Documento 1
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La palabra sofista proviene de la palabra griega Sophos la cual significa sabio, pero al mismo
tiempo tiene un significado diferente, significa manipulador, pues el sofista es una persona que
usa diferentes sofismas o argumentos falsos que parecieran ser verdaderos. Por esta razón, la
palabra se ha convertido en la actualidad en una palabra de contradicción y un término
despectivo. En realidad, cuando nos referimos a los sofistas nos encontramos hablando de
pensadores netamente intelectuales que tuvieron un papel importante en Grecia,
principalmente durante el siglo V a.C. y quienes vivieron principalmente en la ciudad de
Atenas. Entre los personajes más destacados del sofismo que podemos mencionar están los
siguientes personajes: Protágoras, Gorgias y Critias. La mayoría de ellos venían directamente
de colonas griegas, pero vivían en Atenas. En esta ciudad el ambiente filosófico y lleno de
cultura era perfecto para la creación de nuevas ideas. Sus propuestas chocaban en todo
momento con las ideas de las polis y de Sócrates y Platón.
Los sofistas fueron grandes pensadores que desarrollaron toda su actividad en la ciudad de
Atenas en el siglo V. Los filósofos que se dedicaban al pensamiento sofista elaboraron
diferentes teorías para lograr explicar el cosmos. Se encargaron de darle un nuevo rumbo y
significado a la filosofía. Para ellos el tema para ellos se basaba en el hombre y en la sociedad.
Se dedicaron mucho a viajar y conocieron muchas y diversas culturas. Se plantearon una serie
de problemas relacionados con las costumbres y las leyes. Dieron origen a la idea del
relativismo. Iban de lugar a lugar enseñando sus teorías acerca de cómo ser buenos
ciudadanos y cuáles pasos seguir para poder triunfar en el campo de la política. Sus
enseñanzas tenían un fin práctico y éste era lograr desenvolverse adecuadamente en los
asuntos de política. Fueron los primeros pensadores que cobraron dinero por impartir sus
enseñanzas.
Fueron los primeros profesionales en cuanto a la enseñanza y cobraban sumas de dinero altas
por proporcionar algunas de sus enseñanzas.
Eran maestros con proyectos siempre bien definidos en cuanto a la educación a las personas.
Siempre contestaban las preguntas que se les hacían y realizaban debates y cursos.
Tenían interés por el hombre y por la sociedad reflexionando siempre con respecto a la
civilización y la cultura.
Mostraban gran interés por la retórica y la erística dentro de una sociedad democrática en la
cual el dominio de la palabra y el discurso significaban el éxito total.
Los sofistas eran pensadores que desarrollaron su actividad en la Atenas democrática del siglo
V a. de C. Los filósofos de la naturaleza, los presocráticos, habían elaborado diferentes teorías
para explicar el cosmos. Los sofistas y Sócrates van a cambiar el objeto de la filosofía. Ahora, el
tema de reflexión es el hombre y la sociedad. Como los sofistas eran viajeros, conocían
diferentes culturas, totalmente distintas a la griega. Por eso se plantearon problemas referidos
a las costumbres y las leyes. ¿Son las costumbres y leyes un simple acuerdo, una convención, o
son naturales? Así surgió la idea de relativismo.
Los sofistas eran maestros que iban de ciudad en ciudad enseñando a ser buenos ciudadanos y
a triunfar en la política. El arte de hablar en público, la retórica, era esencial en la democracia
griega, donde los ciudadanos participaban constantemente. Las enseñanzas de los sofistas
tenían un fin práctico, saber desenvolverse en los asuntos públicos. Fueron los primeros
pensadores que cobraron dinero por sus enseñanzas. Unos de los principales sofistas fue
Protágoras (480-410 a. de C.).
Los sofistas aparecieron como profesores, como hombres que enseñaban por dinero. ¿Qué
enseñaban? Enseñaban la areté política, la excelencia política, la virtud política, el conjunto de
cualidades, habilidades y saberes necesarios para ser un buen político, para triunfar en la
política y en los pleitos.
¿Quiénes eran los sofistas? Los sofistas eran magníficos oradores ellos mismos, hombres de
muchos viajes, experiencias y lecturas, procedentes normalmente de pequeñas pólis que no
ofrecían cauce suficientemente amplio a sus energías intelectuales.
¿Cómo surgieron los sofistas? Los antiguos helenos habían tenido una visión religiosa y mítica
del mundo, en la cual todos los fenómenos naturales y sociales quedaban integrados. Los
diversos humanos ocupaban posiciones diferentes en la vida porque así lo querían los dioses y
así correspondía a su naturaleza. Los aristócratas poseían por naturaleza la areté política, la
capacidad de gobernar, y por eso a ellos correspondía gobernar. Las leyes de la pólis se
remontaban a los mismos dioses, y por ello habían de ser obedecidas. Las costumbres y
principios morales de los helenos eran tal y como debían ser, y como todo hombre honrado las
concebía.
Esta situación comenzó a cambiar en el s. -VI. Las cosmologías filosóficas ejercieron una
influencia disolvente sobre las creencias religiosas de los helenos. Pronto se multiplicaron las
cosmovisiones filosóficas rivales e incompatibles entre sí. Y las conclusiones a que llegaban no
siempre coincidían con la experiencia. El resultado de todo esto fue un creciente escepticismo,
tanto en el ámbito religioso como filosófico. La gente empezó a pensar que no hay más
realidad que la de las cosas aparentes que captamos por los sentidos y que no hay más verdad
que la de las opiniones que en cada momento creemos. La democracia, sobre todo a partir de
Pericles, acostumbró a los atenienses a considerar que cada uno tiene sus opiniones y que
tanto vale la opinión de uno como la del otro.
El sofista piensa que ser y discurso son una misma cosa ya que es la enunciación la que rige al
ser, y no el ser a la enunciación. El ser parmenídeo es trasladado al plano de la discursividad y,
por tanto, pierde carácter absoluto. A partir de aquí, el sofista puede afirmar que el discurso
construye la realidad.
Para los sofistas, la retórica tiene todos los poderes, ya que siendo el lenguaje el mediador
universal, aquel que tenga el dominio del lenguaje tendrá el poder; aquel que domina el arte
del lenguaje es comparable al que domina el arte de la lucha. La retórica es una técnica cuyo
objeto es la apaté; la apaté es el engaño, el sofista es aquel que domina la técnica del discurso,
este dominio será perfecto cuando ese discurso produzca el total engaño, la total seducción. El
discurso tiene un carácter de engaño no por un acto voluntario, sino que es una característica
intrínseca al discurso, ya que cuando, por ejemplo, yo me refiero al libro, yo sólo emito
determinados símbolos que nunca pueden ser la verdadera imagen de la cosa referida.
Partiendo de que el discurso es engañoso, lo que caracteriza al sofista es que su discurso ha de
ser más persuasivo que cualquier otro, el sofista es aquel que engaña sabiendo que engaña.
A pesar de que los sofistas no formaron ninguna escuela filosófica, ni realizaron ningún sistema
filosófico, y de que hay sustanciales diferencias entre unos y otros, si realizamos un intento de
síntesis, encontramos que comparten, por lo general, varios rasgos teóricos. Los más
importantes son:
LOS SOFISTAS
segunda mitad del siglo V a. C. Eran hombres de una vasta cultura, casi enciclopédica, que
habían venido a
Atenas atraídos por su esplendor cultural. Por lo general eran todos extranjeros, metecos, es
decir, no
- Son los primeros profesionales de la enseñanza. Para ganarse la vida alquilan pequeños
locales y se
dedican a enseñar a los hijos de los ricos y los acomodados – sobre todo comerciantes- pero
cobrando, cosa
inaudita en aquellos tiempos. Esto llegó a escandalizar a la gente culta y a ciertos sectores de la
población.
- Son críticos con la cultura y la educación tradicional que resultaba inadecuada para las
exigencias de
1º. La evolución que había seguido la filosofía desde sus inicios -en concreto el desarrollo de
las
distintas teorías físicas-. En relación con lo que es la Naturaleza, el universo, los filósofos han
ido desarrollando
distintas teorías que afirman cosas enfrentadas entre sí. Es un espectáculo fascinante pero a la
vez
para todos.
Protágoras ejemplifica el clima intelectual generado por esta evolución de la filosofía; clima
que se
refleja en la defensa del relativismo (no hay una verdad absoluta) y el escepticismo (si la hay es
imposible
conocerla).
Las guerras médicas han concluido con una clara victoria de Atenas sobre el régimen tiránico
de los
persas, pero como a ello han contribuido todos los ciudadanos estos reclaman ahora, con todo
derecho, un
Hay una irrupción de las clases populares en la vida pública, es lo que hoy denominaríamos
una
excluidos los extranjeros, los esclavos y las mujeres -. Las decisiones se toman en asamblea en
el
ágora, donde reunidos los ciudadanos con derecho a voto, exponen sus distintas posiciones.
b) Hay una gran identificación de los ciudadanos con la Polis y el gobierno ya que participan
por
turnos - a veces por sorteo, a veces por elección- en todos los asuntos de la ciudad:
administración de
A partir de ahora ya no es el factor herencia -el linaje- el valor predominante ni el único que da
derecho a participar en la vida pública. Ésta está abierta a todos los ciudadanos.
Con la democracia el liderazgo político no pasa por el linaje sino por la aceptación popular.
Cuando
las decisiones las toma la asamblea, si se desea el triunfo, el poder político, el político debe ser
un buen
orador para manejar a las masa. Para ello habrá de prepararse y poseer ciertas ideas acerca de
lo justo, lo
Saber y saber expresarse se convierte en algo fundamental para tener éxito en la vida política,
y son
precisamente estas enseñanzas las que los sofistas ofrecen en sus escuelas.
-La importancia de la palabra: el poder de la asamblea. "El que sabe y no se explica claramente
es
desenmascarar los intereses privados o de grupo que pueden esconderse tras los discursos y
las leyes
establecidas.
- Giro antropológico y político: los asuntos del ser humano en la ciudad. De esta manera en la
ciudadanos. Temas marginados hasta ahora - por los regímenes políticos anteriores- y que
ahora son tema
de carácter abstracto interesa ahora estudiar lo cotidiano. Interesan aquellos saberes que
sirvan para la
realidad problemática que el ser humano vive cada día: qué educación ha de darse a los
ciudadanos, cómo
sociedad y el individuo, qué leyes han de regular esas relaciones, etc. Se busca lo mejor para la
ciudad y el
ciudadano.
- Los filósofos toman un papel público y activo. El sabio, el filósofo, hasta ahora recluido en
círculos
minoritarios y centrado sobre la especulación teórica, hace su entrada en la vida social como
alguien que
arte de la oratoria -. Esto es lo que hará que algunos sofistas sean temidos y criticados por la
forma en que
utilizan su saber.
se tomaban en la asamblea y en ella eran los mejores oradores los que conseguían éxitos y el
mejor
reconocimiento social los sofistas aprovechan el momento eufórico para ofrecer su saber y las
técnicas para
El discurso sofista es un tipo de discurso grandilocuente. Pero hablar bien no siempre quiere
decir
querer razonar para llegar a la verdad o defender causas justas. En muchas ocasiones la
intención es la
búsqueda del aplauso, del reconocimiento social, la demostración del poder y el dominio en el
arte de
convencer. Un ejemplo claro de esta utilización del saber sofístico es lo que se denomina el
doble discurso,
éste consiste en saber defender el sí y el no de una misma cuestión con el mismo poder de
convicción.
Su brillantez en los discursos y su éxito les llenó las aulas de los jóvenes de las mejores familias,
todos
ellos aspirantes a triunfar en política; pero también les proporcionó un buen número de
detractores ante la
veces sus detractores -como en el caso de Platón- lo que no les aceptan es la crítica que
hicieron de los
valores tradicionales.
De la utilización manipuladora del lenguaje proviene el término sofisma. Con esta palabra se
designa el
argumento que reviste apariencia lógica y de verdad, a pesar de que quien lo formula es
consciente de su
falsedad.
Las dos ideas fundamentales que aportan los sofistas son el convencionalismo de las leyes y el
creen que las leyes tengan un origen divino. Abandonan también la teoría heraclítea, que
pensaba que el orden
de la polis está vinculado al orden del universo y llegan a la convicción de que las leyes y las
instituciones son
el resultado de un acuerdo o decisión humana: son así pero nada impide que sean de otro
modo.
1. El contacto continuado con otros pueblos y culturas: que permitió constatar que las leyes y
las
su propia experiencia política. (Recordar las reformas de Solón, las de Clístenes o las del propio
Pericles).
políticas, también de las normas morales. Lo que se considera bueno o malo, justo o injusto,
loable o
que fundan en la falta de unanimidad acerca de lo que es justo o injusto,... Esto salta a la vista,
no solo
comparando unos pueblos con otros, sino comparando los criterios morales de los individuos y
grupos
4.3. DEFENSA DE LA LEY DEL MÁS FUERTE: Calicles y Traxímaco toman como ejemplo de
La búsqueda del placer: el niño sonríe cuando está feliz y llora cuando siente dolor.
El dominio del más fuerte: en los animales el macho más fuerte domina a los demás. La
naturaleza del
Calicles afirma que el “nomos”, la ley, contradice a la naturaleza. La naturaleza hace a los seres
humanos desiguales, de ahí que prevalezca el derecho del más fuerte. En cambio, la ley tiende
a
igualarlos, con lo que se opone a aquella favoreciendo a los más débiles. No ha de ser así, han
de
4.4. CONCLUSIONES.
1. Los sofistas tienen un rasgo positivo: el impedir la absolutización de verdades que se
pretendían tales.
Se hace imposible seguir afirmando que la ley es de carácter sagrado e inamovible, sólo cabe el
sobre las que construir el orden nuevo que sustituyera al que ellos habían criticado. No
existían valores
variable que llevaba al individuo a actuar según las circunstancias de forma también variable.
Tres son al menos los tópicos que definen los postulados sofistas respecto al status del
conocimiento político. En primer lugar, la capacidad innata de todos los seres humanos para
acceder a aquel. En segundo lugar, la posibilidad de su enseñanza gracias a los métodos
erístico y retórico. Y en último, la necesidad de que el conocimiento político pertenezca al
terreno de la opinión.
Para Protágoras es prácticamente imposible que cualquier ser humano carezca de las dos
nociones sociales que fueron concedidas por Zeus a la especie. Por el mismo motivo, en una
idea vanguardista en su tiempo, considera que los preceptos legales y la administración de la
justicia no sirven para castigar al infractor sino únicamente para corregirle. Opuestamente a
una cierta visión jurídica según la cual los castigos a los infractores tienen como principio la
venganza o restitución, pensadores como Protágoras pensarán que los castigos tienen como
objetivo la readaptación social. Igualmente, piensa que el sistema jurídico no está hecho para
compensar las injusticias cometidas, sino para prever la aparición de injusticias futuras.3
Detrás de la teoría del καιρός se encuentra la exigencia sofista para que los actos morales y
políticos sean evaluados en situaciones concretas y no a través de paradigmas universales. Si
para pensadores como Trasimaco todo aquello que es objeto de estudio del conocimiento
político pertenece a las convenciones sociales, conceptos tales como la justicia, la belleza, y la
bondad, vendrían a depender no de una serie de normas absolutas, sino de la aplicación de
ciertos principios en los momentos oportunos. Para los sofistas en general el conocimiento
político vendría a ser una mera opinión que es cambiable en cada uno de los regímenes de
gobierno. De tal manera, la justicia en la democracia no será la misma a la justicia en la
monarquía o en la aristocracia. Sin embargo, aunque pensadores como Platón y Aristóteles
habían observado tal fenómeno y por lo mismo habían tratado de construir un aparato
filosófico que encontrara la legitimidad absoluta de una forma de gobierno sobre otras, los
sofistas consideraron que no existía elemento objetivo alguno para preferir una forma de
gobierno específica a otra salvo la conveniencia o la utilidad. Es sobresaliente en ese aspecto el
hecho de que Platón y Aristóteles apelen al bien común para determinar la diferencia entre
formas rectas y desviadas de gobierno, ya que dicha apelación no aparece en cuanto tal en el
pensamiento sofista.
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