SEPTIMOGUIAS 1 Y 2 (4 Semanas)
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SEPTIMOGUIAS 1 Y 2 (4 Semanas)
QUE ES LA CARTOGRAFÍA .
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TALLER
Dentro o fuera del SIG, el mapa es el medio por excelencia para transmitir la información geográfica de modo visual. Ser
capaz de crear representaciones óptimas durante el trabajo con un SIG implica ser capaz de entender cómo crear un
mapa y saber escoger qué tipo de mapa es el más adecuado en función de la información a mostrar. En este capítulo
estudiaremos todo lo relativo a los mapas y sus conceptos fundamentales, así cómo las consideraciones necesarias a la
hora de crearlos, con objeto de poder abordar en el siguiente el trabajo directo de visualización dentro de un SIG y
analizar qué aporta este al concepto clásico de mapa.
Para seguir este capítulo es necesario haber estudiado el capítulo anterior, ya que haremos uso de las ideas entonces
presentadas acerca de las variables visuales. Algunos conceptos relativos al diseño cartográfico han aparecido ya en
capítulos previos, por lo que no se repetirán en este. En particular, el capítulo Fundamentos_cartograficos dedicado a
los fundamentos cartográficos y geográficos contiene materia que debe conocerse antes de abordar la lectura del
presente.
Introducció n
Los mapas han sido empleados desde la antigü edad para recoger la informació n geográ fica y transmitirla. Como ya
dijimos en el capítulo anterior, podemos entender un mapa como un medio de comunicació n visual que constituye
un lenguaje con un objetivo particular: la descripció n de relaciones espaciales. Una mapa es, pues, una abstracció n
simbó lica de algú n fenó meno real, lo cual significa que presenta un cierto grado de simplificació n y generalizació n.
El diseñ o, producció n y uso de un mapa como forma de comunicació n conforma lo que se conoce como proceso
cartográfico. Má s concretamente, el proceso cartográ fico conlleva cuatro etapas o subprocesos, a saber:
Recoger los datos.
Manipular y generalizar los datos para diseñ ar y construir mapas.
Visualizar el mapa.
Interpretar la informació n.
La labor del cartó grafo se centra en el segundo de estos puntos, mientras que el usuario del mapa lleva a cabo los dos
ú ltimos. Será en esa construcció n de los mapas en lo que nos fijemos a lo largo de este capítulo, para conocer los
conceptos y reglas que rigen la comunicació n cartográ fica a través del uso de mapa. El lenguaje visual que
estudiá bamos en el capítulo Conceptos_basicos_visualizacion se convierte ahora en un lenguaje cartográ fico al
adaptarlo al caso particular de la creació n de mapas, y estas reglas (equivalentes a la gramá tica y la sintaxis de un
lenguaje hablado) son imprescindibles para poder crear cartografía que facilite las citadas labores del usuario
posterior de esta. Este conjunto de ideas relativas a la producció n de mapas dan forma a lo que conocemos
como diseño cartográfico.
El diseñ o cartográ fico implica la toma de decisiones por parte del cartó grafo. Algunas de estas decisiones pueden ser
la cantidad de simplificació n que debe realizarse o los símbolos que han de emplearse para plasmar la informació n a
transmitir. Las ideas desarrolladas en los pró ximos apartados conforman una base de conocimientos que facilita la
toma de decisiones correctas en este sentido.
Dos formas
distintas de mostrar una informació n a través de un mapa. En funció n del propó sito de este y el publico al que va
dirigido, cada una de ellas podrá ser adecuada o no. (Imá genes cortesía de AEMET)$$\label{Fig:PropositoMapa}$$
Entre los elementos fundamentales que se han de elegir en funció n del propó sito del mapa se encuentran los
correspondientes a la base matemática del mapa: escala y proyecció n. La escala condicionará el tipo de estudios que
será posible llevar a cabo con el mapa, y establecerá el nivel de detalle que se desea comunicar a través de este
(siempre, obviamente, dentro de los limites de la escala a la que se hayan recogido los datos). Por su parte, la
proyecció n debe considerarse en funció n de sus propiedades. Como ya vimos en el apartado TiposProyecciones, toda
proyecció n implica algú n tipo de distorsió n. Existen así proyecciones que mantienen las á reas, las distancias o los
á ngulos. Segú n qué trabajo se espere con el mapa será má s indicado hacer uso de una u otra de ellas, ya que no es lo
mismo un mapa catastral que una carta de navegació n, y la elecció n de una proyecció n inadecuada puede convertir
un mapa en una herramienta inú til para la tarea que se pretende realizar.
El otro aspecto importante a considerar es la forma en que transmitimos la informació n a través del mapa, es decir,
el tipo de mapa, como hemos visto en el ejemplo propuesto. Dentro de este capítulo estudiaremos los tipos de mapas
má s habituales y las características que los definen, así como la forma de crearlos correctamente.
Mapas de puntos
Los mapas de puntos se emplean especialmente para la representació n de variables que representen algú n tipo de
cantidad, tales como la població n, el gasto medio por persona o la producció n de un determinado cultivo. Estas
cantidades se representan mediante la repetició n de puntos, en numero proporcional a su magnitud. Cada uno de
esos puntos representa un valor unitario, y el conjunto de ellos sobre la zona en cuestió n suma la cantidad total a
representar. Los puntos tienen todos la misma forma y tamañ o, a diferencia de lo que vimos en el caso de los
símbolos proporcionales.
Los mapas de puntos transmiten de forma muy eficaz los valores que representan, obteniéndose este por el mero
recuento, aunque visualmente permiten una estimació n inmediata y pueden compararse entre las distintas zonas del
mapa. Por esta razó n, son especialmente adecuados para variables discretas má s que para continuas, aunque
también pueden emplearse para estas ú ltimas.
Aunque podrían crearse con cualquier otro símbolo, ya que es la repetició n de este la que transmite la informació n,
lo má s habitual es el empleo de puntos, de ahí el nombre genérico que se les da.
Tres son los aspectos que deben tenerse en cuenta a la hora de elaborar un mapa de puntos: el valor de cada punto
(es decir, cuá ntas unidades de la variable representa cada punto), su tamañ o y su posició n.
Si los valores de la variable que se manejan son bajos, se puede establecer como valor del punto la unidad. Es decir,
un punto representa sobre el mapa un habitante en el caso de un mapa de població n. No obstante, con valores altos
(como en el caso de la població n) esto da lugar a un nú mero demasiado elevado de puntos que saturan el espacio del
mapa y no transmiten adecuadamente la informació n. Por ello, cada punto debe representar un nú mero mayor de
elementos de la variable representada, de tal modo que no aparezcan en demasía en el mapa, solapá ndose unos con
otros. Si el valor escogido es demasiado alto, aparecerá n pocos puntos en el mapa, y este puede quedar poco
expresivo y no transmitir la distribució n de la variable. Debe, por tanto, escogerse un valor adecuado que equilibre la
presentació n de los puntos sobre el mapa. Este valor se representará en la leyenda para su interpretació n,
habitualmente en forma de texto, escribiendo por ejemplo, que «un punto equivale a 1000 habitantes».
La elecció n del tamañ o del punto debe garantizar la buena visibilidad de este, al tiempo que no debe ser
excesivamente grande para que no ocupe demasiado espacio y dificulte la visió n de otros. Obviamente, el tamañ o
ó ptimo está en relació n con el valor unitario escogido, y ambos pará metros deben establecerse conjuntamente para
lograr la combinació n má s adecuada.
Por ú ltimo, la posició n del punto es de gran importancia para transmitir la informació n correcta y no dar lugar
ambigü edades o incorporar errores conceptuales. Si no disponemos de informació n adicional y solo tenemos el valor
correspondiente a una zona dada, los puntos se han de disponer de forma regular ocupando toda la superficie de la
zona. Si, por el contrario, sabemos algo má s acerca de la distribució n de la variable, debemos emplear esa
informació n para emplazarlos de forma má s realista. Si, por ejemplo, la zona corresponde a una provincia y sabemos
la localizació n de la principal ciudad dentro de ella, es má s ló gico situar má s puntos cerca del emplazamiento de esa
ciudad que en otras partes de la provincia, ya que una mayor parte de la població n estará allí.
Otro aspecto a considerar es el significado de la variable que se representa y la posibilidad o no de que aparezca en
las distintas localizaciones de los puntos. Si la variable es, por ejemplo, el numero de ejemplares avistados de un
determinado ave acuá tica, situar los puntos sobre zonas urbanas o de bosque no tiene sentido, ya que dan a entender
que ahí hay presencia de esa especie (tantos ejemplares como los puntos en cuestió n indiquen), algo que es falso.
En los dos casos anteriores va a resultar necesario «mover» los puntos a su localizació n má s correcta, algo que,
habitualmente, no resulta posible con los mecanismos automatizados de que dispone un SIG. El chequeo del mapa
creado resulta, por tanto, imprescindible para comprobar que existen puntos en posiciones erró neas. El uso de
herramientas externas tales como programas de diseñ o grá fico, segú n vimos en el
capítulo Introduccion_visualizacion, es una solució n para retocar los mapas creados y obtener una distribució n de
los puntos má s correcta.
La imagen \ref{Fig:MapaPuntos} muestra un ejemplo de un mapa de puntos.
Mapa de puntos.$
$\label{Fig:MapaPuntos}$$
Mapas de isolíneas
Los mapas de isolíneas son unos de los má s usados para la representació n de informació n cuantitativa, en particular
cuando se trata de variables continuas. Se utiliza habitualmente para representar campos escalares y constituye una
forma muy efectiva de incorporar esta informació n en un mapa, ya que puede combinarse con otros tipos de mapas y
de informació n, debido a que, al representarse ú nicamente mediante líneas, permite la presencia de otros elementos
dentro del mapa sin resultar obstrusiva.
Un mapa de isolíneas está formado por un conjunto de líneas, cada una de las cuales une puntos que presentan el
mismo valor de la variable. Estas líneas no pueden cruzarse, ya que ello significaría que en un punto se presentan dos
valores. El caso má s típico de mapa de isolíneas son las curvas de nivel que aparecen el un mapa topográ fico,
indicando la elevació n del terreno. Otras variables que habitualmente se representan mediante curvas de nivel son la
temperatura (en cuyo caso, las líneas se denominan isotermas), la presió n (isobaras) o el tiempo (isocronas). En el
caso de las curvas de elevació n, estas se conocen como isohipsas, aunque resulta mucho má s habitual denominarlas
simplemente curvas de nivel, nombre que se emplea también por extensió n como sinó nimo general de isolíneas.
Para una variable continua, los valores que esta puede tomar son infinitos, por lo que el nú mero de isolíneas que
pueden trazarse también lo es. Por ello, es necesario seleccionar qué isolíneas se desea representar, estableciendo
clases y representando tan solo los límites de estas. A pesar de esta divisió n, no resulta habitual un aná lisis complejo
a la hora de establecer la distintas clases, tal y como se detalló en el apartado CreacionClases. En su lugar, se emplean
en la gran mayoría de casos intervalos iguales, siendo el tamañ o de cada clase (el rango de valores que cubre) el
ú nico pará metro a definir. Este pará metro es lo que se conoce como equidistancia en un mapa de curvas de nivel.
La construcció n de un mapa de curvas de nivel es una tarea compleja que requiere de unas técnicas particulares que
no detallaremos aquí. La razó n para esto es que, dentro de un SIG, esas técnicas se aplican de forma distinta a través
de procesos como los que ya hemos visto en la parte correspondiente del libro. El problema principal para la
construcció n del mapa de isolíneas es estimar el trazado de estas a partir de valores puntuales, lo cual coincide con lo
que vimos en el capítulo Creacion_capas_raster acerca de los distintos métodos de interpolació n. Por esta razó n,
dentro de un SIG el procedimiento a seguir será calcular una capa rá ster a partir de valores puntuales, y después
crear las isolíneas a partir de esta capa segú n lo visto en el apartado Isolineas, no siguiendo la metodología clá sica de
creació n de estas a pesar de que los fundamentos teó ricos subyacentes (las técnicas de interpolació n) son los
mismos en ambos casos.
Algo que si debe citarse en lo que respecta a la creació n de las isolíneas, ya sea con o sin la ayuda del SIG, es la
diferencia entre las denominadas isaritmas o líneas isométricas y las isopletas. Las isartimas expresan una variable
que existe como tal en aquellos puntos por los que pasa la isolínea, como por ejemplo en el caso de la elevació n. Una
curva de nivel de 100 metros pasa por un punto en el que la elevació n es exactamente igual a 100. Con otras
variables, sin embargo, el valor no tiene que existir como tal en esos puntos, y la isolínea es solo una forma de
representar el comportamiento de la variable. Así sucede, por ejemplo, en valores que no ocurren en puntos, sino por
unidad de á rea, y que al convertir en isolíneas dan lugar a las citadas isopletas.
Imaginemos, por ejemplo, el caso de la densidad de població n. Podemos crear unas isolíneas de densidad de
població n, pero no podemos medir esta en un punto. Debemos contar los habitantes en un á rea dada y después
dividir entre dicho á rea. El valor obtenido debemos después asignarlo a un punto y con el conjunto de puntos así
obtenidos ya podremos crear las isolínea. La diferencia en este caso es que esa unidad de á rea debe resumirse en un
punto.
En caso de que dentro de la unidad exista una distribució n homogénea, podemos asignar el valor del á rea a su centro
geométrico, pero de no ser así es necesario buscar otra localizació n en base a la informació n adicional de que
dispongamos. Por ello, los mapas de isopletas presentan mayor incertidumbre que los de isaritmas, especialmente si
las unidades de á rea empleadas son grandes. Aunque a efectos de su representació n (que es principalmente lo que
estamos tratando en este capítulo) no existen diferencias, los aspectos que deben tenerse en cuenta a la hora de su
uso y creació n son distintos y deben reseñ arse.
A la hora de simbolizar las isolíneas, y con independencia de su tipo, la variable visual tamañ o es la ú nica que suele
emplearse, en particular para señ alar aquellas líneas que representan un valor mú ltiplo de una determinada
cantidad y hacer así má s fá cil la lectura del mapa. Estas líneas son lo que se conoce como curvas directrices. Por
ejemplo, en un mapa topográ fico con curvas de nivel con una equidistancia de 100 metros, es habitual establecer
curvas directrices cada 500 metros. Todas aquellas curvas cuyo valor asociado sea mú ltiplo de 500 se representan
con un trazo má s grueso para que puedan localizarse rá pidamente.
Mapas de coropletas
Los mapas de coropletas son utilizados muy habitualmente para representar la informació n geográ fica en un SIG, y
hemos visto ejemplos de ellos en otros puntos de este y otros capítulos. Por ejemplo, los mapas de la figura
\ref{Fig:TiposIntervalosClases} son todos ellos mapas de coropletas.
En un mapa de coropletas se tiene una serie de á reas definidas, cada una de las cuales posee un valor de una variable.
Este valor de la variable afecta a todo el á rea y es el que se representa por medio de alguna variable visual,
normalmente el color a través de su componente valor. Las zonas definidas por cada á rea tienen un significado
arbitrario, no relacionado con la variable asociada. Muy frecuentemente, se utilizan limites administrativos o de
gestió n como á reas. Cada á rea conforma una unidad espacial, y el valor asociado a ella resume la variable dentro de
dicho á rea.
Resumen
Hemos visto en este capítulo có mo un mapa constituye una forma de comunicació n visual, y có mo en esa
comunicació n existen una serie de factores a tener en cuenta para que la transmisió n de la informació n entre emisor
y receptor sea ó ptima. De especial relevancia en este sentido es prestar atenció n a este ú ltimo y tener siempre en
cuenta el propó sito del mapa que creamos.
Distinguimos dos tipos de cartografía: la cartografía de base y la temá tica. Esta ú ltima es la que crearemos con má s
frecuencia en un SIG. Las formas de cartografía temá tica está n muy relacionadas con las características de la
variable. Para el caso de variables cuantitativas, es importante agrupar adecuadamente los distintos valores en
clases. Existen diversas formas de delimitar los intervalos correspondientes, siendo las má s habituales el uso de
intervalos iguales, intervalos naturales o intervalos basados en la media y la desviació n típica de los valores en
cuestió n.
Dentro de los tipos de mapas temá ticos má s importantes encontramos los mapas de puntos, de símbolos
proporcionales, de isolíneas y de coropletas, cada uno de ellos con sus características particulares. Los mapas de
isolíneas son especialmente indicados para la representació n de variables continuas, mientras que por su parte las
variables de tipo razones se representan de forma especialmente adecuada mediante los mapas de puntos.
A la hora de componer un mapa existen diversos elementos que deben añ adirse para facilitar su interpretació n.
Ademá s de conocer la funció n de cada uno, es importante saber có mo situar estos sobre el lienzo del mapa,
aprovechando correctamente el espacio e integrá ndolos adecuadamente.
INSTITUCIÓN EDUCATIVA RURAL DEPARTAMENTAL NUMERO GUIA 2
EL DORADO FECHA INICIO
GUIA DE TRABAJO FECHA FINAL
TIEMPO DE TRABAJO EN HORA 4 HORAS
FECHA DE ENVIO:
ASIGNATURA: GEOGRAFÍA GRADO 7°
DOCENTE: ELISABET RODRIGUEZ VARGAS
Asumir la Tierra como nuestro único hogar, como un sistema vivo que genera y permite
APRENDIZAJE
la vida de todo lo que existe
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