Sobre El Perdon

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 3

Mateo 18:15-22 

Cómo se debe perdonar al hermano


15 
Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has
ganado a tu hermano.
16 
Más si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste
toda palabra.
17 
Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.
18 
De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis
en la tierra, será desatado en el cielo.
19 
Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera
cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.
20 
Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
21 
Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que
peque contra mí? ¿Hasta siete?
22 
Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.

Reflexión:

El perdón es la puerta a la reconciliación en cualquier relación que necesita restauración y el


paso previo para poder amarnos los unos a los otros. No se puede amar sin perdonar. El objetivo
de la vida es el amor, si se guarda rencor no se puede alcanzar. El Señor, nuestro Maestro nos
enseña:

...Perdonad y seréis perdonados... Lucas 6:37. Dios no nos perdona si nosotros no perdonamos.

El perdón es un bálsamo que emana del alma, alma de Dios. Nuestra alma, como esposa del alma
del Señor también emana ese bálsamo, bálsamo, aceite balsámico que como lámpara e incienso,
está encendida y es quemada por el fuego del Espíritu y llega al corazón, al corazón de Dios y al
corazón del hombre, del perdonado, y del que perdona.

Perdonar no significa ceder siempre, dejar que el mal triunfe, ni dejarse pisotear sin justicia, sino
comprender la esencia carnal del hombre que tiene un enfoque errado, una naturaleza que todos
tenemos y que solo en Cristo se puede dominar. Si tenemos un objetivo espiritual claro de parte
de Dios, podremos perdonar todas las ofensas que nos hagan, y también aprenderemos a entender
que aquellos que son enemigos de Dios y blasfeman contra Su Espíritu no pueden ser
perdonados. Ejemplo nos dio también el Maestro cuando trataba con los hipócritas, escribas y
fariseos incluidos, llamándoles sepulcros blanqueados y raza de víboras.

Hay muchas circunstancias diarias en las que nos encontraremos que tenemos que pedir perdón o
perdonar. Cuanto antes comprendamos que es un tema con el que viviremos a diario, antes
podremos acostumbrarnos a perdonar con facilidad. Esto para los que son de un corazón
misericordioso, pero que caen en el rencor. Hay muchos que tienen un corazón violento o egoísta
y no pueden amar nunca.

Pero hablemos del perdón entre hermanos. En la naturaleza espiritual el perdón es el inicio de la
reconciliación. La Biblia dice que si un hermano tiene algo contra nosotros y no hemos hecho las
paces, no podemos venir a Dios a presentar ofrenda.

...Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo
contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu
hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. Mateo 5:23.

No esperes a tu hermano, sino búscale tú a él para la reconciliación. Acepta tu parte de culpa y


error y escúchale, busca la paz y síguela. Si dos en Cristo se ponen de acuerdo en reconciliarle, el
perdón ya está concedido también de parte de Dios y Su bendición se derrama sobre vosotros. Si
hay que aclarar temas personales o espirituales, ¿con quién mejor que con un hermano en la fe y
la amistad de Cristo para poder escuchar, hablar y trabajar para el bien de la fe, de la relación
mutua, de la familia o de la Iglesia?

 EL HOMBRE DEBE SER PERDONADO EN TRES SITUACIONES

La primera ante Dios cuando aceptamos a Cristo como salvador y nuestros pecados son
perdonados. De esta forma nos es remitida la culpa de haber vivido apartado de Dios o buscando
salvarnos por nuestros propios méritos religiosos. Cristo llevó en la Cruz nuestros pecados y abre
la puerta a poder sentir el amor de Dios en nuestras vidas. Si aceptamos a Cristo como salvador,
somos perdonados y reconciliados con Dios y recibimos su amor y bendición.

La segunda ante quien hayamos pecado u ofendido, recibiendo el afecto de la persona, pero
también ante esta situación debemos comenzar pidiéndole perdón a Dios y reconociendo la parte
que nos toque de error. De esta forma somos reconciliados y siendo amados por nuestros
hermanos. Del mismo modo perdonando al hermano que haya pecado contra nosotros,
perdonándolo en nuestro corazón antes que se arrepienta.

Y la tercera a nosotros mismos, para que el acusador en la conciencia deje de acusarnos y se


libere del sentimiento de culpa, sino no causa efecto. Esta es una artimaña del enemigo, el
engaño, hacer creer al hombre que aún es culpable de aquello que ha sido perdonado. Cristo es
nuestro Libertador.

...perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros


deudores... Mateo 6:12 nos recuerda Jesús en la oración más famosa de la historia, la oración
básica al Padre, el perdón de deudas, y estas no son financieras, sino del alma y del espíritu, del
corazón. Los sentimientos de la culpa han de ser perdonados, liberados del alma para que fluya
con libertad el Espíritu Santo dentro de Su templo, nuestra alma, para que el amor de Dios emane
en nosotros.

 © Carlos Padilla, Mayo 2008

También podría gustarte