Analisis de La Casacion 160-2014 - Deybi Ciro Calderon Trinidad

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“UNIVERSIDAD NACIONAL

HERMILIO VALDIZÁN”
ESCUELA DE POST GRADO

MAESTRIA EN CIENCIAS PENALES

ANÁLISIS DE LA CASACIÓN Nº 160-2014 ANCASH

ASIGNATURA : DERECHO PROCESAL PENAL I

DOCENTE : Mg. ERIKA PATRICIA ESPINOZA


TELLO

ALUMNO : DEYBI CIRO CALDERON TRINIDAD

HUÁNUCO – PERÚ

2019

ANALISIS DE LA CASACIÓN N° 160-2014 ANCASH


1. RESÚMEN DE LOS HECHOS:
Conforme la acusación fiscal se le imputa a César Joaquín Álvarez Aguilar Presidente
Regional de Ancash y a los funcionarios Hugo Armando Rijas Rubio, Carlos Peralta
Ruíz, Víctor Francisco Córdova Gonzales y Edmundo Wilbert Cornejo Muñoz, haber
fijado al Gobierno Regional de Ancash el costo de S/. 5´000,000.00 (CINCO
MILLONES CON 00/100 SOLES), por un estudio de perfil del proyecto denominado
“CHINECAS” y S/. 2´000,000.00 (DOS MILLONES CON 00/100 SOLES), por la
ejecución del proyecto, otorgado por concurso a la empresa de servicios de
ingeniería S.A. “SISA”. Siendo que el costo original por el estudio de perfil del
proyecto es de S/. 102,000.00 (CIENTO DOS MIL SOLES) y por su ejecución S/.
667,000.00 (SEICIENTOS SESENTA Y SIETE MIL CON 00/100 SOLES).

2. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA:


En la sentencia conformada del 09 de octubre de 2013, se declaró fundada la
solicitud del investigado Álvarez Aguilar sobre excepción de improcedencia de la
acción -por atipicidad relativa- como presunto coautor del delito de peculado por
apropiación, en agravio del Estado, ello debido a que con mucha seguridad se
consideró que, el vínculo funcional en el delito de peculado tiene que ser directo, es
decir, de ninguna manera “genérico” (como el de los alcaldes o presidentes
regionales) sino estrictamente “específico” (como el de los cajeros o tesoreros),
siendo esto así, Álvarez Aguilar, en su calidad de presidente regional y presidente de
consejo directivo del proyecto “CHINECAS”, no sería responsable de peculado.

3. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA


Tras haber apelado en primera instancia la Fiscalía y el Procurador Público, el 23 de
diciembre de 2013, mediante resolución de vista la Sala Penal de Apelaciones de la
Corte Superior de Justicia del Santa confirmó lo decidido en primera instancia.

4. RECURSO DE CASACION:
Una vez aclarada la sentencia de vista y ante la disconformidad por parte del señor
Fiscal Superior, este formuló recurso de casación contra el auto de vista del 27 de
enero de 2014, el cual confirmó la resolución de primera instancia del 09 de octubre
de 2013 que declaraba fundada la excepción de improcedencia de acción por
atipicidad relativa, deducida por el imputado César Joaquín Álvarez Aguilar.

Las razones que a criterio de la representante del Ministerio Público justificarían el


desarrollo de la doctrina jurisprudencial, que fueron sintetizados en el punto
primero son los siguientes: “Si bien la jurisprudencia ha establecido que uno de los
elementos constitutivos del delito de peculado es que el sujeto activo del delito no
necesariamente tenga una vinculación directa con los caudales o efectos, sino que
basta la disponibilidad jurídica, es decir, aquella posibilidad de libre disposición que
en virtud de la Ley tiene el funcionario público, considera pertinente que se efectúe
un desarrollo jurisprudencial a fin de aclarar la llamada disponibilidad jurídica o
existencia de una relación funcional de los funcionarios públicos que representan a
una institución, cuyo deber por mandato constitucional y legal, conforme a las
Convenciones Internacionales contra la Corrupción, es cautelar los fondos públicos
del Estado, por cuanto en la práctica se advierte que algunos Alcaldes para
desligarse de la relación funcional apelan a la delegación de funciones con el único
propósito de sustraerse de la persecución penal en los delitos de corrupción de
funcionarios, cuando en realidad no se desligaron del ejercicio de sus funciones”. A
lo que este Colegiado agregó la afectación al derecho de defensa, tutela judicial
efectiva y motivación congruente de las resoluciones judiciales.

En el recurso de casación el protagonista es la ley, no la voluntad de las partes en


atención a las funciones de este recurso extraordinario. En el delito de peculado
solo puede ser autor el funcionario o servidor público que reúne las características
de relación funcional exigidas por el tipo penal, es decir, quien por el cargo tenga
bajo su poder o ámbito de vigilancia (directo o funcional) en percepción, custodia o
administración las cosas (caudales o efectos). Con este elemento se alcanza la
finalidad de extender el ámbito objetivo del delito a supuestos en que la condición
de funcionario o autoridad en relación con el ejercicio de dicho cargo abría la
ocasión de distraer los caudales o efectos públicos. En consecuencia, el funcionario
o servidor público que sustrae se apropia o hace uso de los bienes, sin poseer el
citado vínculo funcional con la cosa, no podrá ser igualmente autor de peculado.
La Corte Suprema usa por jurisprudencia el recurso de nulidad número dos mil
setecientos ochenta y siete de dos mil doce-Ica (2787-2012-ICA), emitida por la Sala
Penal Permanente, el cual ya ha señalado que el objeto del delito de peculado son
los caudales o efectos, los cuales deben estar confiados o en posesión inmediata o
mediata del sujeto activo en razón del cargo que tiene asignado al interior de la
Administración Pública. En este caso, los encausados, si bien tenían cargos
funcionales en un hospital estatal, se limitaron a cumplir y dar trámite a la
resolución ejecutiva regional que autorizaba el pago de persona y obligaciones. Ello
en modo alguno determina la existencia de competencia funcional, pues esta no se
limita a la existencia de un cargo dentro de una entidad agraviada, sino que, bajo
dicho cargo, los agentes deben tener poder de vigilancia y control sobre los
caudales o bienes pertenecientes al Estado. Sobre esa base es que los jueces de la
investigación preparatoria y Sala de Apelaciones consideraron que el sujeto activo
es el único que puede violar un deber específico del cargo y únicamente puede
darse cuando la entrega de los bienes quede comprendida en la competencia
propia de aquel.

Ahora bien, tomando de referencia lo ya mencionado, sobre el presente caso el


deber de cuidado imputado al procesado en su calidad de Presidente Regional y
Presidente del Consejo Directivo del Proyecto Chinecas constituye una función
genérica. La responsabilidad en la administración de este proyecto especial está a
cargo del Director Ejecutivo con función específica. Entonces, al imputársele haber
faltado a su deber de garante, es una función genérica, no especifica, por no tener
bajo su poder o ámbito de vigilancia directa o funcional la percepción, custodia o
administración de cosas, caudales o efectos, de lo contrario, también serían
responsables el Ministro del ramo y el Presidente de la República al autorizar la
transferencia del Proyecto Especial a la Región.

5. SOBRE LOS VOTOS EMITIDOS EN LA CASACIÓN:


GRUPO A: Villa Stein, Pariona Pastrana y Rodríguez Tineo:
Con mucha seguridad opinan que el vínculo funcional en el delito de peculado tiene
que ser directo, es decir, de ninguna manera “genérico” (como el de los alcaldes o
presidentes regionales) sino estrictamente “específico” (como el de los cajeros o
tesoreros). Si esto es así, Álvarez Aguilar, en su calidad de presidente regional y
presidente del consejo directivo del proyecto Chinecas, no sería responsable del
peculado, como sí lo sería el director ejecutivo del proyecto (recordemos en todo
momento la ¡relación específica!). Si no fuera así “hasta el ministro o el presidente
del Perú serían responsables”, opinando que por ello el proceso para Álvarez debe
terminar.

GRUPO B: Neyra Flores y Loli Bonilla:


Citan diversos artículos de la Ley Orgánica de gobiernos regionales (normas del tipo
“f. El presidente regional tiene que administrar adecuadamente bienes y rentas del
gobierno regional”) y el reglamento del consejo directivo (normas del tipo: “Velar
por cumplir los acuerdos…”), señalando que “no es cierto que Álvarez Aguilar no
tenga relación funcional con los bienes”, introducen un nuevo (e interesante)
argumento: “El ser presidente regional no excluye necesariamente la
responsabilidad”; además, el vínculo funcional se verá a lo largo del proceso. ¿Por
qué vamos a pronunciarnos respecto a si el vínculo es directo o indirecto si recién
estamos en investigación? La improcedencia de acción no puede servir para mirar
“tan al fondo”. Opinando que la investigación debería continuar para Álvarez
Aguilar.

JUEZ DIRIMENTE
El magistrado Hinostroza Pariachi señala que la improcedencia de acción ni sirve
para valorar pruebas ni sirve para cuestionar calificaciones jurídicas, entonces
cuando el GRUPO A dice: “No hay vinculo funcional”, ¡están valorando pruebas y
eso no se hace! Al menos no aquí, quizá en un sobreseimiento, en la acusación o en
la sentencia puedan hacerlo, pero no en la improcedencia de acción, por ello suma
su voto junto con los magistrados Neyra Flores y Loli Bonilla.

JUEZ DIRIMENTE FINAL


Por ley tiene que venir alguien a “desempatar”. El magistrado Príncipe Trujillo cita a
Roxin, Jakobs, Silva Sánchez y Sánchez Vera. Luego, les recuerda que el tema es
serio. ¡Declarar fundada una improcedencia de acción, luego no permite que el
fiscal corrija nada! El magistrado distingue dos situaciones: (i) Casos en los qu1e la
conducta es EVIDENTEMENTE ATÍPICA y (ii) Casos en los que la conducta ya no es
tan claramente atípica y por lo tanto el análisis ha de ser mucho más minucioso. En
el caso (i) procede improcedencia de acción. En el caso (ii) obvio que no, por ello
adhiere su voto junto con el de los jueces supremos Neyra Flores, Loli Bonilla e
Hinsotroza Pariachi opinando que debe proseguir la investigación contra Álvarez
Aguilar.

6. CONCLUSIÓN:
Ha modo de conclusión se puede señalar que el objeto del delito de peculado debe
estar confiado o, mejor, en posesión inmediata o mediata del sujeto activo en razón
del cargo que tiene asignado al interior de la administración pública. Este aspecto
resulta un elemento objetivo trascendente del delito en hermenéutica jurídica. Si en
un hecho concreto este elemento no se verifica, el delito de peculado no se
configura así haya evidente apropiación de los caudales del Estado y este resulte
seriamente perjudicado en su patrimonio.

En el delito de peculado es condición sine qua non que el bien público, objeto de la
apropiación o utilización, esté en posesión del agente en virtud de los deberes o
atribuciones del cargo que desempeña al interior de la administración estatal. Estas
atribuciones o competencias aparecen determinadas o establecidas en forma previa
por la ley o normas jurídicas de menor jerarquía como reglamentos o directivas de
la institución pública. La posesión puede ser inmediata o mediata, es decir, el
agente puede estar en contacto directo con los caudales y efectos públicos o darla
por asumida, bastando solamente la facultad de disposición jurídica o disposición
funcional.

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