LAS-PUERTAS-DEL-SILENCIO Dom Esteben Chevevière (Cartujo) PDF
LAS-PUERTAS-DEL-SILENCIO Dom Esteben Chevevière (Cartujo) PDF
LAS-PUERTAS-DEL-SILENCIO Dom Esteben Chevevière (Cartujo) PDF
humanos de antaño, es sensualidad y búsqueda de sí mismo; es hazte lejano para el mundo. Jesús dejó a su Madre para salvarnos.
preferir una nube, un sueño, a la alegría sustancial presente y De hecho, fue separándose de Ella, cuando se le unió más
desconocida. No hay más que una bienaventuranza que valga: estrechamente. Se estaba tan bien en el hogar de Nazaret, y el
¡DIOS! adiós desgarró corazones e hizo derramar lágrimas a los ojos.
Las dichas de este mundo no valen más que por el amor que las ha Recuérdalo...
engendrado. La caridad que nos vivifica es la sola causa de nuestras
alegrías. Deja que se esfumen y que se vayan esos vanos b) Reprime la curiosidad
recuerdos: Te distraen y te retardan, te atan a lo que debe perecer, No te informes de nada por la simple satisfacción de “saber”.
y “anemian” o debilitan tus deseos de lo eterno. Con San Pablo, Destierra toda búsqueda de ciencia que no tenga a Dios por fin.
mira, no lo que queda atrás, sino lo que esta por delante: Nada más opuesto a la virginidad del alma que la curiosidad. El
JESUCRISTO (Cf. Fil 3, 4). objeto de nuestra vida contemplativa y las necesidades de nuestra
No conserves ningún recuerdo material concreto de “este” o de vida terrena determinan lo que nos tenemos que informar. Deja
“aquellos” en los cuales no debes soñar más: fotografía, cartas, todo el resto a los profanos. Conocer, adorar, alabar a Dios: para
flores y “reliquias” de seres queridos: nosotros solitarios y silenciosos, es el todo de la vida, lo único
No guardes nada. Eso no lleva a Dios, más bien suscita nostalgias. necesario.
Si contemplas esas cosas, reactivan los sentimientos e impresiones Nuestra peregrinación es corta, nuestro espíritu limitado, nuestro
de otros tiempos. Si no los miras, ¿para qué conservarlas? Es un lugar mezquino.
engorro. Todo eso daña al silencio del corazón y a su libertad. Pide Arroja por la borda lo accesorio. Sois ángeles del Apocalipsis cuya
de buen grado el parecer de una persona prudente si dudas en este única función es cantar, postrándose ante el trono de Dios: “La
punto. Se siempre natural y sencillo. alabanza, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, el honor, el
¿Por qué alimentar esa tentación perpetua de volver atrás? Sé feliz poder y la fuerza son de nuestro Dios por los siglos”
por toda atadura soltada o rota, no consientas en reanudar (Ap 7,12). Hermanos de los serafines de Isaías, que se gritaban uno
ninguna. Huye tanto como puedas de los contactos vivos con los al otro: “Santo, Santo, Santo es Yahvé de los ejércitos, toda la
testigos del pasado: visitas, locutorios, cartas que refrescan en ti, la tierra está llena de su gloria” (Is 6,3).
imagen de un mundo que uno siente tanta pena de deshacer. Lo contemplarás en Él mismo, en la oración; no en los libros de los
Reduce, tanto como la obediencia y la verdadera caridad lo sabios.
permitan, dentro de la misma tradición monástica, las relaciones Reprime sobre todo tres curiosidades: La de las “noticias”; la de la
orales y epistolares con el exterior. No vuelvas a soldar ninguna conducta de los demás; y, finalmente, la curiosidad intelectual,
relación ya rota. No tienes nada que recibir del mundo, de lo que no quizás la más perniciosa, porque se disfraza de pretextos
te lleve a Dios; y a menudo, ¡ay!, lo que tú le das le aprovecha tan especiosos y nos endurece en el orgullo.
poco...! Ignora de corazón lo que pasa en el mundo: reza por él, “sin
Incluso puede ocurrir que, con tu actitud, menoscabes la estima volverte a él”. Si tienes un profundo espíritu de adoración, si amas
que almas de buena voluntad sientan hacia la vida religiosa. La la trascendencia de Dios, el conocimiento concreto de las
menor mancha resalta sobre un vestido inmaculado, y ¡somos tan necesidades de los hombres no dará ningún nuevo fervor a tu
imperfectos! oración, a la generosidad de tu sacrificio. El amor de Dios (que
Tu memoria es un terrible acumulador; almacena tesoros de futuras comprende el del prójimo) es más poderoso que todo para arrastrar
distracciones. en la estela de Jesús, a ti y al mundo entero contigo. El
Mientras más virgen esté tu espíritu de imágenes humanas, más pensamiento que tuvieras de él, no añadirá nada a esta acción
viva resplandecerá en ti la luz del rostro de Dios. eficaz.
Sepulta tu ternura para con los tuyos en el corazón de Dios. Ámalos Pocas almas son capaces de comprender esto. Si puedes, no te
en Él. Es infinitamente más profundo y más eficaz. Desea para tus informes de nada de lo que pasa en el mundo, desde ningún punto
amigos, el amor de Dios: es el verdadero bien. Encuéntralos en el de vista. Fija en Dios sólo todas las fuerzas vivas de tu alma; no
Místico Cuerpo de Cristo. Tu fidelidad a tu vocación contemplativa pidas noticias, más que por caridad: para ser agradable con los
se lo obtendrá; cualquier compromiso impediría a Dios darse, mas demás cuando sea oportuno, o hacer el bien, no para contentarte a
si el deber lo impone, sé diligente luego en olvidarlo. De ordinario, ti mismo.
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Todo lo que te dicen de este, de aquel, de sus idas y venidas, gratitud a los que llevan los cuidados por ti. Ayúdalos con tu
despierta imágenes, reflexiones, discusiones, críticas interiores; en sonriente docilidad. Tú, acepta tu “estado de indiferencia”.
resumen, el ruido que Dios aborrece. Dios te ha establecido para ser Él tu único cuidado. Su voluntad es:
Si no te comunican noticia de nada, ni de nadie, no la pidas, ¡gran ser el único pan de tu alma. No consientas en prestar oídos, ni
suerte es esa! Si no es por deber de estado, no leas los periódicos o siquiera atención, a las “habladurías” de la Comunidad. Reza por
las revistas profanas. Rehúsa tú prestar atención a lo pasajero. Fija todos, pero especialmente por los que están en dificultad;
los ojos sobre lo eterno o sobre lo que es un auténtico reflejo de su exhórtales (si es el caso) a amar la Cruz de Cristo. Las
belleza: la naturaleza y las almas en que se trasparenta. En tu consolaciones humanas no sirven de nada y debilitan las almas. Con
amor a Dios, y la pasión por su gloria, están incluidas las tres facilidad, no hagas ni recibas confidencias. Piensa, ¿quién hay más
primeras peticiones del “Pater”: las almas tienen su parte. Tú comprensivo que Jesús?
permanece exclusivamente ocupado de Él. ¿Quieres guardar limpio el espejo de tu alma? No permitas que el
Tú eres un Serafín delante de Él (y nada más). Si te hace falta por pensamiento del que está cerca venga a empañarlo. Si no estás
tu deber conocer los acontecimientos del mundo, hazlo sin que encargado de los otros, no te informes de su comportamiento; no
dejen huella en ti, sin enmarañarte. Así guardarás tu espíritu y tu hagas reflexiones interiores al respecto, sobre todo a lo concierne a
corazón, libres y silenciosos. Si no, tu cuerpo estará en la celda, sus defectos o faltas. Ora solamente para que Dios se amado y
pero tu espíritu estará en el tumulto. Te basta saber cuánto ama servido por todos. Manifiesta o avisa a los superiores, según
Dios a los hombres, que tiene sus corazones en sus manos y nuestras Costumbres, las faltas de las que has sido testigo. Pero sin
esparcidos sobre ellos el fruto de los méritos de los santos. buscarlas, evitando los comentarios interiores sobre las intenciones,
¿Qué hacen? Poco te importa. Tu vocación no es la de darles la o sobre la manera con que tu Superior acoge o utiliza tu acusación.
mano en sus empresas. Déjale a él el cuidado de corregir; y a Dios el de juzgar.
Muchos son los carismas del Espíritu para la edificación del Cuerpo Estate siempre vuelto enteramente hacia Dios. Todo pensamiento
Cristo. Ese no es el tuyo. Ve el mundo en Dios, como los inoportuno dedicado a la criatura te arrastrará a ti mismo. Es
bienaventurados en el cielo; y no a finalmente por lo que toca a ti mismo por lo que aprecias su
Dios a través del mundo. Sé “sacrificio de alabanza” (Sl 49, 12); la presencia, no por lo que toca a Dios. Aún cuando todos los demás
tierra será mejorada y bendecida. Si pudieses ser como la cera no fueran lo que debían ser, guarda la paz. Sélo tú. Tu fidelidad,
virgen, luminosa y pura, ardiendo solitaria ante la Hostia Santa, en silenciosa y apacible, hará mucho más por el aventajamiento de tus
la penumbra de una capilla desierta donde convergen todos los hermanos que tu agitación y tus críticas, a menudo ineficaces. El
corazones del mundo, ¡y de donde parten, por tanto, todas las ejemplo de tu serenidad, tu transparencia a los rayos de Dios que
gracias para a tierra!... habita en ti, conducirá al bien más que todos tus discursos y
No te ocupes de nada ni de nadie que no esté a tu cargo. Sé feliz al algaradas.
ignorar lo que pasa en los trabajos; cómo se administran; cuáles Tu alma no debe reflejar más que a Dios. No dejes a la criatura
son las relaciones de cada uno. reflejarse en ella, sobre todo si es perversa y deforme la imagen
Ama a todos tus hermanos con un amor igual, desprendido. No te que te viene de ella.
informes, pues, de los acontecimientos insólitos de la Comunidad: Únete al Dios vivo y personal. Poca cosa es el hecho de que te
¿quién viene?, ¿quién pasa?, ¿por qué tal salida de los superiores?, complazcas en la idea de Dios; el alimentarte de ideas “sobre Dios”,
¿tal empresa?... o “a propósito” de Dios. Las palabras que Lo revelan, Lo velan. Toda
Ten horror en mezclarte en la administración del Monasterio. Reza curiosidad de ciencia, incluso sagrada, espesa el “velo”, e impide al
por los que tienen el cargo. Para ti, ni reflexiones, ni hables, ni alma encontrar al Bien-Amado. Durante mucho tiempo, en el
busques saber el por qué de esto o de aquello. No prestes interés silencio interior, el más profundo posible, atráelo a ti por la
ningún a lo que oigas. Otros han recibido el encargo de ello, para violencia del deseo. Con la mirada fija en la Bondad de Dios, di
permitirte vacar únicamente a Dios, en la libertad y el silencio del como Sta. Catalina de Siena: “Yo quiero”.
espíritu. Él también quiere. Él vendrá no en las nomenclaturas, los esquemas
¿No te dicen nada? ¿No te comunican nada? ¡Bendice al Señor! Él te o los silogismos; vendrá en una luz ardiente, sin imágenes, sin
evita el embarazo interior y una montaña de problemas. Ama con contornos, pero radiante. Elimina del empleo de tu tiempo, toda
lectura, todo estudio de pura información, de pura erudición; a
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menos que lo impongan los deberes de tu cargo, o la necesidad de Pon por obra lo que está en tu mano, pero a su tiempo. Rehúsa
descanso. reflexionar en el momento que pertenece a Dios: oración, lectura,
¿Vas a amueblar tu espíritu? Pero, ¿acaso para encontrar a Dios no gran silencio de Completas a Prima.
hace falta destruir todo el “mobiliario”, o colocarlo en el desván? Si no, se acabó la serenidad de tu alma. Contempla la calma
Pasarás por inculto, pero es a los humildes, a los pequeños, a los admirable de Jesús ante una tarea que abarca la Tierra entera y de
ignorantes a quienes el Padre se revela. No arrojes una anatema todo el género humano. Él ilumina con pocas palabras. Él salva por
absoluto sobre la ciencia; basta solamente con que conozcas el que la inmovilidad y el silencio de la Cruz. Toda la prudencia humana no
en tu vocación contemplativa, será de poco provecho. Ama leer invalidará Su palabra: “Cuando sea levantado sobre la tierra,
despacio, como un niño junto a su madre, las manos puestas sobre atraeré todo hacia Mí” (Jn 12, 32).
las rodillas de Dios con algún libro que hable “ex toto corde” de Él; Los Apóstoles, los grandes “convertidores”, los santos no han
de Jesús, de la Virgen, de tu alma, acechando la frase, la palabra sacrificado jamás, por apresuramiento, su coloquio con Dios.
que te dilatará en oración; ¡el instante del encuentro! Confiaban todo a su Providencia, y jamás dudaban de Él. Las
La Sagrada Escritura sea tu libro de cabecera. Es en ella donde realizaciones, incluso temporales, de los verdaderos contemplativos
serás iluminado por el Verbo. Es el alimento predilecto. Léela con son admirables, tanto como es la estéril idea de la agitación de los
corazón humilde –como comulgas- y con el mismo fin: encontrar a negocios que a Él no se ordenan. El puro amor de Dios es un filtro.
Dios. Paladéala; saboréala, versículo a versículo; Él se encuentra en Expulsará de tu alma no sólo todo lo que le es contrario, sino lo que
una atmósfera de oración. Cada palabra dictada por Dios está llena no la alimenta. Se opondrá a todo ruido capaz de sofocar o alterar
de Él. Adora-Lo, bajo la letra. Gustarás la embriaguez de esta Su voz: “Dum medium silentium tenerent omnia, et nox in suo
comunión con la Luz, con el Verbo que Dios ha proferido en el cursu medium iter haberet, omnipotens sermo tuus, Domine, de
tiempo, con palabras de resonancias eternas. coelis a regalibus sedibus venit” : “Un silencio lo envolvía todo, y, al
Es ahí donde adquirirás la ciencia de los santos, siendo la otra tan mediar la noche su carrera, tu Palabra todo poderosa, Señor, vino
poca cosa. desde el trono real de los cielos” (Sab 18, 14-15). Dios viene
cuando todo duerme sobre la tierra, todo lo que es de la tierra.
c) Cierra la puerta a las inquietudes
La “inquietud” pesa sobre el espíritu, sobre el corazón, sobre toda
alma. Envenena la existencia. Tengas lo que tengas que hacer, sean
cuales sean tus responsabilidades materiales o espirituales, no
enmarañes tu alma, y no permitas jamás que la inquietud te turbe.
Todo lo que tienes que hacer en religión es Su obra. Haz
generosamente lo que puedas, sabiendo que el éxito no depende
más que de Él, no de tus habilidades.
Si no buscas en ninguna cosa tu propia gloria, vivirás en una paz
inalterable, aunque tengas mucho que hacer aún. Una sola cosa hay
que temer: el pecado. Los caminos de Dios no son los nuestros.
Jesús triunfa por el fracaso. Nada ha cambiado desde hace veinte
siglos. Sé diligente, y pon los medios: es la voluntad de Dios. Pero
quédate persuadido de que nada tendrá éxito más que por Él. Si Él
no lo quiere, acepta el fracaso, así como todas sus consecuencias
humillantes y desagradables.
Entonces, serás libre. Hacer lo que Dios quiere: eso es lo que
importa; no el tener éxito. ¡Es tan tranquilizante pensar que el
Padre tiene en sus manos, el mundo y el corazón de todos los
hombres! Todo ocurre porque Él quiere; nada se hace que Él no lo
permita. ¿Por qué angustiarse con vanas preocupaciones?
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II. EVITAR LAS DISCUSIONES INTERIORES discreta. ¿No estás suficientemente cansado de conversar con los
hombres, que aún los evocas en tu espíritu para contarles tus
razones?
Observa, un solo día, el curso de tus pensamientos. Su
¡Sólo con Dios solo! Él lo sabe todo. Él lo puede todo. Él te ama. Si
sorprendente frecuencia y la viveza de tus discusiones interiores
supieses lo bueno que es tener la cabeza vacía de toda criatura
con interlocutores imaginarios, te sorprenderán.
para no admitir más que la imagen de Jesús-Cristo y de María, los
Y esto será sólo si lo referimos en relación para con las personas
reflejos creados más puros del Invisible. Habla con ellos: eso se
que te rodean.
hace sin ruido de palabras. Las palabras sirven de poco: ve, mira,
¿Cuál es su fuente habitual?
contempla. ¿Los miembros no son el honor de la cabeza? No
Nuestros disgustos acerca de Superiores que no nos quieren, no
apartes los ojos del divino Rostro del Cuerpo Místico. Es tu papel
nos estiman, no nos comprenden; son severos, injustos o muy
contemplativo.
estrictos respecto de nosotros, o de otros que llamamos
Nuestras discusiones interiores no son, frecuentemente, más que la
“oprimidos”. Disgustos con nuestros hermanos “incomprensivos”,
consecuencia de los altercados del día. Créeme: no discutas jamás
obstinados, desenvueltos, enredosos o insultantes...
con nadie; no sirve para nada.
Se erige un tribunal en nuestro espíritu, donde somos procurador,
Cada uno y cada una están seguros de llevar la razón y busca
presiente, juez y jurado; raramente abogado, si no es para nuestra
menos ser aclarado en sus dudas que vencer en una disputa de
propia causa. Se exponen los agravios; se sopesan las razones; se
palabras. Se retiran disgustados, atrincherados en sus posiciones, y
pleitea; uno se justifica; pero se condena al ausente.
la disputa continúa por dentro. Se acabó el silencio y la paz.
Quizás se elaboran planes de revancha o tretas vengativas.
Si no lo tienes que hacer por tu cargo, no intentes convencer. Pero
Tiempos y fuerzas perdidas para quien todo es nada, fuera del amor
si quieres permanecer tranquilo, pasa la página apenas se inicie la
de Dios. En el fondo, sobresaltos del amor propio, juicios
controversia. Acepta ser derribado al primer golpe y ruega
prematuros y temerarios, agitación pasional que se paga con la
dulcemente a Dios que haga triunfar su verdad en ti mismo y en los
pérdida de la paz interior, una disminución de la estima de nuestros
otros; y, a otra cosa: tu alma no es un forum, sino un santuario. Se
superiores y de nuestros hermanos, una consolidación lamentable
trata para ti, no de tener razón, sino de embalsamar a tu alrededor
de la estima que tenemos de nosotros mismos. Grave error;
con el perfume de tu amor. La verdad de tu vida testificará la de tu
perjuicio cierto.
doctrina. Mira a Jesús en su proceso: “callaba” (Mt 26 63),
Tratándote mal, en realidad nadie te perjudica, créelo. Es amargo,
aceptando las injurias; ahora Él es Luz para todo hombre que viene
sin duda. Ama ser desconocido y menospreciado. Tú eres Cristo
a este mundo (Cf. Jn 1, 9).
bajo el ultraje y la irrisión. Acepta con un alma dulce y silenciosa,
todo mal tratamiento que recibas. El hombre no es mas que un
instrumento; es la mano amante y fuerte de Dios la que lo guía y,
la que por ella, busca quebrar tu soberbia; doblar tu espinazo.
Abstente de dialogar en tu interior, ni siquiera un segundo, con
propósito deliberado, sobre los que te hacen algún mal. Nada útil
sale de ese pretorio clandestino.
En el de Jerusalén Jesús callaba. Cuando se levante la tempestad
de tu indignación, repite con apacible dulzura: “Gloria al Padre, al
Hijo y al Espíritu Santo”. Abísmate en el amor, la gloria, el gozo de
las divinas Personas; niégate toda mirada sobre ti mismo. Nada
turba la radiante e impasible felicidad de la Stma. Trinidad. La
opinión de los hombres no tiene valor ni interés: tú eres,
únicamente, lo que ante Dios eres. ¿No es una alegría indecible el
que El sea el único en juzgar lo más hermoso y puro de ti mismo?
¡Oh hermano, si pudieras comprender y gustar la dulzura de ser
conocido sólo de Dios! Sé dichoso al irradiar a Cristo, pero no te
turbes lo más mínimo porque esa irradiación sea aún demasiado
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III. COMBATIR LAS OBSESIONES INTERIORES “Un alma –concluye nuestro Cartujo- poco dotada de lucidez natural
pero que supiera confesarse y someterse al juicio de un director
(incluso si este último no posee mas que un mediano juicio) sería,
Esas ideas o esas imágenes que, con la insistencia de las moscas
por eso mismo, librada de muchos escrúpulos, de buen número de
inoportunas, se imponen a tu atención, no las destruirás ni
pensamientos tontos con los que otra alma estaría obsesionada.
totalmente ni en todo tiempo; te perseguirán sin descanso y por
Permanece modesto, abierto, dócil: he aquí los grandes remedios
todos los sitios. Confrontadas pausadamente con pensamientos de
contra estas falsas ideas cuya insistencia, exponen a volver
fe, su inconsistencia salta a la vista; su valor humilla por la ficticia
desgraciada la vida del solitario y quitarle su nobleza.
importancia que tienen. No deberían jugar ningún papel en nuestro
Es una descripción perfecta.
comportamiento; o un papel al menos muy modesto. No obstante,
están en primer plano y reclaman el timón. En nuestra vida
Segundo caso: la obsesión tiene “fundamento real”. Esto puede
enclaustrada, ¿cuáles son? Creerse menos querido, detestado,
darse. ¿Quién no está a veces enfermo, cansado, es incomprendido
perseguido, incomprendido; sentirse celoso o rebelde contra una
o perseguido? Y esto con toda verdad. La vida de los santos está
superioridad real o imaginaria que nos hace sombra en el orden del
llena de ejemplos de estos. La Providencia talla, burila, pule,
espíritu, de la estética, del “saber hacer” o de la virtud; inquietarse
martillea las almas sirviéndose de los que la rodean.
por los suyos, por su porvenir, o por el nuestro, turbarse,
La persecución por los buenos es también otra de las pruebas.
indignarse por la imperfección de los otros; inquietarse por la forma
Tal idea lancinante, tiránica, puede ser fundada y justa; pero la
de actuar de personas que no están sometidas ni a nuestra
importancia que toma en nuestra vida, viene a ser excesiva. No es
jurisdicción ni a nuestra autoridad. Un temperamento en el que
verdad que no podamos ya vivir felices, amar a Dios con paz,
predomina la imaginación y la sensibilidad; ciertas inclinaciones
santificarnos alegremente. Los defectos, pasiones, faltas, injusticias
nativas al autoritarismo o al orgullo; un egoísmo no combatido (o
de los otros, te purifican y te liberan de tu amor propio. En fe y
combatido flojamente) son prolíficos en obsesiones.
humildad, ofrécete a los golpes de Dios y sé amable con sus
Un Cartujo propone esta terapia; es buena.
instrumentos.
No es poca cosa el hecho de someterse y batirse en retirada cuando
Primer caso: la obsesión no tiene “fundamento real” (el caso más
se recibe un agravio. Con Jesús-Cristo, acepta con un corazón
frecuente). La obsesión es una quimera producida por la
pasible y silencioso el ser injustamente molestado. Todo tu ser se
exuberancia de nuestra imaginación, de nuestra hipersensibilidad,
revuelve; tu orgullo se resiste; tu sensibilidad se estremece. Más
de nuestra falta de olvido de sí mismo, o por nuestro poco
alta que la tempestad, brilla la luz de Jesús: el siervo no es más
menosprecio de nosotros mismos.
que su Maestro.
El procedimiento de fondo, piensa este monje, sería rectificar la
A los elementos perturbadores, imponles lo que dicta la fe y el
misma facultad de juicio (suponiéndola falsa) porque no ve las
amor: ahí es donde está nuestra cruz; mas en la cruz es donde
cosas tal como son en realidad. Entonces, ¿es posible un
reside la salvación.
enderezamiento?
Ofrécete como victima, con la mirada puesta sobre Cristo
De todas maneras, escribe, date tiempo para reflexionar. Antes de
sangrante, envilecido por las magulladuras, el sudor y los salivazos,
razonar, deja que se calmen tus nervios y la efervescencia de tu
etc.... Imprégnate, en la oración, del espíritu de las
imaginación. Tómate tiempo: algunos días de paciencia y propia
Bienaventuranzas. Llegarás a juzgar todas las cosas como tu
pacificación. Verás entonces, por el distanciamiento y
Maestro, y toda pena se te convertirá en alegría.
apaciguamiento, como todas las cosas toman sus proporciones.
“¡El que quiera venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que
Durante el periodo de agitación, guárdate de discutir, de decir, de
tome su cruz y me siga!” (Mt 16, 24). Verdaderamente, ¿conoces
obrar. La emoción turba la razón; la pasión descarría el juicio; el
algún otro camino?
amor propio lo vuelve injusto.
Sé humilde; por lo menos lo suficiente como para hacer controlar tu
juicio por otro que no tenga ningún interés comprometido en lo que
te preocupa, sobre todo si es sacerdote: él tiene gracia de estado
para discernir.
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CONCLUSIÓN
Por la gracia de Dios, observa estas cosas con toda paciencia y
fidelidad. La paz descenderá a tu alma; el silencio la envolverá.
Sobre el espejo calmado de las aguas purificadas, resplandecerá la
imagen de la Santísima Trinidad.
¡Es tan hermoso un corazón puro y solitario bajo la mirada de Dios!
No hay más que un canto. El de la eternidad:
Nota
Dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”
(Gén. 1, 26).