DERECHO CIVIL - Historia Del Derecho Civil Colombiano

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DERECHO CIVIL

El derecho privado está conformado esencialmente por el derecho civil. El derecho civil se
constituye en la columna vertebral del derecho privado, por tanto para una mejor
comprensión de las instituciones del derecho privado es necesario recordar brevemente su
origen.

EVOLUCION. El derecho civil en el derecho romano más antiguo era sinónimo de derecho
nacional, era el de los ciudadanos romanos, de aquellos nacidos en Roma como
contrapuesto al Ius Gentium, común a todos los hombres; también tenía el significado de
derecho privado en sentido estricto, o el de conjunto de ordenaciones de las autoridades, o,
por último, se refería al derecho no identificable con otra denominación especial. En la
edad media, derecho civil era expresión sinónima de derecho romano, en especial el
contenido de las compilaciones justinianeas entonces en vigor en el universo conocido, y
que predominaba sobre la legislación particular de cada país. Aún luego de las invasiones
bárbaras, su influjo continuó en muchas regiones. El derecho civil se refería en esa época a
todas las materias jurídicas, con exclusión de las que regulaba el derecho canónico. En esta
época aparece el fenómeno de la recepción del derecho romano bajo el impulso de juristas
de la 201 CARREJO, Simón.

El Derecho Civil parte general. Carrejo Simón. El Derecho Civil parte general. escuela de
Bolonia; tal movimiento consistía en la adopción integral del derecho romano como
derecho propio de varias naciones europeas. Los glosadores aplicaban al Corpus Iuris el
método de comentar los textos entre líneas y al margen de ellos, lo cual representaba un
avance frente al sistema anterior de solo reproducirlos. Los glosadores se limitaban a hacer
interpretaciones filológicas a las teorías del derecho romano. Hasta entonces, el derecho
civil era sinónimo del derecho privado; con el trascurso de los tiempos, se fueron
independizando de él varias ramas, que dieron nacimiento a nuevas materias jurídicas.

JUSTIFICACION. El derecho civil como la parte del derecho privado, que disciplina las
actividades lícitas de los particulares en cuanto tales, determinan las consecuencias
esenciales de los hechos y actos de la vida del hombre que interesan al derecho y
estableciendo la situación jurídica del ser humano en relación con sus semejantes
CARREJO, Simón. El Derecho Civil parte general. o en relación con las cosas. Lo
fundamental y característico del derecho civil es la consideración que hace del hombre
simplemente como persona, regulando por ello lo relativo a los sucesos significativos de su
vida, como el nacimiento, hecho natural que marca la iniciación de la personalidad jurídica,
la mayoría de edad, el matrimonio, los bienes, porque son el medio de satisfacer intereses
humanos. Siendo el hombre un ente de necesidades, toda su actividad, desde que nace,
tiende a satisfacerla, para lo cual busca bienes, con el auxilio de sus semejantes, con los que
se obliga a contratar o cambiar esos bienes, hasta que muere, dejando un patrimonio, por
todo esto se da la razón para que el código civil regule jurídicamente las distintas fases del
hombre en relación privada con sus semejantes204. El derecho civil como ocurrió en sus
inicios sigue siendo el general o común, constituye el núcleo de toda legislación, y cumple
función supletoria con respecto a las demás ramas jurídicas: cuando en ellas no se
CARREJO, Simón. El Derecho Civil parte general. encuentra tesis o norma aplicable, se
acude a las soluciones del derecho civil. Es una parte del derecho privado, porque
reglamenta las actividades lícitas y relevantes de los particulares considerados en cuanto
tales, determina las consecuencias esenciales de los hechos y actos del ser humano en sus
relaciones con los otros individuos de la sociedad206. Sus instituciones se refieren a
relaciones de un individuo con otro u otros, pero siempre considerados como particulares.
Reglamenta las actividades jurídicas de los sujetos en cuanto tales. El derecho civil se
ocupa de las siguientes materias. - Personas. Que comprende el estudio del sujeto de
derecho, su personalidad, capacidad, domicilio, estado civil, etc. - Familia. Es el trato de las
relaciones originadas de las necesidades biológicas y espirituales del Derecho civil
Personas. El Derecho Civil parte general. hombre, a través de las cuales este tiende a
perpetuar la especie: el matrimonio, o las que surgen y se relacionan con esas necesidades:
el divorcio, la adopción, la legitimación, el régimen patrimonial en el matrimonio, etc. -
Bienes y derechos reales. El sujeto de derecho para colmar sus intereses jurídicamente
tutelables, tiene necesidad de acudir a elementos del mundo exterior a obtenerlos: ello
propicia el surgimiento del estudio de los bienes y de los derechos con ellos vinculados, que
son los llamados derechos reales. Se estudia la posesión, la tenencia, la propiedad, los
modos de adquirirla, las limitaciones del mismo como el usufructo, la servidumbre, la
propiedad fiduciaria y en general los derechos reales. - Obligaciones y Contratos. El
individuo tiene la necesidad de intercambiar con sus semejantes bienes y servicios, y para
ello entra el derecho civil a regular los negocios jurídicos, entre ellos los contratos,
partiendo por supuesto de su fuente principal las obligaciones, se estudia su contenido,
clases, modos de extinguirse, etc. - Sucesiones. Por cuanto es necesario que el derecho
regule, que pasa cuando el sujeto del derecho muere.

DE LA CODIFICACION. La codificación es una ley que presenta un carácter particular, en


sentido de que ella se aplica a toda una rama del derecho positivo. Un código es un
conjunto de textos legislativos que reglamentan las diversas instituciones constitutivas de
una de las ramificaciones del derecho. Por ejemplo, el C.C. es el cuerpo de leyes que rigen
las relaciones de los hombres considerados como particulares, relaciones de familia o
relaciones pecuniarias. El código de procedimiento Civil contiene las reglas sobre la
manera de proceder ante los tribunales. ("se da el nombre de código a algunas leyes que
encierran un sistema de legislación sobre una materia determinada. Un código es una ley
que no difiere de las otras sino por una extensión y una importancia más grande"). La
codificación es un fenómeno que se produce en la mayor parte de los pueblos, en un
momento dado de su existencia. Sirve principalmente para unificar el derecho. Es así, por
lo que en el comienzo del siglo XIX, en Francia, se ha experimentado la imperiosa
necesidad de codificar el derecho civil, para poner fin a la diversidad del antiguo
derecho207. Los primeros códigos se hicieron en Alemania, pero el modelo del género y
unas de las cimas de la cultura jurídica será el Código Civil de Napoleón en 1807. Se puede
decir que inspiró casi todas las obras parecidas que se produjeron en el mundo entero en los
siglos XIX e incluso XX.

EL DERECHO CIVIL EN COLOMBIA. Así mismo, el derecho civil en Colombia ha


tenido todo un proceso evolutivo que comenzó desde el Descubrimiento de América; de
esta manera la historia del Derecho Civil se puede dividir en 2 períodos: el primero va
desde el Descubrimiento de América hasta la expedición del código civil en 1873, y el
segundo comprende todo lo relativo al código civil actual. De esta manera el primer
período se encuentra conformado en su mayoría por la legislación especial dictada por
España para sus colonias (legislación de Indias), el derecho español y la legislación
nacional (1825-1973). 207Carrejo Simón. El Derecho Civil. Parte general. 1. Legislación
de Indias. Se comenzó a dictar desde el año de 1503. Antes de esta se utilizó el derecho de
Castilla que era un fuente supletoria. Después de varios intentos se dictó la Recopilación de
las leyes de los Reinos de Indias en 1680, rigió hasta 1810. 2. El Derecho Español. Hasta
1825 el derecho de Castilla fue fuente subsidiaría porque en este año se dictaron las fuentes
del derecho de la Nueva República; las nuevas fuentes fueron: Las siete partidas de Alfonso
El Sabio (1256-1263) y La nueva recopilación que se expidió en 1567 en el reinado de
Felipe II. 3. Legislación Nacional. Las leyes expedidas por el Congreso desde 1825. El
segundo período es la expedición del Código Civil de Don Andrés Bello en 1873, hasta
nuestros días con las diferentes modificaciones que se le han hecho.

El Código Civil de Bello en Colombia*

FERNANDO HINESTROSA

SUMARIO: I. Legislación y formación de la República.- II. Codificación civil y acogimiento del Código
de Bello.- III. Modificaciones introducidas al Código de Bello por el Estado de Santander.- IV. El
matrimonio y la filiación en los demás códigos.- V. El Código Civil nacional.- VI. Modificaciones
inmediatas.- VII. Las principales leyes reformatorias del Código Civil.- VIII. En materia de
matrimonio, filiación, régimen sucesoral y estado civil.- IX. En materia de derechos reales.- X. En
materia de obligaciones y contratos.- XI. Conatos de reforma y sustitución del Código.- XII. Algunas
reformas producto de jurisprudencia pretoriana.- XIII. La responsabilidad en el ejercicio de
actividades peligrosas.- XIV. Algunas declaratorias recientes de inconstitucionalidad.- XV. Difusión
y empleo del derecho chileno en Colombia.- XVI. El futuro del Código Civil.

I. LEGISLACIÓN Y FORMACIÓN DE LA REPÚBLICA Igual que los demás virreinatos, provincias


y capitanías generales pertenecientes al Reino de las Indias, el Nuevo Reino de Granada,
hoy Colombia, estuvo regido durante la Colonia por las leyes españolas y las leyes
indianas, esto es, singularmente por las Siete Partidas, la Nueva Recopilación de Castilla,
la Novísima Recopilación y la Recopilación de Indias. Alcanzada del todo la independencia
en 1819, y coligadas las Repúblicas de Venezuela y la Nueva Granada, el Congreso de
Angostura expidió el 17 de diciembre de ese año una “Ley Fundamental de la República
de Colombia”, conformada por los departamentos de Venezuela, Quito y Cundinamarca,
nombre este que sustituyó al de Nueva Granada. El Congreso reunido en Cúcuta en 1821,
con representación de dichos tres departamentos, expidió una “Ley Fundamental de la
República de Colombia”, cuyo artículo 188 dispuso: “Se declaran en su fuerza y vigor las
leyes que hasta aquí han regido en todas las materias y puntos que directa o
indirectamente no se opongan a esta * Contribución al Congreso internacional en
conmemoración del CL aniversario de la promulgación del Código Civil de Chile, Santiago
de Chile, 3 a 6 de octubre de 2005. 5 6 FERNANDO HINESTROSA Constitución ni a los
decretos y leyes que expidiere el Congreso”. La Gran Colombia subsistió hasta 1830,
cuando Venezuela y Ecuador se separaron y se erigieron en repúblicas independientes, y
formalmente desapareció con la “Ley Fundamental de la Nueva Granada” de 1831,
formada como “un estado por las Provincias del Centro de Colombia”1. FRANCISCO DE
PAULA SANTANDER, Vicepresidente de la Gran Colombia, encargado del poder ejecutivo
mientras los ejércitos libertadores consumaban la independencia de Venezuela, Ecuador,
Perú y Bolivia, “deseando el gobierno emplear todos los medios posibles, a fin de
presentar al futuro Congreso un proyecto de Código Civil y Criminal que facilite la
administración de justicia en la República, sin las trabas y embarazos que ofrece la actual
legislación española, y considerando que un trabajo de tal naturaleza demanda tiempo y
serias meditaciones a que tal no podría entregarse el Congreso ocupado en el corto
período de las sesiones de objetos de mayor preferencia”, creó por medio del Decreto del
5 de enero de 1821 “una comisión de letrados para que preparara un proyecto de código
civil y uno de código criminal […] Comisión que habría de redactar ‘un proyecto de
legislación propio y análogo a la República’, teniendo en cuenta tanto los códigos civiles y
penales más célebres de Europa, la legislación española, como las bases fundamentales
de organización del Gobierno de Colombia”2. No se tiene noticia de que la Comisión
hubiera adelantado su trabajo y menos de que hubiera cumplido su cometido. Avanzado
el año de 1829, BOLÍVAR, quien para entonces había asumido la plenitud de los poderes,
dispuso que una comisión examinara el Código de NAPOLEÓN para presentarlo, con las
reformas del caso, al Congreso Constituyente3 previsto para comienzos del año siguiente.
Tampoco hay rastro del desempeño de tal comisión. Estos antecedentes nacionales
corren parejos con la conocida iniciativa de Dn. BERNARDO O’HIGGINS en 1822, para
Chile, de que se tradujera y pusiera en vigor el Code civil français4 , común para entonces
en la América hispana, que se cristalizó en el Código Civil de Oaxaca y en el de la
República Dominicana, explicable como reacción natural movida por el ánimo de afirmar
la soberanía reciente, análogamente a como lo habían venido haciendo los nuevos
Estados nacionales europeos, acá, además, como ruptura con el régimen español
abominado, en especial luego de la 1 F. VÉLEZ. Datos para la historia del derecho nacional,
Medellín, Imprenta del Departamento, 1891, 8 y 10. 2 F. MAYORGA-GARCÍA. El proceso
de codificación civil en Colombia, Bogotá, 2005, manuscrito, 3. ÍD. “Pervivencia del
derecho español durante el siglo XIX y proceso de codificación civil en Colombia”, Revista
Chilena de Historia del Derecho, n.º 14, Santiago, Facultad de derecho de la Universidad
de Chile, 1991, 291-313. 3 ÍD. El proceso de codificación civil en Colombia, cit., 4. 4 P.
LIRA-URQUIETA. Introducción, en Andrés Bello, XII, Código Civil de la República de Chile, I,
Caracas, Ministerio de Educación, 1954, XIV. El Código Civil de Bello en Colombia 7 guerra
a muerte, y en lo que hace al seguimiento del modelo francés, por el deslumbramiento
general que aquí y allá produjo dicha codificación. Una Ley del 4 de mayo de 1843 dispuso
que el poder ejecutivo hiciera formar y publicar una recopilación de leyes y decretos
expedidos por la República, vigentes hasta la fecha. Esta obra se formó y publicó en
18455. En 1854 fueron presentados a la consideración del Congreso proyectos de varios
códigos, entre ellos el civil6, ninguno de los cuales prosperó. Por Ley del 29 de junio de
1858, la Confederación Granadina estableció el orden en que debían aplicarse las leyes:
1.º La que expida el Congreso de la Federación; 2.º Las expedidas por los congresos de la
Nueva Granada desde 1845 hasta 1857; 3.º Las de la Recopilación de Granadina; 4.º Las
pragmáticas, cédulas, órdenes, decretos y ordenanzas del Gobierno español en el
territorio que forma la Confederación Granadina; 5.º Las de la Recopilación de Indias; 6.º
Las de la Nueva Recopilación de Castilla; 7.º Las de las Partidas7.
II. II. CODIFICACIÓN CIVIL Y ACOGIMIENTO DEL CÓDIGO DE BELLO A partir de la Constitución
de la República de la Nueva Granada de 1853 y durante la Confederación Granadina (de
1858 a 1863) y los Estados Unidos de Colombia (de 1863 a 1886), se fueron creando
Estados sucesivamente: Panamá, Antioquia, Cauca, Cundinamarca, Boyacá, Bolívar,
Magdalena, Tolima, con poder para dictar su propia Constitución y adoptar códigos. En
esa razón, cada Estado fue expidiendo su propio Código Civil, como también lo hizo luego
la Unión, respecto de los territorios administrados por ella. Téngase presente que
paralelamente la Nación emprendió otras reformas fundamentales: la separación del
Estado y de la Iglesia, la desamortización de los bienes de “manos muertas”, la
universalización y laicización de la educación. Para el año de 1856, Dn. MANUEL ANCÍZAR,
distinguido científico, diplomático y político, quien había desempeñado la representación
nacional ante el Gobierno de Chile, donde trabó amistad con Dn. ANDRÉS BELLO, se
dirigió a él en estos términos: … se ha dado en mi país el último paso para establecer por
fin la completa independencia municipal de las secciones, las cuales en lo sucesivo se
gobernarán por sí mismas siendo dueñas de todos sus intereses particulares. Entre las
nuevas atribuciones que están a punto de conferirse a las grandes provincias que se
organizarán dentro de un año con el nombre de Estados, se numera la de darse cada cual
la legislación civil y penal que convenga. Pues bien, de varias partes me han manifestado
el deseo de poseer el Código civil que U. elaboró para Chile, y me han hecho el encargo de
solicitarlo. Es seguro que U. 5 VÉLEZ. Datos para la historia del derecho nacional, cit., 209.
6 MAYORGA-GARCÍA. El proceso de codificación civil en Colombia, cit., 5. 7 VÉLEZ. Ob. cit.,
77. 8 FERNANDO HINESTROSA con su bondad genial, se prestará a satisfacer aquel deseo
recomendable, pues se trata de aprovecharnos del saber de otros países y de preferir a
cualesquiera otras las doctrinas legales profesadas en nuestra Sur América, lo cual puede
ser un primer paso dado hacia la apetecida unidad social de nuestro continente8. Dicha
petición fue atendida sin tardanza, y el Ministerio de Relaciones de Chile envió cuatro
ejemplares del “Código civil que debía regir desde el 1.º de enero del próximo año”9. El
Estado de Santander, constituido en mayo de 1857, emprendió la labor de darse un
Código Civil, que culminó con la expedición de la ley el 12 de octubre de 1858, sancionada
el día 18, por el doctor MANUEL MURILLO TORO, Presidente del Estado, quien había
puesto todo empeño en su elaboración, análogamente a como luego habría de hacer con
el Código Civil de la Nación en 1873, siendo Presidente de la Unión. El artículo 1.º de
aquella ley dispone: “Adóptase como lei del Estado el Código civil de la República de Chile,
sancionado el 15 de diciembre de 1855, con las adiciones, supresiones i variaciones
siguientes…” 10. Ese Código habría de comenzar a regir el 1.º de enero de 1860, pero su
eficacia se pospuso hasta el 1.º de julio del mismo año11. Paralelamente, avanzado el año
de 1857, el recientemente creado Estado de Cundinamarca dispuso la elaboración de
códigos, entre ellos el civil, tarea en la que se avanzó a lo largo del año siguiente, a cuyo
final fue aprobado. Sancionada la ley el 8 de enero de 1859 y dispuesta su entrada en
vigor para el 1.º de junio siguiente, el comienzo de su vigencia fue aplazado luego hasta el
1.º de enero de 186012. El Estado del Cauca, por Ley del 8 de octubre de 1859, adoptó el
Código Civil de Chile, que debería entrar a regir el 20 de julio de 186013, habiendo
tomado al de Cundinamarca como modelo. El 23 de octubre de 1860, el Estado de
Panamá expidió el Código Civil, cuya vigencia comenzó el 1.º de marzo de 1862. Y en
noviembre de aquel año se dispuso la vigencia en el nuevo Estado del Tolima de las leyes
que regían en el Estado de Cundinamarca14. El Estado de Bolívar expidió un Código Civil el
1.º de febrero de 1862, que comenzó a regir el 26 de julio de 186215. Y uno segundo el 22
de noviembre de 1883, siempre dentro del patrón del chileno. 8 E. HARKER PUYANA. “El
Código de don Andrés Bello en Colombia”, Revista de la Academia Colombiana de
Jurisprudencia, n.º 201, 1973, 29; MAYORGA-GARCÍA. El proceso de codificación civil en
Colombia, cit., 7. 9 Ibíd., 9. 10 La ley de la Asamblea Legislativa del Estado fue publicada
en Gaceta de Santander, año I, n.º 60, Bucaramanga, 6 de noviembre de 1858. 11 Según
ley del 6 de julio de 1859, publicada en Gaceta de Santander, n.º 79. Cfr.
MAYORGAGARCÍA. Ob. cit., 35. 12 Ibíd., 9, 32 y 34. 13 Ibíd., 35. 14 Ibíd., 36 y 40. El Código
Civil de Bello en Colombia 9 En noviembre de 1863, el Estado de Boyacá adoptó el Código
Civil de Cundinamarca, con vigencia desde el 10 de noviembre de 1864. El Estado de
Antioquia hizo otro tanto por ley de septiembre de 1864, que entró a regir el 1.º de enero
de 186516. El Estado de Magdalena, que se había anticipado a expedir un Código Civil de
cuño diferente en 1857, en octubre de 1866 adoptó el Código de Cundinamarca, llamado
a regir desde el 1.º de febrero de 1867. Por la Ley 84 del 26 de mayo de 1873, los Estados
Unidos de Colombia adoptaron como Código Civil de la Unión el Código Civil de Chile, con
algunas modificaciones, siguiendo el ejemplo de otras naciones hispanoamericanas y de
los distintos Estados colombianos, código aplicable en los territorios administrados
directamente por el Gobierno Nacional17. Queda así en claro cómo y cuándo llegó a
nuestro país el Código Civil de Chile o Código de Bello. Los Estados de la Confederación
Granadina, luego de los Estados Unidos de Colombia, lo fueron adoptando
sucesivamente, todos, y por último la Unión, con algunas modificaciones que se habrán
de resaltar más adelante, a partir del Estado de Santander, que sancionó la ley el 18 de
octubre de 1858, seguido del Estado de Cundinamarca, que hizo lo propio el 8 de enero
de 1859. Solo que este comenzó a regir el 1.º de enero de 1860 y aquel el 1.º de julio
siguiente. Y cuando se erigió la República unitaria, el Código Civil de la Unión de 1873, una
versión bastante próxima al original del señor BELLO, fue adoptado para toda la Nación. El
Código Civil de Chile tiene 2.524 artículos en numeración continua, más uno llamado
“final” relativo a su observancia: a partir del 1.º de enero de 1857, pues concluye con el
título XLII del libro 4.º, “De la prescripción”, al paso que los códigos colombianos llegan al
artículo 2.683, al agregar un título “De los notarios públicos en los territorios” y otro “Del
registro de instrumentos públicos”, que, por cierto, fueron rehechos y desglosados del
Código, en su orden, mediante los decretos extraordinarios 960 y 1250 de 1970. De todas
formas los códigos colombianos contienen veintiún artículos más, resultantes de
preceptos adicionales introducidos en el título preliminar

EL CÓDIGO CIVIL NACIONAL Abolida la Constitución Federal de 1863 y configurada la República


unitaria y centralista de Colombia por la Constitución de 1886, el año siguiente fue expedida por el
llamado Consejo Nacional Legislativo la Ley 57, cuyo artículo 1.º previó: “Regirán en la República,
noventa días después de la publicación de esta ley, 14 FERNANDO HINESTROSA con las adiciones y
reformas de que ella trata: el Código civil de la Nación, sancionado el 26 de mayo de 1873…”.
Resultado del cambio político y constitucional del país en 1886 fue dicha adopción del Código Civil
de la Unión, como Código Nacional, por la Ley 57 de 1887, seguida a los cuatro meses de la Ley
153, que, fuera de establecer los linderos de la vigencia de la ley en el tiempo, con incorporación
de las más de las disposiciones de la Ley chilena del 7 de octubre de 1861 sobre “el efecto
retroactivo de las leyes”, sentó pautas fundamentales sobre interpretación de la ley y aplicación
de “la doctrina constitucional y las reglas generales de derecho”, que en distintas épocas le han
permitido a la jurisprudencia pretoriana avances importantes del derecho. VI. MODIFICACIONES
INMEDIATAS Expresión del carácter regresivo del vuelco del país, fue la reforma del Código de la
Unión recién adoptado. Así, la Ley 57 de abril de 1887 dispuso que la solicitud de reconocimiento
del hijo legítimo se puede formular con el solo objeto de exigir alimentos, y que los hijos legítimos
excluyen a todos los otros herederos, y la Ley 153 de agosto de 1887, permitió la citación del
supuesto padre para que declarara sobre la paternidad, igual que la declaración del raptor, pero
en los dos casos, exclusivamente con efecto en caso positivo, limitado al cobro de alimentos
necesarios. Esas leyes eliminaron el divorcio y el registro civil exclusivo del Estado, al aceptar como
prueba principal de las partidas eclesiásticas católicas de bautismos, matrimonios, legitimaciones y
defunciones. La Ley 30 de 1888 dispuso la nulidad ipso iure del matrimonio puramente civil por el
matrimonio católico posterior. Y la Ley 35 del mismo año, aprobatoria del Concordato con la Santa
Sede de 1887 preceptuó que todos los católicos, es decir, todos los bautizados, solo podrían
contraer matrimonio de conformidad con las disposiciones del Concilio de Trento, y que las causas
de nulidad y separación de cuerpos serían del conocimiento exclusivo de la curia romana.

EL FUTURO DEL CÓDIGO CIVIL.


A esta altura de la presentación sobreviene ineludible la pregunta de qué hacer con el Código
Civil, sobre la base de que buena parte de su orientación y de sus disposiciones corresponden a
mentalidad, método y, sobre todo, circunstancias universales, regionales y nacionales no solo
diferentes sino, en cuántos casos, contrastantes con de las de hoy. ¿Redactar un estatuto nuevo?,
¿seguir con la práctica de la “descodificación” y promulgar leyes dispersas reguladoras de materias
específicas, al calor de los impulsos y de las presiones de distintos sectores?, ¿optar por una
revisión de libro por libro, en el orden que sea? Estas inquietudes estuvieron presentes en los
sucesivos encuentros que tuvieron lugar el año pasado con oportunidad de la conmemoración del
bicentenario del Code civil, tanto en Francia como en los distintos países que recibieron el influjo
de dicho ordenamiento. Están los ejemplos dispares de los códigos europeos y americanos de la
última generación: en orden cronológico, el Bolivia, el de Perú, el de Paraguay, el de los Países
Bajos, el de Quebec y el de Brasil; y de las reformas del BGB y del Distrito Federal de México.
Además del Proyecto de código de Argentina. Y por último el Ante-Proyecto de reforma del
derecho de las obligaciones (título III, libro III del Code civil), presentado hace dos semanas por la
Comisión presidida por el Prof. PIERRE CATALA al Guarda Sellos, Ministro de la Justicia francés, y el
de adición del mismo Código con la materia de las garantías, a cargo de MICHEL GRIMALDI,
auspiciados ambos por la Association Henri Capitant. ¿Qué tan apremiante es el aggiornamento
del Código de BELLO? Para responder habría que tener en cuenta que el estado de la cuestión es
diferente en lo que hace a los varios libros que lo conforman. El tema de la familia, como se anotó,
ha sido insistentemente retocado y podría decirse que está al día. Allí el riesgo consiste en las
tendencias separatistas de lo que se denomina “derecho del menor”, en las que no dejan de
advertirse nostalgias de la regulación estatal autoritaria de la familia, en contravía con la
denominada “contractualización” de las relaciones en dicho campo, que campea en la mentalidad
contemporánea. La cuestión sucesoral, comenzando por el testamento, ha venido a menos, como
quiera que el problema tributario o impositivo opaca las cuestiones de derecho sustantivo, y que
la igualación de los derechos de todos los hijos, en la normatividad y más en la consideración
social, dejó de lado la disputa entre los de distintas camadas, a tiempo que el establecimiento de
la filiación pasó de ser una materia jurídica doctrinaria y procesal a un resultado de prueba de
laboratorio biológico. La disciplina de las obligaciones y en particular la de los contratos, la más
estable de todas a lo largo y ancho del mundo, trae consigo el dilema de si ha de ser un solo el
régimen: de derecho privado, o si ha de mantenerse la dualidad de derecho civil y derecho
comercial, que si no eliminó del todo, sí atenuó valiente y acertadamente el Código Civil italiano,
seguido por los latinoamericanos de la 26 FERNANDO HINESTROSA última generación. Cuestión
que se enlaza y torna más compleja con el auge del comercio internacional y los intentos de
unificación, si no de códigos, sí de principios en distintas regiones, ante todo en Europa. Todo
mueve a pensar que, sin perjuicio de la presencia de estatutos singulares, como los relativos a los
derechos financiero y bursátil y de la navegación marítima y aérea, el régimen de las obligaciones y
de los contratos ha de tener unidad de principios, al margen de que en determinados sectores,
ratione materia o ratione persona, y valga el ejemplo del derecho del consumo, se inserten
orientaciones más intervencionistas o más protectoras, por cierto no incompatibles con los
principios generales, reservados al Código, que bien pueden ser permeados por aquellas, a la vez
que pueden contribuir a morigerar los de estas, en un movimiento de vasos comunicantes, que
alienta la ilusión de avance, a tiempo que el deseo de temperamento. No creo que nuestros países
estén maduros para una nueva codificación iusprivatista. Y no lo digo solamente observando el
resultado del cotejo entre la claridad, precisión, concisión y nobleza del lenguaje del señor BELLO,
que otro tanto se ha dicho del idioma del Code civil, con la ampulosidad, ambigüedad y dispersión
de la legislación actual, proclive a atentar contra el derecho fundamental a la claridad e
inteligibilidad de la norma. Simplemente la reforma del Código Civil, y más la redacción de uno
nuevo, no es la prioridad nacional de hoy. Hace un par de años, el presidente de la comisión
primera constitucional de la Cámara de Representantes resolvió encargar intonsamente a un
grupo de personas la elaboración de un nuevo Código Civil, invocando como razón definitiva la de
que el actual tiene más de cien años; esto es, porque se encuentra en edad de “retiro forzoso”. En
1971 fue promulgado el nuevo Código de Comercio, con espíritu de relevo del Código Civil, cuyo
libro 4.º, relativo a las obligaciones y los contratos, siguió a pie juntillas la pauta del Código Civil
italiano, especialmente aquellas “Dei contratti in generale”. En tales condiciones, cualquiera
reforma en la materia habría de tener en cuenta esa doble dualidad de los ordenamientos: la
duplicidad de la disciplina y la diversidad de las normas, que incluso ha llegado a suscitar
problemas de monta, dado el espíritu de absorción del Código mercantil y la dificultad en muchos
casos de establecer el carácter comercial o civil de la operación, y habría de proceder haciendo pie
en los principios generales del derecho. Pienso, sin más, que a todas luces sería preferible
adelantar con tiento y serenidad, singularmente en cuanto a las obligaciones y los contratos, un
inventario de las materias, cuestiones, normas que puedan juzgarse obsoletas o sobrepasadas por
los hechos; de los vacíos o lagunas que la doctrina y la jurisprudencia han ido encontrando en la
ordenación; de las orientaciones, vacilaciones, avances de la jurisprudencia y de la doctrina, con
miras, sea a su inserción en el Código, sea a la variación de su sentido, antes de hablar de proyecto
de reforma propiamente dicha del Código Civil. El Código Civil de Bello en Colombia 27 Me auguro,
pues, que tendremos Código de BELLO para un buen rato, especialmente en la medida en que
enarbolando sus principios de justicia, buena fe, equidad, equilibrio, prevalencia del interés
público y solidaridad, la jurisprudencia los vaya proyectando a las nuevas circunstancias, con
independencia, vigor e idealismo. Pues de otro modo, el muro de contención sería desbordado
más pronto que tarde, con la fuerza centrífuga, dispersa e impulsiva que desencadena la
represión.

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