Plurinacionalidad e Interculturalidad

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PLURINACIONALIDAD E INTERCULTURALIDAD

Plurinacionalidad e interculturalidad: La plurinacionalidad y la interculturalidad no son


conceptos ni opuestos ni antitéticos, todo lo contrario, expresan un solo proceso histórico y son
parte del proyecto político de largo plazo del movimiento indígena.  La interculturalidad es la
condición de posibilidad de la plurinacionalidad, de la misma manera que el Estado
plurinacional es la única garantía para que las sociedades puedan reconocer, respetar y
construir la interculturalidad.  La interculturalidad es el reconocimiento de las diferencias
radicales al interior de la sociedad; por su parte, el Estado Plurinacional lleva ese
reconocimiento de las diferencias radicales al ámbito de los derechos, tanto en la esfera de su
enunciación (dogmática y deontología constitucional), cuanto en aquella de las garantías de
ejecución y procedimientos de implementación (parte orgánica constitucional, leyes, normas y
reglamentos de aplicación).  Puede reconocerse el estatuto de interculturalidad, como ya pasó
con la Constitución Política del Ecuador, que en 1998 reconoce el estatus de interculturalidad
de la sociedad ecuatoriana, pero este reconocimiento no genera, necesariamente, posibilidades
para construir esa interculturalidad en el ámbito de los derechos.  Para que los derechos
colectivos de los pueblos indígenas tengan garantía de ejecución y aplicación, se requiere un
cambio en la estructura política del Estado.  Para que la interculturalidad se convierta en una
garantía de reconocimiento mutuo, es fundamental que la interculturalidad transforme a toda la
estructura jurídica del Estado.  La única forma por la cual la interculturalidad puede cambiar al
Estado, es transformándolo en Estado Plurinacional.  El Estado puede reconocer la
interculturalidad, y declararse como Estado Intercultural, pero esa declaración no tiene fuerza
normativa y capacidad vinculante para transformar a las instituciones y al derecho.  La
experiencia ecuatoriano ha demostrado que para que el Estado Intercultural tenga fuerza
normativa es necesario que se declare como Estado Plurinacional, solo de esta manera la
interculturalidad deja de ser un enunciado, como lo fue en la coyuntura de 1998, y se convierte
en un proceso político.  Quienes separan la plurinacionalidad de la interculturalidad y las
presentan como procesos autárquicos y autónomos, pretender dividir y manipular las
propuestas realizadas por el movimiento indígena con el evidente propósito de debilitar la
fuerza de las propuestas indígenas y mantener intacto el esquema vigente.  Cuando la
interculturalidad se convierte en proceso político transforma al sujeto que la enuncia, esto es el
movimiento indígena, y lo convierte en un sujeto político cuyo objetivo es la transformación de
las condiciones políticas que definen al Estado y a la sociedad.  Las nacionalidades indígenas
como sujetos políticos, demandan y cuestionan al Estado su carácter uni-nacional, homogéneo
y monocultural, y proponen llevar la interculturalidad al plano de la política transformándola en
plurinacionalidad del Estado.  La enunciación de la interculturalidad es la condición de base
para convertir a ese enunciado en derechos e

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