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MÓDULO #2 – TEMA 5

AL ENCUENTRO CON JESUCRISTO, QUE NOS AMA

Jesús, el Hijo de Dios, nacido de la Virgen María, se hace hombre verdadero.


Realiza con fidelidad su misión de anunciar y hacer presente el Reino de Dios. Por
nuestros pecados y por nuestra salvación, muere en la cruz. Dios Padre lo resucita,
manifestando que es el Señor de la vida La resurrección de Jesús es el fundamento
de nuestra fe.

• Historicidad de Jesús de Nazareth: Jesús no es un mito o una creación de la


primera comunidad cristiana, sino un hombre real, de carne y hueso, que
vivió en un tiempo determinado, en un lugar geográfico y en un contexto
sociocultural concreto.
• La divinidad de Jesús: Jesús no es un hombre más. Es el Hijo único de Dios.
Él es nuestro Señor y nuestro Salvador. Su concepción por obra del Espíritu
es el primer signo del misterio de su ser. Con ella, Dios ha querido
manifestar que con Jesús comienza al nuevo (una nueva creación) y que
Jesús es un don que viene de lo alto. No es solamente un hombre
extraordinario en el que Dios está presente de un modo singular. Jesús es,
ante todo el Hijo único y eterno de Dios. (Juan 10, 30; Juan 20, 17; Lucas
22, 70)
• Las causas históricas y teológicas de la muerte de Jesús: Hacia los treinta
años, Jesús abandona Nazareth, recibe el bautismo de Juan y se presenta
ante sus contemporáneos como mensajero de un gran acontecimiento que
acaba de comenzar: “El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está
cerca: conviértanse y crean en el Evangelio” (Marcos 1,15). Lo que Jesús
anuncia es que la gran promesa de Dios comienza ya a cumplirse y que
Dios viene para reinar de una manera nueva y definitiva. Y todo esto
sucede a través de Él. Para explicarnos las características, el significado y
las condiciones necesarias para aceptar ese Reino y vivir conforme a él,
Jesús utiliza narraciones breves, llamadas parábolas. Además, acompaña
sus palabras con milagros, manifestando que el Reino se hace presente en
Él. Jesús no muere de muerte natural, sino que es ejecutado en la cruz. Nos
preguntamos:¿Cuáles fueron las causas históricas de la muerte de Jesús?
¿qué significado tiene su muerte? La trayectoria de la vida de Jesús, su
mensaje y su actuación chocaron contra las estructuras del poder religioso y
político de Israel. Entonces lo llevan ante el procurador romano, lo acusan
de haberse procurador romano lo acusan de haberse proclamado rey de los
judíos y de sublevar al pueblo contra Roma. Poncio Pilato, conociendo la
inocencia de Jesús, dicta la sentencia de muerte porque las autoridades
religiosas lo amenazaron con denunciarlo ante el emperador. Jesús muere
crucificado en el lugar llamado “la Calavera”. En aquella época, la cruz era
un tormento humillante y vergonzoso que los dominadores romanos
aplicaban a los esclavos, a los delincuentes peligrosos y a los
revolucionarios subversivos. Además para los judíos era una maldición
divina (Deuteronomio 21, 23)

1
En los escritos del Nuevo Testamento encontramos tres interpretaciones de la
muerte de Jesús:

1. Designio salvador: La muerte de Jesús en la cruz responde al plan


divino de la salvación (Marcos 8, 31; 9, 12).
2. Muerte expiatoria: Jesús ha querido ofrecer su vida en la cruz para
salvarnos; muere por nuestros pecados (Gálatas 1, 4)
3. El profeta mártir: Jesús es un profeta y tiene el mismo destino
violento que tuvieron muchos de los profetas que Dios había enviado
al mundo (Lucas 13, 31-34; Hechos de los Apóstoles 4, 10)

Definitivamente la muerte de Jesús tiene un sentido salvador (Hebreos 2, 10)


Muere en cumplimiento de su misión al servicio del Reino, su muerte es la
expresión máxima de su obediencia al Padre y de su amor a la humanidad. Es
culmen de una vida entregada a la causa del Reino.

“La fe en la Resurrección tiene por objeto un acontecimiento a la vez


históricamente atestiguado por los discípulos que se encontraron realmente
con el Resucitado, y misteriosamente trascendente en cuanto entrada de la
humanidad de Cristo en la gloria de Dios” (Catecismo de la Iglesia Católica,
656). Los discípulos afirman que se encontraron con Cristo Resucitado, que el
Jesús que conocieron y que había sido crucificado esta lleno de vida y que
ellos lo vieron (Hechos de los Apóstoles 2, 32). Los evangelistas narran estas
apariciones de Jesús a sus discípulos como una presencia real y física. Su
resurrección no es volver a la vida anterior (como el caso de Lázaro) ni es una
supervivencia de su alma inmortal (Jesús no es un fantasma). El cuerpo de
Jesús pasó del estado de muerte a otra vida más allá del tiempo y del espacio.
Su humanidad entró, para siempre, en la gloria de Dios. La Resurrección de
Jesús es el fundamento y centro de nuestra fe. Ente otras cosas, nos enseña lo
siguiente:

• Jesús no es un hombre cualquiera. Es el Hijo de Dios y ahora vive


junto al Padre, intercediendo por nosotros.

• Jesús vive en medio de nosotros, animando con su Espíritu a la


comunidad de creyentes.

• La Resurrección de Jesús es el fundamento y la garantía de nuestra


propia resurrección.

• Dios Padre nos da a conocer que es fiel a sus promesas, que reacciona
y protesta contra el a mal, que es el Señor de la vida y que desea que
nosotros vivamos para siempre como hijos suyos.
Acepta de corazón a Jesús, comprende que no puedes vivir como antes.
Deja atrás todo lo que te impide ser una persona nueva. La salvación llega
por la fe. Necesitas creer para poder vivir la vida nueva que Jesús te regala.
Necesitas tener el Evangelio como criterio y norma de vida.

1. Conteste las preguntas de la página 48.


2. Haga lectura del siguiente texto y de las citas bíblicas:

1. El AMOR DE DIOS

A. Dios te ama:

Isaías 43, 1-2.

Ahora, así dice Yahvé tú creador, Jacob, tu plasmador,


Israel. "No temas, que yo te he rescatado, te he llamado
por tu nombre. Tú eres mío. Si pasas por las aguas, yo
estoy contigo, si por los ríos, no te anegarán. Si andas
por el fuego, no te quemarás, ni la llama prenderá en ti.

B. Dios te ama personalmente.

Amor firme y estable de padre:

Isaías 54, 10

Porque los montes se correrán y las colinas se moverán,


mas mi amor de tu lado no se apartará y mi alianza de paz
no se moverá – dice - Yahvé, que tiene compasión de ti.

Amor incondicional y tierno de madre:

Isaías 49, 15-16

¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus
entrañas? Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido. Míralo, en las
palmas de mis manos te tengo tatuada, tus muros están ante mí perpetuamente.
C. Dios te ama gratuitamente y el toma la iniciativa. Te ama
como eres, sin importar tu pasado ni tu condición actual.
1Jn 4, 19

“…quien teme no ha llegado a la plenitud en el amor. Nosotros amemos,


porque él nos amó primero.”

¡Ábrete al amor de Dios!

2. EL PECADO
A. ¿QUÉ ES EL PECADO?

Desobediencia, usurpar el Reino de Dios, no dar en el blanco.

Génesis 2, 16-17

“Y Dios impuso al hombre este mandamiento: "De cualquier árbol del jardín
puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás,
porque el día que comieres de él, morirás sin remedio."

Génesis 3, 1-6.

“La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que Yahvé
Dios había hecho. Y dijo a la mujer: "¿Cómo es que Dios os ha dicho: No
comáis de ninguno de los árboles del jardín?"

Respondió la mujer a la serpiente: "Podemos comer del fruto de los árboles


del jardín. Mas del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho
Dios: No comáis de él, ni lo toquéis, so pena de muerte."
Replicó la serpiente a la mujer: "De ninguna manera moriréis.
Es que Dios sabe muy bien que el día en que comiereis de él, se os abrirán
los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal."
Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible a la
vista y excelente para lograr sabiduría, tomó de su fruto y comió, y dio
también a su marido, que igualmente comió.

Jeremías 2,13

“Doble mal ha hecho mi pueblo: a mí me dejaron, Manantial de aguas vivas,


para hacerse cisternas, cisternas agrietadas, que el agua no retienen.”

Romanos 7, 17-21

“…en realidad, ya no soy yo quien obra,


sino el pecado que habita en mí. Pues bien
sé yo que nada bueno habita en mí, es decir,
en mi carne; en efecto, querer el bien lo tengo
a mi alcance, mas no el realizarlo, puesto que
no hago el bien que quiero, sino que obro el mal
que no quiero.

Y, si hago lo que no quiero, no soy yo quien lo obra,


Si no el pecado que habita en mí. Descubro, pues,
esta ley:

Aun queriendo hacer el bien, es el mal el que se me presenta.


B. TODOS PECARON

Romanos 5, 20

“…todos pecaron y están privados de la gloria de Dios”

Pecados escandalosos y pecados de fariseos

Isaías 59, 3-4. 7. 12-13

3 Porque vuestras manos están manchadas de sangre y vuestros dedos de


culpa,
vuestros labios hablan falsedad y vuestra lengua habla perfidia.

4 No hay quien clame con justicia ni quien juzgue con lealtad. Se confían en
la
nada y hablan falsedad, conciben malicia y dan a luz iniquidad.

7 Sus pies corren al mal y se apresuran a verter sangre inocente. Sus


proyectos
son proyectos inicuos, destrucción y quebranto en sus caminos.

12 Porque fueron muchas nuestras rebeldías delante de ti, y nuestros pecados


testifican contra nosotros, pues nuestras rebeldías nos acompañan y
conocemos nuestras culpas:

13 rebelarse y renegar de Yahvé, apartarse de seguir a nuestro Dios, hablar


de
opresión y revueltas, concebir y musitar en el corazón palabras engañosas.
Mateo 6,2. 5. 16

2 Por tanto, cuando hagas limosna, no lo


vayas trompeteando por delante como
hacen los hipócritas en las sinagogas y por las
calles, con el fin de ser honrados por los
hombres; en verdad os digo que ya reciben su
paga.

5 Y cuando oréis, no seáis como los


hipócritas, que gustan de orar en las
sinagogas y en las esquinas de las plazas bien
plantados para ser vistos de los hombres; en
verdad os digo que ya reciben su paga.

16 Cuando ayunéis, no pongáis cara triste,


como los hipócritas, que desfiguran su rostro
para que los hombres vean que ayunan; en
verdad os digo que ya reciben su paga.

C. CONSECUENCIAS DEL PECADO

Romanos 6,23 a

“Pues el salario del pecado es la muerte…”


3. Jesús es tu Salvador:

A. LA BUENA NOTICIA: JESÚS SALVADOR

Jn 3, 16-17

“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que
crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.

Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para
que el mundo se salve por él.”

Mt 1, 21

“Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su


pueblo de sus pecados."

B. CÓMO FUIMOS SALVADOS EN JESÚS

Por su muerte:

Juan 10, 18

“Nadie me la quita (la vida); yo la doy voluntariamente.


Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo;
esa es la orden que he recibido de mi Padre."
Hebreos 9, 14

“… ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por el Espíritu Eterno se ofreció a sí


mismo sin tacha a Dios, purificará de las obras muertas nuestra conciencia para
rendir culto a Dios vivo!

Por su resurrección:

Juan 10, 10b

“Yo he venido para que tengan vida


y la tengan en abundancia.”

Hechos 2,32

“A este Jesús Dios le resucitó;


de lo cual todos nosotros somos testigos.”

Por su glorificación:

Efesios 2, 4-7

“Pero Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos amo, estando
muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo - por
gracia habéis sido salvados - y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos
en Cristo Jesús, a fin de mostrar en los siglos venideros la sobreabundante
riqueza de su gracia, por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.”

¡Acoge el don de la

Salvación que

Jesucristo te ofrece!
C. UN ÚNICO SALVADOR: JESÚS

Hechos 4, 12

“Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado


a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos."

1Timoteo 2, 5

“Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los
hombres, Cristo Jesús, hombre también, que se entregó a sí mismo como rescate
por todos. Este es el testimonio dado en el tiempo oportuno,…”

4 LA FE

A. HACEMOS NUESTRA LA
SALVACIÓN MEDIANTE LA FE
Creer con el corazón y proclamar con la
boca

Hechos 13, 38-39

"Tened, pues, entendido, hermanos, que por


medio de éste os es anunciado el perdón de
los pecados; y la total justificación que no
pudisteis obtener por la Ley de Moisés la
obtiene por él todo el que cree.

Hechos 16, 30-31

“…los sacó fuera y les dijo: "Señores, ¿qué


tengo que hacer para salvarme?"
Le respondieron: "Ten fe en el Señor Jesús y
te salvarás tú y tu casa."

Romanos 10, 9

“Porque, si confiesas con tu boca que Jesús es


Señor y crees en tu corazón que Dios le
resucitó de entre los muertos, serás salvo.”

B. LA FE QUE SALVA

Hebreos 11, 1

“La fe es garantía de lo que se espera;


la prueba de las realidades que no se ven.”

C. FRUTOS DE LA FE: EXPERIMENTAR LA SALVACIÓN

Efesios 3, 17

“…que Cristo habite por la fe en vuestros corazones,


para que, arraigados y cimentados en el amor,…”

Colosenses 3, 3

“Porque habéis muerto, y vuestra vida está


oculta con Cristo en Dios.”
Jn 1, 12

“Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los
que creen en su nombre;…”

5. CONVIÉRTETE AL SEÑOR

A. NUEVA MENTALIDAD

B. PASAR DE LAS TINIEBLAS A LA LUZ

Juan 3, 3

Jesús le respondió:

"En verdad, en verdad te digo:


el que no nazca de lo alto
no puede ver el Reino de Dios."

1Pedro 2, 9

“Pero vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real, nación santa, pueblo
adquirido, para anunciar las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las
tinieblas a su admirable luz
C. CAMBIO DE VIDA:
LA VIDA DE JESÚS POR LA NUESTRA
ABRIR LA PUERTA DEL CORAZÓN

Apocalipsis 3, 20

“Mira que estoy a la puerta y llamo;


si alguno oye mi voz y me abre la puerta,
entraré en su casa y cenaré con él y él
conmigo.”

D. RENUNCIA AL PECADO Y A LAS OBRAS DE


SATANÁS

Colosenses 3, 5. 8-9

5 En consecuencia, dad muerte a todo lo


terreno que hay en vosotros: fornicación,
impureza, pasiones, malos deseos y la
codicia, que es una idolatría,

8 Mas ahora, desechad también vosotros todo


esto: cólera, ira, maldad, maledicencia y
palabras groseras, lejos de vuestra boca.

9 No os mintáis unos a otros. Despojaos del


hombre viejo con sus obras…”
5. JESÚS, SEÑOR, MI SEÑOR

A. JESÚS ES EL SEÑOR, EL REY DE REYES

Hechos 2, 36

"Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel


que Dios ha constituido Señor y Cristo
a este Jesús a quien vosotros habéis crucificado."

B. JESÚS ES MI SEÑOR

Romanos 10, 9-10

Porque, si confiesas con tu boca que Jesús es


Señor y crees en tu corazón que Dios le resucitó
de entre los muertos, serás salvo. Pues con el
corazón se cree para conseguir la justicia, y con
la boca se confiesa para conseguir la salvación.
RESPUESTA DE FE

El tema que hemos reflexionado nos invita a:

• Dar gracias a Dios por el mayor don que ha regalado a la humanidad: su


Hijo Jesucristo.

• Conocer más a Jesucristo.

• Leer y meditar los Evangelios.

• Tener como norma de vida los valores que vivió Jesús.

• Asumir las actitudes vitales de Jesús: obediencia al Padre, servicio


desinteresado a las personas y solidaridad con los marginados.

• Ser un seguidor de Cristo en nuestra vida diaria.

3. Realice el siguiente ejercicio.

Complete las oraciones con sus propias palabras:

1. Lo que más admiro de Jesús lo que más me atrae y fascina de Él es…

2. Lo que me cuesta asumir de Él y no soy capaz de llevar a la práctica es…

3. Lo que no entiendo de Él, lo que me plantea dudas e interrogantes es…

4. Para mí Jesús es…

3. Realice los ejercicios de profundización de la página 56 y 57.

4. Una vez terminado haga lectura de las páginas 58 a la 73

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