UT1-Corti LaCiudadPosible
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Posible
Guía para la actuación urbana
Marcelo Corti
LA CIUDAD POSIBLE
Corti, Marcelo
La ciudad posible: guía para la actuación urbana / Marcelo Corti.
- 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Café de las Ciudades,
2015. 352 p.; 20 x 14 cm.
ISBN 978-987-3627-13-2
1. Desarrollo Urbano. 2. Urbanismo . I. Título.
CDD 711
La ciudad posible
Guía para la actuación urbana
Autor: Marcelo Corti
Publicado por Editorial Café de las ciudades
www.cafedelasciudades.com.ar
9 ESTE LIBRO
13 PRÓLOGO por Jordi Borja
17 GLOSARIO
23 INTRODUCCION
25 Introducción
35 Contexto político. Libertad y regulación
39 El derecho a la ciudad
45 Aclaraciones:
El urbanismo como praxis
Abordaje e intervención
Piedra y sociedad
Mitos sobre lo urbano
Sobre los modelos
Contra las reducciones
La ciudad, la información y las TICs
El tamaño y la escala de las ciudades
REFLEXIÓN FINAL
533 La visión integral / integradora
539 Libros y otros medios
Componentes de la ciudad
61
Componentes físicos y territoriales
de la ciudad (la Urbs)
63
66
69
Capacidad constructiva es la rela- Dos tejidos urbanos muy distintos
pero de similar densidad.
ción entre la cantidad de superficie que
las normativas permiten construir y la
superficie del predio en que se constru-
ye. Puede medir la ocupación del terre-
no (cantidad de metros cuadrados cons-
truidos en total en todas las plantas,
dividida por la superficie del terreno;
indicador denominado en algunos paí-
ses Factor de Ocupación Total –FOT) o
la ocupación del suelo (porcentaje de la
Posibilidades de capacidad
superficie del terreno ocupada por edi-
constructiva en una parcela,
ficación; indicador denominado Factor con indicador FOT (Factor de
de Ocupación del Suelo –FOS). Ocupación Total del terreno).
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Los usos del suelo son las funciones predominantes en un área deter-
minada (sector o unidad, barrio o manzana). La primera distinción se da
en un nivel regional, entre el suelo urbano (concepto que define el suelo
sobre el cual está permitido construir ciudad, se haya concretado o no el
proceso de urbanización) y el suelo no urbano o no urbanizable: suelo
rural, reservas naturales, etc. El suelo urbanizable donde aún no ha
comenzado el proceso de urbanización, o el suelo rural adyacente al suelo
urbano, suele denominarse suelo periurbano. Son sectores que están
“esperando” la llegada de la ciudad y en donde se desarrollan usos rura-
les intensivos vinculados al abastecimiento de la ciudad (floricultura,
viveros, quintas, criaderos de pollos, etc.), o procesos productivos o
extractivos que no pueden realizarse en la ciudad por su impacto ambien-
tal o paisajístico (canteras, ladrilleras, plantas de tratamiento de efluen-
tes o residuos, etc.) o que simplemente permanecen sin explotar, en
espera de la valorización inmobiliaria que producirá la urbanización.
Ya en la ciudad, aparece la división entre espacios de dominio público
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(que, como veremos, no debe confundirse con el concepto de espacio
público o espacio colectivo) y de dominio privado. Dentro del espacio pri-
vado, los usos del suelo más característicos son: residencial (individual o
colectivo), comercial (cotidiano, ocasional), industrial, administrativo
(público o privado), servicios, infraestructuras y equipamientos.
Estos usos pueden darse en forma exclusiva en un determinado sector
de la ciudad (zonificación monofuncional) o presentarse en determinados
tipos de mezcla (zonificación mixta). Es conveniente distinguir la idea
neutra de zonificación –que implica la asignación de determinadas funcio-
nes a ciertos sectores de la ciudad– de la idea de zonificación monofun-
cional o zoning funcionalista.
Hay numerosas ventajas asociadas a la mezcla urbana: amenidad,
accesibilidad, proximidad a los atributos y servicios urbanos, contacto
social, globalidad de la experiencia urbana. Son casos habituales de mix-
tura, la vivienda con comercio en planta baja, la vivienda con taller produc-
tivo al fondo o viceversa.
Hay que considerar también algunas ventajas de la monofuncionali-
dad, que en general están asociadas a evitar las molestias de proximidad:
Componentes físicos y territoriales de la ciudad (la Urbs)
ruidos, usos incompatibles, etc. Lo cierto es que un área urbana con mix-
tura puede organizarse de manera tal que pueda evitar razonablemente
esas molestias, pero en cambio es imposible que un área monofuncional
pueda disfrutar las ventajas de la mezcla. La monofuncionalidad no es
solo una idea del funcionalismo: muchos desarrollos urbanos contempo-
ráneos responden a esta idea: shopping malls, barrios cerrados, parques
industriales, parques de oficinas, centros cívicos, etc.
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Espacio público
Existe otro término que, si bien no es ya tan utilizado, se usa con cier-
ta frecuencia para designar el mismo concepto que el espacio público: se
trata del Espacio Urbano, que sin embargo es un concepto útil también
para definir (en la teoría e incluso en normativas como los códigos de
LA CIUDAD POSIBLE
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Desde nuestra perspectiva, llamaremos espacio público, en principio,
a todo el espacio de la ciudad que no pertenece a las edificaciones, por el
cual se circula y se accede a los edificios públicos y privados, y en el cual
se desarrollan en determinadas condiciones actividades recreativas, cul-
turales, políticas, comerciales y religiosas, de acceso libre a los ciudada-
nos. Esta definición es muy amplia y general; los distintos tipos de espacio
público responden en general a características que a veces particularizan
y a veces incluso contradicen esta definición. No obstante, y reconociendo
esta ambigüedad, podemos definir mejor el espacio público citando algu-
nas de sus peculiaridades (y sus excepciones):
• Es en general un espacio abierto, si bien puede tener espacios semi-
cubiertos (galerías, recovas, loggias) y hasta cerrados (como la galería
Vittorio Emanuelle en Milán o las galerías subterráneas de Montreal).
• Es en general de acceso abierto al público, libre y gratuito.
• Si bien es el espacio que permite la circulación entre edificios y su
acceso, no cumple solamente esa función, y se caracteriza por la gran
cantidad de usos y funciones que en él se desarrollan.
• Es el ámbito de las representaciones significativas de la sociedad:
Componentes físicos y territoriales de la ciudad (la Urbs)
Hay, por otra parte, espacios que, si bien pertenecen a las edificacio-
nes privadas, pueden tener características semejantes a las del espacio
público: iglesias y templos, halls de atención de edificios públicos (en
determinados días y horarios), bares y restaurantes, estadios (para la
gente que abona una entrada o consumición), campus universitarios, clu-
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bes (para los miembros de la comunidad respectiva), etc.
Y por otro lado, los espacios de acceso a los edificios privados o públi-
cos constituyen transiciones entre el espacio público y el privado, y hasta
en ocasiones pueden constituirse en verdaderos espacios públicos. Quizás
los mejores ejemplos sean edificios neoyorquinos como el Rockefeller
Center, el IBM Building y el “invernadero” del World Financial Center, o en
Buenos Aires el hall general del Teatro Municipal San Martín, sobre la
calle Corrientes.
35 El hasta ahora fallido Corredor Verde del Oeste (CVO) en Buenos Aires es un proyecto
similar, aún no materializado, que involucra el soterramiento y cobertura de la línea ferro-
viaria Sarmiento. A diferencia de la Park Avenue o la Spina Centrale, el proyecto del CVO
no prevé la generación de tejido urbano en los bordes y su aprovechamiento inmobiliario.
Componentes físicos y territoriales de la ciudad (la Urbs)
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La construcción de infraestructuras es por un lado una de las princi-
pales fuentes de financiación de grandes empresas constructoras y, por
otro, el principal gasto de los organismos estatales en relación al territo-
rio (no por casualidad, son las empresas que las construyen algunos
excelentes aportantes a campañas electorales y no menos generosos
empleadores y socios de funcionarios en los períodos en que no ejercen
sus mandatos38).
Manuel Herce, ingeniero de caminos e ideólogo de la Ronda de Dalt,
sostiene que
39 El Decreto Ley 8.912 de 1977, de Ordenamiento Territorial y Uso del Suelo, intentó
frenar esa expansión con la exigencia de servicios e infraestructuras completas para la
realización de nuevos loteos. De todos modos la expansión continuó a través de asenta-
mientos informales para el sector más pobre de la población y, en el otro extremo del
espectro social, la aparición y consolidación de los clubes de campo y barrios privados
beneficiados con requisitos especiales, muchas veces más laxos que los indicados para
la urbanización abierta.
LA CIUDAD POSIBLE
Córdoba en los primeros años del siglo XXI (que hubiera requerido para la
aprobación de obras individuales la aplicación de una tasa para ampliación
o mejoramiento de infraestructuras) y la construcción de barrios cerrados
sin redes cloacales, de gas o incluso de provisión de agua.
No solo la falta de previsión o la ausencia de obras puede ocasionar
problemas con las infraestructuras; también es habitual la obsolescencia
de las infraestructuras existentes, en general por déficit o ausencia de
mantenimiento, o porque el crecimiento urbano sobrepasa sus deman-
das. Nuevamente, previsión financiera, adecuada distribución de las car-
gas de la urbanización y adecuada gestión técnica son las claves para
minimizar esos problemas.
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LA CIUDAD POSIBLE
Movilidad y transporte40
Tipos de transporte
Modos y medios
Paradigmas de movilidad
42 Sobre el rol del movimiento ecologista, ver el artículo "El reverdecimiento del yo: el
movimiento ecologista", de Manuel Castells: “Así pues, el hincapié de los ecologistas en
la localidad y en el control de la gente de sus espacios vitales es un reto a una palanca
básica del nuevo sistema de poder. Aun en las expresiones más defensivas, como en las
luchas denominadas 'en mi patio trasero, no', para afirmar la prioridad de la vida local
sobre los usos de un espacio determinado por parte de 'intereses de fuera', como las
compañías que vierten tóxicos o los aeropuertos que extienden sus pistas, tiene el signi-
ficado profundo de negar las prioridades abstractas de los intereses técnicos o económi-
cos sobre las experiencias reales de los usos reales de la gente. Lo que desafía el loca-
lismo ecologista es la pérdida de conexión entre estas funciones o intereses diferentes
bajo el principio de la representación mediatizada por la racionalidad abstracta y técnica
que ejercen los intereses comerciales incontrolados y las tecnocracias irresponsables.
Así pues, la lógica del argumento evoluciona hasta el anhelo de un gobierno a pequeña
escala, que privilegie la comunidad local y la participación ciudadana: la democracia de
base es el modelo político implícito en la mayor parte de los movimientos ecologistas”.
Componentes físicos y territoriales de la ciudad (la Urbs)
Vivienda y hábitat
Es así que desde mediados del siglo XIX la vivienda popular se constitu-
ye en un problema social y político al que los poderes políticos y económicos
intentan en ocasiones dar respuesta efectiva a través de diversos mecanis-
mos que examinaremos. Cuando estos mecanismos resultan insuficientes
(o cuando consideran posible omitir una respuesta efectiva), esos poderes
recurren al ocultamiento del problema o culpan a las víctimas: así, quienes
viven en condiciones de precariedad urbana pueden ser tratados de
“vagos”, de delincuentes o de tener alguna “incapacidad” específica (no
pocas veces asociada a una discriminación étnica o de otro tipo).
47 Raúl Fernández Wagner sostiene en un intercambio personal con el autor que "cuanto
más trabajamos en hábitat menos valederas me parecen las estimaciones de ‘déficit habi-
tacional’. Es cierto que hay (y hubo) estudios serios. Pero creo que por mejor hecha que
esté cualquier estimación en términos metodológicos y por más seriedad con que se haya
encarado el relevamiento "en la tradicional aproximación ‘viviendista’" un país puede haber
construido muchas casas y simultáneamente estar totalmente vulnerado el derecho a la
ciudad (del que es parte el derecho a la vivienda). Incluso las estimaciones más recientes
de déficit urbano-habitacional todavía necesitan madurar. Hoy, por las formas de urbaniza-
ción preponderantes, sería imperioso construir una medición de segregación residencial,
incorporar indicadores de desalojos, de afectados por gentrificación, etc".
LA CIUDAD POSIBLE
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56 Esta parte del capítulo está basada particularmente en los trabajos del economista
colombiano Samuel Jaramillo sobre renta urbana.
Componentes sociales y culturales de la ciudad (la polis, la civitas)
diversos. Es habitual que ambas fases, las referidas al costo del suelo y el
costo de construcción y desarrollo, se engloben bajo el mismo rótulo de
“especulación inmobiliaria”. En realidad, la fase realmente especulativa
del desarrollo urbano es la que realizan los propietarios del suelo en
espera de su valorización. Esto los transforma en competidores objetivos
de los empresarios desarrolladores (reactualizando lo que David Ricardo
estudió en relación a los intereses contrapuestos entre terratenientes e
industriales en la formación del capitalismo británico); esta contradicción
no suele ser considerada por quienes cuestionan y procuran evitar los
efectos negativos que dicho aumento produce sobre los consumidores, en
particular los de menores recursos o los de los sectores medios.
Alejandro Encinas, ex Secretario de Gobierno de México D.F., sostiene al
respecto que solo el Estado debe especular sobre el valor del suelo urbano,
aunque los desarrollos inmobiliarios pueden ser privados58. Jordi Borja
coincide: “el suelo en la ciudad no debe ser privado, pero sí puede serlo la
intervención sobre el suelo”. Más radicalizado, a alguien cuyo nombre no
195
conozco le escuché decir alguna vez que el manejo del suelo urbano debe
ser socialista, y los desarrollos urbanos deben ser capitalistas...
Hay un consenso muy generalizado a la hora de entender que estos
aumentos del valor del suelo urbano (también denominados plusvalías
urbanísticas) son ajenos en su mayor parte o en su totalidad a cualquier
esfuerzo del propietario y que tienen su origen en el esfuerzo de la socie-
dad y, en particular, del Estado. Esta externalidad positiva (como se cono-
ce en economía) se debe a la producción de infraestructura, al desarrollo
de las áreas circundantes, a la generación de equipamientos, servicios y
atributos urbanos y, como ya señalamos, a la normativa urbanística. De
esto se desprende que la apropiación de esas plusvalías por los propieta-
rios resulta una injusticia, ya que premia a quien no se ha esforzado por
producir esa valorización.
Hay diversos mecanismos (en su mayoría, fiscales y tributarios) que se
han implementado en algunos países con el objetivo de lograr una apro-
piación de esas plusvalías urbanas para la sociedad; generalmente a
59 Ver el ejemplo hipotético sobre el cobro de plusvalías por obras contra las inundacio-
nes en un área urbana, en la pág. 219.
Componentes sociales y culturales de la ciudad (la polis, la civitas)
La cuestión social
general tratado como una especificidad local, en tanto que la caída del
Muro se considera un hito global que hasta da nombre a un entero cambio
de época y, en general, al abandono del sistema comunista en la mayoría
de los países en los que se había implementado. Pero esta limitación
local del apartheid es solo supuesta. Fuera de Europa y del paroxismo
nazi, el siglo XX registra un sinnúmero de situaciones de segregación
oficializada, desde la prohibición a los indígenas mexicanos de entrar en
el Zócalo del D.F. hasta las leyes raciales vigentes en gran cantidad de
estados norteamericanos hasta la década del sesenta.
El sociólogo francés Jacques Donzelot ha correlacionado la ubicación
de las áreas del París metropolitano afectadas por la violencia social con
el mapa de segregación por grupo étnico y por situación económica, y
postuló así la existencia de un cierto apartheid, ya no de base legal pero
sí “de mercado”... El discurso en el que se basa la segregación ya no es
de corte racista, ahora apela a argumentos de seguridad y a las manifes-
taciones de violencia criminal que abundan en una sociedad aún marcada
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por la discriminación y los escandalosos contrastes sociales. Las marcas
sobre el territorio y los discursos justificatorios son análogos a los de
otras regiones. Como señalaba Donzelot para París, ahora no es la ciencia
ni la ley sino el mercado el que clasifica y separa los cuerpos en la ciudad.
En definitiva, la segregación urbana se puede encontrar incluso en
sociedades igualitarias y pacíficas, como Suecia. “La distancia entre las
casas relativamente sobrias de las familias de las élites suecas y los
departamentos en que viven los inmigrantes de los barrios de ‘nueva
pobreza’ es substantivamente menor que la que existe entre las viviendas
de las familias ricas del sector Oriente y las de los habitantes de las
‘poblaciones’ de Santiago. Sin embargo, en las ciudades suecas se obser-
va una clara conformación de barrios según niveles de ingreso y grupos
étnicos”, señalan al respecto Sabatini, Cáceres y Cerdá (citando a
Andersson y Molina), “… la segregación espacial es un hecho innegable”.
Actualmente en las ciudades latinoamericanas la segregación no
implica necesariamente una distancia considerable entre los enclaves de
riqueza y de pobreza, como era usual hasta la segunda mitad del siglo XX
(y continúa siendo en Santiago, donde las comunas al este del centro
LA CIUDAD POSIBLE
El gobierno de la ciudad
69 Ver en Café de las ciudades N° 140, junio de 2014, la nota "Terquedad Provincial", de
Mario L. Tercco, sobre una propuesta de división de la Provincia de Buenos Aires.
El Programa de Desarrollo de Áreas Metropolitanas del Interior (DAMI) ha iniciado en
años recientes una promisoria gestión tendiente a "poner en marcha modalidades inno-
vadoras de gestión para la ejecución de proyectos y la prestación de servicios cuyo des-
empeño eficiente requiera de la concurrencia de dos o más jurisdicciones territoriales"
en las áreas metropolitanas del interior argentino. Cuenta para ello con apoyo financiero
del BID (ver www.dami.uec.gov.ar/).
LA CIUDAD POSIBLE
La participación ciudadana
nable; por otro, genera confianza en la sociedad sobre los efectos positi-
vos de las políticas implementadas. Por similares motivos, es bueno que
los plazos de actualización de los planes sean más o menos coincidentes
con los plazos de la renovación de mandatos, de modo que las nuevas
autoridades y equipos puedan introducir sus puntos de vista sobre el
desarrollo de esas etapas (puntos de vista que además quedan validados
por la legitimidad electoral que presentan las nuevas autoridades).74
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74 Al respecto, ver nuestra postura sobre el tema en el capítulo dedicado a "La concep-
ción de un Plan".
LA CIUDAD POSIBLE
Cultura y ciudad
75 Sobre “la falacia de las ciudades creativas”, ver la nota de Susie Cagle en grist.org.
Componentes sociales y culturales de la ciudad (la polis, la civitas)