El Admirable Consejero
El Admirable Consejero
El Admirable Consejero
Predicas Cristianas
INTRODUCCIÓN:
El tiempo de la navidad está otra vez con nosotros. Esta es una época propicia para hablar de la
razón de esta fiesta mundial, por lo menos en los países llamados “cristianos”. La navidad no son
todas las cosas que nos llegan con esta época, incluyendo la presencia de ese viejo blanco y
barrigón con su clásica voz que deleita a grandes y a chicos, sino que es la celebración del
acontecimiento profético más grande que se conozca. Y al buscar al profeta que abordó este tema,
Isaías es el que nos presenta a Cristo desde su nacimiento hasta su reinado final (Isaías 11:6-
10; 53; 61:1).
Respecto a lo que sería el niño, el profeta dijo que la virgen le daría a luz y que sería llamado
“Emanuel”, eso es, Dios con nosotros (Isaías 7:14). Luego profetizó su carácter y el oficio mesiánico
con varios títulos para un solo bebé (Isaías 9:6-7). La declaración “… y será llamado” nos orientará
en los próximos domingos para traer una serie de mensajes con el fin de destacar la importancia
que tienen todos estos títulos para aquel que nacería en Belén. Que todos sepamos, ningún padre
sabe que será de su hijo cuando sea grande.
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De manera, pues, que el único bebé a quien se le trazó su vida y su oficio fue a Cristo. De nadie
más se ha profetizado con tanta precisión como del Mesías venidero. En la Biblia aparecen cinco
de esos nombres. Pero como en el original hebreo no había signos de puntuación, ellos fusionaron
los nombres “Admirable, Consejero…” en uno solo, donde la palabra “Admirable” sería puesta
para exaltar a todos los demás nombres.
Así tenemos que aquel bebé sería un Admirable Consejero. ¿Y acaso no eso nuestro amado Cristo?
La gente está presta para escuchar cualquier consejo que lo ayude a salir de alguna crisis. En la
sociedad americana los nombres del Dr. Phil, de David Ramsey, y hasta Oprah Winfrey son los más
buscados. Mientras que en los hispanos hasta hace poco el nombre de Walter Mercado era el más
popular para los consejos. Pero el asunto es que nadie podrá ser un consejero como Cristo.
Veamos porqué.
La navidad ha sido la encarnación del Dios eterno con la miseria del hombre. Esta acción divina ha
sido la más humillante a la que Dios ha descendido. Si usted no lo sabía, cuando Dios cumplió su
tiempo para que el Hijo tomara un cuerpo humano estaba manifestando lo que Pablo llamó “la
humillación de si mismo” (Filipenses 2:8). Esta sería la única manera cómo él podía identificarse
con nuestra naturaleza caída. Pero ¿por qué fue tan humillante?
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Porque Dios siendo inmenso vino para morar en el vientre de una mujer. Porque recibiendo la
alabanza de los más santos ángeles, vino a recibir los vituperios de los hombres (Juan 17:5; Salmo
22:6; Isaías 53:3). Porque viviendo y estando rodeado en la más excelsa gloria, vino a vivir en un
mundo corrompido por el pecado y gobernado por las tinieblas de Satanás (Juan 17:5). Porque
siendo él la misma fuente de toda bendición, vino a la tierra y se hizo maldición por todos nosotros
(Gálatas 3:13).
Aun más, porque siendo tres veces santo vino para tomar sobre sus hombres todos los pecados de
la humanidad (Isaías 6:3; 2 Corintios 5:21). Todo esto nos habla de un Dios que nos amó de tal
manera, y que en este acto de su encarnación vimos su más incompresible identificación con
todos nosotros.
Este es uno de esos textos que nos llena de mucho consuelo y seguridad cuando hablamos del
Señor a quien llamados el Admirable Consejero. Hay mucha gente que viene a nuestras vidas
como consejeros cuando pasamos por tiempos críticos y nos dicen: «Entiendo lo que estás
pasando …», pero la única manera de entendernos es que alguien esté viviendo la misma situación
porque de lo contrario serán palabras vacías. Sin embargo, Jesús sí nos entiende. Él, como
Admirable Consejero, sabe exactamente por lo que estás pasando. Antes que lleguemos a él ya
nos ha dado el diagnóstico de nuestra condición.
Mira la confianza que nos da el Gran Sumo Sacerdote que tenemos en el cielo, eso es, uno que si
puede compadecerse de nuestras debilidades. Él no te juzga por tus debilidades, el se compadece
tu condición.
Y en esto hay algo que debo decir: Jesús como ser humano fue sometido a todas las tentaciones y
debilidades a las que nosotros estamos expuestos, pero lo de él fue mayor porque él no tuvo
pecado. De esta manera, nadie te entenderá mejor que él y te dará el consejo porque sabe
perfectamente de qué lado flaqueas más en tu vida.
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Jesús no solo intercede por nosotros como Gran Sumo Sacerdote, sino que nos ha dejado una
puerta abierta para acercarnos a la más grande fuente de bendición que se conozca. En este
sentido, Jesús nos provee de su conocimiento y sabiduría para salir adelante, pero también nos
invita a su trono de gracia para alcanzar su misericordia y su oportuno socorro. Ahora el suyo es un
trono distinto. Después habrá el trono de juicio.
Por ahora su trono de gracia es el que nos prepara para vivir con él para siempre. Una
característica de un buen rey es ser un consejero idóneo y que de su trono salga la sabiduría para
reinar. Pues el trono del Señor es de pura gracia, y desde allí sale el más sabio consejo con
abundante instrucción para una vida cristiana plena.
El admirable consejero
Julio Ruiz diciembre 12, 2019 Predicas Cristianas 1 Comentario 332 Vistas
La provisión de este texto sugiere que cuando llegamos a él en cada situación donde tengamos
que tomar decisiones, él se identifica con nosotros. Él conoce tu corazón y conoce tu mente. El
trono de su gracia es la más grande despensa de la que tengamos disposición para llenar el vacío
que agobia nuestra alma. Ningún otro consejero tiene esta provisión.
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De acuerdo con este texto, la ansiedad no es un problema moderno. Para los tiempos cuando
Pedro escribió su carta ya había gente con estos problemas emocionales. No se si en ese tiempo
existían los sicólogos como hoy, pero Pedro detectó el problema y él sabía que existía una persona
que podía curar la ansiedad sin que tuvieras que pagarle la factura.
Esto nos hace pensar que, para muchos profesionales de este oficio sin menos cabo de lo que
hacen, somos unos cuantos números que engrosan sus arcas. Pero que distinto es nuestro Señor.
Observe que la invitación de Pedro es para que echemos toda nuestra ansiedad sobre él. Ya Jesús
previamente había dicho: “Venid a mí todos los que estéis trabajos cargados y yo os haré
descansar”.
El hecho de echar toda nuestra ansiedad sobre él habla del valor y el respeto que Jesús tiene por
tu persona. Significa que él se preocupa por tu dolor, tu aflicción, tus penas, tus tragedias. Jesús
tiene cuidado de ti porque eres importante y muy amado por él.
Uno de los serios problemas que tienen algunos hermanos que pasan por esos estados
emocionales, y con frecuencia enfrentan mucha escasez en su alma y en su cuerpo, es la idea que
no tienen mucho valor y ni les importas a otros. Esto hace que tantas personas, de las que los
creyentes no escapan, vivan con una autoestima por el piso. Pero note que Jesús no tenía la
misma opinión que tu puedas tener de ti mismo.
Hay tres creaciones que se ponen de manifiesto en este texto: los pájaros, los granos y el hombre;
a todos los hizo el Señor. Pero vea la forma cómo el Señor pone el ejemplo que, si él alimenta lo de
poco valor donde los pájaros no se preocupan ni se estresan, el hombre que más vale lo sostendrá
y lo cuidará mejor de lo que cuida a las aves.
Tan grande es el precio del hombre para el Señor que él dio su vida por él, no por las aves a las que
también cuida y provee. Observa esto: Dios no dio su vida por más nadie en su creación, ni
siquiera por los ángeles que cayeron, sino por el hombre. De esta manera podemos confirmar el
gran valor que tenemos para el Señor que es lo que más importa.
Cuando Jesús dijo que sus ovejas oyen su voz y las conoce estaba definiendo uno de sus grandes
atributos como lo es su omnisciencia. Por un lado, somos de él porque reconocemos su voz. Pero
lo más grande es que él ya nos conoce, y eso le permite darnos el consejo apropiado.
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Los psicólogos tratan de indicar, según sus teorías estudiadas, las posibles causas de tu
enfermedad emocional y te dan una terapia que te ayuda temporalmente, pero el asunto es que el
conocimiento que el Señor tiene de nosotros le permite tener un diagnóstico apropiado y en
consecuencia darnos la salida a nuestra condición. Cuando el profeta habló de Jesús como el
Admirable Consejero estaba diciéndonos que él es el Buen Pastor que conoce a su oveja, así como
son ellas con sus altas sus bajas, con sus tristezas y sus alegrías.
El admirable consejero
Esto habla de la más íntima relación que puede haber entre el pastor y la oveja. La voz del pastor
produce en la oveja confianza e identidad. En el campo espiritual nada es más grande y poderoso
para vivir la vida espiritual que aprender a oír la voz del Señor. ¿Cómo nos habla el Señor?
Pues primero lo hace a través de su palabra. Es esa voz en la mañana, del medio día o por la
noche. Es cuando yo me siento con su bendita palabra y dejo que sus páginas se abran y me
hablen. Es cuando en mi pausada relación con ella le digo a mi Dios: háblame, minístrame,
exhórtame, corrígeme, repréndeme, pero, sobre todo, enséñame el camino para andar por él. Sí,
como su oveja oigo su voz por su palabra. Pero también la oigo a través del Espíritu Santo.
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La Biblia nos dice que él nos guiará a toda verdad (Juan 16:13). ¿Has leído algún texto de la palabra
que te golpea directamente a tu conciencia? Pues es el Espíritu Santo que te está hablando. Y la
otra manera cómo oímos la voz del Señor es a través de la iglesia. Sí, la iglesia. Allí podemos
encontrar hermanos preciosos que te hablarán y sentirás la ministración de Dios a través de ellos.
Dios te habla de muchas formas.
Cuando Jesús confronta a alguien con su consejo, transforma su vida totalmente, teniendo el
deseo inmediato de seguirle. Y es que nadie nos inspira más para seguirle que Cristo. ¿A caso no
fue él quien dijo “el que me sigue no andará tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida?”.
¿No fue él quien dijo “venid a mi todos los que estéis trabajos y cargados que yo os haré
descansar?”. ¿No fue él que transformó la vida del endemonio de ganara a quien lo hizo sentar,
vestirse y estar en su juicio cabar, y este quiso con ruegos seguirle?
Nadie que se encuentra con el consejo del Señor y vea lo que él hace en su vida le dará la espalda
a su salvador. Seguir a Jesus es admirarse de su doctrina, de su poder, de su misericordia, de su
pasión por el perdido, pero sobre todo, seguir a Jesús es admirarse de su gran amor que tiene para
con el pecador que se arrepiente.
Muchos consejeros modernos tienen sus seguidores, pero pronto se decepcionan porque al final
sus consejos no te ayudan frente a alguna crisis que aparezca. El Admirable Consejero no
decepciona jamás.
CONCLUSIÓN:
Mis hermanos, todas las cosas que tenemos de Dios son admirables. Una simple mirada al cielo
nos dice que “los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos”.
Pero lo que es más admirable de él es su Hijo Cristo.
El orden que puso el profeta Isaías acerca del bebé que nació en Belén no fue ni a capricho ni al
azar. Jesús es el Admirable Consejero. Su idenficación con nosotros, su cuidados providenciales y
su compromiso con los que oyen su voz y le siguen, nos plantea el más profundo deseo de amarlo
y consagrarle nuestra vida. Su consejo no defrauda porque es la palabra encarnada.
Fue él quien dijo: “ El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo
os he hablado son espíritu y son vida” (Juan 6:63). Ninguna palabra de los consejeros terrenales
podrá sustituir al Consejero celestial.
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Que frente a una nueva celebración de la navidad recordemos que Jesucristo es la razón de esta
época, pero sobre todo, que su eterno consejo, el dejado en su palabra, sea el que satisfaga la sed
de tu alma en esta celebración.
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