Tarea 2 de Histrotia Dominicana 2

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Universidad abierta para adultos

Nombre:
Jhoangel Carpio Ramírez
Facilitador:
Luis Daniel Vidal
Matricula
16-9342
Unida: 2

Asignatura:
Historia dominicana 2
Fecha:
18/3/2020
Bienvenid@s a nuestra primera semana de trabajo, en la que se
explicarán los factores que condujeron a la anexión del territorio
dominicano a España, para fundamentar la importancia histórica de la
Guerra de Restauración. En la misma se realizarán las siguientes
actividades:

Consultar la bibliografía señalada y otras fuentes de interés científico


para la temática objeto de estudio.
Visualiza el documental "La Guerra Restauradora. De la Anexión a la
definitiva independencia nacional" y analiza los hechos históricos más
importantes de la Anexión y la Guerra Restauradora.
SANTO DOMINGO. El 16 de agosto de 1863 empezó la Guerra de la
Restauración, librada por los dominicanos para recuperar la Independencia
Nacional, perdida tras la anexión a España, proclamada por el caudillo Pedro
Santana, quien entonces prometió que la unión con la Madre Patria le daría la
paz al pueblo.
La Guerra de la Restauración de la Independencia fue uno de los más
importantes acontecimientos de la historia del país. Fue todo un pueblo que
hizo suya esa lucha por sus derechos conculcados, por su tierra, su familia, sus
propiedades, sus costumbres, por su Patria toda. Por eso cuando la bandera
de Duarte fue desplegada en el cerro de Capotillo todo el país se lanzó a la
lucha por esos ideales de Patria libre que ya habían saboreado durante
diecisiete años la Independencia. Los ideales que Duarte y los trinitarios habían
sembrado, habían germinado profusamente en el alma de cada dominicano y
estos eran ya invencibles.

El pueblo se convenció de la realidad de los hechos, pues las acciones y


argumentos de los traidores, además de negativos y sucios no tenían ninguna
justificación, pues todo el bello panorama de supuestas ventajas económicas,
sociales, organizativas etc., que ellos pregonaban con la anexión a España
eran puro espejismo. Ninguno se materializó, sino todo lo contrario, el
dominicano recibió discriminación y maltrato en todas las actividades y a todos
los niveles y hasta los mismos traidores fueron desplazados para favorecer a
los personeros de los invasores.

Esa es una lección que deben aprender todos los pueblos, y no olvidarla
nunca, pues las fuerzas invasoras siempre buscan sus ventajas e intereses.
Ahora bien, todas esas jornadas gloriosas no opacan para nada la epopeya de
la Independencia y los esfuerzos para mantenerla. Todos sabemos el trabajo
de concienciación y organización metódica y genial de Duarte y sus trinitarios,
para lograr al fin el glorioso 27 de febrero y el rápido respaldo de todos los
pueblos, lo cual hizo posible la exitosa defensa de nuestras libertades.

Si bien la proclamación de la República fue incruenta, no es menos cierto que


fue imprescindible el triunfo de nuestras armas a costa de la sangre del pueblo
en Azua el 19 de marzo de 1844, frenando la poderosa invasión haitiana, obra
que fue completada con la aplastante victoria de Santiago el 30 de marzo y
mas luego un rosario de triunfos sobre las tercas y constantes invasiones que
inventaban todos los gobernantes del vecino país, devastando nuestros
campos y ciudades durante doce largos años, hasta la victoria definitiva de
nuestra Nación en el 1856.

Pero además, Juan Pablo Duarte tuvo que enfrentar las conspiraciones
anexionistas de Bobadilla, Santana y su camarilla impidiendo la anexión a
Francia y la perdida de por vida de la importante Península y Bahía de
Samaná.
Los hechos y la historia son claros, ambas gestas heroicas se complementan
pues, sin la gesta de la Independencia no era posible la restauración de la
Independencia. Ambas fueron necesarias para tener esta Patria que todavía
necesita nuestra dedicación para una mejor educación y formación de nuestro
país, derrotando ahora la delincuencia, corrupción y drogas y preservando todo
nuestros valores, cultura y tradiciones, anulando los esfuerzos negativos y
peligrosos de los que nunca han creído ni querido a este hermoso y
mayoritariamente bueno pueblo dominicano.
En la media isla que ocupa la Republica Dominicana, han ocurrido muchos
hechos históricos importantes desde los tiempos de la colonia: la sublevación
de Enriquillo en el Bahoruco; los levantamientos de negros en contra de la
esclavitud; la Guerra de la Reconquista; la Independencia Efímera; la
Separación de Haití; la lucha contra la invasión norteamericana en 1916; la
Revolución de Abril.
La anexión a España fue un acto de agresión a la dignidad de la Patria y del
pueblo dominicano, que privaba a la Republica de su territorio y a sus
habitantes de su ciudadanía y de su libertad. Por eso, la Guerra
Restauradora restableció la dignidad del territorio mancillado y la dignidad del
pueblo dominicano.

Durante la Guerra de la Restauración se peleo durante casi tres años, palmo a


palmo, en todo el territorio del país, lo que convierte esta guerra en una de
liberación nacional.
El pueblo dominicano demostró en la Guerra Restauradora su espíritu guerrero
e indomable; su disposición a realizar los mayores sacrificios en aras de la
libertad de su Patria.

La Guerra de la Restauración debe ser un referente histórico para la actual


generación, tanto de los gobiernos como de los gobernados.

Es importante que los gobernantes de turno tengan presente las características


heroicas del pueblo dominicano, demostrada en el trayecto de su historia. Para
que no continúen abusando y maltratando su paciencia, mediante la corrupción
administrativa galopante, el entreguismo de los recursos territoriales y naturales
de la nación, el golpeo económico y social que afecta la dignidad de la
ciudadanía. Porque, de lo contrario, este pueblo, que sí ha demostrado que es
un león rugiente, en su momento oportuno, tomará las medidas de lugar para
enderezar entuertos y devolver la dignidad arrancada a la Patria por los
desgobiernos de los últimos cincuenta años.

Estudia los materiales y responde las actividades del Objeto Virtual de


Aprendizaje: “Proceso Independentista de la República Dominicana”,
disponible en los recursos de la unidad.
La Trinitaria
En 1838 y después de regresar de estudiar en Europa y convencido por los
vientos del Liberalismo que azotaban el viejo continente, Juan Pablo Duarte
funda la organización secreta La Trinitaria cuya meta fue la creación de una
Patria independiente de toda dominación extranjera.

La Trinitaria creció rápidamente dentro de la juventud y se extendió a las


principales ciudades del país producto del trabajo tesonero y también como
resultado de una sociedad artística llamada La Filantrópica que por medio de
obras de teatro iba llevando el mensaje independentista.

Cuando el Presidente Boyer es derrocado por un movimiento revolucionario


haitiano, se presentan coyunturas que precipitan los acontecimientos en la
parte oriental de la isla firmemente decidida a terminar con el yugo opresor.
La Guerra de la Independencia Dominicana fue el proceso histórico que inició
con la proclamación de la República Dominicana y su separación de Haití en
febrero de 1844. Durante los 22 años que precedieron a la independencia, toda
la isla de La Española estuvo bajo el dominio de Haití, a consecuencia de la
ocupación por parte de este país del estado de Haití Español, surgido
fugazmente en 1821 en la parte oriental de la isla.

La separación de Haití fue proclamada en la puerta de la Misericordia luego del


disparo del trabucazo dado por el patricio Matías Ramón Mella en la
madrugada del día 27 de febrero de 1844 y por la enhestación de la bandera
tricolor en la puerta de El Conde por el patricio Francisco del Rosario Sánchez,
ambos inspirados por los ideales del fundador de la nacionalidad, Juan Pablo
Duarte. El fin a la ocupación haitiana tuvo buena acogida en los residentes de
la ciudad de Santo Domingo quienes hondearon banderas españolas en su
mayoría y algunas francesas . Como respuesta, Charles Rivière-Hérard
encabezó desde Haití una invasión que fue sofocada por el general Pedro
Santana, secundado por el general Antonio Duvergé en la batalla del 19 de
marzo de 1844 en Azua. Quedaron en el campo más de 1000 haitianos
muertos,5 mientras que los dominicanos solo sufrieron 2 muertos y 3 heridos.5
No obstante Hérard en su retirada incendió el pueblo de Azua, fusilando a los
prisioneros que había hecho. El 30 de marzo de ese mismo año las fuerzas
dominicanas al mando del general José María Imbert en compañía de
Fernando Valerio en su «Carga de los Andulleros» derrotaron al ejército invasor
haitiano, el cual en su repliegue cometió numerosas fechorías, robos e
incendios hasta llegar a Haití. La primera batalla naval se libró el 15 de abril de
1844. El resultado de la batalla fue que los dominicanos hundieron tres buques
enemigos, sin perder ni uno solo de los suyos.

Al año siguiente en mayo de 1845 el general Pedro Santana asistido por el


general Antonio Duvergé y el general José Joaquín Puello, vencieron a las
tropas haitianas en la Estrelleta y en Beller y capturaron en Puerto Plata a la
escuadra haitiana que había bombardeado esa población causando cuantiosos
destrozos. En marzo de 1849 el presidente de la República de Haití Faustino
Soulouque inició su campaña contra la República Dominicana al frente de un
ejército de 18 000 soldados matando a todo el dominicano que encontraba a su
paso, haciendo que las poblaciones se llenaran de terror tratando de refugiarse
en la Ciudad de Santo Domingo ante la violencia desatada por los soldados
haitianos. En razón de esta situación, el presidente dominicano Manuel
Jimenes fue derrotado en su intento de parar la invasión haitiana y se vio
obligado a aceptar la decisión del congreso de la República de llamar al
general Pedro Santana en compañía del general Antonio Duvergé para hacerle
frente al ejército invasor. Más tarde el general Duvergé logró derrotar a los
haitianos en la batalla de El Número, y tres días después de esta batalla el
general Pedro Santana derrotó a los haitianos en la batalla de Las Carreras.

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