Angélica Alexopoulou - Aproximación Al Tratamiento Del Error en La Clase de E/le Desde La Perspectiva Del Análisis de Errores
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2005
Angélica Alexopoulou
APROXIMACIÓN AL TRATAMIENTO DEL ERROR EN LA CLASE DE E/LE DESDE
LA PERSPECTIVA DEL ANÁLISIS DE ERRORES
Estudios de Lingüística Aplicada, julio, año/vol. 23, número 041
Universidad Nacional Autónoma de México
Distrito Federal, México
pp. 101-125
Angélica Alexopoulou
Departamento de Lengua y Literatura Italianas y Españolas,
Universidad de Atenas
The purpose of this paper is to present and deal with questions posed by the treatment of
errors under the perspective of Error Analysis. After analysing some preliminary questions,
we present the theoretical framework in which we approach the matter of correction
techniques as well as error “therapy”. Following these considerations, we propose a
model based on the descriptive and linguistic criterion of Error Analysis, which we apply
on a corpus of morphosyntactic errors in the written Interlanguage of Greek learning
Spanish as a foreign language.
Palabras clave: análisis de errores, errores morfosintácticos, corrección, interlengua, producción escrita.
Fecha de recepción del artículo: agosto de 2005.
Angélica Alexopoulou
Departamento de Lengua y Literatura Italianas y Españolas,
Universidad de Atenas,
Pytheou 84,
117 43 Atenas, Grecia.
Correo electrónico: [email protected]
1. Cuestiones preliminares
“La gente no puede aprender lenguas sin primero cometer errores de manera sis-
temática” (Dulay et al., 1982:138). Creemos que nadie pondría en duda tal afir-
mación, tanto en lo que se refiere al proceso de aprendizaje de una lengua extranjera
como al de la lengua materna. Es común que los aprendientes cometan errores en
su intento de producir enunciados orales y escritos.
La problemática que suscita el concepto de “error” ha ocupado y sigue ocu-
pando un lugar primordial, tanto en los estudios relativos a la adquisición de una
segunda lengua o lengua extranjera (L2) como en el aspecto práctico de la activi-
dad en el aula, esto es, en lo que atañe al tratamiento didáctico del error.
La actitud frente al error depende, en gran medida, de cómo se conciba la
adquisición de una lengua extranjera, de la postura que se adopte en cuanto a dicho
proceso.
Es así que el error, en su acepción actual, después de atravesar una serie de
etapas, ya no representa el “pecado” que se suponía debía enmendarse de inme-
diato, dado que se asumía como un signo de fracaso (método de gramática y
traducción); también ha dejado de ser visto como un virtual peligro con respecto
a la formación de malos hábitos causados por la interferencia de la lengua mater-
na (método audiolingual). Gracias a la aparición del análisis de errores (AE) en
los años sesenta y al giro metodológico que supuso el enfoque comunicativo —el
cual situó al alumno en el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje de una
L2—, la actitud frente al error cambió radicalmente.
Los estudios realizados desde la perspectiva del AE ayudaron a tomar con-
ciencia de que los errores pueden llegar a ser potencialmente muy importantes
para el mejor entendimiento del comportamiento lingüístico de los aprendientes, un
comportamiento inevitable y necesariamente desviante en algunas ocasiones, cer-
tero en otras pero, en todo caso, casi siempre creativo.
La información que nos proporciona una investigación basada en el análisis
de los errores de quienes aprenden una lengua extranjera tiene una doble utilidad:
Los errores de los aprendientes, en definitiva, nos revelan dos aspectos muy im-
portantes:
La ligazón entre las formas léxicas y las realizaciones sintácticas que se llevan
a cabo en el entramado textual, se formaliza principalmente a través de tres
aspectos fundamentales:
2. Marco teórico
za-aprendizaje de una L2 tienen varias razones para sentirse, cada una por su
lado, desmotivadas.
A los alumnos, por su parte, la corrección tal como se practica tradicional-
mente les causa, en el mejor de los casos, aburrimiento e indiferencia por ser
poco atractiva y monótona; en el peor de los casos, un texto lleno de tachaduras
rojas solamente les provoca ansiedad y frustración; si acaso le echan un vistazo a
la nota recibida y guardan el texto corregido en la carpeta sin enterarse siquiera
de los errores en que han incurrido. Es obvio que esta actitud les hace perder todo
tipo de motivación hacia la lengua y su aprendizaje. Los profesores, entre tanto,
se sienten frustrados al ver que su esfuerzo, que ha significado muchas horas de
trabajo intenso, no ha dado frutos.
La práctica correctiva, considerada como la “culminación del aprendizaje”
(Cassany, 1996:27), es útil tanto para el alumno como para el profesor.
Por consiguiente, para que la práctica correctiva resulte provechosa y deje de ser
una actividad frustrante para aprendientes y profesores, deberíamos cuestionarnos
sobre la eficacia de los métodos tradicionales de corrección, de forma que poda-
mos convertirla en un instrumento útil y parte esencial e inseparable del proceso
de aprendizaje; en otras palabras, nuestra meta es buscar los medios que nos per-
mitirán transformar este tipo de práctica en lo que debería ser: un recurso didác-
tico al servicio del aprendizaje. Para lograr este objetivo necesitamos trazar una
estrategia clara y bien definida que nos guíe en la toma de decisiones.
A la pregunta “¿cuál es la función de la corrección?”, la respuesta, a nuestro
modo de ver, es clara: corregimos para favorecer el aprendizaje. Teniendo en
cuenta esta realidad, intentaremos reflexionar sobre las técnicas de corrección
cuyo objetivo, en definitiva, no es otro que el de ayudar a los alumnos a superar
108 Angélica Alexopoulou
las dificultades con las que se topen en el estadio concreto en el que se encuentre
su interlengua. Antes de abordar el tema del tratamiento del error y de las técnicas
de corrección y reparación que se pueden adoptar, nos parece necesario presentar de
manera muy rápida algunas cuestiones esenciales que constituyen la base de nuestra
reflexión.
En lo que concierne a nuestro tema, como veremos más adelante, cada tipo de
desviación requiere un tratamiento diferente.
3
El concepto de “sistematicidad” implica que puede haber errores casuales (Corder, 1991:37), es decir “no
sistemáticos”, que pertenecen al campo de la actuación.
Aproximación al tratamiento del error 111
1. Adición (AD)
2. Omisión (OM)
3. Elección falsa (EF)
4. Forma errónea (FE)
5. Colocación falsa (CF)
3. Artículos (ART)
4. Determinativos
a. Demostrativos (DEM)
b. Indefinidos (IND)
c. Posesivos (POS)
5. Pronombres
a. Personales (PP)
b. Relativos (PR)
6. Verbos
a. Forma verbal (FV)
b. Tiempo verbal (TV)
c. Modo verbal (MV)
d. Formas no personales
Infinitivo (INF), Participio (PAR), Gerundio (GER)
7. Adverbios (ADV)
8. Preposiciones (PREP)
9. Conjunciones (CONJ)
10. Sustantivos (SUST)
11. Adjetivos (ADJ)
4
Estas estrategias del aprendiente, a partir de las cuales se generan tanto los errores interlinguales como los
intralinguales, consideramos que son estrategias compensatorias, pertenecientes a las estrategias de co-
municación (Faerch y Kasper, 1983:53) y resultan de la imposibilidad para compensar las deficiencias a la
hora de hacer frente a una situación comunicativa.
Aproximación al tratamiento del error 113
INTERFERENCIA (IF)
ERRORES Ô Interferencia de la L1
INTERLINGUALES Ô Interferencia de otra L3
Ô Traducción literal a
Ô Evasión
GENERALIZACIÓN
Ô Hipergeneralización (HG)
Ô Analogía (AN)
Ô Asociación cruzada (ACr)
Ô Hipercorrección (HC)
Ô Ignorancia de las restricciones
de las reglas (IRR)
Decidir qué errores hay que corregir no es tan simple como a primera vista podría
parecer. ¿Hay que corregir todos los errores? ¿Hay que corregir solamente algu-
nos? ¿Cuáles?
Dos falsos conceptos pueden influir de manera negativa en nuestra práctica
correctiva: o bien corregir todos los errores que producen nuestros alumnos cre-
yendo que es nuestro deber para no ser calificados de “malos” profesores, o bien
ignorar buena parte de ellos. Tanto la primera como la segunda práctica descon-
ciertan al aprendiente y descuidan dos criterios fundamentales de los cuales de-
pende la corrección:
Tanto para los alumnos principiantes como para los avanzados se debe aplicar
una corrección selectiva que supone limitarse a un número determinado de es-
tructuras, y trabajarlas de manera sistemática durante un periodo de tiempo deter-
minado.
5
Cassany (1996:37) habla de “fomentar una corrección optimista y constructiva” y propone destacar los
aspectos negativos con el signo de sumar (+) y los mejorables con el signo de restar (–).
116 Angélica Alexopoulou
El momento más oportuno en el que se debe corregir depende sobre todo del tipo
de producción —oral o escrita—, y también del objetivo que queramos alcanzar.
De las dos modalidades que se conocen —la diferida y la inmediata—, las venta-
jas de la segunda son obvias cuando se trata de la producción oral. Sin embargo,
en el caso de la producción escrita, en el cual la corrección inmediata no parece
viable,6 hay que tener en cuenta que no es muy conveniente dejar pasar mucho
tiempo para entregar el texto corregido si queremos que el alumno no pierda la
motivación para recibirlo y aprovechar las sugerencias.
6
Con la excepción de la técnica de la entrevista individual entre profesor y alumno, que es de gran utilidad,
pero difícilmente realizables a causa de la inmensa carga temporal que significarían para el profesor.
Aproximación al tratamiento del error 117
Por otro lado, en el tratamiento de los errores de la producción escrita debe tomarse
en cuenta que la precisión gramatical (atención a la forma) es más importante que en
la producción oral, en la cual predomina la fluidez (atención al significado).
Por último, no podríamos cerrar este apartado sin referirnos a la importan-
cia de que el profesor haga conscientes a sus alumnos de que, al igual que un
escritor no entrega el texto que ha escrito sin revisarlo y sin volver a escribirlo
varias veces, ellos tampoco pueden dar por definitivo el primer texto ni conside-
rarlo el producto final. El primer texto se entrega para ser modificado y mejora-
118 Angélica Alexopoulou
3. Técnicas correctivas
Teniendo como telón de fondo los principios que hemos esbozado, trataremos de
ofrecer algunas pautas generales que se pueden aplicar a la corrección de errores
morfosintácticos de la producción escrita de aprendientes de E/LE.
Hendrickson (1984) destaca tres técnicas en el tratamiento del error:
El tratamiento indirecto,10 por otro lado, evidencia el error sin proponer solucio-
nes ni explicaciones metalingüísticas; en cambio, proporciona símbolos que ayu-
dan a los alumnos a descifrar el error. Se adecua perfectamente a los lapsus y las
faltas, ya que los estudiantes los pueden reconocer y autocorregirse si tienen su
atención concentrada. Las marcas sugeridas por Hendrickson para este tipo de
corrección son las siguientes:
permite diferenciar el ámbito lingüístico al que afecta el error con la ayuda de una
serie de “etiquetas” que corresponden a la categoría gramatical y/o a una de las
cinco categorías del criterio descriptivo. Esta técnica fomenta la labor de autoco-
rrección por parte del alumno, ya que no le da la solución, pero le proporciona
unas pistas facilitadoras. Es apropiada para los errores postsistemáticos.11 La apli-
cación de este modelo se podría realizar utilizando las “etiquetas” de los criterios
descriptivo y lingüístico (figuras 1 y 2), y es efectivamente en estos dos criterios
que nos hemos basado para presentar la corrección de errores que a continuación
presentamos a modo de ejemplo.
ART
3) * Espero que todos te vayan bien IND (EF)
4) * te visitaré a su casa POS (EF)
5) * Por eso te envio un regalo con esa carta DEM (EF)
6) * debemos referir a la importancia... (OM)
Õ
PP
7) * Yo he comprado el billete y a las 10 de Julio yo llego PP (AD)
8) * un barrio que hay muchas discotecas y bares PR (EF)
9) * esta viaje siempre queraba hacer FV (FE)
10) * He recibido tu carta la semana pasada TV (EF)
11) * es aconsejable que disfrutas de cada momento MV (EF)
12) * Me gustaría obtenar niños INF (FE)
13) * He escribido una carta PAR (FE)
14) * sé todas las problemas aprendiendo griego GER (EF)
15) * Quizá os han [ya] contado ADV (CF)
16) * voy a llegar en Salamanca PREP (EF)
17) * La fiesta que piensas de organizar PREP (AD)
18) * la felicidad no la trae el dinero sino existe en los
momentos simples CONJ (EF)
19) * hemos visitado los [históricos monumentos] ADJ (CF)
20) * si vives en un bueno ambiente ADJ (FE)
11
Tratándose de errores sistemáticos se podría aplicar una corrección mixta que combina la corrección cla-
sificatoria y la corrección directa o resolutiva para los casos que suponen una mayor dificultad para el
alumno.
Aproximación al tratamiento del error 121
5. Conclusiones
El cambio de actitud frente al error debería generar una postura más tolerante por
parte del profesor, ya que el AE nos ayuda a entender que las producciones
idiosincrásicas representan un conocimiento incompleto del sistema lingüístico
de la lengua meta.
Aun siendo tolerante con los errores de sus alumnos como indicadores de
que el proceso de aprendizaje se está llevando a cabo de una manera u otra, el
profesor no puede ser indiferente frente a ellos. Su labor consiste en encontrar la
manera más adecuada, teniendo en cuenta las variables individuales de los apren-
dientes, para enfrentarlos y hacer que los alumnos progresen en su aprendizaje.
Elaborar técnicas apropiadas para la corrección de los errores en la expresión
escrita teniendo en cuenta lo anteriormente dicho, es una de las áreas en las que el
AE puede aportar su ayuda (Santos Gargallo, 1994).
La corrección debe ser un recurso didáctico destinado a favorecer el apren-
dizaje, desde una actitud positiva y constructiva. Dentro de este marco, es funda-
mental que el profesor elogie los aciertos del alumno. El profesor debe guiar a sus
alumnos en la ardua tarea de la corrección de sus producciones erróneas tratando
de adecuar su modelo de intervención correctiva a los objetivos, al método y a las
necesidades particulares de los protagonistas del proceso, es decir, los propios
aprendientes.
Para que la práctica correctiva sea lo más efectiva posible, el profesor debe
orientar su labor a fomentar la autonomía del aprendiente, dándole la oportunidad
y el tiempo necesarios para autocorregirse, haciéndolo partícipe y corresponsable
12
Según la investigación que hemos realizado en nuestra tesis de doctorado: Contribución al estudio de los
errores morfosintácticos en la interlengua escrita de aprendientes de español de origen griego (Atenas,
2005), el porcentaje de los errores interlinguales representa solamente 15% del total.
124 Angélica Alexopoulou
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