Terapia de Juego

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Terapia de Juego: Bandeja de Arena y técnicas de Arteterapia

ACERCA DE LA IMPORTANCIA Y PERTINENCIA DEL JUEGO EN


TERAPIA

El juego se constituye como una de las actividades más importantes en la vida


cotidiana de un niño, ya que es un medio que facilita la interacción con su grupo de pares
y la satisfacción de sus necesidades recreativas, contribuyendo a un desarrollo evolutivo
saludable y armónico.

En el contexto de intervención terapéutico, a través del juego los niños someten a


prueba su mundo infantil y aprenden más sobre él, por lo cual pasa a ser un asunto serio
que tiene como finalidad la resolución de confusiones, angustias y conflictos, más que
sólo la frívola, liviana y placentera actividad que los adultos generalmente piensan. A
través de la seguridad del juego, todo niño puede ensayar sus propias nuevas formas de
ser, cumpliendo una función vital para él (Oaklander, 2001).

Los principales objetivos del juego en el proceso de terapia se relacionan con


permitir la integración del mundo afectivo, social y cognitivo; facilitar la expresión, control y
modulación de las vivencias internas; promover que los niños, niñas y adolescentes
(NNA) expongan para luego elaborar sus conflictos emocionales y traumas psíquicos
(Reyes, 2013); desarrollar habilidades sociales; incentivar la aproximación a los
problemas que los aquejan o que han sido motivo de derivación por solicitud de padres,
adultos responsables o de las instituciones de protección a la infancia, y estimular
estrategias de solución a tales problemas.

El juego terapéutico también permite en los NNA la capacidad de disfrutar de las


sesiones, lo que abre la posibilidad de lograr una mejor colaboración en las actividades y
tareas propias de la terapia, facilita una mejor comunicación y un vínculo terapéutico
positivo. Un ejemplo de ello, es la Bandeja de Arena como técnica usada por excelencia
con niños.

Se ha visto que este tipo de intervenciones también resultan ser efectivas en el


trabajo con adolescentes, pero la modalidad de juego debe ser siempre adaptada a su
etapa evolutiva. Los objetivos del juego terapéutico en adolescentes, son los mismos
mencionados anteriormente, pero además se centran en contribuir al desarrollo de la
individuación y autonomía (Sangüesa, 2013). Se sugiere que el juego pueda ser basado
en reglas, ya sea de tipo cooperativo, competitivo (torre de madera, palos chinos, juegos
de mesa, etc.) o bien centrado en actividades manuales, como es el caso de la Arte-
Terapia.

Cabe señalar que existe una multitud de técnicas terapéuticas basadas en el juego
para el trabajo con niños y adolescentes. Por lo tanto, la siguiente presentación se
focalizará sólo en el uso de la Bandeja de Arena y técnicas de Arte-Terapia como el
collage, cómics y stickers, el escudo y acuario familiar. Posteriormente, se presentarán
ejemplos de casos en los cuales han sido utilizadas algunas de estas técnicas con sus
respectivos análisis, en el contexto terapéutico con NNA pertenecientes al Programa de
Intervención Integral Especializada (PIE) de Linares.
TÉCNICAS DE JUEGO TERAPÉUTICO USADAS EN PROGRAMA PIE

Uso de la Bandeja de Arena

Técnicas de Arte-Terapia: La creación como proceso de transformación

«Denle una máscara y os dirá la verdad»

Oscar Wilde

Las técnicas de arte-terapia se podrían definir como herramientas terapéuticas de


mediación artística, que permiten dar rienda suelta a la capacidad creativa, tanto en niños
como adolescentes a través del dibujo, la pintura u otro medio de expresión plástica.
Permite a los NNA expresar vivencias, lograr la autoexploración, comparar situaciones de
vida, reflexionar, conocer de manera más clara sus problemas, visualizar alternativas de
solución y elaborar experiencias dolorosas.

La arteterapia se centra en el proceso creativo-terapéutico y no en lo estético. Es


por esto que no se requieren habilidades artísticas para participar, ya que se parte de la
base de que cada persona posee la capacidad innata para crear.

Para generar este arte se usan directivas. Una directiva es una solicitud hecha por
el terapeuta hacia el participante para que dibuje, pinte, moldee o represente algún evento
o suceso de su vida, en virtud de llevarlo (s) poco a poco a procesar sus conflictos
haciendo arte. Son consideradas técnicas no intrusivas, puesto que le dan al NNA la
elección de reproducir físicamente con materiales lo que desee, pero congruente con lo
que el terapeuta le ha solicitado, siguiendo las instrucciones pertinentes. Cabe aclarar que
todo arte no corresponde a una representación fiel y literal de las vivencias de su creador,
sino es una representación simbólica plasmada en “papel”, la cual está creada a través de
la auto-proyección del sí mismo. (Ojeda García et al., 2013).

A continuación, para fines prácticos, se mencionarán sólo algunas de estas técnicas


artísticas, principalmente las más utilizadas comúnmente por los terapeutas y que además
han sido o podrían ser efectivas en el trabajo con NNA de este programa.
Uso de collage

Se trata de una técnica de arte, cuyo principal objetivo es expresar ya sean


emociones percibidas, situaciones problemáticas o necesidades a través de la inserción
de imágenes que las representen, extraídas ya sea de revistas, diarios, fotos.

Es una de las técnicas más utilizadas, principalmente en el trabajo con


adolescentes, debido a que para ellos suele ser más fácil pegar imágenes y darles la
estructura que deseen, en lugar de dibujar. Su frecuencia de uso en el trabajo clínico se
debe a su riqueza como herramienta proyectiva y facilitadora para revelar los conflictos
internos y estilos de funcionamiento de los consultantes (Landgarten, 1993; citado en
Ojeda García et al., 2013), lo cual facilita la posterior resignificación de las vivencias
problemáticas.

La modalidad de aplicación del collage puede ser a nivel individual o familiar, según
objetivo de intervención. Respecto a grupo de edad, se recomienda trabajar esta técnica
con adolescentes.

Los materiales que se utilizan consisten principalmente en lápices de distintos


colores, pegamento, tijeras, cartulinas de color, papelógrafo, revistas, diarios, entre otros
que se estimen necesarios. También puede ser de utilidad la incorporación de fotos
individuales y/o de personas significativas.

La consigna es variada, pero debe ser clara y definida de acuerdo al objetivo y


temática que se pretenda abordar en sesión. Un ejemplo de consigna para abordar
autoestima, podría ser solicitar al adolescente crear una imagen que represente sus
principales características positivas; para intervenir en relación a conflictos familiares,
construir una o más imágenes que para él/ella represente cómo sería una relación que
desearía tener con sus padres y colocarle un título (“un día mágico con mis padres”).

Cómics y stickers (Morales y Olivarí, 2011)

Ante las dificultades de verbalizar y de construir una narrativa tradicional, buscamos


promover la simbolización de sus experiencias emocionales, así como una interacción
que permita construir y potenciar una pauta reparatoria, a través de la construcción de un
diálogo en torno a una imagen o imágenes de episodios o emociones disruptivas,
construyendo representaciones propias, que le permiten al NNA desplegar sus
experiencias en un espacio percibido como más seguro y amigable. En ese contexto,
buscando asimilarse a la estética y producción cultural del adolescente, algunos autores
han encontrado en el uso de stickers y comics una herramienta poderosa en los procesos
terapéuticos con adolescentes.

Los stickers, llamados también pegatinas o autoadhesivos, son imágenes impresas


en cuya parte posterior se ha dispuesto de una fina capa de adhesivo. El sticker como
imagen tiene la ventaja de que se encuentra inserto dentro de los códigos juveniles, a
diferencia de formatos habitualmente más infantiles como por ejemplo el dibujo de la
familia. Además, se trata de un estímulo estructurado, que es fácil de usar pegándolo,
realizando una composición de figuras. Es relevante contar con un gran número de
stickers, pero más importante es tener una variedad de éstos, en términos de personajes,
símbolos, expresiones, pues sólo así se producirá el despliegue creativo del/la
adolescente. Es recomendable elegir stickers que contengan también personajes favoritos
del/la consultante u otras imágenes de acuerdo a sus gustos.

En cuanto a la modalidad de aplicación, se sugiere que sea individual debido a que


resulta más motivante para el/la adolescente elegir por sí mismo sus stickers favoritos con
los que desee trabajar. En cuanto a grupo etario, es recomendable trabajar esta técnica
con adolescentes.

El protocolo es el siguiente:

 Se le solicita al/la adolescente que seleccione algunos stickers para representar lo


solicitado por el terapeuta, de manera clara y concreta, como por ejemplo la
relación con sus padres, su principal problema, lo que le angustia de volver a la
escuela, etc.

 Luego se le ofrecen una diversidad de stickers que el/la adolescente pega en una
lámina (cartulina, hoja de block, papelógrafo) para expresar el tema que el
terapeuta le ha solicitado, y tal como se estila en el uso de la técnica de la bandeja
de arena, el terapeuta es un acompañante silencioso, a menos que el/la paciente
solicite ayuda.

 Construida la lámina con stickers, el/la paciente adolescente describe y reflexiona


acerca de los significados posibles de las imágenes utilizadas, o lo que
representan éstas respecto a los vínculos a los cuales se refiere.

 Expuesta la lámina, es relevante abstenerse de definir o interpretar lo que el


paciente adolescente describa, y más bien sugerir con una construcción muy
delicada, y en posición dudosa y propositiva, lo que el terapeuta podría percibir en
las imágenes. Se trata de aproximarse desde una posición de “No saber”
(Anderson y Goolishian, 1991; citado en 2011).

 Después de la sesión en que se construyó la lámina, ésta puede ser usada


nuevamente, concretamente, o aludiendo a ella por los significados que entregó o
las pautas interactivas que mostró, o incluso tomando algún sticker en particular.

Los cómics o historietas consisten en una serie de dibujos que constituyen


un guion, mediante los cuales se recrean las escenas e interacciones entre los personajes
de manera gráfica. Esta técnica no sólo permite al adolescente realizar estos ejercicios,
sino también pueden ser aplicadas con las familias en sesión, escapando del formato
verbal adulto, que muchas veces genera resistencias en los adolescentes en sesiones
familiares. No necesariamente el uso de los cómics implica que el/la adolescente los
dibuje habitualmente, ni que tenga una habilidad específica, sino más bien su disposición
a expresarse de ese modo.

Respecto al uso de este recurso técnico, se sugiere el siguiente protocolo:

 Se le propone al adolescente revisar un tema haciéndolo con la estructura del


cómics: cuadros a desarrollar, dibujando los personajes y la situación en la que
interactúan. Los cómics incluyen en su formato imagen y relato, así que albergan
dibujos de personaje (s) que interactúan en distintos contextos, y donde se
consignan expresiones faciales, posturales, diálogos, pensamientos, sentimientos.
Es de especial relevancia que los cómics cuenten con globos donde salen los
diálogos, otros donde se muestren pensamientos y onomatopeyas 1. Ello da la
posibilidad de expresar en un cuadro de la historieta lo que uno o varios
personajes dicen, y por otro lado, lo que no se ve, es decir, sus sensaciones,
emociones y/o cogniciones en relación a la situación que se exhibe.

 Luego de que el/la paciente adolescente dibuja los cuadros, se le solicita que los
describa, y posteriormente revise los significados posibles evocados por las
escenas y personajes creados. Reiterando que todo esto es sin definir ni
interpretar lo que el/la consultante adolescente describa, y sugerir con una
construcción muy delicada, y en posición exploratoria, lo que al terapeuta podría
describir de esta secuencia de escenas.

 A diferencia del uso de stickers, en función de la experiencia desarrollada por


algunos terapeutas con esta técnica, se sugiere no usar nuevamente el cómics
construido, a menos que el adolescente lo traiga a sesión, porque tiende a mostrar
aspectos vulnerables o interacciones temidas que cuesta abordar.

El Escudo Familiar

El escudo familiar es una técnica que emplea el uso metafórico de emblemas como
la representación externa de la entidad familiar y del valor del individuo dentro del sistema
familiar. El objetivo en esta técnica es emplear el uso de emblemas como son los escudos
y sus lemas asociados dentro de las técnicas simbólicas que permiten que las familias
trabajen en los contextos terapéuticos con los significados, la adaptabilidad, la
comunicación, la identidad, el individualismo y la cohesión de sus miembros (Pérez Marín
et al., 2008). Esto favorece el énfasis en los recursos familiares para motivar a los
integrantes la confianza en el afrontamiento de problemas, conflictos y eventos de crisis.

La modalidad de uso es familiar, aunque muchos terapeutas suelen incorporar el


formato individual (con adolescentes y preadolescentes) o subsistemas (madre-hijo,

1
Las onomatopeyas son la imitación lingüística o representación de un sonido natural o de otro
fenómeno acústico no discursivo. Ejemplos típicos de onomatopeyas son “boom”, “clap”, “pam”,
“toc”, “bang”, “clic”, “paf”.
hermanos, etc.), cuando no cuentan con la participación de todos los miembros del
sistema familiar.

Los materiales que se utilizan consisten principalmente en tijeras, pegamento,


cartulinas, lápices de colores y artículos de librería que sean necesarios. Se puede
incorporar también revistas y diarios.

La consigna es la siguiente (2008):

 Primero el terapeuta pregunta a la familia qué saben de los escudos y los


emblemas, si conocen algunos, para qué creen que sirven y cómo creen que se
construyen. A partir de este diálogo, se establecen las bases de lo que va a ser el
proceso de creación de su propio escudo. Se les explica que van a tener que
desarrollar un escudo propio, que represente los valores principales de su familia,
pero que también tenga en cuenta las particularidades de cada uno de sus
miembros, haciendo hincapié en que se trata de un trabajo de grupo en el que
todos tienen que colaborar de forma activa.

 El formato del escudo es elegido libremente por la familia, a partir de dibujos,


pinturas, etc. (incluso en forma de collage). No se les indica quien se encarga de
dibujar o elegir los elementos, sino que cada familia utiliza sus propias reglas que
evidencian la forma en que se organizan ante una tarea común. Cuando la familia
elabora su escudo (o lo trae a sesión como tarea realizada en casa), se les anima
a explicar el proceso de creación utilizado: qué técnica y recursos han escogido,
como lo han elegido, quién ha hecho qué durante el proceso, etc.

 Luego se inicia una conversación en la que cada miembro explica lo que ve


representado en el escudo y el significado que tiene para él, así el terapeuta va
recogiendo en este espacio terapéutico de diálogo, los discursos de cada uno de
los miembros de la familia. A partir de ellos, el terapeuta familiar devuelve a la
familia un reencuadre del escudo recogiendo los valores en él representados, los
elementos comunes al sistema familiar y los que diferencia la identidad de cada
uno de sus miembros, enfatizando la descripción de las reglas que la familia ha
utilizado en el proceso para hacer explícito el funcionamiento de la misma.

El Acuario Familiar (Fasce, 2013)

El acuario familiar corresponde a una técnica terapéutica de juego familiar, el cual


se enmarca dentro del enfoque de terapia sistémica, en familias donde existe un paciente
índice NNA. A través de esta técnica, es posible identificar y posteriormente intervenir
sobre los siguientes aspectos: dinámica familiar, distribución de los roles y de la jerarquía,
la forma como se establecen las reglas y límites, estilos de comunicación, adaptabilidad a
cambios y estrategias de afrontamiento del estrés, sistema de creencias, grado de
cohesión emocional entre los miembros, alianzas y coaliciones, principales conflictos
familiares, etc.
La aplicación de esta técnica es exclusivamente familiar y se recomienda que sea
con niños, hasta los 10 ó 12 años. Los materiales a utilizar son: cartulina azul o celeste,
lápices de colores, hojas de diferentes colores y diseños (papel lustre, papel kraft,
cartulinas de color), tijeras, stickers, cola fría o silicona, entre otros que la familia desee
utilizar.

El protocolo de aplicación es así:

 Se cita a todos los miembros de la familia y se les solicita hacer un pez a cada
integrante de la familia consultante. Se les solicita que decidan si prefieren
disponer sus peces en un hábitat tipo acuario o tipo mar (opcional).

 Después de confeccionar cada uno su pez, se le entrega a la familia la cartulina


azul y se pide que peguen los peces como ellos quieran. En caso que la familia
quiera decorar su mar o acuario, se deja un espacio de tiempo para que lo hagan.

 Una vez terminado el acuario familiar, c/u deberá hacer una presentación de su
pez y deberán construir una historia entre todos, la cual debe ser elaborada en el
momento. Posteriormente, el terapeuta deberá realizar un interrogatorio en
relación a la historia y personajes, interviniendo en la co-construcción de otra
historia o parte de la historia de manera alternativa.

 Generalmente se toma una sesión entera para dibujar y decorar cada pez. En otra
sesión, se llevaría a cabo la distribución de los peces en la cartulina azul y la
decoración del ambiente acuático (Bailey, 2000; citado en 2013). Es importante
observar el diálogo espontáneo de los integrantes de la familia sobre el acuario,
así como también la tendencia de la familia de hacer su acuario un ambiente
seguro o peligroso, nutritivo o confortable.

 El objetivo es utilizar preguntas reestructurantes, las cuales tienen como finalidad


causar un cambio o morfogénesis en la estructura y dinámicas rígidas del sistema
familiar, a partir de las historias que nos cuentan en sus creaciones artísticas.
También se suele solicitar cambios en la ubicación física de los miembros de la
familia mientras realizan una técnica de juego familiar, con el fin de favorecer
movimientos familiares que acompañen los cambios a nivel de las dinámicas
relacionales.

Algunos ejemplos de preguntas son:

- Este pez de acá (niño) tiene un gran poder dentro de este acuario. Me parece que
puede agotarlo. Se ve un pez cansado. ¿Cómo podríamos ayudarlo a que se sienta más
tranquilo? (parentalización).

- ¿Cómo crees que este pez (animal) podría tener mayor cercanía con los otros miembros
de este acuario o mar? (para fijar límites intra/extrafamiliares).
- ¿Cómo los miembros de esta familia pez podrían ayudar a que este pez crezca/tenga
mayor autonomía? (dificultades en la diferenciación de un hijo).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

- Morales, G. y Olivarí, C. (2011), Psicoterapia de niños, niñas y adolescentes: una mirada


sistémico/relacional. Escuela de Psicología Pontificia Universidad Católica de Chile.

- Oaklander, V. (2001), Ventanas a nuestros niños: Terapia Gestáltica para Niños y


Adolescentes (p. 160). Santiago de Chile, Cuatro Vientos.

- Ojeda García, A.; García Crispín, G. y Bailón Martínez, C. (2013). Migración y Arte
Terapia: El collage estructurado para trabajar historias de vida en grupo. Revista
Internacional de Estudios Migratorios. 3(1), 91-118. Extraída el 25 de Marzo de 2015
desde sitio web http://www.riem.es/lib/pdf/ing/Art_13_005.pdf

- Pérez Marín, M.; Molero Zafra, M. y Aguilar Alagarda, I. (2008). El Escudo, un vehículo
de contacto entre disciplinas: El Escudo Familiar como técnica activa de
intervención en terapia familiar. Revista Emblemata, 14, pp. 263-292. Extraída el 25
de Marzo de 2015 desde sitio web
http://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/28/98/09perez.pdf

- Reyes, P.; Fasce, C. & Sangüesa, P. (Julio de 2013). Curso Taller Clínico: “Terapia de
Juego en la práctica clínica infanto-juvenil”. Organizado por Grupo Palermo y
realizado en Universidad Católica del Maule, Chile.

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