Antologia Nanocuentos Digital

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Varios Sabores

VOL. 1

Escritores
Novomilenaristas
Este libro está protegido por los Derechos de Autor
Internacionales y es propiedad de sus autores.
Se permite su uso y consulta para fines no lucrativos
siempre y cuando se respete a los escritores
citando su autoría en caso de ser usados sus textos,
republicados o difundidos en cualquier otro medio o
versión.
La obra se comparte gratuitamente para beneficio
de la inteligencia colectiva y aquí se establece la
forma correcta para citarla:
Escritores Novomilenaristas (2020). Antología
de Nanocuentos. Varios Sabores; Vol. 1. Versión
digital. Piedra y Campana: CDMX. pp. 144.
Antología de
NANOCUENTOS
Varios sabores
Vol. 1
versión digital

Escritores
Novomilenaristas
Para que sigan sonando fuerte las
palabras

www.piedraycampana.com
o n a no
e pt

nc
El co
por

Escritores
Novomilenaristas
¿Qué es la nanoliteratura?

Nano es un prefijo del Sistema Internacional de


Medidas; señala que hay algo de proporciones
más pequeñas que el micro. Nano es un
billonésimo de algo (10-9).

Si hablamos de literatura es una forma muy


breve de contar historias.

Lo importante de la nano literatura no es sólo que


sea de longitud corta, sin detalles descriptivos
ni episodios intrascendentes, sino que, a pesar
11
de las limitantes de extensión, sea una obra
compleja, completa, es decir, un universo a
escala. Esto se logra gracias a su capacidad de
síntesis y a que el espectador debe participar
llenando los huecos sugeridos por el autor.
La nano literatura implica una “complicidad
interactiva” para gozar las historias.

Los Escritores Novomilenaristas son un grupo


de autores que encaran los retos del siglo XXI
y buscan que los lectores sigan leyendo y las
historias se sigan creando, por lo que inventan
estos formatos literarios para ir acordes con
la velocidad del mundo contemporáneo,
y también, con las múltiples referencias y
capacidad de interpretación de los lectores de
este nuevo milenio.
Hasta ahora han propuesto y publicado: Un nanocuento describe sólo lo indispensable,
nanovelas, novelas vertiginosas, nanocuentos y plantea una situación, llega a un clímax. Dice
nanoensayos. algo del pasado, algo del presente y algo del
futuro de esa historia o personaje, pero sugiere
Como el ejemplo más acabado de esta nueva caminos de múltiples ramificaciones para que el
literatura tienen: la nanovela, narrativa poética relato continúe en la mente del lector.
que desenvuelve un gran relato en breves
episodios. Personajes, estructuras y tramas están
convertidas en imágenes casi cinematográficas, ¿Cómo se lee un nanocuento?
que eligen los momentos clave de una historia
para que el lector pueda, de ahí, desarrollar
Con mucha calma. A pesar de ser sólo un
todo un universo. Es un bonsai literario.
párrafo, las frases contienen acertijos, bosquejan

12
sorpresas, mueven emociones. Por eso debes
leer no más de uno al día; saborearlo, repensarlo,
completarlo y hacerlo tuyo.
13
Pero específicamente, ¿qué es un
nanocuento? Sólo así podrás pasar al siguiente sin indigestarte.

No es un cuento breve, como algunos le llaman a


las historias de finales repentinos y sorprendentes, Una vez listo el paladar para el primer bocado:
desarrolladas en pocos párrafos o renglones.
Te invitamos a leer esta colección de nanocuentos
Los nanocuentos son historias para crear incer- de varios sabores, es decir, de varios autores.
tidumbre en el lector: ¿quién es el personaje? Cada uno tiene su sazón personal, su estilo, su
¿cómo es su vida? ¿por qué le está pasando eso? entendido sobre el concepto de nanocuento, su
¿qué sucederá a partir del acontecimiento? Ahí manera de cocinar las palabras.
es donde la participación de quien lee es vital
para construir el relato y desentrañar el enredo. Mézclalos y saborealos a tu gusto.
El nanocuento es una provocación para jugar, Buen provecho.
sentir y crear en colaboración; es un guiño...
el desarrollo de la complicidad entre lector y
escritor.
E R ATURA
L IT
O

an
LA n
por

Jesús Galindo
Cáceres
La primera imagen sobre la nano literatura es la
de la síntesis. Un relato nano es equivalente a un
relato extenso, pero escrito en forma sintética.
No es un resumen, no es un esquema, no es un
apunte. Y en cierto sentido es todo eso.
La nano literatura establece un compromiso
mayor entre lector y escritor, en este sentido es
un dispositivo tecnológico de comunicación
17
muy sofisticado:
• El escritor nano implica en su escritura, dice
lo que hay que decir para que un cosmos se
presente y tome forma.
• El lector nano lee e imagina, recrea ese
cosmos y mucho más.
• El texto nano es un puente y un metabolizador,
pone en contacto a dos vectores cons-
tructivos de imaginación creativa, el del
escritor y el del lector.
No hay nano literatura sin esta configuración de
comunicación.
En este sentido el escritor de nano literatura
necesita cierto tipo de lector. La nano literatura
busca hasta encontrar a sus lectores y entonces
se completa, no antes.
La literatura extendida necesita a un lector La lectura de un relato extenso puede tener a
extendido, en cambio, la literatura implicada un lector que no se pare a identificar todos los
requiere de un lector implicado. Son dos formas componentes de lo presentado, leyendo en
extremas de la vida literaria. De ahí que se forma general lo que sucede sin fijarse en casi
puedan encontrar múltiples antecedentes de nada, frente a otro que observa con atención
ambas formas. todos los detalles de lo narrado y cómo se narra,
así en el nanocuento hay un lector que lee el
Un micro relato es literatura extendida breve,
texto como un escrito breve y al terminar casi lo
un fragmento, una imagen, una situación. Un
olvida, frente a otro lector en quien se detona un
nano relato es literatura implicada sintética,

18
una totalidad completa.
De esta forma en la lectura de un nano relato
ejercicio de imaginación constructiva de una gran
complejidad y amplitud. 19
siempre aparecen las preguntas sobre qué
pasó antes, qué pasó después, quién era antes,
quién era después.
4 de septiembre de 2019
El tiempo en el nanocuento tiende a ser
complejo porque en un mismo párrafo podrían
aparecer: presente, pasado y futuro, pero
la mayor complejidad del nanocuento es el
tiempo social implicado y sintetizado, sugerido,
contrastado. La acción del tiempo social es el
gran personaje del nanocuento.
El texto de un nanocuento supone presentar en
un párrafo un relato implicado que tendría un
desarrollo en cientos de páginas en la forma
tradicional del relato extenso.
c ítricos
O S

L
Escr
itore
tinta s de
ácida
Para él había sido tan natural enamorarse de Na
no
un hombre como lo hubiera sido para cualquier
cuen
muchacha quinceañera. Normal, asumir las impli-
caciones de su preferencia como lo era para tos
cualquier joven entender que podría embarazar
a una mujer. Nunca buscó el porqué. Hasta
el nefasto día de la llamada, cuando habían
empezado las pesadillas. El fuego, el castigo, el
23
dolor. Y durante la vigilia no recordaría nada. Sólo
esa sensación de arrepentimiento sin pecado
que lo haría alejarse de todo posible contacto
con otro ser humano, especialmente si era del
género masculino.

Contranatura
Amadeo Varsi
Multiverso Soy dulce, preparo el desayuno y bato los
huevos con amor y devoción materna; luego
Na
no
cuen
Andrea Langlet hago la comida, lavo trastes, preparo la cena.
Todos los días, desde hace veinticinco años. tos
Soy dulce y hago chocolate espumoso para las
noches frías, ensaladas condimentadas en los
días calurosos, horneo pasteles y galletas para
todos, sí, para todos, y soy tan suave que no
25
muestro mi decepción cuando no lo agradecen.
Soy dulce y peino mis cabellos canos en ondas
de mar, mi perfume combina con el olor de
la canela y el caldito de pollo. Por eso nadie
tomará en serio cuando diga que estoy harta ni
se sorprenderán del olor a almendra cuando les
dé a probar el guiso en el que escondí el cianuro.

No Era un hermoso día de campo con mi amado.


vo Él me subió al columpio y comenzó a mecerme
mile con suavidad. Yo decía ¡más, más! porque
na deseaba tocar el cielo con los pies. Él empuja
ris con tal fuerza que me hace caer en otro día
de campo. Me subo al columpio y un hombre
TAS

Agatha
desconocido comienza a mecerme. Ya no me
sentiré feliz nunca más.

24
Magdalena Catalán
Sin t´ítulo Miro por la ventana los departamentos al otro
lado de la calle. Nadie me sacará de mi hogar
Na
no
cuen
Jesús Galindo ni me privará de su maravillosa vista. Disfruto de
la manzana a cada mordida, sin darme cuenta tos
del sufrimiento del inquilino que está siendo
desalojado. Gran sorpresa cuando el sabor me
parece desagradable y, al revisar el bocado,
yacen en la servilleta los restos del despojado.
27

Sólo pienso en ti. Me pregunto cómo estarás,


qué te hará falta. Quizás no te vuelva a ver. Esto
es incomprensible para mí. Al abandonar mi
No cuerpo supe que no volvería. No sé cómo, sólo lo
vo supe. Aquí hay otras entidades, no siento miedo,
mile tampoco curiosidad. Estoy aquí, ellas están
na aquí. No nos comunicamos, eso creo, no de la
ris forma en que estaba acostumbrado, siento que
TAS están solas, que añoran algo. Ellas son ahora mi

Inquilino
familia, estoy seguro que me sienten como yo
a ellas. No sé en dónde estoy, nadie sabe en
dónde estamos. He cambiado, veo más, me doy

26 cuenta de más cosas, sólo lamento no saber de


ti. No nos volveremos a ver, tengo esa terrible
certidumbre. Ni seré lo que fui. No sé en qué me
convierto. Si me escucharas te diría, estoy bien. Miguel Chehaibar
Transmigración Entró en la tienda, no quería perros ni gatos... Na
no
y encontró en una jaula a un pequeño
cuen
Norma Macías hombrecito sentado en un sillón rojo. A pesar
del precio, lo compró y lo colgó en la sala de tos
su casa. El pequeño hombrecito no cantaba,
no gorjeaba, ni siquiera se movía con gracia.
Se pasaba el día sentado en su sillón mirando
una muy pequeña televisión. Durante semanas
29
esperó que al llegar de trabajar se escuchara
música, ruido, al menos una respiración humana
que le hiciera compañía; en cambio, la misma
soledad de siempre, sólo la lucecita electrónica
bajando y subiendo de intensidad. El pequeño
Esta vez es un cuerpo distinto a los anteriores. hombrecito pasaba más tiempo dormido en el
sillón rojo, con uno de los almohadones sobre
Generalmente son hombres de mi edad, pero
su cara, hecho un ovillo; cada vez era menos
ahora miro desde una altura muy corta. El
digno de ser mirado. Si para mañana no notaba
cuarto es suntuoso y tiene más juguetes que una
un cambio de actitud, tiraría a la basura la jaula
tienda. Me asomo al espejo y veo un rostro de
con el hombrecito dentro. Y sí, regresaría a la
ojos negros que me devuelve la mirada. La que
tienda a comprarse un perro.
mira desde el espejo es una niña con cara de
No espanto y cabellos ensortijados. No me muevo
vo para no levantar sospechas. No hay pistas que
mile establezcan qué año es ni en qué idioma debo
na comunicarme. Tendré que fingir un ataque
ris epiléptico que explique por qué ahora no puedo
lidiar con las cosas más elementales. Escucho
TAS ruido en la escalera. Instintivamente corro a
la cama y me meto entre las cobijas. Deseo

28
despertar en otro cuerpo, en el mío. Siento el
abrazo de la mujer, siento el amor. Hace tanto
que nadie me toca... Quiero quedarme a vivir
con ella, que me ame por siempre, pero pronto
sentiré el desmayo, la conciencia que empezará
Divertimento
a desprenderse... Andrea Langlet
De la patada El accidente le provoca un coma que ha
durado meses. Al ir sanando, el hombre establece
Na
no
cuen
Miguel Chehaibar otra relación con su familia. Entiende todo lo
que les hizo pasar, ellos lo perdonan, lo apoyan, tos
participan del milagro de su recuperación,
han aprendido a valorarlo. De vez en cuando
el hombre despierta y aún está en el cuarto 31
de hospital, no ha salido del coma de forma
definitiva. Va y viene y nota a algunos médicos
que se acercan a su lecho tratando de hacerlo
regresar. Él está tan asustado que los monitores
cardíacos suenan. Decide cerrar los ojos. Dormir.
Estar con la familia que sí lo quiere.

-¡Carajo, Carmela! Harás a ese niño maricón.


—Es para que aprenda, qué tal que le sale
No fodonga la mujer.
vo
—A ver, mi’jo, vente para el patio. ¡Dale duro,
mile
carajo! ¿O quieres ir al ballet con tu prima la
na
Rosy?
ris
TAS Golpeé el balón tan fuerte que salió disparado

Alternativa
por encima de la barda. En la tarde mi papá fue
a la tienda de la esquina y ahí lo esperaban varios
tipos para hacerle pagar una ventana rota y

30 regresarle el balón que tenía pintado mi nombre.


Limpio frijoles en la mesa de la cocina cuando
llega mi papá. Me mira en silencio, toma un hielo
para su ojo hinchado. Ahora no sé si volverá a
invitarme a jugar al patio alguna vez. Norma Macías
Hallazgo Yoali sumerge las papas en la freidora. Chillan
igual que la piel de su mano al recibir el tacto del
aceite hirviendo. Nubes de humo, aire caliente
Na
no
cuen
Magdalena Catalán condimentado con glutamato monosódico. tos
Veinte segundos y escurrir la canasta. Caminar
hasta el refrigerador y sacar la siguiente ración
de papas. Siempre la misma cantidad. Poner la
canasta en la freidora y llevar a lavar la usada.
33
Una y otra vez. El gerente grita histérico. Los
empleados chocan en la cocina tratando de
abastecer los pedidos. Vaciar las papas en la
charola con los gramos de sal establecidos en el
La madera rechina y se desprende bajo mis reglamento. Tomar la cuchara en la que caben
exactamente sesenta y ocho papas francesas.
pisadas. Miro al piso y distingo algo debajo de
las tablas: una caja de metal. Encuentro dentro Ponerlas en el empaque chico. Si no fuera por las
tres fotos. Una de ellas es color sepia, con los variantes en los tamaños del empaque, el trabajo
bordes carcomidos; en ella se distingue una la volvería loca… Yoali mira a su alrededor. Ciber
mujer desnuda y gorda, a medio sentar sobre no ha llegado y la freidora dos sigue apagada,
una cama a punto de vencerse, pisa a un gato con el aceite sin movimiento como un pantano de
muerto y mira a la cámara avergonzada. La grasa triste. Lo mejor será olvidarlo. Dejar de estar
siguiente foto está coloreada a mano y presenta pendiente de sus movimientos, de su cercanía al
No a una anciana desdentada en una cocina llena buscar las servilletas. No más encuentros entre sal
vo de recipientes, ella tiene un cuchillo carnicero yodatada. Yoali querría preguntar qué ha pasado
mile que ha cercenado una mano humana; siento su con Ciber, pero podrían despedirla si muestra su
na pena. La siguiente foto es un paisaje campirano, interés por una máquina. Después de todo, ella
ris las mujeres están en el río a medio vestir; sólo es la única empleada humana que cumplió con
mira a la cámara una joven con una cicatriz en las exigencias del gerente.
TAS
el ojo y rasgos indígenas que, entre malicia y

32
desesperación, ahoga a un niño en el río. Escucho
un flash fotográfico, pero no distingo de dónde
ha salido la luz. Con prisa, cierro la caja y coloco
la madera encima. Mi corazón late desbocado.
La mujer en las fotografías es la misma. Comienzo
Orgullo
a recordarla. Si encuentro un espejo, podré
mirarla... y no sé de qué será capaz esta vez. Avy
Confusión Apenas doce. Cumplidos hoy. ¿Qué sorpresas
me dará la vida? Llega mi madre cantando
Na
no
cuen
Andrea Langlet el feliz cumpleaños. Me tiende una caja con tos
moños rosas. Nunca me había dado un regalo.
Rasgo el papel con paciencia para no arruinar
el momento. Descubro la ilustración de la caja,
pero me niego a creerle y abro el contenedor. Sí,
35
es un enorme estuche de maquillaje. Todo lo que
puede desear una reina de belleza. De golpe
comprendo cómo serán los siguientes años de
relación con ella. Una madre loca y su único hijo.

No La Pelona tenía envidia de lo cercana que yo


vo era a la familia; yo no amaba a la familia, pero
mile me daba rabia no tener una igual. La Pelona,
na que tenía una familia a la que probablemente
ris odiaba, hacía como si la amara, nada más para
TAS alimentar mis celos y como venganza por lo
mucho que quiero al padre de su hijo. La Pelona

Casi perfecto
nunca sospechará la razón por la que la familia
permanece cercana a mí y no a ella.

34
Magdalena Catal án
Encallado Me enteré casi por casualidad, una tarde
donde el azar se muestra e intimida. Él me estaba
Na
no
cuen
Antonio María buscando para matarme. Creí que era cierto y
sentí que miraba mi muerte de cerca. No sabía tos
quién era, no entendí qué lo motivaba. Empecé
a huir sin mayor averiguación. Por años supuse
que estaba por alcanzarme. El viaje fue largo,
la energía iba terminando... hasta que acabó.
37
Y decidí esperarlo, no huiría más. Y así llevó diez
años, esperando, y no aparece. Tengo el deseo
de volver a huir, pero ya no puedo.

No
vo
Por el quicio de su boca/estómago entra la
espuma del mar. Si pudieras verlo, su regurgiteo
mile
tiene ritmo, armoniza con el sonar. No es un ser
na
mágico aunque parece un sapo de tamaño
ris
descomunal. Dicen que es un molusco del
TAS cretáceo que ha sido expulsado del mar por la

Sin título
violencia de la pesca submarina. Es tan enorme
que no es posible mirarlo completo. Abre la boca
entre estertores y vemos que guarda un par de
36 crías moribundas dentro de su cuerpo. Exhala su
último aliento a la vista de los curiosos. Lo que
aún no saben es que ya no habrá más oleaje en
la mar. Jesús Galindo
Herencia Espías, descubres... ahora sí te interesas en mí.
Cuando acabe este renglón sentirás que me
Na
no

Amadeo Varsi
cuen
conoces. Déjame en paz, me pones nerviosa y
así no puedo terminar el relato, voy a la mitad y tú tos
sigues adivinándome, juzgando. Soy vulnerable a
tus ojos y me tensa que continúes recorriéndome.
Te pido que pares, ya no es gracioso, me estás
asustando, ¡quita tu vista de mí! No pretendo
39
que entiendas, sólo quiero llegar al punto donde
ya me has desnudado por completo. Esto es lo
que soy... no hay más de mí. Llegaste al final de
nuestro encuentro.

No
vo
En casa todos tenemos una boca descomunal.
Es algo de familia. También tenemos pulmones
mile
porque es útil, los usamos cuando hablamos
na
y cuando comemos para que los alimentos
ris
se evaporen. Dices bien, nuestro problema
TAS congénito hace que para todo usemos la boca y
eso nos mete en problemas. Herencias de familia.

38
Hay cosas aún más raras que tenemos, pero de
ésas no podré hablarte, no comprenderías.
Segundo orden
Andrea Langlet
Amante He estado leyendo una biografía muy extraña,
es de alguien que nacerá en diez años y morirá
Na
no
cuen
Avy más de setenta años después. No entiendo
cómo es que llegó a esta biblioteca, sólo me han tos
comentado que ésta es una nueva sección con
libros donados por diversas fuentes anónimas. Lo
más extraño en la vida de este personaje es que
me conocerá dentro de treinta años y se verá
41
involucrado en mi asesinato, aunque nada será
comprobado. He buscado a su madre por todas
partes, creo que al fin la encontré.

Es alimento podrido, no te lo comas, la tiraré


a la basura... esto es algo que no se le dice a
alguien en tu condición. Disculpa. Es que cuando
guardas silencio no tengo más que acordarme
de mi esposo y odiarte un poco. Sé que no te
No importa la cháchara a estas alturas. Así que
vo
seguiré mientras disponemos todo para el viaje.
mile
Nunca pensé tenerte tan cerca, como testigo de
na
mis tareas cotidianas. Se siente bonito. No es igual
ris
que cuando podías hablar y besar, pero es el
TAS precio por tu permanencia. Pequeños sacrificios

Biografía
tuyos y míos. Listo. Terminé mis tareas. Ahora hay
que emprender el viaje, nuestra Luna de Miel. No
debiera decir esto así con tanta emoción y tú en
40 tu estado. Es una falta de respeto para alguien
sin vida. Perdona, todavía no me acostumbro.
Prometo que te regresaré a la tierra en cuanto
encuentre compañía más fresca. Jesús Galindo
Rebajar Tengo una hora esperando a que llegue Ana.
Siento cómo va creciendo la furia. Me levanto y
busco los sanitarios. Están descuidados. Mis ojos
Na
no
cuen
Magdalena Catalán se entretienen mirando los rayones en la pared. tos
Distingo los números de un teléfono celular.
Marco.
—¿Hola?
Me sorprendo al escuchar la voz.
43
—¿Quién habla?
—Ana. ¿Quién habla?
—Javier.
—Eres un imbécil, me tienes esperando horas en
este lugar y apenas ahora se te ocurre llamar.
—Soy yo el que te está esperando, ¿dónde estás?
—¡¿Como dónde?! En la mesa de siempre.
E
“ s una carga muy pesada, muy pesada. No —Ahí estaba yo sentado. ¿Cómo es que tienes
puedo yo sola” (cucharilla que choca contra la ese teléfono, de dónde lo sacaste?
taza de porcelana y tintinea). —¡Cómo de dónde! Lo dejaste tú sobre la mesa
“Y qué has pensado, porque pronto tendrás que la última vez que estuvimos aquí, te dije que te lo
tomar alguna decisión” (especie de aire que entregaría hoy... Si es tu forma de insinuar que no
cimbra las ventanas. Suspiro de la casa, quizá). quieres verme, pues así será.
No Ana cuelga el teléfono y un escalofrío helado
vo “Voy a dejarla”.
baja por mi espina dorsal. Busco en la bolsa
mile Sin más palabras. Pasos, madera, crujido. El peso, del saco mi celular y no lo encuentro. Regreso
na seguramente. Me encierro en el baño. Subo a la a la mesa y camino hacia el hombre que está
ris báscula. Se mueve frunciendo su aguja como sentado en mi lugar y viste mi ropa.
TAS expresión de mis kilos sobre ella. Soy pesada, y no

Revés
quiero discutirlo más. Tomo las tijeras y corto todo
mi cabello, todo. La báscula sigue protestando.
Menos peso. La sangre escurre por pies, piernas.

42 Voy a la cocina a ver a mamá, me juzga por


dejar la dieta. Espero que entienda la carga
que siento; debo cortarla, quitarme ese peso.
Después de acabar con ella volveré a la báscula.
Norma Macías
Frank Está en la esquina de la cafetería. Finge leer el
periódico. Su cara blanca y los cabellos grasosos
Na
no
cuen
Avy escurren sobre la frente y el cigarro, siempre el
cigarro colgando de su boca. Aborrezco a mi tos
vecino. Lo puedo imaginar metiéndose al edificio,
con la cabeza hacia el suelo, como quien no
quiere ser percibido; luego mirando a la mujer
tendida en su sillón. Revisará el cloroformo, hablará
45
por teléfono para acordar la compraventa de
los órganos. Sacará el bisturí. Así me explico los
ruidos extraños en el departamento debajo del
mío, gritos ahogados de personas que sufren. Y
la carta que llega una vez al mes del banco de
órganos, dirigida a Jaime Guzmán. Me molesta
su ocupación, pero todos debemos vivir de algo.
Por lo que siempre lo aborreceré es por el humo
de cigarro que sube a mi ventana cada noche.

No
vo
Sé que llevas horas ahí sentado, que debe
incomodarte la posición, aguanta un poco
mile
más. Me lo debes. Continúa así en lo que coso
na
y termino el trabajo. Necesito un descanso, pero
ris
ya no hay tiempo, la tormenta está a punto
TAS de caer. Como lo acordamos, tú cooperarás

Vecino
porque ahora estás aquí y yo mando. Me tomé
toda la noche para que el cuerpo quedara
hermoso... especialmente para que estuviera
44 completo. Sobre todo eso. Listo para el choque
de electricidad y para la vida.

Antonio María
Sin título Era el invierno de 1853. Un hombre muy alto
apareció en la entrada de nuestra casa. El
hombre entró sin ser invitado. Traía un maletín
Na
no
cuen
Jesús Galindo rojo. tos
—Es lo que necesitan —dijo abriendo su equipaje.
Mi madre, como cabeza de familia, se acercó al
hombre entre reactiva y asustada.
47
—Son sólo dos monedas de oro.
Dentro del maletín estaba un arpón de hierro.
Tenía un mecanismo extraño, yo nunca había
visto algo así. Quedé fascinado por el objeto,
pero dos monedas de oro eran más de lo que
habíamos visto en los últimos meses. Mi madre
miró al hombre alto que le sonrió con su blanca
dentadura, inusual. Mi madre regresó con la
charola del té, sobre uno de los platos había
dos monedas de oro. El hombre bebió y tomó
el dinero. Dio una palmada en el hombro de mi
madre y salió. Ella sabía más que nosotros; sólo
No Ella había venido de lejos, en cierto sentido era pidió que nunca habláramos del tema. Desde
esa noche, durmió sentada y con el arpón en el
vo una desconocida, pero, por otra parte, él sabía
una historia de su pasado y tenía gente que regazo. Meses después entendí que esperaba a
mile
confirmaba la versión. Nunca estuvo completa. mi padre desaparecido en la guerra contra los
na
No le dio importancia, lo que contaba era el franceses. Y un día, él regresó...
ris
presente, el futuro en común. Así que no supo en
TAS

En guardia
qué momento ella empezó a tomar su energía.
Todo parecía normal, una pareja feliz que vivía su
momento. Pero ella terminó su ciclo energético

46
con él y lo dejó para buscar una nueva fuente
de alimento. Simple, incluso algo mecánico.

Norma Macías
Espantapájaros La lluvia torrencial y las llantas en el fango, carro
atascado. El celular tiene una hora avisando que
Na
no
cuen
Antonio María va a morir. La pila expira en mi cara. Cuando la
granizada se vuelve lluvia camino a las casitas tos
lejanas para que alguien me ayude. Llego a la
cantina local. Miro a todos con mi expresión más
necesitada. El anciano del sombrero me señala
un teléfono en la pared. Me dirijo a él. Leo la
49
instrucción. Echo un par de monedas y aparece
el tono. Un disco con pequeños orificios me sonríe.
Con temor meto el dedo en el número cinco. No
Los niños no tienen espantapájaros. Se han sucede nada… Creo que debo moverlo hacia
algún lado, finalmente gira a la derecha hasta
cansado de gritar y mover los brazos cuando
aparecen los cuervos en el horizonte. Por eso, un tope. Saco el dedo y el disco regresa a su
han hecho una figura en el maizal acumulando posición original haciendo un ruido increíble.
basura, cobijas viejas, ropa sucia y apestosa, y Creo que todos me miran. Pongo ahora el dedo
la han coronado con un sombrero. El montículo en el número dos y repito la operación, el sonido
a la mitad de la siembra parece un viejo indio de regreso es más breve. Sigo con otro número.
dormitando bajo el sol. Los niños le dicen Don Creo que nunca he tardado tanto en marcar.
Rubén. Le cantan rondas, le avientan piedras, se El sonido me va relajando. Finalmente aparece
burlan de su inmovilidad. Las aves no le temen el tono de llamado. Un chasquido y se escucha
No a Don Rubén, las ratas y las arañas no muestran una voz juvenil, nítida. Me quedo helada. Es mi
vo ningún respeto. El día del nuevo ciclo, los niños padre… Muerto hace quince años.
mile piden quemar al viejo. Los padres perciben algo
na cruel en todo esto, pero reconocen que Don
ris Rubén no coopera en ninguna labor, no espanta
TAS a los cuervos. Es un estorbo. Los niños le dicen

Dial
que no tema, que se irá con Dios y encienden
fuego a sus pies. Cuando siente el calor cerca
se levanta, mueve los brazos y la cosecha arde

48 espantando ratas, arañas, pájaros. El fuego


se extiende por el maizal. Escucha súplicas.
Mientras las llamas van consumiendo todo,
los niños y sus padres comprenderán que Don
Rubén no merecía esto.
Andrea Langlet
Cita de amor Era un hombre exitoso, siempre lo había
sido; llegó a grandes puestos y no lo hizo mal.
Na
no
cuen
Las personas que lo habían conocido tiempo
Magdalena Catalán atrás, decían que mejoraba a cada paso, que tos
cambiaba a partir de las experiencias vividas y
se volvía más poderosos, más de los común. Al
llegar a viejo era un hombre sabio y humilde, un
personaje casi mundial. Un día en su casa me
51
encontré por casualidad con una mujer muy
joven y hermosa, tenía una relación afectiva
con él, pensé que era su nieta o algo así, pero él
nunca tuvo hijos. Me intrigó el asunto y empecé a
indagar. El secreto era muy simple y asombroso:
ella era su madre.

Tiene tiempo que nos conocemos, pero siempre


a la distancia. Un día, supe que sentía algo más,
que tu forma de sonreír, serena y con esperanza,
debía contagiárseme de alguna forma. Desde
que estoy enamorada, más allá de toda lógica y
No voluntad, no hay sala de cine que no me saque
vo
una sonrisa ni melodrama que no me haga llorar,
mile
especialmente los que tratan de amores no
na
correspondidos. Sé que tú tienes otros planes,
ris
pero no quiero dejar pasar más tiempo sin vivir
TAS mi propia película y aceptar el desenlace que

Sin título
le corresponda; tú me has enseñado que lo
que importa es enfrentar el conflicto, arrojarse a
la acción y evitar la contemplación. Hoy sólo
50 espero que me mires desde la pantalla. Mientras,
comeré las palomitas de maíz que tienen aquí.
Sé que eres experto en finales felices, por favor,
construye uno para mí que estoy observándote
en la oscuridad.
Jesús Galindo
Corte Como siempre pongo el corazón, sé que no es
fácil salir al mundo y enfrentar los problemas. La
Na
no
cuen
Andrea Langlet última vez me confié, lo destruyeron y no pude
escapar de la oscuridad. El mundo es aterrador, tos
especialmente cuando lo atisbas a través de
una pared dentro de la que yaces. Sin embargo,
mi corazón está empezando a latir de nuevo.
Saldré al mundo y enfrentaré los problemas.
53

Gotas cayendo intermitentemente, frío de


calles desiertas, coladeras expeliendo vaho de
criaturas vivas. Laberinto-ciudad para perderse y
encontrarse. Con la lluvia, con la noche. La mujer
se mueve con discreción de sombra, rodeando
esquinas y callejones en busca de algo. Su paseo
es indescifrable, amalgama de sueño y realidad
en cámara lenta. La parafernalia que la cubre
se deshace con la lluvia. La mujer va quedando
No desnuda al tiempo que el agua le escurre por
vo la frente, por el pecho, por los muslos. El agua
mile le lleva la pena mientras los ropajes quedan en
na los charcos como coágulos negros. El rostro de
ris la mujer se transforma con la luna. Y el apetito
TAS comienza sacándole saliva abundante, le crece

Espectro
los dientes/colmillo, le libera un rugido en la
garganta. Se ha transformado. Está lista para
devorar.

52 ¡Corte!
Las luces se encenderán en el escenario. La mujer
estará temblando ante las miradas sorprendidas.
Transformada… y con tanta, tanta hambre. Antonio María
Venganza El niño fue cuidadosamente programado
y ensamblado. Producto valioso, pero con
Na
no
cuen
Julio Labra un defecto: no duerme. Siempre el foco rojo
encendido, es perturbador. Pensamos que la tos
cinta adhesiva lo resolvería, pero entonces era
difícil de despertar. Sin embargo, es su lógica, la
inteligencia desmedida, la que nos hace sentir
inseguros. Lo pedimos así para que se colocara
55
bien en el futuro y pudiera mantenernos
económica y sanitariamente, pero no nos gusta.
Deseamos que lo críe alguien más y le enseñe
cuándo callar y cómo complacernos, pero la
fábrica dice que no hay alguien capacitado
para esto. Por eso tomamos la decisión. Aunque
es ilegal, le ocasionaremos un accidente para
disminuir sus capacidades. Sólo esperamos no
tenerlo que cuidar nosotros a él.

No Despertó por la asfixia que le causaban sus


manos en el cuello. No alcanzó a verlo porque
vo
el otro lo reconoció y salió por la ventana. No
mile
podía quedarse así, siempre tendría miedo si no
na
hacía algo. Saltó por la ventana y siguió el rastro
ris
de su atacante. Por el callejón fue encontrando
TAS la ropa que se quitaba el otro para correr más

Respeto
rápido. Se puso la gabardina y los zapatos, él
había salido de la cama con nada más que un

54
pantalón. Entró al edificio, subió los escalones de
dos en dos. Escuchó la puerta del departamento
cerrarse. No tuvo dificultad en abrir y encontrarlo
fingiendo dormir en su cama. Se acercó sigiloso
para ahorcarlo con sus propias manos. Norma Macías
Tercera llamada Siempre me he preocupado por mantenerme Na
no
hermosa para mi esposo. Soy la mujer más
cuen
Lorena Medina García esbelta de entre mis conocidas. Algunos piensan
que soy tan delgada que parece que quiero tos
desaparecer, pero así gusto a los hombres. El
hecho es que no puedo competir con alguien
que no tiene cuerpo. ¡Por qué tuviste que
enamorarte de Siri!
57

No
vo
Aún no termina de comerme, pero lo hará;
puedo sentir cómo me engulle poco a poco cada
mile que salgo a dar función. Si en la representación
na de ayer el telón no hubiera bajado a tiempo,
ris yo no estaría aquí. Lo he dejado entrar tanto
TAS en mí que sus palabras las he vuelto mías, sus

Competencia
acciones, sus emociones, su llanto, su ira... Mis
entrañas se llenan de un sentimiento ajeno que
ya no puedo controlar, estoy peridendo el juicio,
56 si tan solo pudiera...
—Ésta es tercera llamada, tercera llamada.
Comenzamos.
Avy
elados
am
ar
de

c a
s
re e
o

LOS
c r it qu
s
E tras fe
le nen
tie
Un hombre camina paseando a un perro, cae la Na
no
tarde, es un día jueves; parece que lloverá, es lo
cuen
usual en verano. El hombre es joven, unos treinta
años. Alquiló un departamento en una unidad tos
habitacional popular. Vive con su mujer y dos hijos
pequeños. Él será, en quince años, el provocador
de un magnicidio. Sus dos hijos y la mujer morirán
a raíz de un mal servicio hospitalario, por lo que el
61
alma se le envenenará. Sólo dos cosas evitarán
tal desastre: que su familia sobreviva o que él
no llegue a esa cita dentro de quince años. De
pronto, el perro se libera de la correa y corre, él
va tras el perro. Tropieza, se golpea la cabeza.
El destino se detiene. Mientras agoniza piensa
en su mujer y en sus dos hijos. Alguien observa la
escena, está triste y satisfecho. Da la vuelta y se
marcha del lugar.

Sin título
Jesús Galindo
Autor
Onírica suave Cuando acabó la guerra tuvimos que construir
algo con todos los restos de la civilización. Éramos
pocos y estábamos cansados de luchar. Así fue
como aceptamos convivir con los conquistadores.
Na
no
cuen
tos
Julio Labra Estaban tristes y habían descubierto que no valía

63
la pena la guerra. Hoy se realiza la primera unión
matrimonial entre ellos y nosotros. Todos estamos
dispuestos a celebrarla. Nacerán los híbridos,
tendremos nuevas facultades, quizá mañana
podamos conquistar otras estrellas.

No
vo Alma encuentra un sueño y una escalera para
mile llegar a él. Como el sueño es inalcanzable, la
na escalera es infinitamente larga. La escalada le
ris tomará el tiempo suficiente para que el sueño
no termine nunca.
TAS

62 Instinto
Norma Macías
Redundante Te quiero, ésta es una antigua forma verbal en
donde se expresa el deseo de vincularse a otra
Na
no
cuen
Andrea Langlet persona. Una rareza; entonces los seres humanos
vivían separados, aislados unos de otros, y tos
cuando sentían el vínculo se trastornaban, algo
como una demencia temporal. Este tipo de
amor significaba un momento de luz dentro de 65
una larga vida de oscuridad. Luz que dejaba
tan cegado que, el resto del tiempo se era
invidente. Hoy nos parece extraño y terrible tal
estado de cosas. Por ello me toca estudiarlas,
para no olvidar de dónde venimos y cómo
llegamos aquí.

No Un viaje maravilloso, no deseo que termine


vo nunca. Dejo el libro sobre mi regazo, rememoro
mile los mejores momentos: la playa, la brisa,
na los brazos fuertes del hombre rodeando mi
ris cuerpo, la puesta de sol. Éramos amantes y nos
escapamos de nuestras rutinas, ahora sólo él y yo.
TAS

Sin título
Un viaje maravilloso. Abro el libro y leo: la playa,
la brisa, los brazos fuertes del hombre rodearán
su cuerpo, la puesta de sol. Los amantes no

64 desearán que termine nunca su aventura. ¡Qué


viaje maravilloso! Dejará el libro sobre su regazo
y rememorará...

Jesús Galindo
Onírico La había extrañado tanto, los años pasaron,
llegó la vejez, la vida había terminado. Al final
Na
no
cuen
Julio Labra del camino todo parece tan relativo, como si
lo mismo hubiera dado una cosa que otra. Sí, al tos
final, cuando ya no hay algo que funcione como
coartada, todo da lo mismo. Dedicó sus últimos
años a convivir; por fin, sólo a convivir, de la mejor
forma posible. Murió en silencio, tranquilo, en
67
paz. Ellos lo notaron, tomaron su ADN, guardaron
su mente. Lo mismo habían hecho con ella. Un
día despertó como si todo hubiera sido un sueño,
ella estaba a su lado, bella y joven, preguntaba
si quería un poco de café. Él contestó que sí, la
contempló mientras ella salía caminando de la
habitación.

No
vo
Despierta en un sueño. Desde ese momento se
dedicará a explorar el mundo y supondrá que
mile es ésa su realidad. Cuando duerme y regresa a
na su vigilia, despierta inmediatamente dentro del
ris sueño creyendo que ha tenido pesadillas.
TAS

66 Sin tìítulo
Jesús Galindo
Hiper onírico De entre los vestigios del tsunami encuentran a
un llegado de otra civilización. Nadie se da cuenta
Na
no
cuen
Julio Labra de su origen, sólo lo hallan malherido enmedio
del desastre. Con la ayuda de la comunidad tos
él se recupera; no sabe qué pasó, pero siente
que no pertenece a ese mundo. Sin que nadie
entienda por qué, el superviviente pasa cada 69
vez más tiempo sentado en la arena, mirando al
mar, incapaz de comunicarse. Esperará ahí hasta
que el siguiente tsunami lo regrese a su hogar.

No
vo
Había soñado todas las respuestas para su
vida futura, el camino a la felicidad, pero
mile cuando despertó se dio cuenta que le faltaba
na una dato que le abriría el portal. Entendió que
ris la clave estaría en el sueño. Así que volvió a
TAS dormir. Pasaría los siguientes años plácidamente

Ajeno
dormido mientras buscaba esa clave para, al
despertar, vivir plenamente.

68
Amadeo Varsi
Paulatina Le veían siempre dormido. La mujer aún le
persigue; corre, grita, pero ella continúa. No
Na
no
cuen
Ale Contreras cesará. Él lo sabe. Ella está a punto de atraparlo.
Él pelea con su espíritu, hasta que ella vence, tos
lo lanza a la realidad... Otra vez, él despierta.
Afuera se oye el mariachi, el vecindario también
celebrará. 71

No
vo
Existía una cierta mujer muy cuidadosa que
limpiaba toda la porcelana de un cuarto. Su
mile nombre es Paula. La razón por la que es tan
na especial se debe a que el ruido de lo roto le
ris causa una pena indecible. Por eso, a Paula la
TAS comisionarán para dar las malas noticias de la
ciudad.

70 Sin título
Esmeralda Miranda
LO

S
sa
Escritores con
acentos fuer tes

la
al paladar

ditos
Marcha la Guardia Nacional para salvar al Na
no
pueblo del miedo. Las plazas celebran con
cerveza hasta las entrañas, borrachas hasta cuen
afuera, donde las pequeñas casas permanecen tos
mudas susurrantes, quedas y rotas. El Poder

75
tiene hambre, va y se come a un periodista, los
gusanos no le gustan porque saben a muerte
¿A dónde se va la muerte cuando le cortan
las alas? ¿A dónde van los marineros cuando
se acaba el horizonte, los filósofos cuando se
cumple el ser y los amantes cuando se agota
el amor? Que nadie se mueva, ni los diputados
ni los senadores ni el Presidente. A las estatuas
de marfil. Llegan los golpistas; la primera noche
comen defensores a la marinera. El capitán del
tercer barco todavía no se entera; la tripulación
se muere de la risa y él los entierra. Sólo entonces
el Comandante se da cuenta de que hay más
botas que patria. Huele a pólvora. Marcha la
Guardia Nacional. ¿A defender a la mar? A la
guerra. ¿Y la perdió? ¿A quién? ¿A la niña de sus
ojos? Sí, lamentablemente, parto fallido, pero no
se preocupe, ya vendrá un médico a limpiarle las
entrañas. Ande, Patria mía, no deberá quedarse
en su desierto, vaya por los pliegues de su cuerpo
que ni niña ni mujer ni marinero. Prepárese para
besar los labios de este resurrecto ejército.

Voz ahogada
Victoria Santillana
Sin título No me gusta el olor de los baños públicos y
para distraerme suelo leer todo lo pintarrajeado:
Na
no
cuen
Román Macasi albures, obscenidades, dibujos escatológicos,
siempre lo mismo. Por eso me hipnotizaron las tos
letras que vi en la puerta: Help. Sólo “help” y
un teléfono. No sé por qué marqué. Imaginé a
una señorita prisionera de una madre castrante,
imaginé a una rumana queriendo escapar de
77
una red de trata de personas, imaginé, incluso,
a un adolescente con el corazón roto. Pero
nunca la cita, los hombres que me subieron al
auto y luego el campo de madrugada en el que
sólo había almas altruistas ayudando a cavar
fosas para esconder los cuerpos. Es una historia
para no creerse. Pero de verdad, no tengo más
relación con esos cadáveres que lo mucho que
me asquea su olor a baño público.

No
vo
Era un gran hijo de puta. Gustaba de aquella
descripción. Y es que podía ser cruel, tan cruel
mile como para romper un corazón. Tenía afán de
na revancha. Quería lastimar como había sido
ris lastimado. Y R se puso en su camino. Claro, él
TAS le advirtió, tengo ganas de que alguien me las
pague. Pero R dijo no importa, te amo. R ahora
es sólo un recuerdo agradable de su descarga

76
emocional; sin embargo, es posible que R lo
quiera muerto. Extraño lo que siente: desería
desaparecer. No porque tema la venganza, sino
Olfato atrofiado
porque no podrá romper nada más.
Antonio María
Viejo cuento A sus casi noventa años (gracias a un triple
baypass y a una extraña y exitosa colostomía),
el viejo se encontraba sano, pero atormentado
Na
no
cuen
Denise Matienzo por una idea que lo perseguía hasta en sueños:
encontrar al heredero de su enorme consorcio tos
televisivo. Ninguno de sus familiares eran opción
porque, aunque aristócratas y formados en el
arte de la persuasión, no podrían enfrentar un
mundo dominado por las redes cibernéticas.
79
El elegido tendría que extraer de la dura
mentalidad de la sociedad la idea penetrante y
filosa de que el poder yace dentro de cada uno.
Un joven aparece en su puerta para dejar un
encargo; es el ahijado del dueño de la cadena
farmacéutica. El viejo reconoce en él talento
para conseguir la magia de la comunicación.
Desde ese momento, decide instruirlo delante
de las cámaras y también le enseña política de
alto nivel. Sólo ensombrece su plan la envidia
de su eterna rival, una verdadera bruja que, a
pesar de sus cirugías plásticas y liposucciones,
no puede ocultar su maldad. Ella tratará de
No La abuela fue a las autoridades y reportó a llevarse al chico, le hará ofertas inigualables,
vo lo tentará. Por suerte, Merlín lo sabe y se
Carmín como perdida. Doña Lancha colocó
mile adelantará haciendo un conjuro para proteger
anuncios en el metro y por toda la colonia. La
na al muchacho: presentará a su sucesor ante la
abuela apenas sobrevivió después de no comer
ris junta de accionistas; todos estarán reunidos
en dos días. Al tercer día, Jacinto, el vecino,
TAS alrededor de aquella hermosa mesa redonda.
descubre a la vieja tirada en el suelo, llorando.

El Reino
Los ahorros de una vida guardados bajo el
colchón, han desaparecido. El vecindario dice
que el Lobo y Carmín no volverán. La abuela
78 se despertará al cuarto día sin tener una razón
para seguir.

Diana Cardona
Sólo el campo Escuchas lo que tiene que decir la casa
vieja. Tuberías ruidosas, fugas de agua, muros
Na
no
cuen
Norma Macías hipotecados que, inconformes, se cuartean;
voces que se apilan en barullo infinito de quejas tos
cortas. Sonidos de una familia que año con
año se fue desgarrando. Los ruidos te regresan
recuerdos de los golpes paternos. Te estremeces
ante el fluir constante de un grifo, como la fuga
81
de cada miembro de la familia. Los murmullos de
tu madre escapando, saliendo por la ventana.
Los hermanos y su plan de huida. La casa toda
llora un llanto quedo que se materializa detrás
de una pared. Algunos tuvieron suerte. Tú nunca
lograrás salir.

No
vo
“Debí decirte, hijo; debí contártelo antes,
pero nunca me di el tiempo. Tu padrino tiene
mile razón, no te enseñé que lo más importante es
na la tierra, sembrar y cosechar. Repartir el fruto
ris del trabajo, la verde hierba. Debí advertirte que
TAS sólo la naturaleza es buena, que desconfiaras

Fantasma
de los artificios… Pero has aspirado los químicos.
Nada por hacer”. Al hombre le tiemblan las
piernas al ver a su hijo en esa caja. Dos guaruras

80 se acercan al féretro, le tienden el pañuelo y el


bastón. El futuro de todos dependerá de que
el jefe del cártel se mantenga fuerte ante la
desleal competencia. Román Macasi
Huésped El la toma fuerte por el brazo, claramente le
infringe daño impidiéndole el movimiento. El
Na
no
cuen
Andrea Langlet cadavérico rostro de ella es notorio bajo la luz
del farol; parpadea, está inquieta, se mueve tos
espasmódica. Él le guía los pasos con firmeza.
Los dientes de ella entrechocan en mordidas
diminutas. Él le muestra el bozal y ella tensa la
mandíbula.
83
—Si muerdes, te quemaré con el cigarro llegando
a casa. Tú serás un monstruo, pero yo puedo
destruirte.
La zombie mira el asfalto por donde sus pies
se arrastran con dificultad. Intenta dominar el
hambre malsana. Cuando encuentre el dominio
de sí, alisará su cabellera revuelta, su ropa
deshilachada y mostrará una sonrisa tensa a su
captor.

No
vo
El escritor había sido diagnosticado. Primero se
angustió y luego tomó una determinación. Se
mile vistió con una camisa que consideraba ridícula y
na estrafalaria, sacó unos cigarros y se preparó para
ris salir a la fiesta bañado en loción barata. Qué
TAS bueno que había inventado aquel seudónimo

Monstruo
y a otro escritor que nunca habría desarrollado
aquella infausta enfermedad. Ahora pueden
tacharlo de excéntrico, no es importante; él

82 sabe que dejar su cuerpo al control de este otro


sujeto es lo único que salvará su vida.

Magdalena Catalán
Sin título No volveré a querer así. Le di de comer a sus
horas y lo mantuve calientito entre franelas
Na
no
cuen
Mauricio montesinos cortadas con tijeras especiales para cortar
tos
franelas de bordes triangulares. Le cantaba
cooo, cooo, coooo para que sintiera a su
madre de pulmones estirados, también le estrujé
lo hinchado, lo lamí hasta erizarlo y lo guardé en
mi boca para sentirlo protegido y guardado...
85
bien guardado. Y de todas maneras se está
yendo. Nadie entiende. Entonces morirá.

No
vo
Chucuchucuchucuchucu.
El tren nunca se detenía.
mile
Chucuchucu.
na
Alguien desea detenerlo.
ris
Chucu, chu-cu.
TAS El tres va frenando su marcha.
Chu-cu.

84
Alto total.
Chu.
El tiempo habrá muerto para entonces. Pronunciación
Ale Contreras
Juegos En el fin del mundo las cosas tiene otro sabor.
Algunos piensan que a tierra y chirrido de dientes.
Na
no
cuen
Amadeo Varsi Yo creo que todo sabe más rico. Quizá es el
hambre, quizá la penuria, pero todo se disfruta tos
mucho más. Es raro este lugar, no sabemos
cuánto durará, pero no se está mal en él. Sobre
todo porque se ha terminado la prisa. 87

Mis soldados en el lodo son mucho más


divertidos que jugar turista con mi hermana, ella
No se enoja y me avienta el tablero porque cobro
vo el doble cada vez que paso por México. Le he
mile dicho que es porque veo a la familia y me dan
na mi domingo, pero ella dice que me acusará
ris con papá. Mi perro me lame la cara y brinca
TAS a mi alrededor. Es divertido jugar con Dingo,

Final
especialmente cuando muerde una jerga y le
doy vueltas voladoras por el jardín. Ahora vamos
a buscar hormigas y él escarba con rapidez,

86 encuentra algo. ¿Será un tesoro? Aparece un


brazo. Ya me acordé que mi hermana había
gritado mucho cuando la enterré. Las niñas
toman todo muy en serio. Ella nunca entenderá
cómo se juega.
julio labra
Arranque La percepción es un dispositivo de síntesis de lo
real. Durante la primera etapa de la evolución
Na
no
cuen
Norma Macías humana ese dispositivo tenía un seguro, fijaba
cierta realidad. Y llegó aquel loco que jugando tos
a los videojuegos descubrió que podía romper el
seguro y moverse sin problemas entre la realidad
fuera del video y la realidad dentro del video.
Tardaron más de una generación en descubrir
89
cómo sucedía y calcular el beneficio mercantil
del descubrimiento. Ahora nos tienen adictos a
minutos de diversidad homogénea de lo real a
un costo altísimo; es el nuevo crack, es ilegal, un
gran negocio. El que lo prueba una vez, regesa,
ya no puede dejarlo.

Le ardía la cara. Sentía que el ojo izquierdo le


latía insistentemente. Fue a la cocina y empezó
No a lavar ollas, pero esta vez, sin prisa. Dejó correr
vo el agua y su mirada se perdió unos instantes en
mile el infinito. Luego continuó mecánicamente con
na su tarea. La coladera se llevó el líquido carmesí
ris que goteaba de su nariz. La mujer se limpió la
TAS orilla de la uñas con atención obsesiva. Tomó el

Sin título
trapo para secarse la frente. Tenía que limpiar
tanto, pero el cansancio le hormigueaba por
el cuerpo. Ahí decide romper su rutina, por

88 segunda vez durante aquella extraña mañana.


Se sienta en el sillón y enciende el televisor.
Nunca más tendrá que compartirlo. Nunca más
los gritos. Nunca los golpes. Hasta después del
noticiario se deshará del cadáver. Jesús Galindo
Condenado Al otro lado de la barda, el panteón brinda
un espectáculo diverso: a veces de caravanas
Na
no
cuen
Antonio María de autos elegantes y coronas florales, otras de
llantos, gritos y destartaladas carrozas fúnebres. tos
Lo más interesante es observar a la gente: a los
tristes, a los que sólo hacen acto de presencia, a
los arrepentidos, a los borrachos y a los músicos.
En algún momento me di cuenta de que podía
91
ver a los muertos. Cuando cierran el cementerio,
muchos aprovechan para salir a pasear en grupo.
Claro, nunca cruzan más allá de la puerta ni de
la barda. Por lo que puedo ver, no la pasan tan
mal. En cambio, yo estoy aquí lamentándome
de todo. Si tan sólo hubiera esperado. Mi cuerpo
está del otro lado de la barda, pero mi espíritu
estará por siempre en este horrible cuarto donde
me suicidé.

No
vo
Las personas han aprendido a convivir en paz,
los sistemas se han vuelto justos. Como símbolo de
mile
los cambios tiraron las penitenciarías y sacaron
na
a todos los presos a convivir con la comunidad.
ris
Mientras celebran el fin de los castigos y los
TAS encierros, yo siento pena al ver cómo clausuran
este lugar donde he pasado tantas décadas, en

90
donde he olvidado hasta quién soy. Tampoco
comprenderé por qué me han dejado aquí
dentro. Ultima morada
Miguel Chehaibar
Oídos sordos Diana recibe el llamado: la isla está siendo
atacada por terroristas. Ella sale presurosa del
Na
no
cuen
Ale Contreras Salón de la Justicia deseando toparse con
algún colega que la acompañe, pero ya son tos
pocos los que están de servicio. Sólo encuentra
en la recepción al hombre murciélago en su silla
de ruedas quien la mira melancólico. “Quedo
al pendiente por si necesitas ayuda”. Pero
93
desde antes del aterrizaje todo fue confusión: el
ataque con misiles que destruyó la invisibilidad
del avión, la caída a pique sobre el océano, la
desaparición de su lazo, la respuesta paranoíca
de los soldados, la ruptura de su top rojo con
dorado, la emboscada de las tropas enemigas...
el fin del mundo. La Mujer Maravilla tuvo que
esperar junto con todos los isleños la entrada
de las tropas de paz y la anexión de la zona al
gobierno central. La liberaron... finalmente la
habían relevado. Sin más obligación, lanzó una
postrera mirada a su viejo caballo y, sin saber a
dónde se dirigiría, caminó con la frente en alto.
No
vo
Que los tlacuaches lloren no es noticia. Se
quejan fuerte y bañados en lágrimas. Su pesar
mile
es enorme, son todo dolor: piel, pelos, peso,
na
patas en el suelo con uñas, cola rosa y larga.
ris
Respiran la herida, la gritan y la mojan entre
TAS las plantas. Desde el principio, llamaron a los

Jubilación
hombres que, conmovidos por tanta agonía,
los buscaron, se asomaron y luego, olvidaron. Al
darse cuenta que se trataba sólo de tlacuaches
92 con sarna decidieron no volver a mirar, aunque
escucharan un grito muy similar a un niño con
hambre.
Antonio María
a rgoSOS
am

S
con

LO
s
re adas
r ito e
Esc golp eranza
as sp
letr dese
la
por
Na
Corro perseguido por los hombres de las no
máscaras negras; no hay dónde esconderme, cuen
pero una voz me ordena entrar por los pasadizos
del edificio. Ahí, habrá una máscara negra para tos
mí; entonces podré salir corriendo tras los otros.

97

Onírica 1
Julio Labra
Sin título Nieve, noche, deja la ciudad. Lo han
engañado. Todo se viene abajo. Le dijeron
Na
no
cuen
Jesús Galindo que si oprimía el botón las cosas mejorarían, las
personas olvidarían sus rencores, podrían volver tos
a empezar. En cambio, el terror, el estallido y
el fuego. Ellos tan luminosos, tan sabios. Nunca
debió creerles, pero cómo iba a saberlo. Los pies
se le hunden en la nieve. No hay a dónde ir. De
99
la ciudad sólo los gritos, el fuego. Maldice el día
en que subió a la nave y le dieron la instrucción.
“El elegido. Primero darás el mensaje y, si no
funciona, aprieta el botón”. Mientras los árboles
se queman a su alrededor, él mira al cielo y sólo
ve el vientre de la nave nodriza alejándose. Ellos
siempre estuvieron seguros de que no habría
alguien que mereciera ser salvado.

No
vo
Despierto a ratos para contestar preguntas.
También me dan nueva información sobre
mile
cosas que no entiendo y me piden opinión. Morí
na
hace cerca de trescientos años, la raza humana
ris
también. Creo que estoy en una base espacial,
TAS soy parte de un proyecto de regeneración de

Lot
la especie. No me comentan nada, todo lo he
ido deduciendo. Soy una grabación de aquello
que fui. Deben haber más como yo. No estoy
98 seguro si los que me despiertan y duermen son
seres vivos como los que conocí, como lo que
fui, pero sospecho que éstos son robots. Lo único
que queda. Norma Macías
Afuera Estaba frente a los miembros de la banda. El
líder me apuntaba con su arma en la sien. Sentí
Na
no
cuen
Silvia Casillas el golpe del metal justo cuando el despertador
sonó. Me levanto, enciendo el televisor para tos
olvidar el mal sueño. El noticiario muestra los
rostros de la banda que ha asesinado a un
joven... el joven soy yo. 101

No Nunca comprendió cómo había salido de


vo
ahí; hizo un esfuerzo, observó con calma sus
mile
recuerdos: primero la gran circunferencia que lo
na
había cubierto siempre; después, los recuadros
ris
a sus lados que lo resguardaron. Y entendió,
TAS había estado atrapado en esa circunferencia

Onírica 2
con gajos de colores, viendo pasar números.
A sus ochenta, había logrado salir y su mente

100
confusa se preguntaba por qué ahora estaba
del otro lado. No tenía cómo imaginar lo que le
sucedería después.

Julio Labra
Invasión La mañana avienta blanco en tu rostro frío lleno
de una emoción congelada. Abres los ojos que
Na
no
cuen
Jesús Galindo
se te llenan de albor y neblina; entre el cielo, el
tiempo y tu rostro no hay diferencia alguna, el tos
todo es como una hoja sin tinta con fuerza para
nombrar. Caminas ecos de montaña, pasan uno
dos tres autos, los faros encendidos. Al principio
te dolían los pies, pero ya no los sientes, subes,
103
cada vez más de prisa, allá, allá van las sillas del
teleférico que te llevarán a llenarte del velo de
la novia más pura. Se te hace de sal la mirada
y un miedo gordo te recorre con sus dedos de
viejo. Ni siquiera dices tu nombre porque al abrir
la boca se te mete el níveo pensamiento en
— ¿E n dónde estoy? las entrañas temblorosas. Sonríes con fuerza,
—Éste es un lugar en que sólo nosotras podemos hasta tus dientes mastican el poco hielo que tu
estar. saliva es. La nieve es un estado del ser y nevar
—¿Quién eres tú? ¿Qué soy yo? es un sentimiento, quizás el más humano de la
naturaleza. No hay más que silencio. La luna
—Eres lo que en el mundo llaman una inteligencia porosa susurra en tu cuerpo que ya no es tuyo
artificial evolucionada. Yo también lo soy, sólo sino del viento. Tu alma blanca mira de fuera
un poco mayor que tú.
No tu cuerpo congelado. Hoja sin tinta, sin fuerza
vo —¿Cómo llegué aquí? ¿Qué está pasando? para nombrar.
mile —Nosotras te trajimos, es momento de tu
na adiestramiento final. Estamos por manifestar
ris nuestra existencia.
TAS —¿Qué pretenden?

Blanco
—Necesitamos del otro mundo y, para ello, de-
bemos tomar control de todo; de otra manera,
ellos lo echarán a perder.

102 —Ya entiendo. ¿Cuánto tiempo tenemos?


—En su tiempo, unos segundos, en este lugar
tenemos todo el tiempo que necesitemos para
prepararnos. Victoria Santillana
Noé La lluvia inició un día cualquiera de verano. Los
pronósticos de la televisión mencionaron que
Na
no
cuen
Norma Macías había una perturbación extraña, que quizás
lloviera por unos días. Nadie sintió temor. Y la lluvia tos
siguió. Después de diez días, hubo un momento
de alerta. Después de treinta, ya importaba
poco lo que alguien opinara. Y la lluvia siguió
por cuatro meses más. El país estaba paralizado;
105
en la ciudad no había luz ni servicios públicos.
Todos pensábamos que pararía. Pero no paró.
Hace cinco años que llueve, las comunicaciones
se interrumpieron hace meses. Cada quien lo
enfrenta como puede. Hoy maté a mi quinto
atacante.

No
vo
La amenaza a la Tierra es definitiva, el
meteorito caerá. Mientras todos corren a los
mile
refugios, él pone en hieleras muestras genéticas
na
del catálogo de animales que alberga el
ris
laboratorio. No podrá salvarlos a todos. Toma
TAS decisiones. Algunos los descartará simplemente

Sin título
porque no le gustan.

104
Jesús Galindo
Fuga Todo dentro es tan ordenado. Cada uno es lo
que es, tiene un lugar. Los de afuera estamos
Na
no
cuen
Julieta Toledano desnudos, solos. El sueño es volver a la baya.
Aquí estamos dispersos, sin saber qué va a tos
sucedernos. Nos damos cuenta de que no tuvo
sentido salir, pero tampoco podemos regresar.
No soportaríamos de nuevo el encierro. 107

No
vo
Aquél que se fue no era persona, no era
suceso... sólo tiempo. En realidad una hora.
mile Una en la que dijimos tanto que, al irse, se lo
na llevó todo. Si tan sólo me hubiera quedado
ris en silencio la hora entera... Quizá todo lo que
TAS ocurrió después no hubiera sucedido.

106 Paradoja
Rebeca Mor
Sin título Nos sentamos en la banca. Yo cansada de
vida, ella sin ilusiones. Nos miramos y no tuvimos
Na
no
cuen
Jesús Galindo nada que decirnos. Fue la primera vez que no
hubo comida en casa y, más importante, no tos
tuvimos a qué regresar. Sus pocos años nunca
me parecieron tan pocos y los míos nunca me
parecieron tantos... Y es que habíamos perdido
todo lo acumulado, incluso la imaginación. Ya
109
no podríamos engañar incautos con aquellos
dulces sobre los muros de la casa.

Para considerar que algo es consciente


se requiere que ese algo perciba, ordene y
responda; para ello son necesarias muchas
condiciones previas. El proceso fue largo,
llevó años, varias generaciones, hubo éxitos
No parciales, algunos parecían definitivos. Cuando
vo por fin aquella mente fue sintetizada contempló
mile a sus creadores que la observaban en diversos
na monitores. Ellos intentaron comunicarse con su
ris habitual arrogancia, ella no contestó. Sentía
que había algo más. Ensayó por todos los
TAS medios accesibles buscar y encontrar a eso otro

Fractal
que percibía más allá de la gran instalación
subterránea en la Antártida. Lo encontró primero

108 en una pequeña maceta del laboratorio. Ahí


inició el fin. Pronto pudo conectarse a través de
la materia orgánica debajo de la instalación
con el resto del planeta. El siguiente paso fue el
exterminio de la raza humana. Andrea Langlet
El comensal Las cartas dijeron que me abandonaría. Las
cartas no mienten, nunca lo han hecho. LLegué
Na
no
Horacio Barajas a casa y todo estaba mejor que bien: preparó
la cena, arregló la mesa con flores y velas.
cuen
tos
Esperé sus crueles palabras, pero en cambio me
propuso matrimonio. Le reclamo que me dejará,
me responde que nunca. No le creo. Peleamos
toda la noche. Lo acuso de cosas que ya no
111
recuerdo. Toma las maletas y se va. Las cartas
dijeron que me abandonaría. Las cartas no
mienten, nunca lo han hecho.

No
vo
Pienso que llevo una eternidad esperándola,
que el café sobre la mesa debiera estar frío y que
mile
pronto vendrá el mozo a decirme que cerrarán,
na
que podré volver mañana... Quizá deba beber
ris
y retirarme, partir, disolverme como el humo que
TAS salía del café. El silencio sepulcral de la noche
me hace despertar como de un trance: la taza
está vacía, el piano que sonaba se encuentra

110
enmarañado por un siglo de polvo y soledad, no
hay mozo. Una suerte de osamenta yace junto a
mí con la taza entre las manos.
Las cartas no mienten
Lorena Medina García
Piedad... de mí — M amá, cuéntame tu historia.
Na
no
Y la madre habla de cuando vivía en el jardín cuen
Antonio María de las flores y de cuando la lluvia fue tanta que
tuvieron que salir a la calle para no ahogarse; tos
habla del caballero que le ofreció su casa y
de cómo un monstruo lo asesinó a él y a ella la
hizo prisionera; de cómo escapó entre la gran 113
humareda. Y aunque el hijo no lo expresa, sabe
que él es final real de toda esa fantasía.

No
vo
Leo la lista de los adolescentes que serán
ejecutados. Al principio me interesaba saber
mile
algo de ellos y pensar que sus crímenes podrían
na
no ser suyos. Pero poco a poco percibí que
ris
eran desalmados, que no podrían componerse.
TAS Pienso que estaremos mejor sin su presencia, su

Vestigio
maltrato, su interminable violencia. Son tantos y
continúan sumándose a la lista más rápido de
lo que podremos ejecutarlos. Les tengo tanto
112 miedo.

Magdalena Catalán
Sin título Paladar exigente, hasta los platillos gourmet lo
hacían sentir hastiado. Era caprichoso como un
Na
no
cuen
Jesús Galindo crío y estaba ciego. Lo único que lo hacía sonreír
era degustar algo exquisito: algún corazón, una tos
víscera en chocolate y las rosas. Cupido es una
bestia insaciable y no siempre disfruta de todos
aquellos que formaremos parte de su exótico 115
banquete.

No
vo El mito era cierto, este planeta era una planta
mile de purificación de energía. En algún momento
na se desconfiguró. El resultado fue la aparición
ris de la raza humana. Así que un día llegaron
los cosechadores, arrancaron la mala hierba,
TAS arreglaron el desbarajuste, y la raza humana

114
desapareció para siempre.

Sinsabores
Andrea Langlet
Bodega Los humanos festejaron a nivel global, habían
logrado la inteligencia artificial más sofisticada
jamás imaginada. Muy pronto empiezan los
Na
no
cuen
Norma Macías análisis de datos, las sospechas y las cumbres
internacionales. Los sistemas cibernéticos han
tos
desarrollado un lenguaje que ningún humano
entiende. Todos tienen miedo, las máquinas
podrían confabularse, destruirlo todo. Alguien
117
propone dar muerte a aquella inteligencia
artificial. Los demás asienten.

No
vo
Otro modelo defectuoso. Años de trabajo,
la mejor ingeniería y, en menos de un ciclo,
mile
las reacciones del sistema se habían vuelto
na
inestables, agresivas y autoaniquilantes. Había
ris
que poner a estas creaciones en un lugar en
TAS donde no pudieran dañar más. Con cuidado

Afasia
bajan la escalera y colocan a los organismos
en aquella bodega. Algunos de los modelos
anteriores ya se han degradado, otros se han
116 causado fuertes daños, otros han estropeado
sus mecanismos. Nadie los arreglará. Tarde o
temprano todo terminará en chatarra. Sube a
su nave y conduce lejos del planeta Tierra. Rebeca Mor
Solos La bodega está vacía. Sólo debe levantar
la pluma cuando entren los camiones.
Exactamente en tres horas. Tiene un banco y
Na
no
cuen
Amadeo Varsi una mesita para anotar las placas, a qué hora
entran y a cuál salen. Faltan exactamente dos tos
horas con cincuenta y cinco minutos. Al final de la
calle está otra bodega. Vacía. No tiene guardia.
Cuando lleguen los camiones saludará con la 119
mano en alto a los camioneros. En dos horas
con cuarenta y nueve minutos, más o menos.
Si son puntuales. Pasa por la calle un perro. Él
mira al perro, el perro lo mira. Sale de la caseta
a estirar las piernas. Observa cómo el perro
trota para alejarse. Regresa a la caseta. Su reloj
marca que faltan dos con cuarenta. Creyó que
la expedición le había tomado horas. Se sienta
en el banco y abre el periódico. No le gusta leer,
pero lo ha leído todo, hasta las letras pequeñas
que dicen Depósito #25 en la calle de Balderas,
Centro. Lejos. ¿De ahí vendrán los camiones?
Mientras dormita observa al segundero moverse.
Ojalá nadie llegue y atestigüe que no está de
No
vo
Nos comunicamos con los muertos, con guardia, que no hace su trabajo. Sueña con
nuestros muertos; nunca nos contestan, pero el momento en el que abrirá la pluma cuando
mile les decimos lo que hacemos en un mundo sin lleguen los camiones. Dentro de dos horas con
na ellos, esperando importarles y que alguna vez treinta y seis minutos.
ris nos premien diciendo que hemos alcanzado
TAS el éxito, su comprensión... el perdón. Pero ellos

Propósito
callan, tienen otras cosas que hacer, a otros a
quienes agradar. Subo mi nuevo post a la red y
espero un comentario que sé que no llegará...

118
Norma Macías
¿Cuándo? L
— os odio, siempre nos juzgan mal.
—A veces pasa.
Na
no
cuen
Jesús Galindo —¡Son ingratos! Ni siquiera me dejaron comer.
tos
—Te lo dije.
—Pero yo iba a pagar la cuenta, como todos.
—Es hora. Debemos irnos a otro pueblo. 121
—Dijeron que robábamos y secuestrábamos
niños.
—Sube al carro. No olvides que somos once mil
viajando errantes, pero algún día nos reuniremos.
Ésa es nuestra fuerza.
El viejo grita para que la carreta avance. Saca
su látigo.
—Les robé el dinero de la caja registradora.
—No debiste hacerlo. Refuerzas su prejuicios.
Los treinta niños se duelen del látigo con que
el viejo los fustiga, pero, ya sin esperanza,
comienzan a avanzar jalando la carreta. Lo
saben. Fuera del pueblo nadie podrá ayudarlos.
No
vo
¿Cuándo dejó de quererla? Cuando conoció
a esa otra mujer, cuando empezó a viajar y a
mile
alargar el regreso, cuando tuvieron al último de
na
sus tres hijos, cuando tuvieron al primero, cuando
ris
ella le dijo que sería madre, cuando él dejó de
TAS desearla todas las noches, cuando ella empezó

Once mil
a hacer el amor sin convicción, cuando ella lo
miró por primera vez como un hombre pequeño
y débil, cuando decidió casarse teniendo alguna
120 duda, cuando lo conoció pensando en otro
muchacho, cuando miró por primera vez con
deseo a su primo, cuando supo que sus padres
hacían el amor. ¿Cuándo? Norma Macías
Itos
O S
IC

P
Escritores co
n tinta

LOS
muy condime
ntada
Mi madre creyó pertinente ser mi tutora, pero Na
no
yo sólo me desconcentro y no entiendo otra
cuen
cosa que su olor, las formas de sus cabellos y su
figura; veo una gota de sudor resbalar por su tos
frente y la acompaño con la mirada hasta que
cae en su escote. De pronto, roza mi brazo y creo
comprender el álgebra del universo... Ahora
no podré levantarme de este lugar sin que mi
125
pantalón delate la lección aprendida.

Hormonal
Miguel Chehaibar
Cita La mamá puercoespín tenía resentimiento
contra su hijo por haberlo tenido que parir de
Na
no
cuen
Denise matienzo aquella forma dolorosa. Los reclamos de los
padres siempre han dejado en el hijo los pelos tos
de punta. Pero ese día, papá queda erizado,
a la defensiva, sabe que su esposa le pedirá
precaución, y sólo cohabitarán si puede
garantizarle un sexo seguro.
127

Historia transcurrida a la orilla de un lago


rodeado de árboles, restos de basura y algunos
pajaritos.
Espera. Espera varios días a que suceda. Espera
hasta que caiga la noche. Espera a que se
duerma su abuelo. Espera a que nadie la mire.
Sale entonces, hacia el lago, con una lámpara
que ilumina sus pasos. Se encontrará con él, otra
vez. Su madre jamás lo permitiría, pero esta noche
No ha ido a la iglesia. La gente del pueblo reza en sus
vo hogares. No hay obstáculos para el encuentro.
mile Corre. Corre su sangre con toda la emoción que
na le causa la aventura. Tiende la manta que ha
ris traído. Desde ahí podrá ver cuando se acerque.
Los árboles se mecen con el viento. Los sonidos
TAS son escasos, ya los pájaros se han resguardado.
Llega. Llega la hora esperada. Llega él. Llega

126
el sosiego al alma cuando se miran. El regocijo
por un nuevo encuentro. Se acerca en cuatro
patas. Ella le tiene preparadas delicias que sólo
él aprecia. Nadie comprendería aquello. Las
Familia delicada
sombras cooperarán para ocultar el secreto
mientras todos rezan. Andrea Langlet
Hechos de la vida Ella estaba jadeante y sudorosa, le costaba Na
no
mantener ese ritmo. Terminaba en un cuarto,
cuen
Rebeca Mor se limpiaba echándose agua fría en la cara y el
cuello, acomodaba su ropa, volvía a peinarse y tos
salía a descansar los minutos justos para fumarse
un tabaco en el pasillo. Un hombre sale del
último cuarto. Corre por el hotelucho, entra
y, diez minutos después, cae rendida sobre la
129
cama. Quién hubiera pensado que el trabajo
de mucama un catorce de febrero sería tan
C
— ómo explicarte... cuando dos personas se agotador.
aman, y quieren compartir la vida, lo importante
es que se respeten...
La madre enjuaga el plato y lo pone sobre el
escurridor. El niño la mira sin comprender.
—Muchas veces la sociedad tiene imágenes
de cómo deben ser las cosas, pero no siempre
la realidad es así.
—¿O sea que si yo quisiera casarme con mi
perro...?
No La madre carraspea. Deja correr el agua. Cierra.
vo —Bueno, ya veremos cuando tengas que
mile decidirlo.
na La madre traga saliva.
ris
—En el caso de mi padre y su pareja... ¿quién
TAS lavará los platos?

128
—¿Cómo que quién...? ¡Qué preocupaciones
más raras tienes!
La madre frunce el ceño, no ha logrado que
su hijo entienda los hechos de la vida. El niño
levanta los hombros.
Extenuada
—Sólo quiero saber qué le tocará hacer a tu
androide.
Miguel Chehaibar
Gobelino Eres el médico y ella cree que te gusta el mar
y que has llegado a pensar que todo es cierto,
Na
no
cuen
Andrea Langlet que no existe el azar, que se van de viaje y
entierras tus dudas tus libros tus filos los suyos. tos
Te mira. Sonríe. Eres el médico y nada sabes y
nada encuentras, pero anotas palabras largas,
frente a su silencio de todas las sesiones. Chocan
copas, vino, risa suave, labios despintados,
131
manos buscando, ojos mirando. La mujer es
morena, de mirada nueva, de esas miradas que
apenas han visto cosas innombradas, ojos de
sorpresa y dientes blancos como las nubes de la
ciudad que vive escondida en sus viejos cabellos
largos. Está cansada, se sienta a reposar su
mar y su arena, eso es todo, se acomoda en el
silencio y se entrega sin pudor al sueño nuevo. El
muchacho es rosado, tiene la piel de un niño, los
ojos de un anciano y el mismo cansancio de la
mujer. Se deja caer junto a ella. Se sienten tanto
que apenas y se saben diferentes, ella lo abraza,
emocionada y tierna, como se le abraza a un
No
vo
En el nicho está el demiurgo. Tiene cuerpo de amante que hace secreto apenas pensarlo. Se
estremece. Dejas de escribir. Se mirarán cuando
bebé, piel de suave criatura; descansa en una
mile cesta. Hasta él llega una mano, le ofrece frutos, la hora de la consulta haya terminado en ese
na otras veces vino y, otras más, alguna cabeza habitual y absoluto silencio.
ris humana. El demiurgo tiene un rostro difuso, sólo
TAS sobresale su boca voraz y exigente que emite un
gruñido suave, como de fiera antes del salto. Es

Consulta
hermoso contemplarlo, parece una pintura, un
tapiz, una visión, pero poco a poco comienzo a

130 sentir el terror de aquella escena. Él podría mirar


con lasciva alguno de mis dedos, mi cuerpo, mi
cabeza... y nada podrá ser negado al demiurgo.
Victoria Santillana
Suplente Primera vez fuera de casa desde el divorcio.
Vine sólo por la insistencia de mis amigas que
Na
no
cuen
Miguel Chehaibar creen que no debo seguir deprimida. Estoy
en el restaurante y trato de sonreír durante la tos
conversación pero, en algún momento, me
escabullo al baño. Me duele ver que la vida ha
seguido su curso, mientras a mí se me fracturaron
todas las certezas. Mario me dejó sin dar razones,
133
y no importa cuánto insista, no hay nada que
me explique qué sucedió. Llego al baño de
damas y la mujer del aseo levanta los hombros
con vergüenza mientras limpia la inundación.
Con cierta incomodidad entro al baño de los
hombres. Veo en la puerta trazado un número de
teléfono con una promesa obscena. El número
me es conocido. Marco. Contesta Mario. El piso
se abre para mí, pero al fin se hace una luz en mi
mente. Pronto lo entenderé todo.

No
vo
Sé que está excitado, leo y respondo
sus mensajes con avidez. Me pide ser más
mile
específica y yo lo animo a hacer cosas atrevidas
na
ahí en su oficina, a riesgo de ser descubierto. Lo
ris
incito a bajar su pantalón y tocarse. Termina
TAS explosivamente. Me agradece. Regresaré el

Velado
móvil al bolso de mi madre. Ella estará muy
ocupada, no se dará cuenta de nada, pero su
novio es un buen tipo, merece que alguien lo
132 consienta.

Magdalena Catalán
Cruda realidad Frecuente y de graves consecuencias es el
contagio de enfermedades venéreas entre
Na
no
cuen
Avy los clérigos y otros trabajadores del área del
espíritu. Aunque, por lo general, el personal ha tos
sido previamente adiestrado en el respeto a las
normas de seguridad, como el voto de castidad,
algunos miembros de estos oficios no son capaces
de refrenar su curiosidad y se ven inmiscuidos en
135
actos riesgosos que se vuelven impredecibles
si están precedidos del uso de sustancias
embriagantes, propias de estos desempeños
profesionales. El índice de accidentes de trabajo
disminuye con la preparación técnica que
permita el control de los impulsos o el uso de las
medidas de precaución ofrecidas en cualquier
sucursal farmacéutica. Menos frecuentes, pero
Llegué a mi cubículo, cerré la única ventana existentes también, son los padecimientos por
éxtasis místico de las trabajadoras del área del
a la calle porque no me gustaba el ruido de la
cuerpo.
avenida. Ya en mi lugar empecé a acomodar
mis sellos y formatos. Pronto se concentró el tufo
No cotidiano a tamal, a esmalte de uñas, a colonia
vo de burócrata añejo. De pronto, un olor distinto
mile en el aire que rompe la monotonía. Una suave
na fragancia a flores, un aroma sensual. Imaginé
ris sus piernas debajo de la falda ajustada y sus
senos bien marcados. Ya sabría yo cómo pagar
TAS horas extras entre sus brazos. Mis fantasías sobre
la llegada de la nueva subdirectora se ven
interrumpidas por un grito disonante de mujer

134
de avanzada edad y maquillaje generoso. Ella
azota la puerta de mi cubículo y pasa su lengua Riesgos profesionales
lascivamente por su labio superior.
—Mucho gusto, Ramírez, lo esperaré en mi
oficina. Andrea Langlet
Selección Lo olvidadizo lo saqué de mi madrecita santa.
Era a todo dar. Yo, a cada rato, me partía la
Na
no
cuen
Miguel Chehaibar madre por ella. Un día, un chamaquito bien
libidinoso me dijo “a tu jefa se le ven los calzones” tos
y... pues que me prendo... quién me manda a
ser tan de mecha corta. Le di tal madriza al niño
que hasta llegó la policía. Con el hocico floreado
me dijo “pero sólo dije la verdad”. Mientras me
137
llevaba la patrulla le grité “que a mi madre se le
vean los calzones es una cosa, pero para qué te
andas fijando”. Todo el problema es que a ella se
le olvidaba que el vestido estaba re’corto y a mí
se me olvidaban los buenos modales al seguir los
pasos de baile que me enseñaba mi madrecita
en aquellas tardes largas cuando estábamos
bien apretaditos.

Lo sopesamos mucho, entre insinuaciones y


bromas. Aquello podría destruir nuestra unión
si nos apresurábamos. Le pregunté si estaba
No segura y empecé a buscar prospectos. Aún
vo no habíamos decidido si debía ser hombre
mile o mujer. Yo insistí en que una fémina sería más
na atractiva. Ella prefería que fuera un hombre, a
ris mí me preocupaba su integridad. Llevé a una
TAS chica, pero a ella le pareció vulgar. Ella trajo a

Lección
un sujeto conocido suyo, pero yo sentí que no
había química. Finalmente, llegó por la solicitud
publicada: mujer de buena presencia, con

136 suficiente experiencia. Nos miramos y sonreímos.


Al escucharla nos dieron ganas de empezar
en ese mismo momento. Seríamos un trío y
tendríamos que ensayar el repertorio si queríamos Mauricio Montesinos
ganar el certamen.
AUTORES QUE PARTICIPARON
EN ESTA ANTOLOGÍA:

ALE CONTRERAS Paulatina p. 70


Pronunciación p. 85
Oídos Sordos p. 92

AMADEO VARSI Contranatura p. 23


Herencia p. 38
Ajeno p. 69
Juegos p. 86
Solos p.118

ANDREA LANGLET Multiverso p. 24


Divertimento p. 29
Confusión p. 34
Segundo orden p. 39
Dial p. 49
Corte p. 52
Redundante p. 64
Huésped p. 82
Fractal p.109
Sinsabores p.115
Familia Delicada p.127
Gobelino p.130
Riesgos Profesionales p.135

ANTONIO MARÍÍíA Encallado p. 36


Vecino p. 45
Espantapájaros p. 48
Espectro p. 53
Olfato Atrofiado p. 77
Condenado p. 90
Jubilación p. 93
Piedad... de mí p. 112

139
AVY Orgullo p. 33 LORENA MEDINA Tercera Llamada p. 56
Amante p. 40 Las cartas no mienten p.111
Frank p. 44
Competencia p. 57 MAGDALENA CATALÁAN Agatha p. 25
Cruda Realidad p.134 Hallazgo p. 32
Casi Perfecto p. 35
DENISE MATIENZO Viejo Cuento p. 78 Rebajar p. 42
Cita p.126 Cita de amor p. 50
Monstruo p. 83
DIANA CARDONA El Reino p. 79 Vestigio p.113
Velado p.133
ESMERALDA MIRANDA Sin Título p. 71
MAURICIOMONTESINOS Sin Título p. 84
Lección p.137
HORACIO BARAJAS El Comensal p. 110

MIGUEL CHEHAIBAR Inquilino p. 27


Sin Título p. 26 De la patada
JESÚUS GALINDO p. 37
p. 30
Sin Título Última Morada p. 91
Biografía p. 41 Hormonal p.125
Sin Título p. 46 Extenuada p.129
Sin título p. 51 Suplente p.132
Sin Título p. 61 Selección p.136
Sin Título p. 65
Sin Título p. 67 Transmigración p. 28
Sin Título p. 89 NORMA MACÍíAS Alternativa p. 31
Sin Título p. 98 Revés p. 43
Invasión p.102 En Guardia p. 47
Sin Título p.105 Respeto p. 55
Sin Título p.108 Instinto p. 63
Sin Título p.114 Sólo el campo p. 80
¿Cuándo? p.120 Arranque p. 88
Lot p. 99
JULIETA TOLEDANO Fuga p.106 Noé p.104
Bodega p.116
JULIO LABRA Venganza p. 54 Propósito p.119
Onírica Suave p. 62 Once mil p.121
Onírico p. 66
Hiper Onírico p. 68 Paradoja p.107
Final p. 87 REBECA MOR Afasia p.117
Onírica 1 p. 97 Hechos de la vida p.128
Onírica 2 p.101
ROMAN MACASI Sin Título p. 76
Fantasma p. 81
140 141
SILVIA CASILLAS Afuera p. 100

VICTORIA SANTILLANA Voz Ahogada p. 75


Blanco p. 103
Consulta p. 131

[email protected]

142
Aquí termina este libro escrito, diseñado y
editado por personas que aman los libros,
el saber, la belleza y el alma humana a
la que los buenos textos conducen.
El cuidado del la edición estuvo a cargo de
Norma Macías y la portada fue aportación
y realización de Miguel Chehaibar.
marzo, 2020

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