Williams - Los Origenes - de - La - Forma PDF
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Christopher Williams
Editorial Gustavo Gilli, S. A.
Introducción
"No parece dotado para Es posible que la vida haya comenzado en este planeta en un charco salado y cálido, a las
ori-llas de un océano que se enfriaba, y en algún momento de hace dos o tres billones de años.
ninguna forma de vida", dijo Pudo ocurrir que en esa ordinaria grieta con agua se hayan hecho presentes las cantidades
mo-lecularmente correctas de carbón, hidrógeno, nitrógeno y oxígeno, y que esos elementos se
el tercer hombre sabio... "No hayan yuxtapuesto correctamente bajo una descarga eléctrica durante 1una arcaica tormenta.
Los elementos se unieron y así quedó formado un aminoácido. Esta situación pudo haberse
es rápido de piernas, no puede repetido en innumerables ocasiones, a lo largo de vastos períodos y en muchos medios físicos
distintos, con fracasos y con éxitos que a su vez llevaron a nuevos fracasos. Posteriormente,
subir a los árboles, no puede algunos aminoácidos formaron proteínas que hicieron surgir algas, que fueron probablemente
las primeras plantas. Las algas se convirtieron en alimento para protozoarios unicelulares, los
cavar pozos en la tierra. No primeros auténticos animales.
Las modificaciones y las limitaciones alteraron formas y estructuras con el paso de millones de
tiene medio de sustento para años; algunas especies se ramificaron y dividieron, mientras un cambio se superponía a otro. La
pirámide descendió desde su vértice, hasta que finalmente el único rasgo común que quedó fue
su vida ni forma de escapar de la esencia de la vida y el vínculo de la herencia, que retrocedía hasta aquella existencia primaria.
Lo primero hace surgir lo segundo, que a su vez hace surgir lo tercero; de lo simple se pasa
sus enemigos." a lo complejo. Cada animal debe su vida y su propio aspecto a su predecesor, pero después
de recibir la herencia, y antes de pasarla, se produce un ligerísimo cambio, con lo que familias
"Si se trata de un animal vivo completamente nuevas inician su ruta.
Las familias y especies así multiplicadas se ayudaron entre sí, pero también compitieron entre sí.
- dijo el maestro -, deberemos Las de mayor éxito descubrieron sitios especializados que podían ocupar y descubrieron métodos
que podían aplicar en sus vidas. La especialización se convirtió en el modo de la supervivencia.
reconocer que a veces la Algunas formas de vida encontraron una forma de vivir en la profundidad del mar, o una forma
de migrar plegándose a otros organismos anfitriones, o formas de nadar rápido, de cavar hondo,
Naturaleza se equivoca." de existir en un desierto, de hinchar sus cuerpos para escapar de un enemigo.
Sólo en las etapas más recientes de la historia biológica comenzó a tomar forma el linaje del ser
..."Sí... es un monstruo de humano; en el comienzo, era muy diferente.
Antes de llegar a fabricar sus instrumentos, los humanoides pudieron poseer muy poco que
la Naturaleza", dijeron todos, les diferenciara de sus antepasados, pero los cambios se estaban produciendo en su interior.
El sistema nervioso central se desarrollaba con mayor excelencia, la capacidad del cerebro se
saliendo de la habitación. amplió, los ojos se hicieron capaces de quedar enfocados hacia un punto fijo durante períodos
prolongados, y los primeros seres humanos desarrollaron la capacidad psicológica de dispensar
El intento de identificar al una prolongada atención visual. La postura más erguida llevó la cabeza hacia atrás, como factor
de equilibrio, dando a los ojos un amplio campo de visión, que se hizo necesario cuando el
diminuto Gulliver, hombre emergió de la selva hacia la llanura abierta, donde la vida era más peligrosa.
Esta nueva criatura no podía correr con mucha rapidez ni tampoco sobresalía en saltar, nadar
en “Los viajes de Gulliver”, o cavar pozos. No podía colgarse de los árboles con demasiada seguridad. Sus dientes estaban
poco desarrollados para cortar o triturar; no tenía mucho aliento ni era terriblemente fuerte.
de Jonathan Swift No era un buen cazador ni tampoco un buen recolectar de frutas. Pero era el único animal
que podía hacer todas esas cosas, aunque sólo fuera a un nivel moderado. Ese animal no tenía
especialización ni poseía un ambiente especial. Había nacido el primer animal generalista.
Ni siquiera es especializada la mano humana, con su pulgar en posición opuesta a los otros
dedos. Kenneth Oakiey escribe: Si se la considera anatómicamente, la mano aprehensora de
los monos menos especializados sería capaz de fabricar instrumentos si fuera dirigida por un
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cerebro adecuado; en muchos sentidos, nuestras manos son más primitivas que las de los
simios antropoides, nuestros parientes vivos más próximos. De hecho, la mano humana de
cinco dedos es tan generalizada que habría que buscar entre los primeros mamíferos, o
incluso retroceder a los reptiles de donde esos mamíferos surgieron, para encontrar una
simplicidad tan primitiva,
Nuestras manos son los instrumentos de un animal generalista, y no son buenas para levantar
pulgas ni para quebrar caparazones ni prenderse de las ramas ni transportar agua ni construir
una casa ni un reloj. Sin embargo, y tal como ocurre con nuestros cuerpos, las manos pueden
hacer todas esas cosas, aunque sólo a un nivel adecuado. Aun siendo toscas, esas manos
de cinco dedos son dirigidas por un sistema nervioso central de aguda sensibilidad y por un
cerebro creativo y dedicado, con lo que pueden confeccionar instrumentos. Los instrumentos
que ellas fabrican son los que obtienen la especialización que la mano misma no posee, y los que
consiguen que los seres humanos sean expertos y especialistas en prácticamente todo.
Volamos más alto, cavamos más hondo, nos movemos más rápido, construimos en mayor
tamaño que ningún otro ser que haya habitado la Tierra durante unos tres billones de años. Los
seres humanos pueden hacerlo, y asimismo los seres humanos deben hacerlo. Casi toda otra
criatura de la Tierra posee su sitio y su actividad especiales, sin lo cual no podría sobrevivir. La
Humanidad no posee tal cosa, y por lo tanto debe construir, formar y diseñar, para cambiar
su ambiente y hacerlo habitable.
Aunque sean ajenas a muchos aspectos de la red biológica, las cosas que la gente construye, la
forma de esas cosas, los materiales empleados, las leyes que controlan tamaños y estructuras,
no son muy diferentes a las que operan en todo el mundo natural. Las cosas que construimos
tienen una apariencia singularmente humana, y así debe ser, pero la metodología que está
tras la forma es planetaria.
Este libro es un llamamiento -a quien conozca su ambiente físico, y especialmente a quienes
diseñan y construyen, ahora o en el futuro- para apartarse de las suposiciones y de la
indiferencia respecto a las formas que se han creado en nuestro ambiente humano. Hay mejores
caminos para hacer las cosas: mejores formas, mejores sistemas. ¿Cómo podemos encontrar
esos caminos? Las páginas siguientes procuran alentar al lector para que se mantenga alerta:
mirando, viendo cómo llegó a ser aquello que tenemos, comprendiendo claramente lo que
puede ser y lo que no puede ser, hasta qué punto algo deberá ser grande o pequeño, de
qué materia será hecho, cómo se relacionan sus partes entre sí, qué efecto han ejercido sus
predecesores, cómo funciona, cómo será modificado por el uso, qué leyes influyeron en su
desarrollo, cómo se podría hacer de otra manera.
Las nociones y los hechos de estas páginas derivan de una variedad de fuentes: la mecánica, la
estructura, los materiales, la geología, la biología, la antropología, la paleología, la morfología
y otras. Los hechos que aquí se presentan son los habituales en tales especializaciones, pero
también son esenciales para la comprensión por el diseñador y para una comprensión de
la forma.
Hemos comenzado como generalistas, y durante dos millones de años las actividades humanas
se han hecho más amplias y más generalizadas. Pero a medida que la sociedad se ha vuelto
más generalizada, los seres humanos se hicieron más especializados, principalmente en los
años recientes. Para comprender y guiar la actividad humana, hace falta quien aporte una
visión general, y ahora más que antes. El diseñador debe ser uno de esos generalistas,
comprensivo de muchas cosas, capaz de asimilar la enorme cantidad de conocimiento que
los especialistas han generado.
1 Forma y materia
1 -7A
central. Una rápida mirada a la estructura de los huesos revela una maravillosa combinación
en la que la flexibilidad se va convirtiendo en rigidez. La teoría que respalda a ese hecho tiene
una analogía en la materia inorgánica. Una vara de vidrio sólido es muy rígida, y se quebrará
fácilmente si se quiere doblarla, pero la misma cantidad de vidrio, colocada como finos hilos, se
convierte en una cuerda con la fuerza de tensión de la vara original, más la flexibilidad, y así
puede ser atada en un nudo sin que se quiebre. De tal manera el sistema de trabéculas óseas,
cerca de los extremos del hueso, aporta un apoyo mecánico combinado con una flexibilidad;
hacia el centro del hueso la flexibilidad va dejando paso gradual a la rigidez.
La forma en que los materiales de la Tierra se reúnen, para resistir mejor las fuerzas de su medio
ambiente, es lo que determina la estructura. Y a su vez, la estructura es el factor determinante
más inmediato para la forma.