Comentario de Texto y de Mapa Tema 6
Comentario de Texto y de Mapa Tema 6
Comentario de Texto y de Mapa Tema 6
El texto es un ensayo de carácter económico y es una fuente primaria. Su autor es Robert Franz, que escribió “The
statistical History of the German Banking” en 1910. El destinatario es el público en general.
El momento histórico en el que se escribe este texto es la segunda revolución industrial. Esta revolución se desarrolló
entre 1870 y 1914 y estuvo caracterizada por la aparición de nuevas potencias industriales y por el desarrollo del sector
químico, el eléctrico y el metalúrgico.
La idea principal de este texto es la importancia de la banca en la industria. Como ideas secundarias, se pueden extraer las
siguientes: el control de los bancos sobre la industria, la inversión de los bancos en la industria y la creación de grandes
concentraciones industriales.
Este texto se escribió cuando se produjo la primera mundialización de la economía (1870-1914). En este período, la
economía empezó a funcionar a escala mundial y se produjo una nueva organización de las empresas, se permitió una
relativa libertad en los intercambios y se estableció el patrón-oro.
Con la aparición de las nuevas potencias, se incrementó la competencia. Las sociedades anónimas se generalizaron (para
captar capitales) y el capital bancario irrumpió en la economía, mezclándose con el capital industrial y dando lugar al
capitalismo financiero. Las nuevas potencias experimentaron un intenso proceso de concentración empresariales (cártel,
trust o zaibatsu), hecho que amenazaba una de las bases fundamentales del liberalismo económico: la libre competencia.
Las exportaciones de capital procedieron de Europa occidental (los mayores centros financieros se ubicaban en Reino
Unido, Francia y Alemania) e iban dirigidos a América, Asia y a los propios imperios coloniales.
De esta manera, el comercio internacional experimentó un notable crecimiento debido principalmente a tres causas: el
descenso en los precios de los productos, la revolución de los transportes y el desarrollo de un sistema monetario
internacional (patrón-oro).
Las nuevas potencias industriales fueron Alemania, Estados Unidos y Japón; las dos primeras le arrebataron el puesto a
Reino Unido como primera potencia industrial.
Alemania hacia 1900 era la segunda potencia industrial del mundo gracias a sus avances en los medios de transporte, a la
aplicación de innovaciones técnicas y de la organización científica de la producción, al gran proceso de concentración
industrial y financiera y al proteccionismo establecido por el gobierno.
Estados Unidos se convirtió en la primera potencia industrial del mundo por su enorme mercado interior, la abundancia de
recursos, la división geográfica del trabajo, la rápida construcción de una amplia red ferroviaria y las innovaciones técnicas.
También se produjo un proceso de concentración empresarial mediante los trusts.
Japón, por presión occidental, puso fin a su sistema feudal e instauró un gobierno Meiji. Así, el país se industrializó y,
desde 1868 hasta 1880 el Estado casi monopolizó la actividad empresarial, subvencionando empresas privadas y abriendo
empresas públicas en obras civiles. Entre 1880 y 1882 se produjo un proceso de concentración industrial y financiera, en el
que las agrupaciones recibían el nombre de zaibatsu.
La importancia que cobraron los bancos estuvo ligada a los nuevos inventos de la revolución industrial, ya que las
empresas necesitaban dinero para funcionar y abastecer a una creciente población. Los tres sectores punteros fueron el
siderúrgico, el químico y el eléctrico. En la siderurgia, la mayor importancia la tuvo el acero, que permitió reducir los costes
de producción y hacer más ligeros los motores. En la industria química, se crearon farmacéuticos, medicamentos,
perfumes, productos de base, subproductos de destilación de la hulla, abonos minerales elaborados y explosivos; además,
fueron importantes el método Solvey de producción de sosa y la síntesis de compuestos orgánicos. En cuanto a la
electricidad, fueron importantes la dinamo de Gramme, la lámpara de filamento de Edison, los motores eléctricos fáciles
de instalar y las turbinas hidráulicas para la electricidad. En la industria petroquímica, fue importante el motor de
explosión movido por gasolina.
Otros elementos de gran importancia fueron los transportes y las comunicaciones. En los transportes, el ferrocarril se
expandió y los buques de vapor desplazaron a los de vela. Esto, junto con la apertura de los canales de Suez (1869) y
Panamá (1914), permitió acortar distancias y abaratar las tarifas, lo que generalizó el transporte tanto para personas como
para mercancías. También fue importante el automóvil, especialmente el Ford (que utilizaba la cadena de montaje para
abaratar su precio) y, en el terreno de la aviación, el desarrollo llegaría durante la Primera Guerra Mundial, aunque el
aeroplano ya había sido inventado por los hermanos Wright.
En cuanto a las comunicaciones, el teléfono y la telegrafía sin hilos permitieron una comunicación casi instantánea y
pronto las empresas, la banca y la bolsa se interesaron por ellos. Además, apareció la prensa de masas y se consolidaron
las empresas informativas.
Actualmente, los bancos son una parte fundamental de la economía y, de hecho, la crisis que estamos viviendo se debe a
una crisis bancaria. Hoy en día, tanto empresas como familias piden préstamos para adquirir sus bienes y todas las
personas empleadas deben disponer de una cuenta en un banco donde recibir su salario.
COMENTARIO DE MAPA
El mapa que se nos presenta es un mapa político del continente africano que señala los imperios coloniales que había en
África en 1914. Pertenece al libro de texto de Historia, por lo que es una fuente actual y, por tanto, secundaria.
Se encuadra dentro del reparto de África, punto de inicio del imperialismo europeo del siglo XIX. En este proceso, los
europeos siguieron una estrategia de colonización que perseguía sus intereses personales y se lanzaron a una carrera por
conquistar el máximo número de territorios posibles. Los dos protagonistas principales fueron Francia y Reino Unido.
La expansión imperialista del siglo XIX tuvo diferentes causas que serán expuestas a continuación. Económicamente, en
1870 tuvo lugar el auge del librecambio y las potencias europeas buscaban mercados en los que vender sus productos. Con
la aparición de las nuevas potencias industriales, la competencia se incrementó y se produjo una depresión comercial en
1873, por lo que las potencias buscaron nuevos mercados en las colonias. Además, importaron materias primas y fuentes
de energía más baratas o escasas en Europa e invirtieron capitales a un interés más elevado.
En cuanto a las causas políticas, las potencias buscaban dominar rutas estratégicas tanto para el comercio como para
asuntos militares. También estaba presente el deseo de prestigio y poder y la defensa de los intereses nacionales.
Hubo causas ideológicas, donde predominó la mística imperialista, que consistía en la exaltación de la nación y en los
sueños de grandeza. Las connotaciones racistas también fueron importantes, pues, por influencia del darwinismo social,
consideraban que la raza blanca era superior y debía someter y civilizar a las inferiores.
Desde el punto de vista religioso, el principal móvil fue la necesidad de imponer el cristianismo y, con ello, la cultura
occidental en las colonias. Por último, desde el punto de vista científico, fueron importantes las exploraciones del interior
de África, la literatura de viajes y las Sociedades Geográficas y asociaciones coloniales, pues contribuyeron a promocionar
las colonias y a darlas a conocer a Europa.
Esta expansión imperialista comenzó en África. Hasta 1870 los europeos solo se habían ubicado en las costas, pero luego
se produjo una ocupación total del territorio. Francia y Reino Unido iniciaron el proceso, conquistando Francia Argelia y
estableciendo un protectorado sobre Túnez. Reino Unido ocupó Egipto y, en 1882 lo declaró protectorado inglés.
Misioneros, exploradores y aventureros abrieron África a Europa y fueron importantes las expedciicones de David
Linvingstone, Herny Stanley y Sarvognan de Brazza.
Francia y Bélgica tenían rivalidades por el Congo y Alemania quería dominar África central, por lo que, para evitar
conflictos, el canciller Bismarck convocó la Conferencia Internacional de Berlín entre 1884 y 1885. En esta conferencia se
tomaron los siguientes acuerdos: libertad de navegación y de comercio por los ríos Níger y Congo, prohibición de la
esclavitud, reconocimiento del “Estado Libre del Congo” como una colonia a título personal de Leopoldo II de Bélgica y el
principio de ocupación efectiva (era necesario ocupar realmente un territorio para conquistarlo).
A finales del siglo XIX, se incorporaron al reparto de África Alemania (África Oriental, África Suroccidental Alemana, Rogo y
Camerún) e Italia (Somalia y Eritrea).
A causa de los intentos por formar imperios continuos, los intereses de Francia (este a oeste) y Reino Unido (norte a sur)
entraron en conflicto por el dominio del canal de Suez. Esta tensión desembocó en un grave incidente en Fachoda, que se
resolvió por la vía diplomática.
En la África austral, los europeos (portugueses, ingleses y alemanes) entraron en conflicto con los bóers o afrikáners), lo
que llevó a la guerra anglo-bóer de 1899-1902 al encontrar yacimientos de oro y diamante. Los bóers fueron derrotados y
Transvaal y Orange pasaron a ser colonias de poblamiento y luego dominios (se les concedió cierta autonomía).
Otro conflicto fue la cuestión marroquí que enfrentó a Francia, que quería establecer un protectorado en Marruecos, con
Alemania, que no quería que lo hiciera.
Las formas de colonización fueron cuatro. Primero, estaban las colonias, donde la población indígena estaba totalmente
sometida a la potencia colonial, que controlaba el gobierno y la administración. El poder lo ejercía un gobernador. En las
colonias de poblamiento, además, se impuso la lengua, la cultura y las instituciones (Argelia).
Los dominios eran específicos del Imperio británico y eran colonias de poblamiento con un sistema de autogobierno,
aunque el poder del gobernador estaba limitado por un gobierno elegido por los colonos que controlaba la política externa
(aunque tenían autonomía en la política externa).
Los protectorados eran aquellos territorios donde ya existía un Estado soberano con estructura política y cultural propia y
la potencia respetaba el gobierno y la administración indígena, pero ejercía un control militar, dirigía la política exterior y la
explotación económica.
Las concesiones eran menos frecuentes y eran territorios cedidos temporalmente por un Estado a una potencia, la cual no
desplazaba a la población pero los controlaba económicamente.
Las consecuencias del imperialismo fueron nefastas para los indígenas, que se vieron abocados la miseria, al hambre
crónica y a un proceso de aculturación. La explotación, el trabajo forzado y la creación de fronteras artificiales provocaron
numerosos conflictos que alimentaron un creciente nacionalismo que desembocaría en deseos de independencia. Años
después, las potencias europeas perderían sus colonias y los estados de África recuperarían su independencia.
Actualmente podemos ver algún vestigio del imperialismo europeo en el conflicto de Malí, donde Francia ha intervenido
por ser el país una antigua colonia suya.