MIDRÁS CANTAR DE LOS CANTARES RABBÁ rb54 - 163

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REVISTA BÍBLICA

Año 54 – 1992
Págs. 163-169

[163]

MIDRÁS CANTAR DE LOS CANTARES RABBÁ

Pablo R. Andiñach

A raíz de la publicación del Midrás Cantar de los Cantares Rabbá, traducción, introducción y
notas de Luis-Fernando Girón Blanc, (Estella. Editorial Verbo Divino. Biblioteca Midrásica,
1991), 355 págs.

La reciente traducción castellana del midrás de referencia nos invita a repasar algunas ideas
sobre esta tan importante literatura religiosa que la tradición rabínica ha legado al pensamiento
e interpretación bíblicos. Midrás es una palabra hebrea que significa investigar, examinar,
comentar y también, por extensión, interpretar. Se aplica a un tipo de literatura rabínica que se
encuentra en el Talmud y en colecciones tales como el trabajo que hoy presentamos y otros.
En general los midrashim prestan mucha atención al sentido de las palabras individuales y a
las formas gramaticales y a relacionar las enseñanzas de rabinos ilustres con el texto bíblico.
Recurren habitualmente a la contraposición de opiniones y a dar respuestas a veces opuestas a
una misma cuestión, siempre siguiendo el pensamiento de algún rabino prominente. Son
frecuentes las fórmulas “esto lo discutieron Rabí... y Rabí...”, “Rabí... inició la homilía con...”
y “Rabí... aplicó este verso a...” y otras que señalan el carácter dialógico y explicativo del
material. La existencia de la literatura midrásica tiene como base tres conceptos
hermenéuticos sin los cuales es incomprensible su sentido e incluso su razón de ser: 1) En la
escritura se encuentra todo. 2) En la escritura no hay nada superfluo. 3) La escritura se explica
por sí misma. Estos tres fundamentos dan pie para detenerse a investigar detalles que pasarían
inadvertidos para otros lectores. De todos modos una lectura atenta
[164] del midrás revela una libertad hermenéutica bastante lejana de criterios rígidos, y
dispuesta a navegar por distintas aguas, siempre y cuando se puedan establecer lazos
temáticos, aunque estos resulten caprichosos.

Describamos primero el trabajo de Girón Blanc. No es la primera vez que incursiona en


esta área de estudios. Dentro de la misma colección ya ha publicado el Midrás Exodo Rabbá.
Es a la vez un erudito en los estudios de la lengua y literatura samaritanas de quienes nos ha
ofrecido la edición crítica del libro del Génesis. En esta oportunidad abre su trabajo con una
introducción al Cantar de los Cantares Rabbá (de aquí en adelante CR) que consta de 28
páginas. En ellas se presentan investigaciones como la autoría y la datación. Por él nos
informamos que CR, como la mayoría de los midrás, son de autor anónimo, y que la
generalidad de los estudios coinciden en señalar la existencia de varios documentos originales
que fueron recopilados por un editor. La teoría a la que se suma Girón Blanc es que dado que
versos aislados del Cantar se utilizaban abundantemente como proemios para la lectura de
textos de la Torá, estaríamos frente a una recopilación de dichos textos que habrían sido
ordenados siguiendo el orden de su ubicación en el texto bíblico. Esto explicaría lo disímil de
muchos comentarios que pasan, de un verso a otro, o aún dentro del mismo verso, de un tema
dado a uno totalmente distinto y sin una necesaria solución de continuidad. Sin embargo es
bueno recordar que ese gusto por la discusión y por contraponer ideas diversas y aún opuestas
no es fruto sólo del carácter antológico sino de un estilo que valora la contraposición de ideas
y la divergencia como un elemento enriquecedor de la reflexión. Visto así, deberíamos decir
que el agrupamiento de los comentarios originalmente aislados de cada verso pudo hacerse sin
contradicción porque el estilo dialógico de la reflexión rabínica da suficiente espacio para ello.
Como dato llamativo, debemos notar que justamente este peculiar estilo no obliga a disimular
las interpolaciones con suturas literarias, ni tampoco a cercenar textos, al menos hasta donde
nuestra limitada visión nos permite observar. Esto último genera también largas digresiones, a
veces difíciles de seguir, donde se entrelazan temas y experiencias de distinto origen y que
revelan una libertad hermenéutica que nos costaría mucho aceptar hoy.

No se puede ser preciso al momento de datar la composición del CR. Los datos internos
(nombres de rabinos, referencias a hechos históricos) se han revelado inconsistentes. La fuente
más confiable es la lengua misma, que en nuestro caso -y siempre de acuerdo a
[165] la Introducción de Girón Blanc- es claramente el hebreo rabínico. Como es sabido
esta lengua fue restringiendo su uso a partir del siglo III d.C. hasta quedar finalmente
confinada a su uso litúrgico y como parte de los comentarios bíblicos. Aún en ellos compartió
espacios mayores con el arameo. De acuerdo a los criterios del Diccionario Histórico de la
Lengua Hebrea (obra en lenta elaboración), CR posee un 16% de palabras arameas, mientras
que una obra de características similares como Génesis Rabba posee un 25% de dicha lengua.
¿Cómo interpretar este hecho? Girón Blanc señala la dificultad de sacar conclusiones a partir
de él. Por un lado –señala- puede ser indicativo de un avance en el proceso de “artificialidad”
de la lengua, es decir, en. el uso de una lengua escrita cada vez más alejada del habla. En la
medida en que lo literario se habría ido apartando del bilingüismo imperante en el habla se
habría concentrado más en el uso de una lengua exclusivamente literaria y culta, cada vez más
bíblica -en razón de lengua para uso religioso- y cada vez más exclusiva para referirse al texto
sagrado. En ese caso estaría indicando una datación tardía, un tiempo en que el hebreo habría
ido perdiendo terreno, cediendo ante el arameo. Sin embargo, y para desgracia nuestra, estos
argumentos pueden también fundamentar una datación temprana. Justamente el uso de menor
cantidad de palabras arameas puede indicar un tiempo en el cual el bilingüismo todavía era
fuerte y en razón del cual se escribía en arameo o hebreo aquello que había sido dicho o
pensado en esas lenguas, sin necesidad de traducir una lengua en otra. Dado que el
pensamiento de esa época se desarrollaba entre las clases cultas acostumbradas al uso de dos
lenguas y para quienes el bilingüismo era incluso un modo de perfeccionamiento de la
reflexión y de ninguna manera una barrera; y que debemos tener en cuenta que ya en la
Mishná (cuya redacción se efectúa aproximadamente en el año 200 d.C.) hay citas y
expresiones en lengua aramea, el hecho de que CR posea menos arameo que otras obras de su
estilo podría también interpretarse como un signo de elaboración temprana, cuando todavía
esa lengua no había hecho un impacto mayor en el uso literario de la producción teológica.
Finalmente Girón Blanc se inclina a pensar en acuerdo a la tradición que lo ubica en torno al
año 600 d.C.

El CR pertenece a los midrashei agadá (estudios de agadá). Es sabido que en la literatura


rabínica se distingue entre halajá y agadá. La primera tiene que ver con el estudio de las leyes,
preceptos y juicios, su comentario y aplicación. Todo el resto de la reflexión se considera
literatura agádica: homilías, explicación de textos, moral, sabiduría, consuelo, etc. CR es de
aquellos textos destinados a
[166] explicar el sentido de un libro, solucionar incógnitas y extraer enseñanzas a partir de
relacionar ese texto en particular con la experiencia histórica del pueblo. Una de las
características de este género es el ser introducido por proemios o prólogos que parten de un
versículo no necesariamente tomado del libro en cuestión. El autor va enlazando su reflexión a
través de una rebuscada línea argumentativa hasta arribar al primer verso del libro que va a ser
comentado. La calidad de estos proemios pone en evidencia la habilidad del orador (son
presentados como apuntes de un discurso oral) para vincular temas y enseñanzas y así llegar al
verdadero punto de partida de su obra. El CR comienza con una reflexión sobre Proverbios
22,29: “¿Has visto a un hombre hábil en su oficio? Ante reyes podrá presentarse, no servirá a
gente oscura”. De allí en más nos introducirá en el cuerpo del Cantar de los Cantares.

El trabajo de Girón Blanc incluye además las siguientes herramientas, de suma utilidad a
todo estudioso: una lista de palabras griegas y latinas que en el texto de CR aparecen
transliteradas al alfabeto hebreo; una lista completa de las ediciones y fuentes manuscritas
antiguas conocidas hasta la fecha; una traducción del Cantar de los Cantares basada en el texto
de la “Nueva Biblia Española”, pero que ofrece el resultado de los comentarios y
explicaciones que el mismo midrás presenta; diversos índices: de citas bíblicas, de la Misnah,
del Talmud Babli y Palestinense; de diversos Midrashim; de los Targumin; indice de maestros
rabínicos citados. Se cierra el libro con una bibliografía de materiales utilizados por el autor,
que por supuesto incluye artículos y comentarios específicos al CR, así como la información
referente a traducciones a otras lenguas modernas disponibles hoy.

II

Queremos ahora presentar un versículo comentado por CR a modo de ejemplo de su


método y como medio para introducirnos en su mundo y alentar al lector a la lectura completa
y directa de esta obra. En cada caso simplificamos la exposición, especialmente en lo que hace
a repeticiones. También hemos omitido una larga digresión, que el mismo Girón Blanc
transcribe en sangrado por considerarlos no relacionados con el Cantar sino sólo apoyo a una
argumentación marginal.

2.1. Yo soy el narciso de Sarón, la azucena de los valles. Este verso motivó las reflexiones
que anotamos a continuación:
1. La Asamblea de Israel dijo: esa soy yo, y soy amada. Yo soy la
[167] que el Santo, bendito sea, escoge por compañera, antes que a las setenta naciones.
El ‘narciso’ porque le proporcioné sombra por mano de Besalel como está escrito “Besalel
fabricó el Arca” Ex 37,1 (aquí hay un juego de palabras). De “Sarón” porque entoné ante Él
una canción (en Hebreo Sarón y canción tienen sonido cercano), por medio de Moisés como
está escrito “entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron” Ex 15,1.
2. Otra opinión sobre “yo soy el narciso de Sarón: esa soy yo y soy amada porque quedé
oculta a la sombra de los Egipcios y destilé buenas obras como una azucena. También porque
entoné una canción como está escrito “tendréis canción como en la noche en que celebrasteis
la fiesta” Is 30,29.
3. Otra opinión sobre el mismo texto: yo soy la que estuve a la sombra del Mar Rojo y por
poco tiempo destilé buenas obras como una azucena y Le señalé con mi dedo al salir de mi
inmersión, como está escrito “Él es mi Dios y he de alabarle” Ex 24,7.
4. Otra opinión: ...yo estuve oculta a la sombra del Sinaí... como dice “todo lo que ha
dicho Yhwh haremos y obedeceremos” Ex 24,7.
5. Otra opinión: ...yo soy la que fui anulada y pisoteada a la sombra de los imperios;
cuando mañana el Santo, bendito sea, me libere de la sombra de los imperios, destilaré buenas
obras como una azucena y le dedicaré un cántico nuevo, como está escrito “cantad a Yhwh un
cántico nuevo.., su diestra lo ha salvado, también su brazo santo” Sal 98,1.
6. Dijo Rabí Berekyá: este verso lo pronunció el desierto. Dijo el desierto: Yo, el desierto,
soy amado, pues todas las cosas buenas del mundo están ocultas en mí, como está escrito
“pondré en el desierto cedros, acacias” Is 41,19; el Santo, bendito sea, las puso en mí para que
estuvieran resguardadas, y cuando Él me las pidiera yo le retornara su depósito sin detrimento;
y yo destilo buenas obras y entono ante Él una canción, como está escrito “alégrense el
desierto y el yermo” Is 35,1.
7. En nombre de los maestros dijeron: el verso lo pronunció la tierra. Esa soy yo y soy
amada, pues todos los muertos se hallan ocultos en mí, como está escrito “revivirán tus
muertos, mis cadáveres resurgirán” Is 26,19; cuando el Santo, bendito sea, me los reclame, se
los devolveré y destilaré buenas obras como una azucena, y entonaré una canción ante Él,
como está escrito “desde el borde de la tierra oímos cánticos” Is 24,16.
8. Lo trataron R. Yudán y R. Eliezer; R. Yudán dijo: Ni es narciso ni se presenta como
azucena, sino que mientras es pequeña la denomina ‘narciso’, una vez que la hizo crecer la
llama ‘azucena’...
[168]
9. R. Eliezer dijo: ...se comparó a los justos con lo más excelente de las especies y con la
familia más excelente dentro de la especie. Con la más excelente de las especies, la azucena;
la familia más excelente, “la azucena de los valles”; no con la de los montes, que fácilmente se
marchita, sino con la de los valles que tiene fragancia continua.
10. R. Abá b Kahana explicó: la Asamblea de Israel dijo: esa soy yo porque aunque estoy
sumida en la más profunda de las angustias, cuando me saque el Santo, bendito sea, destilaré
buenas obras como una azucena y entonaré una canción en su presencia, como está escrito
“¡Ay Yhwh! en el apuro se ha recurrido a Ti” Is 26,16.
11. R. Ajá aclaró: La Asamblea de Israel dijo: cuando fijas tus ojos en mí, yo destilo
buenas obras como una azucena y entono una canción ante Ti, como está escrito “canción de
las subidas: desde los abismos a Ti clamé Yhwh” Sal 130,1.
12. Los maestros opinan: La Asamblea de Israel lo pronunció ante el Santo, bendito sea,
queriendo decir: Esa soy yo y soy amada, pues aunque estoy hundida en las profundidades,
cuando el Santo me libere del Valle de Gehinnom -como está escrito “me ha sacado de la hoya
yerma” Sal. 40,3- destilaré buenas obras y entonaré una canción ante Ti como está escrito “ha
puesto en mi boca una canción nueva” Sal. 40,4.

Nos detenemos aquí para analizar los elementos principales que nos ayuden a entender el
sentido del midrás. En primer lugar debe señalarse el carácter liberador de la hermenéutica del
CR. Las alusiones geográficas e históricas son a los eventos del éxodo de Egipto: Mar Rojo,
desierto, el arca, la tierra prometida. CR no escatima posibilidad de relacionar el Cantar con
los hechos más significativos de la historia de Israel. Esto es una constante en todo el CR que
tiende a interpretar el Cantar en clave de liberación aludiendo permanentemente a los hechos
que fundaron aquella memoria. A lo largo del CR se referirá a tres momentos: la salida de
Egipto, el regreso del exilio de Babilonia, y la liberación del opresor “actual”, esto es, Roma.
De los tres, la mayor atención se presta al primero, pero a nuestro parecer debe leerse en
función de la situación “actual”, ya que el midrás fue escrito para interpretar y entender
teológicamente el tiempo presente. Este privilegio del tiempo del éxodo no debe extrañarnos si
recordamos que el Cantar es una lectura obligada en la celebración de la pascua en cada
familia judía. Girón Blanc llega a sugerir que dada la insistencia del CR en el éxodo puede
pensarse que habría sido compuesto como un
[169] modo de aclarar y completar la lectura del libro bíblico durante la celebración
pascual. Eso puede explicar por qué Moisés, Aarón y Miriam son los protagonistas centrales,
y los hechos por ellos vividos, los más citados y aludidos. Es así que encontramos en segundo
lugar, que el CR describe la presente situación como de profunda angustia. La “Asamblea de
Israel” está en angustia y sólo será rescatada por Yhwh quien nuevamente le permitirá cantar
de alegría. El Valle del Gehinnon (el lugar de los muertos) es el lugar que ahora ocupan y del
cual esperan ser liberados. El amor de la pareja del Cantar evoca lo que ellos llegarán a ser, el
potencial que tienen, pero que por el momento está latente sin poder ejercerse. Están a la
espera de lo que Yhwh hará con ellos. En otra corriente interpretativa también dentro del CR
el amor entre la Asamblea y Dios se manifestará plenamente de nuevo, como se manifestó en
el desierto, cuando se produzca el nuevo acto de liberación del estado de angustia.
Encontramos alusiones al rey Mesías, así como también predicciones escatológicas que
incluyen la esperanza de una pronta liberación de Roma, especialmente concentradas hacia el
final del libro. En tercer lugar es de destacar el uso de citas bíblicas: en nuestro versículo
remiten al Éxodo, a los salmos de alabanza, o al profeta Isaías. En la totalidad del CR las citas
del libro del Éxodo exceden varias veces las de los demás libros, incluidos los restantes de la
Torá.

Para terminar transcribimos un párrafo de la “introducción» de Girón Blanc (págs. 16-


17): “El tema es recurrente ‘así también Israel, una y otra vez es esclavizado, y una y otra vez
es liberado, hasta que llegue un momento en que ya no sea esclavizado nunca más...’
(1.5.3.7.), pero es una liberación que tiene sus exigencias para el propio pueblo ‘tal como me
alegré por los egipcios al destruirlos en la Mar, así me hubiera alegrado de destruir a los
enemigos que hay dentro de Israel’ (1.9.4.1.)”.

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