Historiografia Como Conciencia Historica.

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La Historiografía; Como Conciencia Histórica.

Carlos Manuel Rama


La Historia y la novela y otros ensayos historiográficos y Nacionalismo e historiografía
en América Latina. Gnoseología de la historia desde la relación ideológica.
Estimule la curiosidad, abra nuevos panoramas.
Carr y Oakeshott “Historia como la experiencia del historiador”.
Nuestra preocupación a sido tomar el término inventario no en su definición estricta,
sino establecer los grandes términos en que se ha ido estructurando para los estudiosos
de la lengua española y de nuestros revolucionarios tiempos, el bagaje vivo y
pospositivo que reciben los historiadores de sus antecesores.
Historiografía en el mundo do clásico.
Proceso cognoscitivo, sabemos más y mejor.
Antigüedad.
Griegos: Mundo Conocido. Tucídides.
Romanos: Instrumento político.
Cristiana San Agustín: Obra de un solo Dios.
Edad Media: Casi desaparece la historiografía, importante Bizancio.
Tiempos Modernos. XIV-XVIII.
Humanismo y Renacimiento: Dominada por los factores políticos, vuelta a los romanos.
Humanismo, Reforma y Contrarreforma: Escritura en lenguas vernáculas, ideas nuevas
y progresistas que desplazan el cristianismo.
La erudición histórica: abandono total del latín, siglos XVII Y XVIII, fines
diplomáticos, monarquías absolutas. Paleografía y Cronología.
La filosofía de la historia: Compara la historia de los diferentes pueblos. Pueblos
distintos y particulares Herder. Obras prohibidas en América Latina por la inquisición
sobre la Revolución francesa. Leyes naturales.
Voltaire: Critica a las instituciones feudales de su tiempo. La historia de la cultura
Historiografía del siglo XIX.
Se definió la Historia como un conocimiento científico con sus orígenes empiristas.
Masivo interés de los lectores del siglo por la Historia.
Instrumento para forjar una nacionalidad.
Las censuras religiosas y políticas.
La Historiografía científica Alemana: Uso de fuentes y ciencias auxiliares junto con
sólido apoyo de los gobiernos, universidades y academias.
Unidad germánica, pasión nacional, servicio del prusianismo.
Filología e historia de las religiones como base del desarrollo de la crítica histórica.
Editar las fuentes auténticas.
Mi trabajo es mostrar lo que de hecho ocurrió.
El afirmó en Europa la supremacía de la erudición alemana.
Presencia de escritores socialistas.
La historiografía liberal francesa: Jules Michelet.
Pensamiento liberal de agitación política, revoluciones de 1830 y 1848.
El poder del pueblo (Tercer Estado Burgués).
Excluyen de la historia a la Providencia y aceptan el determinismo científico.
Romanticismo que arranca del Genio del cristianismo (1802).
Creación de instituciones eruditas.
Expulsado delos archivos nacionales por Napoleón III, por su carácter anti aristocrático
y anticlerical.
Historia de la Revolución, sin héroes, la pequeña burguesía o los sons culottes.
Se remplazan los grandes personajes.
Oscilan entre el liberalismo y el socialismo.
Enfoque en la historia de las revoluciones.
Historiografía positivista: pensamiento moralista, progresista, pro-científico
industrialista, racionalista y burgués.
Leyes que intenta explicar la sociedad.
Se acantonan en la historia política.
Utilizan conceptos de las ciencias naturales, como la raza, el medio y el momento
histórico.
Uso de erudición. Jactarse de estudiar muchos documentos.
Domino a partir de Wilhem Scheret.
La historiografía socialista: Aspecto racionalista y acentúa el carácter científico de la
Historia.
Inspiración desde las obras de Engels y Marx.
Materialismo histórico, el factor histórico daba su interpretación a la vida social.
Es la historia de la lucha de clases.
Karl Kausky, historiador socialista más activo.
Aporto a la historiografía el tema de los movimientos obreros y sociales.
La historiografía de lengua inglesa: No tiene prestigio internacional como la alemana y
francesa.
Utilización de la erudición.
Visión liberal decimonónica.
Obras contrarrevolucionarias.
La Historiografía contemporánea.
Aparecen lugares que antes no elaboraban creaciones intelectuales.
Expansión de los estudios universitarios.
Se puede afirmar que hay una verdadera universalidad de la historiografía.
Los aportes originales de los creadores circulan más rápidamente, técnicas de
divulgación.
Crisis y agotamiento de la historiografía alemana.
El nazismo esterilizo para la Historia una generación de universitarios.
Francia ha relevado a Alemania, en el sentido de haber asimilado el método científico,
la erudición no es separable de la creación.
La historiografía de nuestro mundo actual es que, aparte de toda la tradicional
historiografía aparecen corrientes técnicas o profesionales, que cultivan un terreno
nuevo, y abren nuevas perspectivas al estudioso.
Historia de la cultura o de la civilización.
Historia de las ideas.
Primero Voltaire, El siglo de Luis XIV. Por interpretaciones y orientaciones.
Mostraban inicialmente los avances del progreso. Positivismo
Diferenciación de lo objetivo y lo subjetivo, debilitamiento de la autoridad y
desintegración de la creencia.
Historia de las ideas apunta a los aspectos creativos, originales y a la personalidad de los
inventores de símbolos e imágenes.
Historia intelectual.
Historia económica y social: Derivada de los aportes del socialismo del siglo XIX E
innegablemente de la Economía Política y la Sociología.
Historia de los movimientos obreros y sociales: Se cultiva en el seno de la corriente
socialista impulsada por la sociología y la demografía.
El avance de la erudición ya no solamente para la historia de los Estados.
Erudito austriaco Max Nettlau, “el Herodoto de la anarquía” obras, vida de Bakunin en
5 volúmenes, Historia del anarquismo 10 volúmenes.
Historia de las revoluciones, guerras y crisis: Se interesa particularmente en los periodos
más dinámicos del pasado, y ante todo por los aspectos conflictivos.
La contemporánea Revolución Rusa, favoreció especialmente al estudio de Robespierre
y del Jacob ismo.
Soboul, estudios sobre los sons.culottes.
Más de treinta mil publicaciones sobre la guerra civil española de 1936-1939.
Abuso del término crisis por los historiadores pero se limita solo al campo económico.
Filósofos y teóricos de la Historia en el siglo XX: Con la aparición de la sociología en el
siglo XIX se define la Historia como genero científico.
Anacronismos filosóficos en el siglo XX que de igual manera suscitaron lectores. Jose
Ortega y Gasset, el alemán Oswald Spengler.
Spengler. La decadencia de Occidente, frustración y fracaso en el público alemán por la
Gran Guerra.
Prusianismo y socialismo (1919). Adhesión al nacional socialismo.
Con la aparición de la URSS se plantearon en forma abundante los problemas
historiográficos.
La heterodoxia de los “marxismos” en años más recientes han multiplicado
contradictorios teóricos e historiadores en diversos países.
Las grandes empresas editoriales: El ingreso de las clases medias y los recursos técnicos
de las industrias graficas modernas permitieron la creación de obras monumentales.
Las revistas y asociaciones de historiadores: Actualmente no solo las universidades,
oficinas especializadas del gobierno, los partidos y otros centros ideológicos como las
iglesias.
Colecciones a veces formadas por las clases populares.
Después de la Segunda guerra mundial se crea el llamado Consejo Internacional de la
Filosofía y de las Ciencias Humanas.
Escuelas y autoridades del siglo XX: Contra el fetiche de los documento, Fernand
Braudel.
La historiografía Española y Lusitana de la crónica indiana a la historiografía
latinoamericana: La historiografía ibérica así como la iberoamericana no corresponde
considerarla en los mismos términos de la historiografía general o universal.
Habría que reconocer otras influencias como la de la cultura musulmana, sin omitir a los
judíos sefarditas.
Su primera madurez estará vinculada al Humanismo y el Renacimiento, y de ahí en
adelante España y Portugal hicieron suyos los progresos de la historiografía universal
hasta nuestros días.
Se refleja en ella los avances de la historiografía extranjera.
Aquí la óptica debe ser distinta, incluso para tener en cuenta culturas cuantitativamente
menores como la catalana, gallega y vasca.
Procediendo de este modo es fácil, sin embargo, caer en el triunfalismo provinciano, y
la fácil alabanza indiscriminada, cuando por el contrario el mejor servicio que puede
prestarse a la historiografía es reconocer lo magro de nuestro aporte, las limitaciones
que resulta objetivamente de las condiciones políticas, ideológicas y hasta económicas
en que han vivido (y viven) nuestros pueblos, y el carácter periférico, marginal y a
menudo imitativo que en esta materia, como en otras, nos h tocado durante mucho
tiempo.
La historiografía musulmana y sefardita: AL- Andalus (711-1492) aporta bellas artes, la
filosofía, las ciencias, la religión.
La edad de oro hispano-árabe, crónicas, diccionarios biobibliográficos, libros de viajes,
apologías, enciclopedias, anales, historias de sucesos particulares, etc.
La escuela de traductores de Toledo, o la presencia común de judíos en toda España,
influye notoriamente en la cultura ibero-cristina.
Abderráhman Ben Jaldún (1332-1406), el más original de los escritores históricos de la
edad media. Nomadismo y sedentarismo y la formación de los Estados.
Los orígenes de la historiografía ibérica: Ramón Menéndez y Pidal decía: “Mientras los
historiadores árabes son precisos en la cronología, abundantes en los pormenores, muy
atentos a los personajes secundarios, mostrando en todo un poder de visión extenso a la
vez penetrante, la historiografía cristiana (de la Edad Media), se encerraba en un
laconismo tan desabrido.
Laconismo: Brevedad.
Desabrido: Que tiene poco o ningún sabor.
Cronistas cristianos de Asturias- León y Castilla (aunque hay que tener en cuenta a
Galicia, Navarra, Aragón- Cataluña y Portugal a partir de 883).
Historia política loca, herencia romana.
Influencias cristiano-europeas, llegadas por “el camino de Santiago”, o la “marca de
Barcelona”, pero también esta historiografía utiliza fuentes árabes.
“Las Historias”, ordenadas por Alonso X el sabio (1221-1284) abren una nueva era en
la historiografía española. (Sánchez Alonso).
La historiografía del Humanismo y Renacimiento: Estos autores siguen expresándose
en latín. Diego Hurtado de Mendoza y Jerónimo de Zurita.
Dentro del repudio del escolasticismo y reivindicación del empirismo y la inducción,
preconiza las vinculaciones entre la historia universal y nacional, el carácter docente de
la Historia, y la necesidad de atender al estudio no exclusivamente de los hechos
militares y políticos, sino de los que actualmente cosideramos culturales. De causis
corruptarum y De tradendis disciplinis 1531.
Historiografía indiana: Diarios, cartas o relaciones.
Fernández de Oviedo, informado de documentación oficial y con amplio con los
personajes de la época.
Capítulo aparte merecen los mestizos, resultado de las uniones de los capitanes
españoles con las princesas indígenas, que en la primera generación de la conquista, t
con la cooperación de sus familias maternas, escriben obras históricas.
En Inca Garcilaso de la Vega (1539-1617). Comentarios reales y la Historia general del
Perú.
Fernando de Alva y Ixtlixochitl (1569-1648), Historia chichimeca.
Ruiz Díaz de Guzmán, nacido en Paraguay en el seno de las familias de los primeros
conquistadores y el primer historiador del Rio de la Plata. Historia argentina del
descubrimiento, población y conquista del Rio de la Plata. Escrita en 1612 peo impresa
en 1836.
En el siglo XVIII esta historiografía indiana tiende a agotarse por cuanto la inquisición
impide la publicación de obras originales de tipo crítico.
Juan Bautista Muñoz (1745-1799), desde 1770 Cosmógrafo Mayor de Indias, fue
encargado por Carlos III en 1779 para escribir una fidedigna historia de América, y tuvo
la iniciativa de crear el Archivo de Indias. Historia del Nuevo Mundo, que dejó
inconclusa, terminada por la Academia de la Historia, con la que rivalizo durante su
vida.
Historiografía española de los siglos XVII y XVIII: Predomino la historia eclesiástica,
pero debe exceptuarse en los últimos años.
Melchor Rafael de Macanaz (1670-1760), perseguido por la Inquisición y autor de once
volúmenes de “Memorias para el establecimiento de la casa de Borbón en España”.
La historiografía ibérica en la Época Contemporánea: Las condiciones socio-culturales
españolas de la Época Contemporánea no han sido especialmente propicias para el
desarrollo de la historiografía.
Inquisición hasta 1823 y después la censura eclesiástica y gubernamental han impedido
normalmente recibir las influencias culturales exteriores y manifestarse libremente a los
creadores locales.
Buena parte de la producción a cargo de los liberales, instrumento político de lucha por
las libertades públicas.
Perdida de sus posesiones coloniales y a finales de siglo XIX Cuba y Puerto Rico.
Joaquín Pedro de Oliveira Martins (1845-1894), escritor fecundo, y no solamente en
Historia, político que pasó del liberalismo al socialismo, y en quien es apreciable la
influencia positivista.
La historiografía latinoamericana de la Época Contemporánea: La generación que
participó en tales hechos (la independencia) tuvo conciencia de su significación
histórica, y a menudo lo reflejó en la producción historiográfica.
La necesidad de fortalecer los nuevos Estados, y utilizar la educación como instrumento
de afirmación nacionalista.
Reciben de Inglaterra y Francia renovación de la historiografía que le caracterizan.
Tras el liberalismo romántico y el racionalismo ecléctico, pronto se conocieron en
América Latina las novedades del socialismo utópico, el positivismo y demás
manifestaciones típicas del siglo XIX.
A mediados del siglo en el ambiente de las clases altas terratenientes y clericales, se
hace una nueva lectura de los acontecimientos históricos, favorable a la reivindicación
del pasado colonial hispano, como es el caso del gran historiador mexicano Lucas
Alamán (1792-1853).
La historiografía hispanoamericano contribuyo a personalizar la cultura de la región,
favoreció su identidad espiritual y contribuyo al desarrollo del civismo y de la
conciencia institucional de las nuevas naciones de lengua española.
A modo de conclusiones.
Estos dos mil quinientos años que nos separan del surgimiento de los primeros
historiadores del Mediterráneo oriental muestran un esfuerzo racional acumulativo, que
sin perjuicio de etapas de crisis, han mejorado considerablemente nuestros
conocimientos sobre el pasado de la sociedad humana, y sus avances a través del
tiempo.
Por otra parte se haya suficientemente desarrollado nuestra conciencia histórica
colectiva.
Lucien Febvre “no hay Historia, hay historiadores”, pero creemos no haber perdido de
vista el origen colectivo de las ideas generales de los creadores intelectuales, y
pensamos que especialmente han sido fecundos en su investigación, aquellos que –como
decía Martí- Han actuado “Con todos y para el bien de todos”.
Si la contribución de los historiadores que se expresan en lenguas ibéricas no ha sido
muy considerable, pues guarda relación con el desarrollo cultural de nuestros países y
las difíciles condiciones políticas en que se ha desarrollado buena parte de sus historia,
hay sin embargo fundadas esperanzas- especialmente en los contemporáneos- en esperar
que en la etapa próxima su aporte guarde relación con las calidades creativas de su
cultura, y con el desafío que implica interpretar debidamente la consciencia de un
mundo social casi planetario.
Ojalá esta modesta obra contribuya a popularizar estos problemas en las nuevas
generaciones de lectores, que serán los actores de las próximas etapas del mundo
histórico.

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