Mi Credo MINTS
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Dios
Dios es un ser que existe eternamente en tres personas distintas [El Padre, El
Hijo y El Espíritu Santo], cada una de las cuales es totalmente e igualmente
Dios; posee toda la naturaleza y atributos divinos, y es totalmente digna de
nuestra adoración y servicio (Deu. 6:4; Mat. 28:19; Juan 1:14, 10:30; 2 Cor.
13:14).
Dios Padre
Dios Hijo
Las Escrituras
Creación
Providencia
Dios, el Gran Creador de todo, sostiene, dirige, dispone, y gobierna a todas las
criaturas, acciones y cosas, desde la más grande hasta la más pequeña, por su
sabia y santa providencia, conforme a su presciencia infalible y al libre e
inmutable consejo de su propia voluntad, para la alabanza de la gloria de su
sabiduría, poder, justicia, bondad y misericordia. (Hebreos 1:3; Daniel 4:34,35;
Salmos 135:6; Hechos 17:25,26,28; Job 38,39,40 y 41; Mateo 10:29,30,31)
El hombre fue creado a imagen de Dios. Esto significa que el Hombre tiene
habilidades morales e intelectuales similares a Dios, aun, cuando no son tan
perfectas y vastas como las de Dios. El hombre tenía acceso libre y sin
impedimento a Dios. Esto se ejemplifica en el relato de (Génesis 3:8)
Pecado
El hombre cuando fue creado era perfecto, y limpio. Adán y Eva se rebelaron
contra Dios y pecaron al comer del fruto prohibido. Todo pecado, ya sea
original o actual, siendo una transgresión de la justa ley de Dios y contrario a
ella, por su propia naturaleza trae culpabilidad sobre el pecador, por lo que este
queda bajo la ira de Dios y de la maldición de la ley y por lo tanto sujeto a la
muerte con todas las miserias espirituales, temporales y eternas. (1 Juan 3:4;
Romanos 2:15; Romanos 3:9,19; Efesios 2:3; Gálatas 3:10; Romanos 6:23;
Efesios 4:18; 2 Tesalonicenses 1:9)
La Salvación
La ley de Dios
Dios dio a Adán una ley como un pacto de obras, por la que lo obligó a toda su
posteridad a una obediencia personal, completa, exacta y perpetua; le prometió
la vida por el cumplimiento de ella, y le amenazó con la muerte si la infringía; y
le dio también el poder y la capacidad para guardarla. (Génesis 1:26,27; 2:17;
Romanos 2:14,15; 10:5; 5:12,19; Gálatas 3:10,12; Eclesiastés 7:29; Job 28:28)
El Evangelio
Siendo el pacto según la Ley inútil para dar vida y volver al hombre hacia Dios,
agrado a Dios dar la promesa de Cristo, la simiente de la mujer, revelado como
el Verbo de Dios la palabra y el mensaje de la salvación para la conversión y
salvación de los pecadores del mundo entero por medio de la fe por la cual es
revelada la justicia de Dios. La palabra de salvación se hizo cercana en la boca
y en el corazón. Hay que creer que Cristo murió y resucito para darnos vida y
hay que confesar sin temor que El es el Señor de nuestras vidas. Como hijos
regenerados por el Espíritu Santo que es la garantía de nuestra salvación
vamos por el mundo como embajadores diciéndoles a los hombres que se
reconcilien con Dios. (Gen.3:15, Hech. 4:12, Rom.10:13-15)
La Iglesia
Las Ordenanzas
Las únicas dos ordenanzas para la iglesia reconocidas por la Escritura, son el
bautismo por agua y la Cena del Señor. El bautismo por inmersión en el agua
es un acto de obediencia que, realizándose después de la salvación, describe
simbólicamente la muerte del creyente al pecado, la sepultura del viejo hombre,
y la resurrección a una nueva vida. La Cena del Señor celebra compañerismo y
comunión con Cristo y simbólicamente conmemora Su muerte y anticipa Su
segunda venida (Mat. 28:19; Hech. 10:47-48; Luc. 22:19-20; 1 Cor. 11:23-28;
Rom. 6:3-4)
Membrecía en la iglesia
Todos los creyentes están obligados a unirse a iglesias locales. En las iglesias
locales contamos con muchas personas asistentes pero no comprometidas en
la obra y el servicio cristiano. La miembro comprometido con la iglesia debe ser
de buen testimonio publico, bautizado y dispuesto a someterse a las
disciplinas, normas y gobierno de la iglesia conforme a la norma de Cristo
estipulado por la palabra de Dios, la Biblia. Este no debe perturbar el orden
sino buscar la paz y comunión con todos. (Heb.10:25, 12:8)
Gobierno de la Iglesia.
La iglesia local debe ser dirigida y gobernada por oficiales escogidos por Dios y
aceptados por la membrecía. A su vez el liderazgo de la iglesia representado
por un Pastor generalmente debe ser de carácter manso y humilde, tratando a
su rebaño sabiendo que no es dueño sino administrador y mayordomo del
dueño real que es Jesucristo. La congregación tiene todo el derecho de
levantarse y actuar cuando el liderazgo abraza alguna doctrina que se sale de
lo puro y genuino de las sagradas escrituras. Además la iglesia debe contar
con miembros al servicio de sus fieles como diáconos, diaconizas, etc. Todos
ellos deben atender al servicio de Cristo, ministrando la palabra, en la oración
velando por la condición y crecimiento del cuerpo de Cristo. (Heb. 13:17, 1
Pedro 5: 2-4)
Ética Cristiana
Todo aquel que cree en Cristo debe vivir para El y no para si mismo y debe,
mediante el poder del Espíritu Santo que mora en el, permitir que la vida de
Cristo se manifieste a través de la suya, para la gloria de Dios.
Mediante el diario desarrollo de la obediencia a la Palabra de Dios, cada
creyente debe madurar y ser, progresivamente, mas como Jesús.
Descansando en el poder del Espíritu Santo, cada creyente debe vivir una vida
santa; no satisfacer los deseos de la carne; practicar sus dones espirituales
para el crecimiento del cuerpo de Cristo; testificar para Cristo; involucrarse
personalmente en la formación de discípulos con objeto de dar cumplimiento a
la Gran Comisión; realizar buenas obras y llevar fruto para la gloria de Dios
(Gál. 2:20; 1 Pe. 1:15-16, 2:11; 2 Cor. 5:14-15; Rom. 6:11-13; Efe. 2:10, 4:11-
12, 4:22-24; 1 Pe. 4:10-11; Hech. 1:8; Mat. 28:18-20; Col. 1:10; Juan 15:8 y
16).
Ministerio
Misiones
Escatología.
Estado intermedio
Los cuerpos de los hombres vuelven al polvo, corruptos después que mueren
y sus almas inmortales vuelven a Dios. Las almas de los justos hechas
perfectas van con Cristo en el Paraíso, esperando la plena redención de sus
cuerpos. Las almas de los malvados van al infierno para ser atormentados y
esperar el gran juicio. No se reconoce en la escritura la existencia de un lugar
llamado purgatorio, donde purgar pecados. El único que limpia pecado es
Jesucristo a través de su Sangre y eso es mientras la persona esta viva aquí
en la tierra. (2 Cor. 5:6-10, Rom.14:10. Luc.23:43, 1Cor. 15:20-25 1 Tes.4:
16-17)
La Eternidad