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III
DERECHO CONCURSAL
El derecho concursal tiene que ver, casi en forma completa, con la exigibilidad de las obligaciones.
¿Qué son las obligaciones? Son un vínculo jurídico entre dos partes (acreedor- deudor) que tienen como objeto
una prestación, consistente en una obligación de dar, hacer o no hacer, la cual debe pagarse al momento de su
exigibilidad. Tiene absoluta importancia el carácter personal de una obligación.
El contenido de la obligación puede consistir en dar, hacer o no hacer. Las obligaciones de dinero son
obligaciones de dar, éstas son exigibles en función del cumplimiento de una modalidad, a menos que sea pura
y simple. Cuando existe una obligación exigible, el acreedor para obtener el cumplimiento de su prestación
debe seguir los siguientes pasos:
El acreedor puede adoptar una actitud pasiva, la cual puede ser pertinente en ciertos casos, pero no es la única
actitud a seguir. ¿Un acreedor debe esperar hasta el último día del plazo para dirigirse al deudor? Si el deudor
no cumple voluntariamente con su obligación el acreedor puede adoptar una actitud activa, interponiendo una
acción para exigir el cumplimiento de su prestación.
En relación a este, ¿cuál es la diferencia entre un mero retardo y la mora? El retardo es el antecedente de la
mora, en tanto, que la mora es un retardo calificado (culpable). Estando el mora, el acreedor puede seguir un
camino que es el requerimiento, este, es el acto por el cual el acreedor toma una posición activa, dirigiendo una
acción al deudor para exigir el cumplimiento de su obligación en tiempo y forma. En cambio, si una
obligación tiene un plazo no tengo necesidad de requerir al deudor de pago, porque este es implícito.
Cuando tengo una obligación en mora, debo preocuparme de entablar una acción, pues ya no hubo
cumplimiento. El acreedor ya requirió de pago al deudor y no le funciono, entonces deberá entablar una
demanda, y más precisamente, una ejecutiva si tengo un título ejecutivo 2 a partir del cual se exige una
obligación. Por el contrario, si no tengo un título ejecutivo debo empezar por la vía ordinaria y, así obtener
una sentencia firme o que causa ejecutoria que valga como título ejecutivo.
Con un título ejecutivo tengo el derecho de hacer exigible una obligación. Si esa obligación no ha sido exigida
o no fue cumplida voluntariamente, sea en el plazo o ante el requerimiento de pago, debe contratarse un
abogado para iniciar una acción de demanda ejecutiva que tiene por objeto dos cosas:
1. Despacha el mandamiento de ejecución y embargo (inicio del proceso de apremio, permite llegar
provisoriamente al embargo)
1
La fuente de la obligación determinará su exigibilidad, definiendo si tendrá o no incorporada una modalidad.
2
Estos sólo están definidos en la ley.
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2. Posibilidad del deudor de hacer discutible la fabilidad o inhabilidad del título ejecutivo
Entonces, en el cuaderno ejecutivo hay un mandamiento de ejecución y embargo que dicta un juez a partir de
una demanda ejecutiva que interpone un acreedor. El mandamiento de ejecución y embargo es un certificado
que el tribunal le otorga al acreedor, para que por medio de la ley exija, incluso mediante la fuerza, el
cumplimiento de su obligación.
El mandamiento de ejecución y embargo conlleva una acción judicial individual, porque compete al acreedor y
al deudor. La acción se lleva a cabo en el juicio ejecutivo mediante la formación de dos cuadernos, en uno se
lleva a cabo el mandamiento de ejecución y embargo (cuaderno ejecutivo) y, en otro, se discute la fabilidad del
título ejecutivo (excepción de títulos ejecutivos).
Cuando el deudor realiza una oposición al título, el juez debe decidir la admisibilidad de las excepciones.
Cuando este niega lugar a la oposición dicta una sentencia de remate, confirmando la fabilidad del título, y de
esta forma, la consecución del apremio y, posteriormente el remate de los bienes embargados.
La regla general es que los bienes embargados se realicen por subasta pública. Pero, habrá que distinguir la
naturaleza jurídica de los bienes (embargables o imbargables/muebles o inmuebles, etc.) para diferenciar el
procedimiento y quién está a cargo de dicho procedimiento. El que está a cargo puede ser un juez o un
martillero público.
¿Es posible pagar con un bien en Chile? En general no, porque debe efectuarse la realización de los bienes,
pero en ciertas situaciones se pueden dar, como por ejemplo, un acreedor puede adjudicarse un bien en la
realización de la subasta. En chile, es muy importante el hecho que la realización debe admitir a terceros, en
razón de una protección que se brinda al deudor y de la valorización del bien, pues, una enajenación abierta
tiende a ir a los precios del mercado. Es por esto que en Chile, en principio, quedarse con el bien por la sola
apropiación no existe.
¿Qué pasa con la anticresis? Este es un modo alternativo de realización del bien, mediante la cual no hay
enajenación, si no que un pago a través de los frutos (las rentas) que produce ese bien, conservando el deudor
el dominio del mismo.
El acreedor que participa en la realización y la anticresis nos llevan a demostrar que el derecho de dominio de
la cosa está siempre en manos del deudor, y de él pasa a manos del adjudicatario. La propiedad de este bien no
pasa a los acreedores. ¿Cuáles son las facultades de dominio que tiene el deudor? Cuando el depositario
provisional es el deudor conserva el uso mientras dure el juicio. Si quiere dar una cosa en arrendamiento,
también lo puede hacer. Lo que no puede hacer es disponer de él, de lo contrario, habría objeto ilícito, salvo
autorización del juez o del acreedor.
El derecho concursal se mueve en el otro extremo, este es, el concurso de acciones. En las soluciones
concursales sólo hay una concurrencia de acreedores, los cuales tienen en común un mismo deudor. Un
concurso es una concurrencia de especies en un momento determinado.
Cuando se declare en quiebra a la sociedad colectiva civil, el deudor (fallido) es la sociedad y, si no cumple se
dirigen a los socios, de modo que es posible que estos también terminen quebrados. Entonces, aquí no habrá
sólo una quiebra, porque un acreedor de la sociedad (acreedor social) puede llegar a ser también del socio, pero
ese mismo socio puede tener otros acreedores personales, concurriendo también a ejecutar sus acciones. De
manera que habrá un concurso de acreedores; personales y sociales, pero la concurrencia se dará respecto de un
mismo deudor. El hecho de que se vallan a declarar la quiebra consecutivamente, no quiere decir que tenemos
un concurso de acreedores para varios patrimonios de deudores, porque cada patrimonio de un deudor tendrá
su propio orden de prelación con su propio cúmulo de acreedores. Por lo tanto, lo que hace el derecho
concursal es el cúmulo de acreedores para un mismo deudor y, las situaciones de garantías personales o
cauciones que añaden nuevos patrimonios respecto de una obligación determinada no alteran esta regla.
La situación de facto que lleva al concurso de acreedores es la insolvencia del deudor. Un ejemplo, si A y B
son acreedores por 200 frente a un deudor que sólo tiene 100.
• Hipótesis 1: Sí sólo A reclama, este se llevaría por completo los 100 del deudor.
• Hipótesis 2: Sí ambos reclaman3 y, suponiendo que ambos son acreedores valistas. Los 100 que posee
el deudor se dividirán entre ambos, según la proporción de su deuda. (50 y 50 porque las proporciones de sus
deudas son las mismas)
¿Qué pasa si uno de los acreedores es preferente o privilegiado? Ellos se pagan primero. Son acreedores
privilegiados:
Los abogados son siempre acreedores privilegiados de patrimonio (de primera clase), en cambio, el acreedor
prendario (generalmente de segunda clase) es privilegiado a veces y, esto depende de si el bien prendario es el
sometido a realización, sólo será privilegiado sí el bien respecto del cual surge su privilegio es el realizado. Por
ejemplo, si el prendario tiene un derecho real sobre la mesa y, lo que se realiza es el sofá, no tendrá
preferencia, siendo así un valista.
3
Esto sería una tercería de pago.
4
Se paga primero cuando el bien determinado es sometido a realización.
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Cuando se trata de realizar bienes determinados que están sujetos a un derecho real de garantía, el orden de
prelación sigue siendo dado por la ley pero, se incorporan nuevos actores que son los de primera clase, como es
el abogado.
Sí es posible que exista más de un juicio ejecutivo por deudor, cuándo distinguimos al concurso del juicio
ejecutivo individual y, es así, donde juega un rol principal el concepto de insolvencia, que algunos denominan
cesación de pagos, pero que no son sinónimos. Por lo tanto, cuando hablamos de una solución concursal de
varios acreedores en contra de un mismo deudor, necesariamente estamos hablando de una causa que motive
esa solución concursal y, esta es, la insolvencia, pues de lo contrario, estaríamos en un contexto de ejecución
individual.
Tres conceptos claves en una solución concursal, que permiten distinguir de la solución individual con un
incumplimiento de una obligación determinada:
1. concurrencia de acreedores.
2. la existencia de un deudor.
3. la existencia de una causa: insolvencia.
¿Porque el legislador diseña un modelo distinto cuando la causa ya no es el incumplimiento de la obligación,
sino que, la insolvencia? La quiebra inserta en derecho mercantil está diseñada como un mecanismo para
comerciantes, aunque se verán casos de quiebra respecto de no comerciantes.
A propósito de la insolvencia, ¿qué tipo de obligaciones provocan la insolvencia y por quien son contraídas, de
manera que se exija una solución concursal? Serán obligaciones de pago de dinero. ¿El incumplimiento de una
obligación de hacer podrá provocar la quiebra? En general no. La mayoría de los casos se resulte por ejecución
individual de mero incumplimiento.
¿Por qué la obligación de dinero es tan importante como causa de una solución concursal? Esta es muy
relevante porque al dejar de pagarla afecta la cadena de pago que se da en una estructura de intermediación.
Ejemplo de una cadena de pago:
Productor------C1 mayorista--------C2 mayorista distribución------- C3 minorista -------Consumidor
Entre cada uno de ellos hay una relación jurídica. El productor y el consumidor no entran en la estructura de
intermediación. Ahora, entre C1 y C2 hay un contrato de compraventa consistente por un lado en obligaciones
de dar la cosa y, por otro, una obligación de dar dinero1.
Cuando C2 se convierte en insolvente al legislador no le basta con una solución de mero incumplimiento, este
se preocupa porque se da cuenta de que existe un patrimonio al que necesita intervenir para resolver el
problema de la cadena de pago.
El mayorista C1 va a exigir una solución concursal o una individual de mero incumplimiento obligacional,
dependiendo de si existe o no “incapacidad financiera”. Cuando existe insolvencia ya no hay posibilidad de
una ejecución individual teniendo que optar por una solución concursal.
En Derecho Comparado la decisión de llevar a cabo una solución concursal debido a la insolvencia de un
patrimonio o, si lo que corresponde es una acción individual de cobro cuando el patrimonio no es insolvente,
está a cargo de jueces competentes, entendidos en la materia. Por lo tanto, está en sus manos la calificación de
la solvencia o insolvencia de un patrimonio.
En Chile no hay tribunales de comercial, por lo tanto, los que definen la cuestión de la insolvencia son los
tribunales civiles, los cuales no tienen la experiencia y profundidad de conocimiento del derecho mercantil y
de finanzas para determinar una situación de insolvencia. Por eso es que en Chile la solución concursal acaece
por causas formales determinadas en la ley. Las causales presentes en la Ley de quiebras para asimilar o
suponer una insolvencia, son causales meramente procesales y descriptivas, No son causales que típicamente
instan al juez a investigar el patrimonio del deudor y definir si hay una situación de insolvencia y, concluir
que debe haber una solución concursal para ese patrimonio. 2
1
Esta hace posible el financiamiento del negocio para gastos en operaciones, productos, recursos humanos, etc.
2
En opinión del profesor es muy importante que uno no se quede con las causas formales porque estas no llevan al fondo
del asunto.
De esta forma, la insolvencia como causa de una solución concursal es provocada por el incumplimiento de
una obligación de dinero, motivando un problema en la cadena de pago, lo cual amerita una solución diferente
a la mera ejecución individual justamente, porque en este caso existe un riesgo para la economía con la
paralización de la cadena de pago, de manera que el legislador interviene ese patrimonio, no a través de un
subsidio, sino que, a través de la paralización de ese patrimonio, sacándolo del comercio, para así evitar una
profundización en la cadena de pago.
La primera intención en soluciones concursales es suspender ese patrimonio y, luego, se verá la posibilidad de
revitalizarlo. La suspensión de un patrimonio supone una prohibición para seguir realizando la actividad. Para
llevar a cabo en la práctica intervienen:
1. Superintendencia de Quiebras, dependiente del Ministerio de Economía.
2. El síndico de quiebras, quien administra el patrimonio del fallido. Esta intervención no provoca una
intervención en el dominio, porque el fallido (deudor) sigue siendo dueño de los bienes.
La intervención de la administración del patrimonio se llama desasimiento3, sacar las manos, pero hay alguien
que lo toma y, este es, el síndico. La intervención es sólo a nivel de administración de activos, entonces, el
término anterior de prohibición de realizar la actividad es relativo, pues, opera sólo para el deudor (antiguo
administrador) porque con posterioridad será el síndico quien decidirá, a partir de la toma de la
administración, si continúa o no con la realización de esa actividad.
Entonces, si el síndico vende un producto que el comerciante (fallido) conservaba en la bodega, lo obtenido
con la venta entra al patrimonio del fallido, pero quien tiene derecho a girar cheques, a pagar deudas, a exigir
el cumplimiento de una obligación a contratar, etc., será el síndico, ya que él es el administrador. 4
El objetivo del patrimonio hasta antes de la declaración de la quiebra era realizar su giro. ¿Qué otro acto hace
que el patrimonio se desvié en su giro por disposición de la ley? La liquidación (es un procedimiento) de un
patrimonio está precedida por la disolución (es una causa). Con la liquidación ocurre el pago de acreedores, la
devolución de los aportes de capital a los socios y el reparto de utilidades a los mismos. El giro se reconduce
hacia el objetivo de liquidación. El objetivo original de ese giro, que era desarrollar una actividad mercantil, se
reconduce por disposición de la ley. Esta le ordena que ya no pueda seguir desarrollando una actividad
mercantil, ahora su único objetivo será la conducción de su giro para la liquidación.
¿Existe en la quiebra la reconducción del giro del comerciante fallido? Puede que sí o que no, pero lo
importante es que su objetivo es pagarle a los acreedores. Los actos de la quiebra no llevan al mismo efecto que
la liquidación, porque si bien, con la liquidación también se paga a los acreedores, además, se devuelve el
aporte y se reparten las utilidades, lo que no ocurre en la quiebra. En esto se diferencia la quiebra de la
liquidación, no son lo mismo.
3
es lo mismo que es desasimiento procesal
4
En el caso de quiebra de personas naturales, se autoriza a que del total de la recaudación, que vaya haciendo el síndico,
se otorgue una pensión alimenticia para mantener al fallido. Esto, es un tanto teórico porque la mayoría de las situaciones
de quiebra son de sociedades, quienes no tienen derecho a pensión alimenticia.
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Como hemos visto, la disolución de una sociedad es un paso previo a su liquidación. Las sociedades se
liquidan de acuerdo a las reglas del código civil o del código de comercio, según sean sociedades civiles o
comerciales. Tratándose de sociedades civiles, la disolución es una causal de término de la personalidad
jurídica, pasando la pretérita sociedad a ser una comunidad, y sometiéndose en consecuencia a las reglas de la
partición. En las sociedades mercantiles, en cambio, la disolución no es una causal de término de la misma,
sino que tiene como efecto cambiar su giro a la liquidación (hecha por administradores que reciben el nombre
de liquidadores y, en el caso de las sociedades anónimas, comisión). La personalidad de las sociedades
mercantiles se extingue cuando se realiza el último acto de la respectiva liquidación.
Debemos preguntarnos por la relación que guarda la quiebra con estas instituciones. ¿Qué tiene que ver la
quiebra con la disolución de la sociedad? ¿Es, acaso, una causal de disolución? En términos jurídicos, la
respuesta ha de ser negativa. No sólo no constituye necesariamente una causal de disolución de la sociedad
(pues para ello tendría que configurarse la insolvencia de la sociedad en los términos que exige el código civil
para la disolución de sociedades civiles, lo cual no sucede siempre), sino que la quiebra no tiene que ver ni con
el inicio ni con el fin de la sociedad. No debe confundirse ni con la disolución ni con la liquidación. La quiebra
es una vicisitud, un temblor que la sociedad tiene durante su vigencia. Concluida la quiebra, la persona
jurídica de la sociedad subsiste.
Lo único que ha cambiado durante la quiebra es la administración de la sociedad: ahora ella pasa a manos de
un síndico. El síndico administra la sociedad durante el período de quiebra. Cuando ésta termina, la sociedad
vuelve a su administración original (probablemente con un patrimonio igual a cero). Este cambio en la
administración se explica por el hecho de que la quiebra interesa ante todo a los acreedores, no a los socios. El
procedimiento de quiebra, a diferencia del de liquidación, nunca tiene por objeto distribuir las utilidades entre
los socios.
La declaratoria de quiebra no da a los socios derecho a retiro.
La sociedad en quiebra celebra juntas de accionistas, aunque no para efectos de ser administrada. Por ejemplo,
la junta de accionistas puede hacer valer su derecho a ser informados de la administración del síndico. Lo
mismo aplica para el directorio, pues sus funciones no se agotan en la administración de la sociedad. Por
ejemplo, los deberes individuales de los directores (cuidado, lealtad, reserva, información) siguen vigentes. Lo
que pasa es que una parte relevante de las atribuciones del directorio, que es administrar la sociedad, pasan a
un tercero que es el síndico.
Los actos de la liquidación que dicen relación con los acreedores se identifican con los pasos de la quiebra. El
síndico entra en la administración de la sociedad para realizar las siguientes actividades:
1. Determinación de los activos (=masa).
2. Determinación de los pasivos (¿quiénes son sus acreedores? ¿cuál es la preferencia que tienen?)
3. Realización de los activos
4. Pago de los pasivos
Una parte relevante de este curso es entender cuáles son las reglas que aplican para cada uno de estos cuatro
pasos. Y nos encontraremos con problemas. Por ejemplo, cuando determinemos los pasivos tendremos que
determinar a los tipos de acreedores. Sabemos que los acreedores pueden ser valistas (y, recordemos, hay
acreedores valistas que se pueden subordinar a otros) o privilegiados. La preferencia de estos últimos
acreedores puede ser respecto de bienes específicos, como en las cauciones (prenda, hipoteca y derecho de
retención). También hay acreedores privilegiados enumerados en la ley, como por ejemplo los acreedores de
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las costas en el proceso, ciertas indemnizaciones y otras prestaciones laborales y previsionales, el Fisco
respecto de los impuestos, etc.
Es importante notar que la clasificación de los acreedores no es de interés del deudor. Al deudor fallido no le
incumbe la preferencia de sus acreedores, sino sólo extinguir sus obligaciones. Cuando estudiemos ciertas
reglas a propósito de las objeciones que se van a suscitar en la determinación de las preferencias y privilegios,
veremos que en general el deudor no tendrá derecho a entrar en este conflicto. Este es un partido entre
acreedores para ver en qué lugar de la fila se ubican para ser pagados.
Nos encontraremos también con la relevancia del momento en el que se determina quiénes son los acreedores
de la quiebra. Pensemos en el siguiente ejemplo: para determinar los pasivos (2.), una de las tareas que debe
realizar el síndico es llamar por teléfono a los acreedores del fallido para verificar su condición de tales. Pero
esta llamada no es gratuita, y se hace desde las dependencias de la sociedad en quiebra. El síndico, constituido
en la sociedad fallida, tiene que sacar dinero de ésta para pagar estas llamadas. La compañía de teléfonos tiene
un contrato de prestación de servicios con el deudor fallido, que establece –supongamos– que, de declararse la
quiebra de éste, puede ponerse término inmediato al contrato. Cuando llega el momento de la quiebra, la
compañía tiene entonces derecho a decidir si sigue o no prestando servicios al deudor fallido. Si decide no
hacer uso de la facultad de poner término inmediato al contrato, comenzará a darle crédito a la sociedad
fallida, cuyo patrimonio es ahora administrado por el síndico. En este caso, ¿tiene este acreedor algún
privilegio especial?
Si este acreedor no tuviera privilegio alguno respecto de los que ya son acreedores antes de la declaratoria de
quiebra, no habría ninguna racionalidad económica para justificar que este acreedor no decida poner término
inmediato al contrato. Se entiende entonces que los acreedores posteriores a la declaratoria de quiebra tengan
un superprivilegio respecto de todos los demás. Si no tuvieran la posibilidad de pagarse antes que el resto de
los acreedores, entonces no le darían crédito a la sociedad declarada en quiebra.
Al no ser indiferente el momento en el que nace la obligación para el fallido, debemos tener en cuenta una
línea de tiempo que distinga entre los acreedores según el momento en el que nacen sus créditos respecto del
momento en el que se declara la quiebra.
corresponden a los créditos de los acreedores en la masa quedan suspendidos, de modo que para decretar la
continuidad del giro, en general, basta contar con una estructura de generación de ingresos. En todo caso, la
decisión de decretar la continuidad de giro se toma con la participación de la junta de acreedores, y requiere un
alto quórum de aprobación.
* Al comienzo de esta clase se hace un brevísimo repaso, por medio de intervenciones de compañeros, de las
diferentes sanciones civiles (nulidad, resolución, inoponibilidad).
Habiendo una cadena de pagos interrumpida por un deudor insolvente, lo que el legislador intenta
entregar son soluciones jurídicas que la reanuden. Pero para esto no es necesario acudir inmediatamente a
soluciones concursales. Ya en el derecho civil existen varias herramientas para hacer frente a un deudor
insolvente (es decir, nos encontramos aquí en una situación más complicada que la mera ejecución individual,
en donde el deudor puede pero no quiere pagar) en forma individual. Se trata de las medidas auxiliares del
acreedor.
Las medidas auxiliares del acreedor tienen como finalidad mantener la integridad del patrimonio del
deudor con el propósito de que el acreedor pueda ejercer eficazmente su derecho al efectivo cumplimiento de
la obligación por parte del deudor. Se intenta así conservar, aumentar o recuperar el patrimonio del deudor.
Las medidas que buscan mantener la integridad del patrimonio del deudor son las llamadas medidas
conservativas. Por ejemplo, los acreedores en sede individual tienen la posibilidad de solicitar medidas
cautelares para efectos de resguardar la calidad y cantidad de bienes que están en manos del deudor y que son
necesarios para el cumplimiento de la obligación correlativa.
Otra medida conservativa es la acción pauliana o revocatoria. En cuanto a su género, se trata de una
sanción de inoponibilidad. Tiene por objeto reintegrar al patrimonio del deudor ciertos bienes que han salido
de él en perjuicio de ciertas acreencias. En virtud del efecto relativo de las sentencias, sólo los acreedores que
se han hecho valer de la acción paulina pueden verse beneficiados de sus resultados (i.e. una mayor masa de
bienes a las que el acreedor puede dirigirse a la hora de ejecutar al deudor).
Hasta aquí nos hemos referido a la acción pauliana civil que conocemos desde la teoría de las
obligaciones. Estas medidas auxiliares del acreedor existen en el derecho civil desde mucho antes que el
derecho concursal empezara a generar soluciones de carácter similar. De hecho veremos cómo el derecho
concursal considera una acción pauliana concursal, una acción que típicamente se llama de revocación o de
inoponibilidad, y que se diferencia respecto de su hermana civil en lo siguiente: beneficia al universo de los
acreedores que tiene determinado deudor. Esto no representa una excepción al principio del efecto relativo de
las sentencias. De lo que se trata es de notar que, en una solución concursal, la contraparte del deudor es el
conjunto de los acreedores que éste tiene.
Esto muestra que en materia concursal la quiebra no es la única salida frente a la insolvencia del deudor,
y que de lo que se trata más bien es de prevenir la situación de insolvencia última. El derecho concursal no se
limita a la quiebra en tanto forma de liquidar colectivamente los bienes para pagarle a todos los acreedores. La
quiebra es en cierto modo la ultima ratio en materia concursal. Esto nos lleva a hablar del derecho concursal
preventivo. Es decir, aquél sector del derecho concursal que se preocupa de evitar la situación de insolvencia o
de quiebra.
unanimidad de los acreedores. Por regla general, este principio se ve reflejado en el derecho comercial en la
forma en la que la junta de accionistas toma sus decisiones (un caso excepcional de unanimidad exigida a la
junta de accionistas es aquél en el que los accionistas quieren reducir el dividendo mínimo obligatorio a cero).
Pero se acude también a este principio en otras instituciones del derecho mercantil para resolver el problema
de la expresión de la voluntad de partes compuestas por varias personas.
Si no existieran los convenios concursales, los acreedores tendrían que lograr unanimidad para efectos
de prevenir la quiebra del deudor. Pero los acreedores no tienen todos el mismo interés en esta eventual
quiebra, desde ya por el hecho de que algunos tienen privilegios y otros son valistas. Por lo tanto, el legislador
entiende que sólo va a funcionar el esquema de convenios a propósito del principio de las mayorías. Una parte
mayoritaria, no todos los acreedores, tienen que ponerse de acuerdo para efectos de evitar o solucionar esa
quiebra.
Los acreedores minoritarios que no estuvieron de acuerdo con la decisión de la mayoría deben, para que
esta institución sea operativa, acatar y subordinarse a esta decisión. Este esquema no funcionaría si estos
acreedores minoritarios pudieran intentar acciones individuales de ejecución en contra del patrimonio del
deudor. De poder hacerlo, frustrarían el convenio que la mayoría de los acreedores determina.
Una salvedad que debe hacerse es que estos convenios son oponibles a los acreedores minoritarios sólo
cuando estos son valistas, es decir, no preferentes. La preferencia de los acreedores privilegiados no se ve
interrumpida por los convenios concursales, a menos que ellos consientan. Este consentimiento supone una
renuncia a la preferencia para todos los efectos legales. La renuncia puede ser por la totalidad de la acreencia o
por sólo una parte de ella.
Nótese que la finalidad concursal de los convenios no es sólo prevenir la quiebra, sino también
solucionarla. Si bien el legislador entiende que la ultima ratio en materia concursal es la quiebra, cuando
llegamos a esta última instancia el legislador sigue siempre entendiendo que los acreedores pueden ponerse de
acuerdo con el deudor para los efectos de solucionar el problema de la insolvencia mediante un acuerdo
particular. De modo que en materia de convenios puede distinguirse aquellos que son preventivos (que se
realizan previamente a la declaración de la quiebra) y aquellos que son judiciales o alzatorios (que se realizan
posteriormente a la declaración de la quiebra y le ponen término).
Por último, es el derecho concursal regularizador el que contiene a la solución concursal por excelencia:
la quiebra.
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Antes de entrar a la quiebra en sí, se revisarán dos tema: Uno es el concepto acerca de la insolvencia (qué es la
insolvencia, la cesación de pagos, el mal estado de los negocios), y lo otro es un repaso final, con una visión
periférica de cómo funciona la quiebra en relación a un caso práctico.
Insolvencia
Chile es uno de los países en donde es más difícil entender la insolvencia como hipótesis distinta del
incumplimiento con respecto de límites del derecho concursal, y la solución individual. Más allá de que hay
razones distintas para enfrentarse a una y otra, en las aulas esto es difícil, porque los tribunales no entienden
del problema, o porque las partes no hacen presentes esta situación cuando se trata de la discusión, porque a
los grandes acreedores les conviene seguir la tesis de que la quiebra ser parecería en sus supuestos a la
ejecución individual.1
Si se ven las causales de quiebra en Chile, en nuestro país se distinguen de dos tipos de deudores: Deudores
calificados, aquellos que realizan ciertos giros (comercial, minero, agrícola, industrial) 2, y los no calificados, que
son los restantes que no entran en estas categorías, y que tienen otras causales.
En la enumeración de las causales, cuando se trata de un deudor calificado, prima el incumplimiento de una
obligación mercantil que consta en un título ejecutivo. En este caso nos encontramos con un mero
incumplimiento, que hace que en Chile se pueda declarar en quiebra, sin analizar si este deudor se encuentra o
no en un estado de insolvencia.
Por eso se hará un análisis financiero del asunto, para así lograr encontrar un criterio que permite entender el
concepto de insolvencia. Para eso se repasarán conceptos relacionados con la práctica comercial.
Existen distintos tipos, que pueden ser balances, estados de resultados y el flujo de caja.
Los balances se refieren a una fecha determinada, que en el caso de Chile es el 31 de diciembre, momento en
que se produce el cierre tributario y cierre financiero. En estricto rigor, un balance del 31 de diciembre, se trata
de un balance de la medianoche del 1 de enero.
Un estado de resultados se refiere a un período, generalmente de un año, en que se muestra como le fue a la
compañía, generalmente para determinar si se generaron utilidades. Tiene un análisis retroactivo, hacia el
pasado
El flujo de caja se refiere a un espacio de tiempo de un año o más. Tiene un análisis a futuro, se trata de una
proyección.
1
Se espera que con las reformas legales que se vienen, la cosa se aprecie de manera distinta, con jueces más tecnócratas
para entender el concepto de insolvencia.
2
Esto se verá en mayor profundidad en materia de presupuestos de la quiebra y el sujeto pasivo de esta.
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Cada uno de estos estados de demostración financiera tiene distintos acreedores interesados a conocerlos.
El balance es interesante para los socios para conocer el patrimonio neto, que refleja la posición del interés del
accionista en la sociedad. El patrimonio neto es todo lo que corresponde al valor de la compañía menos lo que
se debe. También es interesante para los acreedores por si se tiene más patrimonio neto que deudas, y tengan
más garantías de ver pagado su crédito. El balance le muestra cómo se relaciona ese patrimonio con otros
acreedores, presentes y futuros.
El estado de resultados interesa a los socios para saber si hay utilidades o pérdidas. En caso de utilidades surge
el derecho al pago de un dividendo.
Un flujo de caja se trata de un período que se proyecta hacia futuro. Por ejemplo, dice que el 31 de diciembre de
2012 se terminó con $100 en caja, y a partir de ahí se construye un flujo hasta el 31 de diciembre de 2013. Se dice
que para generar ingresos trimestrales de $100, se tienen que hacer gastos de $80. Pero además, debido al
financiamiento de un banco se tiene que pagar vencimientos de $100 el segundo y cuarto semestre.
Entonces, en la proyección se ve que el primer trimestre se tiene un positivo de $20, que da una acumulación
de $120. El segundo semestre se llega a $140, pero se tiene que pagar $100 quedando con $40. El tercer semestre
se suma otros $20, quedando $60. Pero el último trimestre, se queda con $80 total por el ejercicio del negocio,
pero se tiene que pagar $100 al banco, de forma que el dinero no alcanza.
Esto da un problema. El flujo de caja es negativo, es decir, que si no se hace nada, terminado el período un año
no podrán pagarse las obligaciones, y suponiéndose que en este caso se trata de un deudor calificado que debe
una obligación comercial, se está en riesgo de que en un año se declare en quiebra.
Por tanto el flujo de caja tiene un interés radical para los acreedores, porque muestra la capacidad de pago que
tiene un patrimonio, de las acreencias que tendrá durante un período determinado.
De estos tres estados de demostración financiera, en relación a la ley positiva y en relación al análisis del juez,
no se utiliza ninguno para ver si se declara la quiebra. El juez hace el mismo análisis que se hace en la solución
individual para despachar el mandamiento de ejecución y embargo. En la medida que haya un instrumento
que contenga una obligación mercantil, y se acompañe con título ejecutivo, el juez procederá a declarar la
quiebra.
No se hace ningún análisis, y ninguno de estos documentos son necesarios ni obligatorios a la hora de pedir la
quiebra. Ni siquiera la ley se pone en la necesidad de que el juez tenga que contra obligatoriamente con estos
antecedentes para efectos de declarar o no la quiebra. Así, en el país la diferencia entre ejecución concursal e
individual queda a manos de un juez que no entiende el problema, y un acreedor que a veces le conviene poner
en quiebra a alguien por circunstancias distintas a la insolvencia.
Por eso, es necesario saber los presupuestos de la quiebra. Pero es aún más importante entender el concepto de
insolvencia y su y poder relacionarlo con la ley.
Puga creó un concepto acerca de los hechos reveladores de la quiebra. Así, busca demostrar que en las causales
establecidas por la ley se está facilitando la cuestión probatoria para que el juez entienda que hay una situación
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[CLASE NÚMERO 05: 20 DE MARZO] Apuntes de Clase
de insolvencia, mal estado de los negocios, de cesación de pagos en relación a un patrimonio determinado. Así,
estos hechos reveladores son una ayuda para que el juez defina si hay o no insolvencia, pero no se podría
limitar a observar el título ejecutivo, sino tendría que realizar un análisis de fondo del problema.
Bajo un análisis de fondo, tienen que observarse tres conceptos utilizados por la doctrina: Insolvencia, mal
estado de los negocios y cesación de pagos.
Estos tres conceptos se pueden confunden y mal utilizan en textos clásicos de derecho mercantil, e incluso en
la misma ley. Al final, estos tres resultan ser distintas manifestaciones de una misma situación negativa de un
patrimonio.
La explicación tradicional dice que insolvencia es cuando los pasivos son superiores a los activos.
Si se ve el balance, se tiene un grupo de activos, el cual tiene que ser valorizado. Los números que dan valor a
esos bienes se determinan por un contador que los determina a través de las reglas contables.
Así por ejemplo, si se tiene un activo fijo, su valor se determina según distintas hipótesis.
Si fue recién comprado se tiene que ver el valor del título de venta.
Si fue comprado hace un año, se descuenta un % en relación a la vida útil.
De esa manera se construye el valor de activos, que proviene de una estimación del contador. Sin embargo, es
regla técnica no resulta 100% cercana a la realidad, de manera que puede haber un error. Por ejemplo, un activo
que se cree de $150 se retasa, y resulta que el valor es de $10 y nadie está dispuesto a pagar más. Entonces la
realidad es que no se puede pagar más que $10 en vez de un activo de $150.
Frente a eso el acreedor tiene derecho de prenda general, pero como su crédito no se puede pagar
completamente, se genera una situación de insolvencia, en que los activos valen menos que los pasivos.
Así, para los autores, cuando el juez se enfrente a una de estas situaciones tiene que comparar el valor de los
activos contra los pasivos, y si es menor el activo, declara en quiebra. Esa es la forma clásica de ver la
insolvencia.
El mal estado de los negocios es un concepto que nunca ha sido muy explicado, pero sería la estimación de a la
empresa le va mal, y hay que declararla en quiebra.
La cesación de pago se ve como un concepto pasivo de como un patrimonio es capaz de pagar una deuda. Esta
definición se acerca a la visión de los clasificadores de riesgo a los patrimonios. Este analiza un patrimonio, y
a través del análisis de los flujos reales. Mira la mirada que le pasa el gerente de finanzas, con el patrimonio, el
flujo de ganancias y costos, y en relación a eso, se califica al deudor.
Es una mirada pasiva, que no gestiona, sino simplemente analiza lo que se presenta y proyecta en relación al
estatus quo.
La cesación de pagos permite explicar la causa basal de la declaración de quiebra. Lo que se dice, es que el juez,
frente a lo que se presenta, mire en un periodo de tiempo como va a estar la capacidad de pago de ese
patrimonio. Si en este no será capaz de cumplir sus obligaciones, se declara en quiebra.
Por tanto, la insolvencia se reacciona con la mirada del balance a partir del valor de activos y pasivos, y el
flujo de caja se relaciona con un flujo de caja pasivo.
Mirada moderna que hacen los tribunales de comercio a estos criterios en el derecho comparado
Los jueces estadounidenses3, hacen una mirada al flujo de comercio proyectado con un agregado. No solo se
tiene una mirada pasiva. No se queda tranquilo con la mera revisión del flujo de caja, sino que busca hacer un
análisis de gestión.
Busca ver qué pasa si se hace gestión sobre el patrimonio. Por ejemplo, en el análisis visto anteriormente, se
puede hacer:
Gestión sobre los ingresos, aumentando los precios. ¿Es posible subir tarifas?
Gastar menos, reducir el precio de los materiales, produciéndose un ahorro de gastos.
Pedir prórroga a los pagos del banco, haciendo gestión sobre los pasivos.
Pedir nuevos financiamientos, surgiendo nuevas deudas con nuevos planes de pago.
Gestionar activos vendiendo los bienes. Se puede realizar un leasing, se tiene un activo, se le vende a
un tercero, se queda como arrendador y dentro un periodo se tiene opción de recompra.
El juez pide un análisis técnico al gerente, acerca de si sobrevive cambiando de lugar las bodegas, reduciendo
costos, etc.
Entonces el flujo de caja proyectada es la mirada que dan los jueces de comercio para determinar si hay o no
una situación de cesación de pagos. Pero además hacen gestión, y si fruto de esta gestión teórica aún se
encuentra con un flujo negativo, el juez declara quiebra. Si encuentra que el patrimonio tiene una salida, no la
declara. El juez puede fijar un programa de reorganización o de convenios obligatorios, para la manera en que
se realizan los gastos.
Esto sería una forma racional y lógica de manejar el tema de la cesación de pagos y la insolvencia, cosa que en
Chile NO ocurre.
3
Juez experto en materia financiera.
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[CLASE NÚMERO 06: 21 DE MARZO] Apuntes de Clase
En primer lugar, acerca de su naturaleza jurídica, al ser un establecimiento educacional, tiene que ser una
persona sin fines de lucro, específicamente una corporación. Esto quiere decir que los ingresos, gastos y
utilidades no se van a los socios.
Esta corporación tiene como giro prestar servicios educacionales. Esto es importante de establecer por conocer
las normas que la rigen, en este caso, las normas del código civil, porque no desarrolla una intermediación. Al
no ser comercial no paga I.V.A.
Sus ingresos provienen de la remuneración por los servicios educacionales prestados, donaciones, servicios de
investigación, etc.
Sus gastos son las remuneraciones de los planteles, la infraestructura, la cuota de depreciación de los bienes
(devaluación de la compra y construcción del establecimiento), el pago del arriendo1, insumos.
Los clientes de la universidad son los alumnos. Los proveedores son aquellos que venden los distintos
servicios.
Todas las gestiones, de los ingresos y los gastos tienen que dar un balance positivo. Si no existe un déficit de
caja.
Cuando ocurre la intervención de la Universidad del mar, esta quedó en quiebra por la disminución de los
ingresos. De los alumnos sólo el 10%(para el caso) paga sus aranceles y matrículas inmediatamente. El resto lo
hace mediante becas y créditos. En nuestro sistema educacional, estas becas y créditos tienen un origen mixto
(desde el Estado, o desde los bancos por las garantías que da éste).
La Universidad del Mar, al no cumplir ciertos estándares, perdió su acreditación, de manera que gran parte de
los ingresos, que entraban por el financiamiento del Estado, se dejan de percibir. Se tienen alumnos que no
pagarán sus aranceles, porque se pierde el beneficio estatal, se tienen los alumnos, pero no dinero, mientras
que todos los gastos se mantienen.
Otra cosa interesante, es que la Universidad del Mar es una corporación. Las soluciones concursales por de
pronto se aplican a deudores comerciales, resuelven la insolvencia del patrimonio comercial, donde está en
juego la intermediación y que es la que ensucia la cadena de pagos.
Frente a esto último, no solo los comerciales se encontrarían en una situación que requiera solución concursal.
El agricultor no es un comerciante, porque no intermedia sino produce. Lo mismo sucede con el minero. Sin
embargo, las soluciones concursales se les extienden a ellos, porque aun no siendo intermediadores, si
participan dentro de la cadena de pagos.
1
En este ámbito está el negocio con fines de lucro. Las inmobiliarias de los mismos socios de la corporación construyen y
dan arrendamiento, y a partir de acá se reciben los beneficios del servicio de la educación.
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[CLASE NÚMERO 06: 21 DE MARZO] Apuntes de Clase
Los abogados, los doctores, los ingenieros, etc. se encuentran bajo la solución concursal de la cesión de bienes.
Esta es un modo de extinguir las obligaciones, en que ciertos deudores, que no se encuentran en situación de
cumplir, terminan de cumplir entregando todos sus bienes que no son inembargables. Cuando un deudor no
calificado, se auxilia en la cesión de bienes, entrega todo lo que tiene extinguiendo todas sus obligaciones, se
paguen íntegramente o no.
Entonces, para la declaratoria de quiebra, la naturaleza jurídica de una entidad importará menos que el giro.
Por ejemplo, una corporación podrá dedicarse a la actividad del transporte (giro comercial). La naturaleza
sirve como un detalle que puede ayudar a definir al giro, pero por si sola no sirve para definir la solución
concursal a aplicar.
Una entidad que presta servicios educacionales, por definición es civil, entonces queda preguntarse por qué se
declaró en quiebra una entidad educacional como la Universidad del Mar. ¿Por qué se le aplica una solución
concursal comercial que se aplica al deudor calificado, y no la propia de los deudores civiles?
Lo que hay que hacer, es ver un cúmulo de actividades que realiza la universidad que tienen carácter de
intermediación, más allá de la actividad de prestación de servicios. Por ejemplo, desarrollan un negocio de
editorial, de intermediación de libros.
Por eso un factor relevante en este caso, es hacer un análisis del giro. Dentro de este se tienen actividades
principales y accesorias. Además se tiene la visión del giro nominal y el giro real.
Cuando se crea una sociedad y se establece el giro de esta en la escritura, nominalmente hay muchas entidades
que advierten que se dedicarán a varios giros de diversa naturaleza. Por ejemplo se puede establecer que se
dedicará a prestar servicios educacionales, pero en el resto de actividades pueden establecerse diversas
actividades que tienen carácter comercial.
Como consecuencia, puede establecerse una institución que se dedica a un giro civil, y que se “contamina” con
actividades mercantiles, de manera que da un argumento para que se utilice la quiebra como solución
concursal.
Por eso, a la hora de ver que solución concursal se aplica, no sólo es importante saber a lo que se dedica una
persona, sino también a lo que declaró a la hora de constituirse la persona jurídica.
Entonces la discusión acerca de por qué una corporación, que en principio, desarrolla actividades de carácter
civil, fue puesta en quiebra, se tiene que ver en concreto, relacionada con las otras actividades se realizan.
Un ejemplo contrario fue lo que ocurrió con las Termas de Chillán, Sociedad Anónima, que al desarrollar solo
actividades de carácter civil, la corte estableció que no puede declararse en quiebra.
La declaración de quiebra
El peticionario de la quiebra será un acreedor, el mismo deudor (que se encuentra en ciertas instancias
obligado a pedirla), y es declarada por un juez civil.2
Frente a la declaración de la quiebra, se designa a un síndico, para que tome la administración, que es una
administración fiduciaria destinada al pago de los pasivos. Se cambia el objetivo de la Universidad del Mar, de
prestar servicios educacionales, a lograr pagar a los distintos acreedores.
Hasta el día previo a que el síndico tomara la administración, esta le correspondía al directorio. El rector de la
universidad se parecería a un gerente de operaciones. La administración por el directorio de la corporación se
desase, perdiéndose la facultad de administrar. El directorio sigue existiendo como órgano, sigue haciendo
actividades distintas a la administración, mantiene sus obligaciones, como el cumplimiento de deberes.
Los socios, los que tienen los derechos políticos de la corporación requieren continuar ser informados a cómo
se maneja la Universidad.
La primera decisión que puede tomar el síndico en relación a continuar las actividades, es la de la continuidad
de giro. Esta continuidad de giro se decide además con los acreedores y el juez. Esta continuidad puede ser
total o parcial.
Decretar la continuidad de giro total significaría que todas las actividades que se prestaban antes de la
declaratoria de quiebra, se continúen haciendo.3 Decretar el giro total sería que un establecimiento, una
sucursal continúa realizando el negocio y la otra no. Esta decisión se toma en relación a la rentabilidad de las
distintas unidades operacionales. Por ejemplo podría decidirse que funcione la sede de Viña del Mar y no la de
Maipú.
Debido al problema energético en Gas Atacama, se intentó establecer una ley que permitiera que dar una
continuidad de giro por razones de interés público, la que en la práctica no se ha podido aplicar. Algo similar
ocurriría en el caso de la Universidad del Mar. ¿Qué ocurre con el 90% que no se financia? Si el Estado se
tuviera que siempre hacer cargo, surge el problema es que van a surgir distintas “universidades” nuevas, con
un patrimonio nulo, porque siempre el Estado va a estar detrás resolviendo los problemas que generen malos
administradores.
En relación a los pasivos, si no se puede continuar el giro, se deben realizar los bienes del activo, se convierte
los bienes en dinero, se enajenan, ya sea por subasta, martillero, etc. y con el dinero que se genera se paga a los
acreedores.
2
Hay algunas soluciones concursales de carácter administrativo. Por ejemplo, en la situación de los bancos de los
ochenta, existieron dos tipos de intervención. Las que llevaron a la designación de interventores que administraran
(como ocurrió con el Banco de Chile), y otras que llevaron a la liquidación de los bancos. La decisión de intervenir o
liquidar fue tomada por la Superintendencia de Bancos.
3
Esto pasa con la Universidad del Mar, siendo la toma una causa de “fuerza mayor” que impide que se realice.
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[CLASE NÚMERO 06: 21 DE MARZO] Apuntes de Clase
Estos acreedores, si son valistas (sin ninguna superpreferencia, preferencia o privilegio), se realiza a prorrata
de sus créditos, en lo que se llama moneda quiebra, un porcentaje que se paga a los acreedores.
Terminados de liquidar los activos, el síndico termina en su cargo y rinde una cuenta de su administración,
bajo el control de la Superintendencia de Quiebras. Terminada la quiebra, queden o no queden acreencias, el
síndico termina su labor. A partir de la salida del síndico la administración vuelve al directorio.
La persona jurídica sigue existiendo, pero ya se trata de una corporación vacua. Tiene administradores, pero
no tiene patrimonio, de modo que no podrá realizando su giro, por lo que seguramente se disolverá y
terminará con su personalidad.
Acción de quiebra: Es aquella que permite iniciar el juicio de quiebra respecto del deudor que ha
configurado el estado de cesación de pagos. Con todo, no es necesario que se ejercite la acción de
quiebra para que esta se declare, debido a que en nuestro ordenamiento existen las acciones de
quiebra reflejas o consecuenciales, como las de nulidad y de resolución del convenio judicial
preventivo) y además porque el rechazo de ciertas gestiones, destinadas a solucionar la situación del
deudor, importan la declaración de quiebra, por ejemplo, si se rechaza la propuesta de convenio
judicial preventivo por parte de los acreedores o por no aprobarse éste en un plazo determinado.
La titularidad de la acción de quiebra puede estar en (i) el deudor o (ii) los acreedores. Se discute si la
solicitud de quiebra por parte del propio deudor, es realmente una acción de quiebra; la doctrina
tiende a sostener que no es una acción, postura con la cual puede concordarse, ya que los requisitos
de la acción de quiebra presentada por los acreedores y los de la solicitud de propia quiebra, son
distintos. Lo cierto es que aunque no consideremos la solicitud de propia quiebra como una acción
propiamente tal, ello no significaría que el procedimiento deje de ser de carácter contencioso.
Para efectos de determinar la tramitación de la solicitud de quiebra, la ley distingue entre dos tipos
de deudores (i) deudor calificado (art. 41 Ley de Quiebra) y (ii) deudor Común1, que es a regla
general.
-Se señala que este es un derecho del deudor, pero es difícil entender que se tiene un derecho objetivo
para desprenderse de todos los bienes.
-Otros han señalado que esto se ejercería en beneficio de los acreedores. Sin embargo, esto sólo puede
entenderse como algo beneficioso para la masa de los acreedores, pero no de cada uno de ellos
considerados individualmente, porque cuando el acreedor debe entrar en un concurso para el pago de
su crédito con otros acreedores, se enfrenta a las reglas de prelación de crédito.
1
Observación: no podemos hablar de deudor comercial v/s deudor civil, porque la ley señala que los deudores calificados
realizan actividades comerciales, industriales, agrícolas o mineras, es decir, pueden desarrollar actos de naturaleza civil y
no mercantil. Mediante esta disposición, el Legislador busca resguardar la cadena de comercio, aun cuando no sean
eslabones netamente de intermediación.
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[CLASE NÚMERO 07: 26 DE MARZO] Apuntes de Clase
La distinción es que cuando se trata del deudor calificado, existe un plazo legal para solicitar la
propia quiebra y la ley establece una sanción en caso de no cumplirse. En cambio, en el caso de los
deudores comunes, es facultativo. Algunos autores han sostenido incluso que el deudor común no
puede declarar su propia quiebra, pero lo que en realidad sucede es que en este caso, la solicitud de la
propia quiebra es facultativa, no existe una sanción asociada a su no ejercicio.
1° Para ser considerado un deudor calificado, debe ejercer2 actividades comerciales, industriales,
mineras o agrícolas.
3° Plazo de 15 días para solicitar la propia quiebra desde que ha cesado en el pago de la obligación
mercantil. Este plazo no es fatal (puede solicitarlo al día 16, por ejemplo), pero el deudor se verá
expuesto a las sanciones que puedan recaer sobre él por no haber cumplido con su deber jurídico.
En cuanto a qué se entiende por «cesación de pago», se han formulado diversas teorías:
Si cada vez que el deudor incumpliera una obligación mercantil debiese solicitar la propia quiebra,
existirían muy pocos comerciantes. Por ello se ha entendido que para efectos de la solicitud de la
propia quiebra, la cesación de pago se manifiesta cuando el deudor reconoce que le es imposible
seguir cumpliendo con su obligación, es decir, se reafirma una tesis intermedia, en el sentido que la
situación patrimonial deficitaria se manifiesta en el incumplimiento de una obligación.
No se requiere que los deudores calificados sean comerciantes, pero si el deudor calificado es un
comerciante, entonces respecto de él serán obligaciones mercantiles tanto las actividades comerciales
formales, como las demás señaladas en el artículo 3° CCom., e incluso actividades civiles, por
aplicación de la teoría de lo accesorio. Sin embargo, esto no sucede en el caso de los deudores
calificados no comerciantes, pues cualquier obligación que sea accesoria a su giro, se considerará
civil, por lo que se ha entendido que para estos deudores existe una obligación mercantil incumplida
cuando se trate sólo de una actividad mercantil formal.
Si dentro del plazo de 15 días que tiene el deudor calificado para solicitar su propia quiebra, un
acreedor solicita la quiebra, se entiende que el deudor puede intervenir como un tercero coadyuvante.
2
La ley habla de ejercer una actividad comercial y no de ser comerciante.
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[CLASE NÚMERO 07: 26 DE MARZO] Apuntes de Clase
En este caso se entiende que el deudor cumple su obligación en los casos en que el plazo aun se
encuentra pendiente, y por lo tanto no sería sancionado.
El deudor dentro de ese plazo también podría proponer un convenio ante el tribunal (convenio
judicial preventivo) o el deudor podría solicitar que se nombre a un experto facilitador, auxiliar de la
administración de justicia que analiza la contabilidad de los libros y la situación patrimonial del
deudor. En ambos casos, igualmente se entiende que el deudor está cumpliendo su obligación de
pedir su quiebra. Si se rechaza el convenio, opera una causal de quiebra refleja, también si el experto
dice que no hay sentido en dar convenio y el juez declara la quiebra también operaría esta causal de
quiebra refleja, pero en esos dos casos se entendería cumplida la obligación de solicitar la propia
quiebra, a pesar de que el deudor no la solicite directamente.
Si el síndico no se opone a la solicitud de alimentos del deudor fuera de plazo, podría caberle una
eventual responsabilidad.
Se discute que deba solicitar su propia quiebra, porque el deudor común porque tiene el
procedimiento especial de cesión de bienes. La mayoría de la doctrina sin embargo, dice que el
deudor común puede solicitar su propia quiebra, porque la ley no distingue entre uno y otro deudor
en varias disposiciones del libro IV (art. 39, art. 41, art. 42).
En primer lugar, se debe realizar el inventario de bienes, que incluye el lugar donde se encuentran los
bienes, estimación de su valor y gravámenes que les afectan. (El síndico debe informarse acerca de
qué bienes posee el deudor, y determinar los gravámenes resulta relevante para determinar los
acreedores preferentes).
Posteriormente, deben señalarse los bienes inembargables, y además determinar si existen juicios
pendientes que pudieran tener algún efecto patrimonial directo (indemnización de perjuicios,
divorcio, etc). Se debe además determinar el estado de las deudas del deudor, identificando a los
acreedores y la naturaleza de sus créditos, y finalmente el deudor debe realizar una memoria directa
o indirecta del mal estado de sus negocios (indicar por ejemplo, la circunstancia de que la quiebra no
se debe a poca cantidad de bienes, sino que poca generación de utilidades en relación a la cantidad de
deudas generadas en el mismo tiempo).
a) Sociedades colectiva y en comandita: Solicitud debe ser firmada por todos los socios presentes
en el domicilio social, con la consecuencia de quiebra consecuencial, quiebra colectiva, es
decir, conlleva la quiebra de todos los socios solidarios.
Hasta hace unos años el síndico era propuesto por el deudor o acreedores, sin embargo los Tribunales
interpretaron que ello era facultativo, y ahora es el mismo órgano jurisdiccional quien debe notificar
a las tres primeras acreencias, y entre ellos por mayoría designan un síndico. Si ninguno de los 3
(acreedores) fuera, debe citar a los 3 siguientes, si ellos tampoco van, sólo en ese caso designa el
tribunal mediante sorteo.
Desde el punto de vista de los acreedores, no pueden solicitar la quiebra de su deudor (art. 46):
f) Socio comanditario respecto de la sociedad que le pertenece (excepto crédito personal contra
la sociedad).
Puede, sin embargo, pedirse la quiebra del hermano, al igual que el parricidio no aplica respecto a la
muerte del hermano.
Requisitos:
- Que sea titular de un crédito, ese crédito puede ser o no exigible, salvo que la causal sea la del
art. 43 n°1, que exige que sea exigible.
- Indicar causal y hecho que la constituyen.
- Acompañar documentos que acrediten los fundamentos de la petición y ofrecer pruebas que
correspondan.
- Acompañar vale vista o boleta por equivalente de 1000 UF, a la orden del tribunal, para
solventar los iniciales de la quiebra. Este crédito es de tipo preferente.
Si hablamos de igualdad de acreedores es porque hay pluralidad, el art 40 señala que el deudor puede
ser declarado en quiebra aunque tenga un solo acreedor, esta norma choca con disposiciones de la ley
de quiebra sobre la exigencia de dos o más acreedores (art. 102, art. 108):
Procedimentalmente la ley exige que sean dos o más acreedores. ¿Cómo se logra entonces, conjugar
el art. 40 con las exigencias procedimentales? Según Puga, esto se logra a través de una
“interpretación armónica y sistemática” sobre la función del art. 40, cuyo objetivo es liberar al
acreedor solicitante de tener que probar que hay más acreedores.
El problema que presenta el planteamiento de Puga, es que el artículo señala que puede ser declarada
aunque sea uno solo, y que es el deudor quien debe acreditar que no existen otros acreedores, lo cual
resulta sumamente complejo, porque no es posible acreditar hechos negativos, es una prueba
imposible para el deudor. Sin embargo, la contracción de estas normas es aparente, porque las
normas procedimentales, son sólo eso, no son normas sustantivas y además la ley establece
claramente que cuando se deba hacer una segunda citación a junta se hará con los que vayan,
pudiendo ser sólo uno.
Aunque se critique, la ley no exige dos o más acreedores, parece no exigir que haya más de un
acreedor, y si es así, ¿cuándo y por qué un acreedor podría preferir el procedimiento concursal al de
ejecución individual?
Algunas ventajas de la quiebra por sobre ejecución: El deudor pierde la administración, no podría éste
seguir haciendo venta de sus activos, ya que todos esos actos estarán a cargo del síndico. Por otro
lado, el acreedor único se asegura de que posterior a la declaratoria de quiebra no puedan entrar más
acreedores, y además existe la posibilidad de recurrir a ciertas acciones para dejar sin efecto actos
anteriores y así aumentar el patrimonio del deudor.
Presupuestos de la Quiebra:
Del tenor del artículo 40 de la Ley de Quiebra, se desprende que un solo acreedor podría iniciar el
procedimiento de quiebra por sí mismo. Sin embargo, un sector de la doctrina ha negado esta posibilidad,
porque dadas las características de la quiebra –procedimiento concursal de ejecución- deberían existir al menos
dos acreedores. Por otro lado, del análisis del Libro IV se desprende que existen otras disposiciones que hacen
referencia a la existencia de dos o más acreedores en el procedimiento de quiebra, como el artículo 102 inciso 3
y 108.
Debido a lo anterior se ha concluido que el artículo 40 busca relevar de la carga de la prueba al acreedor en
cuanto demostrar la existencia de otros acreedores para que se declare la quiebra, y por tanto y traslada esta
carga al deudor (artículo 45 LQ) . El deudor, por lo tanto, deberá probar que no existen más acreedores y aquí
se presente el problema relativo a que no se pueden probar los hechos negativos.
(i) acreedores concursales: Corresponden a la universalidad de acreedores, todos los cuales tienen la
titularidad para iniciar la quiebra y lo relevante es que la sentencia de quiebra tiene efectos sobre
todos ellos, tanto positivos como negativos.
(ii) acreedores concurrentes: Acreedores concursales que manifiestan su voluntad por actos procesales en
la quiebra, como la solicitud de quiebra, la junta de acreedores, la verificación del crédito de quiebra.
El Juez no está facultado para declarar de oficio la quiebra, porque el procedimiento de quiebra es de carácter
civil, y por tanto se rige por el principio dispositivo, naciendo sólo a solicitud de parte. Con todo, existen
algunos casos en que el juez puede declarar la quiebra de oficio, como en la situación de las quiebras
consecuenciales o reflejas2.
La masa de acreedores no tiene patrimonio propio ni es una persona jurídica, sino que existe y está formada
por un conjunto de individuos con el solo efecto de la determinación de lo que debe el deudor.
Además, existe un interés general de los acreedores, que se manifiesta a través de la Junta de Acreedores y
también a través de ciertas responsabilidades que tiene el síndico con respecto a la masa acreedores, pues este
debe atender a la realización más expedita y beneficiosa para los acreedores.
Sin embargo, dentro del procedimiento de quiebra los acreedores mantienen su individualidad como acreedor
particular para realizar ciertas acciones, como para impugnar créditos (lo que resulta útil para efectos de la
prelación de quiebra, evitando que otros acreedores tengan preferencia en el pago). Lo relevante es que la Ley
1
OBSERVACIÓN: esta parte será completada a la brevedad, se está esperando respuesta por parte de los ayudantes,
porque el audio era inentendible.
2
Por ejemplo, cuando el deudor propone a los acreedores un convenio judicial preventivo y estos lo rechazan, puede el
Juez de oficio declarar la quiebra, ya que en este caso ha quedado acreditado un hecho revelador (por la propuesta del
deudor, se puede concluir su insolvencia).
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Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 08: 27 DE MARZO] Apuntes de Clase
de Quiebras en su artículo 71 permite que los acreedores hipotecarios, prendarios persigan su acreencia
individual sobre el deudor.
En el inciso segundo del artículo 1º del Libro IV del CCom. se señala que “el juicio de quiebra tiene por objetivo
realizar en un solo procedimiento los bienes de una persona natural o jurídica, a fin de proveer el pago de sus deudas, en
los casos y en las formas determinadas por ley”.
Bajo esta distinción, el sujeto pasivo de la quiebra puede ser una persona natural o jurídica.
Se ha entendido por un sector mayoritario de la doctrina que el Fisco y las entidades fiscales (órganos de la
Administración Pública e incluso empresas del Estado) no pueden ser declaradas en quiebra, primero porque
respecto del cobro de obligaciones de estas entidades hay un procedimiento especial en el CPC, denominado
juicio de hacienda. En segundo lugar, por un argumento de principios que viene desde el derecho romano, el
Fisco siempre es solvente.
Cuando el Estado participa en actividades económicas se rige por las reglas de los privados, por mandato
constitucional, salvo excepción de Ley Quórum Calificados. En estos casos, aquellos que sostienen que el
Fisco o empresas estatales sí pueden ser declarados en quiebra (PUGA), los órganos del Estado que tienen
personalidad jurídica y patrimonio propio, pueden cumplir distintas funciones:
(i)Una función pública, cuando la actividad tiene asociado un interés público relevante. Pero se debe poner
atención a aquellas actividades en que el Estado participa pero que no son de interés público relevante, que
también podrían ser realizadas por privados, y por ello se dan caso, por ejemplo, como la quiebra de EFE y de
la Editorial Jurídica. La cátedra no está de acuerdo con la idea de que el fisco no puede quebrar.
Por otra parte, se ha entendido que las comunidades no pueden ser declaradas en quiebra porque no tienen
personalidad jurídica y por tanto el acreedor debe solicitar la quiebra de todos los comuneros individualmente,
salvo el caso de las comunidades hereditarias cumpliéndose ciertos requisitos.
Para efectos de determinar la normativa aplicable, la doctrina distingue entre tres tipos de deudores:
(i) Deudor calificado (artículo 41 LQ): Quien ejerce actividades comerciales, industriales, agrícolas o
mineras.
En la regulación original del CCom. sólo se podía declarar la quiebra respecto a comerciante y
respecto de quienes no eran comerciantes, se aplicaba un procedimiento concursal regulado en el CPC.
Luego, se incluyó a los deudores no comerciantes, pero se estableció un régimen más severo para los
deudores calificados. La ley 18.175 amplia el espectro de aplicación de la quiebra, incluyendo las
actividades industriales, mineras y agrícolas a los deudores calificados, pero a los no comerciantes les
impone requisitos más severos.
Cuando el deudor calificado es una sociedad, se entiende que prima la actividad que efectivamente
realizan por sobre la actividad fijadas en los estatutos sociales.
Se discute si todas las personas jurídicas la ley considera mercantil serían deudor calificado. Por
mandato legal, se asumen como mercantiles la S.A. y las EIRL. Pero la doctrina y jurisprudencia
Primer Semestre 2013 | Profesor Octavio Bofill Genzsch
Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 08: 27 DE MARZO] Apuntes de Clase
unánime no las considera deudor calificado, porque la ley señala que se considerarán deudores
calificados las personas que ejercen actividades comerciales y no las que son comerciales.
(iii) Deudor especial: No se encuentra regulado orgánicamente dentro del Libro IV, como los Bancos, las
AFP, micro y medianas empresas.
Extensión de la quiebra:
El art. 51 del libro IV señala que la quiebra de una sociedad en comandita o colectiva importa la quiebra
individual cada de uno de los socios que la componen, pero la quiebra de alguno de los socios no
constituye la quiebra de la sociedad.
En una sociedad colectiva civil la responsabilidad de los socios es ilimitada y subsidiaria, de manera que
existe beneficio de exclusión y por tanto respecto de los socios en la sociedad colectiva civil, no se aplica el
artículo 51. Pero la quiebra de la sociedad no produce necesariamente la quiebra de los socios, en el caso de
las sociedades colectivas mercantiles, esto es facultativo. Lo importante es que en este último caso, para
declarar la quiebra consecuencial de los socios solidarios3, no se debe acreditar que existe alguna de las
causales del artículo 43, porque ya se acreditó la causal respecto de la sociedad. Para declarar la quiebra
consecuencial de los socios solidarios de la sociedad comercial basta con declarar la quiebra de la sociedad.
Con respecto a la sociedad en comandita, es necesario distinguir entre (i) socios gestores y (ii) socios en
comandita. Los socios gestores responden solidariamente, aplicándose respecto de ellos las normas de las
sociedades colectivas mercantiles. Respecto de los socios en comandita, sólo se aplicarán estas reglas si el
socio tolera la inscripción de su nombre en la razón social, ya que en otro caso, es difícil determinar si el
socio ejercía o no actividades de administración.
En cuanto a la quiebra de la SRL, esta no significa la quiebra de sus socios, ya que al igual que la sociedad
anónima, existe una limitación de responsabilidad de los socios.
3 Para efectos de economía procesal, ambos procedimientos deben seguirse en un mismo tribunal.
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Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 08: 27 DE MARZO] Apuntes de Clase
Cualquier sociedad, los acreedores sociales podrán solicitar la quiebra de la sociedad, como la quiebra de
los socios (solidariamente responsables).
Los acreedores personales socio, no podrían hacer exigibles sus créditos en la quiebra de la sociedad
- Mujer casada en sociedad conyugal: La administración de la sociedad conyugal está a cargo del
marido. Cuando la mujer está casada bajo este régimen, puede encontrarse en tres situaciones: (i) no
tener patrimonio reservado (ii) ni encontrarse en los casos de los artículos 166 y 167 del C.C.4, (ii)
tener patrimonio reservado pero no los casos del 166 y el 167. Si la mujer no tiene patrimonio
reservado, su quiebra se produce sobre aquellos bienes sobre los cuales tiene administración parcial. Si
tiene patrimonio reservado y tiene administración parcial de los bienes (artículos 150, 166 y 167 CC),
entonces la quiebra afecta a estos tipos de bienes. Si la mujer tiene patrimonio reservado y la
administración de esos bienes pero la quiebra se produce por obligaciones contraída fuera de ese
patrimonio, afecta a bienes reservados, bienes con afectación y además, los bienes de la sociedad
conyugal administrados por el marido.
- Mujer casada en separación total de bienes o participación en gananciales: a) si se trata de obligaciones
que no comprometen ni benefician al marido (por ejemplo, si la mujer compra una casa con su
patrimonio separado), entonces la quiebra sólo afecta a los bienes de la mujer; b) Si se trata de
obligaciones que comprometen al marido como un fiador o lo hubieren beneficiado, entonces no solo
afecta los bienes de la mujer, sino que también los del marido. Si la mujer sólo tiene separación parcial
de bienes, la quiebra sólo afecta a los bienes de los art. 166 y 167 C.C.
4
Hacen referencia a lo que en la práctica se denomina separación parcial de bienes, por ejemplo en los casos en que se le
dona, hereda o lega algo a la mujer con la condición de que no sea administrado por su marido y la mujer lo aceptare o
también en el caso de existir un acuerdo entre los cónyuges en que ciertos bienes serán administrados por la mujer
Primer Semestre 2013 | Profesor Octavio Bofill Genzsch
Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 10: 03 DE ABRIL] Apuntes de Clase
Vamos a seguir hablando de los efectos de la declaratoria de la quiebra, y dejar de lado por un minuto
a las personas, y avocarnos a la cuestión de los bienes. Ayer veíamos y nos centrábamos en la discusión que se
da en torno a los efectos que tenía en las personas, y tratábamos de identificar cuáles eran las personas que
tenían vínculos jurídicos vigentes con el fallido y a partir de allí establecer el rol que cada uno tenía en la
quiebra. Hoy día vamos a revisar la situación del patrimonio de los bienes del deudor, tanto de los bienes
como de las obligaciones del deudor. Una situación que ya hemos vistos en relación a los efectos sobre el
patrimonio, es que la administración sobre esos bienes pasa o cambia de mano. Y también sabemos que la
finalidad del patrimonio es distinta a la de la declaratoria de la quiebra. Así como antes de la declaratoria de
quiebra la entidad se dedicaba al giro de su negocio, hoy día este patrimonio tiene por objeto satisfacer las
acreencias de los acreedores. Aquí tenemos un primer aspecto interesante que se refiere a la revisión de los
actos jurídicos anteriores. Cuando hablamos de revisión de actos jurídicos anteriores inmediatamente lo que
se nos viene a la cabeza no es la búsqueda de vicios insalvables de legalidad respecto de los actos jurídicos
anteriores, porque esa situación es de derecho común y se da estando o no estando un patrimonio en quiebra.
Sin embargo, el derecho concursal debe realizar una revisión profunda respecto de la revisión de los actos o
contratos más que hechos con vicios legales a propósito de los vicios de nulidad, se refiere a los actos o
contratos hechos con una intención de defraudar.
Aquí entramos de lleno a la mecánica base, que es el fraude pauliano. Particularmente el fraude
pauliano se deriva de la acción pauliana civil y tiene dos grandes requisitos legales. La acción pauliana es la
que interpone el acreedor para develar el traspaso fraudulento de patrimonio del deudor hacia otro patrimonio
donde el acreedor no puede perseguir. A la acción pauliana se le llama también acción revocatoria, y esto es
relevante porque tiene que ver con la sanción que deriva de la sanción pauliana que es una sanción de
inoponibilidad. Así como cuando buscamos en el catálogo de sanciones civiles encontramos que la sanción de
nulidad lleva a la nulidad del acto, que la revocación lleva a la inoponibilidad. Este es el efecto que se busca
con la acción pauliana. Los requisitos son:
1. El traspaso fraudulento. El fraude pauliano tiene que estar presente como presupuesto de la acción
reivindicatoria. Este fraude pauliano supone básicamente una vinculación con la autonomía de la
voluntad. El fraude se identifica con actos de intencionalidad, por lo tanto acá tenemos que juzgar
la intención, que es una escala distinta a la de la mera incomprensión. Esta intención en el fraude
más tarde se transforma en un conocimiento. Ese fraude, entonces, que supone una intención de
hacer algo presupone un conocimiento. Y el hecho que debe saberse para constituir el fraude
pauliano (el conocimiento que tienen que tener las partes que provoca el fraude) es el
conocimiento del mal estado de los negocios del deudor. Este concepto es el que está vinculado al
conocimiento, a la intención y al fraude. El fraude pauliano, entonces, se configura cunado un acto
o contrato se celebra a sabiendas de que esa persona que está celebrando ese acto o contrato está
concurriendo o está bajo el supuesto de hecho de que ese patrimonio está en una mala situación;
está en un mal pasar económico.
2. El perjuicio. Este perjuicio debe provocarse al patrimonio de los acreedores. ¿De qué manera puedo
perjudicar a un patrimonio por el lado de los activos? Disminuyendo los activos. Pero, ¿cómo
disminuyo los activos? El sólo hecho de enajenar activos no configura un perjuicio (debido a la
consideración correlativa), Pero cuando se enajena bajo el precio (por ejemplo, donando un
activo), o cuando se vende bajo condiciones inferiores a las comerciales, se trata de una situación
de fraude en la medida en que se está reduciendo el tamaño de los activos, porque no se está
incorporando activos de un valor equivalente (se está perjudicando al patrimonio. por el lado del
activo). Ahora bien, por el lado de los pasivos, su aumento supone un perjuicio. ¿Cómo se puede
aumentar el pasivo? Retirando utilidades. Pues si yo traigo un pasivo nuevo, y ese pasivo nuevo
me lo llevo, estoy compartiendo la misma cantidad de activos entre más acreedores. Lo que estoy
haciendo es bajar la relación entre acreedores y patrimonio, por lo que a cada acreedor le va a
corresponder menos del reparto cuando toque realizar esos bienes. Por lo tanto, el perjuicio en el
patrimonio y, consecuentemente, del patrimonio de los acreedores, puede derivar de la baja
acreencial o de la suma o subida de los pasivos.
Completando estos dos elementos estamos frente a un caso de fraude pauliano. Por lo tanto, la ley, el
CC, lo que hace es decir que cando se den esos elementos de hecho, yo lo que haré será sancionar el acto o
contrato que está provocando perjuicio. La sanción que se acarrea es la inoponibilidad. Cuando hablamos de
las diferencias entre la ejecución individual y colectiva, veíamos que la inoponibilidad aquí sólo afecta a los
acreedores que ejercen la acción pauliana civil, por lo tanto, los demás acreedores siguen estando en la realidad
de que ese activo se enajenó o que ese pasivo se incorporó. Por el contrario, aquellos que se ven favorecidos
por la acción de inoponibilidad, a su respecto, ese bien no se enajenó o ese pasivo no se incorporó. A diferencia
de lo que ocurre con la acción pauliana concursal.
¿Cómo trata esto la ley de quiebras? La ley de quiebras esta situación del fraude pauliano lo trasunta
en distintos tipos de sanciones: en inoponibilidades especiales, en acciones revocatorias que pretenden reponer
activos o bajar pasivos del patrimonio del deudor, y en definitiva lo más relevante es que la ley de quiebras
tiene más bien esta situación, en el sentido de que mira más bien el primer elemento (del fraude pauliano)
más que mirar el efecto del perjuicio para efectos de intentar provocar o hacer inoponible un acto o contrato.
Uno de los efectos inmediatos de la quiebre respecto de los bienes, es que se producen exámenes a partir de la
acción revocatoria, del patrimonio del fallido, y ese patrimonio puede verse afectado por el ejercicio de estas
acciones revocatorias, por cuanto se van a incorporar bienes para el beneficio de todos los acreedores. El
legislador acá opta por dispensar extensión o rapidez en la solución de los actos o contratos revocatorios, de
manera de que se vuelvan rápidamente los bienes a los acreedores, en el sentido de que se refiere al interés
general de los acreedores más que de este acreedor que participó en el acto o contrato. Recordemos que cuando
hablábamos de las sanciones de inoponibilidad, aquí hay un efecto financiero que se produce con la
inoponibilidad, que es que la contraparte de ese acto o contrato que resulta revocado, como pierde la
prestación porque la entrega del bien (en el caso de la compraventa) a ese tercero con el cual contrató, se ve
revocada, por lo tanto el bien vuelve a la masa. Pero la prestación que hizo este acreedor de la suma de dinero
no se retrotrae porque estamos en una situación de quiebra, por lo tanto a ese acreedor se le une al resto de los
acreedores. Y se le dice “si tù celebraste este acto o contrato, como se este se celebró en conocimiento del mal
estado del negocio, tú estás sometiéndote al mismo régimen que cualquier acreedor del vendedor”. Al final, es
un problema de interés general versus interés individual.
Esto ya se refiere a la base del problema: tiene que ver con la insolvencia como causal de aceleración de los
plazos. Un tema que interesa discutir sobremanera en esta materia de la aceleración de los créditos es la
correcta tramitación de las modalidades de los contratos. Cuando estamos hablando de aceleración de créditos
estamos hablando de la modalidad “plazos”, por oposición a la condición. Entonces, si A le debe a B 100 pesos
pagaderos el 01 de abril del 2013, estamos hablando de plazos. Si A le debe a B 100 pesos pagaderos al día de mi
matrimonio, si es que me caso, entonces tenemos una condición. En eso consiste. Cuando el CC regula el
plazo como una forma de obligación del deudor (porque el plazo y la condición son beneficios que se
incorporan al patrimonio del deudor y no del vendedor) hay situaciones en la ley civil en que el legislador
priva al deudor de este beneficio. y esas situaciones se denominan caducidad de los plazos.
¿Por qué se le priva al deudor del beneficio? Porque se asume que ha habido una cierta pauta del
conducta del deudor que pone en riesgo la capacidad del recuperación por parte del acreedor, a propósito de
alguna conducta imputable al deudor. Cuando tenemos una situación de un contrato a plazo, yo no puedo
sostener objetivamente que al acreedor se le están cambiando las situaciones de riesgo que él tuvo a la vista al
momento de la celebración del contrato. Pero cuando el deudor en el tiempo intermedio incurre en una serie
de conductas que elevan el riesgo de imposibilidad de recaudación para el acreedor, el legislador dice hasta
aquí llegamos, acelere el plazo inmediatamente. De eso se trata la caducidad de los plazos. Este aumento de
riesgo, en términos jurídicos se denomina insolvencia: la insolvencia es la madre de las caducidades de los
plazos. Y nuevamente, cuando hablamos de insolvencia tenemos que ponernos en la hipótesis de qué es lo que
quería decir el legislador cuando habla de insolvencia. Y para ello, hay que remitirse a las discusiones que ya
hemos estudiado: cómo se demuestra la insolvencia de un patrimonio: ¿Por qué hay algunas obligaciones
incumplidas? ¿Si es que hay más pasivos que activos? O, si es que hay que ordenar el estado de flujos y ver si
es que la sociedad será capaz de cumplir con sus obligaciones.
Esto subyace a la caducidad del plazo, y por eso el legislador cuando se trata de la quiebra, y la quiebra
presupone la insolvencia como causal, utiliza la misma solución. Lo que dice es que la declaratoria de la
quiebra, dado que supone insolvencia, caduca los plazos. Esto significa que todas las obligaciones diferidas y
amparadas en plazos, los plazos se extinguen y las obligaciones se hacen inmediatamente exigibles. Esto no
tiene nada que ver con la situación de la condición. En la situación de la condición la lógica jurídica es
totalmente distinta. Ya no estamos hablando de una preocupación del deudor frente al acreedor para mantener
esta situación de crédito que es susceptible de revocarse, sino que estamos hablando de un efecto exógeno a la
voluntad de las partes, respecto del cual se tiene incerteza. Las partes podrán haber tenido mayor o menor
cercanía a la certidumbre del acto (que yo me case o no, depende de mí). Entonces. Dado ese supuesto, cuando
nosotros hablamos de la condición y el plazo, la verdad es que estamos hablando de parientes muy lejanos que
sólo se parecen en cuanto a que producen efectos sobre los efectos propios de una ejecución puro y simple de
contrato, pero la verdad es que ambos son totalmente distintos. Por esa razón, la condición es ajena al efecto
de la quiebra, así como la quiebra está establecida sobre el plazo porque acelera todos los créditos como uno de
los principales efectos de la declaratoria de quiebra, la quiebra no se hace cargo de la condición. Y hay sólo una
disposición que regula la situación de los acreedores condicionales (artículo 153 Ley de Quiebras) y que dice de
qué manera los acreedores condicionales se sitúan frente al procedimiento concursal. Pero no hay más. Sin
embargo en la práctica, los patrimonios de hoy están llenos de obligaciones condicionales. Por lo tanto, esta
preocupación es absolutamente vinculada a la situación de la quiebra en materia concursal.
Por de pronto digamos que todos los derechos y obligaciones que no son indubitados, necesariamente
estamos hablando de acreedores condicionales. La pregunta es cuáles son los derechos y obligaciones que están
en duda de si ese patrimonio tiene o no tiene en un momento determinado. La respuesta fácil es: todos
aquellos que están sometidos a un litigio ordinario. Y cuando digo litigo ordinario, se trata por oposición al
juicio ejecutivo (pues en ese caso ya no se trata de una obligación indubitada). En cambio en el juicio
ordinario, la pregunta es si existe o no existe ese derecho u obligación incorporada a un patrimonio. Cuando se
trata de la quiebra de un patrimonio, normalmente nos encontramos con que al congelar este patrimonio hay
muchos activos y pasivos. Si yo soy un acreedor de este patrimonio, puedo emitir una factura que estará
contabilizada en el balance del deudor. Esta factura origina una obligación de crédito (a plazo, en el ejemplo
entregado en clases). Si yo además de la factura, pedí que se firmara un pagaré a plazo, esa obligación está
amparada en un pagaré. Y digamos que está además autorizada ante notario. Es una orden de compra
aceptada. Y esta es una orden emitida por el proveedor al deudor, donde se dice lo que ha vendido y la manera
y plazo en que será pagadero, junto con su aceptación.
¿Están los acreedores en la misma perspectiva, desde el plazo que desde la condición? Los derechos
dudosos son los pasivos que no se encuentran registrados en el libro de contabilidad, pues no hay justificación
contable para incorporarlo. Por ello el acreedor va al juez para que por medio de sentencia obligue al deudor a
incorporarlo al balance. Cuando el litigio ordinario termina con sentencia definitiva el derecho deja de ser
dudoso y se incorpora al libro. El acreedor condicional, por tanto, se entiende como el que no ha sido
reconocido por el deudor en su libro de contabilidad, (no tiene determinado su derecho) pues si lo incorpora
pasa a ser indubitado. Para que el acreedor condicional pueda participar en la quiebra (y por tanto, no verse
afectado por los efectos de la quiebra, y un eventual litigio cuyos plazos no se condicen con los de la realidad)
debe pedir al juez de la quiebra que lo considere como acreedor de la masa reservándole la parte del activo a
prorrata del monto de su crédito: concurre como cualquier acreedor de la quiebra pero no se le paga, se le
reserva hasta que la condición se cumpla o no (si no se cumple, se distribuye ese monto entre los otros
acreedores). No se requiere un título ejecutivo, por tanto, para concurrir a la quiebra. Todo esto tiene una
excepción: la petición de la quiebra de un acreedor de una obligación mercantil que consta de un instrumento
mercantil, que es un título ejecutivo, que no se ha cumplido, en cuyo caso para solicitar la quiebra debe
concurrirse con el título ejecutivo ante el juez.
¿Para verificar un crédito a plazo, necesito un derecho indubitado desde el punto de vista procesal?
¿Un título ejecutivo? No. Por lo tanto, estos acreedores participarán en el proceso de quiebra.
Todo esto con una excepción: ante la petición de la quiebra, respecto de los comerciantes calificados
cuando gozan de una obligación mercantil y hay título ejecutivo el juez puede entender que hay una situación
de quiebra, distinto es el título con el que tengo que comparecer a la quiebra para acreditar mi calidad de
deudor.
El estudio de la problemática se refiere generalmente a la mujer casada en sociedad conyugal, pues ella por
regla general no administra sus bienes.
También puede quebrar si tiene peculio. Si la quiebra se produce con respecto a los bienes que son parte de su
peculio, afectará solo a esos bienes, pero si es fuera la quiebra realiza los bienes del padre.
El art. 49 señala que procede la quiebra con respecto a las obligaciones contraídas válidamente (es decir, por su
representante legal o con autorización judicial). Los bienes que ingresan al patrimonio con posterioridad a la
quiebra no son afectados por ella y además queda a salvo la acción del incapaz contra su representante. Lo que
obtenga por esa indemnización no va a la masa de la quiebra.
Sucesión de un deudor: art. 50 libro IV. En este caso no se exige personalidad jurídica y por ello se puede
declarar en quiebra a la comunidad hereditaria. Requisitos: solicitud debe hacerla un heredero o alguno de los
acreedores del causante, debe ser de obligaciones adquiridas en vida por el causante, debe hacerse la solicitud
dentro del año siguiente al fallecimiento del deudor (es un año porque luego de ello se entiende que el
patrimonio del causante con los patrimonios de los herederos se comienzan a confundir) y la causal de quiebra
debe ser previa a la muerte del causante. A un heredero le interesaría promover la quiebra porque le evita
tener que ejercer una tercería de dominio con respecto de cada bien del causante y porque le permite motivar a
los acreedores hereditarios a aceptar los términos de un convenio judicial (antes de decretar la quiebra). Al
acreedor hereditario le interesa promover la quiebra del causante porque permite establecer el beneficio de
separación a favor de los acreedores (esto les permite pagarse con preferencia con respecto de los bienes del
causante), además le evita ejercer la acción civil de separación de bienes (para poder hacer efectivo el beneficio
de separación) en este caso con la sola solicitud de quiebra se concede automáticamente este beneficio, y por
último se concede una acción revocatoria especial.
Sociedades nulas: hay que recordar la distinción entre la nulidad saneable y la no saneable. Las no saneables
son nulas de pleno derecho: nunca nacen y forma una comunidad. Las saneables son anulables: se entienden
válidas hasta que se decreta la nulidad.
- Sociedad nula de pleno derecho: no se puede declarar en quiebra por devenir en una comunidad, la
cual no puede ser declarada en quiebra salvo la comunidad hereditaria.
Sociedades disueltas: la mercantil puede declararse en quiebra, las sociedades anónimas disueltas también,
las sociedades civiles no, y por tanto debe ejercerse ante cada uno de los socios. Para mantener la
personalidad jurídica de la sociedad, los socios de la sociedad civil en la práctica se someten a las normas
de liquidación de las sociedades comerciales, y como se someten voluntariamente, por la autonomía de la
voluntad se entiende que esto es válido.
Quiebra de personas jurídicas sin fines de lucro: las corporaciones pueden ser declaradas en quiebra, pero
no se extiende a los asociados. Con respecto a las fundaciones (es un patrimonio afecto a un fin), la
quiebra se da solamente con respecto a los bienes que la integran (los patrimonios afectos al fin de la
fundación) y con respecto a las cooperativas, no se extiende la quiebra a los cooperados.
Hechos reveladores de la quiebra: Estos son los hechos o causales establecidos en la ley que permiten
solicitar la declaración de quiebra. Generalmente son tratados como causales de la quiebra. Se establecen
en el art. 43 (“cualquier acreedor podrá exigir la quiebra aunque su crédito no sea exigible). Algunos
autores critican que no se establezca en la ley una causal genérica de cesación de pago, sino que establece
causales específicas. Se distinguen:
- Los aplicables al deudor calificado, art. 43 n°1 Deudor calificado que cesa en el pago de una
obligación mercantil con el solicitante, que consta en un título ejecutivo. Los requisitos son:
1. El deudor calificado es aquél que ejerce actividades mineras, comerciales y agrícolas (de manera
permanente y en la práctica). Este debe cesar en el pago de una obligación mercantil con respecto
al acreedor solicitante y el tercer requisito es que esa obligación conste en un título ejecutivo. Al
solicitar la quiebra, el acreedor tiene la carga de la prueba de demostrar que es deudor calificado.
Se discute si debe ser tal al momento de contraer la obligación o a la fecha de la solicitud de
quiebra. El profesor Sandoval cree que es al momento de contraerse la obligación, por el art. 52 n°1.
La postura minoritaria es que el art. 43 n°1 busca establecer un estatuto especial más severo para el
deudor que ejerza estas actividades, y por ello tiene que ser calificado al momento de la solicitud
de quiebra, pues el art. 52 habla de “en este caso” refiriéndose al deudor no calificado, esto porque
el art. 43 y el 51 sostienen la misma idea del art. 44 de la antigua ley de quiebra, que permitía la
declaración de quiebra de un deudor que había dejado de ser comerciante, estableciéndole una
quiebra más severa. Hay que distinguir tres supuestos:
Si el sujeto contrajo la obligación siendo deudor calificado y al ser declarada la quiebra ya no era,
para Puga, es un supuesto de ultra actividad y por tanto también se aplica el estatuto del art. 43
n°1.
2. El deudor calificado, como segundo requisito, debe cesar en el pago de una obligación. Se ha
discutido si el art. 43 n°1 exige un incumplimiento individual o si exige un estado patrimonial
deficiente, en el fondo, el alcance de la expresión “cesación de pago”. La doctrina mayoritaria
Primer Semestre 2013 | Profesor Octavio Bofill Genzsch
Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 11: 04 DE ABRIL] Apuntes de Clase
establece que la ley exige solo el incumplimiento de una obligación. El deudor, si sólo ha
incumplido una obligación mercantil y el acreedor le solicita la quiebra, el deudor podría
demostrar que es solvente, yendo, por ejemplo, a la audiencia del art. 45 o sino podría interponer
un recurso especial de reposición para alzar la declaración de quiebra, exponiendo entre los
argumentos del recurso que puede pagar.
3. La obligación incumplida debe ser en contra del acreedor solicitante: pero se produce una
contradicción con el encabezado del art. 43. El caso del art. 43 n°1 es una excepción a la regla
general de su encabezado. Esto se incorporó con la ley 18.175.
4. Que sea una obligación mercantil: la mercantilidad es dada por la ley y no por las partes. Todas las
obligaciones que el deudor contraiga en relación a su giro mercantil, serán mercantiles, pero en
este caso, las actividades del deudor calificado son civiles y no son mercantiles por aplicación del
principio de accesoriedad. Para este caso se considera que son actividades mercantiles sólo
aquellos actos formales de comercio (operaciones sobre letras de cambio, cheques y pagarés a o
menos a la orden). La obligación debe ser mercantil para el deudor (actos mixtos).
5. Que el acreedor tenga título ejecutivo. Deben concurrir los requisitos de la ley para que un
documento sea un título ejecutivo perfecto. Si no es perfecto, no podrá servir de antecedente.
Art. 43 n°2:
Que provengan de obligaciones diversas: esto porque así se demuestra que el sujeto ha
incumplido sus obligaciones con respecto a varias personas. Se entiende que no hay
fuentes diversas si por ejemplo el deudor ha novado su obligación dividiéndola en varias
diferentes si, por ejemplo, es en pagarés y éstos no han entrado a circular al mercado (esto
se aplica a los títulos que tenga el acreedor).
Lo que hemos venido viendo hasta acá lo podemos resumir en una pregunta: ¿Es la insolvencia que
subyace al patrimonio declarado en quiebra una cuestión constitutiva, o es por el contrario, una cuestión de
constatación? en otras palabras, ¿La quiebra constituye al deudor en una situación de insolvencia? o ¿El deudor
ya viene constituido en insolvencia desde antes?1 A partir de esto, hemos estado viendo los principales efectos
de la apertura de la quiebra.
Con la apertura de la quiebra lo que se traspasa es la facultad de disposición (que recae en general en
los acreedores siempre con la supervisión del juez), y la facultad de uso y goce que recae en el síndico. El
objetivo de la privación de la facultad de administración de los bienes por el fallido, es la de realizar dichos
bienes para pagar. Lo anterior tiene que ver con la ausencia del pacto comisorio en materia de garantías en
Chile, lo que imposibilita apropiarse directamente de los bienes del deudor, debiendo necesariamente recurrir
a un procedimiento de enajenación forzada de los bienes del deudor para transformarlos en dinero con el
objeto de pagar las obligaciones correlativas. La inobservancia de dicha privación facultad de administrar los
bienes por parte del fallido, está vinculada a una sanción de carácter civil que es la inoponibilidad, más que a
otras sanciones.
Esta situación que se produce con la apertura de la quiebra genera efectos colaterales, que son bastante
prácticos, por ejemplo cuando me ejecutan individualmente y me embargan un bien impidiéndome
comercializarlo (sujetando la enajenación del bien embargado a la prohibición civil contenida en el artículo
1464 = objeto ilícito que lleva nulidad absoluta), lo que se me impide básicamente es celebrar actos o contratos
sobre ese bien. En materia de concurso, en cambio, dado que este embargo tiene un efecto colectivo, hay que
mirar un poco más arriba el tema, porque el embargo en este caso va a representar que el deudor ya no tiene
1
La postura de la cátedra es que la sentencia declaratoria de la quiebra constata una situación de insolvencia que viene
desde antes. En este mismo sentido se manifiesta Puga.
Primer Semestre 2013 | Profesor Octavio Bofill Genzsch
Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 12: 09 DE ABRIL] Apuntes de Clase
bienes que administrar, todos los bienes que son comerciables (y que no sean inembargables) no van a poder
ser administrados por el deudor, y dado que dentro de esos bienes hay ciertos bienes que están relacionados
con la vida material del deudor, lo que hace la ley es privar al embargo de esos bienes ciertos efectos
particulares. En este punto tenemos que ser muy cuidadosos y debemos dejar en claro que la quiebra es un
efecto que impacta los bienes del deudor y no a la persona, la persona no entra en una causal de inhabilidad o
de incapacidad general, si bien hay ciertas consecuencias personales que se le generan (por ejemplo a un
fallido le está prohibido administrar bienes públicos, administrar bienes de 3eros en ciertas hipótesis), todas
ellas son sanciones específicas que surgen del carácter de fallido, pero por regla general el carácter de fallido no
priva de capacidad plena para celebrar actos y contratos. En síntesis dado que la apertura de la quiebra tiene
un impacto sobre los bienes del deudor principalmente y no sobre su persona, todos los actos que rodean este
cuidado al que entra el legislador con la apertura de la quiebra tienen necesariamente que entrar en la
distinción de cuando un evento afecta a la persona, y cuando un evento puede afectar a los bienes.
El desasimiento afecta a todos los bienes presentes, salvo los bienes inembargables. ¿Qué significa que
afecta a todos los bienes presente? Que sólo se afectan a los bienes que en el momento de la declaratoria de la
quiebra se encontraban en el patrimonio del fallido, oponiéndose así a los bienes pasados y futuros. ¿Podrían
afectarse bienes pasados? Sí, excepcionalmente cuando son reingresados al patrimonio del fallido mediante el
ejercicio de la acción pauliana o revocatoria. ¿Podrían afectarse bienes futuros? ¿Qué son bienes futuros?
Podemos considerar como bienes futuros a las rentas futuras, herencias, etc., en general a bienes adquiridos
con posterioridad a la declaratoria de la quiebra ya sea a título gratuito o a título oneroso. Para determinar
cuándo es un bien es presente o futuro, debemos atender al modo de adquirir el dominio de dicho bien. ¿Desde
cuándo un bien entra a mi patrimonio? Una remuneración, por ejemplo, ingresa a mi patrimonio desde que yo
puedo hacer exigible la obligación, desde el momento en que tengo un crédito. Por tanto lo más relevante, es
que el hito que determina el carácter de presente del bien, es que el ingreso de ese crédito debe ser al momento
de la apertura de la quiebra. En consecuencia la convertibilidad futura de los bienes, como por ejemplo podría
ser el dinero si es que tengo una cuenta por cobrar en dinero, no cambia en nada el carácter de bienes
presentes. En contraste por tanto, un bien será futuro cuando su modo de adquirir sea posterior al momento
de la declaratoria de la quiebra.
La determinación si se trata de un bien presente o futuro no es resuelto por los textos legales, por lo
que lo tendremos que resolver con la aplicación de los principios del derecho común ¿Qué pasa si soy dueño
de una cosa que produce bienes, como por ejemplo de una tierra que produce frutos? En ese caso jurídicamente
yo soy dueño de los frutos futuros por accesión, considerando a esos frutos como bienes presentes. Los bienes
futuros son los que se adquieren sin ninguna vinculación a los bienes presentes. Son futuros los que se
adquieren con posterioridad a la declaratoria de la quiebra (decir que se adquieren con dinero diferente del que
tenía al momento de la declaratoria de la quiebra es incorrecto puesto que con la apertura de la declaratoria de
la quiebra el fallido pierde la administración de sus bienes).
Bienes adquiridos a título oneroso/gratuito. Dado que la apertura de la quiebra no deja incapaz al
fallido, este puede luego de ésta desarrollar otros negocios con bienes distintos a los afectados por la
declaratoria de la quiebra. Bajo esta hipótesis, si esos bienes fueron adquiridos a título oneroso los entendemos
como bienes futuros, lo que implica por tanto que tenemos la existencia de un nuevo balance que juega de
forma paralela con el balance de la quiebra, en consecuencia tendremos “2 patrimonios”, “2 derechos de prenda
general”, etc.2 Ahora bien, ¿Cómo se vinculan ambos patrimonios? ¿Qué sucede si el fallido, desarrolla un
negocio con posterioridad a la declaratoria de la quiebra, el cual genera muchos beneficios? En este caso en la
ley de quiebra hay una regla que señala que los beneficios líquidos van a beneficiar a los acreedores de la
quiebra, a los acreedores de la masa, se produce legalmente una ficción en el sentido de que se suman como
bienes presentes. ¿Qué son los beneficios líquidos? Las utilidades que genera este negocio. Ahora en el otro
supuesto, qué pasa si esos bienes adquiridos en el negocio paralelo del fallido son adquiridos a título gratuito.
Los bienes que se adquieren a título gratuito (como por ejemplo mediante una como herencia) pertenecen a la
masa. Ahora, qué pasa si esa herencia viene con una carga testamentaria, como podría ser el hecho de que
tiene un legado. Esa carga se llama modo testamentario (tiene que ver con el modo en cómo se cumple ese
legado), cuando hay una carga para acceder a la herencia se debe cumplir el modo. En consecuencia si bien, ese
2
Esto implica que el fallido en un determinado giro, podría volver a ser declarado en quiebra en todos los distintos giros
que comienza a realizar. Si bien ello representa un riesgo que podría afectar la economía del país, se ve compensado
según Bofill con las reglas de publicidad de la quiebra, en el sentido de que los futuros acreedores del fallido, asumirán
dicha calidad de acreedor a sabiendas la quiebra del fallido.
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Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 12: 09 DE ABRIL] Apuntes de Clase
bien adquirido a título gratuito ingresa a la masa, se debe cumplir con la carga, pudiéndose reclamarse ese bien
inclusive ante el síndico.
En contra se esgrime que basta una sola obligación incumplida, debido a que la ley lo que quiso fue facilitar la
apertura del procedimiento de quiebra.
(3) Obligación incumplida respecto del acreedor solicitante: Este requisito viene a ser una excepción a lo
dispuesto en el enunciado del art. 43. Fue incorporado por la Ley N° 18.175.
(4) Incumplimiento de una obligación mercantil, conforme al art. 3.
- nótese que la mercantilidad es respecto del deudor calificado, en aplicación del principio de las obligaciones
de doble carácter
(5) Título ejecutivo del acreedor solicitante: El título debe ser perfecto. Fue incorporado por la Ley N° 18.175.
El 43 N°2, requisitos: (1) Deudor contra el cual existieren 3 o más títulos ejecutivos y vencidos, (2)
provenientes de obligaciones diversas, (3) que hayan iniciado, a lo menos, 2 ejecuciones, (4) no hubiere
presentado bienes bastantes para responder a la prestación que adeude y a las costas.
(1) Existencia de 3 o más títulos ejecutivos y vencidos: lo que se debe acreditar es ser acreedor, sin importar
que los títulos vencidos provengan de otro acreedor.
(2) Que provengan de obligaciones diversas: Qué pasa si el deudor tiene una deuda muy grande y la repacta en
3 pagarés con vencimientos distintos. Se ha entendido que en este supuesto no hay obligaciones distintas,
porque la fuente originaria de esa obligación es una sola. La independencia de los títulos de crédito solo entra a
operar cuando entran en circulación, ahí serían independientes de su causa y por lo tanto obligaciones
diversas.
La diversidad revela la incapacidad del patrimonio del deudor de solventar las obligaciones contraídas.
(3) Que se hayan iniciado a lo menos dos ejecuciones,
Doctrina predominante sostiene que las ejecuciones se entienden iniciadas una vez que se verifica el
requerimiento de pago. El término del proceso de ejecución se verifica mediante el pago del crédito. Lo debe
acreditar el acreedor acompañando copia autorizada del expediente.
(4) Que el deudor no presente bienes suficientes para responder tanto por lo que debe, como por las costas
procesales.
La jurisprudencia ha señalado que esta causal no se configura si en dichas ejecuciones se han embargado
bienes suficientes. Los bienes embargados por el ejecutante o presentados por el deudor deben ser distintos en
ambas ejecuciones y suficientes para satisfacer los créditos que se ejecutan.
El 43 N°3, requisitos de procedencia: (1) Fuga u ocultación del deudor, (2) Cierre de sus oficinas o
establecimientos, (3) Que no se haya nombrado a persona que administre sus bienes con facultades para dar
cumplimiento a sus obligaciones y contestar nuevas demandas.
La ley no habla de un hecho revelador de una situación actual deficitaria, porque el hecho revelador sería un
estado patrimonial deficitario potencial. Se puede entender que el deudor se fuga porque es incapaz de pagar.
Se permite al acreedor que le solicite la quiebra para proteger a la masa de acreedores del deudor que se fugó.
(1) La fuga supone la huida del deudor fuera del territorio de la República, en cambio la ocultación importa la
desaparición del deudor de la vista de la gente. La fuga se entiende como hecho permanente y desconocido
para el acreedor. Por ejemplo, si el deudor sale de vacaciones 2 meses, no cuenta: sólo cuando la fuga es
permanente se subentiende la intención de no pagar sus deudas. La ocultación: esconderse para que no lo
encuentren y notifiquen. En juicio con persona ausente, el juez deberá nombrarle un curador. Es el único
supuesto en que los delitos contra la quiebra también se aplican al deudor común (y no solo al calificado) [art.
234].
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Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 13: 10 DE ABRIL] Apuntes de Clase
(2) Cierre de oficinas o establecimientos. No cuenta la morada del deudor, salvo que se acredite que ella era la
oficina o establecimiento.
(3) Esta causal no se configura si el deudor designó un mandatario con las siguientes facultades. i.
administración general, ii. Facultad expresa de dar cumplimiento a las obligaciones del mandante *El
mandatario debe tener facultades de disposición sobre los bienes del deudor. Iii. También judicial, como la
facultad de contestar demanda.
Fin de la revisión al art. 43
Quiebras reflejas o consecuenciales: Se trata de los casos en que la quiebra se produce como consecuencia de
otros eventos regulados en el Libro IV CCom. En estos supuestos la quiebra no es consecuencia de una
solicitud del deudor o de sus acreedores, sino que son declaradas de oficio por el juez cuando se cumplen los
requisitos legales.
- Rechazo judicial de la cesión de bienes: el deudor común tiene la facultad de hacer cesión de todos sus
bienes para el pago de sus deudas (facultad que no tiene el deudor calificado). Ejercido este derecho
sus acreedores pueden oponerse judicialmente. Si el juez rechaza la cesión de bienes debe declarar a su
vez la quiebra del deudor. (art. 215)
- Convenio judicial: El juez no puede declarar la quiebra del deudor que presenta proposiciones de
convenio preventivo. Sin embargo este puede estar abandonado, rechazado por los acreedores,
incumplido, declarado nulo o con una impugnación acogida. El juez que declara cualquiera de los
estados anteriores tiene la obligación de declarar la quiebra del deudor.
- Cuando el deudor no presente proposiciones de convenio judicial preventivo: es un presupuesto
nuevo. La ley permite al deudor proponer un convenio preventivo dentro de un plazo de 30 días desde
notificado: si vence el plazo sin presentarlo el juez debe declararlo en quiebra. Ley N° 20.073.
- Experto facilitador: art. 177 ter. Ciertos deudores pueden solicitar al tribunal dentro del período que
estimen solicitar un experto facilitador que es una especie de interventor que revisa sus cuentas. Si el
experto llega al convencimiento de que la situación del deudor es irreversible e inmejorable, el juez
está obligado a declarar la quiebra (si estima que es salvable establece que se deberá presentar una
proposición de convenio judicial preventivo).
- Quiebra consecuencial de los socios solidarios: declarada la quiebra de la sociedad también quiebran
los socios solidarios y ambas quiebra se tramitan separadamente pero ante el mismo tribunal.
- Demora en la aprobación del convenio judicial preventivo que tiene apoyo de acreedores: Se declara la
quiebra cuando la proposición de convenio apoyada por dos o más acreedores que representen más del
50% del pasivo del deudor no haya sido aprobada en el plazo de 90 días a la notificación por aviso. Por
esos 90 días no se pueden iniciar ejecuciones nuevas en su contra. Si pasa el plazo el juez se encuentra
en la obligación de declarar la quiebra.
Superintendencia de Quiebras y Síndicos.
Superintendencia de quiebra:
Institución Autónoma, que se relaciona con el Ejecutivo a través del ministerio de justicia, cuyo objeto es
supervigilar y controlar actuaciones de los síndicos. (Art. 7, ley 18.175)
Cuenta con Personalidad Jurídica Propia, y se encuentra sujeta a la fiscalización de la CGR.
El año 1979 con la ley de quiebra antigua se estableció la Sindicatura General de Quiebra, que no tenía una
función fiscalizadora, sino que se encargaba de administrar la quiebra. Luego pasa a ser la Fiscalía Nacional de
Quiebras. 1
Superintendencia: atribuciones (art. 8):
Fiscalizar actuaciones de Síndicos en Quiebras, Convenios o Cesiones de Bs.
Interpretar administrativamente ley, reglamentos, etc.
Examinar documentos de la Quiebra.
Exigir auditorías externas a la Quiebra.
Funciones Relativas a conservación de documentos.
Impartir Instrucciones a Síndicos y administradores de la continuación del giro.
Informar a ministerio de Justicia sobre circunstancias que inhabiliten a personas para formar parte
de Nómina Nac. de Síndicos y solicitar su eliminación.
Aplicación de Sanciones.
Objetar cuentas de la administración de acuerdo a lo dispuesto en artículo 30 de la LQ
Poner en conocimiento de Tribunal de la causa o JA irregularidades o faltas en la conducta del
síndico o administrador. Solicitar su remoción o revocación.
Informar a Tribunales en materias de su competencia.
Llevar registro de quiebras, etc.
>Entre otras.
Síndicos.
La ley no define síndicos, por ello se discute su naturaleza. Sabemos que el síndico cumple una doble función:
Representa el interés general d los acreedores, pero así mismo también representa al fallido.
Como la ley no define la naturaleza jurídica, se acepta hoy que tiene una doble naturaleza: como funcionario
público se encarga de las labores administrativas de la quiebra y como órgano de quiebra mantener la
continuidad del giro.
La forma de designar el síndico varía dependiendo de quién pide la quiebra: si es un acreedor quien pide la
quiebra dentro del escrito de solicitud debe pedir un titular y un suplente; y si la pide el deudor, los tres
primeros acreedores según los montos de sus créditos, si no llegan los tres primeros se procede con los
siguientes, y si no hay acuerdo el juez por sorteo.
Se designan de una nómina nacional integrada por aquellas personas legalmente investidas como tales por la
autoridad competente. Cuando se designa, se designa un definitivo y un provisional. Cuando se declara la
quiebra se requiere en primera instancia uno personal para que realice las labores administrativas de forma
1
no se vio en clases, aparece en el ppt: La actual Ley de Quiebras, adoptada el año 1982, reorganiza la Sindicatura,
convirtiéndola en la Fiscalía Nacional de Quiebras.
Se entrega función de administrar bienes de personas en Quiebra a Síndicos Privados, que no tienen carácter de
auxiliares de la administración de justicia.
Fiscalía queda como ente contralor de las actuaciones de los síndicos.
La ley 19.806, destinada a adecuar una serie de instituciones del sistema jurídico Chileno a la Reforma Procesal Penal,
elevando la institución a su estado actual de Superintendencia.
La ley 20.080 incorpora el texto de la LQ al Código de Comercio, manteniendo su numeración. Mantiene sin embargo el
título II de la ley 18175 como Orgánica de la Superintendencia.
provisoria. Luego la junta de acreedores ratifica o destituye a ese síndico dependiendo de si le gusta y elige uno
definitivo. Cuando se designan los síndicos se designa un titular y un suplente.
Requisito: pertenecer a la nómina nacional de síndicos: puede ser parte de ella cualquier carrera relacionada a
la administración, abogados o ingenieros con un mínimo de 10 semestres de estudios, además aprobar un
examen de conocimientos que se repite cada tres años. Art. 16 y ss.
El síndico puede solicitar actuar en todo el territorio nacional o sólo en algunas regiones. El síndico puede
delegar una delegación parcial, que debe hacerse por escritura pública. (Art. 28)
Atribuciones destacables: (hay más en el ppt)
Actuar en resguardo de intereses y derechos del fallido y de acreedores.
Continuar provisionalmente el giro de los establecimientos del fallido, con conocimiento de éste;
Continuar efectivamente el giro del fallido con autorización del tribunal o con acuerdo de la junta de
acreedores, según corresponda;
Ejecutar los acuerdos legalmente adoptados por la junta de acreedores dentro del ámbito de su
competencia.
El síndico tiene obligación de rendir cuentas, que es similar a los informes de cuentas que deben emitir las SA.
Parciales, cada 6 meses, definitiva al final de la labor del síndico. El síndico puede ser sacado de sus funciones
si se le rechaza la cuenta por segunda vez.
El síndico responde en sus gestiones hasta por culpa levísima. Hay responsabilidad penal, y de empleados
públicos
Los activos adquiridos por el fallido a título gratuito entran al balance posterior a la quiebra, pero hay un
derecho a acción oblicua por parte de los acreedores, para incorporarse dichos bienes a la masa de los
acreedores para efectos del pago. La quiebra sí tiene derecho.
Los bienes adquiridos a título oneroso: La regla es que son del fallido, porque la masa sólo tiene derecho a las
utilidades, la quiebra no tiene derecho a exigirlos. Pero lo que tiene la masa es el derecho exigir las utilidades
(que no son bienes propiamente tales del nuevo balance, que son del fallido) que deja el nuevo giro, es una
especie de acreedor accionista del nuevo balance. No es un acreedor de pasivo exigible.
Excepciones
Los bienes adquiridos a título gratuito no son siempre exigibles por la masa. Hay algunos créditos de
esos bienes adquiridos a título gratuito que es necesario respetar. Las obligaciones de pago que afectan
bienes adquiridos a título gratuito adquiridos con posterioridad a la quiebra, se pagan primero. Es un
crédito súper preferente.
Otros acreedores que se pagan antes de los acreedores en la masa, son los “a la masa”. Se trata de un
crédito posterior a la Declaratoria de Quiebra. Son Súper Créditos, no privilegiados o preferentes.
Hay otro tipo de créditos que son los “créditos especiales”.
Hay dos sentidos de la dinámica que nos interesa determinar, en el sentido de que el patrimonio de quiebra se
convierte en acreedor del nuevo patrimonio del deudor. Hay dos casos concretos: Los bienes adquiridos a título
gratuito, donde se afectan bienes determinados, y las utilidades de os bienes adquiridos a título oneroso En
ambos casos, el patrimonio de la quiebra, el antiguo, es el que puede cobrar utilidades gracias a utilidades del
segundo patrimonio.
El segundo sentido, es el inverso, donde los acreedores nuevos, posteriores a la declaratoria de quiebra, atacan a
quiebra y la merman. Tienen derecho a percibir en ambos patrimonios.
Desde el punto de vista de la quiebra, los bienes que son susceptibles de pagar a los acreedores de la quiebra
son los bienes del momento de la declaratoria de quiebra, esa es la regla general.
Las súper preferencias pueden tener su origen en la continuidad de giro o en disposiciones de la ley.
El patrimonio de la quiebra tiene derecho a cobrarse de los frutos o utilidades que derivan de los bienes
adquiridos a título oneroso del nuevo patrimonio del deudor. Se puede intervenir la administración para
asegurarse de ello.
Situación en virtud de la cual los acreedores concursales van a pasar a participar en la quiebra.
La calidad de deudor la dan las fuentes de las obligaciones, no la declaratoria de quiebra, ésta
sólo distingue entre el patrimonio quebrado y el futuro eventual, no otorga el derecho
sustantivo de la calidad de acreedor.
Por tanto serán acreedores concursales aquellos que lo eran al momento de la declaratoria de
quiebra.
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Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 14: 16 DE ABRIL] Apuntes de Clase
Hay que distinguir los acreedores respecto de los cuales se ha extinguido la obligación, los
pendientes, y los con título posterior a la declaratoria de quiebra.
Acreedores cumplidos: no es posible que sean admitidos en la quiebra, pues ya se
pagaron, pero hay excepciones.
Caso en el cual se interpone acción revocatoria en contra de un contrato que
pagó al acreedor. Si se revoca ese pago, la prestación se repone en el
patrimonio del deudor, por lo tanto el acreedor tiene que volver a cobrar. Qué
pasa con la contraparte a quien le pagaron. Vuelve a ser acreedor, por ende
tendrá que pagársele en la quiebra.
Acreedores pendientes al momento de la declaratoria de quiebra: Son los primeros
aceptados.
Acreedores de título posterior
Reglas de supe preferencia: Ejemplo: continuidad de giro, acreedores de bienes adquiridos a título
gratuito.
Privilegios y preferencias del derecho civil.
Acreedores balistas: valen todos lo mismo, sólo varían sus montos. Par condictio creditorum es un
principio básico.
El derecho a dejar que otro acreedor se pague primero no existía. Este derecho menos se reconocía en sede
concursal. No se reconocía legalmente. Por tanto los créditos subordinados sólo se consideraban balistas.
¿Por qué a alguien le interesaría subordinar su crédito? no queda claro de la clase.. Hay distintas razones
por las cuales para aplicar esta noción.
La declaratoria de quiebra es una resolución judicial, por tanto supone para trabar una litis contenciosa. La
trabación de la litis tiene por efecto fijar la relación procesal.
Lo importante de la fijación de la litis es que fija las partes del proceso, y por tanto a quién afectará la
sentencia. Por regla general, los terceros no son afectados por la sentencia.
No, cuando un acreedor pide la quiebra, se afecta a todos los acreedores del fallido.
Relación procesal que se produce entre el fallido y sus acreedores con ocasión de la declaración de la quiebra
Se traba la litis entre el deudor fallido y sus acreedores que son la otra parte, es necesario recordar que al igual
que cualquier procedimiento el problema es entre deudor y acreedor, el síndico y el tribunal tienen un rol
funcional.
Multiplicidad de acreedores, a partir de la trabación de la litis se produce una carga procesal para el acreedor
que los conmina a concurrir al procedimiento de quiebra para verificar sus créditos y acompañar los
documentos justificativos de ellos.
En esta etapa del proceso no hay que mirar las causales de la, ni los reveladores de la quiebra, tesis de puga,
para identificar la forma en que concurren los acreedores en el procedimiento concursal. Lo que ocurre es que
los acreedores concurren a afirmar algo y a justificar aquello, esta justificación no requiere un estándar
procesal propio de una ejecución individual, si esto fuera ejecución individual, necesariamente deberían ir por
la vía ejecutiva, pero para eso requieren tener un titulo ejecutivo, se trataría de una relación concursal de
naturaleza distinta, en este caso los acreedores concurren con sus documentos justificativos que no
necesariamente requieren tener mérito ejecutivo para los efectos de llevar cabo la ejecución concursal.
En materia concursal la traba de la litis no se produce con ocasión de la verificación de los créditos, sino que se
produce mucho antes con la declaración de quiebra. Por esa razón el estándar que sí se pide en materia de
ejecución individual, no se exige al acreedor que concurre a verificar sus créditos porque ya ha habido una
traba de la litis con ocasión de la declaración de la quiebra. La acción de verificar no es la forma como se lleva
a efecto la ejecución individual, sino que es simplemente una carga procesal.
¿La ejecución de la carga es exigible por la contraparte? La carga supone una opción al beneficiario de ella, en
el sentido de que si la ejecuta va a realizar el veredicto que está incorporado en su patrimonio, si no la ejecuta
va a terminar perjudicándose. La carga consiste en recurrir al expediente la quiebra, determinar el monto y
presentar los documentos justificativos.
En materia procesal se distingue los periodos ordinarios y extraordinarios de la verificación, uno y otros
tienen diferencias procesales. En la ordinaria basta la concurrencia al proceso no es necesaria la verificación
del acto de la verificación. Como se está en un periodo ordinario, así establecido por la ley, todos los créditos
deberán ser examinados por el síndico y contra parte. En la extraordinaria, existe una carga doble, pues debe
acreditar mediante la forma que provee la ley. El examen es especial. Por esto mismo los plazos de
impugnación son distintos porque existe un examen en tiempos diversos.
La forma cómo se perjudica al beneficiario de la carga por no ejecutarla también es diferente, en el caso de ser
una verificación ordinaria, el acreedor tiene derecho a concurrir a los repartos de la quiebra como cualquier
otro acreedor, es decir, hará valer su preferencia o será a prorrata de su crédito. En el caso del que verifica
extraordinaria solo tendrá derecho a los repartos futuros y no a una cuota de los repartos pasados, con una
consideración matemática. Sólo tiene derecho a los repartos futuros pero tiene derecho a ponerse al día por
aquellos repartos en que no participó. El síndico debe poner al día al acreedor que verifica
extraordinariamente y luego repartir el remanente entre todos los acreedores. El riesgo es que eventualmente
los repartos futuros posteriores a la verificación extraordinaria, no permitan poner al día al y luego distribuir,
siendo el perjuicio va a ser patente.
No existen los acreedores que no verifican. Existe una práctica que se denomina pago administrativo. Es un
concepto pragmático y de alguna manera rompe con la distinción pedagógica respecto al momento en que se
declara la quiebra, en que los créditos anteriores van a air a la quiebra y los posteriores son parte de la
continuidad de giro, tratándose de balance diferentes, habiendo entonces una cuenta corriente de la quiebra y
otra la de continuidad de giro para que los plazos no se confunda.
En la práctica el síndico confunde estas dos situaciones. Es muy frecuente que los síndicos acumulen la caja
siendo para ellos la misma. A partir de esto vienen acreedores preferentes anteriores y acreedores
superpreferentes que atacan al síndico para exigir sus créditos. Respecto de los acreedores de la continuidad de
giro es posible sostener el pago administrativo, ya que es una administración de una unidad económica. Lo
que se hace es generar un negocio y a partir de este negocio es que paga a los acreedores de la continuidad de
giro, cobrando como cualquier acreedor cobra a un deudor, sin necesidad de hacer verificación de sus créditos,
pues no están en el mundo de la quiebra. Los acreedores de la quiebra son los que deben verificar sus créditos.
Los síndicos confunden el pago administrativo con
¿Es propio hablar del pago administrativo de las acreencias de créditos privilegiados antes de la quiebra? No,
técnicamente ellos deben verificar los créditos como cualquier otro, sin eximir el legislador de esta carga.
Los síndicos confunden los pagos administrativos a los acreedores de la continuidad de giro con los pagos a los
acreedores de primera clase, pero que son acreedores de la quiebra. Ejemplo de esto es el pago a trabajadores
por años de servicio, por la cuota de la que son privilegiados. Un trabajador que tiene vigente un cttos de
trabajo puede mantenerlo si hay continuidad de giro, habiendo continuidad de empresa serán codeudores
solidarios de las indemnizaciones laborales que se devenguen.
La Superintendencia de Quiebra instruye a los síndicos que ellos como una de sus primeras gestiones deben
poner término a los cttos de trabajo, hay una caja de despido, estos es, una resolución de contrato de trabajo,
esto lo dispone el síndico en tanto empleador pues es ahora él el administrador del patrimonio del fallido.
Ciertamente hay trabajadores que impugnan la procedencia de esta carta señalando que no hubo necesidades
de la empresa, que es la razón que usan los síndicos para poner términos a los cttos. 1 Surge un derecho
correlativo del trabajador de ser indemnizado por los años de servicio que llevado prestados al empleador, una
parte de esa indemnización es calificada de crédito preferente establecido así por el Código Civil y la Ley de
Quiebras. El trabajador es un acreedor preferente que debe verifica su crédito como cualquier otro acreedor y
una vez que termine el procedimiento de quiebra, el síndico debe establecer la lista de utilidades y proceder a
los pagos procedente. En la práctica los síndicos aceptan que parte de los acreedores privilegiados se paguen
administrativamente antes, lo que ocurre es que el síndico al día siguiente contrata trabajadores para llevar a
cabo la continuidad de giro, existiendo la contradicción de la terminación laboral previa. Los síndicos ponen
término a los cttos de trabajo para distinguir los pasivos del fallido y los de la continuidad de giro, buscan
limpiar esta última de posibles pasivos que tendrían que devengarse en la continuidad de giro. Práctica muy
discutible.
1
Hay en materia laboral una sanción para aquel empleador en caso de verificarse un despido que no era procedente.
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[CLASE NÚMERO 15: 17 DE ABRIL] Apuntes de Clase
Los pagos administrativos son correctos respecto a la continuidad de giro, mas respecto a las acreencias
privilegiadas de la quiebra.
Un elemento es el llamado a verificar sus créditos; y otra cosa son los procedimientos incidentales de
impugnación que sobrevienen después.
Los procedimientos incidentales de impugnación se establecen como una contrapartida esta falta de
rigurosidad en la carga procesal de verificar los créditos. No exigen estándares mínimos. Existen pocas
barreras de entrada, se trata de una verificación de crédito que requiere poca formalización basta con el
acompañamiento de documentos justificativos que en la práctica pueden ser cualquier cosa. Como existe esto,
el legislador prefiere que el derecho concursal funcione sin poner BE muy altas, y pone una forma de
morigerar esta situación, genera estos procedimientos de impugnación de los créditos, estos dan derecho a
todos los interesados en la quiebra a impugnar la concurrencia a verificación de créditos que hacen los
acreedores.
¿Quiénes entonces tienen derecho a presentar impugnación de créditos? Deudor, otros acreedores, tercero con
interés (discutible). Hablamos de acreedores del patrimonio del fallido. ¿Por qué tendría derecho el deudor si
no administra su patrimonio? Tendría derecho porque él siempre tiene dominio sobre ese patrimonio, tiene
siempre para él un valor residual. Por ende también podría tener interés el síndico en cuanto administrador
del mismo.
1. Los títulos justificativos. Se tiene un contrato bilateral conmutativo en que las obligaciones no estaban
determinadas para el deudor. Si se impugna pasa a ser un acreedor condicional, pues se pasa a
investigar si verdaderamente existe ese crédito o no. ¿Quién determina este problema? En un juicio
ordinario de garantía, en que se acumula la competencia en el juez de la quiebra. Muchos acreedores
intentan capear tener que ir a estos juicios y que con la verificación pasar a tener de créditos inciertos
a créditos ciertos. Es una impugnación que dice relación con si ese crédito es o no exigible. Si no es
exigible, la impugnación va a prosperar. Hay circunstancias que no son indubitados, que permiten
pasar por el lado de un juicio declarativo y pueden verificar los créditos, tiene que ver con la doble
contabilidad o la prueba de los libros de contabilidad, es posible que el deudor tenga en su balance
reconocido el pasivo producto de esta relación de servicio, si lo reconoce la impugnación no va a
prosperar porque hay un reconocimiento de esa deuda, mediante contraste de libros de contabilidad
entre comerciantes, siendo un argumento ganador. Si como acreedor se concurre a verificar los
créditos por más incierto que esté el crédito y que debería ir a juicio declarativo, en la medida que
presente libro de contabilidad donde se reconozca la deuda del fallido, el juez siempre acepta la doble
contabilidad y no tendrá lugar la impugnación.
2. Preferencia. Los acreedores siempre pueden impugnar las verificaciones porque pueden alterar las
preferencias. El deudor no las impugnará porque el valor residual no está determinado por el orden de
pago sino por el monto, de esta forma el monto del pasivo no se de forma alguna alterado por las
preferencias. Los acreedores sí les interesa, porque lo que logrará el acreedor es ponerse en una
posición distinta respecto a las preferencias.
3. Monto. Pueden impugnar el monto: el síndico, los acreedores, el deudor fallido.
Esto termina con una nomina de créditos reconocidos. Se construye en varias instancias. En una primera
instancia con ocasión de la verificación ordinaria, el síndico construye una nómina base con la que realizará
después el reparto, se incluirá a todos los acreedores, tanto directos (no sujetos a modalidad) como
condicionales porque si hay una conducta de reserva o garantía que se le puede exigir posteriormente al
síndico. Esta nómina va desarrollándose en el tiempo a partir de los nuevos créditos que se van reconociendo
producto de las verificación extraordinaria y de la confirmación de los créditos condicionales que pasen a ser
puros y simples. La importancia práctica es que a partir de aquí se realizan los repartos y a partir de ahí se
derivan los derechos a voto en las juntas de acreedores.
Fijación de derechos
Cabe de cajón con la propia estructura de la ley de quiebra. El concepto es la fijación irrevocable de los
derechos de los acreedores, aquí el legislador pone un acento en la igualdad de los acreedores. Los patrimonios
son esencialmente evolutivos, por eso los balances son distintos entre un día y otro (los balances son
fotografías del momento). Por lo tanto el legislador tiene que ponerse en una situación arbitraria (art. 66) y
definir cuándo, para los efectos del derecho concursal, se cierra un balance, eso lo define con ocasión de la
sentencia declaratoria de la quiebra. Ella fija el momento (día de la sentencia declaratoria de la quiebra) en que
se definen los derechos de los acreedores, si estos después evolucionan no tendrá ninguna implicancia para los
efectos de la quiebra, marca la posesión relativa de cada acreedor (la par condictio), cuánto le corresponde a
cada uno. Este momento, en que todos los créditos de los acreedores son comparados y se contrastan para
efectos de determinar sus derechos correlativos, corresponde a la fecha de la declaratoria, no de la notificación
(en el momento de la notificación sólo se traba la relación procesal). Por lo tanto, los acreedores no pueden
comparar su situación jurídica después de declarada la quiebra.
Esto tiene como consecuencia que un pago preferente debe estar amparado por una causa legal previa. Se
considerarán los privilegios y preferencias al momento de la sentencias declaratoria de la quiebra y las que se
configuren después no afectan a los demás acreedores ni al patrimonio del fallido.
Lo mismo ocurrirá con las garantías o cauciones y con los pactos de intereses y reajustes. Si tengo un crédito
que está pactado a una tasa de interés del 1,6 % anual y al día siguiente lo subo a una tasa del 10%, la tasa que
va a regir será según la norma que esté vigente al momento de la declaratoria. Si tengo un crédito que por
disposición del contrato va modificando la tasa de interés, la tasa que se fijará seguirá siendo la del momento
de la declaratoria, y esta disposición pactada ya no regirá.
En resumen, esto tiene múltiples efectos prácticos y lo que pretende es comparar a los distintos créditos en un
momento determinado, y la arbitrariedad de la fijación de ese momento es lo que importa en esta norma del
Art. 66 pues el resto cae por consecuencia por la sola estructura de la ley.
Otra consecuencia es que impide la participación de acreedores cuyo título sea posterior a la declaratoria:
- Son verificables en la quiebra todos los títulos anteriores, sin atender a su exigibilidad: Tanto los
condicionales como los no condicionales
- Sobreseimiento definitivo extingue obligaciones del fallido pendientes al día de la apertura: Cuando
termina la quiebra y se paga a los acreedores, concurre el sobreseimiento definitivo y uno de los
efectos potenciales de la quiebra es que se entienden extinguidas las obligaciones que no se satisfacen.
Se entienden cumplidas por ley las obligaciones pendientes al día de la apertura, pero no las
posteriores.
Esto es propio del derecho civil. La norma lo que hace es consolidar el carácter de insolvencia de la
declaratoria de la quiebra. El código civil establece la caducidad de los plazos como una forma de poner en una
misma situación de exigibilidad de los distintos acreedores a plazo respecto de un mismo patrimonio. La
insolvencia de un patrimonio es una de las causales para la caducidad de los plazos, porque se entiende que el
deudor renuncia por ley al plazo que lo beneficia.
Este es un efecto propio de la insolvencia. La ley de quiebra no introduce ninguna novedad, pero lo que hace
es despejar de toda duda si el efecto de la quiebra es constitutivo de insolvencia para los efectos de generar la
caducidad de los plazos, pues declara que todos los créditos son exigibles, por el sólo efecto de la ley, con
ocasión de la declaratoria de la quiebra.
El sentido práctico está en que permite al acreedor hacer exigible el cumplimiento de una obligación,
pendiente el plazo acordado. Esto es fundamento de la par condictio: se trata de comparar créditos iguales (los
créditos quedan en la misma condición de cobro).
Para determinar el valor actual hay reglas que están establecidas en la ley.
En la quiebra no hay relación alguna con la persona del fallido, por lo tanto, todas las relaciones de familia, las
relaciones personales, no hay que tomarlas en cuenta, y por lo tanto todas las cuestiones de competencia de los
juicios de esa materia, de los juicios de esa naturaleza, se mantienen inalteradas y aquí estamos hablando de
los juicios patrimoniales, en cuanto a estos tenemos que hacer una serie de distingos.
Ahora vamos a ver otros tipos de acciones distintas de las pretensiones de cobro de dinero en contra del
patrimonio del fallido.
Lo primero es que hay una alteración de las reglas de competencia relativa, porque ya no nos vamos a ir a las
reglas del COT para determinar el tribunal que tiene que ver un nuevo juicio en contra de la masa, sino que la
ley somete los asuntos al juez de la quiebra, estos como son juicos nuevos, van a ser causas nuevas, que se van
a iniciar ante el juez de la quiebra, hay una alteración de las reglas de competencia, pero no hay una obligación
de acumulación de juicios, y así tenemos que todos los nuevos juicios que se pretendan contra la masa tienen
que plantarse ante el juez de la quiebra, reconociéndose algunas excepciones, que tienen razones históricas ,
que tienen que ver con bienes o más que nada vinculaciones entre bienes y el fallido y tenemos:
1.- Acciones posesorias en bienes del fallido.
2- Desahucio o término de un servicio del fallido.
3.- Término del contrato de arrendamiento.
4.- Aquellos que de acuerdo a la ley deban someterse a un compromiso.
En tales casos la excepción supone una contraexcepción o volver a la regla general en el sentido de que la
competencia original es la que rige estas materias.
Los juicios que están pendientes ante otros tribunales al momento de la quiebra, se acumulan al juicio de
quiebra, pero no generan una acumulación procesal como incidente de acumulación de autos, sino que sólo se
refiere a que hay un alteración de la regla de competencia donde el juez de la quiebra comienza a conocer
excepcionalmente, aquellos juicios pendientes en contra del fallido y que dicen relación con las materias
enumeradas. Estas materias, también tienen excepciones, las excepciones son casi las mismas.
¿Qué pasa con los juicios declarativos que están pendientes?
Estos tienen una presunción de una obligación de dar dinero, su tramitación continúa ante el juez de la
quiebra en el juzgado de la quiebra, pero el acreedor deberá verificar condicionalmente, para los efectos de
preservar su cuota en el pago. Si en definitiva la sentencia termina favorablemente al acreedor, vamos a tener
que un crédito condicional va a pasar a ser puro y simple.
Finalmente con respecto a los juicios ejecutivos pendientes hay una distinción entre aquellos que tienen
excepciones pendientes o no, el primer caso dice relación con que se está disputando la licitud de la acción
ejecutiva, y se va a continuar la tramitación, ahora con el síndico como defensor del fallido y este juicio se va a
acumular a la causa de la quiebra, en el segundo caso el juicio ejecutivo se paraliza, porque se está llevando a
cabo la excepción individual y se pierde el derecho a continuar la ejecución individual y se retoma la
ejecución colectiva o conjunta.
Estos son los efectos que se producen en los juicios en contra del patrimonio.
¿Qué pasa con las acciones a favor del patrimonio? Las va a ejercer el síndico por de pronto en los tribunales
competentes, todo lo que diga relación con incrementar los activos por la vía de deducir acciones en contra de
terceros no se ven afectados por la quiebra.
Efecto de la compensación.
Esto tiene que ver con la cuestión de la buena y la mala fe y con el principio de la “par condictio”. La
compensación en sede legal es un modo de extinguir las obligaciones que supone ciertos requisitos para las
obligaciones recíprocas que pretenden compensarse.
1.- Rol contradictorio de acreedor y deudor, acreedor es acreedor de una obligación y deudor de la otra y
viceversa.
2.- Tiene que tratarse de una obligación de la misma naturaleza.
3.- Tienen que ser deudas liquidas, esto es que son determinadas o determinables y que sólo pueden ser
pagadas en dinero, prestaciones que por su naturaleza tienen que ser pagadas en dinero.
4.- Tiene que ser una deuda actualmente exigible, ya sabemos que las deudas a plazo pueden hacerse exigibles,
por lo tanto este requisito se atenúa, en el sentido de que, en general una obligación no puedo compensarla con
otra cuando estas tiene diferencias de plazo. Esto no prescinde de la condicionalidad, en este caso no podemos
compensar.
5.- Inexistencia de una prohibición legal.
Estos son los requisitos generales de la compensación como modo de extinguir las obligaciones, la pregunta es
como esto afecta en materia concursal
La respuesta está en el artículo 69 de la ley de quiebras, que señala que no es posible compensar obligaciones
recíprocas entre fallido y acreedor una vez declarada la quiebra.
Por lo tanto si tengo dos obligaciones a plazo reciprocas entre fallido y acreedor, que vencen antes de la
declaratoria de la quiebra, se pueden compensar, si hay una de ellas que vencía con posterioridad con efecto de
la caducidad de los plazos, voy a poder hacerla actualmente exigible pero no voy a poder compensar.
La razón de esto, tiene que ver con que permitir la compensación legal se pueda seguir utilizando después de la
quiebra es contrariar el orden consecutivo en virtud del cual pueden pagarse los créditos en materia de
quiebra, porque la compensación legal extingue las obligaciones hasta el mismo monto, no se extinguen `por
la moneda quiebra que es básicamente a prorrata en el pago, lo que vamos a estar haciendo es perseguir a un
acreedor por sobre otros.
¿Qué pasa con las compensaciones previas a la declaratoria de la quiebra? No son materia de regla especial en
la ley y la veremos con ocasión a la revocabilidad.
La gran excepción es que, la ley permite, no obstante, que exista compensación después de la declaratoria de
quiebra, cuando se trata de obligaciones recíprocas denominadas conexas, que son obligaciones derivadas de
un mismo contrato, de una misma negociación aunque sean exigibles en distintos plazos. Si esto sucede, y se
cumplen las otras condiciones de la compensación, esta puede operar. Esto nos está introduciendo un ejemplo
más de superpreferencia, pues el hecho de haber celebrado un contrato con el fallido y generado obligaciones
recíprocas, tiene como efecto que tenemos un acreedor que no se va a pagar con la prorrata normal, sino con
una compensación de obligaciones correlativas.
En este caso vamos a tener dos acciones independientes, una del síndico cobrando el total y otra del acreedor
cobrando lo que corresponde.
Pérdida del derecho a ejecución individual (otro efecto de la quiebra).
Tiene que ver con el contraste entre la ejecución individual y la ejecución colectiva, la regla es que todos
aquellos que tengan una acción legal en contra del fallido que pretenda el cobro de una acción de dinero,
tienen que ir a cobrar directamente a la quiebra, mediante la verificación de los créditos. En aquellos casos en
que la obligación sea condicional, tendrán que deducir un juicio declarativo ordinario, ante el juez de la
quiebra, hasta que exista una sentencia, y verificar condicionalmente para efectos de asegurar su cuota.
Todos aquellos que tienen acciones distintas del pago de una obligación de dinero van a ir a juicio declarativo
ordinario en contra de ese deudor fallido, y si se tratare de obligaciones de hacer o no hacer podrán
correlativamente solicitar las acciones de indemnización. Todas ellas requieren declaración y por tanto, hasta
que no exista sentencia ejecutoria no van a poder pagarse en la quiebra.
La pérdida del derecho a ejecución individual se refiere, a aquellos que tienen declarada una obligación de dar
dinero, exigible respecto del patrimonio del deudor les queda prohibido ejecutar al deudor de forma
independiente o distinta del juicio de quiebra, esto tiene que ver con el carácter universal del juicio de la
quiebra. Se trata de acumular a todos los acreedores para hacer un pago y una liquidación ordenada, es una
consecuencia de la “par condictio creditorum”, de la igualdad de todos los acreedores, porque al consagrarse
todas estas acciones en un solo proceso se va a permitir el pago ordenado y proporcional a todos los
acreedores.
En cuanto a las ejecuciones pendientes a la fecha de la declaración de la quiebra, hay que volver a la regla de la
acumulación de juicios, esto va a afectar a aquellas en donde no hay excepciones opuestas.
Una vez que hay sobreseimiento temporal de la quiebra, se restituye a los acreedores el derecho a ejecutar
individualmente, porque el sobreseimiento temporal de la quiebra no extingue los créditos que existían al
momento de la declaratoria de la quiebra, por lo tanto, los acreedores podrán retomar sus acciones como lo
podrían haber hecho, o lo hacían hasta antes de la declaratoria de la quiebra.
Excepciones.
1.- Acreedores hipotecarios, prendarios y retencionarios: se tratan como excepción, los dos primeros
constituyen garantías legales, los últimos, corresponden a derechos que tienen una fuente legal y que sólo van
a poder obligar cuando la ley los ha consagrado. Eso no necesariamente significa que van a operar por el sólo
ministerio de la ley pues la mayoría de las veces requieren de una resolución judicial correlativa.
(preguntas del profesor sobre ejemplos de contratos reales y casos donde hay derecho legal de retención)1.
El derecho legal de retención una vez que entra a operar como una preferencia, cuando empieza a operar es
mirado como una verdadera caución legal que se desmembra del dominio. Quien tiene el derecho tiene una
verdadera preferencia frente a los otros acreedores, por eso en materia de quiebra siempre aparece junto a la
hipoteca y la prenda, pues constituye una verdadera garantía real.
¿Por qué respecto de estos acreedores la ley prescinde la necesidad de que vayan al juzgado a iniciar sus
ejecuciones individuales?
(el profesor pregunta ¿cómo se inician las acciones ejecutivas en el caso de las garantías reales enunciadas?)2
Dentro de las categorías de los bienes que puedo embargar ¿puedo embargar cualquier bien?
1
Un ejemplo de derecho legal de retención es cuando el arrendatario no paga arriendo. el arrendador puede retener los
inmuebles, pero para ello requiere de una resolución judicial.
Los contratos reales son aquellos que se perfeccionan con la entrega de la cosa y que son normalmente bilaterales, un
ejemplo de este tipo de contratos es el mutuo de dinero. Es un contrato que nace con la obligación de una de las partes
cumplida desde luego. Otro ejemplo es el comodato.
2
La acción ejecutiva se inicia con una demanda que incorpora el requerimiento de pago y se despacha el mandamiento de
ejecución y embargo. Este técnicamente hablando es una orden judicial, es el imperio de la ley. Si el deudor no paga se
embarga.
Primer Semestre 2013 | Profesor Octavio Bofill Genzsch
Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 16: 18 DE ABRIL] Apuntes de Clase
¿Qué pasa cuando el acreedor no es valista y es hipotecario? En la acción hipotecaria hay una persecución de
un bien determinado y lo primero que se va a hacer es embargar ese bien, para sacarlo del comercio y poder
enajenarlo de acuerdo a las reglas de enajenación de bienes inmuebles y poder pagarme primero que el resto de
los acreedores hasta el importe del bien
¿Qué pasa si la cosa no está en posesión del deudor hipotecario? ¿se pueden constituir garantías reales sobre un
inmueble propio para garantizar obligaciones de terceros, ¿es posible entonces que haya un deudor principal y
un tercero garante de una hipoteca? ¿qué hacemos ahí? ¿cómo se inicia esa acción ejecutiva? Ahora tenemos
un acreedor hipotecario, un deudor y un garante hipotecario:
1.- El acreedor hipotecario se vaya directamente en contra del deudor, pero si este tipo le pidió hipoteca, lo
razonable es que va a buscar realizarla. Para los efectos de pagarse ¿se puede dirigir acción hipotecaria
directamente contra ese señor? Digamos que sí. Esa acción se llama acción de desposeimiento, se dirige en
contra del titular de la hipoteca que no es deudor hipotecario y pretende desposeerlo de la hipoteca. Una vez
que esto pasa, el juicio ejecutivo iniciado en contra de él me va a permitir embargar y realizar este bien.
¿Qué pasa si tengo un acreedor hipotecario, un deudor hipotecario y este, en medio del contrato de préstamo
ha transferido a un tercero el inmueble? ¿es lícito esto? Sí, es lícito transferirlo, ¿es licito pactar que no se
puede transferir? También es lícito ¿qué pasa si el deudor pasa por alto la prohibición de gravar y enajenar?
puede transferirlo, la prohibición no tiene efecto de impedir la enajenación. Acá se está incumpliendo una
obligación de hacer y el acreedor podrá pedir indemnización de perjuicios.
Volvamos a la quiebra, tenemos estas tres categorías de acreedores, ¿por qué estos pueden iniciar ejecución
individual, fuera del juicio de la quiebra?
Si hay hipoteca, el juicio ejecutivo termina para el deudor hipotecario cuando el bien se realiza y se le paga al
acreedor, el bien pasa al adjudicatario del remate. El deudor perdió la cosa hipotecada porque se la remataron.
¿Qué pasa si se trata de la acción de un acreedor valista? El vínculo del deudor con el bien termina el mismo
día del remate igual que en caso del hipotecario, no hay diferencia para el deudor.
La diferencia está a nivel de los acreedores, y como es sólo ahí la diferencia(pues se preserva la posibilidad de
estos acreedores de hacer efectiva su garantía), el legislador permite la ejecución individual sin alterar las
regalas de la quiebra, y ejercen su acción independientemente de lo que esté pasando con el resto del
patrimonio, esto significa que así como todos los demás bienes del deudor que no son objeto de hipoteca,
prenda o retención van a ser realizados de acuerdo a la naturaleza del bien, estos bienes van a ser realizados de
acuerdo a sus procedimientos ejecutivos especiales.
Deducida la acción hipotecaria cuando se remata la cosa ¿se paga inmediatamente al acreedor hipotecario? ¿el
juez va a girar inmediatamente los fondos a ese acreedor? Si hay otro acreedor hipotecario no lo va a hacer, si
esto sucede y la hipoteca está constituida sobre la misma cosa, se va a producir un concurso de acreedores
hipotecarios, todos los acreedores hipotecarios concurren sobre una misma cosa. Para pagarse aquí manda la
antigüedad de la inscripción del derecho real hipotecario, esto es un argumento para decir que la inscripción es
parte de la solemnidad del contrato.
¿Qué pasa si tenemos un sólo acreedor hipotecario? ¿se va a pagar inmediatamente el importe de la deuda?
¿hay acreedores que prefieran al acreedor hipotecario? Sí, los superprefrentes, la hipoteca no es un privilegio
de primer grado, prefieren el fisco por sus impuestos, el síndico por sus honorarios, entre otros. En caso de
haber acreedores superprefrerentes y preferentes al hipotecario, el juez le va a exigir al acreedor hipotecario,
una caución para caucionar que se le va a pagar a los preferentes una vez que ellos vengan a reclamar el pago.
Esto se da mucho en la práctica cuando hay distintos bienes en la quiebra, bienes hipotecados, retenidos,
prendados por un lado y por otros bienes, así el juez permite el pago de estos acreedores, pero les exige que
aseguren el pago de los privilegiados, de manera que si con los otros bienes no alcanzan a pagarse, tienen que
dejar esta caución, caución con la que en definitiva se pagarán los preferentes.
J UICIO DE Q UIEBRA
Puga define al juicio de quiebra como un proceso ejecutivo patrimonial de orden público, de carácter universal y
colectivo que persigue mediante la administración y/o liquidación de los bienes del insolvente el pago a los acreedores
conforme a la graduación legal.
Esta definición habla de los aspectos más relevantes del Juicio de Quiebra:
a) Es un juicio patrimonial
b) Es universal porque afecta a todos los bienes del deudor salvo los inembargables
c) Es colectivo porque tienen que concurrir todos los acreedores que quieren ver pagados sus créditos.
d) Se realiza mediante a la administración y/o liquidación refiere a la continuidad del giro, en cuanto los
acreedores a veces se irán pagando poco a poco mediante la administración del giro y no
necesariamente con la liquidación.
e) El objetivo de la quiebra es el pago de los acreedores conforme a la graduación legal, que se refiere a la
prelación de créditos.
- El deudor: en este caso la solicitud tiene que hacer referencia a todos los antecedentes del art. 42 pero
no tiene ni que alegar ni que configurar una de las causales del art. 43 porque estas son causales para
los acreedores.
- Uno o cualquiera de los acreedores: En este caso, tiene que acreditarse que el acreedor es titular del
crédito, sea que ese crédito sea exigible o no. La solicitud de quiebra tiene que indicar la causal
específica que se está alegando y los hechos que constituyen esa causal. Finalmente tiene que
acompañar los documentos que acrediten los fundamentos de su petición y ofrecer las pruebas que
correspondan. Cuando se está frente a la causal del n° 2 del art. 43 por ejemplo se deberá acompañar
copia de los tres títulos exigidos.
Ante quién se solicita la quiebra: Ante el tribunal competente. La regla es la del tribunal competente del art.
154 COT. La regla de la competencia del tribunal es la del tribunal del domicilio del deudor. Casos:
- Si se tiene un solo domicilio: Si se trata de una persona natural se aplica el art. 67 CC que es donde
tiene su asiento o donde ejerce su profesión u oficio (domicilio civil). Si es persona jurídica hay que
distinguir:
En el caso de las sociedades tenemos que estar al domicilio fijado en los estatutos y si los
estatutos no dicen nada, se aplica la disposición especial que está tanto en el Código de
Comercio como en la ley de SA, en la ley sobre saneamientos de vicios y nulidad y en la ley
sobre empresas individuales de responsabilidad limitada: cuando no se dice nada en los
estatutos se estará al domicilio del lugar donde se otorgó la escritura pública (el domicilio del
notario). El problema es que Gómez y Eyzaguirre dicen que esta norma se aplica solo a las SA
y SPA, pero esto es erróneo porque la ley sobre saneamiento hace aplicable esta norma a todas
las sociedades y además la ley sobre empresas de resp limitada la hace aplicable a las empresas
individuales de responsabilidad limitada.
Primer Semestre 2013 | Profesor Octavio Bofill Genzsch
Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 17: TALLER (18 DE ABRIL)] Apuntes de Clase
Respecto de las demás personas jurídicas se aplica el art. 142 COT que señala que el tribunal
competente será el del lugar donde tenga el asiento la respectiva persona jurídica.
Notificación del deudor: la regla de notificación de la solicitud de la quiebra se establece en el art. 45 según el
cual la forma de notificarlo será de forma personal y si no, por cedula. Pero tiene una particularidad: se
notificará por cédula aun cuando no se encuentre en el lugar del juicio. Procede la notificación del art. 44
aunque la persona no se encuentre en el lugar del juicio, esto es una excepción a la norma común.
Al deudor lo notifican para efectos de la “audiencia” a que hace referencia el art. 45 inc.1, inc.2. El inc. 2 señala
que la audiencia a la que se cita al deudor tendrá solo carácter informativo, no dará lugar a incidente y en ella el
deudor podrá consignar fondos suficientes para el pago del créditos que motivaron el juicio y de las costas. Y
si paga, no procede la declaración de quiebra.
Esta disposición en la normativa anterior decía que antes de declarar la quiebra el deudor debía ser oído. Por
ello el deudor iba y presentaba muchos documentos y excepciones y se dilataba el procedimiento. Para evitar
este juicio de lato conocimiento antes de la declaración de la quiebra, se agregó esta disposición en la ley. La
doctrina señala que esto se relaciona con el principio de la bilateralidad retardada, esto es, el deudor tiene
derecho a defenderse, pero esta defensa “con todo” se hace en un recurso especial de reposición (Que puga
denomina como “anti quiebra”). Esta es una norma de excepción que permite que el deudor tenga una
intervención muy menor antes de ser declarada la quiebra y que su intervención fuerte y con todo sea después
de declarada la quiebra para efectos de alzarla. Esto se hace para que el deudor no enajene los bienes, para que
el patrimonio pase luego a manos del síndico.
Hay tres tesis sobre qué es lo que significa que la audiencia tenga carácter informativo:
- Doctrina más limitada: es la tesis de Gómez y Eyzaguirre, que dice que el deudor puede presentar
todos los antecedentes necesarios pero que esos antecedentes solo servirán al tribunal como datos
ilustrativos para mejor resolver. Estos autores relacionan la actividad del deudor en este momento
procesal con la actitud del deudor cuando se apersona en el juicio ejecutivo antes de que se despache el
mandamiento de ejecución y embargo.
- Posición intermedia: la defiende Puga y señala que en esta audiencia el deudor puede hacer todos los
descargos que considere necesarios tanto para desvirtuar la presunción de insolvencia que viene
aparejada con la configuración de la causal como para acreditar derechamente que es solvente. El tema
de la prohibición de incidentes se refiere a que el juez para declarar la quiebra debe estarse al merito de
los documentos acompañados por el acreedor en su solicitud, los antecedentes acompañados por el
deudor y además de las medidas que dicte el juez para mejor resolver. El limite estará en que el juez no
podrá abrir un término probatorio y no podrá decretar o dictar resoluciones que sean incompatibles
con el procedimiento de quiebra en el estado en que se encuentra (por ejemplo, no podría objetar
documentos).
- Postura extrema: es la propuesta por Puelma, que señala que el deudor puede señalar y acompañar
todo lo que él quiera pero no se va a dar lugar a incidentes. Además el juez sí puede recibir la causa a
prueba cuando existan hechos pertinentes, sustanciales y controvertidos. Crítica: esto iría contra la
naturaleza sumarísima del proceso.
El deudor puede pagar y cuando lo hace no procede la quiebra. Aquí tenemos un gran problema porque acá el
acreedor que solicita la quiebra no lo hace en interés personal, sino que en interés general porque osino
hubiera iniciado un juicio ejecutivo individual. Pero cuando hablábamos de los requisitos de la solicitud de
quiebra dijimos que se tiene que presentar un vale vista por 100 UF como desincentivo para que los acreedores
no usen la quiebra como procedimiento de cobro. El problema es que la ley establece específicamente que si el
deudor paga en la audiencia la deuda no se declarará la quiebra y en el caso de un acreedor al que le deben
50.000 UF igual le puede interesar solicitar la quiebra para que le paguen porque si le deben tanto, 100 UF no es
un gran desincentivo. Problemas que denuncian Gómez y Eyzaguirre: si aceptamos esto podríamos estar
admitiendo un pago hecho por el deudor estando en cesación de pago, además el acreedor no actúa en interés
general sino que personal. Además en la solicitud de quiebra procesalmente el acreedor en ninguna parte pide
que le paguen, pero sin embargo le pueden pagar.
Esta audiencia es entre comillas porque no es un comparendo en los términos del procedimiento civil, sino
que en la práctica lo que se hace es que recibida la solicitud del acreedor se da traslado al deudor.
Hay acuerdo en la doctrina es que no es audiencia propiamente tal, le problema es que el acuerdo llega hasta
ahí porque se discute cual es el plazo del traslado. Puelma dice que el plazo del traslado es el término de
emplazamiento en el juicio ordinario de mayor cuantía. En cambio Puga dice que el plazo es más corto porque
eso no se condice con la celeridad del procedimiento de quiebra, Puga dice que la tramitación supletoria es la
de los incidentes que es de 3 días. Parece ser que la postura correcta es la de 3 días.
El art. 47 inc. 1 señala que sin perjuicio de las características de la audiencia, el juzgado se pronunciará sobre la
solicitud de quiebra “a la brevedad posible” y esto es un problema porque no señala plazo. Señala además que
el “juez deberá cerciorarse con todos los medios a su alcance de la efectividad de la causal”. Aquí hay otra
discusión: se discute si el juez debe además de cerciorarse de la efectividad de la causal si debe cerciorarse de la
efectiva insolvencia del deudor. Por la negativa esta Juan Pablo Román y una sentencia de la CS del 2004.
Puga señala que el juez debe cerciorarse de la efectividad causal.
Otra cosa importante es que el juez puede decretar medidas para mejor resolver. El juez al cerciorarse de esto
está limitado por las normas legales sobre prueba legal tasada, es decir, no basta la sana critica.
La naturaleza jurídica de la sentencia de quiebra: art. 52 inc. 1 señala que la sentencia de quiebra es una
sentencia definitiva. Pero aquí hay un problema porque no por eso será una sentencia definitiva. La doctrina
mayoritaria dice que sí es una sentencia definitiva por:
- Un argumento de texto: cuando se dictó la ley se dijo expresamente que era una sentencia definitiva.
Antes la ley 4.558 la definió como auto y ahora el legislador efectivamente toma otra postura. El
problema es que se dice que las sentencias definitivas son las que ponen término a la instancia y
resuelven la materia controvertida.
- Puga entiende que acá sí hay una sentencia definitiva porque sí resuelve la cuestión principal, esta es,
la existencia o no de las causales de quiebra y además pone término a la instancia al menos de forma
provisional. Y en el caso de que no se presente el recurso de reposición pone término a la instancia de
forma definitiva. Pero si decimos que la sentencia de quiebra es sentencia definitiva, entonces además
se deberán cumplir los requisitos del art. 170, esto es lo que dice Gómez y Eyzaguirre. Puga hace una
distinción artificiosa: él dice que la sentencia que acoge la quiebra no debe tener los requisitos del art.
170 pero la que rechaza la quiebra sí tiene que contener los requisitos del art. 170. Esto es complejo
porque es un requisito que se le debería pedir a las dos sentencias si ambas son sentencias definitivas.
Algo que olvida la doctrina es que no es solo el art. 170 el que se tiene que cumplir sino también el
autoacordado sobre formas de las sentencias, y si consideramos que sí es una sentencia definitiva
tenemos que casarnos con esta tesis y asumir que tiene que cumplir el 170 además del autoacordado.
Saber la naturaleza de la sentencia esto es relevante para determinar su contenido y para revisar el régimen de
recursos aplicables en contra de la sentencia.
Características de la sentencia:
Notificación de la sentencia: Se encuentra en el art. 54 que señala que se notifica al fallido, a los acreedores y a
los terceros por avisos. El aviso tiene que contener un extracto de la solicitud de quiebra y copia íntegra de la
resolución que declara la quiebra. Falta el sindico, a este se le tiene que notificar por el secretario del tribunal a
la brevedad, art. 55. El síndico titular y suplente además de aceptar el cargo en el acto de notificación tienen
que declarar si están afectados por alguna de las inhabilidades que establece la ley para ser síndico.
Cómo nos oponemos a la sentencia de quiebra: el art. 56 señala que contra la sentencia que acoja la solicitud de
quiebra solamente puede entablarse un recurso especial de reposición. La ley señala que solo este recurso
procede. Es un caso especial porque es una sentencia definitiva respecto de la cual no procede el Recurso de
Apelación ni el recurso de casación en la forma. Esto es respecto de la sentencia que acoge, pero respecto de la
sentencia que rechaza la ley no dice nada y por ello es que se aplica el régimen general de recursos: el recurso
de casación en forma y fondo y de apelaciones.
Primer Semestre 2013 | Profesor Octavio Bofill Genzsch
Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 17: TALLER (18 DE ABRIL)] Apuntes de Clase
Naturaleza jurídica del recurso: no es en realidad un recurso sino más bien una manifestación de la
bilateralidad postergada, porque con este recuro el deudor puede ejercer todos sus derechos. Además aunque la
ley señala que es un recurso especial de reposición no tiene nada que ver con el recurso de reposición de la ley
civil.
Legitimación activa: el recurso lo puede solicitar el mismo fallido, cualquier acreedor y los terceros
interesados (quienes tengan un interés pecuniario o patrimonial en la declaración de quiebra aunque su interés
sea una mera expectativa). Además de esos tres, el síndico también puede interponer el recurso pero
solamente para cambiar la calificación del deudor, no lo puede solicitar para que se revoque la sentencia.
Plazo para presentar el recurso: 10 días hábiles contados desde la notificación por avisos, la norma es aplicable
para todos los legitimados activos.
Tramitación: Se tramita como incidente porque la ley lo dice expresamente, durante su tramitación se puede
suspender el procedimiento o se puede decretar Orden de No Innovar. Las resoluciones que se dicten durante
el curso de la tramitación del recurso son inapelables (se refiere las resoluciones intermedias, no a la resolución
que falla).
Naturaleza jurídica de la resolución que falla el recurso, aquí tenemos dos posturas:
Resolución que falla el recurso especial de reposición: El Art. 59 inc. 2 dice que la sentencia que acoge la
reposición sea cualquiera de los dos supuestos será apelable en ambos efectos. Critica: la ley no distingue, y el
segundo supuesto (calificación del deudor) es una cuestión totalmente accesoria al procedimiento de quiebra
porque no se refiere a la calificación de quiebra y como la ley no distingue entre los dos supuestos, el recurso
se concederá en ambos efectos y se suspenderá el juicio por una cuestión accesoria. La crítica está en que
precisamente la ley no distingue entre los dos supuestos. Si la sentencia rechaza el recurso, como la ley no se
dice nada se dice que procede el Recurso de Apelación pero solo en su efecto devolutivo, sin perjuicio de que se
pueda decretar una ONI en segunda instancia ante la Corte de Apelaciones.
Otros recursos que puedan proceder además de la apelación: para ver qué recurso proceden tiene importancia
la distinción sobre cuando es sentencia interlocutoria de primer grado y cuando es sentencia definitiva:
Cuando estamos frente a una sentencia interlocutoria de primer grado, frente a la resolución que
acoge la reposición procede la apelación en ambos efectos y no procede la casación en la forma porque
no se cumple los requisitos del CPC en cuanto que se ponga término a la instancia o se haga
imposible su continuación. Respecto de la sentencia interlocutoria que rechaza procede el Recurso de
Apelación en su solo efecto devolutivo y no procede el recurso de casación en la forma por la misma
razón anterior.
Respecto de la sentencia definitiva que acoge procede la casación en la forma (porque tenemos una
sentencia propiamente tal que pone término al juicio o hace imposible su continuación), la apelación
en ambos efectos y la casación en la fondo procedería respecto del fallo del recurso de apelación en
segunda instancia. Respecto de la sentencia definitiva que rechaza la reposición procede la apelación
en su solo efecto devolutivo, la casación en la forma y la casación en el fondo procede frente a la
resolución que falle el recurso de apelación en segunda instancia.
Voy a tratar de terminar con los efectos de la declaratoria de quiebra esta semana, así que pasaré rápidamente
por algunos que no he dicho todavía. Así, por ejemplo, el derecho de ejecución individual es una cosa que ya
hemos visto, después tenemos la temática relativa a los acreedores hipotecarios, prendarios y retencionarios;
lo vimos.
La dejación sin efecto de los embargos y medidas precautorias es un efecto sumamente procesal y tiene que
ver con los efectos del desasimiento. La única discusión interesante es si esta dejación sin efecto del embargo y
las medidas precautorias es por si existe un embargo general de los bienes del deudor, a propósito del
desasimiento, o qué, y la lógica de la cuestión se plantea más bien desde la tesis de la nulidad absoluta, del
objeto ilícito y de las normas del 1464, como una prohibición de comercializar bienes que están embargados
por orden judicial, a partir de lo cual se construye la teoría del objeto ilícito y de la nulidad absoluta de los
actos y contratos que recaen sobre bienes embargados. En materia de quiebra entonces, al dejarse sin efectos
los embargos y medidas precautorias la pregunta es si acaso el legislador sustituye el embargo particular
individual del juicio individual por un embargo general de bienes, de manera tal que si hubiera una
enajenación de esos bienes durante la quiebra, habría entonces una misma sanción que la que aplicamos en el
derecho civil, y que ahí probablemente la palabra se las ofrezco a ustedes para saber qué opinión les merece esa
afirmación. ¿Cuál es la sanción aplicable a la enajenación de los bienes después de declarada la quiebra?
¿Vamos a construir una nulidad absoluta de la misma manera que la construíamos con el 1464, con el embargo
individual? No. ¿Por qué? En el embargo individual, aquel del 1464, el embargo lo que hace es poner la cosa
fuera del comercio momentáneamente. Pero ese bien, ¿no va a terminar vendiéndose, enajenándose nunca? El
objeto ilícito recae sobre la enajenación que hace el propietario de un bien embargado, ¿eso quiere decir que ese
bien embargado no se va a enajenar nunca más? Se va a enajenar en el remate de los bienes conducido por el
juez a solicitud del acreedor. Esa enajenación entonces que hace el juez es una enajenación lícita a pesar del
embargo que pesa sobre este bien. Por lo tanto, el objeto ilícito de la tesis de la nulidad absoluta se centra a
propósito de la venta que realiza el deudor cuyos bienes están siendo embargados. Pero eso no significa que
este bien no va a terminar siendo realizado. Veamos la misma analogía acá, ¿qué pasa en la quiebra? ¿Van a
enajenarse o se quedarán con el síndico? Van a venderse y ello será organizado por el síndico, los acreedores y
el juez. ¿Hay, entonces, un embargo general en materia de quiebras? Sí. ¿Y si hubiera un embargo general en
materia de quiebra similar al del 1464, qué venta estaría siendo afectada por ese embargo general? La
enajenación que pretendiera hacer el deudor: ahí está la analogía con el 1464. Siendo precisos, ¿es posible
aplicar exactamente la misma sanción en uno y otro caso? El bien enajenado por el deudor declarado en
quiebra, después de su declaratoria de quiebra, estando bajo el objeto del desasimiento, ¿hay objeto ilícito y
nulidad absoluta? No. La sanción correlativa al desasimiento es la inoponibilidad. El desasimiento produce eso
con respecto al embargo general y no los mismos efectos que el embargo individual. Esta dejación sin efecto
de los embargos y medidas precautorias tiene una excepción: se aplica en materia de quiebras con el solo
efecto de la declaración de la quiebra, pero no concurre cuando hay juicios pendientes que no se acumulen en
la quiebra, porque esos juicios siguen su tramitación independiente, ni cuando la sentencia vaya a ser
incompatible con la realización en quiebra, o sea, por ejemplo, si se está ejerciendo una acción reivindicatoria
y respecto del bien motivo de la acción reivindicatoria existe una medida precautoria, hay una pugna entre los
acreedores que quieren beneficiarse de la masa y el tercero acreedor del bien. La quiebra entonces no deja sin
efecto esa medida precautoria: la preserva hasta en tanto no se resuelva en esta sentencia si en definitiva la
acción incompatible tuvo éxito o no; si el bien es o no del fallido.
Es importante tener en cuenta las distintas prestaciones del deudor. En las obligaciones de dar tenemos que
distinguir entre las de dar bienes y cosas distintas de los bienes, y en estas últimas, a menos que se una especie
o cuerpo cierto, vamos a terminar siempre en el cumplimiento por equivalencia a través de una indemnización
que más tarde se transformará en una obligación de dar dinero, con lo que se equiparará a los acreedores de las
obligaciones de dar. En el caso de las obligaciones de hacer y no hacer hay que hacer un trabajo adicional a
propósito de lo que constituye la prestación. En obligaciones de hacer existe una triple alternativa para el
acreedor: apremiar al deudor para que cumpla; que lo haga un tercero por él o en tercer lugar el cumplimiento
por equivalencia. Sobre la primera, ¿se puede apremiar a un deudor fallido para que ejecute la prestación de
hacer? Sí. ¿Y de dónde sale la base de la prestación? De la persona del fallido. ¿Sale de los bienes del fallido?
No. ¿Qué pasa si esa prestación además tiene que estar acompañada de la proporción de bienes por parte del
fallido? El típico ejemplo que se utiliza es el arrendamiento de servicios materiales, cuando la materia la pone
el comprador o el arrendador de los servicios o cuando lo hace el arrendatario. En un caso el CC considera que
hay venta porque los materiales los pone el arrendatario y por tanto está vendiendo una cosa transformada a
diferencia de lo que ocurre si los pone el arrendador, caso en el cual el arrendatario solo presta el servicio, sólo
el hacer, y por tanto no está afectando sus bienes. Cuando la prestación o la obligación de hacer, entonces,
supone que la entrega de los materiales bienes de parte del arrendador, es compraventa y nos vamos a las
reglas de la quiebra. Si las pone el acreedor el deudor está obligado a prestar este servicio. Si el deudor sólo
está obligado a esto y no a proporcionar bienes tiene por disposición de la ley, el acreedor, este derecho de
seguir apremiándolo; preserva esa 1 de las 3 alternativas. Si queremos ejecutar la obligación de hacer por
cuenta del deudor pero encargándosela a un tercero, la consecuencia en la quiebra sería que se le pagaría al
tercero de los bienes de la quiebra de la misma manera como lo haría en el ejemplo anterior, por lo tanto no
subsistirá esta posibilidad por afectar a los bienes de la quiebra sino que tendrá que entrar como cualquier
acreedor. En el caso de la indemnización de perjuicios entra en la quiebra porque afecta los bienes del deudor.
En las obligaciones de no hacer las opciones del acreedor son destruir lo hecho si se puede y si no, habrá
indemnización de perjuicios. En este último caso tendrá que ir con los demás acreedores de la quiebra. Sí se
puede destruir la cosa, tendrá que hacerse. ¿Qué pasa si la destrucción implica un gasto para el deudor? Tendrá
que entrar en la quiebra entonces. Si no es así y no tiene gastos, se puede apremiar.
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Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 18: 23 DE ABRIL] Apuntes de Clase
El acreedor de la obligación de hacer si quisiera iniciar el apremio del deudor pero sin perder la lógica de la
quiebra, ¿qué hace para preservar sus derechos en la quiebra a pesar de estar realizando un nivel de ejecución
distinta? La ley de quiebras le permite preservarse una hijuela pagadora al acreedor, y para ello lo tratará como
acreedor condicional. Entonces estos acreedores entran como condicionales típicamente a la quiebra cuando
están intentando de realizar sus ejecuciones.
Esta situación es excepcional en la ley y en la práctica no ocurre mucho. ¿Qué pasa si tengo un título ejecutivo
de obligación de hacer y tengo derecho de pedirle al tercero que ejecute por cuenta del deudor; cómo se tramita
eso? Se inicia el juicio ejecutivo, se notifica al deudor de la obligación de hacer y le pido que pague, deposite
fondos para cumplir la obligación o si no yo le embargo bienes suficientes, los saco a remate y deposito fondos
suficiente para que el tercero termine la obra y el juez le pague a este. La ley lo que establece es una situación
de excepción porque continua la tramitación hasta que se agoten los fondos depositados lo que quiere decir
que se le paga con esos fondos al tercero y éste no entrará a la quiebra hasta que se agoten tales fondo; ello
opera en el caso de declarada la quiebra después del depósito de los fondos en el Tribunal. Esto es discutible
por los intereses de los acreedores pero la razón histórica es que acá se privilegian los intereses del tercero que
está ejecutando la obra no lo hace ya por cuenta del deudor sino para ser pagado con los fondos del deudor. Si
tales fondos no estuviesen ya depositados en la cuenta del Tribunal el tercero no estaría ejecutando esta obra.
Hay allí una relación fiduciaria extraña en relación a los fondos depositados y el tercero que está ejecutando la
obra por cuenta del deudor. Es bien discutible porque jurídicamente esos fondos siguen siendo del deudor y no
del tercero, el tercero en realidad no se ha hecho dueño de los dineros y no existe una relación de garantía
entre uno y otro y si existiera tendría ese garante que ser tratado como lo son los acreedores hipotecarios,
prendarios y retencionarios respecto de su garantía. Sin embargo, la ley saca una regla que no se sustenta
mucho en los principios generales del Derecho. En todo caso en la práctica casi no ocurre sino que es más bien
una discusión doctrinaria. Más allá de la injusticia de la norma, como señala Puga, esta puede ser mirada como
otro caso más de superpreferencia.
Acreedores condicionales
Tienen un crédito en contra del deudor o pretenden tenerlo, que está sometido a una condición suspensiva.
No está vigente para los créditos con condición resolutoria porque en la práctica todos los créditos
actualmente exigibles en contra del deudor que provienen de contratos bilaterales y conmutativos tienen la
condición resolutoria envuelta, y por tanto si estuviéramos hablando de los créditos que tienen con condición
resolutoria los acreedores condicionales no existirían los acreedores puros y simples. La resolución ya no va a
ser una herramienta que van a poder utilizar los acreedores de las obligaciones de dar dinero porque van a
tener que necesariamente pedir el cumplimiento forzado en sede quiebra. Por lo tanto la condición resolutoria
está descartada que sea un sustento para la verificación condicional o que se refiere a la condición suspensiva.
Ahora, cuando hablamos de acreedores condicionales la norma de la ley es muy escueta y por tanto en la
práctica esta es una gran herramienta que sirve para todo tipo de acreedores distintos a los de una obligación
de dar sujeta a un plazo. O sea, todas las deudas de dinero del deudor al momento de la declaración de quiebra,
estén o no sujetas a plazo, no van a utilizar el camino de la acreencia condicional. Todo el resto de los
acreedores son susceptibles de utilizar la mecánica de la acreencia condicional para resguardar sus derechos en
la quiebra. Caben aquí los acreedores sujetos a condición suspensiva, los que tienen título impugnado por el
deudor que no pueden entrar por la vía de la habilitación de créditos sino que tienen que iniciar juicio
Primer Semestre 2013 | Profesor Octavio Bofill Genzsch
Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 18: 23 DE ABRIL] Apuntes de Clase
declarativo y todos los acreedores de obligaciones de hacer y no hacer que quieren resguardar su derecho
residual a terminar requiriendo la indemnización de perjuicios. Todos ellos están en una situación condicional
frente al deudor fallido, pero esa condición no es sólo la contractual que conocemos como una condición que
se opone a la pureza y simpleza de las obligaciones del derecho civil, sino que se refiere a todos aquellos que
no están en situación de cobrar hoy una cantidad de dinero al deudor. Cualquier persona que tenga una
pretensión en el fondo en contra del deudor y que sea susceptible se trasladarse a un cumplimiento por
equivalencia es en último término un acreedor condicional, lo que pasa es que la condición que aleja a ese
acreedor del deudor se llama sentencia judicial ejecutoriada que le confirme o declara su derecho en contra del
deudor; hasta en tanto no se cumpla esa condición es un acreedor condicional. Esta es por tanto una
herramienta muy utilizada, aquí hay una mecánica que la ley considera que tiene que ver con la hijuela de
reservas, porque como a cualquier acreedor condicional el juez le puede pagar a ese acreedor condicional y
considerarle efectivamente los repartos pero solo en la medida que exista una caución correlativa prestada por
ese acreedor. Va a ser una cuestión de hecho a ser determinada por el Tribunal de la quiebra: cuál es el tipo de
caución adecuada para resguardar el interés de la masa respecto de este acreedor condicional. Se va a poder, o
pagar, o esperar formalmente la hijuela pagadora.
Esto es pura aplicación de reglas generales del Derecho. Si hay un codeudor solidario del deudor fallido el
acreedor puede dirigirse en contra de cualquiera de los codeudores solidarios por el total de la obligación.
Luego habrá contribución a la deuda entre ellos. Si paga un deudor con interés lo máximo que pueden
reembolsarse es el exceso sobre la cuota pagada. Si los que pagan son los deudores sin interés, solidarios de los
con interés, o sea respecto de los acreedores eran solidarios pero respecto de los deudores con interés no son
solidarios sino meros garantes, tendrán derecho a reembolsarse íntegramente porque al final los que pagan son
los deudores con interés. Hay ciertos contratos de garantía que le ponen "chapa" de con interés o sin interés.
En derecho civil, sin interés es el fiador pues es sólo un tercero que garantiza la deuda pero que no tenía
interés en esa transacción. Eso le da derecho a reembolso y gracias a esta "patente" que le da la fianza, también
tiene el derecho de ser subsidiario.
Si el deudor fallido es un deudor solidario sin interés ¿puede ir el acreedor a cobrarle el total de su crédito? Sí,
el preserva su derecho. En la práctica, ¿se va a pagar la totalidad? Lo más probable es que no. La parte del
crédito que se va a pagar de su deuda es lo que alcance cuando se reparta, a prorrata. El deudor sin interés
tendrá que pagarle entonces al acreedor de la deuda solidaria la misma cuota que le va a pagar al resto de los
acreedores. ¿Tiene el fallido el derecho a decirle que no le cobre porque es el deudor sin interés? No. ¿Puede el
síndico, por cuenta del fallido, recuperar la cuota que pagó como si no hubiese estado en quiebra, cobrándole al
deudor con interés? Sí, por todo lo que pagó, porque el deudor sin interés debe ser resarcido por el deudor con
interés. El acreedor, a su turno ¿puede verificar en esa quiebra y puede intentar cobrarle a todos los codeudores
solidarios en sus distintos patrimonios? Sí, por el total de la deuda. Da lo mismo quien paga para el acreedor
porque eso se resuelve en la contribución a la deuda. No se alteran por tanto las reglas comunes. ¿Qué pasa
con el deudor solidario que tiene que pagar pero tiene interés, tiene derecho de reembolsarse? Sí, de acuerdo a
las reglas generales. Por lo tanto, las reglas de la quiebra no alteran la solidaridad o las cauciones personales
pasivas.
Existen quiebras especiales en el caso de los bancos por los dineros públicos que manejan. También existe
una regulación especial con respecto a las empresas de menor tamaño pues se busca proteger a los
trabajadores y la iniciativa de los microempresarios dándoles condiciones menos gravosas para poder
reiniciar o mantener la solvencia de sus empresas.
a. Microempresa
b. Pequeña empresa
c. Mediana empresa
Excepciones: empresas cuyas utilidades estén consagrados en el art. 1 y 2 del art. 20 de la LIR y
Se aplica: si se está en la imposibilidad de pagar una o más deudas. No es solo en el instante en que exista la
declaración de quiebra
Procedimiento:
Importancia del asesor económico: institución muy parecida al síndico cuto gran objetivo es asesorar a la
empresa en lo que se refiere a su reestructuración para decretar estado de insolvencia. Puede ser una persona
jurídica
4. Número de trabajadores
La persona que s acoge a este procedimiento designa al asesor económico, debe estar consignado
dentro de la solicitud
Certificado del asesor económico: se identifica quien es el requirente y su actividad y rut, se enumeran
razones por las que se acoge el procedimiento
Estudio de la situación económica, financiera y contable del deudor: deriva en un informe que establece al
hacer este informe público y servirle a todos los acreedores gratuitamente es por un fin de información para
negociar soluciones que puedan beneficiar a la empresa. Asesor tiene una labor meramente consultiva o
informativa y sus opiniones no son vinculantes ni para el eventual fallido, ni para los acreedores
Acuerdos con los acreedores: durante el periodo de suspensión el asesor debe citar al deudor y los acreedores a
uno o más reuniones
Se expone la situación del deudor y se sugieren medidas para resolver las dificultades que motivaron la
intervención
Hipótesis de trabajo:
2. Las partes en virtud de la autonomía privada pueden pactar que la quiebra si va a operar como causal
de terminación del contrato.
a. Acreedor: el síndico al tomar posesión de su cargo tiene obligación de exigir cumplimiento de contrato
porque el cumplimiento de esa prestación por parte del deudor del fallido va a ser el interés de la masa,
porque incrementa la masa por la cual deben repartirse los acreedores. Esto debe hacerse de manera
extrajudicial y judicial
i. contrato beneficioso para la masa: cumplimiento del contrato incrementa la masa, sindico
puede exigir cumplimiento de la prestación del tercero, por aplicación de 1552 CC debe
cumplirse la prestación del fallido o allanarse a cumplirla en la forma convenida
ii. si el contrato no es beneficioso para la masa: sindico analiza que si el contrato se cumple no es
beneficioso para la masa, queda igual o se disminuye la cantidad de bienes el síndico no
exigirá el cumplimiento de la obligación del deudor del fallido.
ii. Si no es una obligación de dinero: no es verificable y solo puede pedir resolución más
indemnización de perjuicios, porque el cumplimiento forzado vulneraria la parte condictio
creditorium, esto provocaría un gasto para la masa. acreedor hipotecario, prendario o
retencionario pueden perseguir la ejecución de su crédito
a. Obligación de hacer
b. Obligación de no hacer
No procede facultad del acreedor de destruir aquella cosa que se hizo en contravención a
la obligación de no hacer a expensas del deudor, ya que perjudica los bienes de la masa.
Existen sentencias recientes de la CS que señalan acogiendo una doctrina minoritaria que señalan que en
virtud del principio de reparación integral del dinero no se le puede pedir a los acreedores de las obligaciones
de dar pedir indemnización directa de los perjuicios.
COMPRAVENTA
Dos supuestos
1. tenemos título más tradición de la cosa: el fallido vendió un televisor y se celebró compraventa
por escrito y operó la tradición (bs muebles 684 del CC) como ya operó un modo de adquirir
entonces la quiebra no afecta porque el bien ya no es del fallido, sino que el dominio ya es del
Primer Semestre 2013 | Profesor Octavio Bofill Genzsch
Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 19: 24 DE ABRIL] Apuntes de Clase
tercero. Esto es sin perjuicio de las eventuales acciones revocatorias que procedan respecto de ese
acto. Si se trata de compraventa que se realizó en el periodo sospechoso antes de la quiebra.
2. quiebra del comprador sin tradición: si afecta porque la inscripción es tradición en los bienes
inmuebles. Si afecta.
b. quiebra del comprador: da derecho al vendedor para resolver el contrato o para exigir el cumplimiento
forzado de la obligación si se trata de obligaciones de dinero
excepción: art. 86 libro IV Ccom: cosa se haya vendido y ya haya llegado a poder del comprador.
Quiebra el comprador pero antes de que quebrara la cosa ya había llegado a su poder, en este caso
no se puede pedir la resolución. el acreedor tendrá que demandar cumplimiento forzado y con ese
título verificar en la quiebra.
Caso Especial
REGLA GENERAL: Art. 87 inciso 1: bienes muebles en tránsito: el fallido tiene su empresa en Santiago y
celebra contrato con empresa maderera que está en concepción. Compraventa de cosas que están en tránsito y
al vendedor no se le ha pagado es declarado en quiebra el comprador (facultad especial del acreedor – bien en
tránsito y no se le haya pagado- se le da la facultad de dejar sin efecto la tradición y recuperar la posesión de la
cosa y solicitar la resolución del contrato).
Se entiende estar en tránsito: se cuenta desde que las cosas se pusieron a cargo de los transportistas
y hasta antes de que llegan al poder del deudor.
EXCEPCIÓN: si durante el tránsito de las cosas estas hayan sido vendidas a un tercero de buena fe (art. 88
LIBRO iv), sigue regla de que las convenciones entre las partes no afectan a los terceros de buena fe. El
acreedor tendrá que verificar el crédito en la masa
CONTRAEXCEPCIÓN: si estamos en el mismo supuesto pero el tercero de buena fe no pagó el precio antes
que se declarar la quiebra entonces vuelve a operar la facultad del art. 87 inciso 1.
Derecho legal de retención a favor del vendedor, pero el síndico puede oponerse a la retención de la cosa o
resolver el contrato pagándole al vendedor o rindiendo caución.
Libro IV Art.93 En los casos a que se refieren los artículos precedentes, el síndico podrá oponerse a la
resolución o retención y exigir la entrega de las cosas vendidas o retenidas, pagando la deuda, intereses, costas
y perjuicios o dando caución que asegure el pago.
Mandato1
Es un contrato por el cual una persona (mandante) encarga algo a otra (mandatario) por cuenta y riesgo de la
primera.
Art. 2163 nº 6 C. Civil señala que la quiebra del mandante o del mandatario pone término al mandato. Para
determinar el fundamento de esta norma hay que distinguir:
Las disposiciones del Código civil son plenamente aplicable al mandato mercantil, pero hay particularidades
en la ley de quiebras (libro IV C. Comercio):
- En el caso de la comisión para vender, según el Art. 83 declarado en quiebra el comisionista, el comitente
puede reivindicar de la masa la cosa entregada en comisión. En la práctica, más que a reivindicarlo tendrá
derecho a ejercer las tercerías de dominio.
(1) Si la cosa no ha sido vendida por el comisionista, entonces el comitente puede reivindicar esta cosa de la
masa.
(2) Si la cosa hubiere sido vendida, hay que distinguir: si el tercero comprador ya pagó el precio, el comitente
no puede reivindicar (sólo le queda la opción de verificar en la masa como los demás acreedores); si el tercero
debe todo o parte del precio puede reivindicar de ese tercero la parte que deba (respecto del resto tendrá que
verificarse en la masa)
El inciso final del Art. 83, se refiere a los casos en que el tercero pagó las cosas de una forma especial
(documentos de créditos firmados o transferidos a favor del fallido, por ejemplo un altera de cambio). En este
caso el comitente puede reivindicar este documento cuando esté en poder del fallido.
- El caso de la comisión para comprar: cuando se declare en quiebra al comitente, el comisionista que pagó la
cosa que se le encargó comprar, tiene dos atribuciones según el Art. 87 (tienen que ver con el derecho a retener
la cosa):
1
El inicio de esta clase corresponde a la diapositiva 38 del ppt “Efectos declaratoria de quiebra”
Primer Semestre 2013 | Profesor Octavio Bofill Genzsch
Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 20: 25 DE ABRIL] Apuntes de Clase
(1) Si la cosa fue remitida al fallido pero todavía no llega a su poder, el comisionario puede dejar sin efecto la
tradición, recuperar la posesión y solicitar la resolución de la compraventa, pues el comitente no era el dueño
de la cosa.
(2) Hay un derecho a retención legal de la cosa: el comitente para comprar puede conservar la cosa en su poder
hasta que se le pague lo que se debe.
La declaración de quiebra y el efecto de desasimiento no transforman al fallido en incapaz, sino que la ley
establece ciertas inhabilidades respecto de él, una de las cuales es que pierde la administración de los bienes.
Pero como no es incapaz, el fallido podría celebrar contratos como mandante respecto de aquellos bienes que
no se han afectado por la quiebra (derechos personalísimos, bienes inembargables, etc). Es más, dentro del
procedimiento de quiebra hay un mandato que el fallido necesariamente tiene que dar: mandato al abogado
para actuar en juicio.
Sin perjuicio de la sospecha de la ley de que el sujeto es un mal administrador y que el contrato se termine,
nada obsta a que una vez declarado en quiebra su mandante siga confiando en él, y le podría otorgar un nuevo
mandato pues es un contrato in tuito personae.
Art. 1 Inc. 1º del DFL 707: Es un contrato a virtud del cual un banco se obliga a cumplir las órdenes de pago de
otra persona hasta concurrencia de las cantidades de dinero que hubiere depositado en ella o del crédito que se
haya estipulado.
Por regla general la forma en que se obliga al banco a pagar es a través del cheque.
Respecto a este contrato se aplican supletoriamente las disposiciones de la cuenta corriente mercantil, según el
Art. 9 DFL 707.
Una de estas disposiciones que se aplica es el Art. 611 C. Comercio. Su inciso 2º señala que una de las causales
de término es la quiebra de cualquiera de las partes. Lo relevante será la quiebra del cuentacorrentista (aunque
la disposición se aplica respecto de ambos), pues los bancos por regla general no caen en quiebra sino que
entran en liquidación forzosa.
Lo que hacen los bancos en la práctica es que agregan una causal adicional para terminarlo ipso facto (sin
necesidad de que se declare) cuando el sujeto cae en una situación patrimonial deficitaria, para evitar iniciar
un juicio por cada quiebra. La idea es que se termine el contrato antes de la quiebra, y que se acompañe un
pagaré para iniciar un procedimiento ejecutivo individual.
- Si el sujeto giró un cheque ya declarada la quiebra: Esto no es problema pues por aplicación del Art. 611 Inc.
2º la cuenta corriente ya está cerrada.
- Si el sujeto giró un cheque antes de la declaratoria de quiebra y lo cobraron después: Este caso es más
problemático. Por aplicación supletoria de las disposiciones sobre letra de cambio respecto del cheque, este no
puede ser pagado por el banco porque en virtud del Art. 57 la quiebra es uno de los supuestos en que se prohíbe
la estipulación de la letra de cambio, y en este supuesto se prohíbe el cheque.
También se puede aplicar el Art. 2163 nº 6 C. Civil, pues el cheque puede asimilarse al mandato y este expiró
por la declaración de quiebra.
Sociedades
El Art. 2100 C. Civil (normas generales de las sociedades colectivas civiles) señala que la insolvencia es una
causal de disolución.
La postura de la cátedra (minoritaria) establece que si el juez declara la quiebra por insolvencia efectiva del
deudor, entonces la sociedad se disuelve. En cambio, si la declara por un mero incumplimiento sin existir
insolvencia efectiva, la quiebra no produce la disolución (porque el artículo no habla de quiebra sino de
insolvencia).
- Sociedades civiles: Este artículo sí se aplica y habría distinción entre quiebra con disolución y quiebra sin
disolución.
- Sociedad de personas mercantil y la sociedad por responsabilidad Ltda., comercial: la ley dice que respecto de
estas sobreviene la liquidación al momento de la disolución. La aplicación práctica del Art. 2100 tiene un
problema porque en estas sociedades la ley señala que disuelta procede la liquidación, pero en este caso
también procede la quiebra y sus efectos. Para conjugar la quiebra y la liquidación, que tienen lógicas
distintas2, se entiende que habiendo quiebra Y liquidación se deben preferir las disposiciones sobre quiebra
(respetar el orden de pago de la quiebra y no el de la liquidación). Las sociedades conservan su personalidad
jurídica para efectos de liquidarse.
2
La liquidación tiene tres momentos: determinación de activos; pago de pasivos y reparto de utilidades. La quiebra sólo
persigue el pago a los acreedores.
Primer Semestre 2013 | Profesor Octavio Bofill Genzsch
Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 20: 25 DE ABRIL] Apuntes de Clase
¿Qué pasa si quiebra un socio (no la sociedad)? ¿Cuál es el efecto que va a tener su quiebra respecto de los
derechos sociales que tiene? Hay que distinguir:
- Sociedades de capital: La quiebra no afecta los derechos sociales. Pero hay que considerar:
-
(1) Si las acciones están suscritas y pagadas: No hay problema. Esas acciones forman parte de los bienes
de la quiebra y pueden realizarse.
(2) Si las acciones están suscritas pero no pagadas: Contreras señala que estas no pueden entrar a la
quiebra porque no son títulos de propiedad sino que se trata de obligaciones correlativas que tiene el
accionista respecto de la sociedad. Sin embargo, la cátedra considera que la tesis de Contreras es
errónea porque estas acciones también entran en la quiebra, pues están suscritas y forman parte del
patrimonio del fallido.
La única diferencia con las acciones que están pagadas es que la sociedad tiene un derecho para cobrarle el
monto que deben. Así, la sociedad es un acreedor más del fallido y tendrá que verificar como todos los
demás acreedores. La sociedad tiene el derecho, respecto al accionista que no ha pagado, de rematar sus
acciones y pagarse, pero este derecho no puede ser ejercido una vez que se ha declarado la quiebra. Si se
permitiera sería prácticamente una ejecución individual y por ende, se violaría el principio de la par
condictio creditorum.
En la práctica, en las juntas de accionistas el que va a ejercer los derechos políticos va a ser el síndico en
representación legal del fallido.
- Sociedades de personas: Por regla general (Art. 1106 C. Civil) la quiebra de uno de los socios va a tener
efecto, porque es un contrato in tuito personae. La muerte de uno de los socios es causal de disolución de
la sociedad. En la práctica, en los estatutos se podría decir que la quiebra de uno de los socios no va a
producir la disolución de la sociedad, y lo que se hace es especificar que si quien quiebra es el socio
administrador, la administración recaerá en los demás socios o en el otro socio administrador (en caso
de haber más de uno).
-
Respecto a los derechos sociales en estas sociedades la cátedra considera que no son un bien inembargable. La
doctrina mayoritaria opina lo contrario.
Lo que pasa es que, sin perjuicio de ser embargables, el síndico no va a poder ejercer los derechos del fallido
(por ejemplo, no podrá ejercer el derecho a veto). En la práctica, el efecto de ese embargo va a recaer sobre las
utilidades que se repartan al fallido y no sobre los derechos sociales, por su carácter in tuito personae (no se
acepta que un tercero entre y tome decisiones).
- Sociedades de capital: Si el socio que quiebra es miembro del directorio, en principio no pasa nada
porque la causal de inhabilidad que establece el Art. 35 nº 3 LSA se refiere al director que ha sido
declarado en quiebra FRAUDULENTA.
(1) Administrador estatutario3: No hay norma que le ponga término a esa administración. Por ello, lo que
se hace en la práctica es pactar que se perderán las facultades de administración.
(2) Administrador mandatario4: Como se trata de un mandato se aplica el Art. 2163 nº 6, y se termina el
mandato.
Arrendamiento
- Quiebra del arrendador: No produce la terminación del arrendamiento (sigue vigente); pero sí
produce el efecto de que el arrendatario tendrá que pagar las rentas a la masa (al síndico). Esto se
relaciona con el Art. 52 nº 5 del libro IV, que señala que los terceros no tienen que pagarle al fallido so
pena de nulidad.
Durante la quiebra el síndico puede decidir vender el bien arrendado, y por regla general no le es oponible
la situación del arrendatario, pero hay dos supuestos en los que se debe respetar el arrendamiento:
(1) Tiene que respetarlo el síndico cuando el arrendamiento consta en escritura pública.
(2) Tienen que respetarlo los acreedores hipotecarios que quieren ejercer su derecho, cuando consta en
escritura pública y además está inscrito en el Conservador de Bienes Raíces (registro de hipotecas y
gravámenes). No basta la sola escritura pública.
- Quiebra del arrendatario: Art. 1968 C. Civil señala que no produce necesariamente el término del
arriendo. Esto porque el síndico puede sustituirse al arrendatario, prestando caución suficiente al
arrendador. Por ejemplo, si el bien arrendado es el lugar del negocio y hay continuidad de giro, al
síndico le va a interesar que se mantenga vigente el arrendamiento.
Hay un supuesto especial que está en el Art. 71 Inc. final del libro IV: Se refiere a los bienes muebles
destinados al giro del fallido, que se encuentren dentro del bien amueblado (por ejemplo, las máquinas que
se encontraban dentro de la bodega que arrendaba). En este caso se suspenden los derechos del arrendador
del inmueble para ejercer su derecho legal de retención, por 30 días. Esto sin perjuicio de las medidas
cautelares que puede solicitar.
Contrato de trabajo
- Quiebra del trabajador: no termina el contrato de trabajo, pero se le pueden embargar los montos de su
sueldo que superen las 56 UF.
- Quiebra del empleador: Hay una discusión acerca de si se produce o no el término del contrato de
trabajo. La cátedra estima, siguiendo a la jurisprudencia vigente, que la quiebra no es una causal de
terminación del contrato de trabajo porque no se encuentra en los Art. 159, 160 C. Trabajo.
3
Es el que señalan los estatutos y tendrá las facultades de administración y uso de la razón social.
4
Cuando no se designa un administrador en los estatutos, los socios otorgarán un mandato para que uno administre.
Primer Semestre 2013 | Profesor Octavio Bofill Genzsch
Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 20: 25 DE ABRIL] Apuntes de Clase
El problema se genera si se cierra la empresa. Antes el síndico alegaba que se trataba de un caso fortuito, pero
la jurisprudencia ha dicho que la quiebra no cumple los requisitos de ser irresistible e imprevisible y por tanto,
deben pagarse las indemnizaciones que correspondan.
En cuanto a los efectos de la declaratoria de la Quiebra, se da por cerrado el capítulo y si hay dudas se deben revisar los
textos de apoyo.
Ahora desarrollaremos dos temáticas: la determinación de los acreedores que tienen derecho a
participar en la Quiebra, distinguiéndose entre acreedores concursales y concurrentes. Y luego tenemos
la discusión sobre cuáles son los bienes con los que se les pagarán a dichos acreedores. Entonces se da
la mirada positiva de la Quiebra, es decir, ¿qué activos hay?; y la mirada negativa de la Quiebra o ¿qué
pasivos hay?
Una se centra en el ámbito procesal, es decir, en la determinación de cómo los acreedores concursales
se van a transformar en acreedores concurrente, es decir, de qué manera estos acreedores van a hacer
valer sus pretensiones y cómo ejercen su acción en el juicio de quiebra, con una mirada procesal
transversal y muy reglamentaria.
La otra mirada es más sustantiva, la cual se refiere a la gradación y el pago de los créditos, básicamente
el análisis de los distintos tipos de acreedores -que está más relacionada con el derecho civil que con el
concursal- y tiene que ver con las normas sobre privilegios y preferencias, sobre acreedores valistas y
créditos subordinados, que es una mirada mucho más interesante porque es dinámica; lo que hace es
mostrar la situación de un patrimonio en toda instancia de la vida, pero que cuando la exhibe, se refiere
a un momento específico: la situación de insolvencia, aunque la mirada de los distintos acreedores nos
sirve para ver el patrimonio en su vida dinámica. Es por ejemplo la mirada que se da en el
financiamiento de un patrimonio, con sus distintos tipos de acreedores y sus intereses, la forma en
cómo la ley los gradúa y cada uno de ellos llega a exigir el cumplimiento de sus obligaciones.
En cuanto a los activos, hay que determinar los activos que se encuentran al momento de la
declaratoria de la Quiebra, cuáles son los activos que van a salir de ese patrimonio a propósito de
acciones restitutorias o a intereses de terceros respecto de este patrimonio, y cómo va a crecer ese
patrimonio desglosándolo y trayendo de vuelta activos que han salido, de acuerdo a las acciones
revocatorias concursales y acciones paulianas a propósito de fraude en perjuicio de acreedores.
En materia de pasivo concursal encontramos toda la explicación procesal de cómo llegamos a tener a
los acreedores concursales. Hay una antigua explicación en los textos, que distingue entre dos adjetivos
del acreedor: el acreedor concursal y el concurrente.
Se denomina acreedor concursal a aquel que tiene, en teoría, el derecho de participar en un concurso.
Dicho ejercicio de pretensión jurídica en proceso es una carga, por lo que el acreedor que no ejerce sus
acciones pierde el beneficio correlativo, el que no ejercer su derecho de exigir el cumplimiento forzado
de un contrato, en definitiva lo que va a hacer, es terminar liberando la preclusión impestiva al deudor
correlativo; la carga siempre conlleva una sanción particular o individual a aquel que no la ejerce.
Como la temática del derecho concursal está inmersa en el proceso, no pude estar ajena a la sanción
procesal relativa a la carga cuando ciertos derechos no se ejercen; esto es el sustrato de la diferencia
entre el acreedor concursal y el concurrente.
El acreedor concursal es por tanto, el en términos procesales tiene la pretensión de ser acreedor. En
cambio el acreedor concurrente es el que ejerce la acción de todo acreedor.
Ahora, la temática procesal nos termina confundiendo con la temática sustantiva. En el derecho
concursal no hay un límite muy claro en cuanto a cuales son en definitiva los acreedores concurrentes o
cuales acreedores concurrentes van a ser afectados.
Los anteriores son requisitos copulativos transversales que no juegan necesariamente con categorías
jurídicas muy puras, porque aquí podemos encontrarnos por ejemplo, con un acreedor de una
fundación de dinero acreditada mediante un contrato bilateral conmutativo que es capaz de justificar un
valor, siendo lo relevante desde antes de la declaración de la Quiebra una factura, que fue aceptada e
incorporada en la contabilidad del deudor, siendo esto un criterio fáctico que los distingue de una
categoría jurídica propiamente tal.
Gracias a este criterio fáctico, se entiende que este acreedor tiene librado un derecho en contra de un
deudor, por el solo hecho de haber emitido una factura y ésta encontrarse en la contabilidad del deudor,
por el principio de contraste de las pruebas de los libros de contabilidad, tenemos entonces que el
síndico lo acepta dentro de su nómina de créditos reconocidos.
Entonces podemos encontrarnos con dos situaciones muy similares: un acreedor de un contrato
bilateral conmutativo que tiene una obligación devengada contablemente, o sea exigible jurídicamente,
pero que no ha emitido su factura antes de la declaratoria de Quiebra, y otro acreedor que está en la
misma situación pero que sí emitió la factura.
Por el otro lado, cuando hay factura incorporada en la contabilidad se va a verificar el crédito y el
síndico no la va a impugnar al acreedor, pues está incorporada en el balance.
Como podemos ver la determinación de los acreedores concursales hacia los concurrentes, puede darse
con un popurrí de situaciones fácticas que muchas veces son difíciles de explicar porque generalmente
tienen que ver con criterios que no tienen que ver con reglas jurídicas, como por ejemplo reglas
contables. Aquí hay una mezcla importante y por lo tanto hay que tratar de ser más pragmático que
dogmático, porque en definitiva en los tribunales nos encontraremos con criterios de todo tipo. De
hecho, no es raro que dado este carácter incidental y expedito que tiene el trámite de la verificación de
crédito para determinar quiénes son los acreedores concurrentes, muchas veces se intente, prima facie, la
vía expedita. Y si esta vía no resulta, como no produce un efecto de cosa juzgada negativa, vamos a
permitirnos siempre intentar declarar el derecho de forma subsidiaria por la vía de la acción ordinaria.
Por lo que no es raro encontrarse con un acreedor que haya verificado y se le haya impugnado el
crédito y que más tarde termine ejerciendo la acción declarativa ordinaria correlativa.
Esta etapa de verificación, de acuerdo a una explicación procesal, es una sub-fase de la etapa
cognoscitiva del proceso de Quiebra, siendo su objetivo identificar a los acreedores que van a ser
beneficiarios de la realización del bien del fallido, es decir, la ejecución y reducimiento del activo en
un producido dinero que más tarde permite pagar a los acreedores compartiendo la misma moneda.
Cabe agregar que la notificación que declara la quiebra es la que traba la litis y a partir de esto
surge un período de verificación ordinario, a partir de la publicación en el Diario Oficial del
llamamiento de la Sentencia de Quiebra. Dentro de los distintos efectos de la declaratoria de Quiebra
hay un llamado a todos los acreedores concursales para que concurran a verificar sus créditos, con un
plazo de cuarenta días (que nunca se cumple porque no es un plazo fatal) que se cierra en el minuto
en que se dicta una resolución judicial y que más tarde termina en una nómina de créditos reconocidos.
Durante este período de verificación concurren todos los acreedores en masa a presentar sus
antecedentes y títulos justificativos, es todo un popurrí de créditos, que pueden ser impugnados o no.
La impugnación siendo una reacción procesal versa sobre criterios procesales, por lo que tiene que
haber legitimación activa, y así se tiene derecho a participar en la impugnación los restantes acreedores,
por ejemplo impugnar algunas preferencias. El deudor no tiene el derecho de impugnar, de hecho le da
lo mismo el orden en que debe pagar, en cambio al acreedor no le da lo mismo dicho orden.
Los deudores tendrán el derecho de impugnar los títulos, las cuantías y el carácter de acreedor, pero no
el derecho de impugnar el carácter de privilegiado o preferente.
Después de estos juicios de impugnación, que se dan de forma incidental, vamos a tener sentencias,
susceptibles de recursos, y a partir de ellas se van a ordenar las cosas, clasificando si hay crédito
preferente, privilegiado o simplemente valista. En cuanto a las cuantías de los créditos también están
en juego acá, y es el juez quien en definitiva, a partir de esta impugnación, va a determinar las reales
cuantías o los montos a pagar. Todo esto dentro del período ordinario.
Una vez que se cierra el período ordinario y se abre el período extraordinario de verificación, ya en
casos más específicos, como el acreedor que estaba en el extranjero o que no notó que tenía un crédito
o el acreedor atrasado. Pero a ellos la ley no los priva del derecho de ser acreedores concurrentes, sin
embargo, se les coloca algunas cortapisas.
Hay que tener claro que los acreedores súper-preferentes no tienen que verificar sus créditos, no
participan de este orden, sino que se entienden administrativamente o comercialmente con el síndico, a
él le presenta los antecedentes y si el síndico no llegase a coincidir con lo dispuesto por el acreedor
súper-preferente, no es la verificación de créditos la forma para hacer valer sus obligaciones por los
tribunales, sino que es la acción específica que corresponda, de acuerdo a lo que se está pidiendo, y es
un juicio paralelo al juicio de Quiebra, donde se demanda el patrimonio del fallido representado por el
síndico.
Para que el acreedor súper-preferente esté seguro que los bienes del fallido no se repartan a los demás
acreedores, puede resguardarlos de dos formas: (i) por la vía de medidas conservativas del derecho
(precautorias) sobre la Quiebra respecto de los créditos súper preferentes o (ii) por la vía del crédito
condicional (el resto de los acreedores deben abstenerse de repartir bienes, mientras no exista una
sentencia ejecutoriada que declare la preferencia de este acreedor).
Todos los demás acreedores sí participan de la verificación de los créditos, de hecho están obligados a
hacerlo de acuerdo al artículo 131 de la Ley de Quiebra. Los preferentes y privilegiados que lo eran al
momento de la declaratoria, también participan de la verificación.
Hay que recordar que todo lo que dice relación con la determinación, impugnación y pago de los
créditos, viene después de la publicación de la nómina, que es necesariamente presidida del cierre del
período ordinario.
Entonces, para continuar con el período extraordinario, que es el de los acreedores atrasados, estos
tienen de todas maneras el derecho a pasar de ser acreedores concursales a concurrentes, con algunas
restricciones, que son obvias, como por ejemplo el hecho de que estos acreedores para los efectos de de
trabar la litis y hacer valer su acción de cobro, deben notificar a terceros necesariamente, y ellos deben
costearse la publicación especifica de su verificación extraordinaria para los efectos de que los demás
vengan a impugnar los créditos. No como en el período ordinario concursal, que es mediante la
publicación y así notificación de la nómina cuyo costo se lo lleva el deudor, la cual hace el síndico. En
cambio, el acreedor extraordinario tiene la carga de costear los gastos de publicación y por ende
notificación a los restantes acreedores.
Una restricción relevante es la del último momento hasta el cual el acreedor extraordinario es aceptado
en términos prácticos: hasta el minuto previo al último reparto que hace el síndico.
Existe una regla muy especial en los artículos 153 y 154 de la Ley de Quiebra, que se refiere a la
“preferencia” que tiene el acreedor extraordinario para recuperar su participación en los repartos
anteriores, pero esa preferencia está limitada, pues sólo es sobre los bienes que faltan por repartir.
Entonces, la masa le debe al acreedor que verifica extraordinariamente.
Es algo así como que el acreedor que verifica extraordinariamente tiene derecho a recuperar los pagos
de los cuales tenía derecho con respecto a los pagos anteriores; si este acreedor extraordinario verifica y
representa al 10% de la masa y antes que él entrara se habían repartido $100, prácticamente la masa le
debe $10, de los repartos anteriores. No se le pagaron porque llegó tarde, pero los $10 deben
reponérsele. El síndico entonces cuando lleguen los próximos $10 no reparte a todos los acreedores,
sino que primero pone al día a este acreedor extraordinario. En el caso en que el síndico sólo
consiguiera $5 y no hay más bienes para repartir, este acreedor extraordinario sólo va a poderse poner
parcialmente al día, por no verificar ordinariamente. Pero él tiene una preferencia para reponerse
respecto de los repartos anteriores, pero esta preferencia está limitada a los bienes que quedan por
repartir.
Un detalle relevante es la cuestión del IVA, con una mecánica bien interesante. Aquel que quiera
recuperar el IVA mediante la emisión de notas de crédito por parte del síndico, sólo puede hacerlo en el
período de verificación ordinaria, esta es una regla especial prevista por la ley de Quiebras que en
definitiva le entrega o traslada el privilegio que tiene la Tesorería General de la República para recuperar
los IVA no pagados al deudor, se lo traslada a los acreedores que han exigido sus prestaciones y han
emitido facturas y a ellos no se les ha pagado la cuota del IVA que va involucrada en sus facturas. Para
dicha cuota de IVA, la ley genera un mecanismo para devolvérsela o restituirla a los acreedores, no
mediante el pago, sino mediante la generación de un crédito fiscal. Esto sólo beneficia a los acreedores
que han verificado en el período ordinario y jamás a los extraordinarios.
CLASE 23: 8 de mayo de 2013: PARO // CLASE 24: 9 de mayo de 2013: PARO.
Una de las grandes diferencias entre verificar ordinaria y extraordinariamente es la cuestión del IVA.
Hay una ley especial que establece un mecanismo a partir del cual el IVA puede recuperarse por parte
del acreedor en la quiebra, mecanismo que solo operará respecto de verificaciones ordinarias. Este tema
del IVA parece ser un apéndice pero es muy demostrativo acerca de cómo funciona el derecho
concursal.
El IVA pretende partir gravando un bien en función de la diferencial de estos valores y va haciendo
afectaciones a cada uno de los tramos en donde hay un mayor valor del bien. EL hecho gravado en
materia de IVA típicamente es el concepto de VENTA, que en realidad no tiene que ver con la venta
civil, sino que con la venta para efectos tributarios, esto es, en el sentido de que hay un titulo traslaticio
de dominio y hay toda una tesis detrás a propósito de qué constituye o no venta. Pero lo importante es
que lo que pretende afectarse con el IVA es el mayor valor que se agrega en una venta.
Cuando yo tengo un hecho gravado de una venta que se hace por 100, determino que pago 20 por el
IVA. Esto significa que el comprador no paga el precio original que es el precio neto, sino que paga dos
eventos distintos: el precio de la cosa para el productor y paga el impuesto que el productor (u otro
intermediario) tiene que enterarle al fisco (o sea, el productor pasa a ser un retenedor de dicho impuesto
y debe pagar esta cuota en un periodo de tiempo determinado). El IVA es un impuesto de base
mensual, por tanto toda recaudación que haga el intermediario por cuenta del fisco debe pagársela un
día determinado del mes: el 12 de cada mes en Chile. Entonces técnicamente este productor vendió en
100, recibió 120 y esos 20 debe pagarlos al fisco el día 12 del mes siguiente.
El señor que está vendiendo en 350, y se le agrega el 20% por IVA va a recibir 420, recibirá 350 del
valor neto y los 70 deberán enterarse al fisco. Así funcionaría el IVA si es que no miráramos la tratación
del precio. Si lo miramos así (si es que siempre calculamos y pagamos el 20%) no estamos pagando un
impuesto sobre el valor agregado sino que estaríamos pagando un impuesto sobre el valor bruto en
cada momento de la cadena de venta o en cada transacción. Porque en este caso un señor pagaría 20,
otro señor pagaría 30, otro señor pagaría 50, otro 70 y otro pagaría 1000. Entonces en esta cadena el
fisco recibiría una cantidad de dinero mucho mayor que la diferencial de los valores.
Por eso es que hasta aquí solo hemos mostrado la carga tributaria que significa la retención y el pago y
nada más. Pero el señor que está vendiendo en 350, tenemos que recordar que el compró a otro
intermediario por 250, más los 50 pesos que pagó por concepto de IVA. Entonces el señor de la cadena
anterior recibió 300 y pagó 50 al fisco.
El intermediario que vende en 350, retendrá 70 por concepto de IVA. Pero este mismo señor cuando
compró el bien en 250 ya pagó 50 por concepto de IVA al intermediario anterior de la misma cadena,
por ello cuando esta persona vaya a devolver el IVA que él retuvo por la venta que realizó por 350 va a
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Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 25: 14 DE MAYO] Apuntes de Clases
imputar a esa devolución (70) lo que ya pagó por efecto de IVA al intermediario anterior (50), o sea
solo terminará pagando 20 pesos. Esta mecánica es la que nos permite decir que técnicamente se está
pagando un impuesto al valor agregado y no al valor bruto. Entonces el monto que se debe pagar por
concepto de IVA es la diferencia entre el crédito fiscal (los 50 pesos) y el débito fiscal (los 70 pesos).
Qué pasa cuando uno de los intermediarios cae en quiebra: el que vendió en 300 (250 más 50 de IVA) a
otro señor y este no le pagó esos 300 porque de súbito cayó en quiebra, tiene una situación de crédito
porque escribió una factura por 300 que no se le pagaron. Lo que ocurre es que el señor que emitió la
factura (el acreedor) emitió la factura por dos conceptos: emitió una factura por el valor que quieren
que le paguen para sostener sus costos y generar su utilidad (los 250) y emitió una factura por concepto
de IVA (los 50). El señor que emitió una factura que no le han pagado, a él le están debiendo una
cantidad de dinero que no obstante de todas formas él tiene que pagarlo al fisco el día 12 del mes
siguiente.
Entonces aquí ocurre una situación de injusticia porque el fisco no está tomando el riesgo del crédito
del deudor insolvente. El fisco se beneficia porque recibe lo percibido por IVA con cargo al agente
retenedor quien está soportando no solo el riesgo de crédito por su ingreso sino además el riesgo del
crédito como retenedor. Por esto mismo, el acreedor tiene más razones para ir a cobrar al deudor
fallido: para recuperar el propio crédito y para recuperar el pago de dicho impuesto. Por esta razón
existe una norma legal que permite a los acreedores de un deudor fallido recuperar la parte del IVA
involucrado en sus facturas de venta y que genera una mecánica a partir de la cual dicha norma le
impone la necesidad de verificar ordinariamente, señalando de forma separada el valor neto de lo que se
le adeuda, de lo que se le adeuda por IVA.
El fisco de Chile que ha recibido anticipadamente estos 50 no es acreedor del deudor fallido porque la
carga la está soportando el retenedor (él es el sujeto pasivo del impuesto). Entonces lo que ocurre es
que el fisco para beneficiar al acreedor del pago de esos 50 le dice a este señor que vaya a la quiebra y se
entienda con el síndico. El síndico le emitirá una NOTA DE CRÉDITO FISCAL, esto es, se emite una
nota a favor del acreedor por el mismo valor del impuesto pagado de tal manera que este impuesto que
había sido anticipado por el agente retenedor al fisco, vuelve a recuperarse como un vale o una nota
que permite imputarla al pago de impuestos fiscales. De esta manera, es el fisco de Chile el que en la
práctica se convierte en acreedor por esta nota de crédito emitida por el síndico. Hay una suerte de
recuperación de la justicia para evitar el enriquecimiento sin causa.
Antes de la emisión de la nota, si se mira desde el punto de vista del balance del deudor insolvente, este
señor tenía un pasivo de 250 por el valor neto de la factura y un pasivo de 50 por concepto de IVA.
Esta es la situación anterior a la emisión de la nota de crédito. El fisco crea un sistema por el cual al
acreedor sigue teniendo el riesgo por su propio negocio y el fisco de chile le paga a este acreedor
mediante la emisión de esta nota de crédito, que se llama nota de débito, en la jerga de los síndicos. Lo
que se hace entonces es sustituir el fisco al señor acreedor.
A su turno, el acreedor no recibe dinero, sino que recibe una nota que es posible imputar a los
impuestos que tenga que pagar en el futuro, por tanto la recuperación no es perfecta ni es absoluta
porque no lo pone en la misma situación anterior, pero al menos es un mecanismo de alivio por el cual
el fisco reconoce esta situación de injusticia.
Desde el punto de vista de la Tesorería, se invierten las cosas porque el agente retenedor corrió un
riesgo por un valor que no le pertenece, por lo que el fisco asume su rol de acreedor por medio de la
emisión de la nota de crédito fiscal.
Es importante repetir que esta posibilidad se da respecto de los acreedores que verifiquen en periodo
ordinario y nunca en periodo extraordinario.
Uno de los grandes problemas de esta solución es que el crédito fiscal es un beneficio personalísimo
asociado a un rut, por lo que no se puede trasladar de un patrimonio a otro. Además el que gaste más
de lo que venda no tendrá que pagar impuestos y por tanto nunca podrá ocupar dicho crédito fiscal. El
acreedor que verifica extraordinariamente lo que hace es conservar su rol de acreedor respecto del
monto que pagó por concepto del IVA.
Si es el retenedor el deudor insolvente, entonces no hay problema porque entonces el deudor deberá lo
que retuvo por IVA y como el fisco es acreedor preferente no tendrá problemas para pagarse por ese
monto.
Obligación de verificar.
Una pregunta recurrente de los autores es si existe la obligación de verificar para todos los acreedores.
La postura de la cátedra es que todos los acreedores tienen el deber de verificar sus créditos siempre.
El problema se presenta en el texto positivo, porque hay normas contradictorias en esta materia. Así el
artículo 131 del Código de Comercio:
“Todos los acreedores residentes en el territorio de la República, sin excepción alguna, tendrán el plazo de treinta días, a
contar de la notificación de la declaración de quiebra, para verificar sus créditos y alegar sus preferencias ante el tribunal
que conozca de ella”
Lo relevante es que este artículo sienta un principio general de que todos los acreedores de la quiebra
tienen la obligación de verificar. El problema se presenta más adelante con el artículo 148, el cual
incurre en una serie de ideas que llevan a conceptos discutibles:
“Los créditos a que se refieren los números 1 y 4 del artículo 2472 del Código Civil no necesitarán de verificación, salvo
los señalados en el inciso siguiente”
Luego, el art. 131 parece contradictorio con este otro artículo porque el primero dice que se debe
verificar sin excepción alguna. En el art. 148 LQ se señala que no es necesaria la verificación en ciertos
casos: art. 2472 n° 1 (las costas judiciales que se causen en interés general de los acreedores) y 2472 n° 4 (Los gastos
en que se incurra para poner a disposición de la masa los bienes del fallido, los gastos de administración de la quiebra, de
realización del activo y los préstamos contratados por el síndico para los efectos mencionados).
Aquí hay que tener cuidado porque la falta de minuciosidad de las normas del Código Civil y las normas
del Código de Comercio en materia concursal es enorme. Todo lo mencionado a partir de los criterios
en materia de quiebra y todo lo dicho sobre las super preferencias está en terrible riesgo por esta norma
porque la parte final del n° 4 habla que los préstamos contratados por el síndico posteriores a la quiebra
son de primera clase y no son super preferentes como nosotros dijimos. Sin embargo esto hay que
entenderlo bien porque los art. 102, 109 y 112 sí establecen que estos préstamos provenientes de la
continuidad de giro son super preferentes. Sin embargo, estos préstamos a los que se refiere el n° 4 son
hechos para solventar gastos en que se incurra para la realización del activo, entonces esos gastos no
son realizados con motivo de la realización de giro, sino que es un gasto administrativo propio del
sindico, que se irrogará de todas maneras (son gastos para la administración de la quiebra).
Luego, estas normas que son gastos de la quiebra o que beneficiaron a la quiebra (como las costas
judiciales para poner en quiebra al deudor), son gastos necesarios para desenvolver la quiebra y por ello
no créditos son súper preferentes, porque no son para la continuidad del giro.
tiene necesariamente que ser verificado para que luego entre en la nómina de créditos reconocidos para
que más tarde sirva a la lógica del reparto entre los acreedores que tiene que hacer el síndico, porque si
esto no lo hacemos así el síndico no tendrá cuenta o respaldo de lo que está gastando de los dineros
que obtiene de la realización de los activos de la quiebra (no le coincidirán los ingresos con los egresos
de la quiebra)
Por tanto, las normas que parecen decir que no es necesario verificar, en realidad quieren decir que que
no es necesario esperar la verificación para pagar a dichos acreedores, no obstante la obligación de
verificar de los acreedores. La norma del 148 dice además que “los créditos mencionados en el n°5 del mismo
artículo (art. 2472) serán pagados con cargo a los primeros fondos del fallido de que se pueda disponer,
administrativamente, siempre que existan antecedentes documentarios que los justifiquen y aún antes de su justificación“.
Aquí se dice que se pague administrativamente y antes de la verificación, pero nunca está eximiendo a
estos acreedores de la obligación de verificar. Lo hace porque se habla de remuneraciones de
trabajadores y los trabajadores son la parte más débil y la idea es no perjudicarlos. Pero aquí hay una
aparente contradicción, pues el art. 148 dice que estos créditos se podrán pagar administrativamente
incluso antes de la verificación, siendo que vimos que los del n°5 de la primera clase tendrán menor
preferencia que por los créditos números anteriores (1, 2, 3 y 4). Esto pasa porque hay otra norma del
art. 148 dice que “Al efectuar los pagos preceptuados en los incisos tercero y cuarto, el síndico cuidará que el monto del
saldo del activo sea suficiente para asegurar el pago de los créditos de mejor derecho”. Por tanto, esta norma del art.
148 se pone en la lógica de los más débiles en la quiebra pero NUNCA los está eximiendo de la
estructura que hemos visto sobre preferencias. En la práctica lo que hace el síndico es exigir que se deje
algún título de verificación para proceder al pago administrativo.
Otro tema en cuanto al pasivo es que al momento de la verificación podemos encontrar acreedores:
- Que no tienen nada y que tienen que ir por vía declarativa ordinaria
Estratégicamente los acreedores tienen la opción de definir qué hacer frente a una quiebra. En materia
de quiebra, no se está llamando a solo los acreedores que puedan ejecutar porque tengan títulos
ejecutivos, sino que a todos los acreedores, lo cual supone renunciar a la prolijidad que teníamos antes
de la quiebra.
La discusión que se abre en cuanto a si la sentencia que resuelve sobre la impugnación tiene o no
efecto de la cosa juzgada: aquí hay un gran malentendido por parte de los autores, por tanto es difícil
llegara a una conclusión prístina. Se debe distinguir:
(i) la sentencia que rechaza la impugnación o que acepta la verificación del crédito necesariamente
genera efecto de la cosa juzgada en su sede activa (esta es la acción de cosa juzgada que permite ir a
cobrar lo que me deben, en contraposición a la cosa juzgada pasiva que es la excepción de cosa juzgada
que impide que resuelvan dos veces sobre un mismo pleito). La sentencia que acepta la verificación de
créditos, que rechaza la impugnación y que por tanto incorpora mi crédito a la nómina de créditos
reconocidos, necesariamente tiene un aspecto de cosa juzgada activa porque necesariamente a la
incorporación de ese crédito a la nómina de créditos reconocidos lo sigue una acción de pago de la
obligación correlativa, el síndico está obligado a pagar a los acreedores reconocidos en la nómina de
créditos. Por tanto es muy difícil sostener que no hay cosa juzgada en una sentencia que acoge la
verificación porque de otra manera estaríamos eximiendo al síndico del pago posterior.
(ii) Por el lado contrario, si la sentencia rechaza la verificación del crédito, ¿tiene todavía el acreedor
a salvo su derecho a iniciar un juicio declarativo y obtener una sentencia correlativa donde el objeto
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[CLASE NÚMERO 25: 14 DE MAYO] Apuntes de Clases
pedido o la causa a pedir sea diferente? aquí hay que escarbar, va a depender mucho de las formas y los
argumentos de la impugnación y de cuál fue la materia que se juzgó con motivo de la impugnación de
los créditos. Como el examen de verificación es una cuestión más bien administrativa que jurisdiccional,
el síndico lo que hace es revisar la propia contabilidad del deudor. En este caso, la determinación de si
hay o no fuerza de la cosa juzgada y acción de cosa juzgada es un análisis caso a caso en cuanto a si se
reúne o no la identidad necesaria para tener excepción de cosa juzgada.
Lo que sí queda claro es que el acreedor que elige irse a juicio declarativo y allí se rechaza su acción, ese
acreedor no puede ir a verificar a la quiebra porque se aplican las reglas del derecho común respecto a la
cosa juzgada.
ACTIVO CONCURSAL
En primer lugar la incautación es el acto de conservación del patrimonio del fallido y que se
define en el artículo 94 de la ley de quiebras como el acto en que en virtud del cual, el síndico acompañado, ya
sea del secretario de tribunal, o un notario, o un ministro de fe designado por el juez que conoce de la quiebra, procede a
apoderarse material y jurídicamente, conforme a la ley de los libros documentos y bienes del fallid, y a ponerlos en lugar
seguro, ya que se estima que peligran o corren riesgo al momento de realizar la diligencia. Esta segunda parte esta
demás porque el síndico es personalmente responsable: tiene responsabilidad administrativa, hasta
la culpa levísima de todos los libros y bienes del fallido, por ello sucede que el síndico comparece al
acto y se hace de todos los bienes que hay en el lugar.
Activo de Derecho es todo aquel que conforme a la ley le pertenecería bajo algún título al fallido.
Mientras que el Activo de Hecho es lo que en la práctica el fallido tiene en su poder, todos los libros,
contratos, bienes documentación, en relación con el desarrollo de su negocio . Entonces con la
incautación lo que se busca es lograr una igualdad entre lo que se supone le pertenece al fallido y lo que
se supone que tiene en su poder.
Entonces lo que se busca con la incautación es que el síndico, con el desasimiento del fallido,
pase a ser el administrador de los bienes y tome posesión material de toda la documentación
del fallido para poder desarrollar la administración.
1.- Adoptar de inmediato, en presencia del secretario del tribunal o de un notario o de otro ministro de fe designado por el
juez, las providencias necesarias para recoger los libros, documentos y bienes del fallido y para colocarlos en lugar seguro si
se estima que peligran o corren riesgos donde se encuentran;
Acá se ve una doble vertiente de la incautación, es una (i) obligación del síndico de realizarla
inmediatamente y en contrapartida es la (ii) obligación del fallido de entregar al fallido de poner a su
disposición todos los bienes documentos cartas, en definitiva todo lo que tenga que ver con el
desarrollo de su actividad.
- Que el fallido no tenga relación con la incautación que se está realizando, en cuyo caso, va a
poder luego objetar el inventario y la incautación ante el juez que conoce la quiebra.
- También existe la posibilidad que el fallido haya muerto o se haya fugado, en cuyo caso existe
la obligación de hacer entrega a los colaboradores del fallido. Es importante esta obligación de
los colaboradores ya que en el evento de que no se cumpla se da lugar a la presunción de la
quiebra fraudulenta del art 221, es una sanción bien drástica, de que si se opone o se esconde
para la incautación.
Características de la incautación
Acto de gestión administrativa: es el primer acto que tiene el síndico una vez que ha aceptado el
encargo.
Acto de conservación: tanto jurídica como material del activo concursal. El síndico en definitiva está
dando cumplimiento a una orden emanada del tribunal que conoce de la causa, entonces el tribunal al
ordenar al síndico o su suplente, procede a realizar la incautación inmediata de todos sus bienes.
Acto material ya que el síndico concurre al o los domicilios del fallido para efecto de hacerse de los
bienes.
Facultad jurisdiccional ya que emana del propio juez que ordena al síndico practicar la incautación.
Es propia del síndico ya que el artículo 52 de la ley de quiebras establece que “junto con la declaración de
quiebra, la sentencia designara a un síndico provisional titular o suplente y la orden de que se incauten todos los bienes del
fallido”. Es la primera diferencia entre la ejecución individual y la ejecución colectiva; cuando
hablamos de ejecución individual nos referimos a la ejecución de la prenda e hipoteca de un bien
determinado, distinto es el derecho de prenda en general, acá cuando hablamos de ejecución individual
es un bien ejecutado que es el bien prendado o bien hipoteca acá, es sobre una universalidad de bienes,
que pueden ser objeto de enajenación por parte del fallido. Es colectiva ya que incluye todos los bienes
del fallido y basta para su realización la sola copia de la resolución autorizada de la sentencia
declaratoria de quiebra para poder proceder, es una gestión global para el proceder al proceso de
quiebra.
Efectos de la incautación
Lo que sucede acá es una privación material de los bienes del fallido, al fallido literalmente se le
quitan sus bienes y estos pasan a ser administrados material y jurídicamente por el síndico en su calidad
de administrador, el síndico puede ser auxiliado por la fuerza pública (artículo 52 ley de quiebra), que lo
establece expresamente. El auxilio de la fuerza pública, no se debe solicitar si procede o no, solo basta
que se exhiba la sentencia.
La incautación tiene efectos en general sobre los bienes, pero también tiene un efecto particular
sobre los sujetos, la declaratoria de quiebra y la incautación solamente puede afectar al deudor y al
síndico, pero es inoponible a terceros (sin perjuicio de que en ciertas ocasiones pueda afectar a
terceros), por lo que los deja a salvo para luego exigir la restitución de los bienes. Esto sucede cuando el
fallido tiene bienes que no sean de su dominio respecto de los cuales puede igual tener un derecho -
tenerlo por mera tenencia o bajo cualquier otra calidad- lo que va operar en esa situación es el artículo
700 de Código Civil y la presunción de dominio, lo que va a hacer el síndico es incautar todos los
bienes que encuentra en el domicilio del fallido y luego los terceros van a poder ejercer sus acciones
restitutorias correspondiente ante el juez, para exigir la restitución de los bienes incautados al fallido
pero que el fallido no es su titular.
Hay un vinculo material y directo entre bienes y documentos del deudor, pero pueden existir
casos de tercerización, esto dice relación con aquellos derechos que solo constan en instrumentos,
por ejemplo, no cuenta en la materialidad misma del bien que va a hacer incautado, como puede
suceder en contratos, como derechos que emanan de la celebración de contratos por el fallido.
Si los terceros se encuentran el acto de incautación, pueden solicitar que se deje en el acta
escrita que se levanta de la incautación, sus derechos respecto de los bienes incautados. Esta
norma resulta un tanto inaplicable ya que la incautación es un acto que se produce inmediatamente
después de declarada la quiebra, se produce a más tardar el día siguiente y sucede antes de la
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[CLASE NÚMERO 26: 15 DE MAYO] Apuntes de Clases
comunicación de la quiebra por lo que sucede que no hay forma en la práctica de que los terceros
tomen conocimiento de que la persona que tiene sus bienes tiene calidad de fallido y se le ha declarado
la quiebra, pero si está contemplado.
El objeto o fin de esta constancia en el acta es probatoria, las objeciones que se hagan, solo están
contempladas respecto del acreedor y del fallido, ya que las acciones de terceros están contempladas
más adelante como tercerías de dominio o posesión como corresponda y en eso van a poder
acompañar como medio de prueba la constancia dejada en el acta, no va más allá de eso.
La Corte Suprema ha dicho que contra la incautación no procede la interposición del recurso de
protección, esto ya es jurisprudencia consolidada y de larga data. No corresponde, ya que esa
incautación emana de una orden judicial, hay un juez y un procedimiento que se está conociendo en el
cual se ordenó esa incautación y produce el problema de que atenta contra el debido proceso, ya que
pueden existir dos sentencias contra un mismo asunto y eso hace inaplicable una u otra sentencia.
2.- Formar, a más tardar al día siguiente hábil y en presencia del secretario del tribunal, de un notario o de otro ministro
de fe designado por el tribunal, inventario de todos los libros, correspondencia, documentos y bienes del deudor, debiendo
dejar constancia del estado de las maquinarias, útiles y equipos, para lo cual podrá hacerse acompañar de una persona
especialmente técnica atendido el giro del fallido. Igualmente, deberá dejar constancia de todo derecho o pretensión
formulado por terceros en relación con los bienes inventariados.
La incautación se hace en presencia de ministro de fe que por lo general, puede ser el secretario del
tribunal, un notario, o bien otro ministro de fe designado por el tribunal, que por regla general va a ser
un funcionario del tribunal u otro secretario. Así mismo, es necesario que en la incautación también
concurran fiscalizadores de la Superintendencia que para esos efectos es necesario que previo a la
incautación y al menos tres horas antes de que se proceda a la incautación el síndico tiene que notificar
por escrito a la Superintendencia de que va a practicar dicha diligencia, el nombre de la quiebra, el
nombre del síndico, la fecha hora lugar o lugares, donde se va a practicar la incautación, para efectos de
que la Superintendencia también concurra en ese acto.
La incautación se puede practicar en uno más domicilios del fallido, obviamente no va a ser
simultáneo sino sucesivo, esto es cuando en una sociedad existen varias sucursales o casa matriz y
sucursales. En relación con el domicilio particular del fallido, existe discusión en la doctrina de si
corresponde o no practicar la incautación ahí, por lo que no existe una decisión clara de si procede
o es legítimo o no.
La incautación también puede tener lugar en domicilios de terceros (Puelma).Si bien antes dijimos
que todo el proceso de incautación tiene efecto relativo (solo afecta al síndico y al fallido), existen casos
en que también se puede afectar a terceros, esto Puelma lo funda en el sentido que es obligación de los
terceros acercarse al síndico, antes de tercero día y hacer entrega de todo antecedente y hacer pago de
todas las deudas que tenga respecto del síndico y se encuentran inhibidos de poder hacer cualquier
actuación de estas al deudor una vez declarado en quiebra, entonces lo que hace Puelma fundándose en
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esa norma es establecer que el síndico, si bien sabe que existen bienes del fallido en poder de terceros,
puede ir donde esos terceros a exigir la entrega de los bienes y el tercero no se podría negar de dicha
entrega.
Una vez exhibida la sentencia que declara la quiebra del fallido, nace la obligación del síndico de
levantar acta, donde se indique la hora, fecha, lugar, hora de inicio y de termino de la actuación que se
está desarrollando y además señale quienes han comparecido al acto de incautación, los fiscalizadores
de la Superintendencia, terceros (lo que es poco probable) el fallido o su representante, el síndico,
ministro de fe. Esta acta tiene que ser suscrita por el síndico y el ministro de fe y luego se deberá
agregar al proceso, al expediente material de quiebra.
Incorporación del acta al expediente: la incorporación del acta que se levanta al expediente mismo,
es conjuntamente con el inventario agregado al expediente. Esta agregación tiene importancia
practica para efecto de la observación y objeciones que se hagan al inventario que se practique
especialmente cuando no hayan bienes que incautar, ya que en ese caso se produce un periodo plazo en
que el síndico dará cuenta de su gestión y se dará paso al sobreseimiento temporal de la quiebra.
En relación con los casos particulares, veremos determinadas actuaciones; si el fallido ejerce una
actividad comercial es obligación del síndico proceder al cierre de los libros comerciales, el cierre
significa que el síndico va a concurrir a el cierre de los libros de comercio que debe tener por obligación
legal el comerciante y una vez en la última anotación debe realizar una línea hacia abajo dando cuenta
que de ahí en adelante no se puede realizar ninguna actividad directamente por el fallido eso es con los
libros materiales, con el libro digital lo que tiene que hacer el síndico es realizar cualquier información
que ha ingresado el fallido y tomar número de identificación dar cuenta de eso y que desde ese número
en adelante no se ha desarrollado respecto de esa documentación ninguna actividad, si no se encuentran
bienes opera lo que dice el art 27 numero 4.
Si existen bienes que no son incautables, como bienes intangibles, derechos reales y personales, que
obviamente no se pueden incautar, lo que se incauta es la materialidad de esos derechos, donde constan
y en el inventario expresamente se deja expresamente a quien corresponden esos derechos quien es el
deudor, el acreedor y el documento que justifica ese bien incorporal.
Si en el futuro aparecen nuevos bienes objeto de incautación es obligación del síndico dar cuenta y
proceder nuevamente con lo que hemos señalado. El procedimiento que se sigue para la ampliación es
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el mismo que la incautación, incluso pueden haber terceros o el fallido que entreguen bienes que no
están dentro del inventario y que son objeto del inventario, lo que tiene que hacer el síndico es levantar
un acta y esa agregarla dentro del expediente en conformidad con lo que hemos visto del procedimiento
de incautación.
Una vez realizada la incautación de los bienes el síndico tiene dos posibilidades una es optar
por cuál de las dos es lo más provechoso para el interés de la masa de acreedores, para la quiebra, y
puede decretar la continuidad provisional del giro total o parcial y en ese caso solo podrá ejecutar actos
que tienden a facilitar la realización de los bienes y preparar la liquidación progresiva de los mismos
salvo que existieran causas graves que justifiquen y permitan realizar la continuidad efectiva y
progresiva del giro. Si el síndico determina que para la masa de acreedores no es beneficioso decretar la
continuidad provisional, lo que va a hacer el síndico es que hasta la primera junta de acreedores va a
cerrar bajo llave toda la documentación que ha recibido y la actividad del fallido va a quedar estancada,
hasta la primera junta de acreedores, la que va a decidir respecto de la misma, según las
recomendaciones del síndico. Entonces van a haber dos alternativas, una que se determine la (i)
continuidad provisional del giro, ya sea total o parcial o bien de que lo que haga el síndico es (ii)
cerrar bajo llave toda la actividad del fallido hasta que se realice la primera junta de acreedores.
2. La segunda obligación del síndico es formar, a lo más, el día siguiente hábil y en presencia del
secretario del tribunal del notario o ministro de fe designado por el tribunal un inventario de todos los
libros correspondencias y documentos y bienes del deudor, debiendo dejar constancia del estado
de las maquinarias y equipos para lo cual podrá hacerse acompañar de una persona técnica atendiendo
al giro del fallido, además debe dejar constancia de todo derecho de terceros de los bienes
inventariados. Se debe dejar cuenta detallada de todos los bienes y cantidades y característica, esto es si
es dinero debe decir la cantidad, debe pasar ciertos bienes, su cantidad, estado de conservación y
levantar un acta detallada de todo lo que encuentre y esa acta debe ser firmada por el síndico y se
incorporara al proceso (artículo 94).
3. La tercera obligación es agregar al inventario los autos a más tardar al día siguiente de su
realización, esto tiene relación con dar aviso o notificación a las partes, esta notificación por aviso
tiene por objeto, que el fallido o acreedores puedan hacer sus observaciones en el plazo de 15
días.
El inventario, se tiene que formar tan pronto como se haya realizado la diligencia de incautación y es un
inventario de los bienes que han quedado a cargo del síndico y de su administración. No se deben
incluir en el inventario los bienes en poder de tercero que no reconozcan poder del fallido, por que
como dijimos, bajo esta interpretación de Puelma, todo tercero al cual se le soliciten la entrega de
bienes en donde se tenga algún derecho el acreedor, debería entregarlo atendido a su obligación de
hacer luego de publicación de todo lo que consta en su poder y que corresponden en dominio al fallido.
Tampoco deben ser objeto de inventario los bienes inembargables por regla general del Código Civil.
El inventario sí incluye bienes reivindicados a terceros que se encuentran en poder del fallido
(art 700 del Código Civil y la presunción de dominio). Lo que dice Osvaldo Contreras en relación a
ese mecanismo contemplado en la ley, es que resulta inoficioso por cuanto el derecho que tienen
terceros de dejar constancia en el acta, puesto que no tiene acciones en el procedimiento de la quiebra y
eso es solo una facultad que se le concede a los acreedores y al fallido y los terceros solo tendrán acción
reivindicatoria y tercerías, entonces lo que la norma otorga es solo un medio para dejar constancia de la
objeción de los bienes inventariados, pero no va a producir efectos propios en la quiebra, más allá de
dejar constancia del derecho que se reclama.
Ahora, el inventario también tiene efecto relativo, así como la incautación solo produce efectos
frente al fallido y sus acreedores, por cuanto serán ellos los que en el plazo de 15 días publicado por
aviso, y la realización del inventario podrán realizar sus observaciones u objeciones a lo practicado por
el síndico, solamente ellos legitimados, todos los bienes inventariados se entienden bajo la
responsabilidad directa personal y administrativa del síndico, y responde hasta por culpa levísima,
entonces es muy raro que el síndico deje los bienes en un lugar donde el no esté seguro que será un
lugar donde puedan correr peligro, tiene que ser un lugar apto, para poder conservar su integridad y el
estado en que se encuentran al momento de la incautación.
Cuando el deudor solicita su propia quiebra, conforme al artículo 41 de la ley está obligado a
presentar un inventario o detalle de todos sus bienes. Lo que esto busca no es limitar o restringir la
facultad o derecho del síndico, sino facilitar la incautación y la realización del inventario pero de todos
modos el procedimiento será el mismo, será un antecedente más, pero el sindico de todos modos va a
tener que comparecer y levantar su propio inventario.
En cuanto a las obligaciones, el inventario es una obligación que se tiene que realizar inmediatamente
asumido el cargo, posterior a la incautación y en presencia de un ministro de fe y adoptar todas las
providencias necesarias para evitar el peligro de libros bienes y documentos del fallido, realizar un
inventario provisorio dejando constancia del estado de los libros, y de todo derecho y reclamación
realizada por terceros, agregar a lo más tardar al día siguiente al expediente, la resolución que tenga por
agregado autos en inventario es para dar aviso, que es como el régimen estándar para asegurar la
publicidad a terceros de lo que se realiza en un procedimiento y el propósito es el mismo: dilucidar la
masa de bienes de la quiebra de todo lo anterior se debe dejar constancia en el expediente y en esa
constancia se debe remitir copia a la Superintendencia de Quiebras, la cual irá supervigilando
todo este proceso y que se vaya realizando conforme a derecho.
Ahora, para cumplir de mejor forma la realización del inventario, el síndico puede realizar según sus
facultades del artículo 27 nº 3, del a ley esto es, requerir al fallido que le suministre toda la
información necesaria, abrir la correspondencia del fallido con autorización del tribunal y
retener cartas y documentos que tengan relación con el negocio, más que una facultad es una
obligación legal que tiene el síndico de mantener en su poder toda la documentación que ha sido
incautada e inventariada que tiene que ver con la quiebra. Esta obligación se extiende más allá incluso
una vez terminado el proceso de la quiebra, la regla es que el síndico tiene esta facultad de retener hasta
un año después de ejecutado el fallido y dictada la sentencia de quiebra, toda la documentación que fue
recabada en el procedimiento y cierta documentación especial, tiene un plazo de tenerla por 5 años.
El inventario debe tener toda la descripción de bienes muebles e inmuebles detallándolos uno a
uno, numero especie, medidas expresión de la cantidad y calidad, los títulos de propiedad señalando
escrituras públicas e inscripción que señalen el dominio del fallido.
* Existe una obligación del síndico de que todo los fondos que hayan incautado o percibido en su
gestión tienen que ser depositados en una cuenta separada, para efecto de que ese dinero no pierda su
valor y además debe abrir una cuenta corriente con los fondos indispensables para solventarlos gastos
que con ocasión de su gestión puedan tener lugar.
Tratándose de terceros, los deben ejercer sus acciones personales o reales, del los bienes
inventariados e incautados que se encontraban en poder del fallido, y en el juicio podrán servir de
prueba las alegaciones que han quedado al momento de inventariar los bienes.
Activo de hecho y de derecho son los bienes que integran la masa que componen la quiebra, es decir
son los bienes que son de dominio del fallido y respecto de los cuales la masa ejercerá sus acciones para
satisfacer sus créditos.
Se habla de activo de hecho y derecho para diferenciar lo que según la ley debería forma parte del
patrimonio del fallido, a los bienes que efectivamente están en poder del fallido.
Existen normas que buscan dilucidar la realidad de los bienes que componen la quiebra: artículo 42 y
175 del Ccom., normas que señalan cual es la obligación del deudor de declarar sus bienes que
componen el patrimonio.
Con estas normas queda al descubierto que existe una obligación del fallido de indicar cuáles son los
bienes que componen su patrimonio y una obligación del síndico de hacer una determinación
inmediata de los bienes que componen el patrimonio del fallido.
1. Los métodos principales son la incautación y el inventario (atribución del síndico de hacerse
materialmente en el lugar en el que se encuentran los bienes, hacer un inventario de los mismos
e incautarlos para su seguridad).
2. Administración de los bienes presentes del fallido, pasa de propio derecho al momento de
la declaratoria de quiebra cuando se entrega al síndico la administración de esos bienes.
4. Intervención de los bienes futuros del fallido: distinción de donde provienen estos bienes,
en principio los bienes futuros pertenecen a la masa de acreedores
5. Acciones de integridad patrimonial: busca recuperar bienes que son de dominio del
acreedor que se encuentran en poder o dominio de terceros y que la masa de acreedores busca
reintegra al patrimonio del deudor y para pagarse con ellos
Esta serie de métodos buscan hacer una determinación fáctica real de los bienes que componen el
patrimonio del fallido y respecto de los cuales los acreedores podrán hacer pago de sus acreencias, es
decir, nos permiten llegar a determinar el activo de derecho.
Son acciones que interponen terceros que no son acreedores en la quiebra que buscan sustraer de la
masa que compone el patrimonio del deudor, aquellos bienes que no le pertenecían al deudor pero que
por algún motivo dan la apariencia que si lo fueran. Se trata de bienes que al momento de la quiebra se
encontraban en poder del fallido y que fundándose en la presunción del art. 700 del CC se mira como
que respecto a esos bienes el deudor es el dueño, considerándose en un principio como parte del
patrimonio, pero en definitiva no lo son porque el deudor no tiene un título respecto a ellos o tiene un
titulo de posesión o mera tenencia distinto del dominio.
En relación con los bienes de terceros que se excluyen en principio, tenemos: los bienes inembargables
(establecidos en el CPC y en el CC) y los bienes del tercero en favor del fallido (atender al art. 94 y 98
de la LQ).
Todos los bienes de terceros en poder del fallido, son susceptibles de ser sustraídos de la masa del
fallido, por vías que pueden ser de dos tipos:
1 En este último punto existe una discusión en relación a bienes futuros: se tiende a pensar que los terceros
acreedores son acreedores de la masa y tienen una preferencia en relación a ese activo, ya que ellos no tienen una
relación directa con las actividades que se realizan dentro de la quiebra.
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[CLASE NÚMERO 27: 17 DE JULIO] Apuntes de Clases
Supone como requisito que el fallido sea poseedor del bien y no mero tenedor. Que sea poseedor tiene
relación con el artículo 700 del CC. Cuando el fallido es mero tenedor la acción que procede es la que
corresponde al título que tenía el fallido y no la reivindicatoria.
Esta acción tiene un problema dentro de la Quiebra: no interrumpe la realización de los bienes del
deudor y el juicio de quiebra tiende a ser un juicio relativamente rápido.
Además de la reivindicación ordinaria (art. 85 LQ) Existen acciones reivindicatorias especiales en el Ccom
art. 82 y 83 LQ:
Con esta acción solo se va a poder reivindicar el titulo de crédito siempre y cuando no haya sido pagado
Existen dudas sobre la naturaleza de la acción: si no hay un título traslaticio no hay reivindicación y
ésta (la reivindicación) no procede sobre títulos de mera tenencia. Pero este título de crédito puede
verse incluido fácilmente en esta dinámica de lo que es la incautación y el inventario y así poder sustraer
este título de crédito de la quiebra.
b. Reivindicación de mercaderías (art. 83 LQ) Es una norma similar a la anterior, se diferencia respecto a
los bienes sobre los que recae. Los requisitos de esta acción son:
Existe discusión acerca de si la acción es reivindicatoria o no: como exige que haya sido vendida
bajo un título no traslaticio de dominio, no es una acción reivindicatoria propiamente tal, porque la
acción reivindicatoria exige la posesión como antecesora del dominio y el fallido en este caso es mero
tenedor.
Si las mercaderías hubieren sido vendidas, el propietario podrá reivindicar el precio o la parte del precio
no pagado o compensarlo (aplicación del art. 898 del CC).
Si la mercadería fue pagada o fue compensado el precio de cualquier otra manera, el acreedor solo
podrá pagarse de su crédito entrando en la quiebra, como un acreedor más.
1.b) Acciones Posesorias: los interdictos posesorios se encuentran reconocidos tácitamente en el art.
70 de la Ley de Quiebras. Lo que sucede es cuando el síndico hace la incautación y se integran al
inventario bienes que sean del tercero, este podrá ejercer los interdictos posesorios que correspondan,
que son las acciones de restitución.
Los interdictos posesorios también exigen posesión, excluyendo la mera tenencia y lo principal es que
ellos se tramitan ante el tribunal que corresponda y no en el tribunal de la Quiebra por Regla General,
sin perjuicio que después pueda proceder la acumulación de juicios.
Proceden cuando el fallido es el mero tenedor de los bienes que se encuentran incautados e
inventariados. Como existe este tipo de titulo el tercero no puede ejercer una acción reivindicatoria.
Cada una de estas acciones deben tramitarse de acuerdo al procedimiento aplicable al bien a restituir de
acuerdo a las reglas generales, por ejemplo si existe un bien en arrendamiento se van a aplicar las reglas
del juicio de arrendamiento.
2.a) Tercerías de dominio: Acción especialísima, que sin perjuicio de tener como objetivo restituir
el dominio, su fin inmediato no es la restitución sino que es la exclusión de la cosa del embargo y
por lo mismo la sustracción de la ejecución.
Es una acción declarativa que se dirige a liberar al bien que injustamente fue embargado, siendo el
alzamiento del embargo el único fin propio del ejercicio de esta acción. Se entiende declarativa porque
el embargo solo es válido cuando se traba sobre bienes que en dominio corresponden al fallido. Se
busca el alzamiento del embargo, fundándose en que el embargo se trabó sobre bienes que no
pertenecen al deudor.
Las tercerías de dominio son muy útiles porque suspenden la ejecución respecto de los bienes sobre
las que ellas inciden, por lo que tienden a ser más útil que las restitutorias propiamente tales.
Hay que hacer una distinción de acuerdo al momento en el cual se ejerce: puede ser con anterioridad o
posterioridad a la declaración de quiebra. El art. 85 inciso segundo de la ley de quiebra se refiere a
las tercerías de dominio y señala que las tercerías de dominio que se encontrarán iniciadas al momento
de la declaración de quiebra y continuarán desarrollándose en conformidad al procedimiento que
corresponde. Aquí puede encontrarse una especie de contradicción en relación al art. 70 inciso final que
establece que la sentencia de quiebra produce el efecto de alzamiento de todos los bienes trabados, pero
aquí lo que se señala que lo que se sustituye es el embargo por el desasimiento.
Los procesos ejecutivos mantienen independencia con la quiebra y por lo tanto el procedimiento que va
a seguir la tercería va a corresponder a las reglas generales de esa tercería y no del juicio ejecutivo. Lo
que sí se va a acumular es el tribunal, que será el mismo que conoce la quiebra, pero en un juicio
separado del juicio de quiebra.
Existe una discusión respecto a si son admisibles las tercerías una vez declarada la quiebra. La
ley no señala nada al respecto, sin embargo, la mayoría de la doctrina señala que son acciones
admisibles una vez declarada la quiebra. Antiguamente y hoy una parte de la doctrina, señala que son
inadmisibles porque el legislador nada ha dicho sobre ellas una vez declarada la quiebra y a su vez la ley
concede a los terceros la acción reivindicatoria de modo que tienen una acción para restituir su
dominio. El art. 5 de la Ley de Quiebras señala que toda acción en el juicio de quiebra se tramita como
incidente y que como en la quiebra no existe embargo no podría ejercerse una tercería de dominio.
Bajo el presupuesto de que las tercerías son admisibles es necesario entender bajo que norma
procedimental se van a regir, materia en la que existen 3 posturas:
(i) Art. 521 CPC: señala que dentro de los juicios especiales las normas que se aplicarían serían las
del juicio ordinario pero sin replica ni dúplica (proceso general para la tercería de dominio). Los que
estiman que esta posición es la correcta, se fundan en que esta norma es la que establece la
regulación de la tercería de dominio, lo que resulta impracticable ya que se seguiría para ello la
tramitación de un juicio ordinario que, como juicio de lato conocimiento, llegaría a la dictación de
una sentencia mucho después de los plazos de la quiebra, o sea los bienes estarán ejecutados pero
no habrá sentencia acerca de la tercería, entonces se produce un doble efecto perverso: no se
protege el bien, de modo que el bien podrá ser ejecutado y además va a retrasar la quiebra en sí
mismo.
(iii) Art. 680 del CPC, juicio sumario. A pesar de estar establecidos bajo un título que regula
especialmente una situación, estas normas son generales, ya que dicen relación con cualquier
cuestión que tiene que ser resuelta rápidamente, lo que se condeciría con las normas de la quiebra
en la práctica si se aplicaran las normas del procedimiento incidental o del juicio sumario daría lo
mismo, ya que al ser procesos rápidos permitirían que se llevaran a cabo dentro de los plazos de la
quiebra
Restitución administrativa:
Existe una discusión que dice relación con que si un tercero puede solicitar al síndico que se le
restituyan los bienes que se encuentran comprendidos dentro de los bienes inventariados e incautados
respecto de los cuales podrían existir antecedentes sobre que el fallido no es el titular, po o bien si el
sindico podría excluir de la incautación de bienes que se encuentran en posesión del fallido.
Esto es muy doctrinario, porque no hay una norma que lo regule, pero en definitiva el sindico es el
encargado de la administración y no de la disposición bienes y por ello no tiene facultades para restituir
(que puede entenderse como un acto de disposición) o para no incautar un bien que se encuentra en
poder del fallido al momento de la restitución. Si así lo hiciera se entendería que el síndico se estaría
extralimitando sus funciones, ya que estaría ejecutando un acto de disposición y a él solo le
corresponde la administración de los bienes.
No está tratado expresamente, pero se podría entender que si la Junta de Acreedores autoriza al síndico
(a ella si le corresponde facultad de disposición de los bienes) si sería procedente la restitución, por
ejemplo, a través de una transacción, donde el tercero renuncie al ejercicio de las acciones.
Cuando se produce la apertura de la quiebra, ¿qué bienes quedan afectos al desasimiento? hay una
discusión respecto a los bienes pasados, los presentes y los futuros.
Por regla general cuando un deudor sabe que va a sobrevenir su quiebra, quiere evitar que realicen
todos sus bienes, por ello, enajena los bienes de su patrimonio a través de actos simulados, actos
gratuitos a sus familiares, con la finalidad de que ellos salgan su patrimonio y cuando se acabe la
quiebra, regresarlos nuevamente a su patrimonio.
Por eso son tan importantes las acciones de reintegración patrimonial, tales como:
1.- Acción pauliana civil: establecida en el código civil, artículo 2468 CC.
2.- Acción pauliana concursal: que es la misma civil que de acuerdo al artículo 75 de la ley de quiebra tiene
aplicación directa dentro del juicio de quiebras.
3.- Acciones revocatorias concursales especiales: revocatorias concursales pero con reglas especiales establecidas
en la ley de quiebras.
La finalidad de estas acciones, es dejar sin efecto los contratos ejecutados por el fallido en fraude o
perjuicio de los acreedores, y los reintegra a la masa, para que con posterioridad estos bienes se puedan
realizar y pagarle a los acreedores.
El acto sigue siendo ley para las partes, pero este acto era inoponible para los acreedores. Otro motivo,
es que la acción de inoponibilidad no podía ser ejercida por las partes, porque ellas no tenían motivos
para hacerlo, así sólo pueden ejercerla los acreedores.
2.- Son de carácter personal y no real: para determinar si una acción es real o personal hay que ver
cuál es el derecho del que emana la acción. Alguna vez se dijo que se trataba de una acción real porque
tiene por finalidad la restitución de un bien que estaba fuera del patrimonio de la quiebra, opera como
una restitución. Sin embargo, el derecho del que nace la acción restitutoria, es un crédito, el derecho a
crédito del acreedor, por medio del cual puede ejercer esta acción, con el fin de lograr la inoponibilidad,
la finalidad no es restituir el bien, y por lo tanto hacer la ficción de que el bien nunca salió del
patrimonio.
Surgen muchas preguntas respecto a esta acción paulina civil y a la pauliana de la ley de quiebras.
Primero se discutió si había una identidad jurídica entre ambas:
(i) algunos dijeron que eran la misma acción, sólo que se trasplantaba del ámbito civil al
ámbito concursal (Contreras).
(ii) Otros dijeron que no, que son acciones distintas y por eso están establecidas con
características distintas.
(iii) Puga, por su parte, establece una tesis intermedia, dice que el fundamento último y la
finalidad de las 2 acciones es la misma: proteger la par condictio creditorum, y la finalidad de la
acción es la inoponibilidad. Sin embargo, estima que responden a tradiciones distintas, y de
ellos se derivan las diferencias, la civil proviene del derecho romano, la concursal del derecho
estatutario italiano de la edad media.
4.- Para Puga, la situación de la acción concursal es objetiva, porque para efectos de esta se
eliminaron todos los aspectos subjetivos dela civil, es decir, solo es relevante proteger la par condictio
creditorum, en contraposición a la civil, donde existe un factor subjetivo (por regla general se exige que el
deudor haya tenido conocimiento del mal estado de los negocios, y en el caso de actos onerosos, se
exige este conocimiento también de parte de terceros).
La importancia de la acción pauliana civil es que a partir del artículo 75 LQ va a tener un carácter
subsidiario en el concurso, esto se dará en 3 casos
1.- Cuando el acto que se quiere atacar, no se puede atacar por ninguna revocatoria especial.
2.- Cuando el acto que se intenta atacar esté fuera del período sospechoso que establecen las acciones
revocatorias especiales.
3.- Cuando se trate de deudor común, y se quiere atacar un acto a título oneroso.
Cuando la acción pauliana civil se aplica en el ámbito concursal, tiene un beneficio: se presume que el
deudor conoce el mal estado de sus negocios, 10 días antes de la fecha de cesación de pagos. Esto es
importante porque no se va a tener que probar el conocimiento, cosa que si debe hacerse en la acción
civil.
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Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 28: 18 DE JULIO] Apuntes de Clases
5.- La acción revocatoria concursal solo procede existiendo quiebra, esto porque el juicio de
revocación es dependiente del de quiebras, no es accesorio, porque el fin del primero es facilitar la
continuación del segundo. Para esto se tiene que haber dictado la apertura de quiebra y no se tiene que
haber clausurado el juicio de quiebra por convenio o sobreseimiento temporal o definitivo. A pesar de
esto no se tramita como incidente, sino como juicio sumario, porque es una acción y como tal
necesita una sentencia definitiva. Es dependiente, también, porque se sustancia en el tribunal de la
quiebra, pero no se acumula al juicio de quiebras, porque el bien no es del fallido sino de un tercero que
sigue teniendo el dominio (no se aplica el artículo 70).
6.- La acción revocatoria concursal se aplica sólo a actos previos a la quiebra, si es posterior hay
inoponibilidad derivada del desasimiento.
Esta acción según la mayoría de la doctrina puede ejercerse sin haberse declarado la quiebra pero eso es
controvertible, porque el artículo 2468 habla de que “esté abierto el concurso”, además está inscrito en
la prelación de créditos. De ser posible se atentaría contra la par condictio creditorum porque habría
acreedores que pueden pagarse antes.
Por otro lado, el acreedor posterior al acto impugnado no puede ejercer la acción, porque según el
artículo 2465, la prenda general sólo afecta a bienes presentes y futuros del deudor. Por lo tanto, yo no
puedo ejercer la acción sobre un bien que se enajenó antes de que yo adquiriera la calidad de acreedor.
El acreedor beneficiado con la acción es el acreedor vigente
2.- Que el acto jurídico haya sido celebrado con anterioridad a la apertura del concurso: esta
acción no aplica a actos materiales, por ejemplo el deterioro del bien, porque el riesgo recae en el
acreedor.
¿Es posible revocar actos cuando el acto puede ser atacado por otra acción? Vargas dice que no se
puede, porque la acción pauliana civil no podría atacar actos no válidos y por lo tanto primero debería
ejercerse nulidad. Lo más razonable es, sin embargo, que si se pueda ejercer, porque el acto es válido
hasta que no se haya declarado la nulidad, por lo tanto puedo valerme de esa presunción de validez
(Puelma y Puga).
No aplica respecto a actos procesales, porque estamos dentro del derecho privado.
3.- Que el acto sea perjudicial a la masa: los actos que producen perjuicio son los que agravan la
insolvencia y no los que la causan. Esto porque para que esta acción tenga efectividad es necesario
conocer el mal estado de los negocios, y este mal estado supone que existe insolvencia.
Respecto al perjuicio, implica que el acto sea objetivamente dañino, no se exige el ánimo doloso. Por
otro lado el perjuicio tiene que ser contemporáneo al acto, al momento en que se efectúa el acto que se
intenta atacar.
4.- Que exista fraude pauliano: esta es la gran distinción con la acción pauliana concursal. Este fraude
es el conocimiento del mal estado de los negocios, tanto del deudor (concinio fraudis) como del tercero
(participatio fraudis), cuando el contrato que se haya efectuado era a titulo oneroso, y también se aplica
cuando el tercero haya celebrado un contrato de garantía de prenda. Esto es importante pues la prueba
del conocimiento es muy complicada, los estados sicológicos son siempre muy complejos de probar.
Ambos conocimientos deben ser contemporáneos al acto.
Algunos dicen que sólo es un conocimiento, y por lo tanto no hay fraude, porque no hay una intención
de causar daño. Lo relevante es que cuando la acción pauliana civil se aplica dentro de la quiebra, el
inciso final del artículo 75 establece que el conocimiento del mal estado de los negocios se va a
presumir. Se presume que el deudor conoce el mal estado de sus negocios 10 días antes de la fecha de
cesación de pago, hay una objetivización.
2.- La acción beneficia a todos los acreedores, esto porque quien ejerce la acción lo hace a nombre
propio pero en virtud del interés colectivo. Esto se refleja en el hecho de que a ese acreedor que realizó
el gasto y que está ejerciendo la acción se le paga una remuneración (en caso que la acción sea exitosa).
3.- El síndico pasa a ser un titular de la acción, lo que tiene todo sentido teniendo en cuenta que el
artículo 27 nº1 establece que la función del síndico es velar por los intereses de la masa de acreedores.
5.- El acto debe ser anterior a la declaratoria de quiebra, si es posterior, es inoponible en virtud del
desasimiento. La excepción es la que establece el artículo 216 que señala que pueden afectarse con esta
acción los actos realizados por el deudor entre la aprobación del convenio por parte del tribunal y la
declaración de la segunda quiebra, esto porque si el convenio no se acepta se vuelve a declarar la
quiebra. En este periodo intermedio el deudor tiene libertad para administrar sus bienes, y por tanto, si
durante él enajena bienes y después se declara la segunda quiebra, en este periodo de segunda quiebra
las enajenaciones se pueden atacar con esta acción revocatoria concursal (es la misma pauliana
concursal por si acaso).
6.- En algunos casos no se requiere probar el perjuicio a los acreedores porque este se
presume, esto se da sobre todo, respecto de las acciones revocatorias concursales especiales en
relación a los actos celebrados a título gratuito.
7.- No hay consideración del fraude pauliano, los factores subjetivos ya no son relevantes. Se
revoca, porque había un daño objetivo a la par condictio creditorum, no porque se consideran cuestiones de
carácter subjetivo.
En los actos a título gratuito no se requiere conocimiento del mal estado de los negocios, y en los a
título oneroso, las acciones de revocación especial, lo exige pero no como consideración subjetiva, sino
para proteger la buena fe del tercero.
Las 2 y 3 son acciones mucho más expeditas, más fáciles de probar. Puga cree que la distinción entre 2
y 3 es arbitraria, dice que cuando se dictó la nueva ley de quiebras en 1929, se suprimió la distinción
entre concurso civil y quiebra, entonces el mismo motivo que llevó a suprimir la distinción referida,
también se aplica para suprimir la distinción entre acciones aplicables al deudor común y acciones
aplicables al deudor calificado.
Otra distinción importante, es la que distingue entre acciones revocatorias de actos a título gratuito
y los que la ley asimila a estos (a actos a título gratuito), y acciones revocatorias de actos a título
oneroso y los que la ley asimila a estos:
1.- En los primeros el periodo sospechoso por regla general, empieza antes de la fecha de cesación de
pagos y termina con la de la apertura de la quiebra, en los segundos, comienza con la cesación de pagos
y termina con la declaratoria de quiebra, es un periodo más corto.
2.- Las primeras son más rápidas, porque se prescinde de las consideraciones subjetivas, las segundas
son más lentas, porque en algunos casos hay que probar el conocimiento del mal estado de los negocios
de parte del tercero.
3.- Las primeras son acciones de inoponibilidad de derecho, esto es cumpliendo con los requisitos, el
juez debe declarar la inoponibilidad, en cambio en las segundas se habla de inoponibilidad
facultativa, y señala que “el juez podrá dictar” (artículo 77 y 78 LQ), entonces hay un margen de
discrecionalidad. Según Puga no es que haya discrecionalidad sino que el juez tiene más aptitudes para
determinar si los requisitos se cumplen o no, sería una discrecionalidad restringida.
Así, en el caso de las primeras, demostrada la naturaleza del acto y la concurrencia del periodo
sospechoso, como los factores subjetivos no tienen importancia el juez tiene la obligación de revocar,
en los segundos entonces, sólo señala “el juez podrá”, por lo tanto, no es una obligación para el juez.
Estas acciones contra actos a título onerosos y los asimilables a ellos, se aplican sólo a los deudores del
artículo 41.
Varios autores como Puelma, P alma y Vargas, dicen que se trata de una discrecionalidad amplia, en el
sentido de que el juez, incluso cumpliendo los requisitos, puede no dictar la sentencia, porque considera
que no hay equidad o por otra razón, esto porque es facultativo, no hay nada que lo obligue. Aquí hay
una excepción al principio del debido proceso. Evidentemente esto es injusto y arbitrario, porque la
finalidad siempre es proteger la par condictio creditorum. Por eso Puga dice que el juez solo tiene más
aptitudes para determinar si los requisitos se cumplen o no, la flexibilidad en la apreciación de los
requisitos, pero acreditados estos, debe revocar la acción.
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[CLASE NÚMERO 29: 23 DE JULIO] Apuntes de Clases
Son relevantes a fin de determinar el activo de derecho, es decir, aquellos bienes que deben ser
realizados mediante el concurso. Para poder determinar ese activo, existen acciones de terceros para
evitar que se liquiden sus bienes y también acciones de los acreedores para evitar que los bienes
enajenados por el deudor con perjuicio de estos, escapen a la quiebra.
Todos los bienes presentes, excepto los inembargables y los bienes futuros –con la distinción de si son
a título gratuito u oneroso- forman parte de los bienes que deben realizarse para pagar a los acreedores.
Por regla general, los bienes pasados no están afectos a la quiebra, excepto cuando estos devienen en
presente, por ejemplo, cuando se ejercen las acciones revocatorias.
Su relevancia está en que permite determinar el alcance de estas acciones revocatorias, es decir, qué
actos pueden quedar inoponibles respecto de los acreedores.
El período sospechoso siempre llegará hasta la declaración de quiebra, es decir, corre hacia el pasado y
no hacia el futuro. Antes de la apertura de la quiebra, se ejercen las acciones de integración patrimonial,
después de la apertura de quiebra existe inoponibilidad por desasimiento.
1. Sistema legal: Utilizado por España, la ley determina la fecha de cesación de pagos, tomando como
fecha de referencia la declaración de quierba. Por ejemplo, “100 días con anterioridad a la fecha de la
declaración de quiebra”.
Crítica: Es posible que la cesación de pagos se haya producido con anterioridad a lo establecido
arbitrariamente por la ley.
2. Sistema judicial: El juez a su arbitrio y de acuerdo al mérito del proceso, determina cuál es la fecha
de la cesación de pagos. Puede tener dos modalidades: (i) uno donde la ley le establece un límite al juez,
como en nuestro país1 y (ii) uno donde el juez no encuentre ningún límite.
3. Sistema de los hechos reveladores: Utilizado en Inglaterra, la ley establece taxativamente una serie
de hechos reveladores, que de ocurrir, se determinará en ese momento la fecha de cesación de pagos.
En el caso del fallido, su interés es que la fecha de cesación de pagos se acerque a la fecha de la
declaración de quiebra, a fin de evitar que menos actos puedan ser declarados inoponibles a los
acreedores. Además tiene un interés de tipo penal, pues muchos tipos penales asociados a la quiebra,
suponen que la conducta punible se hayan desarrollado dentro del período sospechoso.
Para los acreedores, el interés está en que la fecha de cesación de pagos se distancie de la fecha de
declaración de quiebra, a fin de declarar más actos inoponibles para obtener más bienes con los cuales
pueda pagarse.
Por último los terceros, tienen un interés en que la fecha de la cesación de pagos se acerque lo más
posible a la fecha de la declaración de quiebras, a fin de evitar que los actos sean declarados inoponibles
respecto de los acreedores y se les priven de los beneficios que puedan obtener de estos actos. Además,
al igual que en el caso del deudor fallido, eventualmente pueden ser acusados de cómplices de delitos
penales asociados a la quiebra.
Dentro de los 60 desde la declaratoria de quiebra, el síndico debe proponer al Tribunal una fecha de
cesación de pago y de no hacerlo, la ley no establece una sanción, pero eventualmente puede producir
un daño a los acreedores y estos podrían ejercer una acción de responsabilidad civil.
De la proposición, el Tribunal va a notificar por aviso a los interesados, desde esta notificación, tanto el
fallido como los acreedores y terceros, tienen un plazo de 10 días para impugnar esa proposición,
instancia que permite la bilateralidad.
Existen algunas limitaciones fijadas por ley a lo que el juez pueda determinar:
(i) Respecto del deudor calificado del artículo 41, la fecha no puede ser fijada en un día
anterior a más de dos años desde la fecha en que se declare la quiebra (artículo 63).
(ii) Respecto del deudor común, la fecha de la cesación de pago será aquella en que primero se
produjo la exigibilidad de algún título ejecutivo en su contra (artículo 62).
En el caso de las acciones revocatorias especiales, el período sospechoso variará según cada acción.
Respecto del incidente a través del cual se fija la fecha de cesación de pagos, su resolución producirá
cosa juzgada material, es decir, solo va a afectar a los acreedores, fallido, síndico y a los terceros que
hubiesen concurrido al incidente.
Según el artículo 81, su tramitación se realizará mediante juicio sumario, dado que las características de
la acción, requiere para su eficacia de un rápido conocimiento.
En cuanto al Tribunal competente, si bien la ley no establece una norma específica, la mayoría de los
autores considera que corresponde su conocimiento al Tribunal de la quiebra: las acciones revocatorias
son un juicio dependiente del juicio de quiebra (no accesorio en sentido procesal), además este es el
tribunal más calificado para conocer de la revocatoria.
Sujeto activo:
(i) Síndico: previo acuerdo de la junta de acreedores. Ejerce esta acción en calidad de
representante de los acreedores, según algunos autores, sin embargo esto es criticable por
varias razones: la masa de acreedores no tiene personalidad jurídica, lo que el síndico
representa es el interés general de la masa, que corresponde a un interés general abstracto,
además aquí no se radica ningún derecho en el patrimonio de los acreedores (que es un efecto
de la representación). En realidad ejerce esta acción en su calidad de órgano de la quiebra y su
facultad viene dada por la ley.
(ii) Acreedor: Ejerce la acción a nombre propio pero con un interés colectivo que será declarar
la inoponibilidad de un acto respecto de todos los acreedores, a diferencia de la acción pauliana
civil, donde hay solo un interés individual puesto que sus efectos solo beneficiarán al acreedor
diligente; en este caso el efecto beneficiará a todos los acreedores. Tiene derecho a que se le
reembolsen los gastos y que se le pague un servicio, en el caso que el resultado sea favorable
(este derecho goza de primera categoría).
Respecto del sujeto pasivo existe menos consenso. Todos concuerdan que los terceros son sujetos
pasivos de la acción. La discusión se da respecto del deudor fallido:
- Contreras y Puelma: Tanto el fallido como el tercero son siempre sujetos pasivos porque no
sería posible declarar la ineficacia de un acto respecto de una persona que no ha sido
interpelada judicialmente. El fallido tiene un interés en convalidar el acto cuestionado, porque
un acto revocado dentro de un período sospechoso, eventualmente puede constituir un ilícito
penal.
- Sandoval y Vargas: Por regla general solo el tercero es sujeto pasivo y solo excepcionalmente
el fallido, cuando este tenga interés en evitar ilícitos penal.
- Puga: el sujeto pasivo es siempre el tercero. El argumento de que el deudor intenta evitar un
ilícito penal, no tiene sentido, puesto que el ilícito penal tiene un fin muy distinto a la acción
revocatoria y la sentencia donde se declare la revocación de un acto no puede significar un
prejuzgamiento de carácter penal. La inoponibilidad no afecta al fallido, el acto entre este y el
tercero sigue siendo plenamente válido, por ello solo habría que interpelar solamente al tercero,
pues este es quien tiene los bienes.
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[CLASE NÚMERO 29: 23 DE JULIO] Apuntes de Clases
La sentencia será de tipo definitivo y acarreará cosa juzgada material. Si el síndico ejerce la acción y esta
se rechaza, con posterioridad un acreedor cualquiera podría ejercer la acción revocatoria y no le podrían
oponer excepción de cosa juzgada. Lo mismo si primero ejerció la acción un acreedor y luego otro
acreedor la interpone.
Tampoco se podrá oponer excepción de cosa juzgada si un acreedor ejerce una acción revocatoria, esta
se rechaza y luego interpone otra acción revocatoria distinta.
Vía Directa:
- Renuncia, es decir, por el acto formal por el cual se decide no ejercer la acción. Si un acreedor
ejerce la renuncia, posteriormente un acreedor distinto podrá ejercer la acción. Sólo tendrá
efectos generales cuando la Junta de Acreedores de manera unánime decida la renuncia. El
síndico no podría ejercer la renuncia, puesto que la ley no establece la facultad de renunciar.
- Confirmación del acto.
- Desistimiento (no inhabilita a los demás acreedores, ni puede ejercerse por el síndico).
- Prescripción: La acción pauliana civil prescribe transcurrido un año desde que se celebró el
acto o contrato, es una acción de corto alcance y por tanto, no se suspende. Las acciones
revocatorias, según el artículo 80, prescriben en el plazo de dos años contados desde la fecha
del acto o contrato y se suspende por dos años más para los acreedores, desde la fecha de la
declaración de quiebra.
Vía consecuencial
En el caso que el tercero ha efectuado su contraprestación, como el acto sigue siendo válido entre éste y
el tercero, se debe determinar qué sucede con este tercero. Existen tres posiciones:
1. Tiene derecho a que se le reintegre su prestación que tenía, porque consideran que la inoponibilidad
afecta el acto de enajenación y no el título traslaticio.
2. Contreras considera que tiene derecho a litigar en la quiebra su crédito, siempre y cuando se
encuentre de buena fe.
Una vez liquidados los bienes, si existe un excedente del bien, este debe entregarse al tercero, porque la
inoponibilidad tiene como límite el perjuicio.
En cuanto al tercero subadquiriente, la jurisprudencia considera que solo procede la revocatoria cuando
éste se encuentra de mala fe.
1. Contra actos a título gratuito (artículo 74): Contra cualquier deudor, no exige elementos
subjetivos. Se trata de una inoponibilidad de derecho, es decir, demostrado la naturaleza del acto y que
este se realizó dentro del período sospechoso, el juez está obligado a declarar su revocación. El período
sospechoso va desde los 10 días antes de la fecha de cesación de pagos. Si el acto fue realizado a favor
de un ascendiente, descendiente o colateral hasta en cuarto grado, este período se extiende por 120 días
anteriores a la fecha de cesación de pagos, hasta la apertura de la quiebra, pues se presume que el acto
efectuado a favor del pariente, tiene por finalidad defraudar a los acreedores.
La ley chilena –a diferencia de lo que ocurre en otros países- no asimila a actos a título gratuito aquellos
actos donde existe una amplia desproporción entre las prestaciones, en estos casos, lo natural será
ejercer una acción de simulación o ejercer acciones facultativas que revisaremos más adelante.
1.a Contra pagos anticipados: El pago, por regla general, es siempre lícito, pero en este caso se
considera que se daña la par condictio creditorum, porque el deudor beneficia a uno de los acreedores
pagándole antes de quesea exigible la obligación. Procede solo contra el deudor calificado, tiene
presunción de mala fe del artículo75, no exige el mal conocimiento de los negocios por parte del
tercero, es inoponibilidad de derecho.
La ley asimila a pago anticipado el descuento de facturas o efectos de comercio a cargo del deudor.
El período sospechoso va desde los 10 días anteriores a la fecha de cesación de pagos, hasta la fecha de
la apertura de la quiebra. A diferencia de lo que sucede en otras legislaciones donde se exige que el
vencimiento de la obligación sea con posterioridad a la declaratoria de quiebra, en Chile puede ser antes
o después.
1. b Dación en pago: Cuando estas se hayan efectuado dentro del período sospechoso, que va desde
los 10 días anteriores a la fecha de cesación de pagos hasta la declaración de quiebra. Esta acción
procede solo contra el deudor calificado, no exige concurrencia de elementos subjetivos, es
inoponibilidad de derecho. En este caso, no se considera dación en pago, el pago efectuado por el
deudor con efectos de comercio, si lo que se debía era dinero, porque en el comercio jurídico esto es
una situación normal.
La intención de la norma es evitar que se beneficie a un acreedor para que este no ingrese a la quiebra,
afectando a los demás acreedores y además, se busca evitar donaciones encubiertas.
1.c Contra garantías reales para obligaciones preexistentes (artículo 66 nº3): El deudor otorga
acciones reales, es decir prenda, hipoteca y anticresis, dentro del período sospechoso, para garantizar
obligaciones que existían con anterioridad. Garantías deben haberse constituido sobre bienes propios
del deudor. Si la caución se constituye de manera simultánea con la obligación principal, esta acción no
aplica.
El período sospechoso se extiende entre los 10 días anteriores a la fecha de cesación de pagos y la
declaración de quiebra. Corresponde a una inoponibilidad de derecho. Procede únicamente contra el
deudor calificado.
Se critica que se asimile la anticresis a la prenda y la hipoteca, pues esta no otorga ningún derecho real
para al acreedor y tampoco ninguna preferencia.
2. Contra actos a título oneroso: El período sospechoso en estas acciones es más corto, son acciones
más difíciles de probar y por regla general, es necesario probar la participatio fraudis (tercero debe
conocer el mal estado de los negocios del deudor).
El período sospechoso va desde la fecha de la cesación de pagos hasta la declaración de quiebra. Esta
acción permite considerar los pagos no contemplados en el artículo 76 nº2, es decir, los no
considerados dentro de la dación en pago.
2.a Revocación de ciertas compensaciones: El artículo 69, establece que una vez establecida la
declaración de quiebra, no puedan producirse más compensaciones, excepto que se trate de
obligaciones de carácter conexas. Las compensaciones legales, por regla general no se podrán revocar,
excepto las que puedan revocarse a través de esta acción y suponen que un tercero adquiere por cesión,
endoso o entrega un crédito para que se produzca la compensación y así perjudicar a los demás
acreedores. Se requiere que ese tercero que adquirió ese crédito en contra del fallido, a través de cesión
o endoso, lo haya hecho con conocimiento de la cesión de pago, es decir se requiere probar un
elemento subjetivo.
Para algunos autores como Puga, la revocación solo procede en los casos que la compensación genere
un perjuicio para los acreedores.
2.b Revocación de ciertos pagos de letras de cambio y pagaré (artículo 78): solo procede
respecto del deudor calificado, requiere comprobar un elemento subjetivo, es una inoponibilidad
facultativa y el período sospechoso va desde la fecha de cesación de pagos hasta la declaratoria de
quiebra. En este caso, se supone que el deudor paga una letra de cambio o pagaré dentro del período
sospechoso y el beneficiario de este título haya tenido conocimiento del mal estado de los negocios al
momento que se haya hecho la liberación, aceptación o suscripción, en el caso del pagaré. El reembolso
del pago, no se exige respecto de la persona que recibió el pago, sino que respecto del primer
beneficiario, puesto que se considera que no es justo que los posteriores endosatarios deban soportar la
revocación del pago si quien introdujo el título al tráfico jurídico, lo hizo sabiendo que éste no se podía
pagar.
Puelma intenta extender esta acción a los cheques dados en pago, fundándose en el artículo 11 de la Ley
de Cuenta Corriente. Sin embargo, Puga considera que esto no procede, porque considera que las
sanciones son siempre de derecho estricto.
El período sospechoso se extiende entre los 10 días antes a la fecha de cesación de pagos y la fecha de
la declaratoria de quiebra.
Se busca sancionar el daño objetivo a la par condictio creditorum, ya supone que existe un deudor fallido
que sabiendo que ha constituido una hipoteca, no la inscribe con la finalidad de que otras personas le
otorguen créditos considerando que sus bienes no están sujetos a ninguna garantía real.
Hemos visto como se conforma el activo, cuáles son las acciones para excluir bienes del activo, y cuáles
son las acciones para que ingrese un bien al activo. Ahora veremos cómo se va a realizar ese bien, para
que con el resultado de esa liquidación, se puedan pagar los acreedores.
Las reglas que regulan la realización recogen los principios que fundamentan la base del juicio de
quiebras. Se busca que el juicio de quiebras sea finiquitado rápidamente, para evitar la inamovilidad
de los bienes, y que los acreedores se paguen rápidamente.
El artículo 130 del Código de Comercio, establece expresamente cuales son los plazos máximos
dentro de los cuales debe tener lugar el juicio de quiebra La regla general es que todos los bienes
muebles del activo deben ser realizados dentro de un plazo de 6 meses contado desde la Primera
Junta de Quiebra (Junta constitutiva), que es la citada por el Juez en la constitución que declara la
quiebra. Si es un bien inmueble, el plazo es de 9 meses más.
Hay ciertas normas especiales en que coinciden la venta de los bienes como una unidad económica y la
continuidad de giro, pero esas normas son excepcionales. La norma general es la realización de los
bienes uno por uno para pagar a los acreedores. Existen excepciones en el artículo 109 que busca
instar la enajenación de activos menores.
La fase de la realización de los bienes es un proceso que se compone de algunas instituciones que
hemos visto en este capítulo. Lo primero que se hace es la determinación del activo probable, que
como vimos es la primera actuación que tiene el sindico dentro de la quiebra una vez declarada. Esto se
produce, en general, dentro de los dos días siguientes a la declaratoria de la Quiebra. Luego viene la
Administración del Síndico. Por la declaratoria de la Quiebra se producen inmediatamente como uno
de los principales efectos: el Desasimiento de la Administración de los bienes del Fallido, que pasan de
pleno derecho al Síndico, que conserva la administración de los bienes, y la de disposición queda
radicada en la Junta de Quiebra. Por último está la realización por orden de tal.
(i) La Ordinaria: Se contempla un plazo de 6 meses para bienes muebles y de 9 meses para
inmuebles. Mediante solicitud fundada presentada 15 días antes del término del período, estos
plazos podrán prorrogarse por una sola vez por un período de 6 meses más.
Si se ha decretado la continuidad de giro, estos plazos se contarán desde que haya vencido el
termino de la continuidad de giro.
(ii) La Extraordinaria: dentro de ella se contempla la venta de unidad económica, que es
excepcional.
(iii) La Sumaria: Una de sus ventajas es la rapidez con la que procede, pues siempre debe
terminar en un plazo de 6 meses, independiente del tipo de bien.
A lo que tienen derecho los acreedores, es al resultado del dinero obtenido por la realización. La regla
General es que las decisiones referidos a la realización de los bienes, corresponde a la Junta de
Acreedores, por cuanto esta es la que tienen la facultad de disposición, y el sindico tiene la facultad de
administración.
El Art. 120 es la norma primera norma General en cuanto a la realización de los bienes, norma que
señala: Salvo el caso de realización sumaria del activo de la quiebra, a que se refiere el artículo 109, el síndico procederá
a su realización ateniéndose a los acuerdos de la junta de acreedores, si los hay, a las disposiciones que se expresan a
continuación
Esta es la Regla General en la realización de los Bienes. Y acá lo unimos a los plazos establecidos en el
Art. 130.
La determinación del activo probable es una acción que realiza el síndico, y es presentada en la
primera junta de acreedores a estos. Consiste en determinar los elementos propios de la quiebra, y
determinar más o menos a cuánto asciende el activo concursable, en base a los antecedentes que pueda
recopilar, bienes que pueda embargar, etc. determina a cuánto asciende el activo del fallido. Si este
activo equivale a más de 2000 UF, y si la junta no acuerda una forma distinta de realización
(realización por vía extraordinaria), procederá la realización ordinaria.
No es necesaria una sentencia de remate, a diferencia de los juicios de destitución individual, donde es
necesaria, y por tanto no hay necesidad de apremio. Acá el fallido no tiene que ser compelido al pago,
pues solo se requiere la realización de los bienes.
ARTICULO 121: El síndico, provisional o definitivo, podrá vender en cualquier momento, al martillo o en venta
privada, los bienes expuestos a próximo deterioro o a una desvalorización inminente y los que exijan una conservación
dispendiosa.
Esta norma señala que los bienes que están próximos a deterioro deben ser vendidos
obligatoriamente por el Síndico, al igual que los que están expuestos a desvalorización inminente o
una conservación dispendiosa. Aquí se prescinde de resolución judicial para la realización de los
bienes basta que solo tome la determinación y proceda2. Se entiende que la orden de venta está
contenida en la sentencia misma de declaratoria de Quiebra, pudiendo ser el Síndico provisional o
definitivo, y por venta privada o al martillo, pudiendo ser en cualquier momento.
¿Procede la venta de Inmuebles bajo estas circunstancias? La Norma nada dice, por lo que existe
discusión; PUGA dice que si procede, en tanto no existan razones para excluirlos, ni norma expresa que
los excluya. Ahora, en el juicio ejecutivo individual existe una norma expresa que prohíbe la enajenación
de inmuebles bajo la norma paralela a esta.
ARTICULO 122: Las especies corporales muebles se venderán al martillo y los valores mobiliarios que tengan
cotización bursátil, en remate en bolsa de valores.
El síndico podrá enajenar por un precio alzado los créditos activos de morosa o difícil realización.
1 Esto es modificación por la Ley 20.416, por cuanto hasta el 2010 estaba establecido en 1000
2 Esto se relaciona con el Art. 436 del CPC sobre ejecución individual
[Escribir el nombre de la compañía] | Profesor Octavio Bofill Genzsch
Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 30: 24 DE JULIO] Apuntes de Clases
Todos los demás bienes corporales o incorporales, se venderán en pública subasta ante el juez que conoce de la quiebra,
en conformidad a los trámites del juicio ejecutivo, o en licitación pública cuyas bases deberán ser aprobadas por la junta de
acreedores.
Esta norma se refiere a bienes no comprendidos en el artículo anterior. Regula especie por especie,
cual va a ser la forma de venta:
Si es por publica subasta, no es necesaria la aceptación del acreedor hipotecario del art. 71, porque
pueden iniciar un juicio especial separado. Tampoco es necesario solicitar la autorización de otros
tribunales que hubieran embargado los bienes, por cuanto el alzamiento se produce ipsa iure por la
dictación de la sentencia de apertura, según el artículo 70. Declara la sentencia de apertura, se lleva a
cabo el alzamiento de todos los embargos de los bienes que comprenden el activo del fallido. Como
consecuencia de los efectos propios de la quiebra, se deja esta excepción en relación a las normas
generales de ejecución.
2. Mediante la venta del activo al mejor postor en pública subasta y ante el Juez de la Quiebra.
1. Modificando las normas generales: es la forma más común de llevar a cabo la Realización
extraordinaria. Para que proceda, se requiere cumplir con los requisitos del artículo 123 de la Ley de
Quiebra:
(i) El voto conforme de más de la mitad del pasivo con derecho a voto, (acreedores
reivindicados, con sus créditos reconocidos)
(ii) el voto favorable del fallido.
Así, existen normas especiales que hacen más complicado que este pueda proceder con respecto a la
ordinaria, ya que acá se pueden enajenar por cualquier forma de realización que la junta acuerde.
Se debe tener precaución, puesto que si bien se señala que la realización pueda hacerse por “cualquier
forma que la Junta acuerde”, en el caso de la venta como unidad económica, ella está bien regulada en
la Ley, en la forma en la cual procede y los beneficios establecidos en la misma ley a esta forma de
realización, por lo que no cabría la venta de unidad económica dentro de la realización extraordinaria
por modificación de las normas generales por parte de la Junta de Accionistas
En relación a esta forma de realización extraordinaria, no acepta el pacto comisorio, como una de sus
limitaciones. Esto no se prohíbe expresamente, pero es una regla general, para evitar que los acreedores
se paguen con determinados bienes, sino que todo se reparta según la preferencia de sus créditos.
Por último, si bien la forma queda determinada por la decisión de la mayoría de la Junta, y no necesita
la aprobación del síndico, este ultimo si puede objetar fundadamente dentro de tercero día, esta
forma de realización, objeción que será conocida por el Juez de Quiebra y se tramitará según la regla del
artículo 5º del Procedimiento Incidental de la Ley de Quiebras.
2. Venta pública de los Activos por subasta pública por el Juez de la Quiebra: Solo se requiere la
aprobación de la mitad del pasivo con derecho a voto, y en este caso, no se requiere el voto
conforme del fallido. Es aplicable a cualquier tipo de bien dentro del activo. Esta contempla solo la
forma de realización especificada en este caso, ninguna otra. También contempla la oposición del
Síndico dentro de tercero día, como en el caso anterior.
3. Venta como unidad económica: (Artículo 124 de la Ley de Quiebra) La Unidad económica no está
definida precisamente en la Ley de Quiebras o el Ordenamiento. Hay una regla de los Años 70's que da
ciertas luces de que es lo que es una unidad económica, pero no es muy amigable para comprenderla,
debido a que lo que buscaba era evitarla porque se entendía que atentaba contra el interés público, lo
que luego cambio en tratar de realizar lo antes posible para hacer pago a los acreedores. Hoy no hay
definición expresa de unidad económica, pero si existen ciertos atributos que deben cumplir los bienes
que están comprendidos dentro de los bienes del fallido, que dan luces de lo que es una unidad
económica. No es cualquier unidad de bienes, sino que son determinados aquellos que fueran
integrados o relacionados económicamente, y se encuentren destinados a la producción de bienes y
servicios. No basta con que sea una universalidad de hecho, y que sean bienes homogéneos,
sino la finalidad económica que los relacione. Una hipoteca en mi propia casa, no cuenta. Pero si
tengo una hipoteca donde cobro por ingreso, en ese caso si tendrá fina económica.
Para realizar los bienes como unidad económica, se necesita la aprobación de la junta, pero no se
requiere la aceptación del fallido. También puede oponerse el síndico antes de tercero día, y según la
forma antes vista.
El síndico, cualquier acreedor, o incluso el fallido puede proponerla a la Junta. Debe realizarse por
pública subasta al mejor postor por el Juez de quiebra, y las bases deben se preparadas por el Sindico,
según el Art. 125, y ofrecerla a la Junta. En la práctica, la Junta le dice al Sindico como quiere más o
menos que se haga. Se aprueba la forma de realización, y en la misma junta se aprueban las bases.
Una vez que se aprueben por la Junta las bases, se producen 2 efectos principales:
(i) Se aprueba la enajenación del bien, la que no será anulable, conforme a la regla establecida
en el Art. 1464 del CC; y
(ii) se suspende o imposibilita que existan ejecuciones individuales respecto de los bienes que
componen la unidad económica (Renta, hipoteca, etc.).
Otro punto importante en este tipo de enajenación, es que debe constar por escritura pública
(artículo 128). Se deberá estipular sobre la sentencia de quiebra, el acta de Junta donde se aprobó el
modo de realización y sus bases, las bases mismas, etc. Todos los antecedentes que llevaron a la
enajenación como unidad económica.
Acá no se habla de la venta, por que se discute como se ve perfeccionada esta venta. Esto porque como
unidad económica pueden existir bienes de distintas naturaleza (muebles, inmuebles, acciones), de
donde los requisitos son distintos en uno y otro caso. No se puede entender que el perfeccionamiento
se dio en momentos distintos: Muebles al venderse e inmuebles al inscribirse, y la regla nada dice
respecto a esto. Lo que entenderemos es que la venta se perfecciona por el acto de subasta, al
adjudicarla el juez de Quiebra, independiente de la naturaleza de los bienes que integran la unidad,
siendo la inscripción un motivo de publicidad.
El Art. 124 establece que se constituye, legalmente, una hipoteca de prenda sobre los bienes de
la unidad económica, en favor del deudor y en contra del adquirente, por las obligaciones
pendientes de este ultimo. Esto porque se entiende que la Quiebra se mantiene abierta hasta el
cumplimiento integro de las obligaciones del adquirente, mientras este no termine de pagar, el concurso
sigue abierto, y el deudor seguirá sujeto al procedimiento de quiebra. Así, esta se establece en Favor del
Deudor y no de la masa.
La junta puede establecer que algunos bienes de la unidad no se encuentren sujetos al derecho de
prenda legal, haciendo más atractiva la adquisición. Al ser una unidad, no es necesaria un acta de
Remate.
Es un procedimiento imperativo, por lo que si el monto es menor a 2000 UF, siempre será realizado en
esta forma, por el solo ministerio de la Ley. En este procedimiento, el Sindico provisional, pasa a ser
por el solo ministerio de la Ley, un sindico definitivo. No se necesita de la aprobación de la Junta para
esto. El Síndico determinará cuál es la forma más efectiva de realización, según cual crea más efectiva.
El plazo es de 6 meses, tanto para muebles como inmuebles, a todo evento, no prorrogable. Esto, en
todo caso es un poco ambiguo, porque no se establecen sanciones si no se cumplen los plazos, por lo
que solo podría caber alguna demanda por perjuicios que sufran los acreedores por el retraso, o una
queja a la superintendencia de quiebras.
Lo único que podrán hacer los acreedores, para evitar esta forma de realización, será objetar el
valor probable, que presentará el sindico a la Junta, observando u oponiéndose a lo estimado por el
sindico, El tribunal tendrá 5 días para resolver, pudiendo incluso determinar un informe de peritos para
poder determinar el valor, decisión que tome, acogiendo o rechazando la oposición, será inimpugnable
e inmutable.
Por lo tanto, determinamos que en este tipo, todo lo determinara el sindico, solo siendo limitado por
los plazos, y la oposición al valor probable que determino el Sindico. Lo que busca la norma, es hacer
más expedita la realización de los bienes. No obstante, se sigue la regla general de que sus actos deben
ser destinados al mejor interés de los acreedores, por lo que luego podrán determinar si cumplió este
con su labor, o al contrario, los perjudico con su actuar.
CONTINUIDAD DE GIRO 1
La regla general y a lo que apunta nuestro ordenamiento jurídico, es a la realización de los bienes, para
pagar a los acreedores.
El principio apunta a no salvar la empresa, pues ha demostrado que no tiene un propósito viable
económicamente o ha sido mal administrada, y se protege el interés general de los acreedores de que
sus créditos serán pagados.
Sin embargo, existen excepciones en que no tiene lugar la realización de bienes sino que hay
otras soluciones las dos principales son: la venta como unidad económica (porque lo que se vende es
la empresa en general, y por tanto seguirá funcionando y no se desintegra) y la continuidad de giro.
La continuidad de giro es la no paralización de las actividades de la empresa, la permanencia de su
actividad económica o comercial, pero dentro de la quiebra.
Es también una forma de realización y pago, pero aquí los acreedores no se pagarán con la realización
del activo sino que con los resultados, con lo que se obtenga de la continuación de actividades.
En cuanto al Giro
En general, la norma habla de “empresa” y este concepto no está definido en materia comercial o
civil2Lo que importa es que sea una unidad de bienes o personas encaminada a la producción de bienes
o servicios.
Al hablar de empresa hay ciertos conceptos involucrados, como el “Giro”: a lo que la empresa se
dedica. Cuando se constituye una sociedad una de las menciones esenciales es el giro. El hecho de que
la norma hable de giro, da a entender que la continuidad de giro sólo puede operar respecto de
personas jurídicas, o sea, una sociedad o una EIRL (no tendría lugar en la quiebra de una persona
natural)
La continuidad del giro se vincula con el permiso de actividades futuras del deudor: El fallido
no es un incapaz, sino que sigue teniendo la posibilidad de realizar actos comerciales, jurídicos fuera del
ámbito propio de la quiebra. Sólo dentro de la quiebra y con ocasión del desasimiento, pierde la
administración de sus bienes. Fuera de la quiebra sigue siendo capaz, sin perjuicio de que tal vez los
terceros no querrán contratar con él porque ha demostrado ser una persona poco fiable en el desarrollo
de sus negocios.
Continuidad efectiva del giro es un símil de la prenda pretoria: En la ejecución individual existe la
prenda pretoria, que es una institución muy excepcional dentro de esta materia. Lo importante es que
comparte algunas características con la continuidad.
Provisional Definitiva
Art. 99 Inc. 1º: El síndico podrá, hasta la primera junta de acreedores y según lo estime conveniente a los intereses de la
masa, cerrar bajo sello y paralizar la actividad del todo o parte de los locales, oficinas y establecimientos del fallido, o bien,
continuar su giro provisionalmente, en forma total o parcial.
En esta última parte está la facultad del síndico de decretar la continuidad provisional. La norma es
bien clara en que el síndico tiene dos alternativas en un principio: (1) Paralizar la actividad económica, o
bien (2) Decretar la continuidad provisional, cuyo único propósito es facilitar la realización de los
bienes.
Inc.2º: En la continuación provisional del giro del fallido, el síndico sólo podrá ejecutar aquellos actos que tiendan a
facilitar la realización de los bienes y preparar una liquidación progresiva. No obstante y si hubiere causas graves que lo
justifiquen, podrá el síndico, con autorización del tribunal, iniciar de inmediato la continuación efectiva del giro.
Esta continuidad de giro puede afectar una parte o todos los bienes del fallido.
Su duración se extiende hasta junta de planificación: Art. 99 establece que dura hasta la primera
junta de acreedores, pero esta junta no se pronuncia sobre esta materia. Lo que correspondería que
dijera la norma es “hasta la primera junta de planificación” (Art. 1113) por cuanto es esta junta la que
decide acerca del futuro de los bienes.
Entonces será hasta esta junta que dura la continuidad provisional del giro, y esta junta decide si se
decreta la continuidad efectiva.
La decisión del síndico debe estar en función del interés de la masa y no del fallido: Ese es el
interés central en esta legislación, y es lo que señala el Art. 99 al decir que debe ser “conveniente a los
intereses de la masa”.
Todas estas instituciones pueden funcionar paralelamente, porque el Art. 111 Inc. 2º se refiere a la
continuidad efectiva y a la enajenación como unidad económica, de modo que es posible que se
apliquen uno o más de estos institutos en una quiebra determinada (no son excluyentes).
3 Art. 111 Inc. 2º: Si lo estimare adecuado, propondrá la continuación efectiva del giro total o parcial de las actividades del fallido o
la enajenación de todo o parte del activo como un conjunto, o ambas.
La regla general es que la puede aprobar la Junta de acreedores a proposición del síndico o de al
menos 2 acreedores, y tiene que ser aprobada por acreedores que representen a lo menos 2/3 del
pasivo concursal con derecho a voto (Art. 112). No requiere consentimiento del fallido.
Aquí existe cierta discusión en cuanto a las quiebras en que existe sólo 1 acreedor, por cuanto la
norma exige al menos 2. ¿Qué pasa si existe sólo un acreedor y el síndico no la quiere proponer? En
este caso la norma no dice nada, pero la doctrina entiende que se debería presentar una solicitud al
tribunal y este debería decretar la continuidad efectiva del giro.
Excepcionalmente puede decretarla el síndico con autorización del tribunal y por causas
graves (Art. 99 Inc. 2º). En este caso ya no compete la decisión a la Junta de acreedores y es tomada
antes de la junta de planificación.
Duración será de1 año y puede ser prorrogada por 1 año más, siempre que ese acuerdo sea
adoptado con las mismas formalidades exigidas para que la junta haya acordado inicialmente la
continuidad efectiva y sea adoptado a lo menos 15 días anteriores al plazo de vencimiento.
La excepción es en el caso de la venta como unidad económica, en la cual la continuidad va a
persistir hasta que se encuentre perfecta la enajenación (no se condiciona por una fecha sino más bien
por un hecho). La aplicación de esto requiere autorización judicial previa, que se contempla en el Art.
113.
La duración no es necesariamente 1 año, sino que puede ser menos porque en definitiva será la junta
al momento de acordar la continuidad efectiva, la que determinará cuál va a ser el plazo de
duración.
El acuerdo debe ser fundado y además tiene que determinar desde ese mismo momento: (1) El
objeto de la continuidad, (2) el plazo, (3) los bienes, (4) la administración, (5) las facultades de la
administración. Esto está contemplado en el Art. 113.
Cuando se haya acordado la continuidad efectiva del giro, junto con la razón social se incorpora la
mención “En continuación de giro”, para que la personas que negocien con ella tengan conocimiento
de cuál es el estado real de la empresa. Es una obligación del representante o de quien tiene la
administración de la quiebra, al momento de firmar señalar el nombre y que se encuentra en
continuidad de giro. Si no lo hiciere, la legislación hace responsable solidariamente al representante. Es
una sanción importante por cuanto va a responder igualmente que el deudor, o sea, la empresa y se
puede exigir respecto de cualquiera de los dos el total de la obligación4.
Su objetivo es pagar a los acreedores mediante los frutos y mediante la renta de la sociedad.
Una vez pagados los acreedores, cualquier exceso le va a corresponder al fallido.
El pago a los acreedores no es de una sola vez, sino que progresivos a medida que se vaya
generando algún tipo de renta o producto (Art. 114).
Conforme lo señala el Art. 112 y 115, lo que se busca es que al momento de decidir la continuidad, por
regla general, los bienes no podrán ser ejecutados individualmente. Así se busca que la empresa siga
funcionando y generando flujos, teniendo al menos los bienes que la junta determina como necesarios
para producir esas rentas.
La regla general es que la quiebra no produce como efecto la resolución de los contratos. Usualmente sí
se coloca, pero eso es algo que las partes pactan para resolver los contratos, no lo establece la ley. La
empresa sigue existiendo mientras se encuentra sometida a la quiebra y no haya sido liquidada. Por ello
los contratos siguen vigentes.
Hay contratos que requieren un examen en especial porque son contratos sobre los que se estructura
una empresa (contratos necesarios y fundamentales para que una empresa pueda seguir otorgando sus
bienes o servicios con ocasión de la continuidad de giro):
- Contrato de arrendamiento: Según señala expresamente el CC, estos no se existen sino lo que pasa
es que los acreedores pasan a ocupar la posición jurídica que el fallido tenía.
- Contrato de compraventa: Hay que distinguir si el fallido era el vendedor o comprador. Conforme a
las reglas generales los que se puede hacer es exigir el cumplimiento forzado o la resolución del
contrato. Si el fallido era el vendedor, no tiene sentido pedir el cumplimiento forzado pues si
la cosa no fue traída antes de la declaratoria de quiebra, va entrar a la masa de bienes. La
solución para el comprador será entrar en la quiebra, verificar su crédito y esperar pagarse. Si
opta por la resolución del contrato tendrá que verificar su crédito para la indemnización de
perjuicios. Siempre terminará verificando su crédito dentro de la quiebra. Si se produce la
quiebra del comprador lo que va a proceder es la acción contemplada en el Art. 86 Ley de
quiebras: tratándose de cosas muebles y estas se encuentran en tránsito, el vendedor puede
exigir la restitución mientras no se le hayan entregado las cosas al comprador y la resolución de
la compraventa. Esto es una excepción a las normas del Código de comercio de que la
compraventa se perfecciona cuando las cosas se le entregan al transportista. Hay una contra
excepción: si en el intertanto el fallido comprador enajenó las cosas a un tercero de buena fe, el
vendedor no podrá exigir la restitución, sino sólo podrá exigir que se le entregue a él el precio
por la parte que le corresponda. Si esta parte es menor, el saldo lo puede cobrar entrando en la
quiebra. Si el tercero ya había pagado, el vendedor deberá cobrar su crédito en la quiebra.
- Contrato de suministro: Siguen la regla general, sin perjuicio de que estas compañías van a tener
algún grado de preferencia.
Puede haber compra de créditos a precio de moneda quiebra para conseguir quórum (exclusión
de los disidentes)
Para efectos de alcanzar el quórum que establece la ley (2/3 del pasivo con derecho a voto), la norma
permite que los acreedores que quieran adoptar el acuerdo, compren sus créditos a los acreedores que
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[CLASE NÚMERO 31: 25 DE JULIO] Apuntes de Clases
son reticentes. Este pago se tiene que hacer en moneda quiebra: se tiene que determinar a cuánto
asciende la acreencia del reticente y cuáles son las posibilidades efectivas de pago en relación con la
masa, y en función de eso se va a determinar el precio al que le corresponde adquirir ese crédito
determinado. Si no existe un acuerdo entre los acreedores y el acreedor reticente, lo que se puede hacer
es ir a solicitar al juez de la quiebra que determine el valor de adquisición de esa cuota.
Estos podrán perseguir y ejecutar individualmente sus garantías aún cuando los bienes estén
comprendidos en la continuidad de giro.
Si el acreedor que tiene esta garantía accedió con su voto a la continuidad efectiva, no podrá
ejecutar individualmente el bien. Si no accedió a la continuidad, sí podrá ejecutar. Generalmente
cuando hay continuidad y los acreedores con garantía no concurren con su voto, se entorpece mucho el
éxito de la continuidad.
Fracaso de la continuidad: La norma no se hace cargo de lo que sucede cuando la continuidad está
fracasando y está generando mayores acreencias y no beneficios a los acreedores. En general lo que se
señala es que ni la junta ni el síndico tienen la atribución de ponerle término, por cuanto son órganos de
la quiebra y no pueden hacer más de lo que la norma les permite. Hubo una omisión del legislador para
regular este caso.
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[CLASE NÚMERO 31: 25 DE JULIO] Apuntes de Clases
La solución a la que se llega es que en este caso la junta o el síndico pueden solicitar al juez de
quiebra que declare su terminación.
- Continuidad provisoria (Art. 1005): De las nuevas acreencias va a responder toda la masa, es
decir, todo el activo que compone la quiebra por cuanto ha sido una decisión del síndico que afecta a
toda la masa. Esto es sin perjuicio de los acreedores hipotecarios, prendarios y retencionarios, quienes
siguen teniendo su preferencia.
En relación con estos nuevos créditos que surgen, se discute cuál es la situación de ellos en relación con
la quiebra. Lo que se tiende a pensar es que estos acreedores tienen la preferencia del 2472 nº 4 CC,
por cuanto son gastos que fueron adquiridos durante la administración, sin perjuicio de lo que señala la
norma de que son acreedores de la masa y no en la masa.
- Continuidad efectiva (Art. 1146): Los créditos que se contraen durante la continuidad efectiva sólo
van a alcanzar a los bienes comprendidos en la continuidad, con preferencia a otros acreedores. Es
la junta la que determina cuáles son estos bienes, lo que será conocido por los terceros que
contratan.
Si los acreedores hipotecarios o con algún tipo de garantía han consentido en la continuidad,
pierden su preferencia. Si no consintieron tendrán su preferencia aún contra los nuevos
acreedores.
En definitiva, estos créditos son de la masa pero no alcanzan a los hipotecarios, prendarios,
retencionarios siempre que no hayan consentido en la continuidad. Si consintieron los nuevos créditos
tendrán preferencia sobre ellos respecto del pago.
5 Art. 100: Las obligaciones contraídas por el síndico en la continuación del giro a que se refiere el artículo anterior sólo podrán
hacerse efectivas sobre los bienes comprendidos en la quiebra, sin perjuicio del LEY 20004 derecho preferente de los acreedores
privilegiados e Art. único Nº 23 hipotecarios y de lo dispuesto en el artículo 114.
6 Art. 114 Inc. 1º: Los créditos provenientes de la continuación efectiva total o parcial del giro del fallido podrán perseguirse
solamente en los bienes comprendidos en ella y gozarán de preferencia para el pago respecto de los demás acreedores del fallido, pero no
alcanzarán a los bienes hipotecados, pignorados o retenidos en favor de los acreedores que no hubieren consentido en la continuación del
giro. Los créditos de la continuación efectiva del giro preferirán a los de los acreedores hipotecarios, prendarios y retencionarios que
hubieren dado su aprobación a dicha continuación, sólo en el caso que los bienes no gravados comprendidos en la continuación efectiva
del giro, fueren insuficientes para satisfacerlos. La diferencia, si la hubiere, será soportada por los señalados acreedores hipotecarios,
prendarios y retencionarios a prorrata del monto de sus respectivos créditos en la quiebra y hasta la concurrencia del valor de
liquidación de los bienes dados en garantía de sus respectivos créditos.
Los Convenios
Corresponden a una solución alternativa al tema relativo a la insolvencia. Así como en la quiebra
corresponde a un procesal en que se cambiaba el esquema individual por uno colectivo, en los
convenios se sigue con ese colectivismo donde el tribunal apoya una gestión y esta gestión es de
negocios, excede el ámbito del propio tribunal.
El apoyo del tribunal permite generar un procedimiento que haga viable esta salida de negocios. La
viabilidad de la salida de negocios descansa en el principio de las mayorías.
La novedad de la mecánica de los convenios como solución concursal, dice relación con el
apoyo legislativo que se le da a la mayoría de los acreedores. En otras circunstancias, sin ello
habría que apelar a las unanimidades, a las expresiones de voluntad de cada acreedor y deudor y solo
con acuerdo total podría llegarse a una solución distinta de la quiebra.
El convenio descansa sobre la idea de que hay una mayoría de acreedores que ve una salida
negocial, distinta a la mecánica propia de la quiebra.
La quiebra empieza y termina de acuerdo a la ley, típicamente dice relación con una forma de pago
mediante realización de activos y solo excepcionalmente permite otras mecánicas, como por ejemplo,
las continuidades de giro.
En los convenios se busca resolver las obligaciones (darlas por pagadas) de los acreedores mediante
mecanismos negociales que exceden el ámbito de lo que dice la ley comercial propiamente tal.
En el mundo se ven como mecanismos de liquidación o restructuración del patrimonio. En casi todas
las legislaciones comparadas de países de la OCDE vemos mecánicas de restructuración del patrimonio,
donde el juez tiene un rol tremendamente activo porque es especialista en materia financiera. En Chile,
en materia de convenio, el juez juega un rol absolutamente pasivo desde la perspectiva del
contenido de la solución concursal, no revisa si la solución que se propone es buena o mala desde la
perspectiva financiera, si hay mejor o peor alternativa para solucionar las obligaciones del acreedor, sino
que básicamente se preocupa de que se cumpla la formalidad del procedimiento, procedimiento
que es el sello de garantía para que la mayoría imponga la voluntad a la minoría.
El juez tiene algunos criterios de contenido en cuanto a las materias del convenio. Pero son
materias de contenido que más bien dicen relación con la preservación de ciertos principios que
armonizan la situación de la mayoría. Por un lado el legislador permite el principio de la mayoría,
pero da un balance con criterios que no permiten un mecanismo de discriminación a la minoría. Se
busca la voluntad más eficiente expresada en las mayorías y no las más abusivas expresadas en
las mayorías. Por eso se imponen criterios de balance al interior del procedimiento.
mayoría en vez de muchas mayorías eficientes, buscaría mayorías de abusos en que aquellos que están
de mayoría van a solucionar de mejor manera sus créditos en desmedro de las minorías.
El convenio es además una solución judicial. Los convenios, tanto preventivo como el alzatorio,
son soluciones que se dan en sede judicial, no administrativa. No es la Superintendencia de Quiebra o
alguna entidad del Estado diferente a los jueces, quien tiene la potestad para permitir que se imponga el
convenio. Es una cuestión judicial y no administrativa
Existen arreglos extrajudiciales que se enuncian dentro de las soluciones concursales que la ley
establece; principalmente se enuncia el convenio extrajudicial, donde se replican los criterios de
Derecho Civil. El Código de Comercio señala que todos los acreedores pueden ponerse de acuerdo
con el deudor para evitar la quiebra mediante un convenio extrajudicial en la medida que todos los
acreedores concurren con su voluntad al acuerdo, esa norma no agrega nada a los principios de
contratación del derecho civil sobre unanimidad.
Caso termas de chillan, lugar esquiable, por el 75’ ya existe una cancha de esquí, una familia busca
desarrollar un polo de dominio esquiable similar a Europa. Se da el negocio inmobiliario e instalan el
hotel termas de chillan. Tienen 3 negocios distintos; operación dominio esquiable, negocio inmobiliario
y operación hotelera. El dominio esquiable son bienes nacionales, administrados por la municipalidad
de chillan por una parte. Vence el plazo (año 2005 más o menos) y se da la licitación y entra un tercero
a la operación de dominio esquiable porque la primera familia no gana la licitación.
Banco scotiabank pide la quiebra de la entidad que manejaba el negocio inmobiliario y la entidad de la
operación hotelera, si se mira el balance hay grandes activos fijos en terrenos y el hotel termas de
chillan. Los flujos que genera el negocio hotelero e inmobiliario son lentos por diversas razones (crisis
económica, ingresaron también al negocio de casinos), insuficientes para pagarle los créditos al banco.
Hay dos alternativas, ir a la quiebra y tener solución concursal clara en términos de qué va a ocurrir, la
otra es el convenio, se puede buscar una salida más eficiente a este negocio para resolver la
problemática.
Parte importante del negocio hotelero e inmobiliario dice relación con la operación de dominio
esquiable, para que sea atractivo estar aledaño a una pista de esquí bien administrada. La municipalidad
de chillan impuso un contrato muy riguroso al tercero operador del dominio esquiable en cuanto a
otorgar un servicio de categoría.
Scotiabank y otros bancos buscaban salir a rematar, pero había 3 tipos de terreno, departamentos
construidos (un terreno ya consolidado), uno con permiso de construcción y terrenos sin ese permiso,
que requiere grandes inversiones. Por lo tanto si un banco seguía el procedimiento de quiebra iba a
poner en venta a los departamentos por un valor muy bajo donde las ganancias futuras serían muy
lentas. Distinto es que la venta se programe a tres tipos diferentes de negocios. Es muy distinto ir a la
quiebra con el remate de los activos, a incorporarnos en el negocio inmobiliario y resolverlo desde allí.
Lo mismo ocurre con la operación hotelera. Por lo tanto en el convenio se propuso ganar tiempo para
vender por separado los diversos negocios. Además tiene que haber un tiempo determinado en que se
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busquen soluciones alternativas (traer inversionistas, o hacer negocio de activos por separado, o hacer
venta más inversiones), y también suspender la exigibilidad de los créditos durante el tiempo.
Desde el punto de vista del contenido interesa destacar que los acreedores aceptaron el convenio,
dando un tiempo de 6 meses, que le permitía al fallido trabajar para los efectos de buscar una buena
solución de negocios. Determinó qué activos vender y de qué manera para cada negocio diferente.
Funcionó y los acreedores quedaron con un remanente de sus créditos asociados a sus créditos. Un
30% con plan de pago a largo plazo sobre los flujos del negocio inmobiliario.
Tiene que ver con conceptos financieros como qué pasa con la utilidad operacional del negocio v/s la
pérdida estructural. En el caso, si se mantenía la administración inmobiliaria y hotelera sin venta de
activos y recapitalización, era un negocio que no iba a funcionar, estructuralmente había un pasivo que
no se lograría pagar, pero operacionalmente desde el punto de vista de la operación hotelera era un
buen negocio. Un negocio que está ganando dinero puede ir a la quiebra porque en su operación tiene
una generación de utilidades pero esas utilidades no alcanzan a pagar a los acreedores, se trata de la
estructuración financiera del negocio.
Eso no se da en materia de convenios, porque hay un negocio que va a continuar pero de otra manera,
así que el legislador no ofrece resolver la cuestión del IVA en materia de convenios. Sí ofrece resolverla
en materia de quiebra. Muchas veces la diferencial del 20% entre la recuperación del IVA que se
consigue en la quiebra pero no se consigue en el convenio hace la diferencia entre la quiebra o
convenio que beneficia en mayor o menor medida a un acreedor.
Una de las condiciones negociables que tiene que reunir el convenio es contar con un informe
favorable de síndico, en términos que la solución del convenio será más beneficiosa para los
acreedores que la quiebra. El síndico entrega una opinión y si es negativa la quiebra va a resultar más
beneficio así lo informará a los acreedores para que no voten a favor del convenio, y lo de la
recuperación del IVA puede hacer una diferencia significativa.
Los convenios son convenios para los acreedores valistas, no para los preferentes.
Los acreedores preferentes en la quiebra son de dos tipos: (i) hay privilegios generales que afectan a
todo el patrimonio del deudor y (ii) preferencias especiales que afectan uno o más bienes determinados
del deudor. De manera que el acreedor privilegiado general lo es hasta que satisface íntegramente su
crédito, y el privilegiado especial es preferente sólo hasta que se agota la realización del bien
determinado, el resto son acreedores valistas.
En materia de quiebra todos los acreedores se pagan igual a prorrata de sus créditos en términos de
porcentajes, salvo el caso de acreedores preferentes especiales que se pagan hasta el monto de la
realización del activo respecto del cual tienen el privilegio o preferencia especial. De esa manera el
legislador en materia de quiebra, reconoce la distinta naturaleza jurídica de los acreedores
privilegiados especiales.
En la quiebra, también hay una segunda regla de carácter procesal relacionada con la conservación o
preservación del derecho de ejecución individual de los acreedores privilegiados. La quiebra
afecta a todos los acreedores, pues los ordena y dice cómo se les va a pagar, pero a algunos les permite
salir de la quiebra y pagarse con su bien.
En materia de convenios es diferente, estos derechos son tácitos, esta interiorizados en la solución
concursal. Por lo tanto el legislador dice que si existen acreedores privilegiados, o preferentes especiales,
con sus respectivos preferencias y privilegios, a ellos no se les va a imponer el principio de la
mayoría, porque al imponérselo per se, se los discriminaría. Se produciría una vulneración de la
preferencia que tiene estos acreedores pues los estaría comparando con acreedores que no los tienen.
Por un lado se quiere generar una solución estructural diferente a la quiebra porque hay soluciones más
eficientes. Para que esta solución alternativa sea eficiente, entra en juego el principio de las mayorías,
para que no haya abusos necesariamente tiene que suponer que las mayorías tienen que aceptar un
convenio que es equivalente al convenio de las minorías, un mismo convenio para todos.
el legislador opta por no regular a los acreedores privilegiados y preferentes, los deja hacer de acuerdo a
su arbitrio, ello porque la situación de cada acreedor preferente es distinta; el privilegiado de primer
grado es diferente el acreedor hipotecario o aquel acreedor prendario que tiene prenda sobre los flujos
futuros respecto de algo que no tiene valor.
Los convenios se ofrecen a los acreedores valistas, estos los aceptan o no. Los privilegiados y
preferentes pueden optar por seguir adelante su negocio de realizar los bienes o pagarse en primer
término, entonces la solución negocial no va a prosperar, si por el contrario optan a pagarse de forma
privilegiada y no afectan el negocio propio del convenio, éste prospera. O puede que los creedores
privilegiados o preferentes pueden optar por renunciar a sus preferencias y entrar a la mecánica de
convenio porque en el largo plazo les va a convenir.
Entonces puede que un acreedor privilegiado o preferente puede estar en tres posiciones:
1. Generar el fracaso del convenio: Siendo su crédito de tal magnitud que si persevera en pagarse su
privilegio de la manera que prevé su contrato o fuente de obligación, mata el convenio.
2. Sigue su camino y los acreedores valistas siguen el suyo: porque la magnitud de los acreedores
preferente no afecta el negocio, así que permite que los valistas aprueben un convenio y que
este sea viable.
3. Se transformen en valistas y todos resuelvan la misma situación para todos: Tienen que renunciar a su
preferencia, de manera expresa o tácita, en función de su concurrencia o inconcurrencia a la
junta de acreedores a votar a favor o no del convenio. Al votar están renunciando a su
preferencia o privilegio porque se inmiscuyen en el negocio de los valistas. También
puede ser renuncia total o parcial, estableciendo hasta qué monto del privilegio renuncia o
hacerlo por el total de su crédito. Pueden renunciar a su preferencia o privilegio porque les
conviene, porque probablemente ven que mediante la realización de los activos no lograra
pagarse si no es a través del convenio. A ellos les interesa un negocio que les va a permitir
generar ingresos que de otra forma no tendrían.
Por ejemplo en el caso de los trabajadores, a quienes se les devengan los pasivos producto de las
indemnizaciones por años de servicio (recordemos que la quiebra no afecta los contratos celebrados
con el deudor) la quiebra no pone término per se al contrato de trabajo. Frente a esto, la
Superintendencia de Quiebra ha dado un instructivo a los síndicos que señala que cuando
concurren a efectuar la incautación e inventario deben poner término al contrato de trabajo de
todos los trabajadores. Así lo primero que hacen es incautar, luego inventariar, y luego despedir.
Parte de la indemnización por años de servicios de ese trabajador, está cubierta por un privilegio de
primer grado, los trabajadores hasta un cierto monto son acreedores privilegiados o preferentes.
Ellos podrán ver la posibilidad de recuperar en todo o parte sus indemnizaciones por medio de la
quiebra y pero al día siguiente no tendrán trabajo, o pueden ver a otra mecánica, como renunciar a su
privilegio, a partir de un convenio, pasando a ser acreedores valistas, con tal de conservar su fuente de
empleo.
Los convenios afectan desde el punto de vista de su imposición a todos los acreedores, en virtud del
principio de las mayorías. Pero, una vez que se aprueba el convenio en tanto mecanismo para prevenir
o solucionar la insolvencia, ese contenido de la aprobación del convenio solamente va a afectar a los
acreedores valistas, no así a los preferentes o privilegiados, pues estos conserva su derecho a seguir la
ejecución individual, a menos que hayan renunciado renunciado total o parcialmente a sus privilegios y
preferencias.
Naturaleza jurídica
Hay una teoría procesalista y una teoría contractualista; adoptar una u otra va a tener relevancia
particularmente cuando tengamos que a evaluar situaciones límite, por ejemplo las que dicen relación
con el contenido; sostener que el convenio es un contrato tiene ciertas características particulares a la
hora de aplicar las categorías propias de los contratos y a la hora de interpretar el contenido del
convenio. Por tanto es relevante adoptar una u otra posición a efectos de entender hasta donde va a
alcanzar el convenio.
(i) Doctrina procesalista niega el carácter contractual del convenio: La obligatoriedad del
convenio es la resolución judicial o la ley
La perspectiva de la cátedra es que el convenio es un contrato, que se rige por las disposiciones
del Derecho común pero por la particularidad de que se va a imponer aun contra de la voluntad de los
acreedores minoritarios, de los que no concurren, etc., es necesario entonces que este contrato esté
rodeado de ciertas formalidades que permitan darles garantías. Para eso el legislador escoge al poder
judicial como el gran garante del cumplimiento de las formalidades. Por lo tanto este es un contrato
súper solemne.
Se discute la naturaleza de transacción de los convenios. Para aquellos que la critican, se esgrimen
los siguientes fundamentos:
Clases de convenios
1. Convenio extrajudicial: Corresponden más bien a un resabio histórico pero han sido difícilmente
utilizados y en la práctica no es una solución real a los problemas de insolvencia, ello porque exigen la
unanimidad de los acreedores y ante una situación de insolvencia estamos solo ante acreedores
nerviosos, quienes solo intentan defenderse. Pretender que todos concurran al contrato no funciona
desde la perspectiva de la desconfianza. Además, la regulación en la antigua ley al respecto era más
profusa, pero hoy la norma se reduce básicamente a dos artículos que lo único que hace es consagrar el
principio de la autonomía de la voluntad. Por lo tanto no los trataremos mayormente.
El convenio está regulado al interior de la ley de quiebra, lo cual enfatiza el hecho de que el convenio se
incorpora como una legislación especial propia al interior de la quiebra. Esto constituye un error
legislativo, puesto que el convenio preventivo no tiene nada que ver con eso, tiene puntos de contacto
pero es un mecanismo de solución concursal distinto. Pero el convenio alzatorio funciona al interior de
la quiebra por lo que sí debe mirarse en ese contexto.
La tendencia general es a mirar al convenio al interior de los efectos propios de la quiebra. Veamos
algunas situaciones:
La administración del patrimonio del deudor una vez efectuada una proposición de convenio.
Uno de los grandes efectos de la declaración de quiebra es el desasimiento. Pero debemos tener en
cuenta que en el momento de la proposición de un convenio colectivo no hay una situación de
quiebra; el Tribunal no ha dictaminado la insolvencia per se, por ello en materia de convenio preventivo
NO hay desasimiento de los bienes del proponente. La administración sigue en manos del proponente.
Pero sí ocurre que hay algunas medidas conservativas de protección a los acreedores por encontrarnos
en la sospecha de una situación de insolvencia, por ejemplo, la no enajenación de bienes, o el no poder
gravarlos, a menos que se den situaciones de excepción (situaciones de necesidad, posible destrucción
de los bienes, etc.). Pero la administración sigue igual; el Directorio, la Gerencia, siguen funcionando
igual en términos generales.
Las proposiciones de convenio son proposiciones del deudor, desde el punto de vista de la creación de la voluntad.
Ofrece una forma de solución a las obligaciones a sus acreedores. Hoy existen algunos mecanismos que
se han tomado de otras legislaciones para que los acreedores puedan provocar que el deudor realice
unas proposiciones de convenio, lo cual no le quita el impulso al proponente (tiene que seguir siendo el
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Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 33: 31 DE JULIO] Apuntes de Clases
deudor). Ello porque el legislador dispuso que un convenio fracasado (se presenta y se rechaza, o que
no se aprueba, o que se impugna y termina siendo rechazado, o que se incumple una vez aprobado, o
que no es presentado cuando se insta a su presentación) provoca una situación de quiebra. El legislador
entiende que hay un intento fracasado de solucionar la insolvencia por medio de un convenio, por lo
que aplica inmediatamente la solución residual que es la quiebra. Instar para que el deudor proponga
convenios se efectúa con el impulso a través de la ley de que si esas proposiciones no se presentan, el
tribunal terminará declarando la quiebra de ese deudor.
Debe tenerse en cuenta que hay dos segmentos de empresas en Chile: un segmento de empresas con
gran volumen que ya tienen asesores financieros; otro segmento que no tienen esa visión o análisis
financiero. Por eso el legislador dice que a estas segundas, les va a entregar al experto facilitador para
que proponga algo mejor a los acreedores, pero no genera subsidios ni instancias de sanciones ante la
ausencia del uso del mecanismos, ni ningún incentivo para que el uso del experto facilitador funcione
en algo, más que la amenaza de que si el convenio no resulta en nada se va a declarar la quiebra del
deudor. Entonces el deudor prefiere no tenerlo porque le va a costar dinero, quizás no le entregue algo
nuevo y además si no resulta va a terminar en una situación de quiebra. Además le va a tomar parte de
su autonomía de la voluntad para proponer el convenio. Por ello el incentivo del deudor es
prácticamente ninguno. Y los acreedores financieros en general pertenecen al primer segmento y por
tanto miran en menos a esta figura del experto facilitador. Por lo tanto la importancia práctica del
experto facilitador no es mucha así que no lo trataremos mayormente en el curso.
Es difícil indicar el contenido propiamente tal y es más fácil señalar los bordes, sin embargo, tenemos
una gran guía: los modos de extinguir las obligaciones. Sobre esa base, debemos que tener claro que
una parte importante de los fines del convenio es introducir una regulación de los modos de extinguir
que van a aplicarse respecto de las obligaciones que están vigentes. Hay ciertos M.E.O. que van a hacer
aplicables propiamente tal, como el pago; pero otros difícilmente lo hagan, como la prescripción
extintiva (pues la regulación la da la ley). Por tanto en el análisis de los M.E.O. habrán dos grupos: los
que (i) no podrán ser aplicables y (ii) los que sí. Respecto de estos últimos debe considerarse otra
cuestión: que los convenios no son exclusivos ni excluyentes de un M.E.O. determinado; en la
práctica combinan distintos M.E.O. Por ejemplo, el pago de una parte de los créditos y la remisión o
condenación de otra parte de los créditos.
Desde la perspectiva de la cátedra el convenio es un contrato, por lo que los límites sustantivos de
este contrato estarán regulados por los principios de fijación de límites o bordes de los
contratos, es decir, contratos existentes válidamente otorgados y que no estén afectos a un vicio de
nulidad.
El consentimiento tiene una regulación particular en el convenio en virtud del principio de la mayoría,
pues es un contrato super solemne cuyo consentimiento debe ser por escrito, debe estar firmado el
convenio por ciertas personas y debe contar con una tramitación procesal. Por tanto es un contrato
susceptible de anularse por vicios que tienen dos orígenes: (i) vicios de fondo o sustantivos, desde
el punto de vista de su contenido; (ii) o vicios de forma o procesales, desde el punto de vista de la
nulidad procesal. Por tanto, cuando hablamos que un convenio es un contrato ciertamente tenemos que
incorporar el catálogo de los contratos existentes en Chile como una mirada acerca de su contenido, lo
que nos ayudará en la cuestión relativa al consentimiento, a las formalidades y otros elementos de
existencia y validez del acto: causa y objeto. La causa lícita del convenio y el objeto lícito del mismo
son relevantes para el análisis del contenido. A partir de allí es posible solucionar una serie de
situaciones límites que no van a estar reguladas en la ley concursal, sino que se solucionará por
aplicación analógica de los principios aplicables en materia contractual. El legislador señala que el
contrato no puede tener un objeto ilícito, lo cual no excluye el hecho de que los demás elementos en
materia de contratos tienen total aplicación en materia de convenios.
Por lo tanto, para mirar el contenido, apuntemos a los M.E.O. y a las normas de contratos.
Los convenios no son contratos desde el punto de vista de la clasificación tradicional entre contratos y convenciones.
El convenio no es un contrato en el sentido de que no hace nacer obligaciones, sino que puede
modificar el contenido de las mismas. De hecho, una parte importante de los convenios en cuanto a
su contenido dice relación con las o esperas, prórrogas de plazo; lo cual no dice relación con los
M.E.O. sino que con una modalidad propia de los contratos, la que beneficia al deudor, pero si se
quiere alterar requiere el consentimiento del acreedor. Las prórrogas están en el mundo de las
alteraciones o modificaciones a las obligaciones, y por tanto forman parte del contenido del convenio.
-Por supuesto, el convenio tiene como última mirada extinguir esas obligaciones, por lo que en
general se les mira como una convención y no como un contrato. Ahora, en la práctica sí crean
obligaciones, típicamente, de hacer y no hacer. Por ejemplo, no enajenar bienes o activos;
someterse a la fiscalización de un comité de acreedores, etc. Todas son obligaciones que se crean al
interior del convenio y buscan resguardar y darle mejores posiciones contractuales a los
acreedores frente a este deudor. Por tanto, cuando decimos que el convenio no crea obligaciones nos
referimos a que no está destinado a crear obligaciones de dinero; pues ocurre en el ámbito de un
deudor y acreedores que ya tienen obligaciones de dinero en curso.
Finalmente, ese contenido es mucho más generoso que el contenido de la quiebra, pues esta solo ve a la enajenación de
bienes del deudor como solución.
El convenio, en cambio, es mucho más sutil y va mucho más allá de las ventas de los bienes. En
quiebra, dentro de su contenido, hay algunos mecanismos que permiten hacer pago de maneras
distintas a la realización, como lo es la continuidad de giro del fallido, pero el legislador no lo ve como
una solución de la situación de insolvencia sino que para preservar una unidad económica que más
tarde pueda enajenarse. Es concebida como un mecanismo de paso hacia una realización. Pero en los
convenios la continuidad de giro es típicamente una manera de darle una solución a la insolvencia de
manera permanente; de darle una solución definitiva a las obligaciones.
convenio. Pero hay tres hipótesis, dependiendo de las situaciones distintas que se pueden dar en el
convenio, que depende de como se inicia el convenio:
1. Resolución que tiene por presentada las proposiciones de convenio (muy similar a la de la
quiebra): a partir de ahí distingue entre las obligaciones “anteriores” y las “posteriores”.
2. Para el análisis de los acreedores afectos hay que tener en cuenta varias cosas: primero ¿Qué pasa
con el derecho a voto? Y segundo, ¿Qué pasa con el derecho al pago? No es lo mismo hablar de
acreedores afectos con el convenio, es decir, a qué obligaciones se va a aplicar esta modificación o este
M.E.O. a que se refiere el contenido del convenio, a la hipótesis de que acreedores tendrán derecho de
aprobar o rechazar el convenio. Ya hemos excluido a algunos por una cuestión de conveniencia, que
son los privilegiados o preferentes, pues si votan en el convenio, se transforman inmediatamente en
valistas y pierden su preferencia o privilegio hasta el monto de la obligación que hayan votado. Además,
hay un listado de exclusiones, dentro de las cuales tenemos el artículo 102 de la ley de quiebras -
sobre la juntas de acreedores-, que regula el procedimiento mediante el cual el juez define qué
acreedores tienen derecho a voto, que consiste en una audiencia hasta antes del día hábil anterior a la
junta - salvo el sábado-, a primera hora, a la que deben asistir los acreedores para que el juez les diera su
opinión vinculante con respecto a quienes tendrán derecho a votar en la junta, tomando en cuenta tres
criterios: (i) los créditos verificados o impugnados, (ii) los créditos que aparecen en el balance de la
sociedad, y (iii) los que le del síndico al respecto.
Esta norma es llamada en materia de convenios con respecto a quienes tienen derecho a votar, pero en
este artículo hay una serie de consideraciones extrañas:
3. El legislador le fija a estos acreedores un plazo de 30 días desde esta resolución para que vayan
a verificar sus créditos, pero recordemos que el artículo 102 también utiliza como pauta a los créditos
verificados para efectos de este permiso para votar. ¿Qué pasa con aquel acreedor que no ha concurrido
a presentar su verificación de créditos dentro de los 30 días, tiene derecho a voto? Luego, por la forma
en que se redactan una serie de normas relativas a los convenios, ¿es realmente un acreedor concursal
afecto? Pues si ese acreedor “se perdió el convenio”, ¿no tendrá modificada su obligación original y la
mantiene en los mismos términos y no en los del convenio? Eso implicaría que la solución del convenio
no sirve de nada y las mayorías no se impondrían a las minorías por la práctica de la ausencia de
verificación (si a una minoría no le conviene), las que podrían presentar su acción de ejecución
individual o incluso la colectiva. Por tanto, el criterio de los 30 días es ambiguo y no puede definir
cuáles son los acreedores afectos.
Entonces, ¿son realmente los acreedores que han verificado los que el juez en esa audiencia del 102
determinará que están afectos? ¿Qué pasa con los no verificados pero que son acreedores afectos;
tienen derecho para ir a votar? El profesor cree que sí.
A propósito de la tramitación de los convenios, hemos tratado: la junta de acreedores y dentro de ella, las formas de
votación, los acreedores que tienen derecho a votación, los que tienen derecho sobre los convenios
La relevancia de esta materia está en que es una sumamente práctica, pues está muy presente en las
operaciones de negocios. Muchas veces son los mismos accionistas los que incorporan financiamiento a
la sociedad no sólo por la vía del capital, sino que también a través de créditos, por lo tanto esta
dicotomía que se produce entre el accionista y el acreedor que es accionista (o relacionado a éste) es una
situación que se da mucho en la vida de los negocios.
Es relevante también porque toda la concepción del derecho de sociedad, entiende que es muy distinto
comprometerse con un negocio vía capital o por la vía préstamo. Por lo pronto, los acreedores siempre
tienen una preferencia por sobre los accionistas, esta situación que en la vida diaria no se nota mucho,
se comienza a destacar ante una situación de insolvencia, porque en esta se asume que no todo los
acreedores –tanto de activos exigibles como no exigibles- van a poder llegar a pagarse.
Siendo así, cuando entramos a las soluciones concursales, nuestro ordenamiento jurídico tiene poca
regulación en cuanto a créditos de personas relacionadas. Cuando se soluciona una situación de
insolvencia por la vía de la quiebra, nos encontraremos con que los créditos de personas relacionadas
valen lo mismo que los de persona no relacionadas, esto ciertamente da pie para que puedan existir
defraudaciones legales, en el sentido de que accionistas que quieran contribuir a capital a la compañía,
lo hagan por la vía del crédito para quedar en una posición expectante en el minuto en que sí sea
conveniente actuar como acreedor. No es indiferente que una persona haya capitalizado todo en la
compañía a que lo haya hecho vía préstamo, dado que en la insolvencia es el acreedor en que decide.
En la quiebra el accionista pierde toda facultad de decisión y en el convenio lo morigera porque
requiere que los acreedores acepten el convenio
En materia de convenio las personas relacionadas están mucho más reguladas que en materia de
quiebra, por ello se destacan como un punto relevante.
Derecho a voto: Los acreedores relacionados no tienen derecho a voto en la Junta de Acreedores del
convenio, ni se tienen en cuenta para el cómputo del quorum en la junta de acreedores. Es decir, se
considera como si este pasivo no existiera1. En la Junta de Acreedores del convenio, pueden existir
modos de extinguir las obligaciones distintos del pago (no así en la quiebra), por lo que se busca evitar
que los acreedores relacionados puedan influir en el contenido mismo de la obligación, es que la ley les
impide ejercer su derecho a voto.
En cuanto al pago: Estos acreedores persisten en esta calidad, por lo que de todas formas tienen
derecho a concurrir al pago, de la misma manera que los demás acreedores. Por lo que este
1En la quiebra, la junta de acreedores está encargada de administrar los bienes y que estos se realicen a fin de
obtener el pago, por lo que si tiene derecho a voto, porque no hay otra forma de extinguir las obligaciones más
que el pago en dinero.
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[CLASE NÚMERO 34: 01 DE AGOSTO] Apuntes de Clases
impedimento de derecho a voto que tienen los acreedores relacionados, no puede ser mirado como un
impedimento para el pago. Si los acreedores no relacionados tomaron la decisión de extinguir la
obligación de una forma distinta al pago, esta decisión afectará también a los acreedores relacionados,
de la misma manera.
“Cesionario 30 días antes del convenio”: Los créditos cedidos 30 días antes del convenio, son
tratados de una manera similar a los créditos relacionados, sin serlo. El legislador intenta impedir que
existan maniobras especulativas por parte del deudor proponente por las cuales intente comprar
créditos dentro de un tiempo anterior al convenio, a fin de controlar las mayorías y elegir una
aprobación de convenio con una mayoría espuria. El problema que se presenta es que el deudor
empiece a comprar sus propios créditos a fin de concurrir a la votación del convenio, las condiciones de
compra de ese crédito son obscuras y poco transparentes, por lo que el legislador los ve como una
forma de privilegiar a ciertos acreedores por sobre otros, por lo que se incorporan en la misma
situación que los acreedores relacionados, es decir, se les impide el ejercicio de derecho a voto en la
junta de acreedores del convenio.
Convenio Preventivo
En materia de tramitación, es importante distinguir las etapas de un convenio, que son distintas en el convenio preventivo
y judicial.
Un deudor tiene una nube que la rodea que es la insolvencia, el convenio es una forma de prevenir esta
posibilidad de insolvencia.
En una línea de tiempo, necesariamente este convenio debe ser presentado antes de la apertura o
declaratoria de quiebra.
La presentación del convenio es el primer hito, lo que técnicamente se denomina las proposiciones, algo
así como la oferta de convenio. Estas proposiciones motivan un proceso de verificación de créditos que
generan un segundo hito que es la Junta de Acreedores, en ella se aprueba o rechaza el convenio. La
aprobación del convenio genera un período de impugnación, que si llega a su fin se dará la
aprobación del convenio, concluido el período de impugnación con votación positiva. Esta
aprobación lleva a un tercer hito que es la etapa de cumplimiento del convenio. Si esta etapa, en
sentido negativo, no se da, nos llevará a un posible cuarto hito que es la resolución del convenio. Sin
perjuicio que durante este período de tiempo se pueda ver el evento de la nulidad del convenio. Por
lo tanto existen tres posibles eventos i) Cumplimiento ii) Resolución y iii) Nulidad
han rechazado o estas no se han presentado en tiempo y forma, por lo tanto hay un contenido procesal
pero también uno contractual, en cuanto se cumple la solemnidad que torna luego perfecto el convenio
y lo hace oponible a los acreedores.
A partir de este momento existe un convenio vigente, antes eran solo proposiciones, es decir en el iter
contractual previo al convenio; ahora nos encontramos en el iter contractual donde las obligaciones y
derechos que surgen del convenio, debe comenzar a cumplirse. Este período de vigencia será incierto e
indefinido, porque la vigencia del convenio y el cumplimiento de derecho y obligaciones van a darse en
un período de tiempo sujeto a modalidades y condiciones que se regulan como contenido del mismo
convenio.
Por lo tanto aquí estamos viendo la posibilidad de cumplimiento del convenio y por ello es que a partir
de ese desarrollo contractual, de este evento de rechazo de las acciones de impugnación, surgen
entonces las sanciones civiles aplicables a ese contrato, por ejemplo la nulidad del convenio.
La nulidad del convenio es una sanción aplicable a un convenio vigente y aprobado, no dice relación
con una mera nulidad procesal por la impugnación del convenio a propósito de vicios procesales, pues
estos se dan en sede de impugnación, que es previo a la vigencia del convenio.
La resolución no es sino la sanción civil de resolución por el incumplimiento de las obligaciones del
convenio, un convenio aprobado judicialmente podrá cumplirse de modo natural o podrá terminar
anulado (por la combinación de causales de nulidad civiles y procesales), o podrá terminar resuelto si es
que se incumplieron una o más de las obligaciones.
Como vemos hay una combinación de caracteres procesales y contractuales, por lo que la pulcritud de
lenguaje es muy importante: cuando hablamos de nulidad nos referimos a un convenio vigente, cuando
hablamos de impugnación, nos referimos a una institución procesal relativa a un convenio que aún no
se encuentra vigente, etc.
Convenio Judicial
Ya no hay una quiebra ni regulación de sus efectos, del convenio en adelante el patrimonio del deudor
sigue operando normalmente, lo que quiere decir que este deudor va a generar ingresos, costos, gastos y
ojalá genere utilidades en su ejercicio.
Como el deudor retoma la administración de sus bienes y actividades, este deudor empieza a celebrar
actos y contratos nuevos, generando derechos y obligaciones, todas las cuales son posteriores a la época
del convenio. Además tiene un contrato específico que es el convenio simplemente judicial que define
los términos bajo los cuales debe comportarse respecto de un grupo de acreedores que son los
acreedores al momento de la declaratoria. Este convenio simplemente judicial lo que está haciendo es
poner término a la quiebra y por tanto, solo afecta a los acreedores afectos a la quiebra (por regla
general, al momento de la declaratoria). Por lo tanto, al momento de la aceptación de este convenio
judicial y el fin de la quiebra, este deudor va a tener dentro de su patrimonio un gran contrato que lo
vinculará con un grupo de acreedores anteriores, que no serán los únicos, sino que también se sumarán
acreedores que vayan surgiendo por la celebración de nuevos contratos por parte del deudor.
Mientras este convenio simplemente judicial no esté cumplido, el patrimonio del deudor tiene una vida
normal pero tiene incorporado un posible vicio, un posible margen de riesgo económico que no tiene
un patrimonio normal que es la posibilidad la contingencia de una segunda quiebra a partir el
incumplimiento del convenio.
Para este deudor que propone el convenio simplemente judicial, no es irrelevante qué obligaciones
cumple y qué obligaciones incumple dado que este deudor incumple obligaciones nuevas y no las del
convenio, no se va a motivar la resolución del convenio y con esto una segunda quiebra derivada del
incumplimiento del convenio. Podrá haber una segunda quiebra, producto que estos nuevos acreedores
intenten pedir la quiebra pero no ésta no deriva de la misma causa, será una nueva quiebra2.
La tramitación es muy simple pues el legislador del convenio se apoya en la regulación de la quiebra y
fuerza al deudor para que proponga un convenio y utiliza el mismo procedimiento que ya ha en la
quiebra: obliga a citar a junta de acreedores y ella acepta rechaza.
Conocerá de este convenio el tribunal que conoce de la quiebra, se puede presentar en cualquier estado
de la quiebra, una vez que esta haya sido declarada. Existe una instancia donde los acreedores pueden
instar a la presentación del convenio y no se requiere una capacidad especial, en tanto que es el deudor
fallido el que propone y no el síndico. Esto último es una de las grandes excepciones al desasimiento
(aunque no es propiamente una excepción material) porque este es un acto que sigue siendo
administrado por el deudor fallido, porque el legislador entiende que con este convenio simplemente
2Importante: Aquí nos ocupamos de los acreedores que tienen tal calidad al momento de la quiebra, por lo que
no se incluyen los acreedores súper preferentes, quienes en cualquier minuto podrán solicitar la quiebra e
impedir el desarrollo del convenio, por lo que es recomendable que los acreedores afectos a la quiebra tengan en
cuenta esta situación al momento de aprobar el convenio.
Primer semestre 2013 | Profesor Octavio Bofill Genzsch
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[CLASE NÚMERO 34: 01 DE AGOSTO] Apuntes de Clases
judicial, el deudor fallido está generando una alternativa a los acreedores acerca de la forma en que se
van a extinguir las obligaciones, el deudor en realidad no está administrando nada; no está generando
ningún contrato oponible a su patrimonio.
Convenio preventivo
Se puede presentar en cualquier oportunidad previa a la apertura dela quiebra, por lo tanto se distinguen
cronológicamente respecto del simplemente judicial.
Conocerá un tribunal determinado, la ley debe fijar competencia en el preventivo, porque como no hay
una quiebra declarada, no necesariamente se ventilará su discusión ante un tribunal de quiebra porque
este aún no existe.
En este no se ha declarado la quiebra pero presupone una situación de insolvencia que quiere
anticiparse y resolverse.
Como la causa para la presentación del convenio es una situación de insolvencia, el legislador da por
descontando que el proponente está confesando su situación de insolvencia, de otra manera el
convenio carecería de causa. Dado que está asumiendo esto, el legislador entra en un juego binario: se
requiere solución concursal a todo evento, ya sea por convenio aprobado o quiebra. Pero a partir de la
presentación del convenio entra en este juego binario de quiebra o convenio y ya no se discute la
posibilidad de que no haya insolvencia, asume la insolvencia.
Se mira las proposiciones de convenio como una presentación afirme (indesistible), el deudor ha
confesado su calidad de insolvente, el efecto de rechazado el convenio es la declaratoria de la quiebra.
A partir de este supuesto, se plantea la discusión procesal a propósito de qué sucede con la posibilidad
del deudor de desistirse de las proposiciones o de retirarlas. En general la doctrina está bastante
conteste en que ninguna de ellas opera, pero que la sanción que se aplica no es el rechazo del
desistimiento o del retiro, sino la inmediata declaración de la quiebra.
Actualmente casi no tiene regulación, la norma señala que puede contener cualquier objeto lícito que
ponga fin a la quiebra y no puede alterar la cuantía de los créditos.
Intentaremos analizar dónde están los bordes del contenido del convenio.
Las proposiciones del convenio son una oferta que hace el deudor a los acreedores a fin de
extinguir obligaciones o crear obligaciones de hacer o no hacer que ayuden a resolver la obligación de
dinero. La ley les ha dado el carácter de irrevocable desde que se haya notificado a los acreedores,
porque existe una carga asociada al intento de desistimiento por parte del deudor, que deriva en la
declaratoria de quiebra del deudor, ello porque las proposiciones son vistas como una declaración de
insolvencia, por lo que cualquier fracaso en estas llevará a la declaración de la quiebra del deudor.
Existe una consideración relevante: se pueden modificar las proposiciones hasta su aceptación
por la Junta de Acreedores. En las normas chilenas no existe expresa regulación a la modificación de
las proposiciones de convenio; se entiende que las proposiciones que se votan en la Junta son las que se
presentan en esta instancia y lo normal es que el deudor siga negociando hasta ese momento. Es
totalmente aceptado que el deudor presente modificaciones incluso en el desarrollo de la misma Junta
de Acreedores.
Desde el punto de vista jurisprudencial esta es una posición bastante pacifica, sin embargo,
doctrinariamente cabe preguntar: ¿Hasta dónde estas modificaciones no son una alteración
sustancial al principio de la irrevocabilidad? La cátedra plantea una postura a favor respecto de la
forma en que se recoge este criterio en Chile, es imposible que no existan alteraciones necesarias en el
camino y si se pretendiera una rigidez, el convenio caería en el desuso. Además, debe considerarse la
libertad total que tienen las proposiciones del convenio, salvo amplios límites, pues se sigue el principio
de libertad contractual. En la práctica los bordes que determinan el contenido de las proposiciones son
la causa: que exista insolvencia y el objeto: evitar la quiebra y solucionar la insolvencia. Siendo así,
cualquier contenido que respete estos bordes, será aceptado por el legislador, porque a la larga, los
acreedores tendrán la opción de aceptar o rechazar estas proposiciones; el contenido mismo al
legislador le importa bastante poco, lo relevante es que exista un mecanismo práctico de solución de
insolvencia.
“Cualquier objeto ilícito que evite la quiebra o le ponga término, salvo alteración de la cuantía de créditos.”
Aquí estamos frente a convenios y no a contratos, de manera que estamos mucho más cerca de una
convención. Esto es consistente con lo señalado por PUGA en cuanto a que el convenio no constituye
novación de las obligaciones, sino que resuelve mediante una mecánica distinta el pago; lo que se altera
es la prestación y no la obligación. Si bien pretende extinguir obligaciones, no está extinguiéndola per se
para crear nuevas al interior del convenio, por tanto las obligaciones que se cumplen a través del
convenio, son las que el deudor había contraído anteriormente con los acreedores.
La pretensión primaria es extinguir las obligaciones que generaron la insolvencia, de manera que
típicamente no pretende resolver obligaciones de hacer o no hacer, salvo que estén tasadas en la forma
de obligaciones de dinero, sean efectivamente materia de convenio y dan derecho a voto al acreedor
respectivo.
El convenio es una solución concursal, por lo tanto, va a afectar a los mismos acreedores que son de
interés en la quiebra.
Existen modos de extinguir obligaciones que son controlables por la voluntad de las partes, como el
pago y la remisión. Y otros que requieren categorías legales ajenas al control de las partes, como la
prescripción extintiva.
Los modos de extinguir obligaciones no abordan las proposiciones de convenios, estas muchas veces
alteran el contenido de la obligación y no sólo extinguen la obligación. Así, la concesión de esperas, no
es un modo de extinguir obligaciones, de manera que podemos encontrarnos con un convenio que
verse simplemente, por ejemplo, sobre prorrogas de plazos. Por lo que a los convenios sí se les permite
alterar las obligaciones y no necesariamente se exige que extingan las obligaciones.
1
Esta referencia resulta natural, en atención al objetivo del convenio.
Los convenios están llenos de obligaciones que se crean, lo que es fácil de entenderlo en las
obligaciones de hacer y no hacer a favor de acreedores de obligaciones de dinero. Esta situación no se
encuentra regulada en la ley.
En una proposición de convenio, se puede crear nuevas obligaciones, en tanto beneficie a los
acreedores. En materia financiera se denominan “covenants”, que obligaciones de hacer y no hacer que
resguardan una obligación de dinero (“ejemplo: el deudor no podrá celebrar nuevos créditos que haga
subir la relación de deuda-patrimonio en más de 1:1). Así tenemos covenants de activos como la prenda
negativa (o prohibición de constituir garantías a favor de otros acreedores).
Si ya no creamos obligaciones que resguardan a esos créditos, sino que obligaciones nuevas y que no
resguardan la situación del acreedor, como en el siguiente caso: el deudor se obliga a pintar la
fábrica, esto no genera un resguardo propiamente tal, pero sí es beneficioso para el patrimonio, pues se
obliga a realizar una acción que le permitirá mejorar el negocio En la medida que estas obligaciones
se vean como beneficiosas, no hay ninguna razón para prohibir su incorporación al convenio.
Si se incumple la obligación de hacer que resguarda a los acreedores o la que beneficia al patrimonio, el
convenio se caerá y por tanto, procederá la declaración de quiebra.
Se debe tener cuidado con las obligaciones de carácter específico y las obligaciones de carácter genérico,
estas últimas no podrán acarrear el fracaso del convenio, puesto que esta no es una obligación que es
propiamente parte del convenio. Las obligaciones específicas –“pintar la fábrica”- sí se entienden
incorporadas al convenio.
El legislador circunscribe un momento para determinar cuáles son las obligaciones afectas al convenio,
por regla general, al momento de las proposiciones de convenio, pero ¿qué sucede con las obligaciones
posteriores?
Al momento de la Junta de Acreedores podemos tener acreedores que se hayan incorporado tras la
proposición del convenio. PUGA señala que estos acreedores no pueden ser discriminados respecto de
los anteriores, ni viceversa, por lo tanto los incorpora a los afectos al convenio.
La cátedra no está de acuerdo con este razonamiento, es importante el momento en que se determinan
las obligaciones porque permite distinguir a los acreedores que celebraron sin saber de la situación de
insolvencia de aquellos que sí tienen conocimiento de esta situación (declaratoria de quiebra y
proposiciones de convenio se encargan de manifestarlo).
Si los acreedores posteriores deben regirse rígidamente por la par condictio creditorium, entonces nos
enfrentamos a la imposibilidad de conseguir crédito, por lo que se debe preservar esta distinción entre
acreedores nuevos y antiguos para hacer viable la solución concursal.
Ahora bien, cómo resolver entonces la dinámica de la aplicación del convenio respecto de los
acreedores que se hicieron efectivos al momento de la junta:
Para ello existe una explicación práctica. Deudores proponentes se hacen cargo de los acreedores
posteriores de manera explícita y los introducen como parte de las proposiciones como una forma de
hacer oponible a los acreedores anteriores, las mecánicas que plantea respecto de los nuevos. Se
incorpora como una obligación de los acreedores antiguos de respetar el trato preferente y
discriminatorio que se determina para los nuevos acreedores.
Si los nuevos acreedores no aceptan la mecánica de pago planteada por el deudor, pueden solicitar la
quiebra y con ello, el convenio celebrado con los antiguos acreedores fracasará.
Los acreedores que no existan al momento de la junta, son los equivalentes a los deudores de la masa,
como aquellos que otorgan crédito a fin de mantener la continuidad del giro. Estas deben tener total
libertad en cuanto a su pacto, no son obligaciones que se incorporan al convenio ni respecto de las
cuales se refiera el convenio, pero son una realidad económica que debe tenerse presente, especialmente
si el convenio implica mantener la unidad económica del negocio.
Si por la continuidad del giro, se cae en insolvencia, tendremos una segunda quiebra que va a arrastrar a
este convenio y ahí deberá determinarse las preferencias.
Termino de la quiebra
La quiebra corresponde a un juicio ejecutivo universal que, al igual que el juicio ejecutivo singular,
busca obtener el pago de los acreedores, siendo por lo tanto el pago, la forma normal de terminar un
juicio de quiebra. Sin embargo, por este carácter colectivo de la quiebra, se deben tomar en
consideración nuevas modalidades de cierre, estas son
1.a) Sobreseimiento definitivo. Se da cuando existen suficientes bienes para pagar a todos los
acreedores o bien, no habiendo suficientes bienes para ello, la ley permite al fallido de buena fe,
como un beneficio, terminar el juicio de quiebra y así continuar desarrollando una actividad en
la vida del comercio. La finalidad que persigue, es entregar un beneficio al fallido que ya no
puedo pagar sus créditos, estando de buena fe, extinguiendo todas las obligaciones anteriores a
la declaración de quiebra.
1.b) Sobreseimiento temporal. Por regla general se da cuando no existen bines o no existen
suficientes bienes. La finalidad es evitar que los acreedores estén sometidos a una quiebra
que nunca les va reportar ningún beneficio, por ello se les libera para que puedan ejercitar
sus acciones ejecutivas individuales y poder obtener aunque sea un poco de sus créditos.
La misma característica de que la quiebra sea un juicio ejecutivo universal, introduce la necesidad de una
sentencia judicial para su término. Como existen muchos intereses en juego, muchos de ellos de orden
público, se requiere una garantía de seriedad en el término, que se logra a través de una resolución
judicial.
Sobreseimiento Temporal
Resolución judicial que tiene como objetivo liberar a los acreedores para que puedan ejercer sus
acciones individuales en contra del fallido.
Su fundamento está en que no existen bienes o estos son insuficientes para sustentar los gastos de la
quiebra.
Causales:
Articulo 158 número 1: cuando la quiebra carece completamente de bienes. Cuando el síndico
asume su cargo, tiene la obligación de determinar el activo de hecho afectos al concurso en un
comienzo y que luego pasara a ser el activo de derecho, según las acciones que ya hemos revisado. Una
vez realizada la incautación, el síndico debe levantar un acta, que se deberá agregar al expediente a más
tardar al día siguiente de su confección. Cuando el sindico no puede realizar la incautación por no
Primer semestre 2013 | Profesor Octavio Bofill Genzsch
Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 36: 08 DE AGOSTO] Apuntes de Clases
existir bienes, el sindico debe dejar constancia de esta situación en el acta y además, debe solicitar al
Tribunal que declare el sobreseimiento temporal, quien revisara la situación y dicta la resolución que se
notificara por aviso y desde la notificación, los acreedores tienen un plazo de 7 días para oponerse y
en tal caso, se generara un incidente.
Articulo 158 numero 2: En la primera junta constitutiva, el sindico debe dar una cuenta de cuánto es
el monto probable de realización de los activos, si de esta cuenta se determina que los bienes no
alcanzan siquiera a cubrir los gastos de la quiebra, entonces se realizara la realización sumaria del
articulo 159 y terminada esta, el Tribunal debe dictar de oficio el sobreseimiento temporal.
Los costos de la quiebra se refieren principalmente a las costas procesales y personales, los gastos del
síndico, de las notificaciones, algunas remuneraciones que se realizan a determinados acreedores, etc.
1. El que se opone logra demostrar que existen bienes, los que posteriormente se realizaran según la
realización sumaria del artículo 159.
2. Si un tercero anticipa fondos para pagar los costos de la quiebra, se sigue la ejecución normal de
la quiebra1. Estos fondos anticipados, son considerados costas judiciales y por tanto gozan de
preferencia de primera categoría y se pagan con lo primero que se obtenga dentro de juicio.
Se critica que existen dos mecanismos para una misma causal, que es la del 158 numero 2, es
decir la existencia de bienes puede lograrse con dos mecanismos: El del 158 número 1 y el del artículo
97. Este último, establece un mecanismo paralelo, donde el tribunal pide de oficio el sobreseimiento
temporal, esta norma se integró posteriormente a la ley de quiebra, por lo que existirían dos
procedimientos paralelos. Según PUGA, el articulo 97 derogara tácitamente el mecanismo del articulo
158 numero 1, pero hay autores que sostienen que pueden utilizarse ambos mecanismos de manera
paralela.
Según lo sostenido por el profesor Raúl Núñez Ojeda en su texto "La quiebra sin bienes", el mecanismo
más conveniente es el del artículo 97, porque en el caso del articulo 158 numero 1, es el sindico quien
debe realizar la solicitud y -según Núñez- este siempre tendrá la intención de que la quiebra siga, a fin
de obtener un pago mayor.
Estas causales están mal hechas, pues solo apuntan a cubrir los costos de la quiebra, lo que
resulta bastante inútil si se tiene en consideración que el objetivo de la quiebra no es pagar los
costos que esta misma produce, sino que es pagarle a los acreedores, entonces existe una
contradicción entre medios y fines y desde el punto de vista económico, las causales no tienen mucho
sentido.
1
Un tercero podría tener interés en anticipar fondos, por ejemplo, si se trata de un acreedor no concurrente, que
no verifico, tendrá intenciones de que no se dicte el sobreseimiento temporal, para luego poder verificar y pagarse.
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Derecho Comercial III:
[CLASE NÚMERO 36: 08 DE AGOSTO] Apuntes de Clases
El artículo 161 señala que el sobreseimiento temporal deja subsistente el estado de quiebra y
entrega a los acreedores el derecho para ejecutar individualmente al fallido. A primera vista esto
puede resultar extraño, porque señala que deja subsistente el estado de quiebra y al entregar a los
acreedores el derecho a ejecutar individualmente, supone que el acreedor más diligente se va a pagar
primero, e incluso podría llegar a suceder que el resto de los acreedores no puedan pagarse nunca,
porque este acreedor que ejerce primero su acción de ejecución individual se pague sobre todos los
bienes del fallido, lo que parece vulnerar la par condictio creditorum.
Pareciera que esta norma es contradictoria, pero la forma de entenderla es que el estado de cesación de
pagos -fundamento de la quiebra- se mantiene pero los efectos procesales de la abertura de la quiebra,
se suspenden, el deudor sigue siendo insolvente y en caso que exista una reapertura de la quiebra, se
entiende que siempre lo fue.
La Junta de Acreedores desaparece porque la finalidad de esta es buscar el interés colectivo, pero
este ya no existe dado que desde el sobreseimiento temporal, cada acreedor podrá ejecutar
individualmente al fallido, no hay ningún interés común.
El síndico suspende sus funciones, si no existen bienes, no hay nada que administrar. Además, en el
sobreseimiento temporal el síndico debe entregar una cuenta definitiva, lo que supone que el síndico
deja sus funciones.
También se suspende la acumulación de juicios del artículo 70, porque de lo contrario no tendría
eficacia el sobreseimiento temporal, porque cada acreedor que encuentre un bien, lo llevara ante el
tribunal de la quiebra y todos los demás acreedores intentarían ejercer prelaciones de pago y tercerías.
Reapertura de la quiebra
Cesando las causas que dieron lugar al sobreseimiento temporal, se reabre la quiebra, a petición del
fallido, los acreedores u otras personas interesadas.
La causal para solicitarla es que se logre acreditar la existencia de bienes suficientes para pagar los gastos
de la quiebra o que se deposite una cantidad suficiente a nombre del tribunal.
En caso de que se logre la reapertura de la quiebra, se devuelven las cosas al estado anterior al
sobreseimiento temporal, es decir, tiene una especie de efecto retroactivo. Sin perjuicio de ello, no se
puede exigir las sumas que hubiese obtenido un acreedor por el ejercicio de acciones
individuales.
NO se dicta una nueva declaratoria de quiebra, sino que se reabre el mismo proceso. La Junta de
Acreedores y el síndico vuelven a funcionar.
Por el efecto retroactivo de la reapertura de quiebra, entonces todos los actos de enajenación que haya
realizado el fallido en el periodo intermedio se consideraran inoponibles para los acreedores.
En definitiva, todos los efectos propios de la declaratoria de quiebra vuelven a su estado anterior al
sobreseimiento definitivo.
Sobreseimiento Definitivo
(i) Que todos los acreedores hayan desistido de la acción o remitan los créditos en
contra del fallido, Estos deben ser los acreedores concurrentes, es decir, que verificaron en la
quiebra, pues en este caso la verificación es la demanda y no puede desistirse ni remitirse quien
no ha demandado. La decisión debe ser tomada por la unanimidad de los acreedores, en este
caso no se aplica el principio de las mayorías en la Junta de Acreedores, porque esta solo puede
disponer de los bienes del fallido pero no de los créditos de los acreedores.
(ii) El deudor o un tercero consigne fondos suficientes para pagar el total de las costas,
el pago de los créditos vencidos o caucione los demás créditos a satisfacción de los
acreedores.
Créditos vencidos son aquellos en que el plazo establecido en el titulo, se cumplió. En este
caso no aplicaría lo dispuesto en el articulo 67 LQ, con respecto a que todos los créditos se
entienden exigibles desde la declaratoria de quiebra, ahora se debe revisar el titulo que contiene
la obligación para ver si los créditos están o no vencidos.
En este caso, la suficiencia del pago no puede ser determinada por el acreedor, pues, según
PUGA siguiendo las reglas del Derecho Civil, en el pago por consignación, si el acreedor no
está satisfecho, será el Tribunal quien debe determinar la suficiencia, por lo que en el caso de
los créditos vencidos, será el Tribunal de la Quiebra el que en último caso determine la
suficiencia del pago.
En el caso de los créditos pendientes, se debe caucionar la obligación. Algunos autores creen
que el acreedor podrá considerar que la caución no es suficiente y que en caso de impugnarlo,
será el Tribunal quien determine la suficiencia. Puga considera que no existe norma que
fundamente esa idea, porque la caución, por regla general, será un contrato y no existe
ninguna norma que permita al Juez celebrar un contrato por el acreedor.
En este caso se requiere el acuerdo unánime de todos los acreedores. Es muy similar al
convenio alzatorio, pero a diferencia de este donde se aplica el principio de las mayorías, en
este caso rige la unanimidad.
Por regla general, la caución se constituye sobre bienes futuros y no presentes, pues por efecto
del desasimiento, el fallido pierde la administración de estos últimos.
(iii) Se realizan los bienes con lo que se paga a la totalidad de los acreedores,
incluyendo los intereses que se hayan generado.
(i) Que hayan transcurrido dos años desde la aprobación de la cuenta definitiva del
síndico. La cuenta definitiva se aprueba cuando el síndico la presenta y hayan transcurrido más
de 30 días sin haber sido impugnada o en el caso que los acreedores hayan impugnado y el
Tribunal haya resuelto a favor del síndico.
(iii) Que la quiebra haya sido calificada de fortuita en virtud de una sentencia que esté
ejecutoriada y que el deudor no haya sido condenado por los delitos del artículo 466 del
Código Penal.
Termina la quiebra y cesan los efectos de esta, es decir, termina el desasimiento, se eliminan las
normas de competencia común por lo que no hay acumulación de juicios, se cancelan las inscripciones
que se hayan realizado en el registro del Conservador y por lo tanto, se terminan las restricciones para el
fallido de enajenar sus bienes, se deben entregar los bienes que se hayan incautado.
NO cesa las ni las inhabilidades ni la responsabilidad criminal, porque para que cesen las
inhabilidades propias del fallido, debe existir un procedimiento especial de rehabilitación y la
responsabilidad criminal puede ser declarada posteriormente al sobreseimiento definitivo, pues este
solo exige que no exista una condena al momento de la solicitud, sin perjuicio de que la quiebra no
debe haber sido calificada de fraudulenta.
El sobreseimiento definitivo extraordinario tiene un efecto adicional, ya que extingue todas las
obligaciones cuyo título sea anterior a la quiebra, el fallido queda sin ninguna deuda.
Algunos autores se cuestionan si el fallido debe haber pagado al menos una parte a sus acreedores para
optar al sobreseimiento definitivo extraordinario, Puga sostiene que no es requisito establecido por ley y
por tano, no es la interpretación de la norma.
El deudor tiene legitimación para solicitarlo, puesto que una norma señala que el incidente se
tramitara entre el deudor y el opositor.
El fallido debe presentar la solicitud, la que se notificará por aviso y se dará traslado, otorgándose un
plazo de 15 días para presentar la oposición. En caso de que alguien se oponga, se producirá un
incidente entre el deudor y el opositor y la sentencia que se dicte será apelable.
La sentencia que declara el sobreseimiento definitivo es una interlocutoria de primer grado y esta
resolución es apelable en ambos efecto, según el artículo 166 LQ.
Se propone dentro de la quiebra para ponerle término. Se contrapone a los convenios extrajudiciales,
requiere la aprobación judicial y a diferencia de los convenios extrajudiciales que obligan solamente a
los acreedores que lo hayan aprobado, acá aplica el principio de la mayoría, es decir, obliga tanto a los
que votaron en contra como a los que no votaron.
El contenido de las proposiciones del convenio simplemente judicial puede ser cualquier objeto
lícito que tenga como objetivo poner término a la quiebra, de lo contrario, no existe convenio, por
lo que es un elemento esencial de este convenio.
Tramitación
El síndico debe certificar el pasivo y deberá excluir a las personas relacionadas y a los titulares de la
EIRL, cuando sea esta la que realice la proposición.
El derecho a voto se determina según el artículo 102, es decir, tienen derecho a voto todos aquellos
acreedores que estén en la nomina de créditos reconocidos o aquellos que no estando reconocidos
hayan obtenido derecho a voto por el Juez en la Junta Especial que se realiza el día anterior a la
votación del convenio.
Produce los mismos efectos del sobreseimiento, es decir, se termina la quiebra, cesan los efectos de la
apertura de esta y que al igual que en los demás casos, no cesan las inhabilidades ni la responsabilidad
criminal.
Una complejidad de los convenios es responder a la pregunta sobre ¿a quién le resultan oponibles? y para
responder a ello se ha realizado esta distinción entre acreedores valistas y acreedores preferentes o
privilegiados, afectando solo a los primeros.
La segunda dificultad, se refiere a la oponibilidad de los acreedores en el tiempo, la tesis acá es muy similar a la
tesis de la quiebra; se debe congelar a un grupo de acreedores que existen en un momento determinado
por la ley y que corresponden a los acreedores afectos por el convenio (en el mismo sentido que los
acreedores afectos a la quiebra) es decir, quienes quedan bajo la solución concursal respectiva, lo que
quiere decir que, la forma en que se pretende solucionar la insolvencia por el convenio que se apruebe,
(prorrogando, liquidando, prometiendo pagar, etc.) es oponible a todos los acreedores que se definen en
el tiempo, grupo de acreedores que se encuentra definido en el artículo 200 del Título IV del Código
de Comercio.
Toda la temática de los acreedores posteriores, sean valistas o privilegiados, tienen una solución muy
similar -desde la perspectiva concursal- a los acreedores de la quiebra, es decir acreedores que no están
dentro de la masa y por tanto, se deben pagar antes.
La cuestión practica que es distinta en los convenios, es que los acreedores que se agregan con
posterioridad a la resolución que recae en las proposiciones del convenio judicial preventivo, si bien no
están afectos al convenio, típicamente pretenden solucionar también con el convenio, a pesar de que
legalmente a su respecto, no existe la fuerza de la oponibilidad. Por lo tanto, aplicando reglas de
derecho común, esos acreedores posteriores solo estarán obligados en la medida que consientan
explícitamente, sea porque se allanan a lo decidido en el convenio, sea porque unilateralmente se
modifican los términos de su obligación original para hacer pago según lo aprobado en el convenio o
sea porque unánimemente todos estos acreedores firman un convenio extrajudicial con el fallido.
Esta es una mirada práctica distinta pero jurídicamente, la solución concursal es la misma que ocurre en
la quiebra.
Las proposiciones del convenio deben ser puras y simples, es decir, no deben estar afectas a alguna modalidad o
condiciones, sin embargo, el contenido de la proposición si puede estar sujeta a modalidades. Esta
afirmación hay que entenderla de la siguiente manera: Las proposiciones de convenio son la oferta que
hace el deudor para los efectos de extinguir o solucionar las obligaciones de una manera distinta a la
originalmente contratada con los acreedores afectos. Esta oferta se somete a las reglas generales, por lo
tanto, para que sea una oferta válida, debe ser pura y simple, en términos que, adviniendo la aceptación
correlativa, se va a formar el consentimiento; si alguien formula una oferta condicionada, reservándose
de alguna manera la posibilidad de que no concurra el consentimiento con la mera aceptación, entonces
no estamos hablando de oferta, sino que de un iter preparatorio contractual distinto.
Otra cosa distinta es que el contenido de la oferta este sujeto a una condición.
Otra temática que se cruza es la de las proposiciones principales y las proposiciones alternativas,
lo que se revisara más adelante.
En Chile el convenio solamente aplica a los valistas y no a los privilegiados, siempre cuando estos últimos
En nuestro país todos los acreedores valistas son iguales, a diferencia de otros sistemas donde opera
la reestructuración, donde se distinguen los tipos de acreedores que tienen que ver con las distintas
mecánicas de financiamiento de la empresa: una empresa se financia por el lado del capital o por el lado
del financiamiento; los capitalistas no son acreedores y por lo tanto no están del lado de la solución
concursal porque los convenios no se aplican a los capitalistas (a diferencia de lo que ocurre en la
liquidación).
En Chile, quienes realizan prestamos típicamente son los bancos, es decir acreedores financieros,
también dan créditos a la empresa por medio de acreedores del mercado de valores, los proveedores
también prestan créditos a la compañía, mediante el pago diferido de factura. Por lo tanto, para
solucionar la cadena de pagos, el proveedor esta en el circuito comercial, lo que se vincula con un
concepto financiero muy relevante que es el "capital de trabajo", en la medida que este sea más
pequeño, la posibilidad de soportar disturbios financieros es mucho menor, en la medida que el negocio
se estructura en un menor capital de trabajo, entonces existe una mayor necesidad de que se cumplan
las obligaciones en tiempo y forma; si un cliente se atrasa, afecta la capacidad de reestructurar el capital
de trabajo y por tanto, de comprar mercaderías para el mes siguiente, debiendo recurrir a préstamos.
Cuando hablamos de los proveedores, nos referimos a acreedores de carácter comercial y estos se
oponen a los acreedores de carácter financiero, correspondiendo a todos aquellos que se encuentran
dentro de la cadena de pagos y no tienen que ver con préstamos o desembolsos de dinero en favor del
fallido. Los acreedores financieros, son quienes desembolsan dinero.
Por eso es que muchas legislaciones se permiten distinguir entre acreedores de distinta naturaleza y en
los convenios se protege al proveedor, a fin de no paralizar la cadena de pago. Al acreedor financiero,
en cambio, que tiene que ver más con el financiamiento del activo fijo, se le podrá pagar en mucho más
plazo una mayor cantidad del crédito, por ejemplo. La posición financiera de uno y otro es distinta, por
ello muchas legislaciones comparadas permiten la distinción entre un acreedor y otro, dando soluciones
distintas en los convenios para esos distintos tipos de acreedores.
En Chile ello no ocurre y los acreedores valistas son de una sola clase y por tanto en el convenio no se
pueden establecer soluciones distintas para el proveedor, que las establecidas para el acreedor
financiero. Esto surge en el artículo 178, que enfatiza el principio de la no discriminación.
Excepcionalmente se podrá discriminar, pero esa discriminación no puede venir del proponente, sino
que debe venir del "discriminado", es decir, no es un derecho irrenunciable, pero esta aceptación
necesariamente supone consentimiento. Por lo tanto, la regla de las mayorías que opera en materia de
convenios, no puede imponer convenios discriminatorios; pueden aceptar la discriminación uno o más
acreedores, pero no se puede imponer a su respecto la regla de las mayorías.
Como en Chile no se puede discriminar y se debe establecer una misma proposición de convenios para
todos los acreedores valistas, una práctica que típicamente se ocupa (que debiera estar regulada en la ley
como valida) es proponer soluciones alternativas. La solución alternativa debe ser aceptada por el
acreedor discriminado, si ello no es así, podrá ser impugnado.
Se puede ofrecer votar alternativas distintas, donde funcionarán de manera subsidiaria, en la medida
que la anterior se caiga, por lo en la Junta de Acreedores existirán tantas votaciones como
proposiciones que se presenten.
Esta es una forma de introducir la cuestión de la discriminación al convenio y es una buena táctica para
obtener soluciones que distingan entre distintos acreedores valistas.
Remisión total
Los autores se cuestionan si es aceptable jurídicamente remitir totalmente los créditos como un
mecanismo valido de aceptación. La pregunta se plantea básicamente porque existe un contrasentido: el
acreedor está disponible para extinguir su calidad de acreedor sin ninguna contraprestación. Entonces la
pregunta que se plantea es ¿pueden los acreedores efectivamente dar por terminada su relación con el deudor solamente
aprobando por mayoría esa obligación? ¿No se estaría exacionando el derecho de aquellos acreedores que no han
concurrido con su votación?
Finalmente, aquí de lo que se trata es hacer primar una solución concursal, más que por los intereses
particulares (porque entonces la ley establecería mecanismos de máxima satisfacción, donde entra un
análisis financiero), lo que subyace a las soluciones concursales es simplemente intentar eliminar
el foco de infección que está afectando a la cadena de pagos. Por lo tanto, al legislador lo que le
interesa es dar solución a la crisis de insolvencia que tiene un patrimonio, mucho más que interesarse
por la efectiva recuperación de los créditos.
Por lo tanto, la cuestión de si la remisión total es aceptable o no es bastante pacifica en cuanto a que es
válida.
No tiene mayor explicación en la historia de la ley, es una muy mala frase. Se debe entender que el
proponente no puede alterar la cuantía de los créditos sin producirlo a través de un modo de extinguir
obligaciones.
Por lo tanto, a esta frase debemos darle un sentido distinto: el deudor no puede partir el convenio
con una propuesta que considere una cuantía de créditos distinta de la real.
El convenio es una convención, por lo tanto puede modificar o extinguir obligaciones. Debe
además existir una causa, que en este caso es la insolvencia. No puede haber una proposición de
convenio donde se presione a los acreedores para obtener una ganancia, si no hay un trasfondo de
insolvencia detrás. Lo que la ley impide con el establecimiento de la ilicitud de la causa en materia de
convenio, es que exista un aprovechamiento de la institución concursal para perjudicar los derechos de
terceros acreedores; si a todos los acreedores se les debe 100, el fallido no puede ponerse de acuerdo
con la mayoría de los acreedores para que ellos estén de acuerdo en rebajar a 90 esta obligación, cuando
en realidad no existe una situación de insolvencia que se deba solucionar. Por lo tanto, aquel se
aproveche de las instituciones concursales para perjudicar a una minoría de los acreedores, caerá por la
ilicitud de causa.
En cuanto al objeto, nuevamente tiene que ver con la insolvencia pero ya no como justificación de la
proposición de un convenio, sino que con el tipo de solución: en el convenio se debe introducir un
contenido que pretenda dar solución a la insolvencia.
En esta materia hay una cuestión de carácter procesal, una obligación del sindico para levantar un
informe (recordar que en materia de convenios el sindico no es un administrador de bienes, sino que
un interventor, puesto que en los convenios no existe desasimiento). Dentro de la facultad de tuición
del sindico en materia de convenios, éste entrega su opinión experta a los acreedores respecto del
contenido de las proposiciones de convenio, básicamente lo que hace es analizar -bajo su experiencia- si
estas proposiciones van a ser una forma con la cual se obtenga, razonablemente, una mejor
recuperación de créditos que la que se obtendría mediante la quiebra. Los síndicos tienen una gran
capacidad para conocer el valor de las cosas en el mercado.
El legislador fuerza a que el experto concursal que por definición esta detrás de las soluciones
concursales, el sindico, le entregue a los acreedores la visión de cual de lasa dos soluciones es más
conveniente para sus intereses individuales, de manera que estos puedan votar informados. El síndico
básicamente contrasta la solución de la quiebra y su resultado, con el contenido de las proposiciones de
convenio. Este informe no es vinculante para los acreedores, no obstante la obligatoriedad de
su presentación en tanto trámite procesal. Lo relevante es que esta es una manifestación de la
solución de insolvencia que debe perseguir el convenio, por lo que sirve de antecedente para atacar el
convenio por ilicitud del objeto.
Toda esta discusión del contenido del convenio, tendrá instancias de impugnación en distintas sedes.
solución del convenio. Este es un juicio de reproche material con contenido comercial, donde los
acreedores aprueban o rechazan, sin necesidad de apegarse a causales de legalidad, simplemente usan
un criterio comercial-negocial.
Votado favorablemente el convenio, surgen dos mecánicas procesales para generar un juicio de
reproche al convenio:
Las causales de la impugnación se encuentran expresamente establecidas por ley (artículo 196 LQ) y
estas son de dos grandes ordenes:
(i) Procesales: no hubo votación, esta estuvo mal contabilizada, etc. Es decir, se refieren a si se
dio cumplimiento al entorno procesal que otorga seguridad a la votación en Junta.
(ii) Relativas al contenido: si el convenio cumplió en su contenido con las normas que marcan sus
límites: si fue discriminatorio, si no da solución a la insolvencia, etc.
2. Nulidad del convenio: Juicio de reproche de largo aliento, que se vincula mucho más con la
función sustancial del convenio. Por lo pronto, tiene un plazo mucho más extenso para su
presentación, que es de un año (a diferencia de la impugnación que es de algunos días), es un juicio de
reproche que tiene una sustancia mucho más difusa en la ley. Es una nulidad que se relaciona mas con la
existencia de vicios legales, de carácter sustantivo, que de carácter procesal, que no hayan sido vistos en
sede de impugnación.
Por lo tanto, este ultimo juicio de reproche, es típicamente una forma de traer la discusión en torno a
los pilares y aristas más relevantes del contenido de las proposiciones de convenio. Normalmente, si se
busca impugnar ilicitudes de objeto o causa, el reproche de nulidad del convenio será el mecanismo
utilizado.
Típicos casos de contenido de convenio son las modificaciones de plazos y pagos, amortizaciones de intereses, es
decir, lo que se conoce como el cambio en la tabla de desarrollo. Cuando se establece un calendario
de pagos a los acreedores, fijando una distinta tabla de desarrollo, se está estableciendo mecanismos de
amortización distintos a los originalmente pactados.
Métodos de pago distintos a los originales, como la dación en pago: cuando hablamos de soluciones de insolvencia,
miramos los distintos estados de demostración financiera (estado de resultados, flujo de caja efectivo y
balance), pudiendo existir una gran cantidad de activo fijo pero un bajo activo circulante que no alcanza
a cubrir las obligaciones en tiempo y forma y siendo los activos fijos de más lenta enajenación, no
permiten obtener rápidamente liquidez. El convenio es una mecánica de solución concursal donde
típicamente se cambia la estructura financiera: existiendo mucho activo fijo y poco activo circulante,
mucho pasivo de corto plazo y poco de corto plazo, se toman estos activos fijos y se entregan en pago a
los acreedores.
Pagos parciales con daciones en pagos y liquidaciones de activos: Aquí existe una mezcla donde, por un lado, se
abonan extraordinariamente pasivos y por otro lado, se generan mecanismos de liquidación de activos a
futuro. Un ejemplo de esto ocurrió en el caso de Termas de Chillán, donde también se mezclaron
participaciones de nuevos inversionistas, de manera que se reponen los pasivos al nivel que son
capaces de pagarse con los flujos del nuevo negocio.
Pagos totales o parciales con flujos del giro: Normalmente se mezclan con capitalizaciones. Las capitalizaciones
de pasivos son un mecanismo de aumento de capital de la compañía. Es de normal ocurrencia que
frente a una situación de insolvencia en industrias relativamente grandes, los acreedores entiendan que
el negocio ordinariamente genera ingresos y utilidades suficientes, pero la carga financiera que tiene el
negocio es muy alta, por lo tanto, estos inversionistas capitalizan una parte de su pasivo y dejan
una parte vigente, reponiendo el capital a un nivel suficiente donde el negocio futuro es capaz de pagar
los créditos remanentes. Simplemente es una transformación de pasivo en capital, por lo que los
acreedores, a través del convenio, pasan a ser accionistas y reponen un flujo normal de pagos para
los pasivos remanentes, donde permanezcan como acreedores.
Métodos de realización de activos de una unidad deficitaria: Corresponde al típico caso de una empresa que
tiene más de un negocio y dentro de ellos hay unos muy poco rentables y otros muy rentables, lo que es
muy frecuente en grandes compañías que tienen grandes excedentes de caja y que comienzan a
desarrollar giros distintos del tradicional (caso de Endesa e inversión en el negocio de
telecomunicaciones). Esta unidad deficitaria comienza a pertenecer a los acreedores, pues estos
entregan el financiamiento, por lo que se les entrega esta unidad deficitaria como dación en pago y
luego los acreedores pueden vender esta unidad y obtener parte del crédito adeudado.
Participaciones, fusiones, divisiones: Los convenios judiciales dan para todo en negocios de fusiones e
inversiones. A través del convenio judicial se puede pedir un plazo a los acreedores para que no ejerzan
las acciones individuales, mientras se siguen acumulando intereses, a fin de conseguir un inversionista
en mejores condiciones que las que se pueden tener cuando el deudor está preocupado de las
demandas, se le da mayor capacidad de competencia al deudor al momento de la negociación.
Emisiones de deuda: Hay empresas que entran en un convenio judicial preventivo, para hacer esperar a
los acreedores y así conseguir emitir deuda, obtener financiamiento y parte de este, utilizarlo para el
pago de los créditos. Si existen muchos acreedores de corto plazo, se busca llevar las deudas a largo
plazo porque no existe un descalce de patrimonio, sino que de los tiempos entre los que se puede
liquidar los activos y los que son exigibles los activos, con lo que se entiende que la insolvencia no
necesariamente tiene que ver con problemas estructurales de patrimonio, sino que con descalces de
plazos.
Remisiones totales o parciales: Convenios más dolorosos para los acreedores, ya que implica reconocer que
invirtieron demasiado dinero en un negocio que no es capaz de devolverlo, por lo tanto, condonan o
remiten una parte de la deuda, de manera que el remanente sea capaz de pagarse con los flujos del
negocio.
Típicamente se combinan con una capitalización, lo que explica que sea más conveniente que la vía de
la quiebra, puesto que el acreedor se quedará con una participación en la compañía que le permitirá
obtener ganancias a través de los dividendos, lo que se entiende que es más beneficioso que salir a
realizar los bienes.
Muchas veces encontramos que una parte relevante de los activos no están dentro del balance, no son
parte del patrimonio de la compañía (por ejemplo, por el financiamiento vía leasing).
Métodos válidos de financiamiento de las empresas: Todos son métodos que forman parte de un contenido
razonable de un convenio preventivo, puesto que permiten agregar financiamiento a la empresa.
La comparación resulta dificultosa, puesto que son estructuralmente distintos, a pesar de parecerse
muchos (en especial por tener muchas normas procedimentales parecidas), pero la verdad es que entran
en momentos totalmente distintos de la insolvencia y por lo tanto, siempre los paralelos resultan un
poco injustos.
Hay algunos convenios simplemente judiciales que pueden estar apoyados por ciertos acreedores para la
realización de determinados activos, pero la verdad es que esto ocurre en un periodo de tiempo tan
breve, que si existe este apoyo, importa poco. Una mirada cronológica de la quiebra, nos lleva a concluir
que es razonable una quiebra que dure 2 años, desde la declaratoria de quiebra hasta el fin de la
realización de los activos. La realización de los activos es relativamente larga (salvo el caso de las
realizaciones sumarias), puesto que requieren cumplir con barreras de entradas muy rigurosas: por
aplicación supletoria de la ley, las ventas de activos deben realizarse en trámites públicos, para los
efectos de transparentar el precio en que estos se están vendiendo y no existan fraudes. Llegar a un
remate público es costoso, está lleno de regla y por tanto, de incidentes, entonces, incorporar un
convenio simplemente judicial que en 30 días deba decidirse por una junta de acreedores deba
pronunciarse, ese plazo resulta una mera anécdota, a menos que estemos hablando de situaciones
excepcionales. Si la Junta Extraordinaria de Acreedores es exitosa, se alza la quiebra, de lo contrario,
esta sigue su curso.
El convenio judicial preventivo, por el contrario, tiene un mayor impacto y muchas veces la sola
presentación de éste es un objetivo en sí mismo. Para un deudor, es un tremendo alivio poder
llegar a un convenio judicial preventivo exitoso. Entonces, la presentación de este convenio, por regla
general no suspende nada, pero la mecánica de las excepciones son muy relevantes. Para lograr
suspender la potencial quiebra mientras dure la tramitación del convenio, la estrategia es tener un grupo
de acreedores que apoye las proposiciones de convenio, al menos un primer borrador que permita
ganar tiempo para luego negociar con los acreedores una solución concursal. Hay más de una tesis de
apoyo de los acreedores:
- Artículo 177 bis: apoyo de la mayoría de los acreedores. 90 días para ir a la Junta.
- Artículo 177 quáter: apoyo de una supra mayoría de acreedores. 30 días para ir a la Junta
(se acorta el tiempo, porque es tanto el apoyo que se requiere, que se asume que el
convenio está listo).
Las Juntas de Acreedores donde se aprueban los convenios, se desarrollan de una manera muy
similar a la quiebra: el convenio debe presentarse por escrito judicial y se aprueba en una asamblea que se
verifica ante el mismo Tribunal, donde típicamente se ven algunos hitos relevantes:
- Determinación de los acreedores con derecho a voto: Artículo 102 LQ. Se debe tener
en cuenta las situaciones de excepción a propósito de acreedores relacionados y cesionarios
de créditos, quienes siguen siendo considerados acreedores pero se les priva del derecho
político de votar el convenio.
- Informe del síndico: El síndico compara el resultado del convenio contra el de la quiebra,
realizando un balance y luego entrega su opinión a los acreedores. Este informe se revisa,
discute e impugna en sede de la Junta y es un factor de convicción de los acreedores de
gran relevancia, ya que se debe tener presente que quien propone el convenio es la misma
persona que provocó la insolvencia y por lo tanto, existe un gran nivel de intolerancia a su
respecto, por lo que el síndico actúa como un catalizador en esta situación.
Este es un negocio privado, cuando el deudor quiere hacer una propuesta a los acreedores,
a una de las personas que debe tener en especial consideración, es al síndico. Parte
importante del convenio se refiere a la situación en que estará el síndico. Como este es un
interventor durante la proposición de convenio, queda supervigilando la etapa de
cumplimiento del convenio, por lo tanto su trabajo queda “asegurado” en la medida que
exista una aprobación de convenio, también. La cuestión es contrastar cuál es el honorario
que hubiera adquirido el síndico en sede quiebra (porcentaje de la realización de los
activos) versus el que adquirirá con ocasión de la intervención que lleva a efecto en el
convenio judicial. Normalmente, con ocasión de los convenios, al síndico se le asignan dos
tareas adicionales:
(i) Se le hace formar parte de la comisión de acreedores: Este es un órgano que no está
en la ley pero opera en la práctica y cumple funciones de vigilancia del cumplimiento del
convenio. Los acreedores normalmente no se remuneran en esta instancia, porque ellos
tienen un interés que consiste en obtener el mayor porcentaje de pago, en cambio, el
síndico como es un auxiliar no acreedor, necesariamente debe ser remunerado.
(ii) El síndico muchas veces es utilizado –lo que depende del contenido del convenio-
como un administrador de procedimientos de realización de activos. Por ejemplo, si
el convenio involucra la realización de activos inmobiliarios para pre-pagar ciertos pasivos,
esa venta se entrega bajo la supervisión del síndico, entregándole confianza suficiente a los
acreedores.
- Contenido de las proposiciones del convenio: Estas son leídas y muchas veces alteradas
y reformuladas en la Junta, correspondiendo a la materia sujeta a aprobación.
La aprobación del convenio requiere el consentimiento del deudor, que debe ser expreso y en Junta. El
deudor debe asistir a la Junta (pudiendo hacerlo por intermedio de apoderados) y debe presentar el convenio.
En el acta debe quedar estampado explícitamente el consentimiento del deudor (así lo ha estimado la Corte
Suprema).
Debe existir también una mayoría de los acreedores, que se construye sobre los acreedores con derecho a
voto, es decir, los acreedores del artículo 102 LQ, menos los acreedores relacionados y los cesionarios de
créditos. El voto conforme de los 2/3 se refiere a los acreedores concurrentes con derecho a voto, que
representan el 75% del pasivo con derecho a voto, las bases de cálculo son distintas: el 75% se calcula sobre
el total de los acreedores con derecho a voto, estén o no presentes, en cambio, los 2/3, se refiere a los
acreedores que, teniendo derecho a voto, asisten a la Junta donde se vota el convenio.
- Exclusión del acreedor disidente: En esta lógica de que deben reunirse mayorías, el
tamaño de las minorías es muy relevante. Si hay una minoría que pueda estar vetando la
aprobación del convenio, el legislador entrega este mecanismo que permite a los
acreedores que apoyan el convenio, excluir a los disidentes pagando o asegurando el
pago de sus acreencias. Con esto se baja la base de cálculo respecto de la cual debe
determinarse el número de acreedores concurrentes para alcanzar los 2/3 y el total del
pasivo con derecho a voto para llegar a los ¾. Se excluye a algunos acreedores de este
cómputo para conseguir que el quórum ahora se compute en un universo más pequeño y
ahora la mayoría pasa a ser suficiente para la aprobación del convenio. No es que se
subrogue la posición del acreedor disidente, sino que simplemente se le excluye para
efectos del cálculo.
Esta exclusión no supone el pago de la garantía total del crédito, sino que de la parte que se
estimaría que se pagaría vía quiebra, de manera que se hace transparente el punto en virtud
del cual ese acreedor minoritario ya no acepta el convenio como solución concursal, sino
que prefiere la quiebra. Puede haber impugnaciones en cuanto al monto, pues estamos
hablando de estimaciones.
- Acreedores preferentes no votan, salvo que renuncien a sus preferencias: Esta
mecánica es muy relevante para entender por qué los convenios valistas y no a los
preferentes, lo que es parte fundamental de esta cátedra.
Tradicionalmente estas eran causales procesales, hoy se incluyen algunas causales de fondo. La
causal del número 1 es típicamente una causal en cuanto a la forma, de procedimiento. En el número 2 ya
entramos a cuestiones de fondo, al igual que en el número 3 y 4. La causal del número 5 es más genérica. Se
incorpora también una impugnación en cuanto al contenido del convenio por ilicitud del objeto.
Por lo tanto, la impugnación del convenio tiene causales y plazos específicos, se tramita bajo reglas de
incidentes.
Aprobado el convenio en la Junta, surgen las posibilidades de impugnar y luego se plantea la pregunta sobre
cuándo comienza a regir.
Que comience a regir significa la determinación de cuándo se hacen efectivos los derechos y obligaciones
que nacen del convenio, los que dicen relación con un modo de extinguir las obligaciones; creación de
obligaciones de hacer y no hacer, que vienen a resguardar las obligaciones originales del contenido del
convenio; y otras obligaciones accesorias que tienen que ver con garantías. Estas obligaciones comienzan a
hacerse efectivas, desde que el convenio se entiende aprobado o se entiende regir., que no es lo mismo que la
aprobación en Junta.
Lo anterior es relevante porque, dado que existe otra mecánica de sanción civil del convenio, que es la
resolución, que se vincula al incumplimiento de las obligaciones del deudor bajo el convenio, entonces este
hito marca el momento en que el deudor proponente debe comenzar a cumplir sus obligaciones, bajo el
riesgo de resolución del convenio por incumplimiento de las mismas.
(i) Cuando se encuentra vencido el plazo para realizar impugnaciones y estas no se hayan presentado: 5 días, se
debe pedir certificación y se requiere resolución aprobatoria del Tribunal por no haber
impugnaciones.
(ii) Causa ejecutoria de la resolución que desecha impugnaciones: Recordar que cause ejecutoria (que no es lo
mismo que la resolución se encuentre ejecutoriada) es que los efectos de la resolución comiencen a
correr, desde una mirada procesal, sin perjuicio de que otros recursos estén pendientes o que
puedan estarlo y que más tarde alteren la resolución. La resolución de primera instancia que rechaza
la impugnación, causa ejecutoria y por tanto, ese convenio puede llevarse adelante, aun cuando
existan apelaciones.
Se agrega una interpretación que se introdujo en una modificación legal relativamente reciente que, que
pretende evitar las impugnaciones odiosas, que solo tenían por objeto obtener un arreglo más allá del
convenio, colocándose una barrera de entrada: si hay impugnaciones que no cuentan con el 30% del pasivo
con derecho a voto, entonces, esta impugnación no produce el efecto de suspender la vigencia del convenio.
Efectos de la sentencia que acoge la impugnación: Deja sin efecto el procedimiento, el deudor podrá
reiterar la proposición.
La ley contempla principalmente dos delitos: (i) el de quiebra culpable y (ii) el de quiebra fraudulenta.
Estableciendo conductas específicas del deudor que determinan cuándo se configura la hipótesis de
quiebra culpable o fraudulenta.
Para que se configuren estos delitos, es necesario que se cumplan cuatro requisitos:
2º Se requiere la existencia de alguno de los deudores del artículo 218, es decir, que exista un
deudor calificado del artículo 41, el deudor no calificado solamente podrá ser sancionado
por estos delitos en caso de ocultamiento o fuga (artículo 43).
La norma residual, que se encuentra fuera de la Ley de Quiebras, es el artículo 465 Código Penal,
norma que ese encuentra muy en desuso principalmente, por la amplitud del sujeto activo contemplado
en la Ley de Quiebras.
La quiebra del deudor calificado puede ser catalogada de tres maneras: como fortuita, como
culpable o como fraudulenta. Según la calificación que se dé, procederá la sanción del artículo 219 o
220, según corresponda. Si la quiebra es fortuita, no existirá ninguna sanción penal.
Existen distintas teorías para explicar cuál es el bien jurídico que se protege con esta calificación penal
en materia de quiebra.
1
Revisar textos de Puga.
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Cuando se sostiene que estos delitos atentan contra la fe pública, lo que está detrás es una protección a
la economía en su conjunto, puesto que cuando una persona es declarada en quiebra se produce un
desbalance general que altera muchas relaciones jurídicas y por ello, son delitos que atentan contra la
economía pública.
También se sostiene que estos delitos atentarían contra el patrimonio, teoría que antiguamente tenía
algún sustento en el Código Penal, por cuanto este contemplaba delitos específicos dentro del título de
delitos contra la propiedad, pero que actualmente se encuentran derogados. En el caso de los delitos de
quiebra, lo que se protege es el derecho que tienen los acreedores sobre el patrimonio del
deudor, más que el patrimonio mismo de los acreedores. Esta teoría es descartable, puesto que se
funda en que, lo que es punible no es el acto en sí cometido, sino que lo que transforma el acto en
punible es la insolvencia de la quiebra, pero no toda quiebra será culpable o fraudulenta, sin embargo,
bajo esta teoría se transforma toda quiebra en cuestionable y por eso se descarta.
El delito en sí no es la quiebra, sino que esta se declare con ocasión de alguno de los actos
contemplados en la norma o bien, habiendo sido declarado en quiebra, el fallido comete alguno de
estos actos.
Otra teoría es la sostenida por CARNELUTTI, quien señala que estos delitos atentarían contra la
administración de justicia. Parte él, lo que se protege no es el derecho individual de cada uno de los
acreedores para recuperar sus créditos, sino que a la masa de acreedores, donde se radica un deber
público de protección procesal. Por lo tanto, estos delitos atentan contra la administración de justicia,
pues interrumpen o impiden la igualdad de los acreedores, en relación con ese deudor determinado.
La principal objeción que se hace a esta teoría, es que la mayoría de los delitos relativos a la quiebra se
cometen antes de la quiebra, salvo algunas excepciones muy particulares, por lo tanto, no
necesariamente tienen relación con la irrupción de la igualdad de los acreedores, sino que se trata de
sanciones especificas a actos que atentan contra la buena fe de las personas que contrataron con el
deudor.
Otra teoría se funda en que estos delitos protegen la par condictio creditorum, que es muy similar a la
teoría anterior, pero en este caso se centra en una faz privada. Lo que estos delitos afectan
específicamente, es la igualdad de los acreedores para perseguir sus acreencias dentro de la quiebra. Esta
teoría sostiene que existirían dos derechos de los acreedores: (i) el derecho a repartirse el patrimonio
(ii) que esta repartición sea igualitaria, respetando las garantías de los créditos que se han otorgado.
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El problema que surge es que estos dos bienes tuteados no necesariamente se van a ver vulnerados por
la declaración de la quiebra; se puede dar el caso en que un deudor incurra en alguno de las actitudes de
quiebra fraudulenta, pero aún así pague a todos sus acreedores, entonces no se vulnere la par condictio
creditorum, por lo tanto, en este caso no habría ninguna sanción. Pero en Chile e Italia, el pago a todos
los acreedores no hace que el delito no se configure.
También se critica que esta teoría se basa en que los acreedores tienen un derecho respecto del
patrimonio y en realidad, estos tendrían un derecho a pagarse en el patrimonio, lo que es distinto.
Otros autores sostienen que se trata de delitos pluriofensivos, englobando distintos bienes jurídicos
de las demás teorías. Puga critica esta teoría porque, si bien existen ciertas figuras que son
pluriofensivas, no es posible igualar los bienes jurídicos que se protegen, no todos tienen el mismo
valor otorgado por la norma.
Parte de la doctrina sostiene que se trata de delitos contra la fe pública, si el sistema crediticio se
funda en que el acreedor otorga un crédito al deudor con la esperanza de que le vaya a pagar, entonces
se sanciona las conductas que deliberadamente buscan romper con esa fe pública.
PUGA considera que no estamos frente a delitos que atenten contra la fe pública en general, sino que
se trata de delitos específicos respecto al crédito y para esto, realiza una pequeña reseña histórica
relativa a cómo surgió el crédito, la necesidad de simplificar los conceptos civiles y esto lleva a que el
sistema crediticio se funde en la buena fe. Los acreedores entregan créditos bajo el supuesto de que
el deudor será diligente al momento de cumplir sus obligaciones. Si el deudor incumple por motivos
distintos a su culpa o fraude, no será criticable desde el punto de vista penal, pero sí es criticable cuando
este deudor realiza un acto encaminado a perjudicar a sus acreedores, lo que se sancionará bajo estos
tipos penales.
Por esto, Puga sostiene que lo que se sanciona son ciertas conductas y no el resultado mismo de
las conductas.
Sujeto Activo
Estos delitos hablan de un sujeto activo calificado, es decir, no cualquier persona puede cometer estos
delitos; debe tratarse de un deudor calificado o bien, un deudor no calificado bajo las figuras del
artículo 43 Nº3.
En el último tiempo han existido modificaciones a esta norma intentando hacerse cargo de la quiebra
culpable o fraudulenta de personas jurídicas. En este caso, la norma establece expresamente que por
esas personas jurídicas responden penalmente los administradores o gerentes, que hayan
concurrido al acto que configura la causal contemplada en la norma o bien, que lo hayan
autorizado.
En relación con los cómplices y coautores, se entiende que tratándose de una quiebra culpable, las
normas contempladas en el ordenamiento general penal, en relación con la posibilidad de
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(i) Delitos con causales de pre quiebra: Aquellas que pueden tener lugar antes de la
declaratoria de quiebra. Ejemplo: artículo 219 CCom.
(ii) Delitos con causales de post quiebra: Sólo pueden tener lugar una vez que se haya
declarado la quiebra. Ejemplo: artículo 219 Nº6 CCom.
En relación con estas causales, la doctrina distingue qué es lo que se protege (sin perjuicio de que
siempre se proteja la buena fe crediticia). Tanto para Puga como para Contreras, en el caso de los
delitos pre quiebra, el objeto de protección varía un poco y se protege la buena fe en general. En
cambio en los delitos post quiebra, lo que se protege es la buena fe crediticia cuando el deudor, una
vez declarada la quiebra, busca esconder y mover bienes, sancionándose actos que buscan perjudicar a
los acreedores (en específico).
Esta es una distinción más bien doctrinaria pero que no tiene muchos efectos prácticos.
Tratándose de delitos pre quiebra, la prescripción se contará del momento de la comisión del acto.
Mientras que en el caso de los delitos post quiebra¸ se debe distinguir cuándo se desarrolla el acto;
pero puede que el delito comience a correr desde la declaratoria de quiebra o desde la comisión misma
del delito.
Estos delitos tienen una sanción específica establecida en el artículo 229 LQ.
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En la quiebra culpable, se sanciona con presidio menor en cualquiera de sus grados, mientras que
en el caso de la quiebra fraudulenta, se sanciona con presidio menor en su grado medio a presidio
mayor en su grado mínimo.
En cuanto al concurso de las penas, el mismo artículo 229 soluciona este caso, estableciendo que se
aplicará la mayor pena que se establezca por cualquier acción que cometiera el fallido. Lo usual
es que el deudor cometa varios de estos actos sancionados.
El artículo 230 establece ciertas penas accesorias a las penas del código penal: la sentencia de término
que establezca la complicidad2 de una persona en una quiebra fraudulenta, importará la pérdida de
cualquier derecho que tenga en la masa, el reintegro a la masa de los bienes y derechos sobre los
cuales hubiese recaído su complicidad y la indemnización de los perjuicios irrogados a la masa.
En relación con la COMPLICIDAD, el artículo 231 establece ciertas excepciones: el cónyuge, los
descendientes y ascendientes consanguíneos del fallido quienes, aún con conocimiento de la causa,
hubieran sustraído bienes pertenecientes a este, no serán sancionados como cómplices de quiebra
fraudulenta. Con todo, se castigan como delitos comunes de hurto, sin tomar en cuenta su condición
especial de cónyuge o pareja.
Se discutió cuál era la naturaleza jurídica de esta norma, en tanto el Código Penal establecía que la
responsabilidad penal sólo puede recaer en personas naturales, pero esto ya fue resuelto por la dictación
de la Ley de Responsabilidad Penal de la Empresa, que extiende la responsabilidad penal a los
gerentes, administradores o representantes que concurran al acto o bien, con su voto o su falta de
diligencia, hubiesen permitido la comisión de uno o más de estos delitos.
Además hay una figura específica en el artículo 232 LQ que establece que serán castigados con
reclusión o relegación en sus grados mínimo a medio, cuando los directores que han repartido
dividendos a los socios, con conocimiento de que no correspondían a utilidades efectivas.
El artículo 38 LQ establece una sanción específica cuando el síndico acuerda con el deudor o con
algún acreedor, para otorgar una ventaja en la quiebra. En este caso la sanción será desde presidio
menor en su grado máximo hasta presidio mayor en su grado mínimo.
Calificación de la Quiebra
Una vez declarada la quiebra, es facultad de la Junta de Acreedores o del Síndico, solicitar al
Ministerio Público que inicie las acciones encaminadas a obtener que un Tribunal Penal determine la
calidad de quiebra fraudulenta o culpable (artículo 222). También la Superintendencia de Quiebras,
2
El artículo 220 establece conductas donde es necesario que concurran el deudor y un cómplice y el artículo
221 establece presunciones de complicidad. A estos cómplices se aplican las penas especiales del artículo 230
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teniendo antecedentes suficientes, podrá denunciar ante el Ministerio Público. Todo lo anterior es sin
perjuicio de la facultad del Ministerio Público de iniciar de oficio cualquier acción3.
Aspectos Procesales
El ejercicio de acciones y el procedimiento que se lleve a cabo, serán los ordinarios, contemplado en el
Código de Procedimiento Penal.
Tratándose de acuerdos reparatorios podría existir algún problema, en tanto este acuerdo deberá
adoptarse por unanimidad de los acreedores, de lo contrario, implicaría una infracción a la par condictio
creditorum.
Presunciones legales
El artículo 219 establece las causales de quiebra culpable, mientras que el artículo 220 se refiere a la
quiebra fraudulenta.
Siempre tener en cuenta que cuando la ley habla de “deudor”, se refiere a delitos pre quiebra, en cambio
cuando habla de “fallido” se refiere a los delitos post quiebra. Sin perjuicio de que hay algunas causales
que no hablan ni de “deudor” ni de “fallido”, en cuyo caso lo más razonable de pensar, es que la causal
es aplicable a ambos tipos de delitos.
Las causales de quiebra culpable, sancionan la poca diligencia del deudor al momento de ejercer su
actividad comercial. Se entiende que el deudor calificado es profesional en lo que realiza, por lo tanto se
entiende que su actuación debe ser profesional, porque su actuación envuelve un riesgo para la buena fe
del sistema crediticio en sí mismo.
Si hay poca fe en el sistema crediticio, implicará un encarecimiento de los créditos, lo que puede llevar a
una inmovilización de la economía.
El OBJETIVO DE LA PENA, en todos estos delitos, sean pre quiebra o post quiebra, es uno
preventivo, en el sentido que busca generar condiciones para sostener grados de confianza suficientes
para operar en el comercio en base al crédito, inhibiendo a los deudores que con negligencia o de
manera fraudulenta, busquen perjudicar a sus acreedores, pues ello repercute en que exista menos fe en
el mercado al momento de otorgar créditos, lo que impacta derechamente en la actividad productiva.
Como se trata de delitos, para todo efecto, serán plenamente aplicables los principios del Derecho
Penal, la única diferencia es que la norma establece presunciones simplemente legales, de situaciones
que son calificadas como delictuales, modificando la carga de la prueba.
3
El caso de Loza Penco, es uno de los más connotados casos de quiebra fraudulenta en nuestro país.
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