Qué Es Inteligencia Emocional
Qué Es Inteligencia Emocional
Qué Es Inteligencia Emocional
Si nos sentimos
tristes poder alegrarnos, si nos sentimos nerviosos poder relajarnos.
A través de esta enseñanza podremos aprender algunos truquitos para manejar nuestra
inteligencia emocional y utilizarla como herramientas para guiarnos en la vida.
Las emociones están diseñadas para guiarnos por la vida y no para dañarnos,
En todos los casos estas reacciones nos ayudan a afrontar mejor esas
situaciones.
Por otra parte, hay reacciones emocionales que se producen ante situaciones
que no hemos vivido todavía, es decir, cuando las anticipamos o las
imaginamos. Un claro ejemplo es lo que sentimos cuando vemos alguna
escena en alguna película, leemos algún texto o recordamos o pensamos en
algún suceso.
¿Le parece que podría enfrentarse a un dilema moral con alta carga
emocional? Sabemos por las Escrituras, y a través del mundo que nos rodea,
que todos nos enfrentaremos a estos dilemas en un futuro cercano
(Apocalipsis 13:12-17).
El caso de Saúl
Un ejemplo de distorsión cognitiva está bien ilustrado a través del primer rey
de Israel. Saúl era alto e
increíblemente apuesto (1 Samuel 9:1, 2); también era rico. A pesar de que
tenía estas aparentes ventajas, los pensamientos negativos comenzaron a
desarrollarse en su mente; pensamientos que eran grandes distorsiones de la
realidad. A nivel superficial parecían válidos, pero en el fondo eran
pensamientos irracionales, retorcidos.
Es verdad que nadie es tratado justamente el cien por ciento del tiempo. Sin
embargo, cuando nos obsesionamos con esa injusticia y la repetimos, eso
inevitablemente nos causará problemas emocionales significativos. En
relación a la tolerancia y frustración, Elena White dice: “Cuando sufrimos
pruebas que parecen inexplicables, no debemos permitir que nuestra paz sea
malograda. Por injustamente que
seamos tratados, no permitamos que la pasión se despierte.
Condescendiendo con un espíritu de venganza nos dañamos a nosotros
mismos. Destruimos nuestra propia confianza en Dios y
ofendemos al Espíritu Santo”.
El caso de Salomón
La CNN recientemente realizó un informe que sintetizo así: La próxima vez
que esté decidiendo entre un helado y un pedazo de pastel, la compra de un
coche o hacer un viaje, aceptar un nuevo trabajo o quedar en el que tiene,
debe recordar dos cosas. En primer lugar, su decisión se basa en el deseo de
ser feliz, o al menos más feliz de lo que es ahora; en segundo lugar, hay una
buena probabilidad de que la
decisión que tome sea equivocada. Esto nos lleva a la segunda distorsión
cognitiva: el razonamiento
emocional. Aquí hay ejemplos: “Me siento como un fracaso, por lo tanto, soy
un fracaso”. “Me siento abrumado e impotente, por lo tanto mis problemas
son imposibles de resolver”. “Me siento como si estuviera en la cima del
mundo, por lo tanto soy invencible”. “Estoy enojado contigo, y eso
demuestra que has sido cruel e insensible conmigo”. Una de las razones por
las que la gente entra en el ciclo de la adicción
se debe a este tipo de razonamiento emocional.
El caso de Elías
El último ejemplo es corto. “Luego de caminar todo un día por el desierto,
fue a sentarse debajo de un enebro. Entonces se deseó la muerte y dijo:
‘Basta ya, Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres’” (1
Reyes 19:4 RV95). ¿Tenía Elías un sentido desmedido de orgullo, al igual que
Saúl? No, Elías era un hombre humilde. ¿Estaba Elías, al igual que Salomón,
participando de un estilo de vida autoindulgente para tratar de obtener la
felicidad? No, Elías vivía una vida sencilla. Sin embargo, sufría
una significativa depresión.
Para ayudar a Elías a superar su depresión Dios le dio una serie de tareas
específicas pero ninguna era
una actividad que él realmente quería hacer (1 Reyes 19:15, 16). Sin
embargo, fue obediente e hizo las tareas. ¿Se recuperó Elías? No sólo se
recuperó, sino que también fue trasladado al
cielo sin ver la muerte (2 Reyes 2:11).
Dejar libe
El salmista dice: “¡Jehová, ¿quién habitará en tu Tabernáculo? ¿Quién morará
en tu monte santo?” (Salmo
15:1 RV95). En esencia, David está haciendo la pregunta: “¿Quién tendrá el
éxito en la vida en última instancia?” La respuesta está dada: “El que anda en
integridad y hace justicia; el que habla verdad en su corazón” (Salmo
15:2 RV95). Es esta tercera frase la de particular interés. Los Diez
Mandamientos hablan acerca de decir la verdad. No solamente se dirán unos
a otros la verdad, sino que se la dirán a sí mismos. Pero para decir la verdad a
los demás, primero debemos tener pensamientos exactos y veraces acerca
de nosotros mismos.
Cada vez que hay una falta moral, comienza con un pensamiento
distorsionado. David, en su salmo de
arrepentimiento, escribe: “He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo
secreto me has hecho comprender sabiduría” (Salmos 51:6). Cuando David
cometió ese acto desastroso con Betsabé (2 Samuel 11:2), en vez de
recordarse a sí mismo lo que era verdadero y apartarse del pecado, siguió
enfocándose en el evento estimulante. Se vio envuelto en el razonamiento
basado en la emoción, la magnificación, la sobre generalización y tal vez
incluso la excesiva autoestima, creyendo que por ser el rey, estaba por
encima de la ley. Luego actuó en base a esas distorsiones. Cada pecado que
se comete comienza con un pensamiento distorsionado. Lo maravilloso es
que somos transformados positivamente por la reconstrucción de nuestro
pensamiento. Pablo dice: “transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento” (Romanos 12:2). No sólo debemos reconocer los
pensamientos distorsionados, sino que debemos corregirlos y reemplazarlos
con pensamientos verdaderos y precisos que encuentran su fuente en Dios.