Aportes Más Importantes A La Lingüística
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Pero tal vez la demostración más clara del lugar preponderante de Bello en la
gramática española actual sea el hecho de que los historiadores de la disciplina lo
consideran a menudo como punto de referencia y eje para delimitar ámbitos
temporales. Así por ejemplo, José J. Gómez Asencio explica que el período escogido
como objeto de su tesis doctoral sobre la historia de la gramática y de las categorías
verbales en España
... queda enmarcado por dos hitos que me parecen importantes para
la historia de las ideas gramaticales en nuestro país: 1771, fecha de
publicación de la primera edición de la Gramática de la Real
Academia Española [...], 1847, fecha de aparición de la mejor
gramática del castellano nunca escrita, la Gramática Castellana de
don Andrés Bello (Gómez Asencio 1981: 11).
Y María L. Calero Vaquera aclara que la extensión cronológica de su tesis
doctoral Historia de la gramática española (1847-1920): de A. Bello a R. Lenz
... viene delimitada por dos fechas no tan arbitrarias como a primera
vista podría parecer: 1847 (año en que se publica la Gramática de la
lengua castellana de A. Bello, obra de gran vigencia todavía en la
actualidad) y 1920 (fecha algo menos decisiva en nuestra historia
gramatical, aunque también digna de ser demarcadora de este
estudio, por la aparición de la documentada obra de Rodolfo
Lenz, La oración y sus partes) (Calero Vaquera 1986: 9 y ss.).
Respecto de las razones concretas que estos autores arguyen para justificar el valor del
pensamiento gramatical de Bello en dichos períodos, resumen su juicio del modo
siguiente:
Es decir, Bello como suma y síntesis de su tiempo y creador de modelos para las
generaciones posteriores.
3. Por nuestra parte deseamos destacar a continuación la figura de don Andrés como
precursor de la lingüística moderna.
3.1. Las partes esenciales del prólogo de la gramática de don Andrés Bello no
desmerecerían en absoluto como introducción al Curso de lingüística general de
Ferdinand de Saussure, lo que es ya de reconocimiento habitual en la hispanística de la
actualidad. A este respecto se mencionan las siguientes ideas básicas de Bello:
Torres Quintero (1975: 54, y especialmente nota 17) hace notar que el criterio de
funcionalidad es el que
Esta idea clave del estructuralismo saussureano, según la cual la lengua ha de ser
descrita como estructura, sin referencia a elementos externos y sobre todo atendiendo
a la relación de sus elementos más que a su substancia, tiene en Bello expresión
clarísima y variada: "la sola [irrecusable] autoridad en lo tocante a una lengua es la
lengua misma", no se deben "aplicar indistintamente a un idioma los principios, los
términos, las analogías en que se resumen bien o mal las prácticas de otro", lo que
para é1 significaba fundamentalmente liberar la gramática española de la latina y
estudiar la lengua vernácula "como si no hubiese en el mundo otra lengua que la
castellana". La independencia que postula entre gramática y 1ógica ha de entenderse
también en igual contexto ("No debemos trasladar ligeramente Ias afecciones de las
ideas a los accidents de las palabras").
3.2. También don Andrés Bello ha sido expresamente declarado precursor del
estructuralismo norteamericano por Barry L. Velleman:
3.3. Otros lingüistas modernos leen a Bello desde la perspectiva chomskiana. De este
modo, Henk Haverkate cita el siguiente párrafo suyo:
Haverkate concluye que este fragmento de Bello "muestra de una manera inequívoca
que la moderna gramática generativa no salió de la nada". Y así aparece también en la
óptica de variados lectores un Bello generativista (véase Palacios 1983: 173).
Pero tal vez el trabajo más logrado, equilibrado y sugerente dentro de esta perspectiva
sea el de María Luisa Rivero (1972), donde se plantea la similaridad del tratamiento de
los modos en Bello y de los llamados verbos abstractos en la teoría generativa, por lo
cual "aquellos gramáticos que consideran que los estudios de lingüística hispánica
deben seguir la tradición marcada por Bello, encontrarán en los métodos de la
gramática generativa la técnica que les permite formalizar y ampliar las intuiciones de
este insigne lingüista" (Rivero 1972: 55). Rivero muestra que Bello, como Salvá,
siguiendo la tradición latina, considera que los verbos en subjuntivo dependen
siempre, incluso en oraciones independientes (ojalá te resulte), de un verbo, explícito
o sobrentendido. Pero Bello da un paso más y considera también el modo indicativo
como subordinado, mencionando incluso cuáles son los verbos que los rigen, por lo
cual no considera los modos como ca- tegorías sintáctíco-semánticas con significado
propio, sino como alteraciones morfológicas resultantes de su dependencia, como
Por tanto:
Ahora bien, George Lakoff en su tesis doctoral de 1965 propone la categoría de "verbo
abstracto", equivalente a "implícito" o "sobrentendido", la cual es aplicada por Robin
Lakoff en 1968 como fundamento para la definición de los modos en el marco
formalizado de un coherente sistema de reglas. Coincidencia sustancial con Bello.
3.5. Y de este modo hemos pasado revista a Bello estructuralista europeo, a Bello
estructuralista norteamericano, a Bello generativista, a Bello pragmalingüista. Y de
continuar este tipo de análisis es muy probable que, para la celebración de los 200
años de la gramática del maestro, tengamos que añadir a Bello psicolingüista,
sociolingüista, gramático estratificacional, gramático funcional holandés, gramático
sistémico británico y algún otro título que se me escapa. Y es que descriptivistas
agudos e inteligencias superiores del pasado y presente siglo llegan a conclusiones
semejantes a las alcanzadas por el genio del siglo XIX, cuando se ocupan de problemas
idénticos o parecidos. Lo triste es que don Andrés no sea el maestro reconocido y
citado por los máximos representantes de las teorías língüisticas modernas referidas,
sino el precursor para ellos desconocido de tanta ciencia importante. Y a este respecto
debemos lamentablemente aceptar la conclusión de Rafael Torres Quintero cuando, al
comprobar algunas importantes coincidencias del pensamiento de Bello con el de
Bloomfield, de Jespersen y de Hjelmslev, concluye:
3.1. Hernández (1928: 68) opina, sobre la base de la propia experiencia operática
chilena, que don Andrés Bello tenía razón solo en parte. Al respecto apunta (ibíd.:
314)3: