Los Soportes Pictóricos
Los Soportes Pictóricos
Los Soportes Pictóricos
Cualquier superficie puede ser un soporte pictórico; solo es necesario que tengamos en
cuenta sus características físicas, así como las de los materiales que vayamos a aplicar
sobre ella, para poder aprovechar sus posibilidades y prever mínimamente los resultados.
Lo que habitualmente se espera de un soporte es que sea estable (que no se modifique por
las condiciones externas) y que permita la adherencia de la materia pictórica y la conserve,
manteniendo algunas de las propiedades de esos materiales (por ejemplo las
características cromáticas). Otros factores a tener en cuenta tienen que ver con el peso, las
propiedades mecánicas (dureza, resistencia, elasticidad, etcétera), y el precio.
Tenemos entonces un conjunto de materiales que constituyen los soportes más habituales
en la práctica de la pintura, aquellos considerados convencionalmente pictóricos. Dentro de
este grupo, es necesario hacer una primera distinción entre soportes fijos (por ejemplo un
muro) y soportes móviles (por ejemplo un bastidor entelado). Ahora vamos a enfocarnos
específicamente en estos últimos, es decir, los soportes móviles convencionales.
Tanto las tablas como los cartones pueden ser entelados. Esto nos permite trabajar sobre la
tela con una base rígida, lo que evita las deformaciones producto de la presión de la mano y
de las herramientas utilizadas para trabajar. También es posible montar papeles sobre
tablas o cartones, lo cual posibilita aprovechar papeles de bajo gramaje que de otro modo
no resistirían el tratamiento pictórico.
La imprimación
Existen innumerables recetas para preparar los soportes pictóricos, muchas de las cuales
se remontan a siglos atrás.
La imprimación suele estar conformada por dos estratos diferenciados por su función y
materialidad: el apresto o impregnante y el material de carga, base o imprimación
propiamente dicha. No obstante, también es posible utilizar solo uno de ellos, de acuerdo a
las características del soporte y al resultado que se desee lograr.
A continuación enumeraremos sólo las opciones más frecuentes y las que consideramos
más prácticas.
Apresto / impregnante:
- Cola vinílica con tiza y agua. Dejar previamente la tiza en remojo un mínimo de 12 hs
para asegurar una absorción homogénea. Las cantidades se pueden establecer a
partir del volumen de tiza hidratada. A partir de este se va agregando cola vinílica
hasta conseguir una consistencia pastosa; luego incorporar el agua hasta lograr la
consistencia deseada.
- Fondo blanco para maderas. Si bien es posible aplicar este producto sobre diversos
soportes, se recomienda su uso en madera. Tener en cuenta que, a diferencia de las
opciones anteriores, esta pintura se diluye al solvente.
En todos los casos las proporciones son aproximadas; se sugiere tomarlas solo
como referencia ya que existen muchas variables que pueden influir en las
preparaciones.
Aplicación y herramientas
Se puede alisar la superficie con una lija fina, entre capa y capa de imprimación o sobre la
última a modo de terminación. Por el contrario, si se desea un acabado texturado se puede
presionar con un trozo de arpillera u otro material texturante sobre la última capa de
imprimación mientras ésta sigue húmeda.
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