Pozo de Zorro

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Pozo de Zorro

Durante la guerra de Malvinas, a las trincheras de los soldados


argentinos se las llamaba pozos de zorros, pero ese pozo, que
resultó lo más parecido al hogar, no era cualquier pozo. Eran el
lugar del coraje, era el cobijo, el espacio en donde desconocidos
se encontraban compartiendo la comida, el miedo, las historias,
los pocos cigarrillos como el bien más preciado y símbolo de una
falsa sensación de bienestar. Esos pozos eran fríos, generaban
hipotermia al punto de congelamiento, a punto de congelar el
alma, los sueños y la esperanza de todos los que pasaban por allí.
Pensando en un paralelismo, esos pozos nada le envidiarían a la
mayoría de comedores, merenderos, apoyos escolares o escuelas.
Hoy el enemigo es la crisis socioeconómica de nuestro país, es la
pobreza oficializada y soberbiamente marginada. Frente a ese
enemigo está firme nuestra infantería social, trabajadores,
empleados o desempleados, docentes, sacerdotes, pastores,
jubilados, jóvenes que decidieron armar un pozo de zorro para
mantener esperanza, para garantizar un rato más de vida.
Durante la guerra de Malvinas, a las trincheras de los soldados
argentinos se las llamaba pozos de zorros, pero ese pozo, que
resultó lo más parecido al hogar, no era cualquier pozo.
Los pozos de zorro eran el lugar del coraje, era el cobijo, el
espacio en donde desconocidos se encontraban compartiendo la
comida (poca comida por cierto), el miedo, las historias, los pocos
cigarrillos como el bien más preciado y símbolo de una falsa
sensación de bienestar.
Esos pozos eran fríos, generaban hipotermia al punto de
congelamiento, a punto de congelar el alma, los sueños y la
esperanza de todos los que pasaban por allí.
Esos pozos estaban en puntos estratégicos, estaban donde la
necesidad, circunstancias y la situación lo requerían. Los hacían
los mismos soldados como podían y con lo que tenían, chapas
viejas, palos, piedras, barro.
Ahora bien, pensando en un paralelismo, quizá erróneo o quizá no,
esos pozos nada tienen que envidiarle a muchos de los lugares
que existen hoy y que están en una guerra constante contra el
sistema de pobreza planteado. Digo, quizá en determinadas
características, esos pozos nada le envidiarían a la mayoría
de comedores, merenderos, apoyos escolares o escuelas.
Las personas que allí trabajan son soldados, son el abandono
oficial personificado, son una especie de infantería social, es el
coraje que resiste y construye con lo que consigue, mantiene la
esperanza como puede, detiene al enemigo de la mejor manera
posible. Ese enemigo aterrador que genera violencia, que
genera hambre hasta del dolor de panza y más, ese enemigo
que genera congelamiento a punto de congelar el alma, los
sueños y la esperanza.
Ese enemigo es la crisis socioeconómica de un país, es la
pobreza oficializada y soberbiamente marginada. Frente a ese
enemigo está firme nuestra infantería social, trabajadores,
empleados o desempleados, docentes, sacerdotes, pastores,
jubilados, jóvenes que decidieron armar un pozo de zorro para
mantener esperanza, para garantizar un rato más de vida, para
tratar de controlar la desesperanza de niños, adultos o de una
familia hasta la próxima comida o hasta la próxima vez que una
familia encuentre un lugar para que los chicos puedan hacer sus
tareas.
*************
Este miércoles fue un día cargado de emoción y simbolismo, ya que en el Vaticano el
Papa Francisco encabezó la histórica devolución de la imagen de la Virgen de Luján
que estuvo en las Islas Malvinas acompañando a los soldados argentinos durante la
Guerra y que después permaneció durante 37 años en la Catedral Castrense de San
Miguel y San Jorge en Aldershot, en el condado de Hampshire, a unos 60 kilómetros al
suroeste de Londres.
La historia comenzó a escribirse en 2016, cuando desde el grupo católico “La Fe Del
Centurión” comentaron en base a una nota publicada en La Gaceta M que la imagen de
la Virgen de Lujan que estuvo en las Islas Malvinas en 1982 se encontraba en una
capilla Militar Británica. El Obispo Castrense Santiago Olivera comenzó las gestiones y
en febrero de este año, diversos excombatientes que participaron del Congreso
Mundial de Veteranos de Guerra desarrollado en Francia -entre ellos el lujanense
Marcelo Sánchez, luego mantuvieron una audiencia con el Papa Francisco en el
Vaticano, a quien le solicitaron el regreso de la imagen.
En este sentido, tal como informara LUJANHOY el 24 de febrero de este
año, Marcelo Sánchez fue uno de los Veteranos que le entregó al Papa Francisco el
Proyecto Misión Rescatando A María, referido a la información sobre la existencia de
una imagen de la Virgen de Luján en la Catedral Militar Católica de Aldershot.
“Un Coronel Británico Médico, James M. Ryan, informó que esta Virgen pertenecía a
alguna Unidad Militar Argentina desplegada en 1982. Ante este descubrimiento, el
Obispo Castrense argentino, Santiago Olivera, conjuntamente con el grupo religioso
‘La Fe Del Centurión’ y la Gaceta del Veterano de Guerra de Malvinas, tomó contacto
con el Obispo, quién aceptó realizar la devolución. La idea es que esta Virgen peregrine
por el país, para luego ser entronizada en la Basílica de Luján en septiembre de 2020. Y
nuestro deseo es que el Papa Francisco realice esta entronización”, contó en ese
momento Marcelo Sánchez.
Y este miércoles, finalmente, se concretó el acto de restitución de la Virgen de Luján
que acompañó a los soldados argentinos en la Guerra de Malvinas. Fue en el Vaticano y
con la bendición del Papa Francisco. En ese marco, el Obispo Castrense, monseñor
Santiago Olivera, durante la ceremonia entregó como reconocimiento y reconciliación
una imagen similar al obispo castrense británico, monseñor Paul James Mason, quien
trajo desde su país la imagen religiosa.
Histórica llegada a Luján
Nuestra Señora de Luján retornará al país con el Obispo Castrense de Argentina y una
delegacion integrada por ‘La Fe Del Centurión’, Familares de Caídos y Veteranos de
Guerra, entre ellos el expresidente de la Comision Nacional de VGM Marcelo Sánchez,
Alfredo Páez Quiroga y Vicente Martínez Torrenz (capellan en Malvinas).
Será este domingo, cuando alrededor de las 5 arriben a Ezeiza, donde la imagen de la
Virgen de Luján será recibida con honores por los efectivos de las Fuerzas Armadas y
las Fuerzas Federales de Seguridad, acompañados por Héroes Veteranos de Guerra y
familiares.
Luego, trasladaran en procesión y caravana la imagen hasta el Monumento a los Caídos
en Malvinas y finalmente a la Basílica Nacional Nuestra Señora de Luján, donde se
realizará una misa.
“Es un hecho histórico el que viviremos con la llegada de Nuestra Señora de Luján,
peregrina y mensajera de la Paz”, señaló Marcelo Sánchez con emoción desde Roma.
Por su parte, el 8 de noviembre será trasladada al Hospital, luego al retiro que harán
los Veteranos en el Colegio Maristas y finalmente comenzará a peregrinar por todo el
país. Lo que aún no está definido es cuál será su destino final. En este sentido, hay dos
opciones: las Islas Malvinas o la Basílica de Luján.

Su historia
La imagen de la Virgen de Luján llegó a las Islas Malvinas como donación de una
familia argentina. Fue traslada desde el continente por el Capellán Mayor de la Fuerza
Aérea Argentina, monseñor Roque Manuel Puyelli el 9 de abril de 1982, a días del
inicio de la Guerra del Atlántico Sur. En primera instancia, la Patrona de nuestro país
permaneció en la Base Aérea Militar Malvinas y posteriormente fue trasladada a la
Parroquia Saint Mary (Santa María) en las Islas Malvinas. Pero luego de una procesión
celebrada el 8 de mayo de 1982, no se supo más nada de ella.
Sin embargo, tal como figura en un informe del Obispado Castrense, tras 34 años “en
La Gaceta M, una nota brindada por el médico militar inglés (R) James M. Ryan daba
cuenta que en la Catedral Castrense de Gran Bretaña se encuentra una imagen de
Nuestra Señora de Luján. Allí quedó el testimonio gráfico que pasó desapercibido hasta
mediados del año 2018, cuando un laico, integrante del grupo ‘La Fe del Centurión’,
perteneciente a la Diócesis de Quilmes, le brinda el tenor de la importancia debida a la
noticia, iniciando así los primeros pasos para poder lograr el regreso de la imagen de la
Santísima Virgen a nuestro país”.
Y agrega que “tras distintas consultas en su Diócesis, Marcela Mariel Hernández y
Daniel Doronzoro, en representación de “La Fe del Centurión´’, se dirigen a la
Conferencia Episcopal Argentina donde su presidente, monseñor Oscar Ojea, le
encomienda ver y acompañar a monseñor Santiago Olivera, Obispo Castrense de
Argentina, para iniciar así el proceso de regreso de la imagen de Nuestra Señora de
Luján. Fruto de ello, monseñor Olivera se encontró el 8 de mayo de este año en Roma
con el Obispo Castrense Inglés, monseñor Paul James Mason, quien con generosidad y
docilidad apoyó esta iniciativa”.

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