Aportes Más Importantes A La Lingüística

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 11

1.

Aportes más importantes de PANINI a la lingüística


Fue un famoso gramático filósofo
Nació en chalatura la india antigua vivió durante le siglo V a.c
Fue el autor de la primera obra gramatical
Dispuso 4000 distribuidas en 8 libros y 2 apéndices
Su obra principal es Asthadhiaio(siglo IV-III a.c)
Estableció los fundamentos de los estudios lingüísticos en la india
Empleo el sistema tradicional de los sutras
Sus principales obras fueron :
Dhatupatha
Gamapatha
Lingaanushasana
Shiksa
2. Aportes más importantes de DIONISIO DE TRACIA.
Fue un gramático griego que vivió entre el año 170 y el 90 a.c (siglo II a.c).
Perteneció a la escuela alejamdrina por ser discípulo de Anstarco.
Se le atribuye la redacción de la TEKHNE GRAMMATIKE (ARTE GRAMÁTICA) la cual fue
su obra significativa.
Dividió la gramática en 6 partes
1. lectura llana.
2. exegesis de los textos.
3. exegesis de las palabras.
4. etimologías.
5. paradigmas de la reflexión.
6. critica textual.
defendió el analogismo.
su autoridad fue discutida por los siguientes motivos:
_. en el prólogo menciona 6 partes pero solo una sobre el estudio de las
irregularidades _.analógicas Apolonio hablo de el pero no de su gramática.
_.el único manuscrito que se conserva es del siglo V muy posterior a la vida de
Dionicio.
3. Antonio de Nebrija
Su nombre real es Antonio Martinez De Gala y Xorana .
Nació en la antigua Nebissa en la provincia de Sevilla – España.
Estudio en la universidad de Salamanca .
Es el primer autor de la gramática castellana publicada en 1942 tres meses antes del
descubrimiento de América .
Fue docente, catedrático, filósofo, lingüista, lexicógrafo, impresor, editor, escritor, y
poeta.
Considero que la gramática era la base de todas las ciencias.
Para Nebrija la gramática se dividía en ortografía, prosodia, etimología y sintaxis la que
perduro hasta la edad media.
Considero que las partes de la oración son ocho:
Nombre
Pronombre
Articulo
Verbo
Participio
Preposición
Adverbio
Conjugación.
Consideraba que la base del idioma castellano era el latín.
Compuso la primera gramática castellana 1492.

el aporte de Andrés Bello a la gramática y lingüística modernas.

1. Don Andrés Bello, nacido en Caracas en 1781 y fallecido en Santiago de Chile en


1865, ha sido en opinión de muchos el intelectual de mayor relieve que ha producido
Hispanoamérica y, en la última centuria, sin duda alguna el gramático de la lengua
española más celebrado tanto a uno como a otro lado del Atlántico. En el centenario
de su nacimiento, como recuerda A. Rosenblat (1975: 16), José Martí, que lo llamaba
"poeta egregio", "el pacífico Virgilio de los americanos", "maestro de repúblicas",
"señor y legislador de su majestuosa lengua", "en su tiempo el más erudito hablista y
el más profundo pensador de la tierra en que se hablaba lengua castellana", "el que
dio canto a la naturaleza de América y leyes a sus hijos", decía: "Y al elegir, de entre los
grandes de América, los fundadores –le elijo a él". Su gramática de la lengua castellana
publicada en Valparaíso en 1847 ve en Chile una serie de ediciones y ya a 15 años del
fallecimiento de su autor, Rufino José Cuervo, en la introducción a sus famosas notas a
dicha gramática, declara que en su sentir es "obra clásica de la literatura castellana".
En 1920, Rodolfo Lenz se refiere a ella como "el compendio más completo y
concienzudo que existe respecto a la gramática moderna de la lengua española" (1944:
18). En 1951, Amado Alonso (1951: LXXXVI) sostiene lo siguiente acerca de la referida
obra:

Sigue hoy mismo siendo la mejor gramática que tenemos de la


lengua española. [...] No hay otra que pueda sustituir[la] con
provecho [...] en su doble oficio de repertorio de modos de hablar y
de cuerpo de doctrina. [...] En este fundamental aspecto la gramática
de Bello no es, ni mucho menos, un venerable monumento de
museo, como la de Nebrija, 1452, o la de Port Royal, 1660, sino
pensamiento vivo y válido. [...] De ninguna gramática europea de su
tiempo se puede decir otro tanto. Y es que Bello no solamente
seleccionó y organizó las ideas más válidas y consistentes en la
primera mitad del siglo XIX, sino que tuvo admirables vislumbres de
otras que sólo el siglo XX habría de desarrollar con rigor de sistema.
[Su obra] se mantiene en pie [...] no como la mejor gramática
castellana a falta de otra mejor, sino como una de las mejores
gramáticas de los tiempos modernos en cualquier lengua (Alonso
1951: IX y ss., LXXXVI).

2. El reconocimiento científico de Andrés Bello en España alcanza su punto más alto en


la ejemplar edición de su gramática realizada por Ramón Trujillo (1988), que ha venido
a llenar una necesidad imperiosa y representa un hito en los estudios bellistas "[al
restituir] en su forma prístina [el texto de la gramática de Bello y las notas de Cuervo
que] representan para nuestro idioma el repertorio gramatical más serio, ingenioso y
erudito que jamás pueda imaginarse" (1988: 10). En consecuencia, ya no extraña a
nadie que Emilio Alarcos (1995: 170 y ss.), en su reciente gramática, incorpore en un
aspecto central como la terminología de los tiempos verbales la revolucionaria
nomenclatura de Bello.

Pero tal vez la demostración más clara del lugar preponderante de Bello en la
gramática española actual sea el hecho de que los historiadores de la disciplina lo
consideran a menudo como punto de referencia y eje para delimitar ámbitos
temporales. Así por ejemplo, José J. Gómez Asencio explica que el período escogido
como objeto de su tesis doctoral sobre la historia de la gramática y de las categorías
verbales en España

... queda enmarcado por dos hitos que me parecen importantes para
la historia de las ideas gramaticales en nuestro país: 1771, fecha de
publicación de la primera edición de la Gramática de la Real
Academia Española [...], 1847, fecha de aparición de la mejor
gramática del castellano nunca escrita, la Gramática Castellana de
don Andrés Bello (Gómez Asencio 1981: 11).
Y María L. Calero Vaquera aclara que la extensión cronológica de su tesis
doctoral Historia de la gramática española (1847-1920): de A. Bello a R. Lenz

... viene delimitada por dos fechas no tan arbitrarias como a primera
vista podría parecer: 1847 (año en que se publica la Gramática de la
lengua castellana de A. Bello, obra de gran vigencia todavía en la
actualidad) y 1920 (fecha algo menos decisiva en nuestra historia
gramatical, aunque también digna de ser demarcadora de este
estudio, por la aparición de la documentada obra de Rodolfo
Lenz, La oración y sus partes) (Calero Vaquera 1986: 9 y ss.).

Respecto de las razones concretas que estos autores arguyen para justificar el valor del
pensamiento gramatical de Bello en dichos períodos, resumen su juicio del modo
siguiente:

1711-1847 [...] es una época [...] donde conviven dos claras


corrientes gramaticales (la de los más apegados a la tradición; la de
los reformistas) que acaban interfiriéndose en una tercera corriente
mixta (la de los eclécticos) y fundiéndose magistralmente en obras
como las de Bello (Gómez Asencio 1981: 356).

Bello, [...] conjugando sabiamente lo más aprovechable de la


tradición (tanto grecolatina como racionalista) con sus reflexiones
personales, construyó un sólido sistema gramatical difícilmente
superable, de donde dimanan –con mayores o menores dudas
[deudas?!!!]– las teorías de otros destacados gramáticos del período,
tales como Benot, Cejador y Lenz (Calero Vaquera 1986: 269).

Es decir, Bello como suma y síntesis de su tiempo y creador de modelos para las
generaciones posteriores.

Acerca de la validez de las descripciones de Bello en la gramática española de la


actualidad, remitimos al detallado recuento de Alonso (1951: XXXIX sig.) y a diversas
observaciones sobre el tema1.

3. Por nuestra parte deseamos destacar a continuación la figura de don Andrés como
precursor de la lingüística moderna.

3.1. Las partes esenciales del prólogo de la gramática de don Andrés Bello no
desmerecerían en absoluto como introducción al Curso de lingüística general de
Ferdinand de Saussure, lo que es ya de reconocimiento habitual en la hispanística de la
actualidad. A este respecto se mencionan las siguientes ideas básicas de Bello:

a) El principio de funcionalidad y el concepto de sistema

Su gramática es funcional por


... explicar lo gramatical por el comportamiento gramatical, la
conexión y dependencia mutua de las palabras, es decir, por la
función [...] cada clase de palabras se distingue de la otra por las
funciones peculiares que desempeña en la oración; las palabras se
integran en proposiciones, dentro de las cuales constituyen núcleos
(del sujeto o del atributo o predicado), o modifican a esos núcleos o
a otros modificadores, o sirven de nexos entre los núcleos o entre los
modificadores. Una lengua –dice– es como un cuerpo viviente; su
vitalidad no consiste en la constante identidad de elementos, sino en
la regular uniformidad de las funciones que éstos ejercen, y de que
proceden la forma y la índole que distinguen al todo (Rosenblat
1975: 28 y ss.).

Torres Quintero (1975: 54, y especialmente nota 17) hace notar que el criterio de
funcionalidad es el que

... ha dado validez a los estudios estructuralistas de nuestro tiempo,


los cuales se fundan en la noción de sistema, desarrollada por
Saussure, la que se halla también en germen en el genial autor de la
Gramática. [...] Léanse, entre otros, estos pasajes: "El habla de un
pueblo es un sistema artificial de signos que bajo muchos respectos
se diferencia de los otros sistemas de la misma especie, de que se
sigue que cada lengua tiene su teoría particular, su gramática"
(Gram., pp. 5-6). Y luego: "Después de un trabajo tan importante
como el de Salvá lo único que me parecía echarse de menos era una
teoria que exhibiese el sistema de la lengua en la generación y uso de
sus inflexiones y en la estructura de sus oraciones, desembarazado
de ciertas tradiciones latinas que de ninguna manera le cuadran"
(ibíd. p. 9) (Torres Quintero 1975: 54).

b) El principio de descripción inmanente

Esta idea clave del estructuralismo saussureano, según la cual la lengua ha de ser
descrita como estructura, sin referencia a elementos externos y sobre todo atendiendo
a la relación de sus elementos más que a su substancia, tiene en Bello expresión
clarísima y variada: "la sola [irrecusable] autoridad en lo tocante a una lengua es la
lengua misma", no se deben "aplicar indistintamente a un idioma los principios, los
términos, las analogías en que se resumen bien o mal las prácticas de otro", lo que
para é1 significaba fundamentalmente liberar la gramática española de la latina y
estudiar la lengua vernácula "como si no hubiese en el mundo otra lengua que la
castellana". La independencia que postula entre gramática y 1ógica ha de entenderse
también en igual contexto ("No debemos trasladar ligeramente Ias afecciones de las
ideas a los accidents de las palabras").

c) El principio de la prioridad de la descripción sincrónica sobre la dia- crónica

Al respecto anota Rosenblat:


Con una clarividencia que parece de nuestros días afirma en la Nota
III de su Gramática: "Ver en las palabras lo que bien o mal se supone
que fueron, y no lo que son, no es hacer la gramática de una lengua,
sino su historia". ¿No está aquí claramente anticipada la antinomia
de Ferdinand de Sausaure entre sincronía y diacronía? (Rosenblat
1975: 28).

3.2. También don Andrés Bello ha sido expresamente declarado precursor del
estructuralismo norteamericano por Barry L. Velleman:

Tradicional fallacies, which both Bello and structuralist linguistics


attempted to avoid are: 1) The use of preconceptions derived from
the grammar of one language (specially Latin) in the discussion of the
grammar of another; 2) normativism beyond the bounds of
pedagogical necessity; and 3) the unnecessary inclusion of historical
considerations in the description of synchronic structures (Velleman
1978: 61 y ss.).

3.3. Otros lingüistas modernos leen a Bello desde la perspectiva chomskiana. De este
modo, Henk Haverkate cita el siguiente párrafo suyo:

La explicación en que cada hecho tiene su razón particular, que sólo


sirve para él, y los diversos hechos carecen de un vínculo común que
los enlace y los haga salir unos de otros, y en que por otra parte las
excepciones pugnan continuamente con las reglas, no puede
contentar al entendimiento. Pero cuando los hechos armonizan,
cuando las anomalías desaparecen, y se percibe que la variedad no
es otra cosa que la unidad, transformada según las leyes constantes,
estamos autorizados para creer que se ha resuelto el problema, y
que poseemos una verdadera TEORIA, esto es, una visión intelectual
de la realidad de las cosas. La verdad es esencialmente armoniosa
(cit. en Haverkate 1982: 99).

Haverkate concluye que este fragmento de Bello "muestra de una manera inequívoca
que la moderna gramática generativa no salió de la nada". Y así aparece también en la
óptica de variados lectores un Bello generativista (véase Palacios 1983: 173).

Pero tal vez el trabajo más logrado, equilibrado y sugerente dentro de esta perspectiva
sea el de María Luisa Rivero (1972), donde se plantea la similaridad del tratamiento de
los modos en Bello y de los llamados verbos abstractos en la teoría generativa, por lo
cual "aquellos gramáticos que consideran que los estudios de lingüística hispánica
deben seguir la tradición marcada por Bello, encontrarán en los métodos de la
gramática generativa la técnica que les permite formalizar y ampliar las intuiciones de
este insigne lingüista" (Rivero 1972: 55). Rivero muestra que Bello, como Salvá,
siguiendo la tradición latina, considera que los verbos en subjuntivo dependen
siempre, incluso en oraciones independientes (ojalá te resulte), de un verbo, explícito
o sobrentendido. Pero Bello da un paso más y considera también el modo indicativo
como subordinado, mencionando incluso cuáles son los verbos que los rigen, por lo
cual no considera los modos como ca- tegorías sintáctíco-semánticas con significado
propio, sino como alteraciones morfológicas resultantes de su dependencia, como

... inflexiones del verbo en cuanto provienen de la influencia o


régimen de una palabra o frase a que esté o pueda estar
subordinado [...] Dícese a que esté o pueda estar, porque en muchos
casos no aparece palabra o frase alguna que ejerza esta influencia
sobre el verbo; pero aun entonces hay una idea que lo domina y que
pudiera representarse por una proposición subordinante. Así en Tus
intereses prosperan se concibe, sin que sea menester expresarlo, sé,
digo, afirmo que tus intereses prosperan, y cuando enunciamos un
deseo diciendo La fortuna te sea propicia se entiende deseo que la
fortuna, etc. (Rivero 1972: 56).

Por tanto:

A diferencia de otros gramáticos, Bello no clasifica al subjuntivo


como el modo de la subordinación y al indicativo como el modo que
aparece en oraciones independientes (lo cual es falso a simple vista)
sino que para él ambos modos pertenecen a la subordinación y sus
diferencias son atribuibles a los verbos que los rigen. Dando un paso
más que Bello podríamos decir que el contenido semántico de duda,
posibilidad, etc., que se asocia con el subjuntivo y el contenido de
realidad y certeza que se asocia con el indicativo pueden ser
asignados a los verbos que los rigen y no a los modos en sí (Rivero
1972: 57).

Ahora bien, George Lakoff en su tesis doctoral de 1965 propone la categoría de "verbo
abstracto", equivalente a "implícito" o "sobrentendido", la cual es aplicada por Robin
Lakoff en 1968 como fundamento para la definición de los modos en el marco
formalizado de un coherente sistema de reglas. Coincidencia sustancial con Bello.

3.4. Y a medida que avanzaba el siglo se fueron reconociendo nuevas facetas


precursoras de Bello. Una de ellas la descubre Henk Haverkate, quien ha realizado una
"investigación que se centra en una valoración pragmática de la gramática de la lengua
castellana desde la perspectiva de la tipología de los actos verbales" (1982: 106).
Usando como filtro analítico las categorías básicas de actos verbales asertivos,
directivos (impositivos y no impositivos) y expresivos propuesta por Searle (1976),
determina entre otros aspectos que "Bello resulta ser un lejano e interesante
precursor de la teoría performativa ideada por John Ross hace unos diez años en su
artículo ‘On declarative sentences’ (1970)" (Haverkate 1982: 110) que incide en la ya
referida temática de los verbos abstractos. De igual modo, anota que es precursor del
llamado análisis factivo, introducido por los Kiparsky, es decir, de la existencia de
predicados que presuponen (los factivos) o no (los no factivos) la verdad del estado de
cosas expresado en la oración subordinada. Bello afirma, en efecto, que el llamado
subjuntivo común expresa emoción del ánimo, que presupone la verdad de lo que se
describe en la oración subordinada: En "me alegro de que goces de tan buena salud es
claro que se afirma indirectamente que gozas de salud […] porque este hecho es el que
produce la alegría". Compárese, por ejemplo, con el predicado no factivo de Supongo
que está lloviendo, donde no existe tal presuposición.

3.5. Y de este modo hemos pasado revista a Bello estructuralista europeo, a Bello
estructuralista norteamericano, a Bello generativista, a Bello pragmalingüista. Y de
continuar este tipo de análisis es muy probable que, para la celebración de los 200
años de la gramática del maestro, tengamos que añadir a Bello psicolingüista,
sociolingüista, gramático estratificacional, gramático funcional holandés, gramático
sistémico británico y algún otro título que se me escapa. Y es que descriptivistas
agudos e inteligencias superiores del pasado y presente siglo llegan a conclusiones
semejantes a las alcanzadas por el genio del siglo XIX, cuando se ocupan de problemas
idénticos o parecidos. Lo triste es que don Andrés no sea el maestro reconocido y
citado por los máximos representantes de las teorías língüisticas modernas referidas,
sino el precursor para ellos desconocido de tanta ciencia importante. Y a este respecto
debemos lamentablemente aceptar la conclusión de Rafael Torres Quintero cuando, al
comprobar algunas importantes coincidencias del pensamiento de Bello con el de
Bloomfield, de Jespersen y de Hjelmslev, concluye:

Estos y otros lingüistas de tendencia estructuralista llegaron sin duda


a idear sus fecundos planteamientos en fuerza de su discurrir
profundo y autónomo sobre el lenguaje humano; pero están muy
próximos al pensamiento de Bello, a quien naturalmente no
conocieron, o no tuvieron en cuenta, porque mucho de la
importancia que pueda tener una teoría científica depende en gran
parte del escenario desde donde se dé a conocer (Torres Quintero
1975: 55).

No deseo incitar a los estudiantes e hispanistas a que continúen buscando


coincidencias del pensamiento gramatical de Bello con autores contemporáneos que
no lo conocen. Pero sí me atrevo a recomendar encarecidamente la atenta lectura de
su gramática para solucionar cualquier problema teórico o práctico con que se
encuentren en la enseñanza o en el uso de nuestra lengua, así como en la reflexión
acerca de ella. Les aseguro que los resultados serán siempre del mayor interés.

II. UN EJEMPLO DESCONOCIDO DEL APORTE DE DON ANDRÉS BELLO A LA TEORÍA DE


LIBRETOS DE ÓPERA

1. La importancia de don Andrés Bello en el campo de los estudios filológico- literarios


es ampliamente conocida y valorada. Bástenos citar aquí sus trabajos sobre el origen
del romance o epopeya caballeresca y la influencia de la poesía germánica en el
romance. Por nuestra parte hemos decidido contribuir a esta mesa redonda con una
primicia. Se trata del gran aporte de don Andrés a la teoría de la traducción de ópera,
el que hemos descubierto en nuestras últimas investigaciones.
2. Schneider y Schmusch (2009) publican once artículos de musicólogos (entre ellos un
germanista, un romanista y un anglista) que se originaron en contribuciones suyas a
una mesa redonda realizada en zürich el 11 de julio de 2007 en el marco del Congreso
de la Sociedad Internacional de Musicología (Internationale Gesellschaft für
Musikwissenschaft)2. Según afirman, hasta muy avanzado el siglo XX la traducción de
libretos de ópera fue entendida como mera condición para entender cabalmente el
argumento y trama de la obra musical. Pero los trabajos contenidos en el volumen
revelan y comprueban que dicha traducción ha constituido siempre de hecho un
proceso de transferencia intercultural, cuyo estudio se refiere, por tanto, al proceso
mismo de la génesis de la cultura europea moderna, por lo cual constituyen un
proyecto de urgente esclarecimiento europeo. Ahora bien, según ellos la idea básica
que ha orientado la discusión acerca de la función de la traducción de libretos de
ópera en Europa durante el siglo XX fue iniciada por la teoría holística de Gustav
Brecher en 1911, quien escribe al respecto:

Las palabras son las que inspiran al compositor su orientación


melódica, sus construcciones rítmicas, que lo llevan a elegir
determinado tono musical, esa y no otra modulación y timbre (para
nombrar solamente los factores principales). Desde Gluck y Mozart,
Boieldieu, Auber, Weber hasta Verdi, Wagner y Strauss— en todos
los grandes compositores de ópera la palabra ha determinado el
tono. […] En las verdaderas obras maestras de ópera no se puede
separar el efecto de palabra y tono, ambos han hecho una alianza
inseparable, se han convertido en una nueva unidad. Por lo tanto
también la traducción de una ópera escrita en lengua extranjera no
puede aspirar sino a conservar ilimitadamente dicha unidad
orgánica, en suma, a mantener totalmente también en la lengua
meta el efecto y la verdad interna, en suma, la comprensibilidad
artística de la obra (traducido de Brecher 1911: 12).

Desde luego que el secular desarrollo y enfrentamiento de culturas vecinas en un


espacio geográfico limitado explica la riqueza de los enfoques europeos de la
traducción en un ámbito de gran aceptación como el espectáculo operático.

3. Es igualmente comprensible que el traslado interlingual de textos de un nuevo


género musical en un pequeño país de América presente horizontes de recepción y
discusión mucho más limitados. No obstante, es sorprendente que en la primera
opinión polémica documentada sobre el problema en Chile se plantee, 80 años antes
que Gustav Brecher, la concepción holística de la simbiosis letra y música de la ópera,
que debe respetarse rigurosamente en la traducción de libretos dedicada al canto. En
efecto, don Andrés Bello asistió a las primeras representaciones de ópera en Santiago
por una compañía italiana de paso en el país, cuyos componentes, al darse cuenta de
que el público no entendía la letra, decidieron simplemente traducir muchas arias y
cantarlas en español. La reacción del insigne gramático fue en principio de claro
rechazo:

Es este […] un trabajo que, sin facilitar la intelijencia de la obra,


perjudica mucho a la espresión i suavidad de la melodía por la falta
de correspondencia entre la letra i la música. No basta traducir una
aria conservando las mismas ideas i el mismo número de sílabas, es
necesario que los acentos naturales del habla coincidan exactamente
con los de la modulación musical; de otro modo, el énfasis que el
compositor ha colocado sobre una voz importante caerá tal vez
sobre una preposición o un artículo, produciendo una discordancia
ingrata i chocante. Esto es lo que sucede casi siempre en las
versiones, y aun en las obras orijinales, cuando no se atiende a las
trabas particulares de la versificación lírica, en que son tan exactos i
escrupulosos los italianos, como han sido descuidados los españoles i
franceses. Si se comparan las traducciones de Metastasio por
Meléndez con sus orijinales, se echará de ver a los pocos versos que
el primero de estos dos célebres escritores era músico, i el segundo
solamente poeta. La misma falta de intención musical se percibe en
casi todas las canciones nacionales de los americanos (en
Amunátegui 1888: 83 y ss.).

Al promediar el siglo, Domingo Faustino Sarmiento apunta en igual dirección que la


inferioridad del drama lírico frente al teatro consiste precisamente en la obligada
simbiosis de música y letra del primero:

La palabra en el drama marcha tan rápidamente como la pasión que


pinta; no así la combinación de los sonidos de la ópera. Para producir
su efecto, para expresar las pasiones necesita retener la palabra y
subordinarla al compás, a la medida, a la rima que reclama el oído,
pues que la música no puede producir sus bellezas sin esta sujeción y
estas dilaciones (El Progreso, 4 de mayo de 1844, según cita de
Cánepa 1976: 239).

3.1. Hernández (1928: 68) opina, sobre la base de la propia experiencia operática
chilena, que don Andrés Bello tenía razón solo en parte. Al respecto apunta (ibíd.:
314)3:

Eso de que las óperas italianas fueran cantadas en francés, debía


chocar al principio, pero luego se sacaron algunas compensaciones.
Si, regularmente, se dijo el cantante italiano somete y hasta sacrifica
el drama a la música, el artista francés, por el contrario, más bien
sacrifica la parte lírica al éxito dramático (Hernández 1928: 314).

Parecidos comentarios se leen respecto de la temporada de 1885, la cual, según


Cánepa (1976: 100) provocó "entre el público y los entendidos la repetida
controversia, de si era mejor la ópera italiana o la francesa. La francesa se decía, es
más actuada, mientras la italiana se destaca por la afición de sus cultores en lanzar ‘los
estridentes do de pecho’". De acuerdo con ello, según se privilegie uno u otro criterio
se evalúa de modo diverso la representación de una ópera. De este modo, Pereira
Salas (1957: 234) opina que "[La] ópera cómica francesa Los Mosqueteros de la Reina
[…] esta vez en versión italiana no logró provocar la hilaridad que desataran los
cómicos del grupo francés de 1886", en tanto que Cánepas observa que "Thais […], a
diferencia de años anteriores, [en 1920] se cantó en italiano, lo que pareció revelar
muchos efectos nuevos que pasaban inadvertidos en versión francesa debido, tal vez,
a la impostación de las voces que dan sonidos más abiertos y vibrantes" (1976: 239).
En consecuencia, a la concepción meramente holística de Andrés Bello se ha añadido
el componente intrínseco de la ópera cantada en un escenario, su representación
dramática, lo que diversifica la evaluación del traslado interlingual de un libreto. Y don
Andrés está como siempre aquí en el comienzo de la discusión, no solo chilena, sino
que también europea, aunque en el Viejo Mundo no se haya tomado noticia de ello.

También podría gustarte