Autopsia
Autopsia
Autopsia
Etimológicamente la palabra autopsia significa “ver por uno mismo” (3), pues procede
de la palabra griega “αυτοψια” que de hecho se refiere a la acción de ver por los
propios ojos (4). En el léxico común se define como “examen anatómico de un cadáver”
o “examen analítico minucioso”. En Costa Rica se utiliza de forma generalizada esta
palabra para referirse a dicho acto médico, sin embargo en otros países de habla
hispana se utiliza su principal sinónimo “necropsia” (4) que combina las raíces griegas
que se refieren a “muerte” y a “vista”, es decir, examen de un cadáver.
Una evaluación completa de la historia clínica y de los eventos que llevaron a la muerte
Un reporte escrito que detalle los hallazgos pertinentes, los negativos y las
conclusiones incluyendo la causa y manera de muerte”
Otros libros especializados en el tema brindan definiciones mucho más cortas, o bien
entran directamente en las técnicas o en aspectos históricos antes de definir el
procedimiento como tal (6, 7, 8).
Aspectos históricos
En Japón no fue sino hasta el siglo V d.C. cuando se describieron algunas disecciones
anecdóticas, como el caso de una princesa que se había quitado la vida por el temor de
estar embarazada y en cuyo cadáver los médicos realizaron una diseción y únicamente
encontraron un quiste lleno de líquido (9). Si bien esta revisión no pretende ser un
tratado exhaustivo de historia, de acuerdo con las fuentes consultadas ésta podría
constituir una de las primeras autopsias de corte médico legal en la historia de la
humanidad.
En este punto cabe señalar la aparición por primera vez de las pausas en los avances
de la investigación post mórtem por asuntos de creencias, supersticiones y prejuicios,
como sucederá más adelante en diferentes periodos de la historia de la humanidad.
Cabe destacar que la primera autopsia que se realizó en América fue efectuada en la
Isla de La Española en 1533, hoy República Dominicana, efectuada a unas siamesas a
las que se requería constatar si tenían una o dos almas, por lo que fue autorizada por
el clero (8).
A partir del siglo XVII este conocimiento se disemina de forma sistemática por el resto
de Europa y de esta forma se extiende al resto de continentes y además se despierta
el interés por la función de las estructuras, surgiendo la fisiología y más adelante por la
disfunción, dando origen a la fisiopatología, siempre con el objetivo de entender mejor
las enfermedades para tratarlas. También es en esta época en la que comienzan a
sobresalir destacados científicos que establecieron las bases de especialidades médicas
actuales como la Anatomía Patológica y la Medicina Legal.
Por otra parte, Mateu Josep Buenaventura Orfila i Roger, conocido como el padre de la
toxicología (3), sugería realizar autopsias sin observación microscópica (1787-1853) (15),
sin embargo, hay que entender el contexto en el que se desenvolvía, pues se
encargaba más de casos toxicológicos y con las limitaciones de la histología de
aquellos tiempos.
Tendencias actuales
Tambien existen estudios que señalan los factores por los cuales se han dejado de
realizar autopsias hospitalarias, dentro de los que se mencionan la confianza en
modernas técnicas diagnósticas, el miedo a consecuencias legales, la oposición de la
familia por mitos o creencias, los reportes finales que tardan mucho, los resultados que
no llegan a los clínicos, el hecho de que es una tarea desagradable que se deja en
manos de los menores (residentes), el peligro de contagio de enfermedades
infecciosas, la actitud negativa de algunos médicos (clínicos y patólogos) para con este
procedimiento y la falta de autopsias durante la carrera de los médicos que no le
refuerzan la verdadera importancia que tienen (21). Pero el principal factor es el
económico, pues los sistemas de seguro médico en Estados Unidos no reconocen el
costo de la autopsia por lo que éste debe asumirlo el hospital o la familia (17), quienes
evidentemente se van a oponer.
Por otra parte, la autopsia médico legal, al tener indicaciones precisas en nuestro
país (22) y en la mayoría de naciones, se efectúa dependiendo de la legislación vigente y
por ello su número va a depender más de las tasas de muertes violentas y de lo que se
defina como muerte súbita para cada región (23, 24); o incluso si se ordena autopsiar los
casos de muerte repentina, como en España (25). Por lo anterior su tendencia es, en
general, de crecer en conjunto con la población.
Por otra parte, la tecnología actual también ha permitido afinar los diagnósticos hasta
el nivel molecular, con técnicas como la reacción en cadena polimerasa (PCR) para
detectar microorganismos (31, 32, 33-35) u otras pruebas tendientes a detectar anomalías
cromosómicas y/o genéticas.
Las autopsias pueden clasificarse de muchas formas. Por la técnica utilizada pueden
dividirse en completas y parciales. Por ejemplo en el abordaje médico legal de los
desastres masivos, cuando hay una gran cantidad de víctimas por una catástrofe
natural, como un terremoto, un huracán, una inundación, un deslizamiento o un
tsunami, basta realizar un examen externo (inspección) para poder establecer las
causas de muerte (13, 36). Asimismo, de acuerdo con el grupo etario, la autopsia puede
clasificarse en pediátrica, que incluye la neonatal o perinatal e idealmente debe ser
realizada por un patólogo pediátrico (37); y la autopsia de adultos.
Sin embargo la clasificación más conocida es desde el punto de vista de los objetivos
que persigue, que las divide en autopsia hospitalaria (efectuada por un
anatomopatólogo en el sistema de seguridad social o en forma privada) y autopsia
médico legal (efectuada por un médico o un patólogo forense realizada en las
dependencias del Poder Judicial (3) en el contexto de la legislación costarricense
vigente).
Aplicando la definición general de la Medicina Legal, como una especialidad médica que
ayuda a las Autoridades Judiciales a administrar justicia (3) se puede decir que la
autopsia médico legal es el examen de un cadáver que tiene como fin recolectar
pruebas, establecer diagnósticos e interpretar hallazgos médicos que ayuden a
esclarecerle a los jueces, fiscales, defensores, abogados litigantes y por supuesto a las
partes involucradas en un proceso, en primer lugar, si existe o no un delito que
perseguir; y en segundo lugar, de haberlo, aportar todo lo que esté al alcance del
especialista, desde la interpretación elemental del lenguaje técnico hasta diagnósticos
basados en pruebas histopatológicas, neuropatológicas o moleculares, que permitan
establecer con claridad los objetivos iniciales del procedimiento: causa, manera,
identificación e intervalo post mórtem (3), dependiendo de las necesidades de cada
caso.
Técnicas