1092 5077 1 PB
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Consejo Editorial
Elka Fediuk
Octavio Rivera
Martín Zapata
Alejandro Ortiz Bullé-Goyri (UAM-A, Presidente de la AMIT)
Consejo Asesor
Dirigir correspondencia a:
Revista Investigación teatral
Facultad de Teatro
Universidad Veracruzana
Belisario Domínguez 25, Col. Centro
Xalapa, Veracruz, C.P. 91000, México
Tel. + 52 (228) 817-2134; (228) 186-4314
Correo electrónico: [email protected], [email protected]
ISSN: 1665-8728
© Universidad Veracruzana
Vol. 1, Núm. 2, Otoño 2011
Editorial 5
ENSAYOS
TESTIMONIOS
De viajes y testimonios. 94
Los críticos teatrales como viajeros
Georges Banu
RESEÑA
Colaboradores 153
5
Con el actual número de Investigación teatral presentamos el diseño de-
finitivo de ésta su segunda época. También anunciamos que en febrero de 2012
estará disponible la versión electrónica de nuestra revista mediante el portal de
la Univeridad Veracruzana. ¡Estén atentos!
6
Ensayos
Peter Brook (2011). Foto cortesía de Domingo Adame.
8
Peter Brook y el pensamiento tradicional1
Basarab Nicolescu
9
Basarab Nicolescu (2011). Foto de Domingo Adame.
Peter Brook
Teatro y tradición
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•Peter Brook y el pensamiento tradicional
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•Basarab Nicolescu
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•Peter Brook y el pensamiento tradicional
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•Basarab Nicolescu
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•Peter Brook y el pensamiento tradicional
Orghast,4 Brook hablaba de “el fuego” del evento, que es “esa cosa mara-
villosa de la representación en el teatro. A través de él, todas las cosas que
habíamos estado trabajando repentinamente tomaron su lugar” (Smith
1972, 257). Este “tomar su lugar” indica el descubrimiento repentino de
una estructura oculta debajo de la multiplicidad de formas, extendidas al
parecer en todas las direcciones. Es por eso que Brook cree que la esen-
cia del trabajo teatral “libera el proceso dinámico” (Heilpern 1979, 103).
Es cuestión de “liberar” y no de “fijar” o “capturar” este proceso que ex-
plica lo repentino del evento. Un desenvolvimiento lineal significaría un
determinismo mecánico, mientras que aquí el evento está ligado a una
estructura que no es de ningún modo lineal, sino de interrelaciones e in-
terconexiones laterales.
“Evento” es otra palabra clave que se repite con frecuencia en el
trabajo de Brook. Seguramente no es simple coincidencia que la misma
palabra sea una noción central en la teoría científica moderna, desde
Einstein y Minkowski. Más allá de la multiplicidad infinita de apariencias
¿no se basa la realidad en un sólo fundamento?
En 1900, Planck introdujo el concepto del “quantum elemental de
acción”, una teoría de la física basada en la noción de continuidad: la ener-
gía tiene una estructura discreta, discontinua. En 1905, Einstein formuló
su teoría especial de la relatividad, revelando una nueva relación entre el
espacio y el tiempo: contribuiría así a una nueva evaluación radical de la
jerarquía objeto/energía. Gradualmente, la noción de “objeto” sería subs-
tituida por la de “evento” “relación” e “interconexión”, el movimiento real
sería el de la energía. La teoría de la mecánica cuántica elaborada mucho
más tarde, alrededor de 1930 rompió el concepto de la identidad en una
partícula clásica. Por primera vez la posibilidad de un espacio/tiempo
discontinum fue reconocida como lógicamente válida. Y, finalmente, la
teoría de partículas elementales —una continuación de la mecánica cuán-
tica y la teoría de la relatividad, tanto como un intento de ir más allá de
ambas teorías físicas— está hoy todavía en proceso de elaboración.
Como ambos científicos contemporáneos y Gurdjieff, Brook se convenció
de la materialidad de la energía. Describiendo las características del “tea-
tro tosco” Brook señala:
4 Orghast es una obra que dirigió Brook en 1971, basada en el mito de Prometeo y
hablada en una lengua inventada por el poeta Ted Hughes (n. del ed.).
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•Basarab Nicolescu
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•Peter Brook y el pensamiento tradicional
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•Basarab Nicolescu
rosos: por ejemplo las descripciones sobre los procesos preparatorios para
La conferencia de los pájaros, Orghast y Carmen (Smith 1972; Heilpern
1979; Rostain 1985). Brook ha dicho explícitamente que, por medio de
estos ejercicios e improvisaciones, los actores intentaban conseguir lo que
es esencial: en otras palabras, llegar a ese punto en el cual los impulsos de
uno se unen con los impulsos del otro para resonar juntos (Brook 1979,
75). Michel Rostain describe cómo, durante la preparación para Carmen,
un cantante se ponía de espaldas a otro e intentaba reconstruir, sin verlo,
el gesto que hacía el otro cantante. Los actores se sentaban en un círculo
procurando transmitir gestos o palabras: y al final la fuerza y la claridad
de las imágenes internas les permiten hacerse visibles. Éste es un trabajo
de investigación genuino, exacto y riguroso.
En un ejercicio durante la preparación para Orghast, cada actor
representó la parte de una persona incluyendo, por ejemplo, “la voz del
subconsciente” (Smith 1972, 127). En otros, los actores participaron en
la recitación de un monólogo de un texto de Shakespeare, haciéndolo
como una rutina para tres voces: “repentinamente el actor hacía estallar
una barrera y experimentaba cuanta libertad podía haber dentro de la
disciplina más estricta” (Brook 1977, 33). Y eso es lo esencial: el des-
cubrimiento de la libertad sometiéndose a las leyes que permiten una
apertura hacia lo desconocido “hacia una relación”. “Ser medios para
estar en relación...” fue la fórmula inicial del fundador de la semántica
general, Alfred Korzybski (Korzybski 1958, 161). Ejercicios e improvi-
saciones ofrecen la posibilidad de “interrelacionar los niveles más or-
dinarios y ocultos de la experiencia” (Smith 1972, 255), de descubrir
equivalencias potencialmente de gran alcance entre gestos, palabras y
sonidos. De esta manera, las palabras, el vehículo usual del significado,
pueden ser substituidas por gestos o sonidos. Penetrar en lo descono-
cido es siempre aterrador. Cada letra es causa de la letra que sigue. En
la búsqueda para liberar la palabra —el sonido— pueden pasar horas
para liberar diez letras. Según Brook, “No estamos intentando crear un
método; deseamos hacer descubrimientos” (123).
Los ejercicios y las improvisaciones tienen poco valor particular
en sí mismos, pero permiten templar el “instrumento” del teatro que es
el ser del actor, y una circulación del “flujo dramático viviente” (Brook
1977, 128) en los actores como grupo. El “milagro” del teatro se produce
después, con la presencia activa de los espectadores, cuando una apertu-
ra hacia lo “desconocido” puede movilizarse completamente. ¿Pero cuál
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•Peter Brook y el pensamiento tradicional
7 Ver, por ejemplo, los artículos en la revista 3ème Millénaire, No. 1-2, 1982, y No. 7, 1983.
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•Basarab Nicolescu
tad). Brook dice: “los momentos especiales no suceden por suerte. Con
todo, no pueden ser repetidos. Es por eso que los eventos espontáneos son
tan aterrorizantes y maravillosos. Ellos sólo pueden ser redescubiertos”
(Heilpern 1979, 136). El significado “nunca pertenece al pasado” (Brook
1977, 14-15): aparece en el misterio del momento actual, en el instante de
apertura hacia una relación. Este “significado” es infinitamente más rico
que aquél al cual el pensamiento racional clásico tiene acceso, basado,
como está (quizá sin estar enterado) en la causalidad lineal, en el deter-
minismo mecánico. En los momentos efímeros, los grandes actores tocan
esta nueva clase de “significado”. En Paul Scofield, por ejemplo,
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•Peter Brook y el pensamiento tradicional
8 Peter Brook, entrevistado por Ronald Hayman, el 29 de agosto de 1970, en The Times.
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•Basarab Nicolescu
Debes saber que en todas las cosas hay un punto crítico de equilibrio
armónico entre el yin y el yang donde está situada la perfección... si uno
debiera interpretar el yang a la manera del yang, o el yin a la manera del
yin, no podría haber equilibrio de la armonización, y la perfección sería
imposible. ¿Sin la perfección, cómo podría uno ser interesante? (Zeami
1960, 77).
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•Peter Brook y el pensamiento tradicional
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•Basarab Nicolescu
Para empeorar las cosas siempre hay un espectador “mortal” que, por
razones especiales, gusta de una falta de intensidad e incluso de distrac-
ción, tal como el erudito que emerge sonriendo de las interpretaciones
rutinarias de las obras clásicas porque nada les ha impedido probar y
confirmar sus queridas teorías mientras recita sus versos favoritos en voz
baja. En el fondo desea sinceramente un teatro que sea más noble que la
vida, y confunde una especie de satisfacción intelectual con la verdadera
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•Peter Brook y el pensamiento tradicional
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•Basarab Nicolescu
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•Peter Brook y el pensamiento tradicional
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•Basarab Nicolescu
11 Según Gurdjieff, el número de las leyes fundamentales que regulan cada proceso en el
mundo y en la humanidad es muy estricto. En su cosmología las leyes fundamentales son
las leyes del tres y la del siete, descrito en detalle exhaustivo en Fragments (Ouspensky
1978).
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•Peter Brook y el pensamiento tradicional
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•Basarab Nicolescu
12 Nota del traductor: Quizás la más útil de las traducciones inglesas disponibles sobre
este tema es: Los tratados principales de Zeami, traducidos por J. Thomas Rimer y
Yamazaki Masakazu, Nueva Jersey, Prensa de la Universidad de Princeton, 1984.
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•Peter Brook y el pensamiento tradicional
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•Basarab Nicolescu
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•Peter Brook y el pensamiento tradicional
güístico y dónde termina? ¿Puede ser caracterizado por un sólo valor, por
un número finito de valores o por un número infinito? Y si, según la fra-
se famosa de Korzybski, “el mapa no es el territorio” (Korzybski 1958,
58), tiene, sin embargo, la ventaja considerable de una estructura similar
a la del territorio. ¿Cómo puede esta semejanza llegar a ser operativa? La
palabra es una pequeña porción visible de una gigantesca formación no
visible, escribe Brook (Brook 1977, 15). Comenzando con esta “pequeña
porción visible”, ¿cómo puede uno acceder a la formación gigantesca del
universo en su totalidad? Un evento de teatro, como se ha sugerido ya,
determina el aspecto de una escala estructurada en diversos niveles de
percepción. ¿Cómo puede una sola palabra encapsular la suma de estos
niveles?
La relativización de la percepción nos ha permitido especificar
el lugar de un fenómeno en la realidad y cómo éste se liga al resto. Una
palabra, un gesto, una acción están todas ligadas a cierto nivel de percep-
ción, pero, en el verdadero evento teatral también se ligan a otros niveles
presentes en el evento. La relatividad permite que descubramos la inva-
riancia encubierta detrás de la multiplicidad de formas, de fenómenos en
diversos sistemas de referencia. Esta visión de las cosas está cerca de lo
que implica el “principio de relatividad” formulado por Gurdjieff (Ous-
pensky 1978, 111).
La relatividad condiciona la visión: sin relatividad no puede haber vi-
sión. El dramaturgo que toma su propia realidad por la realidad en su totali-
dad presenta la imagen de un mundo disecado y muerto, a pesar de cualquier
originalidad que pudiera haber mostrado. “Desafortunadamente el drama-
turgo raramente busca relacionar estos detalles con cualquier estructura más
grande; es como si aceptara indiscutiblemente su intuición como completa,
su realidad como toda la realidad” (Brook 1977, 40). La muerte en sí misma
puede ser relativizada en una aceptación de la contradicción. Brook cita el
ejemplo de Chejov: “en el trabajo de Chejov, la muerte es omnipresente... Pero
él aprendió cómo balancear la compasión con la distancia... Este conocimien-
to de la muerte, y de los momentos preciosos que podrían ser vividos, dotan
su trabajo con un sentido de relatividad: es decir, un punto de vista en el cual
lo trágico es siempre un poco absurdo” (Brook 1977, 110).13 “No identifica-
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•Basarab Nicolescu
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•Peter Brook y el pensamiento tradicional
Está claro, por lo tanto, por qué Brook cree que la calidad esen-
cial de Chejov es su “precisión”, y eso explica su vigencia… la fidelidad es
la preocupación central, un acercamiento que hace necesario pesar cada
palabra e iluminarla con un potente foco (Brook 1977, 107-108).14 So-
lamente entonces las palabras tienen una influencia: pueden convertirse
en portadoras activas de significación verdadera, si el actor se comporta
como medio, lo que le permite actuar a través de las palabras y de su color
directo, sin que él o ella intenten manipularlas (Smith 1972, 27).
Olvidándose de la relatividad, el lenguaje ha llegado a ser inevitable-
mente más estrecho con el tiempo, disminuido en su capacidad emocional
e incluso intelectual. Ha sido necesariamente “bastardizado”: una palabra se
toma para otra, un significado por otro. El experimento de Orghast demos-
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•Basarab Nicolescu
tró de manera sorprendente que una vuelta a una lengua orgánica, separada
del pavor de la abstracción por la abstracción, es posible.
Las palabras inventadas por el poeta Ted Hughes y los fragmentos
representados en diversos idiomas antiguos, actuaban como catalizadores
de la transformación recíproca entre el movimiento y el sonido, como
expresión de un estado interno, significando lo innecesario de ser filtrado
aisladamente a través de la actividad cerebral. En una entrevista con Ame-
rican Theatre, Brook enfatizó que los actores, cualquiera que sea su ori-
gen, pueden actuar intuitivamente un trabajo en su lengua original. Este
principio simple es la cosa más inusual que existe en el teatro... (Brook en
Smith 1972, 40).
La relativización de la percepción exige evidentemente un trabajo
duro, un esfuerzo considerable, un silencio interno como una suerte de
penitencia. El silencio hace parte integral en el trabajo de Brook, comen-
zando por la investigación de la interrelación entre silencio y duración
con su taller del Teatro de la crueldad en 1964, y culminando en el ritmo
puntuado con silencios que está imperecederamente presente en el cora-
zón de su película Encuentros con hombres notables: “En el silencio hay
muchas potencialidades: el caos o el orden, el desorden o el modelo, todo
miente —lo invisible-hecho-visible es de naturaleza sagrada…” (Brook
1977, 64). El silencio es total, y contiene incontables “capas” (29).
Se podría sugerir que los eventos y el silencio constituyen la ma-
teria de cualquier representación teatral. El silencio viene al final de la
acción, como en La conferencia de los pájaros: una hermosa y simbólica
oposición se dibuja entre el negro del material de luto y las tonalidades de
las marionetas. Se suprime el color, desaparece toda la chispa, el silencio
se establece, observa Georges Banu (1982, 285). La riqueza del silencio
confunde, desconcierta y disturba, pero es la alegría que se oculta dentro
de él, esa alegría irracional y extraña que Brook ha detectado en los juegos
de Samuel Beckett (Brook 1977, 66).
No es ninguna coincidencia que el término “espacio vacío” fuera el
título del primer libro sobre teatro que publicó Brook. Uno debe crear un
vacío, un silencio dentro de sí para permitir la emergencia de la realidad
en toda su potencialidad. Esto es lo que siempre nos enseña la tradición.
¿Es el silencio la muestra premonitoria de un “lenguaje universal”
verdadero? En El espacio vacío, Brook escribió “cada cosa es un lenguaje
para alguien y nada es un lenguaje para todo” (133). ¿Es esta “nada” —sin
forma, insondable, como Jacob Böhme lo llama— la base de toda la for-
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•Peter Brook y el pensamiento tradicional
ma, proceso y evento? ¿Y cómo puede uno reconciliar este silencio infi-
nitamente rico e informe con la forma estética, sino es con la búsqueda
incesante y directa, con la investigación continua, y preguntando impla-
cablemente, como perseguidos hasta el borde de una orilla? Quizá sean
sobre todo quienes caminan en la cuerda floja los que hacen faltan en la
investigación artística contemporánea:
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•Basarab Nicolescu
Bibliografía
Banu, Georges. 1982. “La Conférence des Oiseaux, ou le chemin vers soi-
même” en Les Voies de La Création Théâtrale, Vol. 10. París: C.N.R.S.
Heilpern, John. 1979. The Conference of the Birds. The Story of Peter Brook
in Africa. Harmondsworth: Penguin.
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•Peter Brook y el pensamiento tradicional
gamon Press.
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El poder del teatro frente al Poder
Discursos emergentes / discursos hegemónicos 1
Daniel Meyran
Universidad de Perpignan
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•El poder del teatro frente al Poder. Discursos emergentes / discursos hegemónicos
Antonin Artaud
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•Daniel Meyran
antes que nada inventar una lengua”. Bien sabemos que hay pocos acon-
tecimientos en la historia de las ciencias que tuvieron tal eco y resonancia
en el pensamiento como la irrupción de la lingüística. Seguro que la in-
vención del psicoanálisis también jugó un papel considerable y modificó
nuestra manera de pensar el imaginario individual y colectivo. Pero nada
conmovió tanto nuestra relación con el mundo y el conocimiento como la
lingüística pues nos hizo tomar conciencia de la materialidad y de la opa-
cidad del lenguaje. Hasta su aparición como ciencia, el lenguaje sólo era
un “médium” dotado de cierta transparencia que únicamente funcionaba
como herramienta mental para expresar un pensamiento preexistente. El
filósofo trabajaba el lenguaje para que emergiera la idea que deseaba ex-
presar. El lenguaje era invisible, transparente como un vidrio, el cristal por
el que el hombre miraría y pensaría el afuera.
Al principio del siglo pasado, la lingüística pone en tela de juicio
la idea de la transparencia. La nueva ciencia demuestra que cada lengua
constituye un universo autónomo, una red de significaciones diferente de
las demás y si cada lengua es un hipersigno, un complejo cerrado de sig-
nos, cada signo de este complejo sólo cobra sentido por su relación con
los demás, por el juego de su diferencia, revelando, así, que no hay co-
rrespondencia entre los universos semánticos de diferentes lenguas. Dos
palabras de lenguas diferentes que indican cosas similares no son per-
fectamente idénticas. Si lo fueran sería pura casualidad. Ya Nietszche, en
1873, escribía en Verdad y mentira en el sentido extramoral:
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•El poder del teatro frente al Poder. Discursos emergentes / discursos hegemónicos
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•Daniel Meyran
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•El poder del teatro frente al Poder. Discursos emergentes / discursos hegemónicos
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•Daniel Meyran
4 Miranda, con una de sus últimas piezas Vanitas, en 2006, utiliza otro intertexto de
Shakespeare: el de Julio César.
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•Daniel Meyran
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•Daniel Meyran
Frontera y teatro
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•Daniel Meyran
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•El poder del teatro frente al Poder. Discursos emergentes / discursos hegemónicos
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•Daniel Meyran
todo subvertido con un humor extremo que hace soportable una esceni-
ficación de la crisis de 2001. Bizarra fue un verdadero fenómeno social.
La puesta se hizo en un lugar iniciador de la vanguardia teatral durante
la postdictadura argentina, el centro cultural Ricardo Rojas, con cuatro
funciones por capítulo en una sala para cuatrocientos espectadores, llena
cada noche. Se calcula que a cuatro funciones por semana y diez capítulos
son 16,000 espectadores que asistieron a la representación. Además con
un costo de tres pesos la entrada en 2003 (equivalente a un dólar ameri-
cano), la concurrencia fue masiva. Como siempre, la crítica estuvo divi-
dida, pero Javier Daulte, dramaturgo argentino de la misma generación,
se entusiasmó y vio, en este evento, “un nuevo Teatro Abierto 2003. Jorge
Dubatti, en sus Micropoéticas, reconoce a Spregelburd como un genio y
califica su obra como “monumental”:
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•El poder del teatro frente al Poder. Discursos emergentes / discursos hegemónicos
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•Daniel Meyran
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•El poder del teatro frente al Poder. Discursos emergentes / discursos hegemónicos
Conclusión
El lector habrá notado, junto conmigo, que hay muchas pasarelas entre las
dramaturgias europeas (particularmente las francesas) y latinoamerica-
nas. Juntas y en el mismo momento histórico, ambas dramaturgias plan-
tean el problema de la relación entre el individuo y la historia colectiva de
la humanidad. Escenifican esta antigua preocupación con una escritura
nueva que destaca, más allá del realismo y de lo épico, un estallido de
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•Daniel Meyran
Bibliografía
60
•El poder del teatro frente al Poder. Discursos emergentes / discursos hegemónicos
Carballido, Emilio. 2002. “El poder del teatro frente al poder”, en Théâtre et
Pouvoir, eds. Daniel Meyran, Alejandro Ortiz, Francis Sureda, pp. 723-725,
Perpignan: PUP.
___. 2008. “Una lectura del tiempo sobre el tiempo o el teatro como mo-
delo sociocrítico de lectura de la historia”. Káñina, Revista de Artes y Le-
tras. Universidad de Costa Rica, vol. 32.
61
•Daniel Meyran
Platón. 1950. ION ou sur l’Iliade en Euvres complètes, T1. París: Gallimard.
Schaeffer, Jean Marie. 1989. Qu’est-ce qu’un genre littéraire ? París: Seuil.
Sorin, Etienne. 2010. “La vidéo sur le plateau”. L’Express (arts et spectacles),
16 de octubre.
Torres, Melania. 2003. “El bachín teatro y el apoteótico final organizado,
62
•El poder del teatro frente al Poder. Discursos emergentes / discursos hegemónicos
___. 1979. “El gran teatro del mundo: Prólogo a Los Fugitivos”, en Teatro
Completo, T 3. México: FCE.
___. 1979. “El gran teatro del nuevo mundo”, en Teatro completo, T 3.
México: FCE.
Villegas, Juan. 1997. Para un modelo de historia del teatro. Irvine: Gestos.
63
Construir/deconstruir el travestismo
en escena:
Gardenia, un espectáculo de Alain Platel y Franck
Van Laecke (Bélgica, 2010)
Antoine Rodríguez
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•Construir/deconstruir el travestismo en escena
1 Habría que citar a otros directores y compañías como por ejemplo Jan Lauwers y la
Needcompany (Bruselas), los coreógrafos y performers: Jan Fabre (Amberes) y Anne
Teresa De Keersmaeker (Malinas), entre otros.
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•Antoine Rodríguez
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•Construir/deconstruir el travestismo en escena
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•Antoine Rodríguez
Secuencia 1 : Introducción5
9 hombres parados en el escenario. Movimiento lento de Vanessa Van Durme
(traje de hombre, zapatos de mujer) hacia el público. Canta con voz grave soste-
niendo un micrófono la canción Over the rainbow.6 La actriz agracede al público
su fidelidad y anuncia el cierre del cabaret Gardenia. Le pide al público que se
levante y guarde un minuto de silencio “en memoria de los que se han ido”.
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•Construir/deconstruir el travestismo en escena
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•Antoine Rodríguez
Secuencia 6 : Coreografía
Música : Je vais à Rio, de Claude François (Canción pop francesa de 1977).
Cambio de escenografía: instalan un andamio con vestuario de cabaret al fondo
del escenario (foto 3). De la parte superior del andamio cuelga una tela roja que
los actores van desplegando. Traen también una mesa de madera estilizada y la
ponen al fondo del escenario, hacia la izquierda. Va a servir para figurar el came-
rino donde los actores se maquillan. Una alfombra roja enrollada es instalada al
fondo del escenario.
Sentados en sendas sillas, en el centro del escenario, dos actores, vesti-
dos con sendos trajes de hombre, ejecutan una coreografía con algunos gestos
que se repiten a lo largo de la canción de Claude François. Al final de la secuen-
cia, que tiene un ambiente alegre y festivo, los actores se instalan al fondo del
escenario, a la vez que concluye la canción.
Primer número de cabaret. La actriz (Griet Debacker), vestida con traje de ca-
ballero y con peluca rubia, avanza hasta el centro del escenario y canta en play-
back, iluminada por un cenital, la canción Cucurrucucú paloma, en la versión
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•Construir/deconstruir el travestismo en escena
de Caetano Veloso. Los demás actores, vestidos con traje masculino, fuman y se
mueven por el fondo del escenario. Cuando acaba la canción, la actriz se cubre
el rostro con las manos, llora unos segundos, luego saluda al público con una
sonrisa.
Secuencia 9: “Je suis un homo comme ils disent” [“Soy un homosexual, como
dicen”].
Música : Comme ils disent, de Charles Aznavour (1972).7
Coreografía del joven bailarín ruso (Timur Magomedgadzhiev), en calzones ro-
jos, que genera el aplauso del público.
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•Antoine Rodríguez
Foto 4. A la izquierda: Vanessa Van Durme. En primer plano: el joven bailarín ruso
(Timur Magomedgadzhiev). Foto © Luk Monsaert.
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•Construir/deconstruir el travestismo en escena
Foto 5. Richard “Tootsie” Dierick canta, Sag mir wo die blumen sind? Foto © Luk
Monsaert.
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•Antoine Rodríguez
8 La única obra de teatro que sí me pareció cumplir totalmente con los códigos del
cabaret se remonta a los años 1980: Les mélodies du malheur (1981), de la compañía Le
grand Magic Circus, dirigida por el francés Jerôme Savary, nacido en Buenos Aires, y
luego con Cabaret (1986), de la misma compañía.
9 El subtítulo alude a la traducción castellana del libro Bodies that Matter, de Judith
Butler (n. del ed.)
10 Retomo el adjetivo empleado de forma entrecomillada en el dossier de prensa de
Gardenia.
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•Construir/deconstruir el travestismo en escena
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•Antoine Rodríguez
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•Construir/deconstruir el travestismo en escena
13 Esta hipótesis está inspirada en lo que plantea Pierre Bourdieu en el capítulo “Quelques
questions sur le mouvement gay et lesbien” de su libro La domination masculine (1998).
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•Antoine Rodríguez
Consideraciones finales
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•Construir/deconstruir el travestismo en escena
14 Queer, cuya etimología anglosajona significa “raro”, implica una libre circulación
entre los géneros, liberada de las asignaciones sociales (vestimenta y comportamiento)
que usualmente se aplica a la diferencia sexual. El travestismo queer dejaría ver en el
espectáculo y de manera más explícita la concomitancia de un género (mujer) que diside
de las convenciones sociales atribuidas al sexo biológico (hombre).
15 Para más amplia información sobre las Hermanas Vampiro, ver el excelente libro de
Antonio Marquet, El coloquio de las perras (2010).
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•Antoine Rodríguez
Ficha técnica
GARDENIA
80
•Construir/deconstruir el travestismo en escena
Bibliografía
Cervera Marta. 2011. “Vanessa Van Durme: ‘Me sorprende cómo van
algunos travestis”. Entrevista a Vanessa Van Durme. El Periódico, 8 abril
2011[En línea]. Recuperado el 18 de julio de 2011 de http://www.elpe-
riodico.com/es/noticias/ocio-y-cultura/vanessa-van-durme-sorprende-
como-van-algunos-travestis-966462.
Duplat, Guy. 2010. “Le cabaret des émotions”, La Libre Belgique, 29 junio
2010.
Foucault, Michel. 1967. “Des espaces autres. Hétérotopies.” [En línea]. Re-
cuperado el 20 de Julio de 2011 de http://foucault.info/documents/hete-
roTopia/foucault.heteroTopia.fr.html.
Héliani, Oscar. 2010. “Vanessa Van Durme: ‘Gardenia, c’est notre gay pride à
nous!’”, Recuperado el 18 de julio de 2011 de: http://www.tetu.com/actualites/
culture/vanessa-van-durme-gardenia-cest-notre-gay-pride-a-nous-18239.
Le blog de Martine Silber, 18/11/2010. “Gardenia”. Recuperado de http://
marsupilamima.blogspot.com/2010/11/danse-gardenia-dalain-platel-et-
franz.html.
81
•Antoine Rodríguez
82
Testimonios
Antonin Artaud, triple testigo:
de sí mismo, de una generación, y testigo
del otro
Monique Borie
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•Antonin Artaud, triple testigo: de sí mismo, de una generación, y testigo del otro
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•Monique Borie
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•Antonin Artaud, triple testigo: de sí mismo, de una generación, y testigo del otro
87
•Monique Borie
88
•Antonin Artaud, triple testigo: de sí mismo, de una generación, y testigo del otro
literatura (Le Breton, 2010), entre mirar al otro y fusionarse con él, entre
observación y asimilación, se encuentran en el centro de los debates. Sin
entrar en los detalles complejos de toma de posición de la época, se puede
mantener sobre todo la figura de Michel Leiris como una de las más ejem-
plares y la más interesante para iluminar el camino de Artaud como tes-
tigo del otro. Para Leiris, de hecho, el deseo de penetrar en otras culturas
para dar testimonio de ellas es inseparable de la renovación completa de
uno mismo (1932). El acceso a una cultura que no conoce la disociación
y su estudio confirman, según él, las aspiraciones que no se pueden expe-
rimentar en su propia cultura. Al mismo tiempo, se abre el acceso a otro
modo de ser que permite superar esa separación (es decir, la amputación
de la subjetividad), que —dice Artaud en Messages révolutionnaires— es la
fuente de la desesperación contemporánea.
También se puede pensar en las observaciones formuladas al
mismo tiempo por un etnólogo como Alfred Métraux: “De repente los
pueblos exóticos, vienen a confirmar de alguna manera la existencia de
aspiraciones que no pueden expresarse en nuestra civilización” (Mé-
traux1964, 20-22). La etnología francesa de los años veinte y treinta tam-
bién está preocupada por la validez del testimonio que la etnología puede
aportar sobre la cultura del otro. Las dificultades para poner por escrito
el testimonio de la etnología, tal como se problematizan en esa época,
permiten proyectar una luz reveladora sobre los textos de Artaud como
testigo de la cultura tarahumara. En sus reflexiones sobre el método de la
etnología, Marcel Mauss (1967) y Marcel Griaule (1957), exponen la ne-
cesidad de considerar la recopilación de documentos etnográficos en su
dimensión estética. Sólo la dimensión “literaria” de la escritura podrá dar
al testimonio de la cultura del otro su —en palabras de Mauss— “fuerza
de evocación”, o bien su capacidad de crear “la atmósfera”, según Griaule.
Así, la insuficiencia del modelo documental se corrobora.
Del mismo modo, la condición de simple observador/testigo no es
suficiente; la dimensión de la subjetividad, aunque despierte desconfian-
za, se considera necesaria. En la experiencia vivida en el territorio del otro
interviene forzosamente el trabajo sobre uno mismo, así sea solamente al
nivel de la difícil apertura hacia otro humanismo. ¿Qué tan lejos puede ir
el etnólogo para dar un auténtico testimonio del otro? ¿Es posible fundar
la etnología sobre una suerte de experiencia, de prueba iniciática de la cual
podría dar testimonio? Michel Leiris en l’Afrique fantôme reconoce, como
más tarde lo haría Carlos Castaneda, la imposibilidad de alcanzar el obje-
89
•Monique Borie
tivo de este modelo iniciático. Pero está claro que Artaud no es el único en
los años treinta que sueña en alcanzar el secreto escondido en la cultura del
otro, de ir en pos de esa alteridad oculta, en parte imaginaria y fantasmal,
que no se puede conocer del todo.
Frente a la “ardiente sensación de estar al borde de algo cuyo fon-
do nunca tocaré”, Leiris busca, en 1932, una respuesta del lado de la poe-
sía; esta poesía que constituye el sentido original y profundo de su viaje a
África. En efecto, sólo situándose más allá de la posición de simple obser-
vador/testigo se accede a un nivel de verdad de la experiencia que incluye
la poesía y la literatura como puede encontrarse precisamente en los libros
de Conrad y de Víctor Segalen, recordando a Rimbaud. Del mismo modo,
Artaud en el territorio de la Sierra Tarahumara verá aparecer recuerdos
de la pintura o surgir visiones poéticas. Para Artaud, como para Leiris, el
trabajo poético en el cual la subjetividad se afirma en el encuentro con el
otro, le ofrece al testimonio, paradójicamente, su fuerza de verdad.
Así, los textos que testifican la experiencia con los tarahumaras
descansan sobre la base de un “ver” —”Yo vi”, es la fórmula que reaparece
sin cesar— pero un “ver” que no puede disociarse de lo que ese “ver” hace
nacer en forma de visiones. También en un texto como La montagne des
signes, Artaud admite lo difícil que es plasmar en su testimonio la parte
que revela al otro y lo que pertenece a sí mismo. Así lo dice, en efecto,
de esta incursión en las montañas en su camino hacia el encuentro con
los tarahumaras: “De la montañas y de mí mismo no puedo decir quién
estaba encantado” (Artaud 1976f, 44). En el vocabulario mismo del “ver”
—”Yo he visto, yo veo”— en el testimonio ocular, Artaud reconoce la di-
ficultad de dilucidar la parte del territorio del otro y la de sus propias ob-
sesiones, como si las visiones suscitadas se situaran en la encrucijada del
otro y de uno mismo con la idea de que la fuerza de identificación libera,
justamente, una verdad del territorio del otro y permite por lo tanto testi-
moniar con más fuerza.
Esta implicación personal que sostiene la fuerza de identificación
se manifestó por primera vez en la espera; espera en la que se entretejen el
vínculo entre Artaud testigo de sí mismo y Artaud testigo del otro. En los
dos testimonios propuestos por Artaud sobre su participación en el ritual
tarahumara —el que nombró “La danza del peyote” (la Danse du Peyotl), y
el que escribió mucho más tarde cuando regresó a Francia a principios de
1937 bajo el título de “El rito del peyote” (Le Rite du Peyotl), la doble figura
de Artaud —como testigo del otro y testigo de sí mismo— está constan-
90
•Antonin Artaud, triple testigo: de sí mismo, de una generación, y testigo del otro
temente presente. En “La danza del peyote”, como un eco de los textos de
los años veinte, se evoca la larga espera que precedió a su llegada con los
tarahumaras. Allí Artaud da el testimonio de sí mismo como un conjunto
dislocado, aludiendo “al montón de órganos mal acoplados que yo era y
al cual me daba la impresión de socorrer” (1976g, 50). Al mismo tiempo,
se interroga sobre las ilusiones que habitan su espera de una liberación,
de una revelación: “había necesidad, sin duda, de la voluntad para creer
que algo iba a suceder”. Seguramente iba a ver la ejecución del rito, pero,
se preguntaba “¿Cómo me beneficiará a mí ese rito?” (51).
Aprender, beneficiarse del rito, significaba abandonar el estado de
simple espectador/testigo y ser capaz de penetrar realmente en la experien-
cia del otro y apropiarse de ella. Artaud participó efectivamente en el ritual,
consumió el peyote y confirmó un sentimiento de restauración de las rela-
ciones perdidas; se unió con el movimiento de descenso para volver a le-
vantarse (es decir, de muerte-renacimiento), pero fue para reconocer final-
mente que, a pesar de todo, el secreto de ese rito se le escapaba. Un secreto
que ni la contemplación del rito, o incluso la participación en ese ritual, le
reveló verdaderamente. Un secreto que, Artaud es consciente, no está en los
movimientos o en los cantos o en los objetos: “es precisamente el fondo de
esta tradición misteriosa que no he logrado penetrar” (60).
Artaud escribió el segundo testimonio —“El rito del peyote”— en
Rodez, donde es consciente del papel que juega la reconstrucción de la me-
moria en ese gran ritual anual de los tarahumaras. Se trata, una vez más,
del testimonio sobre una experiencia de iniciación, pero donde el relato
producido corresponde al retorno de Artaud, después de varios años, sobre
una experiencia interior. En el post-scriptum, Artaud aclara que su texto
“representa (…) el primer esfuerzo de regreso a mí, después de siete años
de separación y castración de todo” (1976h, 39). No se trata para él de con-
tar los recuerdos previos a su muerte causada por el terrible trato que se le
impuso en el asilo de Rodez. Por el contrario, el recuerdo reconstruye la
experiencia de la apertura a un renacimiento, a una posible cura. Más allá
del trabajo de reconstrucción de la memoria, Artaud precisa que la fuerza
de iluminación del encuentro con el otro no está garantizada (31).
El peso del auto reconocimiento en el otro a través, y más allá, del
trabajo de la memoria, nos conducen al corazón de esta verdad/falsedad
del sentimiento íntimo, donde la validez del testimonio no se plantea en
términos de verdadero o falso. Ya no se trata de hacer del otro materia de
descripción, fuente de relatos capaces de ser autentificados por documen-
91
•Monique Borie
Bibliografía
___. 1976f. “la Montagne des signes”, en Œuvres complètes, vol. IX. París:
Gallimard.
___. 1976g. “La Danse du peyote”, en Œuvres complètes, vol. IX. París:
Gallimard.
___. 1976h. “Le Rite du peyote”, en Œuvres complètes, vol. IX. París:
Gallimard.
92
•Antonin Artaud, triple testigo: de sí mismo, de una generación, y testigo del otro
93
De viajes y testimonios
Los críticos teatrales como viajeros
Georges Banu
Un amigo, parco con los elogios, me hizo un homenaje que todavía hoy
recuerdo: “¡Tú eres uno de los pocos críticos que quieren ver el teatro que
se hace en otras partes!” Estuve de acuerdo, sensible al primer sentido
que percibí en su afirmación: ¡la necesidad de salir! indisociable de un
segundo sentido: ¡la necesidad de volver! La salida es motivada por el de-
seo de acceder a otra realidad, el retorno por el placer de dar testimonio;
la salida por un desapego a los orígenes, el retorno por la necesidad de
reinvertirlos, pero de manera diferente; tanto una como otro alimentados
por una insatisfacción respecto al presente. Se comienza por un apetito,
convocado posteriormente como argumento en el debate que nos ocupa-
rá al regreso.
Para el hombre de teatro que viaja no se trata solamente de entre-
garse a las satisfacciones inmediatas del viaje, se trata, sobre todo, de bus-
car materiales para ampliar los horizontes de expectativa de los artistas
sedentarios. El viajero que retorna desea ofrecer el testimonio auténtico
de una representación excepcional efectuada en un lugar diferente al con-
texto en que vive.
94
•De viajes y testimonios. Los críticos teatrales como viajeros
ción con la escena francesa. Sin el apoyo de ninguna teoría previa escribió
en nombre de un propósito: informar para contribuir a la renovación del
Teatro Nacional.
Rouche es un experto de la época que asume una misión: testi-
moniar para transformar. El relato de su ejemplar libro toma la forma
de una confesión que se convierte en programa implícito, confirma una
experiencia y abre una perspectiva. Porque vio otro teatro, Rouche se con-
virtió en defensor del teatro de arte y así pudo defender la aplicación —de
ninguna manera improbable o simplemente utópica— de un programa.
Estando consciente de las dudas que su relato de viaje podría en-
gendrar, Jacques Rouche conduce sus intervenciones a través de constan-
tes precauciones retóricas y presenta su testimonio como el fruto de una
experiencia teñida excepcionalmente de subjetividad. Afirma sin impo-
ner, informa, sin clausurar y mantiene siempre un margen de incertidum-
bre. Esto explica la atracción que su libro ejerce. Cuando escribe, Jacques
Rouche, inviste sus textos, colmados por la percepción concreta de los
espectáculos vistos en lugares apartados, de sus propias expectativas. La
contaminación es constitutiva del testimonio de viaje artístico. Fuente
misma del placer que proporciona. Nadie, en este caso, se presenta como
testigo irrecusable, la motivación del relato se sustrae tanto de la utilidad
del proceso como del imperativo de la reconstitución.
El testimonio es importante porque está impregnado del recuerdo
de la experiencia, así como del imaginario del viajero. Cosa que hace su-
tilmente, pues cualquier abuso terminaría por desacreditar y romper “el
contrato de verdad” que, implícitamente, se exige a cualquier emisor de
testimonios.
Así, las giras de artistas orientales se encuentran en el origen del
descubrimiento de Oriente que trastornó a mucha gente de teatro en Lon-
dres, Moscú o París.
Por otra parte está la Europa que ellos descubrieron, pero su im-
pacto se explica por la respuesta que aportaron a la crítica implícita ejer-
cida por los rebeldes quienes, finalmente, encontraron en ellos apoyos
concretos, confirmaciones y herramientas.
Sadda Yacco, bailarina japonesa que introdujo los primeros frag-
mentos, deformados e impuros de Kabuki, fue la fuente de la revelación
de otro lenguaje. De Craig, que lo recibe con entusiasmo, a Meyerhold
—quien reconoció la fascinación que ella ejerció sobre él—, toda la escena
europea comparó su aparición con un evento sin par. Pero Sadda Yaco
95
•Georges Banu
96
•De viajes y testimonios. Los críticos teatrales como viajeros
otro, asimilarse a él. Se trata del error de la persona o del artista que sus-
pende toda ilusión de retorno, convencido de haber encontrado respuesta
a la separación que le atormentaba y que inicialmente lo condujo a partir.
El valor emblemático del retorno de Ulises proviene también del hecho
que desafía todas las tentaciones que podrían poner fin a su viaje a Ítaca.
¿Cómo olvidar al actor alemán extraviado en México que me con-
fesó no poder regresar? Se disolvió en el otro. Un gran antropólogo ja-
ponés, Masao Yamaguchi, me dijo una noche cuando yo comparaba un
espectáculo de Kabuki con una puesta en escena barroca de Jean-Marie
Villégier: “Tú no eres como los americanos, tu no quieres convertirte en
japonés, tu quieres volver”.
La búsqueda de “lo diferente” es productiva si permanece diná-
mica, refractaria a la inmovilidad y resistente al olvido de uno mismo.
Los peligros que encuentran esos viajeros rebeldes son equivalentes a la
satisfacción que obtienen al regreso. Y ¿qué puede ser más elocuente que
la vieja parábola del hijo pródigo? No es en vano que éste se arrodille ante
su padre, pero como un aventurero feliz de abrazar a quien una vez tuvo
la fuerza de abandonar y ahora reencuentra.
El retorno motiva la partida. Ambos son indispensables. Sólo este
movimiento evita cualquier acuerdo definitivo, tanto con la cultura de
origen como con la otra elegida. Por lo tanto la elección de “otro lugar”
no constituye una elección final y no fagocita la energía indispensable
para hacer el camino en sentido inverso hacia el punto de origen. Es en
el reencuentro, después del rodeo por “lo diferente”, que una identidad se
completa y una obra se realiza. Este es el camino de los grandes artistas
para quienes el dilema entre “lo otro” y su reintegración a “los orígenes”
se resuelve gracias a la interfaz de un gesto “doble”: ¡Querer partir y poder
volver. Desafío del hijo pródigo!
Bernard Dort fue el gran crítico viajero del teatro francés. Cincuenta años
después fue el doble de Rouche. Él también viajó en busca de nuevas ex-
periencias y volvió colmado de deseos por testimoniar. Yo lo descubrí
muy pronto.
Poco después de llegar a París, en uno de sus cursos, le oí “con-
tar” el impacto sufrido durante la representación de Las bacantes, dirigida
por Klaus Mikael Grüber en la Schaubühne. Él hablaba como espectador
97
•Georges Banu
testigo que se esforzaba por hacer real esa puesta en escena, poniendo
al desnudo sus resortes polémicos, basado en lo que había visto y mani-
festando sus propias emociones. No había nada de neutral en ese relato,
pero tampoco nada de impreciso. Aún recuerdo su descripción del piso
oscilatorio del escenario o de la aparición de Dionisos.
Así, el testimonio de la experiencia “directa” se convierte en “vi-
vencia” de segundo grado para sus receptores. Una participación subje-
tiva los une, tiene como punto de anclaje el “índice de presencia”, índice
propio del primer testigo que, aunque disminuye, nunca desaparece por
completo. De esta manera nació la “leyenda” de los grandes espectácu-
los que, aún y cuando hubiesen tenido un público cuantitativamente re-
ducido, tuvieron, en su origen, a una persona que los “vio”. El índice de
presencia, propio del conocimiento directo, queda asentado como primer
testimonio. Este testimonio que reenvía cada vez a “un presente inme-
diato” presupone la existencia de una “comunidad de destino”, pues se
orienta a un grupo de personas interesadas en “lo otro” por considerarlo
capaz de mantener sus expectativas y desafiar un determinado estado de
cosas. Testimoniar implica ser un testigo involucrado, ¡esta es la postura
de Rouché así como la de Dort!
Alguien como Meyerhold reconocía la enorme diferencia entre su
conocimiento previo (libresco) del teatro oriental, y la experiencia de ha-
berlo visto. Esto lo llevó a cambiar su percepción y a admitir que no podía
desprenderse de su originalidad. Lo mismo ocurrió con Brecht quien, por
haber visto a Mei Lan-Fang, fue capaz de identificar las técnicas de distan-
ciamiento en la actuación del actor chino. Así también Artaud, por haber
visto las danzas balinesas, pudo confirmar sus proyecciones. Sus textos,
poderosos como la misma experiencia, contienen todos los sentidos de
un testimonio que recoge las informaciones de la experiencia y las con-
vierte en discurso programático.
El testimonio de viaje implica “selección” y “edición” a partir del
“modelo de lo real”, al cual J. P. Sarrazac se ha referido. No hay recupera-
ción total, sino elección personal. Elección orientada por una subjetividad
y una expectativa. Selección realizada bajo el signo de “un contrato de ver-
dad” cuya falta de respeto abusivo afecta la pertinencia del testimonio que
puede malograrse, sea por el mentir engañoso o por la proyección iluso-
ria. Su oportunidad depende del equilibrio entre los “contratos de verdad”
utilizados y la “reconstrucción” personal pues, en el teatro, lo efímero de
los espectáculos otorga al testimonio un valor de “referencia” sin mante-
98
•De viajes y testimonios. Los críticos teatrales como viajeros
99
•Georges Banu
El testigo es alguien que se encuentra del “otro lado” en “la otra orilla” y
regresa para dar testimonio. Garantiza el enlace y se constituye en figura
entre dos términos disociados cuya narración asegura la comunicación.
El testigo que vuelve se propone cultivar la “leyenda” de los espectáculos
vistos en otros lugares y, para ello, adopta la oralidad y las estrategias na-
rrativas del cuento para estar más cerca de la literatura. El testimonio tea-
tral comporta un reto: el deseo de exceder y convertir el discurso crítico
en otro, en literatura. Viajamos para ver, pero también para dedicarnos,
al regreso, al placer de una literatura secundaria, literatura de espectador
que “revisa” las experiencias vividas en otros lugares.
Rouche escribió su libro, Claudel restituyó la experiencia del Nôh,
Barthes del Bunraku. Incluso ahora, lamento que Bernard Dort no haya
tenido la fuerza para escribir la Novela del Piccolo, pero se negó con la
sensualidad del narrador. Unos cuentos breves, unos extractos sensibles,
unas confesiones en segmentos constituyen lo que Proust llamó “una li-
teratura de anotaciones”. El testigo de espectáculos se realiza cuando ela-
bora “ensayos testimonios” a partir de espectáculos que se erigen como
100
•De viajes y testimonios. Los críticos teatrales como viajeros
101
•Georges Banu
con el viaje del cual sufrió el impacto y adquirió valor? El teatro de Gro-
towski, que descubrió durante una visita a Opole.
Pero recordemos que hay testimonios engañosos y que se corre
el riesgo, muy real, de que el “testimonio” se inscriba en una “estrategia”
avalada por el “efecto de presencia” que otorga autoridad y donde, sin em-
bargo, la verdad está siendo distorsionada por diversos motivos, e incluso,
a veces, se generan verdaderos dispositivos engañosos que confunden a
los viajeros. Como antes en la Rusia de Stalin o en la China de Mao se fa-
bricaban “falsas realidades” para producir testimonios igualmente falsos.
Las personas que regresaban de la Unión Soviética no eran personajes
hipócritas, sino ideológicamente preformados que tenían deseos de ser
engañados, por razones más o menos legítimas.
Esto explica la repercusión de Retorno de la URSS de Gide (1936)
testigo que se liberó del “falso real” y de los imperativos ideológicos del
momento. Para el teatro, basta recordar los viajes a China que fueron mo-
tivo de entusiasmos —¡ciegos o no!— por las óperas “revolucionarias” de
Madame Mao.
El testimonio engañoso se inscribe en un contexto que explica la
instrumentalización de los protagonistas. Y, en este sentido, una vieja his-
toria de la antigua Unión Soviética confirma la “manipulación” posible de
cualquier testimonio. Yuri Gagarin regresa del cosmos y a Jruschov, que le
preguntó sobre lo que descubrió en el cielo, le contestó:
- He visto a Dios
- No hay que decírselo a nadie, sobre todo al Papa, a quien verás el mes
que viene.
Gagarin llega a Roma y el Papa le pregunta a su vez:
- ¿Ha visto usted a Dios?
- No, no lo he visto, responde Gagarin
- No hay que decírselo a nadie. Le ordena el Papa al cosmonauta.
102
•De viajes y testimonios. Los críticos teatrales como viajeros
103
•Georges Banu
Bibliografía
104
Filosofía, teatro y comunidad:
Diálogo con Germain Meyer
Salvador Solís
Universidad Veracruzana
GM: Voy a empezar por una anécdota. Cuando yo llegué a México (1974)
no conocía a nadie, tenía la dirección de la antropóloga Luisa Paré, fui a
105
•Salvador Solís
106
•Filosofía, teatro y comunidad: Diálogo con Germain Meyer
SS: Recuerdo su comentario sobre Artaud y Grotowski respecto a que los dos
dirigen su mirada a las culturas no-occidentales, en este caso a México, ¿Qué
paralelismo encuentra usted entre Artaud y el trabajo de Rodolfo Valencia3?
¿Por qué México? ¿Por qué los tarahumaras? ¿Por qué los huicholes? ¿Qué tie-
nen estas comunidades rurales que de repente los franceses, los europeos, voltean
y dicen: ahí hay algo, vamos para allá? Tal parece que dicho afán va más allá de
la mera exaltación por lo exótico del primer momento del romanticismo.
GM: La primera intención que yo tuve para venir a México surgió al
leer el texto: “Viaje al país de los Tarahumaras” de Artaud. Yo no traba-
107
•Salvador Solís
4 Se refiere a su tesis de doctorado que realizó sobre Antonin Artaud, bajo la dirección
del eminente semiólogo francés Roland Barthes (n. del ed.).
108
•Filosofía, teatro y comunidad: Diálogo con Germain Meyer
109
•Salvador Solís
equivoco, pero Mallarmé al tratar de sacar la poesía del texto, al jugar con
el lenguaje, apuntala el camino para dejarlo al amparo del signo, bueno, son
intentos literarios, pero posiblemente Artaud los consolida y realmente saca
la poesía del texto.
110
•Filosofía, teatro y comunidad: Diálogo con Germain Meyer
espectros del arrebato romántico? ¿Cuáles fueron los “aires de familia” tan
exaltados por Wittgenstein, asumidos al interior de estas experiencias? En
concreto ¿cuál es su relación con Artaud, hasta donde lo lleva de la mano y
dónde se separan?
GM: Yo creo que hasta donde nos llevamos de la mano con Artaud, yo
como lector que puedo tratar de entender realmente lo que fue la expe-
riencia, la vida y la fuerza de Artaud, yo lo puedo acompañar muy de
lejos como alguien que me abrió una puerta en la vida. Cuando yo leí su
libro, fue un descubrimiento, pero al mismo tiempo yo lo seguí en otra
dimensión que representa a Artaud mucho más allá de lo que nunca he
pensado que podía hacer. Yo nunca había pensado que iba a seguir en la
línea de Artaud. Realmente a mí en teatro hay alguien que me ha nutri-
do muchísimo que, en ese sentido, consideraría como un maestro: Peter
Brook.5 He visto muchos espectáculos de Brook y siempre he aprendido
algo de él, del teatro y algo sobre mí. Entonces con Artaud era diferente,
Artaud era una experiencia de vida y por eso nunca quise montar algo
de él. (…) Con el maestro Valencia la experiencia fue con el teatro de
CONASUPO; yo fui hasta la Tarahumara con la brigada de teatro CO-
NASUPO. En ese momento estábamos con un proyecto que se llamaba
“de subsistencias populares”, promoviendo en las comunidades que pa-
decían mucho de los comerciantes —de los “coyotes”— porque eran los
únicos comerciantes de la región que les compraban las mercancías, los
productos a los campesinos a precios muy baratos y les vendían las cosas
muy caras, sobre todo los productos básicos. CONASUPO estaba ahí en
un proyecto con los productos básicos y nosotros, con el teatro, íbamos,
dábamos funciones en las comunidades y después de la función reunía-
mos a la gente y preguntábamos si había una persona con un local que
podía recibir los cinco productos básicos necesarios para la sobrevivencia
de la gente. CONASUPO adelantaba esos productos sin pagar y entonces
permitía a la gente que comprara al precio mínimo. Entonces llevábamos
teatro, la gente se divertía, dábamos función, hablábamos de política y al
mismo tiempo llevábamos frijoles. Eso era el sentido del teatro popular de
CONASUPO, este sentido de un servicio a la comunidad que no es para
nada la perspectiva de Artaud. Él nunca se preocupó por eso. Físicamente
111
•Salvador Solís
SS: Sobre la relación que hay entre la comunidad y el teatro, ¿usted pensaría
que es un fenómeno estético, una vanguardia, aquello que pasó con el pro-
yecto CONASUPO? ¿no es un mero fenómeno local, regional? ¿Lo que pasó
con Grotowski tampoco responde a ciertos espectros regionales sino que, es-
téticamente hablando, permitió que el arte saliera de su coto euro-centrista?
112
•Filosofía, teatro y comunidad: Diálogo con Germain Meyer
113
•Salvador Solís
cultural, profunda, vívida y que permite que todo eso vaya desaparecien-
do precisamente porque las condiciones de vida no permiten el desarrollo
cultural de los indígenas y existen como no existiendo. ¿Cómo producir?
¿Qué ofrecer a esos jóvenes indígenas que tienen 18 o 20 años que van a
Cumbre Tajín y en el día hacen la Danza de los Voladores y en la noche
escuchan los conciertos de rock? No podemos decirles “ustedes sólo son
voladores y esa es su vida y esa es su cultura y eso son ustedes nada más”,
o “sean rocanroleros porque la cultura indígena ya murió”. Tienen que
ser parte de esas dos cosas pero ¿dónde está la posibilidad de encontrar
realmente un medio que permita conciliar esas dos realidades y nutrir ese
nuevo camino? Porque finalmente se trata de algo muy profundo: ¿qué
van a soñar? ¿con qué elementos se van a divertir? ¿tienen la posibilidad
de volver a hacer sus danzas tradicionales o de escuchar solamente los
grupos que les llegan de México en español o de cualquier parte del mun-
do? Por eso para mí Takilsukut muestra que hay una real preocupación.
En ese sentido me gusta ver que hay computadoras y a la vez tarimas para
bailar “los negritos”, porque eso va a ser la cultura de mañana; esos niños
mañana van a utilizar computadoras ¡y qué bueno! ¿Pero eso quiere decir
que entonces toda la verdad está en las computadoras y todo lo que estaba
antes de los negritos estaba mal? Esto es algo que tiene que verse con mu-
cha atención.
SS: Tal parece que no sólo la noción de comunidad ha dado un vuelco, sino el
acto comunitario mismo. La relación entre tradiciones y/o culturas es cada
vez más íntima, no sólo por las condiciones de posibilidad tele-comunicati-
vas, sino por una especie, valga la expresión, de sed de otredad. Los matices
del prisma teatral se avivan en el fuego de una comunidad “otra”. Maestro,
en este sentido y para concluir ¿cómo podría definir al Teatro Comunitario?
GM: Mira, te voy a responder desde una anécdota. Vivo en una comu-
nidad de Suiza con 7,000 habitantes; es un pueblo chico con una fábrica
grande (que por cierto ahorita va muy mal), es productora de maquinaria
y con la crisis no hay pedidos. Vivo en esta comunidad desde que regresé
de México (1986), y hago teatro con jóvenes, con niños, con aficionados,
con profesionales, hago ópera y estoy ahí, metido en todo. ¿Qué signifi-
ca para esta ciudad el teatro? Hemos implementado programaciones de
pequeñas obras, porque no hay sala de espectáculos; está la sala de una
escuela y ahora tenemos un festival cada verano; pero para la comunidad,
114
•Filosofía, teatro y comunidad: Diálogo con Germain Meyer
115
•Salvador Solís
116
Documento
•
Investigación teatral inicia la publicación de documentos escénicos con
la primera sección del texto de Gaël Bandelier “Lloraba / mis lágrimas se
reían sobre mis mejillas” (las cuatro secciones son: Cabeza, Tórax, Ab-
domen y Caja entomológica), la cual es un ejemplo de la “Dramaturgia
Interfásica” propuesta por el autor y que él mismo explica en el comenta-
rio introductorio. Esta propuesta creativa cuyo título original en francés
es JE PLEURAIS/MES LARMES RIGOLAIENT SUR MES JOUES (ento-
mologie lepidopteröidique) fue escrita por Bandelier en 2010 durante una
residencia de autor en la Chartreuse en Villeneuve-lès-Avignon, Francia y
como beneficiario de una beca de escritura creativa de la fundación Pro-
Helvetia. Se publica por vez primera.
118
Lloraba / mis lágrimas se reían
sobre mis mejillas: metatextos.
Primeros acercamientos para una
DRAMATURGIA INTERFÁSICA
Gaël Bandelier
“blabla“
Heiner Müller, Hamlet-machine
INTRODUCCIÓN INTERFÁSICA
119
•Gaël Bandelier
•
tos, etcétera.
Los textos de Lloraba / mis lágrimas se reían sobre mis mejillas (Je
pleurais / mes larmes rigolaient sur mes joues) están compuestos como
esquemas.El lector debe desentrañar los juegos de construcción, el len-
guaje, los vínculos que existen entre ellos, los sonidos y los sentidos,
a fin de crear su propia topografía textual. El diseño particular de cada
escena va en esta dirección.
El esquema es una forma privilegiada para la dramaturgia inter-
fásica. El esquema es una interfaz entre el imaginario y el intelecto, y
entre el espíritu y el mundo exterior. Se trata de una apertura. Algo en
potencia para desplegar sobre el mundo, para leerlo y comunicar. La
lectura que sugiere es fundamentalmente dinámica. El lector trabaja así
para construir su propio significado. Si la lectura es por naturaleza lineal,
el significado se construye en un vaivén incesante entre los textos. Un
esquema no es una ilustración, es texto, texto que se desplegará en
la cabeza del lector. Un esquema es un texto-fuente. Coexistencia de
realidades en capas paralelas con interfaces. Tiempo, espacio, acción,
personajes y demás elementos, se despliegan de forma independiente
en cada escena. Son percepciones cruzadas de realidades hipotéticas.
Varias voces se escuchan en cada escena, varios puntos de vis-
ta se cruzan. El lector debe (re)construir su punto de vista personal,
íntimo, de entre los propuestos. La dramaturgia interfásica anima
al lector a la acción, demanda una constante actividad de sus senti-
dos, su imaginario, su intelecto. La interfaz es un vector dinámico.
Estratos, capas de significado, de sonidos, de redes en formación,
de topografías de textos, de estratigrafías de sentido. Dislocar los estra-
tos y recomponerlos con nuevas conexiones. Explosión de temas y moti-
vos que se encuentran en todo el texto sin agotar el sentido, sin cerrarlo;
sino al contrario, confrontarlos con otros, desarticularlos y reintegrarlos.
120
•Lloraba / mis lágrimas reían sobre mis mejillas
dos, tres, cuatro dimensiones y muchas más. Y escribir un mismo texto por
completo.
La diversidad
Interfaz
121
•Gaël Bandelier
nado. La interfaz es una “imagen fija” que captura el flujo de la vida. El arte
es capturar instantes sustraídos de lo real para una mejor recreación; un
nuevo “real” con sus propios espacios-tiempos. La dramaturgia interfási-
ca es este intento de hacer de lo real algo palpable, con todas sus contra-
dicciones y en toda su diversidad. Articular el mundo con su propia lengua.
El pedazo de «real» así incautado, hace posible (trata de)
una comprensión del mundo. Esta es la interfaz, una interfaz en-
tre miles de millones de posibles interfaces. Como un guiño, de
entre los 20 guiños por minuto hechos por miles de millones de pa-
res de ojos. Siendo los ojos, aquí, sólo uno de los múltiples umbra-
les que permiten a la conciencia moverse con el mundo exterior.
El mundo en interfaces
Nombre femenino.
Plano o superficie de discontinuidad formando una frontera común en
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•Lloraba / mis lágrimas reían sobre mis mejillas
•
dos servicios, dos personas.
SECCIÓN I / CABEZA
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•Gaël Bandelier
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•Lloraba / mis lágrimas reían sobre mis mejillas
Busco una pastilla para dormir, en mi mano la caja está vacía. Y mier-
da. No sueño, no duermo.
Así.
No prendo la luz, para no molestarla, busco a tientas mi tarjeta de crédito,
atravieso la sala evitando los obstáculos, me deslizo a lo largo del corredor,
con impermeable encima, el pronóstico del tiempo anunció tormenta para
esta noche, mi mano en el manija, luego cierra la puerta. En el elevador
me peino un poco, tengo la boca sucia, pero no importa. Llego a la calle.
Atraído por la luz de un pequeño negocio abierto en la noche,
me acerco con cuidado. Atravieso la calle, giro a la izquierda, es
ahí. La puerta está abierta. Buenos días. Una farmacéutica me
responde igual: «Buenos días». Yo no tengo nada que agregar.
La luz de neón le da un aspecto pálido a dos putas un poco decrépitas,
echadas en un asiento blando para descansar su culo con café caliente
que aclara la garganta. Los dos pájaros nocturnos se paran en sus zapa-
tos de tacón alto, gritando peor que una gallina. Mis oídos sufren, pero yo
continúo.
Una caja de pastillas para dormir, no puedo dormir.
La farmacéutica: ¿Rojas o azules?
Yo: ¿Cuál es la diferencia?
La farmacéutica: Las azules son sin azúcar.
Yo: Deme las rojas.
La farmacéutica: Usted es temerario, ¿eh? Ella me hace un guiño seduc-
tor, me parece. Este no es el momento.
Yo: No, mi dentista es mi amante. Y no soy infiel.
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•Gaël Bandelier
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•Lloraba / mis lágrimas reían sobre mis mejillas
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•Gaël Bandelier
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•Lloraba / mis lágrimas reían sobre mis mejillas
Yo: ¿Por qué no, después de todo?, pero no antes de las cinco.
¿Por qué no me había dado cuenta de ese lugar? Me quedé un momento
pegado mirando a chicas y chicos flácidos corriendo en su lugar detrás de
un vidrio. El espectáculo era angustiante. Las tangas rosas fluorescentes
sobre mallas negras me habían atraído siempre en la televisión, pero esta
noche nadie las portaba.
¿Tiene cerillos?
La camarera: ¿Rojos o azules?
Yo: ¿Qué? ¿De qué se trata ahora?
La camarera: No, nada. Estaba bromeando.
Yo: Ah, sí, gracias. Es más, ella tiene un gran sentido del humor, la gorda.
Cochinadas de cerillos que se rompen todo el tiempo. ¿Los azules pue-
den ser más fuertes? ¿Tendría otros cerillos? ¿Azules?
La camarera: No.
Yo: ¿Un encendedor?
La camarera: No.
Yo: ¿Una tanga rosa?
Un cliente: Tengo un encendedor en mi coche.
Una prostituta: Toma mi encendedor.
Yo: Chuuuuuut. Aumento el sonido de la TV y fumo en silencio.
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•Gaël Bandelier
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•Lloraba / mis lágrimas reían sobre mis mejillas
CABEZA-TÓRAX-ABDOMEN.
SEIS PATAS, CUATRO ALAS Y DOS ANTENAS.
CABEZA.
SPIRITROMPA EN MOVIMIENTO.
BOBINADO / DESBOBINADO
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•Gaël Bandelier
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•Lloraba / mis lágrimas reían sobre mis mejillas
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•Gaël Bandelier
CABEZA-TÓRAX-ABDOMEN.
SEIS PATAS, CUATRO ALAS Y DOS ANTENAS.
CABEZA.
ANTENAS.
TACTO / GUSTO / OLFATO (NI VISTA NI OÍDO (LOS INSECTOS ESCUCHAN)).
UNA VENTANA, UNA VENTANA CUALQUIERA.
HAY REFLEJOS. SI HAY, SE VEN. SI NO, NO SE VEN.
ELLA Y ÉL SE ENCUENTRAN DEL MISMO LADO, ¿O DE UNA PARTE
Y OTRA? ¿QUÉ PASA AQUÍ?
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•Lloraba / mis lágrimas reían sobre mis mejillas
no escuché nada.
BZZZ GLOPM Él: No puedo más.
BZZZ DRIT Ella: No me gusta cuando no te
comprendo.
BZZZ PRTUK Él: Me gusta el sonido «cu-chi-chear».
Cuchichea.
HABRÍA PODIDO SER UNA MARIPOSA
BZZZ DRETK
PERO ES UNA MOSCA
BZZZ BLEUBK
UNA ELEGANTE MARIPOSA. ES UNA MOSCA.
BZZZ PUICV Ella: Grita grita grita.
BZZZ GRUB Él: Cuchichea cuchichea cuchichea.
BZZZ DKINP Ella: Ella cuchichea.
BZZZ KLUJK Él: Él grita.
BZZZ KRUIT Ella: Cuchicheo.
BZZZ FRIGM Él: ¿Te agrada?
BZZZ XKEV Ella: ¿A ti?
BZZZ GLIAK Él: No.
BZZZ CHMOK Ella: Ella grita.
BZZZ PATOG Él: Nunca me ha gustado tu voz.
BZZZ PROHP Ella: ¿Qué tiene mi voz?
BZZZ KLET Él: Desentona.
BZZZ PLIG Ella: Ella queda sin voz.
BZZZ DZIMB Él: Cuando tú gritas es peor. Cuando
cuchicheas no, y no es poco.
BZZZ GLODG Ella: Ella grita.
BZZZ TGOPT Él: Él cuchichea.
BZZZ NGAPK Se besan contra el vidrio.
BZZZ VDEGB
BZZZ KLIMK
BZZZ JBOIG
BZZZ TCHEP
BZZZ PLAKP
BZZZ KLOMB
BZZZ BLUGP
BZZZ DJAK Ella: Y ahora, ¿te disgusta que grite?
BZZZ GABK Él: Él cuchichea en la oreja de Ella.
ES FRÁGIL UNA MOSCA
BZZZ PLEGT
AL MENOS TANTO COMO UNA MARIPOSA COSCORRÓN
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•Gaël Bandelier
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•Lloraba / mis lágrimas reían sobre mis mejillas
BZZZ GTOKL
BZZZ XKEV Ella se pone a llorar.
BZZZ BLUITM Él se pone a llorar.
EL SE PONE A LLORAR SOBRE LA VENTANA
EL AGUA RESBALA LENTAMENTE Y SE ACUMULA EN RISAS POCO
A POCO MÁS PROFUNDAS
BZZZ BLUBCHJ Ella: Yo no te quiero hablar.
BZZZ PLOUCHF Él: Muy bien. No te escucho más.
BZZZ PLIOUPL Ella: Me gustaría que te ahogues con
tus palabras.
BZZZ SHLAFJ Él: Tus vocales resbalan sobre mi len
gua y tus consonantes se atropellan
contra mis dientes.
BZZZ BJEKLF
BZZZ FPLOTCH
BZZZ PFIAFFL
BZZZ GLUIS
BZZZ PLEPJ
BZZZ FLIJJ
BZZZ SALBL
BZZZ BLOUÈTCH
BZZZ FLELLF Ella: Cuchicheemos. Ella y él gritan.
BZZZ DRUIZ
BZZZ PLUIKL
BZZZ PFLEPL
BZZZ JDOECHT
BZZZ ZLAFCH
BZZZ GLIDJ
BZZZ PLUIKL
BZZZ LUIJK Él: Gritemos. Ella y él cuchichean.
BZZZ KJIALV
BZZZ DJOIPL
BZZZ PLOPFL
BZZZ KLOUTCH
BZZZ GLUISH
BZZZ BLOUPL
BZZZ FLOZZZ
BZZZ
LA MOSCA SE AHOGA.
137
•Gaël Bandelier
CABEZA-TÓRAX-ABDOMEN
SEIS PATAS CUATRO ALAS Y DOS ANTENAS
CABEZA
OJOS EN FASES
OJOS ABIERTOS /OJOS CERRADOS
UN OJO SE ABRE UNA LUZ PARPADEA UN OBJETIVO NO SE ABRE
NI NO PARPADEA
EL SOL ASOMA / PARPADEA
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•Lloraba / mis lágrimas reían sobre mis mejillas
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•Gaël Bandelier
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•Lloraba / mis lágrimas reían sobre mis mejillas
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•Gaël Bandelier
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Reseña
Experiencias trans-escénicas
en París-Aviñón, 2011
Domingo Adame
Universidad Veracruzana
144
•Experiencias trans-escénicas en París-Aviñón, 2011
145
•Domingo Adame
la relación de la persona con el espacio urbano tal como fue concebida por
la modernidad.
En el suplemento de la revista Beux Arts elaborado para esta ex-
posición se lee: “Que un artista ponga en escena su propio trabajo en una
arquitectura de la cual el mismo es autor resulta algo muy raro. Por eso esta
primera exposición del pabellón Móvil Arte en el IMA es única…Zaha Ha-
did firma a la vez el contenido de una exposición y su continente”.
146
•Experiencias trans-escénicas en París-Aviñón, 2011
des-ILLUSIONS
En el teatro de la Ciudad Internacional Universitaria de París (CIUP) se
programan anualmente diversos festivales y uno de ellos este 2011 fue
des-ILLUSIONS cuyo propósito estaba centrado en deconstruir eso a lo
que llamamos “ilusión”. Del conjunto de actividades programadas asistí a
147
•Domingo Adame
Park in progress
148
•Experiencias trans-escénicas en París-Aviñón, 2011
Vale la pena destacar que los nuevos proyectos de creación artística tie-
nen como base tres elementos: la relación entre creadores de distintas
disciplinas, la incorporación de las nuevas tecnologías y la ocupación
de espacios públicos que, sin perder su sentido original, se transforman
en lugares propicios para vivir experiencias extraordinarias. Otro ras-
go importante es que no se percibe un derroche de recursos técnicos y
en consecuencia económicos, sino que todos los elementos guardan un
gran equilibrio.
149
•Domingo Adame
Festival de Aviñón
150
•Experiencias trans-escénicas en París-Aviñón, 2011
Espectáculo Enfant (Niño) del coreógrafo Boris Charmantz. Fotos de Domingo Adame.
151
•Domingo Adame
Charmatz manifestó que había intentado organizar para los niños una
“danza mental” bajo formas de juego y que, entre los bailarines y el pú-
blico ellos constituían una especie de “tercero incluido”. Y en efecto, al
dejarse llevar por los pequeños era posible unir arte y vida, libertad y con-
tención, ingenuidad y discernimiento. Había un momento en que, cuan-
do los niños se adueñaban de la escena los adultos pasábamos a ser los
conducidos. Por eso decía Charmatz “un niño solo no puede hacer gran
cosa, pero cuando son diez, pueden hacerlo todo: transportarnos y dejar-
nos caer. Eso se convierte en un juego para ellos”
Lo que resulta indudable es que en Enfant era imposible resistirse
a la experiencia de la circulación y apertura del movimiento. Por eso en
buena medida, además de una reflexión sobre la infancia, la obra resultó
un homenaje a todos los coreógrafos que dejaron huella en el Festival y
que han enriquecido al mundo con su fuerza creativa como Maurice Be-
jart, Pina Bausch y Maguy Marin.
Para terminar esta breve reseña nada mejor que remitirse a la re-
flexión de Erika Fischer Lichte quien en su libro The Transformative Power
of Performance (Routlege, Londres, 2008) nos permite distinguir de qué
manera el arte escénico contemporáneo ha dejado de lado el binarismo
excluyente que promovió la Ilustración y donde todo está separado: la
vida del arte, el teatro de la danza, la emoción de la razón, etc., para enca-
minarnos a un “Reencantamiento del mundo” donde todo está unido.
152
Colaboradores
SECCIÓN ENSAYOS
Basarab Nicolescu
Nació en 1942 en Ploieti, Rumania. Es físico teórico por la Université
Pierre et Marie Curie de París. Es miembro del CNRS (Centre Nationale
de la Recherche Scientifique) y profesor de la Univeridad Babe-Boyai de
Cluj-Napoca, Rumania. Es presidente del Centro Internacional de Inves-
tigaciones y Estudios Transdisciplinarios (CIRET) una organización no
lucrativa que integra a investigadores y artistas de 26 países. Peter Brook
es uno de los más destacados miembros del CIRET. Es autor de El mani-
fiesto de la transdisciplinariedad. En 2011 recibió el Doctorado Honoris
Causa otorgado por la Universidad Veracruzana.
Daniel Meyran
Director del Centro de Investigaciones Ibéricas y Latinoamericanas de la
Universidad de Perpignan. Especialista en teatro hispanoamericano con-
temporáneo, entre sus trabajos destacan los dedicados a Rodolfo Usigli,
sobre el que ha elaborado, además de numerosos artículos, el libro mono-
gráfico El Discurso teatral de Rodolfo Usigli: del Signo al Discurso (México,
INBA/CITRU, 1993) y una reciente edición de El gesticulador (Madrid,
Cátedra, 2004). Su labor como dinamizador de los estudios teatrales en
Europa ha dado como fruto seis coloquios internacionales sobre Teatro
Mexicano en la Universidad de Perpignan y numerosas publicaciones,
tanto de las actas correspondientes, como de volúmenes colectivos sobre
el tema.
Antoine Rodríguez
Doctor en Literatura Hispanoamericana por la Universidad Paul Valéry,
Montpellier. Después de su tesis de doctorado, dedicada a la obra de Emi-
lio Carballido, inicia una investigación sobre cuestiones de sexualidad en
México, y particularmente de homosexualidad, que aborda a través del
discurso político y artístico. Ha publicado varios artículos y ensayos sobre
el tema en revistas internacionales, algunos de los cuales se pueden leer
en línea en el sitio del centro de investigación CECILLE: http://cecille.
recherche.univ-lille3.fr/auteur/rodriguez-antoine. Miembro del Consejo
Editorial de la revista de teatro Tramoya de la Universidad Veracruzana,
coordinó un número sobre Teatro queer lationoamericano (N° 99/2009).
153
Actualmente es docente y Maître de Conférences en la Universidad Char-
les de Gaulle – Lille 3, Francia.
SECCIÓN TESTIMONIOS
Monique Borie
Profesora en el Instituto de Estudios de Teatro en Universidad París III
(La Sorbona Nueva). Sus intereses de investigación están orientados a la
relación del teatro con las humanidades y, especialmente, el enfoque an-
tropológico del teatro. Obtuvo su Doctorado de Estado en Estudios Tea-
trales con la tesis “Antonin Artaud y el retorno a las fuentes”. Ha dedicado
numerosos estudios a las figuras del teatro del siglo XX, quienes han sido
confrontados desde diversas formas sobre la cuestión del mito hoy en día,
especialmente Beckett, Genet, Grotowski, el Living Theatre y Peter Brook.
Borie es autora de Mythe et théâtre aujourd’hui: une quête impossible? (Pa-
ris, ed. Nizet, 1981), Antonin Artaud, le théâtre et le retour aux sources,
essai d’approche anthropologique (Paris, ed. Gallimard, 1989), y Le fantôme
ou le théâtre qui doute (Arles, ed. Actes Sud, 1997).
Georges Banu
Crítico de Teatro, Profesor en la Universidad París III (La Sorbona Nueva)
y en la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. Co-redactor en jefe de
la revista “Alternativas teatrales”, Doctor Honoris Causa de la Universi-
dad Nacional de Arte Teatral y Cinematográfico de Bucarest. Presiden-
te de Honor de la Asociación Internacional de Críticos de Teatro (ITI-
UNESCO). Laureado en tres ocasiones con el premio de la crítica por el
mejor libro de teatro en Francia. Miembro del Centro International de
Investigaciones y Estudios Transdisciplinarios (CIRET- París).
Salvador Solís
Egresado de la licenciatura en Filosofía de la Universidad Veracruzana,
cursa actualmente la maestría en Filosofía. Hizo estudios en la Facultad
de Teatro y formó parte de del equipo de trabajo que inició las activida-
des de la Casa del Teatro del Centro de las Artes Indígenas ubicado en
el Parque Temático Takilhsukut en la zona de El Tajín, Veracruz, donde
participó en el evento trans-teatral Talkgánu (Máscara). Obtuvo en 2008
el premio de ensayo Rodolfo Usigli convocado por la Facultad de Teatro.
154
SECCIÓN DOCUMENTO
Gaël Bandelier
Nació en Suiza: curioso, libre e inconciente. Practica diversas discipli-
nas artísticas y científicas de manera autodidacta. Sus inicios en el teatro
fueron durante sus estudios de bachillerato, siendo su profesor Germain
Meyer, uno de los directores teatrales más reconocidos de su país. Point
de fuite posible (Punto de fuga posible) obtuvo en 2005 el premio 2005 de
escritura teatral de la Sociedad Suiza de Autores y se publicó en París en
2007 por la editorial L´Harmattan. Otra de sus obras Le Taureau versatile
(El toro versátil) fue publicada por la Sociedad Suiza de Autores en 2009.
El dramaturgo suizo Poul Pourveur describe a Bandelier como “el post-
moderno hombre de los bosques que se deleita paseando su cabeza por las
nubes y poniendo sus pies en lo fragmentario, y viceversa”.
SECCIÓN RESEÑA
Domingo Adame
Doctor en Letras Modernas (Teatro) por la Universidad Iberoamericana,
es profesor-investigador de la Universidad Veracruzana y fue director de
la Facultad de Teatro de la misma institución. Dirigió el Centro Nacional
de Investigación Teatral Rodolfo Usigli y fue Presidente fundador de la
Asociación Mexicana de Investigación Teatral. Es autor de varios libros y
artículos sobre teatrología. Es miembro del Sistema Nacional de Investi-
gadores (Nivel 2) y del Centro International de Investigaciones y Estudios
Transdisciplinarios (CIRET-París).
155
Información para autores
Los trabajos deberán ser escritos a doble espacio, con letra Times New
Roman de 12 puntos, citas 11 puntos e interlineado 1.5, (notas al pie en 10
puntos) en versión Word o compatible. La extensión de sus trabajos puede
variar entre 15 y 25 cuartillas.
Se pueden incluir hasta 5 imágenes digitales, que deberán ser en-
viadas en JPG y resolución de al menos 500 KB.
Las imágenes deberán contener nota al pie de foto (título de la
imagen, año, nombre del autor, nombre del archivo, cuidad, país). En el
cuerpo del texto se debe indicar dónde se necesita insertar la foto.
156
sumen tanto en español como en inglés.
- Palabras clave del texto (entre cinco y diez).
- Domicilio, número telefónico, de fax y dirección de correo electrónico,
en nota al pie de página.
Normas de citado
157
Se imprimieron 350 ejemplares
en enero de 2012.
Xalapa, Veracruz