Libro Metodo ILVEM

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HORACIO H.

KRELL
EL MÉTODO ILVEM

Horacio A. Krell
Krell, Horacio A.
El método ILVEM. 1° ed. Buenos Aires : Los Libros, 2004.
272 p. ; 20x15 cm

ISBN 987-20082-2-1

1. Técnicas de Estudio I. Título


CDD 371.302 8

Derechos reservados en todos los países.


Queda hecho el depósito que previene la Ley 11.723.
Copyright By Los Libros S.R.L.
Primera edición, Abril 2004.
Buenos Aires, Argentina.
AGRADECIMIENTOS

A mi madre, Catalina Leiman, quien me inculcó el principio de que si


se quiere se puede.

A mi padre, Jorge Krell, quien apoyó mis estudios universitarios.

A mi hermano mayor, Edgardo Krell, quien fue mi ejemplo en su


brillante carrera como Ingeniero.

A mi hermano menor, Arnaldo M. Krell, Licenciado en


Administración Empresas, quien fue el compinche de mis años
juveniles cuando juntos creamos ILVEM.

A mi hijo, Alejandro Krell, Abogado, quien con su consultoría


especializada me permite concentrarme en las áreas operativas de mi
profesión.

A mi hija, Marcela Krell, Licenciada en Ciencia Política, quien con


su versatilidad adaptable a todo terreno me ayuda a que miles de
ideas se lleven a la práctica (este libro incluido).

A mi mujer, Irene B. Czarnaczapka, Licenciada en Psicología, quien


iluminó mi vida y que ahora me alumbra desde el cielo.

A todos ustedes, alumnos, colaboradores, amigos, y aliados


estratégicos con quienes convivo y me proporcionan la energía de
saber que juntos cualquier proyecto es viable.
INTRODUCCIÓN

El Método y sus orígenes.

ILVEM nació hace 35 años para responder a tres preguntas:


1) ¿Por qué usamos sólo el 10% de la mente? 2) ¿Por qué desde el
sistema político o educativo no se hace nada al respecto?
3) ¿Por qué se supone que un niño puede estudiar sin aprender antes
cómo hacerlo?
El cerebro es el gran centralizador de la vida pero, al nacer, no
recibimos la llave de acceso ni el manual del usuario. Descubrirlos, es
la gran aventura del hombre.
El Método ILVEM tiene como fin el desarrollo integral de la mente
humana mediante la optimización de las cuatro etapas del proceso
intelectual (Recepción - Procesamiento - Expresión - Aplicación):

1. Perfecciona la recepción de la información a través de la lectura


veloz comprensiva.
2. Sistematiza el procesamiento de datos con técnicas de estudio,
comprensión, memoria, concentración y audiencia.
3. Desarrolla la capacidad de comunicación interna y con el entorno
para aumentar la productividad.
4. Estimula la aplicación de la inteligencia a todos los aspectos de la
vida, entrenando el pensamiento creativo, reflexivo, estratégico y
sistémico.

Esta obra está dividida en cuatro capítulos, cada uno de los cuales
corresponde a una etapa del método. El abordaje que proponemos
consiste en el desarrollo conceptual de sus fundamentos, es decir, este
libro no pretende sustituir a los cursos presenciales o por
E-learning (educación a distancia) en los cuales se enseñan las
técnicas y se practican los ejercicios necesarios para incorporarlas.
Sin embargo, la lectura de cada capítulo será como un ladrillo en el
edificio de su desarrollo personal y, para quienes posteriormente
decidan realizar el curso, constituirá una base sólida para su mejor
aprovechamiento.
La perfección y la destrucción creativa.

El método ILVEM, tal como se lo conoce hoy, es el resultado de una


búsqueda constante. Como dijo André Gide: “cree a aquellos que
buscan la verdad, duda de los que la han encontrado”.
A lo largo de estos años, aplicamos la estrategia de la “destrucción
creativa”, concientes de que la rutina provoca el peligro de repetir las
conductas y olvidar su por qué.
El siguiente relato ilustra la técnica utilizada:
El águila, a los treinta años, está a punto de morir. Su pico ya no puede
tomar el alimento, sus uñas debilitadas no pueden capturar a la presa,
sus plumas pesadas no le permiten volar.
Entonces, en un esfuerzo supremo, sube hasta la cumbre y comienza
el proceso de cambio. Primero, lija su pico hasta hacerlo caer y espera
que le nazca uno nuevo para arrancarse con éste las uñas debilitadas.
Con ellas, se quitará las plumas para que le crezcan otras suaves y
livianas. Luego, se hace un lifting y el águila vive hasta los sesenta
años.
En ILVEM, realizamos una evaluación continua de nuestras acciones
y sus resultados, modificando las tareas improductivas por otras de
alto rendimiento.
La propuesta para los futuros alumnos de ILVEM es que realicen un
“lifting metodológico”. El primer paso será el de generar la tensión
creativa que surge al comparar la situación actual (de la que se toma
conciencia mediante un test de diagnóstico) con los niveles de
excelencia (que se presentan en una demostración explicativa). Es
decir que para salir de la rutina y apuntar a esta meta partimos del
autoconocimiento. El segundo paso, será adquirir los instrumentos
apropiados para alcanzarla.
Elijamos actuar como el filósofo que hace lo que piensa. Como decía
Goethe “pensar es fácil. Actuar es un poco más difícil. Pero actuar
como se piensa es lo más difícil de todo”.
Sistema holístico y autoestima.

La interrelación de las metodologías intelectuales conforma un


sistema que permite el funcionamiento holístico e integrador de la
mente.
La inteligencia emocional, racional e instintiva, las técnicas de
procesamiento de la información y los dos hemisferios cerebrales
actúan en forma armónica y sistémica para lograr el efecto de sinergia
positiva por el cual el todo supera a la sumatoria de las partes.
El sistema se sustenta en principios ecológicos que sustituyen la
fuerza bruta por la calidad del proceso intelectual. De esta manera, se
obtienen resultados óptimos con el mínimo esfuerzo y se promueve el
aumento de la autoestima, el capital invisible que posibilita cualquier
logro significativo.
Combinando adecuadamente el autoconocimiento, la misión en la
vida, la visión del futuro deseado, la metodología apropiada para
lograrlo y la confianza en uno mismo, se genera el entusiasmo.
“Entusiasta” era para los griegos quien tenía un dios interior que le
permitía modificar la realidad. El entusiasta no necesita ver para creer
sino que ve porque cree: su fe mueve montañas. El entusiasta hace
que las cosas ocurran porque cree que puede.

El secreto del éxito y de la buena suerte.

El éxito no es casual sino el resultado de la unión de la oportunidad


con la preparación. La oportunidad no se encuentra sino que se busca
y ese es el secreto de la persona exitosa.
Tampoco obedece a la obstinación en alcanzar el fin sino a la
perspicacia de percibir el curso de los acontecimientos sin tratar de
alterar arbitrariamente la realidad. La economía procesal implica no
gastar la energía ni el tiempo intentando lograr, por ejemplo, la
cuadratura del círculo o remar contra la corriente.
Y si el azar es incontrolable porque resulta de un campo de fuerzas en
interacción, en cambio, la buena suerte depende de la adecuación de
la respuesta a la realidad.
La persona con buena suerte es también optimista. El optimista no
vive de ilusiones: es práctico porque sabe cómo volcar las situaciones
a su favor.

Un presente con futuro.

Para convertirse en arquitecto de su futuro, el hombre deberá


mantener la mentalidad curiosa del niño durante toda la vida.
El niño es el padre del hombre porque los hábitos que crea en la
infancia son los que luego lo forman como adulto.
Para actuar sobre nuestros hábitos, debemos combinar la
comunicación interior y el contacto con el mundo externo, la
proactividad y la reactividad, la eficacia con la eficiencia, la lógica
con la imaginación, la información con la comprensión, y el
conocimiento con la sabiduría.
El pensador sistémico se adapta a la realidad, es eficiente (hace las
cosas bien) y eficaz (sabe elegir lo que debe hacer), no se deja
avasallar por la información sino que la filtra con el conocimiento y a
éste le aplica un poder más amplio y antiguo: la sabiduría.
Sabe que muchas veces lo mejor es no hacer nada y dejar que las cosas
sucedan porque así marcharán naturalmente en la misma dirección
que su objetivo.

Cómo ser joven toda la vida.

Hay personas que se mantienen en forma hasta su ancianidad.


Verdi era una de ellas. A los 80 años, fue consultado sobre el secreto
de su longevidad creativa y respondió: “busqué siempre la perfección
pero sin poder hallarla”. Al perseguirla, mantuvo siempre la calidad
como camino mediante el método de la mejora continua.
¿Cualquier persona puede transitar este sendero? Basta con
preguntarse: dónde estaba, dónde estoy, dónde quiero estar y cómo
haré para conseguirlo, interrogantes que son la base de una
mentalidad estratégica. Esta concepción deja de mirar al costado,
hacia una normalidad caracterizada por el bajo rendimiento, para
apuntar hacia los niveles de excelencia.
Al ser humano le ocurre algo parecido a la rana cuando se la hierve a
fuego lento: poco a poco se va adaptando al medio hasta que muere
cuando el agua hierve. Sin embargo, si a esa temperatura otra rana
fuera arrojada, se salvaría saltando instantáneamente. Es decir que lo
que importa es la percepción de lo real.
El hombre retrocede día a día sin darse cuenta hasta que es demasiado
tarde para producir un cambio. Pero ésta no es una ley inevitable:
quien elige ser joven toda la vida compensa la declinación del cuerpo
y del cerebro con el crecimiento de la mente y del espíritu.

¿Quién es el peor enemigo?

A veces, nos convertimos en nuestros peores enemigos porque


entablamos un diálogo interno negativo.
Aprender a dialogar con uno mismo es construir enunciados activos
para reinventarse y conformar la propia identidad.
Descubrirse, es ponerle el sello personal a la vida.
En este aspecto, es notoria la incompetencia del sistema educativo
formal para promover el diálogo interior productivo. Esto refleja la
incapacidad media de las personas para expresar en palabras las
sensaciones y emociones que, como la punta del iceberg, denotan la
existencia de una extraordinaria capacidad dormida.

Transformar el espíritu en materia.

Cada persona posee una preferencia o tipo dominante. El error es


dejar de ser auténticos con tal de acomodarse a una realidad mal
entendida. Quien utiliza una brújula interior para elegir su preferencia
es más efectivo que aquél que sólo aprendió a dominar una
competencia.
La educación formal, al tratar a todos por igual y enseñar contenidos
uniformes alejados de las preferencias individuales, pierde la
oportunidad de desarrollar el genio que todos llevamos dentro.
Para trabajar en equipo, se debe identificar al inventor que aporta las
ideas, al innovador que las lleva a la práctica, al estabilizador que
genera la rutina y al armonizador que conecta al grupo con el
mercado. Esto demuestra cómo las preferencias pueden
complementarse.
La energía espiritual generada por lo que se anhela se transforma en
materia cuando se la hace circular por el carril creativo del cerebro, el
hemisferio derecho, y entonces surgen las ideas. Luego, el
hemisferio izquierdo se encargará de organizarlas en proyectos y
convertirlas en resultados.
La planificación es el vehículo que transporta los sueños a la realidad.
Para alcanzar una meta importante se necesita un plan. Este criterio,
generalmente aceptado, se contradice en la práctica. Así, quien no
podría admitir la existencia de un edificio construido “a ojo”, en su
vida personal es capaz de dejar todo librado al azar. Como planificar
no es un don que se lleve en la sangre, hay que tomar conciencia de su
importancia.
Muchas veces, las personas confunden propósitos abstractos con
visiones concretas. Explorar el espacio es un propósito y llegar a la
luna es una visión que le da un soporte material a ese objetivo. Como
el camino al infierno está plagado de buenas intenciones, es mejor
proponerse metas que sean viables y atractivas. Para seleccionarlas,
hay que viajar al mundo interior buscando talentos, cualidades, ideas,
gustos, proyectos dormidos u olvidados y transformarlos en metas
magnéticas, es decir, que nos atrapen, para poder grabarlas en la
mente.
Existe una fórmula para aprender a planificar estratégicamente: es la
metodología intelectual. Parte desde el propósito, selecciona las
metas y confecciona los planes que las materializan. Eso implica la
coexistencia de varios programas coordinados que apunten en la
misma dirección. Los enemigos de los proyectos son: el olvido, la
postergación, los planes ineptos y la falta de capacitación. Para seguir
a la deriva no hace falta un plan. Repasemos los fundamentos: a) no
hay buen puerto para quien no sabe a dónde quiere ir, y b) a quien le
parece bien cualquier momento, cualquier momento nunca llegará.
Entonces no es cuestión de registrar prioridades en la agenda, sino de
ordenar la agenda en función de las prioridades. Como el día tiene 24
horas, hay que aprender a usar el tiempo.
El buen plan es una hoja de ruta que se pregunta acerca del qué, para
qué, por qué, dónde, cuándo, con quién, con qué recursos, cómo, y, a
partir de las respuestas, hace el inventario de lo que falta.
Un cambio eficaz no puede detenerse en explicar por qué no se puede:
debe poder orientar para obtener resultados. Se trata de descubrir lo
que uno quiere y cómo alcanzarlo.
La “creactividad” une el crear, el hacer y la iniciativa. Sus recursos
son el optimismo, el compromiso y preguntarse, siempre otra vez,
cómo cambiar.

Cómo hacer del defecto una virtud.

Demóstenes, el padre de la Oratoria, era tartamudo. La gimnasia que


realizaba para superar su problema consistía en hablar con piedras en
la boca y gritar sus mensajes al mar. De esta forma, logró transformar
su fuerza espiritual en un cambio positivo.
El hombre es el único ser sobre la Tierra que puede tener conciencia
sobre sus actos y que en consecuencia puede influir sobre ellos. Por lo
tanto, tomar conciencia de los círculos viciosos es dar el primer paso
para saltar hacia el círculo virtuoso que conduce a la realización de los
deseos.
El método ILVEM desarrolla la capacidad de observación y la
agudeza sensorial, debilitada en el hombre desde que se separó de la
tierra para ponerse de pie. Este proceso generó la abstracción
intelectual: un modo de relacionarse con el mundo que provocó en el
ser humano una pérdida de sensibilidad creciente, como si estuviera
programado para actuar en piloto automático. Su estructura cerebral
se basó en el hemisferio izquierdo, patrón de los conceptos y de los
mensajes verbales, descuidando al derecho que lo conecta con las
emociones y los instintos, es decir, con su pasado animal.
En el plano externo, perdió el olfato para descubrir las oportunidades.
Si bien el piloto automático lo protege ante la invasión de los
estímulos, le impide mantener una interfase creativa con la realidad.
Esto se demuestra en la historia del rey que se paseaba desnudo: todos
creían que llevaba puestas unas prendas que en realidad no existían.
Los cortesanos miraban al rey sin ropa pero no podían verlo así por la
barrera del prejuicio. Hasta que un niño -¡cuándo no un niño!- señaló
con inocencia esa obviedad.
La mirada hacia el mundo interno, la introspección, constituye una
condición necesaria para que crezca la potencia: descubrirse a uno
mismo aumenta la eficacia de la acción. El que tiene claro lo que
desea puede lograrlo con mayor facilidad. Para transitar el camino
correcto es necesario:
• En el plano interno: convertir los defectos en virtudes o en
fortalezas que luego hagan palanca sobre el mundo real.
• En el plano externo: transformar las amenazas en oportunidades.

El éxito no debe asimilarse a una genialidad de origen. Por el


contrario, se trata de adquirir un método. Para evitar que un error se
convierta en hábito es necesario un feedback continuo con la realidad.
Los errores representan una ventaja cuando se reconocen, ya que esto
permite no cometerlos en otra oportunidad. El que nada hace, no se
equivoca pero tampoco aprende. Thomas Edison agradeció a los 999
errores que le permitieron descubrir la lámpara eléctrica; Abraham
Lincoln superó 49 fracasos electorales hasta llegar a ser Presidente de
los Estados Unidos.
El objetivo no se alcanza solamente a través de la motivación ya que
progresar es un deseo de todos. El cambio consiste en aprender su
dinámica. Estar mal no es el problema sino ignorar ese estado y no
tener una visión clara de lo que se pretende.
El narcisismo del hombre ha recibido tres grandes heridas a lo largo
de la historia: cuando se descubrió que la Tierra no era el centro del
universo, cuando Charles Darwin señaló que descendemos de los
simios, y cuando Sigmund Freud detectó que la conducta responde a
factores inconscientes. Hoy, enfrenta una cuarta herida: la creciente
disminución de las capacidades humanas frente al desarrollo
tecnológico, junto a un progresivo deterioro de los sectores sociales
más débiles que son excluidos del sistema por la lógica abstracta del
mercado.
Proponemos retornar a los valores espirituales que le dan significado
a la vida para recobrar el sentido de trascendencia del hombre y
contrastarlo con la frialdad de la lógica del mercado. Cambiar la
política del puede ser por la firme convicción de que así será.
Para lograrlo, tendremos que nutrirnos de la sabiduría y cambiar el
modelo de la fuerza bruta -paradigma de una educación equivocada-
bajo el lema de “la letra con sangre entra”, por un modelo ecológico
de funcionamiento mental que refleje la frase de Walt Disney: “si lo
puedes soñar, lo puedes hacer”.

La mejor inversión.

La mejor inversión que una persona puede hacer es en sí mismo, en su


desarrollo personal. Como dijo Benjamín Franklin: “a veces
conviene sacar el dinero del bolsillo si se lo usa para llenar la mente
porque entonces la mente se encargará de reponer con creces los
bolsillos”.
Por eso, hay que evitar la tendencia a posponer la decisión e iniciar ya
mismo el camino hacia el desarrollo máximo de nuestro potencial.
Para conocer en detalle el funcionamiento del MÉTODO ILVEM lo
invitamos a asistir a las demostraciones del sistema y a visitar
nuestro sitio en Internet www.ilvem.com.
PRIMERA ETAPA: RECEPCIÓN.

LECTURA VELOZ.

Introducción.

¿Por qué el hombre, indefenso al nacer, se convirtió en el dominador


del planeta? Porque fue el único entre todas las especies que aprendió
a tallar el alfabeto en su cerebro. El secreto de este valioso capital
intangible permitió globalizar la comunicación, superando las
barreras del tiempo y del espacio. Pero como la creación requiere
formación, Borges dijo: “No somos lo que somos por lo que
escribimos, somos lo que somos por lo que leemos”.
Y dado que la vida es muy corta como para aprender sólo de la
experiencia, Newton expresó: “No soy un genio, estoy parado sobre
las espaldas de gigantes”.
La lectura es la gimnasia del cerebro. Se puede comparar con el
manejo de un auto: en cualquier momento, podemos detener la
marcha y reflexionar. En cambio, el mensaje audiovisual se parece a
un viaje en avión: una vez que estamos volando, ya no podemos bajar.
La paradoja de la sociedad de la información es que mientras la
producción de textos y conocimientos crece exponencialmente, las
habilidades lectoras se mantienen constantes o disminuyen. El
cambio acelerado requiere una actualización continua para sostener
el nivel competitivo. El problema que encierra el funcionamiento de
la memoria es que cuando nos detenemos para registrar lo que
leemos, dejamos de recibir información, lentificando los procesos
perceptivos y disminuyendo el atractivo por leer.
En la comunidad educativa, empresarial y política, no existe una
conciencia clara sobre el valor de la lectura, ni una visión estratégica
sobre los beneficios sistémicos que promueve.
Sin embargo, existen métodos, cursos y programas de capacitación
que permiten aumentar de 3 a 10 veces la velocidad y comprensión en
la lectura.
La buena noticia es que se puede reaprender a leer, porque leer
cualquiera sabe.

La mecánica de la lectura.

La lectura es un proceso complejo que implica el movimiento de los


ojos y el proceso mental que transforma los símbolos en significado.
Al analizar los mecanismos de la percepción visual es evidente que el
ojo no realiza movimientos regulares sino discontinuos, es decir,
recorre la línea verificando una serie de saltos y pausas. La lectura
sólo se produce durante estas pausas que denominaremos “puntos de
fijación”. La duración y número de los “puntos de fijación” varían
según cada individuo y la complejidad del texto.
Para unir dos puntos de fijación, los ojos realizan un movimiento de
izquierda a derecha llamado “salto de ojo”. El “movimiento de
retorno”, en cambio, es el que efectúan al terminar un renglón y
comenzar con el siguiente. Otra tendencia común es la “regresión”
que consiste en volver atrás para releer.
Un concepto fundamental al que haremos referencia a lo largo del
libro es el de “campo visual”, que definimos como todo aquello que
puede observarse al detener la vista en el punto de fijación de la
mirada. Existen dos tipos de visión: la central y la periférica. La
primera es más nítida pero reducida a lo que está próximo al punto de
fijación. La segunda posee mayor alcance pero no es precisa, ya que
percibe sin exactitud.
Sin embargo, unidos a la capacidad predictiva de la mente, ambos
tipos de visión se complementan.

Por ejemplo:

x
“El día estaba nublado”.

“El” y “do” se perciben con la visión periférica y “día estaba


nubla” con la visión central.

Lectura espacial.

La lectura espacial es una nueva manera de leer que consiste en fijar la


mirada por encima de la palabra (en la entrelínea) y en el centro
geométrico de la misma.
Los objetivos de la lectura espacial son:
a) Eliminar la dependencia o esclavitud de las palabras debido a que
el lector vive normalmente dominado por ellas (las debe deletrear,
pasar por ellas lentamente, etc.).
b) Ampliar el campo visual.

Ejemplo:

El lector tradicional se desplaza, como en la flecha, efectuando


numerosos saltos y pausas sobre las letras.

Todo lo que Ud. me dijo era falso

El lector espacial mira por encima de las palabras y en el centro


geométrico de las mismas.

x x x x x x x x
Todo lo que Ud. me dijo era falso.

La lectura en el espacio elimina la costumbre de comenzar a leer


desde la primera letra ya que permite captar al menos una palabra a la
vez.
El primer paso, entonces, es reemplazar la lectura tradicional por la
lectura espacial. Es importante advertir que durante la primera
semana, ésta suele causar dificultades debido a la falta de costumbre,
pero se debe practicar hasta adquirirla.
La lectura espacial tiene su fundamento en que el reconocimiento de
las palabras, y sobre todo el de las letras latinas, se realiza por su parte
superior, lo que se demuestra en el siguiente ejemplo:

Aumento de la velocidad en la percepción visual.

La pausa que el ojo realiza en cada punto de fijación de la mirada


puede reducirse en forma significativa. Para ello, deben practicarse
ejercicios que permitan aumentar la velocidad de la percepción
visual.

Formas de practicar:

1) Libro de texto: utilice un texto de dificultad común para practicar el


curso de lectura veloz. Marque en una página una “X” arriba y en el
centro de cada palabra. Lea esa página varias veces fijando la vista
exclusivamente sobre las “X” marcadas, evitando que sus ojos
“bajen” al nivel de las palabras. En realidad, se trata de leer en las
entrelíneas del texto. Cuando Ud. sienta que la vista se ha habituado a
esta nueva manera de leer, siga avanzando en las páginas de su libro
sin la ayuda de las “X” marcadas.

2) Video y CD: También puede practicar con estos materiales que


forman parte del material didáctico de nuestros cursos. Los ejercicios
están presentados por niveles de velocidad. Usted deberá comenzar
por el nivel inferior y, paulatinamente, exigirse mayor dificultad. En
algunos casos se visualizan una o dos palabras (con y sin la ayuda de
las “X”). Cuando aparecen dos palabras juntas, deben leerse en una
sola fijación (arriba y en el centro).
x
Ejemplo: Pez remera

Observe que cuando se dice que debe leer en el “centro” de las


palabras, se refiere al centro geométrico de ambas y en una sola
fijación de la mirada. Al final de este capítulo, presentamos algunos
ejercicios para realizar mediante el uso del visualizador manual que
obsequiamos con este libro y que contiene una ranura para que usted
mismo lo desplace verticalmente, acostumbrando a sus ojos a niveles
crecientes de velocidad.

Los problemas que afectan al lector y su solución.

Se puede leer mejor conociendo los factores psicológicos que


influyen en la lectura y que consideraremos más adelante.
Por ahora, recuerde la importancia de estos elementos:

1) Problemas visuales: debemos consultar a un especialista ya que


pueden generar una limitación importante.
2) Salud y nervios: deben estar en condiciones óptimas de manera que
propicien la lectura. Es inútil que lea si se encuentra nervioso,
alterado o con fatiga. Es preferible un breve descanso o practicar
ejercicios de relajación para iniciar la lectura en un estado receptivo
óptimo.
3) Movimiento de la cabeza: la lectura la realizan los ojos, por lo tanto
no es necesario mover la cabeza para leer. Por el contrario, dicho
movimiento influye negativamente pues exige una mayor
coordinación.
4) Iluminación: debe ser adecuada y el foco de luz debe estar ubicado
a la izquierda, lo que produce una mejor visibilidad.
5) Posición del cuerpo: la posición correcta es sentado, con la cabeza
apoyada sobre el respaldo de la silla, en forma erguida. Cada tanto es
conveniente realizar pequeños ejercicios (caminar, moverse, etc.).
6) Posición del libro: debe ser colocado sobre un atril que posea una
inclinación de aproximadamente 45º.
7) Distancia del libro:
En este tema intervienen dos factores:

a) Cuanto más lejos se coloca el libro, menor es la nitidez.


b) Cuanto más lejos se encuentra, mayor es el campo visual y la visión
periférica.

Regla: El material debe colocarse a la mayor distancia que permita la


nitidez, conjugando así ambos factores.

Mejorando el salto de ojo

Intentaremos ahora unir los conocimientos adquiridos sobre lectura


en el espacio y agilidad de percepción con el concepto de salto de ojo.

Salto de ojo

Definíamos a la lectura como un proceso que se verifica a saltos.


El “salto de ojo” es el movimiento que realiza el ojo al pasar de un
punto de fijación a otro. Dicho movimiento se denomina sacádico
(del francés saccade: salto), y puede ser de avance,
cuando se produce en el sentido de la lectura, de retorno, cuando se
llega al final del renglón y se pasa al siguiente, o de regresión cuando
se retrocede para releer.
Estos desplazamientos son fáciles de percibir mirando los ojos de
alguien que está leyendo.
Ejemplo:

x x
campo noche

La flecha indica el salto de ojo efectuado. A diferencia de lo que


muestra el gráfico, el ojo no debe barrer la página sino actuar como un
“resorte”. Rítmicamente, en forma sostenida, intentará pasar de un
punto de fijación a otro.
Nuestro siguiente objetivo será mejorar el salto de ojo e integrarlo a la
lectura espacial para obtener un avance en la percepción visual (Usted
puede ejercitar el salto del ojo en los mismos ejercicios en los que
antes practicó con el visualizador).

Vicios de la lectura.

A continuación describiremos el proceso de lectura de un lector


tradicional:

LECTURA LENTA

VISUALIZACIÓN. Recepción visual de

A
la información a través de sílabas o
palabras sueltas.

FONACIÓN. La información pasa de la


vista al habla (articulación oral consciente o

B inconsciente). Implica tiempo


desperdiciado por los habituales vicios de
vocalización y subvocalización.

C AUDICIÓN. La siguiente etapa que recorre


la información es del habla al oído
(sonorización introauditiva, generalmente
inconsciente). Es otro paso innecesario que
frena la velocidad de la lectura.

CEREBRACIÓN. Oído-cerebro:
integración de los elementos que llegan en

D
forma separada. Tardía culminación del
proceso comprensivo en el modo de
lectura común lenta.

LECTURA VELOZ, CAPTACIÓN


DINÁMICA Y LECTURA MENTAL
DIRECTA.
Visualización global -varias palabras o

A frases enteras- y su integración cerebral


totalizadora, lo que permite una mayor
concentración y una vía de lectura más
rápida y comprensiva.

A través de ejercicios visuales y mentales realizados con la adecuada


supervisión docente se pueden modificar y eliminar los pasos
retardatorios de las etapas A, B, C y D, logrando de esa manera el
acceso al modelo directo A, que permite leer y comprender en un
proceso único.
La intermediación parasitaria de las funciones vocales y auditivas
demanda una excesiva coordinación al cerebro, incrementando el
número de distracciones y creando la barrera del sonido ya que no se
puede hablar o escuchar a más de 100 palabras por minuto.
Mantener el bajo rendimiento de la lectura lenta es inconcebible en
una época caracterizada por el crecimiento exponencial de la
información y la consecuente escasez de tiempo.
En un breve período se puede aprender a dominar el estilo de lectura
mental directa (vista-cerebro), que incidirá notablemente en el
incremento de la velocidad y comprensión.
Una prueba de que se puede comprender sin subvocalizar
mentalmente es el ejemplo de los sordomudos de nacimiento que no
poseen ninguna idea acerca del sonido de las palabras y que, pese a
ello, pueden leer y comprender sin problemas.
El circuito perfecto vista-cerebro es simultáneo con la lectura. Los
otros son más largos y trabajosos y retrasan el proceso.
No es necesario repetir para comprender. La percepción visual por
grupos de palabras con sentido propio en un golpe de vista impide la
repetición de cada una de ellas en forma aislada.
De esta manera, se aprovecha la mayor rapidez de la vista respecto de
la fonación (así, usted puede percibir que está frente a un enorme
elefante en menos tiempo del que emplea para repetir la palabra
“elefante”).

¿Cómo descubrimos la presencia de estos vicios?

a) Repetición lingual: movimientos visibles o subjetivamente


identificables de lengua. Si apretamos nuestra lengua al paladar y ésta
tiende a soltarse, no por cansancio muscular sino para silabear,
significa que tenemos el vicio.
b) Repetición laríngea: si mientras leemos percibimos un temblor o
vibración debajo de la nuez, apoyando nuestra mano sobre ella, esto
también quiere decir que sufrimos ese vicio.
c) Repetición mental: este vicio es difícil de detectar dada la
subjetividad del mismo. Se produce cuando el avance en la lectura y
en la comprensión no son simultáneos, es decir, precisamos escuchar
nuestra “voz interior” para comprender.
¿Cómo podemos detectarla? Es como un eco, una segunda voz de un
coro que comienza algunos compases después de la primera.
Para desterrar estos vicios es recomendable realizar ejercicios que
exijan leer a la par que nuestra lengua, laringe o mente desarrolla otra
actividad. Al practicarlos, es posible que la comprensión descienda
incluso a niveles muy bajos, pero lograremos eliminar la repetición
que es el objetivo buscado.

Soluciones:

1) Leer más rápido. Las técnicas recomendadas, una vez


practicadas, le ayudarán a eliminar la repetición labial y mental. El
hecho de leer más rápido provoca que la voz no pueda seguirnos ya
que es imposible hablar a más de 150 ó 200 palabras por minuto. Sin
embargo, aún quedarán rastros de la repetición que debemos eliminar
con los ejercicios siguientes. Al pasar con velocidad creciente el
visualizador, será imposible que pueda repetir las palabras
labialmente, adquiriendo así el hábito de la lectura visual.

2) Recitar un estribillo. Repita en voz alta 1-2-3-4, 1-2-3-4, etc.,


mientras intenta leer. Es necesario aclarar que al inicio de la
ejercitación, la comprensión disminuye pero con la práctica la misma
retorna a su nivel normal. Obviamente, se trata de un ejercicio y no
debe realizarse durante la lectura convencional sino como práctica.

3) Escuchar radio, música, etc. en diferentes estilos y volúmenes


mientras se lee. Una vez dominada esta técnica, combine el método 1
y 2, es decir, escuche música y repita el estribillo durante la lectura.

4) Tararear y silbar mientras lee. Combinar posteriormente con los


otros sistemas.

5) Lectura elaborativa. Consiste en opinar sobre los temas a medida


que los vamos leyendo. Esto impide la repetición porque
interiormente estaremos pensando, por ejemplo, “¡Qué interesante!”,
“¡No entiendo bien!”, etc. También debemos combinar este ejercicio
con los demás.

6) Mantener conversaciones sin dejar de leer.

Factores no mecánicos de la lectura.

Hasta ahora nos hemos referido a un conjunto de factores de tipo


mecánico que influye en la lectura (posición del material, del cuerpo,
luz, salud, movimientos de los ojos, etc.).
Todos esos elementos, pese a ser de gran importancia, no son los
únicos que influyen en el proceso. Existen variables no mecánicas
(experiencia, vocabulario, comprensión, etc.) que condicionan la
calidad y velocidad de la lectura.
Mientras que los factores mecánicos se relacionan con la dinámica
visual y receptiva, los no mecánicos ponen el énfasis en la
comprensión de los símbolos impresos.
La lectura es una actividad orientada a reducir la incertidumbre
previa. Para lograrlo, se necesita obtener información.
Cuanto mayor sea el conocimiento sobre el tema, dependeremos
menos de la información visual que proporcionan los ojos.
De este modo, podemos afirmar que leemos más con el cerebro (con
lo que ya sabemos) que con los ojos, ya que estos actúan como
instrumentos de la mente.
Esto explica por qué podemos leer con mayor facilidad sobre aquello
que conocemos o reconocer con rapidez las palabras que nos resultan
familiares.

Anticipación y retrospección

Anticipar contenidos futuros es la técnica que permite pronosticar el


texto en función de lo que sabemos, relegando la tarea visual al
control de dicho proceso.
Cada vez que se realiza una anticipación y se la controla visualmente,
se tiende un puente hacia el futuro prediciendo lo que ocurrirá.
Luego realizamos la retrospección, es decir, la unión de lo nuevo con
lo viejo. Enlazando el pasado nos preparamos para volver a anticipar.
El proceso debe ser dinámico y continuo.

Redundancia

La redundancia es una manera de utilizar lo que conocemos


disminuyendo la necesidad visual. Sabemos mucho más de lo que
creemos y eso nos permite pronosticar con eficiencia.
Un ejemplo es la posibilidad de completar mentalmente una palabra
que no aparece al finalizar un renglón, o bien saltear un contenido
cuando se ha captado lo esencial.
Es importante considerar la capacidad de arriesgar que posee el
lector, el estar dispuesto a cometer algún error y poder seguir adelante
para mantener la coherencia del relato.
Otro ejemplo del uso de la redundancia se da ante la presencia de una
palabra desconocida. Nuevamente, podemos deducirla por
conocimientos previos o por el contexto de significado en la que se
halla inmersa.
Recurrir al diccionario, a veces, lleva a la pérdida de la comprensión.
Es preferible esperar que la palabra dudosa aparezca nuevamente
para confirmar la corrección del sentido que le otorgamos en la
primera interpretación.

No apliquemos lectura tubular.

Denominamos “tubular” a la lectura lenta, ya que funciona como si se


leyera por un tubo estrecho, lo que dificulta la comprensión.
Para recomponer el sentido de una palabra, precisa detenerse primero
en cada sílaba lentificando el proceso y otorgando preeminencia a la
nitidez sobre la amplitud.

LA GUERRA DEL GOLFO

En cambio, el aumento del campo visual que produce la lectura


espacial permite captar más fácil y rápidamente el significado de una
palabra o frase:

X
LA GUERRA DEL GOLFO

Vocabulario.

No se puede ser un buen lector sin poseer un amplio vocabulario.


Si conoce sólo unas pocas palabras de uso diario, probablemente no
podrá leer más que historias o informaciones simples.
A medida que su vocabulario aumente, podrá acercarse a temas más
complejos.

Adaptabilidad.

Llamamos así a la capacidad de adecuar su velocidad de lectura a los


diferentes materiales que enfrente, y de acuerdo a las distintas
circunstancias que se le presenten. Por ejemplo:

a) Lectura para estudio.


b) Lectura profesional (documentos legales, etc.).
c) Lectura de diarios
d) Lectura de gráficos.
e) Lectura de revistas.

Visión central y periférica.

El campo visual es todo aquello que puede distinguirse alrededor de


un punto de fijación.
La visión central es la más cercana al mismo. Se caracteriza por su
nitidez y precisión.
La visión periférica capta las palabras alejadas considerablemente del
punto de fijación. Por razones fisiológicas, es imposible distinguir
estas palabras con total exactitud.
Sin embargo, el lector dinámico puede utilizar la visión periférica
mediante la lectura de las formas. Toda palabra tiene una forma
externa, una silueta que la enmarca. Por supuesto que para poder
comprender un texto leyendo sólo estructuras, se requiere mucha
práctica y concentración.
La vida práctica nos demuestra cómo se puede leer aplicando de
memoria las frases que, por repetición, tenemos incorporadas.

Ejemplos: “Prohibido fumar” y “Teléfono público” son frases que se


leen por su forma.
Otro ejemplo de lectura por la forma externa de las palabras es el
siguiente:

Las personas que no poseen un gran campo visual pueden compensar


esa deficiencia realizando con mayor rapidez los saltos de ojo y las
detenciones en los puntos de fijación.

180º de campo visual.

Realice usted mismo esta sencilla prueba: dirija la mirada al frente.


Extienda los brazos hacia los costados, a la altura de los hombros
tratando de que formen una línea recta perpendicular al cuerpo.
En esta posición, rote ligeramente sus muñecas dando movimiento a
sus manos. Habrá notado entonces que ese movimiento puede ser
captado por su vista, aún con sus ojos fijos hacia el frente. Son
precisamente los 180º de visión periférica que tienen nuestros ojos los
que nos dan esta posibilidad.
Este campo visual puede ser integrado progresivamente a la lectura.
Una ejercitación adecuada permite ampliar el foco de visión central y
aprovechar al máximo el campo de visión periférica para obtener una
mayor velocidad de lectura comprensiva.

Aumento de la comprensión.

El saber se encuentra estructurado u organizado en categorías


interrelacionadas. El aprendizaje consiste en la incorporación de lo
nuevo a una categoría, y la comprensión es la utilización de esa
capacidad en un caso particular. Es decir, es la que permite conectar
los conocimientos nuevos con los previos.
El proceso de selección de información es fundamental para lograr
una lectura adecuada. Así, ante algunos de los elementos de la
estructura superficial del lenguaje (que es la información visual que
tenemos para leer), podemos elegir concentrar la atención en la letra,
la palabra, la unidad de pensamiento o el párrafo.
Lo importante es aprender a extraer el significado central del texto,
las principales ideas del autor. Para lograrlo, una herramienta
importante es el análisis de párrafos.
El párrafo está compuesto por una o varias frases que, en la mayoría
de los casos, se caracterizan por girar alrededor de una idea central.
Existen distintos tipos de párrafos:

a) Párrafo Normal:

Contiene una idea central única, expresada a través de la frase


principal. Ésta puede estar ubicada al comienzo, en el medio o al final
del párrafo. Para hallar la fase principal, el lector debe seguir los
siguientes pasos:

1. Estar atento a su aparición.


2. Buscar la palabra que más se repite (puede ser un sinónimo o un
pronombre). Esta palabra representará un objeto, una persona o una
cualidad en torno a la cual gira la exposición.
Una vez localizada, se está en condiciones de buscar la frase
principal. Aunque todas las frases giran alrededor de la palabra, es
fácil saber cuál es la frase principal del párrafo pues su cualidad
básica reside en su carácter global o de inclusividad (encierra el
resumen de todas las otras).
Para comprobar que la frase elegida sea la correcta, basta con
suprimirla del párrafo y observar si el sentido queda truncado o no.
Las frases secundarias contribuyen a aclarar el significado de la
principal. Pueden hacerlo por contraste, repetición, ejemplificación
o justificación.
a) Contraste: postulan lo contrario.
b) Repetición: dicen lo mismo con otras palabras.
c) Ejemplificación: muestran un caso particular.
d) Justificación: proporcionan argumentos.
b) Párrafo Excepción:

1. Con más de una idea principal: la técnica para leerlos consiste en


integrar las frases principales en una sola que represente la idea
central.
2. Sin frase principal: puede deberse a la falta de ideas centrales,
como sucede en los llamados “párrafos de transición” (puente entre
dos párrafos normales). En general, se trata de frases de tipo
enunciativo que pueden resumirse en una sola.

El curso del pensamiento.

El autor de un texto envía señales en forma continua para que


captemos el significado de su mensaje.
La tarea del lector es interpretarlas analizando la información visual
impresa. Este proceso se denomina “identificación”.
En ocasiones, se producen ruidos que dificultan la comunicación.
La habilidad del lector consistirá en saber distinguir “señales” y
“ruidos”, lo que depende de su actitud.
Si se preocupa por obtener indicios o detalles en lugar de decidir si se
encuentra ante un ruido o una señal, perderá el sentido del texto.
Para identificar señales, brindaremos algunas ayudas:
El pensamiento no es algo estático sino que sigue un proceso a lo
largo del párrafo: a ese despliegue de la idea central se lo denomina
“curso del pensamiento”.
El curso del pensamiento no es estrictamente progresivo sino que a lo
largo del párrafo sufre avances, detenciones y retrocesos.
Las “palabras señales” se convierten en la guía que tiene el lector para
seguir con precisión el pensamiento. Se pueden clasificar en
“palabras-avance”, “palabras-detención” y “palabras-retroceso”.
Las primeras indican que las frases que ellas encabezan son un paso
adelante en el desarrollo de la idea principal. Ejemplos: “y”,
“además”, “en consecuencia”, “puesto que”, “en conclusión”, etc.
Las palabras-retroceso encabezan frases en las que el autor expresa lo
que no piensa o rechaza solamente para aclarar más su pensamiento y
volver con mayor fuerza a lo dicho originalmente. Ejemplos: “pero”,
“al contrario de”, “a pesar que”, “aunque”, “antes que”, “por otra
parte”, “por el contrario”, etc.
Las palabras-detención señalan que las frases que las continúan sólo
tienen por finalidad dar una aclaración, es decir, no presentan ni un
avance ni un retroceso en el curso del pensamiento. Ejemplo:
“porque”, “por ejemplo”, “especialmente”, etc.
El lector podrá observar que si efectúa la lectura de aquellas frases
teniendo en cuenta las palabras-avance, la comprensión será más
clara y logrará una mayor velocidad.

Signos de puntuación.

Un solo signo de puntuación puede cambiar el significado de un


párrafo o una frase. Por lo tanto, los signos de puntuación constituyen
otra gran ayuda para poder seguir el curso de la idea principal.
La puntuación es el “termómetro” que mide la “temperatura” del
texto. Hay escritos fríos y ambiguos que se convierten en un
amontonamiento de palabras sin jerarquía ni organización. Hay
textos muy calientes que están tan sobrecargados de puntos y comas
que la lectura no es ágil ni directa. Como siempre, lo ideal es el
equilibrio.
Es importante saber que la palabra escrita ES MUDA, en general está
destinada a la lectura silenciosa y en soledad. Por lo tanto, los signos
de puntuación deben hablar por el autor, darle al mensaje el tono y el
matiz preciso, sin vaguedades ni estridencias.

En español, los signos de puntuación son los siguientes:


El punto (.), la coma (,), el punto y coma (;), los dos puntos (:), los
puntos suspensivos (…), los signos de interrogación (¿ ?), los signos
de admiración (¡ !), los paréntesis ( ( ) ), las comillas (“” «»), el guión
(-) y la raya ().
Unidad de pensamiento.

El principio de unidad de pensamiento intenta ampliar la


comprensión. Para ello determina qué cantidad de palabras deben ser
captadas en cada fijación, conformando un conjunto con sentido
propio.
Esto introduce en nuestro aprendizaje la idea de que los saltos de ojo
no deben ser arbitrarios sino que deben dirigirse de una unidad de
pensamiento a la otra.

Ejemplo:
x x x
Mira esta llave, está colocada sobre el armario
_____1______ _____2____ _____3_______

1, 2 y 3 son las unidades de pensamiento de ese párrafo.


Una persona con mayor campo visual podría transformarlas en dos
unidades:

x__________________x
Mira esta llave, está colocada sobre el armario.
______ 1_____ __________2_____________

Relación de la unidad de pensamiento y el campo visual.

El concepto de unidad de pensamiento es de aplicación limitada ya


que depende de la amplitud de campo visual.
Es evidente que una ampliación del campo de visión central y
periférico permite una lectura de unidades de pensamiento más
extensas.
Ejemplo:

Campo visual 1:

x x
(De los Apeninos) (a los Andes)

Campo visual 2:

x
(De los Apeninos a los Andes)

Una persona con campo visual 2 transforma el texto en una sola


unidad de pensamiento. En cambio, el lector con campo visual 1, debe
descomponer el texto en dos unidades de pensamiento.

Autoaceleración.

Luego de haber practicado todos los ejercicios, el alumno llega a un


momento de transición en el que parece que ya no puede mejorar más.
Esta transición se debe fundamentalmente a la falta de estímulos. Por
ejemplo, leer más rápido significa un esfuerzo que entra en conflicto
con la comodidad.
Para superar esa tendencia se han ideado sistemas cuyo fin es
automatizar el proceso de lectura para lograr niveles de super-
velocidad. Lo ideal es realizar las prácticas en el CD de Lectura Veloz,
pero existen también otras alternativas.
Sistema manual.

Consiste en colocar una regla sobre el libro en el que se está


practicando y bajarla con la mano en forma rítmica y a una velocidad
que debe ir en aumento día a día.
La regla debe ser deslizada en forma tal que exija a nuestros ojos
moverse cada vez más rápido. Así, comenzamos a practicar por el
nivel que actualmente alcanzamos y lo vamos aumentando
gradualmente a fin de no perder comodidad.
La limitación de este sistema radica en que hay que controlar el
tiempo, la velocidad y la comprensión, que en primera instancia
disminuye pero gradualmente recupera su nivel normal.

Procedimiento práctico de autoaceleración.

Al leer un texto, es posible determinar el número de palabras leídas


por minutos (que en adelante denominaremos P.L.M.).
El P.L.M surge de realizar el cociente entre la cantidad de palabras del
texto y el tiempo empleado en leerlo.

P.L.M.= Número de palabras leídas


Tiempo empleado

El tiempo se determina por décimas de minuto, o sea, cada seis


segundos. Por ejemplo, si para leer emplea 54 segundos, el tiempo
será de 0,9 (cero minuto nueve décimas: 54/6 = 9 décimas).

A continuación se explica un procedimiento estadístico que evita al


alumno contar en cada página la cantidad de palabras.

1) Contar la cantidad de palabras de los cinco primeros renglones,


dividiendo luego esta cifra por 5. Así se obtiene el promedio de
palabras por renglón.
2) Contar la cantidad de renglones que tiene la página.
3) Multiplicar el promedio de palabras por renglón calculado en el
punto 1) por la cantidad de renglones de la página, obteniendo así la
cantidad aproximada de palabras por página.
4) Podemos asumir, con un reducido margen de error, que todas las
páginas completas tienen la misma cantidad de palabras.
5) Calcular cuánto tiempo debemos emplear para leer dicha cantidad
de palabras por página tomando como base el último P.L.M.
registrado.

Ejemplo:
Último P.L.M. = 300
Cantidad de palabras por página = 600
Tiempo empleado para leer 600 palabras con PLM de 399 = 2´.
Comenzar leyendo el texto en 2´.

6) Seguir disminuyendo el tiempo para aumentar la exigencia.

Ejemplo:
P.L.M. actual = 300 (tiempo = 2´)
P.L.M. deseado = 600 (tiempo =1´)
P.L.M. deseado = 1.200 (tiempo = ½´)

Lectura estratégica.

No es cuestión de leer por leer sino de tener claros los objetivos que se
persiguen.
Conocer la velocidad de lectura y la forma de determinar la cantidad
de palabras de un texto completo permite hacer de la lectura una
actividad estratégica.
Supongamos que tiene un examen en 10 días y debe leer 100.000
palabras entre todos los textos de estudio.
Si sabe que su velocidad de lectura es de 500 palabras por minuto,
podrá calcular el tiempo que le insumirá leer el material (200
minutos) y el tiempo que debe destinar por día a la lectura (20 minutos
diarios).
La estrategia consiste en controlar diariamente la ejecución del plan y
adoptar las medidas correctivas.
Relectura.

Como su nombre lo indica se trata de volver a leer.


El objetivo es practicar las técnicas de lectura veloz en un texto muy
conocido para facilitar el entrenamiento y la perfección de los
mecanismos involucrados. El texto debe releerse varias veces, cada
vez con mayor velocidad.

La imagen contra la letra.

Por Héctor Arber. Director de ILVEM de México.

Autoridades, docentes y educadores, reconocen que existe un gran


vacío en la formación de hábitos de lectura en la población.
Sin embargo, dentro de esta problemática real se deja de lado un
factor esencial: la formación de lectores eficaces. En efecto, si le
preguntamos a un padre de familia preocupado por la falta de hábitos
lectores de sus hijos, seguramente su respuesta se relacionará con los
adversarios más obvios: “mi hijo no lee por que ve mucha televisión”
o “mi hijo no lee porque todo el tiempo está con los juegos de video”,
etc.
Estos comentarios dejan de lado el hecho de que la lectura, tal como la
hemos enseñado en la escuela, ha creado una generación de lectores
lentos, de baja comprensión y de poca eficacia.
La realidad nos dice que el acto de leer responde a una ecuación
entre esfuerzo y recompensa. La elección de un medio de
información (libro, periódico, TV, radio, etc.) dependerá de una
relación entre el esfuerzo que exige la decodificación de un medio
determinado y el beneficio que se obtenga.
Cuando un niño a los pocos meses de haber nacido comienza a
decodificar las imágenes de la televisión, sin ningún esfuerzo
deliberado ni entrenamiento previo, se introduce al mundo del
entretenimiento y de la información naturalmente.
En cambio, cuando ese niño llega a los seis años a su escuela e inicia
el proceso de aprendizaje de la lectura, se encuentra con la necesidad
de un esfuerzo mental enorme en relación a la facilidad de percibir
imágenes.
El acto de aprender a leer que se verifica, entre los cinco y los siete
años, es el mayor esfuerzo que realiza el cerebro en toda la vida del ser
humano. Ni el científico en su laboratorio ni el investigador de
dedicación absoluta, realizan un esfuerzo similar.
De esta reflexión, podemos obtener una primera conclusión: sin un
objetivo definido y sin un esfuerzo dirigido, jamás lograremos
convertir al niño en un lector frecuente.
En su desarrollo, y por la simple aplicación de la “ley del menor
esfuerzo”, predominará en su conducta la preferencia por el "acto de
ver" antes que por el “acto de leer”.
Este hecho dejará múltiples huellas en sus habilidades, pensamiento y
aprendizaje, y repercutirá en una actividad intelectual perezosa.
Analicemos por qué:
En primer lugar, el cerebro humano puede procesar información en
dos direcciones: se denominan el procesamiento secuenciado y el
procesamiento simultáneo. El ritmo de la información desencadena
uno u otro proceso.
En el caso de la lectura, el ritmo de la información lo define el propio
lector. En un texto, las palabras son estáticas y están ordenadas en una
sintaxis correcta que forma una unidad de pensamiento lógico. El
lector puede detenerse, releer, etc.
En el caso de la imagen, es el medio el que determina el ritmo de la
información y no el observador. Si éste deja de ver un programa en la
televisión, el argumento o el programa seguirá independientemente
de la voluntad del espectador.
Esta diferencia genera actitudes, conductas y tipos de pensamiento
diferentes. Mientras que el proceso secuenciado genera habilidad en
el pensamiento reflexivo, el procesamiento simultáneo crea actitudes
y conductas impulsivas.
Al describir las conductas de los alumnos actuales, concluimos que
estamos frente a una generación de jóvenes con marcada tendencia
hacia la impulsividad más que a la reflexión. Son impacientes, la
espera los desespera y para todo necesitan respuestas inmediatas. No
pueden persistir en la solución de un problema, cualquier obstáculo
imprevisto los conduce a abandonar la búsqueda de soluciones.
Estamos en presencia de una “generación de la imagen”, jóvenes
cuya mayor habilidad reside en la decodificación de imágenes más
que en la letra impresa.
La gran paradoja es que mientras el proceso educativo tiene su
columna vertebral en la destreza “lecto-escritora” del educando,
tenemos una generación de “no lectores”.
Al desconocer esta realidad, la tarea del docente se impregna de
insatisfacción y frustración porque, a pesar de poner su mejor
esfuerzo, el alumno no responde de manera equitativa.
El maestro percibe al alumno como un joven apático, sin motivación,
perezoso, etc., y el alumno percibe a su maestro como un personaje
monótono, aburrido, exigente, creando, en muchas ocasiones, una
corriente de antipatía recíproca.
En última instancia, estamos frente a un problema de incomunicación
en el aula provocado por el desconocimiento de las habilidades de los
actores. No se entiende por qué se producen interferencias
permanentes en la comunicación. Se producen alejamientos porque
se comunican en diferentes canales.
Otra manifestación de este conflicto provocado por el predominio de
la imagen en la actividad intelectual, es el tipo diferente de
información que proporciona cada medio. Mientras que la lectura
provee de información implícita, la imagen genera información
explícita. Ejemplo: cuando un lector se involucra en una novela, la
mitad del contenido lo proporciona el autor, pero la otra parte la
completa el lector al imaginar los personajes, o al imaginar el
argumento. En cambio, la información que proviene de la imagen no
deja nada librado a la fantasía por su carácter explícito.
Hasta aquí hemos expuesto el diagnóstico de la crisis de la lectura, las
consecuencias que provoca y la necesidad de plantear algunas
recomendaciones.
En primer lugar, los adultos debemos revalorizar el acto de leer como
una conducta positiva que optimiza el proceso de aprendizaje. Los
errores de ortografía, la mala sintaxis y la escasez de vocabulario se
relacionan directamente con la escasa lectura. Desde un punto de
vista material, el acto de estudiar es un acto de lectura. Por lo tanto,
podemos concluir que el que lee mal estudia mal.
En segundo lugar, los niños imitan conductas. Actúan como
consecuencia de lo que ven y no por lo que se les dice que hagan. De
allí la importancia de predicar con el ejemplo. No es válido el “doble
mensaje” del adulto que le aconseja al menor leer mientras está
sentado frente al aparato de televisión.
En tercer término, es necesario crear un espacio propicio para la
lectura ya que ésta requiere un mínimo de concentración.
Otro elemento a tener en cuenta es el interés por determinado tema.
Muchas veces el adulto tiende a influir en la elección del material. Se
debe dejar al niño o al joven seleccionar el tema de lectura respetando
su propio interés.
Los conceptos expuestos no pretenden convertirse en una “receta”:
apenas son sugerencias para el proceso de incorporación de hábitos
lectores.
Por último, si consideramos que la lectura es una destreza,
concluimos que, aunque parezca una razón de Perogrullo, la lectura
se mejora leyendo.
Héctor Arber.

Reaprender a leer es la clave.

Hoy, la ecuación hombre = tiempo ya no cierra. El día sigue teniendo


24 horas pero la cantidad de información que hay que leer crece en
forma exponencial.
Como las horas no se pueden estirar, la mejor solución es superar las
destrezas de lectura.
Otro problema es que el reducido espacio que se le destina a la lectura
conduce a un nuevo analfabetismo de tipo funcional que caracteriza a
los que saben leer pero no leen. Asimismo, se ha comprobado que la
recepción pasiva de la información visual o auditiva frente a la TV no
enriquece el procesamiento de la información.
Existe una solución para la falta de tiempo: como el día no se puede
estirar, mejoremos entonces nuestra capacidad como lectores.
La técnica de lectura veloz es una tecnología revolucionaria que
constituye una de las herramientas básicas del método ILVEM. Se
funda en los siguientes principios:
1) El campo visual puede ser optimizado. Mientras que el lector lento
lee por palabras aisladas, el lector entrenado puede captar de 6 a 15
palabras por golpe de vista.
2) El lector lento está condicionado por la barrera del sonido. Necesita
escuchar cada palabra que lee y los mensajes orales tienen una
velocidad de emisión máxima de 100 palabras por minuto. El lector
rápido acorta camino enviando directamente la información desde el
ojo al cerebro y puede superar sin inconvenientes las 500 palabras
leídas por minuto.
3) En materia de comprensión es donde las prestaciones de ambos
modelos se inclinan decididamente a favor de la lectura rápida.
Mientras el lector común recibe sílabas o palabras sueltas que en sí
mismas carecen de sentido, el lector entrenado reúne las palabras en
grupos con significado propio -denominados técnicamente
“unidades de pensamiento”-, lo que le permite entender mejor. Es
decir, el lector lento ve el árbol mientras que el rápido percibe el
bosque.
4) Las distracciones y regresiones obligan al lector tradicional a
relecturas continuas lo cual lleva su rendimiento a niveles mínimos.
El lector rápido aumenta la concentración al no dejar libre el espacio
mental que generan las distracciones. Así, como quien maneja rápido,
el lector veloz se concentra automáticamente.
La buena noticia es que a cualquier edad se pueden mejorar los
hábitos de lectura. El dominio de la lectura veloz requiere un abordaje
teórico-práctico. La comprensión conceptual de la técnica no es
sinónimo de su internalización. Por lo tanto, para convertirse en un
lector dinámico, es preciso realizar la gimnasia mental que se obtiene
en nuestros cursos.
Para concluir este capítulo, lo invitamos a realizar el test para medir
su actual velocidad de lectura comprensiva y los ejercicios que
encontrará a continuación.
Test para medir su velocidad de lectura y comprensión.

Instrucciones:

a) Controlar el tiempo que tarda para leer un texto.


b) Determinar el P.L.M. siguiendo el procedimiento que explicamos
en este capítulo.
c) Determinar la tasa de comprensión (T.C.), consistente en contestar
la prueba de compresión para, posteriormente, cotejar las respuestas
dadas con las correctas que se hallan en la Tabla de Control.
La valoración de las respuestas correctas se encuentra a la izquierda
de dicha Tabla y suma, como puntaje total, 100%.
Este porcentaje es el que obtendría la persona que contestara
acertadamente todas las preguntas. Entonces, para establecer la Tasa
de Comprensión debe sumar los valores asignados a cada respuesta
correcta.
d) Debemos obtener las palabras comprendidas por minuto:

P.C.M.= P.L.M x T.C.


100

A continuación presentamos el test para que usted mida su PLM, T.C.


y P.L.M. Prepare un reloj para controlar el tiempo de lectura:

¿ES EL CINE UN ARTE AUTÓNOMO?


Para los estudiosos del hecho fílmico, existe un interrogante siempre
presente: ¿es el cine un arte autónomo, en el sentido de que se
considere susceptible de integrarse en el sistema de las bellas artes?
Algunos hechos pueden resultar útiles en este intento de
aproximación a uno de los aspectos más soslayados del cine: el
estético.
El 28 de diciembre de 1895, un gran cartel -todavía se usan en
nuestros pueblos- anunciaba la primera función cinematográfica.
Fue en el número 14 del Boulevard de los Capuchinos, en París. El
cinematógrafo Lumiére era un rudimentario aparato de proyección.
A las puertas del café se agolpó una curiosa muchedumbre, se
aprestaba a participar en algo insólito: ver una película. “La salida de
la fábrica”, “El regador regado”, “La llegada del tren”, maravillaron a
los ingenuos espectadores, acostumbrados al teatro y a los
prestidigitadores ambulantes.
Luis Lumière nunca sospechó la trascendencia de su invento ni
desde el punto de vista comercial, ni artístico. El cine, pensaba, sólo
es útil como medio informativo, para divulgar noticias. Pero el cine
pronto se transformó en una poderosa industria de entretenimiento.
El invento de Lumière estimuló el apetito de los empresarios. Estalló
la guerra de las patentes a nivel internacional.
Las posibilidades artísticas del cine las generó un italiano con
cultura francesa: Riccioto Canudo. Este joven intelectual llega a
Francia y funda el diario artístico Montjoie. Participa de la vida
bohemia parisina. Se codea con Apollinaire, Picasso y otros pintores
cubistas. Canudo es el primero que vio en el cine algo más que una
simple distracción de colegiales. Canalizó sus investigaciones hacia
el carácter poético del nuevo medio de expresión. El cine - sostenía
Riccioto Canudo - se añade a las artes tradicionales: arquitectura,
pintura, escultura, poesía, danza y literatura. Es a la vez, la fusión de
las artes plásticas y de las artes rítmicas, de la ciencia y del arte.
Canudo medita, piensa, se interroga en torno a las posibilidades
artísticas del film. Tiene el mérito de ser el primero en denominar al
cine “el séptimo arte”. Según Canudo, las artes fundamentales son
dos: la arquitectura y la música. La pintura y la escultura son
complementos de la primera; la poesía es el esfuerzo de la palabra,
como la danza es el esfuerzo de la carne para llegar a la música. El
cine, que reúne todas estas artes, es el arte plástico en movimiento: el
séptimo, que pertenece al mismo tiempo a las artes móviles y a las
artes inmóviles.
Canudo y los demás integrantes de la vanguardia (Abel Gance, Jean
Epstein, René Clair, etc.) coinciden en señalar que la poesía del cine
se confundía con la evocación de un mundo imaginario, de una
superrealidad más verdadera que la realidad cotidiana.
Para ellos, el cine era música. La música era el patrón. Los temas
cinematográficos se regían según ciertos modelos de desarrollo de
carácter sinfónico. La finalidad suprema del cine, sostenían estos
vanguardistas, es representar lo inmaterial, lo intangible. La
representación de hechos quedaba, por supuesto, excluida de sus
preocupaciones estéticas.
Oswaldo Febres.

CANTIDAD TOTAL DE PALABRAS: 528

Antes de contestar la prueba lea estas observaciones:

1) Anote el tiempo de lectura transcurrido: ............


2) A partir de este momento no puede releer el texto.
3) Conteste la Prueba de Comprensión.
4) Al finalizar verifique: P.L.M., T.C. y P.C.M.

Prueba de Comprensión.

1. NOMBRE DEL ARTÍCULO LEIDO (TEXTUAL)

2. ¿EN QUÉ FECHA SE ANUNCIÓ LA PRIMERA


FUNCIÓN CINEMATOGRÁFICA?

A) 15 de febrero de 1895.
B) 28 de diciembre de 1895.
C) 22 de octubre de 1890.
D) 1º de mayo de 1892.

3. ESCRIBIR DOS DE LOS TRES TÍTULOS DE LAS TRES


PELÍCULAS ESTRENADAS.
4. ¿CUÁL ERA EL PENSAMIENTO DE LUMIÈRE SOBRE
EL CINE?

A) Sólo es útil para entretener.


B) Sólo es útil para divulgar cultura.
C) Sólo es útil para divulgar noticias.
D) Sólo es útil para enseñar.

5. NOMBRE DEL DIARIO ARTÍSTICO FUNDADO POR


RICCIOTO CANUDO

6. ¿CUÁLES SON, SEGÚN CANUDO, LAS ARTES


FUNDAMENTALES?

A) La ingeniería y la arquitectura.
B) La arquitectura y la música.
C) La ingeniería y la música.
D) La pintura y la escultura.

7. EL CINE PERTENECE SÓLO A...

A) Las artes móviles y visuales.


B) Las artes móviles.
C) Las artes móviles e inmóviles.
D) Las artes móviles y estáticas.

8. ¿CUÁL ES LA FINALIDAD SUPREMA DEL ARTE?

A) Representar la realidad.
B) Representar lo irreal.
C) Representar la realidad y lo cotidiano.
D) Representar lo inmaterial, lo intangible.
Tabla de Control:

Pregunta Respuesta correcta Puntaje


1 ¿Es el cine un arte 5
autónomo?
2 B) 28 de diciembre de 1895 10
“La salida de la fábrica”
3 “El regador regado”; y “La 15
llegada del tren”.
4 C) Sólo es útil para divulgar 5
noticias.
5 MONTJOIE 20
6 B) La arquitectura y la 15
música.
7 C) Las artes móviles e 15
inmóviles.
8 D) Representar lo inmaterial, 15
lo intangible.
Tiempo P.L.M

0,5 1056
0,6 880
0,7 754
0,8 660
0,9 587
1,0 528
1,1 480
1,2 440
1,3 406
1,4 377
1,5 352
1,6 330
1,7 310
1,8 293
1,9 277
2,0 264
2,1 251
2,2 240
2,3 229
2,4 220
2,5 211
2,6 203
2,7 195
2,8 188
2,9 182
3 176
3,1 170
3,2 165
3,3 160
3,4 155
3,5 150
3,6 147
3,7 143
3,8 139
3,9 135
4 132

Realice usted mismo el cálculo si el tiempo


que empleó en la lectura supera al de la tabla.
EJERCITACIÓN

1. Práctica de lectura espacial. Desplace sus ojos ayudado por las


cruces, saltando de x en x, de arriba-abajo, abajo-arriba, izquierda-
derecha, derecha - izquierda.

x x X x
cuartel indicaciones eficaz desesperante
x x x x
fósforos vocabulario blanco oficina
x x x x
metal aceituna mampostería sentido
x x x x
fenergan acentuada psiquiatra llorando
x x x x
directa selecto peso increíble
x x x x
llamadas flores bucal parece
x x x x
margen pasado calefactor licenciado
x x x x
tóxico novia asiento manufactura
x x x x
posología avestruz mimo séptica
x x x x
gragea cacique contabilidad minutos
x x x x
autorizada certero receta eficaz
x x x x
acción cinta aires sintetizar
x x x x
prolongado codiciado exclusivamente ojo
x x x x
fiebre suboficial prescripción protectora
2. Práctica de lectura espacial sin ayudas arriba-abajo, abajo-arriba,
izquierda-derecha, derecha - izquierda.

bolígrafo cigarro paleta estudio


cine reloj sillón cómplice
desarrollo verde rata metro
creación basura desierto mono
verdad campo manera cartulina
ciudad policía ropa capacidad
caprino fósforo alfombra auténtico
tejido también cinta zapatos
pelo hojilla azul costumbre
bondad mercado encuentro ajeno
gama sombrío amor jota
carbón ajuste geografía felino
paredón televisor zarcillo mito
periodista publicidad negocio arena
voluntad aparato invierno entrada
temor opinión demás pañuelo
marino ventana medio acero
oboe eso simple feliz
sencillo comida audiovisual concreto
enchufe espectáculo lagarto edificio
nevera alarma cédula puerta
3. Practicar los ejercicios 1 y 2 con visualizador y con velocidades
crecientes, para eliminar la repetición labial o mental de las palabras.

4. Practicar los ejercicios 1 y 2 con saltos de ojo vertical y horizontal


sin utilizar el visualizador.

5. Practicar con visualizador para acelerar la percepción y para


eliminar la repetición labial o mental de las palabras.

revista oxígeno pensar automóvil equipo cerrojo


dominio solución reloj supuesto tapiz elefante
paseo dedo imán baile silla todavía
viaje nevera martillo trigo papel uña
ocaso novela agua borde oído botón
electricidad saco blanco ceniza timbre rejilla
disco resumen columna insípido vecino lápiz
escoba carro tubo química marca zapato
escándalo tomate pañuelo levanta tornillo cinta
líquido taza horno americana ruido médanos
zanahoria lata insecto patear salida público
encendedor fósil piedra luz bomba eximido
toma posible amigo petróleo escuela
matrícula verídico comunicación matemáticas fin
distinto fósforo programa negocio curso llave
olvido comercio niños libro guitarra guerra
cortina vista no pelambre camino lavandero
mirar estación importado surco
6. Practicar el ejercicio 5 con salto de ojo vertical y horizontal, sin
utilizar el visualizador.

7. Practicar con y sin visualizador para acelerar la percepción y


para eliminar la repetición labial o mental de las palabras.

buena vista nevera marrón útil y capaz

fuerte impacto cinta negra fuego terrible

futuro optimista juventud rebelde guitarra sonora

carro veloz noche de estrellas línea recta

tremenda impresión lo dijo ayer campo verde

gritó avergonzado después de él por fin llegó

duerme todavía no salto de ojo

plácidamente histórica reunión anillo de humo

mucho gusto geografía universal hoja sucia

desarrollo integral día de hoy sabrosa comida

íntimo amigo fue terrible máquina

perfecto resultado trabajo eficaz destructora

manos creadoras se hará mañana agua pura

estudia mejor entró confiado carpeta de trabajo

lectura global queda arrestado cierra la puerta


8. Baje por el centro geométrico de cada renglón de la pirámide
intentando captar todas las palabras que componen cada renglón.

con Que
templar Crecido
refaccionar Crepitantes
dígitos hasta el idólatra mortal
en nada me afligió su nos habló lentamente
de nuestros audibles cuyos cabizbajo y meditabundo
impulsivamente acallaron los las lucubraciones previstas
desde su terraza se dominaba más es curiosa su particular manera
conchillas y restos de vida abundante vagamente recordábamos el sabor

las Una
mismas Tumba
manzanas será la
doradas del sol luna cuando
alimentan al hombre reúna el mundo
que el letárgico andar en su blancura azul
fuma su vida insensiblemente fundamental, espacial yerro
en los albores de melancólicos yerros de piedras fundidas por el sol eran

un u
caso más masa
para el no sea marinero
tampoco tendrá pelo ensalzamiento
embarcado en un lío enorme ensortijadamente
publicidad de primer orden en la contrarrevolucionario
detenidamente se acerca a la cuesta del macromorfológicamente
la abrumadora importancia considerada en resultaba inaguantable y gris
la panacea de los escritores del siglo veinte la criminología basada en la ciencia

o y
lerdo cromo
inspirado exquisito
especialmente deplorable al
para autodidactas imperdonable tiro
fueron defenestrados evítese excesivamente
incapaces de una reacción impresionadísima pensaba
entablados en una discusión o pintores impresionistas vamos
aparentemente incólume reaparecía un carácter sumamente expresivo
9. Lea cada renglón de la semipirámide izquierda tapando su ojo izquierdo y
realizando el punto de fijación en la primera letra izquierda de cada palabra o
frase. Realice el proceso inverso con la pirámide derecha. Luego, haga
ambos ejercicios usando los dos ojos.
a y
un un yo yo
con nos
nada debe
vasos reúna
cuando nevado
pasados panacea
candados añoraban
anonadada conchillas.
desbocados fundamenta
mandatarios meditabundo
incapacitados des eo grabar
soberbiamente aparentemente
el león corrió con este valor
camino sin dejar teoría que negó
sistemáticamente imagen tierna de
mencionar detalles una vez me dieron
aventurar conceptos investigó en 2 días
a veces viene a mí cuando fuimos para
automóvil con frenos ocasos de la vida d el
enamoramiento sincero la liberación levantaba
cursos de lectura veloz determinaremos las cosas
cuando vas a venir aquí esperemos que si gan así
no vayamos a los caminos humildemente acepto todo
invoquemos la verdad para improbablemente sucederán
comentar todo es peligroso los gases letales influirán
aumentar el campo de visión continuemos la senda segura
prerrogativas de la sangre no el liderazgo en expresión de
actores de la radio contestaron desembarazadamentecontestadas
la virtud de ser elocuente nos innumerablemente para suceder
algunas veces nos sentimoscomo redundantemente expresado en la
el fracaso debe servir para todos escuela superior de enseñanza lo
acaso si me los pidieras yo no los la universidad al servicio de ocho
estrepitosamente irrumpió llamándolo comuniquemos con nosotros y con la
innumerables problemas tenemos para el arte de hablar en público retraen
SEGUNDA ETAPA: PROCESAMIENTO.

MEMORIA, MÉTODOS DE ESTUDIO,


CONCENTRACIÓN Y AUDIENCIA.

Introducción.

La memoria es un sistema de procesamiento de la información que


posee cuatro funciones básicas: 1) Entrada; 2) Retención;
3) Duración; y 4) Recuperación. Sus características son
contradictorias: a veces funciona mejor que una computadora y en
otras ocasiones, no puede retener dos números de ocho cifras.
Es posible ilustrarlo con un ejemplo. Retenga el siguiente número de
teléfono: 4901 0347. Ahora recuerde el segundo: 4795 2118. Cierre
los ojos y sin mirar intente evocarlos alternativamente.
Con seguridad uno de los números se habrá borrado de su mente. La
paradoja que encierra el funcionamiento de la memoria de corto plazo
es que si nos detenemos para registrar y evitar el olvido, no podemos
seguir recibiendo nueva información.
Por ahora retengamos esto: utilizar la fuerza bruta para recordar,
funciona en sentido contrario a las necesidades de la comprensión y
de la memoria. En cambio, un sistema ecológico como el que
proponemos utiliza métodos que optimizan el rendimiento.

Dadme una memoria palanca y moveré el mundo.

La memoria puede ser considerada un sistema como el de las


computadoras, o bien puede humanizarse si se valoriza en el hombre
su capacidad de seleccionar la información y se continúa con su
adecuado procesamiento y registro. El archivo humano debe
funcionar con principios orientadores como el interés personal y la
libertad de elección.
Olvido y memoria son funciones complementarias o competitivas
que actúan en un territorio común. A veces el olvido es conveniente
para evitar una sobrecarga, y en otras ocasiones, nos impide recordar.
La memoria de “Funes el memorioso” - el personaje del cuento de
Borges - era tan brillante que su vida era un tormento. Le faltaban dos
elementos esenciales: las capacidades de selección y de olvido, que
son las que otorgan al sujeto el espacio de la creación.
La memoria debería funcionar como un imán que atraiga las
observaciones pertinentes y las dirija a los sectores con los cuales se
relaciona, ya que lo nuevo se aprende a partir de lo viejo.
Si la información y los estímulos se orientan hacia sí mismos, el
resultado será el olvido. Por el contrario, si se logra gobernarlos, se
incrementará la capacidad del sistema de la memoria para actuar en la
vida.
Aprender a percibir, a procesar los datos reteniendo lo que vale la
pena, a recuperar la información en el momento oportuno y a olvidar
lo innecesario, produce una memoria útil: “la memoria palanca”.
Como dijo Freud: “olvidamos solamente cuando queremos olvidar”.

Definición de la memoria.

La memoria es la capacidad que tiene el hombre de registrar,


almacenar y, en un momento dado, reproducir determinada
información. Tiene además dos funciones complementarias y
competitivas: la selección y el olvido.
La memoria es una de las condiciones necesarias para el aprendizaje.
Éste se produce cuando cambia el contenido de la memoria una vez
que el estímulo ha sido expuesto e incorporado.
La información que no se registra objetivamente y no se asocia en
forma significativa al contenido previo, no produce resultados, no se
registra y, por lo tanto, se olvida rápidamente.
Para poder recordar necesitamos un método. De lo contrario,
dependeremos del azar.

Tipos de memoria.

Existen variados tipos de memoria: 1. Almacén de memoria


sensorial (A.M.S); 2. Memoria de corto plazo (M.C.P); y 3.
Memoria a largo plazo (M.L.P), que podemos representar en el
siguiente gráfico.
ENTRADA ALMACÉN MEMORIA MEMORIA
DE MEMORIA DE CORTO DE LARGO
INFORMACIÓN SENSORIAL PLAZO PLAZO
1. Memoria sensorial (MS): es la memoria más fugaz y la que nos
permite entender lo que está ocurriendo. La MS graba el instante y lo
traslada a la Memoria de Corto Plazo.
Ejemplo: mientras leemos, se retiene una palabra durante el tiempo
necesario para comprender la siguiente.

2. Memoria de corto plazo (MCP): en la comprensión del


lenguaje, como en las operaciones aritméticas, se necesita un
almacenamiento temporal de información.
Esta memoria es como la pizarra mágica y funciona ante cualquier
estímulo. Posee las siguientes características: en lo temporal, su
duración es cercana al minuto y, en lo cuantitativo, contiene alrededor
de 7 dígitos. Es el procesador de la actividad mental. Ejemplo: el
mozo de un bar recuerda el pedido hasta el momento en que lo
entrega, o el tiempo que recordamos un teléfono que nos acaban de
decir es el mínimo necesario antes de anotarlo u olvidarlo.

3. Memoria de largo plazo (MLP):


Es el gran depósito de todas las experiencias y conocimientos que se
poseen sobre el mundo. No posee límites como la MS o la MCP. Así,
para recordar a una nueva persona no necesitamos borrar de la
memoria a otra. La MLP funciona como el director del proceso,
seleccionando la información que se recibe y distribuyendo los datos
hacia zonas específicas. Su mecanismo de entrada es lento,
aproximadamente de 5 segundos por cada dígito.
La MLP es una estructura orgánica de conocimientos organizados
como una red asociativa. Esta organización le permite predecir o
anticipar lo que cree que ocurrirá ante cada situación. De no existir
esta función, la multiplicidad de alternativas posibles produciría una
parálisis.
La MLP posee una herramienta para resolver una primera paradoja: si
se detiene para retener lo que le interesa, no puede ingresar nueva
información. Se trata de tener una buena comprensión de lo que
percibe. Para ello, debe resolver la segunda paradoja: lo nuevo se
aprende con lo viejo. Esto requiere que la máquina de aprender esté
bien organizada, lo que le permitirá reducir la incertidumbre y
responder a las preguntas formuladas durante la predicción.
El proceso final de incorporar algo nuevo a la MLP es lo que
llamamos “aprendizaje”, que consiste en el cambio que se produce en
ella cuando añade un nuevo conocimiento.

Resulta fundamental aprender a transferir contenidos de la memoria


de MCP a la MLP. Teniendo en cuenta que la primera se borra en un
minuto, debemos producir la comunicación entre ambos sistemas. La
memoria habitualmente se encarga de su autoorganización con los
siguientes aportes que debemos realizar: 1. Interés en lo que estamos
observando; 2. Registro multisensorial de la experiencia; 3.
Comprender la situación en todo momento; 4. Repasar lo
incorporado a las pocas horas repitiendo periódicamente ese
procedimiento.

Organización de la memoria según su tipo y técnica.

Tipo de MS MCP MLP


Memoria

Descripción Fugaz Breve Permanente

Técnica Concentración Comprensión Encadenamiento

Funciones Sensorial Observación Almacenamiento


Recuperación
Otra clasificación de memoria.

En esta clasificación distinguimos tres tipos de memoria: de


reconocimiento, de reconstrucción y de evocación.
1. Memoria de reconocimiento: es capaz de reproducir una imagen
en el sujeto cuando se presenta un estímulo conocido. Realiza una
comparación entre lo almacenado y lo que se percibe.
Ejemplo: luego de las primeras mamadas, el bebé reconoce el pezón
de la madre a través del tacto.
2. Memoria de reconstrucción: es la evocación de un objeto que no
está presente o de un hecho pasado a través de un gesto corporal.
Ejemplo: la reproducción de un objeto por medio del dibujo.
Esta acción pone en juego los esquemas que están localizados en el
hemisferio derecho del cerebro por imitación.
3. Memoria de evocación: es el proceso de búsqueda de información
a través de una reconstrucción interior (de tipo mental) de las
imágenes o palabras almacenadas.

Memoria animal y memoria humana.

La diferencia entre ambas es que el cerebro del niño al nacer es una


página en blanco, un espacio abierto que flexibiliza la rigidez de los
instintos del animal y que completará con el aprendizaje basado en su
propia experiencia.
En este sentido, cada persona construye y es el responsable de su
propia memoria según los actos que realiza cada día y el tipo de
experiencias a las que se expone. Por supuesto que la escuela debería
aplicar el sentido común y proveer desde la primera infancia del niño
las técnicas que perfeccionan el rendimiento.

Cómo funciona el sistema.

La motivación juega un papel fundamental ya que recordamos lo que


nos interesa. El aprendizaje sensorial produce un efecto múltiple
sobre la psiquis: se recuerda mejor lo que más se usa, lo que nos
resulta agradable. Es lógico: cuando algo nos atrae le dedicamos toda
nuestra atención, y, por lo tanto, aumenta nuestra concentración.
Por otra parte, al captar un objeto no sólo entrará en juego la realidad
material sino también nuestras emociones, conceptos y
conocimientos previos.

¿Cómo lograr una memorización óptima?

El paso inicial es la observación, que funciona como la puerta de


entrada del mundo externo hacia nosotros mismos.
La observación es el resultado de una necesidad física, psíquica y
espiritual ya que si no existiera interés o motivación, dejaríamos
pasar el estímulo sin registrarlo en la memoria.
Según nuestro interés, el registro de una experiencia puede ser
consciente o inconsciente. La técnica de observación que
proponemos puede regular este proceso para que nuestra atención sea
predominantemente consciente.
Nuestra técnica introducirá en el sistema de la memoria un método de
observación, de análisis de la situación y un plan de acción.
Con este aporte, se logra que el recuerdo no dependa del azar.
Tampoco dejaremos de lado al inconsciente. Por el contrario, se lo
ubicará como aliado del sistema. Se ha comprobado que la claridad de
los objetivos, el compromiso con la verdad y la concentración en los
resultados son los factores de complementación entre la estructura
consciente e inconsciente.
Por último, cuanto mayor sea nuestro conocimiento, mejor será el
resultado. La persona que sabe, ve lo que nadie ve.
Según Pasteur, “el azar favorece sólo a las mentes preparadas”, y
nosotros agregamos: “... que están dispuestas a aprovechar las
oportunidades que a cada instante les ofrece la vida para crear”.
Aprendamos a observar, a cultivar una actitud de asombro frente al
milagro de la naturaleza para poder utilizar eficazmente la memoria.
Las fuentes de observación son infinitas, y consta de todo lo que se
nos presenta a lo largo de la jornada: una cita, un objeto, una carta, una
idea. Flaubert decía que cualquier cosa observada detenidamente se
vuelve maravillosa.
Una vez enfrentados al objeto, lo importante es aprender a preguntar:
su historia, su proceso de fabricación, la materia prima que lo
constituye, etc.
Para que los objetos percibidos perduren en nuestra memoria, la
observación debe ser bihemisférica.
El cerebro recibe las emociones a través del hemisferio derecho y los
conceptos abstractos a través del izquierdo.
Si ingresamos sólo los datos emocionales o, por el contrario,
únicamente las abstracciones, disminuirá la calidad de la recepción y
quedará mal registrada en la memoria.
El estado mental óptimo para lograr una buena observación puede
lograrse mediante técnicas de relajación y concentración.
Dicho estado, que denominaremos “receptivo”, debe combinar: una
atención flotante (estar preparados para sacar provecho del azar) con
una acción específica en el acto de la percepción (tener la intención
de percibir).
Si bien la observación es un acto único, a los efectos didácticos la
dividiremos en dos tipos:

1. Observación reproductiva.

Intenta representar el objeto, a la persona o el hecho tal como es y no


como una abstracción conceptual.
Para lograrlo debemos dejar de actuar “en automático”. Muchas
veces, cuando aprendemos a realizar una tarea, tendemos a repetir la
rutina sin considerar otra forma de llevarla a cabo.
De acuerdo con esto, pasemos nuestra mente de “automático” a
“manual” y comencemos a experimentar una nueva manera de ver la
realidad. Penetremos en ella con espíritu de curiosidad, generando así
una cuota mínima de observaciones diarias significativas.

La mente como cámara fotográfica.

Una técnica para ejercitar esta observación es la fotografía mental de


lo percibido. La misma debe ser de carácter multisensorial: el objeto
tiene que ingresar a través del aparato sensorial. No olvidemos el
sexto sentido, la intuición, que representa la respuesta emocional ante
el estímulo presentado.
Ejemplo. Veamos como Cortázar “fotografía” un beso:

“Ella hizo algo que nunca había hecho antes, le pasó los brazos por el
cuello y lo besó en la mejilla. Su boca olía despacito a menta. Mario
cerró los ojos llevado por la necesidad de sentir el perfume y el sabor
dulzón debajo de los párpados. Y el beso volvió más duro y
quejándose...”.
Del cuento “Circe” en BESTIARIO

¿Existe una técnica para sacar fotografías multisensoriales?


Para comenzar tomemos un objeto, algo que veamos todos los días,
como un libro o un adorno de nuestra casa.
Mirémoslo desde todos los ángulos posibles, toquémoslo,
percibamos su perfume si lo tiene. Una vez que encontremos la mejor
ubicación y nos sintamos motivados a fotografiar, accionemos el
disparador en nuestra mente.
Es importante que fotografiemos en estado de plena receptividad, en
el cual se produzca la sensación subjetiva de que es la oportunidad
perfecta para accionar la cámara.
Para evaluar si la fotografía fue tomada correctamente, cerremos los
ojos y veamos la copia. Luego, comparémosla con el original.
A veces es necesario tomar varias fotos hasta lograr la que se
aproxime al ideal.
Una vez que podamos fotografiar un objeto con facilidad, tomemos
dos y luego tres y así sucesivamente hasta poder fotografiar muchos
sin dificultad. De esta manera, perfeccionaremos la observación y el
recuerdo.

La mente como proyector.

Toda observación nos deja una huella de cuya calidad dependerá la


reproducción del objeto observado.
El valor de esa huella se comprueba mediante una técnica muy
sencilla: usar nuestra mente como proyector cinematográfico y
comparar nuestras imágenes con la realidad.
Con esta técnica estamos haciendo uso de la imaginación que es la
capacidad que tiene la mente de imitar lo real y reproducirlo
interiormente.

“La imaginación no es más que el aprovechamiento


de lo que se tiene en la memoria”. Pierre Bonnard.

Para alcanzar la posesión de la capacidad imaginativa en un mundo


dominado por abstracciones es fundamental aprender a concentrarse
en las formas, colores, sabores, olores y sensaciones físicas a través
de la observación.
La imagen - a diferencia del concepto - nos atrapa por su carácter de
cosa viva.
El concepto es estático, no posee belleza pues su fin no es estético;
tampoco intenta producir emociones. Simplemente, presenta los
rasgos esenciales que necesita un determinado objeto para ser tal.
Tiene una función utilitaria.
Por el contrario, la imagen es cambiante, posee diversas figuras y
colores que producen innumerables sensaciones. Esto es lo que
debemos captar a través de la observación y luego proyectarla con
ayuda de la imaginación. Y, al actuar sinestésicamente (es decir,
integrando los sentidos), lograremos un objetivo más ambicioso:
ejercitar en forma paralela y sincronizada los dos hemisferios
cerebrales.
En un mundo materialista se utilizan los conceptos para alcanzar los
fines, y la imaginación ocupa un rol subordinado.
Hoy, la seguridad que el sistema ofrecía a través del empleo de por
vida ya no existe y se necesita de la imaginación para inventar el
futuro.
2. Observación creativa.

Es aquella que produce una diferencia con respecto al enfoque


habitual. La realidad es la misma, lo que cambia es la visión.
La mirada creativa captura algo más, lo que el común de la gente no
puede ver.
Toma como base la observación reproductiva pues ésta le provee de la
materia prima que hace factible la creación.
Expliquémoslo con un ejemplo. Poirot, el gran detective de Agatha
Christie, logra deducir quién es el asesino, utilizando la observación
creativa:
“Mientras pronunciaba estas palabras, mi vista se detuvo en una caja
de bombones situada en una mesa contigua, y el corazón me dio un
salto. Podía no ser un indicio relacionado con la muerte de Deboulard,
pero por lo menos allí existía algo que no era normal. Levanté la tapa,
no faltaba ni un bombón...pero eso hacía aún más notable la
peculiaridad que habían captado mis ojos. Pues sepa usted Hastings,
que la caja era color rosa, pero la tapa era azul. Ahora bien, a veces
puede ver una caja rosa adornada con un lazo azul, o al revés, pero la
caja de un color y la tapa de otro... no, decididamente, no...”.
Luego, narra cómo en la basura encuentra una caja azul con tapa rosa
(aclaremos que la víctima muere envenenada).
“... ¡La caja de bombones! ¿No lo ve? ¿Habrá cometido semejante
error una persona que viera perfectamente? Sabía que Madame
Devoulard tenía cataratas...lo supe por las gotas de atropina. Sólo
había una persona en la casa cuya visión defectuosa le impidiera ver
qué tapa tenía que colocar...”.

Fragmento de “LOS PRIMEROS CASOS DE POIROT”.

¿Cómo podemos ejercitar nosotros la observación creativa?


Utilizaremos, al igual que en la descriptiva, la realidad que nos
rodea pero buscando el detalle que lo transforme en otra cosa.
Intentemos deducir el carácter de las personas que pasan a
nuestro lado según su forma de vestir o actuar. Por ejemplo, si
una mujer va por la calle bien vestida, calzada con zapatos bajos y
lleva un bolso gastado y de gran tamaño como cartera, podríamos
decir que pone la practicidad por encima de la estética.
El transporte colectivo es una fuente inagotable para nuestras
observaciones: un pasajero hace el ademán de levantarse para
descender. Si estamos atentos observaremos quién está desesperado
por sentarse, quién se dispone a ceder el lugar y quién,
maliciosamente, obstruirá el paso al desesperado.
Estos son los primeros ejercicios para desarrollar nuestra capacidad
de observación creativa.

Otras técnicas de observación:

1) El dibujo. Requiere contemplar primero cada detalle, buscar el


mejor ángulo, la iluminación óptima, etc., y luego, plasmar el dibujo
en el papel. También quedará grabada nuestra respuesta emotiva ante
el objeto.
2) Cambiar el punto de entrada, empezando a percibir desde otras
perspectivas. Por ejemplo, en lugar de prestar más atención a lo que
está más próximo miremos lo que se encuentra más lejano. Si
trabajamos en una oficina, observemos los objetos de los otros
escritorios, lo que puede haber pegado en las paredes, etc., y después
lo que hay en nuestra mesa de trabajo.
3) Rotar la atención hacia cada área del problema. Observarla una
por una. Toda situación tiene varias facetas. Si nos quedamos con la
primera que se nos presenta, probablemente no lograremos
solucionar nada. En cambio, si observamos detenidamente cada parte
y la analizamos podremos entonces alcanzar la respuesta. Cuanto más
se conoce algo, más sencillo es comprenderlo.
4) Comentar nuestra observación con otras personas, comparando lo
que cada una percibió.
5) Si queremos relacionar una cara con un nombre, utilicemos la
observación creativa. Ejemplo: un señor que acabamos de conocer
se llama Reynoso. Imaginémoslo con una corona sobre su cabeza
(rey) y un oso tachado por una cruz: rey oso = rey no oso = Reynoso.
Si se llamara Vázquez podríamos ver su rostro dentro de un aro de
basket.
Una buena observación, produce resultados inmediatos: en el trabajo
puede significar un ascenso; en el estudio, aprender en menos tiempo;
y en la vida, conocer mejor a nuestros semejantes.

Los sistemas de representación.

El concepto. Definición.

Podemos definir al concepto como la representación mental e


intelectual del objeto. Aclaremos un poco esta definición:
Mental: significa la representación de una imagen. Debe responder a
una buena configuración para que el registro y la retención sean
eficaces. Intelectual: implica comprender a través de la palabra.

Hablemos de la palabra.

La palabra es un signo lingüístico, una entidad psíquica que une dos


términos: un significante (imagen acústica) y un significado (idea o
concepto).
A veces un significado tiene dos o más significantes cuando dos
vocablos distintos, significan lo mismo. Ejemplo: bello y hermoso.
Un significante también puede tener dos significados cuando una
misma palabra quiere decir dos cosas distintas. Por ejemplo, la
palabra “banco” tiene diferentes acepciones: asiento, entidad
financiera, etc.
El lenguaje verbal y los conceptos se inscriben en el hemisferio
izquierdo del cerebro que es analítico, racional y secuencial.

La imagen.

Es la representación mental del concepto, es decir, su visualización en


forma fotográfica o de película. Cuanto más cargado de emotividad
esté el registro, existen menos probabilidades de que se confunda con
otro o se pierda.
Para que la imagen que grabamos en nuestra memoria sea adecuada
debe reunir las siguientes características:

A) Ser multisensorial: en la medida de lo posible es conveniente


recrear la información a través de todos los sentidos.
B) Ser específica: la imagen debe aparecer en forma clara, sin
ningún tipo de interferencia.
C) Ser vivencial: es decir, que deberá surgir de la experiencia
personal.

Las imágenes residen en el hemisferio derecho del cerebro que es el


centro de nuestra imaginación, de las sensaciones y los sentimientos.
Es sintético, totalizador e intuitivo.
Por lo tanto, si tenemos dos hemisferios cerebrales, utilicemos el
potencial de cada uno.
Le proponemos un sistema de representación interactivo. Si la
imagen y la palabra trabajan en forma consecutiva y/o simultánea,
lograremos una mejor memorización.

El doble sistema de registro.

Al efectuar una observación, su impacto se refleja en el cerebro bajo


la forma de una inscripción o de una huella. Si queremos consolidar
ese registro debemos considerar la calidad de la representación.
Cuando “la fotografía” es excepcionalmente buena o la intensidad
emocional del impacto es profunda, la grabación se produce de
manera automática. Pero en situaciones normales, es necesario
recrear la vivencia original “enriqueciendo el código perceptivo”.
Aprender a representar implica desarrollar la aptitud para resumir
acontecimientos o informaciones diversas en fórmulas sintéticas que
contengan sus elementos esenciales.
Para lograrlo, debemos traducir lo que se percibe con la ayuda de un
código abstracto-conceptual, sostenido por la palabra, y de otro
concreto-sensorial, apoyado en imágenes mentales.
“Imaginar” proviene del latín y significa “imitar lo real”. Si de esto se
trata, hay que lograr el máximo realismo al reconstruir el objeto o el
dato en una imagen que integre la vista, el oído, el olfato, el gusto y el
tacto.
Nos referimos a un “doble sistema de registro”. Uno es el verbal,
lógico, intelectual y propio del hemisferio izquierdo del cerebro. El
otro es el sensorial, emotivo, sintético, creador de imágenes
multisensoriales; característico del hemisferio derecho.
Si la memoria es un sistema, hay que aprender a decodificar los
estímulos del medio transformándolos en huellas de fácil acceso.
Veamos un ejemplo. Cuando vamos al cine podemos recordar hasta
los mínimos detalles de la película sin realizar esfuerzo alguno. En
cambio, cuando leemos, registramos solamente generalidades. ¿A
qué se debe esto? A que durante la película, la exposición multimedia
activa todas las áreas del cerebro mientras que al leer utilizamos sólo
la mitad de su capacidad.
El método para convertir al concepto en una doble huella consiste en
dividirlo. Sin la palabra, para comprender un concepto tan sencillo
como el de “piedra” necesitaríamos apelar a sus características - dura,
pesada, rugosa - y el concepto perdería su unidad. Por otra parte, sin
la imagen faltaría el soporte sensorial.
Por lo tanto, a fin de recordar un texto aprendamos a “hacer la película
mental” del libro para evocarlo en cualquier situación y producir
entonces el repaso.

Desarrollo de la imaginación en hechos concretos y conceptos.

Existen tres métodos para representar una palabra, según ésta sea:
1) concreta, 2) abstracta, 3) desconocida.
1. Si es una palabra concreta, la representamos tal como existe en
nuestra memoria. Ejemplo:

Imagen: Palabra: FLOR


Elabore sus propias imágenes con estas palabras: casa, madre, auto.
2. En el caso de palabras abstractas, utilizaremos el método de la
propia elaboración de imágenes: debemos crearlas recurriendo a los
conocimientos, experiencias y vivencias personales que nos permitan
relacionarlas fácilmente con el concepto o la idea representada.
Ejemplo:

Imagen: Palabra: TRANQUILIDAD.

Estas representaciones variarán según la persona que la realiza pues


no todos poseemos la misma imagen del hambre, la felicidad, la
hipocresía o de tantos otros conceptos.
Usted, ¿qué gráfico sugeriría?

3. En ocasiones, se nos presentan vocablos desconocidos. Los


debemos retener por alguna razón pero ignoramos qué quieren decir.
En primer lugar, intentaremos buscar su definición en el diccionario y
luego aplicaremos el método 1) ó 2), según corresponda. Pero si no
tenemos manera de saber su significado, utilizaremos el método de
sustitución: relacionaremos su significante con otras palabras
conocidas que tengan un sonido similar a la que debemos recordar.

Ejemplo: xifoideo significado desconocido

sifón significado conocido

fideo significado conocido

xifoideo
Recordamos xifoideo, pues lo representamos con palabras de sonido
similar y significados conocidos.
¿Cómo representaría policarpio, vacuola y bohardilla?

Le proponemos la siguiente lista de palabras para que se ejercite.


Cree una imagen para cada una de ellas utilizando los distintos
métodos aprendidos. Pero deberá practicar mucho tiempo y con
muchas palabras si realmente desea alcanzar una perfecta
alfabetización visual.

Invierno Sobre
Paseo Economía
Pote Ajedrez
Juguete Braile
Azarbeta Sed
Bancarrota Cimarrón
Florecer Libro

Especialización de la imagen.

Sinestesia: integración multisensorial de los estímulos.

En un mundo donde se valoriza lo útil, lo rápido y lo eficaz tendemos a


manejarnos con abstracciones y conceptos, dejando de lado lo
concreto, la imagen con todas sus riquezas.
Es decir, se privilegian las habilidades propias del hemisferio
izquierdo del cerebro sin considerar que trabajando en forma
simultánea con el derecho se obtendría un mejor resultado.
El esfuerzo de reconstruir la imagen de lo percibido actúa como
fijador y hace que el recuerdo se grabe mejor en nuestra mente.
La explicación es muy sencilla: el cerebro, al actuar en forma
unificada, configura cada detalle del objeto.
La imagen se mejora aún más si usamos la sinestesia, es decir, si
ingresamos los datos de lo que estamos mirando a través de varios o
de todos los sentidos.
El ejercicio que le proponemos en este caso es el siguiente: intente
reconstruir los mejores momentos de la jornada como una cita muy
esperada, algún éxito laboral o cualquier situación que haya hecho su
día especial (si lo buscamos siempre encontraremos algo bueno en
medio de la rutina). Procure utilizar la sinestesia.
También puede ejercitarse mientras lee. Realice pausas a lo largo de
su lectura y reconstruya los conceptos en imágenes multisensoriales.

El dibujo de las ideas: la grafosíntesis.

¿Qué es la grafosíntesis? Es la representación gráfica de un objeto o


idea dibujando los rasgos esenciales que permiten su reconocimiento.
Sus características son:
A. Trazos simples y completos: la representación es esquemática, no
busca la estética.
B. Personales: graficaremos las ideas con rasgos que nos permiten
reconocerlas a nosotros pero no necesariamente a los demás.
C. Deben tener un tamaño adecuado según los contenidos a
representar.

Un ejemplo claro de grafosíntesis son las señales de tránsito aunque


los rasgos utilizados no son personales.
Este tipo de expresión no es nueva. Sus orígenes se remontan a la
prehistoria. El hombre primitivo plasmó sus acciones y los objetos
que lo rodeaban en las paredes de las cuevas. Encontramos ejemplos
en Altamira (España), también en Córdoba y en el sur de Argentina.
Si observamos los dibujos de los niños pequeños, encontraremos las
tres características de la grafosíntesis.
El niño aprende a dibujar antes que a escribir. A medida que crece,
logra graficar imágenes más objetivas hasta llegar a representar
sonidos en el papel (la palabra escrita).
Volvamos a ser niños: ejercitemos el dibujo para crear figuras
complementarias de nuestras percepciones.
A medida que practiquemos, iremos adquiriendo confianza y
podremos llegar a reemplazar en forma progresiva palabras y frases
en dibujos de pocos trazos pero ricos en significado.
Debemos crear y/o adaptar las grafosíntesis a las peculiaridades de
nuestra profesión o trabajo. Por ello, la guía que incluiremos más
adelante será sólo un ejemplo.
En la grafosíntesis de un concepto completo es necesario destacar los
elementos básicos del mismo.
La grafosíntesis no sustituye el proceso mental de la elaboración de
ideas ni de razonamiento sino que es un método auxiliar para hacer
más clara la interpretación. Asimismo, es un excelente complemento
para el trabajo mnemotécnico.

Ejemplos de grafosíntesis.

Nacer - Originarse.

Riqueza.

Verbo ser (representación arbitraria).


Recurso al que se apela cuando hay
que representar un concepto abstracto.

Relación entre dos elementos.

Verbos en infinitivo.

Debajo de
Memorización.

Hasta aquí hemos explicado qué es la memoria, sus diferentes tipos,


las distintas formas de observar y en qué consiste el proceso de
representación. A continuación, desarrollaremos algunos métodos
para aprender a memorizar.

Sistemas asociados.

Las asociaciones son muy importantes en el proceso de aprendizaje


pues ayudan a reestructurar las percepciones según los fines que cada
una cumpla.
En la memoria natural las asociaciones son lógicas pero también
existen las asociaciones artificiales e ilógicas. Nuestro consejo es
éste: si quiere memorizar cualquier tipo de información, hágalo
utilizando los dos mecanismos. Pues si uno de los sistemas fallara, al
estar apoyado por el otro, el riesgo de pérdida disminuye.
La asociación natural de las ideas por su comprensión es la mejor
garantía de la memoria. Dicho proceso se perfecciona si
comprobamos el resultado periódicamente mediante la “repetición
activa”. Ésta implica un esfuerzo mental muy diferente al de la simple
relectura, pues detecta puntos flojos, errores, etc. Cada vez que se
recorren las huellas, se refuerzan los caminos (es decir, las redes
neuronales) y se facilita la posterior evocación del conocimiento
adquirido.
Ahora bien, la asociación de ideas tiene como base la palabra, y en
este sentido, se apoya en el hemisferio izquierdo del cerebro. A
continuación, veremos cómo lograr un doble refuerzo.
A la presentación de las ideas en un cuadro orgánico le agregaremos la
función de la imagen, que implica dar vida a los conceptos estáticos y
utilitarios.
Podemos decir, entonces, que la asociación de ideas sumada a la
asociación de imágenes es la fórmula más adecuada para una buena
memorización.
Ejemplo de asociación ilógica.

Esconderemos un documento importante para que nadie lo encuentre


pero no queremos olvidar dónde lo colocamos. El documento fue
puesto en el segundo libro del primer estante de la biblioteca. Nos
imaginamos a nosotros mismos, muy pequeñitos, subiendo hasta el
primer estante, sacando el segundo libro con mucho esfuerzo pues es
más grande que nosotros. En la mano tenemos el documento a
esconder. Su tamaño es muy reducido, tanto que entra en nuestra
palma. Lo colocamos en el libro. Hay un gran contraste entre el
enorme libro y el papel muy pequeño. Cerramos el libro y
descendemos de la biblioteca.

Ejemplo de asociación lógica.

Otra manera de no olvidar un escondite, es pensar en un sitio ideal para


guardar siempre los objetos valiosos. Ante cualquier duda, dicho lugar
aparecerá de inmediato en nuestra mente.
Cuanto más lógica apliquemos a nuestra vida y mayor compresión
tendremos de nuestros actos y más fácil será encontrar la información
en casilleros específicos.
En todo sistema de memoria, existe un factor de organización a
preservar. De esta manera, los datos, detalles y complementos se
asociarán con mayor facilidad alrededor del elemento clave.
La persona ordenada siempre encuentra lo que busca. La persona
desordenada siempre se desespera sin poder hallarlo.
Para efectuar este tipo de relaciones hay que tener en cuenta que la
unión de las imágenes deber ser creativa. Si la asociación es muy
original, difícilmente se borrará de nuestra mente.
Otro aspecto a tener en cuenta es el impacto emocional. Si algo nos ha
impresionado mucho, ya sea positiva o negativamente, dejará una
huella firme en nuestra memoria. Entonces, al hacer nuestras
asociaciones, incluyamos también nuestros sentimientos.
Ejemplo de asociación creativa.

En una prueba de física, los alumnos debían responder a la siguiente


consigna: “demuestre cómo es posible determinar la altura de un
edificio con la ayuda de un barómetro”. Uno de los estudiantes
respondió: “llevo el barómetro a la azotea del edificio y le ato una
cuerda. Lo descuelgo hasta la base del edificio, marco y mido. La
longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio”. Pese a que la
respuesta era correcta, luego de corregir el examen la maestra la
preguntó si no conocía la solución convencional (la diferencia de
presión marcada por un barómetro en dos lugares diferentes
proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares). El alumno
contestó que sí pero que sus profesores le habían enseñado a pensar
usando la creatividad. Su nombre era Niels Bohr, físico danés y
premio Nobel de Física en 1922, más conocido como el innovador de
la teoría cuántica.

Tipos de asociación de imágenes.

Hay distintos modos de relacionar las imágenes que debemos


recordar:
Asociación espacial: ubicamos todo lo que debemos recordar en un
mismo sitio. Ejemplo: si asociamos una hormiga con un elefante la
manera de hacerlo es imaginar a la hormiga caminando sobre la
trompa del elefante.
Temporal: asociamos nuestras imágenes al tiempo.
Ejemplo: nos recomendaron una película. La pasarán esta noche a las
22 hs. Nos imaginamos sentados frente al televisor. Por la ventana se
ven las estrellas. Es de noche. Si lo creemos necesario, podemos
visualizar en la pantalla del televisor el aviso del horario de protección
al menor (señala las 22 hs).
Semejanza: asociamos los aspectos similares de los objetos o
conceptos a relacionar. Ejemplo: para presentar un trabajo
necesitamos tinta y papel de plano. Ambos se adquieren en la librería,
por lo tanto, podemos imaginarnos saliendo de ésta con los artículos
en la mano.
Contraste: en este caso, resaltaremos las diferencias.
Ejemplo: para recordar dos palabras, como “hormiga” y “elefante”,
visualicemos a la hormiga enorme y al elefante pequeño. Así, al
oponerse a la relación de tamaño convencional, recordaremos con
mayor facilidad las palabras.

Busquemos el tipo adecuado de asociación según lo que necesitemos


recordar. Si debemos retener en nuestra memoria las palabras
“desierto” y “flor”, el tipo más adecuado es el contraste. Imaginemos
un enorme desierto, seco, color ocre. En él, una flor brillante y roja.
Sobre sus pétalos, resbala una gota de rocío.

Ejemplos de aplicaciones a rostros y nombres.

El método está basado en un principio de asociación de imágenes.


Pero antes, utilizaremos los dos tipos de observación que hemos
aprendido.
Primero, observaremos reproductivamente a la persona que queremos
registrar: su aspecto físico, color de ojos, cabello, altura, peso
aproximado, etc.
A continuación, utilizaremos la observación creativa: intente
encontrar las características propias de esa persona que le permitan
recordarla. Luego, asóciela con su apellido.
El ejercicio consiste en hacer un indicador a partir del nombre de una
persona y unirlo después a su cara. Se trata de visualizar dos imágenes
- la del rostro y la del nombre - para luego asociarlas. Por ejemplo, si la
persona se llama Blanco, relaciónelo con el color de su piel, ya sea por
su semejanza o contraste. Imagínelo mucho más blanco de lo que es.
Si no encontramos nada que vincule a la persona con el nombre,
entonces utilicemos la sustitución fonética de su apellido por otra
palabra parecida. Si su apellido es Pérez, visualicemos una pera sobre
su hombro o sobre su mentón. Si se llama Herrera, lo imaginamos
trabajando el hierro.
Creación de una red integrada de huellas mnémicas: el “método
de la cadena”.

Este método sirve para recordar una lista de elementos en el orden en


que han sido colocados. Puede utilizarse para memorizar desde una
lista de supermercado hasta el nombre de los huesos del esqueleto de
un adulto.

¿Por qué se llama “método de la cadena”?

Su nombre se debe a que las palabras a recordar se relacionan en la


mente como eslabones de una cadena. Para que la red se forme
correctamente, debe cumplir con los siguientes requisitos:

a) Cada eslabón deber conservar su individualidad. Las imágenes


mantienen su independencia sin crear un nuevo objeto. Si tuviéramos
que relacionar las palabras “barco” y “arena”, lo correcto es imaginar
el barco navegando en un mar de arena y no un barco hecho de arena,
donde una imagen suplanta a las otras dos.
b) La unión de las imágenes debe ser creativa, fuerte, con color,
sonido, movimiento (como lo hemos explicado en páginas anteriores
para cualquier tipo de asociación). Por ejemplo, si tuviéramos que
relacionar un perro con el agua, imaginemos al perro saciando su sed
en un enorme recipiente de agua.
c) Relacionaremos la primera y la última palabra con nosotros
mismos. Así, sabremos que nuestra aparición en la cadena indica que
estamos en presencia de la primera o de la última palabra.
d) Cada asociación que se realice debe borrar la anterior: al relacionar
la segunda con la tercera palabra, debe borrarse la primera.
Ejemplo: tenemos una lista de cuatro palabras (“mesa”, “lápiz”,
“goma” y “puerta”). Asociamos “mesa” con nosotros mismos: “yo
toco la mesa”. Luego asociamos “mesa” con “lápiz”: “el lápiz está
sobre la mesa”. Posteriormente, relacionamos “lápiz” con “goma”:
“la palabra mesa desaparece. El lápiz se clava en la goma”. Luego: “la
goma se apoya en la puerta” (la palabra lápiz desaparece). “Yo abro la
puerta”.
e) Debemos tener cuidado de no inventar cuentos o libretos con las
palabras ya que podríamos reconstruirlas variando su ubicación.

La memoria aplicada. Automatización.

Automatizar es transferir conocimientos de nuestro consciente a


nuestro inconsciente para grabarlos de una manera profunda y
permanente.
¿Cómo se logra la automatización? A través de la repetición activa. La
reiteración de una tarea o un conocimiento contribuye a su
internalización.
La automatización permite realizar un trabajo sin necesidad de
esforzar la mente, y la libera para focalizar el interés en otra acción.
Ejemplo: cuando una persona aprende a conducir, debe pensar cada
movimiento que realiza. Esto le impide entablar una conversación
con su acompañante. A medida que pasa el tiempo, después de repetir
la práctica, logra que sus actos sean “automáticos”. No sólo podrá
conversar con quien lo acompaña sino que estará más atento a lo que
ocurra en la calle o pensará en otra cosa sin que esto le impida realizar
los movimientos adecuados para conducir el vehículo.
De manera análoga, podemos automatizar conocimientos para
nuestro trabajo o estudio ahorrando energías que podremos destinar
en aprender nuevas cosas.

Pasos para la automatización.

Los pasos para la automatización son cuatro:


1) aprender; 2) dormir; 3) probar; y 4) aislar lo que hemos
automatizado. Sigamos estos cuatro pasos en un ejemplo.
Debemos aprender una serie de definiciones muy importantes para
nuestra profesión. La cantidad de definiciones para memorizar son
veinte. Las aprenderemos de a cinco. En cuatro días las habremos
automatizado a todas.
Las memorizamos utilizando la repetición activa, es decir, sin volver a
leer el material trataremos de reconstruirlo.
Esto lo haremos durante un determinado lapso.
El segundo paso es dormir. Una vez que aprendimos el material
previsto, dejamos pasar una noche. Durante los momentos en que
dormimos profundamente y soñamos, reforzaremos aquello que
hemos aprendido durante el día.
El tercer paso es probar. Como el automatismo es invisible, sólo
podemos saber si asimilamos los conocimientos a través de una
prueba. ¿Cómo debemos realizarla? Es muy fácil: dibujaremos en un
papel figuras geométricas mientras recitamos las definiciones que
hemos aprendido. Si logramos hacerlo sin detenernos, hemos logrado
nuestro cometido. De lo contrario, debemos volver intentarlo. Otro
test consiste en seguir con un lápiz o cualquier objeto puntiagudo el
camino de un laberinto como los que podemos encontrar en revistas
de entretenimientos mientras repetimos el texto aprendido.
El cuarto y último paso es aislar. Una vez automatizado el material, lo
aislamos y ya no debemos volver sobre él.
Como práctica le proponemos que automatice conceptos que sean
útiles para su estudio o trabajo y para dominar la técnica de números
que ahora le enseñaremos.

Cómo memorizar números.

A través de este ejercicio, integraremos los conceptos explicados


anteriormente. Como todo comienza con la estimulación, elija una
cifra que siempre haya querido recordar.
Los números son entes abstractos y, por lo tanto, difíciles de
memorizar. El método que proponemos consiste en reemplazar la
abstracción por una palabra concreta.
El código que le sugerimos emplear relaciona el número con una
consonante:

0: lo suplantaremos por r y rr (la r de cero).


1: será reemplazado por t o d, pues ambas letras tienen un “palito” que
las asemeja a la forma del uno.
2: lo reemplazaremos por la n o ñ cursivas, ya que tiene dos “patitas”.
3: lo cambiaremos por la m cursiva que tiene tres “patitas”.
4: será suplantado por la letra c (cuando va unida a la a, o y u) y por la k
o q. En ese caso, no asociamos por su forma sino por su sonido: “k”.
5: lo sustituiremos por la l o ll (por asociación con la L que equivale a
50 en números romanos).
6: será reemplazado por la c delante de la e y de la i; y por la s o z
delante de todas las vocales. Lo asociamos al sonido “s”.
7: lo cambiaremos por la f porque se parece mucho a una f invertida.
También por la j por su forma y por la g, delante de la e y la i (es decir
cuando se pronuncia como “j”).
8: lo asociamos con la ch ya que es el sonido que predomina al
pronunciar la palabra ocho. También por la g delante de la a, o y u (ya
que la g se parece a un 8).
9: lo cambiaremos por la v (por su sonido), y por la p o b (por su forma
similar).

Este sistema exige entrenamiento pero si lo practica regularmente, la


conversión la resultará fácil y amena. Ahora usted deberá formar su
propio código numérico guiándose por las siguientes reglas:

1. Elegir palabras concretas. Ejemplo: si queremos memorizar el


número 17 lo reemplazaremos por la palabra “teja” (la T es igual
al 1 y la J al 7).
2. La H es muda y se puede usar como comodín.
Ejemplo: para recordar el número 8 pensaremos en un “hacha” (la
ch es igual al 8).
3. Se pueden utilizar nombres, siglas, marcas o apodos.
Ejemplo: el 55 se puede asociar con “Lili” o el 6 con la “C.I.A.”.
4. Las vocales no representan ningún número. Puede combinarlas
con las consonantes como le resulte más fácil. Ejemplo: el 7 puede
asociarse con “ojo” o “ají”.

Practique hasta dominar el código numérico. Luego, intente construir


palabras combinando las consonantes que representan cada número
con vocales. Ejemplo: el 00 se puede reemplazar por “herrero” o
“arriero”. El 6 por “oso” o “U.S.A”. El 54 por “loco”.
A continuación, le ofrecemos una lista a modo de ejemplo con los
números desde el 01 al 00 y desde el 0 al 100. Usted podrá modificarla
de manera tal que responda a imágenes que faciliten su evocación, ya
sea por palabras, expresiones, nombres, etc., según sus propias
vivencias. Por ejemplo, si usted lo prefiere, puede cambiar la palabra
“ala”, sugerida para el número 5, por “Ale” si conoce a alguien con ese
nombre.

Listado del 01 al 00:

01: rata
02: rana
03: rama
04: roca
05: rollo
06: rosa
07: ojo
08: riego
09: ropa
00: arrorró

Listado del 0 al 100:


0: oro 1: té
2: uña 3: humo
4: oca 5: ala
6: oso 7: ojo
8: hacha 9: uva
10: torre 11: dedo
12: tina 13: dama
14: taco 15: tela
16: tiza 17: tajo
18: tacho 19: tubo
20: Nora 21: nata
22: nene 23: Noemí
24: nuca 25: anillo
26: nuez 27: hinojo
28: noche 29: naipe
30: mar 31: moto
32: mano 33: mamá
34: hamaca 35: malla
36: mesa 37: mafia
38: mecha 39: mapa
40: carro 41: codo
42: cuna 43: cama
44: coco 45: calle
46: casa 47: café
48: coche 49: capa
50: loro 51: lata
52: lana 53: lima
54: loco 55: Lili
56: lazo 57: lija
58: leche 59: lupa
60: zorro 61: seda
62: cena 63: cima
64: saco 65: silla
66: Susy 67: sofá
68: soga 69: sopa
70: faro 71: foto
72: fino 73: fuma
74: foca 75: fila
76: fosa 77: jefe
78: ficha 79: jopo
80: gorra 81: gato
82: china 83: goma
84: choque 85: gallo
86: choza 87: gajo
88: chiche 89: chapa
90: perro 91: pito
92: peine 93: puma
94: vaca 95: pila
96: piso 97: bife
98: pecho 99: papa
100: torero

Practique hasta automatizar el dominio de la lista en su memoria.

Números de tres cifras.

Le proponemos que busque palabras para reemplazar los siguientes


números:

Antes le damos un ejemplo: 302 es igual a “Marina”.

304 450 582


762 895 103
461 845 786
691 410 361
852 901 590
410 456 954
882 964 596

Encuentre una palabra para cada uno de los números desde el 101 al
999. Este ejercicio es importante ya que para llevarlo a cabo,
utilizaremos los dos hemisferios cerebrales en forma conjunta.

Usos del código numérico.

Consiste en aplicar el método de la cadena a los números que hemos


transformado en imágenes.
Ahora, por ejemplo, deseamos memorizar el número de documento
44.389.022. Para lograrlo, realizaremos la asociación de la siguiente
manera: usaremos dos números para formar una palabra: 44 es igual a
“coco”, 38 a “mecha”, 90 a “perro” y 22 a “nene”. Entonces, la
cadena se formará así: “tengo un coco en la mano, el coco tiene
encima una mecha, la mecha está sobre el perro, el perro se acerca al
nene, yo acaricio al nene”.
Como vemos, cada imagen se repite dos veces pero ligada en
asociaciones distintas, como el eslabón de una cadena.
Practique diariamente cadenas de números que usted mismo invente o
que necesite memorizar.

Método de enganche.

Una vez dominando el método de la cadena y practicado el código


numérico, podrá aprender este nuevo sistema.
Además de recordar un listado de palabras, el método de enganche le
permitirá memorizar el orden exacto en que se encuentra cada una de
ellas. Utilizaremos una lista de ocho palabras para explicar cómo
funciona:

1. Perro.
2. Escalera.
3. Velocidad.
4. Canasto.
5. Cartero.
6. Paloma.
7. Ventana.
8. Teléfono.

El procedimiento a aplicar es el siguiente: la ubicación exacta de cada


elemento surge de asociarlo con el número. La memorización es el
resultado de la correcta asociación efectuada.

Veamos la solución del ejercicio:

1: té. El té lo toma el perro.


2: uña. La uña se clava en la escalera.
3: humo. Imaginamos la velocidad como un auto de carreras. Del
auto sale humo.
4: oca. La oca está dentro de un canasto.
5: ala. El cartero vuela con el ala.
6: oso. El oso toma a la paloma.
7: ojo. El ojo se asoma por la ventana.
8: hacha. El hacha rompe el teléfono.

Una vez creadas estas asociaciones, estamos capacitados para decir


en qué orden se encuentra cada palabra. Si nos preguntan qué
ubicación tiene el vocablo “ventana”, recordaremos: el ojo se asoma
por la ventana. Por lo tanto, “ventana” es la palabra número siete.
A medida que aumente la práctica, logrará memorizar mayor cantidad
de palabras.

Aplicaciones del método.

Las técnicas desarrolladas, pueden utilizarse para recordar


conceptos, fórmulas, ecuaciones, acontecimientos, fechas e,
inclusive, para aprender lenguas extranjeras. Además, pueden
emplearse en un sin fin de situaciones cotidianas: memorización de
calles, números telefónicos, rostros, edades, citas, y hasta del
calendario.
Mediante la práctica continua descubrirá que su memoria es como un
músculo que puede ejercitarse hasta alcanzar un máximo nivel.

Construir una memoria inteligente.

La memoria es constitutiva del hombre ya que sin ella seríamos


incapaces de pensar y crear. Pese a su importancia, se la descuida
cuando se la deja operar sin guías para registrar, procesar y recuperar
las experiencias de la vida.
El secreto está en aplicar una metodología. “Método”,
etimológicamente, significa “camino”. Los métodos son la mayor
riqueza del hombre ya que facilitan el desarrollo integral de su
potencial.
Si un aparato de radio tiene la antena mal orientada, lo que se percibe
es ruido. Lo mismo ocurre con el cerebro humano: si no disponemos
de técnicas para observar, no podemos culpar a la memoria.
Frente al aumento de la información característico de la vida
moderna, la mente tiende a generar filtros para resguardarse.
Esta barrera protectora evita el ingreso de los estímulos no deseados
pero también impide el contacto con lo que se quiere recordar.
La capacidad limitada de la atención humana para concentrarse en un
determinado número de factores instala la “mentalidad del bombero”,
que privilegia lo urgente frente a lo importante. Esta situación se
acentúa frente al aumento de las relaciones y reuniones que afectan
dramáticamente la administración del tiempo.
¿Qué haría Ud. si le ofrecieran regalarle un billón de dólares con la
condición de contarlos de a uno? Si su respuesta fuera positiva,
tardaría 63 años para contarlos. Lo mismo ocurriría si aceptara
pasivamente toda la información que recibe.
Para evitar que la memoria vague erráticamente hay que darle una
brújula, señalarle una dirección. De nada sirve retener datos sin valor
o sentido. El problema es entonces estratégico: el capital intelectual
sólo sirve al que sabe lo que quiere y logra armonizar sus
conocimientos con sus deseos en la práctica.
Un viejo concepto debe renacer y privilegiarse en la educación:
“educar es sacar de adentro el potencial del hombre”. Sólo así
podremos construir una memoria inteligente que jerarquice las
experiencias relacionando los conocimientos con los fines.
La memoria es el tejido de nuestra propia existencia. Sin memoria
seríamos solamente vegetales: incapacitados para ver, oír, pensar o
crear. Ni siquiera tendríamos identidad. Gracias a ella, en cualquier
momento de nuestra vida podemos mirar hacia atrás y afirmar: somos
lo que recordamos.

Métodos de Estudio, Concentración y Audiencia.

Los problemas de la educación formal.

La revolución tecnológica no se aplicó a la pedagogía. La educación


formal sigue priorizando la transmisión de contenidos a la
capacitación metodológica para el aprendizaje.
Antes de ir a la guerra, al soldado se le enseña a manejar el arma. Al
estudiante, en cambio, se lo arroja a la batalla de la vida sin las
herramientas básicas del aprendizaje. Por lo tanto, encara al estudio
de manera intuitiva recurriendo a estrategias como la repetición
continua que no generan buenos resultados.
El saber enciclopedístico estimula la “mentalidad de estudiante”, que
registra lo necesario para aprobar un examen pero no internaliza el
conocimiento. Así, funciona como un adorno sin aplicación al mundo
real ni conexión con el propio deseo.
Las técnicas de estudio no pueden considerarse como un conjunto de
reglas que se imparten y que luego el alumno tendrá que aplicar.
Por el contrario, deben estimular el proceso de autodescubrimiento de
las propias capacidades e intereses, enseñando a relacionar el texto (el
mundo de los conceptos) con el contexto (el universo de la
experiencia).

Objetivos del Método de Estudio.

El aprendizaje implica un proceso analítico-sintético que permite


jerarquizar los conceptos y abstraerlos del texto en función de
nuestras posibilidades de “aprehender”.
Para lograrlo, es fundamental disponer de un método de estudio cuyos
principales objetivos son:

1. Estudiar metódicamente: significa saber cómo y por dónde


comenzar, de qué manera puede abordarse el tema y el aprendizaje.
Tener método para estudiar (o para cualquier otra actividad) equivale
a sistematizar nuestra actividad, ordenarla, establecer y observar una
jerarquía en la selección del material y un orden progresivo en la
adquisición del conocimiento.
2. Llegar a la comprensión del tema: en otras palabras, asimilar
los conocimientos, internalizarlos, pasarlos por el tamiz de nuestra
crítica y articularlos con nuestra experiencia.
Incorporarlos a nuestro acervo cultural de manera orgánica y no
simplemente adosarlos como un conjunto más de datos que podemos
recordar. Debemos sumergirnos en el tema, tratar de llegar a sus
raíces esenciales, descubrir su lugar en el sistema global del
conocimiento y su interdependencia con respecto a otros temas u
otros aspectos de la misma disciplina.
3. Asegurar el funcionamiento del proceso analítico-sintético:
desgajar la información en sus constituyentes por un lado, y
reconstruirla por el otro en una estructura mayor de la cual forma
parte. Distinguir la esencia de la forma, lo fundamental de lo
secundario, lo orgánico de lo accesorio. Lograr el máximo de
abstracción reduciendo cada concepto, por complejo que sea, a su
expresión mínima: la palabra clave.
4. Realizar una lectura crítica: en este punto analizaremos el acto
inteligente que, según Piaget, consiste en un equilibrio entre las
acomodaciones y las asimilaciones que realiza el individuo. En
nuestra relación con el medio ambiente, tomamos cosas de él que
modificamos de acuerdo a nuestras necesidades y, a la vez, nos
acomodamos a ese medio según sus posibilidades. En la medida en
que el interjuego de ambas actitudes se equilibre o se complemente,
existe un acto de inteligencia.

¿Qué es entonces leer inteligentemente? Se trata de tomar elementos


del material y modificarnos nosotros en función del mismo, así como
también modificar el material según nuestras posibilidades. Ello
significa, fundamentalmente, cuestionarnos las ideas, descubrir
contradicciones, comprender postulados en función de la situación
específica del texto, analizar los objetivos implícitos y explícitos de la
obra. Es decir, significa leer pensando.

Las etapas del método de estudio.

A continuación, analizaremos cada una de las mismas:


1) Prelectura.
2) Lectura Analítica.
3) Revisión.
4) Repetición Activa.
5) Memorización.
6) Técnica de Repaso.
Primera etapa. Prelectura.

Tiene como objetivo general comprender el contexto y el subtexto


(todos los factores que, sin estar presentes en el texto, lo terminan
condicionando).
Al leer un libro, muchas veces nos asombra una contradicción o una
idea que no parece formar parte del bagaje de pensamientos del autor.
A medida que continuamos con la lectura, tales situaciones interfieren
en nuestra comprensión. Sin embargo, los elementos contextuales y
subtextuales pueden aclararnos el panorama y contribuir a una lectura
crítica.
Por ejemplo: ¿Por qué este libro fue escrito en 1930 y editado en
1972? ¿Qué factores impidieron su edición inmediata? ¿Acaso fueron
situaciones económicas, o políticas, religiosas o culturales?
En otros casos, ¿por qué un autor que suele ser tan optimista presenta
una obra con un trasfondo absolutamente sombrío? Quizás el prólogo
nos muestre que la salud del autor estaba debilitada, o que estaría
atravesando alguna crisis de orden personal, o que el estallido de una
guerra le hizo rever conceptos.
Lo importante es aclarar todos estos factores antes de adentrarnos en
el texto propiamente dicho.

Los objetivos particulares de la prelectura son:

a) Adquirir una noción general del texto: esto nos permitirá tener
un marco de referencia para incorporar luego las ideas
pormenorizadas.
b) Conocer el estilo del autor: nos referimos a la modalidad que
tiene el autor para expresar sus ideas generales. Distinguimos tres
estilos:
1) Inductivo: comienza con las particularidades para finalizar
en la idea general.
2) Deductivo: parte de la idea general para analizarla y
desmembrarla luego.
3) Combinado: utiliza las dos modalidades anteriores.
Conociendo el estilo del autor, sabremos dónde focalizar con mayor
precisión nuestra atención.

a) Conocer las posibilidades de adaptabilidad del material:


implica asegurarnos si el material se adecua a nuestras
necesidades o no. Por ejemplo, a través de una buena prelectura,
podremos saber si el libro nos sirve para preparar la conferencia
que tenemos que dar a un determinado auditorio.
b) Conocer el nivel en que fue escrito ese texto: cuando tenemos
una noción general de la obra, podemos decidir si estamos o no en
condiciones de profundizarlo directamente, si tenemos que acudir
previamente a otro material más accesible o si, por el contrario,
necesitamos alguno de nivel superior.
c) Adquirir elementos que nos permitan hacer una buena
selección bibliográfica: en el caso de que necesitemos elegir
alguna obra de varias que se nos presenten, deberemos tener esa
noción general de todas ellas para luego seleccionar.

Elementos a considerar en la prelectura.

Como hemos visto, la prelectura consiste en una ojeada breve y


general. Seguramente, Usted tiene un grabador, o un auto o una
máquina de fotos. ¿Recuerda qué fue lo primero que hizo cuando se lo
entregaron? Seguramente comenzó a tocarle todos los botones. ¿No
es verdad? Pues bien, es lo mismo que haremos con los libros:
“tocarles los botones”. Veamos ahora cuáles son esos botones y cuál
es el orden en que nos conviene probarlos.

A)

i. Título: porque normalmente coincide con el tema. Además, éste


puede darnos cierta información accesoria ya sea con respecto al
enfoque o de la posición ideológica del autor.
ii. Autor: fundamentalmente servirá para saber de antemano a qué
escuela pertenece o qué orientación le dará a la obra. En el caso de
desconocer datos sobre el autor, es de suma importancia recurrir a
bibliografías que nos enriquezcan con aportes para la cabal
comprensión del texto.
ii. Edición: nos interesará tanto la fecha como el lugar en que fue
editado para conocer si la obra es contemporánea o no, si existe un
defasaje entre el momento en que se escribió y su edición, si fue
escrito y editado en el mismo lugar, si son varias las ediciones, etc.

Hasta aquí nos hemos mantenido en la periferia del libro: título, autor
y edición se ven sin necesidad siquiera de abrirlo. En este examen
desechamos el material desactualizado, que no toca el tema, cuyo
autor no nos satisface, etc. Sigamos entonces con los libros que
restan.

B) ÍNDICES:

i. Índice analítico: aquí figuran los temas ordenados. Nos sirve para
ver más concretamente cómo, con qué profundidad y con qué
amplitud se trata el tema. Los títulos y la magnitud de los capítulos
nos dirán de la importancia que el autor da a los diferentes aspectos y
tal vez su opinión sobre ellos.
ii. Índice alfabético: en este caso aparecen por orden alfabético todos
los temas, autores y personajes que cita el autor y las páginas en que se
habla de ellos. De esta manera, se facilita la tarea cuando queremos
saber si el libro trata algún aspecto pormenorizado.
iii. Índice bibliográfico: figura en las obras más completas. Este
índice puede estar organizado de tres maneras:
1. General: bibliografía que utilizó el autor. Allí podremos ver las
fuentes en que se basa e inferir si es parcial u objetivo, erudito o
improvisado.
2. Recomendado: el autor nos recomienda una serie de libros y
materiales si deseamos estudiar el tema, además de aconsejarnos un
orden de prioridades.
3. Bibliografía conocida: podrá figurar toda la bibliografía que se
haya editado sobre el tema ya sea en el mundo o en determinado
idioma, la haya utilizado el autor o no. Esto significa una
importantísima guía para cualquier estudioso.
C) Toda la información sobre el libro que hay dentro de él. Dicha
información puede estar contenida en: solapas, contratapa, prefacio,
prólogo e introducción.
Generalmente el prólogo y la introducción suelen estar escritos por el
mismo autor. En el prólogo (en algunos casos el mismo autor escribe
el prefacio y del prólogo se ocupa otro) se explica el por qué y el para
qué de su trabajo, su metodología, etc. La introducción, en cambio,
trata del tema en sí.
La solapa, la contratapa y el prefacio, suelen estar escritos por terceros
y hablan sobre el libro y sobre el autor.
Aquí habremos dejado otra sección de material y con lo que aún nos
resta llegaremos a la última etapa.

D) Salteo de partes: permitirá obtener una muestra representativa del


libro. Para construirla deberemos leer:

a) Todos los títulos y subtítulos.


b) Todos los párrafos destacados.
c) Todos los resúmenes de capítulos que hubiere.
d) Primero y último párrafo de cada página y/o capítulo.
Elegimos éstos y no otros en primer término por razones de
simplicidad. En segundo lugar, porque sea cual fuere el estilo
del autor, encontraremos las ideas principales ya sea en el
primer párrafo (deductivo), en el último (inductivo), o en
ambos (combinado). Finalmente, al leer estos párrafos no
tomamos ideas sueltas sino, precisamente, párrafos dobles
que continúan la unidad de pensamiento.

El proceso de la prelectura es de fundamental importancia antes de


abocarnos al análisis profundo de cada idea del texto. Además, no
insume demasiado tiempo. Debemos calcular aproximadamente 10
minutos de prelectura por cada 150 páginas que tenga el libro.
Segunda etapa. Lectura analítica.

Antes de comenzar la lectura analítica hay que proveerse de lápiz y


papel para realizar un diagrama que reflejará luego el contenido de la
lectura. Para que el lector comprenda su funcionamiento lo
graficamos a continuación:

La idea general es la que obtuvimos en la prelectura.


Las ideas principales son las que surgen con la lectura profunda. El
lector debe leer hasta alcanzar la primera idea que considere principal.
En ese momento, debe anotarla en el diagrama con una sola palabra
que la represente.
Una vez obtenida la primera idea principal debemos seguir el
desarrollo que el autor hace de la misma. Los argumentos constituyen
el eslabón necesario para poder captar la idea principal.
El lector debe comprender en la forma debida las diferentes ideas y su
jerarquía.
Posteriormente, tendrá que anotar con una palabra las ideas
complementarias que son aquellas que amplían, definen o explicitan
la idea principal. Por último, agregaremos los detalles y subdetalles
que el autor expone sobre estos puntos.
A modo de resumen, existen tres requisitos para diagramar:
1) Clasificar las ideas de un material de estudio en: generales,
principales, complementarias, detalles y subdetalles.
2) Sintetizar dichas ideas en palabras claves representativas de las
mismas.
3) Diagramar según la unidad de idea, es decir, no seguir la exposición
en forma cronológica sino relacionando todo lo que corresponda a un
mismo concepto.

Tercera etapa. La revisión.

Esta etapa consiste en una lectura de control en la cual el lector


constata el diagrama. Esta lectura suele ser de una velocidad
intermedia entre la primera lectura (o prelectura) y la segunda (o
analítica).
El objetivo es detectar omisiones, detalles que están de más o realizar
cualquier otro tipo de corrección (cambio de palabras claves, ideas,
etc.).

Cuarta etapa: la repetición activa.

El alumno debe tomar el diagrama y realizar el proceso opuesto al de


la lectura analítica: a partir de las palabras claves, reconstruir lo leído.
Si las palabras claves elegidas permiten desarrollar el contenido del
libro, la técnica ha sido aplicada en forma correcta.
A menudo sucede que una palabra específica no produce la asociación
con el tema. Esto significa que la palabra no ha sido bien elegida o que
el tema no ha sido bien comprendido. Ante este problema, la solución
es cambiar la palabra clave o volver a estudiar el tema.
La repetición activa - expresar, comentar, escribir lo que se leyó o
escuchó - genera mejores resultados que la relectura pasiva.

Quinta etapa. La memorización.

Una vez completado y controlado el diagrama, debemos realizar la


memorización del mismo. Para ello, se debe aplicar el “método de la
cadena” explicado con anterioridad.

Sexta etapa. Técnica de repaso.

Es asombrosa la velocidad con la que se olvidan las cosas. Una vez


adquirido un conocimiento, en las siguientes ocho horas se produce
una gran disminución del saber sobre el mismo, más aún en lo que se
refiere a sus detalles y complementos. Posteriormente, también se
olvida pero en una medida menor. Podemos denominar a este proceso
“curva del olvido”.
Existen procedimientos de orden práctico para evitar sus efectos
negativos. En principio, es importante el repaso inmediato del
conocimiento recién adquirido (dentro de las ocho horas). Luego, los
repasos se podrán realizar semanalmente (según las posibilidades).
Cada repaso fortalece la cadena asociativa otorgándole mayor
flexibilidad y duración.

100%

Repaso Repaso

8 horas

100%

8 horas 30 días
Audiencia.

Cuando el ingreso de información a nuestra memoria se produce por


el canal auditivo, se requiere un método efectivo para mejorar la
capacidad de escucha.
Metodológicamente, en audiencia se aplican los mismo principios
que se usan durante la lectura.
El primer paso consiste en la observación atenta de la situación.
Luego, se debe traducir el lenguaje oral recibido de una fuente
determinada (orador, radio, TV, cine, música, etc.). al sistema
multisensorial mediante dos pasos:
1. Captar las principales ideas del orador, es decir, concentrarnos en
los significados antes que en los significantes a través de una tarea
continua de comprensión y análisis.
2. Transformar el mensaje resumido en una imagen multisensorial.
Este proceso deberá repetirse ante la aparición de cualquier concepto
nuevo que necesitemos retener relacionándolo siempre con el
anterior. Para ello, utilizaremos el método de la cadena. La
representación gráfica del proceso es la siguiente:
La concentración es la clave del éxito.

Un estudio de la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburg,


Pennsylvania, demostró que si se efectúan simultáneamente dos
actividades, la efectividad de cada una disminuye en el tiempo. Ante
la complejidad, dividir la atención genera el 85% de los accidentes ya
que no se puede desarrollar al mismo tiempo más que una función en
forma perfecta.
Frente al constante crecimiento de los estímulos caben dos opciones:
someterse pasivamente a ellos o atenderlos selectivamente según el
interés. Al eludirlos evitamos ser invadidos por ellos pero a la vez,
creamos una barrera que nos impide captar lo importante y descubrir
oportunidades. Para orientarse en una dirección, hay que salir del
automatismo y tomar conciencia.
Cuando prevalece la atención involuntaria, la mente - que es por
naturaleza vagabunda - se distrae cada 12 segundos (es decir, 300
veces en una hora). Es por eso que durante la lectura, con frecuencia es
necesario volver a párrafos anteriores.
Podemos imaginar a la mente saltando entre una figura y un fondo,
pero esa rotación puede provocarse de dos formas:
1) Por selección (desde adentro).
2) Por imposición (desde afuera).
El secreto consiste en saber cuándo aplicar o quitar filtros según
corresponda.
Existen dos tipos de concentración: la activa, que descubre
novedades, y la pasiva, que las enriquece mediante la reflexión y la
meditación en estrecho contacto con la memoria.
Los peligros de la concentración activa son: la obstinación, la
estrechez de miras y la falta de distancia. El mayor peligro de la pasiva
es el divague. Para evitar estas fallas, la receta es concentrarse durante
la acción y meditar antes de la decisión. El principio rector es saber lo
que se quiere, actuar en consecuencia y controlar los resultados que se
obtienen.
Los afectos juegan un rol prioritario en la dinámica mental, por eso,
hay que educarlos desde la infancia desarrollando la inteligencia
emocional como actitud. El interés es el componente intelectual de
la emoción. Si se lo cultiva, conectándolo con el deseo primario,
produce el entusiasmo y la pasión. Sin equilibrio entre razón y
emoción, la mente opera en un vacío, sin brújula orientadora. Es
entonces cuando aparecen vicios como apelar a la “fuerza de la
voluntad”. Sin claridad en lo que se desea, no hay motivación; sin un
propósito definido, no hay constancia en la decisión.
La peor solución es el autoengaño porque no permite enviar señales
claras al cerebro. Lo que se reprime o el obstáculo, aparece luego
como una atracción fatal que produce una fijación negativa en ideas
parásitas. En cambio, la concentración perfecta hace concordar la
intención y la acción en un estado ecológico de flujo donde el logro se
alcanza sin esfuerzo.
La tensión es el enemigo número uno. Cuando se produce por un robo,
una pelea, etc., la energía pasa del cerebro al corazón y a los músculos.
La respuesta se asocia a una emoción violenta. El tipo de vida
moderna lleva a una tensión crónica con enemigos imposibles de
combatir como el desempleo, las drogas, la corrupción, la
contaminación, etc. El estado de angustia está latente y no permite
identificar su causa.
Por lo tanto, es cada vez más importante aprender cómo funciona la
mente para operar ante situaciones de creciente dificultad. Esta es la
gran deuda del sistema educativo formal que no enseña cómo
producir la propia energía, la que se logra comparando el ideal con la
coyuntura, haciendo de cada defecto una virtud, “recargando las
baterías” a través del relax y de la respiración profunda que permite
que la sangre circule por las venas y transporte por el cuerpo el espíritu
innovador de la creatividad.
El secreto está en dejar de reaccionar ante lo que pasa y elegir el futuro
que se anhela, manteniendo así la ruta seleccionada. Si se empieza por
educar a la mente, la concentración hará la diferencia.

Gimnasia cerebral

Los lóbulos frontales permiten construir proyectos, adquirir la


conciencia y la libertad que nos expulsó del Paraíso. De esta manera,
podemos escapar del condicionamiento biológico y contrastar la idea
de Albert Einstein: “Dios no juega a los dados”. Así seremos los
arquitectos de nuestro propio destino.
La sustancia gris está compuesta por 100.000 millones de neuronas
que integran una cadena. En 5 sinapsis o puntos de encuentro, esta
cadena se comunica con las neuronas (o cadenas) más lejanas en
milésimas de segundo. Las que se descargan juntas, se conectan entre
sí. Las que no participan, desaparecen. De ahí la importancia de la
gimnasia mental.
El cerebro se construye a partir de nuestras acciones. La ventaja es que
podemos realizar una gimnasia mental ya que el cerebro, como
“hardware”, acepta una imagen como si fuera un hecho. Por ejemplo,
el que escribe en un teclado sólo con su dedo índice aumentará la
representación del mismo en el cerebro. Imagine que se agacha, toma
una pesa y la levanta 10 veces. Su cerebro, activará el área de
movimiento. Este método es usado por deportistas profesionales para
programar mentalmente su rendimiento, y también lo utilizan los
publicistas para unir marcas con emociones.
La clave es la concentración. Los lóbulos frontales realizan una
selección pero el problema es cómo sostener la atención, cómo
desconectar o bajar el volumen de las otras áreas, cómo aprender y
luego delegar la rutina. Lo importante es que la elección sea hecha
desde adentro y en función de los deseos.
El cerebro tiene sistemas autónomos que pueden ayudarse entre sí.
Por ejemplo, si a Ud. le preguntan “¿cuántas ventanas hay en su
casa?”, el hemisferio izquierdo realiza el cálculo mientras que el
derecho visualiza.
Luego de los 25 años perdemos 50.000 neuronas por día. Al envejecer
disminuyen los reflejos y los intereses, pero estos efectos pueden
evitarse. La actividad física genera neuroestimulantes. Si bien la
educación puede ser otro incentivo, es la experiencia en forma de
inteligencia cristalizada la que mejora con los años. Por ejemplo, las
personas mayores suelen destacarse por tener una mayor capacidad de
análisis, recordar sus obligaciones y ser más cuidadosas.
El cerebro mejora con su uso: cuando se pierden neuronas hay
millones, intactas, que esperan su oportunidad. La juventud es
relativa a la esperanza. Pablo Picasso pintó hasta después de los
90 años.
La fuerza bruta de la inteligencia juvenil se compensa con la ecología
mental. El cerebro que ya ha “aprendido a aprender” rejuvenece
cuando practica ante situaciones nuevas, puede jugar a decodificar lo
percibido, almacenarlo y recuperarlo.
El método consiste en anticiparse o efectuar una prelectura,
preguntándose qué es lo que se sabe sobre un tema determinado.
Luego, es necesario leer activamente y contestar las preguntas,
evaluar lo aprendido y testear el recuerdo. Finalmente, la actitud
emocional es básica: hay que sentirse joven.
La gimnasia humana más importante es la lectura, que es el motor de
la civilización y la cultura. Los genes nos brindan los instintos,las
reacciones y los movimientos necesarios. El tallado del alfabeto en el
cerebro es entonces la victoria de la mente y del espíritu sobre la
materia. Los genes, que especifican nuestro comportamiento, han
dejado para el cerebro la sensibilidad ante la experiencia.
Contando con ese capital intelectual, la vida se transforma en el
gimnasio del cerebro. Por lo tanto, es muy importante evaluar a qué
nos dedicaremos durante los próximos veinte segundos. La vida
episódica pasa sin dejar huellas. La sistémica, en cambio, tiene un
objetivo y busca alcanzarlo aprovechando cada instante como una
oportunidad. Mantener ese interés y el contacto social son sus
ingredientes básicos.

Educar la creatividad.

La educación formal y su tendencia enciclopedista (que enseña a


manejar el texto pero no a pasar al contexto) se caracterizan por crear
un círculo cerrado, apartado de lo real, que sirve solamente para
graduarse o aprobar exámenes. En este sentido, el estudio formal no
garantiza el éxito en la vida ni enseña a gestionar el saber para
alcanzar los objetivos deseados; es más, hasta puede convertirse en un
verdadero obstáculo de la creatividad y en un freno para el desarrollo
de individuos creativos. El criterio imperante es el del “individuo
adaptado”: se privilegia al alumno estudioso, memorioso
y no al inquisitivo o investigador. Cuántas veces se oye decir
despectivamente que “un niño inventa cosas”, como si al hacerlo
estuviera infringiendo una norma social. Esto ocurre porque quien
inventa, de alguna manera, pone en tela de juicio algo que hasta ese
momento es aceptado. Este fenómeno se verifica hasta en la ciencia,
por eso se habla de “ciencia normal” o “revolucionaria”: los
científicos se adaptan a las teorías que profesan como un acto de fe y
luego no se atreven a cuestionarlas; entonces, los paradigmas se
convierten en lentes que les impiden ver hechos nuevos. Por lo tanto,
terminan barriendo la basura debajo de la alfombra.
En ese contexto, la personalidad del creador es vivida
persecutoriamente, como una amenaza.
Indudablemente se impone un cambio y se hace necesaria una
educación para la creatividad, en la que los alumnos puedan descubrir
hechos, experimentar y reflexionar con autonomía sobre el contenido
de las experiencias. Debe existir una actitud más abierta y menos
dependiente del maestro o de los conocimientos vigentes, ya que la
verdad es una ilusión o una antorcha que los seres humanos se pasan
entre sí de generación en generación. El maestro debe convertirse en
un estimulador permanente de la libre iniciativa y de la producción de
nuevas ideas porque se impone un cambio trascendente en su figura
para que ocupe un nuevo rol: el de fomentar la creación. Su función
será, entonces, la de ayudar al alumno a desarrollar su individualidad,
su independencia, y a evitar las conductas estereotipadas, producto de
un conformismo que malogra, para la sociedad las posibilidades
creativas de sus miembros.
Por otra parte, doscientos años de empleo han generado la
“mentalidad de empleado”, caracterizada por la dependencia hacia
una autoridad, ya se trate de un “papá empleador”, del Estado o de
otras personas. Esta mentalidad puede asemejarse a la mentalidad del
estudiante, quien a menudo estudia para aprobar antes que para
aprender.
Para que el hombre sea libre hay que reflotar el verdadero sentido de la
palabra educación, que proviene de educcare y significa “sacar de
adentro”. No se trata de correr la carrera de la información sino de
enseñar a aprender las “4 A”:
• Aprender a ser el individuo único que cada uno es para
autoconocerse y elegir los proyectos desde el interior de uno
mismo.
• Aprender a aprender para dominar las técnicas de
aprendizaje conociendo las mejores y más eficaces
metodologías y asumiendo como objetivos el
perfeccionamiento y la educación permanente.
• Aprender a hacer espiritualizando la acción y la creatividad
para poder transformar el capital intelectual (el saber) en el
querer, es decir, en los resultados buscados.
• Aprender a convivir formando parte de equipos altamente
competitivos basados en el respeto mutuo y en cómo
complementar las mentes creativas, analíticas,
procedimentales y armonizadoras para generar el capital social
que representa la sumatoria de las relaciones productivas que
cada persona debe saber construir y conservar a lo largo de la
vida.

Para finalizar este capítulo, le proponemos realizar los tests y


ejercicios que encontrará a continuación.
EJERCITACIÓN

Breve test de memoria:

1) Recordar conceptos en orden. Lea una sola vez las siguientes


palabras y luego intente recordarlas en el orden correcto.

SOMBRERO - PERRO - LAGO - ALMOHADA PANTALLA -


VÍBORA - SOGA - PRESIDIARIO - LAPICERA - PLATO.

2) Mantener la concentración. Lea una sola vez el siguiente texto


en inglés y cuente mientras lee el número de efes ("F") que posee

FINISHED FILES ARE THE


RESULT OF YEARS OF SCIENTIFIC
STUDY COMBINED WITH THE
EXPERIENCE OF YEARS

3) Usar la memoria con inteligencia. ¿Cuál era la montaña más alta


antes de que se descubriera el monte Everest?

4) Dibujar para recordar. Utilizando solamente círculos y rectas


dibuje las siguientes palabras:

OBEDECER - DESESPERACIÓN - TRIUNFO - VEJEZ.


Respuestas correctas:

1) Sume un punto por cada palabra recordada en el orden correcto.


2) Son 6 efes.
3) Era el monte Everest sólo que todavía no había sido descubierto.
4) Estos son los dibujos recomendados:

Obedecer Desesperación Triunfo Vejez.

Una técnica de memoria para recordar palabras:

Para recordar perfectamente las 10 palabras del punto 1del test,


realice el siguiente ejercicio:
Póngase el sombrero. El sombrero lo tiene puesto el perro. Vea al
mismo perro en el lago. La almohada está en el lago. La almohada
está en la pantalla del cine. La víbora aparece en la pantalla del cine.
Una soga ata a la víbora. La misma soga ata al presidiario. El
presidiario toma una lapicera. Esa lapicera está en el plato. Usted
toma el plato. Ahora intente recordar las 10 palabras en su orden
perfecto.
Gimnasia mental para la memoria:

Para internalizar los principios enseñados sobre memoria,


concentración, audiencia y métodos de estudio realice siempre que
pueda esta rutina:
1. Para aprender las técnicas asociativas trabaje con el circuito cerrado
de la técnica numérica:
a) Memorice con precisión los números desde el 00 hasta el 100.
b) Con ellos realice ejercicios de cadenas y enganches.
2. En el plano de lo real, aprenda a concentrar la mente en el momento
de la experiencia. No trabaje en diferido sino conectado “on-line”
con la situación.
a) Saque fotos mentales de todo lo que le interesa recordar, personas
que conoce, sitios y problemas que debe resolver.
b) Registre sus fotos o su representación verbal o gráfica en un archivo
en su PC (que actuará como el espejo de su mente).
c) Realice asociaciones de las fotos con sus nombres siguiendo las
técnicas recomendadas.
d) Controle su memoria con la ayuda del “espejo de la mente” o back
up.

Ejercicio simple de aplicación combinada del método de estudio y


memoria:

1. Clasifique las siguientes palabras para que representen la idea


general, las principales y las complementarias: Vaca - Serpiente -
Mamíferos - Animales - Perro - Reptiles - Cocodrilo.
2. Realice el diagrama.
3. Memorice el diagrama aplicando el método de la cadena.
4. Luego de finalizar todos los pasos, controle la solución.
Respuesta correcta:

1 y 2)

3) Cadena sugerida:

a) Imágenes de la idea general y de las principales:


Animales (imaginamos diferentes especias sueltas en el Zoológico).
Mamíferos (sustituimos a mamíferos por “Mami”).
Reptiles (vemos una gran variedad de reptiles que se mueven por la
tierra).
b) Encadenamiento de la idea general con las principales:
Mami está en el Zoológico.
Mami está en el medio de los reptiles que se mueven por la tierra.
c) Imágenes de las ideas complementarias:
Tomar como imágenes las reales de esos animales.
d) Encadenamiento de cada idea principal con las complementarias:
1) Mami está montada sobre la vaca.
El perro está al lado de la vaca.
2) Entre los reptiles que se mueven por la tierra aparece una enorme
serpiente. El cocodrilo abre su boca por la que entra la serpiente.
e) Control del proceso.
Evoque los encadenamientos realizados sin mirar el diagrama.
TERCERA ETAPA: EXPRESIÒN

I. ORATORIA

A) LA COMUNICACIÒN

Introducción

Saber comunicar es el medio fundamental para obtener resultados. Sin


embargo, este objetivo no está reforzado por el sistema educativo:
donde la primera infancia recorremos kilómetros y kilómetros de
lectura o de recepción pasiva ante la televisión, pero transitamos metros
en la práctica de la expresión.
Por eso se siente inseguridad al enfrentar el uso de la palabra en
diferentes situaciones que escapan a la conversación cotidiana: ya se
trate de un examen, de una pregunta fuera de contexto, de hablar frente a
un auditorio o de exponer ante los medios.
En la sociedad moderna, la comunicación ha asumido un papel
protagónico. El problema de las distancias se ha superado a través del
extraordinario desarrollo digital y de las telecomunicaciones. El nuevo
desafío consiste en aprender a manejar estos cambios. Ahora, la
oportunidad está en sincronizar el sistema nervioso humano con el
digital para aumentar la potencia de ambos en un marco sistémico.
En el mundo vertiginoso en que vivimos, a una persona no se la
reconoce por lo que es o por lo que sabe sino por lo que demuestra.
Ningún examinador puede ingresar en la mente del examinado para
conocer lo que efectivamente está ocurriendo sino que debe basarse en
lo que percibe de él. Si los procesos inhibitorios bloquean el circuito que
vincula al pensamiento con la palabra, el emisor pierde posibilidades ya
que no existe una segunda oportunidad para brindar una primera buena
impresión.
Por lo tanto, es necesario progresar en dos direcciones. Una interior,
dirigida al autoconocimiento de las capacidades expresivas, deseos y
aptitudes (de manera que nos permita potenciar las fortalezas y
transformar nuestros defectos en virtudes). Otra exterior para canalizar
los recursos hacia objetivos concretos (ya que toda situación de
comunicación se presenta tanto como una posibilidad de éxito-
oportunidad como de fracaso-amenaza)
Al problema de la falta de entrenamiento o gimnasia de la palabra se
suma esta inhibición psicológica para hablar en público o miedo
oratorio. El miedo, hasta cierto punto, es positivo porque supone un
interés por el receptor y su valoración. Desde esta perspectiva es una
señal de responsabilidad, pero cuando sobrepasa ese umbral, actúa en
sentido contrario inhibiendo la acción.
El método ILVEM enseña al orador a enfrentar ambas instancias a
través de la ejercitación y de un marco teórico que permiten superar el
temor mediante el desarrollo de una creciente autoestima, el capital
invisible que condiciona la puesta en práctica de los proyectos
personales. La autoestima responde a la pregunta: ¿me quiero mucho,
poquito o nada? Una baja autoestima empobrece las metas; si es alta,
conduce a un círculo virtuoso.
La comunicación se integra también como factor básico de una
estrategia de marketing personal. Ante la crisis del empleo cada persona
debe aprender a desarrollar su propio proyecto, y necesita contar con el
rol persuasivo de la comunicación como aliado estratégico en el proceso
de obtener resultados. La palabra es la manifestación más elevada de la
naturaleza humana, expresa un concepto que puede generar otras ideas.
En este sentido, la comunicación conecta las partes más profundas del
ser con el mundo externo, materializando lo abstracto en mensajes
concretos, ayudando a conquistar los objetivos que se desean alcanzar.
El arte de hablar y escribir correctamente ha sido definido como
Gramática. Sin embargo, muchas personas que conocen sus reglas con
exactitud, no poseen facilidad de expresión. Pero lo que no se usa se
pierde, y el equilibrio sólo puede recuperarse mediante el entrenamiento
de las habilidades de comunicación.
Es por eso que desde hace algunos años surgió la conciencia de una
oratoria práctica que , conservando los elementos de la Retórica (el arte
del buen decir), se introdujo en las variables más importantes de la
conducta humana
La Psicología, la Sociología, la Filosofía, las Ciencias de la Educación y
otras disciplinas humanísticas importantes aportaron elementos que
permitieron el avance de la oratoria.
Hoy, ya como materia independiente, cuenta con una base sólida para
afirmar que la capacidad de expresión puede mejorarse mediante
principios y métodos específicos. Las Técnicas de comunicación oral y
escrita permiten desarrollar las habilidades expresivas, potenciar la
capacidad creativa para generar ideas y contenidos, aprender a
organizarlos de un modo eficaz, y adquirir las herramientas necesarias
para producir mensajes claros y precisos que se adecuen a las
características de cualquier situación o de cualquier auditorio.

El proceso de comunicación.

Las posibilidades de comunicación humana son diversas. Además de la


forma verbal, puede darse a través de gestos, colores silencios, gráficos,
sensaciones corporales, el arte, las acciones directas y todo aquello a lo
que las personas pueden asignar un significado.
Cualquiera sea el estilo comunicacional, se necesita un emisor que
tenga un propósito y lo exprese, un mensaje en el que codifique sus ideas
y que circule por un determinado canal hasta llegar a u receptor que
decodifique ese mensaje. Es importante destacar que la relación entre el
emisor y el receptor es interdependiente, o sea, que las respuestas del
receptor modifican las reacciones del emisor y esto a su vez
retroalimenta un proceso constante entre ambos: es lo que se llama
feedback.
La comunicación intenta producir respuestas pero para lograrlo se
requiere efectividad-en el sentido de apuntar al objetivo-y eficiencia
para la adecuada utilización de los instrumentos.
En este aspecto, es fundamental determinar quién es el receptor
independientemente de aquellos que puedan intervenir de manera
casual.
A su vez, el propósito puede tener un fin en sí mismo cuando el emisor o
el receptor se satisfacen con la simple producción de la comunicación, o
bien instrumental, cuando existe una segunda intención.
Es importante señalar que los propósitos existen tanto en el emisor
como en el receptor: cuando no coinciden es muy probable que se
interrumpa la comunicación.
Las dificultades en la comunicación pueden presentarse tanto en la
interpretación de lo real como en los términos que lo expresan. La
relación entre lo real y su representación es como la que existe entre un
mapa y un territorio. Cada persona construye su mapa como un registro
o archivo de lo que ocurrió, pero esa representación no es el territorio, es
decir, no reemplaza a la realidad.
Los límites en el lenguaje son también límites mentales pues impiden
expresar los estados internos y modificarlos. Es el caso de la persona
que sólo puede expresarse en términos de sentirse bien o mal.
La técnica del lenguaje sugestivo o ambiguo, generador de experiencias
sensoriales, es utilizada para explotar y explorar los recursos que el
interlocutor posee y que se manifiestan en su capacidad de imaginar.
Cuando altera su modalidad sensorial, entra en un proceso creativo
porque cambia su punto de vista.
La palabra genera una toma de distancia sobre el suceso. En todos los
procesos de superación personal es importante trabajar sobre las
representaciones. Al visualizar los objetivos en términos sensoriales y al
compararlos con la situación actual, se consigue programar los recursos
personales en la dirección deseada.
Así, la imagen positiva del logro propone un comportamiento ganador,
apelando a una realidad sensorial antes que a valores o creencias
abstractos.
El poder del hombre proviene del efecto mágico de la palabra. Como
abracadabra, ella abre lo que está cerrado. En el inicio de la creación
todo fue el verbo, es decir, la palabra.
La palabra produce acciones. Un decreto cambia el mundo físico: ¡SE
CIERRAN LAS IMPORTACIONES!, ¡PROHIBIDO DESPEDIR!,
etc. La clave del lenguaje es que conecta personas con personas y no con
cosas. Motivando, la conversación produce impactos emocionales
además de físicos.
El hombre es el único habitante del planeta que se pregunta por el
significado del ser. Y si puede interrogarse es gracias al lenguaje, que lo
hace humano y es su morada.

B) LOS PRINCIPIOS DE LA ORATORIA.

Hoy, la oratoria se encuentra en condiciones de afirmar que la capacidad


de expresión puede mejorarse mediante principios que podemos
clasificar de la siguiente manera
a) Principios conectados con el tema:

1. NO ABANDONAR EL TEMA: La disertación debe tener un


objetivo y hay que avanzar hacia él en forma progresiva. Sin embargo, existe
el peligro que al enriquecer la charla con ejemplos y referencias, el disertante
se aparte del tema central. Es necesario que el orador persista en su tema,
evitando al mismo tiempo interrupciones cuando éstas deriven la cuestión
hacia temas tangenciales.
2. ORIENTACIÓN: Los aportes de los oyentes resultan muchas
veces positivos y ayudan al orador. Pero en ciertas ocasiones, hacen que el
discurso entre en un cauce trivial, o se aparte del primitivamente propuesto.
Existen procedimientos para encauzar la conversación que puede utilizar el
orador, por ejemplo decir».. sus palabras me traen a colación , o»...»eso me
recuerda...». Cualquier procedimiento empleado debe ser cuidadosamente
escogido a efectos de no ofender al oyente.

3. IDEAS Y TEMAS: Las primeras surgen en función de la


experiencia y de la habilidad para manejarla. La persona que tiene ideas
puede apelar a ellas en cualquier momento. No se puede sostener una
conversación si no se tiene algo que decir; todos tienen una interesante gama
de conocimientos, pero generalmente permanecen latentes y sin utilización.
En cuanto al tema, debe ser uno sobre el que el orador tenga una
posición formada, que pueda hablar con autoridad y que al mismo tiempo le
apasione De todo se puede hablar, mas los temas debe buscarlos el orador
dentro de si mismo, más concretamente debe recurrir a:

a) Sus experiencias
b) Sus creencias
c) Sus estudios
d) Sus proyectos
e) Sus emociones
f) Sus sentimientos
g) La experiencia ajena

4. DAR EJEMPLOS: Generalmente el orador trata que su discurso


“penetre” fácilmente en el auditorio, y choca con el inconveniente de la
abstracción de sus ideas. La correcta ejemplificación, con relatos y objetos
concretos, soluciona el inconveniente y clarifica la exposición.
Un orador puede decir “Los escritores argentinos son muy
inteligentes”. Podría suceder que algún oyente conozca algunos escritores
que no participen de esa cualidad, y no creyeran en el juicio del orador.
Entonces sería más correcto decir “Los escritores argentinos, como por
ejemplo NN, XX, etc., son muy inteligentes”. Además podría aportar
algunos datos sobre la personalidad de esas figuras que refuercen su
concepto sobre ellos.

5. COMPARACIONES: Este principio consiste en buscar elementos


conocidos por el auditorio, que tengan analogía con el tema del orador. La
comparación puede ser, por ejemplo, entre el funcionamiento de un radar y el
rebote de una pelota o “es tan inquisitivo como un rayo X“, o “es tan alto
como un obelisco”, etc.

6. CONTRASTES: Su uso tiene los mismos efectos que el principio


anterior, pero se basa en el caso inverso. Es decir debe buscarse alguna
relación llamativa entre dos elementos para llamar la atención del auditorio.
Por ejemplo el siguiente relato: “hace 70 años se encontró en un lago de la
India un terrible monstruo que medía 1.20 metros de largo, 15 de ancho y 22
de altura, siendo su peso aproximado de 100 toneladas, pero su cerebro
apenas tenía el tamaño de una bola de billar”.

7. ESTADISTICAS: Su perfecta utilización constituye una valiosa


ayuda para el orador. Sin embargo, una gran cantidad de datos estadísticos
intercalados en la exposición puede llegar a aburrir al auditorio, por lo cual
éstos deben ser utilizados con un criterio adecuado.
Un buen recurso es dramatizar las cifras, diciendo, por ejemplo, que a
EE.UU. le cuesta un millón de dólares matar a cada Vietcong, o la cantidad
de átomos que entran en la cabeza de un alfiler, o el tiempo que tardaría una
tortuga en atravesar el territorio argentino.

8. DETALLES: Su eficiente uso de brillo a la exposición, pues


presenta un paisaje muy difícil de olvidar. Una misma disertación puede ser
enfocada como un relato objetivo de los hechos, o matizada con una serie de
detalles que amplíen o mejoren la exposición.
Sin embargo, la experiencia ha demostrado que el uso incontrolado de
los detalles produce aburrimiento y alejamiento de la idea central. Veremos
dos maneras de decir lo mismo, con la diferencia del uso de detalles.

Ejemplo 1: “Recién cuando el vecino me avisó, me di cuenta del incendio de


la casa contigua a la mía”. Fue un gran desastre, especialmente por las
pérdidas materiales. Por poco no hubo víctimas.
Ejemplo 2: (con detalles) “Dormía plácidamente en mi habitación cuando
golpearon desesperadamente a mi puerta. Con poca dificultad y rabia me
levanté de la cama y llegué hasta la puerta. Al abrirla, vi a mi vecino haciendo
gestos que no comprendía. Luego de un instante se tranquilizó y me avisó
que se incendiaba la casa de pensión contigua a nuestro edificio. Recién al
mediodía los bomberos lograron controlar el fuego: el cuadro era tremendo.
El efecto del fuego y del agua, había destrozado y arruinado todo el
mobiliario de la casa; nada quedó en pie. Pero afortunadamente al iniciarse
las primeras llamas, los inquilinos de la pensión alcanzaron a huir, salvando
así milagrosamente sus vidas”.
Como se puede apreciar, existe una gran diferencia entre estos dos
discursos. Pero también en este párrafo se aprecia que el uso incontrolado de
detalles podría resultar negativo.

9. TESTIMONIOS: En los discursos basados en relatos o


informaciones, es necesario valerse de testimonios que aseveren la
veracidad de lo expuesto. Estas pruebas deben ser por supuesto, conocidas
por el auditorio. Otra forma de utilizar testimonios es la referencia a
opiniones de personas importantes o muy conocidas, lo cual produce un
respeto por la información transmitida.

10. CRECIMIENTO DE LA IDEA: El orador debe pensar


continuamente en las posibles mejoras y ampliaciones que pueden tener sus
ideas. Ya se encuentre en su trabajo, en su hogar, o en cualquier instante,
pueden acudir a su mente pensamientos que enriquezcan sus ideas. De esta
manera las charlas adquieren un tinte auténticamente personal, al darle al
inconsciente la posibilidad de hacer conexiones ingeniosas. Todo nuevo
aporte a nuestra idea, debe ser anotado esquemáticamente a efectos de
recordarla posteriormente.

11. INDIVIDUALIDAD: EI principio anterior estaba dirigido a la


individualidad del discurso, que significa no copiar pensamientos ajenos
sino hacer crecer las propias ideas hasta transformarlas en creación
individual. En primer lugar las ideas deben buscarse dentro de uno mismo,
tal como vimos en el principio correspondiente. Pero también se puede
motivar el crecimiento de la idea, organizando debates y discusiones con
amigos y rescatando lo positivo de los pensamientos de otras personas.

12. ORGANIZACIÓN DEL MATERIAL: Dada la importancia


fundamental que reviste este principio, hemos dedicado una clase especial
en este tomo a su estudio, y a ella nos remitimos.
13. CARACTERÍSTICAS DEL AUDITORIO: El conocimiento de las
características del grupo ante el cual el orador debe exponer es tan
importante que llega a decir la forma y el fondo de los discursos. Los datos
que interesan del auditorio son entre otros, su interés por el tema (el porqué),
su nivel social, económico, educacional, intelectual, etc. De todos estos
elementos el orador debe inferir cuál será la probable reacción del grupo ante
él (hostil, neutro o amistoso).

“La capacidad del auditorio define la profundidad con que se


exponen los temas”.

14. LENGUAJE UTILIZADO: Relacionado con el principio anterior,


consiste en las características del léxico a utilizar. Este puede ser técnico,
científico, simple, etc. La elección está determinada por el tipo de auditorio.
Una conferencia sobre anatomía será expuesta con diferente lenguaje, según
si el auditorio es de profesionales médicos, o de estudiantes secundarios.
A continuación expresamos un concepto económico con palabras técnicas y
luego con léxico común a fin de verificar las diferencias entre ambos.

Ejemplo 1: “En competencia perfecta, el precio está dado por la intersección


de las curvas de la Oferta y la Demanda, proyectadas sobre un eje de
coordenadas cartesianas”.
Ejemplo 2: “Cuando se conocen todos los compradores y vendedores, y
ninguno de ellos puede fijar el precio por su cuenta (competencia perfecta),
dicho precio es establecido como si hubiera un acuerdo tácito entre las dos
partes, y ninguno lo modifica”.

15. ADAPTABILIDAD: Una vez que el orador conoce perfectamente


el tipo de auditorio que le ha tocado, debe estar facultado intelectualmente
para adaptarse al mismo. Los oradores experimentados tienen un sentido
especial para adaptarse a los cambios anímicos del auditorio durante el
discurso. Un aspecto muy relacionado con la capacidad de adaptarse a
nuevas circunstancias en el discurso es el dominio de un principio muy
importante: la improvisación.

16. IMPROVISACION: Siempre esta la posibilidad que en algún


momento, cualquiera puede hablar sobre un tema que previamente no
conocía. En estos casos debe improvisarse. Sin embargo, la improvisación
nunca es total, siempre se acude a algún elemento adquirido con
anterioridad. Pero esta experiencia hay que saber utilizarla, y un método
sencillo y práctico es:
a) Estar mentalmente preparado para improvisar en cualquier reunión,
b) Relacionar rápidamente el tema con alguna referencia personal.
c) Relatar la experiencia y luego continuar con el desarrollo del discurso.
d) Le proponemos algunos temas para desarrollar en un minuto:

EL FRÍO, LA DESOCUPACIÓN, LA INDIFERENCIA, EL FÚTBOL,


LA PINTURA, LA MÚSICA, LOS CRÉDITOS, LA ROPA DEPORTIVA,
LA PUNTUALIDAD, LOS JUBILADOS, LA INFANCIA EN LAS
CALLES, LA CIRUGÍA ESTÉTICA, EL MATRIMONIO, LA FAMILIA.
Supongamos que a un orador le piden que hable sobre los “Ruidos
molestos” en una reunión a la que concurrió sin saber que debería exponer
ese tema. Siguiendo las técnicas descriptas, debe empezar. “Hace unos
quince días, me encontraba en la casa de un amigo; un departamento sobre la
calle Viamonte en un primer piso. La cercanía a varias oficinas públicas,
especialmente los Tribunales, y la hora de gran movimiento de vehículos,
hacían de esta visita algo insoportable”. Luego le resultaría muy sencillo
esbozar una critica a los ruidos molestos y sintetizar los conceptos
fundamentales sobre el tema.
Un orador que cultive el arte de la improvisación habrá desterrado la
rigidez e inflexibilidad en sus exposiciones.
Existen algunos ejercicios que ayudan a mejorar la capacidad de
improvisar.

a) Desarrollar diariamente cinco temas distintos durante un minuto cada


uno, sin preparación anterior.
b) Reunirse con un grupo de amigos y practicar el cuento encadenado, que
consiste en un relato comenzado por algunos de los presentes y
continuado sucesivamente, sin pausas, por los demás uno a uno.
c) Otro ejercicio, en grupo, consiste en agregar ideas a un concepto
central. Por ejemplo, que cada uno diga un pensamiento distinto al de los
demás, referido a un objeto o situación.

17. OCASION: Es un principio de la oratoria conocer la ocasión y


circunstancias en que se desarrollará el discurso. Son puntos importantes a
tener en cuenta por el orador los siguientes:

a) Naturaleza de la ocasión
b) Tiempo acordado para exponer
c) Tamaño, acústica y ayudas visuales en la sala
d) Cantidad de oyentes
e) Si es único, o de lo contrario en qué orden hablará
f) Temas que tocarán los demás oradores, si los hay.

18. SINCERIDAD: Todos los conceptos que vierta el orador, deben ser
fiel reflejo de su forma de pensar.
Para ello, juega un papel fundamental la elección del tema, pues debe
ser uno realmente sentido por el orador. Esto da una dosis afectiva al discurso
que despierta un interés en los oyentes muy superior al mero conocimiento
intelectual del tema por el expositor.

19. CONFIANZA: Es condición necesaria para no fracasar como


orador. La forma para lograrla está desarrollada en una clase especial de este
tomo, a la cual nos remitimos (El Miedo Oratorio, como enfrentarlo).

20. IMAGINACION: El buen orador debe tener una buena dosis de


imaginación. Es una facultad que permite tener nuevos matices a nuestras
ideas.

21. SENTIDO DEL HUMOR: Es un arma, que sabiéndola utilizar, se


convierte en un gran aliado del orador, al despertar y mantener la atención de
los oyentes. En un capítulo de este tomo el lector encontrará mayores
explicaciones sobre el discurso humorístico.

22. SENSIBILIDAD: Constituye la posibilidad de emocionarse


durante la disertación; no debe confundirse con sensiblería, no debe
abusarse de este elemento, sino utilizarse como un toque oportuno. sincero,
justo y certero. Es necesario elegir el momento adecuado para la pincelada
emotiva.
El buen orador debe realzar sus sentimientos: para lograrlo debe relatar
alguna experiencia en primera persona pues el auditorio siempre quiere
saber que siente el orador. No finja sentimientos. pero tampoco los reprima si
son auténticos.
“El puente se establece más de corazón a corazón que de cerebro a cerebro”.

23. SENTIDO COMUN: Es un elemento indispensable para no caer en


el ridículo o en las excentricidades. No sólo debe darse en el nivel de las
ideas, sino también en la presencia física (vestimenta, poses, movimientos
etc.).
Oradores con gran material teórico y buenas técnicas fracasan por falta
de criterio y sentido común.

24. MEMORIA: Sin ella jamás se llega a ser un buen orador. Dada la
importancia de este tema, aconsejamos al alumno consultar las
explicaciones que sobre el particular damos en nuestro tomo “Memoria”
(Aplicación a la Oratoria) y este mismo ejemplar en la parte correspondiente
a Organización del discurso.

25. HONESTIDAD: Es un aspecto que a pesar de su gran importancia


no requiere mayores comentarios. Sólo cabe destacar que el orador debe
siempre debe actuar con la verdad, sin ocultamientos ni falsedades.

26. MODESTIA: Si bien el orador debe dar una imagen excelente de su


figura, nunca debe abusar de la ignorancia del auditorio, ni subestimarlo
jamás.

27. ENTUSIASMO: La mayoría de los éxitos se deben más al


entusiasmo que a la capacidad. Muchas veces puede compensarse un bajo
conocimiento del tema con una amplia dosis de entusiasmo. Por el contrario,
oradores sin ese poder, fracasan a pesar de su gran capacidad.

28. POSICION: Es un principio muy vinculado a los restantes y


condiciona el éxito de la exposición. Es aconsejable eliminar la rigidez física
durante la disertación, mediante una correcta movilización y utilización de
manos, ojos y rostro.
Los gestos espontáneos permiten lograr soltura mental y emocional,
factor importante de desinhibición, al mismo tiempo que mantienen al
auditorio interesado. Muchos errores en la posición pueden descubrirse
practicando frente a un espejo.
Las manos caídas a los costados, la mirada floja y la distensión son los
puntos fundamentales a tener en cuenta. Debe siempre evitarse tener en las
manos objetos que puedan desviar la atención de los oyentes. Pero en
aquellas circunstancias, en que es necesario valerse de ayudas visuales u
otros elementos, hay que darles un tratamiento especial: no mostrarlos hasta
que estemos dispuestos a usarlos; en ese momento, todos deben verlos y la
disertación debe dirigirse al auditorio y no a esos objetos. Cuando termine la
necesidad de utilizarlos, deben ser guardados de modo tal que nadie los vea
(evitando distraer la atención de los oyentes).
El orador debe programar exactamente el uso de pizarrones, cartulinas,
diapositivas, etc., definiendo cómo y cuándo se utilizarán.
Un aspecto importante para maestros y profesores es borrar del pizarrón
anotaciones efectuadas previamente y sacar carteles y otros elementos que
no tengan relación con su exposición, por que son motivo de distracción para
el auditorio.
Con respecto a los ojos, el orador debe repartir la vista en todos los
oyentes sin que se pose demasiado en alguno de ellos en particular. Provoca
gran malestar en el oyente sentirse mirado por el orador.
Un defecto en muchos oradores consiste en los tics nerviosos. Pueden
eliminarse con tratamiento psicológico adecuado y un severo control físico.
Otros expositores fuman durante su discurso, lo cual provoca perdida de
atención por parte de los oyentes.
La posición más adecuada para hablar en público es de pie; sin embargo
es conveniente sentarse por breves momentos, a efectos de descansar, tanto
el orador como el auditorio.

29. INFORMACIÓN: Un buen orador debe mantenerse actualizado.


Para ello es conveniente la confección de carpetas por temas, con varias
ideas, que se van desarrollando y ampliando a través del tiempo.

30. PRACTICA DE LA EXPOSICION: Este principio se aplica a


modo de ensayo,
a efectos de corregir posibles errores. Una forma es ante el espejo, tratando
de corregir defectos posiciónales. También es conveniente practicar ante
algunas personas que se encargarán de criticar errores en la exposición. Una
gran ventaja de la práctica es que sirve para desarrollar el diagrama
memorizado. El discurso no conviene exponerlo en forma leída ni
totalmente memorizado. La práctica debe ser de desarrollo de ideas y no de
repetición de palabras.

31. NO USAR BASTONCILLOS: Son aquellas palabras que utilizan


por lo general los oradores para apoyarse en la exposición. Son, por ejemplo,
los vocablos “bueno” “este”, etc. Otro bastoncillo muy frecuente es toser en
las pausas.
El buen orador debe vencer este vicio. Una forma de eliminar los
bastoncillos es practicar con un grabador, verificando que palabras son
utilizadas como muletillas con más frecuencia, a efectos de no repartirlas
mas.

32. ACTUACION: Solamente mediante la práctica, es decir la


vivencia de experiencias positivas, pueden ponerse en marcha todo el
engranaje teórico de la oratoria. Es por esto que constantemente
aconsejamos a nuestros alumnos la práctica en la expresión oral.

33. REPETICIÓN: Este principio de la oratoria consiste en la técnica


de volver sobre ideas principales. Se trata de repetir varias veces en la
exposición las ideas fundamentales, siempre con palabras distintas, a efectos
de no cansar a los oyentes.

34. ACUMULACIÓN: Cada idea principal, debe ser explicada con


complementos y detalles que la refuercen, desarrollen y aclaren.

35. LIMITACIÓN: Es un principio que está en conflicto con los dos


anteriores. El buen orador sabe cómo pesar la importancia de las cuestiones
que trata. Consiste el principio de la limitación en la brevedad del discurso.
Se estima en 20 minutos el tiempo máximo de un buen discurso, y por lo
tanto es imposible exponer más de tres ideas principales. Además, debe
programarse los complementos y detalles, a efectos de no cargar demasiado
la explicación de alguna idea principal a costa de otras.

36. PODER DE RESERVA: Generalmente el auditorio formula


preguntas sobre los temas tratados en la exposición; el orador debe fomentar
esta costumbre. Pero también el disertante puede dirigir el sentido de las
preguntas. Hacia los puntos que él conoce.
Para ello es preciso reservar una cantidad de conocimientos para ser
utilizados en las respuestas de las preguntas o para ampliar el tema.
37. NO POLEMIZAR: No siempre las preguntas de los oyentes son
bien intencionadas. Pudiese darse el caso que alguien desee molestar o
desacreditar al orador con preguntas capciosas o incómodas. Pero la actitud
del orador debe ser siempre como si la pregunta fuera correcta. Nunca debe
entablarse una polémica entre orador-auditorio. Nada se gana con una
discusión; por el contrario, la mejor manera de ganar una polémica es
evitarla. En caso de ser necesario llamar la atención de algún oyente, debe
hacerse en forma indirecta, sin personalizar.

Si se tratara de alguna pregunta molesta debe actuarse de acuerdo a las


siguientes técnicas:

1. Examinarla pregunta en busca de ambigüedades.


2. Obligar al inquisidor a definirse.
3. Mantenerse siempre a la ofensiva, no permitiendo que el inquisidor, o
todo el auditorio, tomen las riendas de la exposición.
4. Poner al inquisidor en su lugar con una pregunta que lo silencie.
5. Luego de terminar con el inquisidor agresivo. No prestarle la mas
mínima atención.
6. Usar un recurso humorístico, pero nunca a costa del inquisidor.
7. Nunca contestar una pregunta con deshonestidad. Si no se sabe la
respuesta, expresarlo.

i El orador nunca debe enojarse!

38. HABLAR EN PRIMERA PERSONA: El orador nunca debe decir


“ustedes”, sino “nosotros”. Al usar expresiones en tercera persona, se da una
impresión de superioridad muy molesta, que debe evitarse.

39. CULTIVAR LAS PAUSAS: Es una buena medida para dar


descanso al auditorio y a uno mismo. Además, Tiene el efecto de ponerse a
tono con los pensamientos del auditorio. Las pausas no deben ser mayores de
2 segundos.

40. GRAMATICA: Es imprescindible que el orador respete las reglas


gramaticales. Dada la importancia de este tema, remitimos al lector a nuestro
tomo de Expresión Escrita, donde hay un estudio de los problemas
gramaticales más frecuentes.
41. VOCABULARIO: A continuación daremos algunos ejercicios
tendientes a mejorar y ampliar el vocabulario o léxico.

a) Evitar vulgarismos: Anotar las palabras que más usamos en nuestro


vocabulario y luego buscar sinónimos que la sustituyan. Por
ejemplo, la palabra “bueno” es utilizada como único adjetivo
descriptivo y calificativo, cuando en realidad podríamos valernos
de muchos otros.
Además de estas palabras, deben también evitarse las frases muy
trilladas tratando de utilizar oraciones propias que caractericen una
expresión personal.
Por supuesto que palabras y frases no autorizadas por el buen decir
deben eliminarse por completo.

b) Ampliar el vocabulario: Anotar un mínimo de 5 palabras nuevas por


día con su significado. Luego utilizarlas ese día en la conversación
normal por lo menos 5 veces cada palabra. Esto produce un rápido
enriquecimiento del léxico.
c) Romper la monotonía: Generalmente usamos uno o dos sustantivos
y adjetivos en nuestra conversación. Debemos buscar varios
sinónimos de adjetivos que describan un objeto. Como práctica, dar
doce características distintas (adjetivos) de un objeto, por ejemplo
la montaña, el mar, el cielo, etc.
d) Buscar sinónimos: Tomar un texto cualquiera de pocas páginas y
cambiar los sustantivos y adjetivos. Para cada palabra habrá varios
sinónimos, pero sólo uno será el correcto el que no altere el sentido
del texto esta ejercitación si se hace con perseverancia, brinda
excelentes resultados de enriquecimiento del vocabulario.

La ampliación del léxico debe ser una motivación constante del orador.
Basta con algunos minutos diarios de práctica todos los días. En la lectura y
la audiencia deben encontrarse frases y expresiones originales que de
inmediato puedan incorporarse al vocabulario.

42. LANZAMIENTO DE LA VOZ: El orador debe llegar con su voz a


todo el auditorio. Para ello es posible que siga algunas técnicas adecuadas.

a) Tórax erguido:.
b) Respiración adecuada.
c) Relajación muscular
d) Alcance de voz.

43. EVITAR LA MONOTONIA: Utilice la fórmula AIDA. Ud. debe


despertar en el auditorio.
Atención: para que reaccione
Interés: para que siga atendiendo la presentación
Deseo: para lograr un mayor compromiso con la propuesta del orador.
Acción: para promover preguntas, afirmaciones favorables, etc.
En síntesis, como las personas recuerdan el 20% de lo que ven, el 5% de lo
que escuchan y el 90% de lo que hacen; el orador debe lograr que el auditorio
transforme “la escucha en acto”

Usemos nuestra destreza comunicacional

Entre las diferencias esenciales que pueden establecerse entre el


hombre y el animal irracional, nos adherimos a los antropólogos en que el
hombre es el único ser capaz de crear. Así, nos encontramos con una
frondosa historia del arte en todas sus ramas: pintura, música, literatura,
arquitectura.
¿Pensamos alguna vez si combinamos todo este poder exclusivo del
“homo sapiens” en nuestras actividades cotidianas? Tal vez si lo
intentáramos podríamos descubrir en cada uno de nosotros enormes
potencialidades que en muchos casos desaprovechamos, convirtiendo
nuestras vidas en engranajes de una enorme maquinaria que nos transforma
en seres incomunicados, autómatas, y algunos otros adjetivos tan de moda en
este siglo XX.
No podemos negar que el arma fundamental de la comunicación es el
lenguaje, que nos representa y hace inteligibles nuestras ideas y
pensamientos. ¿Porqué no intentar combinar nuestra lengua con el arte a que
nos referimos hace unos instantes, y que no debemos adquirir de afuera sino
simplemente descubrir en nosotros?
En nuestro caso - la lengua oral - es fácil y hasta divertido
enriquecernos. Actualicemos nuestras capacidades creativas y no neguemos
el arte que hay en nuestro mundo interior. Así nos vamos a encontrar con un
lenguaje más musical, más comunicativo y que va a expresar mucho mejor
aquello que deseemos. Por ejemplo aprendamos a colocar la voz, hablemos
lento, pausado, claro; no coloquemos obstáculos para una emisión de sonido
(tapamos la boca con la mano, etc). Busquemos una posición apropiada en la
cual podemos respirar correctamente, o sea bien parados con la espalda bien
derecha o bien sentados en las mismas condiciones. Es conveniente relajar
los músculos de nuestro cuerpo, otorgando gracia y soltura a los
movimientos, y efectuándolos en los momentos precisos.
La musicalidad en la expresión oral se hace presente siempre en forma
natural, pero hay pequeñas técnicas que la ayudan. He aquí un gráfico para
entonación de un trozo hablado o leído utilizando pausas, subidas y bajadas
de la voz según los signos. lingüísticas de entonación.
Cuando comenzamos una oración elevamos el sonido hasta tornarlo
gradualmente cada vez más agudo. en cuanto aparece una coma, nos damos
la señal de descender la voz, pero sólo algunos grados; la coma es a la voz
una pausa breve que debe aprovecharse para inspirar aire. (siempre la
inspiración debe hacerse por la nariz y la espiración por la boca).
Ese aire inspirado nos dará suficiente energía para continuar elevando
nuevamente el sonido agudizándolo, hasta una nueva pausa, en nuestro
gráfico, un punto y coma. Allí el sonido debe descender paulatinamente más
grados que en el caso de la coma. Nuevamente inspiramos, agudizamos la
voz y repetimos el proceso descendiendo la voz cada nueva pausa, más
grados hasta llegar al punto final.
Aquí debemos hacer una advertencia. El hecho de bajarla voz, no
implica ahogaría. Nuestras palabras deben ser oídas desde el comienzo hasta
el fin de la oración, y ellas mismas deben escucharse completas. El secreto
final del buen orador está en intentarlo, en no defraudarse ante primeros-
errores, que seguramente cometeremos, maestro lema debe ser siempre
¡¡ADELANTE!!

C. LA AUTOESTIMA.

Autoestima: el capital invisible

El célebre humorista Groucho Marx solía bromear sobre el colmo de un


déficit de autoestima: “Nunca me haría socio de un club que me aceptara
como miembro”.
La autoestima además de representar una necesidad psicológica, es hoy
una herramienta fundamental para poder sobrevivir en un mundo complejo,
y un activo económico para destacarse en un entorno competitivo.
Las nuevas estrategias que suelen adoptarse para hacer frente a los cambios
de la sociedad moderna (como la innovación en lugar de la repetición, la
independencia donde antes regía la obediencia, la repetición, la
independencia donde antes regía la obediencia, la delegación ante la
centralización, etc.), requieren una sólida autoestima para prosperar.
Quien nada se quiere, a nada se atreve: puede preferir esconderse
debajo de la cama antes que enfrentar al mundo. En cambio, el que se aprecia
sinceramente puede abocarse a los proyectos importantes y aceptar nuevos
desafíos. Así, cada día puede transformarse en una estimulante aventura.
Mantener esta relación especial con uno mismo es la clave para obtener
resultados porque la mente humana tiene la capacidad autosugestiva de
transformar en acto todo aquello que decide aceptar. Creer verdaderamente
en algo puede convertirlo en un resultado concreto, como lo ilustra la
profecía que se autorealiza ya que como dijo Henry Ford- siempre tenemos
razón, tanto cuando sostenemos que algo es posible o que no lo es, porque es
ambos casos transformaremos la creencia en realidad.
La autoestima puede ser definida como la convicción de que se poseen
los recursos para alcanzar la felicidad y para afrontar las dificultades que se
presentarían en el camino de su realización.

D. EL MIEDO ORATORIO

A lo que hay que tenerle miedo es al miedo

Un anciano le preguntó a la peste de dónde venía. “Vengo de la ciudad,


de cobrar 100,000 vidas”, le contestó. “Pero murieron 200,000”, dijo el
anciano. “Yo cobré 100,000, las restantes se las llevó el temor”, respondió la
peste.
Las emociones son impulsos que nos llevan a situaciones en las que la
mente racional se subordina a la emocional y pierde su dominio.
Existe un temor estimulante y positivo, que es el de quien crea y busca con
libertad la fuente de la energía. El miedo negativo conduce a la adicción, y
constituye un programa que se repite hasta que explota o muestra su peor
cara: la postergación.
Las defensas que se levantan consumen la energía. El temor no enfrenta
el dolor: hace que uno se escape ocupando la mente en cualquier cosa.
Debajo del automatismo está la duda sobre si mismo que lleva a la
autoderrota. No asumir el miedo implica una apelación a deseos fugaces y
vagabundos que giran entre la adicción y la continua postergación.
El que no sabe lo que le pasa expresa sus emociones mediante síntomas,
enfermedades o fobias. La apertura hacia la transparencia es el valor
agregado que aporta la inteligencia emocional.
¿Cuáles son los medios que paralizan?: perder la vida, la vitalidad o el
prestigio, perder la conciencia, hacer el ridículo, hablar en público (este
último funciona como una especie de test revelador que da cuenta de que
existen otros medios). El temor a exponerse está vinculado a buscar la
perfección que paraliza como cualquier otro miedo ya que el pensamiento
que genera es “si no me sale perfecto, no lo hago”.
La preocupación paraliza, la ocupación motoriza. Listar los problemas,
formular las preguntas, conocer las limitaciones, cronometrar la ejecución,
no duplicar riesgos innecesarios, implica el crecimiento de las áreas que
podemos controlar. La acción aumenta la ocupación y disminuye la pasiva
preocupación. Antes de la decisión se debe generar el plan. Al entrar en
acción, no hay que dejar el cambio por la mitad, ni culpar a terceros, ni darse
por vencido fácilmente. Pero tampoco hay que esperar demasiado: si las
cosas salen mal hay que saber retirarse a tiempo.
El miedo es mal consejero. Hay intereses que lucran con él. Para
enfrentarlo, el secreto es ser más uno mismo, conocer la misión por la que
estamos en el mundo y luchar por ella capa y espada.

Principio fundamental: eliminar el miedo oratorio

Con respecto al miedo oratorio se lo define como una inhibición para


hablar en público. Es importante mencionar que ningún orador es elocuente
desde el principio. Los más grandes oradores se reconocen tímidos o
temerosos antes de iniciar un discurso.
Al enfrentar a un auditorio se siente esa rara tensión nerviosa, la que no
debería desalentar. Es muy normal que una persona ante una situación nueva
y difícil sienta malestar en el estómago. o que sus manos transpiren o que sus
rodillas tiemblen. Estas señales identifican a una persona responsable y que
respeta a su auditorio.
Algunas personas superan inmediatamente esta sensación y se
introducen ágilmente en su discurso. Otras, en cambio, no logran dominar la
situación, manifiestan signos externos de su inestabilidad emocional y
muchas veces ni siquiera pueden comenzar a hablar.
Este problema tan generalizado es perfectamente superable, practicando con
entusiasmo y decisión los siguientes procedimientos:
1) Solución a nivel mental:

a) Obtenga confianza en Usted mismo. William James dijo que la


voluntad puede transformar al sentimiento mediante la acción.
Aclaremos esto con un ejemplo. Si una persona se siente triste,
puede comenzar a reír si se lo propone. Al cabo de un tiempo y
siguiendo el esquema de James. esa persona cambiará su estado de
ánimo. Pasará de la tristeza a la alegría.
Recordemos que la mente tiene una capacidad autosugestiva,
transforma en acto todo lo que acepta. Pero hay que tener cuidado
en la forma en que se le presenta el material. Habitualmente el
obstáculo aparece como una atracción fatal para la mente y, por lo
tanto, es fundamental aprender a visualizar para entregarle
imágenes multisensoriales que apoyen el proceso de autosugestión.
El conocimiento de esta situación, que juega como un poder oculto
de la mente, podemos utilizar para el logro de una mayor confianza.
Si la proyectamos al campo de la Oratoria, lo que debemos hacer es:
así como el nadador aprendió a nadar en el agua, ¡VENZA SUS
INHIBICIONES ORATORIAS HABLANDO!
La experimentación es sencilla. Si habla en los lugares que hasta
hoy le causan inhibición, al cabo de un tiempo esa actitud se hará
natural. Como señalamos en la introducción, el ser humano está
condenado desde su infancia a un rol de espectador porque tiene
kilómetros de lectura o de recepción. Esa falta de uso de la
expresión es la que genera el temor a hablar en público. Lo que no se
usa se pierde y además, como decía Thomas Edison, el genio es un
10% de inspiración y un 90% de transpiración.
El miedo oratorio no solamente es perjudicial para las conferencias.
Muchas veces, es el factor que provoca el error o la parálisis en un
examen y genera el fracaso aunque se conozca el tema en
profundidad. La información está “ en la punta de la lengua” pero,
sin embargo, no se la puede recuperar.

b) Autosugestión. Este punto está muy relacionado con el anterior en


cuanto al logro de una mayor confianza. Muchos problemas no son
reales, sino creados por uno mismo.
La Autosugestión propone seguir el cambio inverso: ¡Vencer y
eliminar ese problema! ¿Cómo lograrlo?... Muy sencillo: «Todas
las noches y en cualquier momento del día cerrar los ojos e imaginar
la persona que desearíamos ser. La visualización creativa debe ser tan real y
potente como sea posible, Es decir, imaginar el ideal. Además,
traducir esa imagen en una frase en tiempo presente que refleje el
logro como si ya se hubiese consumado, como por ejemplo:
“ahora soy el que siempre quise ser”. Nunca deben utilizarse frases
como términos negativos como “¡pronto voy a dejar de ser
tímido!”. En la formulación de la frase, no debe aparecer el
problema.
c) Actitud mental. La mayoría de los oradores aumentan su miedo
pensando en sus posibles errores.. ¿Me equivocaré?. ¿Se reirán de
mi?.. etc. Es importante:1) Ocupar la mente en otra actividad. 2)
Diferente apreciación del suceso. 3) Descubrir y alterar la idea
perturbadora. 4) Poner la tendencia contraria.

2) Solución a nivel físico:


El miedo oratorio provoca una paralización a nivel físico. Esta tensión
muscular debe ser relajada. Para conseguirlo siga estos consejos: Para
conseguirlo se aconseja respirar diafragmáticamente en forma honda y
profunda antes de comenzar a hablar; acomode los papeles, limpiar el
pizarrón etc. Esta suave actividad física le permitirá lograr el control
corporal.

3) Solución a nivel elaborativo:


Una de las mejores garantías para derrotar el temor oratorio es la
correcta preparación del tema. Busque material, investigue el tema, elabore
un plan, memorice el discurso, someterlo al juicio de otros y repetirlo
muchas veces, averiguar cuáles son las características del auditorio (su nivel
intelectual, preferencias, etc.).

4) Actitudes mentales de sostén


Ud. puede sentirse valiente por el hecho de enfrentar al auditorio; otro,
en su lugar, habría huido. Para reforzar esta convicción, es útil alentar las
siguientes actitudes de sostén:
- Sentir que puede prescindir del público, que lo único que tiene
razón de ser es el discurso y que Ud. lo domina perfectamente.
- Asumir qué es lo peor que podría ocurrir. Luego, sólo restará
mejorarlo.
- Convencerse de que hablar en público es lo mismo que hablar en
privado.
- Proponerse llevar adelante todos estos procedimientos con
decisión y tenacidad.

Miedo oratorio: síntomas y soluciones.

A continuación detallaremos los síntomas más comunes que sobreviven


al enfrentarse con el público (sin que pretendamos agotar la lista) y
soluciones posibles para manejar la situación.
Síntoma 1: Transpiración fría en la palma de las manos.

Solución: Secar las manos cuidadosamente y, antes de comenzar a hablar,


humedecerlas con alcohol o agua de colonia.

Síntoma 2: Sensación de sofocación y ahogo.

Solución: Se elimina fácilmente con una respiración profunda y pausada,


teniendo especial cuidado en la expulsión del aire, no en la inhalación.

Síntoma 3: Sequedad en boca y garganta

Solución: Las causas pueden ser no sólo inhibitorias, sino también


climáticas. No beba ningún líquido ni siquiera a sorbos pequeños. Poner una
pieza de sal sobre la lengua provocará la necesaria secreción.

Síntoma 4: Temblor en las rodillas

Solución: Al iniciar la exposición apóyese suavemente sobre alguna de las


“muletas” del escenario (escritorio, micrófono, etc.) Si es grave, hable
sentado. Después de unos minutos, libérese de la muleta o póngase de pie.

Síntoma 5: Temblor en la voz, articulación defectuosa.

Solución: Realice las prácticas de articulación. Si las causas no son sólo de


inhibición será necesario acudir a un especialista en foniatría.

Síntoma 6: Sensación de vacío en el estomago.

Solución: No ingiera alimentos sólidos ni líquidos, luego se sentirá pesado y


somnoliento. A menos que usted no haya comido durante el día, la sensación
es sólo psicológica. Es preferible ajustar uno o dos ojales del cinturón,
comprimirse suavemente la zona abdominal, o recurrir ejercicios de
respiración profunda.

Síntoma 7: Sensación de frío, palidez, “ver todo negro”.

Solución: Se soluciona fácilmente con técnicas de respiración. Si comienza


a “ver todo negro”, prolongue suavemente el periodo de retención de aire.

Síntoma 8: Inmovilidad en las manos, “no saber qué hacer con ellas”.

Solución: Esta es una dificultad muy común en muchos oradores poco


expertos. Las manos pueden llegar a ser una violencia dificultad si el orador
es demasiado conciente de ellas, pero serán una magnifica ayuda y apoyo si
no piensa en como o cuando moverlas. Hay que tener en consideración que
las manos, casi por “propia iniciativa”, ayudan a la palabra hablada, de
manera que no hay inconveniente en que se muevan como ellas en el bolsillo
del pantalón por un breve lapso, y quizás intercambiar la posición con la otra,
también por otro breve lapso, puede ser una buena solución.

Síntoma 9: Movimientos incoherentes de brazos y piernas.

Solución: Para este problema, la solución es similar a la del punto anterior.


Mantenga los brazos quietos y las piernas suavemente firmes, y déjelos que
se expresen como quieran. Se sentirá usted más cómodo y no sufrirá de
calambres y dolores posteriores por un exceso de tensión.

Síntoma 10: Usted puede seguir agregando otros…


En resumen, las dificultades de inhibición sobrevienen cuando el Orador
presta atención a sus temores. Definitivamente concentre su atención en el
tema, prepárelo concientemente, estúdielo, piense en el público con afecto y
sinceridad, y esa corriente de afecto y sinceridad que usted mismo provoque
le será devuelta con creces.
E. ORGANIZACION DEL DISCURSO

Generalmente el orador tiene un lapso para preparar su discurso y debe


proceder con un método sistemático.

- Primera tarea: definir el objetivo del discurso, es decir, qué propósito


desea lograr.
- Segunda tarea: estudiar al auditorio para encarar la disertación en forma
homogénea y evitar fallas o contradicciones.

Las etapas en la preparación del discurso son:

1. Elección del tema.

En los casos en que se puede elegir el tema del discurso, debe


optarse por una que esté relacionado con las propias experiencias,
intereses o convicciones.
Es bueno que el tema motive al orador a hablar. Si los contenidos lo
atrapan, su disertación será percibida como amena, simpática y
agradable. Si no está muy interesado, su discurso resultará
académico y pesado. El auditorio está atento y percibe si el orador
pone pasión en lo que dice.
Pero no siempre se puede elegir el tema del discurso. En ciertas
oportunidades el orador está obligado a hablar sobre determinado
asunto que no es de su especialidad. Es estos casos, debe analizar y
estudiar el tema, tan profundamente como sea necesario, hasta que
sienta entusiasmo e interés por la materia. Un caso extremo, que
aconsejamos como ejercicio, es hablar de un tema en contra de las
propias convicciones, debiéndose entonces buscar justificativos a
la posición adoptada.
- Le proponemos que utilice su imaginación y siga a paso el
desarrollo de un discurso: usted es una persona vinculada a la
literatura y ha recibido una invitación para disertar sobre un escritor
argentino. Se entusiasma con la idea y acepta inmediatamente, pero
durante la noche se desvela. ¿Cómo elegir un escritor cuando la
oferta es tan variada? ¿Cómo justificar esa elección?. ¿Cuál será el
tema que le permita lucirse en su disertación?.
- Decide utilizar el mejor criterio: hablará de aquel personaje que lo
apasiona para transmitir esa pasión en su discurso. ya puede apagar
el velador y dormir tranquilo, el nombre está elegido: “Jorge Luis Borges”

2. Búsqueda y selección de material.

El discurso puede ser preparado en base a ideas propias


exclusivamente, o sustentado en obras de otros autores. Pero aún en
el primer caso la creación nunca es total, sino que una buena parte
de los conceptos son tomados de otras personas.
Por lo tanto, siempre es necesario recurrir al material externo, o al
que ha sido escrito por el propio orador, en otras épocas. Pero la
búsqueda no debe ser errática, sino dirigida al objetivo que se
persigue con el discurso.
Navegando por internet también se puede encontrar información ya
que facilita la búsqueda sobre cualquier especialidad. Sin embargo,
no todo el material consultado resultará útil: hay que hacer una
buena selección que deberá ser fichada por temas con breves
resúmenes.
Otra fuente de información es, por supuesto, la propia experiencia o
conocimientos anteriores sobre el tema. Si son correctos, también
se procede a su fichaje y archivo. Esta tarea de archivar el material
se complementa con la lectura y estudio del tema, a efectos de
lograr una buena base de datos para la siguiente etapa.

- Volvamos a su discurso sobre Borges. El tema está elegido pero ahora


tiene que acudir a material de consulta. Busca primero en su propia
biblioteca: las obras completas del autor, biografías, un diccionario
enciclopédico para tener una versión resumida de su vida y de las
fechas de publicación de sus obras. También rescata sus propios
trabajos de investigación sobre el tema: apuntes de estudio,
monografías, lectura crítica de sus obras (suyas y de otros autores).
Internet resulta una fuente inagotable: al escribir “Jorge Luis Borges”
en un buscador aparecen miles de páginas sobre esta personalidad tan
controvertida y consagrada. Explora en bibliotecas (en la facultad de
Filosofía y Letras encuentra material especializado) y también en
hemerotecas para rastrear notas periodísticas o entrevistas publicadas
en diarios y revistas.
El material recopilado resulta más que abundante. Lo organiza con
la ayuda de fichas y el procesador de textos de su computadora.
Pero esa noche también lo desvela una pregunta: ¿cómo decir algo
original sobre un autor del que tanto se ha dicho?

3) Auto-elaboración de ideas.

Alguna de las ideas que se expresen deben ser propias para que el
discurso no se convierta en una mera copia y para darle un tinte
personal y creativo.
Sin embargo, pueden incorporarse conceptos ajenos que
enriquezcan la charla, en cuyo caso debe hacerse mención del autor.
Nunca deben darse ideas ajenas como si fueran propias, pero es
factible expresar total acuerdo y adhesión con los conceptos ajenos.

- En el caso que planteamos, este punto será clave para delinear un


discurso atractivo sobre Jorge Luis Borges ya que hay infinidad de
trabajos publicados sobre el autor (tanto en Argentina como en el resto
del mundo) y será difícil encontrar una perspectiva nueva o un enfoque
original. Usted acepta este desafío y decide resolverlo durante el día
para no pasar otra noche en vela: hablará de Borges como un hombre
que desde niño ha librado una batalla contra la amenaza de la ceguera
y la debilidad de su cuerpo, de un hombre que ha trascendido a través de
la palabra.

4) Construir una pieza única.


Lo más importante es la organización creativa del discurso. Las
diferentes ideas pueden trabajarse con el método los círculos de
meditación y concentración: abrir un canal externo para estar atento
a las oportunidades y hacia todo lo que podría servir, y crear un
canal interno para meditar en estado de relax sobre las ideas,
registrar sus resultados y repetir el proceso con cada una que
aparezca.

Para darle un toque personal a su discurso, decide que el eje


temático estará puesto en dos ideas:

- Las sensaciones que este escritor le producía. Por un lado, la


paradoja de que un hombre tan brillante tenga un tono de voz tan
débil y cierto titubeo. Como contraste, la imagen del escritor en sus
últimos años cuando ya estaba casi ciego, aferrado a su bastón y sin
embargo sus palabras seguían siendo lúcidas y profundas.
- No explicará las palabras del autor sino que dejará que se exprese:
intercalará citas de su obra en las que Borges se refiere así mismo.

Partes de un discurso.

Todo discurso, cualquiera sea su tipo o tema, debe exponerse


respetando tres partes fundamentales:

1. INTRODUCCION 2. DESARROLLO 3. SINTESIS.

Este es el orden en la exposición, no tiene que coincidir con las etapas de


la preparación del discurso.

a) Síntesis:

Cuando se organiza el discurso, es recomendable comenzar por la parte


final o síntesis donde el orador expresará su opinión sobre el tema
central y realizará un resumen de las ideas principales. También pueden
resumirse las ideas positivas aportadas por algún oyente.
Si se compara un discurso con un viaje, la síntesis representa el punto de
llegada; esto quiere decir que si no se sabe a donde se quiere ir, el arribo
queda librado a la casualidad.

La disertación en general no requiere una memorización total, como


veremos más adelante. Sin embargo el cierre del discurso si debe
memorizarse textualmente (la frase final, palabra por palabra). Esto
evita los conocidos y molestos “rodeos” de oradores que no saben cómo
hacer el cierre. Es importante tener en cuenta que en el final debe
reservarse espacio para las consultas del auditorio.
Por último, es aconsejable evitar el error de anunciar expresamente el
fin del discurso; muchos oradores utilizan palabras como “nada más”,
“es todo”, “he terminado”, etc. Esto demuestra incapacidad para cerrar
el discurso, sin decirlo explícitamente. Las últimas palabras deben ser
expresadas con una tonalidad de voz decreciente, distinta al resto de la
disertación. Esta simple técnica sustituye a las fórmulas antes
mencionadas y provoca el impacto que se pretende lograr.
- Se pregunta cómo terminar; se contesta que un discurso sobre
Borges debe finalizar con las palabras del propio Borges. Su intención
es remarcar tres conceptos:
1) Ser un buen escritor es trascender a través de la palabra, es no
morir del todo porque las palabras escritas quedan vivas y siguen
vigentes.
2 )En el caso de Jorge Luis Borges, ser escritor también significó no
aceptar los límites que le imponían su cuerpo débil o su vista
deteriorada. Tampoco admitió fronteras ya que su historia de
escritor y su literatura son patrimonios del mundo.
3) Para Borges, la escritura no fue sólo un oficio: fue una manera de
vivir. Para expresar este concepto dejará que Borges lo explique con
un fragmento del texto “Borges y yo” que pertenece a “El Hacedor”.
“Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo
XVII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el
otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las
convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que
nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges
pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. ( ..) Así mi
vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro. No sé
cuál de los dos escribe esta página”.

b) Introducción:
Por supuesto es lo primero que dice el orador. Debe ser una
presentación muy breve del tema (dos o tres minutos en un discurso de
quince). Es tan importante que decide el ánimo del auditorio con
respecto al orador y su tema, un discurso serio no será escuchado
atentamente luego de una introducción cómica.
Nunca debe comenzarse la introducción pidiendo disculpas
(“bueno...”, “este..”, “bien..”, etc.), ni con falsa modestia (“trataré de
hacerlo bien”). En estos casos el orador da una impresión muy pobre de
su personalidad, creando una corriente de antipatía en sus oyentes.

Lo más importante en la introducción es que ésta debe ser impactante y


llamar la atención de los oyentes. Existen varias formas correctas y
eficaces de lograrlo.

- Utilizar un ejemplo. El orador puede comenzar diciendo: “ayer tomé


un diario y leí algo que..”. Esta técnica tiene el efecto de producir una
atención del auditorio hacia el disertante, pues todos desean saber
cómo sigue el relato. Cuanto más rara o llamativa sea la trama, mejor.
- Interrogar al auditorio. Por ejemplo, empezar con la pregunta ¿saben
ustedes qué leí ayer en el diario?», y acto seguido proceder a
responderla. Cuando se moviliza a un auditorio con una pregunta, éste
se despierta y vuelca su atención hacia el orador en espera de la
respuesta.

- Revisa la información sobre Borges y piensa cómo introducir el


tema para captar la atención de su auditorio. Se propone a sí mismo
transmitir sensaciones y no ofrecer un resumen sobre la vida y obra
del escritor. Cierra los ojos y se imagina frente al público hablando
con soltura: “Algunos de ustedes recordaran a Jorge Luis Borges por
su historia de vida, por su cultura “universal”; otros rescatarán sus
obras, que lo convirtieron en un escritor argentino de fama mundial:
otros, en cambio tendrán presente sus dichos y opiniones polémicas.
Yo, prefiero recordar a Borges como un gran poeta y un artesano de la
narración, como el hombre que le ganó la batalla a una ceguera casi
total y no se dejó vencer; siguió trabajando con su escritura, el arte de
encontrar la palabra justa. Su último libro, Los conjurados apareció
en 1985, un año antes de su muerte…”
Para tener a mano, hace memoria sobre sus propias sensaciones con
respecto al personaje y realiza un inventario de imágenes que Ud.
relaciona con el escritor:
1. La primera es una de sus últimas apariciones públicas, es un
reportaje para televisión. Borges está sentado, encorvado, demasiado
flaco, apoyado con ambas manos en un bastón, los ojos entrecerrados
y su tono de voz es sumamente débil. Sin embargo, ante una pregunta
del periodista, el escritor reacciona, se ríe con ganas y responde con la
ironía e inteligencia más aguda.
2. La segunda imagen no tiene que ver directamente con Borges sino
con su amigo Bioy Casares. Ud. estuvo presente en una charla donde
Bioy Casares respondía la inquietudes de alumnos de Filosofía y
Letras y recordó anécdotas de su amistad con “Georgi”. Lo que
rescata de ese recuerdo es la profunda admiración y el afecto con el
que Bioy hablaba de su mejor amigo, ·”el viejo Borges”.

c) Desarrollo:
Hemos dejado para el final la parte más importante del discurso, aquélla
donde se encuentra el quid de la cuestión. Es la sección en que se
expresan todos los conceptos del orador. Este desarrollo debe de estar
necesariamente dirigido hacia la síntesis previamente escogida, pues de
lo contrarío surgirán contradicciones.
Conviene efectuar el diagrama de ideas del discurso en base a ciertos
principios:

1. Dividir las ideas por jerarquías: general, principales,


complementarias y detalles.
2. Agrupar la información que se recibe en base a esa división en lugar
de recurrir a reiteraciones de conceptos o agregar la información
según el orden de llegada.
3. Representar las frases por palabras claves que actúen como sus
símbolos.

Hay que tener en cuenta un aspecto fundamental: el discurso debe tener


como máximo tres o cuatro ideas principales. De lo contrario, si preparamos
un discurso con mucha información para ser expuesto en veinte minutos,
este tiempo resultará escaso para agotar todos los conceptos y sus
complementos.
La exposición puede encararse de dos maneras diferentes, ambas
igualmente correctas. La primera forma es enumerar y explicar una a una
todas las ideas principales. Luego se pasa al nivel de las ideas
complementarias, exponiendo todas ellas y así sucesivamente.
En el segundo método, se toma la primera idea principal,. y se agota con
todos sus complementos, detalles, subdetalles, etc. Luego se pasa a la
segunda idea principal, hasta agotarla, y así sucesivamente. Un factor
importante, que influye en las tres etapas del discurso, es el tiempo. El
material debe seleccionarse y diagramarse para ser expuesto en no más de
veinte minutos. Un periodo más. prolongado produce cansancio y molestia
en los oyentes. Sin embargo, muchos temas requieren más tiempo de
exposición; en estos casos es preferible dar la conferencia en dos o más
reuniones hasta agotar el tema, que tratar de darlo todo en una sola.

-Dejará para el desarrollo algunos datos biográficos que serán


significativos para reforzar sus ideas y sensaciones sobre el autor.
1. Jorge Luis Borges nació el 24 de Agosto de 1899 en lo que hoy es el
microcentro de la ciudad de Buenos Aires, en la esquina de
Tucumán y Suípacha, en una típica casa de la época con patio y aljibe.
2. Escribió ensayos (Historia de la eternidad, Inquisiciones, El
tamaño de mi esperanza, entre otros) poesía (Cuaderno de San
Martín, El elogio de la sombra, Luna de enfrente, entre otros) y
narrativa (El aleph, Historia universal de la infamia, El jardín de los
senderos que se bifurcan, entre otros).
3. También se permitió escribir en “sociedad”. Junto a su amigo
Adolfo Bioy Casares publicó “Seis problemas para Isidro Parodi”
con el seudónimo de H. Bustos Domecq.
4. Otros datos:
- Fue bibliotecario municipal en Buenos Aires hasta 1946 (fue
cesado por razones políticas). Colaboró en diarios como Crítica y
revistas como El hogar. * Fue Director de la Biblioteca Nacional
desde 1955 hasta 1973.
- Fue profesor universitario de las cátedras de Literatura
germánica y angloamericana en la UBA.
- Desde 1955 hasta su muerte fue miembro de la Academia
Argentina de Letras
5. Con respecto a su vida personal, ha sido teñida con cierto misterio
literario: una madre dominante, una excesiva timidez con las
mujeres, un primer matrimonio corto y fallido con Elsa Astete
Millán y un segundo matrimonio con María Kodama que provocó
polémica, problemas familiares y juicios para disputarse la herencia
de Borges cuyo testamento cambió a último momento a favor de su
esposa.
6. Murió en Ginebra en 1986.

Diagramación del material.

Recordemos que en primer lugar se deben analizar las ideas para su


clasificación en principales, complementarios, detalles, etc. Luego se elige
una palabra clave representativa de cada idea y se la vuelva a un diagrama
igual al presentado en la sección sobre Métodos de Estudio.

- Para redondear los conceptos que expondrá en su discurso sobre


Borges, organiza la información:
1. Introducción: Idea principal: Presentar a Borges como un hombre
físicamente débil que encontraba su fortaleza en su escritura y en las
ideas de aquellos autores que admiraba.
Idea principal: A pesar del avance de su ceguera, siguió trabajando en su
luminoso mundo interior. Según sus propias palabras, la gran mayoría
de sus relatos se basaron en sus propios sueños.

2. Desarrollo:
Idea principal: Su reseña biográfica da cuenta de que su palabra ha
recorrido el mundo. Idea complementaria: Como ocurre cuando una
voz se hace escuchar, algunas de sus opiniones han resultado
polémicas.
Detalles: Referencia a sus obras más relevantes, a su fina ironía y a la
agudeza de sus pensamientos. Citas del autor que grafican su
personalidad y su pasión por la literatura.
Idea principal: Su vida personal ha tenido cierto misterio, su
personalidad introvertida ha provocado todo tipo de especulaciones.
Idea complementaria: La relación con una madre dominante, su
sorpresivo matrimonio con María Kodama que causó sorpresa y desató
un conflicto familiar por la herencia del escritor.
Detalles: Referencia a su relación con María Kodama. Las voces a favor
y en contra.

3. Síntesis:
Idea principal: Como todos los escritores consagrados, Borges tiene y
tendrá fieles seguidores y detractores. Lo que ninguno podrá discutir es
que ha trascendido a través de la palabra, que ha dejado una profunda
huella en el camino literario y que no ha muerto del todo porque su obra
sigue viva y vigente.
Idea principal: Para Borges, ser escritor también significó no aceptar los
límites que le imponían su cuerpo débil o su vista deteriorada. Tampoco
admitió fronteras ya que su historia de escritor y su literatura son
patrimonios del mundo.
Idea principal: La escritura no fue para él sólo un oficio: fue una manera
de vivir, una liberación para traspasar sus límites y llegar tan lejos
como sólo puede llevarlo la palabra.
F. MÉTODOS DE EXPOSICIÓN.

No es correcto memorizar un discurso palabra por palabra, salvo en la


frase final. Sin embargo, y dado que tampoco es conveniente leer el
discurso o valerse de ayudas-memoria, es necesario aplicar algún método
de memorización.
El “método de la cadena”, que forma parte del curso de Memoria, es el
que más se adapta a las necesidades de la oratoria. Existe dos métodos para
exponer un discurso, cualquiera sea el estilo o técnica que posea el orador.

1) El discurso improvisado.
En cuanto al discurso improvisado, remitiremos al lectora a la sección
sobre “Principios de Oratoria”, en especial, al principio de la
Improvisación.
2) El discurso preparado.
Hay varios métodos de exposición en el discurso preparado.
3) Leído: Es el método más pobre para las exposiciones comunes.
Desmerece en gran medida al orador, pues da la imagen de una persona
que no conoce su tema. Además tiene el inconveniente de su gran
inflexibilidad, que impide cambiar el curso de la exposición y
responder preguntas no contempladas en el texto.
No obstante en circunstancias muy especiales resulta necesario el
discurso leído. Es en aquellos casos en que se debe medir exactamente el
peso de cada palabra o sentencia, o en aquellos otros en que la complejidad
de los datos (cifras, estadísticas, etc.) hacen virtualmente imposible su
memorización. Cuando es muy grande el riesgo de olvidar un dato se
aconseja leer el discurso.
4) Dicho de memoria: Obliga al orador a un trabajo agotador de
memorización, es un método tan primitivo como el leído. Tiene sus
mismas desventajas en cuanto a inflexibilidad y participa de sus
mismas ventajas en discursos complejos y comprometedores. Pero
aun en estos últimos casos es preferible el leído porque por una parte
ahorra el trabajo de la memorización, y por la otra elimina el riesgo del
olvido.
5) Con ayuda-memoria: Es un método mucho más evolucionado que el
anterior, pues obliga al orador a efectuar un trabajo analítico y de
evocación, sin entrar a la etapa de memorización del diagrama.
Simplemente se tiene el cuadro, a la vista, y de él se infieren los
conceptos.
Muchos oradores escriben su ayuda-memoria en un pizarrón o carteles que
pegan en la pared o mediante sistema de proyección.
6) Memorizando un resumen: Es el método más utilizado por los
oradores efectivos. Se basa en una completa preparación sobre el tema y
una adecuada práctica.
El planeamiento es lo más importante en este discurso, pues concluye
en un diagrama por ideas. Este cuadro funciona como ayuda-memoria en la
mente y no debe ser leído, sino memorizado. El orador no es un memorista
sino un estudioso que ha razonado su tema, ha recopilado material, lo ha
organizado, y por último ha memorizado una síntesis conceptual.
Una ventaja importante es que da una imagen brillante del orador, quien
parece ser un gran conocedor del tema. Otra es que permite tener flexibilidad
en la exposición, dando lugar a desviaciones sobre la marcha y la
contestación de preguntas del auditorio. Dado que se ha memorizado las
secuencias de las ideas, en cualquier momento se reencauza el discurso,
volviendo nuestro pensamiento a la imagen respectiva.

G) LA CONVERSACION.

El arte de la conversación.

El arte de la conversación es la aplicación de la oratoria a las Relaciones


Humanas. Ya no se trata de hablar ante auditorios numerosos sobre temas
preparados o improvisados, sino de usar la comunicación como herramienta
en todo momento.
El hecho de vivir en sociedad implica comunicarse con seres humanos;
el hombre que se aísla, fracasa. En consecuencia, el éxito depende en gran
parte de la buena conversaciones atractivas y estimulantes en las más
diversas circunstancias.

La importancia de la conversación en la vida diaria se percibe


fácilmente al enumerar sus objetivos.

TECNICAS DE CONVERSACIÓN

“Cualquier persona puede conversar, pero no todos son buenos


conversadores”.
Esta cuestión no debe preocupar a los que quieran progresar ya que
existen una serie de principios que, debidamente implementados, mejoran
notablemente esta facultad:

a) Saber escuchar. Conversar no es sólo hablar. sino también escuchar al


interlocutor. Pero no basta con “hacer que se escucha”, sino practicarlo
realmente. Todos los gestos deben dar la impresión de una atención
total: ojos, actitud, rostro y todo el cuerpo deben depender de las
palabras del interlocutor. En ningún momento hay que distraerse. “Si
queremos que nos escuchen, debemos escuchar”.
b) Hacer preguntas. Es una forma de completar el principio anterior.
Debe demostrar interés por lo que dice la otra persona, y el hacer
preguntas, es índice de que le interesa el tema. Nunca las preguntas
deben ser capciosas (con ánimo de ofender o poner en ridículo), sino
estimulantes para el interlocutor.
c) Actuar naturalmente. En la conversación no debe adoptarse
ademanes o posiciones ficticias o falsas. Debe ser uno mismo,
sinceramente. Gran importancia cobra este principio en cuanto al tono
de la voz.
d) Actuar con tacto. La discreción es la base de toda buena conversación.
las palabras deben ser cuidadosamente seleccionadas y medidas. Debe
decirse lo justo y oportuno, con palabras adecuadas.
e) Darle importancia a la otra persona. Para lograr esto, es necesario
seguir las siguientes indicaciones:

1) No hablar en forma permanente de uno mismo


2) No estar distraído mientras habla el otro
3) No interrumpir al interlocutor
4) No decir palabras ofensivas
5) No mantener una actitud polémica

A toda persona te gusta ser escuchada atentamente y que se dé


importancia a sus palabras. Por ello, para resultar agradables, es preciso
dejar al otro hablar de sí mismo, sin interrumpirlo y demostrando interés.
f) Orientar la conversación. Muchas veces la conversación se desarrolla
entre más de dos personas, y alguno se evade del tema, que realmente
interesa a los demás. Sutilmente, debe volver al tema central, y las
formas para hacerlo puede el lector consultarlas en el capítulo de
Principios de Oratoria.
g) Acumulación de Ideas. Entre los “Principios en Oratoria”, se
encuentra Acumulación. Se basa en agregar conceptos diferentes sobre
una idea central, de manera de enriquecerla. Este principio es
totalmente aplicable en conversaciones grupales, donde cada persona
puede aportar conocimientos sobre el tema de conversación.
h) No hablar del prójimo. Es preferible hablar de cosas quede personas.
Mezquinas interpretaciones de las palabras pueden tergiversar por
completo los conceptos vertidos. Únicamente en caso de celebridades o
personas muy conocidas, pueden hacerse estos comentarios objetivos
sobre sus obras, pero no sobre sus personas. De está manera se aprende
más sin ofender a nadie. Algunos temas de conversación que no sean
personales pueden basarse en cualquiera de los cinco canales del
pensamiento humano. (Jesse Bennet):

1) Historia: lo que ha hecho el hombre


2) Filosofía: lo que ha pensado el hombre
3) Arte: lo que ha creado el hombre
4) Ciencia: lo que ha descubierto el hombre
5) Literatura: lo que el hombre ha sentido y expresado en palabras.

i) Intercalar silencios: Conversar no implica hablar constantemente. Es


una actitud inteligente, hacer algunos silencios para reflexionar. Sin
embargo, el interlocutor no debe interpretar que esos silencios
significan desinterés. A veces se producen pausas involuntarias a causa
de un aparente agotamiento del tema. Son instantes molestos y
desagradables. Una gran virtud de buen conversador es saber romper
estas pausas. Una técnica fácil para lograrlo es tener siempre dos o tres
preguntas o comentarios para lanzar apenas se produce la pausa. No
debe dejarse prolongar demasiado estos silencios involuntarios.
Para que la pausa sea fecunda, debe aprovecharse en pensar en lo que ya
se ha dicho, buscando así posibles nuevos aportes a la conversación.

Discusiones: cómo ganarlas sin ofender al rival.

Como se ve en “Principios en Oratoria”, la mejor manera de ganar una


discusión es evitándola. En toda disputa se lesiona el “ego” del rival, lo cual
constituye un error. Al despertar el ego de una persona, ésta se encerrará en
sus pensamientos y no dejará paso a otras ideas.
Es conveniente adoptar una ética de la disputa que otorgue prioridad a la
verdad antes que al interés personal. Esto requiere control sobre uno mismo
ya que la tendencia a prejuzgar y a actuar en función del interés personal está
tan enraizada en al conducta que impide el acceso a una visión objetiva.
Por lo anterior, y dado que muchas veces existe la realidad de marcar errores
a otras personas, es necesario usar estas reglas para evitar discusiones, es
decir, ganarlas sin ofender:

a) Permitir a la otra persona exponer su punto de vista. Al dejar


expresar libremente al interlocutor, para uno equivocado, se abre una
válvula de escape en la otra persona, que ayuda a aflojar tensiones.
Cuando está exponiendo sus puntos de vista, no debe ser interrumpido,
sino por el contrario estimulado a seguir hablando.
b) No responder de inmediato. Si se contesta de inmediato es imposible
pensar o reflexionar lo que el otro ha dicho, y es necesario dar esa
impresión. Aunque lo que se diga sea lo mismo en los dos casos,
haciendo la pausa parece que se ha atendido y razonado la idea del otro.
c) No ganar en todo. Muchas personas pretenden en una discusión tener
el 100% de razón. Debe recordarse aquí que el que mucho desea, poco
consigue. Siempre debe buscarse un espacio de acuerdo entre ambas
opciones y no los puntos de discordia. De esta manera, ambos tendrán
razón en parte, y ninguno quedará resentido.
d) Amortiguar al rival. Nunca debe agredirse al interlocutor. Si no se está
de acuerdo con lo que dice, la mejor forma de iniciar la respuesta es
decir: “Si, pero en lugar de “No, de ninguna manera”. Si se emplea la
primera fórmula, el rival se siente rebatido totalmente y actuará en
consecuencia de la misma manera.
e) Reconocer propios errores. Si se descubre que la otra persona tiene
razón, es inconveniente mantenerse en la primitiva situación. “El
hombre que reconoce sus errores, demuestra su genio”.
f) Salvar el orgullo del otro. En el caso que el interlocutor acepte la
posición, sustentada por uno, no debe adoptarse una actitud de triunfo,
pues en realidad nada se ha ganado. Simplemente se lograría herir al
rival, sin ningún beneficio. Es oportuno decirle que cualquiera se puede
equivocar, o sugerirle que discuta el caso con otro.
H. DINÁMICA DE GRUPOS .
Exposiciones grupales

No tienen indicaciones oratorias específicas en razón de que no son técnicas


para hablar en público sino para, entre otras cosas, organizar
adecuadamente las reuniones de muchas personas que incluyan oradores.
Los oradores se ven precisados a conocer cómo organizar algunos eventos
públicos y privados de concurrencia multitudinaria como conferencias
múltiples, congresos, etc. Como aporte a esa necesidad, ofrecemos un
detalle básico de requisitos,

a) Simposio: Es un equipo de expertos que desarrollo debe hacerse de


manera sucesiva para permitir la discusión posterior, y necesita de la
presencia de un coordinador que fije los tiempos y conceda el uso de la
palabra. Debe cuidarse que cada uno de los expositores ofrezca un
enfoque distinto del asunto, y que no discutan entre sí.
b) Mesa redonda: Es un equipo de expertos que tienen opiniones
divergentes o aun contradictorias sobre un mismo tema. También
exponen ante el grupo en forma sucesiva, pero oponen sus opiniones
entre sí. El coordinador, necesario en esta técnica, cuidará de los
tiempos y dirigirá el debate, pero no intervendrá en la discusión de los
expertos, excepto para limar asperezas y/o levantar el ánimo si
decayera.
c) Panel: Es un grupo de expertos que no discuten ni “hacen uso de la
palabra”, sino que conversan ante el grupo, sobre un mismo tema, y
cada uno desde un particular punto de vista. El coordinador funciona de
la misma manera que en la Mesa Redonda, dirigiendo también el debate
posterior.

d) Debate público: Se trata de un panel conformado solamente por dos


personas que discuten sobre un tema manteniendo posiciones
divergentes contrarias. No es necesaria la presencia del coordinador
más que para la presentación de los oradores y, eventualmente, dirigir el
debate posterior o canalizar las preguntas que el auditorio haga a los
panelistas.

e) Entrevista pública: Se trata de un experto que es interrogado por una


sola persona ante el auditorio, sobre un tema fijado de antemano. El
interrogador actúa como interprete de las preguntas del público, y puede
actuar como coordinador para las preguntas que se hagan de viva voz.
f) Entrevista colectiva: Es el típico ejemplo de una “conferencia de
prensa”, donde un experto es interrogado por un grupo que,
ordenadamente, consulta al entrevistado canalizando las preguntas de
todo auditorio. En este caso, para evitar desórdenes, no conviene
autorizar preguntas directas del auditorio.

g) Foro: Todo los integrantes discuten un tema en común de manera


informal, conducidos por un coordinador. Es una técnica que debe
cuidarse ya que su excesiva informalidad puede dar lugar a desórdenes
o diálogos entre los participantes, lo que desvirtuaría el trabajo. El
coordinador debe cuidar, además que participen todos los integrantes
del grupo.

Mejores exposiciones

Las exposiciones pueden ser optimizadas con el uso de ayudas visuales,


a saber:

- Láminas
- Filminas
- Diapositivas
- Imágenes generadas por computadoras y similares
- Retro proyector.

Las ayudas visuales, que se utilizan a menudo en reuniones y


presentaciones, son de gran utilidad para facilitar el procesamiento de la
información a los oyentes. Se recomienda.

- Usar una sola idea por cada ayuda visual


- Usar un máximo de seis a siete palabras por línea
- Usar un máximo de seis a siete líneas por ayuda visual
- Si usa figuras o ilustraciones, no debe aparecer más de una en cada
ayuda visual
- Usar lenguaje simple y directo (palabras claras y cortas que transmitan
la idea). Evite la jerga técnica.
- Usar como máximo tres fuentes de letra por ayuda visual: uno para los
títulos, otro para el texto y otro para lo demás. La uniformidad facilita la
lectura.
- Utilizar tamaños grandes y legibles de letras. Por ejemplo, los títulos
deben tener por lo menos 10 centímetros cuando se proyectan en un
salón de dimensiones normales, pero su tamaño debe aumentar en
espacios más amplios.
- Si es posible, usar colores en las ayudas, aun cuando éstas contengan
sólo texto. No usar más de tres colores en cada una de ellas.

La exposición ganadora.

Una exposición ganadora requiere conectarse con aquello que se desea


alcanzar u obtener. Para ello, es útil preguntarse:

- ¿Cuál es la tesis que impulsa o motoriza a mi deseo? ¿Qué es lo que lo


justifica?
- ¿Cuál es el argumento principal que me sostiene?
- Por qué debería obtener lo que quiero? ¿Qué justicia, hecho o razones
me asisten o existen para apoyar las tesis?
- Cuál es la historia que mejor expone todos estos argumentos? (Hay que
alejarse de las abstracciones, acercarse a las historias).

Ganar o perder. La importancia del método

Frente a un problema es crucial saber cómo encararlo lo que implica


también adoptar una actitud ganadora:

- El perdedor forma parte del conflicto mientras que el ganador está del
lado de su solución. Mientras que el perdedor busca un motivo para no
hacer, el ganador tiene siempre un proyecto en su mente. Es decir que el
perdedor pone frenos y límites: “esto no me corresponde”. En cambio,
el ganador pide hacerse cargo porque sabe que quien no hace, no se
equivoca pero tampoco aprende.
- Antes las situaciones que se presentan el perdedor ve siempre
amenazas, el ganador descubre oportunidades.
- En su interior, el perdedor observa sus debilidades y genera círculos
viciosos. El ganador, prioriza sus fortalezas y transforma sus defectos
en virtudes ingresando en círculos virtuosos creadores de la autoestima
que es el capital más valioso del hombre.
- El perdedor vive las cosas como sucesos que le pasan, el ganador genera
cambios para que las cosas sucedan como él quiere que ocurran.
- Así el perdedor se siente a la deriva mientras que el ganador se conoce sí
mismo, sabe lo que quiere y genera el estímulo para una acción
altamente efectiva.
- El perdedor culpa a los demás. El ganador los respeta, comparte la frase
de Confucio: “el hombre superior se acusa siempre a si mismo, el
inferior acusa a los demás.
- El perdedor anticipa el fracaso por una visión negativa del futuro, el
ganador lo ilumina con una idea y su deseo de concretarla.
- Ante las dificultades, el perdedor se preocupa y hace sólo lo posible,
mientras que el ganador se ocupa y hace todo lo necesario para
superarlas y aumentar continuamente su círculo de influencia.
- El perdedor acepta pasivamente su destino, el ganador lo inventa
activamente.
- El perdedor se complica analizando en exceso y termina paralizado por
la duda. El ganador simplifica y decide sobre lo complejo facilitando la
resolución.
- El perdedor se concentra en no perder. El ganador imagina el triunfo y
visualiza las acciones necesarias para lograrlo. Se concentra en ganar.
- El perdedor se debilita con los fracasos. El ganador aprende de ellos: el
obstáculo el error o el problema son para él motores para el cambio.
Sabe que el río no genera potencia en su transcurso sino cuando se
concentra al ser detenido transitoriamente por el dique, y ante esa
resistencia, genera la energía que se desplazará luego con fuerza súbita
en el momento oportuno.

El cambio es posible

Lamentablemente, la persona común y corriente no se da cuenta de su


carencia: usa solamente el 10% de su capacidad potencial. Como el pez en el
agua, que es el último en darse cuenta que el agua existe porque se trata de su
medio natural, al hombre le ocurre lo mismo: comete el error de mirar hacia
el costado y de reflejarse en un espejo común en el que se encuentra con una
mediocridad media. Entonces se conforma.
El ideal para un cambio productivo es apuntar alto, hacia la excelencia,
pero reconociendo las limitaciones personales. Sólo se genera la tensión
creativa que conduce al resultado cuando se reúnen en un mismo acto el ideal
que se ambiciona con la realidad que se descubre. La verdad tiene un gran
efecto disparador cuando se encuentra el camino que puede transitarse para
llegar a la meta.
El ser humano es un animal de costumbres y como tal puede hacer del
defecto una virtud.
Cuando Pandora dejó escapar de la caja todos los males que azotan a la
humanidad, la cerró a tiempo para atrapar sus antídotos: la esperanza y el
optimismo.
La solución es poder instalar esos antídotos en la mente y su versión
moderna: el pensamiento pasivito, para aprovechar su capacidad
autosugestiva que le permite transformar en acto todo aquello que se decide
a aceptar.
El modelo sistémico que propone ILVEM sostiene que la comunicación
debe comenzar con la claridad del objetivo. Para quien no sabe a dónde
quiere llegar, es indiferente el camino que elija.
TESTS Y EJERCICIOS

1) Prepare un discurso sobre cualquier tema de su interés

2) Busque el lugar donde exponerlo.

3) Evalúe el resultado

4) Repite la experiencia en forma cotidiana

5) Entrene su oratoria intentando, como Demóstenes, transformar sus


defectos en virtudes

6) Planifique adquirir una o dos virtudes a la vez: evitar los bastoncillos,


tener ideas originales, lograr sus objetivos, mejorar la conversación,
utilizar mejor el cuerpo, lanzar adecuadamente la voz, etc.

7) Grabe y filme su exposición

8) Corrija sus fallas mientras observa el video junto a otras personas

9) Capacítese: haga cursos de Oratoria y Teatro

10) Intente eliminar el miedo hablando con gente desconocida o


participando siempre que pueda

11) Eleve su autoestima a través de la mejora continua. Recuerde que


pequeños progresos diarios producen excelentes resultados a largo
plazo.
CUARTA ETAPA: APLICACIÓN.

INTELIGENCIA

A) EL PROBLEMA COMO MOTOR DE LA INTELIGENCIA.

Crisis y oportunidad.

El problema puede considerarse como el motor de la inteligencia ya que la


enciende y la moviliza para que entre en acción. Una vez aceptado el
problema, se activa el pensamiento: el instrumento que posee la mente para
su resolución.
Sobre el pensamiento se habla mucho pero se hace poco. En el lenguaje
cotidiano, se utiliza el verbo "pensar" de manera inapropiada, por ejemplo,
como sinónimo de asociar, recordar o creer. Pensar, en el sentido reflexivo de
la palabra, implica comprender la situación, inventar la solución y actuar en
consecuencia.
Utilizar el imperativo piense es, en realidad, una paradoja. A ninguna
persona se la puede obligar a pensar porque el pensamiento actúa
reflexivamente cuando su socio estratégico (el problema) aparece. El
problema es entonces una oportunidad para utilizar la inteligencia y, por
lo tanto, debe ser encarado con una visión optimista.
Para provocar un intenso movimiento interior que promueva un cambio en la
vida, hay que adquirir el hábito del pensamiento como instrumento,
desarrollar la capacidad de observación o de descubrir aquello que los demás
no pueden ver, y fijar objetivos en lugar de limitarnos a reaccionar ante lo
que sucede.
La necesidad, que es la madre del problema, es la consecuencia del deseo.
Se pueden distinguir dos fases por las que atraviesa la invención de una idea:
nace en el hemisferio derecho, el sitio de la imaginación creadora, y continúa
por el hemisferio izquierdo, donde se detiene hasta que se convierte en
proyecto. La ejecución global de este proceso es la materialización de la idea
corno logro. Así es como el creador convierte su espíritu en materia.
Conclusiones en positivo

El Método ILVEM es un capital metodológico que interacciona con


otros capitales (intelectual, material y social) para la generación e
implementación de proyectos. Para ello, cuenta con instrumentos e
instituciones donde participan alumnos, profesionales, empresas y
organizaciones. La propuesta es transformar palabras en hechos:
millones de ideas positivas circulando por redes creativas cambiarán
al mundo.
Las ideas son como perlas a cultivar con creatividad, innovación y
los nuevos recursos: el conocimiento, el tiempo y el trabajo en
equipo.
La unión hace la fuerza; el aislamiento de los especialistas impide
lograr el resultado superior que surge de la sinergia positiva, donde el
todo supera a la sumatoria de las partes.
Hoy, el conocimiento es un capital: detrás de la apariencia de
cualquier producto, se encuentra el saber que lo hace posible.
Mientras el enciclopedismo corre detrás de la información (cada vez
más difícil de alcanzar por su crecimiento exponencial), lo que se
requiere es aprender a aplicar el saber.

“Yo S.A.” vs. mentalidad de empleado.

Para desarrollar el espíritu emprendedor, es importante trabajar en


equipo. Las organizaciones y los especialistas se necesitan
mutuamente. Liderar las propias ideas y aprender a conocerse a sí
mismo son las mejores terapias en esta época de inseguridad. Ante la
pérdida del empleo de por vida, frente a la globalización y la
tercerización, la mejor respuesta es que cada persona se convierta en
“YO S.A.”
Esto implica una estrategia de marketing personal. Su cuerpo, su
mensaje y su presentación deben responder a su esencia.
La tendencia señala que en un futuro cercano, el principal empleador
de la economía será uno mismo. Si esto resulta cierto, es
Sin embargo, el individualismo produce costos innecesarios que se
evitan cuando se aprende a compartir los recursos. “Yo S.A.” debe
integrarse al trabajo en equipo. Por eso creamos:

“La Ciudad del Saber”.

Es el lugar de aplicación del Método ILVEM donde se intentan reunir


todos estos principios para poner en marcha el verdadero sentido del
saber y de la inteligencia, combinándolos en dirección al objetivo
final que es alcanzar la felicidad del hombre.
En “La Ciudad del Saber” funciona una Fábrica de ideas, que se creó
cuando todavía no existían incubadoras. Allí, un gran tanque
receptor las recibe. No existe discriminación por tamaño: se aceptan
pequeñas, medianas y grandes.
Luego se registran, se clasifican y se las deja incubar. Posteriormente,
un embudo selector las elige según su valor económico, su
originalidad y viabilidad, y entonces, salen convertidas en proyectos.
La etapa final es la implementación.
La Fábrica opera las 24 horas, los 365 días del año.

Los proyectos son la metodología del futuro.

Ante las calamidades que aquejan al mundo, se suele decir “¿por qué
nadie hace nada?”, pero pocos se preguntan “¿por qué yo no hago
algo?”. La Fábrica también funciona como una escuela de liderazgo
para encarnar las ideas y llevarlas a la práctica.
ILVEM invita a las empresas líderes a formar parte de “La Ciudad del
Saber” y las convoca a devolver a la comunidad parte de lo que
reciben de ella.

Alianzas estratégicas.

¿Qué es la Fábrica de relaciones productivas?


La crisis demanda no quedarse con los brazos cruzados. Todos
tenemos alguna capacidad ociosa que, si no podemos vender, al
menos podemos permutar. Las personas y las empresas creativas
pueden inventar su destino aun en las peores condiciones. Por eso, la
Fábrica de ideas acepta el ingreso de iniciativas de todo tipo que
facilitan la salida hacia la creatividad.
Una vez generadas, es importante establecer relaciones productivas
para realizarlas. Una alianza es el trabajo de concretar una idea a
través de una relación especialmente seleccionada.
Esta instancia, que asocia a los “optimistas por naturaleza”, da lugar a
la Fábrica de relaciones productivas: el espacio donde se construye
una red de aliados de manera tal que del interjuego de contactos e
ideas surjan los mejores resultados.
El método es el siguiente: se combinan ideas y personas con sus
actividades o conocimientos y luego se observa el cruce de la
información. La técnica consiste en provocar al azar. Si en esta
combinación aparece una idea atractiva, se comienza a trabajar.
Las alianzas estratégicas que se promueven son bilaterales o
multilaterales, de tipo económico o social, interempresarias o con
profesionales y particulares, nacionales o internacionales, etc.
Esta estrategia concibe al crecimiento como un proceso de abajo
hacia arriba, donde el capital intelectual, el social y el trabajo en
equipo son los recursos esenciales.
El concepto primario es ayudar al que me ayuda y priorizar la
calidad, ya que la reunión se efectúa entre quienes comparten
recursos innovadores.
Una alianza puede ser permanente o creada sólo para un fin
determinado pero siempre en el formato “yo gano, tú ganas” que es
el prototipo de toda asociación productiva.
Lo importante es buscar interlocutores creativos. La alianza
incrementa su valor porque permite elegir a los mejores sin tener que
realizar el esfuerzo que ellos hicieron para llegar a serlo.
Así se puede transitar mejor en un mundo potencialmente hostil pero
también lleno de oportunidades.
Ciudadanos del mundo global.

Se trata de un programa sin barreras geográficas que identifica las


habilidades requeridas para operar en el mundo global y capacita para
lograrlas. Esas destrezas son: metodología intelectual, informática e
idioma inglés.
Hoy, los procesos de integración y mundialización impulsan la
creación de “transfronteras” en las que se organizan un gran número
de prácticas privadas y relaciones sociales.
Si bien la globalización tiene una contracara negativa, proponemos
transformar los efectos adversos en oportunidades y generalizar sus
ventajas, por ejemplo, exportando o importando ideas, proyectos y
conocimientos.
¿Qué es el outsourcing? Las empresas internacionales profesan el
culto de la tercerización y eliminan o reemplazan gente que trabaja en
relación de dependencia y se reorganizan para aumentar sus
beneficios y hacerse más competitivas.
La clave en transformarse en un trabajador del mundo global. Por
ejemplo, Juan Pérez vive en un país periférico pero aprendió a usar el
100% de su capacidad; sabe cómo asociarse con gente creativa en
cualquier lugar; integra su sistema nervioso con el sistema digital
aprovechando las tecnologías de la información y de la comunicación
y domina perfectamente el idioma inglés. Así, Juan Perez supera a
John Smith, su colega del primer mundo, porque ha desarrollado al
máximo su creatividad y es bilingüe. Las empresas internacionales
no contratan por residencia o nacionalidad sino por competencia y
conveniencia. John Smith necesita 2.000 dólares para mantener su
nivel de vida, a Juan Perez 1.000 dólares lo hacen muy feliz. Por
eso, Juan Perez accede a su oportunidad a través del marketing
digital.

Inteligencia institucional.

La inteligencia es también una virtud de las organizaciones que


aprenden a aprender. Los hombres pasan, las instituciones quedan.
Son una huella viva de la historia que ayudaron a construir. Esto
explica el enorme valor de las organizaciones inteligentes por los
efectos a largo plazo que generan en la sociedad. Mientras que el ciclo
de vida humano es limitado, el de las instituciones puede subsistir
mientras renueven sus recursos y se adapten al contexto.
El Método ILVEM se encarna también en una institución que
capacita y promueve la creación de otras organizaciones.
Por ejemplo, la Fábrica de ideas se dedica al desarrollo del potencial
humano y su aplicación al trabajo y los negocios. Esta particularidad
la convierte en un modelo económico alternativo de crecimiento
donde la materia prima son las ideas.
La inteligencia institucional e individual se potencian
recíprocamente. El capital intelectual es una reserva de recursos. La
inteligencia es la que lo aplica, es el gerente que optimiza el
rendimiento. La conversión de ideas en resultados requiere
desarrollar el capital social mediante alianzas que vinculen a las
personas con las organizaciones.

El intelectual y el hombre de acción.

El Método ILVEM señala la necesidad de integrar las aptitudes del


intelectual y del hombre de acción:
! El intelectual trabaja con palabras e ideas y el hombre de acción
con personas y cosas.
! El intelectual aporta sus conocimientos y reflexiones. El hombre
de acción gestiona el saber y ejecuta proyectos.
! El intelectual se preocupa. El hombre de acción se ocupa.
! El intelectual tiene razones, el realizador pasiones.
Ambos se complementan, como las emociones y el pensamiento, en
un conocimiento más amplio: el de saber vivir.

Hacer o no hacer: esa es la cuestión.

Frente a un problema, hacer más de lo mismo agrava la situación.


Pero quien es exitoso, puede fracasar si no modifica su estrategia ante
las variaciones del contexto.
El cambio genera una reacción en cadena, pero hay que pensar por
dónde empezar. No es posible arreglar todo al mismo tiempo.
Pero aquí se presentan dos opciones de pensamiento: una apunta al
modelo ideal y trata de alterar lo real para que coincida con éste. La
otra se pregunta cómo funciona lo real.
La primera modalidad, usa los medios para llegar más rápido al
objetivo. Para la segunda, el mundo no es un objeto a modificar, es un
proceso al que conviene adaptarse, es un socio que no demanda
capital. El modelista se pregunta a menudo: “¿por qué no avanzo pese
al esfuerzo?”. El adaptativo responde: “deja de actuar para que
suceda. La rosa no crece más rápido porque tires de ella, sólo debes
preparar el terreno”.
Un pensador ecléctico combina las dos formas: reacciona ante lo real
observando el camino que genera el reordenamiento de las fuerzas y
mantiene su proactividad (sabe lo que quiere e inicia procesos que lo
conducen a su objetivo).
El Método ILVEM combina los dos modelos: la mente aprovecha su
potencia natural en el contexto que selecciona y reinventa su
estrategia para alcanzar la meta que decide alcanzar.
Cada individuo es una potencia que depende del conocimiento de su
misión. Capital intelectual, humano, social y material son fuerzas que
señalan un camino. La inteligencia consiste en descubrirlo.
Cualquiera sea el tipo de pensador que predomine en usted intente
sacar la fotografía del futuro que anhela, como si ya hubiese
conseguido el objetivo que busca. ¿Qué le gustaría cambiar? Grábela
ahora en el hemisferio derecho del cerebro para que guíe su estrategia.
Luego, escriba el libreto y haga la película con principio, desarrollo y
final, estableciendo las prioridades. Confeccione el plan para que
cobre vida propia. Pero recuerde que la estrategia se hace día a día.
Esto implica adaptarla a lo real y corregirla, lo que le da flexibilidad
para recrearla constantemente de acuerdo a su deseo y a sus nuevos
intereses.
Tener problemas no es un problema.

Había una vez un campesino que le pidió a Dios poder alterar la


naturaleza para obtener las mejores cosechas. Dios le concedió su
deseo. Así fue como el campesino eligió los mejores climas con días
soleados y lluvias ligeras o regulares cuando le faltaba el agua. Sin
embargo, la cosecha fracasó. Quiso saber la causa y Dios le contestó:
“lo que querías no era lo que te convenía. No pediste las tormentas
que limpian las siembras, ahuyentan a los pájaros, a los animales que
las devoran y a las plagas que las destruyen”.
La historia está llena de errores afortunados. El mal es la otra cara del
bien como quien aprovecha la fuerza del adversario o al caer se
levanta apoyándose en el lugar en que resbaló. La vida nos enseña
cómo la dificultad engendra la solución
Cuando la arenilla penetra por error en las válvulas de la ostra que la
enquista, ésta segrega una sustancia que se endurece y se convierte en
el objeto brillante que conocemos. La ostra transforma el error, hace
de la intrusa una parte de sí misma adaptándola a su naturaleza. Una
ostra que no fue herida no produce perlas. El dolor, una herida curada,
producen anticuerpos.
Los errores son la fuente del aprendizaje. Los más grandes, son las
tormentas que necesitamos para tomar conciencia de que no debemos
preocuparnos vanamente sino ocuparnos en lo que es importante. Las
tormentas existen y no se pueden evitar.
Lo importante es enfrentarlas y entonces nos dejarán fortalecidos.
Los Maestros, con Mayúscula, son lo que enseñan que el éxito no se
mide por el logro sino por los obstáculos que se superan y que los
problemas son oportunidades ocultas.
Todos hemos fantaseado con tener un genio interior que, por arte de
magia, convierta nuestros sueños en realidad. Ese ser habita en
nosotros. Todo lo que nos rodea fue concebido en la mente de alguien.
Si creemos en algo, de alguna manera, lo estamos creando.
ILVEM: el método, su filosofía y las claves.

! El Método ILVEM nace hace 35 años; su filosofía se basa en lograr


el máximo desarrollo de las capacidades del hombre.
! Abarca lectura veloz y comprensiva, agudeza sensorial,
comprensión de textos, métodos de estudio, concentración,
memoria, oratoria, redacción, inteligencia, informática e inglés.
! Su método es la tecnología intelectual.
! Ayuda a descubrir la preferencia personal y a conocerse a sí
mismo.
! A través de un sistema de coaching, permite el avance por
resultados y no por tiempo.
! Enseña a sincronizar el sistema nervioso humano con el digital
mediante el entrenamiento de la mente y la incorporación de
innovadoras herramientas informáticas.
! Coordina el espíritu, los instintos, emociones y pensamientos
hacia el objetivo que se desea alcanzar.
! Apoya el principio de “estrategia de vida”: definir la misión
personal, el propósito que surge del autoconocimiento.
! Se puede estudiar en forma presencial y a distancia.
! Desarrolla el concepto etimológico de la palabra “educación” que
significa “sacar de adentro”.
! Elude el enciclopedismo; une el mundo del estudio, del trabajo y
de los negocios mediante la metodología del proyecto, del canje y
de la alianza estratégica.
! Reúne al intelectual, al creador y al hombre de acción.
! Combate la mentalidad de empleado y la mentalidad de bombero.
! Optimiza la capacidad de administración del tiempo y de los
recursos de la mente.
! Su institución de aplicación es “La Ciudad del Saber”, que posee
especialistas en todas las áreas del conocimiento.
! Se vincula con empresas y emprendedores a través de alianzas
estratégicas.
! Contiene una Fábrica de ideas, cuya materia prima es la
creatividad humana, y otra de Relaciones productivas.
! El estudiante aprende a fabricar una idea por día.
! Se exporta a todo el mundo.
! Se puede aplicar a niños, adolescentes y adultos.
! Promueve que el alumno se integre a la institución como
fabricante de ideas o como ejecutor de proyectos.
! Dirige los programas “YO S.A.” y el de “Ciudadanos del mundo
global”.
! Integra el capital intelectual, el social y el financiero.
! Forma al egresado como líder.
! Facilita la salida laboral o empresarial; enseña a emprender.
! Garantiza el resultado de los cursos.
! Su objetivo es transformar el defecto en virtud, la debilidad en
fortaleza y generar una mirada creativa sobre el mundo.
! Invita a confiar en el recurso de la autoestima como un capital
invisible.

En síntesis, no despedimos al alumno con un apretón de manos y


con el clásico deseo de buena suerte sino que tomamos sus manos
para atraerlo hacia nuestra red creativa.

Estimado lector, lo invito a que pensemos:


¿qué podríamos hacer juntos?

Comuníquese conmigo escribiendo a [email protected]

CONTÁCTESE PARA ASISTIR A UN


DEMO-TEST GRATUITO DEL MÉTODO ILVEM:

ILVEM CENTRAL:
Mansilla 3037 (C1425BPK)
Buenos Aires, Capital Federal, Argentina.
Tel.: (011) 4821-5411 E-mail: [email protected]
http://www.ilvem.com

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