Laming-Emperaire (1972) Los Sitios Arqueologicos de Los Archipielagos de Patagonia Occidental

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 10

ANS. INST. PAT., Punta Arenas (Chile), Vol. III, N? 1-2, 1972.

LOS SITIOS ARQUEOLÓGICOS DE LOS ARCHIPIÉLAGOS DE


PATAGONIA OCCIDENTAL

ANNETTE LAMING-EMPERAIRE

I. GRUPOS HUMANOS DE LA FRANJA COSTERA DEL PACIFICO SUR

De Chiloé al cabo de Hornos la costa pacífica del continente sudame


ricano está bordeada de una multitud de islas y de islotes que, desde el punto de
vista de la ocupación humana, pueden ser agrupados en tres grandes conjuntos:
los archipiélagos de Chiloé, de Patagonia occidental y de Tierra del Fuego.

En el archipiélago de Chiloé hay importantes conchales que no han


sido sometidos a estudios sistemáticos intensivos. En 1935 Bird efectuó algunos
sondajes (BIRD, 1938: 253-255) que no fueron continuados ni publicados;
tampoco han sido trabajados por las misiones arqueológicas francesas de Chile
austral. VÁSQUEZ DE ACUÑA (1963) publicó los resultados de una revisión
de material arqueológico de esta zona describiendo algunos yacimientos. J. Kalt-
wasser efectuó excavaciones en 1968, las que permanecen inéditas. En fecha
más reciente, DÍAZ y GARRETON (1971) dieron a conocer los resultados
de trabajos efectuados en un yacimiento ubicado al sur de la ciudad de Castro,
el conchai de Gamboa. A pesar de estos esfuerzos la Prehistoria de Chiloé nos
sigue siendo prácticamente desconocida y creemos que esta sería una tarea que
podrían emprender las universidades del sur del país, organizando un programa
de investigaciones sobre los más antiguos habitantes y sobre la historia de la
aparición de la agricultura y de la cerámica en la región.

Para el archipiélago de los Chonos poseemos la indicación del siglo XVIII


sobre la existencia de una gruta sepulcral (BYRON, 1768). Esta gruta está pre
sumiblemente situada en punta Cavernosa, sobre la península Forelius al norte
del golfo de Penas (Fig. 1), pero el acceso a la península es difícil y ninguna
misión científica ha podido ser organizada para llegar hasta allí. Es probable,
por otra parte, que si esta tumba colectiva ha realmente existido ella haya sido
destruida por los loberos.

BIRD cuenta que él no pudo descubrir ningún sitio en el


(1938: 255)
archipiélago de los Chonos y la prospección que efectuó en la costa sur de la
península de Taitao, en la desembocadura del río San Tadeo, concluyó con el
descubrimiento, allí donde pensaba encontrar conchales, de un bosque sumergido.

Es esta una colaboración especial de esta prestigiosa arqueóloga de l'Ecole


Pratique des
Hautes Etudes (VI Section) y del Musée de l'Homme, de París, cuyos trabajos cien
tíficos en la Patagonia Chilena, como los que desarrollara su esposo, el malogrado
Joseph Emperaire, cubren ya un cuarto de siglo de provechosa investigación acerca de
los orígenes y desarrollo del poblamiento humano en la región meridional del conti
nente (N. de la D.).
SS ANNETTE LAMING -
EMPERAIRE

7S- 74" 73-

Figura 1. Mapa mostrando el camino de porteo utilizado por los Alakalúf entre el golfo
de Penas y el golfo Elefantes.

La región, sin embargo, debe ser interesante, el golfo de Penas y la pe


nínsula de Taitao separaban el dominio de los Chonos del de los Alakalúf, pero es
posible para indios canoeros (EMPERAIRE, 1955: 75) evitar la travesía del
golfo y el contorneamiento de la península atravesando el itsmo de Ofqui. En
efecto, remontando el río San Tadeo y después el río Negro, se llega a la proxi
midad de la laguna San Rafael (Fig. 1). Un porteo de alrededor de dos kiló
metros permite volver
poner la
a canoa a flote sobre la laguna y desde allí navegar

hasta el fiordo o Elefantes. Los Alakalúf en otro tiempo utilizaban esta


golfo
pasada y en 1946 Alakalúf vivientes lo había hecho muchas veces. BYRON
(1768: 193) y GONZÁLEZ DE AGÜEROS (1791: 176) cuentan que para
evitar la pasada por el golfo de Penas las piraguas eran descosidas, transportadas
a través del itsmo de Ofqui y reconstruidas en seguida para continuar el
viaje.
No es imposible que los Alakalúf hayan efectuado este viaje para ir a procurarse
la madera de alerce y de ciprés necesaria para la fabricación de sus canoas.
Cualquiera que sean las razones de estos viajes tradicionales se deberían encontrar
las diferentes etapas jalonadas de vestigios de los antiguos campamentos. Si
éstos, como parece demostrarlo el descubrimiento de Bird, están sumergidos del
lado del río San Tadeo, puede que no lo estén a lo largo de las riberas de la laguna
San Rafael o del golfo Elefantes. Ninguna prospección ha sido efectuada en esta
región ni en los archipiélagos de los Chonos por J. Emperaire.
LOS SITIOS ARQUEOLÓGICOS 89

II. EL TERRITORIO DE LOS ALAKALÚF

El territorio de los Alakalúf es arqueológicamente mejor conocido que el


de los Chono, pero si nos atenemos a la zona misma de los archipiélagos, con
exclusión de los mares interiores (Skyring, Otway) y del estrecho de Magallanes,
no se ha descubierto
ningún sitio de cierta importancia. Las indicaciones de
BIRD (1938, 1946) son muy sucintas y nos dicen solamente que la concentra
ción más grande de sitios se encuentra entre el golfo de Penas y el golfo de la
Trinidad, a la latitud del extremo meridional de la isla Wellington. Más al sur
los sitios serían a la vez más raros y menos importantes.

J. Emperaire vivió dieciocho meses con los Alakalúf (1946-1948) y com


partió muchas de sus expediciones de caza a través de los canales magallánicos.
Más tarde, en 1951-1952, efectuó una prospección arqueológica más sistemática,
sobre todo en la región de los mares interiores. Los resultados de estas prospec
ciones no han sido publicados, encontrándose sin embargo indicaciones sobre
tema tanto en Les nómades de la mer como en el mana médico reproducido en
la Fig. 2.

Sorprende en esta carta arqueológica del territorio de los Alakalúf el hecho


de que los sitios no están repartidos al azar a lo largo de los archipiélagos, sino
concentrados en zonas definidas. Estas zonas se encuentran, ya sea, en el borde
del continente o sobre la franja occidental de los archipiélagos y dejan una
larga banda mediana norte-sur prácticamente vacía. La ruta de los navios que
por los canales van de Puerto Montt a Punta Arenas no corresponde a los habi
táis preferencialcs de los Alakalúf. A esta banda mediana casi desierta en el
sentido norte-sur corresponde una zona de densidad muy baja en el sentido
este-oeste. En efecto, la frecuencia más alta de sitios se encuentra ya sea al
norte, en las islas Guayaneco, sobre la costa occidental de Wellington, en el ar

chipiélago Madre de Dios e isla Duque de York, ya sea al sur, en el archipié


lago Reina Adelaida y península Muñoz Gamero. Entre estas dos series hay
una
región arqueológicamente mucho más pobre. Estas observaciones comple
tan y modifican con una prolongación hacia el sur las indicaciones dadas por
Bird. En los últimos años los Alakalúf en el transcurso de sus viajes frecuen
taban de preferencia los islotes y los canales próximos al Pacífico, que son parti
cularmente desolados. Parece haber sido igual desde hace muchos siglos '.

Los raros conchales del territorio alakalúf que han sido objeto de sondeos
han entregado todos más o menos el mismo material. A las cenizas, carbones,
conchas y piedras quemadas constitutivas del conchai están mezcladas algunas
piedras talladas por percusión y cabezas de arpón en hueso de ballena; Bird
ha encontrado también cuchillos de concha. Estos sitios de importancia variable

(/) "En su vida errante los Alakalúf tenían una preferencia marcada por ciertos sitios pró
ximos al Pacífico que llegaban a ser así lugares de paso y de habitación temporal muy
frecuentados. Nadie podría decir por qué ni explicar las razones de esta preferencia,
tal vez sentimental. Las islas y canales que están cerca del Pacífico son más inhospitalarios
que los otros. Sin embargo, si nos fundamos en el número de nacimientos y defun
ciones que se han producido allí en una época reciente, se puede eslimar que el canal
Fallos, los archipiélagos Guayaneco y Madre de Dios, la red complicada de canales
entre el canal Castillo y el canal Ladrillero, el Brazo Norte y el canal Pidón eran ceñ
irospreferidos de estancia" emperaire, 1955: 30).
"A su nacimiento, los niños no reciben nombre. Sólo cuando comienzan a hablar y
caminar el padre les elige uno. Muy a menudo este nombre es un lugar geográfico,
un canal, una bahía, un paso vecino al lugar del nacimiento. ." (ibid.: 230). Esta
.

costumbre cn cierta medida permite identificar las zonas más frecuentadas por los
indios.
90 ANNETTE LAMING -
EMPERAIRE

deben corresponder a varios tipos de establecimientos, al menos dos, probable


mente tres o cuatro.

Los sitios de los archipiélagos se encuentranplayas estrechas


ya sea sobre
correspondiendo entonces a breves campamentos preparados para algunas noches.
luego de un viaje de caza, ya sea sobre playas más anchas donde estaban instalados
campamentos más permanentes. Los campamentos de pasaje pueden a su
vez ser

ocasionales o tradicionales. En el primer caso, aunque se hayan sucedido varias


pasadas por el lugar, el sitio de campamento ha sido descubierto y elegido por los
nómades. En el segundo caso, aunque las ocupaciones que se hayan sucedido
hayan sido muy breves, y si los vestigios son poco importantes, se trata de una
etapa tradicional en la ruta de un periplo conocido y probablemente estacional
(caza, colecta de huevos, aprovisionamiento en algún tipo de madera, etc.) Los
sitios que podrían ser algún día descubiertos a lo largo de los caminos de trans
porte de embarcaciones pertenecen a esta categoría. La existencia de estos sitios
de pasaje tradicional está demostrada por la costumbre Alakalúf que prohibe.
luego que abandona el campamento, destruir el armazón de la choza; sólo
se

son llevadas las


pieles que la recubren. Todavía en los últimos años podía verse
a veces, sobre una playa solitaria, elevarse un armazón que podía ser reutilizado

por otros nómades algunas semanas más tarde.

Los sitios permanentes instalados sobre las playas de bahías privilegiadas son
raros. Ellos no poseen nunca conchales importantes si no que están constituidos
de los
por una multitud de pequeños conchales, vecinos los unos de los otros y
cuales ninguno es de mucho espesor. Los principales sitios permanentes inven
tariados por J. Emperaire están situados en Puerto Edén, sobre la costa oriental
de la isla Wellington y fuera de la zona de gran densidad arqueológica indicada
sobre el mapa, y en la costa continental: Puerto Grappler (49°30'S.) y Puerto
Bueno (51°00S.). Estos sitios permanentes o semi-permanentes no son a lo
mejor tan uniformes lo parecen. Distintas informaciones (BIRD, 1946: 72-
como

73; EMPERAIRE, 1955: 257), en parte fundadas sobre los trabajos de Gusinde,

muestran que se construían grandes chozas en ciertas ocasiones particulares tales


como el varamiento de una ballena o la preparación de una expedición de caza

ligada a la iniciación de los hombres jóvenes. Las dimensiones y la forma especial


de esas grandes chozas (yinchihana) con cuatro entradas y dos fogones, la abun
dancia de pigmentos minerales rojos y blancos, permitirían sin duda en excava
ciones cuidadosamente efectuadas identificar estas construcciones. En 1946-1948
estas costumbres habían desaparecido completamente pero los Alakalúf conser
vaban todavía el recuerdo de la gran choza que ellos llamaban tchelo ayayema,
la gran choza de Ayayema.

Los sitios llamados permanentes no constituyen el testimonio de una po


blación sedentaria, sino simplemente que ellos sin duda han sido ocupados de
una manera continua o semi-continua por poblaciones siempre cambiantes, co

rrespondiendo a una concentración del habitat de grupos más numerosos du


rante períodos de tiempo más largos. Al contrario, los sitios de pasaje corres

ponden a una del habitat de grupos muy pequeños durante períodos


dispersión
de tiempo muy probable que los círculos puestos sobre el mapa de la
cortos. Es
Fig. 2 marquen sobre todo múltiples sitios de pasaje y que las bandas arqueoló
gicamente vacías se expliquen, sea por las condiciones del medio natural, sea
por su gran proximidad a los sitios permanentes. Los Alakalúf podían franquear
en canoa distancias muy largas en una sola jornada, no teniendo por lo tanto

interés una nueva choza a poca distancia de los campa


ningún en preparar
mentos permanentes. Al contrario, en el curso de sus largos viajes hacia las is
las del Pacífico donde las gaviotas, de huevos suculentos, establecen sus nidos
CARTE SCHEMATIQUE
O IQOKm.
des principales iones
archeotogiques des

archipels de PATAGONIE el de TERRE DE

FEU.

**-.-» Frontiere Chileno-Argentrne

t\jlj**-* Ztf«scótierpsav«iwrííeus*ssiWsarchéolo9i<;jes

Zones arehéologieues les plus importantes

Figura 2. Mapa establecido por J.


EMPERAIRE. Los términos del original han sido conser-
vados aunque ellos no corresponden a la
Skyring,Xo
terminología habitual (mar
(mar Skvrin ZZ
golfo de .Otway).
92 ANNETTE LAMING -
EMPERAIRE

por decenas de millares y donde las focas se reúnen anualmente al momento de


la parición, ellos levantaban sus chozas temperarias cn innumerables puntos de his
costas.

Arqueológicamente los sitios permanentes deben distinguirse de los sitios


temporarios no solamente por su emplazamiento, su superficie y su volumen,
sino también por la disposición del campamento, los tipos de chozas, la natura
leza del equipamiento de piedra, de huesos o de conchas y también por los ves
tigios alimentarios. El estudio comparativo de los diferentes tipos de sitios per
mitirá abordar el de la inserción de cada grupo de nómades marinos en un te
rritorio determinado, de la alternancia entre el habitat disperso y el habitat con
centrado, de los ritmos del nomadismo y de sus correlaciones con las migra
ciones de los animales-presa de la misma región. Este es una de las tareas más im
portantes que la arqueología de los archipiélagos de Patagonia debe resolver.
Ella está actualmente apenas abordada.

Ninguna excavación intensiva ha podido ser hecha en los archipiélagos luego


de la misión 1946-1948 en razón de la falta de equipamiento y de mano de
obra, y sobre todo porque el trastorno de los hábitats tradicionales arriesgaba rom
per la confianza y la amistad que se habían establecido con los Alakalúf. Luego
de la misión 1951-1953 las principales excavaciones han sido efectuadas, sea en
la región de los mares interiores, sea en la región de las pampas. Un viaje de
prospección efectuado en los archipiélagos con ocasión del reaprovisionamicn-
to del faro Evangelistas no ha permitido localizar ningún nuevo sitio. Final
mente, para la parte de los archipiélagos correspondiente al dominio de los Ala
kalúf nuestros conocimientos arqueológicos se reducen más o menos a lo señalado
en el mapa de la Fig. 2, qua ha sido establecido hacia 1950.
Es necesario añadir algunos datos dispersos sobre los caminos de trans
porte de embarcaciones utilizados antiguamente por los Alakalúf y a lo largo de
los cuales podrían ser descubiertos sitios arqueológicos. Una canoa alakalúf pesa
una centena de kilos, a pesar de lo cual ellas son frecuentemente transportadas

a mano. Por ejemplo durante la misión 1946-1948, los Alakalúf de Puerto


Edén transportaron una de sus canoas hasta un lago de montaña, con el fin de
llegar más fácilmente al bosque frecuentado por huemules. El transporte se hizo
sobre una distancia de aproximadamente cuatro kilómetros por el accidentado
terreno boscoso cortado de barrancos y de ríos. El porteo del istmo de Ofqui
uniendo el dominio de los Chono al de los Alakalúf (mapa 1) ha sido ya seña
lado anteriormente. Otras vías de porteo de embarcaciones con conocidas por
los chilotes bajo el nombre de "caminos de los indios". Por ejemplo se puede
pasar de la región de Ultima Esperanza a la del Skyring por una serie de lagunas
o de lagos separados los unos de los otros por cortos tramos (Fig. 3).
Para ciertas expediciones de caza los Alakalúf tomaban también senderos te
rrestres de los cuales algunos podían atravesar la isla o península de parte a parte.
Es así que parte de la maciza península de Brunswick estaba cortada por un
largo sendero que conducía del fiordo Silva Palma en el seno Otway

al Es —

trecho, evitando la pasada por el canal Jerónimo, camino que era todavía utili
zado a fines del siglo XIX. Estos senderos eran frecuentados sólo excepcional-
mente y no pueden estar señalados por vestigios arqueológicos más que en sus
dos extremos.

Los campamentos ocasionales deben poder encontrarse en no importa qué


punto de los archipiélagos. Aquellos tradicionales deben ser numerosos, sobre
todo en las regiones que bordean el Pacífico y en la proximidad de los senderos
de porteo. En los campamentos de pasaje no hacían, sin duda, más que una o
dos chozas ocupadas simultáneamente. Los campamentos permanentes o semi
permanentes poseían varias chozas utilizadas al mismo tiempo. Podría ensayarse
LOS SITIOS ARQUEOLÓGICOS 93

rjí fc-i. \-= :


,. t,
.

74- 73- 72-

Figura 3. Mapa mostrando el camino de porteo utilizado por los alakalúf entre el mar o

seno Skyring y el seno Obstrucción.

de reconstruir la disposición y en ciertos casos de encontrar la tchelo ayayema tra


dicional. Los campamentos de este tipo, atestiguados en tiempos históricos, se
encuentran en particular en Puerto Edén, Puerto Grappler, Puerto Bueno y pe
nínsula Muñoz Gamero.

III. EL PORVENIR DE LAS INVESTIGACIONES

Mucho, casi todo, falta por hacer en la reconstrucción de la prehistoria


o

de los de Patagonia y de Tierra del Fuego. Si la tarea está poco


archipiélagos
avanzada, a pesar de los trabajos ya efectuados, es debido a que las condicio
nes materiales son particularmente difíciles en estas zonas. EÍ clima con sus
lluvias y tempestades, la ausencia de todo punto de aprovisionamiento o de so
corro, la soledad absoluta, pero también la belleza de sus bosques y de sus
roqueríos expuestos al viento, hacen de la menor prospección una extraordi
naria aventura. J. Bird como J. Emperaire afrontaron el mundo de los archi
piélagos prácticamente solos en irrisorias embarcaciones. Serán necesarios otros
medios para establecer la carta arqueológica de la región y para instalar en un
punto favorable un sitio de excavaciones con equipo moderno. Los arqueólogos
no pueden enfrentar solos una expedición de este tipo. Materialmente les sería

necesaria la ayuda de organismos dotados de medios más poderosos que aque


llos de que disponen normalmente, la ayuda por ejemplo de la Armada Nacional,
de la Empresa Nacional del Petróleo o de una misión científica internacional.
Sobre el plan mismo de la investigación ellos deberían desde la etapa de la ela-
94 ANNETTE LAMING -
EMPERAIRE

boración del programa asegurarse la colaboración de investigadores de otras dis


botánicos, ecólogos, etc.,
ciplinas: geógrafos, geólogos, geomorfólogos, zoólogos,
de manera de realizar en un mínimo de misiones el estudio de conjunto de la
inserción del hombre en la región.

¿Los resultados tal inversión? Nosotros creemos que


previsibles justificarían
sí. Ellos se desarrollarían en planos de naturaleza diferente,
efecto sobre dos
de una parte el establecimiento de las principales fases de la ocupación de la
región por el hombre, de otra parte el estudio de la adaptación fisiológica y
cultural de este hombre a condiciones naturales muy particulares y fuera de
toda influencia venida desde el exterior.

La historia del desarrollo de las culturas de los nómades del mar podría ser
reconstituida más fácilmente en los archipiélagos de Patagonia donde ninguna —

influencia de cazadores terrestres ha podido ser ejercida que en los archipié


lagos de Tierra del Fuego más abiertos sobre las pampas de la Isla Grande. La
excavación de un sitio clave en el borde de la costa actual nos informaría sobre

los períodos más próximos. Para remontarse en el pasado será necesario encontrar
sitios sobre terrazas más y más elevadas. Después de la retirada de los últimos
glaciares el levantamiento isostático de las tierras ha actuado regularmente durante
varios milenios y ha podido ser del orden de una centena de metros o más. Es
por lo tanto sobre elevadas disimuladas por la hojarasca y los estratos
terrazas
inferiores de la forestavirgen austral que serán descubiertos los sitios más an
tiguos. Este descubrimiento no será fácil a juzgar por algunos modestos ensayos
que hemos efectuado y que han fracasado completamente para el territorio de los
Alakalúf.

Esta ubicación por C-14, estudio de las industrias, del


cronológica (datación
a un estudio de prehistoria local. Ella
habitat, del tipo físico, etc.) corresponde
permitirá resolver ciertos problemas de importancia tales como la fecha de la
más antigua llegada del hombre (que debe corresponder a la fecha de la liberación
de la zona por los glaciares), su vía de llegada (casi seguramente el norte), el
tipo de su cultura en el momento de su arribo y también su tipo físico.

Este estudio debe asociarse a una investigación de alcance más grande


hecha posible por los caracteres particulares de aislamiento de la zona estudiada.
Los archipiélagos de la Patagonia son uno de los escasos lugares del mundo donde
los nómades marinos han podido desarrollarse durante milenios sin ser, al menos
así lo suponemos, influenciados por las culturas vecinas. Gracias a este aisla
miento excepcional debe poder estudiarse en los archipiélagos mejor que en otras
partes el mecanismo de adaptación del tipo físico y de la cultura material a
un medio muy particular, así como aquel del establecimiento de un equilibrio

demográfico tan bruscamente roto por la llegada de los blancos.

IV. SUMMARY

A summary review about the archaeological investigalions that have been made
up to the presente time in the archipiélago of Chiloé (BIRD, 1938; VASOUEZ
DE ACUÑA, 1963; DÍAZ and GARRETON, 1971, and the unpublished works
of Kaltwasser, 1968) is given, arriving at the conclusión that the prehistory of
Chiloé is still practically unknown.

There exists a reference from the 18th century concerning the existence of
a that had served as a communal tomb for the indigenous people of the
cave

región (BYRON, 1968). This región was travelled through by BIRD (1938).
LOS SITIOS ARQUEOLÓGICOS 95

The Golfo de Penas and the Península de Taitao are used to sepárate the
domain of Chono from that of the Alakalúf. The people were accustomcd to
crcss the isthmus of
Ofqui, carrying their canoes in order to arrive at Golfo
Elefantes to facilitatc their transpon (BYRON, 1768: 193; GONZÁLEZ DE
AGÜEROS, 1791: 176; EMPERAIRE, 1955: 75). It is probable that archaeolo
gical signs of ancient Indian camps exist along those trails of canoe transpon
(map. 1).
The archaeological experience of J. Emperaire (1950) concerning the te-
rritory occupied by the Alakalúf in this área is summarized in his map (map. 2).
Earlier, BIRD (1938; 1946) travelled over the western archipiélago of Pata
gonia, obtaining some general conclusions. Emperaire lived 18 months with the
Alakalúf (1946-1948) and later did some, archaeological prospecting, publishing
part of his results in Les nómades de la mer (1955).
The following fundamental conclusions are inferred from the analysis of
map. 2: (1) The archaeological beds of the territory of the Alakalúf are not
distributed by chance, but concentrated in definitite zones: (2) The major concen
trations of sites found in the north are in the Guayaneco Islands on the west
coast of Isla Wellington, the archipiélago of Madre de Dios, and Isla Duque de

York; and those found in the south are in the archipiélago of Reina Adelaida
and Península Muñoz Gamero; (3) and there exist signs of permanent camps and
others of brief stays, which may have been uséd as occasional or traditional stop-
ping points.

The of the región occupied by the Alakalúf are very


archaeological sings
uniform, but in the future,
excavations should be made that would permit
establishing major differences, as, for example, to try to identify remains of the
great ceremonial huts or ichelo ayayema and that will permits a major study of no-
madic existence la relation to the migration of the species that were hunted by
man.

Previously, the principal excavations have been done in the regions of the
interior seas
(Skyring and Otway) or in the pampa, in particular by the French
archaeological missions.

The formation of interdisciplinary work teams is proposed in the future


so that the study of the presence cf man in the archipiélagos of Western Patagonia
can be studied more
completely.
96 ANNETTE LAMING -
EMPERAIRE

V. LITERATURA CITADA

BIRD. J. B. 1938. Antiquity and Migrations of the early Inhabitants of Patagonia. Geo
graphical Review, 28 (2): 250-275.

1946. The Archaeology of Patagonia. Handbook of South Amer. Ind., Bu


reau of Amer. Ellinol, Bull. 143: 17-24.

BYRON, J. 1768. The narrative of the Honourable John Byron conlaining an accounl
of the great distresses suffcred by himself and his companions on the coast
of Palagonia, from llie year 1740 lili llieir arrival in England, 1746. London.

DÍAZ. C. y M. GARRETON 1971. Poblamiento del área insular septentrional chilena.


Adas del VI Cong. Arqueología Chilena (10 al 16 de Octubre de 1971).
Santiago. (En prensa).

EMPERAIRE, J. 1955. Les nómades de la mer. Gallimard, París.

GONZÁLEZ DE AGÜEROS, P. 1791. Descripción historial de la provincia y archipié


lago de Chiloé en el Rey no de Chile y obispado de la Concepción. Madrid.

VÁZQUEZ DE ACUÑA, I. 1963. Arqueología chiloense. Sem. de Prehistoria, Univ. de


Madrid. Madrid.

También podría gustarte