Tema 4.-La Obtencion y Conservacion de Alimentos PDF
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Figura 2.- Evolución de los distintos útiles más característicos. Hay que tener
en cuenta que el bifaz es un poco pequeño y que la hoja de laurel es
bastante grande. Todas las piezas están a escala y proporcionadas. 1
Chopping tool olduvayense, 2 Bifaz achelense, 3 Punta levallois
musteriense, 4 Blattspitze szeletiense, 5.- Punta de la Font-Robert
gravetiense, 5 Punta de La Gravette gravetiense, 6 Hoja de laurel
solutrense, 7 Hojitas de dorso magdalenienses, 8 microlítos
epipaleolíticos.
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El sílex, principal materia prima utilizada, presentaba, sin embargo un
inconveniente ya que no se encuentra en determinadas regiones con
condiciones climáticas muy adversas como es el caso del Norte de Europa,
cubierto casi permanentemente por una capa de hielo. Los hombres del
Paleolítico Superior recogían los nódulos de sílex en los aluviones de los ríos
glaciares, o bien organizaban verdaderas explotaciones mineras para extraerlo.
En ocasiones cuando el sílex era escaso en una determinada zona, se
reemplazaba por cuarcita, cuarzo, obsidiana, etc. Esta última se caracteriza por
una fractura curva y lisa que por la solidez y limpieza de cortes es muy similar
al sílex, pero por desgracia la obsidiana es todavía más escasa que el sílex.
Figura 3.- Esquema del lanzamiento de un venablo con propulsor. Estas armas
formaban parte del equipo esencial de los cazadores del Paleolítico
Superior, aunque no cabe descartar el uso temprano del arco. La mayor
fuerza que se obtenía mediante el uso de propulsores, frente a arrojar el
dardo manualmente, hacía más fácil abatir animales.
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mismas azagayas de bisel simple aprovechan la rugosidad interna del hueso
para asegurar una mayor adherencia al astil.
Las puntas arrojadizas de piedra tienen una gran importancia durante
este período, adaptándose a las nuevas técnicas de caza. De esta forma
durante el Gravetiense encontramos las Puntas de la Gravette aunque su
mayor auge se realiza a lo largo del Solutrense dónde se hallan las puntas de
cara plana, las hojas de laurel y las puntas de muesca. En el área mediterránea
durante la fase final de este momento cultural, aparece una pieza de gran
importancia cinegética como es la punta de aletas y pedúnculo.
En el Magdaleniense aparecen las azagayas de bisel doble y los
arpones que en un primer momento apenas tienen dientes, desarrollándose
con posterioridad una hilera mucho más exenta y por último sobre los dos
bordes. En cuanto a la industria lítica de este período, en los estadios finales
hallamos las puntas de Laugerie-Basse, más o menos foliáceas con retoque
semiabrupto que retoman la tradición de las Flechettes perigordienses. Así
mismo durante este período existe también un tipo de punta de muesca muy
diferente de la que encontrábamos en el solutrense.
De cualquier forma, en este punto podemos hacer una reflexión sobre
los instrumentos prehistóricos, y es que la aparición de útiles, marcó el inicio de
la humanidad. Un objeto cortante encontrado de forma natural en la naturaleza
pudo haber sido utilizado de una forma inconsciente, pero el útil elaborado
conlleva una determinada actividad cerebral y una reflexión propias de los
humanos. En el momento en que aparecieron los útiles que utilizaban para
transformar los objetos, el hombre rompió definitivamente con el último lazo
que le ligaba al mundo animal, realizando a partir de entonces un trabajo
consciente y organizado en el que el pensamiento dirigía las acciones que se
debían realizar y las etapas a franquear que conducían inexorablemente al
hombre hacia las vida social y la civilización.
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para cazar a un gigante como es un mamut, se necesitaba mucho coraje,
fuerza, habilidad y cooperación entre los cazadores del grupo.
Para cazar animales de menor tamaño, pero más rápidos, hacía falta
poner a punto otro tipo de estrategias. Por ejemplo era un error atacar un
rebaño de ciervos o caballos de frente, cosa que sin duda se debió de realizar
muy a menudo, pero estas experiencias no eran rentables. Para ello, y
ayudados por ese gran cerebro, idearon sistemas para cazarlos en masa, cuya
prueba queda patente en la espesa capa de esqueletos de caballos hallados en
el yacimiento de Solutré (Francia). Ahí los cazadores esperaban que el rebaño
de équidos estuvieran en la alta meseta pastando y cuando lo creían oportuno
los asustaban hacia el acantilado de más de 200 metros por donde se
precipitaban. Esta trampa se debió de utilizar a lo largo de muchas
generaciones ya que una capa de ese espesor no es el producto de una única
temporada de caza.
Pero no sólo se aplicó la astucia cazadora de esta forma, sino que
también inventaron determinados útiles que facilitaron las labores cinegéticas.
El arco parece una invención bastante tardía, aunque en realidad ignoramos
como y cuando se efectuó. Sin duda se debió de producir de una forma
simultánea en diversos lugares y en diferentes épocas. Lo que sin duda es
cierto es que este descubrimiento estuvo precedido de otro de singular
importancia como es el propulsor. Este útil esta compuesto por un fuste más o
menos largo, normalmente de 20 a 30 centímetros con uno de los extremos
terminados en gancho donde se apoyaría el dardo. Algunos de estos artefactos
están ricamente decorados como el de Mas d'Azil (Francia), aunque
generalmente tienen todos algún tipo de decoración más o menos elaborada.
El gesto de lanzamiento de este útil es parecido al lanzamiento de jabalina,
prolongado por una rápida rotación del propulsor que imprime al dardo una
gran fuerza. Experimentalmente se han conseguido blancos aceptables sobre
distancias de hasta 75 metros pero su efectividad es óptima sobre una
distancia de 25 metros.
Suponemos que también se debieron de utilizar las hondas, boleadoras,
lazos, etc. pero todas estas astuciosas invenciones no tuvieron el valor que
tuvo el arco, siendo la primera "maquina" que se inventó. Hasta ahora todas las
armas habían sido propulsadas por la fuerza del brazo del hombre, pero en el
arco la fuerza se acumula en la cuerda o tendón que se va tensando poco a
poco y adquiere una gran fuerza al ser soltada. Como decíamos antes su
invención debió de producirse en un momento final del Paleolítico Superior
aunque nosotros personalmente pensamos que los puntas de aletas y
pedúnculo halladas en los niveles encuadrables en el Solutrense Superior
Evolucionado, únicamente se podían disparar con arco.
También la pesca y la recolección de mariscos formaron parte de la
actividad de la población paleolítica. La pesca se realizaba en los ríos y en la
inmediación de las costas, por ello, los restos de peces que aparecen en los
yacimientos son principalmente los salmónidos (salmones y truchas). Esta
pesca se efectuaría a mano o bien mediante útiles óseos como pueden ser los
arpones. el marisqueo queda perfectamente documentado en casi todos los
yacimientos no sólo como aprovechamiento alimenticio, sino como soporte de
adornos y colgantes.
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BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Y COMPLEMENTARIA PARA EL ESTUDIO DEL TEMA