta sanción organizada según los principios del Derecho Civil romano,
caracteriza a las obligaciones civiles, las únicas que son verdaderas obligaciones,
que consisten en un lazo de derecho.

En ciertos casos, sin embargo, se encontró bien admitir que una persona
pudiese más que según el Derecho Natural; era un simple lazo de equidad.

Resulta de consecuencias que los jurisconsultos y el pretor acabaron por


precisar. Pero estas obligaciones imperfectas, calificadas de naturales, no han
sido jamás sancionadas por una acción. Aquel en provecho del cual habían sido

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reconocidas no podía contar más que con una ejecución voluntaria de parte del
deudor.

El deudor

Un sujeto pasivo, es la persona que está obligada a procurar al acreedor del


objeto de la obligación. Puede haber en ella uno o varios deudores, como uno o
varios acreedores.

Un objeto

El objeto de la obligación consiste siempre en un acto que el deudor debe


realizar en provecho del acreedor, y los jurisconsultos romanos lo expresan
perfectamente por medio de un verbo: facere, cuyo sentido es muy amplio, que
comprende a una abstención.

Contenido de la Obligación

Dar (dare)

Es hacer propietario o constituir un derecho real, rendir o prestar servicios.

Hacer (facere)

Todo acto que implique observar un determinado comportamiento, que


comprende la abstención y el devolver una cosa a su propietario.

Prestar (praestare)

Responder de algo o garantizar algo.

Para designar el objeto de la obligación se habla generalmente de prestación,


que debe ser posible, lícita, objetivamente determinada y tener carácter
patrimonial.

La obligación comprende dos elementos:

El debitum

Es decir, el deber de prestar cierta conducta

La responsabilidad

Que otorga al acreedor un medio de ejecución.

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Tales elementos, sin embargo, no siempre se conjugaron, pues el debitum en
un principio no fue estrictamente jurídico ya que frente al deudor remiso, el
acreedor no podía lograr la ejecución forzada de la prestación misma, porque la
obligación en su origen no llevaba aparejada responsabilidad, pues para que ésta
naciera era necesario que el acto que originara a la obligación (así, a la promesa
contractual) se añadiera otro nuevo que fundamentara responsabilidad para el
caso de incumplimiento. Es hasta el momento en que el debitum y la
responsabilidad están unidos en un mismo negocio cuando se puede hablar de
obligación tal como en la actualidad se conoce.

Medios de extinción de las obligaciones

Los modos extintivos que operan ipso iure son: el pago, la novación, la
concisión, la pérdida de la cosa debida, el mutuo disentimiento, el concurso de
causas lucrativas y la muerte o capitis deminutio del deudor.

Pago

El pago o cumplimiento, solutio en latin, es el modo normal de extinguirse la


investigación.

El pago se refiere no sólo a la entrega de una cantidad de dinero, sino a tener el


cumplimiento de la prestación, cualquiera que ésta fuera. Hay que recordar la
prestación, objeto de la obligación, podía consistir en un: dare, facere, pratare, non
facereo parti.

En relación con el pago debemos distinguir los siguientes elementos: quien lo


hace, a quién lo hace, cómo, dónde y cuándo.

En Primer lugar, el pago debe hacerlo el deudor, pero también su representante,


salvo en los casos en que se hubieran considerado especialmente las cualidades
personales del deudor y se exija que sea él, precisamente, quien cumple con la
prestación.

En segundo lugar, el pago debe hacerse al acreedor o a un representante yo:


tutor, procurador, mandatario, etc.

En Cuanto a la forma de hacer el pago, ésta debe coincidir con el contenido de


la obligación. Sin embargo, el deudor puede cumplir con una prestación distinta,
siempre que el acreedor de su consentimiento. A esta modalidad del pase se le
llama dación en pago idatio in solutum.

Si un deudor tiene varias deudas con el mismo acreedor y al entregar una


cantidad no dice a qué deuda debe aplicarse, la imputación del pago se hacía de
la manera siguiente primero a los intereses, después a la deuda vencida y

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finalmente a la más onerosa o a la más antigua; a falta de lo anterior, el pago se
disputaba proporcionalmente a cada una de las deudas.

En lo que toca el lugar en donde debe hacerse el pago, si nada se hubiera


hecho al momento de nacer la obligación, se aplican las siguientes reglas: si es
gustaba de cosas inciertas o de cosas fungibles el cumplimiento debía hacerse en
el domicilio del deudor, donde el acreedor podía reclamarle judicialmente, si se
trataba de la entrega de un inmueble o de otra cosa cierta, el lugar era aquel en
donde estuvieran los bienes.

En lo que concierne el tiempo del pago, si no lo hubieran establecido las partes,


se aplicaba la regla de que la prestación se debe desde el día en que nace la
obligación, pero considerando la naturaleza de la prestación, el deudor debía
cumplir cuando razonablemente pudiera hacerlo, circunstancia que podía aparecer
cuando se hubiera señalado un lugar especial para el cumplimiento o cundo se
tratar de la realización de una obra, construir una cosa, por ejemplo.

Novación

Ya sabemos que la novación es la sustitución de una obligación por otra. En


lugar de la antigua obligación surge una nueva, al modificarse uno de los
elementos de la primera. La nueva obligación extingue a la antigua.

La novación puede afectar a los sujetos o al objeto.

En el primer caso estaríamos frente a una transmisión de crédito o de deuda


que ya conocemos.

En el segundo, la nueva obligación debía contener algo nuevo, ya fuera un


cambio en el lugar o tiempo del cumplimiento, o que se agregara o se quitara una
condición, etc.

Para que existiera novación las partes deberían declararlo expresamente.

Confusión

La confusión como modo extintivo de obligaciones consiste en que coincidan en


una misma persona las calidades de acreedor y deudor, por ejemplo como
consecuencia de una herencia, en la que el deudor fuera heredero del acreedor o
viceversa.

Pérdida de la cosa debida

Si el objeto de la obligación fuera una cosa específica y se perdía por alguna


causa no imputable al deudor, la obligación se extinguía.

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Mutuo disentimiento

El mutuo disentimiento o consenso contrario opera en relación con las


obligaciones nacidas de contratos consensuales, que son los que cobran eficacia
por el solo acuerdo de voluntades de las partes; el mutuo disentimiento debe
darse antes de que una de las partes cumpla con su prestación.

Concurso de causas lucrativas

Existe cuando el acreedor adquiere, por diferente causa, el objeto específico


que se lo adeuda.

La Adquisición, por título diferente, de la misma cosa, extingue la obligación,


pues no es posible que ésta recaiga sobre lo que ya está en dominio del acreedor.

Lo anterior podía suceder si en un testamento, por ejemplo, se ordenaba al


heredero entregar un objeto específico a un legatario, y el objeto entraba a su
patrimonio por otra causa, antes de que el heredero hubiera podido cumplir el
encargo.

Muerte o capitis deminutio del deudor

Algunas obligaciones se extinguen por la muerte de uno de los sujetos. Este es


el caso de las obligaciones que nacen de delitos y de algunos contratos, la
sociedad y el mandato por ejemplo, como veremos más adelante.

La capitis deminutio, incluso la mínima, también podrá ser causa de extinción


de obligaciones.

Modos Extintivos que Operan Ope Exceptionis

Los modos extintivos que operan ope exceptionis son: la compensación y el


pacto de non petendo.

Compensación

En la compensación encontramos la extinción simultánea de dos deudas, hasta


por su diferencia.

Esta figura aparece cuando el deudor opone al acreedor un crédito que tiene a
su vez en contra de éste.

Era necesario que:

 Las dos deudas estuvieran vencidas; es decir, que fueran exigibles.

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 Que ambas tuvieran el mismo objeto genérico.

 Que ambas fueran líquidas; esto es, determinadas o determinables.

 Que Ambas fueran validas, o sea que no hubiera excepción que se pudiera
exponer en contra de cualquiera de ellas.

Determinados créditos quedaron excluidos de la compensación, tales como los


fiscales y los referentes a pensiones alimenticias.

Pacto de non petendo

Es el pacto o acuerdo informal de deuda; extinguir obligaciones siempre y


cuando se intercale como acepción en la formula respectiva.

Antes de concluir con el tema de extinción de las obligaciones, es necesario


agregar que para algunos tratadistas el transcurso de treinta o cuarenta años,
duración máxima del derecho de acción para procesos civiles, constituye también
un modo extintivo. Sin embargo, creemos que este caso lo que se extingue por
prescripción es el derecho de acción pero no la obligación, que sólo se convierte
en natural.

Transmisión de créditos y deudas

Si bien el Derecho romano admitió, sin duda, la posibilidad de transmitir la


propiedad de una cosa, sin embargo, no nos ofrece un modo de vender, donar, o
en general, transmitir un derecho de crédito, pues antiguamente tal derecho era
inherente a la persona del acreedor.

No obstante, andando el tiempo comenzó a vislumbrarse que, siendo el crédito


al igual que la propiedad un elemento más del patrimonio de una persona, podía
perfectamente transmitirse o cederse. Así, a medida que aumentaba la intensidad
del tráfico comercial en Roma, fue admitiéndose paulatinamente, por ejemplo, que
si alguien con un patrimonio formado por inmuebles y créditos, teniendo necesidad
de dinero, pudiese perfectamente preferir vender alguno de sus créditos a vender
alguna de sus propiedades, o que prefiriese incluso, prestar uno de sus créditos
en vez de dinero a una persona, que cobrándolo, retendría lo cobrado en concepto
de préstamo: como siempre sucede en derecho, la necesidad propició la
posibilidad.

Ahora bien, los romanos, antes de crear una nueva figura para posibilitar tal
transmisión, que el Derecho actual denomina cesión de créditos, recurrieron a un
medio indirecto, que si bien no entrañaba una cesión del crédito en sentido
estricto, al menos alcanzaba un resultado práctico equivalente. El mecanismo fue
el de un mandato judicial, esto es, un mandato de representación en juicio, en el

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que el mandante era el acreedor cedente y el mandatario la persona a la que
cedía el crédito. Así, el acreedor cedente encargaba al cesionario, mediante un
mandato, que lo representase como procurator en el litigio contra el deudor.
Obtenida la condena, el deudor estaba obligado a pagar al cesionario, el cual
estaba dispensado de rendir cuentas a su mandante, y de ahí el nombre de
mandatum in rem suam.
Ahora bien, como el citado mecanismo procesal se desarrollaba en el ámbito del
procedimiento formulario, hasta que no tuviese lugar la litis contestatio que, como
sabemos fijaba definitivamente todos los elementos del proceso, la situación del
cesionario era bastante delicada, pues hasta este momento el crédito no se
formalizaba en su persona, estando expuesto a los siguientes peligros:

a) El mandatario in rem suam (cesionario) no tiene derecho alguno sobre el


crédito, pues, jurídicamente es un simple procurator del acreedor cedente.

b) Dado que el cesionario no puede utilizar la acción del acreedor cedente sino en
función del contrato de mandato, si éste revoca el mandato ó fallece, caduca la
autorización que el cesionario tiene para reclamar procesalmente el pago.

c) Como hasta el momento en que tiene lugar la litis contestatio, el acreedor


cedente no deja de ser el verdadero titular del crédito, puede cobrarlo
directamente o incluso cederlo a otra persona, burlando así las expectativas del
cesionario.

Tales peligros fueron escalonadamente conjurados a través de las reformas del


Derecho imperial:

a) A partir de un rescripto de Antonio Pio, se conceden al cesionario


actiones útiles que podría ejercitar por el mero hecho de haber adquirido el crédito,
independientemente de que se haya o no revocado el mandato.

b) En virtud de una disposición atribuida a Gordiano, el cesionario podrá


asegurarse el cobro del crédito, incluso sin haber tenido lugar la litis contestatio,
notificando al deudor la existencia de la cesión, y manifestándole su voluntad de
tenerlo como deudor.

Con tales reformas ya no estamos tanto ante un mandato para reclamar


judicialmente un crédito, sino más bien ante una verdadera cesión, en la que el
cesionario tiene derecho a hacer efectivo el crédito en su propio nombre.

Fraude de acreedores

En latín, significa fraus creditorum. Delito privado creado por el derecho


honorario. Comprendía aquellos actos realizados intencionalmente por el deudor
para caer en insolvencia. El acreedor podía pedir su revocación por medio de un

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interdicto llamado fraudatorium, o de una restitución por entero. Más tarde,
Justiniano creó una acción llamada paulina, para pedir la rescisión de los actos
realizados por el deudor en per juicio del acreedor, que se podía dirigir también a
cualquier tercero que lucrara en algún negocio realizado con el deudor, a
sabiendas de que estaba defraudando al acreedor. Dicha acción no tenía carácter
penal y sólo era una acción revocatoria. (C. 7, 75; D. 42, 8.). Acción; acciones
reipersecutorias, penales y mixtas; delito; derecho; interdicto; restitución por
entero.

Garantía de las obligaciones

Llamamos garantía de las obligaciones en sentido amplio, a aquellos actos


jurídicos encaminados a garantizar o reforzar la posición del acreedor frente a un
posible incumplimiento del deudor.

La doctrina distingue entre garantías reales y personales

Las reales atribuyen al acreedor un derecho real sobre una cosa del deudor o
de un tercero, sobre la cual podrá satisfacerse una vez tenga lugar el
incumplimiento: son fundamentalmente la prenda y la hipoteca, ya estudiadas en
los derechos reales de garantía. Las garantías personales consisten en la
constitución de una relación accesoria de la obligación ya constituida (llamada por
ello principal), destinada a garantizar su cumplimiento.

La "Fiducia Cum Creditore Contracta".

La "fiducia Cum creditore contracta" (contrato de buena fe con el acreedor)


implica la venta de una cosa por "mancipatio" o por "in iure cesio", que hace el
deudor al acreedor para garantizarle el cumplimiento o pago de su crédito, seguido
por un pacto de "fiducia" (de buena fe) por medio del cual el acreedor se
compromete con el deudor a retransferirle, una vez que se le haya pagado, la
propiedad de esa misma cosa. Por virtud de esta operación, el acreedor se hace
propietario de la cosa, que retendrá hasta ser pagado, pudiendo reivindicarla aun
contra el deudor; en el caso de no ser pagado, puede venderla para recuperar su
crédito y dar el excedente, si lo hay, al deudor.

La enajenación con "fiducia" presentaba graves inconvenientes para el deudor:


le quitaba el uso del objeto y lo exponía a recuperarlo deteriorado por el hecho o
negligencia del acreedor, más aun, lo exponía a perderlo si el acreedor lo vendía
antes del vencimiento; además, no podía emplear el objeto para conseguir más
préstamos. El acreedor podía dejar el objeto en manos del deudor, pero era en
arrendamiento o a título de precario, siendo éste revocable a voluntad y aquél no
impedía que el acreedor pudiera vender el objeto, teniendo el deudor sólo la
acción "personal fiducia" (de buena fe) contra el acreedor.

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El "Pignus".

"Pignus" o prenda, viene de puño, pues lo que se da en prenda generalmente


se entrega con la mano, por lo que piensan algunos que la prenda sólo se puede
constituir sobre bienes muebles. La prenda es otro de los derechos reales de
garantía que se contrae no sólo con la entrega o tradición del objeto, sino también
con la mera convención de las partes.

Como la prenda se constituía para garantizar al acreedor el cumplimiento de


una obligación, se convenía entre las partes que en el caso de no ser pagado el
acreedor, éste podría vender el objeto, pero no podía ser forzado a venderlo si no
quería. Cuando no se ha convenido que el objeto pueda ser vendido, el acreedor
puede venderlo, pero previamente debe instar al deudor tres veces para que le
pague. Con el producto de la venta el acreedor se paga lo que le era debido,
debiendo devolver el excedente al deudor ("hyperocha") o demasía. Cuando el
acreedor recibe el importe de su crédito de manos del deudor, debe restituir el
objeto que recibió en prenda.

"Anticresis". Relacionada con la prenda está la "anticresis", pacto en virtud del


cual el deudor autorizaba a que el acreedor se sirviera del bien y los frutos
obtenidos los aplicara al pago de los intereses y satisfechos éstos, a la suerte
principal.

"Pignus Gordianum". La prenda se extingue cuando el deudor hace el pago al


acreedor, pero el emperador Gordiano dispuso que subsistiera para garantizar
otros créditos que tuviera el deudor para con el mismo acreedor.

La Hipoteca.

La hipoteca es favorable tanto para el deudor como para el acreedor; para el


deudor porque "no pasa al acreedor ni la posesión" del objeto, quedando éste en
poder del deudor, quien podrá servirse de él y ofrecerlo en garantía de ulteriores
créditos; es conveniente la hipoteca para el acreedor, porque para la persecución
(del objeto) se da al acreedor una acción real.

La hipoteca es un derecho real que gravita sobre un bien afectado al


cumplimiento de una obligación. Grava a una cosa en lugar de gravar a una
persona. Por la hipoteca se tiene un derecho real sobre el objeto que garantiza el
crédito y da al acreedor un derecho de preferencia por el cual escapa al concurso
de los acreedores, se paga con el objeto afectado a su crédito. El acreedor tiene
también el derecho de persecución sobre el objeto para que éste le sea entregado
de manos de quien lo tenga, desconociendo las enajenaciones y constituciones de
derechos reales posteriores al nacimiento de la hipoteca; finalmente, el acreedor
tiene el derecho de vender la cosa gravada ("ius vendendi" o "ius distrahendi").

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Para que la hipoteca pueda constituirse se necesita: a) La existencia de una
deuda, pues la hipoteca no es más que un derecho accesorio; b) La cosa
hipotecada debe ser objeto de venta, pues el derecho de preferencia que otorga
se ejerce sobre el precio. c) El constituyente debe de ser propietario de la cosa y
capaz de enajenar, pues es uno de los fines de la hipoteca llegar a vender, en
caso de que no se pague al acreedor.

Tales garantías son proporcionadas unas veces por el mismo deudor y otras por
un tercero.

Entre las primeras citaremos las arras, la cláusula penal y el juramento; de las
segundas estudiaremos la fianza y el mandato de crédito.

Arras

Las arras consistían en una suma de dinero o cualquier objeto, por ejemplo un
anillo, que el deudor entregaba al acreedor al concluirse un contrato,
especialmente en el de compraventa.

En el Derecho clásico la entrega de las arras era sólo una prueba o señal de
que el contrato se había celebrado, de ahí el nombre de arrha confirmatoria.

En el Derecho justinianeo se acepta plenamente la función que las arras tenían en


Derecho griego, esto es, la de una sanción o pena para la parte que incumplía el
contrato (arrha poenitentialis). Las fuentes romanas hablan de las arras
fundamentalmente a propósito del contrato de compraventa. Cuando el comprador
haya entregado una modesta cantidad a título de arras, según la orientación
apuntada en Derecho justinianeo, si es el comprador quien no cumple su
obligación, las pierde y se hacen de propiedad del vendedor; si es éste el que no
la cumple, deberá restituirla al doble.

Cláusula penal

Se denomina cláusula penal aquella cláusula añadida a un contrato en virtud de


la cual, el deudor se compromete en caso de incumplimiento, a pagar al acreedor
una cierta suma de dinero.

Juramento

En cuanto al juramento la función de garantía opera únicamente en el supuesto


del menor de 25 años, que confirmase mediante este medio la existencia de la
obligación contraída. En esta hipótesis, según una constitución de Alejandro
Severo (s. II), se negaba al menor la restitutio in integrum, que normalmente le
correspondía si había concluido el negocio sin la asistencia de su curador.

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Conclusión

Las obligaciones en la Roma antigua se entiende como un deber jurídico de


realizar u omitir determinado acto y cuyo incumplimiento trae como consecuencia
una sanción, sus elementos fueron, los sujetos, el objeto y el vínculo.

De igual manera se pudo aprender mediante este trabajo la clasificación de las


obligaciones y como se extinguen los mismos.

Se puede concluir entonces, que los métodos utilizados en el génesis del


derecho en cuanto a las obligaciones son muy semejantes a nuestro derecho civil
actual, por ello se considera de gran importancia este tipo de análisis para
enriquecer los conocimientos y entender un poco más su funcionamiento.

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Referencias

http://derechoromanoii.blogspot.com/2010/03/extincion-de-las-obligaciones.html
http://derecho911.blogspot.com/2017/01/las-obligaciones-en-el-derecho-
romano.html
https://www.monografias.com/trabajos93/obligaciones-romanas/obligaciones-
romanas.shtml

https://www.derechoromano.es/2012/08/garantia-de-las-obligaciones.html

https://diccionario.leyderecho.org/fraude-a-acreedores/

https://www.derechoromano.es/2012/08/transmision-de-creditos.html

https://www.monografias.com/trabajos97/derechos-reales-garantia-derecho-
romano/derechos-reales-garantia-derecho-romano.shtml

https://www.derechoromano.es/2012/08/arras-clausula-penal-juramento.html

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