PROTESTAS
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PROTESTA SOCIAL-
Principios básicos
Necesidad, legalidad y proporcionalidad son los principios básicos plasmados en dos documentos
principales sobre el tema: los Principios Básicos sobre el uso de la fuerza de la ONU en 1990 y el
Legalidad: supone que el beneficio del uso de la fuerza se encuentre velado por ley,
porque es una garantía de claridad, de previsibilidad y de conocer aquellos supuestos en los
cuales puede ejercerse la fuerza.
Necesidad: supone que únicamente se use la fuerza cuando no haya otra alternativa.
También se puede considerar que el uso policial de la fuerza es excesivo, o ilegal, a partir del
resultado de una queja o juicio por maltrato policial.
“Cuando el empleo de las armas de fuego sea inevitable, los funcionarios encargados de hacer
cumplir la ley: a) Ejercerán moderación y actuarán en proporción a la gravedad del delito y al
objetivo legítimo que se persiga., b) Reducirán al mínimo los daños y lesiones y respetarán y
protegerán la vida humana., c) Procederán de modo que se presten lo antes posible asistencia y
servicios médicos a las personas heridas o afectadas., d) Procurarán notificar lo sucedido, a la
menor brevedad posible, a los parientes o amigos íntimos de las personas heridas o afectadas.” 16
“Actuar dentro de los límites y conforme a los procedimientos que permiten preservar tanto la
seguridad pública como los derechos fundamentales de la persona humana”20 .
En general, en muchos Estados se comprende que los cuerpos policiales son los
competentes y encargados del manejo de situaciones de disturbios,
manifestaciones y protestas. En esta misma línea la postura del Sistema
Interamericano de Derechos Humanos es reticente ante la participación de las
fuerzas militares en estos contextos.
Con todo, a nivel global, no existe una prohibición para que las fuerzas militares
lleven a cabo este tipo de tareas. Actualmente hay situaciones en los que este
personal está más involucrado en operaciones de control del orden público no solo
en áreas rurales sino también urbanas. Ante esto, es necesario comprender las
reglas que rigen su conducta en estos contextos.
Esta figura, consagrada en el artículo 170 Código de Policía (Ley 1801 de 2016),
aplica ante "graves alteraciones de la seguridad y la convivencia o para afrontar
calamidades públicas" y es mecanismo es de naturaleza temporal y excepcional.
De esta manera, el uso de la fuerza y aún menos las armas de fuego operan como
primera medida de control o reacción, así se trate de un evento que se transforme
en un disturbio con altos niveles de violencia.
Tanto la Policía Nacional como las fuerzas militares que realizan tareas en medio
de manifestaciones sociales están sujetos a las reglas de uso de la fuerza
delimitadas por los principios de legalidad, necesidad, precaución y
proporcionalidad. Es de advertir que estos principios tienen vigencia incluso en el
supuesto de que hubiese presencia de miembros de grupos armados en medio de
una manifestación.
Al respecto, en 2015 el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) indicó que "si
una manifestación civil contra las autoridades que tiene lugar en una situación de
conflicto armado se torna violenta, el recurso a la fuerza en respuesta a ella se
regiría por las normas del mantenimiento del orden." (Ver documento).
A la hora de llevar a cabo una operación para el control de una protesta social
siempre se debe tener presente que las armas de fuego sólo pueden ser utilizadas
de manera excepcional y como último recurso.
Por su parte, el CICR enfatizó en el citado informe que cuando las fuerzas
armadas llevan a cabo o apoyan operaciones de mantenimiento del orden, es
preciso que estén debidamente "equipadas y capacitadas para hacerlo de
conformidad con las normas que rigen el uso de la fuerza en operaciones de
mantenimiento del orden. Esto exigirá, entre otras cosas, que tengan a disposición
medios menos letales que las armas de fuego y que las tropas estén
adecuadamente entrenadas en su uso".
La resolución 1190 de 2018 es una guía metodológica que no modifica ninguna disposición
normativa. Se establece para que todas las dependencias del Ministerio del Interior y demás
entidades públicas, tengan una aproximación conceptual frente a la protesta social y su naturaleza
pacífica