Que Es Un Ovni
Que Es Un Ovni
Que Es Un Ovni
Índice
1 Contexto histórico
2 Terminología
3 Historia
3.1 Ovnis en la Edad Antigua, Media y Moderna
3.2 Ovnis contemporáneos
4 Investigación
4.1 Líneas de investigación
4.2 Clasificación de los ovnis según su observación
4.2.1 Encuentros lejanos
4.2.2 Encuentros cercanos
4.3 Clasificación de los ovnis por su forma
4.4 Resultados
5 Interpretación
5.1 Hipótesis extraterrestre
5.2 Carl Gustav Jung: fundamentación psíquica
5.3 Hipótesis psicosocial
5.4 Hipótesis paraufológica
6 Los ovnis en la cultura popular
7 Véase también
8 Notas
9 Referencias
10 Bibliografía
10.1 Bibliografía utilizada
10.2 Bibliografía adicional
Contexto histórico
Autores como Luis Alfonso Gámez, Ricardo Campo1 o Neil deGrasse Tyson5 han
insistido en la gran importancia de los antecedentes históricos que rodeaban el
nacimiento y la popularización del término «ovni».
El astrónomo británico Percival Lowell, defensor de vivir cerca de otras
civilizaciones extraterrestres con gran inteligencia.
A finales del siglo xix y principios del xx, Percival Lowell había publicado varias
obras sobre Marte en las que postulaba que las líneas oscuras divisadas por
Giovanni Schiaparelli en la superficie marciana constituían una red de canales
creados por una civilización inteligente, para traer agua desde los polos al
ecuador del «planeta rojo».1Pese a que las observaciones de Lowell se revelarían
erróneas, el público en general consideró la existencia de vida extraterrestre
inteligente y cercana a la Tierra como un hecho probado científicamente. El
astrofísico y divulgador científico Carl Sagan6 indicó que la nave estadounidense
Mariner 9 refutó esa posibilidad cuando fotografió la superficie de Marte en 1971.
Un efecto más contundente si cabe para la opinión pública, lo causó el V2. Este
misil balístico dejaba muy atrás a lo que podían presentar naciones como la Unión
Soviética o Estados Unidos. El V2 era capaz de mover una carga útil de casi una
tonelada, a varios cientos de kilómetros y a velocidades que superaban con mucho la
del sonido. Según Nigel Hawkes dicha velocidad se consideraba una «barrera»
infranqueable para un ingenio humano, pese a que las balas de fusil ya viajaban a
esa velocidad desde hacía décadas.8 Este portento de la ingeniería abrió nuevamente
la mentalidad del público en general e hizo ver como posible que un ingenio de
origen inteligente causara imágenes que antes se hubieran tomado por espejismos,
resplandores, relámpagos o cualquier otra explicación natural.
El 16 de julio de 1945 tuvo lugar en Álamo Gordo la Prueba Trinity, con la que
culminaba el Proyecto Manhattan. Dicha prueba, junto a la utilización posterior de
una bomba de uranio y otra de plutonio, demostró que se podía conseguir gran
cantidad de energía con poca masa. Pero, al mismo tiempo, se descubría un nuevo
tipo de arma con una capacidad destructiva incomparable, lo cual supuso un salto
cualitativo en el tipo de guerra que podría librarse. Igualmente se dio el
pistoletazo de salida para una carrera de armamentos entre los Estados Unidos y la
Unión Soviética, junto a una carrera de información para conocer cada bando el
nivel alcanzado por su oponente.9
Ante las prestaciones ofrecidas por el motor de reacción y el misil balístico, las
potencias vencedoras se disputaron a los técnicos implicados en los programas
alemanes para desarrollar los suyos propios. Sin embargo, por una serie de
decisiones, los Estados Unidos mantuvieron relegado a von Braun durante un tiempo,
mientras los dirigentes soviéticos sacaron del Gulag a Serguéi Koroliov para que
retomase los programas de misiles abandonados años atrás. Al poco tiempo, los
segundos iban más adelantados que los primeros en misiles y cohetes. Carl Sagan
indica que dicha ventaja fue inicial, cuando los soviéticos contaban con algunos
prototipos de una potencia superior y una tasa de éxitos también superior a la
presentada por los estadounidenses, pero esa situación se invertiría
posteriormente.11
Deberíamos darle todo el dinero, todo el hardware y todo el personal que precisen,
sin importar lo que otras personas puedan opinar o querer, y pedirles que se suban
a una colina y que lo hagan sin contemplaciones.
Con un vigor como el demostrado por las dos partes en los aspectos técnico,
económico y de comunicación, pronto comenzaron a ser familiares para las personas
de toda clase y condición los cohetes de gran tamaño, las imágenes de cápsulas
reentrando en la atmósfera, los trajes presurizados, las escafandras, etc.[cita
requerida]
Terminología
Búmeran de madera a cuya forma se parecían los objetos declarados por Kenneth
Arnold.
El primer nombre dado a luces o formas en el cielo desconocidas para el espectador
fue el de «platillo volante» o «platillo volador», del inglés flying saucer. El
término «platillo volador» se popularizó en 1947 debido a un error periodístico. El
24 de junio, el piloto civil estadounidense Kenneth Arnold —mientras volaba sobre
la cordillera de las Cascadas (en el estado de Washington)— vio una formación de
nueve objetos con forma de búmeran que volaban a una velocidad (estimada por él)
superior a los 1500 km/h.1
Historia
No existe acuerdo respecto al momento en que comenzó la historia de los ovnis. Para
Ted Wilding-White, J. J. Benítez, Erich von Däniken o Jacques Vallée los
avistamientos de objetos sin identificar se remontan tanto como historia tiene la
Humanidad. Para autores como Ricardo Campo, Luis Alfonso Gámez1 o Carl Sagan es un
mito contemporáneo que comienza a finales de los años cuarenta.
Pintura mural en Val Camonica (Italia), que según los ufólogos representa dos
astronautas.
Por su parte, Vallée mantenía que ha existido una vieja tradición de seres
fantásticos como las ninfas, sílfides, duendes o hadas, que cometían raptos de
personas para llevarlas a lugares que los relatos denominaban Magonia, pero también
Ávalon y otras geografías míticas.4 Según el autor francés, esos cuentos eran la
forma que tenían aquellas personas para explicar encuentros cercanos, raptos y
abducciones llevados a cabo por seres extraterrestres. Como en el caso de las
conjeturas vertidas por Däniken, esta hipótesis no deja de ser una explicación ad
hoc e innecesaria, pues existe otra mucho más sencilla. Las nubes, las hadas o los
carros de fuego podrían ser metáforas empleadas en los relatos religiosos, sin
ninguna evidencia de que dichos relatos deban ser interpretados más que de una
forma mítica. Así pues, dichas narraciones no constituyen una prueba empírica para
saber si ocurrieron los hechos así o no, es decir, sostener que se trata de naves
extraterrestres podría ser un argumento ad ignorantiam.
Durante la Edad Media aumentaron, si cabe, los problemas para realizar registros
escritos de sucesos cotidianos. Esto fue debido al ligero crecimiento del índice de
analfabetismo y a los cortes periódicos que los musulmanes practicaban al
suministro de papiro con destino a Europa, por lo que solo quedaban los pergaminos
como soporte para escribir, de mejor calidad, pero mucho más escasos. Para Ted
Wilding-White los avistamientos no se pudieron recoger hasta la publicación de los
primeros periódicos. Antes, prosigue Wilding-White, las narraciones de sucesos
aéreos desconocidos solo podían ser preservadas para lecturas posteriores por
personas que supieran y pudieran escribirlas.20 En Europa Occidental esta facultad
quedaba reservada a los monjes en los monasterios, por lo que se reducía mucho el
espacio observable. El autor recoge siete casos acaecidos entre el 1 de enero de
1254 y el 13 de noviembre de 1833.
Ovnis contemporáneos
En los siglos xx y xxi el tema ovni vivió una curva similar a la Campana de Gauss,
comenzando por el comentario del piloto Kennet Arnold en la Cordillera de las
Cascadas el 24 de junio de 1947. Al mes siguiente se produjo el incidente ovni de
Roswell, en Nuevo México. Siguiendo a Donald Menzel, fuese cual fuese lo aparecido
en Roswell debería quedar fuera del campo ovni, pues no es nada que se viese
volando. Pese a todo, y debido a la vinculación desde su inicio con visitas
extraterrestres, se tardó muy poco en reunir los dos sucesos en la misma categoría.
[cita requerida]
Esta deriva en el tema ovni hacia unos encuentros cada vez más cercanos es, para
Luis Alfonso Gámez, el ejemplo de que el mito ovni se ha destruido a sí mismo,
«porque ya no le queda más por inventar».1
Investigación
Artículo principal: Ufología
Líneas de investigación
En las investigaciones financiadas por las distintas administraciones participaron
algunos de los más conocidos expertos, bien como directores o como asesores, entre
ellos los cuatro que han marcado las cuatro líneas de la literatura ufológica:nota
5
Encuentros lejanos
Estos son los realizados a más de 150 metros de distancia (500 pies) y Hynek
propuso tres tipos:29
Discos redondos: objetos vistos por el día con formas generalmente redondas, en
cualquier caso distintos a las de aparatos convencionales.
Ecos de radar: detecciones realizadas por radares primarios que no se identifican a
sí mismas.
Luces nocturnas: luces de distintos colores que no se pueden asociar a las luces
anticolisión de aeronaves convencionales.
Encuentros cercanos
Son los realizados a menos de 500 pies (150 metros) y se dividirían en tres tipos:
Resultados
Controlador aéreo del USS Theodore Roosevelt.
En 1969 la USAF había reunido unos 40 000 informes Wilding-White que daban como
resultado:34
Poco después de concluir el Proyecto Libro Azul, también en 1969, se publicaron las
conclusiones de un informe solicitado el año anterior con el fin de conocer las
posibilidades de realizar un estudio posterior más amplio que aportase nuevos
conocimientos científicos. Dicho trabajo se denominó Informe Condon, por ser
encargado al físico Edward Condon.nota 8Sus conclusiones fueron:1
Los informes ovni no presentan ningún desafío para la ciencia contemporánea por no
encontrarse en ellos ningún fenómeno desconocido de la Naturaleza.
Estas observaciones y testimonios no constituyen ninguna prueba de presencias
extraterrestres.
Los ovnis no suponen un peligro para la seguridad de los Estados Unidos.
No se recomendaban más investigaciones en el campo de la física, mecánica o
aeronáutica; pero los ovnis, mantenía el informe, sí podían ser un objeto de
estudio interesante para ciencias sociales como la psicología o la sociología.
Pese a las conclusiones arrojadas por el Proyecto Libro Azul y el Informe Condon,
la literatura sobre los objetos volantes no identificados ha seguido produciéndose
sin descanso. Autores como Fernando Frías indican que dicha literatura carece de
rigor,1 en muchos casos, pues no se realizan confirmaciones de las declaraciones
dadas por los testigos y en varias ocasiones son afirmaciones falsas.nota 9
Interpretación
Hipótesis extraterrestre
Artículo principal: Hipótesis extraterrestre
La idea de que los ovnis son naves extraterrestres se planteó ya con el Incidente
de Roswell y ha sido un explicación recurrente desde aquel momento. Los escépticos
suelen emplear un principio básico de la ciencia según el cual «para poder afirmar
la existencia de fenómenos extraordinarios se requieren pruebas concluyentes».
Hacen hincapié en que no se han aportado pruebas fiables que respalden la hipótesis
de que el fenómeno ovni mantiene relación con naves extraterrestres. El doctor Neil
DeGrasse Tyson afirma contundentemente que si se ve algo en el cielo desconocido
para nosotros no se debe concluir cualquier cosa, sino «dejar de hablar».5
Personal del Proyecto Libro Azul.
La ausencia total de pruebas ha sido una constante cuando se trata de indicar un
origen extraterrestre. Participantes en el Proyecto Libro Azul, como Donald Keyhoe,
manifestaron muy pronto que las pruebas debían existir, pero las fuerzas aéreas
estadounidenses las retenían. La hipótesis del encubrimiento o teoría conspirativa
ha sido esgrimida por los defensores de la procedencia extraterrestre cuando se
solicitan evidencias. Los escépticos continúan afirmando que la carga de la prueba
le corresponde a quien hace la afirmación.1Si las fuerzas armadas ocultan las que
poseen les correspondería a los defensores del vínculo extraterrestre-ovni aportar
otras. La razón por la cual los defensores de dicho vínculo nunca reúnen ni enseñan
sus evidencias la dio supuestamente Gray Barker. Barker informó en 1956 al público
en general sobre la existencia de unos individuos, a los que denominó «hombres de
negro» por la indumentaria que lucían —MIB por sus siglas en inglés man in black—,
que amenazaban a periodistas como Albert K. Bender con funestas consecuencias en el
caso de continuar revelando secretos sobre la procedencia de los ovnis.35
En dicho comunicado a United Press International aclara sin embargo que no puede
afirmar nada sobre la cuestión de la realidad o irrealidad física de los ovnis,
pues no posee pruebas suficientes ni a favor ni en contra. Debido a ello se ocupa
solamente del aspecto psicológico del fenómeno, sobre el cual se dispone de mucho
material.
Un proceso real objetivo, físico, o percepción primaria, genera una fantasía o mito
concomitante.
Una fantasía primaria inconsciente, un arquetipo, invade la consciencia con
ilusiones y visiones.
Se produce una coincidencia sincronística acausal y plena de sentido, especialmente
en fenómenos vinculados a procesos psíquicos arquetípicos.
Finalizaba el prólogo indicando que carece de medios para aportar algo útil a la
realidad física del fenómeno, ocupándose casi exclusivamente del aspecto
psíquico.47 Aun así reconoce «que por desgracia hay buenas razones por las que no
puede darse por concluido el asunto de manera tan sencilla».48 Bien es cierto que
las proyecciones psíquicas de carácter mitológico no son causadas por el fenómeno
ovni al haber existido siempre, con o sin ovnis. El mito se fundamenta en lo
inconsciente colectivo y su proyección siempre ha tenido lugar. Así, la proyección
como ovni, junto con su contexto psicológico, el rumor, es un fenómeno propio de
nuestra época, característico de ella.
El paréntesis introducido por Jung será el precedente más directo de las hipótesis
psicosociológicas (y en parte de las paraufológicas), las cuales surgirían años
después para tratar de explicar el fenómeno ovni acudiendo a confusiones o errores
de interpretación moldeados por la psicología del testigo y el ambiente sociológico
del momento.55.nota 11
Hipótesis psicosocial
Sin embargo, la crítica principal hacia los nuevos escépticos ha corrido pareja a
la de sus antecesores: la inabarcabilidad del carácter absurdo y genuínamente
anómalo del fenómeno ovni ha terminado por gestar un nuevo reduccionismo polarizado
exclusivamente en los procesos psicosociales. La interpretación mítica,
antropológica y cultural resulta inevitable pero no implica per se un negativismo
de toda aquella casuística inexplicada y aun a falta de demostración.60
Hipótesis paraufológica
Véase también: Hipótesis interdimensional
Un año después saldría a la luz una segunda obra, Operación Caballo de Troya, del
ufólogo John A. Keel, en la que planteaba que los ovnis no provienen de otros
planetas sino de otras dimensiones, serían el disfraz de un fenómeno oculto
inteligente, manifestaciones que aparentan una presunta realidad mimetizándose en
función de la época y el contexto cultural en el que se expresan, cual caballos de
Troya.66
Creo más bien que el fenómeno ovni es una indicación de la existencia de otras
dimensiones más allá del espacio-tiempo. Puede que los ovnis no procedan del
espacio sino de un multiverso que nos rodea y cuya inquietante realidad hemos
persistido en refutar a pesar de las pruebas que tenemos desde hace siglos. Una
teoría semejante es necesaria para explicar al mismo tiempo los casos modernos y
las crónicas de Magonia, las abducciones y la compenente psíquica.
Véase también
Anexo:Principales avistamientos ovni
Anillos de hadas
Área 51
Avistamientos de ovnis en España
Círculos en los cultivos
Objeto volador no identificado nazi
Vehículo extraterrestre dirigido
Notas
El sustantivo común «ovni» proviene del acrónimo OVNI, calco del acrónimo inglés
UFO (‘unidentified flying object’).
La Academia Española define la ufología como ‘Estudio de los fenómenos asociados a
los ovnis’.16 La palabra «estudiar», sin embargo, es discutida. Según estudiosos de
la ufología, como Fernando Frías, esta incurre en numerosos fallos a la hora de
difundir los casos, como por ejemplo publicar ―sin realizar ninguna verificación―
que tras un encuentro con extraterrestres a un hombre le creció un tercer
testículo.1 Juan Ballester Olmos17 señala que cuando se ha estudiado el expediente,
generalmente un relato, y no ha sido posible ofrecer una explicación, se considera
un «caso positivo». Por contra, cuando se puede dar una explicación se denomina
«caso negativo». En la mayoría de los casos estudiados por ufólogos empleando el
método científico se descubrió un origen conocido.
La falta de registro escrito es especialmente denotativo en sociedades como la
egipcia, poseedora de un estado muy burocratizado.
Traducido por Ted Wilding-White como Proyecto Resentimiento.
La gran mayoría de la literatura sobre el tema no puede ser considerada
«científica» por no seguir el método científico. Para este tipo de publicaciones
pseudocientíficas existe la propuesta para cambiar el nombre de ufología por
ufolatría, al tratarse más de una veneración y una defensa del origen
extraterrestre que de un esfuerzo por ampliar el saber de los mismos.1
Quizás el que más le convenció lo divisó un policía en Socorro, Nuevo México, el
cual avistó unos seres y un ingenio en el suelo con signos pintados en el fuselaje,
algo inusual hasta ese momento, ocultándose los ovninautas en lo que se supuso era
el interior de la máquina y despegando esta seguidamente. Posteriormente y según
Luis Alfonso Gámez, la correspondencia del premio nobel Linus Pauling revelaría que
lo avistado en Socorro fue una broma preparada por estudiantes del Instituto de
Tecnología y Minería de Nuevo México (NM Tech).
Por lo tanto, se asume implícitamente la existencia de abducciones, telepatía o
contactos por radio. En esta última fase se podrían incluir las búsquedas como las
realizadas por el Proyecto SETI@home y otras investigaciones por radiofrecuencia,32
si alguna vez aportan señales extraterrestres inequívocas. Habría que reseñar
finalmente que la quinta y sexta fase no catalogarían objetos que vuelan sin poder
saber lo que son, porque ni son objetos —pueden ser pensamientos o detecciones de
radio— ni vuelan, y su procedencia extraterrestre se asume previamente.
Condon era experto en física cuántica, pero también había participado en la
construcción y mejora de radares durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que
reunía varias aptitudes y actitudes para estudiar los ovnis.
En concreto, Frías reproduce la conversación mantenida entre una periodista y el
director de la revista Karma 7 donde aquella le preguntó a este «¿qué se hacía
cuando no había suficientes noticias para completar el número correspondiente?», a
lo que respondió el responsable de la publicación: «Nos las inventamos. Total la
gente no se entera».1
La falacia residual afirma que si un porcentaje de casos permanecen inexplicados
eso constituye la prueba de que la hipótesis extraterrestre sigue siendo válida.1
Para una más amplia exposición de las diversas hipótesis interpretativas y su
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Bibliografía adicional
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