El movimiento dadaísta surgió durante la Primera Guerra Mundial como una forma de expresión de la irracionalidad y rebelión contra la guerra. Fue fundado en 1916 en el Cabaret Voltaire en Zúrich por artistas como Hugo Ball y Tristan Tzara, y se caracterizó por cuestionar las convenciones del arte a través de gestos y manifestaciones provocativas para crear un antiarte. Dadaísmo se expandió influyendo en diferentes campos artísticos y cuestionando la naturaleza del arte y la poesía.
0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
114 vistas2 páginas
El movimiento dadaísta surgió durante la Primera Guerra Mundial como una forma de expresión de la irracionalidad y rebelión contra la guerra. Fue fundado en 1916 en el Cabaret Voltaire en Zúrich por artistas como Hugo Ball y Tristan Tzara, y se caracterizó por cuestionar las convenciones del arte a través de gestos y manifestaciones provocativas para crear un antiarte. Dadaísmo se expandió influyendo en diferentes campos artísticos y cuestionando la naturaleza del arte y la poesía.
El movimiento dadaísta surgió durante la Primera Guerra Mundial como una forma de expresión de la irracionalidad y rebelión contra la guerra. Fue fundado en 1916 en el Cabaret Voltaire en Zúrich por artistas como Hugo Ball y Tristan Tzara, y se caracterizó por cuestionar las convenciones del arte a través de gestos y manifestaciones provocativas para crear un antiarte. Dadaísmo se expandió influyendo en diferentes campos artísticos y cuestionando la naturaleza del arte y la poesía.
El movimiento dadaísta surgió durante la Primera Guerra Mundial como una forma de expresión de la irracionalidad y rebelión contra la guerra. Fue fundado en 1916 en el Cabaret Voltaire en Zúrich por artistas como Hugo Ball y Tristan Tzara, y se caracterizó por cuestionar las convenciones del arte a través de gestos y manifestaciones provocativas para crear un antiarte. Dadaísmo se expandió influyendo en diferentes campos artísticos y cuestionando la naturaleza del arte y la poesía.
Descargue como DOCX, PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 2
Características de Dadaísmo
El Dadaísmo fue un movimiento vanguardista literario y artístico
surgido durante la Primera Guerra Mundial, caracterizado por su negación de los cánones estéticos establecidos, y que abrió camino a formas de expresión de la irracionalidad. El movimiento artístico surgido primero en Europa y posteriormente en Norteamérica; fue creado en el Cabaret Voltaire en Zúrich, Suiza entre 1916 y 1922 con Hugo Ball como fundador y, posteriormente, adoptado por Tristan Tzara, quien se convertiría en la figura representativa de dadá. Surgió del desencanto que sentían los miembros al vivir en la Europa del periodo tardío de la Primera Guerra Mundial y posteriormente, en actitud de rebelión hacia la abulia y desinterés social característico de los artistas del periodo de entreguerras. Dadaísta suele ser una sucesión de palabras y sonidos, lo que hace difícil encontrarle lógica. Se distingue por: la inclinación hacia lo dudoso, la muerte, lo fantasioso, y la constante negación. Así, busca renovar la expresión mediante el empleo de materiales inusuales o manejando planos de pensamientos antes no mezclables lo cual conlleva a una tónica general de rebeldía o destrucción. El Dadá es caracterizado, también, por gestos y manifestaciones provocadoras en las que los artistas pretendían destruir todas las convenciones con respecto al arte, creando, de esta forma, un antiarte. Sus orígenes se localizan cuando una serie de artistas de distintas nacionalidades se encontraron como refugiados en Zúrich durante la Primera Guerra Mundial. Artistas reconocidos de este movimiento fueron: Tristan Tzara y Marcel Jank de Rumanía, el francés Jean Arp y los alemanes Hugo Ball, Hans Richter y Richard Huelsenbeck. Tras varios encuentros informales en distintos cafés, empezó a tomar forma la idea de crear un cabaret internacional. La primera celebración tuvo lugar el 5 de febrero de 1916 en el Cabaret Voltaire, y consistió en un espectáculo de variedades con canciones francesas y alemanas, música rusa, música negra y exposiciones de arte En ese mismo año se publicó un panfleto titulado Cabaret Voltaire conteniendo aportaciones de Guillaume Apollinaire, Filippo Tommaso Marinetti, Pablo Picasso, Amedeo Modigliani y Vasili Kandinski; en la cubierta aparecía un dibujo de Arp. En 1917 se inauguró la Galería Dadá y Tristán Tzara comenzó la publicación. Dadá se presenta como una ideología total, como una forma de vivir y como un rechazo absoluto de toda tradición o esquema anterior. En el fondo es un antihumanismo entendiendo por humanismo la tradición anterior, tanto filosófica como artística o literaria. No por casualidad en una de sus primeras publicaciones había escrito como cabecera la siguiente frase de Descartes: «No quiero ni siquiera saber si antes de mí hubo otro hombre.» El movimiento dadaísta es un movimiento antiartístico, antiliterario y antipoético porque cuestiona la existencia del arte, la literatura y la poesía. Por definición, cuestiona el propio dadaísmo. Dadá se manifiesta contra la belleza eterna, contra la eternidad de los principios, contra las leyes de la lógica, contra la inmovilidad del pensamiento, contra la pureza de los conceptos abstractos y contra lo universal en general. Propugna, en cambio, la desenfrenada libertad del individuo, la espontaneidad, lo inmediato, actual y aleatorio, la crónica contra la intemporalidad, la contradicción, el no donde los demás dicen sí y el sí donde los demás dicen no; defiende el caos contra el orden y la imperfección contra la perfección. Por tanto en su rigor negativo también está contra el modernismo, y las demás vanguardias: el expresionismo, el cubismo, el futurismo y el abstraccionismo, acusándolos, en última instancia, de ser sucedáneos de cuanto ha sido destruido o está a punto de serlo. La estética dadá niega la razón, el sentido, la construcción del consciente. Sus formas expresivas son el gesto, el escándalo, la provocación. Para dadá la poesía está en la acción y las fronteras entre arte y vida deben ser abolidas.
La expansión del mensaje dadá fue intensa, amplia y tuvo repercusiones en
todos los campos artísticos. En Alemania encontró adeptos entre los intelectuales y artistas que apoyaban el movimiento espartaquista (movimiento revolucionario que intentó una revolución socialista). En Francia ganó las simpatías de escritores como Breton, Louis Aragon y el poeta italiano Ungaretti. El aporte permanente del dadaísmo al arte moderno es el cuestionamiento continuo de qué es el arte o qué es la poesía; la conciencia de que todo es una convención que puede ser cuestionada y, por tanto, no hay reglas fijas y eternas que legitimen de manera histórica lo artístico. Gran parte de lo que el arte actual tiene de provocación viene del dadá, así también la mezcla de géneros y materias propia del collage. La diferencia fundamental estriba en que el arte actual se toma en serio a sí mismo, mientras que el dadaísmo nunca olvidó el humor.