La Evolucion Cerebral de Los Hominidos PDF
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La evolución
cerebral
de los homínidos
Emiliano Bruner
EN SÍNTESIS
La paleoneurología humana estudia la evolución del Durante los últimos años, las técnicas digitales han La integración de estos avances con otras disciplinas,
sistema cerebral de los homínidos. Los moldes endo- revolucionado el proceso de obtención de moldes. Al como la arqueología o la neurociencia, ha permitido
craneales de las especies fósiles permiten deducir mismo tiempo, el tratamiento estadístico de los datos formular hipótesis novedosas sobre la relación entre
varios aspectos anatómicos del cerebro, como sus ha mejorado de manera notable los modelos evolu- la evolución anatómica del cerebro y los cambios
lóbulos, circunvoluciones o irrigación vascular. tivos del sistema cerebral. cognitivos en el género Homo.
1. Mediante tomografía computarizada 2. Se ensamblan luego las secciones 3. Por último, se obtiene el molde digital
se obtienen secciones bidimensionales para generar la reconstrucción virtual de la cavidad endocraneal (verde), con
del cráneo fósil. del cráneo. una precisión de décimas de milímetro.
cos o químicos demasiado agresivos. Solo si un fósil se encon- co (anchuras, longitudes, etcétera), como ha venido haciéndo-
traba muy fragmentado resultaba sencillo elaborar el molde, se durante dos siglos de estudios antropométricos, hoy se
pero entonces este no aportaba demasiada información. Y, ante trabaja con modelos geométricos digitales. Estos se analizan
un cráneo completo, fabricar un molde y extraerlo sin dañar el luego con métodos de estadística multivariante (un tipo de es-
primero ni deformar el segundo era un proceso que revestía tadística que analiza las correlaciones entre todos los elemen-
grandes dificultades. Con todo, durante el siglo xx se desarro- tos a la vez) a fin de identificar los patrones de estructura y fun-
llaron técnicas cada vez mejores. En un principio se emplearon ción que se esconden tras un modelo biológico. Este tipo de aná-
moldes de yeso; después, se introdujeron resinas y compuestos lisis espacial, denominado morfometría geométrica, constituye
plásticos. Sin embargo, la investigación con moldes físicos siem- en la actualidad el método principal para el estudio de la mor-
pre había limitado de manera considerable el grado de desarro- fología en biología evolutiva.
llo de la disciplina. Hoy, un laboratorio de paleoneurología es un laboratorio de
En este sentido, la paleoneurología vivió una verdadera re- anatomía digital: un conjunto de ordenadores aplicados a la re-
volución a mediados de los años noventa. Esta llegó de la mano construcción virtual de cráneos y cerebros de especies extintas,
del alto grado de desarrollo que, durante esos años, experimen- que analizan su variabilidad y que investigan los patrones evo-
taron los métodos de obtención de imágenes digitales biomédi- lutivos que han caracterizado los cambios neurales, con especial
cas. La tomografía computarizada y las técnicas de resonancia interés por aquellos con implicaciones cognitivas. Los conoci-
magnética alcanzaron un nivel de difusión que trascendió el ám- mientos necesarios son los de la biología, la paleontología, la
bito de la medicina; de repente, estas técnicas se encontraban al bioestadística y las técnicas digitales de reconstrucción anató-
alcance de cualquier laboratorio anatómico y paleontológico. mica. Todo ello forma parte de lo que ha dado en llamarse bio-
La elaboración de moldes endocraneales experimentó un logía in silico, que, en lugar de emplear modelos animales (in
progreso sin precedentes: por primera vez, podían construirse vivo) o fisicoquímicos (in vitro), lleva a cabo sus experimentos
moldes digitales sin tocar el fósil. Hoy en día, el proceso de ob- en un ordenador.
tención de moldes es rápido y versátil, y la correspondencia en- En el laboratorio de paleoneurología del Centro Nacional de
tre la anatomía original y la geometría del molde alcanza las dé- Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) de Burgos
cimas de milímetro. Cuando los fósiles se encuentran incom- empleamos estas técnicas con el objetivo de formular hipótesis
pletos o fragmentados, resulta posible emplear aplicaciones novedosas sobre la evolución del cerebro y el cráneo de los ho-
estadísticas a fin de minimizar la componente subjetiva de la mínidos, así como sobre las relaciones anatómicas existentes en-
reconstrucción. A su vez, los moldes digitales pueden copiarse tre ambos. Muchas de las investigaciones que allí desarrollamos
y enviarse con gran facilidad, con las ventajas que ello supone versan sobre nuestra propia especie, con el objetivo de interpre-
para la colaboración entre laboratorios. tar después el registro fósil asociado al género Homo a la luz de
Al mismo tiempo que las técnicas de imagen digital propor- la variabilidad y los procesos evolutivos que han venido caracte-
cionaban nuevas herramientas para la obtención de datos pa- rizando a las especies humanas desde hace dos millones de años.
leontológicos, los avances informáticos revolucionaron también
la morfometría, la disciplina que, a través de la estadística, cuan- GRANdes CEREBROs
tifica y compara las formas anatómicas. En lugar de medir físi- De todos los datos que pueden extraerse a partir de un molde
camente las distancias entre los puntos de un sistema anatómi- endocraneal, uno de los que más atención ha recibido en el pa-
H. rhodesiensis
H. antecessor
H. sapiens
H. ergaster
H. erectus
A./H. habilis
A. anamensis
A./H. rudolfensis
H. sapiens
A. afarensis A. gahri
A. africanus
P. boisei
A. sediba
P. robustus
P. aethiopicus
P. boisei
A. africanus
sado ha sido el volumen. En parte, ello se debe a las grandes di- Los homínidosmás abundantes en el registro fósil pertenecen
ferencias observadas en el volumen cerebral de los mamíferos a los géneros Homo (H), Australopithecus (A) y Paranthropus (P).
y, muy en particular, en el de los primates. De hecho, nuestra La subdivisión de esta familia en especies ha sido objeto de cons-
especie destaca en este sentido: un humano moderno posee en tante debate, por lo que muchas de las relaciones filogenéticas
torno al triple de masa neural que un primate de peso corporal propuestas no pasan de ser meras hipótesis. Las barras indican
parejo. el período cronológico aproximado en el que se cree que vivió cada
Con todo, no podemos ignorar otro de los factores que han grupo; los cráneos (reconstrucciones digitales) representan algu-
contribuido a aumentar la importancia que tradicionalmente nos fósiles clave de los tres géneros.
se ha asignado al tamaño cerebral: en términos estadísticos, se
trata de un dato aparentemente fácil de calcular. Durante déca-
das, se han llenado cráneos con semillas o se han introducido pacidad craneal empleados en zoología, como los que la calcu-
los moldes correspondientes en agua para medir el volumen lan con respecto al gasto energético u otros parámetros meta-
de la cavidad endocraneal. Aunque hoy en día se emplean mé- bólicos, no suponen en paleontología más que una aportación
todos digitales, a menudo estos tampoco se encuentran exen- estrictamente teórica.
tos de ambigüedades. La mayoría de los restos fósiles se com- Hoy sabemos que, a lo largo de la evolución humana, el pro-
ponen de fragmentos aislados de cráneo, en cuyo caso el volu- ceso de encefalización (el aumento relativo del volumen cere-
men cerebral solo puede calcularse de manera aproximada. Y bral) ha ocurrido en diferentes momentos y, con toda probabili-
si bien existen varios métodos empíricos para extrapolar su va- dad, en líneas evolutivas independientes. Algunas especies solo
lor, el resultado final varía mucho de una estimación a otra, una han experimentado un aumento del valor absoluto del tamaño
circunstancia que ha generado encendidos debates sobre la va- cerebral, acompañado de un incremento proporcional del volu-
lidez de las reconstrucciones. men del cuerpo. En otras, por el contrario, solo ha variado el ta-
Tras una época en la que se concedió gran importancia al va- maño del encéfalo, sin cambios corporales. Los australopitecos
lor absoluto de la capacidad craneal, se comenzó a prestar aten- contaban con un volumen cerebral similar o poco mayor al de
ción a su valor relativo. La propuesta, no obstante, desató nuevos los simios antropomorfos actuales, con un promedio de entre
problemas métricos. Por lo general, en zoología suele calcular- 400 y 500 centímetros cúbicos (cc). Los primeros humanos, como
se el volumen cerebral con relación al tamaño del animal. Pero Homo habilis y Homo ergaster, alcanzaban entre 600 y 800 cc.
los estudios paleontológicos adolecen de la limitación usual: no De hecho, a fin de poder incluir a Homo habilis en nuestro gé-
disponemos del cuerpo completo, sino solo de fragmentos de nero, en su momento se decidió fijar su capacidad craneal como
esqueleto. Los métodos empíricos para estimar el peso corpo- el mínimo necesario para considerar humana a una especie; una
ral a partir del esqueleto han desembocado, a su vez, en nuevas suerte de «Rubicón cerebral» que marcase la frontera del géne-
controversias. Por lo demás, otros tipos de mediciones de la ca- ro Homo. Otras especies, como Homo erectus y Homo heidelber-
CORTE SAGITAL
Hueso frontal Hueso parietal
Huellas de la arteria
meníngea media
Fosa media
(lóbulos
temporales)
Hueso frontal
Foramina
Fosa posterior
(cerebelo)
Hueso parietal
Hueso occipital
BÓVEDA
Los cráneos no solo permiten reconstruir la cavidad endocraneal cunvoluciones, e incluso el sistema vascular superficial. Estas sec-
(el espacio ocupado por el cerebro), sino también los pasajes (fo- ciones muestran un corte sagital, la bóveda y la base del cráneo
ramina) de nervios y vasos, la forma y la posición de lóbulos y cir- de un hombre moderno.
Lóbulos occipitales
Órbitas
Cerebelo
Estudio de la variabilidad
Para estudiar las diferencias morfológicas entre dos individuos, primero se construyen modelos geométricos simples del cráneo y del
cerebro a partir de los puntos anatómicos de mayor relevancia funcional. Después, se emplean técnicas de estadística multivariante
(que analiza las relaciones de todos los elementos a la vez) para obtener el conjunto de reglas que, por razones de función o de estruc-
tura, generan el resultado anatómico final. Por último, las variaciones de forma entre los individuos analizados se proyectan sobre un
espacio de dos o tres dimensiones.
terminadas áreas. Las dos áreas del lenguaje se muestran pro- cas. Ello se debe a la dificultad de localizar límites comunes y
porcionalmente más anchas en los humanos modernos y en los biológicamente homogéneos de estos lóbulos, caracterizados por
neandertales, algo que quizás apunte a la emergencia de nue- una gran heterogeneidad morfológica y funcional.
vas habilidades cognitivas en estos dos grupos. No obstante, la Al respecto, ya existían algunas hipótesis sobre un aumento
identificación de tales cambios no resulta tan clara, ya que una relativo de las áreas parietales en el género Australopithecus,
misma área cerebral puede hallarse involucrada en varias fun- lo que se habría debido a una retrocesión de un surco poste-
ciones. El lenguaje, por ejemplo, guarda una estrecha relación rior a estas, el sulcus lunatus. También se han hallado indicios
con nuestra capacidad para usar las manos. Al respecto, una de un incremento de las proporciones parietales —lateralmen-
pregunta abierta es si los simios antropomorfos cuentan con al- te, sobre todo— en Homo habilis (un grupo bastante debatido
gún equivalente de estas áreas humanas. y que quizás integrase a varias especies, no todas ellas perte-
A pesar del interés histórico que han suscitado las áreas aso- necientes al genero Homo). También en los neandertales se ob-
ciadas al lenguaje, las que más atención están recibiendo du- serva una ampliación lateral de las regiones parietales inferio-
rante los últimos son los lóbulos parietales. En el estudio de es- res y superiores.
tas regiones y del sistema frontoparietal se centra otra de las Sin embargo, es en los humanos modernos donde el cambio
líneas de trabajo de nuestro grupo, ya que, como veremos, su en las proporciones parietales reviste una magnitud tal como
evolución parece guardar una estrecha relación con la del cere- para afectar a la geometría del cerebro en su conjunto. Algunos
bro de Homo sapiens. cráneos fósiles de hace entre 100.000 y 150.000 años, hallados
El cerebro del hombre moderno posee una forma particular- en África Oriental y Oriente Próximo, ya evidencian esta mor-
mente esférica, debida, sobre todo, a la geometría de sus áreas fología. Sin embargo, otros fósiles africanos algo más antiguos
parietales. Esta diferencia con las especies extintas no obedece y que probablemente perteneciesen a la línea filética moderna
a un proceso gradual, sino que resulta exclusiva de nuestra es- no presentan estos cambios parietales tan evidentes. Ello sugie-
pecie. Tampoco puede explicarse a partir del proceso de ence- re que el origen de Homo sapiens quizá no se halle vinculado
falización, ya que los neandertales poseían un cerebro incluso de manera tan estricta al origen de un cerebro anatómicamen-
más grande que el nuestro, que, sin embargo, no exhibía dicha te moderno.
geometría globular. ¿Qué aspectos cognitivos podemos asociar a esas áreas pa-
Esa forma aparece como consecuencia de un proceso morfo- rietales? Las más profundas (aquellas que quizá guarden una
genético muy temprano en la vida del individuo, próximo al na- mayor relación con el cambio geométrico del cerebro moderno,
cimiento. Se trata de una etapa del desarrollo inexistente en los como el surco intraparietal) se hallan vinculadas a nuestra ca-
chimpancés o en los neandertales. A pesar de haber reconocido pacidad de simulación. A partir de la interacción entre la vista
desde hace tiempo que las áreas parietales humanas poseen com- y las actividades manuales, estas regiones representan una in-
ponentes diferentes de las que se observan en otros primates, terfaz entre el mundo externo y el interno. Generan un sistema
aún no disponemos de comparaciones de tamaño más específi- de coordenadas exterior y otro del individuo, los cuales compo-