Juicio de Ponderación Paola Cano

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JUICIO DE PONDERACIÓN

PRESENTADO POR: PAOLA CATALINA CANO MUÑOZ

PRESENTADO A: JHEISON TORRES AVILA

FUNDAMENTOS TEORICOS
SISTEMA DE FUENTES EN EL DESARROLLO DEL DERECHO
ADMINISTRATIVO

ESPECIALIZACIÓN EN DERECHO ADMINISTRATIVO


UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
2017-3
JUICIO DE PONDERACIÓN

En primer lugar, es necesario resaltar que este tema es una problemática que la
están viviendo o padeciendo los médicos colombianos que han decidido realizar
una especialización en nuestro país; tal es el caso de la especialidad en Patología,
la misma, que es la encargada de analizar las muestras tomadas a los pacientes,
para determinar la enfermedad o “patología” que presentan, ejemplo de ello, es el
caso de los pacientes que se les diagnostica Cáncer, donde en principio, el
patólogo es el encargado de establecer y precisar dicha enfermedad, y a su vez,
remitir el dictamen al médico para que esté, se lo comunique al paciente.

Para ello, la persona que desee especializarse en esta rama de la salud, tendrá
que haber cursado la carrera de medicina, la cual por lo general tiene una
duración de seis (6) años, traducidos en doce (12) semestres, para luego, dedicar
otros cuatro (4) años de su vida, mientras cursa esta especialización; no sin antes
presentar y aprobar, los exámenes de conocimiento y psicológicos programados
por las distintas universidades del país para poder ingresar a dicha
especialización.

Cabe mencionar, que los médicos que han logrado ingresar a los diferentes
programas, tendrán que dejar de “trabajar”, y por ende devengar sueldo durante el
tiempo estipulado mientras estudian, sin ser acreedores de ningún tipo de subsidio
por parte del Estado, además de cumplir con sus labores académicas; están
obligados a firmar una cláusula de exclusividad con hospitales o fundaciones en
donde deberán prestar sus servicios como residentes, durante los turnos u
horarios que la entidad les asigne de acuerdo con su especialidad, sin ningún tipo
de remuneración por ello.

Entonces, serán los ya médicos pero de nuevo estudiantes, los que tendrán que
correr con sus gastos, como común mente se dice, de acuerdo al pago de
matrícula que a propósito no es nada económica, oscilando entre los cinco y
veinte millones semestrales dependiendo de la universidad, y el pago de
manutención, que corresponde a arrendamiento de habitación o vivienda,
alimentación y transporte, sin olvidar que si bien los estudiantes dependen de la
familia para realizar sus estudios, otros son el sustento de sus familias.

Así las cosas, una vez se ha presentado esta breve introducción, frente a la
importancia de esta especialización, sin desmeritar las demás, y a modo de
ejemplo, es necesario precisar que esta ponderación es frente a la desigualdad
que se presenta de acuerdo a las demás especializaciones de las distintas
carreras o áreas, donde es posible estudiar, y al mismo tiempo ejercer la
profesión, devengando sueldo y obteniendo las prestaciones de ley, tal como es el
caso del abogado.

En consecuencia, para este caso en concreto, la Asociación Nacional de Internos


y Residentes, han presentado el Proyecto de Ley 272 de 2017, ante el Congreso
de la Republica, donde pretenden establecer o regular las condiciones de
contratación de los Residentes médicos en Colombia, brindándoles garantías y
beneficios a los profesionales de la salud, tales como recibir una remuneración por
sus servicios, beneficios prestacionales de salud, riesgos profesionales, pensión y
vacaciones; regular las jornadas laborales en horarios que no podrán superar las
doce (12) horas por turno y sesenta y seis (66) horas a la semana, y no como se
ejerce ahora, donde se atropella la dignidad del ser humando dado que se les
establecen turno de más de doce (12) horas diarias, oscilando entre las catorce
(14) y veinticuatro (24) horas, sin contar con los trabajos que se les asignan en los
cursos que igualmente deben aprobar; el pago o remuneración por el servicio
prestado a la comunidad durante los turnos realizados, dado que lo que ellos
están haciendo es trabajando para los hospitales, EPS o IPS a los que los
asignan, y que por su cláusula de exclusividad no pueden ejercer su profesión en
ninguna parte, para con ello cubrir su sostenimiento y gastos que acarrean; y que
el tiempo que dura la especialización sea tomado como experiencia laboral; entre
otras.

En consecuencia, es evidente la vulneración a los derechos constitucionales como


el Mínimo Vital, al trabajo, la Educación y la Igualdad Vs la Sostenibilidad
Económica tanto de las Universidades privadas (que son las que sostienen el
cobro de las matriculas más costosos del país y las que obviamente están en
contra de este proyecto) y la Nación, quien ha sido ineficiente en la regulación de
estos costos y los que han decidido que es más importante y urgente invertir en
guerra que en la salud y educación de sus ciudadanos, en donde según el Ministro
de Hacienda, Mauricio Cárdenas, se destaca el aumento del presupuesto general
de la Nación destinado a la defensa y policía, el cual supera el invertido en
deporte, cultura, ciencia, tecnología y educación.

Por consiguiente, debemos precisar, el mínimo vital entendido desde la


perspectiva [ CITATION Min11 \l 9226 ], “de acuerdo con la jurisprudencia, debe ser
evaluado desde un punto de vista desde de la satisfacción de las necesidades
mínimas del individuo, por lo cual es necesario realizar una evaluación de las
circunstancias de cada caso concreto, haciendo una valoración que se encamine
más hacia lo cualitativo que a lo cuantitativo, verificándose que quien alega su
vulneración tenga las posibilidades de disfrutar de la satisfacción de necesidades
como la alimentación, el vestuario, la salud, la educación, la vivienda y la
recreación, como mecanismos para hacer realidad su derecho a la dignidad
humana”

Lo que nos indica y afirma que para estos médicos, el mínimo vital les garantizaría
la satisfacción de sus necesidades básicas como la alimentación, vivienda y salud;
y la única forma factible de lograrlo es a través de la remuneración por parte del
Fondo Nacional de Residentes quien sería el encargado de asumir el pago de las
prestaciones sociales de los residentes; según lo planteado por ellos, que sería
como mínimo tres (03) salarios mínimos legales mensuales vigentes, y a su vez,
protegiendo así, la economía de la familia, en donde no sería necesario el
endeudamiento abismal no solo para el pago de estas necesidades sino también
por el pago de las matriculas exageradamente elevadas que poseen las
universidades privadas en Colombia, que según ellos, estas tarifas injustificadas y
sacadas de toda proporción, son para el sostenimiento de las mismas carreras, y
sin ellas según lo argumentado en su negatividad con este proyecto de ley, sin
estos pagos, se verían obligados al cierre de estas especialidades, sin contar que
lo que les están aportando los residentes con la prestación de sus servicios
durante los turnos, les ahorra según investigaciones extranjeras en promedio unos
400.000 USD anuales; estadística o promedio que no se ha efectuado en
Colombia.

Sin olvidar, que en el artículo 53 de la Constitución Política, se expresa que “El


Congreso expedirá el estatuto del trabajo. La ley correspondiente tendrá en
cuenta por lo menos los siguientes principios mínimos fundamentales: Igualdad de
oportunidades para los trabajadores; remuneración mínima vital y móvil,
proporcional a la cantidad y calidad de trabajo; estabilidad en el empleo;
irrenunciabilidad a los beneficios mínimos establecidos en normas laborales;
facultades para transigir y conciliar sobre derechos inciertos y discutibles;
situación más favorable al trabajador en caso de duda en la aplicación e
interpretación de las fuentes formales de derecho; primacía de la realidad sobre
formalidades establecidas por los sujetos de las relaciones laborales; garantía a la
seguridad social, la capacitación, el adiestramiento y el descanso necesario... El
estado garantiza el derecho al pago oportuno y al reajuste periódico de las
pensiones legales… La ley, los contratos, los acuerdos y convenios de trabajo, no
pueden menoscabar la libertad, la dignidad humana ni los derechos de los
trabajadores”.

Por otro lado el derecho fundamental a la igualdad de todas las personas según lo
argumentado por la Corte Constitucional, en su Sentencia T 432 de 1992 indica
que la igualdad de las personas, “…ante la ley y las autoridades, constituye un
derecho constitucional fundamental tanto por su consagración como tal en el
Capítulo I, Título II de la Constitución Nacional, como por su exaltación como
derecho de vigencia inmediata en el artículo 85 de la Carta Política, y también   por
el valor trascendente  que tiene para el hombre, sobre todo dentro de una nación
que persigue garantizar a sus habitantes una vida convivente dentro de
lineamientos democráticos y participativos que aseguren un sistema político,
económico y social justo”.

Con lo anterior, se resalta la importancia de dar el trato igual a las personas que
están en igualdad de condiciones, donde los residentes al igual que los demás
profesionales que prestan sus servicios, tienen la oportunidad de recibir
remuneración por ello, lo que contraviene la cláusula de exclusividad que deben
firmar los residentes para poder realizar las “practicas” durante el tiempo que se
desarrolle cada especialidad, negándoles la oportunidad de contraer cualquier tipo
de contrato con otra entidad prestadora de salud en donde por su trabajo les
paguen lo correspondiente y así puedan cubrir sus gastos.
Contrario a lo que ocurre en diferentes países, tales como Chile, Mexico,
Argentina, Cuba, en donde se les brinda a estos profesionales la oportunidad de
estudiar con mejores garantías de vida, y lo que ha provocado que en los últimos
años, la migración de nuestros profesionales y con ello, el privarnos a nosotros
mismo de contar con el conocimiento y enseñanza de los profesionales
preparados en nuestro país; Profesionales que en el campo de la salud (sin
desmeritar las demás profesiones), se preparan fervientemente para enfrentar
cualquier situación bajo presión que se pueda presentar y así salvar la vida de sus
compatriotas.

No hay que olvidar, que hasta la década de los ochenta, los residentes ostentaban
la figura de trabajadores, y por ello les pagaban; sin embargo, después fueron
calificados como estudiantes y les fue arrebatado esas dadivas y lo que por
derecho les correspondería.

Ahora bien, al igual que ello, resulta irracional que las universidades privadas
quieran justificar los altos costos de sus matrículas y el no pago de los honorarios
de los residentes, argumentando que se verían obligados a cancelar estas
especializaciones y por ende cerrar estas facultades, no contando con el costo –
beneficio que les aportan estos profesionales de la salud y con ello, dejando de
contratar otros especialistas que por su ya titulación y en aras del aprendizaje de
sus alumnos, les dejan toda la carga a ellos y se dedican tan solo a recibir el
informe que estos les reportan después de sus largos turnos.

Derivado de esto, resulta necesario precisar el derecho al trabajo, consagrado en


el artículo 25 de la Constitución Política, “La protección constitucional del trabajo,
que involucra el ejercicio de la actividad productiva tanto del empresario como la
del trabajador o del servidor público, no está circunscrita exclusivamente al
derecho a acceder a un empleo sino que, por el contrario, es más amplia e
incluye, entre otras, la facultad subjetiva para trabajar en condiciones dignas, para
ejercer una labor conforme a los principios mínimos que rigen las relaciones
laborales y a obtener la contraprestación acorde con la cantidad y calidad de la
labor desempeñada. Desde el Preámbulo de la Constitución, se enuncia como
uno de los objetivos de la expedición de la Constitución de 1991, el asegurar a las
personas la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento,
la libertad y la paz. Es decir, el trabajo es un principio fundante del Estado Social
de Derecho. Es por ello que desde las primeras decisiones de la Corte
Constitucional se ha considerado que “Cuando el Constituyente de 1991 decidió
garantizar un orden político, económico y social justo e hizo del trabajo requisito
indispensable del Estado, quiso significar con ello que la materia laboral, en sus
diversas manifestaciones, no puede estar ausente en la construcción de la nueva
legalidad”. Lo anterior implica entonces que dentro de la nueva concepción del
Estado como Social de Derecho, debe entenderse la consagración constitucional
del trabajo no sólo como factor básico de la organización social sino como
principio axiológico de la Carta. El artículo 25 de la Constitución Política dispone
que “El trabajo es un derecho y una obligación social y goza, en todas sus
modalidades, de la especial protección del Estado. Toda persona tiene derecho a
un trabajo en condiciones dignas y justas.”  los artículos 48 y 49 de la Carta
establecen los derechos a la seguridad social en pensiones y en salud, entre
otros, de los trabajadores dependientes e independientes;… el artículo 334
superior establece como uno de los fines de la intervención del Estado en la
economía, el de “dar pleno empleo a los recursos humanos y asegurar que todas
las personas, en particular las de menores ingresos, tengan acceso efectivo a los
bienes y servicios básicos”[ CITATION Der14 \l 9226 ].

Ahora bien, analizando el derecho a la educación, según lo pronunciado por la


Corte Constitucional, para acceder a este, se deberá contar con la misma
oportunidad, en aras del derecho ya mencionado como es a la igualdad.

“El artículo 67 de la Constitución reconoce en la educación una doble condición de


derecho y de servicio público que busca garantizar el acceso de los ciudadanos al
conocimiento, a la ciencia y a los demás bienes y valores culturales. La relevancia
de esa función social explica que la norma superior le haya asignado a la familia,
a la sociedad y al Estado una corresponsabilidad en la materialización de esas
aspiraciones y que haya comprometido a este último con tareas concretas que
abarcan, desde la regulación y el ejercicio del control y vigilancia del servicio
educativo, hasta la garantía de su calidad, de su adecuado cubrimiento y la
formación moral, física e intelectual de los estudiantes. En cuanto a servicio
público, la educación exige del Estado unas actuaciones concretas, relacionadas
con la garantía de su prestación eficiente y continua a todos los habitantes del
territorio nacional, en cumplimiento de los principios de universalidad, solidaridad y
redistribución de los recursos en la población económicamente vulnerable. En su
dimensión de derecho, la educación tiene el carácter de fundamental, en atención
al papel que cumple en la promoción del desarrollo humano y la erradicación de la
pobreza y debido a su incidencia en la concreción de otras garantías
fundamentales, como la dignidad humana, la igualdad de oportunidades, el
mínimo vital, la libertad de escoger profesión u oficio y la participación política”.
[ CITATION EDU13 \l 9226 ]

Así las cosas, la educación como derecho fundamental, es la puerta a la igualdad


de condiciones de las personas, al mejoramiento de la calidad de vida, a la
dignidad humana, entre otras, lo que abarcaría lo ya mencionado en este escrito,
derecho que sería vulnerado ampliamente y evidentemente por los factores que se
presentan en este momento al restringir su acceso mediante los factores ya
descritos, situación que viven y sufren los ya residentes y médicos aspirantes a
ello, que ni estos ni sus familias cuentan con los recursos necesarios para el
sostenimiento y el alto costo que les representa al ingresar a las diversas
universidades y con ello realizar su sueño, generando igualmente, un
endeudamiento a su familia, que como la mayoría del pueblo colombiano son de
estratos bajos o medios y que evidentemente no cuentan con los recursos
suficientes para ello.
El Estado Social de Derecho, bajo una negligencia ha permitido que esta situación
se haya ido agravando a lo largo de los años y que muy pronto se vuelva
insostenible para estas familias que lo único que aspiran es salir adelante y
servirle a su comunidad.

Y para finalizar, lo argumentado por los opositores a este proyecto de ley, tales
como las Universidades privadas, argumentando el déficit que se presentaría con
el pago de tales prestaciones y el no cobro de las matriculas, “sin los dineros de
las matrículas ellos no pueden sostener los programas de posgrados”, trasladando
ese déficit presupuestal a los médicos residentes y obviamente a sus familias;
porque aunque se quiera hacer creer que el ICETEX resulta ser la mejor opción en
los casos donde no se cuenta con los recursos necesarios, es claro que el
endeudamiento de estos profesionales y sus familias como codeudores, es amplio
al momento de terminar sus estudios, no sin antes mencionar, que para acceder a
uno de estos créditos, después de rezarle a todos los santos, se tendrá que
demostrar que se cuenta con una capacidad de endeudamiento para garantizar el
pago de dicho crédito, capacidad que en muchas ocasiones es imposible
demostrar, debido a la informalidad salarial con la que contamos la mayoría de
colombiano, lo que dificulta aún más el acceso a estos créditos, y si analizamos
más a fondo la situación, en el ejemplo que mencionábamos al inicio de esta
ponderación, el caso de los residentes de patología, al querer crédito aparte del
para la matricula, para su manutención, en la mayoría de oportunidades es
negado dado a una especie de puntuación baja (30 puntos), de acuerdo a la
demanda, en comparación con otras especialidades a las cuales se les da 100
puntos o más, provocando una inequidad con relación con otras especialidades,
restringiendo igualmente las mismas oportunidades.

Pero volviendo el argumento de las universidades privadas, salvo la universidad


de los Andes, que hasta ahora ha sido la única universidad privada en apoyar este
proyecto de Ley, exponen que si no hay matriculas inmediatamente aparece que
no es estudiante, olvidando que el residente es un profesional en formación; y a su
vez, sosteniendo que si esto sucede, todo lo que parece invisible, tendría en un
comienzo a desaparecer lo que provocaría una disminución de la oferta
académica.

Para terminar, es preciso traer a colación la postura del Doctor Quintero bajo la
vocería de Ascofame, donde se indica que en efecto existe un costo de matrícula,
y tal es el caso de Ser Pilo Paga, donde las Universidades por su autonomía,
presentan un sobrecosto de hasta cuarenta (40) millones anuales en el pago de
esas matriculas, restringiendo con ello como ya lo hemos dicho, la justicia social y
la salud de los colombiana que ya bástate deficiente esta con la nefasta Ley 100
de 1993, promotor de está el señor Álvaro Uribe Vélez, y la causante de la crisis
de residentes y sanitaria, vivida en nuestro país.

Juicio de idoneidad: es clara la relación de constitucional de acuerdo a los


derechos fundamentales mencionados y a las leyes absurdas por las que están
atravesando tanto los médicos residentes que desean estudiar y superarse, como
las personas del común que queremos contar con una buena y eficiente
prestación del servicio de salud.

Juicio de necesidad: esta medida a mi juicio como persona y muy personalmente,


además de ser hermana de un residente de la Universidad Nacional de Colombia
y de ser estrato medio-bajo, resulta ser la mejor, la indicada, y la más factible para
que estos profesionales de la salud puedan cumplir sus sueños, tener la
oportunidad igualitaria a la educación y con ello, servirle a su país sin tener la
necesidad de recurrir a otros países para así poder estudiar y aportar sus
conocimientos de una manera digna.

Juicio de estricta proporcionalidad: como ya fue explicado a lo largo del escrito, el


beneficio que se recibiría si este proyecto de ley resulta aprobado, y el grave daño
que en que se estaría incurriendo si no sucede. Costo-beneficio.

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